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Etiqueta: pandemia

UCR: Impacto de la pandemia COVID-19 en las familias inmigrantes en Costa Rica

Debido a las restricciones sanitarias emitidas, muchas personas migrantes perdieron su empleo, pues todos los sectores de la economía que les ofrecen trabajo redujeron el personal, la jornada laboral y, en el peor de los casos, cerraron de manera indefinida. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Históricamente, en Costa Rica las personas migrantes centroamericanas y particularmente las nicaragüenses han ocupado un porcentaje elevado de la fuerza laboral que sostiene importantes sectores de la economía costarricense. Gustavo Gatica, investigador de la UNED, estima que en el 2019 el aporte de esta población sumó el 11,35 % del producto interno bruto, en áreas como:

  1. Agricultura: específicamente en monocultivos como el café, la caña, el melón, el banano y la piña. La mayoría de estas plantaciones se encuentran en zonas relativamente cercanas a las fronteras con Nicaragua y Panamá.
  2. Servicios de alojamiento y alimentación: son indispensables en el sector de turismo, en hoteles, restaurantes, tours, atracciones turísticas, entre otras.
  3. Trabajo doméstico: las mujeres son una alta mayoría en este sector. Es usual que tengan jornadas laborales de horas en varias casas diferentes. Es muy común tanto para quienes tienen un bajo nivel de escolaridad como para profesionales con muchos años de experiencia en su campo.
  4. Servicios comerciales: atención en tiendas, supermercados, restaurantes, mantenimiento, transportes, entre otros.

No obstante, a partir de la emergencia sanitaria que impuso la pandemia del COVID-19, el 17 de marzo del 2020 se emitió un Decreto Ejecutivo que restringe de manera temporal el ingreso al territorio nacional de todas las personas que no fueran costarricenses o residentes, incluyendo (y principalmente) turistas. Posteriormente, el 25 de marzo se les pidió a las personas extranjeras residentes y de las categorías especiales no salir del territorio costarricenses, so pena de que se les imponga un impedimento de entrada.

Este escenario hizo que muchas familias quedaran divididas, pues quienes se encontraban en Nicaragua no podrían regresar y quienes salieran no podrían ingresar al país hasta nuevo aviso, lo cual con la situación actual podría tomar lo que resta del 2020 o más. Sumado a esto, en el caso de las personas nicaragüenses, sus familiares y amigos que estén en Nicaragua se encuentran en un país que no ha tomado medidas de distanciamiento social o cierre de negocios y que, también, ha sido señalada por reportar menos contagios y muertes a causa del COVID-19 de las que realmente son, según los datos aportados por la ONG Observatorio Ciudadano. Además, tal país ha sido fuertemente cuestionado por organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud.

Gustavo Gatica, investigador de la UNED, estima que en el 2019 el aporte de esta población en áreas como la agricultura, servicios de alojamiento y alimentación, trabajo doméstico y servicios comerciales, sumó el 11,35 % del producto interno bruto. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Consecuencias de las restricciones preventivas en la economía de las familias migrantes

Debido a las restricciones sanitarias emitidas, muchas personas migrantes perdieron su empleo, pues todos los sectores de la economía que les ofrecen trabajo redujeron el personal, la jornada laboral y, en el peor de los casos, cerraron de manera indefinida. Adicionalmente, las personas que fueron contagiadas debieron permanecer en cuarentena junto con su familia, en muchos casos esto resultó en una pérdida automática del empleo.

La población inmigrante que se encuentra indocumentada no es elegible para el bono “Proteger”. Por esto, las dificultades económicas que la población sufrió la sociedad de manera generalizada, en el caso de estas personas se sostienen hoy en día y se agravan con el paso del tiempo. Sin embargo, estas familias han tenido que encontrar la forma de acatar la cuarentena, sin contar con un ingreso económico propio ni el subsidio del Estado, quedando a merced de la buena voluntad de sus redes sociales, vecinos, iglesias o las pocas donaciones que las organizaciones de sociedad civil han logrado canalizar, pero que son insostenibles en el largo plazo.

La población inmigrante que se encuentra indocumentada no es elegible para el bono “Proteger”. Por esto, las dificultades económicas que la población sufrió de manera generalizada se mantienen actualmente en el caso de dichas personas y se agravan con el paso del tiempo. Sin embargo, estas familias han tenido que encontrar la forma de acatar la cuarentena, sin contar con un ingreso económico propio ni el subsidio del Estado, de manera que quedan a merced de la buena voluntad de sus redes sociales, vecinos, iglesias o las pocas donaciones que las organizaciones de la sociedad civil han logrado canalizar, pero que son insostenibles en el largo plazo.

A esto se suman las dificultades particulares de las familias binacionales —aquellas que cuentan con miembros tanto costarricenses como de otras nacionalidades—, muy especialmente en las familias cuyos integrantes de otros países tienen un estatus irregular. La potencial amenaza de ser deportados puede representar un hogar más que pierda el único ingreso económico familiar durante un periodo de crisis y con menores de edad que aún no asisten al sistema educativo y que, por tanto, no cuentan con las canastas que el Ministerio de Educación Pública entrega a sus estudiantes.

Muchas mujeres migrantes son jefas de hogar y la amenaza es que sean ellas las que se contagien por tener que salir a trabajar o quedarse sin empleo. Pero en el caso de quienes dependen económicamente de un compañero, la vulnerabilidad aumenta. Si su compañero se enferma o es deportado, estas mujeres deben encontrar una forma de generar ingresos económicos en un escenario absolutamente desfavorable para cualquier persona, independientemente de su nacionalidad. Sin embargo, para las mujeres migrantes, con baja escolaridad, con poca o ninguna experiencia laboral y con varias personas menores de edad a su cargo, el escenario es aún más adverso.

Es urgente la protección estatal inclusiva de estas familias

Es indispensable que las medidas que se tomen para apoyar a las familias, que se han visto afectadas económicamente, sean inclusivas y tomen en cuenta las condiciones y necesidades de los hogares que más lo necesitan, justamente por todos los factores de vulnerabilidad que acumulan. Las mujeres migrantes indocumentadas deben contar con protección de parte del Estado en aras de evitar que se expongan a explotación laboral u otras situaciones de riesgo en el intento de mantener a sus hijos e hijas.

El Estado costarricense debe agilizar los trámites migratorios y flexibilizar sus costos, de manera que las personas migrantes indocumentadas tengan la oportunidad de regularizar su situación y acceder a la protección estatal. EL 16 de junio, el Gobierno publicó el decreto 42406-MAG-MGP, que permite la regularización de migrantes que trabajan en el sector agro. No obstante, los costos de estos trámites ascienden los USD 60, los cuales deben ser cubiertos por la persona migrante, pese a que esta oportunidad se otorga por la demanda de las grandes empresas para contar con la mano de obra necesaria para no perder las cosechas.

Es fundamental dotar a las instituciones de los recursos pertinentes, con el fin de que puedan cumplir con las inspecciones necesarias para asegurar que la vida de las personas no se esté poniendo en riesgo por la producción económica. Además, dotarlas de todas las capacidades normativas e instrumentales necesarias para amonestar y sentar las responsabilidades correspondientes sobre las empresas que sostienen dichas prácticas y no sobre las personas que fueron víctimas de estas.

 

Silvia Azofeifa Ramos
Coordinadora del proyecto “Migrantes como sujetos políticos”

Jornadas Solidarias: colectas solidarias para poblaciones vulnerables

Las Jornadas Solidarias son un espacio autoconvocado y organizado por personas autónomas que se solidarizan con las poblaciones más vulnerables y en mayor riesgo.

Desde el mes de marzo han estado apoyando a personas que se encuentran en condición de calle, cuarterías con orden sanitaria (donde viene niños, adultos mayores y mujeres embarazadas) así como casos de familias en pobreza extrema.

Los aportes solidarios se reciben en especie y en efectivo a través de depósitos por SINPE móvil.

Como aporte reciben alimentos preparados, así como diarios de alimentación básica (libre de crueldad animal) e implementos de higiene y limpieza.

Puede seguirlos en el siguiente enlace:
https://www.facebook.com/Jornadas-solidarias-101317718332080/

“Seguimos creyendo que solo la solidaridad nos puede sostener en medio de esta crisis”.

#TernuraRadical
#Solidaridad
#Autonomía
#Autogestión

La Pandemia no ha creado una crisis de gobernabilidad, ni una situación revolucionaria, y ha mostrado la fortaleza de las instituciones públicas

(Intervención de Vladimir de la Cruz en el acto organizado por la Confederación Costarricense de Trabajadores Rerum Novarum, bajo el título “Costa Rica después del Covid-19 en lo Político, Económico y Social”, el 14 de agosto del 2020)

Agradezco a la CTRN la invitación que me hiciera para participar en este conversatorio con la economista Sofía Guillén, para tratar el impacto de la Pandemia en el país. Espero que podamos dar algunas luces sobre la situación.

Debo señalar que la reflexión que haré es a partir de la valoración actual, que hago, del momento que estamos viviendo, del contexto internacional similar, y de las posibles proyecciones de su impacto.

No puedo decir de manera concreta cuál será la situación de Costa Rica después de que pase la Pandemia, porque no sabemos con certeza cuando se va a controlar, cuando podemos afirmar que ha pasado, ni en qué condiciones finales quedará el país y los distintos sectores sociales y de la población, y hasta ese momento podemos evaluar de mejor manera su impacto nacional en todos los órdenes del entramado nacional, institucional, político, económico y social.

En cuanto al impacto del Covid-19 en lo Político, que es lo que nos reúne, hay que verlo en las siguientes dimensiones, que se pueden apreciar como problemas urgentes que atender nacionalmente, o como crisis que se han generado en distintos aspectos de la Agenda Nacional.

El nivel del Poder Ejecutivo no se percibe una crisis de gobernabilidad y por ello tampoco se gesta ni se vive una situación revolucionaria que imponga en la Agenda Nacional un cambio de gobierno, o como algunas personas claman la renuncia del Presidente y hasta de su Gabinete.

El planteamiento de la renuncia del Presidente, y hasta de su Gabinete, es lo más absurdo que se puede agitar, porque institucionalmente está establecido el mecanismo constitucional de su relevo. En orden, las vicepresidencias de la República, y de seguido el Presidente Legislativo. Y, ninguno de los que está en la lista de este relevo se puede pensar que sea mejor que el actual Presidente de la República. No hay ambiente ni contexto político para una situación más radical, ni para una situación mejor por ese camino. Ni el sistema político institucional permite un cambio de Gobierno de otra manera que no sea por la vía electoral cada cuatro años.

Quizá el ambiente más propicio, en esa dirección, sería articular el movimiento hacia la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que discuta la naturaleza del Gobierno, si representativo presidencialista, como lo tenemos, o parlamentario, elección que podría convocarse con las nacionales del 2022, si esto fuera presionado realmente por los sectores sociales y políticos del país, y fuera resultado de un Gran Pacto Nacional en esta dirección.

Mientras tanto seguiremos como estamos, diciendo que se hacen cambios para que todo siga igual.

No hay nada que indique que el Gobierno del Presidente Carlos Alvarado sufre o está en una situación que no pueda gobernar.

Carlos Alvarado gobierna sin obstáculos. Ni siquiera le hace mella alguna el Partido Acción Ciudadana, que desde su dirección política, se desmarca ocasionalmente de las acciones del Poder Ejecutivo, y públicamente lo confronta.

El Partido Acción Ciudadana, como partido gobernante que es, en la teoría, no tiene ninguna influencia en el Poder Ejecutivo ni en la representación parlamentaria de sus diputados. Es literalmente un fantasma, que ni asusta, en la Casa Presidencial. Ese Partido es como la Santísima Trinidad Política pero desunida, el Partido que está en Zapote, el que está en Cuesta Moras y el que está en San Pedro, y pareciera que cada uno responde a distintos intereses. No se siente que como organización sea un Partido Gobernante.

Ninguna de las propuestas que se le han hecho al Gobierno por intelectuales, profesionales, grupos de empresarios y otros, relacionados con el impacto de la pandemia, plantea, trata o analiza, “una crisis política” porque ésta aún no existe. Todas las propuestas y reflexiones se mueven en el orden de la salud, de la situación fiscal, del endeudamiento, del sector productivo, del sector del comercio, del sector turístico, que ha cobrado relevancia especial, del empleo y del empobrecimiento.

Los cambios en el Gabinete, generado por las renuncias de sus ministros, de sus viceministros y de presidentes ejecutivos de instituciones, que alcanza la cifra de una treintena, en dos años, no significa, en grado alguno, una crisis al interior del Gobierno, ni del país, ni siquiera de los sectores que en él podrían sentirse representados, ni de los sectores que ejercen gobierno desde el Poder Ejecutivo. Hasta ahora son simples cambios, lo que es bastante usual en Costa Rica.

Lo que han generado estos cambios son acentuaciones en el rumbo económico político que el Gobierno ha tenido y mantenido de sus anteriores. Este es el rasgo más importante del actual Gobierno. En este campo en nada se diferencia el actual Gobierno de los anteriores.

El Gobierno de Carlos Alvarado está sólido en el ejercicio del Poder, representa más y mejor que nunca los intereses económico-dominantes, de los grupos económicos nacionales más poderosos, más allá de las dificultades que tienen algunos de ellos de sobrevivencia, o limitaciones impuestas, por los efectos producidos por la Pandemia en cuanto a las medidas tomadas por el Gobierno que los ha afectado. Cuando el Partido Acción Ciudadana asumió el Gobierno lo hizo acompañado del equipo económico del Partido Unidad Social Cristiana, así como el equipo del Partid Liberación Nacional le había ofrecido apoyo a Fabricio Alvarado, durante el periodo de la segunda ronda electoral, entre febrero y abril del 2028.

Los sectores dominantes están viviendo como siempre han vivido, no están en una situación de que no puedan mantener su estilo de vida.

Tampoco se da una situación de que las grandes masas de trabajadores, hoy sumamente afectadas con la desocupación creciente que se ha tenido, con el subempleo impuesto, con el aumento del trabajo informal, con los despidos y las rebajas de jornadas, con la alteración que se quiere imponer de nuevas jornadas de 12 horas, con el aumento de la pobreza y la pobreza extrema, con el desempleo de mujeres, estén dispuestas a tirarse a la calle.

En este sentido los sectores pobres y de extrema pobreza han aumentado, ha habido un deterioro grave de la clase media, que aún se sostiene, por el trabajo familiar, de las mujeres cabezas de familia, y por las ayudas institucionales que, en esta Emergencia, se han generado, con una proyección bastante amplia, de manera eficaz y eficiente, como el Bono Proteger.

Se pueden haber agravado, más allá de lo habitual, las condiciones de vida de los sectores populares y de las clases trabajadoras, pero eso no lleva todavía a una situación explosiva socialmente que exprese que no se quiere vivir de esa manera.

No hay en el país una crisis política nacional que ponga en entredicho el ejercicio del Poder por quienes lo están detentando en el nivel Ejecutivo, y en el Legislativo, más aún cuando no hay hoy en el país una sólida base de partidos políticos que expresen bien los diversos intereses de la población. Ni siquiera el escenario electoral del 2021, hacia las elecciones del 2022, provoca enfrentamientos entre partidos políticos. Lo que hay es una crítica equivocada hacia personalidades del actual gobierno de querer aprovechar la situación de la Pandemia para acrecentar sus imágenes políticas, o para crear remolinos políticos de denuncia más como escándalos, que deterioren imagen, que como acciones políticas, que produzca fortalecimientos de partidos políticos.

La imagen de Gobierno de Unidad Nacional, aunque no sea el resultado de pactos de gobernabilidad, desde el Ejecutivo Nacional, con los partidos políticos, de manera muy debilitada, aún se mantiene, para todos los efectos.

A este concepto suma el que los actos del Poder Ejecutivo son los que diariamente tienen repercusión nacional, en todos sus alcances, para la población del país, por las acciones que se ejecutan desde los Ministerios, desde las Instituciones Públicas, y desde las Municipalidades, que en este sentido cuentan.

El Presidente de la República en medio del impacto causado por la Pandemia no ha sacado provecho propio de esa situación. Bien ha hecho de poner al frente de esta lucha al Ministro de Salud y al Presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social.

En el nivel del Poder Legislativo no se puede medir aún la gestión de esta Tercera Legislatura (2020-2021), ni por los proyectos de ley en marcha y sus posibles resultados, ni por el impacto de la Pandemia, porque lo que haga en este sentido la Asamblea Legislativa, será gestionado, y aprovechado en imagen, sin ninguna duda, por el Poder Ejecutivo.

La Primera Legislatura (2018-2019) y la Segunda Legislatura (2019-2020), desde el ejercicio del gobierno legislativo resultaron buenas, y mejor la segunda, más allá de si se está de acuerdo o no con las leyes aprobadas. Ambas, pero especialmente la segunda, la presidida por Carlos Ricardo Benavides, mostró una gran capacidad de negociación y de acuerdos políticos parlamentarios en la producción de Leyes y de calidad.

El número amplio de partidos políticos, representados en la Asamblea Legislativa, no significa nada, fuera de ella, de expresión de esos partidos en la ciudadanía. De hecho los partidos políticos no existen fuera de la Asamblea Legislativa. De todos solo tres tienen locales reconocidos, el Partido Acción Ciudadana, Liberación Nacional y el Frente Amplio, donde prácticamente no hay actividades partidarias públicas. Estos locales son como oseras de invernación entre las campañas electorales.

La composición de la Asamblea Legislativa respondió a la situación política tensa que vivió el país en las elecciones del 2018, particularmente en sus últimos meses, desde noviembre del 2017 hasta las elecciones de la segunda ronda en abril del 2018.

Las diputaciones, salvo algunas honrosas participaciones, son descoloridas, débiles, de baja cultura general y pésima cultura política. No hay debates parlamentarios sustantivos, ni doctrinarios, ni sostenidos teóricamente. En mucho lo que hay son discursos vacíos, sin contenidos, más de forma, más de arenga parlamentaria que de análisis sustantivos de los proyectos de ley, como del control político.

La Pandemia no es un tema político parlamentario, más que en lo que sirve para “atacar”, para hacerle “escándalos”, o criticar al Gobierno, o a sus altos funcionarios públicos, cuando legislativamente carecen de propuestas los diputados, y los partidos que ellos representan, para tratar de resolver o mitigar .su impacto.

La fuerza de arranque de los partidos políticos en la Asamblea Legislativa, en mayo del 2018, se expresó con crudeza en debilidad extrema en las elecciones municipales pasadas cuando prácticamente esos partidos, exceptuando a Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, principalmente, no tuvieron prácticamente ninguna representación municipal o demasiado escasa. Los partidos pentecostales no tuvieron tema nacional que los aglutinara y casi desaparecieron del escenario. Las divisiones de partidos en la Asamblea Legislativa debilitan a esas organizaciones hacia el 2022, y se muestran tan escuálidos como si hubieran recién salidos de una Unidad de Cuidados Intensivos del COVD-19.

Hoy los partidos políticos no movilizan hacia la Asamblea Legislativa a sus simpatizantes en apoyo de proyectos de ley, o de ciertas discusiones parlamentarias. Son los ciudadanos los que se movilizan por cuenta propia, o atendiendo, especialmente, los llamados de las organizaciones sociales.

Sin lugar a dudas, en este momento, el régimen de partidos políticos se ha debilitado, pero no para desaparecer. Los partidos políticos van a seguir existiendo porque son la única manera de producir relevos presidenciales, parlamentarios y municipales, por más desgastados que se perciban ante la ciudadanía. La Pandemia los ha arrinconado. No les ha dado margen de pensamiento en torno a la misma Pandemia, de cómo enfrentarla. No hay pronunciamientos políticos de los partidos en este sentido. La Pandemia inhibe de las movilizaciones sociales, de marchas, de protestas organizadas. En este sentido todos van a la cola, en el furgón de cola, del tren del Gobierno.

A la par del coronavirus, que destruye internamente el organismo de las personas, en lo político los partidos políticos padecen desde hace mucho tiempo del “coronavirus politicus”, que les ha carcomido igualmente sus estructuras internas y, sobre todo, sus órganos vitales de pensamiento, y ha inhabilitado en la realidad a sus dirigentes políticos. Algunos partidos tienen presencia por la que les dan sus expresidentes de la República, o altas personalidades, ligados a esos partidos, que desde columnas de opinión, en medios de comunicación, hacen planteamientos, o análisis de la realidad socioeconómico nacional, la gran mayoría sin ser voceros oficiales y, generalmente, sin identificarse como miembros de esos partidos.

En el nivel Institucional la Pandemia ha puesto de relieve, de nuevo, la discusión, frágil aún, y muy débil, de la naturaleza de la estructura del Estado costarricense. Es la discusión de qué tamaño debe ser el Estado costarricense, con una fuerte tendencia a minimizarlo hasta donde sea posible.

La situación planteada sobre la realidad laboral, tanto del sector privado como público, de la imposición forzosa del teletrabajo, ha evidenciado vacíos y debilidades en la organización laboral, ha hecho sobresalir cuáles trabajos son esenciales y cuáles no, cuáles dentro de esta perspectiva podrían eliminarse o fusionarse. Ha puesto en la mira los puntos débiles del Estado que pueden atacarse para disminuir su tamaño, como lo están haciendo algunos sectores económicos.

Los movimientos sindicales y sociales deberían atender esta situación con serenidad, inteligencia y madurez, y proponer lo correspondiente frente a esas tesis. La propuesta que hiciera hace algún tiempo Otón Solís de reunir, o unificar instituciones, es el momento de revalorarla, desde la perspectiva de las organizaciones sociales, antes de que la impongan desde la acera de enfrente.

Las tesis que se manejan del llamado empleo público y las uniformidades de categorías laborales, para provocar iguales salarios en esas categorías, deben ser los sindicatos y los organismos sociales los que deberían tomar la iniciativa de cómo impulsar esa igualdad, dentro de esa reforma, sin demérito socio económico de lo que hasta ahora se ha logrado.

La simplificación de la maraña institucional, la agilización de procesos administrativos, a todos nos beneficia.

La Pandemia ha puesto en evidencia las dificultades administrativas, los huecos en la administración institucional, las debilidades y fortalezas que tienen las instituciones, así como ha mostrado condiciones brutales de trabajo en diferentes actividades económico-productivas, y ha puesto en evidencia las pésimas condiciones de vivienda, en muchas partes del país, especialmente, con las llamadas cuarterías urbanas y también rurales.

Esto no va a cambiar fácilmente. Seguirán existiendo esas condiciones de trabajo y de vida, pero obligará a que, desde el punto de vista de las instituciones de carácter social, y de los programas sociales de los gobiernos, se tiendan a mejorar, al menos, en los aspectos relacionados con las condiciones de trabajo, de seguridad e higiene ocupacional, de las viviendas de programas sociales.

Necesariamente tiene que avanzarse hacia la humanización de la pobreza y de la extrema pobreza. Hay que lograr que la gente que vive en condiciones de pobreza, y de extrema pobreza, que va a aumentar con esta Pandemia, tenga al menos condiciones dignas, decorosas y decentes de vida y de trabajo. Tienen que humanizarse sus condiciones de existencia.

Las políticas de vivienda social no pueden ser el resultado de los proyectos que los desarrolladores proponen a las instituciones del Estado, sino que deben resultar de las políticas estatales que se gestionan con desarrolladores privados, si es del caso. Esto evitaría, entre otras cosas, el mal uso de suelos para construir viviendas sociales, la mala o pésima construcción de viviendas, mejor control de los materiales de construcción, el “choricerismo” que esa práctica tiene o provoca institucionalmente, el saneamiento de áreas de construcción de las viviendas de carácter social.

Las casi 340 instituciones del Estado son las que la Pandemia va a poner en el tapete de la discusión, y del análisis, al terminar su impacto social y económico nacional, cuando ya esté controlada, porque es la proyección de éstas, en los 82 cantones del país y en los casi 500 distritos, que existen lo que se va a evidenciar.

Institucionalmente la Pandemia ha mostrado la fortaleza de las instituciones públicas, al servicio de toda la ciudadanía, y de todos los sectores sociales. Han resaltado las instituciones del Ministerio de Salud, de la Caja Costarricense del Seguro Social, y especialmente las Universidades públicas, y dentro de ellas la Universidad de Costa Rica con el Instituto Clodomiro Picado. Por su parte, el Instituto Nacional de Vivienda, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados, el Instituto Costarricense de Electricidad, y el mismo Ministerio de Educación Pública, han mostrado debilidades en los servicios que deben brindar, evidenciados en el teletrabajo y en la teleeducación, y que deben corregirse hacia el futuro inmediato.

En el nivel político electoral la Pandemia puede repercutir en los programas políticos de los partidos políticos de la próxima campaña electoral.

Los temas de pobreza y extrema pobreza, junto con el casi 30% de desempleados que pueden provocarse, como tales, no han sido temas electorales en las campañas del pasado. Pero, con una población que ronda cerca del 50%, o más, que se arropará en estos conceptos inevitablemente obligará al discurso social político, obligará a que estas sean quizá las banderas políticas más importantes de los partidos políticos tratando de llamar la atención de los votantes, con soluciones posibles a sus graves problemas de existencia. Los temas sociales me parecen serán los temas centrales de la lucha política.

El efecto que habrá que combatir es la indiferencia política de los ciudadanos, ante la ausencia de soluciones reales institucionales, que se expresa en el abstencionismo electoral, gravitando alrededor del 30% desde el 2002, en la desilusión de los ciudadanos de la Política, de los Partidos Políticos, de los Políticos, y peligrosamente en la decepción que puede llegar a generarse respecto al modo de vida democrático, facilitando la posibilidad de que se desarrollen movimientos populistas, de cualquier signo político, de manera irresponsable, que a la vez pongan en peligro el conjunto de libertades y derechos democráticos que se han construido en el curso de estos 200 años desde la Independencia Nacional.

La Costa Rica después del Covid-19 en lo económico se expresará en los problemas centrales de finanzas públicas, de endeudamiento, externo e interno, lo que la Pandemia los acentuará.

El tema central es la discusión del llamado Gasto Público versus Inversión Pública e Inversión Social. Es un tema económico, pero también los es conceptualmente político. En el discurso político y en la práctica política se ha impuesto el tema del Gasto Público, donde entra casi todo, y ante los problemas de las finanzas el argumento fácil de llamar a recortar gastos del Estado, gastos superfluos, salarios y pensiones, mientras no se discute nada sobre Inversión Social.

La discusión de los gastos tiene que ver también con la de los ingresos. Esta discusión no ha sido bien llevada por los actores políticos y por los movimientos sociales, ni por las fuerzas sociales contestatarias. No es solo el planteamiento de la denuncia de evasores, elusores y contrabandistas, y de quienes no pagan cargas sociales, o de hacerle cargar a los asalariados el peso de esta carga. Es el diseño de cómo pueden contribuir todos los sectores sociales y agentes productivos en correspondencia y proporcionalidad a sus ingresos y ganancias.

La Pandemia ha afectado el funcionamiento real de miles de micro y pequeñas empresas, pero también medianas y algunas grandes. A algunos sectores estratégicos los ha afectado, en todas sus dimensiones, como el sector turístico, en hotelería y restaurantes, comercial en general, transporte. Esto no va a ser fácil de reparar, ni de reponer en esos sectores los empleos perdidos o disminuidos.

El mismo desarrollo capitalista hace que en el mercado de la competencia varios miles de empresas, año a año, desaparezcan al mismo tiempo que otras surgen. Pero, con la Pandemia, y la ruina económica que ha provocado, hace difícil este resurgimiento en la misma proporción que ha destruido empresas. Probablemente se fortalecerán en este sentido las grandes empresas.

En lo Social, en Costa Rica después del Covid-19, se estarán produciendo condiciones económico-sociales que pueden agudizar de manera profunda la pobreza, la extrema pobreza y el deterioro real de la clase media, reduciendo su tamaño, y provocando que parte de estos sectores rápidamente pasen a formar parte de la franja de pobreza nacional, que no cubre ni ha cubierto a la clase media, aún en sus sectores más bajos. Se provocará una caída del Índice de Desarrollo Humano, aumentará la desigualdad social, la concentración de la riqueza en cada vez más pocas manos, no se tenderá a mejorar políticas redistributivas, sobre todo si el crecimiento de la producción no se siente o se hace muy lentamente. Será necesario avanzar hacia un Gran Acuerdo Político Nacional, del cual no puede huirse.

No se presenta en este sentido una movilización social organizada, una actividad de movilización y de organización de trabajadores.

No hay organizaciones nacionales capaces o en capacidad de orientar y dirigir a estos sectores sociales en esta situación nacional que vivimos.

En este sentido faltan organizaciones políticas, partidos políticos especialmente, y organizaciones sociales, como los sindicatos, que muchas veces han sustituido esta ausencia de los partidos políticos, que se puedan convertir en las puntas de lanza de los diversos sectores sociales, en sus guías y orientadores políticos. Se requiere en esta situación una orientación política que hoy no existe para los sectores populares.

Las políticas en el campo social, impuestas por la Pandemia, generadas a partir de su impacto, son válidas, son aceptables, tienen un efecto de repercusión apreciable, paliativo inmediatista, y de neutralización de movilizaciones sociales hasta ahora logrado, y de reparación de las condiciones de vida y de trabajo, que hay que apoyarlas.

Los Derechos Humanos, en sus diversas manifestaciones y expresiones, impulsados de manera novedosa por el Poder Ejecutivo han calado para quedarse, y han calado para darle al Gobierno un sustento de aceptación nacional, que no se quiere perder, aún por sectores que hoy son hipercríticos de las acciones políticas y económicas que el Gobierno impulsa. Esto ha sido su colchón de amortiguamiento.

La acción sindical hoy carece de una clara orientación política, y de una dirigencia, en capacidad de tomar acuerdos políticos con los diversos sectores del Poder Político Nacional, dentro del Estado y con aquellos que desde afuera actúan a su interior.

Las últimas situaciones de luchas sociales y de movilizaciones importantes, desde las huelgas y movilizaciones magisteriales, hasta las reformas legislativas que se han venido realizando en materia social y laboral, evidencian esta situación.

Igual sucede frente a las posibles soluciones ante las crisis provocadas por la Pandemia. Los sindicatos han hecho buenas propuestas, a manera de enunciados, sin capacidad alguna de negociación. De hecho han estado al margen de las principales decisiones que se han venido tomando por parte del Ejecutivo Nacional, aun cuando la Segunda Vicepresidencia de la República es un dirigente sindical reconocido, pero sin ninguna presencia real en ese Gabinete, porque tampoco su candidatura obedeció, en su momento, a un pacto entre el Partido Acción Ciudadana, que lo escogió, y el movimiento sindical que pudo representarse en esa figura. Con el actual gobierno ni siquiera se ha logrado un acuerdo como el del Teatro Melico Salazar en el Gobierno de Presidente Luis Guillermo Solís.

La situación del empleo es grave. Al terminar la Pandemia probablemente la cifra del desempleo llegue al 30% o más. A ello se suma el subempleo y la informalidad laboral.

Dentro del desempleo la parte más explosiva para mí es el desempleo de mujeres, y dentro de ellas el desempleo de mujeres cabezas de familias. Antes de la Pandemia habían más de 300.000 mujeres cabezas de familia, que eran el principal ingreso de sus hogares aun cuando tenían compañero o esposo, con una cifra de desempleo que pasaba los 200.000 trabajadores. Hoy el número de desempleados pasa los 400.000 y ha disminuido el empleo de mujeres y de mujeres cabeza de familia provocando el desempleo de familias completas, lo que provoca una situación altamente inflamable y volátil. El Programa Proteger, de emergencia en esta Pandemia, algo ha resuelto, pero ¿cuánto es sostenible?

El impacto más dramático de esta situación es el Hambre que se va a generar. Si antes de la Pandemia ya había un considerable número de familias que apenas garantizaban una comida al día, con la Pandemia y luego de ella, miles de familias probablemente no garantizarán esa única comida diaria. Los Programas solidarios y se asistencialismo en este sentido tendrán que fortalecerse.

El Hambre puede ser el detonante más grande para que la gente se lance a la calle. Nada tienen que perder, y mucho que ganar, las masas hambrientas en la calle.

Igual repercusión tendrá esta situación en el acceso a la escuela, el colegio o la Universidad. Si antes de la Pandemia el solo obtener el Bachillerato colegial hacía pasar el nivel de la pobreza, hoy hay más deserción y habrá más brecha social, y situaciones potencialmente explosivas en lo social y en lo político.

La violencia social será uno de los índices que se alteren más. La inseguridad ciudadana aumentará y los delitos contra la propiedad, en cuanto se superen los encerramientos sanitarios probablemente también se incrementarán.

La desigualdad social, la marginación social, la exclusión social, la “xenofobia” interna, contra grupos sociales nacionales tendrá una mayor expresión pública.

El movimiento sindical sufrirá, en sus repercusiones, los efectos de la Pandemia. Por ejemplo, reducirá el número de afiliados por los despidos, reducirá sus ingresos económicos por la cuota de afiliación al reducirse los ingresos, si se les reducen las jornadas a los trabajadores. Los mismos trabajadores ante esa disyuntiva buscarán la desafiliación sindical para economizarse esa rebaja de cuota mensual sindical.

Probablemente habrá más temor de afiliación sindical por la inestabilidad laboral que se va a crear, por la definición de trabajos esenciales y no esenciales, por la movilidad laboral que se imponga, por el “temor reverencial” ante los patronos al despido laboral, de si se es sindicalizado o no. En el sector privado va a ser más difícil, de lo que ya es, la afiliación sindical y la gestación de sindicatos.

Quizá hay que empezar a valorar la gestación de sindicatos por ramas de producción o de industria, que permite que con un porcentual de trabajadores de la rama industrial se tengan cubiertos a todos los trabajadores por la acción y la representación del sindicato de cada rama industrial.

El tema político en este campo social será el fortalecimiento del llamado Estado Social de Derecho, que es el Estado con toda su institucionalidad social. El riesgo del Estado Social de Derecho está en el debilitamiento institucional que se quiere hacer de las instituciones históricas que lo configuran, y de las políticas sociales que le dan aliento, de su aniquilación y hasta de su privatización, como algunos sectores quieren.

El movimiento sindical en este momento tiene un compromiso muy importante con sus afiliados y con el país, de contribuir a asegurar los derechos fundamentales que se disfrutan, por parte de los trabajadores, y de contribuir con soluciones posibles a enfrentar las crisis, que de distinto orden, la Pandemia pueda causar en Costa Rica.

Movimiento de Culturas Vivas Comunitarias pide informe sobre afectación presupuestaria

El Movimiento de Culturas Vivas Comunitarias envió a la ministra de Cultura Sylvie Durán Salvatierra, un informe sobre la afectación presupuestaria para el Ministerio y específicamente para este esfuerzo que surge como un “logro del Movimiento Latinoamericano de CVC y que ha sido de gran aporte a diversas comunidades de todo el país”.

Esta es la nota enviada a la ministra y cuya copia que llegó a SURCOS:

Señora Sylvie Durán Salvatierra
Ministra
Ministerio de Cultura y Juventud
Señora Sofía Yglesias
Directora de Cultura
Ministerio de Cultura y Juventud

Saludos cordiales.

Nos encontramos en el contexto de una profunda incertidumbre y crisis social, donde vemos una debilitación de la Institucionalidad pública- estatal y una profundización de las desigualdades sociales, así como la imposibilidad de participación real, debido al distanciamiento social y las normas de salubridad para detener la pandemia.

Es por esta razón que, desde la vivencia de las culturas vivas, hemos buscado formas de organizarnos y mantener las redes de trabajo colaborativo y crear nuevas formas para articular desde las herramientas tecnológicas y TICS. En este proceso adaptativo, se realizaron dos conversatorios virtuales relacionados con el contexto que estamos viviendo. El primero de ellos exploró las perspectivas de las organizaciones socioculturales que se autogestionan, y el segundo, denominado “Repensando el futuro de las culturas vivas comunitarias desde la coyuntura actual del Covid-19. Estrategias de los Estados” contó con la participación de personas del gobierno y la función pública de la región que brindaron sus reflexiones sobre las formas que han atendido la epidemia especialmente en relación con las culturas comunitarias. Ambos conversatorios se dieron en el marco del II Congreso de Culturas Vivas Comunitarias de Mesoamérica y el Caribe: “Culturas en Movimiento”. Por parte de Costa Rica contamos con la participación de la Licda. Sofía Yglesias, Directora de Cultura del Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica.

A partir de un proceso de sistematización de los conversatorios generado en el Tejido Centroamericano y Caribeño de Culturas Vivas Comunitarias, Tejido Maraca, se invitó a las redes locales a hacer una reflexión y análisis de las ideas y retos que se expresaron por el representante correspondiente de cada país. Nuestra reflexión sobre las ideas y retos expresados por la Señora Yglesias, da como resultado que desde nuestras redes socioculturales consideramos de gran relevancia, importancia y urgencia el inicio de un diálogo que nos permita la construcción de un espacio común.

Considerado que, en el contexto de la pandemia por el SARS-COVID 19, surge una presión de colectivos, organizaciones e individualidades, en torno a la necesidad de responder a las demandas particulares del movimiento cultural y artístico, lo cual tuvo una respuesta mediante la estrategia “Medidas COVID-19 para el Sector Cultura y Juventud”, se abrieron diversos presupuestos para este sector. Asimismo, de parte de nuestro tejido se presenta una carta con fecha 30 de abril del año en curso, donde como señala la señora Yglesias, nuestras propuestas fueron tomadas en cuenta para validar algunas de las intenciones del Ministerio de Cultura y Juventud para la estrategia planteada.

Si bien reconocemos la labor realizada desde la Institucionalidad estatal para responder de manera adecuada a las necesidades y demandas del movimiento artístico y cultural del país; es importante también señalar como la autogestión y el trueque como estrategias de economía solidaria han sido herramientas para la sobrevivencia de muchos espacios, personas, colectivos y organizaciones culturales.

Es por esta razón que como movimiento conformado por colectivos y personas que se dedican a las diversas manifestaciones de la cultura viva, nos genera preocupación que algunos ámbitos que conforman las expresiones artísticas y culturales, no fueron tomadas en cuenta en el proceso de conformación de las Mesas Sectoriales de la Estrategia Nacional “Costa Rica Creativa y Cultural 2030”, donde vemos como a nivel estatal hay un fuerte apoyo a lo que se considera la Economía Naranja y las industrias culturales. De esta forma, notamos como en particular el área de la Gestión sociocultural no ha sido considerada en esta Mesa, a pesar del trabajo que hemos venido realizando desde hace más de 10 años y que es conocido desde el Ministerio de Cultura y Juventud, así como por la señora Ministra particularmente, esto sumado a la precarización de las condiciones laborales de las personas que realizan gestión sociocultural.

Si bien, nuestras acciones no se enmarcan en la visión de mercado y lucro de las empresas culturales y la economía naranja promovida desde el neoliberalismo, eso no implica que no puedan ser medidas en términos económicos y ponerlas en valor monetario. Consideramos que el Convenio Andrés Bello y el sistema de Cuentas Satélites de la Cultura no exploraron con sus múltiples herramientas el espacio de acción de la gestión cultural y por lo tanto, se invisibiliza el nivel de impacto y la contribución al PIB. Es por esto, que esta situación es de molestia para el movimiento y debería considerarse una falla de coordinación del Ministerio de Cultura y Juventud arrastrada desde hace muchos años atrás. Similar situación se presenta con el sector del Patrimonio Cultural Inmaterial y las culturas vivas comunitarias; la toma de decisiones a través de una política pública sólo podría ser justa cuando incluya a todos los sectores que la conforman en su totalidad, en este caso todo lo referente a las manifestaciones culturales y artísticas, así como a la importante labor de la gestión sociocultural.

Por otro lado, hemos identificado una disminución en el presupuesto de Puntos de Cultura, lo cual consideramos es una afectación directa nuevamente a los colectivos y organizaciones que realizan gestión sociocultural. Consideramos que este es un programa que deviene de un trabajo del Movimiento de Cultura Viva Comunitaria a nivel Latinoamericano, y que ha tenido un gran impacto en las organizaciones de base comunitaria con una inmensa cantidad de personas beneficiadas. Bastaría revisar las estadísticas en los archivos de la Dirección de Cultura para cuantificar el impacto de este programa. Todo esto sumado, a las políticas económicas de recortes presupuestarios drásticos en el Ministerio de Cultura y Juventud, lo cual genera gran preocupación para las organizaciones y personas que nos dedicamos al arte y expresiones culturales.

Es por esta razón que solicitamos respetuosamente:

  1. Presentar un informe que desglose la afectación que ha tenido el recorte de más de 200 millones al sector cultural y artístico del país, y las áreas específicas que se han visto afectadas.
  2. Presentar un informe sobre la afectación e impacto de los recortes económicos al programa ¨Puntos de cultura” considerando que este fue un logro del Movimiento Latinoamericano de CVC y que ha sido de gran aporte a diversas comunidades de todo el país.
  3. Que se nos señale cómo podemos involucrar la gestión sociocultural en las Mesas Sectoriales Estrategia Nacional “Costa Rica Creativa y Cultural 2030”, ya sea siendo parte de una o varias mesas ya conformadas o generando una mesa específica en el tema de gestión cultural, donde se integre a una serie de redes, colectivos, personas y organizaciones que trabajan, investigan y se forman en el tema actualmente en el país.
  4. Elaboración de un protocolo sectorial en el contexto del COVID, para el sector de formación en el área de gestión sociocultural y cultura comunitaria, dado que este sector no fue tomando en cuenta en los protocolos subsectoriales, lo cual invisibiliza las acciones que podríamos realizar en esta área de acción.

Agradecemos la respuesta que se nos pueda brindar, y la posibilidad de iniciar un espacio que nos permita construir nuevas posibilidades de articulación por el bienestar y el cumplimiento de los derechos culturales de las comunidades, organizaciones, colectivos e individualidades que conformamos el Movimiento de Culturas Vivas Comunitarias de Costa Rica.

Quedamos a la espera.
Sin más por el momento, saludos cordiales
Movimiento de Culturas Vivas Comunitarias de Costa Rica

Universidades públicas y Gobierno llegan a acuerdo sobre presupuesto para el 2021

Se fortalecerá el trabajo para la atención de las necesidades sociales, sanitarias, educativas, económicas y ambientales derivadas del impacto de la pandemia COVID-19

En el 2020 como parte de las acciones para enfrentar la crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19, las universidades estatales acordaron reducir y postergar sus gastos e inversiones previstos para el presente ejercicio económico, en la suma de ¢48 mil millones. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La Comisión de Enlace acordó este 13 de agosto que el Fondo Especial para la Educación Superior Pública (FEES) del año 2021 será de ¢515.909,48 millones y el presupuesto de la Universidad Técnica Nacional (UTN) será de ¢35.895,52 millones.

Estas sumas corresponden al presupuesto asignado en el año 2020, pero ajustado de acuerdo con la variación del poder adquisitivo de la moneda, tomando en consideración para ello la inflación interanual a mayo de 2020, que alcanzó el 0,61%.

Considerando las consecuencias fiscales generadas por la pandemia, la primera propuesta de las personas representantes del Poder Ejecutivo en la Comisión de Enlace fue la de disminuir en un 10 % el FEES del 2021, con respecto del monto acordado para el año 2020, lo que implicaría para algunas de estas casas de educación superior una suerte de cierre técnico.

Luego de múltiples negociaciones que pretendieron acercar posiciones, finalmente el acuerdo establece que teniendo en cuenta la compleja situación de las finanzas públicas, producto de la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, de forma excepcional, el Ministerio de Hacienda incluirá en el presupuesto ordinario de la República del año 2021, la suma de 490.114,006 millones de colones como transferencias ordinarias del FEES y 34.100,744 millones de colones como transferencia para la UTN. Al finalizar el primer semestre del año 2021, la Comisión de Enlace se reunirá nuevamente para decidir cómo se presupuestará la diferencia.

“Pese a lo difícil del contexto actual, el acuerdo tomado garantiza el cumplimiento del orden constitucional y el funcionamiento de nuestras instituciones, haciéndose evidente el reconocimiento a nuestros incuestionables aportes. Garantizar el resguardo de la educación es promover, planificada y conscientemente, la mejora integral y prospectiva de nuestra población”, señaló el Dr. Carlos Araya Leandro, rector de la Universidad de Costa Rica.

Además, las universidades públicas continuarán realizando esfuerzos en su compromiso con la mejora continua para el aseguramiento de la calidad, la equidad, la mayor cobertura, la vinculación con los sectores productivos y sociales, el fortalecimiento de sus programas regionales, la excelencia y el logro académico de sus estudiantes, la sostenibilidad financiera y la rendición de cuentas ante la sociedad costarricense.

Estos compromisos se concretarán y evaluarán mediante las acciones y el seguimiento anual del PLANES 2021-2025. En este contexto, las instituciones de educación superior universitaria estatal publicarán el resultado de su gestión.

De igual manera, se continuará con el fortalecimiento del mecanismo integral de cooperación recíproca que ya se ha puesto en práctica en anteriores ocasiones.

En este sentido, se trabajará de manera conjunta en proyectos para la atención de las necesidades sociales, sanitarias, educativas, económicas y ambientales derivadas del impacto de la pandemia COVID-19.

Así como el combate a las brechas y desigualdades estructurales que obstaculizan el desarrollo humano inclusivo y sostenible en la sociedad costarricense; y la promoción del crecimiento económico en las diferentes regiones de planificación del país, la generación de empleo de calidad, el desarrollo de cadenas de valor, la innovación científica y tecnológica, y la utilización sostenible de los recursos naturales, entre otros.

La Comisión de Enlace está compuesta por Guiselle Cruz Maduro, Ministra de Educación Pública; Elian Villegas Valverde, Ministro de Hacienda; Pilar Garrido Gonzalo, Ministra de Planificación Nacional y Política Económica; Paola Vega Castillo, Ministra de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones; Silva Lara Povedano, Viceministra de la Presidencia, representantes del Gobierno de la República

Y Luis Paulino Méndez Badilla, rector del Instituto Tecnológico de Costa Rica y presidente del Consejo Nacional de Rectores; Carlos Araya Leandro, rector de la Universidad de Costa Rica; Francisco González Alvarado, rector de la Universidad Nacional; Rodrigo Arias Camacho, rector de la Universidad Estatal a Distancia; Emmanuel González Alvarado, rector de la Universidad Técnica Nacional y Noel Cruz Muñoz, representante estudiantil.

 

Andrea Marín Castro
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

A 10 años del desalojo sufrido por líderes indígenas del Congreso costarricense

Nicolás Boeglin

El pasado 9 de agosto, se conmemoraron los 10 años desde aquel triste episodio acaecido en la noche del 9 al 10 de agosto del 2010, en el que se desalojó durante la madrugada con efectivos policiales a líderes indígenas costarricences que habían llegado a la Asamblea Legislativa la tarde anterior. Su petición era muy sencilla: exigir la votación de un Proyecto de Ley sobre Autonomía Indígena y mantenerse dentro de las instalaciones del Congreso hasta que el voto tuviera lugar.

Cabe precisar que este proyecto llevaba 16 años discutiéndose y que los dirigentes indígenas únicamente pedían que se votara, sea en contra, sea a favor.

Una vivencia colectiva dolorosa que sigue marcando profundamente a las comunidades indígenas costarricenses

Sobre algunos detalles de este episodio, referimos a esta nota detallada) del Programa universitario Kioscos Ambientales publicada en el 2010. Salvo error de nuestra parte, no se conoce de un análisis que haya detallado la forma muy peculiar con la que varios medios de prensa costarricenses reportaron este hecho, intentando desacreditar a los dirigentes indígenas (y se sugiere a alguna escuela de comunicación colectiva u otra unidad académica pensar en realizarlo en el futuro si no existe).

De manera a conocer el clima durante el cual se dió la discusión intra muros en aquella tarde del 9 de agosto, remitimos a nuestros estimables lectores al acta de la sesión de la Asamblea Legislativa (véase texto completo). También nos parece oportuno referir a este reciente artículo escrito por uno de los líderes indígenas presentes aquella noche, Pablo Sibar, titulado precisamente «Una década de que nos sacaron arrastrados de la Asamblea Legislativa» y cuya lectura completa recomendamos (véase texto completo).

Nótese que este proyecto de ley ha sido mencionado en prácticamente todos los informes oficiales de Costa Rica de cara a las comparecencias ante diversos órganos de Naciones Unidas, a la hora de responder a observaciones que le han hecho los órganos de supervisión sobre la falta de implementación de sus obligaciones internacionales en la materia (Comité de Derechos Humanos, Comité del Pacto DESC, Comité de Derecho del Niño, Comité de la Convención CEDAW sobre la mujer y Comité de la convención CERD – Nota 1).

Con relación a lo sucedido en agosto del 2010 dentro de la Asamblea Legislativa, en este valioso recordatorio publicado hace pocos días, titulado «La persistente violación de los derechos de los pueblos indígenas costarricenses» y cuya lectura integral también recomendamos (véase texto completo), se puede leer que:

«La respuesta de las autoridades del Congreso no podría haber sido más irónica: ordenaron su desalojo por la fuerza y no votaron el proyecto ni en ese, ni en la siguiente legislatura, para ser finalmente desechado sin justificación clara ni alternativa alguna, a los pocos meses del actual período legislativo (2018-2022).

Con esta experiencia como detonante, se agota para los indígenas la confianza en la institucionalidad pública y en las autoridades políticas, cuya consecuencia inmediata fue la decisión de varios de estos líderes comunitarios y sus familias de iniciar acciones para reivindicar, por la vía de hecho, sus derechos sobre sus propios territorios, mediante las llamadas “recuperaciones” «.

En este artículo publicado hace unos años sobres las distintas luchas emprendidas por las comunidades indígenas en Costa Rica (véase texto completo), se puede leer que:

«Este desalojo violento marcó la lucha, pues la dirigencia indígena presente decidió que las siguientes acciones de defensa territorial se harían desde los mismos territorios. En este punto, las y los indígenas decidieron retirarse del Valle Central y ejercer la autonomía desde sus comunidades argumentándola desde los marcos jurídicos de la Ley Indígena de Costa Rica N.º 6172, el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, del 2007, en los que se ratifican los derechos territoriales y el ejercicio de la autodeterminación de los pueblos».

Desde entonces, han sido escasas las apariciones de representantes indígenas en el Congreso costarricense, a la vez que las acciones generadas por sus comunidades para recuperar sus territorios han originado un clima de violencia en su contra en algunas regiones de Costa Rica, en particular en una de ellas.

Un errático actuar del Estado costarricense desde el 2010

Este 9 de agosto del 2020, Costa Rica conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas con dos dirigentes indígenas de la región de Salitre asesinados en menos de un año (marzo 2019-febrero del 2020): dos hechos sumamente graves, y que se mantienen en una indignante impunidad al no haberse a la fecha identificado a sus autores materiales e intelectuales por parte de las autoridades.

El hecho que ambos líderes fueran objeto de medidas cautelares ordenadas al Estado costarricense por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde abril del 2015 no hace sino evidenciar la total inoperancia del Estado para resguardar la vida y la integridad física de las personas que defienden los derechos de las comunidades indígenas (Nota 2).

En esta reveladora entrevista a dos dirigentes indígenas costarricenses realizada por LaRevista.cr el pasado 9 de agosto (véase enlace con el audio), se puede escuchar el tipo de percepción que ambos tienen sobre el significado de esta fecha: ninguno encuentra motivo alguno para una celebración.

Foto extraída de nota de prensa de la BBC titulada «Asesinato de Sergio Rojas: la conmoción en Costa Rica por la muerte del líder indígena que defendía las tierras de pueblos originarios», edición del 20/03/2019

Cabe recordar también que el pasado 2 de julio del 2020, se declaró admisible una petición presentada por la comunidad indígena Terraba contra Costa Rica (véase al respecto nuestra breve nota, titulada «Comunidad indígena Terraba en Costa Rica: Comisión Interamericana de Derechos Humanos admite petición«).

Iniciativas estatales que «para mí son solo papeles»

En el precitado artículo del líder indígena Pablo Sibar rememorando los 10 años de lo que las comunidades indígenas costarricenses denominan «la arrastrada«, leemos que:

«No entiendo cómo llevamos 10 años y el Gobierno sigue haciendo cosas que se miran muy bonitas, pero yo quiero decirles para mí son solo papeles. Como un Brörán que llevo 40 años de lucha lo que quisiera es escuchar cosas que sean reales, no papeles, no habladas, quisiera que todos los ticos exijan a los Gobiernos que nos den nuestras tierras libres para poder vivir en paz y poder dormir tranquilos, que nuestros territorios, que nuestros hijos, nietos, no sigan llevando el miedo como ese miedo del covid 19 que es lo que vivimos los pueblo indígenas por los terratenientes hace mmmuuucho tiempo«.

Con relación a las iniciativas que regularmente Costa Rica ofrece a los órganos de derechos humanos como prueba de su firme compromiso con los derechos de las comunidades indígenas, podemos señalar que la misma Defensoría de los Habitantes (DHR) de Costa Rica emplazó recientemente al Poder Judicial a brindar explicaciones sobre la falta de acceso a la justicia a personas indígenas, pese a un sinnúmero de mesas redondas, comisiones, subcomisiones, guías y demás publicaciones en el seno del Poder Judicial desde varios años (véase texto completo de carta remitida por la DHR el pasado 29/07/2020 al Presidente del Poder Judicial).

Como se recordará, en julio del 2018, se aprobó la ley 9593 (véase texto) titulada «Acceso a la justicia de los Pueblos Indígenas«.

Es de señalar que estos y otros cuestionamientos en Costa Rica se dan en un momento en que, en América Latina, los derechos de las poblaciones indígenas son objeto de una preocupación mucho mayor debido a los efectos del COVID-19 en comunidades indígenas aisladas, y con un acceso muy limitado a servicios básicos de salud: incluso cuando los hay, la falta de preparación en el abordaje cultural por parte del personal médico desplegado puede llevar a reducir el alcance de las medidas sanitarias. La desatención a la ya crítica situación por parte de las autoridades estatales es latente en diversas latitudes: en mayo del 2020, fue la misma CIDH la que advirtió sobre la situación en un comunicado de prensa titulado «La CIDH alerta sobre la especial vulnerabilidad de los pueblos indígenas frente a la pandemia de COVID-19 y llama a los Estados a tomar medidas específicas y acordes con su cultura y respeto a sus territorios» (véase texto completo). A modo de conclusión

Con o sin pandemia, la deuda histórica que acumula Costa Rica con relación a sus comunidades indígenas se traduce con el paso del tiempo en un despojo paulatino de sus recursos y de sus derechos, siendo el derecho a la tierra su principal reinvindicación, así como el respeto a su cultura. Esta situación es la que ha originado una atención particular sobre lo que ocurre en Costa Rica por parte de diversos órganos de derechos humanos, tanto a nivel de Naciones Unidas como del sistema interamericano de protección de los derechos humanos.

Entre por un lado, comunidades indígenas cada vez más decididas a recuperar – con o sin el concurso del Estado – sus territorios y, por otro, órganos de supervisión internacionales cada vez más atentos a lo que en ellos sucede, las diversas iniciativas propiciadas por el Estado costarricense ya no parecen ser suficientes. En un reciente artículo, publicado por el periodista Diego Delfino, al mencionar algunos de los anuncios hechos por las autoridades el pasado 9 de agosto (véase texto completo), el autor señala de una manera que nos parece muy justa que:

«El tema, es que este paso de pie a logros concretos y no al clásico anuncio conmemorativo que después se queda en lo simbólico hasta que llegue… otro anuncio. Tenemos que reconocer que hasta ahora esa ha sido el modus operandi de nuestro país cuando de abordar este tema se trata«.

Notas

Nota 1: En el 2015, se puede leer en la observaciones finales del Comité CERD al informe presentado por Costa Rica (véase texto completo) que:

«14. El Comité recomienda priorizar en la agenda legislativa las iniciativas para la lucha contra la discriminación racial y la promoción de los derechos de las personas afrodescendientes y de los pueblos indígenas para su urgente discusión y adopción, en consulta con dichos pueblos, para contar con un marco legal adecuado en materia de lucha contra la discriminación racial«.

En el 2016, se puede leer en la observaciones finales del Comité de Derechos Humanos al informe presentado por Costa Rica (véase texto completo) que:

  1. Preocupa al Comité que el proyecto de ley de desarrollo autónomo de los pueblos indígenas aún no haya sido aprobado y que aún no se haya adoptado un mecanismo legal que garantice la consulta previa de los pueblos indígenas en relación a la toma de decisiones que pudieran afectar al ejercicio de sus derechos. A pesar del reconocimiento legal del derecho que tienen los pueblos indígenas a las tierras y territorios que tradicionalmente han poseído u ocupado, preocupa al Comité la limitada protección al ejercicio de estos derechos en la práctica y que algunos pueblos indígenas hayan sido víctimas de ataques por conflictos de tierra (art. 27).
  2. El Estado parte debe: a) Agilizar la aprobación del proyecto de ley de desarrollo autónomo de los pueblos indígenas; b) Garantizar la celebración efectiva de consultas previas con los pueblos indígenas con miras a obtener su consentimiento libre, previo e informado antes de adoptar y aplicar cualquier medida que pueda incidir sustancialmente en su modo de vida y su cultura, en particular en relación con proyectos que puedan tener un impacto sobre sus tierras o territorios y otros recursos, tales como proyectos de explotación y/o exploración de recursos naturales; c) Garantizar en la práctica el derecho que tienen los pueblos indígenas a las tierras y territorios que tradicionalmente han poseído u ocupado, incluso mediante el reconocimiento legal y protección jurídica necesaria; d) Proporcionar los medios legales necesarios para asegurar la recuperación de tierras inalienables que ya han sido otorgadas a pueblos indígenas mediante la legislación nacional y brinde la protección adecuada, incluso mediante recursos efectivos, a los pueblos indígenas que han sido víctimas de ataques«.

Nota 2: Con relación al asesinato de Sergio Rojas ocurrido el 18 de marzo del 2019, tuvimos la ocasión de examinar las cartas hechas públicas por Naciones Unidas con respecto a los requerimientos específicos solicitados a las autoridades costarricenses sobre el asesinato de Sergio Rojas (véase nuestra nota al respecto publicado en el portal de la Universidad de Costa Rica – UCR). Varios de estos requerimientos de Naciones Unidas (que fueron solicitados en el mes de marzo del 2019) buscaban que hechos similares no se repitieran más en Costa Rica (véase documento de Naciones Unidas, página 5): el 24 de febrero del 2020 fue asesinado otro líder indígena, Jerhy Rivera.

Esta nota fue escrita por Nicolás Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica

Enviado a SURCOS por el autor.

Desigualdad social acerca a Costa Rica a escenarios peligrosos

Cuatro posibles escenarios esperan a Costa Rica en el futuro: uno catastrófico, dos de peligro y el escenario deseable o escenario apuesta.

De no rectificar el rumbo, el país se dirige hacia escenarios muy peligrosos según se desprende de la investigación “Escenarios Costa Rica 2040: Hacia la Nueva Normalidad”, realizada por la Escuela de Planificación y Promoción Social de la Universidad Nacional (EPPS-UNA), mediante consulta a más de 200 representantes de distintos sectores sociales.

Al presentar los resultados de este estudio, Juan Carlos Mora, coordinador y especialista en prospectiva –análisis de futuro-, empezó con el escenario del “país del juego /sueño perdido”, considerado el catastrófico, por ser –dijo- el que más coincide con la situación que está viviendo el país y con la que podría experimentar una vez superada la pandemia.

En este escenario se da la mayor desigualdad social, mientras la producción nacional no crece para lograr un equilibrio en el desarrollo.

“No estamos tan lejos de tomar ese rumbo. Las tendencias del país caminan hacia ese escenario y por eso es que “un cisne negro” como la pandemia que estamos viviendo ha venido a acelerar la marcha”, advirtió el investigador.

Y es que el elemento más claro en el futuro del país, en términos tendenciales, es precisamente la desigualdad social, como lo muestra el comportamiento del coeficiente de Gini.

A esto se suma, una ralentización del crecimiento de la producción, medida por Producto Interno Bruto (PIB), que también contribuye a acercar al país al peor escenario.

No por casualidad, se han venido perdiendo aceleradamente posiciones en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), lo que también da cuenta del rumbo poco deseable que lleva el país.

Escenarios de peligro

Entre los cuatro escenarios más posibles, destacan también dos de peligro, de alta inestabilidad.

A uno de ellos se le ha denominado “el país de unos pocos”, el cual está caracterizado por la concentración de la riqueza en un sector muy pequeño de la población, lo que provoca altos índices de desigualdad social, sin que el Estado logre implementar una política pública redistributiva para revertir el proceso.

Costa Rica tampoco está lejos de este escenario de peligro. “Hay una tendencia hacia la concentración del ingreso, que la pandemia va a acelerar”, dice Mora, quien considera preocupante que se esté tratando de contrarrestar esta tendencia con política pública cortoplacista, que no la revierte.

El otro escenario de peligro es “el país que reparte lo que no tiene”, donde se logra mejorar en temas de igualdad, pero a costa de endeudamiento, de un sistema de impuestos regresivo, de una política pública populista, que deja muy comprometidas las posibilidades de desarrollo.

Hacia “el país donde quiero vivir…”

“Es importante indicar que la ocurrencia o no de un escenario todavía está en manos nuestras; por eso, la investigación contempla como probabilidad el escenario apuesta, que es el país donde quiero vivir el resto de mi vida”, subrayó el académico de EPPS.

¿Podría Costa Rica alcanzar cambiar el rumbo y caminar hacia este escenario apuesta, en el que crece el PIB y disminuye la desigualdad?

Este escenario no está cerca, según reconoce el coordinador de “Escenarios Costa Rica 2040: Hacia la Nueva Normalidad”, para quien el empuje hacia “el país donde quiero vivir el resto de mi vida” va a requerir esfuerzo, así como varios gobiernos; “no se va a lograr en cuatro años ni con el mejor gobierno del mundo”.

Aunque las tendencias se oponen, este escenario alcanzó en el estudio un 42% de probabilidad, lo cual es importante –afirma el investigador- porque refleja que se ven posibilidades de que Costa Rica rectifique el rumbo, de manera que pueda superar factores evidentes de desigualdad social, como baja conectividad, educación desigual, disparidad territorial, bajo acceso a tecnología, brecha en ingresos e impuestos regresivos, entre otros.

 “En este escenario vemos la Costa Rica del futuro como un país virtual en muchas de las cosas que hace, pero es una Costa Rica donde el Estado universaliza la conectividad y eso hace que la educación, por ejemplo, no sea un factor de exclusión social, sino que podamos llevar las oportunidades a todas las regiones del país”.

Mora fue enfático en que en “el país donde quiero vivir el resto de mi vida” no se podría aceptar que haya estudiantes que reciban clase en la casa con un teléfono celular, tal como se mostró en el reciente informe del Estado de la Educación.

“Tenemos que resolver el problema educativo. Nuestra principal razón de desigualdad social sigue siendo el tema educativo. La diferencia salarial entre una persona que estudió y una que no lo hizo, es abismal. Entonces, ahí está el verdadero problema de la desigualdad”, subrayó Mora.

El país donde quiero vivir el resto de mi vida es un escenario se logra un acuerdo en torno a las decisiones que debe tomar los gobiernos de los próximos 10 0 12 años en este y otros temas esenciales, como economía y en ambiente.

Para lograrlo es preciso poner atención en la relación entre el Estado, el mercado y la sociedad civil, así como contar con solidaridad, liderazgo, compromiso y disciplina.

El investigador de EPPS considera que ese acuerdo nacional es imprescindible. “No podemos atender el futuro, tan disruptivo que se nos presenta, con las mismas medidas y decisiones de siempre. Deberá venir un compromiso del Estado por hacer cosas diferentes. Solo de esa manera alcanzaremos ese escenario apuesta”, advirtió.

***Mayores detalles con Juan Carlos Mora, investigador EPPS al 8893-9950 o con periodista Oficina de Comunicación 8334-4150.

UNA: Respetar vida silvestre prevendría una nueva pandemia

Desde años anteriores numerosos estudios científicos a nivel internacional, alertaban sobre las consecuencias que podría traer el tráfico ilegal de vida silvestre, y el mal manejo sanitario de la carne para consumo. Algunos, catalogan la llegada del SARS-CoV-2 como la venganza de la vida silvestre, sin embargo, para Víctor Montalvo, investigador del Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis-UNA), este virus es la consecuencia de las actividades agresivas e invasivas que el ser humano ha realizado en contra de la biodiversidad.

El pasado 24 de julio Namá Conservation en colaboración con el Icomvis-UNA organizó la charla “Vida silvestre en tiempos de pandemia”, donde participaron Shirley Ramírez, del Ministerio de Ambiente y Energía, Juan Carlos Cruz, investigador de Namá Conservation, Isabel Hagnauer, médico Veterinario del Zooave y Pablo Vásquez, encargado de Vida Silvestre del Área de Conservación Central del Sistema Nacional de áreas Protegidas (Sinac).

“Nuestra normativa sí ha previsto estas interacciones, y por eso tenemos un marco legal riguroso basado en la ciencia, que protege a la biodiversidad y a las personas. Nuestro objetivo es buscar un balance entre las actividades humanas y la vida silvestre, donde está establecido que el contacto directo está prohibido, y esto es precisamente para evitar que alguna enfermedad zoonótica pueda afectar a los animales o a las personas”, dijo Ramírez.

Un estudio realizado por World Animal Protection (WAP) de 2017 situó a Costa Rica como el país número 7 del mundo en fotografías y selfies inadecuados con la vida silvestre. Bajo este contexto, se impulsa desde el año anterior la campaña #stopanimalselfies, que pretende eliminar la incidencia de selfies crueles o inadecuados con animales silvestres, así como sus efectos negativos y los riesgos que implican. Sin embargo, la interacción con la vida silvestre no está solo en las áreas protegidas.

“La fauna silvestre habita en todo el territorio nacional. El Sinac no tiene un protocolo para las interacciones urbanas porque hay que evaluar muchos elementos como la situación, el lugar, la especie, no es lo mismo ver un puma en un área silvestre protegida a verlo en Tibás. Nosotros recibimos un promedio de cuatro llamadas diarias en la oficina de San José, y el 80% son interacciones de convivencia, de una queja de que el animal está ahí, aunque no haga nada, pero ese es su hábitat, lo que hace falta es información”, dijo Vásquez.

No todos los animales necesitan rescate

Hagnauer, es veterinaria en el Centro de Rescate Zooave, ella afirma que en tiempos de pandemia ha incrementado la cantidad de mamíferos neonatos, como mapaches y zarigüeyas, que llegan al Centro.

En el 2019, dijo la especialista, Zooave recibió 2790 animales, en su mayoría aves. En lo que va de esta pandemia ha recibido 1270, con un pequeño aumento de los mamíferos. “La percepción de las personas ha cambiado y ya no quieren tener un animal silvestre como mascota, pero sí quieren rescatarlos a todos y no todos necesitan ser rescatados”.

¿Cuándo rescatar un animal?

  • Cuando quedan huérfanos o heridos.
  • Cuando están en peligro inminente.
  • Incursiones en ambientes urbanos como un puma en la ciudad.

¿Cuándo no rescatar?

  • Pichones emplumados en época de crianza.
  • Cachorros de mamíferos en madrigueras.
  • Perezosos cruzando la calle.
  • Cuando se trata de animales en parques nacionales.

“Podemos evitar otra pandemia si tenemos un trato ético y respetuoso de la vida silvestre, no rescatamos por rescatar, eliminamos la tenencia ilegal, evitamos el contacto estrecho de animales domésticos con animales silvestres y no consumimos carne sin conocer su estado sanitario”.

Virus entre nosotros

De acuerdo con Cruz los virus siempre han estado presentes en el ambiente. “Tenemos más de 5 mil virus presentes en todos los ecosistemas de la Tierra, gracias a ellos ha habido una transferencia horizontal de genes que impulsa la evolución genética de muchos organismos, al virus no le sirve que su huésped muera, lo necesita para reproducirse, el problema es cuando el virus infecta a organismos que no son sus huéspedes naturales, y esa es la naturaleza de esta pandemia”.

Para el investigador, somos los humanos los que propiciamos esta transferencia. “La deforestación y la pérdida de hábitat en general, ocasiona que muchas especies entren en contacto con otras especies y compitan por recursos, se aproximan a zonas de actividad humana e incluso llegan a interactuar con animales domésticos, especialmente el ganado. Dice un estudio que en los últimos 80 años el 75% de las enfermedades infecciosas tuvieron como origen animales salvajes, que usaron como puentes animales domésticos como pollos, cerdos y ganado para consumo humano”.

La explotación a través de la cacería menciona Cruz, hace posible el contacto con otros patógenos. “Con la cacería las personas están en contacto con sangre, heces y orina, ahí van patógenos que nos podrían enfermar también”.

Alternativas: Los Retos de la Juventud en la Pandemia

Este 14 de agosto a las 6 p.m., en el programa radial Alternativas se estará hablando sobre “Los Retos de la Juventud en la Pandemia”, con la participación de Sebastián Gómez, Carolina Gómez, Mónica Rojas, Michelle Hidalgo, y José Rodríguez.

El programa se estará sintonizando en los 1590am o bien a través de Facebook Live.

¡Mejor encerrados, que enterrados!

Vladimir de la Cruz

La gran discusión en torno a los impactos de la Pandemia en los países, como Costa Rica, es cuánto se debe cuidar a las personas, para que no se contagien y mueran, sean niños, adolescentes, ciudadanos, adultos, adultos mayores, adultos de la tercera edad, los “de oro”, viejos para decirlo mejor, y viejos viejos como los hay en Costa Rica, mujeres, hombres y de cualquier género con que la persona se identifique. Todos los viejos desde los adultos mayores para arriba todos son considerados de “riesgo” y “de alto riesgo”, entre ellos el que esto escribe con sus 74 años.

La Pandemia está generada por un virus que apenas se está conociendo, y por ello, experimentando tratamientos para detenerlo en su expansión, y para evitar el aniquilamiento que produce sin distinción geográfica, sin distinción de países y sin distinción de sectores sociales, desde los más pobres, los más afectados, hasta los más ricos, quizá los menos afectados.

La afectación por sectores sociales no la conocemos estadísticamente. Los informes diarios que se dan no lo destacan, más que indirectamente, por la concentración de casos en poblaciones, cantones, o barriadas de gran densidad, donde a la fuerza se vive en condiciones limitadas de espacio, de hacinamiento, en tugurios, covachas, chinchorros, cuarterías, con malas, débiles, escasas y ausentes atenciones de servicios públicos, como electricidad, agua, alcantarillados, control de aguas negras y excretas, obligados a desplazarse más apretadamente en buses, por el control y la prohibición de movilización en autos, por la ausencia de espacios sociales para reuniones familiares o de amigos. Tampoco se destaca la composición geográfica de los extranjeros infectados en Costa Rica, para evitar quizá expresiones xenofóbicas, y eso está bien.

El esfuerzo supremo, a nivel mundial, es lograr la vacuna en el más corto plazo posible, y sabemos que esa vacuna en sus efectos reales puede llevarse varios meses, incluso varios años, más en producirse con todos los reconocimientos científicos y mundiales del caso. Varios países compiten en este esfuerzo. El Presidente Trump, en su delirio, ofrece comprar monopólicamente las primeras vacunas que se produzcan solo para la población de Estados Unidos…lo que parece más un discurso electoral hacia noviembre de este año. El Presidente Ruso, Vladimir Putin, ayer nos dio la noticia de que ya Rusia la desarrolló, y está en su etapa final, habiéndola experimentado incluso con una hija suya.

Aún con vacuna no se va a detener el coronavirus…va a seguir conviviendo con nosotros en Costa Rica, y en todo el Planeta, como siguen existiendo virus, bacterias y otros microorganismos patógenos, para los cuales hay vacunas, y virus, bacterias y otros microorganismos para los que todavía no las hay, pero hemos aprendido a vivir con ellos, algunos como amigos y otros como enemigos de nosotros, los seres humanos.

En Costa Rica se hacen esfuerzos científicos muy importantes, con reconocido ámbito internacional, por parte de los trabajadores y científicos del Instituto Clodomiro Picado, de la Universidad de Costa Rica.

Parte de sus avances, 80 frascos producidos de este suero, ya se están usando, con resultados positivos, con enfermos a quienes se les están suministrando los avances de estas investigaciones, que es el suero equino desarrollado como un posible tratamiento contra el Coronavirus, lo que se probará en su eficacia, en 26 personas, para combatir este Coronavirus. De la eficacia de su resultado se aplicará a los pacientes hospitalizados con síntomas graves.

La investigación que se está impulsando en el Instituto es con dos tipos de sueros resultantes de cuatro proteínas del virus.

Mi merecido reconocimiento a los funcionarios, desde los que cuidan los caballos hasta los científicos del Instituto Clodomiro Picado, en el 80 aniversario de la fundación de la Universidad de Costa Rica, con más de 50 años de existencia del Instituto, oficialmente establecido el 13 de abril de 1970, pero que ya existía desde principios de los 60s. y gestado desde los trabajos realizados por el Dr. Clodomiro Picado Twight, cuando impulsaba sus estudios desde el Laboratorio Clínico del Hospital San Juan de Dios.

En aquellos años de los 60s. recuerdo incluso un experimento que realizó un militar norteamericano, que colaboraba en ese Instituto, Herschel Flowers, Mayor del Ejército de los Estados Unidos, que mató a casi todos los caballos, percherones, que se tenían en el Instituto para la elaboración de los sueros. En la Universidad, cuando estudiaba, hicimos las protestas y denuncias del caso.

No solo sueros antiofídicos se producen en el Instituto Clodomiro Picado, que benefician hoy al país, a todo Centroamérica y a otros países del continente, y del mundo. Me consta. Cuando fui Embajador en la República Bolivariana de Venezuela desde el Instituto Clodomiro Picado se contribuía generosamente con instituciones como la Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos Venezolano, especialmente del Estado de Zulia, con el envío de sueros, incluso especializados para Venezuela, no solo antiofídicos, sino también para atender picaduras de otros animales venenosos, arañas, alacranes etc. Igualmente, se realizan antivenenos que se envían a Papúa, al África subsahariana, a Taiwán, a Guinea y a Sri Lanka.

En el Instituto se reúne Ciencia, Tecnología, Pensamiento científico y salubrista nacional. Las picaduras de serpientes se consideran un serio problema de salud pública, que producen muerte o secuelas permanentes. Parte de la proyección del Instituto es también en el campo veterinario.

Con el desarrollo del Instituto también se ha contribuido notablemente en el estudio de las serpientes venenosas de Costa Rica, sobre la composición de los venenos, sobre su composición proteica, y sobre el aislamiento de las toxinas y sus mecanismos de acción. Mucho del trabajo se orienta a la búsqueda de las sustancias con capacidad de inhibir la toxicidad de los venenos de serpientes y de otros animales venenosos.

Entre las preocupaciones científicas que se atienden en el Instituto Clodomiro Picado están los estudios de los efectos de las toxinas producidas por bacterias como la Anaerobia Clostridium Perfringens, las de la Brucella, y recientemente se han abocado a ver como se detiene el Coronavirus COVID 19, en su infección patógena.

Los campos, entre otros, que se atienden en el Instituto Clodomiro Picado, para su trabajo científico, son los antivenenos, la inmunobiología, la microbiología, la biología tumoral, la biología molecular, el clonaje y la expresión de ADN que codifica toxinas de venenos, el cultivo de células, la bioquímica, la toxicología, las antitoxinas, el plasma equino y el humano, éste último con atención especializada hoy hacia el combate contra el COVID 19.

Se trabaja intensamente en la búsqueda de nuevos productos como vacunas, en el desarrollo de antitoxinas y derivados de plasma humano.

El equipo profesional del Instituto es de lo más destacado del país, con formación y experiencia internacional, hoy uno de nuestros baluartes más importantes, junto al Ministerio de Salud y la Caja Costarricense del Seguro Social, y su sistema hospitalario nacional, en la lucha contra el Coronavirus.

En esta lucha, el plasma contra el Coronavirus que se ha desarrollado en el Instituto señala que inhibe el virus, el Coronavirus SARS-COV-2, que produce la enfermedad de la llamada Pandemia del COVID-19, plasma que es desarrollado con sangre de caballo, a partir del plasma de caballos, hiper inmunizados con proteínas virales, lo que ha permitido obtener los anticuerpos equinos que neutralizan este agente patógeno, bloqueando la entrada del virus en las células humanas.

El Instituto ha señalado, hasta hoy, que el medicamento puede ser muy eficiente para tratar a los pacientes.

Desde que inició la Pandemia en Costa Rica, desde marzo, la Caja Costarricense del Seguro Social y la Universidad de Costa Rica, ambas instituciones creadas en la Administración Calderón Guardia, hace 80 años, unieron sus esfuerzos colaborativos e investigativos para atender esta emergencia nacional. A ellos se sumó el Centro Nacional de Defensa de Enfermedades Infecciosas de la Universidad George Mason de Estados Unidos, que tiene el instrumental científico de bioseguridad más alto de ese país, que apadrina los resultados logrados en el Instituto Clodomiro Picado.

El plasma obtenido en Costa Rica de caballos es 100 veces más potente que el plasma de humanos. Merecen, me parece, gran reconocimiento nuestros caballos, seis, y el cuido que se tiene de ellos, que se han usado para este fin, así como la sangre de caballos, trabajada en el Instituto. Esperemos, que en este momento, no se vuelva a producir otra tragedia como la que ocasionó el Mayor Flowers.

Hasta ahora se avanza con bastante seguridad en este éxito científico costarricense, de las inmunoglobulinas equinas, tratando de garantizar el control de su calidad.

Lo que en el Instituto se ha logrado no es una vacuna, es un producto que contribuirá a bajar la carga viral para superar el contagio, es un fármaco que baja la efectividad del virus en el cuerpo de quienes se han contagiado, con mayor posibilidad de salvar sus vidas.

El avance científico logrado en el Instituto Clodomiro Picado ha sido declarado, como correspondía, de interés público y nacional por el Presidente Carlos Alvarado Quesada, que compromete también a INCIENSA, en “desarrollar, producir y validar la efectividad terapéutica de dos medicamentos para el tratamiento de pacientes con COVID19 y mejorar la atención de la pandemia que afecta la salud de la población costarricense”.

Por su parte, la Ministra de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, Paola Vega Castillo, señaló que “el Covid-19 nos recuerda que poner los ojos en la búsqueda de soluciones a través de la ciencia, es ponerla al servicio de la humanidad. Nuestros científicos han demostrado que la mejor decisión que el país puede tomar hoy es tomar la ciencia para luchar contra esta pandemia”.

Mientras tanto, ¿qué hacer?, ¿qué medidas tomar frente a la Pandemia?

Hay que atender con la mayor rigurosidad, disciplina y voluntad posible las instrucciones que da permanentemente el Ministro de Salud Pública, Dr. Daniel Salas, y los altos funcionarios de la Caja Costarricense del Seguro Social, especialmente su Presidente el Dr. Román Macaya, en correspondencia con las directrices internacionales de la Organización Mundial de la Salud, que recoge a la vez la experiencia de muchos países, y sobre la base de nuestra propia práctica social y experiencia que vamos desarrollando en la lucha contra el Coronavirus.

Las medidas que se deben atender y seguir, de carácter general, las básicas, son:

1.- cubrirse siempre la boca y la nariz, con pañuelos desechables al toser o estornudar.
2.- no escupir
3.- botar en los recipientes de basura los pañuelos desechables
4.- usar “bozales” de tela, o mascarillas que tapen la boca y la nariz al estar siempre en sitios públicos.
5.- guardar distancia “social”, de 1.8 metros respecto a otras personas
6.- lavarse las manos cada vez que se tocan sitios públicos que pueden haber sido tocados por otras personas, entre ellos objetos de uso colectivo, carritos de cargar mercaderías en supermercados o tiendas.
7.- usar viseras o anteojeras
8.- usar mascarillas que tapen bien la cara, en boca, nariz y barbilla
9.- guardar las mascarillas en bolsas plásticas cuando no se usen
10.- lavar la mascarilla con agua y jabón o detergentes
11.- no usar mascarillas que dificulten la respiración
12.- no compartir mascarillas con otras personas
13.- evitar los saludos dándose la mano, dándose un beso, abrazándose
14.- saludar gestualmente con las manos o tocándose con los codos
15.- buscar atención médica si se tiene fiebre, tos o dificultad para respirar
16.- frente a los encierros solicitados o impuestos por las autoridades sanitarias hay que desarrollar comprensión, tolerancia y atención a todo el conjunto familiar
17.- explicar a las personas dentro del hogar el significado e importancia de las medidas que se están tomando, y asumirlas como hábitos de comportamiento
18.- lavarse las manos después de tocar animales o mascotas
19.- no poner a niños menores de dos años mascarillas
20.- evitar estar en aglomeraciones o concentraciones humanas o en espacios cerrados con muchas personas
21.- proteger a las personas mayores y a los viejitos de todas las familias
22.- ir a los centros hospitalarios o de salud solo en caso necesario
23.- acudir a los EBAIS y clínicas de salud inmediatamente ante sospechas de tener síntomas del Coronavirus
24.- limpiar regularmente en las casas, y sitios públicos, todas las superficies de contacto frecuente, mesas, perillas de puertas, inodoros, teléfonos etc.
25.- lavar bien la ropa
26.- atender, acatar y obedecer las instrucciones públicas del Ministerio de Salud relacionadas con la atención de actividades de concentración masivas, y de permisos sanitarios de funcionamiento de locales donde se atiende público

El uso de estos materiales y medidas está orientado a proteger e impedir la propagación del COVID-19. Cuando una persona se protege está protegiendo a las demás. El protegerse es una medida de prevención a favor de quien se protege, de uno mismo.

El Coronavirus es una enfermedad que ataca severamente las vías respiratorias, por eso las distancias de 1.8 metros. Este virus se propaga de persona a persona, por ello es el cuidado que hay que tener.

El Gobierno de la República hace bien en tratar de proteger la vida de todos los habitantes de Costa Rica. Nuestro sistema de Seguridad Social históricamente ha cubierto a la población más débil, económicamente más frágil.

Originalmente, a finales del siglo XIX, los seguros sociales se desarrollaron en Europa para atender y asegurar la salud y la vida de los trabajadores, para, igualmente, asegurar la reproducción de la fuerza de trabajo. De eso se trata en la actual Pandemia, asegurar la vida de los trabajadores, y de sus familias.

La atención de salud, en Costa Rica, no se le niega a nadie por su extracción popular. Los trasplantes de corazón aquí se han hecho a personas de escasos recursos, pobres, que en otros países hubieran estado condenados a morir por falte de ese trasplante. Pero sí se puede negar atención hospitalaria si el número de contagiados y personas en Unidades de Cuidados Intensivos sobrepasa la capacidad de atención que tiene el sistema hospitalario nacional. De esta posibilidad no escapan ni pobres ni ricos… si no hay campo hay que morir en la casa…así de simple. El que tiene plata y seguros médicos le atenderán en hospitales privados mientras la cobertura del seguro lo permita… así funcionan los seguros médicos.

La seguridad social en Costa Rica no es medicina exclusiva para ricos, al contrario, es medicina para el pueblo, para los trabajadores y sus familias.

La Seguridad Social y la Salud Pública en esta lucha contra la Pandemia del Coronavirus es para proteger la salud de todos los costarricenses y de quienes habiten nuestro territorio nacional.

Cuando el Obispo de Tilarán clamó, no al cielo, y reclamó a los costarricenses, que no acatan las disposiciones sanitarias impuestas por las autoridades de Salud, hizo lo correcto. Su mensaje fue contundente, “si quiere matarse mátese, pero no mate a los demás”, señaló vehementemente que estamos en la obligación de cuidarnos para no contagiar o enfermar a otros… No fue una invitación al suicidio, fue un llamado a no matar personas…actuando como francotiradores…

Cuando las autoridades de salud convocan al encierro de las personas, y de las familias, nos mandan un mensaje también muy contundente: ¡es mejor encerrados, que enterrados!

La vida vale, la vida de un costarricense vale, la vida de todos los costarricenses es lo mejor y lo más preciado de Costa Rica. La vida de cada costarricense es una historia personal, familiar y social que debemos preservar, recordar.

La vida de los pueblos se mantiene con la memoria del recuerdo. Si recordamos no olvidamos. Recordar es volver a vivir. Por su origen latino el recuerdo se asocia al corazón, a tener a los seres queridos en el corazón. También a conocer el pasado, como memoria histórica, para mejorar el futuro.

Recordamos las endemias, las epidemias y las pandemias que han tocado, en el pasado, nuestro suelo patrio y nos sabemos vencedores de ellas. Así va a suceder con esta Pandemia del Coronavirus, pero tenemos que poner de nuestra parte lo que nos corresponde.

El Ministerio de Salud Pública, la Caja Costarricense del Seguro Social y el Instituto Clodomiro Picado velan por nuestra salud.

Bíblicamente hay tiempo para vivir y tiempo para morir.

Terrenalmente nuestro tiempo es para vivir y, ojalá, de la mejor forma posible.

A la Pandemia y al Coronavirus los derrotaremos, pero necesitamos la vida para lograrlo.

¡Es mejor encerrados, que enterrados!