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Etiqueta: pandemia

La ignorancia, la educación y el poder en la pandemia

Juan Huaylupo Alcázar[1]

La ignorancia ha sido usada como epíteto contra adversarios, sin embargo, no existe nadie que carezca de conocimiento, todos poseemos conocimientos, pero nadie tiene los mismos conocimientos ni posee todos los conocimientos existentes. Así, todos somos ignorantes y sabedores de muchos conocimientos. No es un atentado contra la autoestima reconocerse ignorante, sin embargo, es vergonzoso no reconocerlo, porque la autosuficiencia omnisapiente del ignorante, es una posición atrevida, absurda y contradictoria.

Tampoco la ignorancia puede ser interpretada como contraria a la ciencia, pues la ciencia admite su ignorancia para superar sus propios conocimientos, descubrir nuevas realidades y crear nuevas explicaciones de realidades desconocidas. T.S. Eliot, en 1928, lo sintetiza en un ensayo: “No debemos dejar de explorar. Y al final de nuestras exploraciones llegaremos al lugar del que partimos, y lo conoceremos por primera vez” y lo reiteraba en un poema en 1934: “Todo nuestro conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia”. La ciencia omnicomprensiva no existe, imaginarla absoluta, dogmática o estática, contradice lo que pretende comprender y explicar.

El sabernos ignorantes tampoco es motivo de satisfacción en las relaciones con las personas, organizaciones, la sociedad y el mundo, pues al desconocer el medio donde vivimos y trabajamos y nos relacionamos, perdemos libertad y somos víctimas de quienes pretenden modelar y dominar el devenir de los otros. Las nuevas interpretaciones son exigencias cognoscitivas, ante un mundo que se modifica radicalmente. Creer que todo puede seguir igual en medios convulsos, inciertos e imprevisibles, es sin duda, un conservadurismo regresivo, que impulsa prácticas caducas y fallidas. El nuevo conocimiento crea dudas, interrogantes y cuestiona lo que creíamos saber y dominar, luego aferrarse al pasado, sin reconocer el dinamismo del presente, satisface nuestras creencias y reafirma ideologías, pero alejadas y separadas de los acontecimientos y realidades que se reconstruyen permanente. Somos ignorantes de nuestra propia ignorancia, imposibilitados de reconocer y descifrar las inconsistencias de las creencias, ideologías, prejuicios y contradicciones del devenir cotidiano.

En el presente costarricense donde prevalece la autocracia sobre la democracia, la certidumbre sobre la relatividad de un mundo incierto y dinámico, es un absurdo sustentarse en falsos e inexistentes universos absolutos, aunque no pocos graduados universitarios pregonan y aplican repetitivas y estandarizadas certezas, a pesar que las realidades requieren interpretaciones particulares, complejas y holísticas. Aspectos sobre los que no se habla, analiza ni discute, por el contrario, se difunde mediáticamente e incluso se difunden en las aulas de algunas universidades, donde no importan las inconsistencias ni las contradicciones, pues se repite lo que muchos creen y hacen, sea por tradición, creencias, ideologías, prejuicios, estereotipos o por prácticas impuestas desde poderes ignorantes. El desarrollo del quehacer científico e investigativo convierte en conocimiento vulgar el pensamiento predominante, así como revela totalitarismo en algunas de las autodenominadas democracias.

La ignorancia sobre la falsedad de las certezas o verdades disciplinarias, no solo afecta el conocimiento sobre la situación y condición de la realidad, sea esta individual, social u organizacional, también puede tener efectos perniciosos en los negocios, la salud, el bienestar o el desarrollo, cuando se toman decisiones sobre realidades que se desconocen o que se pretenden modelar al antojo e interés.

Así, cuando los actuarios estiman que el régimen de pensión es insostenible, proponen aritméticamente, el aumento de las cotizaciones y cuotas, encubriendo ineficiencias administrativas y transgresiones políticas a los ciudadanos y justifican que sean los trabajadores quienes resuelvan la crisis fiscal del gobierno. De modo similar, las operadoras del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROP) se apropian y deciden sobre los dineros que no les pertenecen y en casos excepcionales, -como posiblemente se aprobará a partir del 28 de julio en la Asamblea Legislativa-, se devolverán parcial y en eternos tractos a sus dueños, que deberán demostrar a la burocracia estar sin trabajo remunerado, a pesar que la crisis muchos trabajadores están impedidos de satisfacer sus necesidades e inclusive afecta su alimentación y salud familiar, lo cual es evidente y no requiere demostración ni certificación patronal alguna.

Las necesidades básicas insatisfechas de los asalariados inciden en sus demandas por reanudar sus labores para la obtención del salario de subsistencia, esa es su verdad, la cual coincide con las exigencias empresariales por la apertura de sus negocios para seguir obteniendo ganancias, -en muchas pequeñas y microempresas las ganancias son una transfiguración del salario-, pero para los dueños del capital, su verdad es incrementar sus riquezas con el trabajo de los asalariados. Son verdades polarizadas socialmente distintas y contradictorias, aunque son mutuamente dependientes, pero los dueños del capital cuentan con el servicio de una estructura social, política y económica que los beneficia, mientras que la institucionalidad pública, que debe auxiliar, amparar y proteger a los excluidos del poder, es débil, precaria, burocrática y caótica.

Las autoridades sanitarias, intelectuales y entidades internacionales de la salud, coinciden en que la reanudación de los negocios, sin vacuna ni tratamientos eficaces para contrarrestar la pandemia, incrementará el número de infectados que colapsará nuestro sistema hospitalario, con las fatales consecuencias, así como alterará dramáticamente la vida de sus familias y compañeros. Esta consideración no es una especulación, ya ocurre en otros espacios y también se inicia en Costa Rica. No obstante, los empresarios, el gobierno, los legisladores y magistrados no les interesa esa realidad y prefieren ignorar las previsiones y advertencias, así como eluden las contradicciones con las autoridades sanitarias para continuar la flexibilización y la eliminación de las restricciones sanitarias. ¿Podrá ser desconocimiento de los efectos de la eliminación de las medidas de las sanitarias, o es más bien una intención premeditada deshumanizada y totalitaria?

Las personas que están obligadas a trabajar se exponen a enfermarse, ante la fragilidad de la asistencia y ayuda estatal, como aquellas que son engañadas con la publicidad gubernamental y empresarial de supuestas y absolutas garantías sanitarias, son personas obedientes y disciplinadas al poder, y su confianza se trastoca en ignorancia, que les limita evitar el contagio y difusión del Covid-19 del cual además aún se ignoran todas las características de sus diversos modos de diseminación.

La transparente subordinación del poder político a los imperios de los dueños y administradores de negocios, que no les importa la salud pública ni la vida de trabajadores ni clientes, al fin y al cabo y otra vez más responsabilizarán a la población por irrespetar los cuidados sanitarios, dejando inmunes e impunes al gobierno y a los mercaderes causantes de la propagación de la enfermedad pandémica, como un medio para las determinaciones políticas contra las libertades, la democracia y la liquidación de la institucionalidad y el Estado Social de Derecho.

A través de los tiempos, la ignorancia y la obediencia ciega han sido los medios usados para el dominio y la explotación, así como, lo es para eliminar todo tipo de resistencia al poder y su perpetuación. En algunos contextos y en diversos periodos, la educación fue un contendiente radical contra la ignorancia y el poder tiránico, pero hoy la educación está debilitada, controlada, descontextualizada y es indiferente ante la problemática pública y nacional, así como pasiva en su función cognoscitiva transformadora de la sociedad. Al parecer, la educación sufre también el impacto conservador del presente, al reeditar su significación etimológica, relacionada con los actos de “reducir, seducir, inducir y conducir”, atributos propios de las prácticas políticas totalitarias.

La educación formal contemporánea al repetir caducos conocimientos, ya no reflexiona ni cuestiona interpretaciones sobre las realidades ni el poder. La supeditación política de la educación reproduce ignorancia. ¿Será la sabiduría de nuestra ignorancia la que nos de la fuerza para dudar y cuestionar el poder? En cualquier caso, la educación requiere ser pensada y revisada con una alta dosis de pensamiento crítico, pero ello no la exime de su compromiso con los procesos políticos en la pandemia.

Enseñando dogmas se impide la discusión, debate y el disenso en las aulas y en el quehacer cotidiano. En nuestro contexto, rebelarse contra la obsolescencia cognoscitiva, obtiene desaprobación y exclusión del poder prevaleciente y de los medios privados de difusión, como es de suponer, pero es lastimosa la función educativa que crea los peores analfabetos que, a decir de Ortega y Gasset, son los que sabiendo leer y escribir, no leen ni escriben, como pernicioso es el dicho acuñado, ante el temor a represalias y críticas, “calladito más bonito”. ¿Acaso en Costa Rica somos felices conservadores por temerosos e ignorantes?

La ignorancia se difunde mediáticamente y aprueba la repetición de falsedades, como la absurda negación de la existencia de la enfermedad pandémica por parte de fanáticos fundamentalistas amigos de viaje de las fuerzas políticas más conservadoras; la falaz creencia de que el cumplimiento de las restricciones sanitarias de manera individual, en un medio contaminado, es garantía para no contaminarse; o que la crisis se resuelve confiscando salarios a los trabajadores, entre otras mentiras, mientras se busca silenciar a quienes relativizan o cuestionan falsas verdades y anquilosados conocimientos.

Las falsedades son certezas para el ignorante, como la reiteración de las mentiras por parte de los medios y del poder tiránico, son parte de proyectos totalitarios. Voltaire lo escribía en 1736, como parte de las prácticas autoritarias: “Es necesario mentir como un demonio, sin timidez, no por el momento, sino intrépidamente y para siempre […] Mentid, amigos míos, mentid, que ya os lo pagaré cuando llegue la ocasión.” Al parecer, el poder totalitario, en todos los tiempos ha tenido en la mentira, en un recurso para la conservación y reproducción del poder, como también es el medio para que tiranos reclamen democracia como lo hacía Hitler, antes de alcanzar el poder estatal, o lo hacen actualmente los empresarios en la pandemia.

[1] Es catedrático en Administración Pública. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de Costa Rica.

Bajar la curva de los intereses

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Así como tenemos que preocuparnos por bajar la curva de contagios por el coronavirus, de la misma manera debemos hacer un esfuerzo por disminuir el pago de los intereses que el Gobierno Central está enfrentando.

UNAS CUANTAS CIFRAS NOS AYUDARÁN A ENTENDER LA MAGNITUD DEL PROBLEMA. En el año 2008, cuando tuvimos la relación deuda de Gobierno Central a PIB más baja en al menos 30 años (era 39.4% del PIB), el pago que hizo el Gobierno por intereses representó el 14.1 % del total de los impuestos recaudados.

En lo que va del 2020, con cifras acumuladas entre enero y junio, los intereses se comen 39,7 % de los impuestos recaudados. Claro que a junio de este año tenemos también una caída grande en la recaudación por la crisis. Además, el saldo de la deuda a esta fecha está por arriba de 60% del PIB. En doce años cambió mucho la situación.

Para ilustrar la evolución de este indicador se presenta el siguiente cuadro:

AÑO

INTERESES/IMPUESTOS

 (%)

2013 19,2
2015 20,7
2017 23,3
2018 26,9
2019 31,0
Junio 2020 39,7

Los intereses cada vez más se llevan los recursos del Gobierno.

INTERESES CONTINÚAN PARA ARRIBA. Es claro que conseguir préstamos a tasas de interés bajas nos conviene. Pero eso no nos quita encima el problema. No es suficiente. Ante la caída en la recaudación y el aumento de gastos por la emergencia sanitaria, el endeudamiento seguirá creciendo y, en consecuencia, el pago de los intereses en el futuro va a irse comiendo el esfuerzo productivo nacional.

El documento que elaboró el Fondo Monetario a raíz del Préstamo de Financiamiento Rápido que Costa Rica solicitó, presenta estimaciones para algunos indicadores seleccionados. En lo que estamos tratando, quiero mencionar que el pago de intereses seguirá creciendo hasta el año 2024 y en el 2025, aunque cae (₡1.980 billones), será mucho mayor a lo que se estima se pagará este 2020 (₡1.769 billones). A pesar de que no tenemos claro qué otras condiciones se incluyen en esas proyecciones (digo ¿venta de activos?, ¿nuevos impuestos?, ¿recorte de gastos? ¿cierre o fusión de instituciones?, ¿todas las anteriores?) porque el Gobierno no lo ha aclarado, valga señalar el incremento de pago de intereses que el FMI visualiza.

LOS INTERESES “ESTRUJAN” EL GASTO PÚBLICO. Como cada año hay que gastar más plata en intereses, entonces queda muy poco espacio para otras obligaciones, igualmente importantes. El cuadro es realmente amenazante. Por eso hay que apartarse del menú tradicional.

HAY QUE BAJAR ESA CARGA A COMO HAYA LUGAR. Puede ser por medio de canjes de deuda, o alargar los plazos de los préstamos, o sustitución de deuda cara por barata. Debe explorarse en los mercados internacionales de bonos sostenibles, los cuales tuvieron muy buena aceptación en el segundo trimestre de este año; sobretodo por los componentes ambientales y sociales de esos bonos. Costa Rica cumple con esos parámetros.

HAY OTRAS INICIATIVAS. Para atender las necesidades de los países de renta media, como nosotros, Bolton, profesor de la Universidad de Columbia y otros, han sugerido crear un mecanismo manejado por una institución financiera internacional (tipo Banco Mundial, o alguna regional, tipo BID o CAF) que lo llaman Central Credit Facility (CCF), que permitiría que los pagos por intereses, durante un período definido, vayan a ese fondo y los países los puedan usar como parte de los gastos de la pandemia. Las amortizaciones también se diferirían.

Requiere un acuerdo general entre deudores y acreedores, públicos o privados. Los acreedores podrían tener el incentivo de participar pues se les garantizaría que, al volver las cosas a la normalidad, los países seguirían honrando sus deudas. Estrictamente hablando, a nadie le conviene un default (dejar de pagar). José Antonio Ocampo, quien ha estado señalando posibilidades, ha elaborado sobre esta idea para Latinoamérica.

CONCLUYO. Los intereses nos comen. Buscar en los mercados sostenibles, o iniciativas tipo CCF daría un gran alivio a los países; nos darían espacio; mitigarían golpes y dolores. Merecen por lo menos ser estudiados por parte de nuestras autoridades.

Tomado del blog: https://notasaltema.blogspot.com/

De niebla, penumbras y confusiones mayúsculas

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor

El complejo fenómeno de la pandemia del Covid 19, es algo que muchas gentes no logran entender en todas sus dimensiones e implicaciones, sobre todo por el grado de abstracción que implica el poder establecerlas en sus verdaderos y aterradores alcances, pero lo  que resulta cierto de toda certidumbre es que le vino como anillo al dedo al retrógrado grupo empresarial costarricense, encarnado en la UCCAEP y al aparato mediático de que dispone para alcanzar sus metas el que, por otra parte, en su gran mayoría es de su propiedad, con los diarios, estaciones de radio y televisoras más importantes, las que intoxican día a día, hora tras hora, con descomunales mentiras a grandes sectores de la población, además de servirle  a este empresariado retrógrado y neofascista como una poderosa palanca para imponerle sus designios totalitarios a la mayor parte del pueblo costarricense, hoy en un estado de indefensión casi absoluta.

Dicho de otro modo, tenemos que hacer todo lo que diga una minoría empresarial avarienta y codiciosa hasta grados insospechados, ya que de no hacerlo nos exponemos a ser descalificados en los peores términos, por lo general emitidos por un numeroso grupo de cortesanos del régimen, algunos pagados y muchos de ellos incluso gratuitos, lo que viene resultando muy desolador para todos, porque son utilizados a partir de la abismal ignorancia en la que viven, sin tener incluso la menor idea de los términos y funcionamiento del sistema político y social en que vivimos: Para un numeroso grupo de ellos, sucede que, a la manera orwelliana ( propia del novelista inglés George Orwell, que vivió entre 1903 y 1950,  y los contenidos simbólicos e imaginarios, al parecer, del universo totalitario de su famosa novela “1984”), el lenguaje en uso es recreado constantemente, sin que estén conscientes de ello, pues en la neolengua imperante sucede que “la derecha es la izquierda” y “la izquierda es la derecha”, “el capitalismo es el socialismo” y viceversa, los regímenes de Nicaragua y Venezuela son dictaduras (aunque en esos países la mayor parte de los medios de prensa son propiedad de empresarios opositores, los que atacan sistemáticamente a esos gobiernos), mientras que los de países como Honduras, Guatemala, Colombia, Ecuador y la Bolivia de la golpista Áñez no lo son, en modo alguno, a pesar de las reiteradas denuncias en su contra por violaciones sistemáticas a los derechos humanos, el asesinato de líderes sociales y de comunidades indígenas u originarias. Es probable que si algunos regímenes cambiaran de orientación hacia la izquierda o hacia la derecha, un lenguaje  y unas categorías más bien en desuso, dejarían de serlo o pasarían a engrosar la lista de las “dictaduras” a derribar. En el caso del  actual gobierno de Costa Rica, para mucha gente, se trata de un gobierno “socialista” o incluso “comunista”, a pesar de que sólo gobierna para la UCCAEP y los círculos ultraderechistas de la Academia de Centro América, pareciera entonces que las expresiones más brutales del capitalismo de la élite financiera equivalen al “comunismo”, ese satánico esperpento que le quita el sueño a mucha gente. Todo esto parece ser lo más cercano a la famosa Torre de Babel, a la que se hace alusión en los textos bíblicos antiguotestamentarios.

Todo lo anterior, en medio del caos actual desatado, por cuanto la pandemia apareció, cuando los de la vieja derecha ultraliberal ya estaban culminando su larga campaña para demoler y ponerle fin, con un entierro de primera, pero en una funeraria barata, al estado social de derecho y a la democracia costarricense, considerada un estorbo y tan venida a menos durante las últimas décadas, sobre todo después de la abierta arista proclamación de la “dictadura en democracia”, la que sufrimos todos y de la que muchos prefieren no hablar, tal vez para no asumir de manera abierta sus consecuencias más temibles.

Los profetas del fatalismo así engendrado, buscan desmoralizar a sus víctimas potenciales, proclamando ahora con delirio y una cierta osadía su entusiasmo por lo que consideran como llegada a la concreción de la utopía neoliberal: un paraíso diseñado a su medida, algo así como un coto de caza para los empresarios evasores del fisco, donde ellos(y ellas) seguirán pagando salarios miserables, casi siempre inferiores al mínimo de ley, y haciendo todo lo que venga les en gana, por lo que en el asunto de las “zonas francas” y de otros innumerables negociados poco claros, los incontables beneficios que aseguran dejar al país, a pesar de las afirmaciones oficiosas de algunos, no se constituyen en un hecho demostrado, de una manera fehaciente. Ese nuevo orden de cosas, busca convertir a las universidades públicas en fábricas de graduados palurdos, donde no está mal en principio que los estudiantes aprendan, de manera efectiva, el idioma inglés para relacionarnos, y compartir conocimientos con muchos pueblos de la tierra que la tienen como su lengua materna, pero eso del inglés para leer etiquetas (lo que buscan algunos en el fondo) no es más que una repetición de los tiempos de la esclavitud, donde los africanos traídos por la fuerza a América aprendían a hablar un pidgin o lengua empobrecida (del inglés, el castellano o el francés) para las necesidades de sus amos europeos. Se le asoman, de nuevo, las orejas al totalitarismo neoliberal… estamos avisados.

¿Qué tan diferente será nuestro futuro?

Juan Carlos Mora Montero.

M.Sc Juan Carlos Mora Montero
Académico
Escuela de Planificación y Promoción Social
Universidad Nacional-EPPS-UNA
Costa Rica

Existe un claro hábito humano a pensar el futuro a partir de lo vivido; es decir la idea de futuro que nos forjamos está muy marcada por nuestra cosmovisión, por nuestros valores y de alguna manera por las aspiraciones que tengamos.

De vez en cuando en la historia de las sociedades humanas ocurren fenómenos con la capacidad disruptiva para obligarnos o invitarnos a un cambio a veces radical de nuestra zona de confort; ya sea en nuestra familia, nuestro país o el mundo entero.

En el plano personal y familiar, estos cambios pueden ser el inicio de nuestra vida laboral, el paso del colegio a la Universidad, el cambio de estado civil, la jubilación, entre otros. Estos cambios, pese a ser disruptivos en nuestras vidas tienen la bondad de ser previsibles y quizá otras personas los han vivido por lo que nos pueden contar su narrativa y eso ayuda a prepararnos. Luego después de un tiempo nos adaptamos a ese cambio y lo hacemos parte de nuestra normalidad.

A nivel del país, cambios como una guerra civil, un fenómeno natural, un conflicto armado, una reforma institucional como la de los años 40 del siglo pasado en Costa Rica, entre otras pueden tener un efecto disruptivo importante y generar elementos de una nueva sociedad. No obstante, mientras el país se adapta a esa nueva normalidad el mundo en general siguió similar a como estaba.

Finalmente, existen otros fenómenos que ocurren con mucha menos frecuencia en la historia de la humanidad que no solo cambian mi vida personal y la del país; sino que cambian la dinámica mundial, generando nuevos patrones de consumo, de producción, de intercambio y en general nuevos modos de vida.

Estos fenómenos son las guerras mundiales, las pandemias, el cambio climático, las eras geológicas, las revoluciones productivas, un acto terrorista, entre otros. Hoy estamos enfrentando y preparándonos para una nueva normalidad; es decir que no necesariamente por nuestra voluntad, muchos de nuestros patrones de consumo, de producción, de relación y de vida en general van a cambiar planetariamente generando una nueva normalidad; es decir un nuevo estado dinámico de las cosas con la fuerza de generar una cultura distinta a la anteriormente vivida y conocida.

¿Qué tan diferente será nuestro futuro? Aún nadie puedo dar una respuesta 100% precisa de cómo será el futuro y por eso en prospectiva acudimos a la construcción de escenarios y a partir de ellos y de su plausibilidad generar las conversaciones de cómo prepararnos para el tránsito hacia esas nuevas normalidades.

Para el director de la Cátedra de Futuro de la Unesco Sohail Inayatullah, dicho dos meses después de iniciada la pandemia; la nueva normalidad estará caracterizada por la aparición de soluciones inimaginables en el presente; o solo imaginables por muy pocas personas para grandes problemas y necesidades de la humanidad.

Pero la gran oportunidad que genera este cambio es poder dejar en el pasado las cosas que no veníamos haciendo bien como sociedad. Jouvenel, posiblemente, el padre de la prospectiva decía que la prospectiva es pensar cómo podría ser el futuro y decidir qué hacer con esa información, como poder cambiar lo que no nos gusta y fortalecer lo que hemos venido haciendo bien.

Los escenarios tendenciales para Costa Rica nos alertan de que seremos una sociedad mucho más desigual. Ahora a la desigualdad por ingresos y concentración de estos que se ha medido con el coeficiente de Gini, se suman otras alertas de incremento de la desigualdad: la conectividad a internet, el acceso a la tecnología, la educación y la salud virtual, el trabajo virtual, nuestra ubicación territorial, el acceso a la cultura.

No obstante, la alerta no es una condena del futuro. La alerta es para tomar decisiones presentes y poder revertir las situaciones. Por eso la expresión de que el “futuro está en nuestras manos”, pese a ser muy trillada y sobre todo usada para la autoayuda, es cierta. La sociedad que queremos ser es una decisión.

Hoy cuando el discurso en la agenda nacional se dirige hacia la confrontación entre el sector público y el privado, entre las personas con COVID y las que aún no se han contagiado, entre los que acatan las disposiciones de las autoridades sanitarias y las que no; es decir discursos que en todos los casos nos dividen, también debe encenderse la alerta de que debemos estar unidos. Este enemigo que tenemos se encuentra muy cómodo en una sociedad dividida.

Es muy posible que en la medida en qué la crisis por COVID se alargue por la ausencia de la tan esperada vacuna o tratamiento, vayamos observando con más claridad que debemos estar juntos en esto. Quizá lo que vivimos con el COVID sea la antesala de retos y desafíos mayores que tendrá la humanidad como es el caso del cambio climático que nos necesita unidos, con un liderazgo integrador y no buscando cada uno como aprovechar la crisis en beneficio personal.

En medio de la pandemia, el ICP-UCR avanza hacia un sistema que mejorará aún más su rendimiento

El ICP-UCR logra recertificar el Sistema de Gestión de Calidad y adelanta la implementación de un sistema integrado de gestión

Instituto Clodomiro Picado de la UCR.

Con una lista amplia de tareas para mantener el desarrollo de sueros antiofídicos y, al mismo tiempo, generar una formulación de anticuerpos equinos para tratar a los pacientes con COVID-19, el Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP-UCR) ha logrado avanzar de manera importante hacia un sistema integrado de gestión.

Los sistemas integrados de gestión son herramientas que guían los pasos a seguir en las actividades diarias. Su implementación permite optimizar los recursos, así como mejorar la organización y el rendimiento. Esto disminuye de manera importante los costos y aumenta la satisfacción de los colaboradores.

Con el trabajo de tesis de licenciatura de tres estudiantes de Ingeniería Industrial de la UCR, el ICP logró el diseño de un sistema integrado de gestión que incluye los tres ejes que lo conforman: calidad, ambiente y salud ocupacional.

Actualmente, el Instituto cuenta con una certificación de calidad en la norma INTE/ISO 9001:2015. Por esto, el aporte de los jóvenes abre una puerta para conseguir otras dos certificaciones más: la norma de ambiente INTE/ISO 14001:2015 y la de salud ocupacional 45001:2018.

“Lo que nos pareció sumamente interesante dentro del ICP-UCR fue su cultura. Todas las personas estaban muy dispuestas a ayudar y buscan la manera de hacer mejor las cosas. Eso demuestra un compromiso fiel a la mejora continua”, afirmó la estudiante Natalia Morales, quien desarrolló la propuesta del Sistema Integrado de Gestión junto con sus compañeros Luis Alonso Rodríguez y María José Monge.

Para lograrlo, los estudiantes realizaron varias auditorías y encuestas a los funcionarios del ICP-UCR. Además, tomaron en cuenta distintos requisitos legales para modificar y crear los documentos necesarios que permitieran acatar los distintos requerimientos.

“El personal del ICP-UCR tiene fortalezas importantes como su iniciativa, su disposición a ayudar y su compromiso con la Institución. Estos tres elementos los favorecen bastante para implementar el Sistema Integrado de Gestión”, amplió Natalia Morales.

Compromiso con la calidad

Para alcanzar ese Sistema Integrado de Gestión, ya el ICP-UCR tiene consolidado el primer rubro: su Sistema de Gestión de Calidad.

El 2 y el 3 de julio de julio, el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (Inteco) realizó la auditoría de seguimiento. El resultado fue positivo y su declaración contundente: “se evidencia un sistema de gestión maduro con más de 8 años de estar certificado, el cual ha venido evidenciando mejora continua en la capacidad de cumplir con los resultados previstos”, detalla el informe de la auditoría.

En esta ocasión, algunos de los procesos auditados fueron la producción de plasma, la producción de venenos, el control de calidad y la producción de inmunobiológicos, entre otros. Con este logro, el ICP-UCR alcanza su segunda recertificación. El primer certificado se obtuvo en el 2013 y la primera recertificación se logró en el 2016.

“Inteco es un organismo de certificación acreditado y se basa en los más estrictos estándares. Nosotros, para poder evaluar de los procesos y garantizar una gestión transparente, mantenemos personal altamente competente. Del ICP-UCR podemos decir que tiene una amplia experiencia en su sistema de gestión de calidad. Durante todos estos años, el Instituto ha mantenido auditorías de seguimiento y vigilancia, y siempre ha cumplido con los requisitos”, dijo Manuel González, auditor líder de Inteco.

Que el ICP-UCR cuente con un sistema de gestión de calidad certificado garantiza que los trabajos hacen de la mejor forma posible y que hay completa trazabilidad de los datos.

Cuido del ambiente

Si ese sistema de calidad se le acompaña de otro enfocado en gestión ambiental, los logros aumentan aún más.

De acuerdo con Vivian González, coordinadora de la Comisión de Gestión Ambiental del ICP-UCR, un sistema de gestión en esta área permite un control eficiente de los recursos y conseguir un ahorro en el consumo de agua, energía y demás materias primas. Asimismo, mejora la eficacia de los procesos productivos y reduce la cantidad de residuos generados.

“El Dr. Alberto Alape, director del ICP-UCR, creó la comisión de gestión ambiental y la de salud ocupacional con el objetivo de empezar a trabajar en esas áreas para, justamente, llegar a ese sistema integrado de gestión. Hemos estado sembrando árboles en peligro de extinción, arreglando tanques de agua para que no hubiese fugas, cambiando bombas, válvulas y tomando acciones para mejorar nuestro desempeño ambiental”, relató González.

En estos momentos, y gracias a la Comisión de Ambiente, ya el Instituto posee un control de los aspectos que contemplan indicadores ambientales y de la huella de carbono. Ahora, para lograr la certificación ante Inteco, solo falta su implementación, la cual está suspendida por la pandemia.

“Entre lo que hemos realizado está un inventario de los árboles en ambas fincas con el apoyo de expertos. Por otro lado, desde el 2015 venimos calculado la huella de carbono. Los resultados que hemos obtenido nos dan señales que ya podríamos considerarnos carbono neutral. Solo falta la certificación para formalizar la evidencia”, dijo González.

En medio de la pandemia

Pero eso no ha sido todo. La Comisión de Salud Ocupacional del ICP-UCR ha garantizado la seguridad del personal para seguir operando bajo las condiciones de pandemia. Esta comisión ha estado trabajando fuertemente con los protocolos que se están siguiendo para poder seguir operando.

“Hemos trabajado protocolos de seguridad para todos los funcionarios. De igual forma, hemos abordado la parte de ergonomía y de seguridad, así como de riesgo laboral. Con el COVID-19, hemos efectuado horarios de atención, el control de ingreso y la aplicación de todos los protocolos. Ha sido un trabajo arduo porque nosotros no nos podemos detener”, destacó el Ingeniero Carlos Masis, coordinador de la Comisión de Salud Ocupacional.

Un sistema de gestión de la seguridad y la salud laboral eficiente permite identificar y valorar los riesgos que existen en cada puesto de trabajo. Su gestión otorga la posibilidad de evitar accidentes y mejorar la salud de los colaboradores, con lo que se puede estimular su confianza, motivación y compromiso con el Instituto, así como aumentar su productividad.

El Sistema de Gestión Integrada ya está diseñado pero, para lograr su implementación formalmente, habrá que esperar que se supere completamente la pandemia.

 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

A algunos no les va tan mal

Óscar Madrigal

Publica hoy La Nación datos sobre el comportamiento de las exportaciones nacionales en el primer semestre del año.

Las exportaciones de productos agrícolas CRECIÓ un 2%, el sector alimentario un 8% y el pecuario y pesca un 9%.

¿Quiénes han aumentado sus ingresos en esta crisis sanitaria?
Los bananeros en un 9%
Los cafetaleros subieron sus ingresos en un 12%
Los exportadores de frutos congelados con un 6%.
Los piñeros no aumentaron sus ingresos, pero solo tuvieron reducciones del 4%, con lo cual tampoco les fue mal.
Los azucareros son de los mejores, aumentaron exportaciones en un 28%.
Los que producen jarabes para bebidas (también azucareros) subieron un 9%.
Los aceiteros de palma (Numar y otros) subieron un 17%.
Los productores de concentrados y jugos (Dole y otros) con un 11%.
Industriales del pescado (Sardimar y otros) incrementaron un 33%.
Los ganaderos e industriales de la pesca aumentaron en un 50%.

Todos estos señores en tiempos de pandemia aumentaron sus ingresos, sus ganancias o sus utilidades. Los números no engañan: les ha ido muy bien en este primer semestre del año. Son los bananeros, cafetaleros, azucareros, ganaderos, piñeros, industrias del pescado o alimentaria a los cuales la crisis sanitaria no les ha afectado; han ganado y, en algunos casos mucho.

Por ello cuando se dice que todos estamos en el mismo barco o todos estamos jodidos, dicha afirmación no se corresponde con la realidad.

¿Pueden esos señores en vez de ganar 100, que ganen 80 para apoyar a los realmente afectados por la pandemia?

La universidad frente a la pandemia

La Universidad de Costa Rica le invita este jueves 23 de julio a las 5 p.m. a participar en el conversatorio: “La universidad frente a la pandemia, el ajuste y la crisis”, via Facebook Live de Organizate UCR. Se contará con la participación de Alberto Gutiérrez Arguedas, Gabriela Arguedas Ramírez y Fernanda Quirós.

Frente Nacional por la Seguridad Social llama a participar de marcha vehicular

FRENASS – Comunicado

De la crisis que genera la pandemia por el COVID 19, solo saldremos juntos y juntas como sociedad. No podemos dejar a nadie atrás. En este contexto de crisis pandémica, queda claro que la salud pública y, principalmente, la Caja Costarricense de Seguro Social siempre ha estado en la primera línea de contención de la enfermedad. Por eso, exigimos al gobierno del presidente Carlos Alvarado Quesada honrar la deuda que el Estado Costarricense tiene con la seguridad social. Demandamos del presidente una sana solución financiera para la Caja, a corto, mediano y largo plazo, dado que sus ingresos se han visto disminuidos con la rebaja -promovida por su Gobierno-de la base mínima contributiva desde el mes de marzo a la fecha, con un promedio de 180.000.000 (ciento ochenta mil millones de colones por mes), lo que podría alcanzar al cierre del 2020, más de un billón de colones. Lo que impedirá a la Caja hacerle frente en forma eficaz a la atención por la demanda del servicio de salud y a la emergencia por la pandemia.

La Caja es patrimonio del pueblo de Costa Rica, por eso, solicitamos vehementemente a la Junta Directiva de la Caja, promover una DISCUSIÓN NACIONAL amplia y participativa acerca del futuro de nuestra C.C.S.S., más allá de una atención coyuntural de la pandemia. Exigimos al gobierno de Alvarado y a la Asamblea Legislativa aprobar los recursos necesarios para garantizar a las familias desempleadas, víctimas de contratos laborales suspendidos, o jornada laborales disminuidas, el sustento diario a través del Bono Proteger y destinar para ello, parte de las reservas en dólares del Banco Central y establecer una política de impuestos progresivos sobre la renta y sobre la riqueza que contribuya a reducir la desigualdad social de nuestro país que se ha hecho evidente con la pandemia. Rechazamos la propuesta de tercerizarlos servicios de salud que brinda la Caja promovida por la UCCAEP y el sector empresarial, porque corresponde a una estrategia neoliberal que busca privatizar la Caja poco a poco.

NO ES CIERTO que los servicios que brindan las empresas privadas o terceros resulten más baratos para la Caja y para quienes contribuimos solidariamente con su sostenimiento. Denunciamos ante la ciudadanía la campaña generalizada contra el sector laboral público, al que se le ha querido responsabilizar por los desequilibrios económicos de la mala administración del gobierno y de las políticas económicas abusivas aprobadas por la Asamblea Legislativa. Exigimos a los que más tienen y más riquezas han acumulado pagar la cuota de responsabilidad que les corresponde para sobrellevar la crisis actual y mantener el estado social de derecho costarricense.

POR ESO, INVITAMOS TODAS Y TODOS, DENTRO Y CON NUESTRAS BURBUJAS SOCIALES, IR EN CARAVANA DEL PARQUE DE LA MERCED A LA CASA PRESIDENCIAL, MAÑANA JUEVES 23 DE JULIO. 9:00 A.M.

HOY MÁS QUE NUNCA, LA CAJA NECESITA QUE LA DEFENDAMOS.

¡LA CAJA NO SE VENDE, LA CAJA SE DEFIENDE!

Voz experta UCR: El COVID-19 y el sector cultura: aplaudir no alcanza

Por Priscilla Carballo Villagra, profesora de la Maestría en Artes, UCR

La crisis económica actual ha afectado radicalmente al sector cultura. No obstante, este es uno de los grupos más solidarios en la crisis: pusieron a disposición sus películas, dan conciertos fines de semana, leen cuentos en línea, comparten sus montajes y espectáculos, escriben canciones sobre la crisis y, con su trabajo, nos hacen sonreír

Priscilla Carballo Villagra, profesora de la Maestría en Artes, UCR.

Las expresiones culturales son producto y reflejo de las dinámicas sociales, son espacios donde las personas de las artes se hacen preguntas sobre la condición humana. Temas como el amor, la muerte, las condiciones políticas y las guerras han estado presentes en las manifestaciones artísticas como preguntas inminentemente humanas.

Las artes en toda su diversidad están cada día en la vida de las personas. Por ejemplo, basta transitar una calle o tomar un bus, para estar expuestos a la música, a un texto, a una imagen y a otras expresiones del arte.

¿Pero qué pasa con el arte en periodos de crisis como los actuales? El contexto de crisis económica, que se ha generado con la pandemia del COVID-19, ha afectado radicalmente a este sector por la cancelación de actividades colectivas y por los problemas económicos de la población que limitan sus posibilidades de invertir en actividades culturales. Este es un sector que está siendo y va a ser profundamente golpeado por la crisis, y con tiempos venideros realmente inciertos.

La sobrevivencia económica de las personas que se dedican al arte siempre ha sido un reto. Attali, por ejemplo, nos recuerda el caso de Mozart, un personaje fundamental en la historia de la música, pero que en su vida no estuvo cerca de tener estabilidad financiera:

“Nadie vivió más que Mozart la inseguridad del músico empresario, víctima de la despiadada censura económica a todo lo largo de su vida, uno de los primeros prisioneros del dinero abstracto, anónimo, del dinero vestido de negro. Pocos meses antes de su muerte, escribía aún: ‘En vez de pagar mis deudas, ¡sigo pidiendo dinero! […] A causa de mi enfermedad, no he podido ganar dinero. Pero debo añadir que a pesar de mi estado lastimoso, he decidido dar conciertos por suscripción en mi casa para poder hacer frente al menos a mis gastos cotidianos, porque estaba absolutamente convencido de tu ayuda amistosa. Pero hasta eso ha fallado. El destino está tan puesto contra mí —de hecho, únicamente en Viena— que ni siquiera cuando pongo todo de mi parte consigo ganar dinero’” (Attali, 1977, p. 106).

Hasta el día de hoy el escenario no ha cambiado de manera significativa, mucho menos en economías pequeñas como las centroamericanas, donde pocas personas pueden gastar dinero en asistir a una obra, comprar un cuadro, ir a un concierto o comprar libros.

En el actual contexto de crisis económica se habla de sectores que están siendo afectados como el turismo, las pequeñas empresas o los restaurantes. Pero poco se habla de los grupos de teatro que estaban a punto de estrenar una obra, de músicas y músicos que tenían conciertos programados en restaurantes, festivales y hoteles, de las editoriales independientes que publicaron nuevos libros recientemente, de cineastas que iban a proyectar en el Festival de Cine, de los teatros y cines alternativos que tuvieron que cerrar o de la labor de docencia que realizan todos y todas estas artistas para complementar sus ingresos, la cual no puede ser realizada de manera virtual fácilmente. Estas personas trabajadoras independientes vieron paralizadas sus economías y no se vislumbran medidas claras para ellas.

Históricamente, en el país no han existido políticas de protección para las personas trabajadoras de la cultura, ni seguros de desempleo, ni subsidios, y en esto el Estado costarricense ha fallado. En esta crisis tenemos la oportunidad de vencer esta deuda histórica y tomar medidas para apoyar la materialidad de la existencia de estas personas. Del arte se vive y son obreros del arte, por tanto, sus condiciones deben ser atendidas como con cualquier otro sector laboral.

Justamente, esta omisión del Estado sobre la condición de las personas trabajadoras del mundo del arte se debe a dos elementos: en primer lugar, a una limitación estatal y social para comprender el arte como trabajo remunerado y base de subsistencia de las personas que se dedican a él. Y, en segundo lugar, por acciones estatales que jerarquizan y priorizan unos empleos sobre otros, así como un modelo de productividad sobre otro. Desde estos parámetros solo algunos empleos merecen ser protegidos. Es decir, se remite a la urgencia de “rescatar” de la crisis a sectores productivos y laborales prioritarios, y el sector del arte nunca lo es. Se asumen sus productos como bienes de segundo orden, y se deja a la libre del mercado la existencia o no de estos emprendimientos. En esta priorización existen premisas violentas que generan precarización de dicha población laboral.

Irónicamente, a pesar de la dureza de las condiciones, este es uno de los sectores más solidarios en la crisis y que ha estado más presente en la cotidianidad de las clases medias que se han podido quedar en casa. Estos y estas artistas han puesto a disposición sus películas, han dado conciertos fines de semana, han leído cuentos en línea, han compartido sus montajes y espectáculos, han escrito canciones sobre la crisis y el encierro, y nos han sacado una sonrisa moviendo recuerdos y vivencias a partir de su trabajo.

Algunas grandes empresas quieren capitalizar los esfuerzos de las y los artistas para hacer crecer sus redes sociales empresariales. Les proponen hacer presentaciones virtuales desde las plataformas de sus empresas, sin ofrecer nada más; ofrecen visibilidad, como si esto diera de comer. Hacer estas propuestas es irrespetuoso, es seguir sin entender el arte, verlo como el show gratis o como mero espectáculo, sin aportar nada a la dura situación que el sector enfrenta.

Este grupo va a ser posiblemente uno de los que va a retomar labores con más dificultad, por la necesidad de colectividad en su trabajo, porque trabajan desde y con su cuerpo, y en este contexto el contacto corporal es visto como un peligro. Entonces, ¿cómo se hace danza o música sin tocarse entre sí? ¿Cómo se hacen los montajes manteniendo la distancia? ¿Y cómo se agrupa al público para un espectáculo? Si ya generar taquilla es un reto en estos países, ahora con un aforo de 50 % esto resulta imposible.

Aplaudir no basta, nunca ha bastado. Para ellos y ellas el arte es una forma de vida, no es algo recreativo que se hace en el tiempo libre, es parte de lo que son y de lo que hacen. Se necesita una institucionalidad que asuma y comprenda las particularidades del sector, que contemple acciones concretas e inmediatas en elementos básicos de su condición laboral. Es urgente una legislación específica para el sector, la cual contemple formas de cobertura específicas en temas como seguridad social, seguros, subsidios de desempleo, licencias de maternidad. Pero, además, en esta coyuntura es urgente elaborar estrategias para invertir y dinamizar el espacio de la cultura cuando podamos retomar los espacios públicos.

Como ciudadanos y ciudadanas que nos nutrimos de las expresiones culturales, debemos exigir estos apoyos para el sector y no dejarlo solo en este proceso, pues las expresiones culturales construyen ciudadanía y dinamizan el espacio social. La cultura no es gratis y es un deber del Estado invertir en ella, pues con estas acciones se está garantizando un derecho humano: el derecho a participar en la vida cultural y a gozar de las artes.

Fuente
Attali, J. (1977). Ruidos: Ensayo sobre la economía política de la música (1. ed. En español). Siglo Veintiuno Ed.

 

Mtr. Priscilla Carballo Villagra
Mtr. Priscilla Carballo Villagra, socióloga, profesora de la Maestría en Artes, UCR

V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO – aplazamiento

Declaración del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional

APLAZAMIENTO para los días 25 al 28 de enero del 2022

El Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional, tras una consulta con todos sus miembros, ha tomado la decisión de aplazar para los días 25 al 28 de enero del año 2022 la V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO, que originalmente estaba prevista para el próximo 2021.

Los integrantes del Consejo Mundial reconocemos que el desastre provocado por la Pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto muy claramente la necesidad de trabajar por el equilibrio del mundo, la colaboración y la solidaridad internacionales, la equidad, el desarrollo sostenible, justicia social y la paz, lo que hace más oportuna que nunca antes la celebración de este cónclave que tiene el coauspicio de la UNESCO, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y otras muchas instituciones. No obstante –vista la situación y las condiciones que prevalecen en la actualidad en la mayoría de los países, agobiados por una profunda crisis sanitaria, económica y social- un análisis frío y realista conduce necesariamente a la necesidad de aplazar un año la cita.

Esto permitirá contar con más tiempo para favorecer la asistencia al evento de muchísimos académicos, profesores e investigadores, promotores culturales, activistas sociales, representantes de partidos políticos, de organizaciones no gubernamentales y de otras instituciones de la sociedad civil, de todas partes del mundo, que han manifestado su interés en participar en este foro internacional, plural y humanista, que se realiza en La Habana, cada dos años en homenaje al gran pensador cubano, latinoamericano y universal José Martí.

Este evento internacional se efectuará en La Habana, Cuba. Salvo el cambio de fecha (ahora sería del 25 al 28 de enero del 2022), la convocatoria que oportunamente se libró para este evento mundial mantiene total vigencia.

La V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO tiene carácter plural y multidisciplinario, tiene el propósito de darle continuidad al Congreso Mundial de Humanidades efectuado en el 2017 en Lieja, Bélgica, y, entre otros temas cardinales abordará la importancia del diálogo y la diversidad cultural, el papel y los desafíos de los movimientos sociales, la lucha por la paz y el desarme nuclear, los riesgos y esperanzas de las nuevas tecnologías de la información, los ecosistemas y la necesidad de su preservación, las políticas culturales y la identidad nacional, el multilateralismo como mecanismo indispensable para el equilibrio mundial, las artes y las letras en la formación de una cultura de resistencia, el desarrollo sostenible y la equidad social, la educación y los derechos humanos en el siglo XXI, el combate contra la discriminación racial y por la igualdad de género, la diversidad religiosa, el ecumenismo y la espiritualidad, el problema global del narcotráfico, el papel actual de la juventud en los procesos de cambio, la construcción de una democracia participativa, y los aportes del pensamiento latinoamericano, desde Simón Bolívar y José Martí hasta nuestros días.

En correspondencia con la actual crisis mundial, hemos propuesto al Comité Organizador de esta V Conferencia Internacional, añadir en la agenda de discusión un nuevo punto que, de manera general, se ha titulado “Experiencias derivadas de la Pandemia del COVID-19”.

El propio Comité Organizador nos ha pedido dar a conocer que todas aquellas personas que ya se habían inscripto en el sitio web del evento (http://www.porelequilibriodel mundocuba.com) como ponentes o con el estatus de participantes en dicho cónclave mantienen todos sus derechos.

Llamamos a todas las personas de buena voluntad (intelectuales, educadores, artistas, escritores, periodistas, activistas sociales, miembros de organizaciones no gubernamentales, políticas, feministas, campesinas, juveniles y estudiantiles, sindicales, religiosas, científicas, ambientalistas…) a esforzarse por participar en este foro de pensamiento plural y multidisciplinario, a fin de convertirlo en un escenario para contribuir a sensibilizar a la opinión pública mundial en torno a la necesidad de crear una conciencia tangible contra los males que hoy aquejan a la Humanidad y ponen en riesgo la propia existencia de nuestra especie.

15 de julio del 2020
Consejo Mundial del
Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional

Integrantes del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional:

Federico Mayor Zaragoza (España), ex director general de la UNESCO; presidente de la Fundación Cultura de Paz.
Adolfo Pérez Esquivel (Argentina), Premio Nobel de la Paz; destacado activista por los Derechos Humanos.
Ignacio Ramonet (Francia), analista internacional, escritor y periodista francés.
Frei Betto (Brasil), teólogo e intelectual; Premio Internacional José Martí UNESCO/2012
Carlos Bojórquez Urzáiz (México), intelectual, investigador y profesor; responsable del Consejo Científico de la Universidad José Martí de Latinoamérica, sede en Mérida, Yucatán.
Atilio Borón (Argentina), sociólogo y analista político; Premio Internacional José Martí UNESCO/2009.
Vittorio Di Cagno (Italia), jurista; Presidente de Honor de la Comisión Internacional de la Unión del Notariado Latino.
Miguel Ángel Candanedo (Panamá), filósofo, director de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Panamá.
Guillermo Castro Herrera (Panamá), especialista en estudios ambientales; Asesor de la Fundación Ciudad del Saber, Panamá.
Paul Estrade (Francia), Profesor Emérito de la Universidad de París VIII; Ex Presidente del Centro de Historia de las Antillas Hispánicas y de la Sociedad de amistad Francia-Cuba.
Pablo Guayasamín (Ecuador), Presidente Fundación Guayasamín.
Pablo González Casanova (México), intelectual; Ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Jean Lamore (Francia), profesor adjunto en la Universidad de Burdeos, Francia.
Luigi Lombardi Vallauri (Italia), destacado jurista y profesor.
Juan Marchena Fernández (España), profesor latinoamericanista y Coordinador del Centro de Estudios Avanzados para América Latina y el Caribe, Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España.
Mario Alberto Nájera Espinoza (México), filósofo, profesor en la Universidad de Guadalajara, México; y Coordinador de la Red Internacional de Cátedras Martianas.
Raúl Pérez Torres (Ecuador), prestigioso escritor.
Max Puig (República Dominicana), intelectual y político; Ex Secretario de Estado de Trabajo de la República Dominicana.
Tony Raful (República Dominicana), poeta e historiador; Ex Secretario de Estado de Cultura de la República Dominicana.
Pedro Pablo Rodríguez López (Cuba), investigador titular del Centro de Estudios Martianos; Premio Nacional de Historia y de Ciencias Sociales de Cuba.
Luis Gomes Soromenho (Portugal), profesor universitario, economista y político.
Emilio Lambiase (Italia), profesor y activista social.
Francisco Galindo (España), promotor cultural y profesor adjunto de la Universidad Complutense de Madrid, España.
Alicia Kirchner (Argentina), activista social y política; Ex Presidenta del Comité Intergubernamental del Programa MOST de la UNESCO.
Chung Kyung Won (Corea del Sur), catedrático en la Universidad de HANKUK; presidente del Instituto de Estudios Latinoamericanos de esa institución de Seúl, Corea del Sur.
José Antonio Ruz Hernández (México), Rector de la Universidad Autónoma del Carmen, México.
Vivian Auffant (Puerto Rico), catedrática del Departamento de Literatura y Español de la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico.
Jorge Cuellar Montoya (México), Rector de la Universidad José Martí de Latinoamérica, de Monterrey, México.
Eduardo Torres Cuevas (Cuba), historiador; Director de la Oficina del Programa Martiano y Presidente de la Sociedad Cultural José Martí, Cuba
Francisco Beltrán Lloris (España), profesor de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, España.
Guillermo Daniel Ortega Reyes (Nicaragua), parlamentario; secretario de la Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento Centroamericano.
Marjorie Jiménez Castro (Costa Rica), profesora de Filología y Lingüística en la Universidad de Costa Rica.
Peter Koenig (Suiza), economista y analista geopolítico.
Héctor Hernández Pardo (Cuba), profesor universitario; Coordinador Ejecutivo del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional.

 

*Imagen de cabecera: Clausura de la IV Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO