Mediante el oficio AEL-00245-2025 dirigido al ministro de Ambiente y Energía, Franz Tattenbach Capra, el ciudadano Marco Levy Virgo solicitó formalmente la aplicación del principio precautorio in dubio pro natura para detener el proyecto inmobiliario conocido como Puket, ubicado dentro del Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo (REGAMA), sitio Ramsar n.º 783.
La solicitud se fundamenta en las consecuencias ambientales derivadas de la directriz 09-2023, así como en las irregularidades documentadas en el informe TAA-DT-0048-011 del Tribunal Ambiental Administrativo. Este informe detalla afectaciones significativas en el ecosistema del humedal, incluyendo la tala ilegal, construcción de drenajes, introducción de especies exóticas y obras sin autorización en zona marítimo-terrestre.
El Refugio Gandoca-Manzanillo es un humedal de importancia internacional que alberga bosques anegados, manglares y especies como raphia taedigera (yolillo), pterocarpus officinalis (sangrillo) y prioria copaifera (cativo). Además, protege el acuífero Sixaola, recurso esencial para la región. De acuerdo con la Convención de Ramsar, Costa Rica tiene la obligación de garantizar su conservación y uso racional.
Según el documento enviado al ministerio, el terreno afectado presenta características de humedal y se encuentra íntegramente dentro de los límites de REGAMA. El informe citado denuncia la alteración de más de 9 hectáreas y la existencia de construcciones ilegales, canalización de aguas, así como una posible fragmentación de la propiedad con fines de urbanización.
Ante esta situación, se solicita la suspensión inmediata de toda actividad asociada al proyecto Puket y la revisión de la directriz 09-2023. También se pide investigar y sancionar las irregularidades ambientales detectadas, implementar un plan de restauración ecológica, proteger el acuífero Sixaola y verificar la legalidad de permisos otorgados.
Finalmente, se insta al ministerio de ambiente y energía a comunicar al secretariado de Ramsar las acciones adoptadas para garantizar la protección del sitio Ramsar n.º 783 y el cumplimiento de los compromisos internacionales de Costa Rica.
La Academia Morista Costarricense y el Ministerio de Cultura y Juventud, mediante la Benemérita Biblioteca Nacional, se complacen en invitarle a la conferencia Pancha Carrasco, una mujer que se adelantó a su época por la historiadora Dra. Ana María Botey Sobrado.
Costa Rica duerme, pero las sombras de la esclavitud no. Caminan por las paredes y las veredas, arrastran sus pies gastados sobre las angostas calles, sobre plantaciones, sobre fábricas, aparecen como sombras de albañiles sobre rascacielos que cambian el paisaje del viejo San José. No tienen rostro, solo cicatrices y algunas las señales del látigo y la horca. No tienen nombre, solo números. La historia les cerró el libro, dijo que la esclavitud era cosa del ayer, pero nunca atascó la puerta. Siguen aquí las sombras. Hoy una nueva ley pretende normalizar la jornada de doce a catorce horas, si agregamos el tiempo de traslado al hogar.
En la oscuridad del siglo XVIII, los esclavos africanos llegaban en barcos de madera, con grilletes oxidados mordiendo sus tobillos y con el temor de que eran traídos para ser comidos, pero despertando como esclavos en las plantaciones. Los traían para hacer crecer la caña, para tejer las redes del comercio, para servir mesas que nunca serían suyas. Pensaron que algún día serían libres, pero la libertad en Costa Rica se dio como el truco de un prestidigitador: ilusoria, rápida, fugaz. Se acabó la esclavitud en los papeles, pero no en las manos de quienes seguían trabajando hasta que su piel se confundía con la tierra.
Las sombras de la esclavitud se ocultaron en la servidumbre del siglo XIX, las mujeres que desgarraban su piel en el agua helada y retorcida, lavando ropas ajenas. Sus dedos se hinchaban hasta no sentir, sus espaldas se doblaban hasta perder la forma humana. Cuando la fatiga las consumía, sus cuerpos caían en las aguas turbias, disolviéndose en el tiempo. Nadie las nombraba. Nadie las lloraba. La esclavitud había cambiado de rostro, pero su hambre de vida seguía intacta.
Luego vinieron las leyes contra la vagancia. Costa Rica quería crecer y necesitaba obreros sumisos, hombres que trabajaran sin alzar la mirada. La pobreza no era un accidente, era un crimen y los niños y niñas eran entregados al patrón para ser educados en el trabajo. Quien no trabajara lo suficiente sería castigado, encerrado, expulsado de la sociedad. El látigo del capataz se convirtió en el bolígrafo del legislador, y la servidumbre encontró nuevos nombres: “desarrollo”, “productividad”, “progreso.”
Siglos después, las sombras miran hacia Singapur, donde las trabajadoras domésticas viven en casas que no son suyas, sirven comidas que nunca probarán, limpian habitaciones donde jamás dormirán. Llegan desde Indonesia, Filipinas, Myanmar. Sus nombres desaparecen cuando cruzan la frontera, sus identidades se diluyen en contratos de trabajo que las atan como esclavas modernas. No pueden salir sin permiso. No pueden descansar. Son piezas descartables en una economía que las consume y expulsa cuando ya no sirven.
Y ahora, en Costa Rica, se escuchan susurros en las oficinas gubernamentales: “Jornadas de 12 horas, como en Singapur, como en las grandes economías.” Los empresarios celebran, los políticos aplauden, algunos sindicatos alzan su voz, los gremios callan y el presidente dice que trabajar más es la respuesta al atraso del país. La historia se retuerce en su tumba. Los Mártires de Chicago observan desde el olvido, sus gargantas están todavía abiertas por la horca que les estranguló y aun las leyes les niegan el descanso.
Las sombras de la esclavitud ríen en la casa del patrón, caminan por las calles húmedas, sufren en silencio. No se fueron nunca. La esclavitud cambió de piel, pero sigue esperando nuevos cuerpos. Y cada vez que los trabajadores bajan la cabeza, que aceptan el cansancio de las largas jornadas como destino, las cadenas invisibles se cierran un poco más, y las carlancas les impiden caminar. La pregunta no es ¿si la esclavitud volverá? ¡La pregunta correcta es: ¿si alguna vez se fue?
Por José Alejandro Sánchez Rodríguez | Con la voz experta de Dr. Arturo Brenes Angulo
El sector papero costarricense ha sido víctima de una serie de acontecimientos que, desde distintos frentes, han incrementado su ya maltrecha economía a lo largo de los últimos meses.
El pasado lunes 24 de marzo, tres representantes del sector papero nacional dieron declaraciones ante la Comisión de Cartago de la Asamblea Legislativa, denunciando pérdidas de hasta ¢15.000 millones a causa de políticas nacionales relativas al sector agrícola que —según indican— benefician al producto importado, el cual ha generado ganancias de hasta ¢4.500 millones a costa del producto nacional.
Los comparecientes hicieron referencia al decreto ejecutivo Nº 43853-MAG-MEIC-COMEX, aprobado en 2023, el cual facilita la importación de la llamada “papa industrial”, la cual es utilizada para la producción de alimentos procesados, como papas fritas o tostadas.
Debido al desabasto de papa en los meses recientes, que se debió en parte a la falta de estímulo en la producción por los bajos precios del tubérculo durante finales del 2023 e inicios del 2024 y la extensa temporada de lluvias de finales del 2024, el Ministerio de Agricultura levantó también la restricción para el ingreso de papa para consumo fresco, con el objeto de mantener la oferta al consumidor.
Sin embargo, esta medida tiene dos grandes inconvenientes: por una parte, la papa importada compite deslealmente con el producto nacional y segundo, esta importación representa una puerta más, abierta al ingreso de nuevas plagas o enfermedades para el cultivo de la papa, que podrían aún no estar presentes en nuestro país.
El Dr. Arturo Brenes Angulo, investigador del Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA) explica que el sector se vería seriamente afectado por el bajo precio con el que ingresaría la papa importada.
Por consecuencia, según lo establecido en decreto, la papa importada pasaría de tener un arancel para la nación más favorecida equivalente a un 45% de Derechos Arancelarios a la Importación (DAI) a un impuesto 14% de DAI (sin tomar en cuenta, en ambos escenarios, el impuesto del 1% por Valor Aduanero Mercancías Importadas).
Debido además a que los precios de la mayoría de las hortalizas nacionales son regulados por intermediarios, estos ofrecerían menos por un tubérculo nacional que es producido sin las subvenciones con que cuenta el sector papero en Estados Unidos, afectando aún más los pobres ingresos de nuestros productores, que cada vez tienen el panorama más difícil debido a los altos costos de las semillas e insumos para la agricultura.
De acuerdo a Brenes, las papas que usualmente se importan son tratadas previamente, en las bodegas donde se almacenan, con productos que evitan su brotación y se mantienen a bajas temperaturas para conservar su calidad. Cuando son exportadas, se mantiene la cadena de frío dentro de los contenedores en los cuales se envían. Al llegar a nuestros puertos, usualmente se rompe la cadena de frío, lo que provoca que la papa se brote y se deshidrate, afectando incluso su sabor.
El Dr. Brenes puntualizó que existe la posibilidad de que las papas importadas puedan venir infectadas con la enfermedad conocida como Zebra chip, provocada por la bacteria Candidatus Liberibacter solanacearum. Esta enfermedad se ha extendido en varios países de América Latina y aún no existe evidencia de que se encuentre en el país, por lo que debe evitarse su llegada.
Hasta ahora, se ha logrado evitar la entrada de muchas enfermedades del cultivo gracias a las medidas fitosanitarias vigentes. Es necesario recordar que la N° 7664, la Ley de Protección Fitosanitaria, resalta en el Artículo 45 la importancia de que el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) “asegure” que las medidas fitosanitarias se basen en una evaluación adecuada de los riesgos existentes para la vida y la salud de las personas o la protección de los vegetales”. Sin embargo, esta misma ley facilita que los requisitos sean establecidos a través de decretos ejecutivos, lo que permite que se generen cambios en las normativas de importación.
Discusión en plenario
El pasado 21 de abril la diputada liberacionista Paulina Ramírez Portuguez usó su intervención de control político en el plenario para hacer referencia al levantamiento de las restricciones fitosanitarias para la importación de papa y cebolla.
Ramírez denunció que las consecuencias favorecen de forma desleal a cierto grupo de importadores, los sugeridos por el Gobierno y el Banco Central, afectaciones a los productores nacionales y la falta de beneficios reales para los consumidores. La congresista también hizo referencia a las enfermedades que podrían traer estas importaciones y a la competencia que supondría con la papa de mesa producida en el país.
Puede escuchar la intervención completa en el siguiente enlace:
Pronunciamiento de la Corporación Hortícola Nacional
Dentro de este mismo marco, la Corporación Hortícola Nacional se pronunció en contra de las acciones del SFE, aludiendo al peligro que sufre el productor nacional desde frentes como la competencia desleal, las enfermedades que traerán los productos y las consecuencias que vendrían con las importaciones ilegales. La organización, se manifestó siempre a favor de la defensa de los productores nacionales.
También aprovecharon para resaltar la importancia de que el SFE vele por la seguridad de los productos, proponiendo que la institución revise las lavanderías en Cartago y Zarcero, presuntos puntos de comercio ilegal en Costa Rica
Este miércoles 7 de mayo, en los Tribunales de San Ramón de Alajuela, concluyó el juicio contra cuatro estudiantes de la UCR, a quienes se criminalizó por manifestarse pacíficamente en 2019 en defensa de la educación superior pública.
Tras 6 años de judicialización, el tribunal dictó sentencia absolutoria para el grupo de estudiantes, dejándoles libres de todos los cargos por el supuesto delito de obstrucción de la vía pública.
La jueza a cargo fue enfática en señalar que el fallo de la Sala Constitucional, vinculado al caso, es preciso: el artículo del Código Penal que tipifica el delito de obstrucción no puede utilizarse para criminalizar de ninguna forma el ejercicio legítimo del derecho a la protesta.
Agradecemos profundamente a todas las personas, organizaciones y medios que han acompañado este proceso con solidaridad y firmeza. Y especialmente a Edgardo Araya, por su defensa ética, comprometida y solidaria.
Con la dignidad y la conciencia tranquilas, seguimos de pie.
Contamos con personas expertas en gran variedad de temas, especialistas en construcción de conocimiento, y comprometidas con el quehacer social y cultural.
CEFEMINA, Movimiento para la Liberación de la Mujer y el Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional, se complacen en invitarle al conversatorio Resignificación del feminismo, del sufragismo a CEFEMINA con la participación de Patricia Alvarenga Venutolo, Alexia Ugalde Quesada, Ana Carcedo Cabañas. Presentación musical por Guadalupe Urbina.
La actividad será presencial el martes 1 de abril a las 3:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/