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Etiqueta: Ciencia

José María “Chema” Gutiérrez: El rostro humano de la ciencia

El académico hace un breviario de sus ideas y comparte los compromisos del científico con su sociedad.

Eduardo Muñoz Sequeira

Para Gutiérrez, el premio Rodrigo Facio representa el reconocimiento “a esos entornos colectivos y a la gente con quienes he compartido los proyectos y los sueños”. Foto: Laura Rodríguez.

José María Gutiérrez Gutiérrez vio la luz por primera vez en su propio hogar, en el corazón de la capital, donde creció rodeado de “una familia hermosa, donde imperaba el cariño, el estímulo y el respeto profundo a las personas”, recordó el científico. El 26 de agosto pasado, este académico recibió el Premio Rodrigo Facio Brenes, por sus aportes a las ciencias y a la sociedad. Este galardón es otorgado por el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Gutiérrez, quien ya suma decenas de reconocimientos nacionales e internacionales, compartió con C+T que sus padres promovieron “un ambiente altamente estimulante. En mi caso, siempre me llamó la atención el estudio. Destaco la motivación que siempre recibí de mi hermano mayor Jorge Alberto, desde que yo era muy niño se convirtió en una fuente de inspiración en muchos sentidos, como lo fueron también mi hermana y mis demás hermanos, y por supuesto mis padres”.

En medio de la efervescencia política por la lucha contra Alcoa, ingresó a la UCR en 1972 y es ahí donde su formación religiosa “evolucionó a un compromiso de carácter social y político. Dejé de ser religioso, pero acrecenté esa veta relacionada con la solidaridad hacia el interés por los problemas sociales. Ello me llevó a tener una militancia política y a ver siempre la praxis de la ciencia desde una perspectiva no solo académica, sino también social y política”, indicó.

Se graduó como microbiólogo en 1977, pero desde que era estudiante ingresó como asistente de investigación al Instituto Clodomiro Picado (ICP), de la UCR, donde ya suma décadas vinculado. En 1984, obtuvo su doctorado en Ciencias Fisiológicas en la Universidad Estatal de Oklahoma, en Estados Unidos. Ha sido parte de equipos de investigación en el desarrollo de sueros antiofídicos que benefician a Costa Rica y a otras naciones. Actualmente, es profesor emérito de la UCR, pero sigue íntimamente relacionado con el trabajo del ICP.

En el 2017, el ICP celebró el 50 aniversario del primer lote de antivenenos producidos en Costa Rica. En la foto aparecen los fundadores del ICP junto a José María Gutiérrez: los hermanos Álvaro y Guillermo Flores, y Wayne Flowers, hijo del Dr. Herschel Flowers. Foto: cortesía de José María Gutiérrez.

Ciencia y sociedad

Para Gutiérrez, una de sus mayores satisfacciones es haber hecho ciencia en su propio país.

“Como seres humanos, tenemos que dirigirnos por otros rumbos que beneficien a la humanidad como un todo y no solo a algunos sectores”, afirmó.

-¿Cuál es el rol social y ético de las ciencias para la búsqueda del bien común?

El conocimiento científico y tecnológico debe estar en función de las necesidades de las personas. Esto se podrá lograr si ocurren cambios fundamentales en la forma como se organizan y funcionan las sociedades, aunque en las últimas décadas los proyectos políticos hegemónicos han privilegiado a los sectores minoritarios que detentan el poder económico. Esa es la lógica de apropiación del mercado, la lógica del más fuerte.

-Países ricos han develado una realidad poco discutida públicamente, que es el derecho a la salud y la voracidad en la adquisición de la posible vacuna contra el COVID-19 y suministros médicos. ¿Qué vías podemos transitar los países pobres o de renta media para asegurarnos los mismos derechos ante la pandemia?

En el caso de América Latina, se requiere volver por los senderos de integración regional y en los que lamentablemente se ha retrocedido. Por otra parte, la crisis actual ha mostrado la importancia de la soberanía y la autosuficiencia en diversos planos, desde el político, pasando por el de la soberanía alimentaria, el fortalecimiento de la institucionalidad pública y el de la autosuficiencia en muchos aspectos a nivel de comunidades locales. Es decir, desmarcarnos de los grandes canales globales de comercialización e intercambio.

-¿Pensó en algún momento que el Instituto Clodomiro Picado de la UCR sería un protagonista tan importante en la atención de la emergencia provocada por el COVID-19?

Aunque el foco principal de acción del ICP se relaciona con el tema de los envenenamientos por mordeduras de serpientes, esa experiencia permitió que nos planteáramos la posibilidad de desarrollar un tratamiento contra las infecciones causadas por el SARS-CoV-2. Otras de las áreas que el ICP está asumiendo de cara al futuro es la transferencia de tecnología para que otros laboratorios de países en vías de desarrollo establezcan sus propias plantas de producción de antivenenos y otros productos inmunobiológicos. Y, por supuesto, el ICP continúa abriendo nuevos temas de investigación en colaboración con colegas de muchos países.

-¿Por qué la producción de sueros antiofídicos no es asumida por las farmacéuticas privadas?

Hay empresas privadas que producen antivenenos, pero no son las denominadas “big pharma”. Más bien, están en países en vías de desarrollo, porque los envenenamientos por mordeduras de serpientes afectan, principalmente, a personas en condiciones de pobreza en países de escasos recursos. Por lo tanto, este mercado no es lucrativo.

-La pandemia del COVID-19 ha generado una discusión sobre quién produce y quién tiene prioridad ante las posibles vacunas. ¿Qué criterio tiene al respecto?

Aquí el tema central es si la salud pública debe estar centrada solo en criterios de mercado o más bien humanitarios, sobre si la salud es un derecho humano fundamental. Pero, más allá, la discusión global debe ser sobre la filosofía que guíe en el futuro la producción y distribución de medicamentos y vacunas, y sobre cómo promover el acceso universal a estos productos.

En el 2015, en Oxford, Inglaterra, el científico recibió el Premio Redi Award, otorgado por The International Society on Toxinology, por las contribuciones científicas en toxinología. Foto: cortesía de José María Gutiérrez.

RECUADRO

Universidad y sociedad

José María Gutiérrez Gutiérrez se sumó a la galería de otros costarricenses que recibieron el Premio Rodrigo Facio Brenes. Para él, los aportes de este pensador siguen siendo actuales “en momentos en que las dirigencias políticas tradicionales carecen de imaginación, creatividad, criticidad y visión para generar opciones que realmente beneficien a la mayoría de la población. Domina un modelo reduccionista que se limita a repetir recetas ideológicas gastadas que solo han conducido a debilitar los pilares del estado social de derecho. De los textos de Facio se desprende una enorme capacidad para ver el potencial que tiene la UCR, así como su visión amplia y una constante preocupación por ubicarla en el contexto de la construcción de un entorno social más próspero y equitativo”.

-¿Cuál es el rol de la universidad pública en el modelo de país que requerimos?

La universidad pública debe jugar un papel central, en procura de edificar una sociedad marcada por valores de solidaridad, equidad, respeto a la diversidad, relación armónica con el ambiente, procura de la dignidad de las personas y, en general, cuidado de la vida en todas sus manifestaciones. ¿Cómo hacerlo? Antes que nada, preservar su carácter público en su concepción y su funcionamiento, estar al servicio de toda la sociedad y no solo de algunos grupos, y preservar el principio de integralidad. Esto es, del desarrollo de todas las áreas del conocimiento y no solo de aquellas que tienen un impacto en ciertos sectores del mercado.

-Pero hay corrientes políticas que apuestan por una desarticulación de la universidad pública, mientras que otras naciones invierten mucho más en investigación científica y tecnológica.

La consolidación de una comunidad científico-tecnológica robusta le permite a un país generar conocimiento original sobre su propia realidad natural y social, y es clave para que podamos transitar por senderos de prosperidad y equidad. Lamentablemente, los modelos hegemónicos de las últimas décadas no le han prestado la debida atención a nuestro desarrollo científico y tecnológico. Tenemos una inversión en investigación y desarrollo muy pobre, por debajo del promedio latinoamericano. En fin, lo inadecuado de estas políticas nacionales va de la mano de la aridez de las propuestas de desarrollo que han prevalecido en el país en las últimas décadas.

 

Una producción de la ODI – UCR.

Trump, las elecciones de noviembre y el COVID 19. La apuesta por el caos y la limpieza étnica

Vladimir de la Cruz

Con asombro se ha visto, como desde el principio del desarrollo y expansión de la Pandemia del Coronavirus COVID 19, el Presidente Trump, en Estados Unidos, le ha restado importancia, ha retado a las autoridades científicas, de su propio país, en las medidas que hay que tomar, de carácter público y privado para enfrentar la expansión y controlar a los infectados.

Ha impuesto cambios en los mandos científicos que se han atrevido a cuestionarlo, o que sencillamente dan declaraciones científico médicas, que por su naturaleza desdicen lo que el propio Presidente afirma y alardea.

Trump ha desdibujado, sin que la realidad se lo confirme, el impacto de la pandemia, el número de contagiados y el de fallecidos. Para el día de las elecciones, el 3 de noviembre, se calcula que los infectados por la Pandemia, estarán en Estados Unidos alrededor de los 7 millones con casi medio millón de muertos.

Son las propias autoridades de algunos de sus Estados las que se han impuesto la tarea de enfrentar, con decisiones estatales, desde las Gobernaciones o desde las Alcaldías, especialmente las que están en manos del Partido Demócrata, que ha asumido un compromiso con la ciencia, la lucha por detener el impacto de la pandemia, por disminuir contagios y muertes, y por la vida.

Llevamos, desde diciembre hasta hoy, desde cuando se anunció el virus, casi 10 meses, de dicho impacto. Hasta marzo no se llegó a tener claro el impacto mundial, especialmente por la parálisis económica que empezó a producir, por el impacto en el desempleo que generó, por el rompimiento del encadenamiento mundial de las relaciones productivas y comerciales, por la parálisis del movimiento de mercaderías y de personas, con el cese durante semanas de medios de transporte internacional de todo tipo, debido a que esta es una de las fuentes más importantes de transmisión del virus.

Vimos como Trump utilizó, frente a la ciencia, el discurso de usar medicamentos que nada tenían que ver con la detención de la pandemia, y por el contrario, estimuló el uso de medicamentos que, en algunos casos, podían generar otros problemas a quienes los emplearan.

Finalmente, Trump ha tenido que ponerse el bozal, el tapa bocas, para algunos actos, en tanto se acerca el final de la campaña electoral, a escasas siete semanas, con cuatro partidos principales, el Republicano, el Demócrata, el Libertario y el Verde, y 16 partidos más de menor significado, sabiendo que no debe contagiarse ni enfermarse, de manera que lo incapaciten por varios días severamente.

Sin embargo, el bozal y el tapa bocas no le ha impedido seguir hablando, ahora exagerando, de que tendrá la vacuna para millones de personas antes del 3 de noviembre, día de la votación presidencial, de 34 senadores y de toda la Cámara del Congreso, donde arriesga a perder la mayoría que tiene su partido en el Senado. También anunciando que comprará, si pudiera hacerlo, todas las vacunas que se produzcan para su uso inmediato en Estados Unidos.

Con la elección presidencial también hay elecciones legislativas y de gobernadores en algunos Estados. Además, en algunos Estados se ha autorizado para que jóvenes de 16 años puedan votar por primera vez. Por ahora, su esfuerzo en el campo electoral, está en debilitar hasta donde pueda el proceso electoral mismo, restarle confianza a las elecciones, amenazar de que hay en marcha un gran proceso de fraude por parte de los demócratas, por el llamado a votar que hacen, de acuerdo a lo que la ley en Estados Unidos permite, por medio del voto llamado “ausente” y el voto “adelantado”. Estos votos se pueden emitir por correo.

El voto emitido por correo es una opción real y existente en todos los Estados de los Estados Unidos. Se necesita una excusa válida para solicitar esta forma de voto. La excusa válida existente hoy en Estados Unidos es la expansión de la Pandemia, de sus contagios y sus muertes, que es el principal país afectado en toda su magnitud, y la necesidad de no convocar ni hacer aglomeraciones humanas. En los Estados se tiene clara esta causa, para justificar las solicitudes que se hagan, para emitir el voto por correo, y no necesariamente en forma de voto presencial.

El Partido Demócrata ha llamado a quedarse en casa, para resguardar la salud y la vida de los norteamericanos, pero llamando a los electores a emitir su voto por correo, a ejercer el voto ausente y el voto adelantado. El Presidente Trump ha lanzado la gente a la calle. Para las elecciones quiere que menos gente vote por correo. Y promueve, con sus convocatorias y mensajes, reuniones masivas, con el efecto real del contagio, y de muertes.

En el voto adelantado no se requiere una justificación por parte del votante, pero en algunos Estados se requiere que este voto se haga en persona en la Oficina local donde se reciben estos votos. También los ciudadanos norteamericanos pueden votar desde el extranjero.

La dificultad electoral mayor es que en los Estados Unidos cada Estado tiene sus propias reglas electorales, particulares, junto a estas formas nacionales de emitir el voto. Lo que es real es que el Coronavirus ha impuesto la necesidad de que todos los Estados acepten, y faciliten que los ciudadanos puedan emitir su voto en ausencia por medio de Correo.

El Servicio Postal en Estados Unidos es de lo más seguro, eficiente, y rápido que hay. Es un organismo federal independiente. Los delitos que se cometen en este servicio se consideran delitos federales. Su organización es de lo más efectivo, creíble y preciso. Por correo es usual que se hagan pagos y se envíen cheques de cualquier monto. Es tan importante y seguro el Servicio Postal que las direcciones en Estados Unidos se dan y reconocen por las que tiene establecido el sistema postal, en ese país, de la misma manera como operan las licencias de conducir para la identidad de las personas. El servicio de correos es de lo más valorado y sagrado de la vida cotidiana de los estadounidenses, y emplea casi un millón de personas.

Trump ha puesto en duda su credibilidad y confianza, diciendo que por correo lo que se planea es un “fraude por el voto universal”, con todo el propósito de sabotear las elecciones, su resultado. A ello ha agregado que el voto por correo será “catastrófico”, “que nunca se va a saber cuando acaba la elección”, “que el resultado de las lecciones no se va a conocer” en “meses o años” porque las “papeletas se van a desaparecer”, Incluso ha maniobrado con la intención de posponer las elecciones, lo que se ha señalado que constitucional y legalmente no puede hacer.

Los expertos en las votaciones norteamericanas señalan, por los estudios que se han hecho de esos procesos electorales, que la posibilidad de fraude, por voto presencial, es de un 0,0001%, y de voto por correo, es de un 0.0002%, lo que no altera en nada prácticamente ningún proceso electoral.

En su campaña contra el Servicio de Correos Trump ha debilitado sus fondos públicos, hizo despedir miles de trabajadores de esa institución, ha propuesto aumentar las tasas de envío de paquetes hasta un 400%, ha recortado el pago de horas extras, ha establecido interrupción de repartos de paquetes y correspondencia, ha retirado buzones de correos de las ciudades, ha retirado máquinas clasificadoras automáticas de correspondencia de algunas oficinas, y en forma deliberada ha llamado a perder la confianza pública en el servicio de correos, y hasta ha hablado de privatizar el servicio.

Ha nombrado un director en el Servicio de Correos que intencionalmente ha hecho que no funcione bien, con el efecto inmediato de que no puedan cumplir a cabalidad para el día de las elecciones con su trabajo postal, y afectar de esa manera a los votantes que, obligados por la Pandemia no quieren ir a emitir su voto en persona, pudiéndolo hacer por correo, y exigiendo que lo hagan presencialmente, a la par del envío de su voto por correo, provocando de previo, lo que sabe Trump, un atascamiento en el conteo de votos, para que eso, el resultado, en caso de ser parejo, o con poco margen de ventaja para Biden, el resultado que impugnará él, señalando fraude, pase finalmente a la Corte Suprema de Justicia, que tendría la última palabra en definir el resultado, como ya lo hizo, en contra del partido Demócrata, en procesos electorales atrás.

Trump domina, con jueces republicanos la mayoría de la Corte. La reciente muerte de la Jueza demócrata lo está haciendo correr para asegurar su sustitución antes del 3 de noviembre, y fortalecer más la mayoría de jueces republicanos y conservadores.

Esta es quizá la carta que está jugando Trump con más fuerza. Provocar tal incertidumbre en el resultado para que eso lo decida la Corte.

El elector norteamericano no tiene la cultura política electoral de los electores latinoamericanos o europeos. Es baja y por ello casi no se presentan a votar. La Pandemia es un desincentivo para presentarse en urnas, de allí la importancia del voto por correo. Por ello la lucha de Trump por debilitar el Servicio Postal y cuestionarlo desde ya, de antemano, de que es el vehículo del posible fraude que puede sufrir, sabiendo que las encuestas le colocan hasta en 10 puntos de desventaja con Biden, aunque tenga sus zonas fuertes de votantes, a las que motiva a movilizarse el 3 de noviembre. El mismo Trump tiene que usar el voto por correo porque tiene su inscripción electoral en Florida y no en Washington.

El impacto de la Pandemia en la población norteamericana es principalmente en la población pobre, hispana, negra y afroamericana. De todos estos sectores la afroamericana es la mayor afectada. ¿Por qué? Porque tienen las peores condiciones de salud, de habitación, forman parte del desempleo, por la segregación histórica que han sufrido que los ha alejado de las posibilidades reales de servicios públicos buenos y satisfactorios, porque no hay inversiones en las comunidades afroamericanas, por las inequidades sociales a que son sometidos, porque tienen menos seguros de salud, menos ingreso y menos ahorros, porque los trabajadores negros o afroamericanos se ven obligados a seguir trabajando en las calles, en empleos que se realizan en las calles, haciendo trabajos duros y pesados. En este sentido se ha cuestionado la calidad de datos, sobre la Pandemia, que el gobierno de Trump ha saboteado, que no son claros y son manipulados.

Situación similar a la de los afroamericanos sufren los latinos o hispanos en Estados Unidos. A esto suman los ilegales o indocumentados, en Estados Unidos, que son millones. La cifra de muertos en Estados Unidos la disputan latinos y negros. Por número de casos de enfermos los latinos llevan la delantera, seguidos de los negros. Los “blancos” de Estados Unidos representan poco menos del 25% del total de enfermos y de fallecidos.

En la composición poblacional de los Estados Unidos, sobre casi 330 millones de habitantes, 196 millones se consideran blancos, 62 millones hispanos, 48 millones negros y 24 millones de otros grupos étnicos. Entre los hispanos el 62% son mexicanos, 9% centroamericanos y 8 % portorriqueños.

En general, los daños colaterales de la pandemia son la pérdida de empleos, el subempleo, el incremento de trabajos informales, la reducción y pérdida de ingresos y de ahorros, quiebra y cierre de empresas, inseguridad, desatención de las enfermedades crónicas, se han interrumpido parcial o completamente servicios para el tratamiento de la hipertensión; para tratamiento de diabetes y complicaciones relacionadas con la diabetes; para el tratamiento del cáncer y para emergencias cardiovasculares entre otros daños.

Para el Presidente Trump su indiferencia frente al problema de la Pandemia en Estados Unidos, calza con su visión de limpieza étnica que puede ocurrir con la Pandemia, enseñoreándose con negros, afroamericanos, latinos, mexicanos, portorriqueños, estos dos últimos grupos a quienes ha venido atacando, y refiriéndose a ellos despectivamente, desde que asumió la Presidencia. La pandemia le puede disminuir población, no importa en cuanta cantidad de millones, si es necesario, si lo que mueren son negros, afroamericanos, latinos, mexicanos, portorriqueños, y pobres, sobre todo si mueren votantes de estos grupos poblacionales. El aumento de muertos en la población blanca significa apenas un 10%, mientras que en negros es un 32% y en latinos o hispanos un 45%.

A esto apuesta Trump, limpieza étnica como daño colateral de la Pandemia. Es su cifra oculta de muertos. La convocatoria a la apertura y obligatoriedad del curso lectivo, valorando a los maestros como “trabajadores esenciales”, y teniendo claro que los niños serán propagadores silenciosos del Coronavid. La Asociación de Maestros de Estados Unidos ha denunciado que los quieren poner a trabajar sin garantizarles los recursos y las protecciones necesarias para hacerlo de manera segura, sabiendo que los están exponiendo, a maestros y estudiantes, al contagio, la enfermedad y la muerte.

Para Trump el escenario inmediato es el de la mayor apertura en la vida social, económica y educativa de los Estados Unidos, más muertes de afroamericanos y latinos principalmente, menos votantes en contra suya, caos electoral, cuestionamiento de las elecciones por supuestos fraudes ante la Corte Suprema de Justicia, posibilidad de que le atribuyan su triunfo si ese estudio de las elecciones se diferencia por poco margen en favor de Biden… una manera discreta, al estilo Trump, de hacer una autogolpe de Estado para permanecer en el Gobierno…

De resultar así, para el mundo, Trump simbolizará la pandemia mundial de la desglobalización, en todas sus facetas si sigue insistiendo en la ruptura de los procesos globalizadores que se han venido estableciendo de manera especial después de 1990, y tratando de imponerse mundialmente como única potencia, destruyendo el multilateralismo que se ha gestado. En pocas semanas sabremos cuál es el camino a seguir.

(Artículo publicado en Wall Street International Magazine el miércoles 23 de setiembre del 2020 y compartido con SURCOS por el autor).

UCR: Científicos logran fondos para convertir el residuo de palma en un producto amigable con el ambiente

Economía circular y medio ambiente

El proyecto, seleccionado por el Micitt, pretende transformar un residuo contaminante de la agroindustria aceitera, como lo es el pinzote de palma, en biocarbón

La fibra de pinzote de palma aceitera es un residuo que, por su elevado volumen de producción, representa un contaminante importante en el país. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Un grupo de científicos liderados por la Dra. Cristina Chinchilla Soto, directora del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) de la Universidad de Costa Rica, generarán el conocimiento para convertir el pinzote de palma aceitera en biocarbón, un material de alto valor y amigable con el ambiente.

En Costa Rica la producción de palma aceitera se desarrolla principalmente en la región Brunca y es una actividad que plantea un gran reto de manejo de residuos agroindustriales. Según datos del año 2012, por cada 100 toneladas de producto de palma, se generan 22 toneladas de fibra de pinzote. Esto equivale a 245 000 toneladas al año, que es el peso aproximado de unos 7500 contenedores llenos.

Ante esta problemática, los científicos presentaron un proyecto de investigación que permitiría aportar una solución viable para el manejo de este residuo, que sea rentable y además beneficie al medio ambiente, favoreciendo una economía circular.

El proyecto denominado “BIOECODES: El BIOcarbón como estrategia de ECOnomía circular: valorización de residuos agroindustriales para la DEScarbonización y la protección de los recursos” logró obtener fondos del Programa de Proyectos de Investigación Aplicada del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) en el tema de Economía Circular y se extenderá por dos años.

Foto: UCR

¿Qué es el biocarbón o biochar?

El biocarbón o biochar es un material carbonáceo poroso, con propiedades físico-químicas adecuadas para el almacenamiento seguro y a largo plazo de carbón en el ambiente (cuando se incorpora al suelo). Se produce mediante un tratamiento térmico de biomasa denominado pirólisis que se realiza en ausencia de oxígeno a 600 °C como mínimo.

Sus características dependen tanto del material utilizado como materia prima como de las condiciones de pirólisis, señaló el Dr. Juan Salvador Chin, investigador del CICA-UCR quien en los últimos años ha estudiado su elaboración a partir de rastrojo de piña y otros residuos, así como el efecto de su adición al suelo. Foto tomada de: https://horti-generation.com/

Biocarbón y su efecto en los cultivos

El biocarbón se ha asociado a propiedades benéficas en el suelo en cuanto a fertilidad, estructura del suelo y retención de nutrientes como enmienda. Además, al aplicarlo en los terrenos de uso agrícola se aumenta el contenido de carbono de los suelos y se favorece la descarbonización de la actividad económica, según detalló la Dra. Cristina Chinchilla Soto, investigadora principal del proyecto y directora del CICA.

Con esta investigación se evaluarán los beneficios de aplicar el biocarbón específicamente en los suelos de cultivos de importancia para la zona sur como el maíz y el frijol, y en plántulas de palma aceitera. “Una de las principales preguntas que más nos interesa responder es cuál es el efecto del biocarbón sobre el rendimiento de estos cultivos, si va a funcionar en los suelos de la zona sur”, acotó la investigadora.

También se determinará su efecto sobre la retención de nitrógeno, agua y plaguicidas, en mezcla con dos tipos de suelo (arenoso y arcilloso), tanto en los laboratorios del CICA, en invernaderos del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) como en fincas ubicadas en Pejibaye de Pérez Zeledón.

La Dra. Chinchilla Soto, quien tiene amplia experiencia en proyectos que buscan la mejora en la productividad y eco-competitividad de los cultivos, señala que además es importante aprender cómo aplicar el biocarbón (que es un polvo muy fino) en las fincas, entender cómo se puede comportar, qué beneficios puede traer en estos cultivos y cómo puede llegar a integrarse dentro del sistema de producción.

Hacia una economía circular

Actualmente, las empresas productoras de aceite de palma compostan una parte de sus residuos de pinzote para usarlos como abono, también como restaurador de suelo o simplemente lo acumulan en grandes pilas mientras se descompone.

Esta investigación busca ofrecerles una estrategia viable para reducir y aprovechar esos residuos en un proceso que utiliza los recursos de forma eficiente, favoreciendo una economía circular. Para ello, se determinarán las condiciones óptimas para la producción del biocarbón utilizando hornos de estañón de bajo costo y se analizará la factibilidad económica de procesar dicho residuo a escala industrial.

Las expertas además analizarán los posibles efectos ambientales del uso del biocarbón elaborado a partir de pinzote, tales como el impacto sobre población microbiana, la ecotoxicidad (impacto en organismos vivos del suelo), la producción de lixiviados y la estimación de emisión de gases efecto invernadero, comparando el balance de emisiones de CO2 de la producción de biocarbón versus el manejo actual del residuo agroindustrial.

La producción de biocarbón ofrece otros beneficios ya que no solo permite secuestrar cantidades significativas de carbono a largo plazo en el suelo, sino que además puede aumentar la eficiencia en el uso del agua y de los nutrientes, regular el pH, retener plaguicidas y mejorar la productividad de los suelos. Por ello, se considera una de las Tecnologías de Emisión Negativas con mayor potencial para que el sector agrícola haga frente al cambio climático.

Investigación conjunta

Para la implementación de este proyecto, se ha conformado un equipo de trabajo multidisciplinario nacional e internacional, coordinado por el CICA-UCR, que incluye al TEC, el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA-MAG), el Centro de Investigaciones en Ecología y Aplicaciones Forestales de la Universidad Autónoma de Barcelona (CREAF-UAB) y la Agencia Certificadora Eco-LÓGICA.

“Este proyecto de BIOECODES viene a unificar a diferentes sectores del país que estaban trabajando en biocarbón. Las alianzas estratégicas tienen mucho potencial de éxito, eso hace que sea una confluencia de saberes” señala la docente e investigadora de la Escuela de Agronomía, M. Sc. Gabriela Soto, quien previamente trabajó en el Catie realizando investigación y ensayos en campo con este material.

Finalmente, como parte del proyecto BIOECODES, se analizará la factibilidad económica y de gestión de la producción de biocarbón con talleres de productores y procesadores de residuos agroindustriales. Además, se capacitará a técnicos del sector agrícola, productores y tomadores de decisiones sobre las ventajas de la producción y uso del biocarbón.

Equipo de investigación

  • Cristina Chinchilla Soto. Directora, CICA-UCR.
  • Juan Salvador Chin Pampillo. Coordinador, Laboratorio de Aplicaciones Isotópicas y Metabolismo de Contaminantes (Laimec), CICA-UCR.
  • Marta Eugenia Pérez Villanueva. Investigadora, Laimec-CICA.
  • Maria Gabriela Soto Muñoz. Docente, Escuela Agronomía e investigadora CICA-UCR. Agencia de Certificación Eco-LÓGICA.
  • Karolina Villagra Mendoza. Profesora, Escuela de Ingeniería Agrícola, Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC).
  • Laura María Brenes Alfaro. Coordinadora, Unidad de Investigación Socioambiental (ISA)- CICA.
  • Marco Vinicio Corrales. Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA-MAG)
  • Xavier Domene Casadesús. Investigador, CREAF-Universidad Autónoma de Barcelona.

 

Katzy O`neal Coto,
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

UNA ES RECONOCIDA A NIVEL IBEROAMERICANO POR SU APORTE EN LA DIFUSIÓN DE LA CIENCIA

La Televisión Educativa y Cultural Iberoamericana -ATEI, reconoce la divulgación de videos cortos producidos por la UNA, como parte de la Campaña UNA al Servicio de Costa Rica.

En el marco de los 3 años de creación del noticiario NCC Noticias Científicas y Culturales, que promueve la ATEI y se transmite a más de 200 medios y casi tres mil frecuencias radiofónicas, la UNA fue seleccionada entre las 10 instituciones que mayor aporte de producción brindó entre el 2019 y 2020.

Este 9 de agosto de 2020, en una ceremonia transmitida a nivel nacional en México (por Canal 22, el canal Cultural de México y Canal 44, de la Universidad de Guadalajara), así como por dos decenas de emisoras iberoamericanas que se sumaron a este evento, se reconocieron a las 10 instituciones que más participaciones tuvieron a lo largo del año 2019, 2020. En televisión se reconoció a Canal 22, TV UNAM y Canal 44 de México. Universidad Politécnica de Valencia y Universidad de Valencia de España. Directo Bogotá de la Universidad Javeriana de Colombia, al igual que a Canal Zoom de ese mismo país. Asimismo, a la Universidad Nacional de Costa Rica, Suyapa TV Básica de Honduras y el canal universitario de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en Argentina.

Gracias al soporte de la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas (ATEI), el noticiero se consolida como un espacio de alfabetización científica y tecnológica.

Durante su mensaje, el presidente de la ATEI y coordinador del NCC, Gabriel Torres Espinoza, aprovechó para reconocer la cooperación de los socios adherentes y aliados estratégicos del NCC pues con su participación: “contribuyen para la consecución de un tercer año de aquilatados éxitos en este proyecto que tiene como derrotero divulgar lo más relevante de la ciencia, la tecnología y la cultura”.

La Master Sylvia Arredondo Guevara, impulsora y coordinadora de la Campaña “UNA AL SERVICIO DE COSTA RICA”, la cual se produce desde la Vicerrectoría de Investigación de la UNA, manifestó que NCC Noticias es una vitrina internacional, para difundir e intercambiar los resultados de la investigación científica y dar a conocer a los protagonistas de estos procesos, como son las personas académicas e investigadoras comprometidas con el bienestar de la naturaleza y el ser humano.

“Las producciones de videos cortos de un minuto, que se emitieron en diversos medios y canales nacionales e internacionales, forman parte de una estrategia que permite dar a conocer el compromiso de los investigadores con la UNA y el país, así como su capacidad para innovar en situaciones particulares, para adoptar conocimientos aprendidos a las necesidades propias de nuestro desarrollo, para experimentar con métodos novedosos de análisis de la realidad, en aras de construir conocimiento nuevo y mejorar la calidad de vida de sus coterráneos”, acotó Arredondo.

El Master Efraín Cavallini Acuña, representante de la UNA ante la ATEI, comentó que la Universidad Nacional de Costa Rica por su carácter de entidad pública, renovó en el año 2018 su política institucional de investigación, dándole un mayor impulso a la difusión, comunicación y transferencia de los resultados y productos de la investigación científica que realiza la Universidad:

“Agradecemos al Noticiero Científico y Cultural de Iberoamérica de la Televisión Educativa y Cultural -ATEI, el abrirnos su espacio televisivo, para dar a conocer a nivel internacional, parte de la producción de mensajes de nuestros investigadores, por medio de campaña “UNA al Servicio de Costa Rica”, que devela los problemas fundamentales de la sociedad y trata de informar a ésta sobre el papel de la investigación universitaria, en aras de proponer alternativas de solución y abordaje de las necesidades de las diferentes poblaciones. Nos sentimos muy halagados de que nos hayan reconocido como una de las 10 instituciones socias más activas en compartir información científica y cultural”.

“UNA al Servicio de Costa Rica” produjo entre el 2018 y 2020 más de 135 videos cortos, de los cuales 17 producciones fueron transmitidas de agosto del 2019 a agosto del 2020 dentro de la programación del Noticiario Iberoamericano: (Enlace a los videos: https://www.youtube.com/playlist?list=PLt_PXLRaM4-HK9uud8wZDuCjU_0XQ-Osa)

En este Enlace se puede acceder a la transmisión de la inauguración del Tercer Aniversario
Noticiario Científico y Cultural Iberoamericano-NCC realizado el domingo 9 de agosto de 2020.

ENLACE: https://www.facebook.com/NCCIberoamerica/videos/422810588672132/

Más de 40 iniciativas provienen de la UCR en solidaridad con Costa Rica

Desde las facultades, laboratorios, institutos y centros de investigación universitarios germinan iniciativas científicas y tecnológicas que buscan fortalecer la lucha contra el COVID-19

En el campo de la innovación tecnológica, uno de los aportes de la UCR es el diseño y la construcción de prototipos de ventiladores y respiradores para atender a pacientes con COVID-19. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Nuestro país no sería el mismo si aquellas figuras visionarias que definieron la Constitución Política, hace 71 años, no hubiesen decidido invertir, prioritariamente, en la educación pública universitaria, para que de esa manera la formación de profesionales y el desarrollo de la ciencia fueran los pilares en los que se basa el progreso de Costa Rica.

Gracias a ese conocimiento universitario de calidad, miles de egresados de las universidades públicas han logrado impulsar el avance de todos los sectores de nuestra sociedad, tanto públicos como privados. Por ejemplo, en áreas como la industria y la producción de bienes y servicios, la innovación en aplicaciones tecnológicas, el desarrollo de construcciones de gran magnitud y otra que cobra especial relevancia en esta época: la salud.

Este 2020, vivimos en los embates de la pandemia por el COVID-19. Esta enfermedad ha cambiado nuestra cotidianidad y nos exige mantener un comportamiento solidario y empático, como vía para proteger la vida de todas las personas vulnerables ante el nuevo coronavirus.

Por eso, desde el inicio de esta emergencia sanitaria, la Universidad de Costa Rica (UCR) ha estado presente para aportar —mediante la ciencia, la tecnología y la innovación— proyectos que ofrezcan soluciones a la falta de dispositivos médicos, a la necesidad de obtener y procesar datos para facilitar la toma de decisiones de las autoridades, así como al faltante de opciones que ofrezcan alternativas confiables para recuperar a los pacientes, entre otros.

Aportes claves desde la academia

Más de 100 especialistas de todas las áreas del saber de la UCR se han unido en una labor multidisciplinaria para crear más de 40 iniciativas relacionadas con la pandemia actual.

Expertos en artes y letras, ciencias agroalimentarias, ciencias básicas, ciencias sociales, ingeniería y salud trabajan desde la investigación y de manera conjunta. El objetivo es crear opciones viables, que cuiden a quienes nos protegen del coronavirus y colaboren en la tarea de recuperar a los enfermos. Estos profesionales son el fruto de la educación pública universitaria.

Con 50 años de experiencia en la producción de antivenenos para combatir las mordeduras de serpientes, el Instituto Clodomiro Picado es uno de los centros de investigación de la UCR que ha colaborado en el desarrollo de dos medicamentos para tratar a personas enfermas con COVID-19. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Así, por ejemplo, entre los proyectos creados se encuentran los protectores faciales elaborados a partir de material biodegradable, que ofrecen mayor seguridad a profesionales en enfermería y medicina, policías y todos aquellos funcionarios que se encuentran en la primera línea de exposición frente al coronavirus; los ventiladores y respiradores para proporcionar asistencia a personas ingresadas en los hospitales; los hisopos necesarios para diagnosticar la enfermedad; la formulación de un medicamento a partir del plasma convaleciente de personas recuperadas; el desarrollo de modelos matemáticos para estudiar la dinámica de transmisión local del virus y que permiten a las autoridades del Ministerio de Salud tomar decisiones; y la creación de plataformas interactivas que reúnen y aportan datos importantes para definir estrategias relacionadas con la atención de la emergencia (véase Conozca cada uno de los aportes de la UCR en el marco de la pandemia).

“La naturaleza multidisciplinaria y transdisciplinaria de estos trabajos resulta esencial para completar de forma exitosa los objetivos de la UCR de mejorar la respuesta del país ante el COVID-19. En nuestro caso, hemos trabajado en identificar moléculas inhibidoras de un componente clave de los coronavirus, para poder crear drogas antivirales efectivas. Se trata de una de las iniciativas que pasaron por una evaluación científica rigurosa para recibir fondos del Espacio de Estudios Avanzados de la UCR (Ucrea)”, manifestó Francisco Siles Canales, profesor e investigador de la Escuela de Ingeniería Eléctrica, quien participa en el proyecto denominado Plataforma biocomputacional para la identificación de inhibidores de coronavirus.

Estas propuestas han visto la luz gracias a que se han unido los esfuerzos de la UCR, instituciones públicas, como la Caja Costarricense de Seguros Social (CCSS), y diversas empresas privadas, que han aportado el soporte tecnológico y logístico de forma solidaria para beneficio del territorio nacional.

“Hay que destacar la participación de actores externos a la Universidad en la gestión de estos proyectos. Son más de 49 empresas y emprendedores, así como entidades estatales que colaboran para cumplir estos propósitos. Parte de la visión que tiene la UCR es generar este conocimiento para que sea trasladado al sector industrial, el cual cuenta con la capacidad de masificar los resultados y ponerlos a disposición de las personas”, afirmó Marianela Cortes Muñoz, directora de la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova), de la UCR.

Finalmente, un aspecto importante de resaltar es que varios de estos proyectos han sido incluidos en el Repositorio de Derechos del COVID-19, el cual fue creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) e impulsado por el Gobierno de Costa Rica. El objetivo de esta iniciativa es compartir los datos, el conocimiento y la propiedad intelectual dentro del contexto de la pandemia, para que todos los países puedan buscar soluciones y salvar la vida de las personas infectadas por el SARS-CoV-2.

CONOZCA el detalle de las iniciativas UCR en el contexto de la pandemia por COVID-19

 

Otto Salas Murillo
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

La verdad en la ciencia y la política

Juan Huaylupo Alcázar[1]

La verdad en la ciencia es relativa, como lo es también en la política, aun cuando son totalmente distintas, porque los conocimientos científicos cambian como también lo hace la realidad en su peculiar dinamismo. En la política, o como vulgarmente se concibe a la actuación de los individuos vinculados con el poder estatal, también son verdades relativas, porque dependen de los criterios, intereses o posiciones adoptadas en determinadas coyunturas, pero esas pretendidas verdades no están sustentadas ni son comprobadas, como tampoco son fehacientes ni aceptadas por todos.

Esto es, en la construcción individualista de la verdad en la política, o de las opiniones, decisiones y acciones de los actores de la acción estatal en la sociedad, son arbitrarias y de ningún modo serán verdades para la ciencia, aun cuando afecten las realidades donde actúan. Estas características se corresponden con formas predominantes del poder estatal contemporáneo, son modos autocráticos del poder o, dicho de otro modo, no responden a intereses, necesidades o anhelos ciudadanos, por tanto, no son espacios sociales democráticos, son dictatoriales y están asociados a formas de poder del pasado, a un mundo donde no existían derechos igualitarios, ni existía ciudadanía.

La historia tiene continuidad en el tiempo, pero las significaciones de los acontecimientos se modifican, como cambian los sistemas sociales. Creer que las interpretaciones de las realidades son estáticas, a pesar de sus evidentes transformaciones y rupturas con el pasado, es un error.  La visión vulgar y mediática ha entendido la política, como el quehacer del tirano, al cual incluso se le califica absurdamente como líder, no como una ciencia que interrelaciona el quehacer estatal con el devenir de su sociedad civil.

Los autócratas del presente y del pasado han despreciado a los pobres, a los trabajadores, a los pueblos, a los hacedores de historia y constructores de culturas. Los que dan sustento al poder estatal y a la riqueza privada son, sin embargo, sacrificados por el sistema imperante y por los propietarios del capital, los cuales se han arrogado del bienestar, los recursos y la vida de personas y pueblos. Ellos agudizan su agresión, violencia y explotación en tiempos de crisis, no obstante, aceleran su desaparición, se suicidan asesinando, porque no son autosuficientes y porque no pueden vivir sin aquellos que desprecian. La ignorancia y estupidez del poder estatal y económico se exacerban con sus miedos. El presente no es una excepción, por el contrario, es una regularidad sistémica.

La verdad de los explotadores y autócratas, es la falsa conciencia del poder que les impide reconocer las evidencias de su responsabilidad en las peores iniquidades sociales, la degradación de la naturaleza y la liquidación del desarrollo, la democracia y la libertad.

[1] Catedrático en Administración Pública. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de Costa Rica.

Imagen: https://blog.oxfamintermon.org/que-es-la-ciudadania-en-un-mundo-global/

Clorito Picado como modelo de vida

Luko Hilje

Publicado originalmente en el año 2002, en la revista Manejo Integrado de Plagas (No. 64: 1-4), del CATIE.*

Introducción

Se puede decir que en Costa Rica, Clorito Picado tiene una presencia permanente en la vida cotidiana: es Benemérito de la Patria; su imagen aparece en los billetes de dos mil colones; un instituto para la investigación y producción de sueros antiofídicos, una clínica médica y un colegio públicos (el de Turrialba), así como el auditorio principal de la Universidad Nacional (UNA), portan su nombre; en esos lugares y en la Universidad de Costa Rica hay estatuas en su memoria; también llevan su nombre los galardones nacionales anuales en ciencia y tecnología; y hasta se le cita con cierta frecuencia en la prensa, aún casi 60 años después de su muerte, tanto en aspectos científicos, como filosóficos y políticos.

No obstante tal ubicuidad, son pocas las personas que realmente conocen sus múltiples, ricos y profundos aportes. Pero resulta aún más desconocido que Clorito hiciera importantes y pioneras contribuciones en el campo del manejo de plagas, que es lo que nos interesa resaltar en este artículo. Sin embargo, para comprender a cabalidad dichos aportes, es preciso contextualizar a este hombre excepcional, en el tiempo y el ambiente en que le correspondió vivir.

Un esbozo de su vida

El mejor recuento biográfico de Clorito, sumamente ameno por su gran calidad literaria y científica, fue escrito por el Dr. Manuel Picado Chacón, pariente suyo (Picado 1964). Es un texto proveniente del cerebro y mano de un verdadero enciclopedista, pues a la inédita mezcla de microbiólogo y economista que fue, él sumó sus destrezas como pintor, escultor, musicólogo, poeta, cuentista y ensayista. De ahí hemos tomado los datos necesarios para elaborar el siguiente esbozo biográfico.

El diminutivo Clorito, correspondiente al nombre Clodomiro, le fue adjudicado de por vida, debido a su pequeña y frágil complexión. Fue hijo único de un profesor de matemática, Clodomiro Picado Lara, y de la señora Carlota Twight Dengo, hija de don Enrique Twight, escocés y profesor de ciencias. Aunque ambos padres eran costarricenses, Clorito nació en San Marcos, en Jinotepe, el 17 de abril de 1887, pues su padre había sido contratado como profesor en Granada, Nicaragua.

A los tres años de edad regresó con su familia a Cartago, ciudad nativa de sus padres, cuando ya el abuelo había muerto. Sin embargo, los libros que éste dejó, sumados a la exuberante naturaleza de la zona, cuyos misterios lo cautivaron e invitaron a desentrañarlos, precozmente estimularon en él una fuerte inclinación hacia las ciencias naturales. Ahí realizó sus estudios primarios, y los secundarios en el vetusto y célebre Colegio San Luis Gonzaga, aunque para obtener el bachillerato de secundaria debió viajar a San José, la capital del país, al Liceo de Costa Rica. Brillante desde siempre, y cimentada su vocación hacia las ciencias naturales, recién graduado y con apenas 20 años de edad, fue contratado como profesor de dicha materia en el Colegio de su amada ciudad.

Sus sobresalientes méritos intelectuales justificaron que, muy pronto, sus colegas lo postularan para que recibiera una beca del Estado, y fue así como en 1908 partió hacia Francia. Allá obtuvo diplomas superiores en Zoología y Botánica en La Sorbona y, en 1913, el doctorado de la Universidad de París. Aunque su tesis doctoral versó sobre un tema de biología básica, como lo es la fauna asociada con plantas epífitas (“piñuelas” o bromeliáceas) en regiones tropicales, era evidente que tenía inquietudes científicas y sociales más amplias. Y ese mismo año, aún sin haber defendido su tesis doctoral, fue invitado a incorporarse como alumno en el Instituto Pasteur y en el Instituto de Medicina Colonial de París, donde al lado de prominentes sabios realizó estudios de serología, bacteriología y enfermedades tropicales.

Su regreso a Costa Rica, en 1914, marcó el inicio inmediato de la que sería una carrera incesante y fecunda de entrega a su patria y sus semejantes. Desde la dirección del Laboratorio de Análisis Clínicos en el Hospital San Juan de Dios, y después como profesor de enseñanza secundaria y universitaria, demostró ser muy versátil, incursionando en campos tan disímiles como la endocrinología, la hematología, la inmunología, los sueros antiofídicos, varios temas de salud pública, e incluso la agricultura.

Pero, a la vez, lejos del riesgo de ser superficial por abarcar tantos campos, Clorito resultó prolífico no solo por sus originales hallazgos científicos, sino también en soluciones prácticas a problemas cotidianos, ya fueran de salud pública o de producción agrícola. En medio de muy serias limitaciones de infraestructura para hacer ciencia, que él logró paliar gracias a su tenacidad, creatividad e inventiva, consolidó su inmensa obra.

Incluso hoy todavía se argumenta que, en realidad, él fue el descubridor de la penicilina, pues se anticipó al hallazgo del célebre Dr. Alexander Fleming en 1939. Desde 1923, Clorito había observado la destrucción de bacterias causada por sustancias emitidas por hongos del género Penicillium, las cuales aisló, describió y hasta utilizó para curar pacientes, como lo informó en el artículo Vacuna curativa no específica, publicado en 1927 en una revista de la Sociedad de Biología de París, el cual, evidentemente, fue ignorado por la comunidad científica universal.

Asimismo, además de su inmensa labor científica sensu stricto y su vasta producción en revistas científicas nacionales e internacionales, así como sus indisolubles vínculos con la ciencia francesa y universal, Clorito, humilde y noble, no olvidó el deber social de compartir su conocimiento con aquellos semejantes ajenos a los círculos académicos. Fue por ello que escribió con mucha frecuencia sobre temas científicos, siempre con palabras sencillas, tanto en la prensa como en revistas divulgativas.

Pero, en realidad, su compromiso fue mucho más allá. Su mente crítica y escéptica, sumada a su carácter irónico, fuerte, e incluso áspero, lo llevó a tomar, por escrito, posiciones valientes e indoblegables en temas de importancia social y económica, así como de política nacional e internacional; pero también hizo apreciaciones sobre arte y literatura, intereses que supo cultivar desde joven y que acrecentó en su contacto con la refinada cultura francesa, para convertirse así en un verdadero humanista y enciclopedista.

Sin embargo, como era de esperar, la dimensión cívica de Clorito, bastante inusitada en el mundo de las ciencias fácticas, le significó no solamente incomprensión, sino también ofensa y escarnio por parte de algunos detractores, pues contrariaba los convencionalismos de un medio más bien complaciente y anodino, como el costarricense, así como los intereses de ciertos sectores poderosos. Pero nunca se amedrentó. Murió, tras una prolongada enfermedad, el 16 de mayo de 1944, en compañía de su esposa, doña Margarita Umaña, y de su hijo adoptivo Mario Picado Umaña (destacado poeta nacional, ya fallecido). Sin embargo, a pesar de tal enfermedad, nunca dejó de asistir a su laboratorio, e incluso pocos días antes de morir, Clorito aún estaba activo con sus lúcidas opiniones por la prensa.

Por fortuna, para conocer y valorar estos aportes de Clorito, además del libro antes citado (Picado 1964), el cual incluye fragmentos de muchas de sus publicaciones, hoy contamos con un libro de gran valor analítico (Manzanal 1987) y con siete volúmenes de sus Obras completas (Picado 1988); éstas se publicaron para conmemorar el centenario de su nacimiento, gracias al enorme esfuerzo de un discípulo suyo, el Dr. Alfonso Trejos Willis (quien, lamentablemente, murió poco antes de la aparición de los libros), y de la Editorial Tecnológica de Costa Rica.

En lo personal, siempre he sentido una profunda admiración por esa vertiente cívica de Clorito. Por eso creo resumir cabalmente mis sentimientos en las siguientes palabras, publicadas al conmemorarse el centenario de su nacimiento (Hilje 1987): “Buscó un rincón, porque los escenarios mayores y las palestras estaban reservados para otros:  para los que hallaron formas fáciles de vivir a través de la política. Y ese fue un rincón portentoso, prodigioso, desde donde su luz y su voz no cesaron de brillar y resonar. Su silencio fue el del hacedor de ciencia, del creador, del sabio. Su sonoridad, la necesaria para enfrentar con dignidad y sentido de humanidad a los corruptos, los hipócritas, los pusilánimes y los déspotas. No fue, entonces, el científico timorato, presuntamente aséptico, tan común hoy, sino el hombre comprometido -en su amor y vocación por la verdad- con su ciencia y los problemas sociales de su tiempo, con la humanidad. Por eso fue que Clorito se hizo parte de la Patria”.

Sus aportes a la protección vegetal

Uno de los mejores intentos por ponderar la obra plural y multidimensional de Clorito aparece en el último volumen de sus Obras completas (Picado 1988), en el cual varios autores analizan, en artículos separados, dicha obra desde diversos ángulos disciplinarios (fisiopatología tiroidea, serpientes venenosas, salud pública, endocrinología, biología, agricultura, educación superior y literatura). Entre ellos, hay dos de gran interés para los propósitos de este artículo, escritos por un fitopatólogo (Gámez 1988) y un entomólogo (Jirón 1988), quienes identifican y valoran planteamientos y técnicas claramente relacionados con la protección vegetal.

Gámez (1988) se atreve a postular a Clorito como el primer fitopatólogo costarricense, resaltando sus aportes en el conocimiento detallado de enfermedades entonces novedosas, como la “helada” del frijol, debida a bacterias, y la “chasparria” del café, causada por hongos. Pero, sobre todo, destaca que Clorito supo transferir sus conocimientos de microbiología y endocrinología humanas para realizar hallazgos y propuestas muy originales, al demostrar que las plantas podían producir anticuerpos y, en tal medida, se abría la posibilidad de inmunizar los cultivos, para protegerlos contra enfermedades.

En otro campo, en su tesis doctoral ya era evidente el vasto conocimiento entomológico de Clorito, quien incluso descubrió entonces nuevas especies de insectos. A esto sumó sus aportes en el control biológico de las moscas de las frutas (Anastrepha spp.) y de la langosta migratoria Schistocerca piceifrons (= paranensis) (Jirón 1988). En el primer caso, sugirió su combate mediante el parasitoide Doryctobracon (= Diachasma) crawfordi, sobre el cual hizo valiosas observaciones de tipo básico y aplicado. En el segundo caso, realizó aplicaciones exitosas de la bacteria Coccobacillus acridiorum en la región de Guanacaste, para lo cual debió recurrir a su ingenio y hacer adaptaciones del método de inoculación de Herelle a ciertas condiciones de dicha región.

Estos hechos demuestran que a Clorito no le bastó con ser un científico de gran calibre en varios campos de la medicina humana, así como un hombre de refinada cultura y de pluma privilegiada, sino que también hizo aportes en la protección vegetal. Pero quizás lo más importante fue que, más allá de estos aportes concretos y valiosos en el campo de la fitoprotección, convirtió su obra en un modelo fehaciente de la interdependencia y conjunción del conocimiento básico con el aplicado, para contribuir en el desarrollo económico y social de su país. En nuestro ámbito de interés, supo capitalizar su vasto acervo científico para fusionar sabiamente el conocimiento biológico (básico) con el agronómico (aplicado), y así generar opciones tecnológicas que permitieran mejorar la producción agrícola del país.

En mi caso personal, debo mucho a esta figura cardinal que fue Clorito, pues ha dejado su impronta en mi vida. Recuerdo que, cuando comenzaba mi educación secundaria en el Liceo de San José, un día nos llevaron a la inauguración de la Clínica Periférica Dr. Clodomiro Picado, en el cantón de Tibás. A esa edad de adolescente, para mí ese fue un acto sin mayor trascendencia, y más bien largo y monótono, pero ¡cómo ignoraba yo -en medio del aburrimiento y la fatiga- el significado que Clorito tendría en mi vida profesional!

Fue cuando ingresé a la carrera de Biología en la Universidad de Costa Rica, en 1972, que de veras hallé a Clorito, y de manera más bien casual. Aunque afuera del edificio de la Escuela de Biología hay un inmenso busto de Clorito, tampoco había reparado en su vida ni su obra científica. Hasta ese entonces pensaba que yo sería un biólogo “puro”, y no tenía interés alguno en campos aplicados.

Pero fue justamente al tomar el curso de Historia natural de Costa Rica, bastante básico y enriquecedor, que me asignaron escribir una monografía y presentar un seminario. En esos días ayudaba a un hermano mayor que estudiaba Agronomía a preparar su colección entomológica, y me empecé a interesar por los insectos. Como en el patio de mi casa había un árbol de guayaba, del cual obteníamos larvas para criarlas hasta el estadio adulto, pensé que mi trabajo podría versar sobre el gusano de la guayaba (Anastrepha spp.). Cuando planteé el tema a mi profesor, Sergio Salas, me sugirió incluir aspectos de su control biológico, algo sobre lo cual nunca había escuchado nada.

Días después, ya inmerso en la biblioteca buscando información, quedé asombrado: ¡ahí estaba justo lo que buscaba! Hallé un pequeño artículo titulado Historia del gusano de la guayaba (publicado en 1920) que, en palabras sencillas y con abundantes ilustraciones, relataba numerosos aspectos de la historia natural de dichas plagas, así como de su control biológico mediante el parasitoide antes mencionado. Leí y releí ese texto, deslumbrado ante tantas cosas maravillosas y potencialmente útiles para la agricultura. Entusiasmado, en mi casa establecí crías rústicas de las moscas, esperando hallar parasitoides. Y si bien es cierto que nunca los encontré, en aquel momento hallé algo mucho más significativo y profundo: mi vocación definitiva por el manejo de plagas.

Decidí entonces que me especializaría en el manejo de plagas. Pero como en nuestra Escuela, obviamente, no había cursos aplicados, me matriculé en cursos optativos de las facultades de Agronomía y Microbiología, para acercarme así a la formación que deseaba. Y posteriormente, al concluir mi carrera en 1975, tuve la fortuna de obtener una beca de la Organización de Estados Americanos (OEA) para tomar un curso internacional de Control biológico de insectos, por varias semanas, en Tapachula, México. Esto reafirmó mis convicciones y expectativas. Ya después vendría la oportunidad de culminar mis anhelos, al realizar estudios de doctorado en manejo de plagas en el prestigioso campus de Riverside, de la Universidad de California, y regresar a mi patria para ejercer en dicho campo, primero en la UNA y hoy en el CATIE.

Colofón

Con los años, tuve la fortuna de acrecentar mi conocimiento sobre Clorito, al aumentar mis lecturas de su obra, y conocer y conversar con personas que lo trataron de cerca. Entre ellas sobresalió el amado Dr. Trejos Willis, quien fue un cabal discípulo de su maestro, no solo por sus notables aportes científicos, sino también por su honestidad y amor al prójimo, así como por la valentía y gallardía con la que defendió causas plenas de justicia social y de reivindicación nacional.

A su manera, él fue el relevo de su querido mentor. Y, de hecho, conocer a profundidad a don Alfonso fue lo que me inspiró para escribir las siguientes palabras en el artículo antes aludido (Hilje 1987): “Y si bien la figura de Clorito es paradigmática, simbólica, debemos cuidarnos de convertirlo en ícono, en santo acartonado, en mero objeto de ceremonias. Sí debemos portar y avivar en nosotros la pequeña llama de su actitud vital y convertir sus enseñanzas en una forma de vivir, de asumir la vida como científicos y ciudadanos, especialmente en tiempos en que nuestra identidad como pueblo parece desvanecerse entre la manipulación, la indolencia y el desaliento”.

Es decir, el legado científico y cívico de Clorito sigue vivo, y lo estará siempre y cuando sepamos inculcar en las nuevas generaciones de investigadores agrícolas las actitudes que él cultivó en abundancia: el apego a la verdad científica, y la generosidad y compromiso con sus semejantes más humildes.

Referencias

Gámez, R. 1988. Una apreciación de la contribución de Clodomiro Picado a la patología vegetal. In Obras completas (Picado, C.). Vol. 7. Editorial Tecnológica de Costa Rica. Instituto Tecnológico de Costa Rica. Cartago, Costa Rica. p. 159-167.

Hilje, 1987. Donde está Clorito. Semanario Universidad No. 771. 30-IV-87. p. 4.

Jirón, L.F. 1988. El Dr. Clodomiro Picado y la agricultura en Costa Rica. In Obras completas (Picado, C.). Vol. 7. Editorial Tecnológica de Costa Rica. Instituto Tecnológico de Costa Rica. Cartago, Costa Rica. p. 168-171.

Manzanal, S. 1987. Filosofía y ciencia en Clodomiro Picado Twight. Editorial Universidad Estatal a Distancia. San José, Costa Rica. 181 p.

Picado, M. 1964. Vida y obra del doctor Clodomiro Picado T. Editorial Costa Rica. San José, Costa Rica. 286 p.

Picado, C. 1988. Obras completas. 7 v. Editorial Tecnológica de Costa Rica. Instituto Tecnológico de Costa Rica. Cartago, Costa Rica.

* Compartido con SURCOS por el autor.

Foto de cabecera: Semanario Universidad.

Red internacional se propone mejorar la visibilidad los resultados del trabajo académico no solo en la región sino también a nivel mundial

Día con día las instituciones públicas se proponen mejorar la visibilidad de los resultados de su trabajo académico, con el fin de que la ciencia que se genera sea cada vez mejor reconocida, y que su personal académico pueda ser leído en otras latitudes.

El pasado 30 de octubre, la Universidad Nacional (UNA), fue sede la inauguración de la reunión anual de LA Referencia, la red latinoamericana de repositorios de acceso abierto a la ciencia, cuyo fin es dar visibilidad a la producción científica de las instituciones de educación superior e investigación, principalmente a aquellos resultados que son financiados con fondos públicos.

“Aún nos queda mucho camino por recorrer. En particular la importancia y la necesidad de establecer procedimientos y políticas cada vez más claras y específicas para que la producción académica responda a estándares de acceso abierto, y nuestras revistas, que no tienen costo alguno para sus autores aumenten su visibilidad internacional”, dijo Daniel Rueda, vicerrector de Investigación de la UNA.

En este encuentro, que contó con el apoyo del Consejo Nacional de Rectores de Costa Rica, participan representantes de organismos de Ciencia y Tecnología de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay. También referentes y autoridades de COAR, DuraSpace, Google Scholar, OpenAIRE, RedCLARA y Unesco.

“Es muy importante que nos encontremos en Costa Rica por la participación activa que tiene el país en LA Referencia, y también por la oportunidad de tener a todos los países que forman parte de la red reunidos intercambiando experiencias y compromisos para que la red tenga proyección, y que hagamos juntos que la ciencia de América Latina sea más visible, no solamente en nuestra región sino en todo el mundo”, detalló Bianca Amaro, presidenta de LA Referencia.

A largo de los cuatro días que durará el encuentro se realizarán además distintos workshops y mesas de trabajo entre las que podemos detallar el Workshop Técnico OpenAIRE – LA Referencia; el Taller DSpace 7. Duraspace – LA Referencia – COAR y la Tercera reunión de Consorcios LATAM y el Caribe. En este marco también se celebrará la reunión del Consejo de LA Referencia.

LA Referencia se reúne cada año para profundizar políticas de Acceso Abierto al conocimiento, dar a conocer los avances tecnológicos de la plataforma de búsqueda y recuperación de documentos científicos, capacitar a sus países miembros y promover acuerdos con el fin de potenciar la visibilidad de la ciencia regional.

Para más información comuníquese con la Oficina de Comunicación al 2277-3066 o visite nuestra plataforma de noticias UNA Comunica www.unacomunica.una.ac.cr

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Enviado por UNA Comunicación.

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UCR: Innovar es la clave para alimentar a la población mundial del futuro

  • VI Congreso CITA-UCR 2019

  • La ciencia y la tecnología de alimentos asumen el reto de llevar alimentos nutritivos, seguros y sostenibles a la humanidad

Belén Vargas y Valentina Sánchez podrían ser las científicas de alimentos del futuro. Ellas aprendieron sobre la forma en que funciona la acidez o alcalinidad de los alimentos, gracias al taller «Vivamos la Ciencia» en la sede del Atlántico. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Alimentar a 10 billones de personas en el año 2050, con alimentos seguros, nutritivos y sostenibles, es uno de los grandes retos que enfrentará la humanidad en los próximos 30 años. Para lograrlo, la ciencia y la tecnología de alimentos avanza decididamente hacia una era de innovación donde los aportes de científicos, emprendedores y agroindustriales son esenciales.

Por eso, universidades, empresas y organizaciones trabajan de manera conjunta a nivel nacional, regional e internacional buscando alternativas, innovando y creando nuevos productos que satisfagan las necesidades de alimentación de las personas y contribuyan a la sostenibilidad ambiental de hoy y de mañana.

Con este objetivo, representantes de las más importantes organizaciones de este sector se dieron cita en Costa Rica para intercambiar conocimientos y trazar su norte en el VI Congreso Internacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos, organizado por el Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA) de la Universidad de Costa Rica. El evento se realizó del 17 al 19 de setiembre de 2019.

La Dra. Carmela Velázquez, Directora del CITA-UCR, señaló que a través de este congreso se propone “dinamizar el sector agroalimentario construyendo espacios para interactuar, compartir conocimiento y crear vínculos que nos permitan seguir descubriendo nuevas oportunidades e impulsar soluciones en el área de la ciencia y tecnología de alimentos”. Foto: Anel Kenjekeeva.

Profesionales de los alimentos

En el pasado, «gracias a la ciencia de alimentos logramos procesar y conservar los comestibles para hacerlos accesibles, nutritivos e inocuos para toda la población mundial». En el futuro, esta será la disciplina sin la cual no podrá solventarse el reto de la alimentación mundial, recalcó la Licda. Ana María Quirós, presidenta de la Asociación de Tecnología Alimentaria de Costa Rica (Ascota).

“El rol del profesional en ciencia y tecnología de alimentos resulta esencial para cumplir este desafío. Tenemos la tarea de producir alimentos que sean nutritivos para una población mundial en la que se encuentran personas desnutridas y otras con obesidad. Además, debemos producir alimentos sostenibles que ayuden a conservar el estado natural de nuestros recursos e, incluso, somos los responsables de alimentar a la tripulación que explorará Marte en los próximos años”, acotó Quirós.

Además de nutrirse de los avances tecnológicos, la enorme tarea de generar alimentos inocuos, nutritivos y sostenibles para la población, solo se puede lograr a través de alianzas interinstitucionales e intersectoriales en el ámbito nacional e internacional, entre lo público y lo privado, según señaló la Dra. Carmela Velázquez.

“En nuestro espacio en particular, las instituciones gestoras del conocimiento debemos mantener un vínculo muy cercano con los diferentes sectores de la sociedad, desde la sociedad civil y los pequeños productores agroalimentarios hasta la industria productora y comercializadora de alimentos”, acotó la experta.

“Día a día, en los laboratorios de investigación y desarrollo, los profesionales de la ciencia de alimentos nos deslumbran innovando con nuevos sabores, colores y con combinaciones más nutritivas”, Ana María Quirós, presidenta de la Ascota. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

El futuro está aquí

Como invitada principal del evento, Pam Coleman, presidenta del Instituto de Tecnólogos de Alimentos (IFT, por sus siglas en inglés), impartió la conferencia “Feeding minds for tomorrow’s world”, en la cual planteó los principales desafíos que enfrenta este sector, así como las estrategias y herramientas que les permitirán afrontar los retos para alimentar a la población en las próximas décadas.

La experta, con más de 30 años de experiencia en este campo, advirtió que en el futuro cercano, los sistemas alimentarios se enfrentarán al aumento de la población mundial. La mayor parte de las personas (68 %) vivirán concentradas en las ciudades, esto hará más complejo el suministro de alimentos. Además, se acentuarán los problemas de salud como el manejo de peso y la obesidad, que hoy en día ya afectan a millones de personas en el mundo.

Para Coleman, la biotecnología, la inteligencia artificial y las ciencias de la información serán vitales para lograr sistemas productivos más eficientes y evitar el desperdicio de alimentos. Otros avances también abren nuevas posibilidades para responder al reto. Por ejemplo, el secuenciamiento del genoma humano (que puede ser utilizado para identificar enfermedades relacionadas con la alimentación), así como la modificación genética con CRISPER/CAS9 (que podría emplearse para el mejoramiento de los alimentos).

Innovación en Costa Rica

Durante el IV Congreso de Ciencia y Tecnología de Alimentos, el vínculo con la industria se hizo evidente por medio del concurso “Emprendimientos: pasión, valentía y perseverancia”, coorganizado por la Agencia AUGE y Proinnova de la UCR. El certamen mostró los logros de tres proyectos liderados por mujeres profesionales y emprendedoras, que ofrecen soluciones a las necesidades de los consumidores de hoy.

Las finalistas fueron Caffre, embutidos de búfalo bajos en grasa; Eureka Foods, con sus waffles libres de gluten que ya están disponibles en el mercado nacional, gimnasios, hospitales y centros empresariales; y Veiks Food Lab, una escuela de cocina para personas veganas que buscan ideas y acompañamiento para llevar una dieta saludable.

En el congreso también se premió a los finalistas del concurso IFT-Ascota Food Industry Innovation Award, que destacó los esfuerzos de la industria alimentaria costarricense por ofrecer opciones a la medida de los consumidores, bajo modelos de negocio exitosos. En este concurso, se otorgó una mención de honor a FIFCO, por su cerveza Imperial Ultra, baja en calorías, y a Dos Pinos, por su leche con alto contenido de proteínas.

El ingeniero de alimentos José Rafael González Méndez, graduado de la UCR, representa a Vegetales Fresquita, empresa que obtuvo el premio a la innovación Food Industry Innovation Award, por lograr un empaque compostable que mantiene frescas las ensaladas. Foto: Anel Kenjekeeva.

El premio fue para Vegetales Fresquita, una empresa que emplea a 250 personas y trae al mercado una novedosa propuesta de vegetales empacados en bolsas de ácido polilático (PLA), un material compostable que la misma empresa se encarga de importar, recuperar y compostar. Con esta iniciativa, representará a Costa Rica en la prestigiosa organización Institute of Food Technologists (IFT).

Luis Jiménez Silva, director de la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento de la Universidad de Costa Rica (AUGE), resaltó que los proyectos alimentarios ocupan el segundo lugar de importancia en la cartera de AUGE, pues es uno de los sectores que brinda mayores oportunidades para la innovación y el emprendimiento.

Conocimiento al servicio de la sociedad

En el marco del congreso se realizaron las II Jornadas Internacionales de Alérgenos en Alimentos JIAA2019, organizadas por el CITA-UCR y la Plataforma de Alérgenos en Alimentos de Argentina. Allí, se abordaron temas como legislación y etiquetado, desarrollo de productos hipoalergénicos, necesidades de los consumidores, análisis de riesgos e innovaciones en las técnicas analíticas de detección y cuantificación.

El IV Congreso de Ciencia y Tecnología de Alimentos contó con la participación de 450 personas de 16 países, entre ellos, expertos, profesionales, estudiantes y representantes de la industria. La actividad se realizó en el marco del 45 aniversario del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA-UCR). Foto: Anel Kenjekeeva.

En este encuentro, se presentaron 55 trabajos académicos en formato oral y 56 en formato de e-Posters. Asimismo, expertos en diversos campos compartieron nuevos conocimientos, innovaciones y resultados de investigaciones, mediante la presentación de 16 exposiciones plenarias sobre temas como la inocuidad de alimentos, análisis de riesgo, innovación en procesamiento y aplicaciones de la microbiología y biotecnología.

Igualmente, se dieron a conocer las nuevas tendencias en alimentos funcionales, con temáticas específicas en perfiles de frutas, fibra alimentaria de leguminosas, microbiota intestinal y salud, aplicación de la luz ultravioleta para la conservación de alimentos; además de abordar el tema de las moléculas de alto valor funcional como carotenoides, polifenoles, fibras alimentaria, entre otros.

 

Katzy O`neal Coto

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR promueve inserción de las mujeres en la ciencia y la tecnología

Eduardo Muñoz Sequeira

Vicerrectoría de Acción Social

La Semana de la Mujer en la Ciencia y la Tecnología surgió en el año 2017, en el marco del Día Internacional de las Mujeres, como una forma de incentivar la inserción de colegialas en los campos de las ciencias y las tecnologías. Foto archivo ODI.

Pese a que existen pocas estadísticas que reflejen de manera fidedigna la exclusión de las mujeres en los campos científicos y tecnológicos, las existentes sí revelan que la brecha de género es uno de los pendientes en todos los países.

Por ello, la Universidad de Costa Rica (UCR), mediante la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) se propone consolidar la Semana de la Mujer en la Ciencia y la Tecnología como un espacio para motivar a estudiantes de secundaria para su ingreso a carreras universitarias en esos campos.

Este año, por tercera vez, mujeres adolescentes recorrerán cuatro relevantes laboratorios de investigación universitarios, asistirán a conferencias y evacuarán dudas a lo largo del recorrido con las personas organizadoras de estas actividades. Este tercer año las invitadas provienen de los colegios Anastasio Alfaro y Superior de Señoritas.

La III Semana de la Mujer en la Ciencia y la Tecnología programó las visitas a los laboratorios de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme-UCR), el de Reconocimiento de Patrones y Sistemas Inteligentes (Pris-Lab), el ProtoLab, y el de investigación en Robots Autónomos y Sistemas Cognitivos (ArcosLab).

La participación de las mujeres en las carreras universitarias relacionadas con las ciencias básicas, tecnologías, ingenierías y matemáticas sigue siendo significativamente menor. Este un fenómeno que sigue restringiendo su vinculación a esos campos laborales. Foto archivo ODI.

Para los recorridos se contará con el apoyo del personal docente de esos colegios y de funcionarios universitarios que serán guías durante las visitas. El primer grupo será recibido el día martes 19 de marzo, y el segundo el jueves 21 de marzo.

El Observatorio Laboral de Profesiones, del Consejo Nacional de Rectores (Conare) ha advertido que de las carreras de las áreas de las ciencias básicas y tecnologías impartidas por las universidades públicas, solo el 32% de las estudiantes son mujeres Datos del último Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, editado por el programa Estado de la Nación, confirma dicha situación al citar que de los 34 mejores perfiles profesionales del país, solo 3 corresponden a científicas.

Adicionalmente, según la Vicerrectoría de Investigación de la UCR, a enero del año 2018, la brecha de género es mayor según los grados académicos del personal adscrito a proyectos. Mientras que existe paridad entre los bachilleres universitarios, al comparar a aquellas personas con doctorados la diferencia aumenta significativamente, sumando un 66% para investigadores hombres y 34% para las mujeres.

Para la Organización de Naciones Unidas (ONU), el uso y creación de tecnologías diseñada por mujeres para abordar los obstáculos persistentes que las limitan pueden impulsar la carrera por la igualdad de género, uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La Dra. Henriette Raventós dictará una charla a estudiantes del Colegio Superior de Señorita el día jueves 21 de marzo. Foto tomada del Semanario Universidad.

La ONU exhorta a los países a emprender iniciativas para lograr la paridad en los campos educativo y científico, ya que de mantenerse la actual tendencia no se logrará la meta establecida para el año 2030.

Charlas científicas

El martes 19 de marzo, a las 9:30 a.m. la Dra. Marcela Hernández Jiménez compartirá con estudiantes del Liceo Anastasio Alfaro. Al igual que otros años, la idea es motivar a las colegiales a que se incorporen al mundo científico.

La Dra. Hernández es profesora de la Escuela de Física e investigadora en el Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima-UCR). Entre sus líneas de trabajo están el análisis de las propiedades ópticas de escarabajos autóctonos del territorio costarricense con el objetivo de diseñar un material inspirado en la biodiversidad costarricense.

Para el jueves 21 de marzo, la Dra. Henriette Raventós Vorst acompañará a las jóvenes del Colegio Superior de Señoritas. Ella es profesora e investigadora de la Sección de Genética de la Escuela de Biología, e investigadora del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM). Además, es integrante de la junta directiva de la Sociedad Internacional de Psiquiatría Genética.

Felícitas Chaverri Matamoros fue la primera profesional de las ciencias médicas graduada en el país el 23 de noviembre de 1917. Ella abrió el camino para otras mujeres que le siguieron los pasos en la educación superior científica.

Las doctoras Hernández y Raventós son parte de la organización 500 Científicas, una entidad sin fines de lucro conformada por estudiantes, académicas y profesionales en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Incluye a costarricenses que habitan dentro y fuera del territorio nacional; así como las extranjeras residentes en Costa Rica. Este es un colectivo parte de 500 Women Scientists, una instancia internacional que agrupa a 20,000 mujeres en más de 100 países.

 

Información generada desde la Vicerrectoría de Acción Social, UCR.

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