La Iglesia Episcopal Costarricense (Comunión Anglicana) ante la coyuntura electoral del país

Carta Pastoral

Hermanos y Hermanas de la Iglesia Episcopal

Ciudadanos y ciudadanas Costarricenses

 

“El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; pero al tercer día resucitará” Mateo 17:22b-23

La Semana Santa inicia este Domingo de Ramos. Como está descrito en las Escrituras, Jesús entra a Jerusalén con gritos de júbilo y hosannas sin cesar; el mismo lugar donde más tarde en la semana sufre y es víctima de la traición, la negación y el abandono por parte de los discípulos y en las manos del poder religioso y político del momento, que confabulan para su muerte. Jesús se entrega voluntariamente y cumple los planes de su Padre, “no mi voluntad Padre sino la tuya” Mateo 26:36. La pasión, muerte y resurrección de Jesús se constituye en el fundamento de la Fe Cristiana. Estos eventos son los que dan origen al movimiento religioso que llega hasta nuestros días concretizados como la Iglesia Cristiana. Esta Semana será Santa si nos dejamos acompañar por el espíritu profético y liberador de Jesús; si descubrimos las señales que Dios nos está revelando constantemente; si nuestro testimonio es coherente en las palabras y acciones, de tal manera que demos a conocer a Jesús como Señor y Salvador.

En el marco de la Semana Santa, no podemos pasar inadvertido el momento de trascendencia política, en la que nos disponemos a elegir al presidente de la República. Debido a su importancia y certeros de que como cristianos y ciudadanos tenemos una responsabilidad de participar en los procesos políticos, puestos primeramente en el Señor Dios de la vida deseamos compartir nuestras preocupaciones y esperanzas:

  1. Vemos con preocupación la mayor división y polarización de la historia de Costa Rica. Nos sorprende cómo, temas de orden social, político y económico no llevan la relevancia en lo que atañe el bien común. La justicia social, en la que el ser humano ocupe un lugar importante, debe estar en la lista de necesidades por atender. También resulta difícil comprender ¿cómo? entre hermanos y hermanas se han acrecentado las faltas de respeto, lenguaje soez y la intolerancia, en contraposición a los principios de la cultura y forma de resolver los conflictos de forma pacífica, dialogada y respetuosa que estábamos acostumbrados en Costa Rica.
  2. Nos preocupa, la mezcla de intereses partidistas utilizando argumentos religiosos, ya que la historia ha sido clara que en Nombre de Dios se han cometido tantos crímenes y se han visto afectados tantos inocentes, perdiéndose el norte del evangelio y sobre el mandado del Señor “Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.” Juan 13, 34-35.
  3. Nos preocupa el poco análisis serio de los planes de gobierno, las propuestas para sacar adelante nuestro país y con ellos las situaciones caóticas que viven miles de costarricenses, que se les están cerrado las posibilidades y oportunidades a estudio, trabajo, seguridad y desarrollo humano. En cambio, la propuesta parece ser más el ataque a la persona y sus partidarios y con ello están quedando por fuera temas vitales entre ellos el endeudamiento del país, la corrupción, el medio ambiente, el narcotráfico, violencia expresada en los indicadores de muertes violentas, pobreza, falta de empleo y el déficit de infraestructura, sin perder de vista que la resolución o no de estos temas vitales que nos afectan a todos y todas, así como a las futuras generaciones.

Por lo tanto, como Iglesia, llamada a continuar con la misión de Jesús, de participar en la construcción del Reino de Dios deseamos exhortar a todos y todas a:

  1. Aprovechar el marco de reflexión e interiorización que nos ofrece la Semana Santa para propiciar un espacio para la reconciliación y la construcción de la paz, sobre todo en las redes sociales.
  2. Intensificar la oración personal y comunitaria, pidiéndole al Señor nos ayude a discernir la mejor decisión razonada y expresada en el voto, pensando en la mayoría de los habitantes de nuestro país, en especial de los sectores más empobrecidos, marginados y vulnerables de Costa Rica, que necesitan una respuesta ante sus necesidades.
  3. Que todas las personas con la posibilidad de votar en esta contienda puedan valorar la importancia que tiene, para el presente y el futuro del país, acudir a los centros de votación, para cumplir con la responsabilidad social del sufragio. Como ciudadanos y ciudadanas tenemos ese derecho y al mismo tiempo el deber de participar en la Política, entendida ésta, como toda acción que vela por el bien común para todos sin exclusión alguna, el respeto por cada una de las personas, así como, a las normas internacionales de los derechos humanos y demás leyes que protegen la vida de las personas que habitamos este país.
  4. Que tengamos una actitud proactiva que rompa la espiral del clima de irrespeto y rechazo hacia personas que se viene gestando.
  5. Que la reflexión de la pasión, muerte y resurrección del Maestro, nos haga más fieles a él, y poniendo en acción las palabras de Jesús “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a éste; dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Mt. 22 37-39, por ello invitamos a rechazar las propuesta de valerse de la Biblia o tomar textos bíblicos para fundamentar los discursos políticos y generar acciones discriminatorias como irrespetuosas que no representan el actuar de Jesús ni de aquellos o aquellas que quieran sinceramente ser sus discípulos.
  6. Centrados en el mensaje de nuestro Señor Jesucristo de estos días Santos, que ratifica que el Señor se encarnó en el mundo y muere en la cruz para así dar vida y vida en abundancia mostrando la plenitud del amor de Dios, que logremos todos y todas hacer de este proceso político una opción coherente por la vida y dando más importancia a los intereses universales, comunitarios y del país sobre los personales.
  7. Que la Pascua de este 2018 mantengamos la clara consciencia de nuestra responsabilidad en la construcción de un mundo mejor, teniendo presente las necesidades más sentidas de nuestro pueblo y por ello abogamos para que quien asuma el liderazgo en el país como presidente actúe de manera transparente, honesta y responsable para encontrar una solución a los graves problemas que tenemos en materia social y económica.
  8. Que este próximo domingo 1º de abril, que celebramos la Resurrección del Señor, asumamos la nueva etapa del país, seamos empoderados para luchar comprometidos y comprometidas en la Resurrección de Jesús y con ello que todos y todas nos comprometamos a luchar actuando contra todos aquellos males que nos afectan y nos alejan del proyecto de Dios.

Que el Espíritu de Dios y sus dones, nos acompañe y les acompañe a todos y todas, en esta Semana Santa y que en el proceso de elecciones del 2018, nuestra mirada esté puesta con esperanza en una Costa Rica, más justa, inclusiva y pacífica, donde a nadie le falte nada para su desarrollo integral.

En el domingo de Ramos 25 de abril del 2018.

 

Rmo. Julio Ernesto Murray, Obispo Interino

Rda. Marjorie Maxwell, Presidenta Consejo Diocesano

 

CARTA PASTORAL SEMANA SANTA 2018 OFICIAL

 

 

Enviado por Jorge Urrutia Castro.

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