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Una semana de compromiso con el país

Marcos Chinchilla Montes

 

Estamos a una semana de la segunda ronda electoral. Aunque algunas personas no lo crean, la situación es bien delicada: un pastor fundamentalista, mentiroso, inepto, inexperto en la función pública, incapaz de desarrollar una idea con claridad, que niega los derechos humanos y con reconocidos dotes de discriminador de la diversidad humana, podría convertirse en presidente de este país. Será una debacle nacional, tal y como le tocó a Guatemala años atrás, experiencia que se saldó con miles de asesinatos.

En esta oportunidad, si votaré, cosa que no hice en la segunda ronda entre Luis Guillermo y Johnny Araya. Al menos yo, votaré contra de Fabricio.

Soy del criterio, que durante esta semana tenemos que aprovechar nuestro Facebook, Instagram, Twitter y Whatsapp para dar a conocer de manera masiva -entre nuestros vecinos, amigos, compas de escuela y secundaria, gente de la iglesia, compas de la universidad o el centro de trabajo, familiares- todas aquellas malas virtudes de Fabricio y el fundamentalismo religioso.

En el caso de Whatsapp, recuerde que usted puede hacer una lista de divulgación, o varias listas, incluir ahí a sus contactos, y compartirles información. Y porque no, que sus contactos hagan lo mismo, será solo por una semana. En este tramo final de la “campaña”, tenemos que darle a conocer a nuestra sociedad, los riesgos que implica la elección de Fabricio Alvarado.

 

*Imagen tomada de conozcasucanton.com

Enviado por el autor.

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Con el Papa Francisco termina la Iglesia occidental y comienza la Iglesia universal

Por Leonardo Boff

22 Marzo, 2018

En Opinión

Planeta Tierra. Flickr Jonathan Fields

 

Han pasado ya cinco años del papado de Francisco, obispo de Roma y Papa de la Iglesia universal. Muchos han hecho balances minuciosos y brillantes sobre esta nueva primavera que ha irrumpido en la Iglesia. Por mi parte enfatizo solo algunos puntos que interesan a nuestra realidad.

El primero es la revolución hecha en la figura del papado, vivida en persona por él mismo. Ya no es el Papa imperial con todos los símbolos heredados de los emperadores romanos. Francisco se presenta como simple persona, como quien viene del pueblo. Sus primeras palabras de saludo fueron decir a los fieles “buona sera”: buenas noches. A continuación, se presentó como obispo de Roma, llamado a dirigir en el amor a la Iglesia que está en el mundo entero. Antes de dar él la bendición oficial, pidió al pueblo que lo bendijese. Se fue a vivir no a un palacio –lo que habría hecho llorar a Francisco de Asís– sino a una casa de huéspedes. Y come allí con ellos.

El segundo punto importante es anunciar el evangelio como alegría, como superabundancia de sentido de vivir y menos como doctrina de los catecismos. No se trata de llevar a Cristo al mundo secularizado, sino de descubrir su presencia en él por la sed de espiritualidad que se nota en todas partes.

El tercer punto es colocar en el centro de su actividad tres polos: el encuentro con Cristo vivo, el amor apasionado por los pobres y el cuidado de la Madre Tierra. El centro es Cristo, no el Papa. El encuentro vivo con Cristo tiene primacía sobre la doctrina.

En vez de la ley anuncia incansablemente la misericordia y la revolución de la ternura, como lo dijo a los obispos brasileros en el viaje a nuestro país.

El amor a los pobres lo expresó en su primera intervención oficial: “cómo me gustaría que la Iglesia fuese la Iglesia de los pobres”. Fue al encuentro de los refugiados que llegan a la isla de Lampedusa en el sur de Italia. Allí dijo palabras duras contra cierto tipo de civilización moderna que ha perdido el sentido de la solidaridad y ya no sabe llorar por el sufrimiento de sus semejantes.

Suscitó la alarma ecológica con su encíclica Laudato Si: sobre el cuidado de la Casa Común (2015), dirigida a toda la humanidad. Muestra clara conciencia de los peligros que corren el sistema-vida y el sistema-Tierra. Por eso expande el discurso ecológico más allá del ambientalismo. Dice enfáticamente que debemos hacer una revolución ecológica global (n.5). La ecología es integral y no solo verde, pues involucra a la sociedad, la política, la cultura, la educación, la vida cotidiana y la espiritualidad. Une el grito de los pobres con el grito de la Tierra (n. 49). Nos invita a sentir como nuestro el dolor de la naturaleza, pues todos estamos interligados y envueltos en un tejido de relaciones. Nos pide «alimentar una pasión por el cuidado del mundo… una mística que nos anime, unos móviles interiores que impulsen, motiven, alienten y den sentido a la acción personal y comunitaria» (nº 216).

El cuarto punto significativo ha sido presentar a la Iglesia no como un castillo cerrado y cercado de enemigos, sino como un hospital de campaña que acoge a todos sin reparar en su extracción de clase, de color o de religión. Una Iglesia en permanente salida hacia los otros, especialmente hacia las periferias existenciales que abundan en todo el mundo. Ella debe servir de aliento, infundir esperanza y mostrar a un Cristo que vino a enseñarnos a vivir como hermanos y hermanas, en el amor, la igualdad, la justicia, abiertos al Padre que tiene características de Madre de misericordia y de bondad.

Por último, muestra clara conciencia de que el evangelio se opone a las potencias de este mundo que acumulan absurdamente, dejando en la miseria a gran parte de la humanidad. Vivimos bajo un sistema que coloca el dinero en el centro, que es asesino de los pobres y depredador de los bienes y servicios de la naturaleza. Contra ellos tiene las palabras más duras. Dialoga con todas las tradiciones religiosas y espirituales. En el lavatorio de los pies del Jueves Santo estaba una niña musulmana.

Quiere a las Iglesias, con sus diferencias, unidas en el servicio al mundo, especialmente a los más desamparados. Es el verdadero ecumenismo de misión.

Con este Papa que “viene del fin del mundo” termina una Iglesia occidental y comienza una Iglesia universal, adecuada a la fase planetaria de la humanidad, llamada a encarnarse en las distintas culturas y construir ahí un nuevo rostro a partir de la riqueza inagotable del evangelio.

 

(*) Leonardo Boff es Teólogo.

 

Imagen tomada de Historia y biografía de

Enviado a SURCOS por Maria Elena López y Laura Vargas.

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Los pobres y el Catolicismo perderán

Licda. Susan Rojas Alvarado

 

El poder político en manos de grupos evangélicos fundamentalistas es nefasto para los pobres.

Estos grupos evangélicos neopentecostales se orientan por la «teología del bendecido, prosperado y en victoria», muy afín al capitalismo, que tienen como «proyecto de vida» la acumulación de riqueza material, porque la consideran una retribución por parte de Dios a la persona moralmente buena.

En América Latina siempre que se ha unido el neopentecostalismo y el poder político, terminan favoreciendo a los sectores económicamente poderosos e impulsando el neoliberalismo.

Eso sucedió en Perú cuando llevo a Fujimori al poder. Hubo privatización de empresas estatales, más pobreza y corrupción.

Y está sucediendo en Guatemala con un presidente Pastor evangélico.

Lamentablemente, mucho católico votó por Fabricio en razón de lo mandado por la CIDH y la ideología de género.

Ahora, se anuncia una alianza entre los evangélicos y los neoliberales de los partidos tradicionales.

Recordemos lo que ha sucedido en la Asamblea Legislativa, entre Liberación y Pastores, a la hora de aprobar leyes.

Esa alianza será en contra de los pobres y la Iglesia Católica.

Los partidos tradicionales con su modelo de desarrollo y políticas económicas neoliberales, han sido incapaces de bajar los índices de pobreza extrema, desempleo y otros en los cantones que votaron mayoritariamente por Fabricio (cantones más pobres del país, IDS).

De manera que a la molestia popular por el tema de «ideología de género» se le sumó el de un voto protesta contra políticos y partidos tradicionales. Y en gran parte contra el Partido de Gobierno que abrió grandes esperanzas de cambio y no lo logró.

Lo dramático es que Fabricio, si llega a la presidencia no tiene equipo económico para gobernar y se lo pedirá prestado a agrupaciones políticas tradicionales (desde la alianza evangelismo y neoliberalismo).

Conclusión los pobres seguirán perdiendo.

También, el voto Católico que llevó a Fabricio a la segunda ronda, favoreció servir en bandeja de plata el poder político al evangelismo que se va a revertir contra los intereses y posicionamiento de la Iglesia Católica en Costa Rica y su visión de desarrollo integral desde la Doctrina Social de la Iglesia.

Conclusión los católicos también perderíamos.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de prtemistocles.com.br

Enviado a SURCOS por la autora.

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Religión Civil o Religión de Estado

Cedeño, Rogelio (2004). Religión Civil o Religión de Estado. El conflicto durante la reforma liberal en Guatemala y Costa Rica. Heredia, Universidad Nacional, Departamento de Filosofía.

Reseña Bibliográfica

Álvaro Vega Sánchez

Sociólogo

Religion Civil o religion de Estado

Es un gusto comentar una obra escrita por Rogelio Cedeño, amigo y colega de hace muchos años. Este trabajo, si bien representa la culminación de sus estudios del programa de Maestría en Estudios sobre Cultura Centroamericana con Énfasis en Religión y Sociedad, hay que situarlo en un marco más amplio. Expresa y recoge el pensamiento y el carisma de un académico y sociólogo de visión aguda y crítica, y de una amplia y reconocida trayectoria como profesor, investigador y activista social y político. A Rogelio lo distinguen grandes cualidades humanas y profesionales. Es una persona que, ante todo, asume el trabajo sin poses academicistas ni cálculos utilitaristas, sino con la pasión y gratuidad de quien sabe entregarse con cariño a la tarea de cultivar la academia, como el ejercicio que busca poner el conocimiento al servicio de las más nobles causas. Rogelio las más de las veces nos resulta irreverente –algo así como el bufón de la corte-, pero nunca irrespetuoso. Es por ello que siempre estamos atentos a lo que dice y piensa; nos hace reír y pensar a la vez, algo que sólo saben hacer los buenos maestros.

El título del libro “Religión Civil o Religión de Estado” nos invita al juego. La “o” puede ser inclusiva o excluyente. Y este es el primer merito de su trabajo, a saber, contribuir al debate teórico sobre dos categorías de análisis sociológico sumamente sugerentes y fecundas. Distingue entre una religión de Estado de perfil institucional y confesional, en su doble función de aparato ideológico (Althusser) y represiva o policíaca (Gramsci) y una religión civil de carácter más difuso -menos institucional- que se comporta como una forma de religiosidad secular o de secularidad sagrada (Salvador Giner/ J.J.Rousseau) con funciones legitimadoras o contestatarias de un determinado status quo sociopolítico. La “o” es excluyente en dos direcciones. Por referencia al contenido o naturaleza de ambas categorías: la primera refiere a una práctica institucional circunscrita al campo propiamente religioso y la segunda más bien a una práctica cultural, filosófica, económica o política, es decir propia del campo secular, que se reviste de sacralidad. Por su función, mientras la segunda es concebida como legitimadora de un poder político hegemónico, la primera admite la posibilidad de convertirse en contestataria o factor de resistencia del poder hegemónico; tal es el caso de algunas manifestaciones de religiosidad popular (“aculturación antagonista”, según Devereux). La “o” también puede ser inclusiva. La religión civil puede llegar a comportarse como religión de Estado, aunque asume un perfil más propiamente civil o secular, se sacraliza a afecto de cumplir su función política legitimadora del poder hegemónico; tales son los casos de la doctrina imperial de la “pax romana” así como la doctrina política del “destino manifiesto” o la misma ideología del progreso y el control cientificista , propios del ideario liberal.

Sólo el hecho de recuperar estas categorías de análisis, fundamentarlas y utilizarlas para destacar el papel del componente simbólico religioso en el conflicto suscitado por la reforma liberal en Centroamérica, constituye un aporte sumamente valioso en el campo de la sociología de la religión. El trabajo de Rogelio, en este sentido, es pionero e invita a retomar estas y otras categorías de análisis para profundizar en el papel que han cumplido las estructuras simbólicas religiosas en la constitución misma de las “nacionalidades” o en la pluralidad de identidades culturales y políticas, propias de la región centroamericana. De alguna manera, con este aporte, Rogelio está respondiendo a la preocupación expresada por Pierre Bourdieu respecto de la subvaloración que se ha dado al extraordinario poder constitutivo de lo social -en el sentido de la filosofía y la teoría política- que tienen las estructuras simbólicas; agrega, además, este autor que si bien estas estructuras le deben mucho a las capacidades específicas del espíritu humano, le parecen definidas en su especificidad por las condiciones históricas de su génesis. Y es aquí donde la sociología tiene que darse la mano con la historia. El trabajo de Rogelio bien podría calificarse de sociohistórico; son abundantes -y de reconocida calidad- las fuentes que utiliza para fundamentar e interpretar el conflicto suscitado con la reforma liberal en Guatemala y Costa Rica, y en relación con el campo religioso concebido desde las categorías de religión civil y religión de estado. El trabajo, precisamente, busca develar cómo en la construcción de las identidades nacionales y culturales, para el caso costarricense y guatemalteco en particular, gravitaron con fuerza constitutiva estructuras simbólicas religiosas que asumieron tanto la forma de religión civil como de estado, con miras a recrear y legitimar un “imaginario” de nación, que sirviera a los intereses de los sectores hegemónicos y, a su vez, contribuyeran a cohesionar e integrar a los diferentes sectores sociales.

En su trabajo, destaca la incidencia que tuvieron la Reforma Protestante del Siglo XVI y la Ilustración del Siglo XVIII en la descomposición del Antiguo Régimen y el surgimiento de nuevas formas religiosas. Efectivamente, a partir de estos hitos históricos asistimos a la modernidad, cuya característica fundamental, como señalan P. Berger y T. Luckmann no es tanto la secularización -de exportación limitada en su versión europea- sino el pluralismo. En esta dirección, el trabajo de Rogelio destaca la pluralidad de formas religiosas, que se abrirán paso a contrapelo de un modelo de cristiandad que se resiste a morir; pero que resulta en un obstáculo estructural para el nuevo contexto político y cultural. Por tal motivo, se hace inevitable el conflicto entre una religiosidad exclusivista e intolerante frente a las exigencias de una cultura pluralista y unas naciones interesadas en abrirse a nuevos mercados. Pero, en todo caso, los cambios impulsados por la reforma liberal y las nuevas expresiones religiosas y culturales, no alcanzaron a superar las bases oligárquicas de los estados nacionales, ni tampoco significaron avances en la laicización de los poderes públicos, a no ser en algunas coyunturas pasajeras.

Muestra, asimismo, cómo algunos hechos históricos de carácter político como la Campaña Nacional de 1856 en Costa Rica, ideales o doctrinas como la del progreso y la modernización, prácticas religiosas como la del protestantismo y organizaciones como la masonería, asumieron características de religiosidad civil o de estado, dirigidas a consolidar los nuevos estados nacionales en el marco del nuevo proyecto liberal. Es interesante, en este sentido, llamar la atención sobre dos aspectos: la militancia de sacerdotes católicos liberales en las logias masónicas así como la afinidad de los protestantes con las mismas –un campo todavía incipiente de investigación, como bien lo destaca el historiador Pierre Bastian-. No hay que olvidar que para el clero conservador los liberales, los protestantes y los masones constituían una especie de “trinidad” diabólica. Cabría estudiar más a fondo hasta qué punto la masonería se convirtió en una forma de religiosidad civil o devino también en religión de Estado. Además, es significativa la referencia a la función ideológica y étnico-cultural de héroes nacionales como Juan Santamaría, toda vez que se destaca que en nuestro país no pesa tanto el componente étnico, a diferencia del caso guatemalteco. También la Virgen de los Ángeles, otro símbolo religioso oficializado de resistencia a una “cultura racista”. En este aspecto es muy amplio el universo simbólico-religioso. Así, por ejemplo, podría incluirse el café, que de alguna manera se elevó a símbolo religioso: “el grano de oro” – “en el café confiamos” parece ser el lema del viejo billete de cinco colones ilustrado con una pintura alusiva a la recolección del café-; asimismo se erigió un templo por y para la oligarquía cafetalera: el Teatro Nacional, que se constituyó en símbolo por excelencia del espíritu modernizante de la época y de la cultura oligárquica que lo impulsó. Por su parte, el protestantismo, como bien destaca Rogelio, se concibió como un aliado ideológico y religioso estratégico de cara los intereses liberales y a la necesidad de ofrecer un contrapeso ideológico-religioso al sector conservador de la Iglesia Católica. Efectivamente, esta religión en su versión fundamentalmente norteamericana, se presentaba como afín ideológica y políticamente al proyecto liberal, por su énfasis individualista –la salvación como responsabilidad individual- , su interés en propiciar la educación como medio de ascenso social y su ética de la responsabilidad en el cumplimiento de las tareas laborales, lo que se traducía en un comportamiento productivista, sumiso y obediente.

Concluye el autor, su trabajo, volviendo al punto de partida teórico sobre la ambigüedad misma del concepto de religión civil, pero ahora al parecer más convencido de la necesidad de referir este concepto a aquellas prácticas religiosas o de secularidad sagrada más propiamente contestatarias, al estilo de los movimientos por la defensa de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos, especialmente en referencia al papel que jugó el pastor bautista Martín Luther King, así como a la lucha contra el colonialismo impulsada por Gandhi. Es por ello que su análisis llama la atención sobre cómo el proyecto liberal se consolidó y legitimó apropiándose del capital simbólico religioso tanto de la Iglesia Católica como del protestantismo y la masonería, cerrando el espacio a expresiones religiosas de una “sociedad civil alternativa”, especialmente referidas a prácticas de religiosidad popular propia de los pueblos originarios así como los de la “diáspora africana”.

El aporte de Rogelio en este trabajo, por lo demás muy bien escrito y ampliamente documentado, rebasa los aspectos puramente contextuales, propios de su análisis empírico. Como ya hemos sugerido, propicia el debate alrededor de categorías fundamentales para una mejor comprensión de las relaciones entre religión, política y cultura. En este sentido son sumamente interesantes y sugerentes sus apreciaciones críticas respecto del aporte teórico de J.J.Rousseau, pionero en este campo. Es muy valioso también el análisis de la doctrina del “destino manifiesto”, toda vez que la misma gravitó con fuerza no sólo en las aspiraciones de los Estados Unidos por ejercer hegemonía en las nuevas repúblicas centroamericanas y latinoamericanas, sino que también fue asimilada por los sectores emergentes modernizantes que procuraban un desarrollo para los nuevos estados nacionales, asumiendo los ideales de progreso propagados por aquella doctrina político-religiosa.

Otro aporte valioso del trabajo de Rogelio es abrirnos camino para profundizar desde sus planteamientos teóricos, y en el campo específico de la sociología de la religión, en ámbitos tales como: a) estudios sobre lo étnico-religioso como resistencia cultural y política; b) estudios comparados de simbología religiosa; c) análisis de discursos religiosos y políticos en el período de consolidación del proyecto liberal; y d) análisis sobre religión, cultura y racismo en Centroamérica.

Este libro es de interés para la academia universitaria, especialmente en campos como la teología, la sociología, la antropología y la historia. Ofrece insumos para quienes quieren comprender el fenómeno de la dinámica cultural y política y su correspondencia con el campo religioso en la región centroamericana. Como ya hemos indicado, sus aportes son una valiosa contribución para profundizar y enriquecer el debate teórico sobre religión, cultura y política en el contexto de las transformaciones sociopolíticas y culturales actuales. Lo que estamos diciendo es que se trata de una abra de gran actualidad, para quienes quieren contribuir a proyectar, con visión crítica y creativa, nuevas alternativas de organización social, convivencia política y cultural. Es por ello que su lectura puede ser recomendada al público en general, que esté interesado en entender y profundizar no solo en los hechos que durante el siglo XIX contribuyeron a la constitución de los estados nacionales centroamericanos bajo el ideario del proyecto liberal, sino en lo que acontece hoy respecto de la relación entre religión y política . La historia no se repite pero se recrea, por eso es fundamental su comprensión para entender y vivir con sentido el presente, contribuyendo a proyectar un mejor futuro. El libro de Rogelio sin ser un acercamiento propiamente histórico sino de carácter sociológico y cultural de interpretación del fenómeno religioso, nos sitúa en un contexto histórico -analizado desde sus condiciones sociopolíticas y culturales- que cumple con tal cometido. Sirvan estas notas de motivación para invitar, respetuosamente, a la lectura de este excelente trabajo.

 

Enviado por Rogelio Cedeño Castro.

El Opus Dei contra Cristo

Luis Alberto Salas

 

El Opus Dei es una corriente de derecha en la Iglesia Católica que está buscando poder dentro de la estructura eclesiástica. Para esto ha gestado el apoyo de parte de sus miembros católicos al partido Renovación Nacional durante este proceso electoral. Su propósito es que los Cristianos Evangélicos y otras religiones contrarias a la Católica lleguen a Gobernar Costa Rica. Ellos saben que esto crearía un ambiente de conflicto y enfrentamiento entre Católicos y protestantes y siendo que estos últimos van a mandar en el poder Ejecutivo, Legislativo y tendrán a su merced el Poder Judicial y el Tribunal Supremo de Elecciones; vendrán a imponer sus “tesis religiosas” ante los católicos a quienes tienen envidia por ser la Religión Oficial del Estado.

Por otro lado, una corriente de cristianos estadounidense y otros países de Europa, más conocidos como los neopentecostales, están metiendo sus manos en los procesos electorales de Latinoamérica para tomar los gobiernos y poder lavar millones de dólares recibidos en sus diezmos y “ayudas” que reciben de sus seguidores. Esto es avalado por el gobierno de los EEUU.

Es increíble que católicos costarricenses voten por RN, sabiendo lo que piensa su candidato de la Virgen de los Ángeles:

CAPITULO 14

La Virgen de Los Ángeles en Cartago

El tema de la virgen de Los Ángeles es un verdadero tabú en Costa Rica; lastimosamente el pueblo católico romano no permite dialogar sobre el mismo sin sentirse terriblemente ofendido. Aquí, el prejuicio y la tradición religiosa pueden más con ellos que la razón y la Biblia. Con todo y eso, este es un espíritu babilónico que debe caer (su influencia), si queremos un Avivamiento en Costa Rica… Desde la perspectiva de la enseñanza planteada al inicio de este capítulo, sobre los alineamientos satánicos de templos y ruinas, La Basílica de Los Ángeles en Cartago es de vital importancia para Satán…

El movimiento del país, depende en un porcentaje altísimo de este personaje (la virgen) religioso, que según nos enseña La Biblia no es ni más ni menos que un espíritu inmundo de alto nivel disfrazado en medio de un sistema religioso.

Cada año, ciertos personajes políticos, religiosos y el pueblo (algunos) intentan (con conocimiento o ignorancia) renovar su pacto nacionalmente (el 2 de Agosto de cada año). Esto postra a gran parte del país ante los poderes del infierno y lo que es más peligroso, pacta a la gente y al territorio con el diablo. De ahí que entre más romerías, más corrupción, maldad y violencia tenemos en nuestra patria….

Esta potestad de mariolatría debe ser aniquilada y totalmente anulada. La Iglesia de Jesucristo, tiene el poder para hacerlo. Solo el pueblo de Cristo, haciendo uso de su autoridad y unción podrá atarla hasta impedir sus movimientos…

Debemos reprender el poder de ese demonio para que se suelten las amarras de tanto pueblo esclavizado e ignorante de las verdades del Evangelio Eterno.

Nuestra meta de oración como Iglesia Nacional debe ser secar esa fuente de control idolátrico. Nuestros esfuerzos mayores en la intercesión y en la guerra espiritual estratégica deben ir orientados a deshacer esa corriente de influencia pagana, idolátrica y babilónica. Amén.

CAPITUL015 Cartago caerá en manos del Espíritu Santo

En el año de 1986, cuando lideraba un fresco mover del Espíritu en mi país que denominamos «Restauración de todas las cosas», el Señor nos entregó una visión tremenda sobre el Avivamiento de Costa Rica: Esta fue la visión del Espíritu:

«Apareció una enorme Basílica en Cartago y sobre ésta se posó una nube enorme muy blanca. De la nube salió una mano vigorosa y bajó hasta la cúpula de la enorme catedral. La mano con fuerza arrancó la cúpula y abrió el panorama de lo que realmente sucedía en lo espiritual adentro del templo. Abajo, en el piso, apareció un gran trono y sentado en el mismo una figura grotesca; un gorila gigantesco que tenía un cetro en una de sus garras y una corona en su cabeza (era el verdadero ser entronizado en Cartago a través de la adoración idolátrica). De pronto, la mano se metió en el templo tomó al gorila en el medio, a la altura de lo que podría ser su cintura, estando de pie; lo apretó, sacó en el aire y lo tiró con fuerza en el mar donde se hundió. Luego, la nube cubrió el lugar y empezó el Avivamiento…

No creo que exista en nuestro país más ignorancia que esta.

Como decíamos el Opus Dei crearía un conflicto que pondría en jaque la religión Católica y esto daría pie a una solicitud de emergencia al Vaticano para el nombramiento de un Cardenal en Costa Rica, siguiendo la tradición creada durante los conflictos bélicos en Centroamérica durante los años ochenta. Este sería un voto más en la elección del Sumo Pontífice en el Vaticano cuando llegue el momento de nombrar un nuevo Papa y esto le daría al Opus Dei un gran margen de negociación y poder dentro de la Iglesia Católica. Este es el propósito que al parecer buscan con toda esta maraña que se ha creado en torno a las elecciones nacionales.

Dios debe estar en la Constitución y las leyes de nuestro país, pero no así sus pastores, sacerdotes y demás miembros de las iglesias que dicen ser de él. Esas religiones deben aplicar las enseñanzas de Jesús: dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. En política, el deber de todo católico y cristiano es denunciar la corrupción, tal y como lo hizo Juan el Bautista.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de abrelatas11 – WordPress.com

Enviado a SURCOS por el autor.

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Religión y Política: una mala receta

Por Freddy Salas Cruz, Walter Antillon Montealegre

 

El tema de la separación entre religión y política se tiene que basar en el diferente objetivo de cada una de ambas disciplinas, siendo el tema de la religión las cosas supraterrenales y el tema político las cosas terrenales. Pero también la diversa índole de dichas materias impone métodos distintos, porque las cosas terrenales imponen el método científico, fundado en las posibilidades de la realidad; mientras que, por el contrario, las cosas religiosas imponen otro método, basado en la fe y la revelación, que están libres del rigor científico, porque la fe y la revelación no necesitan la demostración rigurosa de su verdad, sino, únicamente, la creencia o adhesión incondicional de la persona creyente: en religión no se necesita demostrar, sino que la persona tiene que creer.

Esta es la razón por la que, desde hace un par de Siglos, se ha sostenido con razón que el Estado debe ser laico; y que el mundo de las creencias, los apóstoles, los milagros y la fe debe circunscribirse a la esfera propiamente religiosa, lejos del mundo político.

La consecuencia de mezclar ambas esferas es que, si uno permite que los argumentos de fe sean criterios para decidir el voto en las elecciones políticas, entonces las elecciones no las va a ganar el candidato que ofrezca el mayor rigor científico en el diagnóstico y la solución de los problemas económicos, sociales y culturales de la comunidad, sino, el que consiga una mayor adhesión a su condición de ungido, de hombre de Dios, y a sus planteamientos basados en la fe y la revelación, que son criterios claramente inservibles en el plano de la política, que es el plano de lo realmente posible.

Si una parte importante de la comunidad, por su bajo nivel educativo, llega a creer que un candidato cuenta con el favor de Dios para gobernar, y con el poder de cambiar milagrosamente las cosas, ese candidato va a ser elegido, aunque seguramente su gobierno vaya a resultar desastroso, por la irrealidad de sus diagnósticos y sus soluciones.

Resumiendo, un político que no se nutra con la percepción de la realidad y con la racionalidad de los medios para tratarla, sino con planteamientos basados en el pensamiento mágico, puede ganar elecciones en una comunidad donde predomine la ignorancia y el fanatismo, pero seguramente fracasará en el gobierno.

Sin embargo, si se instrumentaliza el pensamiento mágico para ganar elecciones por parte de grupos de los partidos tradicionales, como lo hacía por ejemplo Papá Doc Duvalier en Haití, dichos grupos contarán de esa manera con un nuevo instrumento para conseguir el poder y continuar sus prácticas ilegales y corruptas.

Me parece que esto es lo que está a punto de ocurrir: la oligarquía mezquina y timorata y los viejos políticos representados sobre todo, por el partido Liberación Nacional, desacreditados a causa de sus gobiernos corruptos e ineficaces y derrotados electoralmente, han encontrado la oportunidad de regresar al poder aliándose con un candidato que, por su investidura de ‘hombre de Dios’ y su mensaje puramente emotivo, tiene posibilidades de ser electo, pero que por sí mismo carece de la aptitud de gobernar.

Ese contubernio, que haría de Fabricio un “tonto útil” al servicio de un grupo político derrotado, le ofrece a dicho grupo una ventaja inmediata: volver al poder. Pero la cosa no termina allí: Fabricio es también un tonto útil de una fuerza política subrepticia, proveniente de las iglesias neopentecostales de los EE.UU que, desde hace años planean, dirigen y financian la penetración de sus organizaciones en América Latina, y han aceptado servir a su vez, de instrumento de una política neoliberal de dominación por parte del gran capital transnacional.

Entonces, el resultado de un triunfo de Fabricio nos traerá, en un primer plano el regreso de Liberación al poder “por la puerta de la cocina”; pero en un segundo plano, oculto, nos traerá la injerencia del neoliberalismo de las trasnacionales instrumentalizado mediante la intervención de la iglesia neopentecostal.

En todo caso, tenemos que estar conscientes de que el peligro no será conjurado totalmente con una eventual derrota de Fabricio: el peligro ya está ominosamente presente, con los 14 diputados del Partido Restauración Nacional y los 17 diputados del Partido Liberación Nacional que tendencialmente se les sumarían, en apoyo de las iniciativas provenientes de las cúpulas de aquellas agrupaciones políticas.

Estamos frente a un nuevo “Caballo de Troya” que, al radicar sus bases en el pensamiento mágico, sería más peligroso, si se quiere, que el Caballo de Troya del Tratado de Libre Comercio, de ingrata recordación.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de entreparentesis.org

Freddy Salas Cruz es estudiante de Derecho de la UCR, Sede de Occidente.

Walter Antillon Montealegre, Abogado y Catedrático Emérito de la Universidad de Costa Rica.

 

Publicado originalmente en el www.elpais.cr, enviado a SURCOS por Walter Antillón.

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Hace 162 años el patriotismo expulsó al filibustero

José Manuel Peña Namoyure

20 de marzo, medio día

 

Dentro de unas pocas horas se cumplirán 162 años en que las tropas costarricenses, combatieron con patriotismo y coraje para repeler al filibustero gringo William Walker que venía y quería hacernos súbditos y vasallos de un país extranjero.

Ahí en los corrales de piedras de esa hacienda ganadera, los ticos ganaron en poco tiempo la batalla y lograron que los invasores huyeran desde adonde habían llegado: Nicaragua.

Quiso el destino que desde el territorio de Guanacaste, se diera una lucha frontal y cruenta, para salvaguardar la soberanía, la libertad y la paz por siempre de Costa Rica.

Me decía esta mañana un brillante intelectual cubano, que esa Batalla de Santa Rosa, fue clave para Centroamérica y más allá, dado que las intenciones estadounidenses, eran de un expansionismo sin límites.

Por eso, gracias a costarricenses estudiosos de la verdadera historia costarricense, sabemos ahora con amplios detalles, acerca de la grandeza de espíritu y patriotismo colosal del entonces presidente Juan Rafael Mora y todos cuantos participaron en la gesta de Santa Rosa el 20 de marzo de 1856 y en la batalla de Rivas, Nicaragua, el 11 de abril de 1856.

¡¡¡Vivan el presidente Mora y los que nos legaron Patria Libre!!!

Saludos desde la sabana guanacasteca.

 

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La tortuga voladora

Por Mauricio Alvarez M, ecologista.

 

¿De dónde salió esta tortuga baula, que apareció en un aeropuerto como buscando un avión para irse a otro destino para poner sus huevos? ¿Será que sabe que el proyecto de pesca de arrastre amenaza de nuevo, no sólo sus crías, si no toda la vida en el fondo del mar?

Este 19 de marzo, dos hechos marcaron la agenda ambiental. El primero: una tortuga baula apareció en media pista del aeropuerto de Limón, no nos queda duda que venía huyendo del desastre de playa Moín donde han perdido al menos 5 hectáreas de playa por la construcción del megamuelle de APM Terminal ( https://semanariouniversidad.com/pais/erosion-marina-playa-moin-veloz-e-implacable/), recién comenzó la temporada de anidación de la baula y las miles de tortugas que registró Jairo Mora y mucha otras podrían estar corriendo la misma suerte del ecologista. Jairo Mora trabajó de manera sistemática desde 2012 y logró identificar en Moín alrededor de 1474 nidos de tortugas baula, lo que demostró que esa playa se convirtió en uno de los sitios de mayor anidación en el país, más que una zona protegida como el Parque Nacional Marino Las Baulas en Guanacaste, donde se encontraron algo más de 200 nidos. (https://www.feconcr.org/doc/jairo/Moinentremegaproyectosytortugas.pdf).

De hecho una fuente anónima nos dice que la marca de la tortuga es de playa Moín, sin duda el importante trabajo de Jairo Mora permitió iniciar el proceso para convertir la playa de Moín en área protegida por su gran importancia de anidación a finales de la administración anterior y fue completamente olvidado por el actual gobierno, ¿fue olvidado también su asesinato?

El segundo evento fue que en la Asamblea Legislativa se movilizaron los «camaroneros» para quitarnos la alegría del fallo de la Sala IV contra la intención del gobierno de reactivar esta nociva práctica mediante un acuerdo de INCOPESCA (https://semanariouniversidad.com/pais/sala-constitucional-se-trae-abajo-acuerdo-de-incopesca-que-buscaba-reactivar-pesca-de-arrastre/). Ahora presionan por otro proyecto de ley aún más nocivo que la última versión (proyecto 19838 de Ley para el desarrollo y aprovechamiento sostenible del camarón), donde se discutía en comisión de ambiente y era impulsado principalmente por el PAC. (https://www.youtube.com/watch?v=qRNeYm7dg5g)

Van a presionar al Poder Ejecutivo para que convoque a votación el proyecto N.º 18.968, que es un proyecto a todas luces inconstitucional pues no tiene estudios científicos que demuestren la sostenibilidad de la pesca de arrastre. Esto con el objetivo de hacer la pantomima con el sector camaronero y después echarle la “culpa” la Sala IV, si se lo trae abajo.

Bien conocidas son las posiciones del gobierno actual a favor de la exportación de aletas de tiburón, la legalización de la incineración y toda la deshonra a sus promesas de campaña como la moratoria a la expansión piñera y el etiquetado de transgénicos entre otros.

Entonces no es de extrañar que el gobierno actual termine haciendo «campaña en contra» de su candidato, porque Carlos Alvarado ya se ha manifestado en contra la pesca de arrastre, y peligra que el nefasto proyecto termine aprobado en primer debate.

 

Enviado por Mauricio Álvarez.

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Apreciaciones sobre las pérdidas de las iglesias en la presente contienda electoral de Costa Rica

Apreciaciones sobre las pérdidas de las iglesias en la presente contienda electoral de Costa Rica

Alberto Rojas Rojas

Al final, ambas (iglesias) quedan muy desvalidas, porque están dejando ir los fundamentos de su legitimidad a otro movimiento religioso que no es católico ni evangélico cristiano.

En las elecciones costarricenses del 2018, además de las fuertes derrotas electorales de partidos políticos como el Partido Liberación Nacional, el Frente Amplio, el Movimiento Libertario o el Partido Accesibilidad sin Exclusión, hay otros perdedores inéditos en que nadie ha pensado hasta ahora.

En este proceso electoral perdió la Iglesia Católica, porque le entregó a otros grupos religiosos una parte significativa de la posición privilegiada que tenía hasta hace poco, para definir en el campo religioso, lo que se considera legítimo desde el punto de vista de la fe. En otras palabras, la jerarquía de la iglesia católica con sus pactos, su proceder y sus silencios, reconoció más legitimidad en otros grupos, que lo que ella misma tiene en la definición de asuntos religiosos y cristianos.

En ese marco, la iglesia católica dejó un espacio vacío, pero además, dejó que otros grupos asumieran la representación religiosa de sus causas. Entregó la iniciativa y su influencia religiosa en la política y la sociedad. El catolicismo costarricense como institución y religión no será el mismo después de estas elecciones, sobre todo si gana la segunda ronda Fabricio Alvarado, ya que con él gana espacio político, otro movimiento religioso que adversa militantemente a la Iglesia Católica.

Ahora, la jerarquía de la iglesia y la gran mayoría de sus sacerdotes, se preparan en un silencio expectante, a valorar las consecuencias de su proceder. Además del debilitamiento de su legitimidad e influencia, la presente coyuntura política del país, les puede traer un debilitamiento numérico en sus filas. ¿Se alejarán hasta hoy personas creyentes católicas a las filas de otros grupos religiosos de la competencia? o ¿Engrosarán el grupo de creyentes decepcionados que no pertenecen a ninguna expresión religiosa?

Uno diría entonces que los ganadores fueron los grupos evangélicos. Pero no. Las iglesias evangélicas cristianas también perdieron y quizá, más que la iglesia católica. Están perdiendo parte fundamental de su identidad evangélico cristiana, y no desde fuera, sino desde dentro.

Por la parte de atrás, sin percatarse, les entró el movimiento de la reforma apostólica, el movimiento de don Fabricio Alvarado, el grupo que él realmente representa y el que realmente está ganando más poder e influencia. Un movimiento post-cristiano que produce y reproduce prácticas y doctrinas que contradicen aspectos medulares de la fe evangélica. Por ejemplo, confunde intencionalmente magia con fe, busca generar una nueva revelación, relativiza la centralidad de los evangelios en la interpretación de toda la biblia y pone la autoridad de los nuevos apóstoles como criterio primario de interpretación bíblica; relativiza también la persona y vida de Jesús como a modelo a seguir o bien, aminora aspectos fundamentales de su vida para no poner en cuestión algunas de sus doctrinas básicas.

Si Fabricio Alvarado gana las elecciones, gana preponderancia el movimiento de reforma apostólica y se crean condiciones subjetivas para que muchas iglesias evangélicas cristianas muten hacia este tipo de doctrina y práctica religiosa. Sobre todo, porque en muchas de estas iglesias, sus pastores y liderazgo tienen una débil formación bíblica y teológica y se alimentan más bien de la industria de comunicación que utiliza el movimiento apostólico. Una parte significativa de la iglesias evangélica, sobre todo de carácter pentecostal, pueden comenzar a ser otra cosa, como si un virus atacara y transformara su fe e identidad evangélica cristiana.

Así, en este proceso electoral no solamente se define un presidente, sino también la reconfiguración del campo religioso costarricense. Una iglesia puede perder espacio religioso y otra pierde identidad. Al final, ambas quedan muy desvalidas, porque están dejando ir los fundamentos de su legitimidad a otro movimiento religioso que no es católico ni evangélico cristiano.

Montes de Oca 18 de marzo, 2018.

Enviado a SURCOS por el autor.

Imagen ilustrativa tomada de http://www.lupaprotestante.com/blog/neopentecostalismo-una-nueva-ola-religiosa-recorre-america-latina/

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Don de Lenguas

Por Walter Antillón Montealegre

 

El cultivo sistemático, en nuestro pueblo, de un analfabetismo larvado, regido por el pensamiento mágico y flanqueado por hábitos de consumismo e irresponsabilidad, ha permitido a la oligarquía costarricense y transnacional medrar sin control alguno en la riqueza del País, del brazo de una clase política corrupta, ampliando con ello la brecha social en una medida exorbitante.

Y uno de los resultados de la corrupción y el desgobierno imperantes ha sido que crecientes poblaciones en estado de abandono y pobreza extrema han caído en manos de organizaciones religiosas orientadas, asesoradas y subsidiadas por algunas de las poderosas iglesias norteamericanas que, desde hace algunas décadas, empezaron a aplicar exitosamente en reuniones masivas, un estilo espectacular, impresionante; con atractivas melodías, lemas coreados por la asamblea entera al ritmo de las palmas, conmovedores testimonios y confesiones públicos, curaciones milagrosas, predicación ‘en lenguas’, etc.

Entre las diversas iglesias cristianas que por esa vía han proliferado en Costa Rica, y que en pocos años han erigido más de tres mil templos en el territorio nacional, se encuentra la denominada Centro Mundial de la Adoración, en la cual canta y predica el candidato Fabricio Alvarado. Y tanto él como su esposa han declarado reiteradamente que, por la gracia del Espíritu Santo, pueden hablar ‘en lenguas’ en sus canciones y prédicas; y han pretendido demostrarlo profiriendo un limitado elenco de sonidos que, obviamente, no corresponden a ningún idioma occidental moderno, sino que recuerdan de modo vago ciertos acentos del hebreo o del árabe.

Ahora bien, según se afirma en varios textos del Nuevo Testamento, por inspiración del Espíritu Santo muchos predicadores que llevaban el mensaje cristiano a gentes de distintas naciones, poseyeron el don de dirigirse a ellas en los idiomas propios de esas naciones. De manera que si, por ejemplo, su auditorio era sirio, sin esfuerzo, de modo espontáneo él predicador le hablaba en su lengua: el arameo; y si era egipcio, le hablaba en copto, aunque nunca antes hubiera estudiado dichos idiomas. Tal era el significado de lo que se llamó ‘don de lenguas’ que, por lo visto, el Espíritu Santo administraba con largueza, a fin de que cualquier persona en el Mundo pudiera entender el mensaje de los predicadores cristianos.

Por el contrario, no tendría ningún sentido pensar que el Espíritu Santo va a otorgar, por ejemplo, el don de la lengua cabécar al predicador que se dirige a un grupo de fieles noruegos. O el don de la lengua china en una asamblea de zulúes ¿De qué iba a servir entonces aquella prédica?

Precisamente San Pablo denunciaba la mendacidad de los paganos que, cuando decían estar en comunicación con los dioses, farfullaban rosarios de palabras ininteligibles para los oyentes; y exhortaba a los cristianos a evitar semejantes prácticas, diciéndoles:

…Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire…1 Corintios 14: 9.

¿Será que el Espíritu Santo no ha querido favorecer a Fabricio, al poner en su boca parrafadas de fonemas ininteligibles, que no contribuyen en nada a la comprensión del mensaje de sus canciones? O bien ¿qué buscan Fabricio y Laura producir con sus ‘ramamashekas talamasoas’ en la crédula mente de sus feligreses? ¿Será que ese galimatías hace que los fieles, por la gracia del Espíritu Santo, salgan del templo más inteligentes y perceptivos?

La verdad es que no: la verdad es que la ignorancia es atrevida: Fabricio y Laura no han entendido lo que en los textos del Nuevo Testamento significaba el don de lenguas; y cayeron en la infamia de aprovechar la disposición a la credulidad de gente sencilla reunida en el templo, para figurar ante ellos como seres favorecidos de la gracia del Espíritu Santo, y usufructuar esa ventaja.

Así las cosas, sólo nos queda preguntar: si esta singular criatura llamada Fabricio Alvarado es capaz de haber montado tamaña grotesca farsa para abusar de la buena fe de sus hermanos en religión (a quienes dice amar), con desprecio total de su dignidad de personas humanas ¿Qué no estaría dispuesto a hacer con los ‘inmundos’ y los ‘infieles’, que somos todos los demás?

 

(*) Walter Antillon Montealegre, Abogado y Catedrático Emérito de la Universidad de Costa Rica.

 

Imagen con fines ilustrativos tomada de www.wikihow.com

Publicado originalmente en el país.cr, enviado a SURCOS por el autor.

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