Reordenamiento mundial

Edgar Chacón

Actores en cuestión: Estados Unidos, la Federación Rusa y la República Popular China. 

Posibles escenarios. Relaciones de cooperación/ colaboración vs Imposición e intromisión

Por un lado: 

Se vislumbra una confluencia entre la Federación Rusa, China e India, dígase: Eurasia oriental.

En el 2020 tuvo lugar un encuentro de ministros de relaciones exteriores entre los cancilleres de la República Popular China, Wang Yi; Federación Rusa Sergei Lavrov y el ministro de relaciones de la India, S. Jaishankar.

Wan Yi expresó: “China, Rusia e India son grandes países y grandes economías…con influencia mundial…los tres países deben promover la confianza mutua y promover conjuntamente la paz y la estabilidad mundial. China está dispuesta a trabajar con Rusia e India para defender el espíritu de apertura, unidad, confianza y cooperación de las tres naciones…y enviar una señal positiva al mundo para defender el multilateralismo y unirse para enfrentar los desafíos”. (Embajada de la República Popular China en el Reino de España)

Por otra parte, según palabras de Le Yucheng, viceministro de Relaciones Exteriores de China, “El gobierno de China ha afirmado que “fortalecerá” su “coordinación estratégica con Rusia sin importar “la situación internacional” con la vista puesta en “salvaguardar los intereses comunes de ambas partes”…“intercambiar puntos de vista sobre las relaciones entre Pekín y Moscú y la situación internacional regional”… “No importa cómo cambie la situación internacional, China fortalecerá la coordinación estratégica con Rusia, para promover la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales y una comunidad con un futuro compartido para la humanidad” (EUROPA PRESS, abril 2022). (Léase: Un nuevo ordenamiento mundial. Irán está muy atento a esto). 

 

La esperanza del fin de un siglo, el siglo XX: imposición y guerra, Estados Unidos /Unión Europea.

Promover golpes de Estado, “poner sus fichas” en los lugares de conveniencia (el Maidán fue una jugada muy obvia), el cerco a la Federación Rusa.  Lloyd Austin, secretario de defensa de los Estados Unidos, puesto en la doctrina del gran garrote”, dijo: “Queremos ver una Rusia debilitada…” “…aseguró que su país cree que Ucrania podría ganar el conflicto con el “equipo adecuado” y el “apoyo adecuado”.  (El Universal, abril 2022) A este respecto, James Landale, diplomático de la BBC, manifestó: “Una cosa es ayudar a Ucrania…y otra muy distinta hablar de debilitar las capacidades de Rusia.  (El Universal, abril 2022) 

Hacerle el juego a la “demonización”. 

Me refiero a repetir el discurso de satanizar personajes, como vehículo de des legitimación. En este caso “el demonio Putin”, “la Rusia de Putin”, así como en años pasados, respecto a Cuba, el discurso entronizado era “la Cuba comunista de Castro” y no la revolución cubana; no es un pueblo: es un “malo” (el infierno y el diablo), llegándose al ridículo de ubicar como el “blanco”, la barba de Fidel Castro.

A Diferencia de lo expresado por los funcionarios chinos, una vez más por parte de Estados Unidos, se insiste en la política de intromisión de  en los asuntos de otros países, con una frágil Unión Europea a la zaga: Brexit, Alemania con dudas sobre el gas, Italia atendiendo propuestas chinas.

La miopía unipolar

Estados Unidos insiste en ser el único polo, o por lo menos el polo dominante, en las relaciones entre países en el mundo. La realidad que está tomando forma, le dice lo contrario. Ya no más Bretton Woods.

Así lo indica una lectura adecuada: por un lado, del movimiento de los factores económicos y de los factores políticos mundiales, así como la composición de las propuestas e intenciones en las relaciones internacionales.

El dominio mundial del dólar está en cuestión, al igual que instituciones como el Fondo Monetario Internacional.

La DD ya no funciona

Estados Unidos, con énfasis luego de la segunda guerra 1939-1945, basó sus relaciones internacionales en la amenaza, la intervención y el chantaje. En la actualidad, la realidad nos parece indicar que ya no es el tiempo de la DD: la diplomacia del dólar; los destructores y Disneylandia; ni de “La guerra de las Galaxias”, “Rambo” y “Rocky”, del presidente Reagan. 

China y su emergencia política, económica y militar

“China es un gigante dormido, déjenlo dormido, pues cuando se levante hará temblar al mundo”. Napoleón Bonaparte.

Respecto a esto, es indudable la fuerte y creciente presencia mundial de China, ya una potencia y en ese sentido, la nueva ruta de la seda no es sólo comercial, es política y también militar. Y es terrestre, marítima, aérea y en el cíber espacio. Aún con la presencia de la séptima flota. En este sentido, la hegemonía puesta en cuestión es la de Estados Unidos.

China “se ha vuelto el mayor exportador del mundo y el segundo mayor importador”, (Organización Mundial del Comercio, Banco Mundial) además es acreedor de Estados Unidos y el Yuan, consolida sus características y elementos de moneda mundial. China cuenta con dos factores de crecimiento y consolidación como gran potencia económica: un PIB enorme y una base de población muy amplia.

Entre los principales socios comerciales de China están Estados Unidos y Alemania, siendo que en el 2019 el superávit comercial de China con Estados Unidos fue de 295.800 millones de dólares.

Ponerle una trampa a “La Trampa de Tucídides”: El historiador griego Tucídides, en la guerra del Peloponeso, propuso que ante la presencia de una potencia emergente (Atenas) frente a la potencia establecida (Esparta), lo previsible es la guerra.

Ante esto, el miedo y la desinformación son factores de guerra, la prudencia es factor de paz y la sensatez es factor de coexistencia y convivencia.

Al sur del Río Bravo

El otro “Destino Manifiesto”: América Latina. 

¿Está América Latina ante una oportunidad histórica que debe “gestionar”?

¿Está ante la disyuntiva de asumir llamados a engaño como “países en vías de desarrollo” ?, posándose en lamentos como: “Pobre México. Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. (Nemesio García Naranjo, atribuido a Porfirio Díaz.) O, asumir que “ Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz”. (José Martí).