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Etiqueta: guerra

Conflicto entre Rusia – Ucrania y la OTAN

Jiddu Rojas Jiménez

Quisiera compartir esta denuncia internacional, porque sé que los medios de comunicación hegemónicos (tanto locales como internacionales), y su «natural» sesgo pro-OTAN, exhiben una cobertura parcializada de la Guerra en Ucrania y muy tendenciosa. Esta grave denuncia podría pasar inadvertida sin más.

Fuente: Ucrania: Las tácticas de combate ucranianas ponen en peligro a la población civil – Amnistía Internacional (amnesty.org)

Lo anterior expresado, sin querer justificar, ni la lógica de la guerra, ni hacer apología ciega de Putin o Rusia y su Geopolítica. Eso debe quedar muy claro. No es mi intención comprar ninguna de las narrativas bélicas de ningún bando. 

Pero por favor, no me digan que hay que ser un «genio militar», para saber que, si realmente se quería defender a la población civil ucraniana de la invasión rusa, había que instalar la artillería y los puestos de mando en escuelas y hospitales con civiles o enfermos adentro. Seamos honestos. Sólo se trataba de usar como ‘carne de cañón’ y como sustento de la propaganda de guerra de Ucrania, –apoyada por la inteligencia militar de la OTAN y de Estados Unidos–, a las víctimas civiles, tanto ucranianas y novorusas atrapadas en el fuego cruzado. Así se hizo de hecho, en la propaganda de guerra y en los medios occidentales sesgados. No podemos silenciar esta atrocidad de la propaganda de guerra.

Agrego: No tendría, –tristemente–, nada de extraño, ni de increíble esta cruel noticia bélica, sino fuese porque hace muchos meses que los voceros oficiales militares de Rusia, venían señalando y denunciando lo mismo. Sin embargo, eran, o ridiculizados, o silenciados, o simplemente no tenían eco en los medios de comunicación hegemónicos, tanto internacionales o locales, que francamente son pro-OTAN y reproducen su lógica Geopolítica Imperialista.

Mientras tanto, tanto la población civil ucraniana afectada, como la población «novorusa» o rusoparlante del Donbass, Jarkov y Crimea, después de una Pandemia global, están atrapadas en un brutal teatro operativo de guerra, hambre, crisis, manejo de la corrupción, abusos, destrucción y muerte.

La lógica del Gobierno de EEUU y de la OTAN pareciera ser, pues echarle más leña a este infierno humano y expandirlo al Mundo.

Siguiendo esta lógica Imperial, ya comenzaron con las provocaciones entre Taiwán y China Popular.

¡Atención por favor con los intereses de las superpotencias en Centroamérica y el Caribe! 

Aprovecho para señalar, con todo respeto, que la próxima vez que el Señor Presidente de Costa Rica, se reúna virtualmente con el Presidente de Ucrania, Zelensky, además de condenar la Invasión Rusa, sería bueno estar mejor informado, y tratar también este tipo de denuncias bien fundamentadas, sobre crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Lo mismo pasó (o sea nada) con las atrocidades previas cometidas por Ejército y los Batallones de Paramilitares de extrema derecha nacionalista de Ucrania, en el Donbass previos a la Invasión Rusa, y que nunca tuvieron eco en los medios. Tal vez así, respetando los previos «Acuerdos de Minsk» y los justos reclamos de la población civil rusoparlante en el Donbass, se hubiese podido evitar una guerra a mayor escala. Ya es tarde.

Por eso en el tiempo, sigue siendo muy sabia y atinente, nuestra Proclama de Neutralidad Perpetua y Activa y No Armada.

Aunque pareciera que históricamente, incluso desde su proclamación inicial, hasta la fecha, el Poder Ejecutivo, no se la toma muy en serio y se olvida de su rango constitucional. Lamentable. Tomemos nota urgente, para efectos geopolíticos y geoestratégicos en toda la Región de Centroamérica y del Caribe.

Nota de actualización:

Por último me señalan urgentemente que, –según la DW de Alemania Federal–, la funcionaria de A.I. #AmnistíaInternacional que denunció esta atrocidad ucraniana, supuestamente renunció a esta ONG internacional. Lo habría hecho frente a las protestas públicas de Zelenski y de Occidente contra Amnistía Internacional, quienes alegan que no se escuchó bien a la parte ucraniana, y se exageraron los hechos o se generalizaron eventos singulares o «accidentales». Muy bien…

Perdón, pero a mí lo que me parece es justamente lo contrario: Primero que la DW (con o sin Gobierno Socialdemócrata), y muchas otras agencias occidentales más, tienen un sesgo mediático, y segundo que, ante las pruebas de este grave crimen de guerra, la presión política, diplomática, mediática y económica contra una funcionaria decente de Amnistía Internacional, se impuso. Esa es la explicación más lógica y plausible. Muy triste.

Definitivamente y como dice el conocido refrán: en una guerra, la primera víctima es la verdad.

EEUU, criminal compulsivo

Lic. José A. Amesty Rivera

Julio 2022

Deseamos iniciar esta reflexión, con la máxima de Simón Bolívar, que reza: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad”. Simón Bolívar, 05 de agosto de 1829. Carta al coronel Patricio Campbell redactada en Guayaquil, Ecuador.

De ella enfatizamos la expresión “plagar” (infestar) y “miserias” (desgracias). La primera, sin duda, dos siglos después, las acciones de EEUU se han convertido en la principal causa de muerte de los pueblos que desean ser libres. La segunda expresión denota, amenazas, desgracias, desventuras.

Estas desgracias y amenazas, se han traducido en la historia de América Latina y el mundo, en muertes. El Center for Research on Globalization, ha publicado un estudio de James A. Lucas, donde se muestran la cantidad de muertes por guerras, golpes de Estado y otras operaciones subversivas de EEUU, por ejemplo:

El profesor Michel Chossudovsky, director del “Center for Research on Globalization”, nos recuerda ‎que, siendo aliados de EEUU en la Segunda Guerra Mundial, Rusia y China, pagaron el más alto precio en vidas humanas por la ‎victoria sobre el Eje nazi fascista: 26 millones de soviéticos y 20 millones de chinos murieron en la ‎Segunda Guerra Mundial, mientras que EEUU perdía solo algo más de 400 000 vidas. ‎

Se agrega, según el estudio de Lucas, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (en 1945) hasta hoy, se estima que esa cifra se sitúa entre 20 y 30 millones de muertos, esto es, cerca del doble de muertos en la Primera Guerra ‎Mundial.

“Pero además de los muertos, hay que contabilizar los heridos, que a menudo quedaron mutilados ‎y físicamente impedidos por el resto de sus vidas. Algunos expertos calculan que por ‎cada persona muerta en guerra, hay otras 4/5 personas heridas. Eso significa que el número de personas ‎heridas en las guerras estadounidenses pasan de los cien millones”.

El estudio agrega, a esos estimados, una cantidad indeterminada de muertes, probablemente millones, provocadas desde 1945 hasta nuestros días, por los efectos indirectos de ‎las guerras (hambrunas, epidemias, migraciones forzosas, esclavismo y explotación), daños al ‎medioambiente, sustracción de recursos a las necesidades vitales de las poblaciones para ‎dedicarlos a cubrir los gastos militares. ‎

En otro orden de ideas, “el estudio documenta las guerras y golpes de Estado que EEUU ha realizado en más de ‎‎30 países de Asia, África, Europa y Latinoamérica y revela que las fuerzas armadas de ‎EEUU son directamente responsables de la muerte de 10 a 15 millones de personas, ‎muertes provocadas por las guerras más grandes, las de Corea y Vietnam y las dos guerras ‎contra Irak. Entre otros 10 y 14 millones de personas han muerto en las guerras que ‎EEUU ha estimulado y librado a través de fuerzas aliadas, entrenadas y dirigidas por los ‎estadounidenses, en Afganistán, Siria, Angola, el Congo, Sudán, Guatemala y tantos otros países”.

“La agresión de EEUU contra Vietnam, guerra que se extendió a Cambodia y Laos, dejó una ‎cantidad de muertes que se estima en 7,8 millones, además de una enorme cantidad de heridos y ‎daños genéticos a varias generaciones debido a la dioxina que EEUU regaba con aviones ‎en esos países”. ‎

“En los años 1980, la CIA organizó la guerra por intermediarios en Afganistán, donde esa agencia de inteligencia estadounidense entrenó y ‎armó, con la cooperación de Osama Bin Laden y de Pakistán, más de 100 000 muyahidines para ‎luchar contra las tropas soviéticas (que apoyaban al gobierno afgano legítimo y progresista)”.

“El más sangriento de los golpes de Estado fue el que la CIA organizó, en 1956, en Indonesia. ‎La CIA entregó a los escuadrones de la muerte indonesios los nombres de los primeros ‎‎5 000 comunistas que debían eliminar físicamente. Se estima que el número de personas ‎asesinadas está entre medio millón y 3 millones de personas”.

Para seguir recalcando lo anterior, el sitio web El Destape, revela una investigación del Cline Center de la Universidad de Illinois, quien señala que “desde 1982 hasta 2019, Estados Unidos participó en 350 intentos de golpe de Estado, de los cuales 150 fueron exitosos”.

El estudio analiza, a su vez, “el período en el que John Bolton ejerció el cargo de asesor en Seguridad Nacional y cruzó esa línea temporal con los golpes de Estado, en los que Washington tuvo participación. La primera conclusión, a la que llegó el analista Philip Bump, es que de los 350 golpes que intentó Estados Unidos, 191 ocurrieron mientras Bolton ocupaba algún cargo en el Gobierno”.

Finalmente, “el periodista de The Washington Post armó entonces una lista que va desde la invasión de Afganistán a los intentos de hacer un golpe en Venezuela bajo la administración de Trump. En octubre de 1989, hubo un intento de derrocar al dictador panameño Manuel Antonio Noriega. Fue destituido del poder luego de una invasión estadounidense en diciembre. En 1992, un golpe de estado en Afganistán condujo de manera similar a la destitución del líder del país, un aliado de mucho tiempo de la Unión Soviética. También hubo intentos de golpe en varios otros países mientras Bolton sirvió bajo el presidente George W Bush, incluidos Filipinas, Azerbaiyán, Bangladesh y Rumania, donde el secretario general Nicolae Ceausescu fue derrocado”.

“Además de la invasión de Afganistán, el golpe más significativo, según el estudio de Cline Center fue la destitución en marzo de 2004 de Jean-Bertrand Aristide como presidente de Haití, bajo el gobierno de Bush. “En 2018, Bolton se convirtió en el tercer asesor de seguridad nacional de Trump. Fue durante este período que intentaron más de una vez sacar del poder al líder venezolano Nicolás Maduro, sin éxito”.

Para finalizar esta ola de crímenes, asesinatos y homicidios, deseamos ver la opinión del abogado Rolando Prudencio Briancon, en su escrito, “El imperialismo yanqui en su fase terminal prepara una escalada de Guerras de Poder”, quien enfatiza que, “según documentos exclusivos y entrevistas con más de una docena de funcionarios gubernamentales actuales y anteriores, desde 2018 a 2020, el gobierno de Estados Unidos llevó a cabo actividades de contraterrorismo en 85 países; tal como revela investigaciones realizadas por la Universidad de Brown. Estas operaciones incluyen ataques aéreos y con drones, combates en tierra y los llamados programas de la “Sección 127e”, en los que las fuerzas de operaciones especiales de EE. UU. planifican y controlan las misiones de los ejércitos aliados”.

“Una declaración de Joseph Votel, un general retirado del Ejército de EE. UU., quien dirigió tanto el Comando de Operaciones Especiales como el Comando Central de EE.UU., confirmó la existencia de estas operaciones no reveladas anteriormente en: Egipto, El Líbano, Siria, y Yemen, describiéndolas como esfuerzos de “contraterrorismo” de EE.UU. Además, fue implementado en Túnez otro programa de la serie 127e, cuyo nombre en código es Obsidian Tower que nunca ha sido reconocido por el Pentágono”.

Agregando, además, estas “operaciones consideradas Guerras de Poder es la que precisamente EE.UU., ha está ejecutando a través del reclutamiento de miembros de Daesh en Siria, para enviarlos a luchar en Ucrania contra Rusia”.

“Estas Guerras de Poder, previamente las preparan, como en el caso de Rusia, considerada una “amenaza” y China un “desafío” rodeándolas por bases norteamericanas. Según el viceministro de defensa ruso, Anatoli Antonóv afirmó que alrededor de unas 400 bases militares estadounidenses. Una similar estrategia ha empleado contra la China, que bajo el concepto de la OTAN de: “desafío sistémico”, la ha rodeado también, usando a Taiwán como punta de lanza”.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

Imagen ilustrativa.

El mundo se cae a pedazos, pero la OTAN decide doblar la apuesta

Gilberto Lopes

San José, 6 julio 2022

La historia se repite, recuerda Ravi Agrawal, editor jefe de la publicación norteamericana Foreign Policy: la guerra entre Estados está de regreso, el mundo vuelve la mirada a las armas nucleares, la pandemia mata a millones de personas e interrumpe las cadenas de comercio habituales; la inflación alcanza niveles no vistos desde 1970, gran parte del mundo empieza a quedarse sin comida; hay una crisis energética. Como en la Guerra Fría, Estados Unidos alinea sus socios contra Rusia, en un conflicto que tuvo dos grandes momentos. El primero fue impedir la terminación y funcionamiento del Nord Stream 2, un gaseoducto que uniría Rusia con Alemania y Europa Central. Un “proyecto geopolítico con el que Rusia pretendía dividir Europa”, en opinión del secretario de Estado Antony Blinken, pero que, para la excanciller alemana, Angela Merkel, debía ser visto como un proyecto económico, más que político.

Y el segundo fue el golpe del 2004 en Ucrania, que la transformó luego en pieza clave en la confrontación con Rusia.

Se impuso así una política de aislar a Rusia, dividiendo a Europa, que enfrenta hoy las graves consecuencias de su decisión. El 5 de julio, el euro se cotizaba a su menor valor en 20 años y crecían las perspectivas de una recesión económica.

La lista de Agrawal puede no ser exhaustiva, pero es, sin duda, de una dimensión extraordinaria. En opinión del Papa Francisco, de esa crisis “no se sale solo. Se sale arriesgando y tomando al otro de la mano».

Del 26 al 28 de junio las economías más desarrolladas, agrupadas en el G-7, se reunieron en el castillo de Elmau, en Baviera. A los siete se sumaron, Senegal, Argentina, Indonesia, India y África del Sur, invitados por el canciller alemán, Olaf Scholz.

Patrick Wintour, enviado del Guardian británico a Elmau, resumió la agenda destacando la fijación de un precio tope para el petróleo ruso (en un intento por limitar los ingresos rusos, pero también por reducir la presión inflacionaria), la posposición de las medidas para hacer frente al cambio climático, la potencial hambruna en África y el incremento del suministro de armas a Ucrania.

Un nuevo concepto estratégico

En otras circunstancias, lo decidido en la reunión del G-7 tendría particular relevancia para enfrentar las crisis. No ocurrió así. El encuentro de Elmau fue solo el aperitivo para otro que –ese sí– vendría a ocupar el escenario en el que Occidente definiría sus prioridades: la cumbre de la OTAN, celebrada en Madrid el 29 y 30 de junio, con la participación de jefes de Estado y de gobierno de los 30 países miembros, más “invitados clave” de Europa y Asia. Por la primera vez –destacó un comunicado de la Casa Blanca– la cita incluirá aliados de Asia-Pacífico, representados al más alto nivel.

Se trataba de aprobar el “Nuevo Concepto Estratégico” que orientará las políticas de la OTAN en la próxima década. Un documento relativamente breve, sencillo, con pocas ideas. Lo suficiente para entusiasmar a su secretario general, el exprimer ministro laborista noruego, Jens Stoltenberg, encargado de resumir para la prensa, al final, lo acordado.

En apretadas diez páginas, la OTAN redefine sus enemigos. Califica a la Federación Rusa como “la amenaza más significante y directa a la seguridad de nuestros aliados”. Y apunta a China, “cuyas ambiciones y políticas coercitivas desafían nuestros intereses, seguridad y valores”.

La profunda alianza estratégica entre ambos y sus intentos por socavar el “orden internacional basado en reglas atentan contra nuestros valores e intereses”, afirman.

Reglas que –como lo señalan Ivo H. Daalder, exembajador ante la OTAN entre 2009 y 2013 y presidente del Chicago Council on Global Affairs, y James Linsay, vicepresidente del Council on Foreign Relations en artículo en la edición de julio/agosto de Foreign Affairs– “Washington normalmente desconoce, cuando no son de su agrado”. Citan las guerras de Kosovo, de Irak y la tortura aplicada a enemigos capturados. “Los Estados Unidos se negaron a negociar nuevos acuerdos sobre pruebas nucleares, control de armas, enjuiciamiento de criminales de guerra y la regularización del comercio en Asia-Pacífico”, agregan.

Pero la reivindicación de un “orden internacional basado en reglas” se repite en el documento de la OTAN.

Entre esas reglas (nunca bien definidas) se señala la “libertad de navegación”, en una referencia apenas velada a la tensa situación en el mar del Sur de China.

El documento de la OTAN asegura que “la seguridad marítima es clave para nuestra paz y prosperidad”, y se compromete a fortalecer su posición regional para “defender contra toda amenaza en el dominio marítimo, garantizar la libertad de navegación, la seguridad de las rutas comerciales marítimas y proteger nuestras principales líneas de comunicación”.

La región Indo-Pacífico

Lo que está en juego en la región Indo-Pacífico es la cuestión central del mar del Sur de China; la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) tiene 168 países miembros, pero los Estados Unidos se arroga el derecho de interpretarla unilateralmente, afirma la Dra. Anuradha Chenoy, exdecana de la Escuela de Estudios Internacional de la Jawaharlal Nehru University, en Nueva Delhi, y directora del Centro de Estudios para Rusia y Asia Central. Chenoy señala también que las negociaciones entre los países de la ASEAN y China sobre un código de conducta en la región tampoco han progresado.

En un artículo sobre la renovada mirada de la OTAN hacia la región Indo-Pacifico, Chenoy nos recuerda que los gastos de defensa de los Estados Unidos triplican los de China. Combinados con los de la OTAN, se multiplican y la creciente militarización de la región hace que todos los presupuestos militares aumenten.

Los pasos dados en la región Indo-Pacífico por los Estados Unidos incluyen la creación del Diálogo Cuadrilateral de Seguridad (QUAD) –con Singapur, Japón e India– y una alianza informal –pero de carácter abiertamente militar–, con Australia y Reino Unido (AUUKUS), señaló.

A la mayor parte de los países de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), hoy integrada por diez países, les preocupa la estrategia de la OTAN y las presiones norteamericanas. “La hiperactividad de la OTAN en la región, la política contención a China y la expansión de las alianzas estratégicas y militares aumentarán las tensiones y no beneficiarán a nadie”, asegura Chinoy.

El gran paraguas de la OTAN

La OTAN es hoy el paraguas bajo el cual Washington cobija más cómodamente a los países europeos. En otros escenarios, como los económicos, energéticos o ambientales, ese paraguas, mucho más pequeño, no alcanza para acomodar a todos. Invertir en la OTAN –dice el documento aprobado en Madrid– “es la mejor manera de garantizar lazos duraderos entre aliados europeos y norteamericanos”.

Es evidente que la invasión rusa de Ucrania facilitó que todos los aliados europeos se acomodaran bajo el paraguas grande de la OTAN, cuya estrategia es ahora la mejor expresión de la política internacional de un Occidente que se dice dispuesto a defender a sus mil millones de habitantes (menos de 15% de la población mundial), su territorio y, sobre todo, su visión del mundo: su libertad y su democracia. La principal expresión de esa política es ahora la militar.

Para sus miembros la ampliación de la OTAN “es una historia de éxitos”, que ha contribuido a consolidar la paz en la zona euro-atlántica, que aspira a extender por el resto del mundo.

La solicitud de incorporación a la alianza de Suecia y Finlandia entusiasmaron a los países miembros. Su secretario general, el patético Stoltemberg, transformado en principal vocero de la política de Occidente, no podía ocultar su euforia. Dos países vecinos que –como recuerda Günter Grass en su “Tambor de Hojalata”– “nunca se han querido mucho”. La escena es a la salida de una iglesia, en la Navidad del año 30. “De pronto –dice Grass– se arma: los cuchillos son largos y la noche breve”.

Una OTAN debilitada

Sobre la incorporación de Finlandia habló Heikki Talvitie, embajador de su país en Moscú entre 1988 y 1992, los años finales de la Unión Soviética, en entrevista publicada por el periódico La Vanguardia, de Barcelona.

¿Cree que la decisión de Finlandia de ingresar en la OTAN se ha tomado con buen criterio?, le preguntó el periodista Andy Robinson.

“El informe de 50 páginas, que se redactó antes de la votación de los diputados, carece de toda perspectiva histórica. Parte de la idea de que la historia del mundo empezó el pasado 24 de febrero. Lo increíble es que, en Finlandia, a lo largo de los últimos 70 u 80 años, hemos dedicado enormes esfuerzos a la elaboración de nuestra política de seguridad. Pero el informe solo cubre el período desde febrero del 2022”, contestó Talvitie.

¿Cree que la OTAN aumentará la seguridad de Finlandia?

– No. No hay amenaza rusa. No hay tropas en la frontera. Es un error, un disparate, comparar la situación geopolítica en Ucrania con la finlandesa. No tienen nada que ver. Rusia considera que la OTAN es una amenaza. Entonces, Rusia ya es una amenaza para nosotros. Antes no era. Ahora sí.

– Lo más importante para el Gobierno ha sido su reelección. Y la opinión pública ha sido arrastrada por los medios y las redes sociales. Este gobierno entiende muy poco de Rusia, agregó Talvitie.

La OTAN de la Guerra Fría era la OTAN del anticomunismo. La OTAN de ahora es la OTAN que divide Europa, que la coloca contra Rusia, un país europeo sin cuya integración la región difícilmente podrá consolidar su independencia en el escenario internacional. La necesidad de materias primas, incluyendo gas y petróleo, cuyo proveedor natural es Rusia, muestra bien la debilidad de una Europa que la define, sin embargo, como su enemigo principal. Eso solo es posible cobijándose bajo el paraguas norteamericano, bajo el cual, en su momento, ni Angela Merkel, ni Emmanuel Macron, quisieron cobijarse. Al contrario, a la mayor parte de los países de Europa del este, principalmente Polonia, y los países bálticos, les entusiasmaba la idea.

Esa OTAN no podrá contribuir a la paz, ni a la consolidación de

Europa en el mundo. Sometida a los intereses norteamericanos, organizada en torno a una opción militar, el destino de esa OTAN es un callejón sin salida. Militarizada la política internacional, nunca fue más inútil para enfrentar los problemas del mundo.

Hay voces sensatas en Europa. Abundan, aunque ahora están ahogadas por las bravuconadas de la OTAN, que no oculta su aspiración de extenderse por el mundo. Trabajaremos con nuestros socios para enfrentar los desafíos en regiones estratégicas para el interés de la alianza: Bosnia y Herzegovina, Georgia y Ucrania, los Balcanes y el mar Negro, el Oriente Medio y el norte de África, el Sahel y la región Indo-Pacífico. Según el documento, todo afecta ahora la seguridad Euro-Atlántica.

¿Guerra nuclear?

Solo América Latina no es mencionada en el documento, lo que plantea un explícito desafío para definir nosotros mismos nuestro lugar en ese mundo y proponer iniciativas para lograrlo, a lo que nos referiremos más adelante. Uno de esos papeles –y no el menos importante– es buscar las voces sensatas de Europa y conformar con ellas una alianza novedosa y potente, capaz de hacerse oir en el mundo. Porque una guerra entre la OTAN y Rusia, o China, no es un problema solo euro-atlántico.

El documento de la OTAN está lleno de promesas. El objetivo de la militarización de la política mundial –nos aseguran– es “preservar la paz”. La herramienta última para ese logro es la capacidad nuclear de la OTAN, que recae –como lo recuerda el texto– particularmente en la de Estados Unidos.

El frecuente encontrar hoy voces de todo tipo especulando sobre la posibilidad de una guerra nuclear. Entre los muchos artículos sobre el tema nos sirve de buen ejemplo el de Mark Cancian, un coronel de los marines, hoy retirado, asesor del Programa de Seguridad Internacional del Center for Strategic and International Studies (CSIS).

Cancian especula en su artículo –titulado “How to Break Russia’s Black Sea Blockade”, publicado en Foreign Affairs el pasado 1 de julio–, sobre las opciones diplomáticas y militares para romper ese bloqueo, como convoyes de la OTAN para proteger barcos salidos de puertos ucranianos en el Mar Negro, o la protección aérea con aviones de la OTAN, desplegados en bases de Rumania y Bulgaria.

La retirada de las fuerzas rusas de Snake Island, cerca del delta del Danubio, en el mar Negro, que habían ocupado al inicio de la guerra, es señalada como un hito esperanzador en esa estrategia militar. Ubicada a 35 km de la costa ucraniana, con solo 0,205 km2, no es posible mantener una fuerza permanente en la isla, bombardeada desde la costa, y los rusos terminaron por retirarse. Pero la isla tampoco ha vuelto a ser ocupada por fuerzas ucranianas, que no podrían defenderla.

Como Putin ha advertido reiteradamente a la OTAN de que no intervenga en este conflicto, dice Cancian, “es poco probable que permita que un convoy de la OTAN rompa el bloqueo sin que responda de alguna manera”. Una opción “menos confrontativa”, en su opinión, sería integrar una escolta con barcos de países no pertenecientes a la OTAN. ¿Cuáles? Difícil imaginar.

Cancian sugiere también que Estados Unidos registre bajo su bandera los barcos mercantes a cargo de esa operación, obligando a Rusia a atacar barcos estadounidenses si quisiera evitar la ruptura del bloqueo. ¿Adónde nos conduciría una opción así? Es fácil imaginar.

Por ahora, afirma, hay suficiente suministro de alimentos en el mundo. Pero si la guerra se prolonga, el hambre puede golpear a todos, provocando disturbios que pongan en peligro la estabilidad social. Según Cancian, “es responsabilidad de la OTAN y de Occidente tener un plan listo antes de que la falta de alimentos haga crisis”.

Otros especulan con escenarios distintos. Esperan que, superado el invierno europeo, con su ejército mejor armado y entrenado, Ucrania pueda enfrentar con éxito una guerra prolongada. Algo de eso sugiere Jack Detsch en su artículo “West Worries About Fraying Consensus Over Ukraine”, publicado en Foreign Policy, donde es periodista encargado de la política exterior del Pentágono y de temas de seguridad nacional.

En la misma línea argumenta en Senador demócrata Chris Coons, miembro de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano. “Putin is counting on us losing interest’ in Ukkraine war”, afirma, en entrevista concedida a la misma Foreign Policy.

El presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, agradece nuestra ayuda, de unos seis mil millones de dólares en equipo militar y miles de millones de apoyo económico directo, dice Coons, preocupado con garantizar el suministro de productos agrícolas, granos de los cuales Ucrania es un uno de los principales productores mundiales. Para eso, los puertos del Mar Negro son esenciales, sobre todo ahora que se acerca la cosecha de otoño.

La opción de América Latina

No somos parte de la estrategia de la OTAN para la próxima década. Cobijados bajo el enorme paraguas norteamericano, bajo el que se acomodaron prácticamente todas las dictaduras que periódicamente organizaron y promovieron la región, en América Latina, en todo caso, nunca ha dejado de haber fuerzas políticas que tratan de hacer política fuera de ese paraguas. La respuesta, cuando se ha logrado avanzar por este camino, tiene su mejor (y más dramático ejemplo) en el golpe militar de 1973, contra el gobierno de Salvador Allende, en Chile.

Esa política no ha cesado, como ocurrió recientemente en Bolivia, y como ocurre con las sanciones impuestas a países como Cuba o Venezuela.

Difícil compatibilizar esa situación con el documento de la OTAN, que reivindica una “clara su visión” del orden mundial: “queremos vivir en un mundo donde la soberanía, la integridad territorial, los derechos humanos y la ley internacional sean respetadas y donde cada país pueda elegir su propio camino, libre de agresión, coerción o subversión”. Naturalmente, América Latina no está incluida en esas consideraciones.

Hay que exigir el fin de esas políticas aplicadas por Washington en América Latina, pero, sobre todo, organizarnos para participar en un escenario en el que la humanidad se juega su destino.

Las recientes palabras del Papa a la agencia argentina Telam sugieren algunas ideas. “En este momento hace falta valentía y creatividad. Sin esas dos cosas, no vamos a tener instituciones internacionales que puedan ayudarnos a superar estos conflictos tan graves, estas situaciones de muerte”, afirmó.

– Esto de Ucrania lo vivimos de cerca y por eso nos alarmamos, pero pensemos en Ruanda hace 25 años, Siria desde hace diez; Líbano, con sus luchas internas; o Myanmar, hoy mismo. Esto que vemos está sucediendo desde hace tiempo. Llama la atención la cuidadosa omisión de Irak de que lista.

Francisco recordó recientes declaraciones suyas a una revista jesuita, que provocaron revuelo, cuando dijo que «aquí no hay buenos ni malos». “Se tomó esa frase sola y dijeron: –¡El Papa no condena a Putin! La realidad es que el estado de guerra es algo mucho más universal, más serio, y aquí no hay buenos ni malos. Todos estamos involucrados”, afirmó Francisco.

“Latinoamérica todavía está en ese camino lento, de lucha, del sueño de San Martín y Bolívar por la unidad de la región. Siempre fue víctima, y será víctima hasta que no se termine de liberar, de imperialismos explotadores”, agregó el Papa.

El escenario político de la región, con los cambios de gobierno en México, Argentina, Chile, Bolivia, Colombia y probablemente en Brasil, en las elecciones de octubre, al que se suman organizaciones políticas de diversos países que no están en el gobierno, son una base poderosa para buscar –con la valentía y creatividad que pide el Papa–, alternativas para encarar la guerra y la crisis mundial.

Parece indispensable construir puentes entre América Latina y políticos europeos contrarios al desarrollo de alternativas militares para resolver el conflicto entre Rusia y Ucrania. Para amarrar las manos a la OTAN. Para explorar la creación un gran movimiento internacional orientado en esa dirección, con políticos europeos de la talla de Merkel, Gerard Schröder, Mélenchon, de políticos portugueses, ingleses, finlandeses (como el exdiplomático Talvitie) y seguramente de muchos de los países de Europa del este, en desacuerdo con la militarización de la política europea. Una de cuyas expresiones más dramáticas de esa militarización es la decisión alemana de revertir las principales orientaciones de su política exterior, evitando el rearme y la participación en conflicto militares en otros países. No deja de asombrar la corta mirada de una Europa que olvida como 1933 se transformó en 1939.

América Latina tiene mucho que decir ante el mediocre escenario euro-atlántico. Vale la pena intentarlo.

FIN.

 

Fuente de imagen: https://wsimag.com/

De la manipulación mediática y de la historia contemporánea rusa. Versión ampliada

Jiddu Rojas Jiménez

(Notas ampliadas sobre el llamado «Revisionismo» de la historia, el habitual embrutecimiento mediático del pueblo en el caso de la Guerra entre Rusia, Ucrania y la OTAN, y la nueva Rusofobia).

No podría dejar de expresar mi asombro por la Entrevista televisada que el Señor Ignacio Santos, –periodista en jefe de Telenoticias Canal 7—, le realizó a un tal señor Rustan Spirin, Ex-Embajador de Ucrania en México y Costa Rica, y que frente al público costarricense, reinventaron sin más, la historia de la Segunda Guerra Mundial, sin eruptar…

En esa Entrevista, dejaron entrever que los Rusos (les recuerdo que la Federación Rusa no existía hasta 1991) fueron incluso, «aliados» de los Nazis. Esto insulta nuestra inteligencia.

Entre 23 y 28 millones de muertos tuvo la URSS contra los Nazis. Muchos no sólo Rusos, sino Ucranianos obviamente.
Esto no se puede olvidar ni tergiversar.

Dicho lo anterior, debo compartir algunas brevísimas reflexiones históricas y críticas a partir de lo escuchado en televisión, y que he ampliado en mi indignación personal y cavilaciones nocturnas:

Balbucearon el periodista cubano/costarricense de Canal 7, y el ex- diplomático Ucraniano invitado virtualmente desde Kiev, que los Rusos (los Soviéticos sería), bombardearon una ciudad que antes era de Polonia y ahora es de Ucrania.
Sólo podemos decir que sin el Ejército Rojo, en Polonia y en Este de Europa (con la excepción partisana de Yugoslavia), hablarían ahora Alemán.

Claro lo que sí es cierto, es que las fronteras de la República Socialista de Ucrania, fueron ampliadas por la URSS, con partes de Polonia después de la Segunda Guerra Mundial; la cual compensó con territorios del Este de Alemania y corriendo su frontera con este país hasta el Río Oder. También creció Ucrania con la parte norte de Bucovina, antes parte de Rumanía. Rumanía perdió también Moldavia, que pasó a ser la República Socialista de Moldavia dentro de la URSS. Y Hungría le cedió a Rumanía, Transilvania y otros territorios. Y la Voivodina húngara pasó a control de Yugoslavia.

Así mismo la URSS victoriosa sobre el Nazismo, se quedó como compensación Geoestratégica, con el nuevo enclave de Kaliningrado en el Báltico, antes Prusia Oriental (incluido Konigsberg ciudad prusiana y cuna del filósofo Kant).

Estonia, Letonia y Lituania, ahora independientes, quedaron con autonomía dentro de la URSS como Repúblicas Socialistas, y la URSS con una salida extendida al Mar Báltico.
Sin hablar del Pacto de Varsovia.
Ahora que son independientes estas Repúblicas Bálticas, al interno, tienen políticas racistas que privan de sus derechos ciudadanos a la población de origen ruso.

En fin, para bien o mal, así funcionaba el llamado «Socialismo Histórico» (categoría de Helio Gallardo) en Europa del Este, en términos Geopolíticos.

No podemos olvidar cómodamente a las invasiones de Hungría en 1956 y el asesinato de Imre Nagy, y luego, la invasión a Checoeslovaquia de Alexander Dubcek en 1968. Tampoco la de Afganistán y su cruel guerra (1979-1989).

Estados Unidos con Bush, Jr., no fue muy original en Afganistán. En realidad, la brutalidad militar norteamericana, ya se había practicado en Corea, en Cuba con Bahía Cochinos, con la larga Guerra de Vietnam, las Invasión de Grenada, de Panamá, e Irak con Bush, padre la primera vez. (Sólo para mencionar el despliegue de tropas uniformadas, sin mencionar sus múltiples Golpes de Estado, sabotajes, bloqueos ilegales, asesinatos selectivos, etc.

Lo último puede sonar como lugares comunes, pero lo cierto es que parecemos olvidar esta dramática faceta de la historia. No construimos memoria histórica colectiva.

Hay que reconstruir racionalmente una, o mejor varias, miradas históricas historizadas y sistémicas, para entender críticamente estos complejos hechos históricos.

En consecuencia, debemos recordarles entonces a los «expertos» del medio citado y a muchos otros más que pululan, –por ejemplo–, que la República de Polonia (Independiente) citada con total superficialidad, sólo existe gracias a los Revolucionarios Bolcheviques, Lenin y Trotsky, o sea después de la Revolución del 26 de Octubre (o del 7 de Noviembre en nuestro Calendario) de 1917.

En particular con la firma y la negociación de la Paz en Best- Litovsk (hoy Bielorrusia), y su dura negociación en Octubre de 1918 con los Imperios Centrales (Alemania, Austro-Hungría, Imperio Otomano) durante la Primera Guerra Mundial (1914-1919). Hecho que legitimó posteriormente la agresión comercial, política y militar, de las potencias Imperialistas occidentales vencedoras, sobre la naciente Revolución Socialista.

«Pan, Paz y Trabajo» fue la promesa de los Bolcheviques originales a sus pueblos, –y la cumplieron–, cuando se alzaron el 7 de Noviembre (26 de Octubre en su calendario) contra el Gobierno provisional de Kerenski, fruto de la primera Revolución de Abril de 1917, contra la autocracia Zarista y su Guerra interimperialista.

El Imperio Zarista de Rusia, había derrotado a las otras Revoluciones polacas anteriores, así como había castigado a las revueltas populares Ucranianas.
Es la Revolución Socialista en Rusia ( Nov. 1917), la firma del Armisticio (Dic. 1917); y la firma del Tratado formal de Paz (1918) contra una brutal carnicería inter-imperialista, la que permite las condiciones de la Independencia de Polonia.

Justo es decir, que la primera Rada Ucraniana, y la República Popular Ucraniana, no sólo habían firmado antes la paz con el Imperio Alemán en Enero del 1918 (y a regañadientas con el Imperio de Austro-Hungría), sino que –y esto se kes olvida a los Nacionalistas Ucranianos–, se comportaron como un Estado satélite alemán, y adversaron tanto al Gobierno provisional ruso de Kerenski, como al posterior Gobierno de Consejos (Soviets) de Obreros, Campesinos, y Soldados. Acaparando así, la venta de granos y la alimentación en contra de la Revolución Bolchevique y a favor de Alemania y en especial del Imperio de Austro-Hungría.

También se detuvo en Ucrania, la Reforma Agraria. Cuando estalló el descontento popular Ucraniano, la Rada no titubeó en llamar a tropas de Ocupación del Imperio del Káiser de Alemania para reprimir. Cae la frágil primera República Popular de Ucrania, y se sustituye por el contrarrevolucionario régimen del «Hetmanato» del “Hetman» o Caudillo, el aristócrata y Dictador Pavló Skoropadski, –luego amigo y colaborador del Nazi Ucraniano Stepán Bandera–, que murió obviamente asilado en la Alemania Nazi en 1945.

A su vez el «Hetmanato» fue derrocado por un levantamiento popular Ucraniano, creándose un caos organizado bajo el Directorio, caldo de cultivo de la Guerra Civil.

Este nuevo Directorio nacionalista, fue liderado por Simon Petliura (1879 -1926) todo un personaje, digno del peor populismo.

Si primero el Hetman Skoropadski, –era una vulgar reminiscencia del Zarismo ruso convertido al súbito nacionalismo de de derechas Ucraniano, y devino pro- Alemán–, en cambio, Simon Pietlura que primero fue supuestamente Socialdemócrata, o sea del POSD de Ucrania, devino en un furibundo anticomunista y antiruso. De hecho su breve gobierno fue reaccionario y persiguió a líderes sindicales y populares, además de racista, obviamente anticomunista y antisemita.

El Ejército Ucraniano Blanco, estaba dividido entre el Hetman y el Directorio, imponiéndose este último. Así que Simon Pietlura, antes revolucionario anti-zarista, y pro – occidental (o sea anti – Alemán), permitió terribles Progromos antisemitas. Hubo verdaderas brutalidades contra la población judía en Ucrania (estamos hablando de casi 20 años antes de los Nazis). Y la razón era que, según él, la población judía apoyaba a los Bolcheviques. Así que el racismo no era exclusividad del Hetman.

El 21 de abril de 1920, el populista ucraniano, Simon Petliura, firma un acuerdo con el Dictador militar polaco Jozef Piltsudski, para atacar a la Rusia Soviética (la URSS no existía); cede territorios frente a una Polonia con deseos de expandirse, a cambio del reconocimiento a su Ucrania. Ambos junto a tropas aliadas de Rumanía, son derrotados militarmente por el Ejército Rojo.

Finalmente por la ofensiva Bolchevique en Ucrania, Simon Pietlura se exilió en Francia (no en Alemania), donde fue asesinado con una bala con cianuro… Pero no por la temida «Cheka» comunista y soviética, sino por un judío, Sholom Schwartzbard en 1926, y quien fue absuelto en 1927, por los Tribunales de Francia por los motivos expuestos de su acto, a saber, los Progromos autorizados en Ucrania por el Directorio entre 1919 y 1920, donde se estima que entre 35000 y 50000 judíos y judías, perdieron la vida.

Esto puede dar una explicación general de la génesis del moderno Nacionalismo Ucraniano, aún décadas antes de S. Bandera y de su colaboración con la invasión Nazi a la URSS.

Así, la Rusia Bolchevique se vio cercada de enemigos desde su nacimiento hasta la victoria en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Esto creó una compleja guerra civil en Ucrania y el resto de Rusia (pues atacada por todos los frentes, desde Siberia y el Ártico, hasta el Pacífico Norte).

En Ucrania convergieron en batalla, desde enormes Divisiones contrarrevolucionarias de Ejército Blanco Ruso reorganizadas bajo el temible militar zarista Antón Denikin (continuador del zarista Kornilov con apoyo de los llamados «Kadetes»), siempre apoyadas por las Potencias Occidentales Imperialistas (una vez derrotada Alemania y destruido el Imperio de Austria-Hungría), y unidas a diferentes Nacionalistas Ucranianos, hasta campesinos autogestionados armados dirigidos por Néstor Majno (ó Machkno), contra tropas del naciente Ejército Rojo.

Analicemos otra figura del Nacionalismo populista Ucraniano, al Ataman Nífikor Grigóriev (1885-1919). Sabido es que un oficial anarquista de Majnó (quien participó en el Directorio de Simon Petliuski) mató al líder militar cosaco Nikífor Grigóriev (y a su Estado Mayor), después de una reunión para unificar tropas con «Ejército Negro» (Anarquista) contra los Bolcheviques (Rojos).
En principio, Majnó (o Makhno) lo mandó a ajusticiar por los Progromos judíos en Elisavetgrado y otras ciudades tomadas, o sea por las masacres de la población judía ordenados, y por el asesinato colectivo de pobladores no sólo judíos, sino griegos en la toma de Odessa.

Repasemos a la figura histórica del Ataman Grígoriev, –primero oficial zarista, luego con la República Popular de Ucrania y su Rada, después pasa por el apoyo al Golpe de estado del Hetman pro- alemán, luego apoya al Directorio nacionalista; desilusionado del no reparto de tierras y el gobierno reaccionario de Petliuski, incluso dio un breve apoyo militar al General Pavel Dybenko del Ejército Rojo en Ucrania, contra la Ocupación francesa de algunas ciudades; por supuesto iba a ser sancionado ( o sea ejecutado) por Dybenko por sus crímenes; y termina combatiendo a Rojos y Blancos; finalmente es detenido y fusilado por el Ejército Negro del anarquista Majnó, cuando intenta una alianza militar y política.

Sin embargo, su lema era:
«¡Ucrania para los Ucranianos libre de Bolcheviques y judíos!» (sic)
Éstas son las raíces racistas y populistas del Nacionalismo Ucraniano, anterior incluso a la ocupación Nazi.

De hecho Michel Foucault en su texto traducido al Castellano como «Genealogía del Racismo», señala al Báltico y al Este de Europa como los lugares de origen del racismo moderno, asociado a la extrema derecha.

Hago la aclaración pública, de que ese Antisemitismo atávico, se parece muchísimo al actual Sionismo Revisionista imperante en Israel y Palestina Ocupada. La víctima histórica, se convirtió en victimario. Y el racismo antisemita, se convirtió en la legitimidad del actual «Apartheid» Sionista. (Bueno, por eso son ahora aliados).

¿Se extrañan entonces, de la reinvindicación del fascista Batallón Azov, o del del Nazi Bandera elevado a Héroe Nacional después de la «Revolución Naranja» y su ultra-nacionalista Presidente Víctor Yúshchenko? ¿O del papel militar y cultural de los demás grupos Neonazis y de Extrema Derecha actuales apropiándose del legado del Nacionalismo de Ucrania?

Mientras el Partido Comunista de Ucrania y sus sindicatos son ilegalizados, junto a otras organizaciones Progresistas.

No hablemos de los Derechos Humanos de la población LGTBIQ+, porque son peores en Ucrania que en Rusia. En ningún caso se justifican.
¿Qué dicen al respecto Occidente y sus medios? ¿Realmente creen que a EEUU y a la OTAN le interesan los Derechos Humanos?

Continúamos con la historia del cosaco Grigóriev, pues su fiel lugarteniente, Yuri Tyutyúnik, siguió su guerra en menor escala en los campos de Kiev y Volinia, hasta que fue derrotado y ejecutado por los Bolcheviques en 1921.

Aclaro, –siguiendo el testimonio de la brillante comunicadora rusa Inna Afinogenova, antes con su programa cancelado, «Aquí les va» de RT–, que la manipulación con fines militares o políticos, de los hechos, de un lado y del otro, durante esta guerra, es una moneda muy frecuente. Esto incluye a la Rusia de Putin.

[Nota bibliográfica sobre el anterior tema del personaje Grigóriev:
Ver 1) Brovkin, Vladimir (2015).» «Behind the Front Lines of the Civil War: Political Parties Social Movements in Russia, 1918- 1922.»
2) Bullock, David (2012 a) «The Russian Civil War: 1918-1922). Westminster; Colchester: Osprey Publishing.]

Prosigamos con la reflexión histórica de la inexistente URSS y de su satanización, en el imaginario colectivo de Occidente y de su periferia:

El Ejército Rojo, en fin, prevaleció en esa Guerra Civil brutal de 1918 a1921, contra todos los demás bandos.

También hubo represión Bolchevique no sólo contra las fuerzas reaccionarias, sino contra Socialdemócratas Mencheviques que no se unificaron con los Bolcheviques, contra los Social – Revolucionarios (Eseristas o Populistas de Izquierda), y contra Anarquistas (Kronstadt, 1921). No como con Stalin, pero sí la hubo.

Fanny Kaplán una supuesta Eserista (SR), –quien también había sufrido antes como muchos Bolcheviques, la represión Zarista, trabajos forzados, cárcel y destierro a Siberia–, le disparó una bala a Lenin aparentemente con cianuro, en agosto de 1918. Y este atentado terrorista marcó el rumbo de la Dirección Bolchevique.

A duras penas sobrevivió Lenin; quedando con muchas dificultades físicas, los pocos años que le sobrevivió. Y poco a poco la conducción del proceso Bolchevique pasó de los Soviets (Consejos populares) al Partido y sus diferentes facciones, y de las manos de Trotsky, Kamenev, Zinoviev, Radek, Kolontai, M. Tomski, Bujarin, Rykov, etc., a Stalin y Beria. (No sobra decir, que todos los citados a excepción de la Kolontai marginada, fueron acusados, purgados, asesinados luego, por Stalin).

Con los llamados «Social- Revolucionarios» arriba mencionados, y quienes en su mayoría apoyaron la carnicería de la Primera Guerra Mundial, –y a veces idealizados como luchadores populares–, estuvo desde 1905 otro personaje, aliado de Grigóriev, el también Ataman cosaco Ucraniano Danilo Terpilo (1886-1919), quien aunque al principio simpatizó brevemente con la Revolución de Febrero de 1917, traicionó rápidamente a los Bolcheviques (llegados al poder después de Noviembre de 1917), iniciando una serie de Progromos contra judíos acusados de simpatizar con los Bolcheviques. Así que el populismo Ucraniano también fue claramente racista y antisemita, y anticomunista.

Entiéndase también, el contexto de la agresión exterior militar, diplomática y económica de las potencias Imperialistas contra la Rusia Soviética, y la severa crisis económica impuesta a toda Rusia.

Justo es reconocer, que muchos de estas facciones de Izquierda, incluidos Anarquistas, se unieron luego al PCR y al posterior PCUS. Incluso las cartas entre el líder anarquista Kropotkin y Lenin son conocidas.

Pero recordemos que hasta 1922 se crea formalmente la URSS. Que incluye la creación de las Repúblicas de Ucrania, Bielorrusia, Kazajstán, etc., dentro de la URSS. Polonia se mantiene independiente, y las Repúblicas del Báltico hasta la Segunda Guerra Mundial.

Así, la URSS nunca fue una mera extensión de la Federación Rusa. Entre 1917 y 1922, se creó la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) con representantes de los consejos populares de todos las nacionalidades. Tras el triunfo comunista en la cruel Guerra Civil, se crea formalmente la URSS.

Los Bolcheviques originales, –con otros graves defectos políticos de autoritarismo–, creían firmemente en la Autodeterminación de los Pueblos.

Por eso la URSS era una gran confederación de pueblos y nacionalidades, con un modelo federal de República. Podemos achacarles a los Bolcheviques muchos defectos reales, pero el nacionalismo no.

Pero ese «Gran Rusismo», ese Chovinismo, ese Nacionalismo era muy perseguido dentro del POSDR- Bolchevique (también en la olvidada facción Menchevique), luego PCR y luego PCUS, en la URSS.

Ahora los y las Rusos /as, en este tipo de discurso como el de Spirin, son deformados/as como literalmente, peor que animales (sic). Eso es un ejemplo de la nueva Rusofobia.

No extrañan este tipo de declaraciones de superioridad étnica, en un Mundo donde artistas talentosos no pueden expresarse artísticamente, sólo por ser Rusos o Rusas. Como si todo el pueblo ruso fuese equivalente a su gobierno.

Contrastemos sin embargo, el discurso oficial ruso actual, con los temores de los y las Bolcheviques originales de la URSS, era el llamado “Gran-Rusismo».

Desde luego, el llamado «campo socialista» y su solidaridad estratégica, ya no existe.

Tampoco sus regímenes burocráticos, con sus luces y sombras. «Estados Obreros Degenerados burocráticos», les endilgó Trotsky. «Capitalismo de Estado», Raya Dunayeskaya y otros disidentes. «Campo socialista», le decía Fidel. «Socialismo real» los Conservadores de izquierda y derecha.

No existe más, ese supuesto aliado estratégico de los pueblos del Mundo. Al menos, ese tipo de aliado estratégico.

¿Tal vez existe para muchos y muchas nostálgicos/as con otra realidad Geopolítica en la Federación Rusa? Después de esta guerra, no creo que sea tan fácil. Más allá del tema de las BRICS siempre atinente.

Tampoco existe el viejo, y tal vez más sensato, equilibrio mundial de la Guerra Fría. Por otra parte, entre el poderío económico chino, y el poderío militar ruso actual, pareciera que hay una contención parcial del Imperialismo occidental.

¿Podrá mantenerse esta contención Antimperialista con las sanciones económicas occidentales sobre Rusia?

Desde la caída del «Bloque Socialista» y de la URSS (incluidas obviamente Rusia y Ucrania), sólo habíamos presenciado durante tres décadas, el despliegue arrogante y depredador del Imperialismo Norteamericano y Europeo occidental.

La OTAN, creada después de la Segunda Guerra Mundial, y su agresivo crecimiento militar después aún de la caída de la URSS y su Bloque, es un hecho innegable.

¿Qué excusa había para despliegue militar y Geoestratégico gratuito de la OTAN?
Y este dato estratégico, es invisibilizado por los medios hegemónicos.

Hay un desconocimiento histórico absoluto, sino es que es sólo mala fe y desinformación adrede.

La alianza estratégica entre Rusia y China es más que evidente. Lo que el «Socialismo Histórico» no lo logró, lo lograron los intereses Geopolíticos y económicos frente a la rapacidad de las economías centrales capitalistas occidentales.

Recordando a la URSS, –posiblemente llena de graves defectos estructurales–, hay que puntualizar que aún con su brutalidad totalitaria, Iósif Stalin y Lavrenti Beria, ni siquiera eran Rusos, eran de Georgia, y llegaron a dirigir la URSS. (Eso no les exime de sus crímenes políticos, aún contra los viejos Bolcheviques).

Sigamos recordando… Después de Stalin, el reformador comunista pero anti-stalinista, Nikita Jhrushov era de origen Ucraniano.
Crimea, –que siempre fue una unidad nacional y pluricultural diferente –, se incorpora con autonomía a la República Socialista de Ucrania. Repetimos, pero con total autonomía, durante su Gobierno, a la Ucrania Socialista. (Es con la disolución de la URSS que queda otra vez bajo control Ucraniano completo). Se suponía que esas luchas intestinas nacionalistas estaban superadas en la URSS.

Volvamos a un análisis comparativo del llamado «Campo Socialista»:
Si en Rusia existió el peligro del «Gran-Rusismo», eso era lo que en China Popular, –su contraparte y rival comunista de entonces–, se llamaba «Gran – Hanismo» . Por la gran mayoría china «Han».
El Tíbet, Mongolia Interior, Manchuria y Sinkiang, son terrenos fértiles para este tipo de conflicto en China Popular. Incluso en Taiwán, más allá del conservador y anticomunista Kuomintang actual estaba bajo dominio Han. Aclaramos que el revolucionario Kuomintang original del Dr. Sun Yat-sen (1866-1925), al principio fue aliado del PCCH, hasta la posterior traición, y la masacre de Comunistas de Shangai en 1927, dirigida por Chiang kai-shek.

Después de la muerte de Stalin, y sobre todo durante la «Revolución Cultural», China devino enemiga estratégica de la URSS (aún siendo otra potencia comunista).

El Pacto de China con EEUU se realizó con Nixon y Henry Kissinger. China incluso fue admitida en la ONU y en el Consejo de Seguridad con derecho a veto. Así es la Geopolítica de cínica.

Para la China Popular de entonces, o al menos para el PCH, la URSS era «Social-Imperialista», y eran «Revisionistas» del supuesto modelo «Marxista- Leninista» (Este nefasto término no es ni de Marx ni de Lenin. Es un invento de un «Manual» atribuido a Stalin).

Sin embargo, el torpe rescate de la figura de Stalin por el Maoísmo, oscurece cualquier discurso propio chino. Sin hablar del terrible Pol-Pot en Camboya (derrocado con el apoyo del Vietnam socialista), o del tardío delirio de Sendero Luminoso en Perú.

La «Revolución Cultural» de 1966, y su intento de desburocratización fue un total fracaso. Su apología de lo peor de la burocracia soviética no ayudó tampoco. El líder militar Lin Piao o Lin Biao, muere tratando de escapar a la URSS en 1971. En 1976 muere Mao. Pronto caen la «Banda de los Cuatro» dirigida por la viuda de Mao, Jian Qing, acusados de crímenes y brutalidades, durante la Revolución Cultural. Son juzgados y ejecutados.

Zhou Enlai, rehabilita a Deng Xiaoping (cuyo hijo, familia, amigos y él mismo habían sufrido tortura y castigos brutales), Hua Guofeng toma el poder junto al Ejército Popular en contra de los Guardias Rojos. El camino de la reformas económicas (aunque no políticas) en China, está echado.

El tema económico se resolvió en la China post- Tiannanmen (1989), con la introducción y reconocimiento del valor de cambio dentro de una Economía «Socialista».

Para algunos de trata de Capitalismo de Estado.
De cualquier forma, –y sin entrar a hacer otro tipo de consideraciones internas–, China Popular se convirtió en una superpotencia económica.

Lo cierto es que el éxito económico de China Popular, es el verdadero enemigo del Imperialismo Norteamericano y Occidental. Y la alianza entre China y Rusia (con su gran Ejército Rojo) resulta amenazante para EEUU y su Hegemonía.

Volviendo a la antigua URSS, –para historizar el conflicto–, la Ucrania Socialista diseñada por la URSS, se queda primero con el Donbass rusoparlante, y luego con Crimea (en tiempo de Nikita Jhrushov). La misma Ucrania era bilingüe.

Volviendo a la Entrevista citada al inicio, –y que se convirtió en un pretexto reflexivo–, acotamos que la URSS, no se menciona prácticamente. Desaparece. Sin embargo, al mismo tiempo, se juega con el temor atávico anticomunista y antisoviético. Se habla de Rusia como si fuese la URSS, y se juega con el «peligro comunista». Sólo que el viejo Anticomunismo, se transforma en Rusofobia.

Es momento de volver a citar la frase del escritor francés Albert Camus: «El Anticomunismo es el comienzo del Fascismo».

Se pretende en este tipo de narrativa, reescribir la historia. Supongo que así era inevitable que harían referencia en la Entrevista, al Pacto Ribbentrop – Molotov (1939), y que permitió que una parte de Polonia no fuese tomada por los Nazis (sino por la URSS), y además ganar tiempo para modernizar al Ejército Rojo. Claro, reconozcamos que era la URSS bajo el control brutal de Stalin, y no del proyecto original Bolchevique.

No quiero sonar como haciendo apología fanática de Putin, o del accionar del actual Ejército Rojo (que conserva el nombre).

Estoy en contra de la lógica de la guerra. Y soy hijo de una cultura costarricense sin Ejército, imperfecta y violenta, pero sin Ejército permanente, y con una Proclama de Neutralidad Perpetua.

El actual gobierno nacionalista pero conservador, de Putin, tampoco me representa políticamente. Lo digo con toda claridad.

Pero tampoco podemos de forma simplista, negar sus brillantes méritos Geopolíticos, o su legitimidad interna en Rusia. Nos guste o no.

Tampoco podemos ignorar la contención estratégica Geopolítica de Putin y China Popular, frente a la voraz rapiña del Imperialismo Norteamericano y del Occidente Capitalista.

Debemos así, de intentar analizar y pensar con más objetividad. Éste es el tema de fondo de los medios hegemónicos, sean locales o globales.

Por otra parte, entiendo las razones Geopolíticas de Rusia, y personalmente me disgusta el Expansionismo de la OTAN, así como la hipocresía y la avaricia capitalista de Europa Occidental, Japón, Israel, Australia, Canadá, y del Imperialismo Norteamericano y «Anglosajón» en general.

Reconozcamos algo, si realmente queremos posicionarnos contra la «lógica de la guerra» (término usado por Habermas), debemos entender que la guerra en la zona, comenzó hace ocho años al menos. No reconocer esto es parte del sesgo mediático.

No abogo por un pacifismo a ultranza, en abstracto, absoluto. Eso no se sostiene. Sino Hitler en Europa, o William Walker en Centroamérica, habrían triunfado.

Me conformo con un país neutral como Costa Rica. O como lo fueron Suecia y Finlandia en la Guerra Fría. (Antes de lamentablemente pedir ingreso recientemente a la OTAN).

Hay que rehistorizar la reflexión sobre este cruel acontecimiento bélico actual, cuyas víctimas principales son la población civil de Ucrania y antes del Donbass, y que puede desembocar en una tragedia humana incluso nuclear. Advertidos estamos.

Creo finalmente, que el periodismo de los medios de comunicación hegemónicos de Costa Rica, Latinoamérica, y del Mundo en general, es realmente enfermizo. Tal cual. Es puro Tánatos (Freud) disfrazado de trivial irresponsabilidad.

Mienten y distorsionan la realidad social, deliberadamente. Y no creo que tenga nada que ver con la «Libertad de Expresión», un supuesto «derecho» a manipular, deformar y ocultar la información objetiva sobre este tema Geopolítico candente.

Al contrario, se oponen a la verdadera y auténtica Libertad de Información.

Hay quienes sostienen que el papel de los medios trascendió al de la propaganda belicista típica de otros tiempos, y se convirtió en causa y efecto de las llamadas «Guerras Híbridas».

Pareciera que desde la Primera Invasión a Iraq por George Bush, Senior, esto último es descaradamente cierto.
Si le sumamos a este clima global, el campo de lucha informática, y desinformación en las redes sociales, la tendencia mundial es francamente totalitaria.

Si tienen duda de lo anterior, fíjense en la forma de informar de estos medios respecto del tema estrictamente militar. Según estos medios prácticamente Rusia ha sido derrotada militarmente. Eso es no sólo falso sino irracional.

Escuchen sino a Ignacio Santos en Telenoticias, pero igualmente si escuchan REPRETEL, CÑÑ o Fox News. Esa es la norma, no la excepción.

Mientras, el pobre pueblo Ucraniano es tomado como «carne de cañón». Y el sucio complejo militar- industrial norteamericano y de otros países, se reactivan cin grandes ganancias.

Esta desinformación organizada y sistematizada, sólo prolonga y legitima un conflicto brutal y fratricida.
Insulta nuestra inteligencia y envenena a las masas.

La ignorancia de los pueblos produce fanatismo, permite la corrupción, y eso es letal para la democracia.

Esos Noticieros locales y regionales hegemónicos, –siempre serviles del discurso hegemónico Imperialista Norteamericano y Europeo Occidental–, son profundamente tóxicos, y no conocen un mínimo equilibrio informativo, o algún prurito ético.

Recomiendo sinceramente, tomar total distancia crítica de ellos, salvo para reflexionar críticamente sobre los mismos.

Reordenamiento mundial

Edgar Chacón

Actores en cuestión: Estados Unidos, la Federación Rusa y la República Popular China. 

Posibles escenarios. Relaciones de cooperación/ colaboración vs Imposición e intromisión

Por un lado: 

Se vislumbra una confluencia entre la Federación Rusa, China e India, dígase: Eurasia oriental.

En el 2020 tuvo lugar un encuentro de ministros de relaciones exteriores entre los cancilleres de la República Popular China, Wang Yi; Federación Rusa Sergei Lavrov y el ministro de relaciones de la India, S. Jaishankar.

Wan Yi expresó: “China, Rusia e India son grandes países y grandes economías…con influencia mundial…los tres países deben promover la confianza mutua y promover conjuntamente la paz y la estabilidad mundial. China está dispuesta a trabajar con Rusia e India para defender el espíritu de apertura, unidad, confianza y cooperación de las tres naciones…y enviar una señal positiva al mundo para defender el multilateralismo y unirse para enfrentar los desafíos”. (Embajada de la República Popular China en el Reino de España)

Por otra parte, según palabras de Le Yucheng, viceministro de Relaciones Exteriores de China, “El gobierno de China ha afirmado que “fortalecerá” su “coordinación estratégica con Rusia sin importar “la situación internacional” con la vista puesta en “salvaguardar los intereses comunes de ambas partes”…“intercambiar puntos de vista sobre las relaciones entre Pekín y Moscú y la situación internacional regional”… “No importa cómo cambie la situación internacional, China fortalecerá la coordinación estratégica con Rusia, para promover la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales y una comunidad con un futuro compartido para la humanidad” (EUROPA PRESS, abril 2022). (Léase: Un nuevo ordenamiento mundial. Irán está muy atento a esto). 

 

La esperanza del fin de un siglo, el siglo XX: imposición y guerra, Estados Unidos /Unión Europea.

Promover golpes de Estado, “poner sus fichas” en los lugares de conveniencia (el Maidán fue una jugada muy obvia), el cerco a la Federación Rusa.  Lloyd Austin, secretario de defensa de los Estados Unidos, puesto en la doctrina del gran garrote”, dijo: “Queremos ver una Rusia debilitada…” “…aseguró que su país cree que Ucrania podría ganar el conflicto con el “equipo adecuado” y el “apoyo adecuado”.  (El Universal, abril 2022) A este respecto, James Landale, diplomático de la BBC, manifestó: “Una cosa es ayudar a Ucrania…y otra muy distinta hablar de debilitar las capacidades de Rusia.  (El Universal, abril 2022) 

Hacerle el juego a la “demonización”. 

Me refiero a repetir el discurso de satanizar personajes, como vehículo de des legitimación. En este caso “el demonio Putin”, “la Rusia de Putin”, así como en años pasados, respecto a Cuba, el discurso entronizado era “la Cuba comunista de Castro” y no la revolución cubana; no es un pueblo: es un “malo” (el infierno y el diablo), llegándose al ridículo de ubicar como el “blanco”, la barba de Fidel Castro.

A Diferencia de lo expresado por los funcionarios chinos, una vez más por parte de Estados Unidos, se insiste en la política de intromisión de  en los asuntos de otros países, con una frágil Unión Europea a la zaga: Brexit, Alemania con dudas sobre el gas, Italia atendiendo propuestas chinas.

La miopía unipolar

Estados Unidos insiste en ser el único polo, o por lo menos el polo dominante, en las relaciones entre países en el mundo. La realidad que está tomando forma, le dice lo contrario. Ya no más Bretton Woods.

Así lo indica una lectura adecuada: por un lado, del movimiento de los factores económicos y de los factores políticos mundiales, así como la composición de las propuestas e intenciones en las relaciones internacionales.

El dominio mundial del dólar está en cuestión, al igual que instituciones como el Fondo Monetario Internacional.

La DD ya no funciona

Estados Unidos, con énfasis luego de la segunda guerra 1939-1945, basó sus relaciones internacionales en la amenaza, la intervención y el chantaje. En la actualidad, la realidad nos parece indicar que ya no es el tiempo de la DD: la diplomacia del dólar; los destructores y Disneylandia; ni de “La guerra de las Galaxias”, “Rambo” y “Rocky”, del presidente Reagan. 

China y su emergencia política, económica y militar

“China es un gigante dormido, déjenlo dormido, pues cuando se levante hará temblar al mundo”. Napoleón Bonaparte.

Respecto a esto, es indudable la fuerte y creciente presencia mundial de China, ya una potencia y en ese sentido, la nueva ruta de la seda no es sólo comercial, es política y también militar. Y es terrestre, marítima, aérea y en el cíber espacio. Aún con la presencia de la séptima flota. En este sentido, la hegemonía puesta en cuestión es la de Estados Unidos.

China “se ha vuelto el mayor exportador del mundo y el segundo mayor importador”, (Organización Mundial del Comercio, Banco Mundial) además es acreedor de Estados Unidos y el Yuan, consolida sus características y elementos de moneda mundial. China cuenta con dos factores de crecimiento y consolidación como gran potencia económica: un PIB enorme y una base de población muy amplia.

Entre los principales socios comerciales de China están Estados Unidos y Alemania, siendo que en el 2019 el superávit comercial de China con Estados Unidos fue de 295.800 millones de dólares.

Ponerle una trampa a “La Trampa de Tucídides”: El historiador griego Tucídides, en la guerra del Peloponeso, propuso que ante la presencia de una potencia emergente (Atenas) frente a la potencia establecida (Esparta), lo previsible es la guerra.

Ante esto, el miedo y la desinformación son factores de guerra, la prudencia es factor de paz y la sensatez es factor de coexistencia y convivencia.

Al sur del Río Bravo

El otro “Destino Manifiesto”: América Latina. 

¿Está América Latina ante una oportunidad histórica que debe “gestionar”?

¿Está ante la disyuntiva de asumir llamados a engaño como “países en vías de desarrollo” ?, posándose en lamentos como: “Pobre México. Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. (Nemesio García Naranjo, atribuido a Porfirio Díaz.) O, asumir que “ Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz”. (José Martí).

Elementos para el análisis de la situación actual en Costa Rica, abril-mayo de 2022

Msc. Carlos Delgado Rodríguez. Profesor e investigador

El contexto internacional

Luego de la caída del bloque socialista se constituyó un único sistema económico y político mundial. Todo desarrollo se dio en el marco de las relaciones capitalistas de producción.

Pero no solamente cayó el bloque socialista, sino que también otras formas geopolíticas relevantes, como el de los países no alineados, se fueron desdibujando, hasta desaparecer como entidad política internacional. El interior de los países de Europa, en donde había un fuerte movimiento socialista y una tradición de lucha de la clase obrera, estos movimientos fueron paulatinamente desarticulados y su lugar en la política europea quedó prácticamente reducido a la insignificancia.

La socialdemocracia reformista que formó parte del estado de bienestar europeo, se convirtió en una fuerza fundamental a la hora de reconfigurar las formas de acumulación en Europa y el mundo: la socialdemocracia fue un vehículo privilegiado del pensamiento neoliberal, o dicho de otra forma, partidaria del capitalismo puro y duro.

El movimiento obrero y popular en estos últimos 30 o 35 años, ha sido derrotado y subordinado casi en todas partes. La correlación de fuerzas entre el capital y el trabajo a escala mundial se transformó favorablemente para el capital, lo cual permitió construir un capitalismo hegemonizado por las grandes corporaciones multinacionales sin fronteras, y ampliar la tasa de explotación para compensar los problemas con la caída tendencial de la tasa de ganancia.

Como en otras formaciones económicas de la historia, el desarrollo siguió siendo desigual al interior de los países capitalistas, y entre estos países.

África y América Latina continuaron siendo continentes subordinados a las lógicas de acumulación de los países Centrales: Estados Unidos, Europa y Japón. América Latina ha mostrado de forma cíclica el surgimiento de gobiernos “progresistas” que intentaban al menos romper con el desarrollo subordinado a los centros hegemónicos y proponían formas de gobierno más soberanas e independientes. Estos gobiernos  progresistas tienen matices diferentes, que exigen un análisis de cada contexto nacional, para esclarecer cuáles son estas diferencias y los rumbos que cada uno de estos procesos podrá tener en el futuro.

Estados Unidos fue la potencia hegemónica indiscutible, al menos durante un par de décadas.

Pero con el desarrollo de las contradicciones del capitalismo global, y la dinámica de los distintos países, fueron surgiendo nuevas potencias: China y Rusia, que conforme se fueron consolidando económica y militarmente, empezaron a reclamar un lugar propio en el escenario del capitalismo mundial, fuera de la dominación de Estados Unidos.

La globalización ha mostrado un desarrollo industrial, tecnológico y económico mucho más dinámico en Asia que en el resto del mundo. China y otros países de Asia hicieron posible un mayor rendimiento de los beneficios para el capital, entre otras cosas porque la tasa de explotación era más alta ahí que en el occidente desarrollado: Estados Unidos y Europa. Por ello, hacia China y otros países asiáticos fluyeron grande inversiones de las transnacionales, que favorecieron, en primer lugar, los intereses del capital corporativo y financiero global, pero también posicionaron a ese continente como un escenario industrial, financiero y tecnológico más dinámico que Estados Unidos y Europa.

El Occidente global se fue inclinando hacia formas de acumulación dominadas por la especulación y el dominio del capital financiero. Estados Unidos perdió paulatinamente su aparato productivo e industrial que se mudó a Asia. Asia, y China en particular, se convirtieron en la fábrica del mundo. Pero China fue más lejos. Poco a poco fue imponiéndose como prioridad el desarrollo de las tecnologías de punta, y las actividades más complejas del desarrollo industrial, que siempre estuvieron monopolizadas por occidente. Esto fue posible puesto que China tiene un aparato político –Partido Comunista, le llaman ellos- que organiza, orienta, y piensa la realidad china, y es capaz de convertir estos productos intelectuales en actividades y logros concretos, con una rapidez y solidez que no tiene rivalidad en occidente ni en ninguna otra parte. China no es una simple economía de mercado.

Si se le puede llamar de alguna manera, China tiene un modelo mixto centralmente dirigido: todavía conserva una poderosa influencia estatal en la economía, a la par de una economía de mercado, y sus respectivas relaciones sociales de producción capitalistas. Tampoco obtuvo su éxito por acoger al capitalismo como indican algunas personas; si el éxito de China se hubiera derivado de abrazar el capitalismo, pues entonces todos los países capitalistas, o sea todo el mundo, estaría igual que China; pero no es así.

En cambio, regiones completas en Estados Unidos perdieron con la globalización, como son aquellos estados en donde se había instalado la anteriormente pujante industria del automóvil, que luego se trasladó fuera a producir, y dejó regiones enteras sumidas en la pobreza. Acá hubo un proceso inverso: el desarrollo pujante se convirtió en subdesarrollo, esto en el principal país capitalista del planeta. Y todo esto gracias a la llamada globalización que permitió que el gran capital pudiera producir, vender y hacer negocios en todas partes, sin ninguna responsabilidad geográfica. En donde está la ganancia están las inversiones. La economía de Estados Unidos pasó a ser una economía no competitiva, de tipo parasitaria amparada en el poder militar y en el dólar.

Con la crisis del 2007-2008 se dio una gran recesión a nivel mundial, y cayó la dinámica económica en Estados Unidos y Europa. Pero esto no sucedió en China y Asia. Luego hubo una recuperación de las tasas de crecimiento, pero en medio de una gran incertidumbre, y retrocesos frecuentes. El caso más grave es Europa.

Pero, ahora mismo, y como un producto de la combinación de la crisis del coronavirus, y las sanciones y exclusión de Rusia por parte de occidente, se cierne sobre Estados y Europa una gran inflación y posiblemente una recesión. Según algunos analistas el panorama que se vislumbra en términos económicos es uno de los más duros de los últimos 50 años. En este sentido hay que destacar que para algunos analistas la crisis del 2007-2008, implicó el surgimiento de una depresión que en realidad hasta la fecha no se había superado. Entonces, ahora, las potencias centrales del occidente global suman a esa situación los efectos del covid-19 más las implicaciones de las sanciones contra Rusia. Parece que se ha gestado una gran tormenta que pasa por la inflación, la contracción económica y un proceso cada vez más acelerado de des globalización. El sistema capitalista mundial con el conflicto de Ucrania y las sanciones de occidente se ha fracturado profundamente. Los alcances de esto aún están por dilucidarse.

La política internacional de Estados Unidos se convirtió en una actividad orientada a desestabilizar todo lo que toca, o todo aquello que ese país supusiera un peligro  para su dominio imperial. El imperio continuó empantanado en Afganistán sin lograr ningún triunfo militar o geopolítico. En Medio Oriente se enfrascó en un conflicto cada vez más intenso con Irán, sin poder subordinar a este estado. Promovió la invasión de Libia por la OTAN a costa de destruir la economía de ese país, y sin poder ofrecer nada a cambio. De Afganistán finalmente salió derrotado.

En Siria ha intentado cambiar el régimen, pero la intervención de Rusia lo hizo imposible. La presencia de Estados Unidos en Siria solo consigue crear caos y confrontación, sin poder exhibir triunfos militares, políticos y económicos contundentes. Para Medio Oriente Estados Unidos no propone nada, más que desestabilización y un apoyo incondicional al proyecto del sionismo internacional representado  por Israel.

La guerra en la que embarcó a Arabia Saudita contra Yemen no parece tener fin, y  peor aún, pues Arabia Saudita no se pudo imponer militarmente a los grupos que defienden Yemen. En este momento ha tenido que aceptar una tregua frente a la ofensiva de las tropas yemeníes. Incluso, Arabia Saudita e Irán están en negociaciones para ver si es posible restablecer los vínculos diplomáticos que se perdieron años atrás.

Hezbolláb se ha fortalecido en el Líbano, así como el ejército de Siria, luego de la larga guerra de este país contra los grupos financiados y apoyados por Estados Unidos y la OTAN. También la capacidad de la resistencia palestina ha mejorado notablemente, sobre todo porque ahora pueden producir sus propios misiles cada vez más potentes. En una próxima gran guerra entre Israel y sus enemigos políticos el precio que pagarán los sionistas posiblemente sea muy alto.

Estados Unidos, luego de la partida de Trump, decidió salir de Afganistán. Seguramente no había otra alternativa, pero la forma en que lo hicieron hizo recordar otras derrotas como la de Vietnam. Parece que después de tanto tiempo sosteniendo una invasión que no iba para ninguna parte, no era posible salir con alguna elegancia del teatro de operaciones.

Con Irán Estados Unidos simplemente no ha podido, a pesar de todos los bloqueos y las sanciones. Hoy Irán, China y Rusia han constituido un vínculo estratégico que le ha permitido a Irán ir resolviendo su difícil situación económica producto de las sanciones de Estados Unidos.

China, por su parte, se ha convertido de hecho en la primera economía del mundo, puesto que Estados Unidos tiene una economía de tipo especulativo y financiero cuyo aparato productivo se ha debilitado sostenidamente, y hoy no tiene la pujanza de otros tiempos; por ejemplo, en los años 50 Estados Unidos producía el 50% de los bienes industriales del mundo.

China también tiene una visión y una propuesta que ya está en marcha para la economía mundial. Se trata de la Ruta de La Seda. Esto es algo que está en camino y conecta a Asia, Europa, África y América Latina a través de un sistema de puertos, aeropuertos, carreteras y sistemas ferroviarios. Infraestructuras y proyectos que China financia. Todo esto mientras Estados Unidos y los mismos Europeos no tienen nada en la mano que proponerle a sus respectivas periferias económicas y política. Estados Unidos solo trata de bloquear lo que China propone, más no puede hacer.

China, además, ha tenido avances destacados –para decir lo menos- en su carrera espacial y en el desarrollo de la tecnología militar. A esto hay que sumar el 5 g, la inteligencia artificial, los desarrollos en nuevas propuestas para la producción de energía nuclear, entre otras cosas.

La situación en el occidente desarrollado, en términos económicos, no ha sido muy feliz. Y la pandemia del COVID19 vino a profundizar problemas que ya estaban presentes, y a crea otros nuevos. Pérdida de la dinámica económica, problemas con las cadenas de valor globales, escasez de productos básicos, desempleo, crisis hospitalarias. Europa y Estados Unidos mostraron en estos momentos todas sus debilidades. En Estados Unidos hubo hasta escasez de ventiladores para las personas enfermas, algo que en otro momento la industria de ese país hubiera fabricado con prontitud y calidad; ahora hubo que importarlo de China. Como se dijo anteriormente este escenario no deja de agudizarse y tiende a manifestarse como un proceso de inflación y recesión de grandes dimensiones para Estados Unidos y Europa.

El nuevo escenario con la guerra de Ucrania

Rusia, luego de las tentativas de negociación y de usar los canales diplomáticos para intentar darle una salida a la guerra interna de Ucrania y las matanzas en el Dombas, por parte del ejército Ucraniano, se decidió por entrar a Ucrania y destruir el ejército de ese país y los contingentes militares de los Neonazis amparados por la OTAN y Estados Unidos. Este nuevo conflicto tomó a Estados Unidos y sus títeres europeos desprevenidos, o al menos, sin haber calculado adecuadamente sus posibilidades de respuesta. Como no podían responder militarmente, pues el ejército Ruso tiene la ventaja estratégica sobre Estados Unidos y la OTAN, entonces idearon sobre la marcha una lluvia de sanciones económicas, que no fueron bien organizadas ni dirigidas, y el resultado hasta ahora ha sido que la economía Rusa no se derrumbó, y la economía europea está camino a la recesión en vista de la dependencia que tiene de productos esenciales hechos en Rusia, como el gas, el petróleo y los alimentos. A esto hay que agregar que había un flujo financiero de Rusia a Europa que alimentaba las actividades especulativas de muchos de esos países, y ya ahora no existe.

Europa y Estados Unidos no han podido responder militarmente en serio frente a Rusia –al menos por ahora-, cosa que perfectamente entienden todos los ejércitos del mundo que están siguiendo este drama. Estados Unidos ha perdido no solo su hegemonía económica, sino también militar. Biden puede insultar a Rusia, pero no puede cambia el curso de la guerra, ni aislar a China y Rusia, ni impedir el surgimiento de un nuevo orden internacional.

El capitalismo global hoy se reorganiza a partir del desarrollo de las contradicciones entre el bloque hegemonista de Estados Unidos, Europa y Japón, y el bloque contra hegemónico liderado por China, Rusia, Irán, al que se pueden sumar India, Turquía, y otros países de la  periferia. Entre otras cosas van a surgir nuevas entidades financieras, rutas económicas, potencias regionales, formas de intercambio y el dólar va a ser sustituido paulatinamente por distintas monedas, o monedas regionales basadas en acuerdos entre países. Esto último sería un golpe mortal para la economía de Estados Unidos fundamentada en productos financieros y en grandes transferencias de valor auspiciadas por su moneda, que es la moneda internacional y por la que el mundo debe pagar a Estados Unidos. El dólar es una moneda fiduciaria sin ningún respaldo. El dólar es la última gran imposición de la hegemonía declinante de Estados Unidos. Su dominio mundial está en retroceso, y con esto se avizora el derrumbamiento del Imperio estadounidense en todas sus líneas.

En medio de todo esto se va construyendo un capitalismo fragmentado, entre Asia  como centro principal de la economía mundial, y Estados Unidos y sus títeres europeos. Tal cosa no será ni rápida ni fácil, puesto que hay una multitud de conexiones recíprocas que existen hasta la fecha y no pueden ser sustituidas por unos y otros. Pero la dinámica económica y el crecimiento parece que seguirán siendo sólidos en el capitalismo Asiático, mientras declinan en el mundo occidental. El lugar que ocupen las periferias en este proceso dependerá de la coyuntura. Sin embargo, África y buena parte de Asia están dispuestas a participar en la Ruta de la Seda. Igual vale para países como Brasil, Argentina, Venezuela, Chile, en América Latina. El imperio debilitado en términos económicos y militares no le va a ser tan fácil meter en su redil a aquellos países que se revelen, o que simplemente consideren que tienen más beneficio de las relaciones con China y sus socios comerciales.

Hay una crisis profunda de la globalización capitalistas que hasta el Fondo Monetario considera que terminará por fragmentar o regionalizar el mundo. Estados Unidos y Europa, por una parte, enfrentados a China y su socio Rusia; a estos se le une Irán, y eventualmente India y Turquía. Pero no serán alineaciones mecánicas o simples, pues muchos jugadores tendrán movimientos e intereses que defenderán a partir de mantener grados significativos de autonomía. Por otra parte, el desacople entre China, Estados Unidos, y China y Europa no es sencillo, hay profundos vínculos y encadenamientos productivos y de negocios. Las grandes corporaciones occidentales están en China y no querrán salir del mercado más grande del mundo. Así que todo esto no es blanco y negro.

Es también necesario destacar que Rusia y China no son países homogéneos, sino que en ellos hay sectores que tienen preferencias o intereses contrapuestos. En Rusia, por ejemplo, la directora del Banco Central es considerada por un prominente economista ruso como una persona alineada con las políticas del Fondo Monetario y los intereses de occidente. No obstante, Putin la ratificó como presidenta del banco central ¿Cómo habría que leer eso? Igual en China, hay sectores que han mirado a occidente, y que han hecho grandes negocios en Europa y Estados Unidos, esos sectores no van a renunciar fácilmente a esa relación beneficiosa. Lo mismo ocurre si se mira hacia Estados Unidos. Las grandes corporaciones han hecho extraordinarios negocios en China y han estado felices con esto ¿Se van a ir dejando atrás el entorno de negocios más dinámico del mundo? No hay una respuesta aún para eso. Lo que si es cierto es que la ofensiva económica, cultural y política contra Rusia; y el costo que para el resto del planeta tiene la institucionalidad (dólar incluido) impuesta por Estados Unidos, más su hegemonismo asfixiante hace imposible que Rusia, China, Irán, la India, Turquía, y muchos otros países del medio oriente, África y América Latina lo puedan ignorar. Hay una gran confrontación en marcha, entre el viejo hegemón imperial –Estados Unidos- y China y Rusia, como fuerzas contra hegemónicas, y esto va a afectar a todo el planeta.

Ya el escenario mundial muestra una gran crisis internacional que se puede asociar a:

  • Una gran inflación en Estados Unidos y Europa;
  • Crisis alimentaria y subida del costo de los alimentos, lo cual va a golpear fuertemente a las mayorías sociales en todas partes.
  • Aumento de las materias primas, cosa que podría beneficiar, o ya está beneficiando a algunos países de América Latina, aquellos que tiene petróleo, y minerales entre otras cosas.
  • El aumento del precio de los hidrocarburos va a afectar profundamente a la economía mundial. En nada va a ayudar a Europa y Estados Unidos a mejorar la economía. Europa se va a volver menos competitiva frente a China, que va a comprar petróleo ruso a un mejor precio. En general el aumento del petróleo será un factor inflacionario de alto poder.
  • Contracción del mercado mundial. Luego de la crisis del 2007-2008 el crecimiento que había experimentado el comercio internacional se hizo más lenta, incluso pasó a crecer menos que el PIB mundial. Este será un factor, que según algunos analistas también sería un curso negativo, o sea, menos crecimiento a la luz de este conjunto de factores críticos que afectan el desempeño de la economía mundo capitalista.
  • Nueva crisis de las cadenas globales de abastecimiento por la guerra y los problemas con el Covid19 en China. Otra vez, igual que cuando el covid19 las cadenas de abastecimiento global se encuentran en problemas, pues China ha tenido que meter en cuarentena algunos de los lugares más relevantes de sus estructuras industriales, pues ha habido rebrotes de la enfermedad. La globalización, otra vez, en un intervalo muy corto, muestra inconvenientes que en medio de la euforia que prevaleció años atrás por parte de los globalistas, nunca se pensaron como posibilidad. Ahora simplemente es un hecho, la globalización se desordena y fragmenta a una velocidad cada vez mayor.

Todo lo anterior hace pensar a algunos analistas en la necesidad de procesos económicos más auto centrados. De hecho, China, ha manifestado que pretende ser autosuficiente para protegerse de la eventualidad de problemas de abastecimiento o sanciones al estilo de las que impone Estados Unidos. Rusia simplemente tendrá que hacerlo como lo hizo Irán ¿Hacia dónde va la globalización?

También hay quienes consideran que luego de un marcado debilitamiento de los estados nacionales, otra vez, al calor del debilitamiento de la globalización, surge la necesidad de reconstruir las soberanías nacionales y procesos más auto centrados en los distintos países.

La sociedad costarricense

En estos últimos 35 años  la sociedad costarricense ha pasado, paulatinamente, de ser un “estado-social” orientado por el capital industrial y agrario nacional, con una tradición reformista constituida en las décadas que van de de 1940 a 1960, con capacidad hegemónica, a uno dominado fundamentalmente por el capital financiero y especulativo, así como por el capital transnacional, exportador e importador; ha habido grandes cambios institucionales, económicos y políticos.

En términos institucionales los objetivos y las acciones de las instituciones se fueron modificando gradualmente. Los proyectos de construcción de vivienda social prácticamente desaparecieron. El Ministerio de Agricultura y el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) dejaron de dar asistencia técnica a los pequeños y medianos agricultores. El IDA, que no hizo mucho en cuanto al tema de la reforma agraria –en realidad nunca la hubo-, pero que distribuyó algunas tierras, dejó de hacerlo.

La Caja Costarricense del Seguro Social, que ha sido una institución fundamental para la estabilidad político-social costarricense, está cada vez más debilitada. Un aspecto central para entender esto es que a la fecha de hoy 2022, un 50% de la fuerza de trabajo costarricense está en la informalidad, o sea que no cotiza para el régimen de la Caja. Las consecuencias de esto en el mediano plazo son devastadoras. No hay institucionalidad social posible en una sociedad en la cual la mitad de la población no participa de la economía formal. Y tal cosa ni siquiera fue tema en la campaña que recién pasó.

Costa Rica pasó de ser una economía con un cierto desarrollo del mercado interno, para convertirse en una economía extrovertida dirigida al mercado internacional. El desarrollo industrial sustitutivo de importaciones y vinculado al mercado común centroamericano de la década de 1960-1970, desapareció; y las empresas que quedaron pasaron a manos del capital transnacional. Ahora el desarrollo industrial se encuentra concentrado en las Zonas Francas, que son centros en los que el capital transnacional opera, y forman parte de una cadena de valor internacional que no tiene encadenamientos internos, pues son enclaves del capital extranjero que no producen ningún desarrollo. Por cierto, estas Zonas Francas se concentran fundamentalmente en el Valle Central.

Los sectores de la burguesía que fueron desplazados de las actividades productivas e industriales, pasaron a ser gerentes de las inversores extranjeros, socios de la banca privada, especuladores, inversores en bienes raíces, importadores, pero en todo caso, posiblemente la mayoría se salió de las actividades productivas. Tal vez, algunos se pudieron refugiar en actividades agrícolas, por cierto, altamente concentradas como la piña, el banano, el melón, el azúcar, que son fundamentalmente productos de exportación. En Costa Rica las actividades industriales vinculadas al mercado interno y a la burguesía nacional disminuyeron notablemente. En las zonas francas hay actividades tecnológicas, pero estas se realizan por parte de empresas transnacionales, cuyas tecnologías forman parte de sus patrimonios de conocimiento, que no se comparten ni trasladan hacia los lugares geográficos en los que operan estas empresas.

Desde hace 35 años o más, la consigna del estado en materia económica es que hay que atraer inversión extranjera para el desarrollo. Pero esta inversión no está acompañada de requisitos, ni de planes públicos que la orienten; así que el desarrollo nunca se produce, puesto que el capital extranjero invierte para obtener ganancias, no para producir algún desarrollo. No hay transferencia tecnológica o  encadenamientos significativos con el mercado interno y las empresas locales. La presencia de estas inversiones extranjeras en términos de potenciar las estructuras de la economía local, es inexistente.

Los partidos políticos se fueron haciendo cada vez más electorales, sobre todo Liberación Nacional, que fue uno de los protagonistas de la reforma social de las décadas que van de 1940 a 1960; para luego convertirse en el partido que hizo las grandes transformaciones que desestructuraron la reforma social, y en su lugar constituyeron un estado al servicio de los procesos de globalización y acumulación orientados por el capital transnacional.

Liberación fue el partido de la burguesía costarricense que construyó el estado con base industrial dependiente y diversificación del agro, junto con políticas de distribución social, y una institucionalidad que atendió necesidades económicas y  sociales de las mayorías. Fue un  partido estructurado que realizaba congresos, que debatía ideológicamente, que formaba cuadros y que tenía a su interior fracciones que iban desde los liberales reformistas, hasta los neoliberales, pasando por sectores que pugnaban por transformaciones más radicales a favor de las mayorías sociales (véase el Manifiesto de Patio de Agua). Eso ya no existe, el partido fue demolido paulatinamente, y hoy lo que queda es una estructura electoral vacía en la cual no hay debate, ni propuestas consistentes, que sean construidas a partir de las necesidades del desarrollo del capitalismo en Costa Rica.

Hoy la burguesía costarricense no tiene partidos políticos orgánicos que piensen su realidad histórica política, ni grandes institutos, ni tanques de pensamiento, ni nada significativo que oriente de forma discernida y crítica el rumbo del capitalismo en el país. Simplemente en una sociedad mercado céntrica hay que dejar que el mercado decida, ya no es necesario reflexionar nada, el mercado proveerá. Hoy los intelectuales orgánicos del capital, cito a un amigo, son  los publicistas; y tal vez, algunos periodistas o directores de medios, que no guardan ninguna distancia crítica frente a sus patrones. Son en lo fundamental sirvientes de tiempo completo, por eso, de ellos no se puede esperar nada. A esto hay que agregarle la enorme ignorancia que los acompaña por deformación, y que no ayuda en nada a la hora de abordar los grandes temas sociales, económicos y políticos de la sociedad costarricense.

El campo popular se quedó sin expresiones político organizadas de izquierda desde prácticamente la segunda mitad de la década de 1980. La izquierda desapareció. Algunos otros movimientos sociales y gremiales y otras formas de organización social, no han hecho más que debilitarse. En estos años hubo algunos eventos muy significativos en el campo de las luchas sociales como el Combo del ICE, o el referendo para definir si se firmaba un tratado comercial con Estados Unidos o no. En el primer caso –el Combo del ICE- hubo una gran victoria popular, pero que no fue seguida de un proceso de organización social y fortalecimiento orgánico del campo popular. En el segundo caso hubo una gran derrota que debilitó, dispersó, y amilanó el campo popular, hasta la fecha.

El frente gremial es débil y disperso; además economicista y coyuntural. No se perciben vientos de cambio en este frente, ni buenas nuevas. En el campo del agro desde hace años que el movimiento campesino se dispersó, se debilitó cuantitativamente y organizativamente, así que no ha protagonizado luchas o movimientos significativos.

Los movimientos estudiantiles de las universidades públicas y el sector público de secundaria, no han tenido ningún protagonismo relevante en más de una década, al menos. Los jóvenes no muestran mayor interés por la política como un espacio para la transformación social y la organización del campo popular. No se organizan, no se movilizan. Su campo de “acción” son las redes sociales, y ciertas formas de socialización no políticas. Entre los sectores populares los jóvenes se exponen al desempleo, las dificultades para estudiar, la propagación de las drogas y las estructuras mafiosas que la acompañan, la ausencia de políticas públicas para atender sus necesidades; y además, la conformación de escenarios mediáticos con contenidos fundamentalmente alienantes y diversionistas que los atrapan. Los contenidos de los mensajes televisados, en YouTube, en las redes sociales, presentan estilos de vida derrochadores y opulentos, ostentados por cantantes y otros personajes mediáticos, que se convierten en modelos a seguir.

En estos espacios mediáticos y redes sociales se construye un mundo francamente opuesto a las condiciones de vida de las mayorías, que no existe más que para pequeños grupos, o simplemente es una construcción fantástica; la propuesta es una sociedad envilecida sustentada en el “salvase quién pueda”, sin ningún reparo por la tragedia de grandes sectores de la población sumidos en la pobreza. Ya no se trata de un mundo mejor para todos, sino, solo, de un mundo de opulencia, derroche y evasión para mí, desde el cual mirar la pobreza y la miseria humana producida por el capitalismo, sin ningún tipo de reparo crítico. Todo eso con la conciencia tranquila.

El movimiento comunal parece sumido siempre en una dimensión muy acotada, resolviendo asuntos relacionados con el ornato, el estado de los caminos del vecindario, los problemas de inseguridad, la administración del salón comunal y cosas por el estilo, sin mayor significado. No hay un movimiento nacional, ni discusiones relacionadas con el bienestar de las personas de las comunidades, ni sobre las grandes carencias de las barriadas populares.

En los últimos años han sido los algunos pueblos indígenas, y particularmente algunos sectores politizados, los que han levantado las banderas de la autonomía de los territorios en los que habitan, y a su vez, han estado recuperando las tierras de los territorios indígenas en manos de personas no indignes. Ya esto les ha costado la vida a dos indígenas en los territorios. Los gobiernos del PAC han ignorado completamente estas luchas y se han negado a intervenir para garantizarles a estos pueblos su derecho al acceso a tierras que les pertenecen. Esta misma indiferencia de los gobiernos y los estados se ha mostrado en las Universidades, ambientalistas, grupos de feministas, que no han hecho mayor cosa. La sociedad costarricense ha sido indiferente frente al drama de los pueblos indígenas. Los grandes medios que con frecuencia denuncian los “abusos a los derechos humanos en Venezuela, Cuba” y otros países, no dicen nada al respecto.

Tal vez, entre las mujeres feministas jóvenes ha habido algunas manifestaciones fuertes para denunciar el patriarcado y las condiciones subordinadas de las mujeres en esta sociedad. Sin embargo, por ahora sus alcances han sido limitados, pero al menos es relevante que se hayan manifestado de forma independiente y crítica.

En sector público es donde existe más organización de la clase trabajadora, eso sí, con una orientación reivindicativa y economicista de corto plazo, que siempre, o casi siempre, ha ignorado la suerte de sus compañeros y compañeras de clase del sector privado, en donde la organización de los trabajadores es casi inexistente. Las condiciones de trabajo, salarios y garantías sociales entre uno y otro sector muestran fuertes diferencias a favor de los empleados públicos que tradicionalmente han tenido más libertad para organizarse. En cambio los trabajadores privados siempre han sido reprimidos, tienen salarios más bajos y condiciones en general de trabajo de mayor explotación que en el campo público. Esto de alguna manera crea una fractura entre estos sectores de trabajadores. Muchos trabajadores del campo  privado se han convencido de que las condiciones laborales en el campo público son un privilegio que hay que eliminar.

Nunca, o casi nunca, ha sido posible que entre estos sectores de trabajadores se creen colaboraciones para enfrentar las condiciones de explotación realizadas por el sector patronal. Esto es una extraordinaria limitación de la clase trabajadora costarricense, que además del economicismo, tiene una visión muy limitada de la lucha política y social basada en criterios puramente fragmentarios; así, cada sector defiende sus intereses, pero no se logra conformar una propuesta política reivindicativa que logre hacer confluir los distintos sectores en un frente común contra el capital. Se vive una especie de felicidad de la corporativización de la lucha social.

El campo popular tampoco tiene una expresión política propia que oriente sus luchas y que le haga frente al capitalismo puro y duro (como decía Samir Amín) que se ha instalado en los últimos años. El campo popular está completamente desarmado frente al capital.

En el terreno político partidario, el Frente Amplio ha sido una fuerza puramente electoral que tuvo alguna presencia destacada en la asamblea legislativa durante la administración Solís, sin embargo, su desempeño fue tan desteñido e irrelevante que luego de tener 9 diputados, pasó a 1. Luego, su presidenta fue ministra de la condición de la mujer, en el gobierno de Alvarado. Abaló con su presencia en el gobierno del Partido Acción Ciudadana todas las políticas que se impulsaron contra el campo popular; y sobre todo, la desatención a las demandas populares y la represión que el gobierno de Carlos Alvarado llevó a cabo contra algunas luchas del campo social.

Ahora el Frente tuvo 6 diputados. Ninguno de ellos representa un vínculo con algún sector social destacado o beligerante. Parece que el Frente acota su accionar político a la asamblea, escenario que está completamente dominado por agrupaciones que representan los intereses dominantes, sin ningún contrapeso significativo. El FA ¿continuará “atrincherado” en el parlamento, sin poder construir un vínculo con el campo popular, que es de por sí débil orgánicamente? ¿Cuál será la propuesta desde ahí? Si no se logra algún grado de articulación con el campo popular, su presencia en el parlamento será irrelevante en el contexto político costarricense.

Los únicos partidos de izquierda que aún perviven son los troskistas, pero su número, peso y extensión en el territorio y entre los distintos sectores del campo popular, no es significativo. Tienen presencia en el sindicato de Acueductos y Alcantarillados desde donde han denunciado irregularidades que se han cometido en la institución.

Los resultados de las elecciones de febrero de 2022

En las elecciones de febrero del 2022 se presentaron más de 20 partidos. Enumerarlos no tiene sentido, pues el peso y el protagonismo de la gran mayoría fue irrelevante. Igualmente vale para sus propuestas programáticas, que son improvisaciones con pretensiones puramente electorales. Además, nadie le da seguimiento a los programas de los partidos que ganan las elecciones, puesto que se asume que esto es fundamentalmente un requisito para participar. Por ello, los contenidos de la mayoría de los programas de los partidos son irrelevantes, salvo en algunos casos, en particular cuando estos contenidos se relacionan con las directrices de los organismos internacionales, o los intereses de las fracciones del capital que ganan las elecciones. En este último caso la aplicación del programa es selectivo, y tiene que ver con la capacidad que tienen las distintas clases y sectores de clase para imponer sus intereses. Si un sector poderoso requiere de una ley, una política o la transformación de algo en el sector público, eso será prioridad para el gobierno de turno, en tanto ese sector económico tenga el peso y poder suficiente para imponerlo. A nadie se le ocurriría ahora volver a proponer la nacionalización de la banca, puesto que el peso del capital bancario y financiero es simplemente dominante, y una cosa de ese tipo no la permitiría. Es un asunto de correlación de fuerzas.

Aspectos relevantes del resultado de la elección del 2022

Liberación y la Unidad Social Cristiana nuevamente no pudieron alcanzar el ejecutivo. Liberación sí tuvo una mayoría en la Asamblea Legislativa. La Unidad tuvo una representación suficiente para no desaparecer. El Partido Acción Ciudadana prácticamente desapareció del escenario electoral luego del gobierno de Carlos Alvarado; no obtuvieron un solo diputado.

Nuevamente un personaje desconocido gana las elecciones. Esto dice sobre todo de la desconfianza que el electorado tiene en los partidos tradicionales como Liberación y la Unidad, y el desprecio que sienten por sus figuras políticas tradicionales. Tal distanciamiento de los partidos que tradicionalmente ejercieron la dirección del estado a favor del bloque dominante y sus distintas fracciones, no necesariamente es el resultado de un proceso de politización de las mayorías sociales, y de la emergencia de algo propio del campo popular, que se oponga como proyecto político económico a la dominación actual. Por ahora es un asunto puramente reactivo.

El nuevo presidente es un hombre del Banco Mundial, o sea, un representante de ese capitalismo puro y duro. Entiéndase: menos estado, más inversión extranjera, una economía volcada hacia afuera, una política fiscal regresiva, se continuará con la desindustrialización, el agro seguirá siendo una actividad con poca atención pública, para decir lo menos. Y, por supuesto, las demandas reivindicativas que se puedan gestar en estos próximos años por parte del campo popular no serán escuchadas. Salvo, por supuesto, que estas tengan tras de sí una fuerza organizada y beligerante. Tal escenario es poco probable. Lo que sí es posible, es una atmósfera de conflictos sociales fragmentarios en el que distintos sectores sociales asfixiados por la inflación, el desempleo, la informalidad, la falta de servicios, los bajos salarios, se lancen a luchar de forma bastante espontánea y desordenada.

Un par de cosas que son indicadores de los contenidos y la orientación de la campaña pasada:

En Costa Rica el 50% de la población laboral está en condición de informalidad, este es un dato aplastante. Sin embargo, ninguno de los candidatos se refirió a este tema. Es algo asumido como una realidad de la que no se habla. Uno interpretaría que los sectores dominantes simplemente dan por un hecho que frente a esto no se puede hacer nada, así que ni siquiera se discute.

Lo otro de gran importancia, incluso a la luz del complejo escenario internacional que se está fraguando con la guerra y la lucha por la hegemonía mundial, es el campo de la agricultura. En Costa Rica no hay políticas para amparar la agricultura local y fortalecer la producción de alimentos  para el consumo popular. Esto debería ser un asunto de gran urgencia, frente al incremento de los precios de los productos agrícolas y la escasez de muchos de ellos en los mercados internacionales; a la par del incremento de los precios de los fertilizantes. El tema de los alimentos es un asunto de vida o muerte para los pueblos. Pero en la campaña pasada de esto ni siquiera se habló. La agenda política estuvo más centrada en los ataques personales y en asuntos de orden puntual, como la corrupción, que en temas que fueran de relevancia para las mayorías sociales. Si no se discute el modelo de acumulación (capitalismo puro y duro dominado por el capital financiero) y sus implicaciones sobre la vida de las mayorías, entonces los temas como la corrupción, u otros asuntos puntuales, resultan irrelevantes.

Otro tema ausente del “debate” electoral fue la situación internacional. Para los políticos costarricenses el mundo externo es como si no existiera, muy paradójico en un país que tiene una economía abierta y extrovertida que, por lo tanto, depende de los movimientos de la situación internacional.

En el marco electoral, la gran prensa costarricense, Canal 7, La Nación, Repretel apostaron al final por el candidato de Liberación Nacional. Presentaron al otro candidato, al que ganó las elecciones, como un corrupto, autoritario y depravado. No se trata solamente de si son ciertas o no las acusaciones, sino, simplemente, de que el otro candidato (el de Liberación Nacional que perdió) tenía expedientes parecidos, pero en este caso no se insistió en sus faltas. Lo que en uno era inaceptable, en el otro no consistía en un problema. El carácter de la gran prensa quedó al desnudo. La gran prensa quedó evidenciada como un aparato que busca una y otra vez modelar el pensamiento de la gente en correspondencia con los objetivos y necesidades de los grupos dominantes. Lo interesante es que a pesar de la campaña organizada desde arriba, el candidato de la gran prensa, el hombre de Liberación Nacional, no quedó. ¿Por qué la gran prensa consideró al candidato de Liberación Nacional, mejor que el otro? Tal vez, porque Liberación tiene más trayectoria política que el otro partido, que recién fue constituido y no tiene ninguna experiencia de nada. Pero esto es solo un intento de explicación, habría que investigar más al respecto.

Por otra parte, la gran prensa estaba inquieta por el aumento del abstencionismo que llegó al 40 % en la primera vuelta. Entonces, junto al Tribunal Supremo de Elecciones plantearon una campaña para reducir el abstencionismo. El abstencionismo no se redujo y la campaña desplegada por la prensa para reducirlo fue ignorada por los votantes. Otra vez la prensa no logró su objetivo. La gran prensa no pudo manipular a la gente en cuanto a escoger quién debería de gobernar el país, ni tampoco pudieron reducir el abstencionismo. Fue un doble desacierto. Luego hicieron como si no hubiera pasado nada. Era lo esperable.

Que se puede esperar para los próximos meses en Costa Rica

La posible recesión o crecimiento modesto de las economías de Estados Unidos y Europa van a impactar negativamente la sociedad costarricense.

El tema alimentario es crucial para cualquier país, y el precio de los alimentos parece que se puede disparar en los próximos meses. Costa Rica podría ser un país que aspire a tener cierta soberanía alimentaria, pero esto requiere de una política pública sólida y comprometida con tal cosa. Eso no existe. Como se indicó anteriormente, ese tema ni siquiera se discutió en la campaña pasada.

Si se mira al campo popular, el sector de agricultores está pobremente organizado y su voz no tiene peso político. Otros sectores sociales organizados podrían tener interés en que el país sea solvente en materia alimentaria, pero esto supondría tener una mirada más allá de la inmediatez reivindicativa y economicista, así que el campo popular en este caso tampoco tiene mucho que decir.

El escenario económico:

  • Desempleo que va más allá del 10%
  • Cerca del 50% de informalidad
  • Aumento en el costo de la vida e inflación
  • Estancamiento de los salarios
  • Posible contracción de las exportaciones y las importaciones
  • Habrá que esperar para ver cómo se comporta la inversión extranjera, en un escenario de crisis global.

Esto solo para mencionar algunos aspectos de gran relevancia que van a desmejorar más la vida de los sectores populares. Cada vez más, las condiciones que cimentaron la hegemonía política del capital sobre el trabajo en Costa Rica, se deterioran más; esto no se traduce, por cierto, en una crisis de hegemonía, pero sí en un escenario cada vez más inestable.

Se perfila un estilo de gobierno que pretende asimilarse la gestión púbica a la empresarial. En medio de la profunda crisis del capitalismo occidental y de la fragmentación o regionalización del capitalismo global; en el caso de Costa Rica, se apuesta por un estilo anclado en los dogmas neoliberales o mercado centristas, y en la asimilación de lo público y lo privado a partir de intentar replicar lo privado en lo público, puesto que se supone que lo privado es sinónimo de eficiencia y corrección, que hace falta aplicar en el campo de lo público para hacerlo eficiente.

Más allá del equipo que el nuevo presidente determine para que lo acompañe, este se va a encuadrar en un guion no solo conocido, sino que además, dentro de lo conocido, el guion que se propone es radical. Si las cosas no han funcionado o funcionan mal, lo que hay que hacer es subordinar cada vez más la lógica del estado y lo público a los criterios de eficiencia empresariales y el mercado. Y, a la par de esto, profundizar los vínculos y las consultas con los distintos sectores privados para poder interpretar más fielmente sus necesidades. Este será un gobierno aún más cercano al mundo empresarial que los anteriores; ya el estado no pretende ninguna autonomía frente al capital, para corregirlo y proteger a los sectores dominantes de sus propios excesos peligrosos para la estabilidad social y política. Ahora, más bien, se trata de interpretar adecuadamente los impulsos del mercado, y las exigencias de los empresarios.

El nuevo presidente fue el encargado de la oficina del Banco Mundial en Indonesia, la agenda del Banco en ese archipiélago fue impulsar los negocios, atraer inversiones, desregulación de diversas áreas, reducción de impuestos, facilitación de procedimientos administrativos; esto tuvo consecuencias sociales para los sectores indígenas de Indonesia, pues descuidó los derechos de los indígenas a la tierra, entre otras cosas. Evidentemente, ahora Chávez no es un funcionario del Banco Mundial, pero, es un economista entrenado en esas políticas económicas, y convencido de su necesidad. Lo esperable es una agenda económica y política inspirada en las políticas y acciones que él normalmente ha aplicado con el Banco Mundial, y que considera apropiadas. Otra vez, los beneficiados serán los sectores financieros, exportadores, importadores, y los inversionistas internacionales. A estos últimos, siempre se les considera depositarios de una esperanza mágica, en tanto en el relato dominante se afirma que el capital extranjero es realmente el que propiciará con sus inversiones el desarrollo. Luego de 40 años de este discurso, el desarrollo sigue sin concretarse.

Chávez inicia su gestión con un proceso público para contratar al personal que va a fungir al frente de los ministerios, es decir, a los ministros y ministras. Al no tener un partido o una estructura política con cuadros y trayectoria propia, entonces, al mejor estilo de cualquier empresa privada, la contratación de los funcionarios de más alto rango en los ministerios se hizo por medio de un concurso en el cual los postulantes pusieron su currículo a disposición del presidente, para que este escogiera, como lo haría un buen gerente de una gran empresa. Una de las ministras designadas indicaba que ella nunca había visto a Chávez, sino hasta el momento en que la entrevistó para el cargo en el que luego fue electa. Ciertamente, en este caso no hay equipo de gobierno, ni procesos previos, que garanticen que estos designados desconocidos puedan articular sus trabajos de una forma más o menos colaborativa y fluida. Luego, Chávez, indicó también, que estos ministros y ministras tendrán que definir su entorno de colaboradores y hacerse responsables por esto. El gobierno que se está yendo se caracterizó, entre otras cosas, por mostrar un gabinete inestable en lo que respecta a las cabezas de los ministerios. Este gobierno que entra parece que andará un camino similar, o más inestable.

El presidente electo, en varias oportunidades, se ha referido a un diagnóstico de lo económico, sin embargo, no está claro si ese diagnóstico ya existe, y sobre él se asentarán las directrices y políticas gubernamentales, o si se refiere a algo que hay que hacer. En todo caso, en ningún momento, hasta ahora, ha hecho público, desde su punto de vista, una caracterización económica del país.

También Chávez habla de establecer consensos con el parlamento. Ya se reunió con la fracción de Liberación Nacional –la más grande-, y también con el conjunto de los diputados electos.

Por otra parte, este gobierno, a pesar de haber ganado las elecciones, carece de apoyo social y  de respaldo político orgánico propio. Tiene, además, una insuficiente representación en la Asamblea. Esto lo pone en una situación difícil. Se tendrá que apoyar en las cámaras patronales que han tenido un peso determinante desde hace años, y prácticamente han cogobernado. Tendrá que negociar hábilmente con la Asamblea Legislativa y particularmente con Liberación Nacional.

El 30 de abril del 2022 se anunció un acuerdo multipartidario: “por una Costa Rica transparente, equitativa y próspera y sostenible”. En este acuerdo participan Liberación Nacional, La Unidad Socialcristiana, Nueva República y el Liberal Progresista. Firmado por un total de 41 diputados. Este acuerdo no tiene como sustentación ninguna lectura o diagnóstico de los problemas sociales, económicos o políticos de la sociedad costarricense, seguramente que no es necesario en una sociedad de pensamiento único, cuyos referentes fundamentales a la hora de establecer las políticas públicas y económicas son el consenso de Washington, el Fondo Monetario, el Banco Mundial y más recientemente la OCDE. La burguesía costarricense y su personal político no tienen cabeza propia para pensar su realidad. Se mencionan como temas relevantes  para este frente legislativo concertado asuntos como: la transparencia, la búsqueda de consensos, la búsqueda del incremento sostenido de la eficiencia del estado, la falta de empleo, lo que ellos llaman el apagón educativo, entre otras cosas.

No parece que entre este sector mayoritario de la Asamblea Legislativa y Chávez hayan diferencias irreconciliables en cuanto a las políticas económicas que se deban aplicar. Tampoco parece que haya discrepancias en cuanto el tema del estado y a la necesidad del “hacerlo más pequeño y eficiente”, que ha sido parte fundamental del discurso neoliberal dominante que todos estos sectores suscriben. Las diferencias pueden surgir, eso sí, cuanto toque impulsar políticas económicas que tengan un efecto selectivo sobre las distintas fracciones de clase, de tal modo que eventualmente puedan favorecer más a unos sectores que otros. O si eventualmente Chávez decidiera tomar decisiones que afecten a sectores económicos que tienen representación fuerte en estos partidos. Como podría ser el caso de los cogeneradores eléctricos privados que se benefician de las políticas del Instituto Costarricense de Electricidad. Estos sectores tienen un anclaje en Liberación Nacional, así que si eventualmente Chávez quisiera cumplir su promesa de campaña de tocar los intereses de este grupo, podría tener roces con la bancada liberacionista. Pero en general, las políticas de apertura económica, achicamiento del estado, motivación a la inversión extranjera, liberalización económica, y otros elementos más del credo neoliberal no están en duda.

El domingo 30 de mayo, fue electo Rodrigo Arias como presidente de la entrante Asamblea Legislativa, con el apoyo de 50 diputados, prácticamente todos los miembros del congreso, incluidos los diputados del partido gobernante. Rodrigo Arias no solamente es un partidario del capitalismo puro y duro, de ideología neoliberal, sino que también una figura principal de la política de los sectores oligárquicos de Costa Rica. Así que las políticas neoliberales de los últimos años no solamente continuarán, sino que se van a acentuar. Es muy posible que pronto se estén concretando acuerdos para terminar con asuntos de la reforma del estado que estaban pendientes. Igualmente, hay mejores condiciones para que se apruebe una la ley de empleo público fuertemente restrictiva con respecto a algunos logros obtenidos por ese sector en años pasados.

Rodrigo Arias no hubiera ganado una candidatura para representar a Liberación Nacional, menos aún, unas elecciones nacionales. Pero en el marco de las estructuras de la democracia representativa, no solo gana en las elecciones de la Asamblea, sino que lo hace casi de forma unánime. Las estructuras representativas de la democracia costarricense funcionan muy bien, pero para la oligarquía y su personal político, solamente.

También, algunos voceros de Chávez han declarado públicamente que el país está quebrado, o en una situación financiera crítica ¿qué se seguirá de esto? Se va a plantear, acaso, que para enfrentar esta situación hay que vender activos del estado ¿Cuáles irán a ser esos activos? ¿Se irá a proponer un plan de austeridad desde el gobierno, y se va a recortar la inversión pública y el presupuesto de los ministerios? Desde la perspectiva de este economista del Banco Mundial, eso sería plausible. Pero aún no se ha pronunciado al respecto. Sus pocos pronunciamientos públicos han sido completamente anodinos.

Desde el campo popular organizado, o lo que queda de él, no se vislumbra ningún proceso orientado a lograr acuerdos para enfrentar lo que posiblemente sea la continuación de la embestida del capital sobre el trabajo y la población pobre. Hasta la fecha no ha sido posible un acuerdo político entre los sindicatos, y entre estos, y otras fuerzas sociales  para presentar un frente común, ante el capitalismo puro y duro que se propone, y que se haya expresado de manera pública en un frente gremial-político con una estrategia o programa propios.

Lo que sí es esperable, son movimientos espontáneos de lucha por la supervivencia de muchos sectores sociales, que están cada vez más amenazados por el proceso creciente de desorganización y crisis del régimen capitalista. Serán expresiones sin mucha conducción, pero eventualmente se podrán radicalizar en el proceso, y terminar enfrentados con las fuerzas represivas del gobierno para configurar escenarios de conflicto social creciente, sin conducción política desde el campo popular.

Por otra parte, el capitalismo global se está fracturando de manera irreversible, y la llamada globalización está en franca crisis. Esto implica que hay un proceso de reorganización del capitalismo mundial. China y Rusia y otros países con peso regional o mundial están construyendo otra institucionalidad y formas de relacionamiento propios, fuera de la hegemonía de Estados Unidos y Europa. Esto también repercutirá en todos los espacios geopolíticos del planeta, y en cada uno de los estados nacionales. Ya algunos analistas hablan del resurgimiento de los estados nacionales con soberanía, frente a la crisis y el descontrol de una globalización que naufraga ¿qué tiene que decir y hacer un gobierno como este? ¿Se apegará este gobierno al manual ortodoxo de la globalización neoliberal y a las recetas del Banco Mundial y el Fondo Monetario?

Los influjos de la economía mundial traen inflación, inestabilidad, crisis del capitalismo mundial y guerra en el campo económico, militar, propagandístico, geopolítico e ideológico. El globalismo occidental liderado por Estados Unidos, y sus aliados subalternos: la OTAN, la UE, y Japón, se enfrentan agresivamente a las potencias capitalistas contra hegemónicas de China y Rusia, y al gran proyecto de la ruta de la seda y la construcción de un capitalismo policéntrico. Esto no lo puede ignorar ningún gobierno. En principio es esperable el alineamiento de esto gobierno con los intereses de los países centrales de occidente.

Por ahora, sin entrar en un análisis detallado, parece que el personal que estará a cargo de los ministerios, ideológicamente es tributario del neoliberalismo que ha campeado triunfante hasta la fecha en el país. Los acuerdos a los que han llegado las distintas fracciones de la asamblea, el nombramiento casi unánime de Rodrigo Arias y la presencia de un funcionario del Banco Mundial en la presidencia del país, auguran un alineamiento de todas las fuerzas políticas en favor de un consenso neoliberal en momentos de crisis internacional y nacional. Lo que viene no solo es más de lo mismo, sino que es un agrupamiento de las fuerzas del statu quo en torno a la defensa de las estructuras y políticas, que han sido producidas por los sectores dominantes en las últimas décadas, y su respectiva profundización hasta las últimas consecuencias. Rodrigo Arias, incluso, se pregunta: ¿Qué esfuerzos tendremos que hacer para que se entienda que no hay cambios sin sacrificios, que no hay cambios sin provocar fracturas y efectos no deseados pero críticos y necesarios para Costa Rica? Parece que la mano viene dura.

La crisis del capitalismo global y su fractura se traduce en inflación, e inestabilidad económica, acompañado esto de la contracción de los mercados globales y la recesión en los países centrales. Para un país como Costa Rica, con una economía extrovertida y dependiente del mercado de Estados Unidos esto no augura más que inestabilidad, inflación, contracción  económica, posible caída de las exportaciones. Todo esto recaerá con furia en las espaladas de las mayorías sociales. Las condiciones para una crisis social, económica y política más profunda están simplemente sembradas. La forma en que esta crisis se va a desplegar es lo que está por verse.

Esta crisis tendrá una manifestación desigual, no solo en términos sociales, sino también geográficos. Las regiones más empobrecidas y afectadas por otros factores, como el cambio climático, serán zonas altamente vulnerables. Los pobres, los desempleados, los adultos pobres, los jóvenes del campo popular, las mujeres de capas medias y populares, la economía campesina, la economía informal serán sectores y grupos sociales con los cuales la crisis se va a ensañar. Los elementos para la inestabilidad y el conflicto social están a la orden del día.

Algunas Conclusiones

La globalización capitalista neoliberal, bajo la forma de un desarrollo desigual, ha profundizado las contradicciones económicas y geopolíticas a escala global, y ha producido grandes fracturas. El dinamismo económico desde hace algún tiempo se trasladó hacia las economías y mercados asiáticos. Esto permitió, entre otras cosas, el surgimiento de China como una gran economía, y como una protagonista geopolítica de primer orden. La crisis financiera del 2007-2008, y luego la pandemia del civd19 (como un factor interviniente), así como la guerra en Ucrania y la respuesta de Estados Unidos y la OTAN a este conflicto, han acelerado las distintas contradicciones (económicas, geopolíticas, institucionales) entre China y Rusia, y el bloque occidental liderado por Estados Unidos. Se ha producido una gran fractura. China, Rusia, Irán, y otros organismos centroeuropeos de cooperación económica y  de Asia central, están construyendo una vía propia en el marco del capitalismo mundial –siempre capitalista, claro está- , en todos los campos, y esto pasa por ir sustituyendo al dólar como moneda de reserva internacional, cosa que a largo plazo es un golpe demoledor para Estados Unidos.

China continúa con un desarrollo económico que se despliega a una velocidad nunca antes vista, en muy poco tiempo habrá sobrepasado a Estados Unidos como principal economía del planeta. La respuesta de Estados Unidos y sus subordinados de la OTAM y la Unión Europea es una política de sanciones y guerra económica frontal. La idea de una globalización que traería paz y armonía y desarrollo mundial ha quedado en el pasado. El escenario del futuro es la confrontación entre bloques que se disputan la dominancia geopolítica planetaria. Cosa nada nueva en la historia del capitalismo mundial. Está por verse hasta donde llegará el proceso de desacople entre estos bloques, y el papel que jugarán las grandes corporaciones multinacionales, que han sido las principales actoras económicas en la globalización neoliberal.

La crisis de la guerra en Ucrania ha desencadenado una lluvia de sanciones de los países centrales de occidente contra Rusia. En un contexto de fuertes encadenamientos, por una parte, y en el cual todavía el occidente apenas estaba intentando recuperarse de la crisis del covid19 y sus efectos sobre la economía global, se produce esta situación que rápidamente se devuelve sobre Europa y Estados Unidos para producir inflación y estancamiento económico. Algunos analistas auguran una fuerte recesión para Europa y Estados Unidos. Entonces, luego de la crisis del 2007-2008, se configuró un escenario económico mundial que parece mostrar una larga depresión en la que la instabilidad se convirtió en un factor crítico de la economía mundial. Esto tendrá repercusiones en la estabilidad política, social e institucional de los países. Parece que esto va a impactar con particular fuerza en Estados Unidos y Europa y sus respectivas periferias.

Costa Rica es periferia pasiva de Estados Unidos. Si hay una contracción muy fuerte de la economía de ese país en los próximos meses, eso afectará la economía costarricense en tanto una buena parte de sus exportaciones se dirigen a Estados Unidos.

La inflación que se ha provocado por el aumento del petróleo, algunas materias primas y productos agrícolas también se trasladará al mercado interno costarricense. Sus efectos sobre las mayorías sociales y los sectores pobres y excluidos de la economía serán devastadores, pues aún persisten los problemas derivados de las medidas restrictivas que se impusieron para combatir el covid9. Esto cae, de por sí, en una sociedad cuyos rasgos estructurales provocan exclusión y pobreza. La crisis internacional simplemente viene a amplificar lo peor de estos rasgos estructurales en la sociedad costarricense.

Los sectores dominantes, y su personal político, hoy celebran los resultados de una elección que les ha permitido controlar toda la institucionalidad cómodamente. El 1 de mayo de 2022, han celebrado un pacto en el parlamento que le permite a una figura central de la oligarquía costarricense presidir cómodamente ese recinto –Rodrigo Arias- . Ya previamente un grupo de partidos políticos se han puesto de acuerdo para alcanzar un consenso político cerrado en torno al curso neoliberal de los últimos 35 años. No solo se trata de conservarlo, sino de ampliar y profundizar este curso, en medio de una crisis planetaria de la globalización neoliberal.

El campo popular está desarticulado y débil. No tiene expresiones políticas relevantes ni tampoco unidad gremial y reivindicativa. Las mayorías sociales serán fuertemente golpeadas por la crisis económica. Con el agua hasta el cuello muchos sectores sociales van a montar respuestas sobre la marcha. Serán  posiblemente luchas sin conducción de tipo reivindicativo. Dependiendo de la intensidad y la frecuencia el gobierno de Chávez se verá obligado a apelar con mayor intensidad a la represión en las calles, como lo hizo el gobierno saliente cuando fue necesario.

Solamente una gran revisión de las prácticas y las acciones seguidas por los sectores organizados, de la forma más autocrítica, y una gran disposición de los sectores más organizados y consientes del campo popular, podrían eventualmente generar formas de resistencia y lucha que acumulen fuerzas para continuar la resistencia en el futuro, en medio de una gran reorganización y crisis al interior del capitalismo mundial.

¿Por qué las guerras?

Esta guerra entre Rusia y Ucrania es la última guerra preventiva en pleno siglo XXI. Fuente: https://wsimag.com/

A propósito de la invasión de Rusia a Ucrania

7 ABRIL 2022, 

Juan Jaramillo Antillón

Abraham Lincoln, habiendo sido elegido presidente de los Estados Unidos, pero iniciándose en su periodo una guerra civil, entre los estados del norte y del sur (esclavista), decía:

Nosotros rezamos al Señor para que sea nuestra la victoria, porque creemos tener la razón. Pero los del bando contrario le rezan también pidiéndole la victoria, porque creen estar en lo justo. ¡Qué pensará el Señor de nosotros!

La guerra en la sociedad es la más cruel de las violencias, ya que no respeta edad, sexo, discapacidad, religión, ideología, trabajo y, además, destruye la infraestructura de los pueblos o países, y, sobre todo, lesiona la identidad que se estaban forjando los niños; figuras inocentes dentro del juego de la maldad de destrucción político militar de los hombres.

Desde la antigüedad remota al presente el hombre se dio cuenta de que, mediante la agresión que poseía como carácter innato para defenderse, si esta la ejercía en forma violenta, ya sea individual o en grupo, contra otros seres humanos podría obtener cosas como: alimentos, tierras, riquezas, esclavos, espacios naturales para usufructuarlos, etc. Esa actitud de violencia llevó a los humanos a atacar a otros humanos, conquistando así lo anterior, pero destruyendo y matando sin una verdadera necesidad y solo por el provecho que obtenía con esa conducta violenta.

Primero fabricaron armas con piedras y lanzas usando palos de los árboles, luego arcos y flechas, posteriormente hachas y mazos con los que lograban matar con mayor eficacia a los oponentes. Al aparecer los sumerios, en la Mesopotamia hace unos 6,000 años y en otros lugares, se agruparon en poblados y luego en ciudades, y, para proteger sus cultivos de las hordas nómadas que se los querían robar, organizaron grupos de personas para cuidarlos y defenderse de ellos. Con el tiempo a esos grupos se les llamó policías, y luego tropas o ejércitos.

Pero, al tener un ejército protector, surgió la tentación de conquistar otros pueblos o ciudades-estados y, desde entonces esto ya no nunca paró. Las herramientas para uso individual mediante la fuerza física pasaron a segundo plano al inventarse la pólvora, los rifles, los cañones y las bombas y entonces cada pueblo (si podía) y para no estar indefenso se dedicó a buscar cómo obtener las mismas y, armarse hasta los dientes para defenderse según se decía.

Fue así como comenzó desde hace siglos una carrera armamentista que persiste en la actualidad y que eufemísticamente las autoridades civiles y militares de cada país señalan es solamente para obtener el respeto y el temor a una represalia de un «probable agresor o enemigo». Pero, lamentablemente, el marco de la lucha violenta se fue ampliando hasta llegar a la Primera y Segunda Guerras Mundiales de inicio en los años de 1914 y 1939, donde los cultos y cristianos pueblos de Europa se enfrentaron destructivamente, extendiendo la guerra al Asia y haciéndola general. Lo peor es que los pueblos de Alemania e Italia y Japón fueron inducidos mediante el engaño a ir a la guerra sin una justificación adecuada.

No se entiende como los gobiernos de Europa cuando Hitler se anexó Austria, y luego Checoslovaquia, continuaron creyendo en sus cantos de paz, si, este megalómano dictador nazi había escrito lo siguiente:

La naturaleza no ha reservado el suelo europeo para su posesión para ninguna nación en particular, por el contrario, este suelo existe para el pueblo que tenga la fuerza para expropiarlo (Mein Kampf).

Después de un inicio triunfal del grupo nazi-japonés, los llamados «aliados», los Estados Unidos, Canadá, Rusia, e Inglaterra, y otras naciones devolvieron con sus armas la destrucción creada por los otros, dejando devastada la infraestructura de los invasores y devolviéndoles así todo el daño que habían provocado y dejándolos en ruinas con una pérdida de vidas humanas estimada en 60 millones de personas, quedando al final Europa y Japón destruidos.

Quedaron vencedores en 1945, dos grupos antagónicos ideológicamente hablando. Por el área del liberalismo, el capital y la democracia, los Estados Unidos, Canadá y los países del centro de Europa. Y la Unión Soviética y los países europeos adyacentes, así como China, Vietnam, y otros con ideología comunista. De todos es conocido cómo la Unión Soviética, con el ascenso en 1985 de Mijaíl Gorbachov, con el tiempo se fragmentó en Rusia y diversos países, quedando Rusia muy debilitada militarmente en cuanto a la división clásica de marina, ejército de tierra y aire, si se compara con la época recién pasada, pero infinitamente superior militarmente por ser una de las tres grandes potencias nucleares, junto con los Estados Unidos y China. Entre los tres pueden destruir varias veces a la humanidad.

Debemos apuntar que quien recurre a la guerra, se justifica aduciendo que lo hace por un motivo justo y señala que fue provocado por el contrario que traicionó su confianza de alguna manera. Para ello poseen sistemas de propaganda con expertos para convencer a las masas de su país de apoyar su decisión de hacer una guerra (mediante la violencia armada), y usualmente logrando que su pueblo se entere de lo sucedido, únicamente mediante sus medios de prensa.

Siempre existe un país agresor y uno agredido, al agresor no le agrada que lo señalen así. Al final solo los vencedores son los que pueden justificar su manera de actuar.

Debemos subrayar que ni Rusia ni los Estados Unidos son santos para confesarse con ellos, pues ambos representan a naciones que en diplomacia se dice que «no tienen amigos, solo intereses» y para demostrar eso voy a señalar los prolegómenos de esta guerra de Rusia contra Ucrania, cuyos antecedentes se remontan a antes de la Primera Guerra Mundial. En esa época Ucrania era un país independiente, pero, al formarse la Unión Soviética, esta la absorbió, pese a no desearlo ella, ya que, era el granero de Europa y Stalin les quitaba sus cultivos y aterrorizó y masacró esa nación por años.

Al desintegrarse la Unión Soviética en 1989 quedó como Rusia y una serie de países que conformaban la Federación Rusa, quedando Ucrania independiente, pero supuestamente bajo el amparo de Rusia y con presidentes prosoviéticos. Sin embargo, en el 2014 el pueblo derrocó al último de esos presidentes (según Putin, con ayuda de EE.UU.) y fue elegido en su lugar un «comediante» llamado Volodimir Zelenski (durante esta guerra ha demostrado ser todo un valiente señor) quien, escuchando el clamor de democracia de su pueblo, estaba tratando de lograr que su país entrara a la organización militar europea y de Estados Unidos, la OTAN. Putin no acepta el expansionismo de la OTAN, pues se acercaba a su país, y por ello esta invasión, que de todos modos era esperada, ya que en el 2014 se había anexado la península de Crimea aduciendo que el 60% era una etnia rusa que hablaba dicha lengua, además de estar una base naval de Rusia. Por otra parte, una Ucrania democrática era un mal ejemplo para Rusia.

De última hora y debido a la tremenda destrucción de su nación, hoy 15 de marzo, Zelensky dice a la prensa que él promete que Ucrania no entrará a la OTAN.

Esta guerra entre Rusia y Ucrania es la última guerra preventiva en pleno siglo XXI; lamentablemente, según la prensa, se está cometiendo un genocidio con el pueblo de Ucrania, ya que hay un exterminio sistemático no solo de la infraestructura, sino de vidas en las ciudades de Mariúpol y Kiev. Ahora todo depende de la capacidad para infligir daño al ejército ruso de parte de los militares ucranianos, y de la resistencia del pueblo.

Antes de hablar de la otra injusta guerra preventiva en este siglo, pero, en este caso, provocada por los Estados Unidos y otros países contra Irak, paso a señalar lo siguiente.

De 1979 a 1992 existió una guerra entre la Unión Soviética —luego Rusia— en contra Afganistán, donde el ejército soviético apoyó a la fracción socialista gobernante de ese país, que estaba enfrentado a los muyahidines, un grupo de guerrilleros afganos islámicos que pretendían el poder. Estos pudieron resistir a los rusos, debido a que los Estados Unidos, Inglaterra, Arabia Saudita e Irán (increíble la asociación) apoyaron con armas y dinero por años a esos guerrilleros de Afganistán. Rusia abandonó esa guerra después de 9 años de lucha y se retiró en 1992. Y Afganistán paso a ser un estado islámico.

Al desintegrarse la Unión Soviética, se formó la República de Chechenia por grupos de separatistas chechenos que declararon la independencia dejando de lado a los políticos prorrusos, por lo que, en 1994 el ejército ruso trató de recuperar esa República peleando (la primera guerra) sin lograrlo hasta el año 1996, fecha en que el ejército ruso dejó ese país. Sin embargo, las luchas entre facciones socialistas y de partidarios del islam, creaban gran inestabilidad, por la que Rusia amenazaba con invadir. Por esos tiempos un grupo de separatistas terroristas del islam provocaron atentados con muertes de ciudadanos soviéticos en varias ciudades rusas. Aunado a eso un grupo checheno proislamita y separatista invadió a su vecino Daguestán prorruso, y, entonces en 1999 Vladimir Putin ordenó un nueva la invasión rusa a Chechenia (la segunda guerra) para debilitar sus defensas. Después de un asedio feroz de varios meses de su capital Grozni, fueron vencidos. He señalado lo anterior para que no espere el pueblo de Ucrania una paz con Rusia, lamentablemente, van a ser masacrados por el ejército de esta nación quienes están ya bombardeando sin piedad a las ciudades de Mariúpol y Kiev, bajo la estrategia del terror acostumbrada ya por Putin en Chechenia, y ahora los habitantes de Ucrania viven bajo sus escombros, sin agua, luz, calefacción y alimentos y sus calles llenas de muertos, provocado todo ello para que se den por vencidos.

No olvidamos también que, después de la disolución de la Unión Soviética en el año 1991, Georgia había conseguido la independencia de Rusia (Moscú), pero, en el 2018 Rusia le hizo la guerra a Georgia al apoyar a dos separatistas y autoproclamadas Republicas, Osetia al sur y Abjasia (ambas siempre habían sido prorrusas, aunque pertenecían a Georgia). El ejército ruso aplastó al de Georgia y esta perdió la guerra y las regiones.

En septiembre del 2001 el pueblo de los Estados Unidos vio con horror cómo su país, el más fuerte del mundo militarmente hablando, fue atacado en su propia tierra por un grupo de terroristas islamista que destruyeron dos edificios de Nueva York, llamados las Torres Gemelas, asesinando a tres mil personas. La respuesta fue un justo y contundente ataque contra Afganistán (país al que habían ayudado a combatir contra Rusia), y gobernado por los talibanes que albergaba al grupo terrorista de Al Queda cuyo cerebro era Osama bin Laden, un rico terrateniente de Arabia Saudita. Muy rápidamente los estadounidenses derrotaron a los talibanes y los exilaron. Después de 20 años de ocupación y habiendo fracasado en democratizar esa nación, salieron a toda velocidad en septiembre del 2021.

En el presente siglo XXI la otra guerra «preventiva» injusta ha sido la Invasión de Irak en el 2003, por los Estados Unidos y otros países, aduciendo que Sadam Husein, su presidente, tenía armas de destrucción masiva, pese a que, las Naciones Unidas (ONU) había señalado que no era cierto, lo que en realidad se deseaba era el control de su petróleo y tener un país supuestamente democratizado en el Medio Oriente. Nunca se demostró la existencia de esas armas; al final los norteamericanos dejaron Irak varios años después en el 2011. Esta guerra tuvo un gigantesco costo en dinero y vidas, que, como siempre, lo pagó el pueblo norteamericano, dejando a Irak muy destruido, con un gobierno poco popular y lleno de terrorismo entre las facciones chitas y sunitas de ese país.

Recordemos también que, para el pueblo de los Estados Unidos, el abandono de Afganistán significó no solo una derrota militar, sino sobre todo una sangría económica, ya que mantener una guerra como esa por 20 años, tuvo un costo de $2.3 billones. Pero, sí hubo ganadores, ya que fue un gran negocio para la industria de guerra de ese país donde varias empresas privadas se llenaron los bolsillos con miles de millones de dólares gracias a contratos con el Pentágono.

Lo que es difícil de entender, es, cómo es posible que la «inteligencia militar» de los Estados Unidos haya podido creer que Afganistán e Irak, pueblos cuya religión es el islam puedan ser adoctrinados ideológicamente tratando de hacerlos democráticos, ya que para eso deberían dejar su religión donde el Corán rige todas las actividades de la vida de los pueblos. Por cierto, ni siquiera Alejandro Magno, que conquistó Persia (que incluía a Irak) y el resto del mundo conocido, quiso conquistar Afganistán ya que consideraba esas inhóspitas montañas y a sus guerreros, difíciles de dominar.

Sigmund Freud, escribió a propósito de la guerra:

La evolución no hace más dóciles y humanas las técnicas bélicas, sino que las convierte en más crueles e insoportables… Nos sentimos confundidos al no poder reconocer la diferencia entre el extranjero y el enemigo, se descubre que la rivalidad y la enemistad están dentro de nosotros mismos… Esto se deriva del hecho de que ser hombre no equivale para nada a tener humanidad; además, la guerra marca el final del sueño de una existencia pacífica.

Se ha señalado que para evitar las guerras tiene valor la frase si vis pacem para bellum: «si quieres la paz, prepara la guerra», como una primicia preventiva para evitar un conflicto, supuestamente del famoso general y filosofo chino Sun Tzu, quién en el año 544 a. C., señaló que lo anterior puede dar resultados. Sin embargo, hay muchos ejemplos a través de los siglos que contradicen esto, ya que en la antigüedad al armarse un país con el correr del tiempo atacaba a otros.

Ejemplo de esto, las constantes guerras entre las ciudades/Estados de las civilizaciones sumerias, acadias, babilonias, asirias, Persia contra los griegos, Esparta vs Atenas, esta contra Tebas, Macedonia contra todas las griegas, Alejandro conquistando Persia, los romanos conquistando el mundo, y peleando entre sí y por las provincias y mucho antes, las luchas de los cananeos contra los israelitas y estos contra los filisteos y luego contra los palestinos; los mongoles descendientes de Gengis Khan invadiendo China y luego el Oriente Medio y hasta Europa y lo mismo los hunos de Atila; el profeta Mahoma después de apoderarse de Medina y la Meca, sus seguidores los musulmanes conquistando tierras en el Medio Oriente y hasta España y la actual Turquía.

La guerra de los Estados Unidos contra España por Cuba y Filipinas. La invasión del ejército norteamericano contra México, perdiendo este parte de su territorio. Las luchas entre la India y Pakistán por Cachemira. La invasión de japón a China. La guerra entre las dos Coreas. Las innumerables guerras entre los pueblos africanos. Las guerras ya descritas de Afganistán, Chechenia y Irak, y para no llenar páginas y páginas de las guerras habidas entre otros pueblos y países, finalmente llegamos a la invasión y guerra de Rusia contra Ucrania del momento actual. Lo raro es pues que el mundo tenga momentos de paz duraderos, hasta hoy el «hombre ha sido el lobo del hombre» como señalaba el filósofo Hobbes.

Por cierto, la sentencia latina citada antes y achacada a Sun Tzu, al parecer, en realidad pertenece al escritor romano de temas militares del siglo IV, Flavio Vegecio. Y subrayamos que a fin de cuentas no parecía estar equivocado, si un país se prepara para la guerra, evita esta. Pues desde 1948 al 2021, aunque ha habido muchas guerras y enfrentamientos entre países, sin embargo, no se ha presentado otra guerra mundial, debido al carácter disuasorio de las armas nucleares en posesión especialmente de los Estados Unidos, Rusia, China, la India y Pakistán e incluso Israel; esto ha evitado que los países árabes y musulmanes veinte veces más numerosos y que lo rodean, no la hayan vuelto a atacar.

La razón para evitar una guerra entre naciones con armas atómicas que podría dar como resultado la aniquilación total de los países enfrentados es precisamente ese elemento disuasivo. Ahora bien, en este momento hay el gran peligro de si Rusia continúa avanzando más allá de Ucrania hacia los países de la OTAN, o si esta y los Estados Unidos deciden, debido al genocidio a que Rusia está sometiendo a Ucrania, darle protección aérea o militar por tierra, la Tercera Guerra Mundial puede estallar.

El general prusiano Karl von Clausewitz decía que la guerra era la continuación de la política por otros medios y que usualmente los contendientes recurrían a esta cuando se estimaba que las ganancias superarían a las perdidas potenciales. Según él, este era el elemento racional de una guerra; los otros eran el odio, la enemistad y la violencia primitiva. Maquiavelo señalaba que, las causas que impedían la unificación entre las ciudades-estados de Italia eran diversas y complejas y generaban odios y pasiones entre facciones, pero había que llegar a un acuerdo al inicio buscando comprender las causas del enfrentamiento, y hacerles saber las consecuencias de una guerra con pérdida de vida y bienes materiales para disuadirlos de una guerra, ya que una vez que esta se inicia es casi imposible detenerla.

Albert Einstein, después de ver como su fórmula matemática E=mc2 había dado lugar a la bomba atómica, se volvió un pacifista fanático y luchó toda su vida para tratar de crear una institución supranacional más poderosa que la ONU, con el fin de que esta impusiera la paz y prohibiera la creación y uso de armas atómicas. Algo que no se ha logrado aún. Él decía «si surge una tercera guerra mundial, los pocos hombres que quedarán, harían una cuarta guerra solamente con piedras, pues serían las únicas armas que conseguirían».

Finalmente, a propósito del empleo de armas atómicas, voy a dar a ustedes un resumen de un discurso que Gabriel García Márquez envió para ser leído al inaugurarse la Universidad de la Paz en Costa Rica.

Un minuto después de la última explosión, más de la mitad de los seres humanos habrá muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo. Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados alterará el curso de los océanos y los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes y los pájaros no encontrarán el cielo, las nieves perpetuas cubrirán el desierto del Sáhara, la vasta Amazonia desaparecerá de la faz del planeta… Los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto, y los que hubieran tenido el privilegio de un refugio… solo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos. La Creación habrá terminado. En el caos final de la humedad y las noches eternas, el único vestigio de lo que fue la vida serán las cucarachas.

 

Fuente: https://wsimag.com/

Compartido con SURCOS por el autor.

No más guerras y prohibamos las armas nucleares

Postal N (Imagen de Mundo sin Guerras y sin Violencia).

 – Madrid, España – 

¿Quién es responsable del conflicto?

No se sabe el número de ucranianos que han muerto, tampoco el de jóvenes rusos que fueron obligados a luchar. Viendo las imágenes, serán por miles,si sumamos a los inválidos físicos, los inválidos emocionales, los afectados con graves fracturas existenciales y los horrores que está produciendo esa guerra de Ucrania. Miles de edificios destruidos, viviendas, escuelas y espacios para la convivencia aniquilados. Innumerables vidas y proyectos truncados, así como relaciones rotas por la guerra. Ya se cuentan por millones los desplazados y refugiados. Pero la cosa no termina ahí. Ya son cientos de millones los afectados con el aumento de la carestía de la vida en todo el mundo y pueden llegar a ser miles de millones los afectados.

Muchos de esos seres humanos eran coetáneos de los albores de la vida. No se conocían, pero lucharon hasta que su vida fue cercenada. O, como muchos jóvenes ucranianos, se ocultan para no ser llamados a la guerra “… soy muy joven para morir y para matar…” manifiestan. Además, hay muchos niños, ancianos y mujeres que están viendo fracturadas sus vidas por una guerra que se dice, nadie quería.

¿A quién señalamos como responsable de tales crímenes? ¿Al que apretó el gatillo o disparó el misil? ¿Al que dio la orden de atacar? ¿Al que fabricó el arma, al que la vendió o al que la donó?¿Al que diseñó el programa informático de seguimiento del misil? ¿Al que con su discurso inflamó la sangre o al que sembró cizaña? ¿Al que con sus artículos e información falseada creó el caldo de cultivo para el odio? ¿Al que preparó falsos ataques y falsos crímenes de guerra para culpar al otro bando? Dime, por favor, a quien apuntas con tu dedo acusador. ¿Al que impasible en su puesto de responsabilidad saca beneficio de la muerte? ¿Al que inventa historias para robar a otro? Ya es de dominio público que lo primero que muere en las guerras es la verdad… ¿Serán entonces los representantes políticos los responsables? ¿Serán los grandes medios de propaganda los responsables? ¿Serán los que cierran y censuran algunos medios de comunicación? ¿O los que fabrican videojuegos donde se trata de matar al opositor?¿Será Putin el dictador de una Rusia que quiere expandirse y retomar sus aspiraciones imperialistas? ¿O será la OTAN que la cerca cada vez más estrechamente, después de prometer su no expansión, habiendo triplicado el número de países? ¿Quiénes de todos estos tienen alguna responsabilidad? ¿Ninguno? ¿O solo unos pocos?

Los que señalan a culpables sin hacer referencia al contexto en el que todo esto se hace posible, los que señalan a culpables “mediáticos”, fáciles de identificar, sin señalar a los que realmente se benefician y sacan ganancias de la muerte, los que así operan, además de cortedad de miras, se convierten en cómplices de situaciones donde vuelva a surgir algún conflicto.

Cuando se busca un responsable y se reclama castigo ¿Se repara con él el inútil sacrificio de la víctima? ¿Se mitiga el dolor del afectado? ¿Se resucita al ser querido? Y lo más importante ¿Se impide su repetición a futuro?

Si se pide castigo, se está buscando venganza y no justicia. La verdadera justicia tiene que ver con reparar el daño causado.

Mucha gente no se puede creer lo que está pasando. Es como si se hubiera retrocedido en la historia. Pensábamos que esto no volvería a ocurrir, pero ahora lo vemos más cerca porque es en la puerta de Europa donde estamos viviendo el conflicto. Estábamos acostumbrados a que los afectados fueran en guerras lejanas,tuvieran la piel de color y no fueran blancos de ojos azules. Y los niños estaban descalzos y no llevaban gorros con borlas ni ositos de peluche. Ahora lo sentimos más cerca y nos estamos volcando en solidaridad, pero nos hemos olvidado de que esto es continuación de lo que ocurre hoy o ha ocurrido antes en muchas partes del mundo: Afganistán, Sudan, Nigeria, Pakistán, R.D. Congo, Yemen, Siria,los Balcanes, Irak, Palestina, Libia, Chechenia, Camboya, Nicaragua, Guatemala, Vietnam, Argelia, Ruanda, Polonia, Alemania o Liberia.

Este no es un conflicto entre ucranianos y rusos, como no lo son los que ocurren entre saharauis y marroquíes, palestinos y judíos o entre chiitas y sunitas. El verdadero conflicto está entre los poderes que utilizan a los pueblos y a los países manejándolos, oprimiéndolos y enfrentándolos por el rédito y beneficio que obtienen de ello. El verdadero problema está en los que se lucran con la guerra, en el complejo militar-industrial, en los que quieren mantener su poder y posesión desalmada frente a las necesidades de los desposeídos del mundo, esas mayorías que todos los días luchan por construir una existencia digna. Este es un tema complejo y que está en la raíz de nuestra historia: la manipulación de las poblaciones para enfrentarlas entre sí mientras hay sectores que sacan beneficio de ello.

Recordemos que los 5 países que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas, resultan ser también los 5 principales productores de armas en el mundo. Las armas exigen guerras y las guerras exigen armas…

Por otra parte, las guerras son restos de una etapa de nuestro pasado prehistórico. Hasta hoy, hemos convivido con ellas, casi considerándolas como «naturales», porque no suponían un grave peligro para la especie. ¿Qué problema podría producir para el género humano que un reyezuelo entrara en conflicto con otro y murieran unos cuantos cientos? De ahí se pasó a miles. Y después siguió aumentándose la escala, con el perfeccionamiento tecnológico en el arte de matar. En las últimas guerras mundiales los muertos se contaron por decenas de millones. Día a día sigue aumentando enormemente la capacidad destructiva con el arma nuclear. Ahora sí, con la posibilidad de una confrontación nuclear, ya está en peligro nuestra especie. Ahora está en cuestión la continuidad del ser humano.

Esto no nos lo podemos permitir. Es un punto y aparte que tenemos que decidir como especie.

Los pueblos estamos demostrando que sabemos unirnos y que ganamos más colaborando que enfrentándonos.

Ya hemos recorrido dos veces el planeta y les aseguro que no nos hemos encontrado a nadie que crea que con las guerras avanzamos.

Son 60 países los que ya han proscrito las armas nucleares firmando el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN). Obliguemos a nuestros gobiernos a que lo ratifiquen. Aislemos a los países que defienden el armamento nuclear. La doctrina de la “disuasión” fracasó, pues cada vez hay armas más potentes y en más países. La amenaza nuclear no se ha eliminado, contrariamente cada vez cobra más fuerza. En todo caso, como paso intermedio, pongamos las armas nucleares en manos de unas Naciones Unidas refundadas con clara dirección hacia el multilateralismo y hacia resolver los principales problemas de la humanidad: el hambre, la salud, la educación y la integración de todos los pueblos y culturas.

Seamos coherentes y manifestemos ese sentir a viva voz para que los brutos que nos representan se enteren: Ya no nos podemos permitir más conflictos armados. Las guerras son la escoria de la humanidad. El futuro, será sin guerras o no será.

Nos lo agradecerán las nuevas generaciones.

 

(*) Rafael de la Rubia es fundador, en 1993, de la asociación humanista Mundo Sin Guerras y Sin Violencia.

Fuente: https://www.pressenza.com/

El desafío agroecológico

Gerardo Cerdas Vega

Por Dr. Gerardo Cerdas Vega,
Sociólogo, profesor de la Escuela de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional (ECA/UNA)

La actual coyuntura internacional derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania, ha encendido todas las alarmas a nivel global sobre la inminente crisis alimentaria, asociada por un lado al incremento desbordado en el precio de la energía y los fertilizantes y, por otro, a problemas de logística global surgidos en el marco de la pandemia de COVID-19 (la así llamada “crisis de los contenedores”), en un contexto marcado por la multiplicación de eventos climáticos extremos, que ya de por sí afectan la seguridad alimentaria mundial, con mayor gravedad en algunas regiones y países.

No obstante, aunque parece que solo nos damos cuenta de la fragilidad del sistema agroalimentario globalizado en el pico de una coyuntura crítica, la situación actual se viene formando desde hace mucho tiempo atrás. No solo por la difusión, desde los años 1940, de un modelo de agricultura altamente contaminante y dependiente de los combustibles fósiles (la “Revolución Verde”), sino por la imposición, desde los años 1980, de constantes oleadas de ajustes neoliberales que arruinaron la agricultura campesina, volcada para el mercado interno, en prácticamente todos los países del mundo.

Efectivamente, desde los años 1980 se ha venido impulsando una agenda de destrucción de las economías agrarias de base local, al tiempo que se abría la brecha para que grandes corporaciones del agronegocio dominasen el mercado mundial de alimentos, semillas, fertilizantes, pesticidas y maquinaria agrícola, avanzando los intereses de las potencias hegemónicas, en especial de los Estados Unidos. Un mercado altamente lucrativo, oligopolizado y destructor, propulsado por la liberalización del mercado mundial de productos agrícolas a partir de 1995 (negociaciones de la OMC y tratados de libre comercio impuestos por Estados Unidos, Unión Europea y más recientemente, China).

En el caso de Costa Rica, hemos visto una aplicación progresiva de este ideario al mundo rural y a la producción agrícola, con nefastas consecuencias para la seguridad y soberanía alimentaria de nuestro país y para la viabilidad económica de la agricultura campesina. Durante cuatro décadas (cómo no recordar el tristemente famoso lema “Volvamos a la tierra” del plan de gobierno de Luis Alberto Monge y la aplicación sucesiva de los Programas de Ajuste Estructural), se nos ha dicho hasta el cansancio que es más barato importar, que teníamos que “reconvertir” la agricultura, integrarnos a las cadenas globales de valor. Producir, siempre producir, a todo costo, los viejos y nuevos productos que el mercado global demanda, no importa si ello implica devastar la tierra, los ríos, la trama de la vida. Pagar millones de dólares a las corporaciones que controlan semillas, fertilizantes, pesticidas y maquinaria agrícola. Dejar al agronegocio y a los grandes importadores por la libre y a los pequeños frijoleros, maiceros, arroceros y en general a las familias rurales, integrarse a la “agricultura de cambio” o emigrar a la ciudad / al extranjero para no morir de hambre.

Bueno, ahí tenemos el resultado. Hoy por hoy, Costa Rica es un país extremadamente vulnerable desde el punto de la seguridad alimentaria y sin ninguna soberanía alimentaria efectiva, tal como lo revela la publicación del Semanario Universidad del día 30/03/2022[1]. ¿Cuánto durarán los estoques de alimentos en caso de un corte abrupto en los flujos de importación? ¿Por cuánto tiempo podrán los productores agrícolas seguir costeando el alza en el precio de los insumos? De acuerdo con diversos analistas y fuentes, es muy probable que este año vamos a tener la subida más alta de los precios de los alimentos en toda la historia, más que en 2008, pero con un escenario de mayor precarización social y laboral a nivel mundial sin precedentes, como resultado de la pandemia (que aún no acaba, dicho sea de paso).

Cabe anotar, adicionalmente, que el informe de la FAO sobre seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y El Caribe 2020, apunta que, en Costa Rica, para el periodo 2017-2019, la prevalencia de la inseguridad alimentaria grave afectó al 5,4% y la inseguridad alimentaria moderada al 25,5% de la población nacional (datos prepandemia). Año con año, se reduce el área destinada a productos como arroz, maíz, frijol al tiempo que disparan las importaciones. Producimos cada vez más piña, palma, banano, café (estos cuatro productos concentran el 70% de la superficie agrícola), pero se reduce la producción de géneros alimenticios indispensables para la dieta nacional. Todo ello sin hablar de la utilización masiva de fertilizantes y pesticidas químicos (hoy a precios estratosféricos) que contaminan la tierra, el agua y los propios alimentos, enfermando a quienes los producen y a quienes los consumen.

En este contexto, el desafío que se coloca con urgencia es el de una transformación del régimen agroalimentario en la dirección de una verdadera sustentabilidad (ambiental, alimentaria, social, económica, cultural). Y ese desafío es lo que llamo el desafío agroecológico: producir alimentos sobre una base ecológicamente saludable, con viabilidad económica, respeto y fomento de la agricultura campesina, agrobiodiversidad, igualdad/equidad de género, soberanía alimentaria y apoyo de la sociedad (inclusive a través de políticas públicas costeadas por el contribuyente), para disputar verdaderamente el perverso control corporativo sobre aquello que comemos y la forma como lo producimos.

América Latina y El Caribe son el epicentro de una verdadera revolución agroecológica, que hoy se extiende por todo el globo (aunque esto no salga en el noticiero). En esta región (y en todo el mundo), abundan los ejemplos de que otra agricultura es posible, una agricultura con cara campesina, indígena, negra, de comunidades de pescadores, de mujeres rurales pero también de colectivos urbanos que se organizan para producir alimentos en las ciudades, o bien que tejen redes para poner en contacto a los productores y productoras agroecológicos con los mercados citadinos y organizan circuitos cortos de comercialización para darle salida a la producción local a precio justo y sin el desigual tratamiento que dan los intermediarios a quienes que  producen la comida que comemos. Entre 15 y 20% de los alimentos en el mundo se producen en las ciudades, donde más de 300 millones de personas practican agricultura urbana.

La agroecología es entendida como un movimiento social, como una ciencia y como un conjunto de prácticas ecológicas para el manejo a nivel de finca. Es intensiva en conocimiento local puesto que integra en su seno el saber de las productoras y productores campesinos/as, negras e indígenas (entre otros), así como el apoyo de universidades, ONG comprometidas con las luchas sociales, investigadores/as y activistas en busca de una nueva forma de producir y comercializar alimentos que, por otra parte, se entiende como parte de una ancestralidad, espiritualidad y una conexión íntima con la tierra que son indispensables para superar la actual y las futuras crisis alimentarias, sociales y climáticas. La defensa de las semillas criollas es una de sus bases fundamentales, tal como lo afirma La Vía Campesina.

Así, es urgente que comencemos a discutir, a nivel país, pero sobre todo a nivel local, una salida al laberinto en que nos encontramos. El desafío agroecológico nos llama con más fuerza que nunca. Tal vez la única “virtud” de esta guerra y de esta crisis multidimensional que atravesamos como humanidad, es que ha abierto una ventana de oportunidad para que miremos a fondo la complejísima situación que estamos enfrentando y discutamos los caminos posibles para transformar nuestra relación con los alimentos, lo que conlleva replantearnos por completo nuestra relación con la Tierra y sus ciclos vitales, que no son, precisamente, los de la ganancia corporativa.

En Costa Rica, al igual que en muchos otros países, la política de acabar con la agricultura campesina hizo grandes estragos, pero no acabó por completo con la resistencia local. Hay diversas y ricas experiencias agroecológicas locales que permanecen dispersas, así como un creciente número de personas en el campo y la ciudad que están preocupadas por la calidad de los alimentos que producen y consumen y por las consecuencias medioambientales de todo ello. En función de lo anterior y en el marco de esta coyuntura nacional e internacional, necesitamos con urgencia reconocernos, encontrarnos, nombrarnos y movilizarnos como parte de una transición y una transformación en curso donde la alimentación ocupe un lugar destacado en la agenda pública y nuevas prácticas y alternativas sean construidas desde abajo, desde los territorios y con apoyo de diversos actores comprometidos con un diálogo de saberes horizontal y participativo, que busque sacar a los alimentos de la lógica de la acumulación de capital y los devuelva a las lógicas de existencia de los pueblos.

[1] MAG y agricultores advierten: el país está a las puertas de una caída en la producción de alimentos • Semanario Universidad

Cuando decimos “No a la guerra”, ¿qué decimos?

Leopoldo Cook

Leopoldo Alberto Cook y Antonorsi

23/03/2022

  1. Es importante precisar que “guerra”, hoy en día, no se refiere sólo al uso de la violencia con armas físicas (convencional). Por guerra entendemos a todas sus generaciones, hasta la quinta generación. Por tanto, trasciende al enfrentamiento entre bandos mediante el uso de armas de fuego en forma convencional, incluye también la guerra asimétrica, la guerrilla, la guerra de baja intensidad, la guerra sucia, el terrorismo de Estado, la propaganda, con inclusión de la cibernética y de la población civil, la política, las finanzas. En ella intervienen estados y grupos privados mercenarios. Ocurre en todo el planeta.

Oponerse a la “guerra” sólo cuando esta se manifiesta en la forma convencional es simplista.

Oponerse a la “guerra” sólo cuando la visibilizan los medios de comunicación privados es complicidad.

  1. Ser no violento es diferente de ser pacifista. El pacifista en general se opone al uso de la violencia en cualquier circunstancia (y debería recurrir al término amplio de violencia). El No violento busca el mínimo grado de violencia posible, pero teniendo en cuenta que hay una gama de principios y valores tan importantes a la paz y a la vida.

Por ejemplo, el mismo Gandhi aconsejó a un campesino, durante su larga investigación en la región de Champarán, que, si un terrateniente pretendía abusar de su hija, defendiera su dignidad con una escopeta, si era necesario. La dignidad está por encima de la No violencia. Y en la Guerra Mundial, siendo la India parte del Imperio Británico, en lugar de aislarse, Gandhi optó por participar en apoyo a Inglaterra, si bien en los cuerpos de enfermería. Entendió que se luchaba contra el fascismo.

He citado muchas veces los casos de Mandela, Camilo Torres y hasta la Iglesia Católica que ha llegado a justificar la “guerra justa y la insurrección revolucionaria en el caso de tiranías evidentes”. La “paz” no es un valor absoluto. En aras de la “paz” no podemos cerrar los ojos ante el avance del fascismo.

  1. Cierto que es de lamentar el uso de las armas en el caso Rusia – Ucrania – OTAN. Pero sería ingenuo ignorar los dos puntos anteriores. Sería como quien llega a un sitio y presencia una pelea ya comenzada, y reclama el uso de la violencia por quien en ese momento tiene el puño alzado. No se toma la molestia de averiguar qué sucedió antes, contra quién esgrimía el puño y por qué.

¿No lleva la nación de EEUU décadas, siglos, con el puño alzado contra los pueblos del mundo? ¿No ha estado impulsando la guerra en todas sus modalidades y generaciones? ¿No viene avanzando hacia un intento de control global del Planeta? ¿No es el principal enemigo de la humanidad (aunque no el único)? ¿No es una representación clara del fascismo?

La guerra es nuestro enemigo. Pero por encima de ese enemigo, está el neoliberalismo, causante de la guerra. Si se sale con las suyas, habrá un mundo unipolar, tiránico, fascista. Para llegar a la paz hay que pasar por la multipolaridad.

La Constitución Mundial para la Federación de la Tierra es el mejor instrumento para llegar allá.