Madera gourmet aseguraría futuro económico de productores

  • Investigadores del Inisefor-UNA promueven que pequeños y medianos productores integren el cultivo de caoba mejorado en sistemas agroforestales, lo cual podría asegurar el futuro económico de sus familias

 

Laura Ortiz C.

Periodista UNA

La disminución de la producción de madera que proviene de plantaciones, bosques naturales y sistemas agroforestales, provoca un déficit ante la demanda nacional, que se satisface con la importación de productos maderables de poca calidad.

Asimismo, los productores con sistemas agroforestales, sufren importantes fluctuaciones en los precios de venta, causados por ataques de plagas y enfermedades y el poco aporte económico que generan los árboles que acompañan la actividad agropecuaria.

El pasado 27 de enero, investigadores del Instituto de Investigación y Servicios Forestales de la Universidad Nacional (Inisefor-UNA), así como representantes de la Oficina Nacional Forestal y del Fondo Nacional de Financiamiento Forestal se reunieron en Venecia de San Carlos y Sarapiquí con cerca de 30 pequeños y medianos productores de la zona norte del país, con el objetivo de promover el cultivo de caoba, madera consideraba como una de las más finas del mundo y por ende con un altísimo valor en el mercado.

“Esta especie está considerada en peligro de extinción, de ahí que hace 10 años en el Inisefor-UNA empezamos a trabajar en un material genético que nos permitiera un mayor control de su principal amenaza: el barrenador de las meliáceas (Hypsipyla grandella) y un crecimiento más acelerado, con el fin de disminuir el déficit de madera nacional y mejorar la calidad de vida de los productores”, explicó el investigador Eugenio Corea.

De acuerdo con Orlando Chinchilla, coordinador del proyecto, lo que se pretende es asegurarle a los productores un producto que les de mayores réditos. “Países como Chile y Brasil producen a gran escala maderas de poco o mediano valor, entre ellas melina, pinos y eucaliptos. Nuestro país no puede competir con ese mercado; sin embargo, de la misma forma en que Costa Rica compite en el mercado internacional al producir un grano de altísima calidad, conocido como café gourmet, tenemos la idea de crear un sector forestal y agroforestal que produzca maderas preciosas de alto valor y calidad, a las que podríamos llamar, siguiendo ese paralelismo del café, maderas gourmet, detalló Chinchilla.

Madera gourmet

Plan piloto

El grupo de productores e investigadores visitó una de las parcelas de Esteban Cambronero, graduado del diplomado de Gestión de Fincas de la UNA, con quien se instaló un plan piloto para el cultivo de caoba en un sistema agroforestal. “Aquí sembramos 35 de los mejores clones que se han tenido en el invernadero del Inisefor-UNA, el uso de material genético seleccionado contribuye a que los árboles crezcan más rápido, con fustes más rectos, altos y libres de ramas; es decir, una mayor productividad de madera en un tiempo menor, se pueden obtener árboles de entre 7 y 9 metros de altura en 2 o 3 años, dependiendo del suelo y el clima del sitio”, dijo Corea.

“Este era un terreno que no se estaba utilizando y decidimos montar, junto a los estudiantes del diplomado y los profesores, un plan piloto. Año y medio después la finca tiene árboles de más de seis metros de altura. Otra de las ventaja es que se trata de un sistema agroforestal, entonces tenemos la caoba pero también sembramos yuca, camote, plátano, moringa, frijoles, malanga, tiquisque y forraje para el ganado, entre otros, lo que nos permite sacarle proyecto a la finca tanto a corto como a largo plazo”, comentó Cambronero.

Juan Carvajal fue uno de los primeros productores que se aventuró en el cultivo de caoba. “Yo busqué apoyo en el Inisefor porque quería diversificar la producción ganadera, tengo sembrados tres mil árboles de caoba y puede ser que yo no vea las ganancias, pero lo harán mis hijos y los nietos, uno no puede ser egoísta y querer todo a corto plazo”.

Para Carvajal, el reto de las plantaciones de caoba es el control del gusano barrenador. “Hay que ser muy constantes en la fumigación, un par de días pueden hacer la diferencia para un manejo exitoso”.

De cuidado

La plaga de Hypsipyla grandella es una pequeña mariposa nocturna que pone sus huevos en los brotes tiernos de la caoba. Las larvas penetran y se alimentan de la parte central del tallo del brote tierno lo que provoca su destrucción.

Una fumigación cada 15 días en los tres primeros años es fundamental para obtener un fuste recto y libre de ramas. Lo que recomendamos es utilizar 1ml/litro de agua y un buen adherente con la dosis indicada para cada producto. El costo por árbol de la fumigación al cabo de tres años es de 138 colones para la zona tropical lluviosa y de 78 colones para sitios secos”, explicó Chinchilla.

Para Víctor Meza, investigador del Inisefor-UNA, aunque la caoba se puede cultivar en plantaciones puras, al considerar las condiciones socioeconómicas y de tenencia de tierra de la gran mayoría de los productores agropecuarios del país, el proyecto está dirigido a fomentar el cultivo en combinación con otros sembradíos agrícolas.

“El objetivo de este encuentro con productores es que visiten las plantaciones para que vean que es posible tener un sistema agroforestal con los productos que ya ellos manejan. Sabemos que no es una inversión a corto plazo, pero también sabemos que la producción de caoba puede significar un futuro económico para los productores y sus familias”, dijo Meza.

*** Para mayor información comuníquese con Orlando Chinchilla o Eugenio Corea, investigadores del Inisefor UNA (2562-4605) o con la Oficina de Comunicación de la UNA (2277-3066/ 2237-5929).

 

Enviado a SURCOS por Oficina de Comunicación UNA.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/