Hombres, en vez de cuidar a las mujeres, apreciaríamos más que se enfoquen en erradicar los comportamientos propios y de otros hombres que hacen que tengamos que vivir con miedo.
– Dejen de hacer chistes machistas. – Dejen de hablar de las mujeres como si fuéramos objetos, partes del cuerpo (ej «culito»), animales (ej «cabra») o comida (ej «rica»). – Dejen de decirnos guila, niña o chiquita cuando somos adultas (si, aunque sea de cariño, nos infantiliza) – Dejen de subestimarnos o minimizarnos en espacios de estudio o trabajo. – Confíen en que somos igual de capaces, competentes y fuertes que ustedes. – Dejen de interrumpirnos en reuniones y escuchen lo que tenemos que decir. – Dejen de explicarnos cosas en que somos expertas o de escuchar criterio experto solo si viene de hombres. – Dejen de ridiculizarnos o desestimar nuestro testimonio cuando manifestamos incomodidad sobre alguna situación en la casa, trabajo, cole, etc. – Dejen de excluirnos de espacios de toma de decisiones, de organización de eventos y de participación ciudadana. – Dejen de aceptar invitaciones a espacios donde solo participan hombres. – Dejen de pagarnos menos por el mismo trabajo. Evalúen sus planillas y cierren brechas salariales. – Acepten cuando les decimos o demostramos con lenguaje corporal, que no queremos hablar, salir con uds, que se acerquen, o que nos toquen. – Dejen de decirle a sus hijas que no salgan con esa ropa pero reforzarle a sus hijos que sean agresivos, que no puedan llorar o expresar sentimientos, o que no acepten un no. – Dejen de decirle a las niñas/adolescentes que si un chiquito les jala el pelo o las molesta es porque les gusta. – Dejen de tratar de controlar a sus parejas, restringir y limitar a alguien por celos, no es saludable. – Dejen de opinar sobre nuestros cuerpos cuando no se los estamos pidiendo. – Dejen de compartirse fotos de mujeres desnudas sin su consentimiento. – Dejen de usar palabras femeninas o la identidad femenina como insulto o para ridiculizar a otros hombres. – Dejen de reconocernos solo como «la esposa de», «la hija de» o «la novia de» un hombre. – Dejen de recargarnos tareas del hogar y cuido. Asuman su responsabilidad. – También, no nos juzguen de vagas o irresponsables cuando tenemos que interrumpir el trabajo o estudio para asumir roles de cuido justamente porque los hombres en nuestra vida no ponen de su parte para asumir y compartir esa responsabilidad.
Y POR FAVOR, por favor, por favor, sean incómodos y háganle saber a su tata, su abuelo, si tío, su hermano, colega de brete, su jefe, su subalterno o sus amigos cuando están teniendo ese tipo de comportamientos. Visibilicen que está mal. Su silencio habilita esos comportamientos. Reírles la «gracia» más bien lo refuerza. Ser cómplices contribuye con el problema.
Sí, no todos los hombres violan o matan, pero el que todos estos comportamientos existan, se permitan, y no se frenen una y otra vez, es lo que habilita a que algunos y muchos hombres lleguen a agredir, violar y matar.
Entonces, aunque uds no violen o maten, no están exentos de responsabilidad en el problema. Identifiquen qué tipo de comportamientos sí tienen que minimicen o afecten a mujeres u otras personas vulnerables, cuáles refuerzan el machismo en su casa, trabajo, etc. y cámbienlos.
El enfoque de cuidarnos perpetúa la idea de que somo niñas, seres débiles que hay que proteger. Nosotras somos fuertes y luchadoras, y en esa lucha nos sirve más que activamente se involucren y nos ayuden a deconstruir y cambiar el sistema. Eso sí es ser aliado de verdad.
Del muro de Andrea San Gil, compartido con SURCOS por Patricia Salgado Muñoz.
SURCOS recibió una carta enviada al presidente de la Asamblea Legislativa Eduardo Cruickshank Smith, en la cual exfuncionarias y exfuncionarios de la Defensoría de los Habitantes indican que “la decisión de la señora defensora Catalina Crespo Sancho, de modificar …el Estatuto Autónomo de Organización de la Defensoría, tiene consecuencias tan serias e indeseables, que nos resulta imposible permanecer en silencio”. El escrito precisa: “… preocupa sobremanera que esta modificación en la práctica significa la eliminación del Consejo de Directores y Directoras, entronizando con ello un modelo de gestión vertical, patriarcal y autoritario, nunca visto en las culturas institucionales de derechos humanos”.
Esta es la carta:
San José 9 de agosto de 2020 Lic. Eduardo Cruickshank Smith Presidente Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica S.D. Estimado señor:
Quienes suscribimos, exfuncionarias y exfuncionarios de la Defensoría de los Habitantes de la República, nos dirigimos a usted para comunicarle nuestra profunda inquietud por la delicada situación que atraviesa esta querida institución, en la que tuvimos el honor de trabajar durante décadas, en muchos casos.
Sin excepción alguna, siempre nos hemos mantenido al tanto del acontecer institucional y con frecuencia se nos ha solicitado consejo sobre los temas en los que nos especializamos, motivo por el cual sentimos la obligación de referirnos a la peor crisis de liderazgo, gobernabilidad e imagen que ha enfrentado la Defensoría de los Habitantes desde que abrió sus puertas en 1993.
Los pormenores y alcances de esta grave crisis han sido ventilados de manera abundante tanto en la Asamblea Legislativa como en los medios de comunicación y las redes sociales, por lo que no consideramos necesario comentarlos aquí.
Sin embargo, la decisión de la señora defensora Catalina Crespo Sancho, de modificar en días pasados los artículos 29 y 29 bis del Estatuto Autónomo de Organización de la Defensoría, tiene consecuencias tan serias e indeseables, que nos resulta imposible permanecer en silencio.
La reforma estatutaria, vertiginosa e inconsulta, que ha llevado a cabo la señora Crespo Sancho, no solo arroja dudas sobre su motivación y pertinencia, sino que dolosamente elimina el espacio más importante de deliberación técnica, indispensable para propiciar el clima de control interno y la coordinación adecuada para la toma de decisiones.
Nos preocupa sobremanera que esta modificación en la práctica significa la eliminación del Consejo de Directores y Directoras, entronizando con ello un modelo de gestión vertical, patriarcal y autoritario, nunca visto en las culturas institucionales de derechos humanos.
Hay sobradas razones para pensar que estos cambios normativos se alinean con la actitud hostil y amenazadora que ha mostrado la señora Catalina Crespo Sancho hacia los funcionarios y funcionarias de la institución que han llamado la atención sobre sus yerros.
Las reflexiones que traemos a su consideración, señor Presidente, tienen como fin recordar que el propósito fundamental que anima el trabajo de la Defensoría de los Habitantes, según su ley de creación, se encuentra en peligro ante la ausencia de credibilidad de la jerarca y esta es una circunstancia que también pone en entredicho la reputación del país en materia de derechos humanos, que con tanto orgullo nos distingue en la comunidad internacional.
Además, las actuaciones de la defensora Catalina Crespo Sancho, contradicen los principios de independencia y pluralismo que ordenan los Principios de París relativos al estatuto de las instituciones nacionales de derechos humanos (adoptados por la Asamblea General de la ONU en la resolución A/RES/48/134, de 20 de diciembre de 1993) y violentan frontalmente la resolución A/HRC/RES/39/17 (del 28 setiembre 2018) del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, así como la resolución A/RES/74/156 de la Asamblea General de la ONU (de 18 Diciembre de 2019), en las que claramente se destaca que las instituciones nacionales de derechos humanos y su personal no deberían afrontar ninguna forma de represalia o intimidación como resultado de actividades llevadas a cabo de conformidad con sus mandatos respectivos.
Es lamentable constatar que, en este caso, los actos de intimidación provienen de la misma jerarca institucional, lo cual constituye una violación inaceptable a sus obligaciones básicas y una afrenta inexcusable a la dignidad del cargo que se le confió.
Al igual que fue planteado por el personal de la institución el pasado 4 de agosto, solicitamos al señor Presidente instalar la comisión investigadora que permita dilucidar las responsabilidades correspondientes.
A la espera de su respuesta, lo saludamos con consideración,
Vernor Muñoz Villalobos, documento de identificación 105640548 Alba Pascua Vargas, documento de identificación 104980209 Ligia Martín Salazar, documento de identificación 104090849 Álvaro Mendieta Vargas, documento de identificación 106370607 Olga Goldenberg Guevara, documento de identificación 102870168 Lorelly Trejos Salas, documento de identificación 401300696 Joaquín B. Rodríguez Badilla, documento de identificación 104010475 Juan Fernando Cerdas Albertazzi, documento de identificación 104160903 María de los Ángeles Barahona Israel, documento de identificación 103991433 Luisa Paz Jiménez, documento de identificación 801080229 Rita Susana Maxera Herrera, documento de identificación 10320008601 Marco Antonio Sáenz Zúñiga, documento de identificación 10124100397 Irene Pacheco Alfaro, documento de identificación 104630491 Fernando Mayorga Castro, documento de identificación 302850485 Argentina Artavia Medrano, documento de identificación 107090127 Guillermo Solís Sandí, documento de identificación 104010182 Freddy Valverde Rumoroso, documento de identificación 1010100056 Mario Alberto Víquez Jiménez, documento de identificación 104161051 Juanita Lee Cerdas, documento de identificación 601050234 Lilliana Zeledón Cambronero, documento de identificación 103060456 Flor Moya Álvarez, documento de identificación 202920949 Rodney Lazo Murillo, documento de identificación 900470695 Mario Céspedes Ávalos, documento de identificación 700730509 Juan Carlos Mora Montero, documento de identificación 108040947 Ana Lucía Díaz Venegas, documento de identificación 104320606 Tony Umaña Méndez, documento de identificación 106290234 Édgar Lisac Vélez, documento de identificación 106130102 Ana Cecilia Vargas, documento de identificación 104760894 Manuel Gerardo Zúñiga Flores, documento de identificación 302260823 Roxana María Chavarría Rodríguez, documento de identificación 113490494 Yanis Lucrecia Quesada Chanto, documento de identificación 107520531 Bernal Castro González, documento de identificación 106660377 Odir Rafael Garro Pérez, documento de identificación 602840687 Martha González Madriz, documento de identificación 104460350 Floribeth González Chavarría, documento de identificación 114640052 Lilliana Arrieta Quesada, documento de identificación 105630331 Anna Theresa Esquivel Zamora, documento de identificación 400950437 Evelyn Silva Peralta, documento de identificación 800800702 Bernal Guevara Monge, documento de identificación 106800490 Liana Berman Gutowski, documento de identificación 108530228 Carlos Loría Chaves, documento de identificación 302530983 Allan Moreira Gutiérrez, documento de identificación 108630504 José Rodolfo Rivera Collazo, documento de identificación 8083271 Alejandra Vargas Garbanzo, documento de identificación 108780584
Dr. Vernor Muñoz Villalobos Firma responsable
Copia: Dip. Luis Fernando Chacón Monge Jefe de Fracción Partido Liberación Nacional Correo electrónico lchacon@asamblea.go.cr Dip. Xiomara Rodríguez Hernández Jefa de Fracción Partido Restauración Nacional Correo Electrónico xiomara.rodriguez@asamblea.go.cr Dip. Enrique Sánchez Carballo Jefe de Fracción Partido Acción Ciudadana Correo Electrónico enrique.sanchez@asamblea.go.cr Dip. Rodolfo Peña María Jefe Fracción Correo Electrónico Partido Acción Social Cristiana rodolfo.pena@asamblea.go.cr Dip. Silvia Patricia Villegas Álvarez Jefa de Fracción Partido Republicano Social Cristiano Correo electrónico sylvia.villegas@asamblea.go.cr Dip. Otto Roberto Vargas Víquez Jefe de Fracción Partido Republicano Social Cristiano Correo Electrónico otto.vargas@asamblea.go.cr Diputado Jose María Villalta Flores-Estrada Jefe de Fracción Partido Frente Amplio Correo Electrónico: jose.villalta@asamblea.go.cr Dip. Carmen Irene Chan Mora Jefa de Fracción Partido Nueva República Correo Electrónico carmen.chan@asamblea.go.cr Dip. Eric Rodríguez Steller Correo Electrónico eric.rodriguez@asamblea.go.cr Dip. Zoila Rosa Volio Pacheco Correo electrónico eric.rodriguez@asamblea.go.cr Sr. Augusto Jordán Rodas Andrade Presidente de la Federación Interamericana del Ombudsman Procurador de los Derechos Humanos de la República de Guatemala pdh@pdh.org.gt Sra. Carmen Comas-Mata Mira Secretaria Técnica de la FIO secretaria.tecnica@portafolio.org Consejo Centroamericano de Derechos Humanos Secretaria.tecnica accppdh@gmail.com
No todas las personas experimentan de la misma forma la pandemia. Debido a que vivimos en una sociedad basada en la desigualdad social y el patriarcado, las mujeres nos encontramos en una situación de mayor vulnerabilidad frente a los efectos de cualquier crisis económica, política y social. Además, las mujeres rurales, campesinas e indígenas experimentan doble exclusión y desigualdad que agudiza el impacto de la crisis sanitaria.
Mañana estaremos profundizando sobre este tema, así como sobre las estrategias y alternativas que construyen las mujeres para resistir a este contexto.
Nos acompañaran Francisca Inés Wilson de Valle Bonito de Upala, parte de la Red de Mujeres Rurales, Cinthya Hernández de Chánguena en Palmar Sur, parte de Chánguena por Siempre. Doris Ríos, del territorio cabecar de China Kichá en la Zona Sur, parte de los procesos de recuperación de tierras indígenas y Kattia Cruz de la Carpio en San José, parte de COOVIFUDAM.
A las 5:00 p.m. por la 96,7 fm o en el Facebook de Radio Universidad de Costa Rica.
El puente mi cama. Mi cara la fotografía. El paredón pared que colapsa. Suena en las manos la paliza larda. Todo se puede decir para no decir este método síncope del miedo. Silvia Piranesi
Mónica González Suárez
Confinamiento sinónimo de desigualdades. Este momento no ha acrecentado las desigualdades, tampoco ha posibilitado que sean más visibles o tal vez sí, para quienes no tenían tiempo de reparar en ellas, darse cuenta que existen. El encierro producto de las políticas estatales que enfrentamos hoy, ha sido un impacto sobre la cotidianidad, pero no necesariamente por el aislamiento, sino, por el control. Las vivencias de los últimos días podrían llevarnos a re-pensar y re-sentir las dinámicas de encierro que socialmente hemos divulgado, afirmado, legitimado y promovido para lograr “mantener” o “reestablecer” el orden.
“Yo siempre he estado en cuarentena”, es la respuesta de una mujer de 51 años, trabajadora doméstica, residente de una zona rural. A quiénes afecta realmente la cuarentena, o más bien, para quiénes es posible llamarle así. Los controles que se ejercen desde modelos heteropatriarcales, coloniales, xenófobos y racistas no son nuevos para quienes hemos vivido ya el confinamiento, por ser mujeres, negras, trans, bisexuales, lesbianas, locxs, etc. Confinarse pareciera ser una práctica que nos ha sido impuesta a cuerpxs subalternxs, así como ha sido una elección de disfrute y privilegio para otros.
Entonces, el momento presente amplía el encierro a otras poblaciones, ahí es donde empieza la crisis, cuando se extiende a sectores que sí importan lo suficiente para exteriorizar la alerta. Ahora bien, las políticas a las que nos afrontamos no son novedad, por el contrario, refuerzan y actualizan los métodos de control sobre nuestrxs cuerpxs (registro histórico). COVID-19 es un afianzar las medidas que desde hace años vienen construyéndose y reforzándose, no solo por los estados, sino, por una interiorización tecno-política recubierta de violencias y feminicidios.
Asumir el asilamiento ha sido para mí vivir en continuo las opresiones, así como profundizar en muchas otras que habían estado presentes de forma tal que podía manejarlas en lo espontáneo y observarlas como episódicas. Ahora, la diferencia es que se han vuelto en lo temido: c o t i d i a n i d a d. Entonces existir hoy para mí, supone hacer visibles las heridas de la desigualdad y no, por haberlas inscrito como parte de una rutina, normalizarlas. Es momento de continuar denunciado la repartición inequitativa de la vida y señalar la mecanización de las violencias, que hace años, y no desde la pandemia, nos matan.
La crisis que globalmente ha provocado el COVID-19 nos presenta una encrucijada a los pueblos de Abya Yala – América Latina. Las organizaciones populares somos la primera línea de resistencia frente a las peores expresiones del sistema en descomposición:
Estamos atravesando una crisis integral que amenaza la vida en todas sus formas. El COVID-19 se transformó en pandemia en un momento de agudización de la crisis capitalista y de reiterados intentos desde el poder económico de que la clase trabajadora cargue a sus espaldas con la recomposición de la tasa decreciente de ganancia empresarial; que confluye con el debilitamiento de los sistemas de salud, el deterioro de las condiciones de vida y el despojo de lo público como resultado del giro neoliberal. La asfixia a la que nos someten la deuda externa, los organismos internacionales y el agobio permanente del imperialismo contra nuestra soberanía le dan forma a un escenario que anticipa las graves consecuencias.
En una América donde nos negamos a aceptar los ajustes estructurales y el desembarco de nuevas políticas imperialistas, y donde nuestros pueblos han encarnado importantes levantamientos populares en los últimos meses, la pandemia se ha convertido en una excusa para legitimar la presencia de las fuerzas armadas en nuestros territorios e implementar medidas de ajuste y el deterioro de las condiciones de existencia de la clase trabajadora. Asimismo, esta crisis puso de manifiesto nuevamente la brutalidad de la violencia patriarcal sobre las mujeres y disidencias sexuales, así como la exclusión histórica de los pueblos indígenas y afrodescendientes expuestos a enfrentar la pandemia en condiciones de vulnerabilidad extremas.
Como es la mejor tradición de nuestra gente, somos las organizaciones del pueblo, obreras, campesinas, de pueblos originarios, feministas, afrodescendientes, piqueteras, de pobladoras/es, de los barrios, las que estamos poniendo el cuerpo, la cabeza y el corazón en desarrollar respuestas inmediatas, pero también para proyectar una salida a esta crisis que no sea una vuelta atrás a la salvaje normalidad capitalista, sino un camino hacia una sociedad distinta. Ello será posible si tomamos lo mejor de nosotros como pueblos, los lazos comunitarios y de unidad popular, territorial y regional, que alimentemos durante esta batalla, serán parte del tejido que construya los horizontes de transformación en Abya Yala.
Ante la falta de vivienda ocupamos territorios y construimos casas; ante la falta de trabajo organizamos cooperativas, recuperamos fábricas y enfrentamos cierres, despidos y suspensiones; ante el ataque patronal peleamos por mejores condiciones de trabajo a través de huelgas; ante la falta de educación generamos escuelas; ante la opresión hacia las mujeres y disidencias construimos feminismos populares; ante la explotación construimos organización sindical de base y luchamos contra la precarización y por salarios dignos hasta las últimas consecuencias; contra el hambre construimos comedores y merenderos populares; ante la crisis climática desarrollamos la agroecología; frente el monocultivo y el monopolio de los alimentos, construimos territorios campesinos agroalimentarios para garantizar la soberanía y autonomía alimentaria; ante la militarización, el paramilitarismo y el narcotráfico hacemos sustitución de cultivos y luchamos contra la violencia estatal. Nuestra alternativa es de vida contra los que nos proponen muerte.
Frente a la política de fronteras cerradas y de fragmentación, y frente a la xenofobia y el neofascismo que proponen desde arriba, retomamos el horizonte de la solidaridad continental y la unidad de los pueblos.
Frente a las políticas de los y las capitalistas, para usar la crisis como revestimiento del ajuste, profundicemos y replanteemos nuestras luchas históricas por la defensa de los territorios, la vida y la socialización de las riquezas, construyamos poder popular y comunitario.
Por eso, exigimos a los gobiernos y llamamos a los pueblos:
1. Priorizar la vida sobre la deuda. No al pago de la deuda externa, investigación exhaustiva y condonación de la misma. Es criminal que se escatimen fondos a la salud y los derechos, por pagar las obligaciones con el FMI y otros acreedores. Los sistemas de salud y de protección social para enfrentar la pandemia son la prioridad. Necesitamos recuperar nuestra riqueza estratégica y el manejo de bancos y comercio exterior, fuente permanente de la sangría económica de los países latinoamericanos. Solo una política de soberanía económica, desde el avance del poder popular, puede aliviar la crisis económica y la mundial que estamos empezando a vivir.
2. Combatir las desigualdades. Impuesto extraordinario a los ricos, a la ganancia de los bancos y las grandes empresas, a los que fugaron capitales. Que los gobiernos asuman el papel de eliminar las desigualdades promovidas por el mercado, que las inversiones necesarias en políticas de emergencia se financien enfrentando la concentración de la riqueza, no con rebajas salariales a los trabajadores. Reorientar las líneas de producción de las grandes empresas para la generación de insumos destinados a combatir el coronavirus, así como las enfermedades que soportamos sin atención del Estado como la desnutrición, el dengue, el chagas y la tuberculosis.
3. Fortalecimiento urgente de los sistemas de salud pública. Inversión urgente y prioritaria en el sistema público de salud, estatización de la salud privada y fortalecimiento de las medidas de contención pandémica por parte de los estados. La pandemia reafirma la necesidad de que todos y todas reciban asistencia de salud universal, fortaleciendo la promoción pública de estos servicios. Que los Estados tomen control de la producción y administración de todos los insumos necesarios para enfrentar la crisis con participación y control de los y las trabajadoras. Eliminación del sistema de patentes sobre los medicamentos para desarrollar con plenitud la investigación y aplicación científica para resolver los problemas humanos, y reconocimiento a la medicina originaria y ancestral.
4. Por trabajo con todos los derechos. Ingreso universal garantizado para todas y todos, prohibición de despidos y suspensiones. Es esencial reconocer los derechos de las y los trabajadores para vivir una cuarentena digna. Que esta emergencia no sea la excusa para seguir avanzando en la precarización del trabajo. No al cierre de empresas, apoyo estatal a su ocupación y recuperación por parte de los y las trabajadoras.
5. La vivienda y el hábitat digno como derecho social. La cuarentena solo puede realizarse bajo un techo, con servicios básicos garantizados y en un barrio saludable. Es necesario suspender desalojos, pagos de alquiler y de servicios; las políticas de hábitat deben direccionarse hacia una reforma urbana integral que garantice el acceso a la vivienda en barrios dignos para todas las familias trabajadoras. Acceso universal al agua, luz y gas y urbanización de los barrios populares: no hay lucha contra la pandemia sin que todas las personas puedan tener agua potable, gas y acceso a la electricidad en el hogar, barrio o comunidad. Ni casas sin personas, ni personas sin casas. Requisición de propiedades vacías para la población en situación de calle y albergues populares.
6. Enfrentar el hambre y garantizar la alimentación universal. Priorizar el financiamiento y el rol de la agricultura familiar cooperativa, comunitaria y agroecológica en el abastecimiento de alimentos para el pueblo, comedores, merenderos y cocinas comunitarias: es necesario avanzar en la promoción del acceso a los alimentos, como una forma de impulsar la economía y no causar una crisis de suministro. Garantizar una canasta básica con precios regulados y exentas de impuestos. Exigir sanciones a la especulación con los precios el acaparamiento de supermercados e intermediarios. Condonación de las deudas de los campesinos y campesinas, la redistribución de la tierra productiva e implementación de sistemas de protección y colonias agroecológicas con financiamiento del Estado.
7. Contra la mercantilización de la naturaleza. Necesitamos recuperar la soberanía sobre nuestros bienes comunes como el agua, el gas, el petróleo, la tierra, riqueza estratégica que es usurpada por pulpos económicos con la complicidad de gobiernos y la burguesía local. Pleno respeto a los territorios de los pueblos y replanteo del modelo económico y extractivo. La explotación de recursos naturales debe respetar a la madre tierra como así a los pueblos que la habitan.
8. Fortalecimiento del cerco sanitario y asistencia humanitaria con garantía de soberanía de los territorios a pueblos originarios, nacionalidades indígenas y afros. Especialmente a todo aquellos cuyo hábitat se encuentra en ecosistemas vitales como la Amazonía, para quienes la amenaza epidemiológica puede significar un etnocidio. Fortalecimiento del gobierno propio y sus sistemas para la pervivencia territorial y cultural de la vida de los pueblos indígenas y afros. Prohibición de desalojos y acciones que violen la soberanía de los pueblos indígenas.
9. Políticas reales para enfrentar la violencia machista. Con las medidas de aislamiento social, existe la posibilidad de aumentar la violencia doméstica y otras formas de violencia contra las mujeres. Que para las mujeres, cis y trans, la expansión de las plataformas tecnológicas para garantizar su uso cuando la violencia contra las mujeres es un hecho no es suficiente para prevenirla y erradicarla. Presupuesto para prevenir femicidios y transfemicidas. Refugios para personas en situación de violencia, entrega de subsidio económico especial a sobrevivientes. Planes de empleo y educación orientados hacia mujeres y disidencias.
10. Más prevención, no a la represión. Muchos gobiernos han utilizado el contexto del coronavirus para intensificar la lógica represiva y de vigilancia, y para aumentar el encarcelamiento de los más pobres, de líderes comunitarios, defensores y defensoras de derechos humanos. Es hora de reducir la población carcelaria como un problema de salud pública. También es necesario revalorizar las autoridades propias y las guardias comunitarias, indígenas y populares que cuidan los territorios ancestrales y están siendo un efectivo organismo comunitario para cuidar la vida en el campo y en la ciudad.
11. No a la intervención política, económica y militar imperialista. Rechazamos de manera categórica el uso de la crisis como excusa para una intromisión militar en Venezuela por parte del imperialismo yankee y sus socios, el asesinato permanente de líderes indígenas, afrodescendientes y populares en Colombia, la feroz represión de los regímenes golpistas en Bolivia y Honduras, del gobierno antipopular de Piñera en Chile, así como la expansión de proyectos extractivos en territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos. Exigimos que se levanten los bloqueos hacia Cuba y Venezuela.
12. Ayuda Humanitaria Internacionalista. Exigimos a los gobiernos que soliciten ayuda humanitaria a Cuba y a otros países que han desarrollado experiencia técnica para enfrentar la pandemia y que pueden ayudar a contener el brote de Covid-19 en las ciudades donde la pandemia se ha expandido con más crudeza, cómo Guayaquil y San Pablo.
Contra la riqueza de pocos, por la lucha de los pueblos ¡Por la vida, no el FMI! Como luchan los pueblos latinoamericanos: Diciendo-haciendo, diciendo-haciendo, diciendo-haciendo, ¡carajo! ¡Solidaridad internacionalista, YA!
Adhesiones:
fru@resistencia-urbana.org comunicacion@conaie.org CONAIE Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador-Ecuador Congreso de los Pueblos-Colombia MTST Movimiento de Trabajadores Sin Techo-Brasil CONFENIAE Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana Ecuador FPDS Frente Popular Darío Santillán-Argentina ONIC Organización Nacional Indígena de Colombia-Colombia FOL Frente de Organizaciones en Lucha- Argentina Ukamau-Chile CRBZ Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora-Venezuela CNTE-SNTE Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación-México AUTE Sindicato Electricista-Uruguay Coordinación y Convergencia Nacional Maya Waqib’Kej- Guatemala CNA Coordinador Nacional Agrario-Colombia Movimiento de los Pueblos/por un socialismo feminista desde abajo.(Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional-Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social – Izquierda Latinoamericana Socialista-Movimiento 8 de Abril)-Argentina CLOC (ANAMURI, Ranquil, Conaproch, Red Apícola Nacional, ANMI)-Chile FENASIBANCOL Federación Nacional de Sindicatos Bancarios Colombianos-Colombia MPA Movimiento de Pequeños Agricultores -Brasil CRIC Consejo Regional Indígena del Cauca-Colombia UTT Unión de Trabajadores de la Tierra-Argentina PCN Proceso de Comunidades Negras-Colombia CONAMURI Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas – Paraguay União Nacional de Trabaladoras(es) Camelôs, Feirantes e Ambulantes do Brasil-Brasil MICC Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi – Ecuador PAPDA Plate-forme haïtienne de Plaidoyer pour un Développement Alternatif-Haiti Comisión Intereclesial de Justicia y Paz-Colombia Feminismo Comunitario Antipatriarcal – Bolivia Movimiento Insurgente – Bolivia. MNCI Movimiento Nacional Campesino Indígena “Somos Tierra”- Argentina CENPAZ Coordinación Nacional de Paz-Colombia MBL Movimiento de Barrios en Lucha-Ecuador Brigadas Populares-Brasil Zona humanitaria de San pedro del Ingara Chocó Territorio de paz-Colombia UNORCAC – Unión de Organizaciones Campesinas de Cotacachi – Ecuador MTD Aníbal Verón-Argentina FOB Autónoma-Argentina FOB La Libertaria-Argentina MTR por la democracia directa-Argentina FAR Frente Arde Rojo/COPA-Argentina Frente Popular – Ecuador Coordinadora Simón Bolívar-Venezuela Radio al Son del 23-Venezuela Plataforma de Lucha Campesina- Venezuela Colectivo Caminos Verdes-Venezuela FNL Frente Nacional de Lutas -Brasil Movimiento de Mujeres por la Vida de Cajibio y Popayán-Colombia Comité por la Abolición de las deuda ilegítimas CADTM Abya Yala Nuestra América (Colombia, Haití, Uruguay, Argentina, Venezuela, Brasil y Puerto Rico) Red Emancipa de Educación Popular-Brasil Feministas del Abya Yala MPLT Movimiento Pueblo Lucha y Trabajo-Argentina Pañuelos en Rebeldía-Argentina Red de la Diversidad-Bolivia Escuela Popular Permanente-Chile Juntos! – Juventud en Lucha-Brasil FECAOL Movimiento Nacional Campesino – Ecuador Asociación de Trabajadores y Trabajadoras del Transporte (ASOTRASET) – Ecuador Corriente Sindical Carlos Chile-Argentina Colectivo Whipala-Bolivia Plataforma por la Auditoría Ciudadana de la Deuda de Colombia OLP Resistir y Luchar-Argentina Colectivo Alexis Vive-Venezuela Colectivo Editorial Marcha Venceremos Partido de Trabajadores-Argentina Corriente Social y Política Marabunta-Argentina Convergencia 2 de Abril-Chile Democracia Socialista-Argentina ASL Acción Socialista Libertaria-Argentina La Junta-Perú. Venceremos Abriendo Caminos-Argentina ORG Organización Revolucionaria Guevaristas-Argentina Organización Política Presentes por el Socialismo «PPS» – Colombia CPI Corriente Política de Izquierda -Argentina Secretaria Migrantes y Refugiados UTEP-Argentina Asamblea Pachamama-Uruguay Comunidad Mapuche Los Toldos-Argentina Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador-Ecuador Movimiento Mujeres Por la Vida-Venezuela Unión Comunera-Venezuela Voces Urgentes-Venezuela Espacio Pedagógico Cultural Fénix-Argentina Movimiento de Jóvenes por la Patria (JPP-PPT)-Venezuela Amigos da Terra-Brasil Centro de Derechos Económicos y Sociales CDES-Ecuador Red Feminista Ecosocialista de Ecuador-Ecuador Coordinadora de Pueblos y Organizaciones del Oriente del Estado de México en Defensa de la Tierra, el Agua y su Cultura (CPOOEM)-México Red de Medios Digitales de comunicación comunitaria y alternativa del Ecuador Infórmate Pueblo-Ecuador FURIA TRAVA colectiva de travestis feministas abolicionistas-Argentina Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)-México Nueva Central de Trabajadores (NCT)-México ANUEE (Asamblea Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica)-México Confederación de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores-México Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)-México Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT)-México Frente Socialista-México Confederación Unitaria de Comerciantes Minoristas y Trabajadores Autónomos del Ecuador CUCOMITAE-Ecuador Fórum da Amazônia Oriental FAOR-Brasil ICA Iglesia Cristiana Ágape-Honduras Comité de Solidaridad Latinoamericana de Mendoza-Argentina Asamblea Vecinal ( vecinos en lucha)-Argentina Fuera la subestación Rigolleau ( contra la contaminación de los campos CEM)-Argentina Red de barrios irradiados de la R. A.-Argentina FUNDACIÓN AUDIOVISUAL INDÍGENA WAYAAKUA-Venezuela MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE INDÍGENA DE VENEZUELA MICIV-Venezuela FUNDACIÓN PUEBLO INDIO DEL ECUADOR-Ecuador Amigos da Terra America Latina e Caribe-ATALC Conselho indigenista Milionário-CIMI-Brasil UNIDAD POPULAR DE ECUADOR-Ecuador Grupo Carta de Belém-Brasil Jubileo Sur/Américas Jubileu Sul Brasil Asociación Colombiana de Educación al Consumidor-Colombia Tatagua Colectiva Feminista Conurbano sur Bs.As- Argentina Comité Oscar Romero de Cádiz-España Espacio cultural, político y social La Casita en Marabunta-Argentina Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile. Fundación Helmut Frenz de Educación en Derechos Humanos-Chile. Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas-Chile. Colectivo de Geografía Crítica del Ecuador-Ecuador TALLER DE «J»ORMACIÓN ESTUDIANTIL RAÍCES – TJER-Colombia Coordinadora indígena Popular Autónoma (CINPA) Oaxaca -México Colectivo de mujeres en Resistencia «Sinchi Warmi» – Ecuador SOA Watch – Observatorio de la Escuela de las Américas Propuesta TATU VÓRTICE ESTUDIANTIL ALTERNATIVO Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social Solidaria para Latinoamérica (RIPESS LAC) Instituto de Desarrollo de la Economía Asociativa (IDEAC)-Republica Dominicana La Red Nacional de Organizaciones de Economía Solidaria (REDESOL)-Republica Dominicana. Movimiento Rebelión o Extinción-Argentina Observatorio Minero Ambiental y Social del Norte del Ecuador OMASNE-Ecuador Fuerza de Bases-Chile MPL (Movimiento Popular Liberación)-Argentina CCRS (Corriente Clasista René Salamanca)-Argentina
Enviado a SURCOS por Carlos Alberto Hernández Porras.
La cuarentena como medida para evitar el contagio nos obliga a reflexionar sobre muchas otras situaciones, además del elemento salud, nos hace repensar sobre la realidad de las familias para contener en casa el total de sus integrantes, sin mencionar las dificultades económicas que desde ya se están enfrentando.
Si bien el COVID-19 es una crisis sanitaria inesperada, esta situación nos viene a visibilizar y recrudecer las desigualdades más profundas que teníamos como sociedad. La violencia estructural, las condiciones de pobreza, el desempleo, el patriarcado, el racismo, el nacionalismo y la xenofobia. Aunado a la acentuación de la crisis, pareciera que también se viene a naturalizar y normalizar estas estructuras de poder hegemónico, ejerciendo así formas de control mediáticas y de control Estatal que en muchas ocasiones colocan como única prioridad la crisis sanitaria, sin necesariamente dimensionar las implicaciones que estas medidas representan en nuestras vidas.
En las últimas semanas se han hecho esfuerzos por denunciar situaciones de violencia que están afectando particularmente a las mujeres, con este texto nos interesa hacer visible de qué manera se agudizan las desigualdades existentes en las relaciones de poder.
Judith Butler nos señala que:
El virus por sí solo no discrimina, pero los humanos seguramente lo hacemos, modelados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y el capitalismo y la llegada de empresarios ansiosos por capitalizar el sufrimiento global, todos testimonio de la rigidez con la que la desigualdad radical, que incluye la supremacía blanca, la violencia contra las mujeres, las personas queer y trans, y la explotación capitalista encuentran formas de reproducir y fortalecer su poderes dentro de las zonas pandémicas.(2020) (https://www.lavaca.org/notas/el-capitalismo-tiene-sus-limites-la-mirada-de-judith-butler-sobre-el-coronavirus)
Lo anterior nos invita a reflexionar sobre la interseccionalidad, rescatando que no solo es distinta la forma en que afecta la cuarentena a hombres y a mujeres, sobre lo que volveremos más adelante, sino que también es distinta la forma en que la estamos viviendo las mismas mujeres. No es lo mismo ser una mujer de un barrio, que una mujer de un residencial, no es lo mismo tener un trabajo como empleada doméstica o vendedora informal, que ser empleada pública o trabajar para una empresa privada. No es lo mismo vivir el aislamiento en la ruralidad, que en las zonas urbanas.
Sin embargo hay cosas que sí se asemejan en medio de este contexto y es justo el hecho de que las manifestaciones de violencia estructural, racial, patriarcal que cada quien enfrentaba y enfrenta desde el lugar que habita, se han incrementado y corren el riesgo de quedar aún más invisibilizadas.
En este texto sugerimos el ejercicio de imaginarnos situaciones que podrían estar viviendo las mujeres durante la cuarentena, reflexionar sobre la división sexual del trabajo, el trabajo remunerado y no remunerado, a partir de preguntas como: ¿Por qué las medidas de cuarentena nos afectan de manera tan distinta a hombres y a mujeres? ¿Por qué el espacio privado no representa lo mismo para las mujeres? ¿Qué significa para las mujeres estar en la casa con sus parejas, hijos, hijas, madre, padre etc.? ¿Qué implicaciones tiene estar ejerciendo el trabajo productivo y reproductivo en el espacio de lo privado? ¿Por qué “quedarse en casa” puede agravar “aún más” las múltiples jornadas de las mujeres?
Pensemos en una educadora, en este caso, una educadora del sector privado, con una jornada previa de por sí realmente abrumadora. Podemos imaginar que vive con sus hijos e hijas estudiantes o bien con su pareja y otras personas de su familia. Habitualmente sus fines de semana los dedicaba a preparar alimentos (para su consumo y el de las personas que comparten la vivienda) además de ordenar y realizar todas las labores de limpieza; la casa, la ropa, etc. y así poder dedicar los días entre semana a su trabajo remunerado, sin que esto signifique que se libere de las labores del hogar. Con la medida de cuarentena, no solo debe capacitarse en nuevas herramientas virtuales (lo que se suma a su ya múltiple jornada) sino que además debe duplicar su jornada, según las nuevas directrices de la institución (en la que labora como docente) ya que debe reforzar la atención a sus estudiantes.
En casa también su pareja, sus hijos o hijas estarán lidiando cada uno y cada una con sus nuevas labores virtuales, pero muy probablemente ella, es quien asuma las labores de la casa y además “en casa” debe organizarse todos los días con su trabajo remunerado. Muy probablemente él, su compañero “quizá piense en colaborar” (el entrecomillado es para destacar que para él se trata de una colaboración y no de una responsabilidad compartida) pero debe resolver su jornada laboral, que él considera como prioridad frente a la jornada remunerada y no remunerada que ella realiza.
Sus hijos e hijas conforme al mandato patriarcal creen que el trabajo no remunerado que ha realizado su madre (si es que lo han percibido) es obligación de ella. En muchos de los casos, cuando las mujeres se encuentran en su jornada laboral remunerada, quienes quedan en casa deben resolver situaciones, pero no porque consideren que es su función y su responsabilidad, sino porque ella no está en casa, si ella estuviera en casa, imaginemos: ¿Quién debe resolverlas?
Este es tan solo un ejemplo, podríamos sumar otra serie de factores como la atención y cuidado de chicos y chicas en edades escolares, que si bien es cierto algunos centros de cuido podrían estar funcionando, es comprensible que una familia prefiera evitar que su hijo o hija asista al centro educativo para evitar el contagio.
Podemos pensar también en todas las jefas de hogar que tienen trabajos en la informalidad, como, por ejemplo; en labores domésticas, ventas por catálogo, ventas ambulantes, costura o repostería entre otras. La medida de guardar cuarentena con acatamiento inmediato no puede ser fácilmente atendida por todas las personas, al respecto una vendedora ambulante señala: “Aunque no acate las recomendaciones de estar en aislamiento, la calle está durísima y no tanto por el coronavirus, sino porque no se hace ni un cinco y además la ven como una irresponsable por tratar de ganarse la vida. Desde cuando trabajar es un crimen”.
¿Qué está pasando en los territorios indígenas de Salitre y Térraba que actualmente están siendo invadidos y agredidos por finqueros? ¿Cómo están viviendo “la cuarentena o el aislamiento” las mujeres en estas comunidades? donde sus vidas han sido amenazadas por años y sus derechos violentados por un Estado que ahora más que nunca plasma su negligencia, promoviendo la impunidad de sus agresores.
Los retos económicos que enfrenta el país son muy distintos en la zonas urbanas, que en la zonas costeras y rurales. Existen muchas agrupaciones y asociaciones de mujeres que se dedican a las artesanías, a ofrecer servicios de comida, a vender productos agropecuarios y sus derivados, a brindar hospedajes y a realizar recorridos turísticos. ¿Cuáles serán las medidas para amortiguar el impacto de la ausencia absoluta de ingresos en estas zonas frente a la paralización del turismo en el país?
Muchas mujeres se enfrentan a una durísima realidad que se agudiza en estos momentos, cuando tienen sí o sí que compartir con el agresor y sus redes de apoyo se ven reducidas. Aunado a esto muchas familias están viviendo la cuarentena en condiciones de hacinamiento y desempleo, lo cual hace de la convivencia y de las estrategias habituales de sobrevivencia una verdadera amenaza.
Karina Batthyány sostiene que esta situación la hemos visto ya en casos de emergencias por desastres naturales. ¿Cómo abordará el Estado las consecuencias de la pérdida del empleo por la sobrecarga de cuidados? ¿Qué medidas de promoción de corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado se pueden gestionar entre el Estado, las empresas, trabajadores y trabajadoras en una situación de confinamiento? (2020)
Pensemos en todas las labores de cuido que asumimos las mujeres ¿Qué implicaciones tiene que sus chicos y chicas estén en casa? ¿Quienes asumen el cuidado de personas adultas mayores, la gestión de medicamentos, la compra de alimentos? La limpieza y la desinfección del hogar, vestimenta y ropa de cama, que ahora se triplica por la necesidad de evitar infecciones. ¿En quienes recaen estas funciones?
Pensemos en compañeros que también deben acatar la medida de “quedarse en casa” para continuar teletrabajando según su jornada laboral, muy probablemente (sin generalizar) tendrán a su disposición los alimentos listos y ropa limpia ya que, como de costumbre ellas se encargaran de las “labores del hogar”, además del cuido de los y las chicas.
Karina Batthyány destaca que en América Latina las mujeres realizan cerca del 80% del trabajo del cuidado no remunerado y son amplísima mayoría entres quienes se ocupan del trabajo de cuidados remunerados, por tanto, gran parte de los cuidados totales los ejercen las mujeres. (2020)
Para algunas culturas la palabra “crisis” significa oportunidad para el cambio, es indispensable comenzar a debatir y cuestionarnos ahora y no después, los aspectos de la organización social del cuido. Que el hecho de volver “puertas adentro” no represente para nosotras las mujeres, volver a las prácticas patriarcales más arcaicas, que esta “crisis” sea una oportunidad para comenzar colectivamente, a proponernos formas de relacionarnos más horizontales y solidarias.
Si bien las condiciones de aislamiento o cuarentena limitan de alguna manera las acciones de solidaridad externas y nos hace repensar las formas en que hemos establecido nuestros vínculos y afectos, esta “crisis” también nos invita a reflexionar sobre la célebre frase de Simone de Beauvoir «lo personal es político». Es indispensable reflexionar desde lo personal, plantearnos ¿Cómo querernos?, ¿Cómo cuidarnos?, ¿Cómo convivimos?, ¿Cómo solidarizarnos y ser congruentes en los espacios más próximos? Sumado a lo anterior, es urgente colocar este debate en las esferas públicas, donde se crean las directrices, se toman las decisiones y se generan discursos.
Karina Batthyány expresa que la emergencia por el COVID-19 vuelve a poner en el centro la cuestión de la organización social del cuidado y es necesario apoyar todas aquellas medidas y acciones que pongan a la humanidad y no el mercado en el centro para paliar la pandemia, superando este último como eje organizador de la vida en común. (2020)
Al igual que las labores de reproducción de la vida y de los cuidados no deberían ser exclusivamente nuestra responsabilidad, el reto de aprender de esta nueva circunstancia, resignificar la vida cotidiana y reconfigurar la forma de relacionarnos desde otros lugares, debería ser una inquietud y una denuncia compartida.
Que esta circunstancia nos permita repensarnos como sociedad, evitar que el temor a la crisis sanitaria nos coloque en una condición de mayor vulnerabilidad y que todos los esfuerzos, las luchas y los aprendizajes de cada una, desde nuestra trinchera y nuestras posibilidades aporte en la construcción de un mundo más igualitario y que esto se convierta en insignia para atravesar este momento de la humanidad.
-Karina Batthyány (2020) La pandemia evidencia y potencia la crisis de los cuidados. Secretaria Ejecutiva de CLACSO.https://www.clacso.org/la-pandemia-evidencia-y-potencia-la-crisis-de-los-cuidados/
La académica argentina, Claudio Villamayor considera que la transversalidad que une a los conceptos de raza, género y sexo continúa colocando a las mujeres como blanco de agresiones y persecuciones por parte del patriarcado.
El Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) está organizando para este próximo miércoles 22 de mayo, de 6:00 a 7:30 p.m. el debate “Los estragos del patriarcado y la posibilidad de un encuentro: relaciones entre madres e hijas”, en la Sala 1 audiovisuales, Biblioteca Carlos Monge Alfaro.
Violencia desde el puño y letra del ex mandatario cuando firmó la conveniencia nacional para el proyecto Crucitas y la derogación de la moratoria a la minería. El poder le permitió a Arias beneficiar los intereses de la empresa minera Infinito Gold, y recibir una donación de $250 000 para la Fundación Arias para la paz.
Y es que la paz vive en el silencio de las víctimas que callan los abusos sexuales en el propio seno familiar, y es que el 25% de nuestras niñas son depredadas, y solo un 20% de las víctimas se atreven a denunciar. La sociedad normaliza el abuso en los cuerpos de las mujeres, y de la misma forma es “natural” el “desarrollo” a costas de la ecología con leyes que permiten la destrucción de los ecosistemas. Las instituciones del estado son incapaces de resguardar las condiciones mínimas para la vida y el medio ambiente. Mientras tanto el país es promocionado como un destino verde y país del pura vida, con estadísticas de 40 femicidios al año.
La desfachatez del ex presidente al poner las manos sobre los senos de una periodista tiene un elemento en común con el abuso de poder para favorecer la minería a cielo abierto: en ninguno de los casos hay consentimiento! El patriarca se cree dueño de los cuerpos de las mujeres y piensa que el país es una finca de la que puede disponer.
Las comunidades que se enfrentan a luchas ambientales denuncian la ausencia de espacios de participación ciudadana y se enfrentan a un calvario burocrático, observando cómo las empresas consiguen uno a uno los permisos a pesar de la oposición comunitaria (como está sucediendo con la hidroeléctrica San Rafael)
Violencia con la vida, los negocios multimillonarios del premio nobel acaparan las aguas del río Tempisque, y pretenden obtener más con el proyecto Agua para Guanacaste, que nos costará 425 millones de dólares de deuda a beneficio del agro negocio. El gobierno actual, siguiendo la misma dinámica está impulsando reactivar la pesca de arrastre, eliminar la moratoria contra la minería, facilitar los trámites para proyectos (sin necesidad de viabilidad ambiental), permitir la entrada de residuos tóxicos, desregularizar la entrada de pesticidas, todas estas leyes regresivas y violentas.
Analizando la acusación de de violencia sexual contra Arias cabe reconocer que la denunciante es hija de políticos, doctora, directora de una ONG y contaba con herramientas que le permitieron reaccionar al abuso. Me pregunto si todas tenemos acceso a estrategias para defendernos de la violencia sistemática contra nuestros cuerpos e integridad, y si todas las comunidades poseen herramientas y capacidades organizativas para defender los recursos naturales ante la expansión piñera, o la construcción de hidroeléctricas.
El sistema seguirá normalizando las conductas depredadoras, poniendo la responsabilidad en las víctimas, qué ropa vestían, a qué hora caminaban en la calle, y ¿por qué no se defendieron y tardaron tantos años en denunciar?
Y ¿por qué se oponen al progreso? – le preguntan a una comunidad en pie de lucha para defender un río-
(*) Raquel Bolaños es artista plástica e integrante del Movimiento Ríos Vivos Costa Rica
Hoy hemos sido testigas de pactos patriarcales de nivel político. Pactos de fraternidades masculinas hegemónicas que permiten a los hombres dejar de lado sus diferencias y salir a defender sus privilegios y que justifican la cultura de la violación. Hacen alianzas, porque están en juego sus privilegios de machos. Ellos tienen hermandades, cofradías, ellos se saben machos y se protegen para conservar su poder que les da casi total impunidad.
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Le invitamos a leer el comunicado completo de Feministas Periféricas de Mentes en la siguiente imagen: