Reclaman falta de transparencia en proyecto que debe regular experimentación clínica con personas

Les informamos de los últimos hechos del proyecto de ley 17777 sobre la investigación clínica.

 

Señoras DIPUTADAS y Señores DIPUTADOS

Asamblea Legislativa, República de Costa Rica

 

Estimadas diputadas y estimados diputados:

Asunto: EL TRISTE EPILOGO DEL PROYECTO 17777.

Lo que comento aquí y pongo en conocimiento de ustedes y de la ciudadanía es un hecho ya conocido por la mayoría y si no por un buen número de señoras Diputadas y de señores Diputados.

Se trata de una de esas “reuniones para negociar” que ocurren a escondidas entre el poder económico y el poder político.  Son actos a escondidas porque de ellos no queda documento alguno en el lugar debido,  en este caso concreto, en el expediente legislativo del proyecto de ley.

La negociación a la que me refiero ocurrió un sábado reciente en las oficinas del Castillo Azul y por lo tanto al amparo de la Presidencia del Primer Poder de la República. Esa reunión produjo como resultado un documento inaudito, muy triste, muy lamentable por muchas razones.

Se trata de un nuevo texto del proyecto 17777 que, asumo yo, el poder económico quiere introducir como texto sustitutivo. Este texto alejado de los principios éticos que deben regir la materia de derechos humanos es un fiel reflejo de la visión de la industria transnacional. Para qué una ley que debe regular y proteger a las personas si la que se plantea esta inclinada a favorecer y privilegiar los intereses de la industria farmacéutica. La ley en esta materia debe tener como centro las personas y sus derechos. Ese texto, que de seguro ustedes ya han oído, quizá visto pero pocos de ustedes aun no habrán podido leer con cuidado, está lleno de ambigüedades concebidas para proteger a la industria. Poco han importado la protección, la dignidad y los derechos de las personas que van a participar en experimentos clínicos. Para empezar el texto reiteradamente disimula con el estribillo de “regular la investigación médica en que participan seres humanos” el objeto de la ley. ¡Será que a los representantes de la industria no les gustan las palabras claras! El objetivo de la ley debe ser la creación de un marco justo para regular la experimentación clínica con personas, marco apegado a los más estrictos principios éticos y bioéticos.

Entre otras muchas cosas, ese “nuevo texto” olvida por entero regular el uso de recursos, instalaciones y las condiciones de participación de pacientes de las instituciones públicas. Dicho de otra manera, este texto y el que se discute en plenario parecen abrir de  par en par los servicios públicos a los intereses y necesidades de las  transnacionales farmacéuticas.

¿Y a los ciudadanos quién los representaba en esa reunión? ¿Quién defendía sus derechos en esas negociaciones? NADIE.

Pero el texto que está en plenario, el que tiene mociones que el poder político desea fervientemente eliminar para ya ni siquiera tener que oír cuestionamiento alguno sobre serios defectos de fondo que tiene el texto en discusión es otro. ¿Discusión? Perdón por la palabra porque eso es precisamente lo que ustedes no desean tener.

Ese texto fue uno encargado por la Comisión de Asuntos Sociales a una Subcomisión de cinco diputados a finales del 2010. Esa Subcomisión NUNCA se reunió. Entonces ¿de cuáles deliberaciones surgió ese texto? El origen del texto de esta Subcomisión fantasma quedará en el misterio. Ese texto, de cuyo origen legislativo no existe constancia alguna fue presentado y votado en la Comisión de Asuntos Sociales en 2011. Desde entonces se han intentado diferentes modificaciones a textos al margen de procedimientos legislativos claros y han circulado otros cuyos orígenes no han quedado en el expediente legislativo.

Pregunta:        ¿Tiene este proyecto, contrario a los derechos de las personas que participen en experimentos clínicos y favorables a unas pocas empresas comerciales, los votos suficientes para ser aprobado?

Respuesta:     SI.

Vaticinio:         Es probable que el día en que se vote el proyecto de ley 17777 van a estar presentes en el plenario al menos unos 45 de ustedes. Si fuese así, el resultado de la votación podría ser 38 a 7 o 37 a 8. Este es quizá el resultado más probable. Ustedes, expertos en el manejo legislativo, lo sabrán mucho mejor que nosotros los ciudadanos comunes.

Probablemente la mayoría de los votos afirmativos van a ser votos de obediencia y no votos de conciencia. Tristemente para la mayoría de los diputados y diputadas a Asamblea Legislativa  la protección de derechos humanos y la dignidad de las personas aparentemente no están sujetas a principios éticos ni a procedimientos legislativos correctos. La protección y dignidad de las personas han quedado a merced de “líneas de partido” íntimamente ligadas a “negociaciones entre fracciones” y a “almuerzos” entre diputados y representantes de empresas nacionales vinculadas a la industria farmacéutica transnacional. Así las cosas, es muy probable que dentro de pocos días la mayoría de ustedes digan: Colorín colorado el 17777 se ha aprobado.

No puedo terminar este comentario sin reiterar que creo firmemente en una ley para regular la experimentación con personas, pero los textos que se pretenden aprobar contienen, en mi opinión de ciudadano crítico, conceptos y normas que son contrarias a los derechos de miles de personas que van a participar en experimentos clínicos.

 

De ustedes con mi mayor consideración y respeto,

 

Carlos Zamora Zamora.

 

Información enviada a SURCOS por Carlos Zamora.