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Etiqueta: producción agroecológica

Propuesta para territorios agroecológicos, seguros, sanos y soberanos

Juan Arguedas Chaverri.

Juan Arguedas Chaverri
Agroecología y Educador Popular

La Producción Agroecológica como prioridad política para contrarrestar el calentamiento global, perpetuar la vida y generar una vida digna para quienes trabajan la tierra y producen los alimentos.

La agroecología parte de la interacción de los sistemas de producción de alimentos campesinos, indígenas, pescadores artesanales y agricultores en general con la Madre Tierra, a partir de ahí todos los días se generan nuevos conocimientos que se intercambian con el diálogo de saberes.

La agroecología acoge los principios ecológicos de la Madre Tierra y trata de copiar y aplicar estos principios manifestados principalmente en los bosques. Principios como el reciclaje de nutrientes, las asociaciones entre plantas y árboles nativos, la relación de la luna en la planificación de las siembras.

La agroecología es un modo de vida alternativo que se contrapone al modelo agroexportador de producción de alimentos, el cual está basado en el uso de agrotóxicos productos de síntesis química derivados del petróleo, este modelo está comprobado que está agotado y que no es nada sustentable para la presentes y futuras generaciones.

Los agrotóxicos atentan con la salud de los trabajadores y contaminan el agua para el consumo humano, incrementa el calentamiento global entre otras cosas.

La agricultura convencional es la agricultura de la muerte, su promoción está llevando a miles de familias agricultoras a la ruina y a condiciones de hambre y de pobreza.

En contraposición a lo anterior la agroecología produce alimentos sanos, seguros y abre el camino hacia una producción soberana de alimentos. En Costa Rica y Latinoamérica existen experiencias implementadas por campesinos e indígenas, las cuales se podrían multiplicar a partir del enfoque agroecológico, pero para ello debe plantearse una política pública para que ello sea posible.

Lo mencionado anteriormente y mi experiencia con organizaciones sociales en Costa Rica, me lleva a plantear una serie de lineamientos políticos que orienten el quehacer de la implementación de la agroecología, para poder generar Territorios Sanos, Seguros y Soberanos.

Propuesta para la construcción de territorios agroecológicos sanos, seguros y soberanos

Lineamientos:

  • Con protagonismo campesino, indígena y familiar, pescadores artesanales.
  • Recreada bajo los principios de la regeneración natural.
  • Alta diversidad en la producción de alimentos y con incorporación de muchos componentes de la finca, como animales y otros componentes a trabajar.
  • La dignidad y la vida de las personas de primero, en contraposición a la lógica del mercado global.
  • Mercados de cadena corta, en manos de los protagonistas, sin procesos de certificación, solamente una marca de identidad del sujeto social.
  • Bajo los principios de la economía social solidaria.
  • Centros y fincas agroecológicas, para los procesos de formación y multiplicación de las experiencias.
  • Promotores Agroecológicos, aplicando la metodología de campesino a campesino.
  • Procesos de formación a técnicos, los que deseen practicar u otra visión del mundo.
  • Componentes de las fincas interactuando, donde ni el grito del chancho se desperdicie.
  • Un MAG Agroecológico, integrando todos sus programas, presupuestos y con un relevo generacional.
  • Rescate de las huertas agroecológicas escolares.
  • Rescate de los colegios agropecuarios
  • Formación de Educadores Agroecológicos.
  • Municipios agroecológicos, con programas de cero basuras, a través del reciclaje casero y empresas municipales reciclando basura, produciendo abono y generando empleo.
  • Cantones libres de agrotóxicos y de semillas transgénicas.
  • Consumidores organizados, consumiendo productos de los protagonistas de la agroecología.
  • Manejo de una ganadería, a través de los principios de la regeneración natural y sistema de aparatos.
  • Manejo de cuencas y acuíferos bajo los principios de la regeneración natural.
  • Planes reguladores del uso del suelo, territorial, bajo el concepto de territorios agroecológicos.
  • Casas populares construidas bajo el enfoque de Permacultura.
  • Sistemas de captación de agua de lluvia para la agricultura.
  • Letrinas secas para el ahorro del agua y producción de abonos
  • Consumo sano de alimentos.
  • Promoción de una ley de soberanía alimentaria y Agroecología.
  • Atraer y brindar apoyo a los jóvenes para que se sumen a la producción de alimentos agroecológicos mediante el financiamiento y acceso a la tierra y a los recursos naturales garantizando el ingreso justo, el intercambio y multiplicación de conocimientos.
  • Implementación y promoción de una reforma agraria integral.
  • Establecimiento de bosques alimenticios, bajo los principios de la regeneración natural.
  • El agua como un derecho humano y priorización del uso del agua para el consumo humano.
  • Alimentación para el consumo familiar y ubicación de excedentes en mercados locales de encadenamientos corto.
  • Promoción del turismo rural comunitario, que garantice una justa distribución de los ingresos, donde todos los actores y sectores sociales tenga ingresos.

FECON: Llamado al ecologismo costarricense

La crisis mundial y nacional actual (con sus componentes político, económicos y sanitarios) nos presenta enormes retos y nos brinda también posibilidades. Saldremos de ella, implementando una agenda ecologista, social justa y solidaria, y no una agenda capitalista neoliberal, patriarcal y extractivista.

Por lo tanto, proponemos:

1) Apoyar la re-activación de un amplio Movimiento Nacional, constituido por sectores sociales y políticos que impidan la destrucción de las conquistas sociales del pueblo costarricense, alcanzadas a un alto precio y con muchos esfuerzos. La unidad y las alianzas son imprescindibles ante enemigos poderosos.

2) La base de la reactivación económica debe ser la seguridad y soberanía alimentaria, rescatando las propuestas milenarias de pueblos ancestrales. Hemos visto con crudeza, pero también con claridad en estos meses, qué es lo estrictamente necesario para sobrevivir. Proponemos abandonar la economía de supuesta abundancia que significa acumulación en pocas manos, para centrarnos en una economía de la sobrevivencia, donde lo primordial sea la satisfacción de las necesidades más esenciales para todas las personas: techo, trabajo, alimento y agua pura en cantidad y calidad suficiente, tanto para la humanidad como para los seres animales y vegetales que coexisten en nuestro planeta.

3) Tierra para quien que quiera trabajarla y producir alimentos: Con extrema urgencia el campesinado sin tierra debe recibirla, además, se debe reconocer el derecho a la tierra de las mujeres que la están habitando y trabajando, construyendo redes de apoyo mutuo, en producción y comercialización, fortaleciendo relaciones campo-ciudad, de manera bidireccional.

4) No es el monocultivo, plagado de pesticidas y uniforme, el que nos garantizará la sobrevivencia. Debemos impulsar de manera masiva la producción agroecológica de alimentos, tanto en la ciudad como en el campo, considerando las necesidades humanas y las de seres polinizadores y dispersores (insectos, aves, mamíferos). Debemos proteger y dispersar nuestras semillas nativas, criollas, y fomentar el intercambio de conocimiento de prácticas agroecológicas. Producir lo que comemos y comer lo que producimos, reduciendo progresivamente las cadenas de dependencia alimentaria del exterior.

5) Esta crisis sanitaria nos ha mostrado que nuestras posibilidades de sobrevivencia se reducen si no contamos con buena salud. Se debe rechazar de manera radical todo lo que nos enferma y nos condena: comidas y bebidas basura, que son origen de diversas patologías y factores de riesgo como diabetes e hipertensión, sobrepeso, obesidad, etc.

6) No es solo con una producción y un consumo más racional y más local que sobreviviremos, sino que también es necesaria otra realidad de producción y consumo basada en la economía social solidaria, en la autogestión de los recursos verdaderamente cooperativa, basada en la organización local, tanto rural como urbana.

7) Debemos conducirnos hacia un modelo de verdadera democracia participativa y de control y defensa del territorio local y nacional, incluido el de nuestros propios cuerpos. Existe una necesidad de constituir unidades locales de poder real para la toma de decisiones políticas sobre los usos del territorio y sus recursos, para potenciar un bienestar integral y distribuido equitativamente, por sobre los procesos de acumulación por desposesión que trata de validar el desarrollismo globalista, amparado en estructuras institucionales centralizadas y con jerarquías complejas cooptadas por el poder hegemónico.

8) Nos comprometemos a luchar contra la implementación del programa neoliberal que propone esta administración, basado en el desmantelamiento de las conquistas sociales de nuestro pueblo, el ultra-endeudamiento y la venta de activos estatales y empresas públicas. Todo abuso, todo privilegio insultante debe ser eliminado. Aspiramos a una sociedad caracterizada por la ecosuficiencia, la ecoeficiencia y una distribución social de la riqueza que asegure una vida digna a todas las personas y no opulenta para unas pocas.

9) Rechazamos la falsa premisa que el desarrollo minero y petrolero será una solución económica para los problemas del país y sus pueblos. No es con más destrucción y más contaminación que lograremos una sociedad ambientalmente sana y socialmente justa. Urge un diálogo real sobre la matriz energética que necesitamos. El futuro no es el oro ni el petróleo.

10) El pueblo debe tener acceso a una renta básica universal, como derecho humano. La riqueza, inmoralmente súper acumulada durante las décadas pasadas en manos de una pequeña élite, debe ser redistribuida. Un nuevo pacto social se hace necesario. Es la única forma de evitar un derrotero violento.

11) Nos unimos al llamado de otros movimientos sociales de impulsar una Ley de Contingencia Fiscal Progresiva y Solidaria.

12) Con los pueblos indígenas, hacemos un llamado a sumarse respetuosamente a sus agendas de trabajo en pro de la recuperación y defensa de sus tierras y territorios, el empoderamiento del recurso hídrico, el respaldo a las prácticas culturales de producción e intercambio de trabajo, apoyo a los sistemas de uso tradicional de los recursos naturales (para alimento, medicina, materiales), a las fincas multicultivos (por su diversidad de productos), y al manejo comunitario de los bosques desde su cosmovisión.

Imagen UCR.

13) Es momento de hacer rupturas claras con el orden impuesto que por más de 30 años ha corroído la institucionalidad del Estado. Las dificultades del gobierno para atender en lo económico las necesidades más básicas de la población en media pandemia, es una clara muestra de los efectos nocivos del desmantelamiento institucional y el sobreendeudamiento público. Sin resolver las condiciones básicas para la estabilidad social en el país, es políticamente inviable iniciar un diálogo.

14) Como movimiento ecologista creemos que el diálogo es necesario y urgente, pero con condiciones claras: requerimos de espacios transparentes, respetuosos, efectivos, participativos, que lleven soluciones en distintos niveles (corto, mediano y largo plazo), y no con agendas definidas con anterioridad y a la medida de los grandes grupos de poder económico. Un diálogo que nos lleve a disminuir las desigualdades históricas, y camine hacia una justicia social, ambiental y de género.