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Alianza de Resistencia por la Vida de las Mujeres

Comunicado

¡EMERGENCIA NACIONAL: ¡TRES FEMICIDIOS EN MENOS DE 12 HORAS!

Costa Rica vive hoy una tragedia que no puede ser ignorada: en menos de 12 horas, tres mujeres han sido asesinadas por el simple hecho de ser mujeres. Estos crímenes son la manifestación más brutal de una violencia estructural que el Estado ha sido incapaz de prevenir. Frente a esta realidad, alzamos nuestra voz para exigir medidas claras, urgentes y efectivas que pongan fin a esta emergencia nacional.

Nuestra preocupación es profunda: el Estado costarricense y el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), como ente rector, han fallado en garantizar la seguridad y la vida de las mujeres. No basta con discursos ni medidas simbólicas, necesitamos acciones concretas que respondan al mandato de los convenios internacionales que Costa Rica ha suscrito, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención de Belém do Pará. Ambos instrumentos exigen políticas efectivas, integrales y sostenidas para erradicar la violencia de género.

Exigimos:

  1. Declaratoria de emergencia nacional por violencia contra las mujeres. Este es un llamado urgente a priorizar recursos y políticas públicas para prevenir, atender y sancionar toda forma de violencia.

  2. El fin de la violencia institucional. Necesitamos instituciones que estén del lado de las mujeres, no del poder ejecutivo que perpetúa y naturaliza la violencia de género. Exigimos un INAMU que represente los intereses de las mujeres y no sea un apéndice del Ejecutivo.

  3. Una ministra comprometida con las mujeres. Queremos un liderazgo que no justifique las acciones del Ejecutivo, sino que aplique con firmeza los mandatos de los convenios internacionales y las leyes nacionales para salvar la vida de las mujeres.

  4. Cumplimiento de los compromisos internacionales. Es indispensable que el Estado costarricense cumpla con las obligaciones que ha asumido en la CEDAW y Belém do Pará, generando políticas efectivas, seguimiento integral y protección real para las mujeres en riesgo.

Un llamado a la acción colectiva:

Instamos a todas las organizaciones de mujeres, colectivos feministas y movimientos sociales a unirse en una Alianza de Resistencia por la Vida de las Mujeres. Esta lucha no puede ser de corto plazo ni limitada a las calles; debe ser sostenida y llevada a todos los espacios:

  • En las comunidades, trabajando juntas para concienciar y capacitar a las personas en prevención de la violencia de género.

  • En las instituciones, exigiendo cambios estructurales y denunciando la negligencia.

  • En los centros de trabajo, promoviendo espacios seguros y libres de discriminación.

  • En los hogares, educando desde la familia para erradicar los patrones de violencia.

  • En las calles, alzando nuestras voces juntas en una lucha incansable por los derechos de las mujeres. Nos vemos este

Hoy, más que nunca, debemos acuerpar a cada mujer que enfrenta violencia, construir redes de apoyo y compartir información que salve vidas. Esta es una lucha que nos compromete a todas y todos, porque la vida de las mujeres no puede seguir siendo arrebatada por la indiferencia, la negligencia y la impunidad.

¡Por una Costa Rica justa, segura e igualitaria!

¡Que nuestras voces retumben en cada rincón del país y exijan un cambio real!

Desde la resistencia y por la vida de las mujeres.

DECLARAMOS EMERGENCIA NACIONAL YA.

Mi subjetividad ante los graves problemas nacionales

Alberto Salom Echeverría

Introducción

En el segundo semestre del año recién pasado, suspendí momentáneamente los artículos de análisis politológico, para emprender un experimento, en el que muchos de mis buenos lectores y amigos me siguieron. Como algunos podrán recordar me di a la tarea de escribir semanalmente relatos novelados. Al final de noviembre, anuncié por este mismo medio que dejaba inconcluso el relato provisionalmente denominado: “Los estudiantes y el aspirante a dictador”.

Hoy vuelvo a los estudios de opinión, con el ánimo de “echar mi cuarto de espadas” en el debate público que se da en torno a la compleja realidad internacional y nacional.

Me propongo incursionar en el análisis de una manera un tanto particular: quiero evidenciar lo que comúnmente se omite en el examen de los asuntos desde la perspectiva científica; pondré en evidencia mis dolores e inconformidades ante los problemas más álgidos, procurando no distraer a ustedes del eje argumentativo principal. Sin embargo, estimo importante que además del análisis en el que procuramos objetividad, seamos capaces de externar y compartir también nuestros sentires y subjetividades, valga decir aquello que más nos aflige y duele.

El entorno de los problemas económicos, socio políticos y culturales del país.

Lo que SIENTO y pienso.

Un anhelo muy básico y fuerte que anida en mi corazón, casi desde que me comenzaron a interesar los problemas políticos y sociales, cuando estaba en la secundaria, consiste en desear que al país donde vivo y que amo le vaya bien en la gestión gubernamental y pública en general; aunque el presidente y el equipo que la ciudadanía haya escogido para desempeñarse no sea el de mi preferencia. He deseado siempre, que el país crezca, que haya distribución de la riqueza, que haya empleo de calidad, que haya estabilidad en la macroeconomía, que la inflación este controlada, que se tenga un tipo de cambio estable y que la mayoría de los personeros del gobierno y del resto de los poderes públicos sean honestos, o al menos que estén bien controlados por las instituciones que les compete, para que no se desate la corrupción. Es decir que el país tenga equilibrio de poderes. Además, siempre he deseado que exista una prensa que dé cabida en sus páginas a quien no comparta su línea editorial, que no tenga miedo en denunciar lo que esté mal y a quien no cumpla con probidad su función.

No obstante, conforme he madurado y he adquirido conocimientos más sólidos, sumados a la experiencia acumulada, muchas veces me ha correspondido, desde la sociedad civil o como político, combatir con ahínco a un gobierno o a determinados personeros de éste, en el instante en que me he dado cuenta, estudiando los datos o mediante la observación, que se han comenzado a cometer errores en la gestión pública que nos pueden costar caro como país. Desde luego, según mi opinión. Lamentablemente, contabilizo que la mayor parte de las veces, he debido ser crítico en la política.

En muchas ocasiones, he albergado serias preocupaciones sobre un presidente y su administración en conjunto, con solo leer su programa de gobierno, o cuando he conocido la trayectoria del líder y de muchos personeros de su equipo; tanto porque he estado informado de antecedentes de estas personas en la vida pública que no auguran nada bueno para el país, como porque, en otras ocasiones he observado que carecen de la experiencia necesaria en la función gubernamental.

Con la actual administración que encabeza Rodrigo Chaves, desde el inicio tuve temores de que, ni el presidente, ni el equipo que nombró para que lo acompañara en la gestión, tenían las credenciales para asumir las riendas del Estado desde el poder ejecutivo. Me pareció que se trataba de un grupo demasiado heterogéneo y, sumado a lo anterior, no contaba con un programa sólido. El presidente Chaves me lucía desde el arranque demasiado prepotente frente a su equipo y, de cara a las fuerzas de oposición, o ante personeros de otros poderes del estado y, con respecto a la prensa; aunque hacía gala de cierta capacidad para comunicarse especialmente, con sectores sociales de bajo nivel cultural, que en general están poseídos de un gran rencor contra partidos políticos que han ejercido el gobierno con anterioridad. He sentido que había cierta razón en ellos, porque ha habido una incapacidad para resolver la tendencia a la desigualdad social, y en ocasiones también se ha visto pasividad ante los problemas de la pobreza y “socarle la tuerca a los de arriba”. Pero, Chaves y su equipo, en su accionar no han sido capaces de ofrecer nada sólido, sino solo discursos rimbombantes que atizan el fuego de la discordia y la polarización social.

En lo personal, desde antes de ser electo el presidente Chaves y sus vicepresidentes, cuando se iba a producir el balotaje o segunda ronda electoral, redacté un documento que distribuí en mis redes sociales, advirtiendo acerca de las debilidades que tempranamente observé en Chaves y el partido político que representaba en ese momento. No fue suficiente. Chaves resultó electo presidente por una mayoría importante de costarricenses y eso se respeta cuando hay elecciones limpias como en nuestro país. Muchos de los que emitieron su voto por Chaves, hoy están decepcionados, aún cuando el presidente conserva todavía ascendiente en algunos otros sectores que han resultado atraídos por su discurso populista.

En varios aspectos, Chaves resultó tener más defectos y más graves que los que yo había conseguido observar tanto en su gestión como ministro de hacienda, así como en su desenvolvimiento en la campaña electoral. Probablemente porque vive lleno de temor en su interior, Chaves se torna fácilmente en un hombre agresivo cuando se le critica, es muy vulnerable a la crítica. Cuando se siente acorralado o se equivoca, miente. Ofreceré ejemplos.

Lo que siento en mi interior es compasión y pena por él, lo conceptúo bastante incapaz de afrontar o asumir sus errores, ya sea porque no los ve, o porque los ve, pero no los quiere asumir.

Lo que PIENSO y siento.

La realidad socioeconómica política y cultural del país es muy compleja, para ser desentrañada por un hombre que, según lo miro, carece de capacidad para verla con objetividad, o para poder separar “el buen grano de la paja”, desentrañando las cuestiones esenciales de los asuntos secundarios o menos importantes.

Por ejemplo, los datos muestran que en lo macro, se observa cierta estabilidad y crecimiento de la economía, pero cuando penetramos de manera más pausada y atenta, resulta claro que el crecimiento (2% del PIB en el 2024 y se vaticina que será de un 4% en este 2025), se produce a expensas solamente de un pequeño sector, el de zonas francas que, además de estar exoneradas de varios impuestos (tributos aduaneros, el IVA y el arancel, impuesto sobre la renta, el de patentes, el impuesto sobre la construcción y sobre los activos o patrimonio), no genera tantos encadenamientos productivos como aquellos que tienen su raíz en suelo nacional y la mayor parte del valor agregado se produce en Costa Rica. En consecuencia, los datos que muestran ese crecimiento, si no se interpretan correctamente, ocultan la realidad; a la postre no hay tal crecimiento de la economía, o no lo hay con justicia distributiva. (Cfr. Editorial. La Nación. 24.12.2024)

Algo similar ocurre con el desempleo. Los datos apuntan a que el mismo ha sido uno de los más bajos históricamente, pero, si lo vemos bien ocurre que la mayoría del empleo se produjo en la informalidad (138.000 empleos), en tanto que, en el sector formal de trabajadores, que están inscritos en la CCSS, el indicador muestra un aumento de solo 12.000 personas en el último año. O sea, solamente la minoría adquirió empleos de calidad. (Ibidem)

Duro y doloroso es aceptar esta realidad. Por un lado, la farsa de hacer aparecer un dislate, como si fuera la verdad y que Chaves, que se graduó como economista haya lanzado “las campanas al vuelo” para celebrar, según él, un “triunfo” sin igual de su gobierno, sabiendo que se trata de un disfraz, una vulgar mentira. Pero, por otra parte, pensar en tantos trabajadores en los empleos informales, me produce desazón. Significa que carecen de acceso al crédito y han perdido el derecho a la seguridad social; a muchas de estas familias no les ha quedado más remedio que endeudarse como única forma de costear el consumo de los hogares, así como un largo etcétera que evidencia decadencia social.

Los datos, sí amigos, hay que interpretarlos correctamente so pena de perder transparencia y veracidad en un país como Costa Rica, que siempre se caracterizó por llevar una estadística rigurosa y clara de sus cuentas, lo que ha permitido transparencia. Aquí siempre ha resultado fácil advertir, gracias a la información veraz, el terreno que estamos pisando; hoy, por el contrario, se desfigura la realidad y, el gobierno, burlándose de la verdad, blande los datos mal digeridos y, deliberadamente enarbola jubiloso una información falseada; no solamente pretendiendo engañar a los trabajadores y gentes sencillas, sino tratando de engañarse a sí mismo. Si no somos capaces de rescatar mediante una correcta interpretación de la información la transparencia y veracidad de los hechos, este país que ya se ha convertido en una democracia frágil, terminará desfigurándose ante el mundo.

Mientras tanto, el narcotráfico, como nunca, hace lo suyo, formando pandillas, reclutando jóvenes de zonas rurales empobrecidas, lo mismo que de precarios urbanos. Unos y otros, tras haber desertado del sistema educativo, se enrolan en esas pandillas poniendo en riesgo su propia vida. En efecto, muchos de estos jóvenes y hasta niños de ambos sexos en zonas rurales y precarios urbanos han incursionado en el narcotráfico, como única forma de “ganarse” el sustento diario; flagelo este del narcotráfico que ha proliferado más que nunca en nuestro país, contribuyendo a crear la inseguridad ciudadana que se vive.

Otro grave error de este gobierno ha consistido en haber intentado reiteradamente violentar la división de poderes, que en general casi siempre se ha respetado en Costa Rica. Para Chaves no. No hay respeto al Poder Legislativo, ni al Poder Judicial, ni a la Contraloría General; tampoco a la Fiscalía. Pregunto ¿Serán los pasos de un aspirante a dictador? No lo permitiremos.

Igualmente se incurrirá en otra mentira ante el mundo, si consentimos que este gobierno acometa la tropelía de autorizar la exploración y explotación de nuestro suelo, por parte de alguna compañía multinacional buscando gas natural y petróleo, con la absurda pretensión de que ello sirva para salvarnos de la pobreza. Eso únicamente redundará en el peor latrocinio, una estafa contra la humanidad que, a duras penas, está abocada a combatir el calentamiento global y el cambio climático. Esa burda estrategia permitirá en el hipotético caso de que se encuentren esos recursos naturales dentro de varios años, quizás lustros, que los petrodólares fluyan a los bolsillos de la o las empresas multinacionales, dejando muy pocos réditos a nuestro país y el suelo y subsuelo patrio destrozado. Entonces, reitero habremos perdido siempre nuestra marca país de ser una economía verde; una marca, adquirida a mucho costo, por parte de nuestra nación que ha buscado limpiamente hacer la transición de una economía parcialmente sustentada en los hidrocarburos a otra, sustentable con la naturaleza, una economía limpia. Eso también lo ha puesto en riesgo el actual gobierno, mediante burdas mentiras y maniobras de Rodrigo Chaves.

En medio de este clima de desasosiego e incertidumbre, se presenta uno de los peores síntomas de una sociedad que comienza a “hacer aguas”, se trata del supino debilitamiento de todo el sistema de educación pública, desde la etapa preescolar, pasando por la primaria hasta llegar a la secundaria. Sin que eso signifique que la educación a nivel universitario esté exenta de problemas, muchos derivados de la política de este gobierno de incumplir la Constitución sustrayéndole a la educación los recursos a los que está obligado por ley constitucional. Otro tanto ocurre con el sistema de salud pública y la Caja Costarricense del Seguro Social.

Por otra parte, en el campo de la cultura, la presente administración hizo descender aún más el presupuesto público destinado a atender las necesidades del sector, de un 0.86% a 0.3%. El ministro de hacienda y el presidente Chaves, alegan algo que suena irrebatible: a pesar del bajo presupuesto otorgado en el 2023, que fue en términos absolutos de 22.437.75 millones de colones, solamente se ejecutaron 18.857.29 millones de colones. Como resulta obvio, representa una subejecución de casi un 16%. Lo único cierto y verdadero es que dicha subejecución presupuestaria es imputable al mismo gobierno y en particular a la jerarca del ramo.

Por ahora, dejo enunciados estos problemas que, no son pocos y sí testifican el caos que estamos viviendo, acompañado de discursos faranduleros, por irreales, engañosos e incongruentes, cada miércoles en las poco célebres conferencias de prensa del “rey farandulero”.

En las próximas entregas iré incursionando con más detalle en los principales problemas del país.

Población indígena sigue enfrentando la imposición

Las comunidades indígenas luchan por reivindicar costumbres y cosmogonía ante el atropello cultural

La forma en que la Universidad Nacional se relaciona con las comunidades indígenas ha cambiado, de manera que ahora prevalezca la escucha. Foto Johnny Núñez

Hoy, el 2 % de la población costarricense pertenece a una población indígena; en total, son 104000 personas, aproximadamente. La mayoría vive en los 24 territorios existentes en el país y todos pertenecen a uno de los ocho pueblos originarios. Sus luchas se mantienen invisibilizadas para el común de la población y siguen marginadas por la presión sobre sus territorios y la falta de oportunidades para mejorar sus condiciones de vida.

“Tenemos el desafío de que somos un 2% y buscamos estar o tener ciertas condiciones igual que el resto de la población. Cuestiones como el derecho, principalmente el derecho a que se nos reconozca como población, como personas que tenemos condiciones  y conocimientos; que reconozcan realmente el valor de los pueblos indígenas”. Así resumió sus luchas Elides Rivera Navas, líder de la Organización de Mujeres Mano de Tigre del Pueblo Bröran de Buenos Aires de Puntarenas, en el programa de televisión de la Universidad Nacional UNA Mirada, dedicado a exponer la problemática indígena actual. Este episodio se estrenó en octubre.

Rivera reconoció que cada uno de los pueblos y territorios trabajan por reconquistar sus rasgos culturales: el idioma, sus costumbres, su medicina y alimentación, por ejemplo. La imposición de las personas no indígenas en todos estos aspectos erosiona las bases de sus tradiciones para  implantar el español, la fe católica o cristiana y las costumbres globalizadas en cuanto a la alimentación y vestimenta.

Desde hace más de 500 años, las personas indígenas sufren el atropello de sus raíces, y pese a ello aún logran mantener la esencia de su cosmogonía. Juan Gómez Torres, académico de la División de Educología del Centro de Investigación en Docencia y Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA), recordó la Controversia de Valladolid y como aún permanecen en la sociedad vestigios e ideas de esa discusión, donde se planteaba el prejuicio de ser inferior.

La Junta de Valladolid (1550-1551) fue el primer debate histórico sobre los derechos y el trato de los pueblos indígenas por parte de los colonizadores europeos, de ahí deviene la necesidad de protegerlos y a su vez limitar su autodeterminación. “Somos una sociedad de hombres y mujeres que cometemos errores y que no tenemos alma», dicen, según la iglesia católica. Eso es lo que nos sigue diciendo”, denunció Rivera.

Gómez ejemplificó que esta conceptualización permea las mismas políticas públicas vigentes, “cuando no escuchan, cuando no son los pueblos los que deciden lo que sucede en sus comunidades, cuando no les permiten la autonomía, la autodeterminación, sino que se les impone categorías y estructuras como la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas (Conai) y las asociaciones de desarrollo, que son externas, occidentales y que están viciadas con todos los errores y prejuicios de occidente”.

Sigue la imposición

En el panel se evidenció la falta de gobernanza y autonomía de los pueblos indígenas. La representante mencionó que ni siquiera en la legislación indígena vigente se protege la autonomía de los pueblos, ni se propone que cada territorio se rija por sus propias costumbres o políticas; todo lo contrario, se imponen las asociaciones de desarrollo como modelos de gobernanza.

Rivera explicó que su forma tradicional de gobierno es el Consejo de Mayores, pero “le seguimos el juego al Estado” por conveniencia, pues requieren recibir los apoyos del mismo. “Nos dan por un lado, pero por el otro nos dicen cómo nos tenemos que regir, cómo tenemos que caminar, qué tenemos que comer”, comentó. Asegura que luchan por ser autónomos y ejercer la gobernanza propia según su cosmovisión.

En pleno siglo XXI, y con la cultura de la inclusión por delante, aún se deben realizar esfuerzos para integrar los saberes ancestrales a los más occidentales, para dejar de limitar el patrimonio indígena a un cuadro en un libro de Estudios Sociales, donde se les ubica un territorio, un grupo y se describen sus costumbres, únicamente. 

“Lo relevante es, no sólo aceptarlos, si no hacer lo pertinente como sociedad costarricense, para que aprenden ese conjunto de hábitos, costumbres culturales y cosmovisión, y potenciar que estos grupos se desarrollen bajo sus propias características”, señaló Martin Parada, vicerrector de Extensión UNA.

El Consejo Nacional de Rectores (Conare)  declaró el 2024 como el año de las “Universidades Públicas con los pueblos originarios”, dado el trabajo que realizan todas ellas junto a los territorios indígenas. La UNA, por ejemplo,  desde la creación, en 1989 de la División de Educación Rural (DER), perteneciente al Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cidea), inició un vínculo con los grupos humanos que habitan las zonas donde residen los pueblos originarios de Costa Rica. Así, por medio de proyectos, programas y cursos de diferentes carreras,  a cargo de múltiples unidades académicas, las universidades públicas aprendieron a caminar junto con estas comunidades. 

Patricia Vásquez Hernández, académica de la Sección Regional Huetar Norte y Caribe, Campus Sarapiquí de la UNA,  reconoció que desde que se trabaja en comunidades indígenas “se han cometido muchos errores”, pues en un inicio la universidad planteaba las soluciones, pero “al conversar con los Awapa (médicos y líder indígena) de las zonas, les pareció mejor idea hacer algo en conjunto y ellos nos ofrecieron qué hacer”. Es así como la UNA se vincula actualmente con estos territorios. “A partir de escucharlos y de hablar con ellos, la universidad hace su aporte. Ahora todo proyecto tiene que nacer de allí, escuchando, y que sea la misma comunidad la que diga qué quieren y qué no”, explicó Vásquez.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Colegio de Abogados y Abogadas apoya ley que fortalece capacidades de la Cruz Roja Costarricense

Ley pretende el reconocimiento jurídico formal de la Cruz Roja Costarricense.

El Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica apoya formalmente el acuerdo al proyecto de Ley de la Cruz Roja Costarricense, que busca otorgar un reconocimiento jurídico formal a la Cruz Roja Costarricense y sus funciones a nivel nacional, fortaleciendo su papel como institución humanitaria de primera respuesta, en Costa Rica.

El proyecto de ley, que ya fue aprobado de manera unánime por la Comisión de Gobierno y Administración, se encuentra actualmente a la espera de ser discutido en el plenario legislativo. La iniciativa pretende elevar el marco normativo de la Cruz Roja Costarricense, que actualmente opera bajo un decreto de ley, para garantizar mayor seguridad jurídica y fortalecer su capacidad de atención y respuesta en beneficio de la población.

“Contundentemente apoyamos el proyecto de Ley 23.500 porque brinda un sólido marco jurídico a la Cruz Roja para atender expeditamente las emergencias del país desde la línea de primera respuesta y así expandir, fortalecer sus acciones de gestión y prevención del riesgo y ayuda humanitaria”, manifestó Rosibel de los Ángeles Jara Velásquez, vicepresidenta del Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica.

La importancia de esta ley se ha hecho evidente en momentos recientes, como la situación de emergencia nacional provocada por las intensas lluvias, en las que la Cruz Roja Costarricense ha estado presente, día y noche, apoyando a quienes más lo necesitan.

Esta institución, reconocida como Benemérita de la Patria, ha servido al país por casi 140 años, demostrando su compromiso con el bienestar de la población y su labor desinteresada y sin discriminación, en concordancia con los principios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

La Cruz Roja Costarricense agradece profundamente a la Junta Directiva, funcionarios y agremiados del Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica por su valioso respaldo a esta iniciativa, que fortalecerá nuestra capacidad para seguir ayudando a las personas más vulnerables y promoviendo el bienestar de todas las comunidades.

Esta ley tiene como finalidad reconocer formalmente el rol auxiliar de la Cruz Roja Costarricense en el ámbito humanitario, en situaciones de emergencia, desastre, disturbios interiores, tensiones internas y conflictos armados, así como determinar su relación con el Estado, instituciones autónomas y semiautónomas, entes descentralizados del Estado, municipalidades, organismos internacionales y otros sujetos de derecho privado.

Académicas impulsan transformación del trabajo de cuidados para reducir la carga sobre mujeres

  • Red Interuniversitaria tica busca impulsar mediante la extensión e investigación el debate para la creación de un sistema integral de cuidados que promueva la redistribución equitativa de responsabilidades históricamente asumidas por mujeres.

  • En el marco del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, buscan visibilizar la importancia de esta labor y su impacto en la construcción de sociedades más inclusivas y sostenibles.

  • Con miras al futuro, la red continuará impulsando estudios y acciones para posicionar el tema de en la agenda pública, buscando la participación activa del Estado, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades.

San José. Con motivo del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, que se conmemora este 29 de octubre, académicas de cuatro universidades públicas buscan promover la redistribución equitativa de las responsabilidades de cuidado en la sociedad costarricense.

Se trata de la Red Interuniversitaria de Estudio y Transformación de los Cuidados, conformada por las universidades de Costa Rica (UCR), Nacional (UNA), Estatal a Distancia (UNED) y Tecnológico de Costa Rica (TEC) que trabajan conjuntamente para visibilizar la importancia de los cuidados como un derecho humano en tres sentidos: el derecho a ser cuidado, el derecho a cuidar y el derecho al autocuidado.

La organización busca generar conciencia sobre la centralidad del trabajo de cuidados, –un tema que tradicionalmente ha recaído de manera desproporcionada sobre las mujeres–, limitando su acceso a la educación, el empleo, el tiempo libre y otras oportunidades de desarrollo.

Según la última Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, del INEC “el tiempo efectivo promedio, así como el tiempo social promedio, evidencian que se mantienen las brechas por sexo, ya que son las mujeres quienes dedican una mayor cantidad de tiempo efectivo por semana, con 32:04 horas (treinta y dos horas y cuatro minutos), entretanto los hombres destinan 15:44 horas, lo que significa que las mujeres dedican en promedio el doble del tiempo que los hombres.

En este sentido, la Red está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 5: Igualdad de género y el ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico, contribuyendo activamente a la transformación de este sistema hacia uno que sea más inclusivo, equitativo y accesible para toda la población.

El trabajo de cuidados comprende dos tipos de actividades superpuestas: las actividades de cuidado directo, personal y de relación, como dar de comer a un bebé o cuidar de un cónyuge enfermo, y las actividades de cuidado indirecto, como cocinar y limpiar.

Este trabajo se realiza dentro como fuera del mercado: dentro del hogar, de forma no remunerada o voluntaria (miembros de la familia, organizaciones benéficas), o por medio de la contratación de trabajadoras domésticas o trabajadores especializados de cuidados, no obstante, incluye, además, los trabajos remunerados en el mercado asociados al cuidado de personas (personas enfermeras, médicos, misceláneos, etc).

Como parte de las actividades conmemorativas del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, la Red ha organizado un programa especial de radio en Onda UNED, que contará con la participación de las especialistas, la Dra. Juliana Martínez Franzoni, del Centro de Investigación en Estudios Políticos (CIEP) de la UCR, y la MSc. Irma Sandoval Carvajal, del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO) de la UNA dos reconocidas académicas y miembros de la Red.

Durante la transmisión, las expertas dialogarán sobre los desafíos actuales en torno al trabajo de cuidados y las oportunidades para avanzar en una agenda de transformación social en Costa Rica. La moderación estará a cargo de Natalia Dobles Trejos, del CICDE-UNED y quien también es parte de la Red.

La investigadora del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo de la UNED, Ana Lucía Fernández Fernández, explicó que la Red Interuniversitaria de Estudio y Transformación de los Cuidados se fundó en 2023 con el propósito de generar espacios de reflexión, investigación y acción en torno al trabajo de cuidados.

“Ese mismo año, se organizó talleres y charlas en distintas regiones del país bajo el título ‘Trabajo de cuidados, uso del tiempo y políticas públicas’, con el objetivo de visibilizar el papel fundamental que juegan los cuidados en la vida cotidiana de las personas”, señaló.

Agregó que a lo largo de estas actividades se destacó la necesidad de un sistema integral que involucre al Estado, el mercado, la sociedad civil, las comunidades y los hombres en las familias.

Hasta la fecha, la Red ha realizado talleres en diferentes zonas del país, como las sedes de la UNED en Limón, la Sede de San Ramón de la UCR, el campus Coto y el campus de Pérez Zeledón de la UNA, entre otros, siempre con la participación de poblaciones diversas.

“Estas actividades han sido clave para sensibilizar sobre la importancia de redistribuir el trabajo de cuidados y llevar esta discusión al ámbito nacional”, dijo la investigadora del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo de la UNED, Ana Lucía Fernández.

Hacia un futuro de mayor equidad

La Red no solo articula esfuerzos académicos entre universidades públicas, sino que también integra la acción social, la investigación y la docencia para avanzar hacia una transformación real en la forma en que la sociedad costarricense entiende y valora el trabajo de cuidados.

Este trabajo se desarrolla en un marco interdisciplinario, que une las ciencias sociales, la economía, la estadística y otras áreas de conocimiento, siempre desde una perspectiva feminista.

Actualmente, la Red trabaja en la sistematización de sus procesos y en el diseño de nuevos proyectos para 2025, que continúen fortaleciendo los vínculos con la población y posicionen el tema de los cuidados en la agenda pública.

“Estos esfuerzos buscan generar propuestas concretas, como la creación de sistemas integrales de cuidados y la formalización de políticas públicas a través de fondos concursables del CONARE y otros mecanismos de articulación interuniversitaria”, concluyó Fernández.

Integrantes de la Red Interuniversitaria de Estudio y Transformación de los Cuidados:

  • Ana Lucía Fernández Fernández, CICDE-UNED
  • Natalia Dobles Trejos, CICDE-UNED
  • Marcela Pérez Rodríguez, CICDE-UNED
  • Juliana Martínez Franzoni, CIEP-UCR
  • Nancy Piedra Guillen, Maestría Centroamericana de Sociología, UCR
  • Laura Rivera Alfaro, UCR
  • Adriana Monge Arias, Sede de San Ramón-UCR
  • Ana Cecilia Escalante, Maestría Centroamericana de Sociología, UCR
  • Irma Sandoval Carvajal, IDESPO-UNA
  • Sharon Rodríguez Brenes, IDESPO-UNA
  • Maria Leonela Artavia Jiménez, Escuela de Economía- UNA
  • Rocío Chamorro Tasies, Sede de San Ramón-UCR
  • Mariángel Sanchez Alvarado, UCR
  • Ana Rosa Ruiz Fernández, TEC

Fuente: Información de la UNED

Compartido con SURCOS por Nancy Piedra Guillén.

Imagen: Cepal

Descubrimiento o invasión – Fichas didácticas 12 de octubre

María Trejos Montero

Desde un paradigma de vida y educativo crítico, emancipador, creativo y colectivo, la conmemoración del 12 de octubre va más allá de un acto cívico. Implica ser parte de un tejido social que apuesta por desmontar, decodificar, descolonizar saberes impuestos y mediados por una cultura hegemónica y eurocentrista.

Así, nos autoconvocamos a trasgredir dichas lecturas impuestas de mundo y de nuestra historia, para confluir en pensamientos, iniciativas y espacios abiertos a abrazar esa historia, esa narrativa síntesis de afectos, saberes y vivencias de los pueblos originarios sobrevivientes al genocidio que desgarró nuestro Abya Yala a partir de la invasión de 1492.

Esta herramienta didáctica es un aporte para seguir propiciando espacios dialógicos y libertarios desde los primeros años de infancia.

Le invitamos a descargar y compartir este material didáctico.

Costa Rica vive un momento de inseguridad y desesperanza

Dra. Marielos Aguilar Hernández

La sociedad costarricense enfrenta hoy una coyuntura política excepcional. La ingobernabilidad que intenta propiciar el presidente Rodrigo Chaves Robles con su particular estilo de gobernar por medio de ofensas, insultos y degradaciones dirigidas a sus adversarias y adversarios políticos, en el fondo, solo deja ver su ignorancia histórica y política de nuestro proceso de construcción como una sociedad civil caracterizada, casi siempre, por su vocación de consenso.

Pero esto no es casual, es el resultado de la decadencia propiciada desde la década del ochenta del siglo anterior, por parte de los dos partidos tradicionales – el Partido Liberación Nacional y el Partido Unidad Social Cristiana – montados desde entonces en los carruajes internacionales de la globalización neoliberal, atentando contra todos los esfuerzos nacionales impulsados desde la década del cuarenta para disminuir la desigualdad, el analfabetismo, democratizar la enseñanza y consolidar nuestro sistema de salud pública. Las élites políticas de esos partidos no fueron capaces de prever las consecuencias de sus actos, no imaginaron que, a mediano o largo plazo, el resultado de sus prácticas oportunistas e irresponsables le pasarían al país facturas tan costosas y amenazantes como ha sido el arribo de un régimen neo populista, autoritario e irrespetuoso, empeñado en acelerar el proceso iniciado por esas élites, desde el seno del Estado, en aras de privatizar nuestra democracia.

Todo eso se está agravando en nuestros días. En general, las y los costarricenses, casi siempre hemos sido conscientes de nuestras diferencias y contradicciones internas, pero, con excepción de aquellos dolorosos días de la guerra civil de 1948, hemos tratado de manejarlas dentro de los límites del diálogo y el respeto ciudadano. Sin embargo, las crecientes desigualdades sociales, la ignorancia o la subestimación de las buenas formas de convivencia en nuestro país por parte del presidente Chaves y, sobre todo, su vocación autoritaria que lo lleva a irrespetar los fundamentos de nuestro sistema político y la división de los tres poderes que le dan sustento, nos está amenazando seriamente como país.

La aparente corrupción de algunos sectores en el seno del Estado – nada extraño para nosotros como sociedad – pero con nuevos actores, métodos y tácticas, también está propiciando un momento crucial que anuncia una crisis de grandes dimensiones.

Los poderes Legislativo y Judicial han dado un paso al frente. Algo tan grave como la reciente intervención judicial de la CCSS y el inicio de una investigación legislativa para perseguir los tentáculos del narcotráfico que podrían estar invadiendo las estructuras del Estado costarricense, son síntomas que preocupan. ¿A dónde nos llevará todo esto?

El Poder Ejecutivo ha comenzado a observar pasos contundentes de parte de los otros poderes del Estado, tendientes a constatar aparentes anomalías en relación con la marcada expansión del narcotráfico en nuestro país en los últimos tiempos y parece sentirse acorralado. Conociendo un poco las formas de reaccionar el presidente, todo indica que también está arrastrando a algunos miembros de su gabinete a situaciones límite.

Ello ocurre cuando recién está comenzando la campaña política para las elecciones nacionales de febrero del año 2026, lo cual podría exacerbar las sensibilidades y las contradicciones en el seno de la sociedad costarricense.

Sin duda, esta es una hora crucial para nuestro sistema político y social. La acumulación de falencias heredadas por la clase política tradicional, sumado al auge internacional de regímenes populistas, autoritarios y con tácticas alimentadas por la extrema derecha, que se extienden cada día más por el mundo entero, implican un desafío sinigual para nuestro país. A la vez, constituye una prueba de fuego para nuestras convicciones alimentadas por la utopía de la excepcionalidad costarricense, solo comparada con la Suiza europea, según algunas percepciones abonadas desde el siglo XIX.

Este momento histórico exige, de parte de las y los trabajadores costarricenses, y de la sociedad como un todo, el compromiso ineludible de revertir, por los medios más atinados y firmes, este inconcebible retroceso en nuestro sistema democrático.

Los desafíos de las izquierdas

Editado por Juan Carlos Cruz Barrientos

La pérdida del norte democrático: el pecado original

El tema de la democracia política y la preocupación por las deriva autoritaria de la revolución rusa y posteriores experiencias, están presentes en los revolucionarios desde inicios del siglo XX.

En su momento, hubo destacados marxistas que criticaron el modelo bolchevique por desviarse del proyecto democrático. Entre estos críticos se encuentran Rosa Luxemburgo y Karl Kautsky, quienes señalaron el autoritarismo y la falta de libertades políticas en el régimen soviético. Luxemburgo, por ejemplo, defendía la necesidad de que el socialismo mantuviera elementos de libertad de expresión y organización política, mientras que Kautsky sostenía que la dictadura del proletariado no debía convertirse en una dictadura de partido.

El proyecto soviético limitó severamente la democracia participativa, lo que resultó en un modelo estatal altamente centralizado. Esto contrastaba con las expectativas democráticas que muchos socialistas tenían sobre la revolución. De manera que, en lugar de representar un avance hacia una forma más participativa de gobierno, se convirtió rápidamente en una estructura vertical y jerárquica.

Sin embargo, por años las distintas expresiones de la izquierda naturalizaron las carencias democráticas de los procesos políticos en la Europa del Este y Cuba y volvieron la vista hacia otro lado.

Cuando la crítica y la autocrítica funcionaba en las organizaciones de izquierda, esas carencias democráticas en las experiencias socialistas, no se analizaban y en algunos casos se censuraba.

Ni melancolía paralizante ni la idealización del pasado

No es sino a raíz de la disolución de la Unión Soviética, la caída del Muro de Berlín y el fracaso de diversos movimientos socialistas y comunistas, que una parte de las izquierdas profundizó en el análisis de las causas que llevaron al fin de las utopías revolucionarias tal como se concibieron durante el siglo XX.

Pero la mayor parte de la izquierda perdió su horizonte utópico, es decir, la confianza en un futuro definido por la superación del capitalismo y la construcción de una sociedad socialista, Dejando a la izquierda sin un proyecto claro de transformación social, inmersa en la gestión de los restos de su pasado.

Estamos ante nuevas generaciones de personas sensibles y conscientes de la injusticia y la exclusión pero no quieren escuchar hablar de izquierdas y derechas y han desechado los elementos de análisis heredados del marxismo.

El problema es que en ese borramiento del pasado de la izquierda, se “fue el niño con el agua sucia” porque como señala Enzo Traverso “la izquierda no es solo la melancolía de sus fracasos, sino también la de las luchas heroicas y las victorias parciales que marcaron su historia”.

La renuncia al instrumental analítico, digámoslo de una vez, del materialismo histórico, sin otro recurso teórico, ha implicado leer la realidad con los anteojos de los poderes fácticos de la derecha y la ultraderecha, para terminar en muchos casos replicando la visión del mundo de los enemigos de nuestros pueblos. Dejamos de historizar los procesos sociales, de analizar las dinámicas de las clases sociales y de integrar en el análisis los factores geopolíticos.

El trabajo de memoria es crucial para que la izquierda pueda aprender de su pasado y reimaginar su futuro. Sin embargo, esta memoria no debe ser un simple ejercicio de conmemoración ni de añoranza por un pasado idealizado, sino un proceso examinador que permita a la izquierda redefinirse, renovar el pensamiento crítico y a la búsqueda de nuevas formas de resistencia y lucha.

Una crítica de izquierda del socialismo del siglo XXI

El socialismo del siglo XXI propone una visión renovada del socialismo que busca ser inclusiva, sostenible y profundamente democrática, centrada en las experiencias y necesidades del pueblo.

En palabras Heinz Dieterich Steffan, este socialismo tiene las siguientes características:

  1. “Reinvención del Socialismo”: Steffan argumenta que el socialismo necesita adaptarse a las realidades del siglo XXI, alejándose de los modelos tradicionales y proponiendo una nueva forma que responda a los desafíos contemporáneos.
  2. “Justicia Social y Sostenibilidad”: Propone un modelo que integra la justicia social con la sostenibilidad ambiental, enfatizando la necesidad de un desarrollo que priorice el bienestar humano y el cuidado del planeta.
  3. “Crítica al Neoliberalismo”: Steffan critica el capitalismo neoliberal por sus efectos destructivos en la sociedad y el medio ambiente, abogando por un cambio radical en la estructura económica y social.
  4. “Participación Ciudadana”: Destaca la importancia de la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones, defendiendo la democracia como un elemento fundamental del nuevo socialismo.
  5. “Educación y Cultura”: Subraya el papel de la educación y la cultura en la formación de una sociedad más justa, argumentando que son herramientas clave para empoderar a las personas y fomentar una conciencia crítica.
  6. “Construcción de Alternativas”: Aparte de la crítica al sistema existente, Steffan aboga por la construcción de alternativas concretas que respondan a las necesidades de las comunidades, promoviendo un modelo económico más equitativo.

La crisis del socialismo del siglo XXI

En su libro «La crisis de los regímenes progresistas y el legado del socialismo de Estado»*, Klaus Meschkat analiza las causas y el contexto de la crisis que han experimentado los regímenes progresistas en América Latina, brindando una reflexión crítica que resulta clave para quienes están interesados en la política de izquierda.

1. Contexto del Auge Progresista en América Latina

Meschkat comienza señalando cómo, en la primera década del siglo XXI, muchos países latinoamericanos vivieron un auge de gobiernos progresistas y de izquierda, que surgieron como una respuesta al fracaso de las políticas neoliberales implementadas durante los años 90. Estos gobiernos (como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y Brasil) promovieron políticas de redistribución económica, inclusión social y soberanía nacional, lo que generó expectativas y apoyo popular.

Sin embargo, esta «ola progresista» entró en crisis. Meschkat plantea que, para entenderla, es necesario analizar tanto factores externos como internos que erosionaron estas iniciativas.

2. Causas de la Crisis de los Regímenes Progresistas

a) Dependencia de las exportaciones de materias primas

Uno de los puntos fundamentales que Meschkat resalta es la **dependencia de los ingresos por la exportación de materias primas** (como petróleo, gas, soja o minerales). Aunque estos gobiernos redistribuyeron parte de estos ingresos en programas sociales, su modelo económico siguió siendo dependiente de mercados internacionales. Al bajar los precios de estas materias primas, muchos gobiernos progresistas enfrentaron problemas fiscales que desataron crisis económicas, disminuyendo su capacidad de mantener programas sociales.

b) Falta de transformación estructural

Meschkat critica la falta de una transformación estructural del sistema económico en estos regímenes. Si bien hubo avances en reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida, muchos de estos gobiernos no rompieron con el modelo capitalista ni impulsaron transformaciones profundas en la propiedad de los medios de producción o en la estructura de clases. En lugar de esto, continuaron operando bajo lógicas capitalistas, lo que llevó a un estancamiento de sus proyectos.

c) Tensiones políticas internas

Las alianzas de los gobiernos progresistas con sectores de las clases dominantes para garantizar estabilidad económica y política resultaron problemáticas. Esto generó tensiones con movimientos sociales y sectores más radicales de la izquierda, que esperaban una transformación más profunda. Meschkat señala que esta falta de cohesión interna contribuyó a que algunos gobiernos progresistas perdieran legitimidad entre su base social.

d) Intervención extranjera y desestabilización

Meschkat también menciona cómo estos gobiernos enfrentaron presiones externas. Los intereses del imperialismo estadounidense y de las élites locales actuaron en varios casos para desestabilizar a los regímenes progresistas. Campañas mediáticas, golpes de Estado (como el de Bolivia en 2019) y boicots económicos fueron tácticas utilizadas para debilitar a estos gobiernos.

3. Lecciones para la Izquierda

A partir de este análisis, Meschkat extrae varias lecciones clave para los jóvenes y para la izquierda en general:

a) No repetir la dependencia de las materias primas

Meschkat advierte que, si la izquierda desea evitar las crisis futuras, debe diseñar un modelo económico menos dependiente de los recursos naturales y más orientado hacia la “diversificación productiva”, el desarrollo tecnológico y una economía sustentable que permita reducir la vulnerabilidad frente a las fluctuaciones del mercado global.

b) Profundizar la democratización y la participación popular

Para Meschkat, una de las fallas de los regímenes progresistas fue que, aunque inicialmente se apoyaron en movimientos sociales, muchos de ellos no lograron construir estructuras duraderas de poder popular. La izquierda necesita promover una “democracia participativa” más robusta, que no se limite a elecciones periódicas, sino que empodere a las bases y permita un control real de las decisiones por parte del pueblo.

c) Transformar la estructura económica y de clases

Otro punto crucial es la “transformación de la estructura económica”. Meschkat aboga por una izquierda que no solo se conforme con la redistribución de riqueza, sino que busque transformar la relación entre capital y trabajo. Esto implica un desafío más profundo al sistema capitalista, impulsando modelos de economía cooperativa, propiedad social de los medios de producción y mayor autonomía para los trabajadores.

d) Internacionalismo solidario

Finalmente, Meschkat subraya la importancia de una “estrategia internacionalista”. Los gobiernos progresistas deben fortalecer sus alianzas internacionales con otros movimientos de izquierda, resistir colectivamente las presiones del imperialismo y construir redes de cooperación que permitan la solidaridad entre los pueblos del Sur Global.

Conclusión

Klaus Meschkat ofrece un análisis crítico y exhaustivo que nos invita a reflexionar sobre las limitaciones y errores de los regímenes progresistas en América Latina, pero también sobre las oportunidades que estos gobiernos abrieron. La crisis de estos regímenes no debe desanimar a la izquierda, sino servir de aprendizaje para construir una alternativa más coherente, con mayor participación popular, independencia económica y resistencia internacionalista frente a las fuerzas del capitalismo global.

Esta reflexión es clave para quienes nos reivindicamos de izquierda, pues nos permite entender que el proyecto progresista no ha fracasado por completo, pero sí necesita reinventarse y aprender de sus errores para enfrentar con éxito los desafíos del siglo XXI.

Imagen: Rosa Luxemburgo.

Celebración del Día de la Artritis Reumatoidea – 12 de octubre

Dr. José Manuel Vega Ortiz
Especialista en Reumatología y Medicina Interna
Miembro de Número

Este 12 de octubre se celebra a nivel mundial el Día de la Artritis Reumatoidea (AR).

Una enfermedad de evolución crónica de compromiso generalizado, cuya expresión más prominente es el compromiso de múltiples articulaciones. Suele acompañarse de manifestaciones en otros órganos y sistemas de nuestro cuerpo. Tiene una evolución crónica.

Fue caracterizada por Alfred Garrod en 1959, pero hay evidencia de esta enfermedad en pinturas antiguas y más aún en épocas de Galeno.

Es sin lugar a duda la enfermedad reumatológica más frecuente, con una prevalencia a nivel mundial entre 0.2% hasta 2.4% en algunas poblaciones indígenas norteamericanas siendo en promedio de 0.5% a 1%. Más frecuente en mujeres con una relación de 3:1 con hombres y predomina en grupos de edades ente 30 a 50 años; una población que se encuentra en plena etapa productiva con múltiples compromisos familiares, laborales y sociales de ahí su impacto en la sociedad y salud de un país. Esto es algo que demos tomar en cuenta en su tratamiento.

Aunque no está completamente esclarecido su causa, sabemos que hay factores genéticos predisponentes y factores ambientales que actúan como elemento gatillo para el desarrollo y perpetuación de la enfermedad tales como tabaquismo, alteración de la microbiota en cavidad oral e intestinal, agentes infecciosos virales como el virus de Epstein-Barr, Parvo virus B19 y más recientemente con el SARS CoV-2. Una vez desarrollada la enfermedad, la activación del sistema inmune produce anticuerpos contra componentes de nuestro organismo y substancias inflamatorias, perpetuando la enfermedad. Ya podemos inferir que como parte del tratamiento es importante tener un estilo de vida saludable, no fumar, una alimentación sana para evitar alteraciones de la microbiota normal, evitar obesidad y adecuada actividad física.

Tiende a manifestarse por comprometer múltiples articulaciones al mismo tiempo, se presenta bilateral, a ambos lados del cuerpo, con mayor predominio de las articulaciones de manos y pies, pero también afecta en forma importante rodillas, tobillos, codos, hombros. No debemos olvidar su compromiso general con manifestaciones de agotamiento, impotencia funcional, rigidez articular de predominio matinal y que puede dañar a otros órganos y sistemas como pulmones, corazón, piel, nervios de las extremidades y sistema vascular. Por ser un estado inflamatorio generalizado y crónico puede facilitar el colesterol y dar lugar calcificaciones de vasos sanguíneos con mayor riesgo de infartos y derrame si no controlamos la enfermedad.

Surgen preguntas: ¿Se llega a curar la enfermedad? Es una enfermedad crónica que requiere control médico periódico y la enfermedad se puede controlar, evitando que progrese. ¿Mis hijos heredarán la enfermedad? Se hereda la predisposición genética a tenerla, no la enfermedad como tal. Si hay una propensión dos veces mayor que en la población general. ¿Me llegaré a invalidar? Hoy en día se puede evitar con un tratamiento y control adecuado.

Actualmente se ha avanzado mucho en el tratamiento de esta enfermedad existen drogas sintéticas y biológicas que al ser iniciadas en los primeros meses la enfermedad y con un adecuado cumplimiento por parte del paciente, hará que la enfermedad se controle, no progrese, no desarrolle impotencia funcional y se tenga calidad de vida normal.

Existe una percepción errónea y anticuada de la enfermedad, llevando a la creencia que es una condición que producirá indefectiblemente a la pérdida de nuestras capacidades funcionales, lo cual no es cierto. Un tratamiento temprano, con la terapia adecuada permitirá a los pacientes llevar una vida productiva, funcional de buena calidad.

Situación actual de los conflictos entre humanos y cocodrilos

La recuperación paulatina de las poblaciones de cocodrilos, el auge inmobiliario cerca de ríos y costas y una mayor disponibilidad de alimento para la especie, generan conflictos de convivencia, pero un manejo adecuado podría ser la base para el desarrollo económico y social de las comunidades cercanas al hábitat natural de este reptil.

Este 10 de octubre a las 10 a.m. en el Parque Marino del Pacífico, el académico Iván Sandoval del Laboratorio de Zoología de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional (UNA), impartirá una charla sobre la situación actual de los conflictos entre humanos y cocodrilos, así como opciones de manejo.

En Costa Rica existen dos tipos de cocodrilos: el Caimán Crocodilus y el Crocodylus acutus o cocodrilo americano. Es una especie que prácticamente no ha evolucionado desde hace 65 millones de años; sus características de buen cazador y habilidades para defenderse le han permitido sobrevivir con un único cambio radical: su tamaño. El cocodrilo más grande que existió medía entre 11 y 15 metros y pesaba cerca de 8 toneladas. El más grande que podemos encontrar hoy día, de acuerdo con Sandoval, es el Crocodylus porosus, que habita en Australia y el sudeste asiático, mide hasta 7 metros y pesa cerca de 1,5 toneladas.

Hasta 1960, en Costa Rica, así como en el resto del mundo, se cazaban cocodrilos, pero la Ley de Conservación de Vida Silvestre, lo declaró—en 1992—como especie en peligro de extinción, y por lo tanto esta práctica es ilegal.

Estos reptiles volvieron a recolonizar su hábitat, donde ahora hay actividades antrópicas o donde se han instalado poblaciones. Para Sandoval es necesaria una mayor educación ambiental. “La gente tiene que saber que hay sitios donde las poblaciones de cocodrilos son abundantes, y no se debería meter al agua: recomendamos pescar desde un bote, o desde fuera en la orilla, es importante no entrar en interacción directa con la especie, y si alguien ve cocodrilo, evitemos ingresar al agua”.

La entrada a esta actividad es gratuita y abierta al público.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica