Laboratorios Palante son experiencias presenciales diseñadas para la transformación personal a través de prácticas artísticas. Se incluyen módulos artísticos participativos, talleres formativos, presentaciones y gastronomía vegana. Son producidos por un Colectivo de Artistas con el objetivo de diseñar una propuesta innovadora de transformación comunitaria para Costa Rica.
Los Laboratorios Palante se realizaron durante 12 meses consecutivos en el Área Metropolitana. De este modo, se ofrecerán de abril 2022 a marzo 2023, al final de cada mes. Nuestras sedes son espacios amplios, ventilados y preparados para disfrutar de esta experiencia con una gran responsabilidad. Algunas de las fechas se realizarán en fincas privadas y al aire libre.
Cada participante aportará una mensualidad de 20.000 colones durante 12 meses. Solo 50 personas podrán ser parte de la experiencia de los LABORATORIOS PALANTE. Dicho compromiso permitirá que se concrete un modelo de empoderamiento para comunidades basado, totalmente, en la experiencia artística.
Se le invita al “XII Encuentro Café sin Azúcar”, que se llevará a cabo el 10 de abril, en Ciudad Colon. La inscripción se encuentra abierta a poetas, declamadores, músicos y artistas en general.
La cuota de participación contará con un valor de ₡12000.
Para más información contactar a los siguientes números de WhatsApp: 6257-5388 con Clara Sánchez / 8846-6152 con Ronulfo Morera.
¿Quiere conocer más de las costumbres, tradiciones, gastronomía, artesanías, vestidos tradicionales, danzas y producción agrícola de la cultura indígena Ngäbe? Venga este próximo sábado 26 de marzo a la feria indígena Ngäbe-Conte Burica en la Finca Kare, ubicada en Las Vegas río la Vaca, Laurel, Corredores, Puntarenas.
Esta feria indígena es una iniciativa de las familias Jiménez Montezuma y Jiménez Sánchez, quienes por el momento no han contado con el apoyo de instituciones, sino, que está siendo construido por la familia y con el apoyo de la comunidad, por lo que se insta a diversas representaciones, organizaciones e instituciones a la divulgación y participación de este proyecto.
Esta iniciativa procura promover la diversificación de cultivos de plantas frutales, medicinales y hortalizas, con el fin de establecer un modelo de autosuficiencia y sustento familiar. Junto a esta diversificación, se inaugurará el proyecto de agro-ecoturismo para fomentar la agricultura orgánica, rescatar las costumbres y tradiciones de la cultura indígena Ngäbe, estimular el intercambio y la interculturalidad, y potenciar productos de la comunidad Ngäbe en mercados justos y solidarios.
Dentro de la feria, se ofrecerán exposiciones de gastronomía, artesanías, vestimentas tradicionales, danzas y juegos tradicionales, productos agrícolas orgánicos y tradicionales de la cultura Ngäbe. Asimismo, habrá una caminata por senderos en los bosques primarios de la zona y una visita al proyecto modelo de la Finca Kare.
En el sur del país, entre los cantones de Corredores y Golfito que colindan con la frontera panameña, se encuentra el territorio indígena Ngäbe – Bugle de Conte Burica con una extensión de 11.910 hectáreas y una población de 1144 habitantes auto identificados como indígenas Ngäbe. No obstante, existe una migración histórica transfronteriza, que conecta este territorio dentro de Costa Rica, con el resto de los territorios Ngäbe en Panamá, que abarcan las regiones de Chiriquí, Veraguas, y Bocas del Toro, incluyendo las zonas montañosas.
La configuración territorial ha ido transformándose a lo largo de los años debido a los cambios de los modelos económicos. En un primer momento, los indígenas Ngäbe fueron recluidos de sus territorios originales por la colonización, y posteriormente desplazados a zonas montañosas de alta pendiente por la expansión de la actividad ganadera y bananera.
Actualmente, los indígenas Ngäbe luchan por la conservación de su territorio y su cultura. Lucharon por la cedulación en los noventa y por un proyecto de Ley de Autonomía de los Pueblos Indígenas, por demarcación y establecimiento de los territorios. Recientemente las comunidades Ngäbe de Sixaola de Talamanca están dando una importante lucha por los derechos de las personas Indígenas transfronteriza para obtener la nacionalidad costarricense, logrando aprobar una ley y ahora luchando por un reglamento y su implementación efectiva.
Para más información, se puede contactar por medio del teléfono 62536955 a Marcos Jiménez Montezuma , vía correo electrónico a nivingabe@gmail.com
Eduardo Guerra fue galardonado con el Premio Nacional Mireya Barboza de Danza 2021 en la categoría de interpretación. El galardón se otorgó de manera compartida con Allyson Maykall. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Es bailarín y coreógrafo de Danza Universitaria
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la palabra solitud, ya en desuso, significa carencia de compañía o lugar desierto. No obstante, el bailarín y coreógrafo de Danza Universitaria, Eduardo Guerra Rodríguez, la interioriza como una opción propia de regocijo, aquella que nos obliga a estar y querer estar solos.
Es a partir de este concepto, y de lo vivido durante los primero meses de la pandemia, que Guerra desarrolla “Solitud”, una coreografía que formó parte del certamen La Semilla y que se presentó en Estrena Danza en el 2021.
Gracias a su interpretación, fue galardonado con el Premio Nacional Mireya Barboza de Danza.
El jurado otorgó este reconocimiento “por su dominio corporal, destreza y pureza técnica.
Por la innegable solidez plástica, sutileza y aplomo estético. El intérprete hace uso de la energía justa para su ejecución, logrando llevar la musicalidad corporal a un alto nivel.
Bailarín que expresa, proyecta a plenitud y de forma sobra las emociones generadas por la obra coreográfica logrando cautivar al espectador con su lenguaje corporal pero también con su presencia escénica, lo que da cuenta de su importante trayectoria”.
A continuación Guerra habla sobre la obra, el premio y los retos y los proyectos de Danza Universitaria en la siguiente entrevista.
–¿De qué se trató Solitud?
–Eduardo Guerra Rodríguez (EGR): El proceso en sí de la coreografía nace justamente después de que empezó la pandemia. Anterior a esto había realizado una coreografía en dúo y el el 2020 vino la creación de esta obra “Solitud”.
Solitud es una palabra un poco desconocida, es un concepto muy diferente a la soledad, es la soledad aceptada, la soledad que se disfruta, por una decisión propia, pero no es una soledad negativa.
A partir de ese juego de palabras quería empezar, porque también de alguna forma me sentía de ese modo cuando estaba solo en casa.
Las decisiones no solamente del hecho de la labor en sí que tenemos como bailarines, como entes de la administración, de la Vicerrectoría (de Acción Social), si no también la cuestión del hogar, de tus pasatiempos, qué hacías con todo esto, no me hallaba y justamente fue la decisión de decir por qué no hablamos de cómo nos sentimos en este momento, en tu casa, solo.
Porque yo soy una de las personas que vive solo, como muchas otras familias, con mis animalitos, pero solo. Parte de ahí, a partir del proceso de cómo voy aceptando esa soledad y hacer todo lo que hacía antes en conjunto, en compañía, en trabajo grupal, hacerlo solo, en solitud.
Fue una lucha constante, fue la aceptación misma de lo que generaba esta palabra, todo este significado, para ahondar en lo que eso detonaba en mí, fue así que se creó la obra.
–¿Cómo fue esa experiencia de crear la coreografía en este contexto, más en soledad?
–EGR: Pasa por una cuestión de aprendizaje total. Casi siempre Danza Universitaria trabaja en conjunto. Las investigaciones son en conjunto, ya sea que venga un coreógrafo invitado, sea que un compañero o compañera decida montar una coreografía y experimenta con los cuerpos, con las propuestas, con lo que va generando a partir de una idea, pero somos nosotros los que proponemos cómo se genera esa idea o ese tema.
Para mí en ese momento fue tomar las decisiones por mi mismo, era autoexaminarse, verse. En ese momento era crear, crear crear y después desechar, desechar y desechar, hasta llegar a lo más mínimo, tomar la decisión de esto sirve, esto no, fue una lucha constante.
Se hace la invitación del certamen La Semilla, que se realizó el año pasado, para representar a Danza Universitaria, yo Eduardo Guerra iba a representar a la compañía, cobraba mayor magnitud porque hace tiempo no nos presentábamos en un teatro. Estrenadanzas 2021, fue un gran evento y para mí fue muy importante porque soy yo en mi soledad, en mi solitud tomando todas las decisiones, que antes las tomaba en conjunto, que bailaba en conjunto, fue mucho aprendizaje, para mí el proceso de investigación y evolución es de mucho aprender, me ha servido todo este proceso de solitud aceptada.
–¿Cómo es el proceso creativo que se da a la hora de montar una coreografía?
–EGR: No hay una forma, cada quien tiene su modo de creación. A veces puede ser una palabra, un tema actual, en este caso fue el contexto pandémico, cómo me encontraba yo, después de haber pasado un año, qué hacemos con esto, tenemos que seguir creando, tenemos que seguir trabajando, tenemos que seguir produciendo, porque si no uno se muere como artista, uno tiene que estar constantemente en esa lucha.
Por lo general parto de una imagen que se me viene a la mente, le doy vueltas hasta que la hago realidad con mi cuerpo. Empiezo a improvisar a través de lo que me genera esa palabra o esa temática, o ese momento, no soy muy sistemático, me dejo llevar en el momento y después viene la sistematización, a través de toda la improvisación, todo el juego, todo el descubrimiento. Es un proceso que a mi me sirve mucho porque no hay que cuestionarse tanto, en mi caso es déjese llevar por lo que realmente siente, por lo que le genera ese momento, esa palabra o ese tema y después vamos ordenando.
–¿Qué significa este premio en lo personal y para Danza Universitaria?
–EGR: Fue una sorpresa para mí, no me lo esperaba. Uno nunca trabaja en pos de un premio, pero es un reconocimiento que es un aliciente para seguir trabajando, investigando.
Lo tomamos con mucha alegría, con positivismo que todo lo estamos haciendo de manera correcta de alguna forma, a pesar de la situación temática, cultural, política y todo lo demás, justamente viene esto y hay que aprovecharlo para hablar de lo que nos sucede, que a pesar de las circunstancias estamos generando, pasan cosas positivas como las premiaciones, hay que decirlo porque no, y eso se agradece y es una motivación, esto nos cae bien en este contexto.
–¿Cuáles son los retos como bailarín y como compañía que han enfrentado en los últimos años y cuáles son los que vienen?
–EGR: Personalmente fue un acto de negación al principio cuando empezó todo esto, pero teníamos que decir que nuestro trabajo no paraba, tuvimos que trasladar y transformar todo lo que hacíamos antes, que era mucho trabajo de comunidad, de acción social, de presentación, a dar clases todo en la virtualidad, hacer audiovisuales para la comunidad en la virtualidad, presentarse en festivales virtuales. Creo que hemos hecho mucho, ha quedado ahí, están los hechos, hemos ganado premios, hemos dado clases por todo lado, hemos tenido convenios con otras universidades, ha sido una oportunidad para demostrar de que material estamos hechos, somos bailarines que no solo bailan y se presentan, pero que también podemos hacer este otro tipo de cosas y que en este momento la comunidad y la universidad lo necesita. Lo supimos afrontar muy bien.
Los retos que vienen es dejarnos todo el aprendizaje de la pandemia para seguir sumando y lo virtual ya no se va acabar, si no que se va sumando. Ahora viene el Festival Paréntesis que ya le vamos a sumar lo virtual mas lo presencial, para llegar a mas gente, a mas comunidades que antes posiblemente por una cuestión de distancia y centralización no lo hacíamos, es una oportunidad y un reto alcanzado y los retos que vienen van a ser favorables y positivos
–¿Cuales proyectos hay para este año?
–EGR: Proyectos, muchos, pero lo importante es ahondar en lo que ya hemos trabajado, seguir haciendo los trabajos en comunidad, tenemos presentaciones en festivales, Teatro al medio día, seguir con los trabajos en comunidades, que realmente han sido de suma importancia para el acompañamiento a los adolescentes, a las personas adultas mayores, todo eso que ha calado mucho en la comunidad lo vamos a mantener y seguimos ahí produciendo, y por supuesto ahí lo van a saber.
–¿Cuál debe ser el trabajo de una compañía como Danza Universitaria para retomar y reforzar los espacio artísticos presenciales?
–EGR: Lo importante es que la compañía se ha diversificado a través de los años. La compañía de hace 40 años no es la misma que es hoy, creo que hemos afrontado los retos de una manera muy positiva, hoy asumimos este reto y nos lleva a seguir sumando y a que el trabajo no se detiene.
Es importante anotar que el trabajo conjunto, el trabajo grupal, el trabajo presencial es de suma importancia para nosotros, ya llega un momento en que uno dice: “ok”, hemos pasado esta experiencia de la virtualidad, pero también se necesita esto otro, hemos hecho todos los esfuerzos para tener todos los protocolos necesarios y ahora pasamos por un contexto que se nos quemó nuestro centro de trabajo, y estamos en la lucha, siempre estamos afrontando continuos retos.
Danza Universitaria tiene que alzar la mano y tiene que decir se presentan siempre estas carencias, porque ha sido una cuestión muy sistemática durante muchos años. Ya ahora dijimos basta, si hay que parar tenemos que parar, porque no es posible, no es justo, no es necesario, para las artes en general y para una compañía que tiene muchos años y que ha representado a la Universidad de Costa Rica, seguir así en estas condiciones.
Yo creo que lo que ofrece Danza U a pesar de las circunstancias siempre ha sido mantener la frente en alto, al pie de lucha y lo hemos demostrado de esa forma.
He estado mucho pensando en la situación política que estamos atravesando en este momento, en la que la cultura realmente no se ve reflejada por ningún lado, en cuanto a presupuesto, a proyecto político, estamos relegados y el gremio artístico todavía la está pasando terrible, no hay como afrontar la situación, de alguna forma hay que alzar la voz, el gremio tiene que decir presente, porque sí la estamos pasando mal y no hay que ocultar la situación y es necesario reconocer que el arte es un acto transformador de la sociedad y tiene que estar presente en la vida diaria de las personas y hasta que se tome conciencia de eso no podremos cambiar como sociedad.
Andrea Marín Castro Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
Este próximo sábado 26 de marzo, la Asociación Socio Cultural- Nivirivotdä le invita a la feria Ngäbe organizada en la comunidad: Las Vegas Rio la Vaca, Laurel, Corredores, Puntarenas.
Los objetivos de la feria Ngäbe son:
Inauguración del proyectó de agroecoturismo
Fomentar la agricultura orgánica
Rescate de costumbres y tradiciones de la cultura indígena Ngäbe.
Intercambios e interculturalidad
Potenciar productos de la comunidad Ngäbe en mercados justos y solidarios.
Se ofrecerá:
Exposición de gastronomía Ngäbe
Artesanías Ngäbe.
Exposición de vestidos tradicionales Ngäbe.
Exposición de danza y juegos tradicionales de la cultura Ngäbe.
Exposición de productos agrícolas orgánicos.
Caminata por senderos en bosque primario.
Visita al proyecto modelo, Finca Kare.
Circulo Social:
En este espacio los / las emprendedores/ as podrán compartir sus experiencias. También las diversas instituciones podrán exponer sus programas o proyectos y realizar alianzas estratégicas de beneficio mutuo.
Para más comunicación dirigirse al Tel.: 62536955 o al E-mail.:nivigabe@gmail.com.
El próximo 02 y 03 de abril se realizará un Tour del Cacao de 8:00 am a 1:30 pm; éste será guiado por la experta Ligia Román Ita-mu Cacao en la Finca Elsa Teresita, Reserva Natural Chicuá.
Se realizarán actividades de molienda en la piedra, bebidas ancestrales y habrá una exhibición y venta de más de 20 productos derivados del cacao.
El tour tiene un precio de ₡15.000 e incluye el desayuno y almuerzo.
Reservas: 8370-3184
Este es un proyecto de turismo cultural desarrollado en Guácimo, Limón.
Segunda edición del certamen audiovisual Iberoamericano
Estamos a menos de un mes del cierre de las postulaciones de la segunda edición del certamen audiovisual Iberoamericano de divulgación cultural y científica CREATEI que reconoce lo mejor de la industria audiovisual en Iberoamérica.
Participa en alguna de las nueve categorías y exalta la pasión de contar historias sobre cultura, educación y ciencia estrenadas en el año 2021.
Los medios de comunicación, corporaciones y profesionales independientes Iberoamericanos que deseen postularse pueden conocer las bases del concurso en www.atei.mx/createi.
La inscripción es gratuita.
Se parte de la fiesta de la innovación y creatividad que se celebrará durante la última semana de Julio en Bucaramanga, Colombia
El próximo jueves 07 de abril a las 6:30 pm en el restaurante Caracoles Errante, 100mts al N de la esquina NE de Iglesia Católica, San Rafael de Heredia, se realizará una relectura de la obra y pensamiento del escritor Vicente Sáenz. Se contará con la participación de Gilberto Lopes.
Vicente Sáenz fue escritor, periodista, político y ensayista. Fue uno de los autores más leídos en su época; miembro del círculo literario de Roberto Brenes Mesén, Joaquín García Monge, Omar Dengo, Carmen Lyra y José María Zeledón.
La Universidad Estatal a Distancia por medio de su canal en YouTube “audiovisuales UNED”, nos presentó, en conjunto con la participación del antropólogo y escritor José Luis Amador, el libro «El Juego de los Diablitos en Curré». En este relato, Amador retracta y realiza un análisis a la cultura de este sector, destacando que muchas de sus tradiciones están basadas en aspectos históricos que marcaron a la población y que incluso se mantienen como medio de fortalecimiento de la identidad.
(Anotaciones al margen leyendo a Boaventura de Sousa Santos)
Costa Rica es una democracia que padece una especie de bipolaridad. Una patología consistente en ser, por un lado, una democracia formal (electoral) bastante desarrollada y hasta ejemplar en el mundo, pero a la vez, una democracia real (participativa) bastante débil, diríamos que raquítica. Los mecanismos puramente normativos existen: un tribunal electoral independiente, eficiente y con credibilidad; un régimen de partidos políticos amplio y relativamente accesible; contiendas electorales regladas y pacíficas; y un comprobado respeto por los resultados del sufragio. Sin embargo, todo eso está muy lejos de una efectiva intervención e influencia ciudadana en las decisiones que finalmente se imponen. El poder real de la ciudadanía sobre la escogencia de candidatos a la Presidencia o a la Asamblea Legislativa no existe, queda en manos de reducidos grupos, asambleas o convenciones partidarias, cuando no, en simples encuentros de amigos; en la mayoría de los casos, es mediante vínculos familiares (nepotismo puro y duro) o religiosos (fundamentalismos morales) como se manejan las posibilidades fuertes de elección; los procesos de financiación adolecen de opacidad y subterfugios sin control, uno de cuyos peores síntomas es la compra-venta de bonos conforme los requisitos de la deuda pública adelantada; y, además, un círculo vicioso que liga los pronósticos de encuestas con el poder financiero de los bancos –ahora sobre todo privados- sellan el destino de más de una candidatura.
En la práctica no se ha querido modificar esta realidad. No ha sido posible asegurar a toda propuesta electoral un mínimo razonable de difusión y conocimiento entre la población. Sigue habiendo una dependencia total de la propaganda a los medios financieros y de comunicación de masas y, en fin, el poder económico bien puede manipular quién si, y quién no, tiene chances reales de obtener un buen resultado en las urnas. Parece imposible, hasta ahora, que quienes resultan electos en medio de esta atmósfera viciada vayan a querer cambiar las reglas del juego.
Para mal de todos, el funcionamiento estable de la democracia formal-electoral no ha impedido el deterioro creciente de la democracia real en tanto forma de organización política concebida para asegurar a toda la ciudadanía, no sólo el respeto a sus derechos fundamentales, sino también el acceso a los servicios públicos básicos (alimentación, salud, educación, trabajo, vivienda, energía, nuevas tecnologías). Los defectos señalados en los procesos electorales y la lejanía práctica entre electores y elegidos, ha puesto en crisis el principio de representatividad. Cada vez la calificación de la gente al Parlamento o al Ejecutivo es más severa y hasta brutal. No hay manera de que un ex-presidente de la República, haga lo que haga, conserve un poco de prestigio y estima popular. La representación popular en Costa Rica se ha convertido en un auténtico ejercicio vital, sólo para masoquistas.
Pero además, en lo importante, como si se tratara de ese bulto, grano o lunar sospechoso que crece sin cesar y que indica que algo grave, profundamente malo, nos está carcomiendo por dentro, la inequidad social, medida por un índice “gini” cada vez más cercano al valor “1”, es decir, cada vez más revelador de una concentración peligrosa de la riqueza social en pocas manos, nos advierte que, en efecto, somos un organismo democrático seriamente polarizado.
Otra cuestión clave en esta deriva bipolar de la democracia costarricense tiene que ver con una curiosa ambigüedad en cuanto a la tutela de los derechos humanos. Aunque gracias a presiones externas, la Sala Constitucional ha terminado por confirmar derechos esenciales para algunas minorías (fecundación in vitro, matrimonio igualitario y un buen número de otros derechos particulares), con efecto directo en la esfera individual de las personas; pero ha fallado estruendosamente en cuanto a la custodia de los derechos humanos de carácter colectivo, al bendecir una reforma fiscal nada progresiva; una reaccionaria prohibición de la huelga en el sector público; y una ley de empleo público que contiene, entre otras perlas, un “derecho” a la objeción de conciencia en el ejercicio de la función pública. Es decir, serios retrocesos en todo aquello que tiene que ver con el tema laboral y una apuesta por el sacrificio de los sectores trabajadores del país, cuestión que parece vital para la afirmación de una economía fanáticamente adherida al modelo neoliberal, y que ha contado con la complicidad de una justicia que ha hecho auténticos malabares con la Constitución Política.
Me temo que la debacle del PAC en la última contienda electoral tiene mucho que ver con lo que venimos diciendo. Es cierto lo que se ha señalado como causas de este fenómeno: la inviabilidad de un tercer período de gobierno; el hecho de dar la espalda a los sectores medios, urbanos y educados que fueron su apoyo tradicional; la debilidad de las candidaturas; la asfixia financiera a que fue sometido el partido; el gobierno Alvarado Quesada que, en temas económico-sociales de gran trascendencia, terminó asumiendo la agenda neoliberal y pagando el coste político que implicaba, y que se suponía prioridad de otros; y, en fin, el “deporte” nacional promovido por importantes medios de comunicación y redes sociales en orden a desprestigiar la institucionalidad pública y la gestión de cualquier gobierno, cualesquiera sean sus logros o fracasos.
No obstante, en este diagnóstico convencional se ha dejado por fuera una causa esencial. La promesa cardinal del PAC no fue ni siquiera la eticidad en la gestión pública. Antes de eso, se propuso la “acción ciudadana”, es decir, el reencuentro de la gente con la democracia participativa, la posibilidad de rescatar el legítimo principio de representatividad; el trabajo con organizaciones de base según temas e intereses sectoriales y, en fin, la recuperación de la confianza en que se iba a escuchar y atender las demandas de la gente. Sin embargo, en medio del fragor político y electoral de estos últimos veinte años, esta fue una cuestión esencial que se dejó de lado, una alternativa que no se cuidó ni se fortaleció y que no quiso, o no pudo, capitalizar los movimientos sociales en contra del Combo ICE o el rechazo al TLC. No sé qué van a hacer los responsables de esta agrupación política a futuro, pero si algo me parece elemental, es que tienen que definir con absoluta claridad -como lo tendría que hacer cualquier otra agrupación partidaria que pretenda salvar nuestra democracia-, tópicos esenciales como: si siguen creyendo en la acción y participación de la ciudadanía; si, en la dicotomía entre libertinaje (bandera neoliberal) y democracia (participativa), tienen claros cuáles son sus límites y qué están dispuestos a rescatar en razón de una convivencia democrática efectiva; también tienen que definirse sobre si los derechos humanos son sólo cuestión de reivindicaciones individuales o, necesariamente, cuestión de conquistas colectivas esenciales. Tendría que comenzarse por hacer un inventario de los temas/problemas que están incidiendo en esa yaga abierta llamada “inequidad” y decirle a la población costarricense si se va a seguir estrujando a la clase trabajadora (pública y privada) en cuanto a regímenes salariales y de pensiones; si el modelo de desarrollo nacional pasa por tomarse en serio el cambio climático y las estrategias de energías limpias; si se va a pagar la enorme deuda pendiente en materia de violencia y desigualdad contra las mujeres; si se van a tutelar los derechos de las poblaciones originarias, su cultura y su derecho a la tierra; si el tema de la igualdad entre hombres y mujeres se va a llevar hasta sus últimas consecuencias; y si, para terminar con estos ejemplos, algún día se le va a entrar en serio a la defraudación y elusión fiscal para que cada quien contribuya en la medida de sus posibilidades y el Estado tenga recursos para la prestación de servicios estratégicos.
En conclusión, en el marco de un capitalismo que parece tener largo aliento, a la par de respetar la propiedad privada y la iniciativa empresarial, de lo que se trataría es de contener la voracidad extractiva sobre la naturaleza y la desalmada especulación financiera del capitalismo salvaje, con el propósito de afirmar los valores de una democracia participativa que traiga equilibrios, que cierre brechas, y donde las personas estén siempre por delante del lucro y la acumulación insaciables de unos pocos.