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Etiqueta: pandemia

¿Desinformación Deliberada?

Jiddu Rojas Jiménez

Ahora resulta que «la culpa» de que la curva de contagios suba, es de los maestros y las maestras, quienes desde hace meses piden clases virtuales y medidas consensuadas.

Lo mismo habían dicho antes de los Empleados Públicos, en general.

Es parte de la campaña mediática de ‘satanización’ de la clase trabajadora estatal. En fin, nada nuevo.

Según los y las desinformadores oficiales, ahora es culpa de los y las docentes, porque estos se van «en masa de vacaciones a nuestras playas» (sic). ¿Es en serio?

Y así lo escriben en redes y en público… Y hasta algunos altos cargos administrativos del MEP lo repite en públicas reuniones y conversaciones entre vacunadas.

Por favor, no creamos este tipo de imbecilidad malintencionada.

Tampoco decimos que todo se haya hecho mal, al contrario aplaudimos los esfuerzos y aciertos anteriores del Ministerio de Salud, respecto de la Pandemia.

Pero hay una tercera ola y está golpeando muy duro y hay muchas quejas entorno a la rapidez del proceso de Vacunación. Y los/las más golpeados son generalmente, los/las más pobres y vulnerables. Las instrucciones oficiales acá, pasaron de versátiles o francamente confusas, a contradictorias.

Reconozcamos que estamos en un mal momento del manejo de la Pandemia o Sindemia. Y dejemos las reacciones infantiles mejor, para después de las Elecciones Nacionales. Antes que los intereses partidarios y electorales, o económicos particulares, hay prioridades nacionales y de Salud Pública.

Volvamos a las contradicciones. Francamente, qué esquizofrenia la del discurso oficial del Gobierno de turno.

Porque si Usted tiene la plata para irse a USA a vacunar, no hay problema… Váyase aunque solo le alcance para una dosis, o más bien, regrese contagiado. Literal. Vaya, gaste afuera. Usted puede, otros no… Son todos casos reales.

Mientras en Costa Rica, si Usted va a un zona turística local pero de lujo, ‘5 Estrellas’, hasta tal vez lo vacunan de gratis aunque no se parte de los dos primeros Grupos de riesgo… ¿Será sólo desinformación? No lo creo.

En las zonas menos afortunadas, a veces se nos obliga a llevar un diagnóstico privado (que usualmente cuesta 20 mil colones), que demuestre su condición de salud, para así ingresarlo al próximo tercer grupo de riesgo.

¿No me cree? Ok… Pura vida.

Volvamos al tema del Turismo local. Porque claro, «hay que apoyar al Empresario Turístico», nos decían en Semana Santa. Pero parece que apoyan al gran empresario, no al pequeño ni al mediano.

¿Pero los maestros «come-huevos» (sic) hipotécamente no tienen derecho a vacaciones? ¿Y adónde irían? ¿Al Hotel ‘5 Estrellas’?

¿Y si defienden ese el derecho a las vacaciones, sería «antipatriótico» o irresponsable?

¡Qué hipocresía!

Porque en ese razonamiento clasista, los y las maestras seguramente son responsables además, de la gran brecha digital entre los estudiantes más pobres y el resto, del país. Claro…

Lo que realmente es indignante, es el atribuir, – la valiente, cívica y racional decisión de los Sindicatos del Magisterio de denunciar y protestar, contra la cabezonada del MEP de impartir clases solo presencialmente-, a toda esta calumnia organizada.

La posición del Magisterio era otra: Era volver a las clases virtuales para aplanar la curva, y de forma consensuada. Y combinar modalidades y tratar de reducir la brecha en la conexión digital.

Y por cierto, francamente la tardía decisión del MEP (y de las otras autoridades que reaccionan a la defensiva) de suspender el curso en ambas modalidades, se debe también al temor a la presión sindical organizada.

Lástima que tristemente, sea una decisión tan tardía la del MEP.

Tal vez se hubiesen podido evitar algunas víctimas innecesarias entre los y las docentes.

Y por favor, no crean todo lo que dicen o insinúan de los y las Maestras.

No se trata de ‘idealizarlos’ tampoco, pero sí al menos, de ser más justos/as.

Enlace: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=3779607955481485&id=100002969526277&sfnsn=mo

Compartido por Jiddu Rojas Jiménez.

¿Quién ganó con la pandemia en Costa Rica?

José Rafael Quesada

Costa Rica está en una fase conocida como tercera ola de la pandemia, que parte del aumento acelerado de contagios en pocas semanas, muy alto comparado con los momentos anteriores de la pandemia. Y el caso de mi ciudad, más o menos representa la misma proporción del alza del número de casos de contagio que se produce en el país. Recientemente (menos de tres semanas) se pasa de una alerta amarilla a naranja y se aplican las restricciones que se proponen para 44 municipios del Gran Área Metropolitana. Esto implica ampliación de horario de restricción de movilidad en vehículo entre semana y restricción de placa par e impar el fin de semana para vehículos; cierre de establecimientos comerciales no esenciales (restaurantes, bares, tiendas, bazares, etc.) y empresas que se sumaran a la restricción, con las excepciones normales.

El uso político de la pandemia en el país

En realidad, como se atribuye al Estado, al sistema de salud y al sistema de atención de emergencias y gestión de riesgos, la tarea de enfrentar y ordenar la respuesta a la pandemia; entonces el gobernante se ha ubicado como foco de atención principal por su “mala o buena gestión” al frente del proceso. El mecanismo es sencillo, los medios que son opositores en general tienden a mostrar los errores de la gestión y la oposición a amplificar este fenómeno en contra del gobernante.

En este caso la oposición ante un gobierno debilitado (de centroderecha), utilizó el proceso para generar alianzas políticas más a la derecha y propone y aprueba decenas de nuevas leyes y reformas de otras, para debilitar el Estado Social de Derecho que operaba en el país desde los años 60 y 70 del siglo pasado, originada en concepciones más socialista democráticas, muy extendidas en esa época como balance al crecimiento de los socialismos soviético, chino o cubanos (tercermundistas) de la época.

De forma que el país se percibe gobernado por un grupo de líderes empresariales neoliberales con una agenda de reducción del Estado, disminución de presupuesto, reducción de salarios en el sector público y universidades, cual coro de seres tenebrosos que actúan contra la gente. Ejemplo de ello es el alza de impuestos a sectores populares y medios del país. Aparición de la concepción del sálvese el que pueda, incluyendo que la crisis no la paguen ni los banqueros ni los empresarios, así como otros sectores agroexportadores de capital externo. Negativa a reducir o renegociar el pago de deuda externa, aunque signifique no generar bonos o subsidios para los sectores empobrecidos y desempleados como consecuencia del desarrollo de la pandemia. Es decir, han utilizado la pandemia para destruir el sistema solidario, a pesar de que signifique el sacrificio de una generación entera en términos de aumento de la brecha tecnológica y pérdida de la calidad educativa, que significará un conjunto de pérdidas de oportunidades de aplicar en el mercado laboral cada vez más exigente.

Las movilizaciones contra las medidas ejercidas por el gobierno

Las movilizaciones apenas se inicia el ajuste tributario o fiscal (antes de la crisis), fueron muy tímidas y en general aceptadas con resignación por la sociedad costarricense. Asimismo esto parece indicar un fuerte debilitamiento de las organizaciones sociales y laborales o sindicales del país, que se acentúa en las última dos décadas a partir de la profundización del modelo neoliberal probado en la aprobación de un tratado del libre comercio entre Centroamérica y USA, así como la aplicación de una profunda reforma de leyes que fortalecían el rol del Estado en la economía y varios sectores productivos, así como en términos de disminución profunda de los ingresos del Estado y en la notable reducción de la planilla y capacidades de las instituciones estatales, que conllevan a otro profundo desprestigio de las instituciones y de las organizaciones sindicales que dicen defender los intereses de los trabajadores del Estado.

Posterior al inicio de la pandemia, es notable la reducción de la capacidad crítica o siquiera de movilización ante las reformas legislativas que desprotegían a la población, aumentando los impuestos y el pago de la crisis en la espalda de los sectores más vulnerables y medios de la población. La defensa y el cuestionamiento de las medidas que llevan a la pérdida de empleos en todas las esferas económicas es muy débil por no decir inofensivas del todo. Ni siquiera los sindicatos de la salud tuvieron alguna suerte en los reclamos puntuales por ausencia de suficiente equipamiento de seguridad de los funcionarios, médicos y enfermeras, sumamente en riesgo que se pagaba con enfermedad y muerte de sus agremiados.

El gobierno y la oposición se vieron beneficiados por la pandemia

Todos los sectores han intentado beneficiarse directa o indirectamente de la pandemia, el gobierno o la oposición en partidos de derecha y medios de comunicación. El gobierno y sus líderes visibles en la atención de la pandemia se han mostrado en la vitrina de una atención y respuesta eficaz a la pandemia en los diversos momentos (desde la aparición, crisis, reducción de crisis y casos, nuevas olas, hasta llegar al actual momento de profundización de la crisis. El gobierno ha continuado con actividades y construcción de infraestructura frente a un retraso de casi 40 años sin construcción o mínimos procesos de mantenimiento de la vieja infraestructura. Esto le ha dado réditos y prestigio propio, porque continúa el trabajo eficiente pese a estar en dos frentes (la pandemia y la crisis económica), algo que no ha podido combatir la oposición. Esta oposición ya obtuvo su rédito desdibujando el quehacer del gobierno, mediante las palabras falseadas en su uso, las noticias falsas y la constante crítica hacia el gobierno debilitado por la crisis acumulada y sumada a la generada por la pandemia misma.

Varios sectores políticos ligados a las grandes empresas y empresarios de tecnología, que también han visto aumentados sus ingresos y ganancias en la pandemia, políticos que han “protegido” al sector no obligándoles a pagar ni un centavo del costo de la pandemia (en aras de no llevarle a salirse del mercado interno o externo, bajo la excusa que es un generador de empleo). Lo contrario se hubiese visto como políticamente incorrecto. Es un sector ganador en conjunto con los sectores de empresas transnacionales y exportadoras de productos agrícolas, que tampoco han tenido presión alguna para aportar, aunque fuera un medio por ciento en la atención de la crisis y reducción de los ingresos del Estado para paliar los efectos de la crisis.

¿Quiénes ganaron porque no se afectaron con las medidas para mitigar los efectos de la pandemia? Pues los banqueros, las empresas transnacionales, las grandes empresas del país y el sector comercial de productos básicos y ventas llamadas “al detalle”; por distintas razones no tuvieron que reducir sus ganancias, ni bajar sus rendimientos financieros o económicos, solo pudieron reducir sus planillas y “echar a miles de personas colaboradoras a la calle literalmente” en una acción deshumanizada, sin consideración a esas personas que les sirvieron para aumentar sus ingresos y ganancias en todo momento. No hubo misericordia de los empresarios, más que para sí mismos. Y el gobierno pregonando procesos de reactivación económica que se han mostrado ineficientes, publicitados por los bancos (sin deseo real de colaborar) y ganando son la sola publicidad de sus “hazañas financieras” para sus clientes.

¿Quién realmente perdió con la pandemia? Pues el pueblo, la gente, los pobres

El único sector que pierde políticamente en la crisis es la población nacional en general. Y quizás algunos políticos (ministros o presidentes de instituciones) debilitados directamente por el cuestionamiento de la oposición ante la más remota posibilidad de que ellos pudieran tener una aspiración futura de ocupar más altos cargos en la estructura de poder el Gobierno y Estado nacionales.

No existe ningún interés de los partidos políticos de emitir políticas como una Renta Básica Universal o mínima para que la gente pueda estar en su casa en resguardo mientras se toman medidas para atender la emergencia y las restricciones de la movilidad para mitigar los contagios o reducir el número de casos en aumento acelerado en este descuidado país. Tampoco hay alguna propuesta viable de que se exonere del pago de los servicios públicos a la población, al menos por un mes en este mismo período de máxima alerta.

Luego otro sector que pierde la batalla de la pandemia es el sector cultura y el sector universitario del Estado (5 universidades), que ven disminuidos sus prestigios y presupuestos en forma alarmante y la pérdida de sus habilidades para generar recursos para investigación, desarrollo de infraestructura y hasta de contratación de nuevos profesionales y científicos, para darle continuidad a la operación futura de las universidades y organizaciones culturales.

Diría además que la oposición más absurda y sin inteligencia, pierde presencia electoral momentáneamente pero que aumenta su potencial estilo y visión populista, porque ha intentado satisfacer a sus sectores de origen mediante el método de bajar el nivel a la conversación política en la primera línea de la toma de decisiones en el Poder, de forma que facilita a los sectores dominantes ejecutar su estrategia de desestabilización económica de diversos sectores sociales y empresariales, para imponer su modelo de administración del sistema económico neoliberal.

En suma, diríamos que quién gana con la pandemia en Costa Rica, es el capitalismo puro, simple y salvaje como siempre ha sido. Pareciera que este capitalismo que con su expresión ideológica actual neoliberal, que muestra lo peor de su ausencia de sensibilidad social y que intenta a toda costa mantener su total cuota de poder financiero y político en nuestros países pobres, con pobres líderes políticos; muestra la cara de la frialdad que se ensaña con las personas pobres o empobrecidas con la suma de todas las crisis, para nuevamente mostrar sin pudor la opulencia de su “éxito empresarial” a costa del  futuro de la gente.

La única vía posible que vemos para superar la pandemia como crisis y todas las crisis capitalistas vividas y por vivir, es la construcción de una Nación Humana Universal, que, con nuevos valores humanistas, se pueda construir con el esfuerzo y la dirección mental de muchos sectores sociales, que se lanzan a la transformación social y económica en todas las latitudes.

«El progreso de unos pocos, termina en el progreso de nadie». Señala Silo, escritor argentino y fundador del Nuevo Humanismo como corriente de pensamiento en la actualidad, como casi un epitafio de esa visión destructiva que todavía perdura en el mundo, porque al darle vuelta a la frase concluimos que podríamos parafrasear y decir que “el progreso de muchos significará el progreso de todos”, como consigna real para lanzarnos en la construcción de la Nación Humana Universal, que nos prometemos muchos y muchas para enfrentar esta pandemia y las que podrían venir.

 

(Imagen de DW)

Fuente principal: https://www.pressenza.com/

CONARE aboga por equilibrio ante la situación sanitaria y económica del país

17 de mayo del 2021. El creciente aumento de casos de COVID-19 y la saturación de los servicios de salud que atraviesa el país, provoca un dilema entre la salud y la economía, y una población desgastada ante las medidas sanitarias del último año y ante una percepción de falta de claridad de las decisiones del gobierno. Esta disyuntiva motivó al Consejo Nacional de Rectores (Conare), a elaborar un criterio ético sobre la distribución de recursos y procesos de vacunación durante la pandemia del Sars-Cov-2 en Costa Rica en el 2021.

El análisis fue realizado por profesionales de la Escuela de Filosofía de la Universidad Nacional, máster Sara Mora Ugalde y el doctor Allan González Estrada. Mediante este criterio ético pretende ser una guía que permita un respiro al sistema de salud y a la recuperación económica.

Según los especialistas un primer criterio ético es el mayor beneficio para el mayor número de personas, en el sentido de proveer las condiciones para satisfacer las necesidades del mayor número de personas posibles, con la premisa de que debe hacerse en el menor tiempo posible. Una justicia distributiva adecuada debería permitir el uso de vacunas de más casas farmacéuticas -aprobadas por los entes reguladores competentes a nivel nacional e internacional. Considerando el hecho de que, de acuerdo a Pfizer, es posible que se requiera una tercera dosis de la vacuna. De igual manera, una justicia de distribución adecuada debería facilitar centros como farmacias y otros lugares a gran escala la posibilidad de ofrecer la vacuna, para acelerar el proceso.

La división por grupos puede ser una opción, pero para efectos de un principio de beneficencia y justicia debería pensarse en el grupo de los profesionales de la salud, un grupo de personas de 58+, y un tercer grupo que sea la población identificada con una mayor vulnerabilidad en este momento, son las personas que constituyen la fuerza laboral que no puede elegir trabajar virtualmente, y que por su condición, puede transmitir el virus más fácilmente; este grupo ahora debería ser considerado como prioritario.

Equilibrio entre las necesidades económicas y la salud

Previendo el peligro que supone a la vida de las personas, se sugiere evitar el contagio como medida primaria ante el brote de Covid-19 por medio de medidas restrictivas de movilidad y actividad económica, sin embargo, una alternativa que sea más beneficiosa y más justa es apelar a una justicia distributiva interpretando los datos que contamos en este momento en la pandemia, pero esos datos deben interpretarse a partir de criterios de dignidad humana, beneficio y justicia, ya que sin salud y sin economía el ciudadano ve comprometidas sus herramientas de subsistencia, de ahí la responsabilidad del Estado de asegurar por medio de políticas claras un nivel de tranquilidad tanto en la población como en los sectores económicos que son motores importantes del desarrollo social y económico del país.

Esto requiere un compromiso de las partes formadoras de un contrato social, lo que implica actuar por deber, y hay un deber de responsabilidad de parte de las personas de informarse adecuadamente y de actuar para minimizar el daño hacia los otros, pero también de que esta información se transmita de manera adecuada, solo con esta colaboración, se puede lograr un éxito para minimizar los impactos de la Covid-19 a corto plazo, pero a largo plazo las medidas se tendrán que tomar bajo una adecuada justicia distributiva, en otras palabras, en una sociedad injusta, sin instituciones redistributivas adecuadas, los costos individuales del encierro serán mucho más altos para los más desfavorecidos, por eso es necesario una justa distribución de las cargas y protección a los más vulnerables ya que están más limitados a protegerse de los riesgos.

Se requiere mayor transparencia en el uso de recursos, porque existe desconocimiento en cuanto a los acuerdos para las compras de las vacunas, cantidades por entregar, lo que imposibilita un cálculo acertado del momento en el que la población costarricense podría alcanzar la inmunidad de rebaño o un porcentaje que comience a minimizar la cantidad de contagios y por consiguiente la presión al sistema de salud. Esta incertidumbre tiene un impacto sobre el planeamiento de las actividades institucionales, pero también personales, teniendo como resultado una afectación sobre la salud mental, por lo que es imperativo un llamado a las instituciones relevantes a aumentar la velocidad de vacunación, a corto plazo, y velar por la transparencia en el proceso.

Riesgo del sistema sanitario

Una de las recomendaciones más importantes para hacer frente a la pandemia, era no poner en riesgo el sistema sanitario. Por lo que la protección y el cuidado de la salud mental y física del personal, así como la toma de decisiones anticipada para evitar la saturación, era necesaria desde las primeras fases. Sin embargo, el agotamiento del personal de salud y la sobrecarga en el sistema, reflejan que las decisiones de los últimos meses, no han tenido el efecto deseado, se recomienda realizar un estudio de los cambios que se han producido a partir de la aparición del COVID-19 en el país, con el fin de generar políticas públicas que fortalezcan el sistema de salud público, así como las herramientas legales necesarias para hacer frente a este tipo de emergencias, incluyendo desde protocolos de migración y consulares, hasta modificaciones normativas para situaciones extraordinarias, en concordancia con los principios de beneficencia y justicia.

Se propone la necesidad imperativa de hacer una revisión transparente de la capacidad del sistema sanitario, no en términos de espacios totales existentes, sino en capacidad real, generar proyecciones reales de la cantidad de personal y las posibilidades de atender a la población en diferentes horarios sin llegar al desgaste de los colaboradores, quienes son claves para la respuesta de la emergencia. Se recomienda, el análisis de medidas alternativa, tendientes a fortalecer la capacidad, por ejemplo: alquiler de estructuras existentes y acondicionarlas para cumplir con la función hospitalaria (como hoteles que actualmente presentan baja o nula ocupación), identificar las industrias nacionales que podrían proveer de insumos nacionales para la salud, incluir personal sanitario que no haya sido previamente considerado, como por ejemplo estudiantes de último año.

Documento completo: https://www.conare.ac.cr/noticias/276-criterio-etico-de-distribucion-de-recursos-y-procesos-de-vacunacion-durante-la-pandemia-del-sars-cov-2-en-costa-rica-en-el-2021

***Mayor Información con: Maribelle Quirós J, directora de la Oficina de Comunicación de la Universidad Nacional, (8720-4908).

 

UNAComunica
Oficina Comunicación UNA

*Imagen ilustrativa, UCR.

Defensores de los Saqueadores

Macv Chávez

“Me gustaría soñar con que el pueblo ha aprendido de esta «pandemia» y decir que no volveremos a lo mismo, porque el pueblo se levantará con su acción para ser un mundo mejor. Me gustaría soñar con esta utopía, pero todavía tengo que estar despierto para comer.” – 2020.

Siempre me había preguntado la razón por la cual la policía y demás autoridades del gobierno municipal, regional y nacional golpean desenfrenadamente a los que les dan de comer: al pueblo, cosa que no comprendía por más que le daba vueltas y vueltas, por más que me decían que era porque están obligados a seguir órdenes de sus superiores, entre otras cosas; pero hoy, pude verlo con mayor claridad, cuando en la calle Bolognesi oí un grito desesperado, el que me llevó a dejar el almuerzo para darme media vuelta y contemplar a un señor que se ponía al frente de un carro municipal o policial, abrazando al vehículo para que sienta su dolor, su impotencia, porque los otros no lo sentía, porque penosamente este grupo que andaba en el carro, según mi mala visión, desde policías municipales hasta los de verdad, estaban avanzando con mercadería robada, sí, robada, robada por estas dizque “autoridades”, porque eso de decomisar a la gente que se busca la vida diaria y honradamente no es más que un robo a mano armada de leyes y normas que solo sirven para la opresión y represión del pueblo, tal y como lo hacen las autoridades de gobierno, a las que suelen defender muchos policías y demás sujetos del orden cuando existen luchas por injusticias sociales, donde se oprime al pobre solo por tener el poder, ese poder que el pueblo deposita en ellos para que los representes, no para que le hurten ni los aplasten y menos humillen como muchas veces suelen hacerlo.

Es evidente que tenemos serios problemas sociales, para lo que se requiere la representación de toda esta gente en el poder o gobierno; pero, penosamente, por otra parte, también tenemos serios problemas con las autoridades, porque llevamos siendo conducidos por la sobrevivencia, razón por la cual esta gente del poder en mayoría termina siendo indiscutiblemente ladrona, delincuente, miserable, corrupta, motivo por el cual como sociedades no podemos progresar como corresponde, al punto de vemos forzados -en mayoría- a buscarnos la vida como sea, y esta es una muestra clara e indiscutible de cómo estamos como país, porque hoy por hoy bordeamos un poco más allá del 90% de desempleo, esa que conocemos como la informalidad, donde la mayoría sale a buscarse el día a día, de formas distintas, algunos honradamente porque saben el valor de la vida, del amor propio y el respeto al otro, y otros simplemente van de sabios y grandes en la vida aprovechándose de los más débiles, que en sí yo no lo llamaría débiles, porque en una sociedad tan miserable y corrupta como la que nos encontramos hay que ser bien valiente para vivir honestamente, con honor, don dignidad, sin abusar ni estafar de nadie, cosa que no sucede con muchas autoridades o trabajadores del estado que se prestan o vendan los ojos antes cientos de miles de injusticias sociales que se cometen a diario, simplemente porque tienen su sueldo asegurado, ese sueldo que sale del pueblo, aunque muchos de ellos no paguen sus impuestos directamente, pero son los grandes consumidores de las grandes empresas a las que hacen pagar impuestos aparentemente, pero que en el fondo es el pueblo el que lo paga, porque finalmente la mayoría de productos de estas grandes empresas las consume el pueblo, una cosa curiosa y valiosa de reconocer.

Es un hecho indiscutible que tenemos que entender: el pago de los impuestos es de vital importante para el desarrollo de la sociedad, tan igual como también es imprescindible disminuir enormemente la corrupción, porque eso de desaparecerla en nuestras sociedades paupérrimas es una utopía, simplemente porque el ser humano todavía no ha aprendido a ser persona, y por eso muchas veces contemplamos injusticias sociales como normales o con reacciones de momento, solo para sobrevivir o ayudar a sobrevivir al prójimo, sin lograr ver más allá, en el tiempo, y por eso no dejaremos de seguir contemplando las mismas injusticias sociales constantemente, en la vida diaria, simplemente porque no hacemos o luchamos para cambiarlas de raíz, y la fuente de eso están en las leyes y normas que nos rigen como sociedades, pero también en la formación humana de cada persona; aunque a estas alturas de la vida solo dan ganas de decir suciedades en vez de sociedades y animales domésticos en vez de personas, simplemente porque para haber evolucionado tanto en el conocimiento y los derechos del hombre todavía seguimos siendo un asco de humanidad, y no hablo en absoluto, sino en mayoría, esa mayoría que es la que impone el sistema de vida, sino no tendríamos la miserable realidad que vemos a diario, pues la realidad sería otra si tan solo aprendiéramos sobre la dignidad del ser humano más allá de nosotros mismos, más allá de andar buscando una vida digna en una sociedad tan miserable.

Por otro lado, es evidente que existen muchas personas que estamos cargados de este asco a la sociedad, donde algunos cuantos buscan accionar de alguna forma para mejorarla y otras simplemente se han aislado y limitado a buscar su vida digna para no contaminarse con tanta basura; pero, siento confesar que estas acciones solo son consuelos de momento, mismas acciones revolucionarias hormonales, como el 14N vivido el año pasado, como la que hoy pude contemplar cuando la gente se metió a defender al señor hasta recuperar su mercadería, la cual es una muy valiosa acción, pero también limitada, sin un ideal en sí, porque el carro no solo tenía mercadería de ese señor, sino también de otra u otras personas, porque creo que habían algunos productos más que fueron “decomisados”, vamos, robados, sí, literalmente robados, porque lo “decomisado” ya no es devuelto a su dueño, porque muchas veces se lo reparten entre ellos; cosa que me conduce a preguntar: ¿Las otras personas no tenían la misma necesidad? ¿Ellos no sufrieron el robo solo porque no lucharon a morir como lo hizo el señor al ponerse al frente del carro? Esto es algo que me retuvo en la contemplación, porque mis ganas de subirme al carro y sacarme la M con esos malnacidos de policías o policías municipales era grande, infinita, porque no dejaban de golpear a la gente que quería recuperar lo del señor. Pero, la violencia no se soluciona con violencia, quizás sirva temporalmente para librar a alguien, pero no sirve para acabar realmente con el problema, pensé en ese momento, y simplemente me limité a pensar y reflexionar sobre este hecho que me produce impotencia, una importancia cargada de rabia, cólera, ira, porque no podemos seguir jugando en esta vida al superviviente (al que vive bajo el sudor del otro solo porque tiene poder) y al sobreviviente (al que lucha día a día para salir adelante a pesar de las adversidades de la vida y de forma honrada), porque esas son formas inhumanas de vivir, porque finalmente todos deberíamos tener la libertad de poder trabajar dignamente, para vivir de la misma manera. Por ende, debemos tener conciencia de la realidad para no llegar a niveles de opresión ni miseria, a niveles inferiores a la dignidad del hombre.

Si bien es cierto que la informalidad podría perjudicar de alguna forma a los negocios formales, también es cierto que esa informalidad muchas veces permite que mucha gente pueda atender sus necesidades básicas, por ende, la solución no está en robarles sus productos, ni abusar del poder para formalizarlos, sino buscar formas que permitan convivir a ambos dignamente, porque finalmente en realidades tan atropelladas como la nuestra ambos contribuyen a mantener la economía del país, porque si estos señores no consumieran nada, muchas empresas no tendrían las ganancias que tienen, porque la economía se mueve en todos los niveles sociales, siendo la masa la que más consume, por ser mayoría, y por lo tanto la que más impuestos aporta al estado, indirectamente, porque finalmente el impuesto viene incluido en cada compra que realizamos, no se desprende de las ganancias que tiene el empresario; por ende, creo que es tiempo de que el pueblo aprenda a tener el poder, pero para eso es indispensable tener consciencia, y para ello necesitamos formarnos como personas, en igualdad con el otro, sin distinción de títulos ni clases sociales, sino en unión del derecho y del deber, conociendo nuestros derechos civiles, reformando la educación básica para elevar el nivel de la superior y salir de tanta mediocridad, porque si seguimos estando aislados, seguiremos siendo los oprimidos u opresores de la corrupción, de la miseria.

Finalmente, por momentos pienso que la solución ante tanta miseria humana está en la anarquía, pero en una sociedad tan mediocre como la nuestra vivir en anarquía es imposible, porque eso no sería para vivir en armonía, sino en el caos, donde afloraría de peor forma la miseria humana que llevamos cargando en nosotros solo por el instinto de supervivencia y sobrevivencia, ese que se pervierte constantemente gracias a las constantes praxis sociales, esa que busca justificar la miseria con un “así es la sociedad”, “así es la moda”, “así son las cosas y yo no puedo hacer nada para que cambie”, “tengo que adecuarme a ella”, dichos que no hacen más que mostrar nuestra resignación ante la falta de evolución del ser, ante la propia incapacidad de pensar por nosotros mismos, por reconocernos como seres humanos, como animales racionales, trascendentales, logrando hacer aflorar en el día a día la miseria, esa que nos domina desde el poder político hasta las calles, simplemente porque no nos dedicamos todos a combatirla con un ideal en conjunto, con identidad nacional o humana, tomando el poder para ejercer prácticas de convivencia acordes a la dignidad del ser, sin injusticias sociales, y todo gracias a que seguimos desunidos, aislados, desnutridos del ser, mirando la realidad desde la comodidad de nuestras vidas, desde la paz de nuestros hogares, o simplemente desde el drama de nuestra existencia, buscando disfrutarla con cosas banales o efímeras solo para decir que hemos disfrutado de la vida, sin importarnos los otros, sin ir más allá de los nuestros o de los que son como uno, simplemente porque finalmente el mundo es así durante cientos o miles de años, algo que me parece el pensamiento más fracasado para haber evolucionado tanto en conocimiento en los últimos dos mil años, para haber avanzado tanto en tecnología en los últimos doscientos años, sin llegar a comprender ¿para qué carajos nos sirve tanta evolución del pensamientos si vamos a seguir girando en la misma miseria de siempre, en la del superviviente y sobreviviente, es decir, la del opresor y oprimido?

Arequipa, 19 de mayo de 2021 a las 20:25 horas

El presupuesto para la investigación en la UCR se redujo a la mitad

La Vicerrectoría de Investigación desarrollará diversas estrategias para la gestión de fondos externos

Cuando la Dra. María Laura Arias Echandi asumió como vicerrectora de Investigación de la Universidad de Costa Rica (UCR), en enero pasado, se encontró con una disminución de un 48,9 % en el presupuesto destinado a esta área, debido a los recortes en las finanzas del sector público y a la crisis sanitaria por el coronavirus.

Lo anterior significa que la Vicerrectoría de Investigación (VI) pasó de tener un presupuesto de ¢2 200 millones a disponer de ¢1 160 millones para apoyar los procesos de investigación científica en esa Institución, la que más aporta al país en dicho campo.

A esto se suma que para este año no se presupuestó una partida para la compra de equipo destinado a la investigación, lo cual ha obligado a la actual administración universitaria a tomar medidas para maximizar los recursos con los que cuenta la Universidad.

Este hecho es considerado por la Dra. Arias como grave, ya que sin duda impactará en la calidad de la investigación que se efectúa en la UCR. “Nosotros somos una universidad que siempre ha tenido investigación de punta y, tanto la ciencia como la tecnología, se mueven constantemente. El equipo se moderniza muy rápido”, expresó la científica del área de la Microbiología.

Una de las medidas a las que la Vicerrectoría de Investigación recurrirá para solventar este panorama es la realización de un inventario del equipo que ha ingresado a la Universidad en los últimos cinco años, con el fin de que haya un uso compartido.

Arias explicó que su gestión para los próximos cuatro años como vicerrectora de esta área sustantiva de la UCR se basará en cuatro ejes estratégicos: potenciar la investigación en todas las áreas del conocimiento, fortalecer la innovación y la promoción de la investigación, optimizar el uso de recursos y facilitar la investigación.

En este último aspecto, el énfasis se pondrá en aquellos investigadores e investigadoras que están dando sus primeros pasos, de manera que se les pueda tender la mano y ayudarles a convertirse en la generación de relevo.

“Una de las grandes críticas que ha tenido la UCR es qué hacemos con los impuestos que nos da el pueblo. La Universidad hace mucho, pero le ha faltado devolverle a la sociedad —en un lenguaje entendible para las personas que no son científicas— cuáles son nuestros aportes al país”, recalcó la funcionaria.

Distribución equitativa de fondos

De acuerdo con la vicerrectora de Investigación, se ha procurado distribuir equitativamente los recursos disponibles en todas las áreas del conocimiento.

La Dra. María Laura Arias, quien se ha desempeñado como profesora e investigadora de la Facultad de Microbiología, afirmó que la época actual está marcada por la lucha entre la ciencia y la no ciencia. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Actualmente, la UCR tiene vigentes 1 661 proyectos de investigación, de los cuales la VI financia el 46 %. El 54 % restante de los proyectos operan con recursos provenientes de fuentes externas o mediante la venta de servicios.

En cuanto al rubro de fondos concursables en apoyo a la investigación, que representan el 36 % del presupuesto de la VI, este año se redujeron en comparación con el año anterior. En el 2020 había 45 proyectos inscritos en esta modalidad de financiamiento, mientras que para el 2021 solo se abrieron 24 nuevos.

En el 2022 solo se dispondrá de tres categorías de concurso de las siete existentes. Estas son fondos semilla, trabajos de graduación y estímulo a la investigación. Esta última está dirigida a propiciar la reinserción de los jóvenes investigadores e investigadoras que vienen llegando al país con estudios de posgrado.

En consecuencia, quedarán excluidas del financiamiento para el próximo año las cuatro líneas siguientes: redes temáticas, tesis de posgrados, grupos de investigación y mentoría.

En cuanto a los fondos ordinarios, se continúan financiando 396 proyectos vigentes, que fueron aceptados en el 2019 y 2020. Esto significa el 45 % del presupuesto total de dicha partida.

A lo anterior se agregan 209 proyectos que ingresaron nuevos para el 2021, lo cual representa el 19 % de los fondos ordinarios para investigación.

Según manifestó la Dra. Arias, a las sedes regionales se les aceptó el 70 % de las iniciativas presentadas. Esto implica una inyección fuerte de recursos destinados a la investigación para las sedes y recintos de la UCR ubicados en diferentes puntos del territorio nacional.

En relación con los proyectos pertenecientes al Espacio Universitario de Estudios Avanzados (Ucrea), actualmente hay 12 proyectos activos, aunque este año no habrá una nueva convocatoria.

“Queremos estimular el concurso a fondos externos, por lo que tenemos toda una logística para formar a nuestros investigadores en la gestión normada de fondos externos”, indicó Arias.

La Vicerrectoría de Investigación creó la Dirección de Promoción de la Innovación y Vínculo para el Desarrollo (Diprovid), con la cual se persigue ordenar y reunir todas las iniciativas sobre innovación existentes en la Universidad. En la foto, el juego infantil Yyoke, ideado en la UCR. Foto: archivo ODI, UCR.

Al respecto, está programado un ciclo de diez conversatorios, uno por mes, con la participación de investigadores con mayor experiencia y que han tenido éxito en la consecución de fondos externos, así como con investigadores que están realizando sus estudios de posgrado en otros países. El primero de ellos se llevará a cabo el 21 de mayo.

Asimismo, la UCR ha realizado una alianza con el Ministerio de Relaciones Exteriores para fomentar la internacionalización de la ciencia a través de la diplomacia científica.

Impulso a la innovación

Recientemente, la VI creó la Dirección de Promoción de la Innovación y Vínculo para el Desarrollo (Diprovid), con la cual se persigue ordenar y reunir todas las iniciativas sobre innovación existentes en la Universidad.

“La Vicerrectoría ha trabajado en estos primeros meses del año con una visión ordenadora e integradora de los procesos de innovación y emprendimiento, conformando un sistema que fortalezca el vínculo con la sociedad y que permita potenciar las experiencias y capacidades que hemos desarrollado”, explicó.

Para esto se fundieron varias instancias y fuentes dedicadas a la innovación y al emprendimiento, tales como la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova), la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento (Auge), el Programa Institucional Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic) y Hélice UCR, entre otros.

La Diprovid integrará cuatro procesos claves: la investigación e información estratégica, la transferencia e innovación y la protección de la propiedad intelectual, la incubación, y el escalamiento y la asociatividad de los proyectos.

Según expresó la Dra. Arias, no ha habido un decrecimiento de la investigación debido a la pandemia, “no estamos paralizados, los laboratorios no están cerrados”. En el actual contexto, los proyectos de salud han sido muy importantes, pero no son los únicos, hay proyectos en las distintas áreas. Una vez que se salga de la influencia de la pandemia, se continuará promoviendo la investigación en todas las disciplinas.

“La pandemia ha traído investigaciones sobresalientes, con muchos datos, pero también ha traído un mar de noticias y de investigaciones que pierden y confunden a la gente, porque vienen acompañadas de ideas y creencias falsas”, comentó la académica.

Esta situación obliga a ser cada día más exigentes en las fuentes de información que utiliza la población y a no dejarse llevar por lo que aparece en las redes sociales. Para la científica, la época actual está marcada por la lucha entre la ciencia y la no ciencia, y sobre la primera, la UCR tiene mucho que aportar.

 

Imagen principal: La Dra. María Laura Arias Echandi asumió como vicerrectora de Investigación en enero pasado. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Patricia Blanco Picado
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

Excepcionalidad en crisis

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En agosto de 2018 se desarrolló en Costa Rica una de las manifestaciones contemporáneas de odio y nacionalismo más dramáticas que se recuerde. Se trató de una marcha convocada por redes sociales y mensajes de texto que buscaba dirigirse hacia el Parque Braulio Carrillo (conocido como Parque de La merced), ubicado en en centro de la capital. Este espacio es un emblemático lugar de encuentro y socialización de la comunidad nicaragüense radicada en el país.

Según se conoció, el objetivo de la acción consistía en demostrar que, ante el aumento de la presencia de población nicaragüense como consecuencia del conflicto sociopolítico suscitado en su país desde abril de 2018, los espacios públicos como parques, aceras y calles constituían reductos defendibles y reservados exclusivamente para los nacionales.

La apelación a la defensa del país, la utilización de signos como camisetas y banderas de Costa Rica, así como consignas en contra de las personas extranjeras, derivaron en un ambiente tenso que rápidamente fue disuelto por las autoridades costarricenses.

El evento no fue para nada aislado y debe ser entendido en el marco de una escalada en el descontento generalizado con las medidas económicas, el desempleo y la pobreza imperante en el país. Eran los momentos previos a la coyuntura sanitaria, donde esas dimensiones se afectaron ampliamente.

Para algunos sectores de la población costarricense, su molestia con el sistema político y económico imperante ha encontrado su caldo de cultivo en dos escenarios concretos: el desinterés por la política electoral, que ha sido notable en el abstencionismo producido en los últimos procesos electorales y la identificación de chivos expiatorios en las personas extranjeras, principalmente de origen nicaragüense, como responsables de la crisis y más recientemente, del aumento de los casos positivos de COVID 19.

De hecho, las acciones discursivas contrarias a la población migrante han continuado repitiéndose en tiempos de pandemia. En días recientes una campaña lanzada en redes sociales sobre la universalidad de la vacuna a todos los sectores de población, considerando las poblaciones migrantes, encontró niveles discursivos donde una vez más la defensa nacionalista («primero los de casa)» y el desconocimiento del aporte socioeconómico que las poblaciones migrantes brindan al país (“si no pagan no deberían ser vacunados») afloraron de forma intensa. La campaña impulsada por Amnistía Internacional tenía como objetivo denotar el derecho a la salud de todas las poblaciones, en condiciones de excepcionalidad. Sin embargo, las actitudes de rechazo hacia las poblaciones extranjeras fueron evidentes.

Estas no son las únicas tensiones socioculturales presentadas por la sociedad costarricense, ya que en los últimos años la defensa por el derecho a la tierra por parte de los pueblos originarios y la usurpación y ocupación de personas no indígenas ha generado acciones violentas, generalmente en contra de las comunidades indígenas.

Justamente el día 13 de mayo la coordinadora sur sur ha denunciado públicamente la organización de dos manifestaciones de personas no indígenas dirigdas hacia algunos territorios y cabeceras de ciudad, como una actitud de amedrentamiento contra las recuperaciones que poblaciones indígenas han venido desarrollando.

Esta acción no puede ser vista independientemente de una continua conducta de racismo y discriminación que histórcamente han experimentado estas poblaciones y que se ha acrecentado de forma alarmante en los últimos tiempos.

Al inicio de la pandemia, ese recurrente discurso de excepcionalidad costarricense basado en una robustez institucional, las condiciones de acceso y la calidad de los servicios, blindó las consideraciones respecto a la crisis que luego, meses después, habría de llegar con el aumento de casos, la determinación de la economía sobre la salud y el relajamiento en la conducta social de cuido por buena parte de la población costarricense.

Sin embargo, lo que denotan las percepciones y acciones sociales contra estos grupos es justamente una conducta aprendida sobre una supuesta superioridad biológica que está tras el resguardo de esa pretendida excepcionalidad que le ha hecho tanto daño a una sociedad tan necesitada de materializar la solidaridad, tolerancia y respeto como pollticas para restablecer, de nuevo, la convivencia en todos los niveles.

Lo que verdaderamente está en crisis y debemos verbalizarlo, es la forma como Costa Rica construyó su especificidad respecto a otros países de la región. Ya ese discurso se agotó. Debe ser sustituído rápidamente por otro en el que la integración y el reconocimiento sean los valores orientadores de esa nueva experiencia comunitaria que debe emerger de todo esto. Confiemos en que así sea.

Por los caminos tenebrosos de Trump y Bolsonaro

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

No faltaba más que nuestro gobierno emulara los tenebrosos caminos elegidos por Donald Trump y Jair Bolsonaro para encarar la pandemia. Es decir, impulsar medidas tímidas que subestiman la crítica situación actual, cuando los contagios cobran cada día más víctimas, especialmente entre jóvenes, los hospitales están saturados y los trabajadores de la salud y la educación se exponen cada vez más a contagios y muertes.

Un paciente de 27 años con 102 días conectado a un respirador artificial y otros 11 en condiciones similares, un destacado y querido periodista de mediana edad fallecido recientemente y 20 muertos por día en promedio por semana, al parecer, no son razones suficientes para una declaratoria de alerta roja. Estamos frente a un gobierno que da las espaldas a la realidad y a las demandas de un cuerpo médico que sí tiene sensibilidad para sopesar las dimensiones de la crisis por la que atraviesa el país. Tampoco atiende al llamado de los educadores, que se parten la espalda para atender a sus estudiantes desde la casa y con sus recursos (computadora, pago de internet, electricidad y muchas horas extras no pagadas).

 Se pregunta uno, cuáles son los cálculos políticos o económicos detrás de estas medidas paliativas que se resisten a “tomar el toro por los cuernos”, y dar un mazazo que nos ponga en cintura. Continúa este gobierno poniendo la carreta delante de los bueyes. Es decir, protegiendo la economía de los pocos que no se han visto afectados por la pandemia: las grandes cadenas de supermercados, los exportadores y el sistema bancario que continúa con sus arcas llenas, mientras los pequeños y medianos comerciante y emprendedores regatean las migajas que caen de la mesa.

No hay voluntad para tomar medidas más restrictivas porque no se quiere tocar el bolsillo de quienes sí pueden aportar para que haya un salario universal digno para desempleados y subempleados, al menos mientras se supera esta etapa crítica y se abren mejores horizontes para una reactivación social y económica.

Este país se siente huérfano con un gobierno que no le escucha, y más bien se enclaustra en su palacio; incluso no da la cara en los momentos más álgidos, cuando los médicos se enfrentan a la disyuntiva de a quién dejar vivir y a quién exponer a la muerte por falta de camas.

El expresidente Donald Trump dijo: “siempre quise minimizarlo. Todavía prefiero minimizarlo, porque no quiero crear pánico”. Por su parte, ya sabemos de los desplantes de Bolsonaro calificando de “gripiña” a la enfermedad producida por el Covid 19.

No hemos escuchado esos exabruptos de don Calos Alvarado, pero ¿acaso la actitud y el comportamiento, rayano en la resistencia a tomar medidas restrictivas adecuadas, no dice lo mismo o más que esas palabras?

Docentes contra el Covid – Afiche

SURCOS comparte la siguiente información:

Un grupo de docentes se unieron para solicitar apoyo a raíz de las muertes de docentes y personal administrativo de escuelas y colegios víctimas del COVID19, por lanzarles el gobierno a trabajar presencialmente en la crisis más aguda de la pandemia en Costa Rica.

Han elaborado los siguientes afiches expresando la situación que afrontan.

Retorno a la virtualidad en contexto de mayor emergencia de pandemia en Costa Rica

SURCOS comparte la siguiente información:

ASOCIACIÓN COSTARRICENSE DE DERECHOS HUMANOS
ASOCIACIÓN NACIONAL DE EDUCADORES Y EDUCADORAS

Señor Carlos Alvarado
Presidente de la República
Sr. Daniel Salas
Ministro de Salud
Sra. Guiselle Cruz
Ministra de Educación

APOYAMOS EL RETORNO A LA VIRTUALIDAD EN LOS CENTROS EDUCATIVOS DEL PAÍS
San José, 11 de mayo, 2021

Estimadas autoridades del gobierno:

La Asociación Costarricense de Derechos Humanos (ACODEHU) y la Asociación Nacional de Educadoras y Educadores (ANDE) les saluda y manifiesta lo siguiente:

Bajo la disposición del Ministerio de Educación Pública, a partir del inicio del curso lectivo 2021, el gobierno establece la modalidad combinada para todo el sistema educativo, en la segunda quincena de abril Costa Rica comenzó a registrarse números de contagios que superó la cifra de 1.000 casos por día, hasta alcanzar picos superiores a 2.434 personas en las últimas dos semanas del presente mes, la cifra más alta desde que inició la pandemia. Las repercusiones de lo anteriormente señalado, tan solo a 9 días de lo que va del mes de mayo, llevan a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) a manifestar públicamente la posibilidad de decretar una Alerta Roja, atendiendo al ordenamiento sanitario y jurídico, ante la saturación de las unidades de cuidados intensivos, incluyendo las del Hospital Nacional de Niños donde no existe espacio para atender a niñas, niños y jóvenes infectados/as.

No obstante, las clases presenciales en los centros de estudio de la educación primaria y secundaria, se mantienen pese a las fuertes restricciones anunciadas por el gobierno en este escenario tan grave. El MEP y el Ministerio de Salud bajo una premisa falsa, insisten en que los centros educativos no son focos de contagio y que cuando se dan casos en alguno de esos lugares educativos, son muy dispersos, incluso no representan ni el 6% de los 5 mil centros educativos del país. Afirmación que deslegitima el dolor y angustia que viven todas las familias del Sector de Educación, expuestas diariamente al contagio, cada día que regresa la persona funcionaria a su hogar.

El proceso de vacunación avanza de manera lenta. Por lo que el Sector de Educación labora sin esa cobertura y garantía a ese derecho. Hasta la presente fecha la COVID-19 ha provocado el fallecimiento de trabajadoras y trabajadores del Sector de Educación, de familiares contagiadas/os, así como comunidades educativas.

Al respecto, la Ministra de Educación Guiselle Cruz hace mención a protocolos institucionales para la prevención y atención de casos; sin embargo, un alto porcentaje de docentes del país se han visto obligados a cubrir los costos por concepto de artículos e implementos que se requieren en esta emergencia nacional.

Pese a los indicadores y alza de casos de COVID-19 en el país y a la decisión de la Administración de Carlos Alvarado Quesada para que el sector público trabaje de manera remota; lo cierto es que docentes y estudiantes se mantienen en lecciones presenciales. Así, vemos con suma preocupación estas y otras inconsistencias tan graves, donde el gobierno mantiene en firme su posición, lanzando diariamente al contagio COVID-19 a cada niña, cada niño, joven y sus familias, a docentes y personal administrativo, trasgrediendo sus Derechos Humanos en materia laboral, de educación pública, salud mental y la vida.

La ACODEHU reconoce algunos centros educativos que han hecho significativos esfuerzos por cerrar sus instituciones, siguiendo las normativas sanitarias y administrativas amparadas en el respeto a los Derechos Humanos de sus comunidades educativas. A la vez, manifestamos nuestro respaldo a diferentes acciones en favor de proteger la vida del estudiantado, sus familias y el personal docente y administrativo de los centros educativos, por parte de la Asociación Nacional de Educadores y Educadoras (ANDE), la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC), la Unión Médica Nacional, la Defensoría de los Habitantes, organizaciones magisteriales, sindicales y sociales que exigen al gobierno suspender las clases presenciales.

EN HOMENAJE A TODAS LAS VÍCTIMAS DEL SECTOR DE EDUCACIÓN, HASTA EL DÍA DE HOY 50 EDUCADORES HAN MUERTO POR EL COVID-19 (Diario Extra, 11 de mayo 2021, P.15), ADEMÁS DE UN NÚMERO CONSIDERABLE DE CONTAGIADAS. A CADA ESTUDIANTE Y SUS FAMILIAS EXPUESTAS DIARIAMENTE A CONTRAER EL VIRUS, A CADA FUNCIONARIA Y FUNCIONARIO DE LOS CENTROS EDUCATIVOS QUE EL GOBIERNO ESTÁ OBLIGANDO A MANTENER ABIERTOS, EXHORTAMOS A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA, AL MINISTERIO DE SALUD, Y AL MINISTERIO DE EDUCACIÓN PARA QUE ASUMAN, COMO TAREAS INMEDIATAS, LAS SIGUIENTES ACCIONES:

  • Atender las exigencias del movimiento social y sindical ante la urgencia de la suspensión de las clases presenciales y retornar a la modalidad virtual y a distancia en la educación pública, por el periodo que sea necesario.
  • Incluir al sector magisterial como población en alto riesgo, para que obtengan el derecho a la vacunación, de manera inmediata.
  • Impulsar nuevas medidas sanitarias a fin de contrarrestar los efectos de la pandemia de la COVID-19.
  • Respetar la normativa nacional e internacional sobre la información, para que la ciudadanía y organizaciones sindicales y sociales se mantengan actualizadas en el manejo de los datos precisos sobre el comportamiento del COVID-19 a nivel nacional. Asimismo, solicitamos al Estado costarricense todas las condiciones para que la población adscrita a la educación RECIBA CLASES VIRTUALES; aunque llamamos la atención en que el primer deber es preservar la vida del estudiantado, del profesorado y sus familias.

Asociación Costarricense de Derechos Humanos- ACODEHU
Asociación Nacional de Educadores Y Educadoras – ANDE
www.acodehu-ddhh.org
derechos.humanos@acodehu-ddhh.org

Imagen tomada de https://tn.com.ar

Se recoge lo que se siembra

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

Se flexibilizaron las medidas para evitar los contagios del Covid 19 en Semana Santa, sin establecer los controles adecuados. Se pretendía un objetivo loable como era reactivar el turismo pero, debido al exceso de permisividad, lo que se reactivaron fueron los contagios que hoy tienen al sistema hospitalario colapsado, una tendencia creciente de contagios en la población joven y un país con una imagen que no favorece el turismo extranjero.

Y ahora, como quien no quiere aprender de sus errores, el gobierno insiste en mantener las clases presenciales aduciendo que los datos no confirman que los centros escolares sean focos fundamentales de contagio.

La misma lógica podría haber inducido a la apertura descontrolada para incentivar la actividad turística, toda vez que los hoteles y en general los negocios dedicados a esta actividad, al cumplir rigurosamente con las medidas higiénicas y de aforo, no constituían focos de contagio.

Sin embargo, esa lógica incurre en el error de considerar que se trata simplemente de garantizar el cumplimiento riguroso de medidas en los lugares de destino, sean hoteles o escuelas y colegios, sin considerar que con una flexibilización descontrolada se crean condiciones que favorecen la ampliación e intensificación de los contactos interpersonales e intergrupales, principales fuentes de proliferación del virus.

En ambos casos, la falta de aplicar medidas más rigurosas de control induce a transgredir las normas y hábitos recomendados: distanciamiento, uso de mascarilla y no romper las burbujas. Debido al enclaustramiento por tiempos prolongados, al relajar medidas, en un país donde se combina la “cultura del guaro” con la del “me importa a mí”, no se puede esperar sino un ambiente de fiesta y jolgorio, que sí son focos de contagio.

Estamos ante el fenómeno que el sociólogo Tomás Merton calificaba como las consecuencias no intencionadas o no previstas de la acción social, es decir aquellas situaciones que no son inducidas de manera intencional, pero que se dan, algunas veces sorpresivamente. Y en las condiciones actuales, se trata de consecuencias indeseables que tienen un efecto sanitaria y socialmente lesivo.

Así las cosas, no se trata de justificar con datos que la presencialidad en el aula no es la causa fundamental de contagios, sino de valorar en su justa proporción esos comportamientos indeseables que se desatan, contribuyendo a intensificar los contagios. Además, no sólo estamos ante un problema cultural del comportamiento anómalo de los estudiantes sino también limitaciones importantes de la infraestructura escolar y colegial y falta de suficientes recursos y personal preparado para garantizar mejores condiciones higiénicas, así como para la supervisión de la población estudiantil. También, se requiere personal en salud ocupacional que garantice las mejores condiciones de trabajo saludable para el personal docente y administrativo de las instituciones educativas. Todo ello implica prestar atención a una mayor y mejor inversión en educación, siendo que es el factor decisivo para el desarrollo y bienestar del país.

En este aspecto, cabe señalar la falta de inversión por parte del Estado en las actuales condiciones de crisis económica y social provocada por la pandemia. Como se ha informado, el país está en último lugar, en este tipo de inversión, entre los países miembros de la OCDE.

Para encarar la crítica situación que enfrentamos se requieren medidas extraordinarias como las que se dan en un estado de guerra o posguerra. Es razonable y debería acogerse sugerencias como las formuladas por los investigadores y profesores de la Universidad Estatal a Distancia, por ejemplo, entre otras, aplicar una deducción a todos los salarios del sector público y privado a partir del monto que devenga un catedrático universitario. También a las grandes empresas, instituciones financieras y grandes patrimonios. Quizá, un impuesto similar al 10% que decretó la Junta de Gobierno de posguerra civil para atender a la reconstrucción social y económica del país. El Estado debe garantizar el bien común, y la Constitución lo faculta para tomar esas y otras medidas.

El gobierno también debe acoger, sin dilación, la iniciativa privada de contribuir a acelerar el proceso de vacunación aportando recursos humanos y de infraestructura y ofreciendo las vacunas a precio de costo. Es un gesto solidario en tiempos donde es antiético utilizar la pandemia para obtener dividendos políticos o económicos. No hay que escatimar esfuerzos y recursos para vacunar cuanto antes a toda la población. El dinero no debe ser la excusa, y hay que recurrir a vacunas disponibles más allá de las farmacéuticas que han sido contratadas.

La apuesta por el préstamo del FMI, como el milagro que va a salvar al país, tiene paralizado al gobierno para tomar acciones y medidas urgentes, como las mencionadas. Llegó la hora de que nos despertemos y comprometamos solidariamente para reactivar social y económicamente al país.

Por otra parte, aunque pudiéramos estar a las puertas de ver la “luz al final del túnel”, en estos momentos la oscuridad avasalla, y el gobierno no debería seguir sembrando vientos para recoger tempestades. Los datos son útiles, cuando su interpretación no es mecánica, como si se bastaran a sí mismos. Hay que ver más allá del dato: la realidad.

 

Foto: SINART.