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Etiqueta: partidos políticos

Hacia el primer domingo de febrero

Vladimir de la Cruz

Este 6 de octubre, el Tribunal Supremo de Elecciones dio el pitazo de salida hacia las elecciones que se harán el primer domingo de febrero próximo. Hasta el 22 de octubre próximo tienen los partidos políticos tiempo para terminar sus procesos internos y presentar oficialmente sus candidaturas a Presidente, Vicepresidentes y a Diputados.

A partir de ese 6 de octubre, igualmente, toda la Fuerza Pública del país queda supeditada al mando del Tribunal Supremo de Elecciones. Creo no exagerar al resaltar que este acto es único en el mundo, que es una de las fortalezas y distinciones de la Democracia costarricense como sistema político y electoral de vida. Ningún país entrega sus fuerzas policiales, armadas o militares, durante el tiempo de un proceso electoral, casi siete meses, que puede prolongarse hasta el primer domingo de abril, si hubiera segunda ronda electoral.

De igual manera, el día de votaciones, ningún efectivo de la Fuerza Pública o de la Policía puede entrar o presentarse a votar armado, o con las armas oficiales que debe portar. Entran al recinto electoral desarmados. En países vecinos y del continente esto es absolutamente infrecuente, impensable. En muchos de esos países son los mismos uniformados del Ejército, y los cuerpos militares, los que prácticamente “cuidan” los procesos electorales, y en no pocos casos se quedan con las urnas electorales y los resultados.

Al escribir esta columna no tengo los datos finales de cuántos partidos políticos han terminado exitosamente sus procesos de inscripción definitivos, y cuántos tienen asuntos pendientes con el Tribunal Supremo de Elecciones, de que les aprueben sus trámites. Pero andan en una suma superior a los 20 partidos políticos nacionales y otro tanto de partidos provinciales.

El Tribunal Supremo de Elecciones sin lugar a dudas desempeña una encomiable y excelente labor en la parte organizativa del proceso electoral, en la confianza que se deposita en él, en la certeza y seguridad que produce el sistema electoral con los partidos que participan en las elecciones, en la hechura de la papelería que se usa el día de las elecciones, en la distribución de las mismas desde varios días antes a los miembros de las Juntas Electorales, y en su recolección. Del mismo modo como ha ido perfeccionando sus sistemas de conteo de votos de manera que el mismo día de las elecciones a las 9 de la noche prácticamente ya hay un primer resultado, no definitivo oficialmente, de quién puede ser el ganador o de quienes pueden ir a una segunda vuelta, así de cómo se configurará la próxima Asamblea Legislativa.

Lo que el Tribunal Supremo de Elecciones está fallando, fardo que arrastra de su historia electoral, es que no ayuda en el buen sentido a la participación electoral partidaria. Hace todo lo que puede no para que los ciudadanos puedan inscribir partidos, sino para ponerles obstáculos de inscripción, algunos totalmente absurdos, como se ha visto en este período de Pandemia.

El Tribunal Supremo de Elecciones debería contribuir a llevar de la mano a los ciudadanos para que puedan ver cristalizados sus procesos de inscripción partidaria. Es tan burocrática esa acción del Tribunal que hace que algunos de sus funcionarios y funcionarias, a cargo de esta tarea, actúen de una manera autoritaria, despótica, de tipo fascista, contra los partidos y sus procesos de inscripción poniéndoles trabas, anulándoles asambleas, obligándolos a repetirlas absurdamente, estableciéndoles el cumplimiento de requisitos que aunque estén en sus vetustos Estatutos partidarios, el Código Electoral, norma suprema los ha eliminado, lo que tácitamente significa que también los borró de esos Estatutos, sin embargo les obligan a aplicar los Estatutos y no el Código, en lo que los beneficia, creando también una desigualdad real de aplicación de una Ley que es para todos.

De esa manera, este accionar, de esos funcionarios y funcionarias, pareciera favorecer, con esos actos, a los grandes y tradicionales partidos. Eso sí es una cochinilla, o mejor dicho una gran cochinada que todavía se hace en el Tribunal Supremo de Elecciones.

Si la cochinilla no estuviera concentrada en asuntos de obras públicas bien podría pensarse que alguna cochinilla, y no solo de dádivas económicas, de comidas, de hoteles, o de favores sexuales, sino ideológicas, o de persecución política, o antipatía personal contra algunos posibles candidatos, podría haber en esos empleados y empleadas ensañados y empeñados en impedir la inscripción de partidos, o de anular sus inscripciones, cuando en buena filosofía democrática, y de la mayor participación ciudadana, deberían estimular la inscripción de partidos, sin importar su número.

Hoy no hay restricciones ni impedimentos constitucionales o legales para la inscripción de partidos, por razones ideológicas o políticas, como existieron con el Decreto No. 105 de la Junta de Gobierno y el Segundo párrafo del Ar. 98 de la Constitución, párrafo vigente hasta 1975, que el Tribunal solo lo aplicaba a la siniestra sin ningún miramiento, con solo olfatear o suponer algo de izquierda, por la sola firma de quienes solicitaban una inscripción partidaria, o por pertenecer a los órganos constitutivos de esos partidos que les aplicaban esas normas.

En esos años no había mucha distinción entre el dominio que se ejercía, desde partidos políticos gobernantes, o desde gobiernos, sobre los magistrados, como se hace actualmente en Nicaragua o en Venezuela.

Lamentablemente siguen existiendo rémoras institucionales, para mí, de corte fascista, en algunos funcionarios, que me imagino actúan al margen y sin directrices de los Magistrados electorales, en esas actitudes negativas, poco estimulantes para la participación más amplia electoral.

Aparte de este hedor que me provocan esos actos de esos funcionarios, de menor escala, pero con fuerte poder anulatorio de procesos de inscripción de partidos, saludo la apertura del proceso electoral.

Nos queda a los ciudadanos exigirle, en esta campaña electoral, a los candidatos presidenciales y a sus diputados, como a los partidos políticos, que nos digan cuáles van a ser, por lo menos, sus primeros cinco Proyectos de Ley y sus primeros cinco Decretos Ejecutivos, a partir del 1 de mayo y del 8 de mayo próximo, de los diputados y del próximo presidente. Esto por cuanto todo lo que ofrezcan en la campaña electoral, en discursos y programas, tienen oportunidad de traducirlo desde el primer día que asuman su puestos, el 1 o el 8 de mayo, los diputados y el Presidente, en Proyectos de Ley o en Decretos Ejecutivos. Si esto lo cumplieran empezarán a contribuir para restituir confianza en la Política, en los Políticos, en los Gobernantes, en el Presidente, en los Diputados y en los Partidos políticos… Ya sería algo.

Se aclaran la aguas electorales, pero los remolinos siguen

Vladimir de la Cruz

Se van aclarando en la superficie las aguas electorales, pero las corrientes de agua siguen agitadas y con remolinos.

A nivel de las candidaturas presidenciales ya se van precisando quienes encabezarán las papeletas de los partidos, en la mayoría de los casos, solo la candidatura presidencial sin sus vicepresidencias, y en bastantes casos la candidatura presidencial se anuncia con la doble candidatura, en tanto el candidato presidencial también va de candidato a primer lugar por una provincia, la que el propio candidato y su partido considera la más importante, o la que tiene mayor posibilidad de elegir al menos un diputado.

En cuanto a las candidaturas a diputados se están definiendo los primeros puestos, los que encabezan las listas, en algunos casos diciendo también quienes acompañan en los segundos y hasta terceros puestos a diputados, especialmente en la provincia de San José, a la que parece se le da la mayor importancia en los partidos políticos.

Todos los primeros puestos son importantes y con mayor posibilidad de ser electos. De allí la importancia de los diputados que encabecen. De ellos, del conocimiento que se tiene de ellos, posibilita el arrastre de votos y el arrastre de las otras candidaturas detrás de ellos. Cuando los segundos y terceros lugares son destacadas figuras ello suma como grandes motores en esa posibilidad de elección.

Sin embargo, la figura que más arrastra votos, que más hala votos, es la figura presidencial. En un país de campañas presidencialistas que descansan, principalmente en campo publicitario, en la figura del candidato presidencial, es esta figura y su propaganda, y campaña publicitaria, la que hala votos hacia el candidato, el partido y hacia sus candidatos a diputados. Por ello no es casual las dobles candidaturas de los candidatos presidenciales, porque con la bulla que se hace hacia la candidatura presidencial, y el espacio que se les reconoce en medios, les da alguna ventaja hacia la candidatura diputadil.

Los partidos políticos casi no hacen campaña para sus diputados. Esta descansa casi solo en el esfuerzo de cada candidato y sus posibilidades financieras, porque el peso de los gastos se va hacia la candidatura presidencial. Las vallas publicitarias de candidatos presidenciales son nacionales, en todo el país se ponen y se anuncian. Las vallas de candidatos a diputados son locales, regionales, enfatizando en la fuerza que tengan en sus respectivas comunidades provinciales. Pocas veces se hacen estas vallas en conjunto con el candidato presidencial respectivo. Lo hace así el candidato interesado en salir electo y en aprovechar la simpatía local que pueda tener el candidato presidencial de su partido.

A nivel de medios de comunicación, de radio, prensa y televisión, tradicionales principalmente, les dan su atención a los candidatos presidenciales principalmente. A los candidatos a diputados lo que se ha venido acostumbrando es hacer una o dos actividades con los candidatos a los primeros lugares por provincia. Los medios digitales son parecidos en su escogencia, pero ligeramente más abiertos a considerar a todos los candidatos.

Las empresas encuestadoras igualmente destacan lo que consideran son los principales candidatos, como partidos y como personas, y por considerar partidos que están en la Asamblea Legislativa y los que no, para sus análisis y consultas. Al resto de los partidos y candidatos los colocan en la casilla de “otros candidatos” u “otros partidos”, con lo que ayudan y fortalecen su invisibilización.

Desde el punto de vista público, todas las instituciones públicas, están obligadas a considerar y tomar en cuenta a todos los candidatos presidenciales, y sus partidos, sin discriminación alguna, para cualquier encuentro, debate, foro o mesas redondas. Tienen a discreción la escogencia de candidatos y el número de ellos para cada encuentro. Esto a veces provoca la protesta de los candidatos menos conocidos, de partidos nuevos, o de baja escala en las encuestas, que desearían enfrentarse a los candidatos “más” sonados, que se consideran “más” importantes o “principales”. Democráticamente a veces se estila “rifar” la colocación en las rondas de discusión, de la misma manera como se rifa el lugar de cada partido en las papeletas de candidatos presidenciales y de diputados.

Desde el punto de vista de los intereses privados no se obliga a que tomen en cuenta a todos los candidatos de igual manera. Los que organicen actos con candidatos presidenciales, y de diputados, a nivel de organizaciones o entidades privadas pueden escoger a los candidatos y partidos que ellos consideren para oírlos e invitarlos. No tienen obligación con todos los partidos ni con sus candidatos. Ya sucedió con la UCCAEP cuando en su primer encuentro escogieron a José María Figueres, Lineth Saborío, Rolando Araya, Fabricio Alvarado y al candidato del PAC, que correspondía a Welmer Ramos, que tonta o estúpidamente no se presentó, perdiendo “su” oportunidad. Tal vez lo vuelvan a tomar en cuenta, pero lo pueden cambiar. En política no hay espacios vacíos. De inmediato el periódico La Nación hizo una revista con cuatro candidatos. Así, estos grupos empresariales van escogiendo sus principales candidatos, y con ello, dándoles más presencia, relevancia y selección ante los electores y ciudadanos. Pero, también, estos grupos empresariales “anuncian” de esa manera a quienes “apostar”, a quienes favorecer con “financiamiento” privado a las campañas, orientando a los electores a quien “deben privilegiar” con sus votos, considerándolos estas empresas como los “posibles mejores” para el Gobierno.

Lo que viene es la escogencia de varios pelotones de candidatos, de donde los van a ir zarandeando, de manera que entre noviembre y diciembre se harán dos o tres categorías de “delanteros” de este proceso electoral, para llegar a mediados de diciembre, cuando se dé la tregua política de navidad haya unos seis candidatos “elegidos”, que en la primera quincena de enero se reduzca a unos cuatro, con los que se apostará finalmente.

El alto número de candidatos presidenciales en la práctica también obliga a considerar a quienes subjetivamente se estime son los principales, lo que es siempre muy subjetivo, dado el resultado de las últimas dos campañas electorales cuando quienes se hicieron con la Presidencia, estaban a cuatro semanas del voto en plano inferior a los que encabezaban las encuestas en esos momentos. En esta campaña electoral esto va a ser más difícil de valorar y evaluar por el alto número de candidatos. Y, hasta complejo va a ser la determinación del voto en el momento de realizarlo, cuando el ciudadano se encuentre con una papeleta con 18, 20, 22 o 26 casillas electorales. La de la presidencia al menos tiene la foto del candidato, pero si eliminan esa foto, como se rumora que se valora hacer, va a ser peor para los ciudadanos la escogencia, porque tendrían que votar solo por una casilla que lleva el nombre del partido político y su bandera…y la mayoría de las banderas son muy parecidas en el uso de sus colores. La papeleta de diputados desde hace ya varias campañas electorales vienen sin la lista de diputados. Allí se vota solo por la bandera del partido.

En esta próxima campaña habrá en posibilidad para todas las provincias un total de 54 partidos políticos con candidatos a diputados. Algunas provincias tendrán más partidos que otras. Al menos hay que pensar que los 22 posibles partidos en inscribirse para la Presidencia tendrán igualmente sus candidatos a diputados en cada provincia, de manera que el mínimo de partidos en cada provincia será el número de partidos a nivel nacional, más los partidos propios de los partidos provinciales que proponen sus propios candidatos, sin tener candidatos presidenciales.

Los escenarios político-ideológicos están divididos. Los liberales van con varios partidos, los conservadores igual, los pentecostales al menos van con dos partidos, los socialcristianos y los socialdemócratas y los que podrían considerarse progresistas igualmente divididos. Sus propios candidatos se dividen incluso en una misma provincia, debilitando así sus propios votos para ser electos, en la presidencia o en las diputaciones.

Por ahora las aguas mansas parecen predominar en el nivel presidencial, excepto para Rodolfo Piza, que le ha salido un obstáculo en su doble candidatura. Lo que no entienden en ese partido es que Rodolfo Piza es la figura más importante, en la doble candidatura, hasta para jalar al segundo lugar o tercer lugar que le sigan. Sin Rodolfo Piza ese partido político es nada.

En el nivel provincial, de candidatos es donde se revuelven las aguas, donde están los remolinos y corrientes peligrosas.

Para Rodrigo Chaves también se la han puesto empinada con las denuncias que le agitan de lo sucedido en otras remotidades, pero que no le afecta la decisión de sus candidaturas a diputados. Ya le sucedió cuando se le separaron dos pequeñas fuerzas políticas que se le retiraron en las últimas tres semanas con motivo de la escogencia de sus diputados. Con los escándalos que le han hecho le hubiera convenido tener más grupos políticos a su alrededor.

El vínculo que le hicieron a Mario Redondo con la cochinilla afectó la alianza y casi coalición que se logra con Eli Feinzaig, y cada uno va por su lado a nivel presidencial.

El candidato del Movimiento Libertario Valenciano Kramer se retiró por razones personales, después de hacer una gran inversión publicitaria, que ya no tiene ese partido. Este retiro fue un remolino que parece se tragó a ese partido.

En Liberación Nacional la lucha está en las candidaturas a diputados. La posible escogencia de Rodrigo Arias Sánchez, para encabezar la provincia de San José, de ser cierta, es una gran jugada que fortalece la idea, la imagen de una unidad interna de los sectores políticos más fuertes de ese partido, el figuerismo, el arismo y del alvarismo-desantismo que estaría dando un gran nivel de maduración política. Liberación Nacional por lo menos puede jugar en su escogencia a diputados que ha elegido en promedio 18 diputados en las últimas elecciones, y eso da posibilidad para que se elijan al menos dos o tres por provincia en promedio. Aun así, el retiro público de algunos activistas de Liberación Nacional lo que evidencia es el aislamiento de que han sido objeto de sus posibles aspiraciones a diputados, que es como la miel a los osos, y sin miel no hay ni palo, ni panal ni osos…

No es igual para la Unidad Social Cristiana que los diputados de las últimas dos campañas fueron electos por la candidatura de Rodolfo Piza, quien salvó ese partido en esos momentos electorales.

El Partido Integración Nacional no tiene un candidato poderoso y atrayente como Juan Diego Castro, aunque presente algunas figuras candidatas a diputados con cierto reconocimiento público y de la calle.

El Partido de Fabricio Alvarado marcó la cancha cuando anunció su plana completa de diputados, todos ellos profesionales y algunos de gran prestigio. Esto ha obligado a que los candidatos que se han venido anunciando, por los diversos partidos, sean profesionales o tengan algún título académico.

La lucha se hace más intensa cuando son las asambleas provinciales las que deciden las candidaturas y no la asamblea nacional de los partidos. Excepto en el Partido Acción Ciudadana donde el candidato presidencial tiene posibilidad de escoger siete candidatos a diputados, pero sus corrientes, en su laguna, chocan en la consideración de valorar a quienes apoyaron a Carolina Hidalgo en la Convención, que pareciera la tienen marginada y lejos de la toma de decisiones y posibilidades de nombramientos de sus seguidores para la campaña electoral.

Los diques en los partidos políticos están a punto de asegurar su papel o de romperse un poco más. En los primeros días de octubre tendrán que estar prácticamente asegurados todas las paredes en los edificios electorales. Los diques políticos tienen que detener las diferentes corrientes de aguas en los partidos.

Los partidos políticos que estén empeñados en ganar las elecciones tienen que hacer una gran campaña llamando a votar por su candidato y por sus diputados a la vez. El candidato que llegue a ganar necesita músculo político parlamentario.

La gran cantidad de partidos políticos participando puede perjudicar en este sentido, atomizando más la Asamblea Legislativa, y el país necesita más que antes, mucha capacidad política para tomar grandes decisiones y realizar importantes acuerdos políticos y parlamentarios para los próximos años.

El degradado universo político y social que nos asfixia

A la memoria de Rosa Cedeño Castro (1926-2008), una gran luchadora social.
Columna Libertarios y Liberticidas(8).

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense.

Los procesos electorales en las llamadas “democracias formales” como la de Costa Rica y otros países de la región, con sus elecciones periódicas, y su aparente cambio de poderes cada cierto número de años, no son otra cosa que un colosal fraude, el que dadas las circunstancias, dentro de las que se plantea, resulta imperceptible para la gran mayoría de las gentes, los fuegos de artificio son tan atrayentes que muchos no logran darse cuenta de que se reducen a eso, pues el verdadero poder se encuentra en otra parte. Se trata de un engaño deliberado, que va mucho más allá del recuento “imparcial” (que estupidez más grande) de los votos y de toda la alharaca que se hacen los medios de comunicación social, propiedad de las minorías plutocráticas de nuestros países.

Desde hace ya varias décadas en nuestro país, tanto como en casi todo el resto de América Latina no existen los partidos políticos, entendidos en estricto sentido como unos conglomerados sociopolíticos, a los que se asocian una serie de gentes con el propósito de llevar sus iniciativas y sus proyectos de sociedad, los que solían presentar y proponer al conjunto de la población. Así nacieron partidos como el APRA peruano o Alianza Popular Revolucionaria Americana, primero en escala regional y luego como un partido peruano, el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Bolivia, la Falange Socialista Boliviana (que de socialista no tenía nada y más era una agresiva agrupación de la ultraderecha fascista durante los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado), el partido Acción Democrática de Venezuela y otros de ese país, el Partido Liberación Nacional de Costa Rica y muchos otros que claudicaron y vinieron a menos, tal y como ha sucedido con el APRA peruano cuyos restos, hoy convertidos en bandas fascistas que actúan al lado de la ultraderecha totalitaria del fujimorismo, con lo que terminaron siendo la negación absoluta del ideario de su fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre(1895-1979), quien murió pobre y apegado a sus principios, no sin antes dejar una avanzada constitución política, la que fue sustituida por una de corte neoliberal, a través de un golpe de estado, en abril de 1992. El traidor y comediante de baja estofa, Alan García Pérez, acabó de llevarlos por ese abismo junto con los fujimoristas y su líder. Hoy en el Perú, al igual que en Costa Rica, al no haber partidos verdaderos, los medios al servicio de la ultraderecha totalitaria los han sustituido: El Comercio de Lima y La Nación de San José de Costa Rica coludidos con la mayor parte de las televisoras y estaciones de radio, en ambos casos de su propiedad.

Créanme o no lo crean amigos lectores, yo lo vi con mis ojos y lo oí en boca de sus líderes cuando todavía era un niño y durante mi juventud, ese PLN o Liberación Nacional de Costa Rica existió, tal y como lo dije en días pasados, con su ideario socialdemócrata y reformista, con un proyecto de identidad nacional solidaria, una serie de figuras tan importantes como José Manuel Salazar Navarrete y su hermano Fernando, Daniel Oduber Quirós, Luis Alberto Monge Álvarez, Alfonso Carro Zúñiga, Fernando Volio Jiménez, Joaquín Garro Jiménez, Enrique Azofeifa Víquez, Carlos Luis Jiménez Maffio, José Rafael Cordero Croceri, Rodolfo Solano Orfila (de grata memoria) y muchos otros, a quienes tuve la dicha de conocer, entre ellos a Rodrigo Carazo Odio formado en esas filas, de las que nunca se alejó del todo, y de aquella generación de la Juventud Liberacionista de mediados de los sesenta, de la que formaron parte al inicio el sociólogo José Luis Vega Carballo (de grata memoria) y John Saxe Fernández un catedrático de la UNAM, dos científicos sociales y pensadores de avanzada hasta el presente. Esa generación de la que me gustaría hablar algún día, si el destino lo permite, estuvo conformada por gentes como mi amigo Gerardo Trejos Salas, Manuel López Trigo quien fuera de muy joven una pluma notable, con reflexiones muy agudas y el inolvidable Jorge Salazar Solís, un hombre muy apegado a los principios socialdemócratas de entonces, sobrio y hacedor hasta su deceso hace pocos años, entre quienes ya nos dejaron en años recientes. Aquello de verdad fue un partido político hasta los años ochenta, como lo fueron los partidos de la “otra izquierda”: la de los llamados “comunistas”, los grandes rivales de los glostoras en la década del cuarenta en lucha por el mismo espacio político, a quienes el PLN en gran medida y por presiones imperiales, mantuvo en el ostracismo durante las décadas de los cincuenta y sesenta, cosa que cambió en la década de los setenta, en especial el Vanguardia Popular, el así llamado Partido Comunista el espantajo que todavía asusta a muchos tontos e ignorantes de solemnidad que abundan en este país. pero que en realidad fue una parte decisiva en la concreción, a través de las luchas callejeras y la organización popular, de muchas de las conquistas sociales del pueblo costarricense, debido a la persistencia y determinación de lucha de muchos de sus combativos militantes de la clase trabajadora y artesanal, encarnada entre otros sectores, en aquel sindicato de zapateros, una verdadera trinchera de lucha que hizo historia, de la que formaron parte gentes tan valiosas, combativas y leales, cuyo recuerdo nos conmueve aún, al evocar la memoria de gentes increíbles por su bonhomía como Víctor Mora, Juan Rafael Morales, Elmo Arias (muy amigo de mi madre), Manuel Badilla y Marcos Lemaire de quienes, entre otros muchos, acabo de ver una foto, publicada recientemente por mi amigo Lenin Chacón Vargas. Todos ellos eran una parte esencial del tejido social de un país y de una generación increíblemente generosa y solidaria, la que se perdió en los meandros del tiempo, en el largo camino hacia el olvido.

En Costa Rica existieron partidos políticos de verdad y se intentó jugar a la democracia, al menos un poco más auténtica que la fraudulenta mascarada del triste presente histórico de este cambio de siglo, donde una falsa centroizquierda del PAC y su pata “izquierda” terminó por entregar al movimiento social atado de pies y manos, lo que le ha permitido darle los últimos zarpazos al pacto social de hace setenta años…en el Perú, donde la derecha se apresta a darle el zarpazo final a la precaria democracia existente, nos encontramos con que esa estirpe limeña y reaccionaria decidió que si no son ellos los que ganan las elecciones, entonces hay fraude electoral y hay que desconocer el mandato electoral que el pueblo peruano le otorgó al profesor Pedro Castillo Terrones, un político de una izquierda andina y provinciana que los derrotó en unas elecciones fraudulentas, pero no por el recuento de votos como afirmó falsamente la ultraderecha y su prensa mentirosa, sino por la perversa campaña electoral que llevaron la gran mayoría de los medios en su contra. Volveré sobre estos temas de la memoria histórica…y sus trampas.

¿Una mala jugada o la jugada que tiene que ser?

Alex García y Daniel Lara

La jugada de Figueres de poner a Rodrigo Arias encabezando la diputación por San José, no es otra cosa que la entrega del control de la Asamblea Legislativa al grupo que lo ha adversado desde siempre.

En este país, el poder real en la gestión de transformar el Estado está en la AL no en el Ejecutivo. Con el grupo de los Arias controlando la Asamblea, y unos cuantos ministros, Arias no necesita a Figueres en la presidencia, cualquiera les sirve, así lo ha demostrado fehacientemente Carlitos Alvarado.

José María Figueres ha puesto en evidencia la debilidad de su liderazgo, la falta de “cuadros “en el PLN para hacer renovación y el gran poder del arismo dentro y fuera del PLN.

Y lo más grave que el poder del sector financiero es el dominante dentro de los poderes fácticos, es decir tenemos nulas posibilidades de frenar a los neoliberales, seguimos de bajada en derechos y en el disfrute de calidad de vida para las mayorías.

Pero sobre todo, queda al desnudo que tanto Figueres como los Arias comparten visiones mutuas, salvo escaramuzas ocasionales. Las velocidades en la profundización del modelo pueden ser distintas pero en el fondo abandonaron hace rato la tesitura del Estado Social de Derecho. 

Con esta alianza de pericos viejos ya las cámaras empresariales y los medios como La Nación tienen partido y candidato. Por algo desde hace meses no atacan al hijo del Caudillo. 

El PUSC, el PAC, los panderetas y los otros derechosos como Eli, Chaves, Otto los ayudarán a construir la escenografía de un concurso democrático por el poder. Al final desde una A.L. fragmentada partidariamente pero unida en lo ideológico terminarán por destruir lo que queda del muro de contención que significó el Estado de Bienestar a lo tico. Vienen por todo lo que queda en pie.

La actual composición de la Asamblea Legislativa, también evidenció que los partidos son mamparas y al final hay liderazgo centralizado que controla y manda en lo importante. En los proyectos neoliberales estratégicos como la Reforma Fiscal y la contra reforma laboral, la administración de CAQ contó con los 45 votos, salvo en el proyecto contra el Empleo público que fue descarrilado por una alianza circunstancial de diputados de varias fracciones.

 

Compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.

Imagen de cabecera tomada de https://www.freejpg.com.ar/imagenes/premium/1269271346/votar-ballot-box-simbolo-dibujo

Resistir y Construir

Por Esteban Beltrán Ulate
Profesor

La pluralidad de partidos políticos camino al proceso electoral no es sinónimo de pluralismo ideológico, sino una muestra del poder hegemónico compitiendo a más no poder por asumir el poder gubernamental con una estrategia clara, desmantelar el sistema de planificación solidaria, rasgar las vestiduras del sistema de seguridad social, desmantelar las riquezas naturales al mejor postor y entregar la fuerza de trabajo de nuestras juventudes calificadas al empresariado internacional que tiene como único objetivo la acumulación sin responsabilidad patronal.

La falsa libertad de elección que se construye en una papeleta -que adquiere poco a poco el tamaño de un cartel de autopista- que se escribe principalmente bajo las presiones mediáticas, el marketing de agencia hace mesa redonda con la deuda política.

Las personas que invocan la democracia real deben asumir la esperanza de un modelo social de transformación hacia una nueva época. Esto significa que las prácticas heredadas de nuestras y nuestros próceres debe re-afirmarse y renovarse bajo nuevos métodos para planificar tácticas y estrategias que permitan dirigirnos a las fibras mismas de las estructuras.

Así, sin pelos en la lengua hay que decirlo, las condiciones necesarias para un gobierno progresista no están dadas para este cuatrienio, falta aún más trabajo de conciencia social, lo que se ha realizado no es suficiente. No obstante, lejos de ahogarse en lágrimas, hay que ser contundentes en lo siguiente: la opción de resistencia y construcción está en la Asamblea Legislativa en este momento.

Por eso es que, las tendencias progresistas del país están frente la encrucijada de dos caminos (1) Perecer bajo la división electoral y continuar con su agenda de trabajo de base o (2) consolidar un pacto de mínimos para consolidar una opción alternativa en la Asamblea Legislativa para cada provincia, y convertir esta situación en un fortalecimiento del trabajo de base comunal.

Este pacto de mínimos para el bienestar social debe ser el compromiso de un nuevo modelo de participación y creación política popular. Los métodos deben ser renovados, las comunidades tienen que sentir en la piel su vocación para la transformación, por medio de foros sociales provinciales, asambleas populares cantonales, mesas de construcción colectiva de leyes.

Frente a la noche neoliberal, encendamos la luz de la esperanza, entre las y los comunes, pensando y posibilitando puntos de resistencia y creatividad. La Asamblea Legislativa es una opción posible en estos momentos, por medio de un pacto de mínimos que sea el caballo de Troya del pueblo que aspira por el bien común.

Las candidaturas y la participación ciudadana

José Luis Pacheco

Tener 25 candidatos a la presidencia de la República podría considerarse una fortaleza de cualquier democracia, sin embargo, analizando las circunstancias que vive el país, lo sucedido en elecciones anteriores y lo que la ciudadanía espera, habría que establecer fuertes interrogantes sobre si eso ayuda a la democracia. Si bien hemos entendido y se realiza una asimilación de conceptos entre participación y democracia, lo cierto del caso es que no siempre sucede como lo pensamos.

Creo que la democracia se alimenta de una participación sana, equilibrada y con una representación adecuada de los sectores, pero también con una participación de calidad, con gente que haya demostrado una preparación adecuada para el cargo que se pretende. Si eso no se da, si el que llega sin estar preparado, sin tener conocimiento y sin tener el temple para la toma de decisiones y la capacidad para que estas sean correctas, el asunto será muy complicado y la democracia sufrirá un duro golpe.

Desde luego que tampoco quisiéramos que las cosas se den como se vienen dando en Nicaragua, en donde en lugar de alentar una participación democrática, se impide y se violentan derechos fundamentales.

“Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre”

¿Esa participación masiva hace suponer que en muchas personas el tema de llegar a la presidencia de la República supone un asunto sencillo, sin mucha importancia sobre el cómo y el para qué? Como si ese traje tuviera una medida de adaptarse a cualquiera independientemente de sus características.

Eso no es así o, al menos, no debería de serlo. Aspirar a gobernar un país supone la existencia de una preparación adecuada y que se ha venido teniéndola por muchos años antes de aspirar.

Alguien dijo que “aspirar a un puesto para el que no se esté preparado es el primer acto de corrupción”. Y ha habido casos en que esa manifestación ha sido corroborada y con creces, desgraciadamente para todos los demás. 

Dios quiera que esta ebullición de candidaturas no confunda al electorado. No hagan perder el entusiasmo de la participación de los ciudadanos y que no sea letal para la democracia.

Boletín Informativo OPNA

El Observatorio de la Política Nacional (OPNA), se complace en presentarle el recurso infográfico relacionado con la Convención Interna del Partido Acción Ciudadana. En el siguiente enlace podrá encontrar sistematizada la información referente a las candidaturas del partido, relacionadas con sus propuestas, posicionamientos y mapeo de los principales actores que los apoyan Convencion Interna PAC 2021 (ucr.ac.cr).

 

Compartido con SURCOS por Observatorio de la Política Nacional – Escuela de Ciencias Políticas.

Revista Tlatelolco: Quince tesis sobre el partido – movimiento – Boaventura de Sousa Santos

La Revista Tlatelolco. Democracia democratizante y cambio social presenta: Quince tesis sobre el partido-movimiento, recopiladas por **Boaventura de Sousa Santos.

1. No hay ciudadanos despolitizados; hay ciudadanos que no se dejan politizar por las formas dominantes de politización, sean partidos o movimientos de la sociedad civil organizada.

2. No hay democracia sin partidos, pero hay partidos sin democracia.

3. Estar a la izquierda es un punto de llegada y no un punto de partida y, por lo tanto, se demuestra en los hechos.

4.No hay democracia, hay democratización.

5. El partido-movimiento es el partido que contiene en sí a su contrario.

6. Ser miembro de la clase política es siempre transitorio.

7. El partido- movimiento es una contracorriente contra dos fundamentalismos.

8. El partido- movimiento combina la acción inconstitucional con la acción extrainstitucional.

9. La revolución de la información electrónica y las redes sociales no son, en sí mismas, un instrumento incondicionalmente favorable al desarrollo de la democracia participativa.

10. El movimiento de partidos se basa en la pluralidad no polarizada y el reconocimiento de competencias concretas.

11. El partido-movimiento prospera en una lucha constante contra la inercia.

12. La educación política popular es la clave para sostener el partido- movimiento.

13. El partido-movimiento va más allá de la articulación entre partido y movimiento social.

14. Vivimos en un período de luchas defensivas. Corresponde al partido-movimiento ser freno sin perder de vista las luchas ofensivas.

15. Solo el partido-movimiento puede defender la democracia liberal como punto de partida y no como punto final.

Para conocer más sobre las diferentes tesis puede visitar el siguiente enlace: https://puedjs.unam.mx/revista_tlatelolco/quince-tesis-sobre-el-partido-movimiento/ 

**Boaventura de Sousa Santos es catedrático emérito de Sociología en la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra y Distinguished Legal Scholar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison. Además, es director emérito del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra y coordinador del Observatorio Permanente de la Justicia Portuguesa, en la misma universidad.

Información compartida con SURCOS por Henry Mora Jiménez.

De las coaliciones externas e internas de los partidos

Vladimir de la Cruz

He insistido, en distintos artículos, en la importancia de desarrollar coaliciones políticas, alianzas político-electorales, con el propósito de mejorar la representación política, tanto para la escogencia de candidatos presidenciales, como para escoger los candidatos a diputados.

Por otro lado, las coaliciones permitirían agrupar partidos con afinidades políticas, o tendencias, e identidades ideológicas, precisando mejor el panorama electoral, enfocando en los proyectos país y programas de gobierno con base a estas uniones partidarias.

Las coaliciones reflejan también un mayor nivel de cultura y educación política y ciudadana.

La vida electoral del país conoce pocas coaliciones electorales a nivel presidencial, a pesar de que en tres ocasiones han sido exitosas para ganar elecciones, en 1958 con Mario Echandi Jiménez, en 1966 con José Joaquín Trejos Fernández, y en 1978 con Rodrigo Carazo Odio.

La dificultad mayor en la construcción de coaliciones es que priva en ello los intereses particulares, individuales, de los líderes, y de los grupos o cúpulas dirigentes, de los distintos partidos, pequeños o grandes, la discusión sobre la repartición de puestos en candidaturas presidenciales o de diputados, y hasta en la distribución de plazas en el Poder Ejecutivo, tanto en Consejo de Gobierno, como ministros, así como en las juntas directivas de las instituciones del Estado y del Gobierno. El Presidente, ya electo, tiene en posibilidad, por nombramiento de personas en Juntas Directivas y otros puestos, poco más de 1500 personas. Pero, esta posibilidad solo se da hasta que haya un ganador, mientras tanto son expectativas, en la mayoría de los casos lejanamente posibles.

El plazo para constituir coaliciones para las elecciones de febrero próximo ya venció. No se constituyó una sola. Hubo intentos de impulsar por lo menos dos, que fracasaron ad-portas. Al no haber coaliciones se amplía la gama de partidos participando directamente, al punto de que se anuncia la posibilidad de que puedan haber cerca de 28 partidos políticos con candidatos presidenciales, con los partidos que todavía corren por lograr su inscripción.

Oficialmente en el registro electoral hay ya 28 partidos políticos de carácter nacional, que son los que llevan candidatos presidenciales. Todavía hay varios partidos que no han terminado sus trámites. Pongo los nombres de los partidos, sin sus candidatos, con la sola intención, de que usted lector, que ha llegado hasta aquí, vea la dificultad de poder escoger, saber escoger o distinguir entre ellos, si por identificación partidaria se trata. No se señala tampoco la identificación política o ideológica que se les atribuye o que los partidos mismos señalan o enarbolan.

Los partidos son, en orden alfabético, Accesibilidad sin Exclusión, Acción Ciudadana, Alianza Demócrata Cristiana, Alianza Patriótica, Avance Nacional, Centro Democrático y Social, Costa Rica Justa, De los Trabajadores, Encuentro Nacional, Frente Amplio, Fuerza Nacional, Integración Nacional, Liberación Nacional, Liberal Progresista, Movimiento Libertario, Movimiento Social Demócrata Costarricense, Nueva Generación, Nueva República, Patria Nueva, Progreso Social Democrático, Renovación Costarricense, Republicano Social Cristiano, Restauración Nacional, Unidad Social Cristiana, Unidos Podemos, Unión Costarricense Democrática, Unión Liberal y Unión Nacional.

Los partidos nacionales generalmente participan, de igual manera, con candidatos a diputados en todas las provincias. Así tenemos a estos partidos y a 26 partidos más, que solo están inscritos para elegir diputados. Así, en las candidaturas a diputados tenemos 54 partidos distribuidos en las siete provincias, en unas habrá más partidos que en otras. A nivel de las candidaturas presidenciales la papeleta coloca el color de la bandera y la cara del candidato presidencial, que puede ayudar al votante. En la lista de diputados solo se coloca el color de la bandera en la casilla de votación.

La no realización de coaliciones obliga a este listado amplio en la oferta electoral, que debilita mucho la escogencia por su amplitud.

Al interior de algunos partidos, especialmente los que escogen candidatos por la vía de Convención, como son Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y el próximo domingo Acción Ciudadana, también se ven obligados a realizar coaliciones de grupos que han participado en la escogencia de sus candidatos presidenciales.

En el caso de Liberación Nacional la primera coalición interna se produjo en la limpieza que se hizo de candidatos sumándose algunos de ellos a José María Figueres. De ese primer nivel, la coalición de tendencias más importante fue la de Antonio Álvarez Desanti hacia Figueres. De ello es natural que los principales acuerdos políticos de Figueres, ya electo candidato, haya sido con Antonio Álvarez. Los restantes, que se le sumaron a Figueres antes de la Convención, casi no suman como Antonio, pero no los puede descuidar ni dejar de atender en posibilidades de participación. El segundo círculo de alianzas internas o de coaliciones internas, dentro de Liberación Nacional, fue el que se produjo con la Convención, que midió electoralmente a varios candidatos, cuyos votos a su favor cuentan como votos dentro de Liberación Nacional. De este segundo círculo, por el resultado de votación, Rolando Araya, era la fuerza más importante a considerar y a pactar con él algunas posibilidades de su participación electoral dentro del Figuerismo como tendencia dominante en ese partido. A Rolando se le fue la mano exigiendo puestos y a Figueres negándole espacios. Ello condujo a la salida de Rolando Araya de Liberación Nacional para buscar su propia candidatura independiente con otro partido, que le fue prestado. Una fractura para Liberación Nacional en el escenario electoral. La segunda alianza interna, o coalición interna, de los que fueron a la Convención, dentro de Liberación era de Figueres con Claudio Alpízar, no tanto por su resultado sino por la calidad de los equipos políticos y profesionales que le acompañaban. Lo que pedía, no tanto como Rolando, es posible de satisfacer. Si eso no se logra esta semana hay la posibilidad de que Claudio Alpízar también se vaya de la campaña electoral a favor de Liberación Nacional haciendo cada vez más difícil el posible triunfo de José María Figueres, del que él está convencido que va a lograr. Estas coaliciones internas que han fracasado en Liberación Nacional, de grupos, puede hacerse sentir negativamente en el resultado electoral. Los otros candidatos eran casi candidaturas solas para tratar con ellas de tener algún puesto en el próximo Gobierno en caso de que Liberación gane las elecciones. Con estas debilidades no va a ser tan fácil ganarlas.

En la Unidad Social Cristiana la sorpresiva llegada de Lineth Saborío, y su triunfo en la Convención, descarriló ese partido. Pedro Muñoz se ha dedicado a debilitar su presencia, además de que por la estructura estatutaria Lineth no tiene ninguna capacidad de nombramiento de candidatos, que le van a ser impuestos. La tienen con camisa de fuerza en ese partido que parece un manicomio político. El mismo Pedro Muñoz trabaja para que la Unidad Social Cristiana pierda al no haber sido él, el ganador en la Convención. Ha tratado incluso legalmente de anularla y repetirla, que es casi dejar por fuera a este partido del proceso electoral.

En Acción Ciudadana ya se produjo una primera coalición de Marcia González Aguiluz, con Welmer Ramos, dándole fortaleza a esta candidatura, frente a la de Carolina Hidalgo, que tiene el apoyo de la Casa Presidencial. Habrá que ver los resultados electorales el próximo domingo. Todo avizora que no habrá terremoto ni sismos fuertes gane quien gane. El Partido Acción Ciudadana pareciera que va compacto, al menos más que Liberación y la Unidad Social Cristiana a la campaña.

Una candidatura de coalición que no fue es la de Rodrigo Chaves con el Partido Republicano Social Cristiano. Rafael Ángel Calderón y su grupo no le dieron márgenes de proponer nada. Le tenían escogidos todos los candidatos principales de diputados. Solo lo tenían como una etiqueta de campaña. Así Rodrigo Chaves va como candidato de otro partido, alrededor del cual se movieron partidos en proceso de inscripción para coaligarse, que no lo lograron. Estos grupos siguen considerando su apoyo sobre la base de las candidaturas que ofrezca Rodrigo Chaves, algunas que ya tiene escogidas.

La otra coalición que no se hizo fue la de Eli Feinzaig con Mario Redondo, debido a las publicaciones que se hicieron, el día anterior al anuncio de la coalición, de los posibles vínculos del Mario Redondo con Meco y Solís en medio del escándalo de corrupción que han provocado estas firmas constructoras con funcionarios públicos.

La candidatura de Rolando Araya en el partido del diputado Dolanescu es un galimatías político, difícil de comprender por lo confuso de esa alianza, por las distancias ideológicas y de cultura que se supone tiene Rolando con Dolanescu, salvo que Rolando se haya Dolanesqueado más que Dolanescu se haya Arayado. En cualquier caso, Rolando entra a un partido que no es de él, que no influyó nada en su gestación. Rolando es para todos los efectos políticos, en ese partido, tan solo una franquicia política, un producto para la venta en la tienda de Dolanescu, bajo las condiciones existentes en ese partido. Rolando no puede partir que la gente que votó por él en la Convención de Liberación va a ir a votar por el partido de Dolanescu.

Así vamos a la campaña electoral sin coaliciones electorales. Vamos con 28 partidos políticos nacionales y con 28 candidatos presidenciales. Hay candidatos presidenciales para escoger.

Si solo estos partidos participan, con los 26 partidos adicionales con candidatos a diputados, todos, los 54 partidos, postularán 3.074 candidatos a diputados por todas las provincias. También hay candidatos a diputados para escoger.

Es el modelo económico, dice el director del OIJ

Óscar Madrigal

El día de ayer participé en un programa de radio llamado “Alternativas” sobre el tema de la criminalidad en el país. Resumo algunas ideas que expuse.

Hace unos tres días el director del OIJ, Walter Espinoza, decía en una entrevista en La Nación:

“Recientemente el Informe del Estado de la Región reveló que Centroamérica bajó sus índices de homicidios durante la última década con excepción de Costa Rica, que se mantiene con niveles similares al 2010.

De acuerdo con Espinoza, el enfrentamiento entre bandas narco locales, sumado a problemas de índole social como pobreza, desempleo, desigualdad, falta de oportunidades y poca distribución de la riqueza, hacen que la tasa nacional de homicidios no disminuya”.

El director del OIJ es consciente que el actual modelo de desarrollo económico que genera desigualdad, pobreza, desempleo, injusta distribución de la riqueza es también la causante de que los delitos, por ejemplo, de homicidios, no disminuyan.

Los estudios sobre la criminalidad también han demostrado que la delincuencia no es un problema de los pobres. Otras naciones mucho más pobres que la nuestra, muestras índices menores de delitos, como por ejemplo los homicidios.

Sin embargo, los partidos políticos que han gobernado en las dos últimas décadas han enfrentado el problema de la criminalidad solo desde la perspectiva de un derecho penal autoritario, aumentado las penas y los delitos desde mediados de los años 90, sin que esta política haya producido ningún beneficio. Solo ha aumentado el autoritarismo sin beneficio para la sociedad.

Las clases dominantes creen que las leyes penales resolverán problemas sociales, cuando es evidente que las leyes por sí solas no resuelven los problemas de la sociedad, lo que solo se logra con políticas públicas dirigidas a enfrentar las causas de la criminalidad. Sin embargo, las actuales políticas de austeridad, de recorte a los programas de atención social que impulsa el actual Gobierno, solo agudizará la criminalidad del país. Además, las leyes anti-huelgas, la criminalización de la protesta social, junto a las políticas autoritarias del proyecto de Empleo Público, se orientan a crear un sistema político cada vez más autoritario y, por tanto, menos democrático.

Costa Rica ha pasado a ocupar el top de los países más desiguales del mundo, según el Banco Mundial, y ahora también a estar entre los primeros 5 lugares del continente con la mayor cantidad de privados de libertad por habitantes y con el mayor índice de mujeres privadas de libertad de Centroamérica.

Se sabe también que las cárceles no resocializan a esas personas, las cuales por lo general se encuentran hacinadas y violándose en muchos casos sus derechos humanos.

A lo anterior debe agregarse que la aplicación de las leyes, lo que llamamos la justicia, no parece operar de la misma manera para todas las clases sociales. Los escándalos de corrupción no terminan en juicios o sentencias, sobre todo cuando se trata de personas adineradas o pertenecientes a las clases poderosas económicamente.

Las estadísticas así lo indican: de todos los casos denunciados por corrupción solo el 20% van a juicio después de 3 o 7 años; de los que van a juicio solo el 7% terminan con sentencia y solo la mitad de ellas en sentencias condenatorias. Pero lo más llamativo es que se trata de casos “menores” como el tráfico que pide una “mordida” o el funcionario municipal una “comisión”. Los grandes actos de corrupción que involucran a los miembros de los clanes poderosos económicamente no aparecen nunca juzgados.

La llamada clase política, por otra parte, está carcomida por la corrupción. Casi todos los partidos políticos han sido condenados por estafa o están siendo acusados por estos delitos: el PLN, el PAC, el partido evangélico de Justo Orozco, el PASE de Oscar López, el Libertario de Otto Guevara, el partido del doctor Hernández, el PUSC y muchos otros. De igual manera, prácticamente todos los expresidentes han enfrentado acusaciones por corrupción por casos como Alcatel, Caja, la Trocha, Cementazo, Cochinilla y otros.

La corrupción de los políticos produce una degeneración en la sociedad porque hay muy pocos referentes y porque la ética en la función pública parece no importar o importar bien poco, como el caso por ejemplo de Figueres. Ese es el mensaje equivocado que se dirige a la ciudadanía sobre los valores y la virtudes de los políticos.

Los componentes de orden social hacen que la criminalidad no descienda en Costa Rica, como lo afirma el director del OIJ. Es necesario, consecuentemente, cambiar el modelo de desarrollo económico, el modelo de acumulación de capital como dirían otros, que está generando o produciendo esos problemas.

En términos generales, solo una democratización de nuestra vida social, económica y cultural podrá disminuir y enfrentar acertadamente la creciente delincuencia nacional.