Por Memo Acuña ( sociólogo y escritor costarricense)
Escuchar durante ya casi 100 jueves ininterrumpidos, las historias de quienes hicieron hacen del arte una trinchera, solo me confirma que a la verdad estética que recrea se le debe sumar su capacidad y potencia reparadora, sanadora dirían algunos. No es solo el mundo de las significancias, de la plasticidad en los colores, es para mi gusto una acción política y performativa por que vuelve vital cualquier sonido, superficie, textura, es decir, transforma.
He oído de bibliotecas mágicas, libros olvidados en un rincón de la casa, zapatillas de ballet que vinieron en un regalo, un violín rasgado, una libreta con sus páginas en blanco. Por allí, por un agujero del tiempo y del espacio, se cuela la posibilidad de que un niño, una niña, pueda expresarse a través del sonido, el color y las formas.
He sido privilegiado conociendo esos momentos primeros, ese «big bang» como les digo a mis entrevistadas y entrevistados cada vez que les invito a recrear el motivo por el que ahora son poetas, músicos, pintores, bailarines, fotógrafos.
Siempre hay un momento de luz, eso sí. Cada conversación que sostengo, recuerdo mi primer acercamiento con el arte. Leí «20 mil leguas de viaje submarino» cuando estaba en mis primeros años de escuela. Un libro maravilloso que mis padres pusieron en mis manos. Julio Verne me parecía entonces un señor mayor, con la magia de escribir cosas portentosas.
Allí empezó todo para mí en el mundo de la literatura. Hasta el día de hoy, que leo (releo, para ser franco) un texto de crónicas sobre la migración de niños y niñas centroamericanas hacia Estados Unidos, llamado irónicamente » Yo tuve un sueño» y cuyo autor, Juan Pablo Villalobos, explora en diez piezas los distintos momentos del proceso de movilidad vistos desde el prisma infantil.
La ironía, dicho sea de paso, estriba en hacer coincidir la frase de Martin Luther King pronunciada en su famoso e histórico discurso en 1963 en Washington, con la promesa de un sueño americano que cada vez se cumple menos para la población migrante centroamericana.
Vivimos tiempos complejos, donde la violencia se ha instalado sin medida en sociedades como la nuestra. Por ello sigo pensando en el arte como un vehículo poderoso para contrarrestar el impacto que la violencia produce. Lo hizo Medellín hace ya casi tres décadas, al apostar por la poesía como vehículo de transformación y mediación de la realidad vivida y experimentada.
Costa Rica atravesó hace pocos días dos circunstancias en las que personas jóvenes perdieron la vida a manos de otras personas jóvenes. El vínculo entonces es directo: a la ausencia de espacios y de posibilidades, se le disputa con estrategias para reivindicar al sujeto y darle su lugar en la sociedad. Y esto puede ser posible si transversalizamos en lo cotidiano el arte, todas sus posibilidades y le brindamos a esa persona joven el espacio para expresarse, no desde la carencia, sino desde la plenitud a la que tiene derecho.
Del 04 de julio al 16 de julio del 2022, de 9:00 a.m. a 11:00 a.m. o de 1: 00 p.m. a 3:00 p.m, se impartirán una serie de talleres, dirigidos a niños y niñas a partir de los 4 años, estos se realizarán en Bazar Estacte, 200 metros este de la entrada principal del Colegio Técnico en Santa Rosa, de Santo Domingo de Heredia. Dichos talleres tienen un costo de 13 mil colones e incluye el material; solo debe traer sus herramientas de trabajo según el taller.
Lunes 4 de julio: dibujo artístico
Martes 5 de julio: globo en castapesta
Miércoles 6 de julio: curso iniciación a la música
Jueves 6 de julio: teñido de telas
Viernes 7 de julio: proyecto navideño # 1
Sábado 8 de julio: proyecto artesanal padres e hijos
AICA Costa Rica abrió la segunda etapa de recepción de solicitudes de membresía tanto para la sección nacional como internacional, anunció la primera vicepresidente de AICA, Inés Trejos Araya. «Esta es una invitación abierta a mujeres y hombres residentes en el país, que aportan decisivamente con su pensamiento y acción mediante la producción literaria sobre arte, la crítica, la historia, la curaduría y la gestión cultural y desean revolucionar el entorno artístico-cultural», enfatizó Trejos Araya.
Este proceso de recepción se realiza solo dos veces al año, de enero a marzo y luego de mayo a julio, para cumplir con los plazos de evaluación de los candidatos, labor que se realiza primero localmente y luego internacionalmente, explicó Trejos Araya.
La sección costarricense representa a la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA) que reúne a más de 5.000 críticos de arte de 95 países organizados en 63 secciones nacionales y una sección abierta.
Mediante el VLOG AICA CR No 05-22 se presenta un resumen del alcance, los beneficios y los requisitos para ser miembro nacional e internacional de AICA con 1ra vicepresidenta, Inés Trejos Araya y la vocal de junta directiva, Orietta Oreamuno Gómez quien estuvo a cargo de la presente producción audiovisual.
Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)
Ha concluido la novena Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales desarrollada en México por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
Bajo el lema “Tramas de las desigualdades en América Latina y el Caribe” se desarrollaron actividades académicas, editoriales y culturales de toda naturaleza, en un momento clave para reposicionar el rol de las ciencias sociales críticas y reflexivas en un mundo en transición.
En su Asamblea Ordinaria se reflexionó acerca de la necesidad de incentivar el diálogo inter y multidisciplinario en especial con otras disciplinas y saberes como el arte y la cultura. En otros momentos, en esta columna hemos defendido el potencial de las artes como vehículo movilizador y transformador social. El camino está trazado.
Un resultado no esperado de la Conferencia, que movilizó al menos reacciones y pronunciamientos diversos, fue la situación experimentada por varias académicas y académicos que quisieron participar y que no les fue posible, como resultado de políticas migratorias restrictivas implementadas por las autoridades mexicanas.
Destaca en particular la situación vivida por académicos, académicas y congresistas provenientes de Cuba, Colombia, Brasil, Bolivia y Centroamérica, quienes fueron objeto de malos tratos, violencia e intimidación no más arribando al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Incluso a muchos de ellos les fueron aplicados figuras como la detención y la deportación hacía sus países de origen.
Un pronunciamiento firmado por instancias como el Grupo de Trabajo CLACSO Fronteras: movilidades, identidades y comercios, Migraciones Sur-Sur, Seminario Universitario sobre Desplazamiento Interno, Migraciones, Exilio y Repatriación/UNAM señaló este hecho, denunciando la arbitrariedad de las autoridades migratorias mexicanas y recordando además que precisamente este contexto pospandémico ha develado la complejidad adquirida por las movilidades humanas a escala regional.
Ciertamente, contrario a la expectativa de una desaceleración de los procesos migratorios como consecuencia del cierre de fronteras a partir de la emergencia sanitaria, el pronunciamiento citado indica cómo se profundizaron las situaciones y se ampliaron los perfiles migratorios (migrantes deportados, migrantes varados, migrantes de tránsito, migrantes en espera, solicitantes de refugio, migrantes con intención de retorno y migrantes encarcelados) develando la complejidad, el riesgo y la vulneración de los derechos para las personas involucradas a todo nivel.
Al tiempo que la Conferencia se llevaba a cabo y se sucedían estas incidencias en carne propia para personas académicas y congresistas, dos hechos hacían constatar la necesidad de seguir profundizando el abordaje sobre estos temas a nivel global y regional.
El primero de ellos, la formación de un nuevo corredor humanitario con más de 10.000 personas originado al sur de México, cuyo destino final sigue siendo Estados Unidos. El grupo fue disuelto días después, pero muestra la potencia de estas formas de lucha migrante, al decir de la colega mexicana Amarela Varela, y su rol político en medio de la despolitización de los movimientos sociales regionales.
El segundo hecho es una constatación empírica: el aumento de los desplazamientos forzados a nivel global, cuya cifra alcanza ya a más de 100 millones de personas. Esto fue indicado en un informe reciente publicado por la Oficina para las personas Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) que precisó el carácter expansivo de los desplazamientos forzados de personas en todo el mundo.
La tensión evidente entre control migratorio y protección de derechos aboga ahora más que nunca por nuevas formas de abordaje del tema. Personalmente hemos optado por el arte, específicamente la literatura, como un camino posible para procurar la sensibilización. Esperamos contribuir en esa dirección.
Esta manifestación de personas vinculadas al sector cultural costarricense va dirigida al Señor Presidente de la República, don Rodrigo Chaves Robles.
San José, 12 de mayo de 2022.
Señor
Rodrigo Chaves Robles
Presidente de la República
Presente
Señor Presidente:
Los abajo firmantes, personas vinculadas al quehacer cultural de nuestro país, lo saludamos con respeto y le deseamos éxitos en el cumplimiento de las altas responsabilidades que recientemente ha asumido, teniendo presente que dependiendo de una buena gestión gubernamental la población del país se verá beneficiada o no.
Nos dirigimos a usted con sincera preocupación por el presente y el futuro del Ministerio de Cultura y, en general, por el declinante papel del Estado costarricense en el estímulo y difusión de la cultura y las artes.
Como sin duda es de su conocimiento, el presupuesto asignado por el Estado a este sector ha disminuido significativamente durante las últimas décadas. Entendemos que, en tiempos de restricciones fiscales, todos los sectores deben hacer sacrificios, pero invariablemente es el de la Cultura el más castigado.
Tanto como las restricciones presupuestarias, también nos preocupan la improvisación, la desorientación y la confusión que observamos en nuestro campo. Durante el siglo pasado, Costa Rica fue reconocida internacionalmente por sus altos niveles educativos y por su sistema de salud pública; más recientemente, por sus políticas ambientales. Menos conocido es que numerosas creaciones artísticas y manifestaciones culturales de nuestro pequeño país también han trascendido fronteras y merecido el reconocimiento de propios y extraños, y continúan haciéndolo hoy, lo cual significa un importante valor agregado a la consideración de nuestro país en el ámbito internacional, incluso como un destino económicamente atractivo.
El acceso a la cultura, de una parte, y la recreación transformadora de la propia cultura, de otra, son derechos humanos sancionados y reconocidos por numerosas convenciones y tratados internacionales suscritos por nuestro país.
Es importante destacar información económica que podrá serle de interés, recopilada en estudios generados por la “Cuenta Satélite de Cultura de Costa Rica (CSCCCR)”, componente de la Unidad de Cultura y Economía (UCE) del Ministerio de Cultura y Juventud, que visibiliza la contribución de la cultura a la economía costarricense.
Así, entre los principales indicadores generados se encuentra el PIB cultural o valor agregado de las actividades culturales. En 2019 el aporte de los 8 sectores culturales medidos fue de ¢772.630 millones de colones ($1.316 millones de dólares), lo cual representa el 2,1% del PIB nacional. Este porcentaje es igual al aporte del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (2,1%) y es superior a la contribución de dos productos agrícolas tradicionales de la economía costarricense, cultivo de banano y cultivo y manufactura de café (1,5%).
Asimismo, la producción cultural de los 8 sectores ascendió a ¢1.330.441 millones de colones ($2.265 millones de dólares) y se identificó a 45.299 personas ocupadas en actividades culturales, cuya cifra equivale al 2,1% del total de personas ocupadas del país.
Teniendo en cuenta el peso económico del sector y conociendo sus propósitos de reforma del Estado, llamamos su atención sobre la necesidad y la importancia de tomar en cuenta el criterio de quienes hemos dedicado la vida a estas actividades, para lograr este objetivo. Confiamos en que de esa forma no se impondrán la improvisación ni tampoco fríos criterios tecnocráticos. No podemos retroceder.
Señor Presidente: la cultura es el alma de un pueblo. Por ello celebramos su decisión de invitar, por primera vez, a representantes de los pueblos indígenas de Costa Rica al acto de su juramentación.
En el alba de su gestión gubernamental, solicitamos un diálogo franco y respetuoso con las autoridades de gobierno antes de tomar decisiones que pueden tener graves consecuencias sobre el ya golpeado sector cultural.
Arte y Cultura Binacional invita a la reunión virtual llamada “Encuentro Binacional 2022”, que se llevará a cabo el 16 de mayo de 2022 a las 02:00 p.m. Costa Rica. Agradecemos su participación en aras de articular acciones, para promover y fomentar la participación ciudadana y comunitaria, además del compromiso en hacer que los procesos evolucionen en nuestros pueblos.
Les esperamos en el primer foro de Aula Encendida, a realizarse el próximo martes 10 de mayo a las 6 pm en el Centro Cultural de España, San José Costa Rica. Su presencia es vital para apoyar el proceso.
El foro consiste en ocho mesas de exposición y discusión sobre temas relevantes que van desde la historia y profesionalización de la crítica al coleccionismo y el mercado de arte, pasando por procesos y metodologías de la crítica de arte y la endógama cultural.
En Costa Rica casi un millón de personas obtienen su sustento mediante la economía informal, y gran parte en condiciones de precariedad, sin derecho a la seguridad social o la cotización a un régimen de jubilación. Ilustración Raquel Mora Vega.
Día Internacional del Trabajo
Cada 1 de mayo millones de personas trabajadoras marchan por sus derechos
Aunque desde 1889 en el mundo se conmemora el Día Internacional del Trabajo, millones de personas aún no tienen las garantías mínimas que garanticen un ámbito laboral seguro y con un salario digno. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su Informe Mundial sobre la Protección Social 2020-2022, solo el 30 % está totalmente cubierto por sistemas de seguridad social en todas sus aspectos.
A pesar de que existen múltiples causas, una de las principales son las condiciones económicas en los países denominados “emergentes” y “en desarrollo”, en los que predomina el trabajo informal y las contrataciones bajo acuerdos entre patronos y personas trabajadoras donde se excluyen sus derechos fundamentales. Otros datos de la OIT calculan que la informalidad en esos países llega al 96% y que a nivel global el 61% de las personas obtienen sus ingresos por trabajos informales. Al desagregar los datos, las zonas rurales son las que muestran mayores porcentajes de informalidad, y es la agricultura la actividad en la que se ubican la mayor cantidad de personas en dichas condiciones.
En Costa Rica la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, incidió en un aumento de la informalidad. La última Encuesta Continua de Empleo publicada en enero 2022 mencionó que el 45 % de las personas se dedican a labores informales, en total unas 966 000, registrando un aumento atribuido a la pandemia sanitaria que redujo sensiblemente los ingresos de las familias costarricenses.
Con respecto a este tema, en Costa Rica las personas más afectadas por la informalidad están vinculadas a las actividades agrícolas y al sector cultural. Para colaborar en el empoderamiento de estas personas e incidir en las políticas públicas, dos proyectos de Trabajo Comunal, ejecutados mediante la Vicerrectoría de Acción Social (VAS), enfocan sus esfuerzos en esa línea.
El primero es el referido al “Cumplimiento de los derechos laborales en las plantaciones y afines. Alcances de la reforma procesal laboral frente a las necesidades del colectivo laboral” (TC-681); y el otro es sobre “Cumplimiento de los derechos laborales en el sector artístico y cultural y sus condiciones socio-económicas” (TC-754), ambos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica. En ambos casos, se realizan actividades de acompañamiento y asesoría a personas trabajadoras en instituciones públicas.
Creatividad en tono de precariedad
En el sector cultural costarricense hay una serie de problemáticas generalizadas, en parte porque el gremio es muy amplio y diverso, y en otra porque no existe una normativa que garantice que en el desempeño de su labor cuenten con todos sus derechos, afirmó la Lic. Karen Carvajal Loaiza, coordinadora del proyecto “Cumplimiento de los derechos laborales en el sector artístico y cultural y sus condiciones socio-económicas”.
Si algo caracteriza a las personas que trabajan por la cultura costarricense son las condiciones de precariedad, en las que predomina la informalidad, el subempleo, la subcontratación y la carencia de cosas que la mayoría asume como un derecho, como tener el seguro social o la posibilidad a una pensión al final de la vida laboral.
El TC-754 está en ejecución desde agosto de 2021, a raíz de la preocupación que la docente Carvajal conoció de un informe del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) sobre las graves afectaciones de la cultura producto de las restricciones sanitarias de la COVID-19. Por ejemplo, entre las personas profesionales de la música del sector estatal hay una problemática de larga data con respecto al tipo de jornada, ya que se les impone una prohibición de tener nombramientos parciales en distintas compañías, pues a criterio del MCJ se consideran distintas instituciones, aunque ambas están adscritas a ese ministerio; es decir, es el mismo patrono. Por el anterior motivo, se han dado despidos sin responsabilidad patronal aduciendo una prohibición sin fundamento, afirma la profesora Carvajal.
Adicionalmente, afirmó la coordinadora del TC-754, no existe uniformidad en el tipo de pago, las jornadas que implican las contrataciones y tampoco hay controles de cumplimiento de los derechos mínimos; pese a que en muchas de ellas está involucrado el Estado. Asimismo, falta reconocimiento del artista como un profesional, y a lo interno del propio MCJ se sigue discutiendo un manual de puestos para la carrera artística.
En cuanto a lo privado, aunque no existe un diagnóstico de la situación laboral del sector artístico, se podría afirmar a priori que el principal problema es el aseguramiento dada la inestabilidad del gremio, tanto así que muchas personas conjugan sus labores como artistas con otras labores distintas a su profesión, y en el caso de los subcontratistas no se sabe si cumplen o no con la normativa laboral costarricense.
Adicionalmente al trabajo realizado entre el sector gubernamental, se participó en el Simposio sobre la Condición Laboral de las Mujeres de las Artes Escénicas, realizado en enero pasado por el Colectivo de Mujeres en Escena. En el futuro, el TC-754 se abocará a organizar varias mesas de trabajo. Una de ella con entes estatales como el Ministerio de Trabajo, la Caja Costarricense del Seguro Social, el MCJ, y organizaciones gremiales para analizar las posibilidades de brindar el aseguramiento necesario. Y otros encuentros en los que se analizará cada uno de los problemas detectados durante este proyecto.
Carvajal concluyó que evidentemente existe una “ausencia de espacios de diálogo ante el Estado, esto limita la incorporación de los derechos de este sector en las políticas públicas. Esto genera que el Estado tampoco preste atención a las problemáticas, porque lamentablemente, en el derecho y a nivel del Estado no suceden cosas o no va a resolver ningún problema si no hay una demanda de los colectivos de esas necesidades”.
Las personas migrantes contratadas de manera irregular en el país carecen de garantías sociales, derecho a un seguro de salud y riesgos del trabajo y viven bajo amenazas de deportación por parte de algunos patronos, especialmente en regiones agrícolas. Foto Semanario Universidad.
La semilla de inequidad
El proyecto de Acción Social sobre el “Cumplimiento de los derechos laborales en las plantaciones y afines. Alcances de la reforma procesal laboral frente a las necesidades del colectivo laboral” (TC-681) es otra iniciativa de la Facultad de Derecho de la UCR.
El TC-681 reúne el esfuerzo de estudiantes de diversas carreras, bajo la coordinación del Dr. Mauricio Castro Méndez, y tiene el objetivo de facilitar procesos de formación colectiva acerca de los derechos de las personas trabajadoras y al ejercicio de la ciudadanía social por medio del fortalecimiento de las capacidades de sus organizaciones.
El proyecto parte de la premisa que las organizaciones del sector agrícola tienen un rol relevante en la determinación de sus propias condiciones de trabajo y de vida en general, así como en el cumplimiento efectivo de sus derechos laborales. En la actualidad, el trabajo se enfoca en las zonas Caribe y Norte, acompañando a sindicatos de las plantaciones de banano y piña; y hace poco incursionaron en la región Chorotega, para brindar apoyo a personas trabajadoras de la caña de azúcar, en el Ingenio Taboga.
Este proyecto inició en el año 2017 con un objetivo muy concreto, ya que ese año entró en vigencia la reforma procesal laboral, que planteó nuevas normas. Además, que en Costa Rica en el sector privado existe una cultura antisindical muy virulenta hacia las personas que son parte de los sindicatos, como para quienes se afilian, explicó.
En los diagnósticos aplicados se han detectado una serie de problemas. Entre ellos, es que en materia de salud ocupacional se incumple la normativa; por ejemplo, no se aplica reglamento para prevenir el estrés térmico durante la jornada agrícola; o el existente sobre la aplicación de agroquímicos, para el que existe estrictos protocolos técnicos, “pero una cosa es eso y otros el biomonitoreo relacionado con la aplicación rutinaria en las aplicaciones”. En ambos casos, explicó el docente, se está desarrollando una estrategia para subsanar estos vacíos en las prácticas agrícolas.
En el tema de jornadas y salarios la principal irregularidad es que las empresas propietarias de las plantaciones “acuerdan” con las personas pago por hectáreas o cajas de productos; “pero la legislación indica que si ese pago resulta inferior al mínimo por la jornada regular se debe ajustar. Pero en muchas empresas que pagan a destajo no están haciendo el cálculo de lo que el trabajador debería recibir. Por eso, junto con el Ministerio de Trabajo se está diseñando una aplicación para calcular cuánto debería recibir por lo realizado”, dijo Castro.
Finalmente, otra situación sumamente grave, es la discriminación y abusos con motivo de la condición migratoria de la persona, sobre todo en la zona norte. “Un primer tipo de problema es que hay empresas que prefieren traer trabajadores en condición irregular porque son más vulnerables y no cuentan con la seguridad social, y hasta utilizan la amenaza de deportación cuando los trabajadores exigen sus derechos. Lo segundo es que en esa zona predomina un sistema de subcontratistas que brindan servicios a la empresa principal, y de esta manera esquivan sus responsabilidades legales. Aunque esto es un secreto a voces, en el resto del país existe un desinterés total sobre el asunto, y no fue hasta que las poblaciones migrantes fueron un foco de contagios por la COVID-19 que se les volvió a ver, pero al costarricense en general no le interesa la población migrante y sus derechos”, concluyó Castro.
Este equipo de la UCR trata de “identificar las problemáticas, buscar respuestas, generar documentos, manuales, guías o videos para facilitarle a las personas trabajadoras sobre las mismas”, explicó el docente Castro. Otros de los productos generados son el diseño de propuestas, capacitaciones o estrategias de incidencia; a veces por una organización o una plataforma conjunta; y en otros casos se trata de aportar información como entrarle a los procesos que se están viviendo en casos particulares, detalló.
Una conmemoración sellada con sangre
A finales del siglo XIX las jornadas laborales eran de 16 horas diarias; y las fábricas operaban en condiciones insalubres y alto riesgo para la vida de las personas. Para ese periodo, los Estados Unidos se habían convertido en un importante centro del desarrollo impulsado por la Revolución Industrial.
El 1ode mayo de 1886 inició una huelga en la ciudad de Chicago que terminó tres días después, y se exigió el cumplimiento de la jornada laboral de ocho horas. Tras las revueltas se desconoce a ciencia cierta el número de fallecidos y heridos; pero quienes pasaron a la historia fueron ocho dirigentes que luego se conocerían como los “mártires de Chicago”. Posteriormente, el Congreso Internacional de Trabajadores, realizado en París en 1889, declaró el 1ode mayo como el Día del Trabajo y desde entonces cada año las personas trabajadoras marchan por las ciudades del mundo en pro de sus derechos laborales, garantías sociales para sus naciones y en protesta contra los proyectos de Estado que atentan contra las mismas.
En Costa Rica, la primera marcha ocurrió el 1ode mayo de 1913, por iniciativa de educadores ilustres como María Isabel Carvajal -Carmen Lyra-, Omar Dengo y Joaquín García Monge. Con el surgimiento del Partido Comunista en 1931, de la mano de Carvajal y Manuel Mora, entre otros intelectuales, la fecha tomó fuerza, hasta la proscripción de esa agrupación política y el encarcelamiento, destierro y asesinato de sus líderes tras la conclusión de la confrontación bélica de 1948, de la que se declaró ganador José Figueres Ferrer.
Eduardo Muñoz Sequeira, Periodista, Vicerrectoría de Acción Social, UCR
Este martes 10 de mayo se le invita a la actividad “AICA Costa Rica y la profesionalización de la crítica de arte», que se estará realizando en el Centro Cultural de España, Barrio Escalante, San José de 6 a 8 pm.
Esta actividad contará con la participación de:
Panelistas : Juan Carlos Flores Zuñiga y Alfonos Chase Berenes