Dr. Carlos Sandoval García. Fotografía: Cristian Araya Badilla, UCR.
Mediante el oficio R-2328-2022 la Universidad de Costa Rica (UCR) pidió, el 6 de abril del 20222, a la Cancillería de la República de Costa Rica interponer sus buenos oficios para conocer las razones por las cuales el Gobierno de Nicaragua negó el ingreso del catedrático de la institución Dr. Carlos Sandoval García a tierras nicaragüenses.
La Rectoría señala que este rechazo afecta la labor docente y el ejercicio de la libertad de cátedra del profesor Sandoval, quién ha desarrollado vasta investigación en temas migratorios y otros a nivel regional.
El profesor intentó viajar por vía terrestre el pasado 31 de marzo a Nicaragua en el marco del proyecto Exclusión social y procesos electorales en Honduras, Nicaragua y Costa Rica (2021-2022) (C1365), inscrito en el Centro de Investigación en Comunicación, en el cual se tenía previsto realizar grupos focales en las capitales de Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
El objetivo de estos grupos focales es contrastar las narrativas de los partidos políticos y sus candidatos, y las presentes en las redes sociales con aquellas que elaboran las personas que viven en condiciones de exclusión.
La UCR recuerda la importancia de defender el espacio para la generación de investigación académica de calidad que le permita a la población en general contar con información de base para la toma de decisiones. El tema también fue puesto por la UCR en la mesa del Consejo Nacional de Rectores (Conare).
Gabriela Mayorga López, Editora digital y periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
MBA Lic. Luis G Martínez Sandoval Académico Universitario, Escritor Sede Central UTN www.utn.ac.cr
“¿Plata o plomo?” esa era la frase más usada de Pablo Escobar “El narcotraficante más famoso”. Las “mafias” conforman una macro criminalidad del reciclaje de dinero que opera sin controles en todo el planeta y hace difícil la reconstrucción de los flujos financieros de dinero sucio.
La mafia es invisible, es asociación dirigida y explotada por personas autorizadas por edad, inteligencia, posición social, pruebas, expedientes judiciales, experiencia y pericia en el arte de delinquir impunemente. No existen estructuras organizacionales visibles… son sin rostro. ¿Quiénes conocen la Junta Directiva? ¡Nadie! Solo el “directorio” de los hombres de mayor confianza.
La mafia es “una asociación ilícita, auténtico sistema de poder criminal” que ubican a sus miembros al filo del Código Penal. Es complejidad organizativa y “mafia financiera”. Su estrategia es obtener el máximo prestigio y la máxima ganancia, el silencio y olvido, establecer relaciones e intereses con la política, obstaculizar las investigaciones, campañas de deslegitimación, de desprestigio, de agresiones contra fiscales y magistrados. La búsqueda de coberturas, asesinatos y masacres. El terror y miedo. Impedir el control de la legalidad de sus negocios. La impunidad, falsificación de datos, la santificación de imputados. Desgranar la justicia y la legalidad. Vínculos secretos. La oferta de drogas ilícitas y otras actividades conexas. Legitimación de capitales. Financiamiento del Terrorismo. Como bien expresa el Instituto Costarricense sobre Drogas: “El ánimo de lucro es lo que mueve a las organizaciones criminales a obtener ganancias a través de la comisión de delitos y utilizar mecanismos, como reclutamiento de personas, estructuras de sociedades, empresas y profesionales intermediarios para disfrazar sus ganancias ilegítimas con el fin de darles una apariencia de origen legal” Costa Rica, está en la ruta de la droga y zona regional de logística además es vulnerable y tiene escasos recursos.
Es una bodega y puente de las guerras de las drogas. Se movilizan anualmente 1.150 toneladas en ruta a México, Brasil, UE y EEUU –donde hay más de 30 millones de consumidores que gastan más de US$ 30.000 millones anuales de dólares para consumo de cocaína, heroína y marihuana proveniente de Irán y Afganistán, Myanmar, Laos, Tailandia, México, Perú, Bolivia y Colombia- mayor fabricante de cocaína en el mundo-.
¿Cómo combatir la mafia?
Primero, estrategia de seguridad nacional y regional. Estamos inmersos en un área geopolítica, geoeconómica y militar en donde la seguridad nacional tiene un gran peso y cuya agenda tiene temas prioritarios, p.ej. el terrorismo, los grupos armados, los paramilitares, el narcotráfico, el tráfico de personas, las posibilidades de migraciones masivas, el lavado de dinero, los secuestros, las bandas como Mara Salvatrucha, los Zetas y el Populismo Radical. Debemos establecer una política exterior activa en Centroamérica contra el narcotráfico en alianza con EEUU-México. Segundo, estrategia cantonal. Hay que nombrar 83 Comisionados Antidrogas. Tercero, estrategia de premios e incentivos. Requerimos una política seria de incentivo de los arrepentimientos y colaboración con la justicia por parte de quien, por haber sido mafioso, puede revelar desde adentro esos secretos de la organización absolutamente necesarios de conocer. Hay que promulgar una legislación de “premio e incentivo” equilibrada e inclusive de impunidad total (100%) para el colaborador (res) que nos lleven a los peces gordos. Esta estrategia supera “el rastreo de llamadas”, “la prisión preventiva”, “la plataforma de información policial”, el “Centro Judicial de Intervención Policial”, “El secreto bancario” e incluye el perdón por el Poder Ejecutivo para los que colaboren. Cuarto, estrategia de autonomía al Poder Judicial. Elección de magistrados por la Corte Suprema de Justicia. Quinto, estrategia de comunicación pública. Hay que revisar el Plan “LODI” (Logic Distribution), en donde la solución pasa por una forma de legalización que no ha de ser libre, precisamente, sino que viene supeditada a una “distribución organizada y controlada de la droga” que bien puede estar en manos de la CCSS-EBAIS, Ministerio de Salud Pública y Poder Judicial. ¿Cuál es la diferencia entre recetar médicamente un antidepresivo con los efectos secundarios que tiene a recetar de la misma forma un gramo de cocaína, para un adicto mientras gradualmente lo vamos sacando de su adicción?
En conclusión, somos una bodega de almacenaje de drogas al igual que los demás países centroamericanos, hay infiltración de carteles mexicanos y colombianos aliados con nacionales, que están pagando con drogas sintéticas y crack y no solo con dinero por ayudar en el transporte; tenemos un mercado de consumidores nacionales y espiral de violencia por drogas, sabemos que la droga se transporta por vía marítima (78%), aérea y terrestre (22%). Debemos actuar en cada distrito y cantón de lo contrario serán tomados por las mafias mexicanas, colombianas, los yakuza, los trías chinos, la cosa nostra o la rusa. Como bien lo expreso Bob Riley, Ex Gobernador del Estado de Alabama: Las drogas son las enemigas del futuro y de la esperanza, y cuando luchamos contra ellas luchamos por el futuro.
Publicado por Edison Valverde el 4 de abril, 2022 / caminantedelsur.com
ABYA YALA-CR-Buen Vivir
Estamos sintonizados en el buen vivir de América Latina.
Carlos Manuel Muñoz. Buen Vivir Costa Rica
Con la participación de los países de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, México y el estado de Oregón de EUA, se llevó a cabo el primer Encuentro Virtual Latinoamericano Alternativas al Desarrollo Escuela Latinoamericana para la Actoría Social Juvenil, Inti Watana, el pasado 2 de abril. La gran pregunta a responder fue, ¿qué hacer ante el modelo neoliberal?, donde entre otras cosas éste representa: a) un desafío para América Latina, b) el hecho de que no hemos podido aún construir un sistema político diferente, c) es necesario encontrar modelos alternativos en la educación, d) Titulitis, los títulos universitarios también deben de servir a los pueblos y e) gran parte de la humanidad no sabe cómo llegar al Desarrollo, solo somos guiados por la gran campaña mediática, en realidad la ruta es desconocida. Palabras de los países participantes. Argentina, por su parte, expuso sus observaciones acerca de las personas que viven en la calle, donde dejan ver que una de las formas de lograr esto es conseguir un trabajo decente, no obstante, a su vez, hacen la observación de que las decisiones políticas tomadas desde el psicoanálisis, desde los profesionales en psicoanálisis, tomadas desde un lugar burgués, son muy cómodas y no representan la realidad del día a día. Recomiendan ver el documental “Sueños en Cine.ar”. También el espacio fue aprovechado para conmemorar los 40 años de la invasión a Las Malvinas., donde recuerdan que Las Malvinas están colonizadas por Inglaterra, pero son Argentinas. Relataron como antes de la invasión en las Malvinas existían pueblos originarios, pobladores de esta tierra desde tiempos ancestrales. Invitaron a su vez, a redescubrir en Latinoamérica nuestras raíces africanas. Por otra parte, explicaron la necesidad de hablar de diversidad de los pueblos, como por ejemplo: Pueblo Aymara, Pueblo Maya, etc., la necesidad de identificar a cada pueblo por su nombre, fomentando así la diversidad de los pueblos latinoamericanos. A su vez, hicieron homenaje a los jóvenes argentinos caídos en Las Malvinas. Bolivia, hizo énfasis en que la comunicación en nuestros pueblos ha sido tradicionalmente con instrumentos, con música, dialogando con la naturaleza. La flauta Sicu, por ejemplo, tiene su alma, tiene su ajay. Hoy, -explicaban-, hay egoísmo, ambición, en las comunidades antes no existía el pensamiento de acumular, no era necesario el dinero. Comentaron que, en los procesos de construcción comunitaria bolivianos, muchos de los espacios como resultado de estos procesos, han sido ocupados por mujeres. Lo que significa que se puede construir unidad en la diversidad, lograr una integración natural. El teatro y la música son herramientas para utilizarlas en la educación, recomendaron. Un proyecto, situado en las orillas del Lago Titicaca se fundamenta en las temáticas de: agua, soberanía alimentaria, saberes ancestrales, cambio climático, denominado también Casa Cultural, expone resultados de cómo integrar estas áreas, ejemplo que se puede aplicar a nivel latinoamericano. Bolivia, a su vez, expuso que las organizaciones de la Escuela Latinoamericana para la Actoría Social Juvenil deberían entre otras cosas:
a) Afianzar los lazos de unidad en todo el continente. Fortalecer la Escuela Latinoamericana. Seguir llevando a cabo encuentros.
b) Compartir visiones y experiencias. Compartir investigaciones que se realizan en los diferentes países.
c) Practicar alternativas en común. Relacionamiento con la Madre Tierra. Seguir hablando de lo que es el Vivir Bien. Llevar a cabo conversatorios en la línea de las prácticas emancipadoras.
d) En Bolivia la alternativa al desarrollo es Vivir Bien/Suma Qamaña.
e) Invitan a escuchar la canción desde el medio YouTube,”Suma Qamaña”.
Colombia, por su parte, invitó a utilizar la expresión “Ubuntu”, expresión africana que significa “soy cuando somos”. Expuso que una gran alternativa al desarrollo es la comunicación comunitaria a partir del liderazgo juvenil, que logre amor por la comunidad. Invitan a ver el video elaborado por jóvenes “Juicio al Desarrollo”, que se encuentra en YouTube. Presentaron el proyecto “Voz y sabor”, proyecto de café que además de producir café introduce la historia del café, de modo que se cuenta la historia del campesino, llevando a cabo así una producción con identidad. También invitaron a la acción de una pedagogía emancipadora, que se inicia en el momento en que se pasa de ser espectadores a ser participantes activos de nuestras comunidades. Donde entre otras cosas, una muy importante es reconocer que toda persona tiene algo que contar y narrar. Comentaron también el hecho de que hoy en Colombia existe la esperanza de que el pueblo organizado desde sus comunidades pueda llegar al poder. Costa Rica, hizo su introducción recordando el próximo encuentro de poetas a realizarse el 10 de abril, en el cantón de Mora, encuentro que organiza la Sociedad Juglar Pacacua. Comentó que en Costa Rica el Buen Vivir está trabajando en la construcción del sentido de comunidad, de comunidades, en la defensa de la Madre Tierra y en la organización nacional de Buen Vivir Costa Rica. Hizo hincapié en que todos los países latinoamericanos nos podemos unir en dos temas prácticos: agua y agricultura. Además, hizo la observación de que es muy importante el proceso de construcción latinoamericana, “es muy importante que se visibilice lo que se está haciendo”. México, por su parte, presentó que la alimentación desde y con la comunidad. Es una de las grandes alternativas: la Alimentación Comunitaria. Dejó en claro que la globalización, posee entre otras cuestiones negativas:
a) Patrones insostenibles de producción y de consumo.
b) Patrones patriarcales.
c) Sistemas de dependencia de la producción de alimentos que administran y poseen unos cuantos.
Hizo hincapié en la necesidad de cambiar el término de basura, deshecho, de residuo, por reutilización, debido a que el concepto de basura justifica seguir produciéndola dentro de un sistema dedicado a la explotación y uso sin medida. México, de tal forma, hizo énfasis en que “la Alimentación es reivindicatoria”. Se presentó el ejemplo de la Comunidad de Soxasché, en México, donde desde un proceso comunitario elaboraron un Recetario de Comidas Tradicionales, lo que implica una defensa y avance para su cultura. Brasil, inició su exposición con la pregunta ¿Desarrollo para quién?, dentro de las alternativas al desarrollo neoliberal plantearon:
a) Una gestión creativa y respetuosa del agua.
b) Agroecología, producción local y nativa.
c) Soberanía alimentaria. Ejemplo, el Movimiento sin tierra en Brasil, donde hacen énfasis en que no podemos ser aculturados de los alimentos.
d) Los comestibles ultra-procesados de azúcar y grasas, son grandes negocios donde se negocia la salud.
e) Un cambio profundo en la educación (no solo la popularización del acceso a la educación, como lo hecho en Brasil), sino una educación de valores. Como explicaba Pablo Freire, desde su pedagogía crítica, agregar algo más fuerte, una construcción de una cultura de valores latinoamericana.
f) Libertar oprimidos de opresores, y así libertar los opresores. Valores para la vida, porque si no continuaríamos promoviendo el individualismo.
Oregón / EUA, expusieron cómo desde la tecnología se construyen máquinas de guerra ideológica para controlar la comunicación y la información. Recomiendan, ante esto, la necesidad de organizar grupos para hacer fábricas de contenidos latinoamericanos con discursos emancipadores. Recomiendan la lectura de los escritos del escritor latinoamericano Fernando Buen Abad. Cierre Finalmente, como cierre del Encuentro, se llegó al sentimiento de que estamos unidos en nuestro continente, de Ubuntu en nuestra América, de que en lo que sentimos y hacemos somos una sola acción esperanzadora. Elaborado por Rosario de Naranjo, 4 de abril de 2022.
Así nos sentimos la noche del miércoles al culminar un partido jugado por una muchachada, que nos hizo vibrar con ellos. Lo que sucedía en el esplendoroso Estadio Nacional, se multiplicaba en miles y miles de hogares costarricenses. Esa noche volvimos a recordar que somos un pueblo que, pese al individualismo, tenemos aspiraciones comunes que nos reúnen. Que nos enorgullece ser vistos como «el país más feliz del mundo», el del PURA VIDA con que nos saludamos y nos conocen. Ese mismo pueblo que no desea que la rica convivencia pacífica sea erosionada. Pueblo de paz que quiere seguir viviendo en paz, sin sobresaltos cotidianos. Ese tico respetuoso de la bondad campesina que nos sigue enseñando a vernos en cierta forma excepcionales. Que solloza al escuchar la música de La Patriótica en situaciones muy especiales. Que tiene en la abolición del ejército su más preciado tesoro. Que ha aprendido a respetar los derechos de las mujeres, y a valorar sus ejemplares aportes a la Patria. Costarricenses que como primer objetivo, ven en la educación el instrumento que han de aprovechar sus hijos desde pequeños.
Que amamos vivir en un país donde desde el más humilde obrero hasta el presidente de la República, es respetuoso, gentil, siempre presto a dar una mano y orgulloso de los logros de una sociedad pobre, humilde, pero con próceres que desde sus cimientos, nos garantizan seguridad en ese edificio amado que llamamos Costa Rica. Ticos amantes de las virtudes heredadas, enemigo de la chabacanería, del patán, del mentiroso, del «mago» y sus conejos. Que nos ponemos «la roja» de la sele cual distinguido uniforme de gala, porque no renegamos de todo lo pasado, pues sabemos que los triunfos anteriores en el deporte y fuera de él, también nos permiten vislumbrar la posibilidad de un mañana tranquilo, sin broncas innecesarias, donde el progreso sea la estrella a alcanzar, para el bienestar de las mayorías.
Sea en fútbol o en la vida cotidiana que aspiramos traiga consigo lo mejor para nuestros hijos y demás generaciones. Aspiración que como un sueño, ha de construirse fraternalmente mientras cantamos «¡Agárrense de las manos, unos a otros conmigo…»! Así y solo así podemos resguardar la escultura Patria que por generaciones se ha ido forjando. Obra de arte que, si nos descuidamos, podría resquebrajarse si la dejamos en manos torpes que poco la valoran. Dirán algunos que así es la democracia, pero a ellos les decimos que no ha de desdeñarse, que por la vía de esa misma democracia, en otros países también se ha perdido su presencia. Por eso hemos de actuar con responsabilidad, con la mente alerta y la mano en el corazón. Con patriotismo, no solo alrededor de un partido de fútbol, sino también en el sacro recinto electoral en que se decidirá el futuro que la Patria nos demanda.
Este sábado 9 de abril se transmitirá por el Facebook Live de SURCOS el conversatorio titulado: “Avances, obstáculos y enseñanzas de las alianzas entre movimientos sociales: Chile, Costa Rica y Uruguay». La actividad contará con la participación de tres expositores, el representante chileno Tomas Leighton, miembro del Frente Amplio, ex dirigente estudiantil en Chile; la representante costarricense Ciska Raventós, socióloga catedrática jubilada de la UCR, activista social y la representante uruguaya Karin Nansen, fundadora y coordinadora de REDES amigos de la tierra Uruguay, e integrante del Comité Ejecutivo Amigos de la Tierra de América Latina y el Caribe.
El horario de la transmisión será el siguiente: Chile 16:00 / Uruguay 16:00 / Costa Rica 13:00.
Tribunal de Honor y Ética comparte mensaje acerca del sufragio
Con un vídeo que nos recuerda la importancia de ejercer el voto, el Tribunal de Honor y Ética del Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación Colectiva-COLPER lanza una campaña llamada “Valores Esenciales de la Democracia Costarricense”.
De acuerdo con los integrantes del Tribunal, el sufragio es una herencia importante y aunque se ha transformado y tuvo importantes reformas desde su creación, que coinciden con la construcción del Estado Republicano, funciona como un mecanismo de legalidad, de participación y de representación.
Y es que precisamente, al encontrarnos a las puertas de la segunda ronda electoral, la cual se realizará el domingo 3 de abril, es que el Tribunal de Honor y Ética lanza este mensaje, invitando tanto a las personas colegiadas, como a los costarricenses en general, a las urnas.
El master Efraín Cavallini Acuña, presidente del Tribunal de Honor y Ética, señaló que para quienes integran este órgano del COLPER, el voto lleva implícito una acción política poderosa, un criterio imperioso, una demanda firme, una voz potente, es derecho de ley, no se puede hacer uso de esta herramienta de manera irresponsable, sin pensar, sin analizar, sin reflexionar, sin meditar en los alcances de una decisión.
“Instamos a la ciudadanía costarricense a ejercer este sagrado derecho del sufragio y poder afirmar que la democracia formal, el sistema electoral y la alternabilidad en el poder, son garantía de nuestro Estado de Derecho”, señaló el Tribunal de Honor y Ética de nuestro Colegio.
Usted puede ver la cuña en el siguiente enlace:
Compartido con SURCOS por el Tribunal de Honor y Ética del Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación Colectiva-COLPER.
El corte final del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica arrojó un empate técnico entre los candidatos Rodrigo Chaves Robles y José María Figueres Olsen a tres días de la segunda y definitiva ronda que denominará Presidente de la República a alguno de ellos. Aunque el interés y la motivación subieron entre la población entrevistada, también predominan la angustia y la tristeza. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.
Chaves Robles domina intención de voto, pero Figueres Olsen se acerca
El corte final del estudio del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR) arrojó una intención de voto muy similar entre los candidatos presidenciales Rodrigo Chaves Robles, del Partido Progreso Social Democrático, y José María Figueres Olsen, del Partido Liberación Nacional, con base en una muestra de 1019 personas costarricenses mayores de 18 años con telefonía celular a lo largo y ancho del país que fue consultada los días 24, 25 y 28 de marzo de 9 am a 8:30 pm.
Por el ministro de Hacienda de octubre 2019 a mayo de 2020, hay un apoyo de 41,4%, mientras que un 38% de la población entrevistada se decanta por el Presidente de la República de 1994 a 1998. Pero considerando que el margen de error del estudio es de un 3,1%, se puede hablar sobre un empate técnico. El perfil predominante de simpatizantes chavistas es hombres, con edades máximas de 54 años, con estudios secundarios y superiores, y residentes en las provincias de Heredia, Alajuela, Puntarenas y Limón. Mientras que el de simpatizantes figueristas es mujeres, mayores de 55 años, con estudios primarios, y residente en Cartago o Guanacaste. Por otro lado, la indecisión tiene cara predominantemente de mujer, con edades máximas de 34 años, que como máximo tienen estudios secundarios, y residentes en Limón y San José.
Pero, más que alguno de los dos candidatos, y al contrario de la tendencia decreciente de Chaves Robles, la fuerza de personas indecisas creció con cada corte y ahora subió a 18%.
Aunque un 82% de personas entrevistadas aseguró que sí sufragará o muy posiblemente lo haga, si acaso a poco más de la mitad no les representó costo alguno decidirse, mientras que a tres de cada 10 probables votantes sí les ha costado mucho.
Al consultarles sobre los principales motivos que les haría abstenerse de votar, tres de cada 10 defendieron que nada les motivaría a dejar de acudir, mientras que poco más de las dos quintas partes adujeron que solo por problemas de salud propia o de cualquier familiar se abstendrían. No por nada la mayoría de la población entrevistada se mostró totalmente a favor del sufragio y en contra del abstencionismo a través de varios enunciados hechos con ese fin, al punto de que para tres de cada cuatro personas quien no sufrague no debería quejarse del estado actual del país, si bien es cierto la mayoría reconoce que la abstención es una forma válida de emisión de un criterio. Por otro lado, llama la atención que a pesar de que aunque hay una mayor motivación e interés en las elecciones que al cierre de enero, subiendo a proporciones cercanas al 60%, 11 de cada 20 personas se sienten angustiadas y tristes.
Mientras que entre quienes indicaron que no votarán este 3 de abril, los principales motivos fueron el rechazo por ambos aspirantes a razón de tres de cada siete probables abstencionistas, y la falta de interés e ilusión con la política, presente en tres de cada 10 probables abstencionistas. Precisamente la aversión por ambos políticos motiva a tres de cada cinco personas entrevistadas a votar nulo o en blanco.
Con este estudio se cierran los sondeos de la campaña electoral 2022, ya que desde este 31 de marzo el Código Electoral prohíbe la divulgación de encuestas y sondeos.
Juan Pablo Rodriguez Campos, Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
El próximo 25 de marzo de 2022 se realizará un conversatorio a las 18:00 horas (-6 UTC) sobre el auge actual del capitalismo neoliberal en Costa Rica, sus orígenes, efectos y expectativas.
El programa fue elaborado por el Programa Alternativas, del Colectivo Reflexión-Acción.
Participan:
Sofia Cortés Sequeira, historiadora de la UCR.
Humberto Aguilar, sociólogo economista.
Rolando Álvarez, Ing. oceanólogo.
Gisela Víquez Cubero, abogada.
Ernesto Alfaro Molina, Mb. en banca y finanzas.
El programa podrá escucharse por Radio16 (1590 AM), y observarse por medio de las plataformas Facebook Live y YouTube.
Alexander Jiménez Matarrita aprovechó el teletrabajo que vino aparejado con la pandemia por COVID-19 para regresar a Nicoya. De ese reencuentro con su tierra nació el libro que lo hizo merecedor del Premio Nacional Luis Ferrero Acosta de Investigación Cultural 2021.
Foto: Karla Richmond, UCR.
Alexander Jiménez Matarrita, uno de los ganadores del Premio Nacional Luis Ferrero Acosta de Investigación Cultural 2021
Su libro ‘Max Golderberg: canciones para un viaje’ hace un recorrido por la vida, música y poética de este ‘cancionista’ extraordinario
Convencido del poder transformador de los viajes y la contribución que estos han tenido en el desarrollo de la humanidad, Alexander Jiménez Matarrita, docente de la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, vio en la pandemia por COVID-19 la oportunidad para hacer un viaje de regreso a su terruño para dejar registro escrito de otro viaje: el de la vida de Max Goldenberg, quien con su música y su poética ha hecho universal el patrimonio natural y cultural de Guanacaste.
De esta experiencia surgió el libro Max Goldenberg: canciones para un viaje, el cual fue uno de los dos ganadores del Premio Nacional Luis Ferrero Acosta de Investigación Cultural 2021, otorgado por el Ministerio de Cultura y Juventud. En su fallo, el jurado considera que la obra “propone un estupendo aporte a la cultura nacional de Costa Rica, desde una perspectiva de integración nacional, al establecer el tratamiento de sus contenidos como parte indisoluble de la nación y su cultura a través de la producción musical seleccionada. A su vez, visualiza y proyecta a nivel nacional el desarrollo artístico y patrimonial de una de las ciudades y provincia [sic] de mayor relevancia cultural para la nación”.
El libro gira alrededor de los viajes, empezando por el que hizo el papá de Max hace muchos años desde su natal Bielorrusia para casarse con una guanacasteca, quien probablemente descendía de nicaragüenses y españoles, según se detalla en las primeras páginas del libro. Gracias a este primer viaje, fueron posibles todos los siguientes que han llevado a Max a convertirse en una especie de catalizador que logra capturar el mundo natural que lo rodea, la vida de su pueblo y las historias de su comunidad para hacer de ello un amasijo de notas, letras y armonías que termina convertido en piezas musicales que responden de manera fiel a la identidad de toda una región.
Jiménez no escatima en detalles para retratar a Goldenberg y para explicar las razones por las que su música ha trascendido las fronteras y ha roto con los estereotipos de la canción popular guanacasteca, sin abandonar las raíces que la caracterizan. Este trabajo minucioso es producto no solo de la rigurosidad investigativa de una académico universitario, sino también de su cercanía con el protagonista de la obra y sus familiares, a quienes conoció desde pequeño y han sido parte del viaje de su propia vida.
Pero, para escribir este libro y ver con otros ojos a su tierra, Jiménez tuvo que alejarse primero de ella. Al finalizar su educación secundaria se trasladó a San José para iniciar sus estudios universitarios a sabiendas de que eso significaba cerrar un mundo para abrir otro. Cuatro décadas después regresó a radicarse, temporalmente, en Nicoya para desarrollar la investigación sobre la vida, la música y la poética de Max Goldenberg, siendo muy consciente de que su mirada es muy distinta a la del adolescente que caminó por sus calles, y que su pueblo ya no lo percibe a él como un nicoyano, aunque Jiménez nunca ha dejado de sentirse como tal.
Conversamos con Alexander Jiménez Matarrita sobre el proceso que lo llevó a escribir este libro, su apreciación de la vida de Max y la importancia de comprender la vida como un viaje permanente.
–Su libro habla sobre viajes. Hablemos del suyo a Nicoya. ¿Qué lo llevó a radicarse en esta zona del país?
–Alexander Jiménez Matarrita: Yo soy de Nicoya, yo vengo de una familia nicoyana y de una familia de Cartago. Mi abuelo Orfilio viajó de Cartago a Nicoya y allá conoció a mi abuela Mercedes y así comienza la historia, con un viaje, como siempre.
Mi abuelo era un niño huérfano del terremoto de 1910 y viajó a trabajar a Nicoya con una familia que lo adoptó. Allá se conocieron y, curiosamente, la gente pensaría que en ese matrimonio mi abuela era la representante de la guanacasteca típica y mi abuelo representante del vallecentralismo típico, y es exactamente al contrario. ¡Lo que son las historias! Mi abuelo era un señor indígena que vino de Cartago y mi abuela era una señora blanca, elegante, alta. Y yo vengo de ese viaje, todos venimos de algún viaje.
Luego yo hice el viaje inverso. Cuando terminé el colegio me vine a estudiar y ya no regresé nunca a Nicoya hasta hace pocos años. Este libro y otro libro, que tiene la misma pretensión de documentar el patrimonio cultural de Nicoya y de Guanacaste, solo fueron posibles gracias a la pandemia. Así como hay daños colaterales y la pandemia es una desgracia, para mí tuvo dichas colaterales como regresar a Nicoya, allá estuve los últimos dos años y eso me permitió cerrar esta investigación que llevaba varios años. Pude terminar de hacer las entrevistas allá con gente cercana a Max y esos viajes también han sido importantes para mí.
Este último es un viaje de retorno, que es un viaje distinto. Cuando yo me vine iba a cumplir 17 años y yo sabía que ahí se me cerraba un mundo local, que se me abría otro mundo. Luego tuve la oportunidad de ir a estudiar mi doctorado a España y ese viaje también fue muy importante para mí. Entonces, yo respeto muchísimo a la gente que viaja.
Una de las tesis del libro es que sin viajes no hay humanidad. Es decir, lo mejor del concepto de humanidad proviene del hecho de que la gente se mueve, se desplaza, y en el libro yo quería defender ese argumento a partir de una vida que es la vida de Max Goldenberg, la vida de su padre, la de su madre, quienes también fueron viajeros, Max mismo ha sido un hombre viajero desde niño. Max, quien nació en Liberia y se crió en Nicoya y fue a escuelas ahí, también fue a escuelas en otros lados de este país. Entonces, él decía que él tenía una ventaja sobre todos los niños y es que ha tenido montones de maestras y de compañeras y de compañeros y que eso había sido muy importante para él. Así que el viaje es una idea central en el libro, pero porque es una idea central en la historia de la humanidad.
–Este viaje de retorno es con los ojos de investigador. Más allá de eso, ¿siente la necesidad de retornar a vivir a Nicoya?
–AJM: Este viaje de retorno que me permitió la pandemia tiene como razón fundamental el cuido de mis padres. Yo me perdí la vida de mis padres por mi vida académica. Durante casi 40 años yo no pude regresar de manera continuada a Nicoya y la pandemia me permitió regresar a cuidar a mis viejos y eso también me permitió cerrar estas investigaciones.
La pregunta es importante porque, efectivamente, al regresar también como investigador yo pude recuperar mi infancia y mi adolescencia de otra manera, porque yo viví en Nicoya solo mi infancia y mi adolescencia y luego me vine, el resto me lo perdí. Entonces, es una experiencia muy intensa porque, en algún sentido, tuve que recuperar en dos años lo que me había perdido en cuarenta y la verdad es que yo he sido dichoso con este viaje de retorno en medio de una desgracia como la pandemia.
–Este libro se enmarca dentro de una investigación más grande sobre Nicoya. ¿Cuáles son los objetivos que persigue este proyecto?
–AJM: Uno podría enunciarlo de una manera más simple, que es decir que lo que este proyecto pretende es recuperar un patrimonio cultural muy rico, que es el patrimonio cultural guanacasteco, nicoyano en este caso. Pero también puedo decirlo de otra manera y es lo que yo intento hacer en este libro y es el intento de pensar un mundo local, como Nicoya, con todas sus riquezas y con todas sus limitaciones. En el caso de este libro yo quiero pensar un mundo local a partir de una historia.
El libro no es una biografía de Max Goldenberg. Max Goldenberg es una vida valiosísima que yo quería conocer para demostrar que en un lugar tan pequeño, tan pobre, como Nicoya, uno puede encontrar lo peor, pero también lo mejor de la humanidad y, entonces, el libro también es un intento de argumentar que aún en los mundos más pequeños uno puede encontrar la humanidad entera, porque hay ideas que dicen que en algún punto privilegiado hay algo que resume toda la humanidad, en lo que está contenido toda la humanidad. Yo creo que no solo en un punto privilegiado, yo creo que en muchísimos puntos locales está contenida la humanidad con todas sus contradicciones y eso es lo que yo intentaba pensar.
En resumen, este es un proyecto que se puede enunciar de manera más básica diciendo que el intento consiste en mostrar, en recuperar, en valorar un patrimonio, pero en el fondo también hay una idea filosófica y es esa idea de que no hay lugares prestigiosos en los cuales la humanidad esté en estado puro y que hay otros lugares que son despreciables. Lo que yo intento mostrar es que en cualquier lado uno puede encontrar la maravilla de la humanidad y también lo peor de la humanidad, por supuesto.
«La vida de Max Goldenberg es el producto de muchos viajes, algunos suyos y otros de otras personas. Esos desplazamientos ajenos y propios están marcados en su cuerpo y en sus canciones. Si hacemos la suma, es evidente que la suya es una vida viajera. Y sus canciones son formas de viajar, son un viaje».
Extracto de Max Goldenberg: canciones para un viaje, de Alexander Jiménez Matarrita.
–¿Cómo desarrollar esta investigación sin caer en la dicotomía de que lo local y rural es bueno mientras que lo universal y urbano es malo, tan presente en cierta narrativa latinoamericana?
–AJM: Mientras escribía este libro yo estaba terminando de escribir un capítulo de un libro que se publicó en España, en el cual hablo sobre la idea de extranjero, de extranjería, de Simmel; y, efectivamente, este autor, en su gran obra sobre Sociología, hay un intento de pensar esa tentación de tornar idílico el mundo rural, pequeño, local, y de despreciar el mundo más complejo de lo urbano. Simmel muestra las tensiones que hay entre un polo y el otro y, aunque quizás no me salga (yo conozco las limitaciones de mi trabajo y probablemente pude ampliar un poco más eso, afinar un poco más, pero de eso se trata, esto es algo que está en proceso), yo no quería argumentar que lo mejor de la humanidad está en un supuesto mundo inocente, ingenuo, que es propio de las zonas apartadas de la civilización, por decirlo de alguna manera, o de las formas de vida más complejas, urbanas.
Dicho esto, sí es un libro que apuesta por producir autoestima en un lugar como Guanacaste y Nicoya, que en este país es valorado solamente de manera un poco pola, circunstancial y superficial. Cuando uno le pregunta a la gente por el valor de Guanacaste o de Nicoya, la gente piensa inmediatamente en las playas o en el Punto Guanacateco. Eso, a mí, me parece una desgracia. Y puede que se me haya ido la mano, eso también lo reconozco. Aquí yo intento poner de relieve el trabajo de un músico excepcional, de un cancionista excepcional, conocido en algunos sectores, pero que merece ser más conocido por su talento y por la calidad de su trabajo, por su poética y por su música. Entonces, el libro puede haber caído en eso, en una especie de giro idílico, yo espero que no tanto.
–¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de su doble condición de haberse criado allá y de volver, años después, como investigador, ya con otros lentes?
–AJM: Esa es una pregunta que me toca mucho emocionalmente porque yo me seguí imaginando como de allá, siempre, pero lo cierto es que ese mundo siguió siendo lo que era y yo no estaba allí, yo estaba en otra parte. Cuando los mundos giran así y uno no está ahí se pierde mucho y ya uno cuando regresa uno es otro, y ese mundo es otro. Yo experimento esa tensión cada vez que regreso. Yo me sigo imaginando de ahí, pero la gente, sin que sea un reclamo necesariamente, me subraya que de dónde soy yo, eso me ha pasado, me pasa y seguramente me pasará.
Yo sí tomé la decisión de tipo comunicativo de que este libro no iba a estar escrito para académicas o académicos, no está escrito para mis colegas, claramente, sino que está escrito, en primer lugar, para la gente de Guanacaste. Obviamente, cuando uno hace eso sabe que otra gente tal vez pueda leerlo y que también le diga algo, pero yo que provengo de un saber como la Filosofía, que es un saber tan marcado por una jerga de una comunidad de expertos (hace mucho tiempo me aburrí de eso, no me interesa, me interesa escribir para otro tipo de comunidades. Obviamente, sigo escribiendo artículos, por ejemplo este artículo de Simmel, que es un artículo técnico, pero mi interés es este), mi interés es hacer este trabajo de investigación patrimonial y devolvérselo a la gente de mi comunidad y de las cosas más gratificantes para mí es haberme dado cuenta de que varia gente que lo ha leído me lo ha dicho así: “Yo pensé que me iba a encontrar con un texto impenetrable, escrito por un filósofo, que nunca nadie entiende qué es lo que dicen los filósofos, y me encontré algo en lo que pude entrar y pude seguir y me emocionó”. Eso para mí no tiene precio, porque por muchos años eso es algo que a mí me ha dolido muchísimo y es darle algunos de mis trabajos a gente cercana, a amigos y familiares, y que me digan que no entienden nada.
Creo que eso es parte de ese doble juego que estás mencionando. Yo creo que aquí hay una investigación cuidada y una argumentación consistente, pero a la vez creo que hay una forma de enunciar eso que puede ser cercana para gente no académica y esa era mi pretensión.
–¿Por qué es importante la investigación y la divulgación cultural de esta región de Costa Rica?
–AJM: Creo que es importante porque, a menudo, lo que hay de eso es una caricatura. Si recordás, y esto me importa muchísimo, en el libro hay un poema, un romance de Adán Guevara Centeno, tío de Max, es un poema de 1957, publicado en el Repertorio Americano, en el cual hay una especie de programa ético-político, pero también estético que consiste en decir: “ya déjense de estar idealizando la vida del campesino, del sabanero y de las mujeres guanacastecas. Eso que se canta y que se imaginan no es cierto. Esta gente vive unas vidas que no tienen nada que ver con esas idealizaciones”. Yo tengo la impresión de que, a menudo, el patrimonio guanacasteco y nicoyano, en este caso, puede sufrir esa forma de comunicación distorsionada, empobrecida, y mi idea con este libro y con otro que es un libro sobre patrimonio arquitectónico es mostrar lo valioso, por un lado, de las formas de construir, y por otro lado, lo valioso de las formas de crear música, en este caso, sin caer en la tentación de una mirada chauvinista, empobrecida.
Yo no puedo dejar de poner en relieve que yo me siento orgulloso de esa tradición y de ese patrimonio. Pero esa es otra cosa. El mismo Max, y eso me llamó mucho la atención, me confesaba que siempre ha querido huir de una mirada folclorizada. El folclor es muy valioso, pero hay miradas folclorizadas que consisten en pensar que se trata de conservar tradiciones a toda costa, y hay tradiciones que son opresivas, que son dañinas y en el arte también, en la música también. Max me decía “yo estoy metido en esa tradición, mi tío Adán me metió en esa tradición, yo he conservado esa tradición, pero yo soy un tipo que hace canciones y que quiere hacer una música a partir de eso, pero no es eso ya”.
Yo creo que también es importante investigar esas tradiciones y ese patrimonio para poder ver cuánto se mueven, cuánto se transforman, cuánto de ella es valioso y cuánto no.
–¿Por qué escogió a Max Goldenberg como protagonista de esta investigación?
–AJM: A Max lo conozco desde que yo era un niño por mis tíos que iban a la casa de sus padres a tocar guitarra y a cantar con él y con su hermano Paco. Entonces fueron ellos que, desde niño, a mí me metieron en el mundo de la trova latinoamericana. Yo de niño conocí una música con un fuerte contenido crítico, identitario. Max sigue siendo un representante de eso, pero en ese momento Max, efectivamente, cantaba esas canciones guanacastecas de esa tradición anónima que su tío Adán recogía y luego, siendo yo un profesor, empecé a ver y a disfrutar de la música de Max de otra manera, ya de sus canciones, y me di cuenta de que ahí había un mundo por estudiar, por analizar. Esa es la razón.
–¿Max Goldenberg es consciente de su papel catalizador a nivel cultural? Porque, al contrario de lo que se dice en el libro, que él ha sido un observador de todo lo que lo rodea, pareciera que todo lo que lo rodea lo ha identificado a él para conjugarse y convertirlo en un catalizador.
–AJM: ¡Qué bonito! Yo no lo puedo decir mejor. Estoy de acuerdo con vos. Esa idea de que Max es un observador me permite dibujar bien esas tres líneas que analizo de su poética, que es el tema de los viajes, el tema del mundo de la naturaleza y el tema del mundo popular. Entonces, él es un observador de todo eso, sin duda. Pero, eso que estás diciendo tiene mucho sentido y estoy muy de acuerdo.
Max es un elegido en muchos sentidos. Fue elegido por su tío para heredar un legado riquísimo. Yo quisiera estudiar a ese hombre luego, a Adán Guevara, porque lo que hay de él son cositas muy sueltas. Heredó de su madre el gusto por el canto. Él dice que de las cosas más lindas desde niño era oír a su mamá y a su abuela cantando desde la mañana. El padre no cantaba, pero él dice que heredó de su mamá y de su abuela una tradición musical latinoamericana del tango, del bolero, que para él han sido muy importantes, y Max crea tangos y boleros.
Tengo la impresión de que a Max también lo eligieron muchos artistas, mujeres y hombres dedicados a la música, al teatro, a la poesía, a la literatura, que han elegido a Max como interlocutor, como un maestro también, y Max es un tipo generoso que ha acompañado a grupos de música, de teatro, de poesía y estoy muy de acuerdo con lo que estás diciendo, él es un catalizador de todo eso. Él recibe eso, lo asume, lo transforma y lo devuelve de otra manera.
No creo que él sea consciente de todo eso porque Max es una mezcla de alguien muy tímido, muy discreto… para que tengás una idea, y yo lo digo en el libro, yo con él he conversado durante años y nunca, nunca me mencionó que él se ganó el principal premio que le dan a un músico en este país, que es el Premio Reca Mora. Él es una persona aguda, con gran sentido del humor, pero creo que tiene la sabiduría de no tomarse demasiado en serio a sí mismo, entonces con él es muy fácil. Yo no me imagino haciendo este libro con una persona igualmente talentosa, pero pagada de sí misma. Max es alguien que te puede soltar cosas de su vida personal, como su alcoholismo y también su vida abstemia, lo importante que fue eso para su proceso creativo y me parece que tiene que ver con eso, con que él es alguien que, si lo sabe, no lo dice, de ese lugar tan significativo que él tiene.
Alexander en la casa de Max y Sonia en Nicoya. Fotografía de las páginas 118 y 119 del libro.
–¿Por qué es importante que un pueblo cante y el contenido de lo que canta?
–AJM: La vida está llena de sufrimiento y la vida está llena de daño y de injusticia, y también la vida está llena de placeres y de dichas y de alegrías. Yo creo que, en este caso, la música de Max canta eso, yo creo que cualquier música está dedicada a eso. La música está directamente relacionada con las experiencias vitales más intensas: el odio, el amor, la muerte, la desdicha, pero también el mundo. Por eso a mí me parece tan importante hablar de Max como un observador del mundo, de muchos mundos: del mundo natural, del mundo objetivo, de mundo social, del mundo subjetivo.
El libro comienza con un epígrafe de Nietzsche que dice que la vida sin música sería un error. Ayer, por ejemplo, yo estaba pasando por un problema familiar muy serio, de un hermano, tuve que hacer un montón de cosas, era una cosa de mucho sufrimiento, y en medio de todo, me acordaba de canciones y las iba cantando. Eso es un consuelo que probablemente te dan pocas cosas.
La música de un pueblo, la música popular, sigue siendo un medio privilegiado para entenderse, para entender el mundo, para comunicarse y, tal vez desde aquí uno no lo sienta, pero cuando Max canta allá la gente se emociona mucho, porque Max logra devolverles su mundo de otra manera, o sea, eso no es un espejo, es otra cosa. Entonces, la gente aprende a ver de otra manera su mundo, sus festividades, su comida.
Max tiene una canción que es una maravilla, pero muy poco conocida (por desgracia), que está basada en un texto de Carlos Luis Sáenz, sobre el maíz y sobre la tortilla y sobre los productos del maíz. Se llama No nos falte y es una letanía pidiendo que nunca nos falte el maíz. Cuando yo escucho eso me doy cuenta de que para nosotros en Guanacaste el maíz sigue siendo un grano sagrado. En mi casa en Nicoya, los productos de maíz, de distintos tipos de maíz, maíz morado, maíz pujado, maíz negro, maíz amarillo, están ahí siempre. Eso no es parte de esa folclorización de Guanacaste, sino que está ahí, no es una asunto inducido o artificial y Max lo canta y cuando lo hace le devuelve a la gente eso, ampliando una mezcla de orgullo, de conocimiento, de autoestima. Eso lo encuentro siempre muy valioso.
–Ese es un claro aporte de la música de Max a lo local, pero su música trasciende esas fronteras. En este sentido, ¿cuáles son los principales aportes de Max a Costa Rica y al mundo?
–AJM: En Costa Rica lo conocen muchos músicos que cantan sus canciones, las trabajan y hacen versiones de esas canciones. En España y en Brasil yo conozco versiones de sus canciones. Pero hay algo en lo que Max también ha marcado mucho a este país y es por su tutelaje de sus sobrinos. Max heredó de un tío y Max fue un tío para Fidel Gamboa y es un tío para Jaime Gamboa, quienes lideran un proyecto como Malpaís, el cual tiene una poética y una música que, en algunos casos, proviene de la influencia de Max, pero lo bonito de eso es que es una influencia recíproca. Es decir, esos dos grandes músicos también han enriquecido el trabajo de Max y probablemente fue Fidel, y Malpaís en general, quien más ayudó a que Max abandonara su timidez y se expusiera, expusiera sus canciones. En muchísimos conciertos la gente ha conocido el trabajo de Max gracias a Malpaís, pero es que además Malpaís ha tomado alguna de su música.
Max es más un músico que un escritor de letras. Él lo dice: “a mí las tonadas me vienen y yo al principio me inventaba letras para no olvidar las tonadas”, porque no es un músico profesional que pueda escribir música. Luego, gracias a su hermana Olga, la mamá de Fidel y de Jaime, él empezó a cuidar más sus letras, pero sus músicas han sido versionadas de muchas maneras, hay versiones de varias de sus canciones.
Esa es una primera forma de responder a la pregunta, pero hay otra, y es que Max, a pesar de todo esto que te he dicho, no es un músico ingenuo. Max es un tipo que ha tenido adscripciones políticas de izquierda, su familia es comunista, su padre fue el principal dirigente comunista en la región, su tío también. Entonces Max ha vivido en esa tradición política, pero también en una tradición literaria. Él es un gran lector, eso no lo digo ahí ni lo trabajo mucho, pero Max es un lector de la tradición literaria universal. Él me contaba que con su tío se aprendía de memoria pasajes de El Quijote, de las obras de Shakespeare, etc. Entonces, me parece que sus letras y su música tienen un contenido universal muy claro. También por eso, probablemente, a él no le interesa que lo folcloricen. En algún sentido, la trampa, porque folclorizar algo es decir que solo tiene sentido para un pequeño grupo o para una pequeña comunidad y la música de Max es potencialmente universal. Digo esto porque todavía no es conocido lo que debería ser conocido en el resto del país y fuera del país.
–Cualquiera diría que una persona que se ha visto en la obligación de mudarse una y otra vez y de pasar por infinidad de escuelas no tiene raíces. Pero, en el caso de Max es todo lo contrario. ¿Cuáles son los factores que hicieron la diferencia en Max para tener raíces tan profundas y ser tan fructífero en su producción?
–AJM: Yo diría que es el vínculo con la tierra, no con su tierra. Max fue y es alguien que ha trabajado la tierra de muchas maneras. En la finca de su padre, a menudo, fue el encargado del tractor, de arar, pero Max también es un agricultor orgánico al día de hoy, es un hombre que produce miel y es un ebanista. Todos los muebles de su casa están hechos por él, a mí me está haciendo un escritorio. Entonces, tengo la impresión de que alguien que tiene ese vínculo tan directo y tan profundo con la madera, con los animales, con los frutos, con los sembradíos, inevitablemente, es de un lugar.
En el libro menciono confesiones que le hace a un tesiario, a Daniel Solano, quien hace una tesis formidable sobre Max, una tesis de maestría en la UNA. Max habla ahí de los sonidos, de los utensilios, de los movimientos de los animales, de las vacas. Ahí te das cuenta de que a pesar, efectivamente, de haberse desplazado tantas veces, esa experiencia con la tierra lo asienta. Pero, esa es la gran paradoja también, al mismo tiempo él tiene la capacidad de convertir eso en un tipo de poética que puede resonar en todo el mundo y que puede resonar en gente que no ha tenido esa experiencia. Ese es el misterio del arte, de la música, hacer esa traducción.
–¿Cuál es la importancia de comprender nuestra vida como un viaje permanente?
–AJM: Hay varios niveles para responder a la pregunta. Yo diría que hay un primer nivel personal que quizás está basado en esta tesis que es paradójica: si uno no se aleja, no está cerca de nada; solo quien se aleja se acerca. Esa es una paradoja. Mi experiencia misma es que yo ahora quiero más a mi pueblo que cuando estaba ahí y no podía verlo desde afuera, solo cuando yo me fui de mi casa aprendí a respetar y a querer y a admirar más a mis padres y a ver sus limitaciones también, o sea, a conocerlos. Entonces, el viaje, como estructura, tiene un valor cognitivo, emocional, fundamental, en la vida de una persona. Eso es lo primero. Ese es el primer nivel. Además, esa es la condición más básica. El Antiguo Testamento dice algo así como que nosotros somos forasteros de paso por esta tierra. Si uno ve las vidas individuales, es un viaje corto, pero es un viaje.
Luego, hay algo que a mí me interesa mucho por las cosas que investigo y que tiene que ver con la comprensión de qué es una comunidad o qué es un país. Es una de las cosas que más me interesan. Es pensar cómo son los países y cómo los países se imaginan a sí mismos. Si reconocemos el valor del viaje, tendríamos que reconocer la gran pobreza y el gran daño que producen los nacionalismos y otras formas de imaginación cerrada, que suponen que solo es valioso aquello que ha nacido en el territorio donde uno ha nacido. Y no, los países y las comunidades son siempre el producto, para bien y para mal, de los viajes de muchas personas. Probablemente en el mundo queden grupos que no han tenido contacto con otros grupos todavía, pero deben ser mínimos, pero el mundo que conocemos es el producto de esos intercambios.
Ese viaje permanente es muy importante para poder educar sentimentalmente a nuestros niños y a nuestras niñas y a nuestros políticos, para que se den cuenta de que los migrantes son una oportunidad maravillosa de humanizarnos y, cuando digo humanizarnos, es de conocer la humanidad de una manera que no la conoceríamos si la gente no viene aquí, sin gente de otros lados que nos ha traído sabores, colores, creencias. Por eso te digo que lo contrario de esta tesis que vos enunciás también son esas formas de imaginación, fantasiosas por lo demás, que suponen que lo mejor que nos puede pasar es que nadie entre a nuestro mundo… ¡Eso sería una calamidad! Imaginate lo aburrido que sería estar con aquellos que son como nuestros iguales (que nunca lo son) pero eso es parte de esa fantasía nacionalista.
Imaginarnos siempre en viaje puede llevarnos a educarnos sentimentalmente de manera que esa tentación del odio, del miedo, de la agresión contra gente que imaginamos extraña puede tener un contrapeso. Por eso es tan importante el arte y la música que defienden esta tesis, este ideal.
La investigación a profundidad está acompañada de una abundante cantidad de fotografías. Al final del libro se agregan las letras de algunas canciones de Max. Imagen tomada de lavozdeguanacaste.com.
–En una época marcada por los denominados influencers, ¿cuál es la importancia de tomar conciencia de nuestro papel en la vida de los demás? Lo menciono por el papel tan decisivo que tuvo el tío Adán en la vida de Max, el que ha tenido su hermano, su hermana Olga, su esposa y muchas personas más fuera de su familia.
–AJM: En el libro La huella de los días de Leslie Jamison hay una tesis que a mí me fascinó, que es la siguiente: toda vida es una custodia compartida. Es decir, nos toca cuidar la vida o nos toca cuidar otras vidas, y la vida tuya y la mía es una custodia compartida de otra gente. Yo no creo que los influencers ayuden a custodiar ninguna vida o no tengo evidencia de eso. En cambio sí tengo evidencia de que Adán custodió la vida de Max, de que Max custodió la vida de Fidel y que hay ahí una enseñanza eterna, porque es muy importante en estos tiempos, donde lo que priva es un tipo de imaginación económica que dice que hay que instrumentalizarlo todo para obtener ganancias. Eso es lo que Franz Hinkelammert llama el cálculo de utilidad. El cálculo de utilidad supone que todas las decisiones que tomamos tienen que estar medidas por la utilidad que nos va a dar. Custodiar una vida probablemente no dé ninguna utilidad, pero probablemente no hay nada más importante que esa opción ética y política.
Yo diría que eso es un desafío que tenemos como sociedad, como país. Mi impresión es que hemos fracasado enseñando eso o transmitiendo eso, aunque yo estoy seguro de que en sociedades como la nuestra la única forma de que la gente que vive en pobreza extrema sobrevive es porque tiene muy claro que la vida tiene que ser una custodia compartida. Probablemente ahí es donde se muestra el valor del cuido, en la gente que vive en la carencia absoluta. Sin embargo sobrevive no por las transferencias del estado, eso no basta, porque lo que se le transfiere es una cosa mínima. Yo apuesto por eso que vos decís.
–En Costa Rica es muy fuerte el discurso de tener una carrera universitaria como mecanismo de movilización y, por ende, de éxito y de felicidad en la vida. ¿Qué podemos aprender de la vida de Max en este sentido?
–AJM: Lo primero que tengo que decir es que yo soy un profesor universitario, que soy un catedrático, que hice un doctorado y que yo valoro la oportunidad de ser y de haber hecho todo eso y reconozco que eso cambió y mejoró mi vida, pero la vida no tiene que pasar por ahí necesariamente. Conozco seres mucho más capaces, mucho más inteligentes, mucho más consistentes que yo y que muchos catedráticos y catedráticas que conozco.
Entonces, aunque a mí me parece una aspiración legítima y me parece una gran cosa para las familias (eso cambia a las familias y rompe con ciertos ciclos viciosos), lo cierto es que el mundo académico puede convertirse en un mundo muy mezquino, muy empobrecedor. Las personas que vivimos en este mundo de la universidad podemos dar testimonio de agredir o de haber sido agredidos, porque hay toda una lucha por el prestigio, por ejercer ciertos poderes también.
Luego, uno se encuentra a gente como Max, que no terminó el colegio y es un sabio, con todas las limitaciones y contradicciones de cualquier vida humana, con todo el daño que hay en cualquier vida humana, no vamos a negar eso. Es decir, yo no estoy convirtiendo a Max en un ángel, simplemente yo no entré en eso porque este libro no es una biografía de Max. Alguien podría hacer ese reclamo y con toda razón: “Usted, en algún sentido, está colocando a Max como un ser angelical”, y no, nada más alejado de eso, a mí me interesaba su trabajo, su poética, cuento algunas cosas de su vida, pero esto no es una biografía.
Lo que sí creo es que la gente tiene que buscar formas de conocimiento, eso sí, y eso no se lo da la universidad. También es cierto que vivimos una época en la que cada vez más hay una especie de alegría por la ignorancia embrutecedora y agresiva, que eso sí es un problema serio y donde las universidades y los sistemas educativos tenemos un desafío enorme. Pero reconocer esto tiene que ser como una cura de humildad para quienes nos dedicamos al mundo académico y a la investigación: aprender a encontrar el valor cognitivo, humano, ético que hay en muchísimas vidas que no pasan, que no pasarán por la universidad. Yo no creo que la universidad sea la máxima aspiración posible en un ser humano. Creo que es una gran cosa, ojalá todo el mundo pasara por la universidad, pero ya que me hacés esa pregunta, mis padres no pasaron por la universidad y son dos seres humanos sencillos, pero decentes y eso es mucho decir en estos tiempos.
–¿Qué significa el premio nacional para el proyecto de investigación en Nicoya?
–AJM: Es una alegría para mí y para mi familia. Probablemente lo único objetivo que producen los premios es una alegría inicial cuando los anuncian y uno lo sabe. Los premios son el resultado de una decisión muy limitada, es un jurado compuesto por pocas personas. Probablemente si hubieran sido otras personas le dan el premio a otro libro. El año pasado se publicaron una enorme cantidad de libros buenísimos. Este libro comparte el premio nacional con un libro formidable de Carmen Araya sobre vendedores ambulantes, que es una investigación social formidable, poderosa, consistente.
Digamos que a mí me produce alegría por la alegría que le produjo a mis padres, a mis hermanos, a mis amigas, a mis amigos. No creo que haga ninguna diferencia en el proyecto. Este proyecto empezó gracias a un alcalde que ya no está y no estoy seguro de que vaya a continuar. Por otra parte, yo ya tengo que regresar a San José a las clases presenciales y este es un proyecto que supone estar muy presente en la vida cotidiana de un lugar.
Tengo en mente un proyecto sobre el río Tempisque. Estoy terminado de leer un libro de Claudio Magris que se llama El Danubio, que es un libro sobre toda la producción cultural que fue surgiendo en torno al Danubio, entonces él cuenta de ciudades, personajes, obras literarias, acontecimientos bélicos, etc. en relación con el Danubio. El Tempisque es un río mucho más humilde, pero tiene historias que no se han contado y quiero contarlas, pero no sé si voy a tener la posibilidad de hacerlo.
En Nicoya quedan por contar, por investigar, que ya se ha hecho en parte, cosas tan valiosas como la cofradía de la Virgen de Guadalupe, que es la única institución colonial que queda en este país y que tiene unas expresiones comunitarias formidables, donde el centro de la actividad es el sentido de gratuidad, no el de utilidad. Las fiestas comunitarias gratuitas, la comida, la bebida, pero además, de un sentido de la mutualidad, mucha gente colabora para que mucha gente tenga comida y bebida gratis. Eso en estos tiempos es una cosa que habría que pensar.
La iglesia colonial es otro tema, aunque puede que no sea colonial por la fecha, pero ahí hay una historia colonial. Pero también la literatura, prácticas culturales que tienen que ver con la vida campesina que yo pude advertir cuando hice el libro sobre las casas, estructuras que tienen que ver con la alimentación del ganado, con el encierro del ganado, con los sembradíos, objetos, instrumentos que conocemos poco. Ahí hay un mundo muy rico que puede seguir siendo estudiado. Es complicado porque yo he ido a hablar con gente de los bancos, con gente de ciertas empresas a ver si están interesados, pero nadie está interesado. Entonces, yo no estoy tan seguro de que un premio cambie ese escenario. Estos libros son el resultado, además del aporte de la municipalidad, de mucha gente de mi familia que me dio plata y un par de empresas, pero no quiero pasarme la vida desgastándome en eso. Por sí solo debería ser argumento, pero no lo es. Yo tampoco me voy a poner en un plano de ponerme a llorar por eso, siempre ha sido así.
Fernando Montero Bolaños Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
Una oferta educativa reducida, climas educativos predominantemente bajos en los hogares, dificultades de acceso a recursos didácticos y falta de docentes en las regiones, son parte de las condiciones asociadas a la modalidad de liceos rurales que favorecen la reproducción del modelo de desigualdad prevaleciente en el país, según evidencia la investigación “Factores socioeducativos y dinámicas de inclusión-exclusión en la oferta de Educación Media del Ministerio de Educación Pública”, realizada por el equipo académico del proyecto Perfiles, dinámicas y desafíos de la educación costarricense del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA).
“La desigualdad es un tema complejo, multidimensional, entonces uno no puede decir que la modalidad de liceos rurales de por sí es excluyente, por sí misma no lo es; pero todos los otros factores que están asociados al contexto educativo propio de los mismos estudiantes, como el clima educativo, las distancias, todo eso afecta el que esta población esté en una condición de desventaja cuando está dentro de un liceo rural”, afirma Cecilia Dobles, académica del Cide y coordinadora del equipo investigador que presentó los resultados del estudio, el pasado 9 de marzo, en el auditorio Clodomiro Picado del Campus Omar Dengo de la UNA.
Un conjunto de factores
Aunque aclaró que esta modalidad de liceos rurales surgió para dar derecho y acceso a educación de más calidad en las distintas zonas del país, Dobles insistió en que hay una serie de limitaciones propias de los contextos educativos, que van planteando desigualdades, como es el caso de la falta de docentes formados para las especialidades que se requieren para un colegio académico, así como la malla curricular reducida.
Por ejemplo—de acuerdo con datos del MEP citados en la investigación—mientras el colegio académico tradicional tiene 126 lecciones en el III ciclo y 88 en educación diversificada, en la modalidad de liceos rurales las lecciones se reducen a 120 y 80, respectivamente.
Y es que—añade la especialista—por la misma condición de falta de docentes en las regiones, no hay posibilidad de impartir artes plásticas, educación física u otras materias, lo que va en perjuicio de la calidad de la educación que recibe la población estudiantil en los liceos rurales.
La problemática de los docentes también lleva a que deban hacerse contrataciones por inopia en estos centros educativos, las cuales muchas veces se realizan en forma postergada, cuando ya ha iniciado el ciclo lectivo.
A esto se suma el hecho de que los docentes tampoco tienen acceso a procesos de capacitación o formación continua debido a las distancias geográficas, lo cual también representa una limitación muy grande, según destacó la investigadora.
Luis Diego Conejo, académico del Cide e integrante del equipo investigador, coincidió en que las condiciones de la modalidad de liceos rurales que reproducen el modelo de desigualdad tienen que ver con una oferta educativa reducida, pero también con el contexto familiar del cual provienen los estudiantes, de los climas educativos predominantemente bajos, así como las dificultades en el acceso a recursos educativos y materiales tanto en el área educativa como en sus hogares, lo cual afecta negativamente su experiencia de aprendizaje. “Es un conjunto de factores”, subrayó.
En el caso del contexto familiar, el especialista explicó que el hecho de que las personas que atienden esta modalidad provengan de climas educativos bajos en sus hogares limita las posibilidades de que se haya fomentado una serie de capacidades básicas, que tienen que ver con la lectoescritura o con acceso a materiales o recursos educativos en sus casas, que les permitan desarrollarse a un nivel que sea comparable al resto de la población.
La investigación del Cide profundiza acerca de la prevalencia de diferencias profundas entre las modalidades educativas en la educación media, a saber: Académico Diurno, Académico Nocturno, Ambientalista, Artístico, Bilingüe, Científico, Técnico Profesional, Deportivo, Humanista, Indígena, Rural, Telesecundaria y Unidades Pedagógicas.
De esta forma, el estudio identifica desventajas que tiene la población estudiantil nacional, dependiendo de la opción educativa a la que asista y las condiciones propias de las realidades educativas en que se encuentran inmersos los centros educativos.
En ese marco, se encuentra que hay modalidades educativas que lejos de reducir las brechas para acceder a una educación de calidad, reproducen los factores y dinámicas que generan la desigualdad educativa, tal como se hace evidente en el caso de los liceos rurales.
El equipo investigador está conformado por las personas académicas: Cecilia Dobles (responsable); Luis Diego Conejo, Viviana Gómez, Olga Guevara, Gabriela Quirós, Satya Rosabal, Magaly Rodríguez y Giannina Seravalli. Además participaron las estudiantes graduadas Liseth Rojas y Jennifer Vanegas.
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