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Etiqueta: femicidios

Noviembre sacudió la jaula del jaguar

Partido Vanguardia Popular – PVP
Fundado 16 de junio de 1931

Recientemente publicamos un artículo sobre las diferentes formas que asume la protesta social. Concluimos en esa oportunidad que protestar es un derecho y que criminalizar la protesta es un delito.

Arribamos, de igual forma, a otra conclusión general, son múltiples los diferentes tipos de protesta social y que, dependiendo de los objetivos, el grado de conciencia de clase y el carácter de la lucha, así será la radiografía de dicho movimiento.

La diversidad y tipos nos asombra cuando tiramos un ojito a la protesta social a nivel mundial y las particulares formas que asumen los diferentes movimientos: Pacíficas, performance, acción de masas, legales, marchas, “mecateos”, sentadas, bloqueos, tortuguismo, limpia de la bandera. Por eso se nos hace muy difícil poder consignar un número y tipo exacto de las formas que asume la protesta social. expresar demandas. El reclamo para mejoras y cambios profundo forman parte de la demanda general de la protesta.

Una acción radical en la protesta social, pueda que no se haya planificado, solo existe y se da en tanto la represión acelera sus mecanismos represivos.

Todo el preámbulo anterior nos sirve para indicar tal y como lo consignamos en el título que noviembre sacudió la jaula del jaguar. No es para menos.

Enquistado en su guarida, tiembla el Jaguaro en su resaca de angustias. Posiblemente la consigna que sacudía el ambiente, no le agradaba para nada: “Chaves es frágil”.

8 de noviembre, conocido ya en la narrativa como el 8 N, rememora la lucha popular en defensa de la Caja Costarricense del Seguro Social que terminó con una reprimen da salvaje de los cuerpos represivos, judicialización y criminalización de muchos ciudadanos que habían marchado pacíficamente, reivindicando el papel de esta histórica y emblemática institución que es la Caja.

11 de noviembre, “el chop suey”, por todo los ingredientes que le agregaron los marchistas, se le hizo indigerible al Jaguar. Su decolorado ministro de la represión, en un nuevo acto de matonismo-fascista, mandó a reprimir a las y los campesinos que apoteósicamente habían llenado la Avenida Central y marchaban hacia la casa Presidencial. Más de 57 organizaciones sociales al grito de la soberanía alimentaria y la exigencia de que se respete al sector productivo, dio un giro muy hermoso al carácter de las últimas jornadas de la protesta social.

25 de noviembre, la rebelión de las mariposas sacuden de nuevo la calma del Jaguar, y el recuerdo de las hermanas Mirabal nos viene en forma de fantasma contestatario. Un gobierno que ha llamado al odio, la confrontación, que desde su chou (shou) mediático y sus poses de misoginia, no le terminan por caer bien estas multitudinarias marchas. Como tampoco caen bien los datos de los femicidios y el círculo de violencia que abraza a nuestro país.

26 de noviembre, bandas juveniles, mascaradas, comparsas, bailes folclóricos, varias consignas que rasgaban el aire, tales como: “Por un salario justo y digno”, “incremento salarial ya” y un sin número de organizaciones sindicales y magisteriales, sacudieron la apacible Avenida Central, sus ecos resonaron en el ministerio de Hacienda y el pliego de peticiones se hizo grande en la estrecha mente del mandatario.

SIPREESCO, ANDE, APSE, ADEP, COLYPRO, SEC, UNDECA, UMN, ANEP, CMTC, SINAPRO Y Afines, JUPEMA, ANPE, SINPAE, PRT, FA, SIPROCIMECA, MUNICIPALIDAD DE SAN JOSÉ, OCCIDENTE EN ACCIÓN SINFUMEP, UCEPA, SINTAF, ASOCIACIÓN DE CONTRIBUYENTE JUBILADOS, FEDERACIÓN DE TRABAJADORES COSTARRICENSE DEE LA SEGURIDAD SOCIAL, SINDICATO DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS Y PRIVADOS DE COSTA RICA, COLECTIVOS FEMINISTAS Y LGTBIQ+, y decenas de organizaciones más, que nos fue imposible registrar por lo apoteósico de la marcha, son parte del testimonio vivo de que, el mes de noviembre alumbra una posible navidad combativa. “nos tienen miedo, porque perdimos el miedo”.

El pueblo está cansado de amenazas, el pueblo no quiere el autocratismo ni el matonismo de Zapote. A la clase obrera se respeta y en especial a las mujeres.

Los viejos machos como prototipos de los western de Hollywood, señor presidente, son solo referentes de los viejos celuloides. Por favor toque la realidad y deje de crear división y odio en un pueblo que ama sus instituciones y la democracia.

Tejiendo el discurso del odio

José Manuel Arroyo Gutiérrez

         Quien ocupa la Presidencia de la República es el ciudadano número uno. Como lo llamaban los latinos, se trata de un primus inter parís, alguien que ocupa temporalmente la magistratura más relevante en el ordenamiento republicano. Alguien que goza del privilegio de ocupar esa alta posición, gracias a la confianza que le ha depositado la mayoría de sus conciudadanos. Por este mismo motivo, es alguien a quien hay que exigir la máxima diligencia y prudencia en todas sus actuaciones, debe rendirnos cuentas y enfrentar las consecuencias de sus errores y conductas indebidas.     Llama la atención que cuando el Presidente en ejercicio quiere descalificar a alguno de sus críticos, opositores u otros personajes de relevancia nacional con los que busca confrontación, finge no acordarse de sus nombres, pretendiendo con ello evidenciar una supuesta irrelevancia o insignificancia, frente a su mayestática figura. Lo ha hecho con rectores universitarios, diputados –y sobre todo con diputadas- de la Asamblea Legislativa, líderes gremiales o deportivos y, recientemente, hasta con el Arzobispo de San José.

         Esta manera de emitir un mensaje se realiza desde una prepotencia que, en el personaje aludido, parece inevitable. Es así como ataca y se defiende; es así como cree impactar –y a lo mejor lo logra- en el auditorio que le presta atención. Pero lo cierto es que este recurso a reducir a la mínima expresión al adversario, es parte de la trama con que se teje el discurso del odio. Se pretende deshumanizar, reducir al “otro” u “otra” a la categoría de insecto. Se destroza con ello no sólo un valor elemental de convivencia, sino que de paso se hace añicos el principio constitucional de igualdad en una democracia. Desde el punto de vista estrictamente lógico, se cae en la falacia de la irrelevancia: cualquier cosa que usted diga carece de importancia porque usted no es nadie, es un ser irrelevante. El Presidente, mediante este mecanismo espurio, argumenta sólo en apariencia y evade contestar el contenido de las críticas.

         A estas alturas no debe caber gran duda de que el clima de violencia generalizada que impera en plazas y carreteras; en el aumento de la violencia contra las mujeres expresada sobre todo en los femicidios; las amenazas de bombas o incursiones armadas a centros universitarios públicos; y los ataques personales –ya concretados- a funcionarios de cierto rango, son producto de ese discurso de odio proferido desde la más alta magistratura. Hablo en serio cuando digo que la instigación, como concepto técnico jurídico-penal, puede dar para responsabilizar de hechos delictivos cometidos por termocéfalos que han entendido, perfectamente bien, cuáles son las instrucciones a acatar.  Aquí lo dejo para saber si, teniendo que establecer responsabilidades penales por lo que está sucediendo, habrá fiscales y jueces capaces de innovar en un campo que lo exige, dada la nueva dinámica social en el mundo de la comunicación de masas y las posverdades.

Marcha por femicidios, derecho a decidir y solidaridad internacional

● 126 femicidios durante presente administración, con una crueldad sin precedentes

● La institucionalidad costarricense enfrenta debilitamiento del INAMU, la CCSS, y la educación pública

● Las organizaciones apelan a verdad, justicia, autonomía y dignidad

25 de noviembre de 2025, San José, Costa Rica. Con motivo del 25 de noviembre en que se conmemora el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres se convocaron movilizaciones en San José, Liberia, Atenas, San Ramón, Cartago, y Limón, que se estima alcanzarán una cifra histórica de asistencia. Las colectivas feministas, organizaciones sociales y aliadas caminarán juntas para honrar a las víctimas de femicidio, en solidaridad con todas las mujeres y niñas que viven violencia y con ello denunciar el grave retroceso de derechos durante el actual gobierno

Las consignas elegidas para la marcha del 2025 son:

  1. Marchamos porque esta administración acumula 126 femicidios y se niega a declarar emergencia nacional.

  2. Marchamos por el aborto legal y el derecho a decidir.

  3. Marchamos en solidaridad con las mujeres y el pueblo palestino, exigiendo que Costa Rica rompa relaciones con Israel y rechace el TLC.

La activista Sylvia Mesa, aclaró que “considerando que en el 2025 ha habido 64 muertes violentas intencionadas, algunas en proceso de revisión si fueron femicidios, puede concluirse que cada 5 días hay una muerte violenta de una mujer”.

Por su parte Xavier Sánchez de Familias sobreviviendo al Femicidio adujo que: “Las cifras muestran la magnitud del problema, pero detrás de cada número había una mujer con familia, sueños y afectos, que nos fue arrebatada de la forma más terrible”.

En años anteriores han marchado por la Avenida Central hasta 10 mil feministas. La organización invita a todas las mujeres, familias, agrupaciones y aliadas a sumarse a esta jornada histórica. “Presentamos nuestro manifiesto nacional, que recoge las luchas y urgencias de mujeres, personas queer y no binaries de múltiples territorios y trabajadoras” explicó Paola Zeledón, representante de la organización.

Cada organización se aglutina por un tema en común y tendrán representaciones artísticas, vocerías e insignias que comprenden el decálogo de alertas:

  1. Atención al aumento de femicidios y la falta de respuesta estatal, así como el retroceso a la Ley 10263, que afecta a familias sobrevivientes de femicidio.

  2. La ineficacia de los Puntos Violeta y el desmantelamiento de la institucionalidad que debe protegernos.

  3. La violencia contra niñas, niños y adolescentes, y un Estado incapaz de garantizar su seguridad, así como la impunidad ante el acoso y el abuso sexual.

  4. El aumento de la violencia doméstica, desapariciones de adolescentes y ataques contra mujeres en la política.

  5. Los derechos laborales de las trabajadoras sexuales.

  6. Las luchas de las mujeres indígenas, lesbianas, bisexuales, trans, afrodescendientes, costeras, campesinas, obreras, cuidadoras, trabajadoras y empobrecidas, afectadas por violencia, despojo y precariedad.

  7. Las denuncias por condiciones indignas en los centros penales.

  8. La solidaridad con las mujeres de Nicaragua.

  9. La memoria de la Masacre de Alajuelita, aún sin justicia.

  10. La cosificación de cuerpos, humanos y no humanos.


Acerca de: Las colectivas feministas costarricenses se originaron hace más de 100 años y han marchado contra la violencia desde hace más de 35 años y se organizan con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer desde 1991. La movilización en ambas fechas se realiza para exponer ante la opinión pública preocupaciones y realizar demandas. La organización agrupa a organizaciones, colectivas y personas de todo el país, quienes mediante asambleas y comisiones se toman acuerdos y se ejecutan acciones.

Manifiesto Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Costa Rica, 25 de noviembre de 2025**

Marchamos hoy con dolor por el aumento del número y de la crueldad de los femicidios en nuestro país. En lo que va de este gobierno llevamos contabilizados 126 femicidios. Las cifras muestran la magnitud del problema, pero detrás de cada número había una mujer con familia, sueños y afectos, que nos fue arrebatada de la forma más terrible.

Con cada femicidio perdemos una parte de nuestro derecho a vivir libres de violencia. Hemos exigido reiteradamente que se declare emergencia nacional para detener los femicidios, y esta administración se ha negado una y otra vez, mientras dilapida más de 500 millones de colones en los llamados Puntos Violeta. Denunciamos la ineficacia y opacidad de esta estrategia, como modelo que privatiza servicios públicos, carece de resultados comprobables, deteriora la calidad de la atención de las mujeres y aumenta la ruta crítica que deben recorrer para encontrar ayuda. Exigimos acciones inmediatas y los recursos necesarios para implementar los programas públicos especializados y cumplir los compromisos internacionales asumidos bajo la Convención Belém do Pará.

Rechazamos el texto sustitutivo del proyecto de ley “Reparación Integral para Personas Sobrevivientes de Femicidio” (Ley 10263), actualmente en discusión en la Asamblea Legislativa. Este texto representa un grave retroceso en los derechos de las familias sobrevivientes, debilitando los mecanismos de reparación, acompañamiento y justicia conquistados tras años de lucha. Nos sumamos al llamado del Grupo de Familias Sobrevivientes al Femicidio, que exige ser escuchado antes de la votación en plenario de esta reforma. Las reformas propuestas vacían el espíritu de la ley y reducen el alcance de la reparación integral, dejando sin protección a hijas, hijos y familiares de las víctimas. Exigimos a las diputadas y diputados detener cualquier modificación regresiva y garantizar un proceso participativo y con enfoque de derechos humanos.

Denunciamos el incumplimiento por parte del Estado costarricense de sus obligaciones en materia de derechos sexuales y reproductivos como forma violenta de controlar nuestros cuerpos. La presentación, por parte del Poder Ejecutivo, de un proyecto para aumentar las penas del delito de aborto, la derogación de la ya restrictiva norma técnica del aborto terapéutico mediante un decreto que pretende pasar por encima de la ley e incumple lo establecido en el Código Penal, que permite dicho procedimiento para evitar un peligro para la vida o la salud, limitándolo ahora a los casos en que la persona se encuentre al borde de la muerte. Recordamos los casos de Ana y Aurora ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quienes hasta el día de hoy no han obtenido justicia, así como los de todas las demás mujeres y personas con capacidad de gestar que actualmente enfrentan la misma situación.

Exigimos la implementación plena de programas de educación sexual científica, laica y con enfoque de género en todos los niveles educativos, así como la despenalización y legalización del aborto con acceso seguro y gratuito. Estas son obligaciones derivadas de las recomendaciones del Comité CEDAW, del Examen Periódico Universal y de la Convención de Belém do Pará. Defender la educación sexual integral y el derecho a decidir es defender la vida, la autonomía y la dignidad.

La violencia contra la niñez y adolescencia en Costa Rica se ha convertido en una emergencia nacional. En 2024 se registraron más de 125 mil casos de maltrato infantil, y la CCSS atendió cerca de 12 mil menores por abuso sexual, un aumento del 50 % respecto a 2022. Este tipo de agresión ya es la segunda causa de violencia en menores atendidos en el Hospital Nacional de Niños, lo que refleja la gravedad y extensión del problema.

Detrás de estas cifras hay niñas, niños y niñes, muchos de entre uno y nueve años, víctimas de un sistema que no logra protegerles. Las instituciones están desbordadas, la respuesta del Estado ha sido insuficiente a causa del desfinanciamiento de programas sociales y de la misma CCSS y la impunidad sigue siendo la norma. Urge actuar con firmeza y empatía: basta de silencio, basta de violencia. Cada niña, niño o niñe merece crecer con seguridad, amor y justicia.

Denunciamos que entre 2022 y 2025, los casos de violencia doméstica o intrafamiliar aumentaron un 107 %, afectando a mujeres, niñas, adolescentes, personas mayores y poblaciones en situación de vulnerabilidad por orientación sexual, identidad de género, discapacidad o condición de salud. Asimismo, se han incrementado las desapariciones de mujeres, principalmente adolescentes entre 14 y 17 años, muchas huyendo de dinámicas de violencia intrafamiliar y expuestas luego a relaciones impropias o a la muerte.

En el ámbito político, el Observatorio de Comunicación Digital de la Universidad Latina reporta que, a septiembre de 2025, la violencia digital contra las mujeres en política se concentra en ataques a la reputación (42 %), burlas a la edad o apariencia (31 %) y deslegitimación de propuestas (22 %), evidenciando un entorno desigual que restringe la participación de las mujeres.

Apoyamos la demanda de las compañeras que ejercen el trabajo sexual por el reconocimiento pleno de sus derechos laborales. A pesar de que la CCSS reconoció oficialmente en 2023 su labor mediante un código propio, aún falta el reconocimiento legal y laboral integral. Exigimos legislación que garantice una regulación justa, digna y respetuosa del trabajo sexual, asegurando derechos laborales, sociales y humanos.

Las mujeres trans tienen una esperanza de vida de 42 años en Costa Rica, en un contexto donde son objeto de discursos de odio. Son estigmatizadas por el comercio sexual, pero no se les ofrecen opciones de educación ni empleo, lo que las lleva a la pobreza, la injusticia, la exclusión y la muerte. La doble moral, intolerancia en nombre de la religión y conservadurismo ponen en riesgo a las poblaciones históricamente excluidas. No son privilegios, son Derechos Humanos, no son caprichos, son deseos de superación y desarrollo, no es ideología, es inclusión. ¡Las mujeres trans siempre han estado, están y estarán, porque existen, resisten y seguirán su lucha!!!!

Expresamos nuestra profunda preocupación por la violencia y el despojo que enfrentan los pueblos indígenas, especialmente en los Territorios Ancestrales recuperados del Sur-Sur. Denunciamos la falta de protección estatal hacia las personas defensoras y exigimos el cumplimiento de las obligaciones internacionales del Estado costarricense. Reconocemos el papel fundamental de las mujeres indígenas como guardianas de la Madre Tierra, defensoras de los ríos, las semillas criollas y la vida comunitaria. Exigimos garantías efectivas de seguridad, restitución de los Territorios Ancestrales y políticas interculturales con enfoque de género. La defensa de los territorios es la defensa de la vida.

Las mujeres afro han cargado generaciones de silencios impuestos y violencias normalizadas, enfrentan desigualdades históricas, abandono estatal y mayores amenazas a su seguridad. El sistema racista y patriarcal, discrimina la piel que habitan, cuestiona su autoridad, esconde e intenta blanquear su existencia, sexualiza su presencia y minimiza su dolor histórico. Las mujeres afro se niegan a una resistencia silenciosa y a sostener estructuras que las violentan. El feminismo será interseccional y será antirracista o no será. Porque existir como mujer afro en Costa Rica ya es un acto de resistencia y exigen vivir con dignidad de su herencia y raíces, con voz propia y sin miedo, ocupando todos los espacios que por derecho les pertenecen, porque la mujer costarricense también tiene rostro de mujer negra.

También denunciamos la destrucción de instituciones públicas como el INAMU, llevada a cabo por una administración incompetente, que debilita las acciones y programas para la atención y la prevención de la violencia contra las mujeres, así como el ataque a la autonomía de la CCSS, la cual representantes del neoliberalismo nos quieren arrebatar, y su desmantelamiento a través de crisis provocadas contra el personal médico, contra el sistema de pensiones, el acoso a la líder sindical Martha Rodríguez y la deuda del Estado que va en aumento año tras año. La salud de las mujeres no le importa a este gobierno, que viola uno de sus derechos fundamentales. ¡Páguenle a la Caja! Sumamos el deterioro del MEP, donde en lugar de atender las condiciones básicas de los centros educativos, el Estado aprueba medidas que permiten el control de los cuerpos de adolescencias e infancias —regulando vestimenta, cabello y expresión corporal— y elimina los protocolos de prevención de la violencia hacia estudiantes LGBTIQ+, reforzando el castigo moralizante hacia quienes se salen de la norma.

Las mujeres de Costa Rica están en su mayoría (58 % en 2024 según el INEC) sin empleo, principalmente por responsabilidades en el hogar. Exigimos una política de empleo para las mujeres y un verdadero sistema de servicios públicos de cuidados, para que las mujeres podamos tener independencia económica. Las mujeres obreras, en el sector industrial y agrícola, viven condiciones laborales abusivas, salarios y tarifas insuficientes, accidentes laborales frecuentes sin reporte ni atención en el INS, acoso y violaciones, despidos y persecución sindical. Todo con impunidad para la patronal que se enriquece de esto. Exigimos el pleno respeto de los derechos laborales de las mujeres.

Desde el feminismo antiespecista contemplamos que el mismo acuerdo social que nos reduce a objetos de consumo es el que cosifica a los animales. Se nos vende como placer o servicio a través de la explotación sexual interminable. La carne se trata con erotismo y el cuerpo como carne, invisibilizando nuestro dolor con la cotidianidad de estas violencias. Los animales sienten y merecen la misma vida autónoma que queremos para nosotras. ¡Ya no más jaulas!

En Costa Rica, la impunidad alcanza los niveles más altos del poder. A pesar de que desde colectivos feministas e instituciones académicas se han respaldado denuncias por acoso y abuso sexual contra figuras políticas y funcionarios públicos, estas siguen sin justicia. Los casos se frenan por inmunidades o influencias que los silencian. El sistema protege a los poderosos y revictimiza a las denunciantes. Urge romper el pacto de silencio y exigir transparencia y cero tolerancia a la violencia sexual en todos los ámbitos. Nadie debería estar por encima de la ley.

En este 25 de noviembre, la Familia Penitenciaria Unida alza la voz ante las violaciones a los derechos humanos y la manipulación de información que busca estigmatizar a las familias penitenciarias. Denunciamos la desigualdad en el Centro Vilma Curling, donde las mujeres solo reciben visita cada 15 días y no cuentan con condiciones dignas, así como la situación de las personas en los espacios de alta contención, donde se vulneran derechos básicos. Rechazamos la idea de que la llamada Mega Cárcel o las políticas punitivas sean una solución a los distintos tipos de violencia; por el contrario, profundizan las desigualdades y el sufrimiento humano. Exigimos respeto, verdad y dignidad para todas las personas privadas de libertad y sus familias.

En Nicaragua, al menos 707 mujeres han sido víctimas de femicidio durante los últimos 8 años; miles de niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual; la violencia física y psicológica está presente en los hogares y también en el estado. 12 mujeres continúan encarceladas injustamente y 9 están en condición de desaparecidas. La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en su intento de ocultar la realidad ha prohibido cualquier tipo de acción colectiva para apoyar a las víctimas, exigir justicia y denunciar la impunidad que reina en el país.

Recordamos, honramos y demandamos justicia para las víctimas de la Masacre de Alajuelita perpetrada en 1986: Marta Eugenia Zamora Martínez, de 41 años; sus hijas María Gabriela, de 16, María Auxiliadora, de 11 y Carla Virginia Salas Zamora, de 9, y sus sobrinas Alejandra, Carla María y María Eugenia Sandí Zamora, de 13, 11 y 4 años. Los dos juicios contra los sospechosos fueron anulados por errores procesales. No se exploraron diversas alternativas investigativas que apuntaban hacia otros sospechosos. La crueldad e impunidad del crimen señala al Estado costarricense como incapaz de la debida diligencia investigativa y de conducir el juicio. Ni olvidamos ni perdonamos.

Nos solidarizamos con las mujeres y el pueblo palestino, víctimas de un genocidio. Defender a Palestina es defender los derechos humanos y la vida de todas las mujeres. Exigimos que Costa Rica rompa relaciones diplomáticas con Israel, no firme el TLC y se apoye el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y a la existencia misma ¡No más genocidio! ¡Palestina libre!

Finalmente, denunciamos el avance del autoritarismo y las prácticas antidemocráticas del actual gobierno, que amenaza derechos fundamentales, persigue liderazgos sindicales y manipula la información pública para deslegitimar la protesta social.

Hoy, 25 de noviembre, las mujeres de Costa Rica y del mundo alzamos la voz contra todas las violencias.
Exigimos verdad, justicia y dignidad.
¡Ni una menos! ¡Vivas, libres y sin miedo nos queremos!

Mujeres solicitan a la CGR y a la Fiscalía General investigar hechos irregulares en el INAMU

Carta abierta a la Contraloría General de la República y a la Fiscalía General de la República

La Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres, Colectivo Mujeres por Costa Rica, CEFEMINA, Alianza de Mujeres Costarricenses y ALAMUD (Alianza Latinoamericana de Mujeres con Discapacidad) remitieron una carta abierta a la Contralora General de la República y al Fiscal General denunciando hechos de posible incumplimiento de deberes, mal uso y falta de supervisión de recursos públicos en el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU). Lo anterior según los hallazgos de un Informe de Auditoría Interna del INAMU dado a conocer recientemente, a saber: Informe de la Auditoría Interna (AI) del INAMU (PROCEDIMIENTO ESPECIAL DE URGENCIA NRO. 2024XE- 000001-0015800001) sobre el proyecto Puntos Violeta.

Denuncias

Las organizaciones de mujeres denuncian, entre otras cosas, que:

La violencia contra las mujeres ha alcanzado dimensiones nunca vista en Costa Rica. Entre los años 2022-2024, los femicidios de pareja aumentaron en más de un 100%. En lo que va del año 2025, se registran 18 femicidios. Poco menos que un femicidio por semana.

Mientras esto sucede, la entidad obligada por ley a promover las políticas públicas para la prevención de la VCM, el INAMU, desarrolló una “estrategia” (denominada Puntos Violeta) onerosa que no tiene ninguna relación ni impacto con la problemática, al tiempo que debilita los servicios institucionales ya existentes que continúan cargando con el grueso de la demanda de atención. Además de no cumplir con las obligaciones contravencionales y de la normativa nacional, esta “estrategia” – a partir del informe de la AI – parece presentar importantes vicios de legalidad y aparentes serias afectaciones a la hacienda pública.

Petitoria

Algunas de las peticiones hechas por las organizaciones de mujeres son las siguientes:

  • Apertura de un proceso administrativo directo e independiente de la AI del INAMU para Identificar las responsabilidades individuales, administrativas y políticas, derivadas de los hallazgos de este informe de AI del INAMU en relación con los procesos de contratación, las faltas de supervisión y seguimiento al buen uso de los recursos públicos vinculados con el proyecto de Puntos Violeta, incluyendo la renovación reiterada de las contrataciones sin evaluación de resultados, entre otros aspectos.

  • Llevar a cabo una investigación urgente en relación con los contratos de servicios profesionales en derecho para brindar servicios en los PV para verificar el tipo, cantidad y calidad de los servicios prestados, así como la relación costo-beneficio en función de los objetivos de la “estrategia” de PV.

  • Realizar una auditoría de la inversión del INAMU en materia de publicidad institucional en relación con esta “estrategia” desde el punto de vista de la racionalidad del gasto en relación con los resultados, así como otros elementos asociados a la administración de estos recursos incluyendo la pauta publicitaria.

  • Valorar la pertinencia y legalidad de la continuidad de los contratos vigentes, incluyendo la pertinencia y viabilidad de la rescisión de dichos contratos.

  • Estudiar la posible existencia del delito de enriquecimiento ilícito por parte de la empresa PSICOMED SA al amparo de estos contratos, así como la responsabilidad del INAMU como ente contratante.

  • Valorar lo señalado a la luz de la existencia de otras faltas administrativas o delitos contra la hacienda pública, ley de control interno, entre otros.

Puede leer la carta completa en este enlace.

El presidente exacerba sistemáticamente la violencia y la inseguridad

Marco Vinicio Fournier

Marco Vinicio Fournier

En los últimos meses, diversas encuestas muestran que la población costarricense coloca la inseguridad ciudadana como el principal problema del país. Esta es una percepción muy realista de la situación nacional, puesto que el análisis de cualquier indicador de violencia señala claramente un aumento abrupto a partir de finales de la década pasada. Las estadísticas muestran un descenso importante durante la pandemia de COVID-19, para volver a incrementarse en los últimos años, alcanzando en muchos casos cifras récord.

El problema actual de la violencia abarca todos los ámbitos y dimensiones del fenómeno. Además de la conocida tasa de homicidios, el incremento en la violencia cubre cualquier ámbito de la interacción social, de modo que el aumento se refleja de forma crítica en la violencia doméstica y en la cantidad de femicidios, en los accidentes de tránsito y las muertes en sitio, los conflictos en las comunidades o las agresiones en los centros educativos. Es natural entonces que las y los habitantes de nuestro país vivan un ambiente de alta inseguridad y con la sensación de su constante agudización.

La violencia, como cualquier fenómeno social, tiene múltiples y diversas causas; sin embargo, nuestros estudios muestran una relación muy importante con los niveles de desigualdad social, el deterioro del sistema educativo, la deslegitimación del sistema político y el desgaste de la confianza en las instituciones. Cada una de estas dimensiones viene mostrando indicadores negativos en lo que va del presente siglo. Una consecuencia muy importante de este proceso de deterioro es la acumulación de estrés, resentimiento y frustración que redunda en un enojo que se generaliza y que refuerza a su vez la deslegitimación. Todo lo anterior redunda en mayor individualismo, menor respeto por las leyes, por el sistema de valores y normas culturales y por los principios políticos de la democracia, facilitando que una proporción creciente de la población busque seguridad y refugio en una figura autoritaria. Esta coyuntura política, cultural y social estuvo en la base del triunfo electoral del actual presidente, quien utilizó como una de sus propuestas más importantes el combate a la corrupción.

Pero la labor del presidente dista mucho de acercarse a un real enfrentamiento de la corrupción en el país. Hasta el momento, no existe ni una sola iniciativa importante por parte del gobierno para combatir situaciones pasadas o presentes de corrupción. Por el contrario, abundan las denuncias de actos ilícitos asociados a una cantidad importante de sus principales colaboradores y a él mismo.

Lejos de combatir la corrupción, el presidente ha reaccionado en la inmensa mayoría de los casos negando la situación y cuestionando directamente a los entes estatales que han manejado las denuncias, entre otros, OIJ, Fiscalía, Tribunal Supremo de Elecciones y Contraloría General de la República. El ataque a estos entes tiende a generalizarse a todos los poderes y a todas las instancias de fiscalización y control. En lugar de buscar un mejor enfrentamiento de la corrupción, ha insistido en debilitar los mecanismos estatales que precisamente se encargan de los hechos ilícitos, de los abusos de poder y de las opciones de encubrimiento.

En lugar de reforzar y sistematizar la lucha contra la corrupción, el actual gobierno ha debilitado y deslegitimado aún más todo el sistema político y jurídico del país. Situación que, como vimos más arriba, no hará más que incrementar los niveles de estrés, enojo y frustración en la población, para estimular a su vez las manifestaciones de violencia y la correspondiente sensación de inseguridad y miedo. Al perder respeto por las leyes y los sistemas de control, mayor será la probabilidad de manifestar directamente las emociones de enojo y frustración y más débiles serán los mecanismos de autocontrol, produciéndose un círculo vicioso, porque la violencia engendra violencia.

Para agudizar aún más la situación, las políticas fiscales del actual gobierno han reducido significativamente el presupuesto de instituciones claves como el Ministerio de Educación, se han negado a pagar la deuda de la Caja Costarricense de Seguro Social y han debilitado los principales mecanismos de redistribución de la riqueza y el combate a la pobreza. A la postre, la desigualdad social se incrementa y la calidad de vida se deteriora para la mayoría de la población, facilitando aún más la deslegitimación del sistema y los niveles de emociones negativas.

Pero, además de todo el desmoronamiento del Estado, el presidente está dando un pésimo ejemplo sobre la manera de manejar el enojo. Lejos de canalizarlo mediante mecanismos de diálogo y búsqueda conjunta de soluciones, cada vez muestra mayores niveles de agresividad y de irrespeto y menor control racional de sus impulsos emotivos. ¿Cómo pretender reducir los niveles de violencia en el país cuando su presidente actúa cada vez de manera más agresiva?

A mi parecer, la conferencia de prensa de ayer sobrepasó todos los límites de violencia. El presidente planteó ayer amenazas bastante explícitas sobre una solución armada a su conflicto con los otros poderes de la República y con los principales mecanismos de control. ¿Cómo pretender reducir los niveles de femicidios cuando el presidente pretende legitimar soluciones armadas ante conflictos sociales?

Por otra parte, también en estos días el presidente ha vetado importantes iniciativas para combatir el crimen organizado y la corrupción y amenaza con seguir vetando cualquier iniciativa que provenga de los otros poderes de la República. ¿Cómo pretender reducir el poder del crimen organizado cuando el presidente rechaza cualquier iniciativa para enfrentarlo?

En conclusión, puede fácilmente comprobarse que el presidente ha contribuido de manera sistemática al aumento de la violencia en el país y por ende a los niveles de inseguridad percibidos por la población. Específicamente, el presidente ha deslegitimado aún más los sistemas estatales de control y fiscalización, ha facilitado un mayor deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población, está dando un muy mal ejemplo al mostrar un inadecuado manejo y control del enojo, una incapacidad para relacionarse positivamente con otras personas y un rechazo de las posibilidades de diálogo y búsqueda conjunta de soluciones, tan importantes en una democracia.

Apalabrar la violencia: la poesía como vehículo

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

El jueves 13 de marzo fue denunciado en Costa Rica el femicidio número 12, en lo que este 2025 lleva de transcurrido. En ese mismo periodo, dos madres fueron asesinadas a manos de sus hijos en episodios ocurridos en Guayabo de Turrialba y Santa Bárbara de Heredia.

En ambos casos, la violencia de los hijos hacia sus madres fue recurrente hasta que terminaron con sus vidas. La naturalización del ciclo probablemente expuso a estas mujeres a una constante agresión, que terminaron por aceptar como natural.

El miércoles 12 de marzo, la segunda jornada de poesía producida por el movimiento cultural Palabra y Punto, liderado por las poetas y gestoras culturales costarricenses Paola Valverde y Rebeca Bolaños, tuvo como protagonistas seis extraordinarias voces de la literatura costarricense.

Leda García, Julieta Dobles, Nidia Marina González, Shirley Campbell, Lucía Alfaro y Laura Contreras, hicieron de esa noche y cada una desde su estilo, una jornada memorable. Junto a ellas fue leído un texto de Arabella Salaverry, quien no pudo asistir al evento.

Quisiera, en representación de ese colectivo de voces fuertes y necesarias de la poesía costarricense, significar el extraordinario cierre con la presentación performática, política y contundente de Laura Contreras (Lauco), quien nos recordó que las luchas por las reivindicaciones de las mujeres, el ejercicio de sus derechos y la búsqueda de una vida sin violencia y con libertad, son constantes en una sociedad como la nuestra.

Apalabrar como lo hizo Laura junto con las otras poetas convocadas esa noche, solo significa que para que una sola mujer sobreviva al flagelo de la violencia de género se debe seguir insistiendo, diciendo, denunciando.

El siguiente texto, que no fue dicho esa noche por Lau, confirma sin embargo la necesidad urgente de la palabra.

¿Y SI?

¿Y si mi foto estuviera en los periódicos
con una descripción de quién era?
¿Y si la noticia dijera mi nombre
completo o incompleto?
¿Y si mi familia me diera por desaparecida
y de angustia gritaran mi nombre desde la lejanía?
¿Y si mi cuerpo estuviera en un lote baldío
entre una bolsa
o fuera una o varias balas
o calcinada
o asfixiada?
¿Si fuera con algún puñal
en media calle
o en el vecindario
o en el trabajo
o en la que creí mi hogar
un lugar «seguro»?
¿O si me encontraran desperdigada
por algún lugar
un rompecabezas sin imagen?
Y si mi cuerpo fuera profanado…
¿Y si me tienen que reconocer en la morgue
y si mi hijo no lo superara
y no hubieran lágrimas que me volviera a la vida
como deseo de navidad o de cumpleaños?
¿Y si no volviera a escribir
a reírme escandalosamente
o abrazar
con esos abrazos que llenan?
¿Y si mi voz ya no se sintiera más?
¿Y si mis pasos con pintura roja
se extinguieran de las calles?
¿Y si quién o quiénes lo hicieron
estuvieran caminando con tranquilidad
sin ningún castigo?
¿Y si la “justicia”
no hiciera nada
y si el silencio de dios
siguiera en mi tumba?
No tengo dudas.

La poesía es un vehículo movilizador y en Costa Rica está permitiendo que las mujeres reivindiquen su vida, su política de la verdad y el acto solidario de construirse como colectivo.

El papel masculino en la lucha contra los femicidios en Costa Rica – foro

El próximo lunes 17 de marzo se llevará a cabo un importante foro sobre «Violencia de Género y Femicidios en Costa Rica», enfocado en un importante aspecto: la intervención masculina como estrategia clave para erradicar la violencia contra las mujeres.

El evento, que tendrá lugar en el Salón de Jefes de Estado, Presidentes y Presidentas de la República a las 9:30 AM, reunirá a especialistas en la materia bajo la conducción de la Dra. Flor Sidey Salazar Fallas, académica con doctorado en Derecho Penal, magíster en Derecho Constitucional y especialista en Derechos Humanos de las Mujeres.

En el panel estará la Lcda. Larissa Arroyo Navarrete, abogada y académica del Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional; Óscar Morera Herrera, fundador del Colectivo Familias Víctimas de Femicidio; y la Lcda. María Esther Brenes Villalobos, jueza especializada en violencia doméstica del Poder Judicial.

Este foro busca analizar críticamente las políticas públicas actuales y proponer nuevas estrategias que involucren activamente a los hombres en la prevención y erradicación de la violencia de género, un flagelo que sigue cobrando vidas en el país. La iniciativa cuenta con el respaldo de la diputada Paulina Ramírez Portuguez y el diputado Luis Diego Vargas Rodríguez.

La personas interesadas en asistir deben confirmar su participación a través de los correos electrónicos joselyne.sanchez@asamblea.go.cr o rosa.solis@asamblea.go.cr

8m Día Internacional de la Mujer: ¡ni una menos, vivas nos queremos!

Movimiento de Trabajadores y Campesinos

Esta conmemoración, que no es celebración, se establece en el contexto del movimiento obrero del siglo XIX, donde se agudizan condiciones de injusticias de todo tipo en el mundo industrializado. La ONU la aprueba hasta después de 30 años (1975) del atroz crimen donde mueren calcinadas más de 100 mujeres obreras textileras, incluso menores de edad, de la fábrica Cotton, Nueva York, Estados Unidos, al ser encerradas cuando les incendian dicha fábrica donde se alzaban su voz en protesta exigiendo condiciones justas salariales y laborales sin discriminación de género. Violencia inaudita que impacta contra ellas, sus hijas, familiares y comunidades, en un contexto internacional de defensa de derechos laborales y por el derecho al voto.

Aunque esta atrocidad sucedió el 8 de marzo de 1857, después de 168 años, hoy 8M 2025 mujeres de todo el mundo seguimos siendo víctimas de Estados patriarcales, capitalistas y colonialistas que alimentan y sostienen los diferentes tipos de violencias que sufrimos por razones de género. El Estado perpetúa la impunidad contra todas las violencias que sufrimos a nivel físico, sexual, psicológica/emocional, patrimonial, económica, sociocultural, por nuestras opciones sexuales y muchas más.

Este año la ONU propuso la consigna “Para TODAS las mujeres y niñas: derechos, igualdad y empoderamiento”. No obstante, para el MTC, hablar de defensa de derechos por una vida libre de violencia, de discriminación e injusticias, implica hablar de la violencia estructural desde una perspectiva política ideológica coherente con los intereses y necesidades de los pueblos.

¡Ni una menos, vivas nos queremos!

En Costa Rica ha aumentado el porcentaje de femicidios en más de un 190% del año 2022. Estamos viviendo un retroceso en nuestras garantías y derechos para vivir con verdadera justicia social y sin discriminaciones de ningún tipo, en especial por género. Esta situación alarmante que vivimos se agudiza al contar con un presidente como Chaves, quien, acompañado de políticos y sectores cómplices, y medios de comunicación capitalistas/empresariales, recrudece sus actitudes, lenguaje machista, acciones y mecanismos de discriminación y agresión despojando a las mujeres de nuestros derechos, en la ciudad, el campo y territorios indígenas. En esta línea dan continuidad a los gobiernos anteriores históricamente de derecha, atenta aún más contra las familias y comunidades de menos recursos, desmantelando instituciones y programas sociales logrados gracias a luchas y conquistas sociales. De igual manera, niega las condiciones objetivas y reales para poder tener acceso las mujeres al pleno ejercicio de derechos, dentro y fuera del hogar.

Denunciamos la reciente decisión de eliminar el Programa de Afectividad y Sexualidad Integral, que se impartía desde el 2018, que provee de herramientas a las niñas y jóvenes a favor de su autocuidado y de una vida libre de violencias de género. Así mismo, la intención de imponer un proyecto para endurecer penas por aborto, amenazando los derechos humanos a la seguridad y salud sexual, a la educación pública y otros servicios indispensables para una vida digna, desmantelando a la CCSS, al MEP, al INAMU y otras instituciones importantes para la sociedad.

Cada feminicidio atenta contra la víctima, su familia y comunidad. El nefasto crecimiento de feminicidios es responsabilidad del Estado y es un asunto nacional, tema país. Por eso, necesitamos todas, todos y todes unirnos cada día más, en cada familia, comunidad y territorio, para denunciar este sistema político que arremete contra la construcción y vivencia plena de derechos de las niñas, jóvenes y mujeres de todas las edades, credos, grupos socioculturales y geografías.

A nivel mundial, alrededor de 736 millones de mujeres, incluyendo a las niñas, sufrimos violencias física, sexual, psicológica, patrimonial, a pesar de que este año celebramos 30° aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing: importante documento político para la defensa de las mujeres que incorpora un enfoque específico en los derechos de las niñas, dentro y fuera del hogar.

La Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres y otras leyes: ¡No son suficientes!

Cada ley a favor de la equidad de género constituye una conquista de las mujeres unidas y organizadas. Pero, su aplicación es ineficiente y desde el propio Estado se orquestan mecanismos para obstaculizarlas y mediatizarlas, y se imponen acciones para no abordar la problemática a profundidad y desde un sentido integral.

También denunciamos que las mujeres víctimas no cuentan con un sistema integral de protección y acompañamiento, aumentando su situación de riesgo y revictimización. El Estado cierra sus oídos al clamor de justicia y solidaridad de sus familias perpetuando un clima de impunidad total.

Reiteramos que las raíces de la desigualdad, discriminación y violencias contra las mujeres es un problema estructural, imposible de resolver mientras vivamos dentro de un sistema capitalista.

Así, nos unimos a personas, organizaciones, colectivas y colectivos que formamos un tejido cada vez más sólido en defensa de una vida libre de violencias, discriminación, subordinación para todas las mujeres.

¡Toda violencia contra las mujeres es violencia estructural!

¡No más impunidad ante todo tipo de violencias contra las mujeres de toda edad, las personas LGBTIQ+ de toda comunidad y territorio!

¡Alto al desmantelamiento de Chaves y su gobierno de nuestras conquistas expresadas en políticas, instituciones, leyes y programas a favor de los derechos de las mujeres!

¡Vivienda, salud y educación pública para todas, todos y todes!

¡Alto a Trump y el aparteheid israelí contra las mujeres y pueblo palestino!

¡Alto a represión de Trump y gobiernos serviles contra mujeres migrantes y sus familias!

¡Verdadera justicia social solo la lograremos cuando vivamos las mujeres libres de toda forma de violencia sin patriarcado, sin colonialismo, sin capitalismo!

Marzo o las narrativas de la ira

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

¿Cómo se organiza la ira colectiva y la cancelación? ¿Cómo se prepara un linchamiento virtual? ¿Cómo se desautoriza un movimiento de reivindicación por los derechos de las mujeres?

Acuda usted a hacer un ejercicio tan solo de observación (no participante si quiere) a las redes sociales y sus entuertos en lo que llevamos del mes.

A nadie le importan ya las más de 10 mujeres asesinadas en 2025 en Costa Rica. Nadie parece escandalizarse por esas cifras, que año con año aumentan y no se detienen.

Alguien preguntó, con intención malsana diría yo, ¿por qué no se habla de las muertes de hombres a manos de mujeres?

Porque a pesar de lo grave que resulta un solo asesinato, no es todavía un problema de salud pública como si lo son los femicidios, explicados por siglos de una matriz desigual y aniquiladora que no cede. Esta fue la respuesta que recibió la pregunta malintencionada.

La cultura de la cancelación y ahora el linchamiento, resulta un ejercicio interesante para analizar el fondo sociocultural en una sociedad como la costarricense.

La joven, que fue declarada primero desparecida y luego hallada con un hombre bastante mayor que ella, ha sido colocada en el centro de un debate sin pies ni cabeza, que solo explica la existencia de una base cultural bien arraigada en la psique nacional, en la que conservadurismos, adulto-centrismos y una moral religiosa fuerte, inciden en los juicios de valor emitidos al calor de una tecla o una pantalla.

No hemos aprendido gran cosa en estos temas. Pero si el linchamiento vociferante y la cancelación absoluta.

Eso sí.

El 8 de marzo pasado se reeditó la marcha que año con año despierta los más enconados comentarios: “que no son las formas”, “que las paredes no se rayan” “que el apoyo que las mujeres quieren no se gana de esa manera”.

Comentarios así niegan el significado de esta conmemoración de forma absoluta. Se invisibiliza la razón histórica que justifica el desarrollo de esta actividad. De más está decir que se conmemora, no se celebra, las reivindicaciones en materia de derechos para las mujeres, que a nivel global continúan pendientes. Mucho más en Costa Rica.

Una marcha así no debe ser justificada ni explicada, en un país que desata su ira contra las mujeres que la organizan o contra la joven que por dicha apareció viva y no corrió la suerte de las más de 10 mujeres asesinadas por sus parejas en lo que llevamos de este 2025.

Un país así debería pagarse a ver. Para sanarse. Recuperarse. Ser ese referente de paz y de derechos que siempre ha dicho ser. Cambiar su ira por la comprensión de lo que le falta para llegar a abrigar la equidad como política y bandera.

A eso debería aspirar.