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Etiqueta: movimientos sociales

Avances, obstáculos y enseñanzas de las alianzas entre movimientos sociales: Chile, Costa Rica y Uruguay

Este sábado 9 de abril se transmitirá por el Facebook Live de SURCOS el conversatorio titulado: “Avances, obstáculos y enseñanzas de las alianzas entre movimientos sociales: Chile, Costa Rica y Uruguay». La actividad contará con la participación de tres expositores, el representante chileno Tomas Leighton, miembro del Frente Amplio, ex dirigente estudiantil en Chile; la representante costarricense Ciska Raventós, socióloga catedrática jubilada de la UCR, activista social y la representante uruguaya Karin Nansen, fundadora y coordinadora de REDES amigos de la tierra Uruguay, e integrante del Comité Ejecutivo Amigos de la Tierra de América Latina y el Caribe.

El horario de la transmisión será el siguiente: Chile 16:00 / Uruguay 16:00 / Costa Rica 13:00.

Para observar la transmisión mencionada puede dirigirse al siguiente enlace: https://www.facebook.com/events/664734498092420/

Taller Socio-Teológico 2022: “Defensoras de derechos humanos en el contexto socio-político latinoamericano: cuando los derechos, la salud y la religión se alían”

SURCOS comparte:

El Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), CONVOCA a personas defensoras de derechos humanos, activas en movimientos sociales, organizaciones sociales y comunidades eclesiales de América Latina al Taller Socio-Teológico 2022: “Defensoras de Derechos humanos en el contexto socio-político latinoamericano: Cuando los derechos, la salud y la religión se alían”, el cual tendrá lugar del 18 de abril al 15 de julio. 

El taller se desarrollará de manera virtual, y mediante el uso de un aula en línea que permita semanalmente el intercambio y la construcción colectiva del conocimiento no solo a través de los encuentros sincrónicos sino también a través de diferentes actividades asincrónicas; siguiendo la apuesta epistémica institucional.

El taller tiene una duración de 13 semanas, dentro de las cuales tendremos 8 sesiones sincrónicas y 5 sesiones asincrónicas que establecerán un espacio de diálogos plurales y construcción colectiva de conocimientos para el encuentro de diversos actores populares de América Latina y el Caribe, propiciando el diálogo entre ciencias sociales y teología, para fortalecer el trabajo de la defensa de los DDHH en nuestros pueblos latinoamericanos.
 
Metodología
 A través de una pluralidad de enfoques y metodologías, se busca integrar el pensamiento crítico y las experiencias de cada participante mediante el aprendizaje participativo, en torno al análisis y la toma de conciencia de las distintas dimensiones del contexto de las personas defensoras de DDHH, haciendo un especial énfasis a las dimensiones de derechos, salud y religión. 

Para crear el espacio de análisis e intercambio de conocimientos se contará con foros, encuentros virtuales, mapeo de experiencias, intercambio de archivos y bibliografía, construcción colectiva de propuestas, etc. 

Durante el proceso del taller, las personas participantes seleccionarán una experiencia desde su organización, comunidad o colectivo, la cual se hará presente en el mapeo de experiencias. A lo largo del taller, se espera que se desarrolle una bitácora/informe sobre cómo los elementos teóricos y las discusiones colectivas en el taller enriquecen, cuestionan e impulsan esas experiencias.
Sesiones y horario

El taller está comprendido por 6 módulos temáticos, tomándose así 2 semanas por módulo para profundizar y discutir en amplitud cada temática. Los días lunes de cada semana encontrará en el aula virtual las actividades de dicha semana, teniendo algunas de ellas un encuentro virtual sincrónico de 2 horas, en las siguientes fechas:

  • Jueves 21 de abril,
  • Jueves 28 de abril
  • Jueves 5 de mayo
  • Jueves 19 de mayo
  • Jueves 2 de junio
  • Jueves 16 de junio, 
  • Jueves 30 de junio
  • Jueves 14 de julio

Y en el siguiente horario

País/Región

Hora

Centroamérica

 15:00

Ecuador, México, Perú, Colombia y Panamá

 16:00

Venezuela, Cuba, República Dominicana, Chile y Bolivia

 17:00

Argentina y Brasil

 18:00

  
Política de participación

  • Contar con experiencia en procesos eclesiales, sociales, de militancia, activismo político o compromiso comunitario, la cual desea poner a dialogar en un espacio colectivo desde los aportes de las teologías de la liberación y diversos enfoques de pensamiento crítico y desde la educación popular.
  • Compromiso para participar de manera semanal de las diferentes actividades tanto sincrónicas como asincrónicas
  • Compromiso para crear como producto final del taller una propuesta colectiva en donde se señalan puntos estratégicos para continuar y fortalecer la lucha social, tomando en cuenta las temáticas dialogadas a lo largo del taller y las experiencias de las personas participantes
  • Tener un dispositivo digital con acceso a internet
  • Para realizar la postulación, se debe ingresar y llenar en el siguiente enlace: https://forms.gle/e55V5CPpsNZuCGzy6

Para cualquier información puede comunicarse al correo comunicacion@deicr.org 

Costa Rica: una democracia bipolar

Magister José Manuel Arroyo Gutiérrez

(Anotaciones al margen leyendo a Boaventura de Sousa Santos)

            Costa Rica es una democracia que padece una especie de bipolaridad. Una patología consistente en ser, por un lado, una democracia formal (electoral) bastante desarrollada y hasta ejemplar en el mundo, pero a la vez, una democracia real (participativa) bastante débil, diríamos que raquítica. Los mecanismos puramente normativos existen: un tribunal electoral independiente, eficiente y con credibilidad; un régimen de partidos políticos amplio y relativamente accesible; contiendas electorales regladas y pacíficas; y un comprobado respeto por los resultados del sufragio. Sin embargo, todo eso está muy lejos de una efectiva intervención e influencia ciudadana en las decisiones que finalmente se imponen. El poder real de la ciudadanía sobre la escogencia de candidatos a la Presidencia o a la Asamblea Legislativa no existe, queda en manos de reducidos grupos, asambleas o convenciones partidarias, cuando no, en simples encuentros de amigos; en la mayoría de los casos, es mediante vínculos familiares (nepotismo puro y duro) o religiosos (fundamentalismos morales) como se manejan las posibilidades fuertes de elección; los procesos de financiación adolecen de opacidad y subterfugios sin control, uno de cuyos peores síntomas es la compra-venta de bonos conforme los requisitos de la deuda pública adelantada; y, además, un círculo vicioso que liga los pronósticos de encuestas con el poder financiero de los bancos –ahora sobre todo privados- sellan el destino de más de una candidatura.

            En la práctica no se ha querido modificar esta realidad. No ha sido posible asegurar a toda propuesta electoral un mínimo razonable de difusión y conocimiento entre la población. Sigue habiendo una dependencia total de la propaganda a los medios financieros y de comunicación de masas y, en fin, el poder económico bien puede manipular quién si, y quién no, tiene chances reales de obtener un buen resultado en las urnas. Parece imposible, hasta ahora, que quienes resultan electos en medio de esta atmósfera viciada vayan a querer cambiar las reglas del juego.

            Para mal de todos, el funcionamiento estable de la democracia formal-electoral no ha impedido el deterioro creciente de la democracia real en tanto forma de organización política concebida para asegurar a toda la ciudadanía, no sólo el respeto a sus derechos fundamentales, sino también el acceso a los servicios públicos básicos (alimentación, salud, educación, trabajo, vivienda, energía, nuevas tecnologías). Los defectos señalados en los procesos electorales y la lejanía práctica entre electores y elegidos, ha puesto en crisis el principio de representatividad. Cada vez la calificación de la gente al Parlamento o al Ejecutivo es más severa y hasta brutal. No hay manera de que un ex-presidente de la República, haga lo que haga, conserve un poco de prestigio y estima popular. La representación popular en Costa Rica se ha convertido en un auténtico ejercicio vital, sólo para masoquistas.

            Pero además, en lo importante, como si se tratara de ese bulto, grano o lunar sospechoso que crece sin cesar y que indica que algo grave, profundamente malo, nos está carcomiendo por dentro, la inequidad social, medida por un índice “gini” cada vez más cercano al valor “1”, es decir, cada vez más revelador de una concentración peligrosa de la riqueza social en pocas manos, nos advierte que, en efecto, somos un organismo democrático seriamente polarizado.

            Otra cuestión clave en esta deriva bipolar de la democracia costarricense tiene que ver con una curiosa ambigüedad en cuanto a la tutela de los derechos humanos. Aunque gracias a presiones externas, la Sala Constitucional ha terminado por confirmar derechos esenciales para algunas minorías (fecundación in vitro, matrimonio igualitario y un buen número de otros derechos particulares), con efecto directo en la esfera individual de las personas; pero ha fallado estruendosamente en cuanto a la custodia de los derechos humanos de carácter colectivo, al bendecir una reforma fiscal nada progresiva; una reaccionaria prohibición de la huelga en el sector público; y una ley de empleo público que contiene, entre otras perlas, un “derecho” a la objeción de conciencia en el ejercicio de la función pública. Es decir, serios retrocesos en todo aquello que tiene que ver con el tema laboral y una apuesta por el sacrificio de los sectores trabajadores del país, cuestión que parece vital para la afirmación de una economía fanáticamente adherida al modelo neoliberal, y que ha contado con la complicidad de una justicia que ha hecho auténticos malabares con la Constitución Política.

            Me temo que la debacle del PAC en la última contienda electoral tiene mucho que ver con lo que venimos diciendo. Es cierto lo que se ha señalado como causas de este fenómeno: la inviabilidad de un tercer período de gobierno; el hecho de dar la espalda a los sectores medios, urbanos y educados que fueron su apoyo tradicional; la debilidad de las candidaturas; la asfixia financiera a que fue sometido el partido; el gobierno Alvarado Quesada que, en temas económico-sociales de gran trascendencia, terminó asumiendo la agenda neoliberal y pagando el coste político que implicaba, y que se suponía prioridad de otros; y, en fin, el “deporte” nacional promovido por importantes medios de comunicación y redes sociales en orden a desprestigiar la institucionalidad pública y la gestión de cualquier gobierno, cualesquiera sean sus logros o fracasos.

            No obstante, en este diagnóstico convencional se ha dejado por fuera una causa esencial. La promesa cardinal del PAC no fue ni siquiera la eticidad en la gestión pública. Antes de eso, se propuso la “acción ciudadana”, es decir, el reencuentro de la gente con la democracia participativa, la posibilidad de rescatar el legítimo principio de representatividad; el trabajo con organizaciones de base según temas e intereses sectoriales y, en fin, la recuperación de la confianza en que se iba a escuchar y atender las demandas de la gente. Sin embargo, en medio del fragor político y electoral de estos últimos veinte años, esta fue una cuestión esencial que se dejó de lado, una alternativa que no se cuidó ni se fortaleció y que no quiso, o no pudo, capitalizar los movimientos sociales en contra del Combo ICE o el rechazo al TLC. No sé qué van a hacer los responsables de esta agrupación política a futuro, pero si algo me parece elemental, es que tienen que definir con absoluta claridad -como lo tendría que hacer cualquier otra agrupación partidaria que pretenda salvar nuestra democracia-, tópicos esenciales como: si siguen creyendo en la acción y participación de la ciudadanía; si, en la dicotomía entre libertinaje (bandera neoliberal) y democracia (participativa), tienen claros cuáles son sus límites y qué están dispuestos a rescatar en razón de una convivencia democrática efectiva; también tienen que definirse sobre si los derechos humanos son sólo cuestión de reivindicaciones individuales o, necesariamente, cuestión de conquistas colectivas esenciales. Tendría que comenzarse por hacer un inventario de los temas/problemas que están incidiendo en esa yaga abierta llamada “inequidad” y decirle a la población costarricense si se va a seguir estrujando a la clase trabajadora (pública y privada) en cuanto a regímenes salariales y de pensiones; si el modelo de desarrollo nacional pasa por tomarse en serio el cambio climático y las estrategias de energías limpias; si se va a pagar la enorme deuda pendiente en materia de violencia y desigualdad contra las mujeres; si se van a tutelar los derechos de las poblaciones originarias, su cultura y su derecho a la tierra; si el tema de la igualdad entre hombres y mujeres se va a llevar hasta sus últimas consecuencias; y si, para terminar con estos ejemplos, algún día se le va a entrar en serio a la defraudación y elusión fiscal para que cada quien contribuya en la medida de sus posibilidades y el Estado tenga recursos para la prestación de servicios estratégicos.

            En conclusión, en el marco de un capitalismo que parece tener largo aliento, a la par de respetar la propiedad privada y la iniciativa empresarial, de lo que se trataría es de contener la voracidad extractiva sobre la naturaleza y la desalmada especulación financiera del capitalismo salvaje, con el propósito de afirmar los valores de una democracia participativa que traiga equilibrios, que cierre brechas, y donde las personas estén siempre por delante del lucro y la acumulación insaciables de unos pocos.

Las elecciones desde los territorios y movimientos sociales – UCR Electoral en Voces y Política

Este miércoles 16 de febrero, se tendrá la segunda parte de: “Las elecciones desde los territorios y movimientos sociales”, mediante sus lecturas y testimonios, con la participación de Álvaro Ballestero, microempresario turístico de Siquirres y relatos de milla Fronteriza, Sixaola, territorios indígenas y Guatuso.

Se espera su participación en las redes sociales o por medio de llamada telefónica al 2234-3233.
Miércoles 16 de febrero a las 5:00 pm en Radio Universidad 96.7 FM
¡Nos escuchamos! #UCRElectoral #EleccionesCostaRica2022

Honduras 12 años de trabajo

Juan Carlos Durán Castro
Dirigente Sindical SIFUPCR
27 de enero

Sin pretender la más mínima profundidad y desde una modesta mirada, nos parece que una mezcla de inteligencia emocional y social, de tolerancia, perseverancia, flexibilidad táctica y estratégica, trabajo de base, trabajo intelectual y académico comprometido, junto a una política de alianzas real, ecléctica, diversa y plural, dan como fruto concreto un triunfo popular a las fuerzas progresistas de honduras, tras 12 años de trabajo disciplinado, que no dudamos pondrán un freno al saqueo.

No parece caber duda de que los resultados y la ventaja numérica del triunfo en las urnas de la ahora juramentada Iris Xiomara Castro Sarmiento, son el resultado de un vínculo programático con sectores sociales, que además refleja un enfoque altamente progresista, que se ve reflejado en el discurso de toma de poder de hoy en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, abarrotado por al menos unos veintidosmil seres humanos.

La visible algarabía popular y el contenido político del discurso proclamado coloca de relieve una aspiración de proceso nada fácil que impone atiempar decisiones de corto plazo que como vimos buscan impactar, pero que deben conllevar el enfoque estructural y estratégico, ya que, al día de hoy nuestro vecino país, alcanza un 74% de pobreza, solo para hacer una cita aislada.

Queda claro que este triunfo se inserta dentro de la nueva etapa en desarrollo del progresismo en américa latina y que contrasta con los sectores oligárquicos internos y externos, que sin duda mantienen feudos de poder en la estructura sistémica, sin descartar algunos posibles caballos de Troya, que esperamos sean minoría en el Ejecutivo de ese país, entendiendo además la conformación del legislativo, pero teniendo la esperanza de que 12 años de trabajo hayan logrado consolidar una base social plural, pero que soñamos tenga la confluencia de privilegiar acciones para las mayorías pobres.  

Es decir, si realmente Honduras y sus renovados liderazgos apuestan ante esa batalla ganada (no guerra), a cambios estructurales, pero sobre todo aspiran a un proyecto que dé los primeros pasos seguros  hacia una nueva subjetividad popular que coloque desde diversos espacios valores humanistas, con contenidos distintos a los del capitalismo salvaje, veremos posiblemente como el reto emprendido se va consolidando, aunque entendemos plenamente el elemento geopolítico regional y mundial que es parte del contexto.

Visto esto así, superficialmente, lo acaecido en Honduras, no es algo menor y no nos debe caber duda que de esos procesos y de la nueva etapa de progresismo debemos hacer lectura en función de la situación actual por la que atraviesa el país, esto en términos de lo que está en juego para el próximo mes y los escenarios políticos que están por consolidarse pronto.

Asi las cosas, el punto que aspiramos establecer para el caso de Costa Rica, aspira a que pongamos la luz larga posterior a la etapa que sigue post proceso electoral. Es decir, más allá de lo que pase el 06 de febrero 2022, el cómo quede dibujado el nuevo mapa político nacional, debe imponer una alianza para la resistencia social y este es el reto político mayor en caso de consolidarse la profundización del modelo de desarrollo que tiene al país dentro del top 10 de desigualdad del continente.

Ahora bien, los desenlaces post 06 de febrero, pueden establecer diversos escenarios, por un lado, si se consolida una ventana de oportunidad política en Zapote y en el Congreso, esa obligación que indicamos de imponernos una tarea política de unidad básica, con una agenda progresista, resulta ser de repente más fácil, pero igualmente más necesaria.

Caso contrario, es decir, si los poderes fácticos (los que el pueblo no atina a descifrar por diversas razones), y sus marionetas sistémicas enquistadas como cáncer en la institucionalidad, logran consolidar sus objetivos, ayudados por el distorsionador poder mediático que opera como un imperio controlador de los sueños y sentidos,  la  responsabilidad histórica de unificarse es mayor, pues la patria se hundirá  más en la pobreza, la exclusión, la acumulación de la riqueza, el flagelo del hurto de impuestos, la corrupción y muchas cosas más.

En tal sentido, los seres humanos dirigenciales visibles en el conglomerado socio-sindical y otros y otras dirigencias intersectoriales del país, que igualmente son desconocidos gigantes, tendrán nuevamente la oportunidad de empezar a construir la resistencia para la reversión del modelo antihumano de desarrollo nacional y en caso de no lograr nuevamente ponerse de acuerdo, tendrán una alícuota de responsabilidad con relación al derrotero que prosiga el país, después de febrero y abril 2022.

LANZAMIENTO DE PRISMA LATINOAMERICA

Miguel Sobrado

Tras las huellas de Joaquín García Monge editor de la revista Repertorio Americano una de las tres revistas de más impacto en Latinoamérica en la primera mitad del siglo XX.

Después de 50 años de trabajo académico, acompañado de la capacitación con organizaciones de autogestión comunales y productivas, que me hicieron recorrer parte importante del subcontinente latinoamericano, e incluso de África del Sur, he considerado emprender una acción de divulgación sobre las experiencias exitosas, que rompen los esquemas deterministas del atraso de la región por su naturaleza y enfoque de naturaleza sistémica. Necesitamos empezar a cambiar nuestra visión centrada solo en la corrupción de los políticos, dejando de lado su origen en un sistema institucional que por su naturaleza estimula y reproduce la corrupción.

Herencia histórica

En primer lugar, desde su génesis los estados latinoamericanos, aunque se denominan repúblicas, han sido excluyentes de muy amplios sectores de la población. Lo que ha restringido el juego de pesos y contrapesos requerido para la vida democrática y creado el clima para un capitalismo de amiguetes. Hecho que coloca a los grupos que operan con los “dados cargados” por encima del interés público.

Dentro de este contexto predomina la visión que los problemas del mal gobierno se deben a la falta de ética de sus gobernantes. Y de ahí se deriva que cambiando los gobernantes corruptos por otros honestos todo se transforma. No obstante, cuando se da la rotación y llegan los portadores del cambio, esto no sucede. Debido, por una parte, a que existe un desequilibrio por la exclusión del acceso a los recursos y a las oportunidades educativas de amplios sectores. Y por otra, como corolario de la primera por no existir un eje o proyecto nación que articule el sistema.

La discusión política, en este contexto, se centra en las personas y el control se orienta hacia ellas y los procedimientos y no hacia los resultados. Creándose un clima donde la corrupción e impunidad corren parejas, debilitando el Estado de derecho la confianza ciudadana y creando frustración y desesperación.

Se trata de un problema sistémico, que requiere de soluciones sistémicas. Soluciones que no dependan solo de las virtudes de las personas, sino de un proyecto democratizador e incluyente que apodere a las comunidades colocando el interés público adelante. Un proyecto que opere bajo los principios del control de resultados con responsabilidad personal; cerrándole espacio a la impunidad; que genere círculos virtuosos garantizados por los resultados obtenidos por la organización y participación de la gente.

Las políticas públicas, en este contexto, deben cumplir un papel estratégico en la inclusión social y en la construcción de nuevos pesos y contrapesos que permitan progresivamente el cambio de un sistema patrimonialista excluyente a uno incluyente y en armonía con la naturaleza. Pero los resultados de éstas dependen de como se incorpore a la gente.

La visión individualista, asistencial y clientelista y degrada la política social.

El problema de los desaciertos en las actuales políticas públicas radica en que no considera la participación de los excluidos en el desarrollo, sino que los ve como perdedores a los que hay que llevar de la mano como si fueran niños. Esta es la visión predominante congruente con las relaciones políticas clientelistas y el enfoque asistencial de los técnicos institucionales. Configurando una trilogía del atraso con las organizaciones “populares” clientelistas, carentes de propuestas de transformación, que se contentan con algunas migajas para mantener su cuota de poder.

La visión sistémica y la inclusión a través de la organización

Los proyectos exitosos impulsados por dirigentes latinoamericanos, que transforman las realidades, se salen de este esquema. Proponen la organización autónoma y liberan la creatividad de las comunidades Esta es la diferencia fundamental, se salen de la visión pasiva negativa, incluyendo a los excluidos en la solución de sus problemas en la participación con la organización autónoma de los proyectos.

Existen ejemplos en múltiples campos entre los que se destacan la salud, la educación, capacitación e integración de los saberes ancestrales con la nueva tecnología. Cada una tiene su historia, pero todas han actuado rompiendo círculos viciosos.

Cabe destacar la del Hospital sin Paredes en la Costa Rica rural de los años 70 del siglo pasado, donde se dejó de lado la medicina como una actividad curativa de especialistas y se centró la acción en la salud como como algo integral donde influía el medio ambiente, la infraestructura, la organización económica y social. El logro de la salud en la región atendida por el Hospital se dio gracias a la salida de los médicos de las paredes de los hospitales para integrar a las comunidades en una sola organización por la salud. Esta experiencia, un gran orgullo nacional, contribuyó a transformar la visión mundial de la salud en la conferencia de Alma Ata en 1978, y a la reorientación del sistema de salud nacional, hoy ejemplar en la región.

La educación, por su parte, una actividad vital en la formación de las sociedades contemporáneas en proceso de transformación, no puede verse como ha sido hasta el momento, una tarea, limitada al ámbito institucional. La educación formal, informal o técnica; es una función que trasciende a las aulas y desciende a las comunidades organizadas. Debe estar enraizada en cada realidad, de acuerdo a las necesidades y el nivel educativo de su población, pero conectada y actualizada a las mejores prácticas internacionales.

La producción de alimentos no puede medirse solo por la productividad inmediata, sino que debe ser sostenible para las próximas generaciones y con el ambiente. En este sentido debe liberarse de prejuicios tecnocráticos y estar abierta a incorporar las mejores prácticas desarrolladas por las culturas originales.

Todas estas experiencias han tenido como elemento común un enfoque sistémico que incluye y arraiga a las comunidades y grupos organizados con autonomía, en la solución de sus problemas.

Han sabido “frotar la botella del genio” para que aparezca y se incorporen con fuerza las comunidades y grupos organizados, haciendo tareas que parecían imposibles para gente sencilla.

Sobre estas experiencias no solo existen evidencias de que existen inmensas capacidades “dormidas” que se activan con la organización en condiciones de autonomía sino que se ha configurado un método de capacitación masiva que permite reproducir las experiencias.

Se parte eso sí de un enfoque que cree en el potencial de la gente adulta y que estimula la autonomía y la capacitación en organización como elemento de poder.

Pienso, basado en estas experiencias que existen senderos de esperanza, consolidados en las mejores prácticas y experiencias que demuestran que otro desarrollo inclusivo con la población y amistoso con la naturaleza es posible.

PRISMA LATINOAMERICA ha preparado varios videos para difundir las mejores prácticas y algunas de las malas. Arranca desde Costa Rica pero con invitados virtuales de México, Colombia, Uruguay, Panamá, Honduras y Gran Bretaña.

Un listado de estos videos se encuentra en la página de “Prisma Latinoamérica” en YouTube para estimular la acción de las nuevas generaciones hacia una visión sistémica que se centre en la inclusión social y la organización autónoma no clientelista de las comunidades.

Sesenta y dos personas firmantes le invitan a ser parte – Plataforma de la ciudadanía y los movimientos sociales

A raíz de la convocatoria lanzada hace dos meses por el Foro Confluencia Solidaria, sesenta y dos personas firmantes le invitan a participar en la elaboración de la:

Plataforma de la ciudadanía y los movimientos sociales
de cara al proceso electoral

SURCOS comparte la siguiente invitación:

Las personas firmantes de esta invitación proponemos construir una plataforma de la ciudadanía y los movimientos sociales, de cara al proceso electoral que ya inició, y como una forma de “hacer una valiosa contribución al presentar propuestas concretas sobre los aspectos más sustantivos” de la vida de las comunidades y los distintos sectores de lucha social. “Su voz debe levantarse hasta hacerse oír y ser tan fuerte como para minimizar la parafernalia que montarán algunos partidos y que, por demás, debilitan el pensamiento crítico y racional de la población”.

Puede ver el llamamiento completo en este enlace:

https://wp.me/p6rfbZ-gB6

La plataforma de la ciudadanía y los movimientos sociales de cara al proceso electoral será un aporte de educación popular y ciudadana. Le invitamos a enviar las propuestas de su organización, colectivo, o bien, a título personal.

Para ello ofrecemos el siguiente formulario a fin de que, -si aún no lo ha hecho-, pueda hacer llegar sus propuestas a más tardar el domingo 5 de diciembre:

https://forms.gle/io169WTiaFPZBMcV9

¡Nuestra voz debe escucharse! Le agradeceremos si comparte esta invitación.

Ana Cecilia Araya CuadraComunidad – San Ramón de Alajuela
Rodrigo Arias LópezAnálisis actuarial
Guillermo Arroyo MuñozOrganización comunitaria
Oscar Beita QuesadaConservación de los recursos hídricos en zona sur de Costa Rica; Organización: MARBE S.A.
Flor Bellido TorresPresidenta Asada de Pléyades, vicepresidenta Concejo de Desarrollo Territorial Talamanca – Valle la Estrella, Comité de Emergencia Local Valle de la Estrella, Junta de Salud de la Área de Salud Valle la Estrella.
Giovanny Blanco MataAsociación Internacional Mundo Sin Guerras y Sin Violencia
Carlos Brenes CastilloSociólogo y cooperativista. Cartago
Abelardo Brenes CastroRepresentante Asociación Jubilados en Acción
Christoph BurkardProtección de ríos y cuencas
Daniel Camacho MongeSociólogo, abogado, profesor emérito de la Universidad de Costa Rica. Activista en Derechos Humanos.
Rodrigo Humberto Campos HernándezDefensa y promoción de DDHH
Ana Chacón MoraPeriodista
Eric Chaves RamírezConsultor independiente
Asociación ComunidadesPromover el uso sano de la tierra, el agua y todo el entorno
Herbert E. Contreras VásquezInvestigador jubilado
Enid Cruz RamírezDefensa de los derechos de las mujeres
Jaime Delgado RojasAsociación de Jubilados en Acción del Magisterio Nacional
Manuel Delgado CascantePeriodista y escritor
Isabel Ducca DuránConfluencia Solidaria
Marcela Dumani EchandiDocente universitaria.
Juan Carlos Durán CastroTrabajador Sector salud (CCSS) y aspirante a dirigente sindical
Mujeres en AcciónDerechos de las mujeres
Italo Fera FallasDefensa y protección socio ecológica.
Héctor Ferlini-SalazarForo Confluencia Solidaria, Alianza por una Vida Digna, SURCOS Digital
Nora Garita BonillaA título personal
Gloria GavioliPuerto Viejo de Talamanca – Empresaria y presidente ATEC
José María Gutiérrez GutiérrezForo Confluencia Solidaria
Mauricio Gutiérrez ArguedasForo de Confluencia Solidaria y Red MMT Costa Rica
Carlos Alberto Hernández PorrasRed Economía Solidaria /RedEss
Ivannia Gabriela Hernández RamírezTeatro La Cambusina
María HernándezComunal. Colectivo Agroecológico Zurquí
Marjorie Hernández DelgadoAlfabetización Ciudadana, defensa de derechos ciudadanos, derechos humanos fundamentales y constitucionales, cumplimiento y hacer cumplir la Constitución Política
Herberth Herra CastroEn este proceso electoral seré activista del abstencionismo pensado, «si votar cambiara algo ya estaría prohibido”.
Oscar JaraEducación Popular
Madeline KiserConservación de los recursos hídricos en zona sur de Costa Rica; Organización: MARBE S.A
Jorge Arturo Lobo SeguraAmbientalista
Rafael López AlfaroExtensionista Universidad Estatal a Distancia / UNED PRO
Diana Marcela LópezPromotoras de derechos por medio del proyecto de Defensoras Populares
Óscar Madrigal JiménezJubilado
German Masís MoralesProfesor jubilado de la UNA, miembro de Alterdes
Rafael Ángel Méndez CastroPensionado
Mauricio Menjívar OchoaDocencia
Henry Mora JiménezAcademia
Marlon Andrés Navarro ÁlvarezAsociación de Desarrollo, ASADA, Concejo de Distrito, Cruz Roja
Lorea B PinoColectivo Agroecológico Zurquí
Elides Rivera NavasEmprendedora en turismo, Movimiento de Mujeres Indígenas, pueblo de Térraba
Dylanna Rodríguez MuñozDocente UCR y CEAAL
Fernando Rodríguez GarroAcadémico OES-UNA
Jiddu Rojas JiménezDocente de Filosofía / Coordinador del Encuentro Democrático.
Mariano Sáenz VegaJunta directiva Colegio de Profesionales en Sociología de Costa Rica
Eugenia Salazar AguilarActivista Derechos Humanos
Luis Andrés Sanabria ZaniboniDocente
Casilda Sancho BarrantesJubilada y participó en organizaciones de mujeres y en Transición, mayores de 60 años.
Inti Segura ChacónGestión de cambio
Pablo Sivas SivasDefensor de los derechos indígenas
Adilia Solís ReyesDocente UCR. También presidenta de organización CENDEROS, tema de migraciones y refugio
Carolina Somarribas DormondUniversidad Estatal a Distancia, Programa de Gestión Local
Dayana Ureña SolísAsambleas Patrióticas Populares (APP)
Edison Valverde ArayaMovimiento Buen Vivir Costa Rica
Álvaro Vega SánchezForo Confluencia Solidaria
Raúl Venegas CastroDirigente Sindical (Undeca) y parte de la Comisión Popular de Occidente (San Ramon, Alajuela).
Roberto Zeledón AriasAsesor Legislativo

Imagen con fines ilustrativos.

Organización Interseccional pro-Derechos Humanos se pronuncia en relación con candidato a Fiscalía

Costa Rica, 26 de octubre de 2021

Carta Abierta a la ciudadanía

La Organización Interseccional pro-Derechos Humanos de Costa Rica (OIDH-CR) se ha enterado por la prensa nacional que el juez Francis Giovanni Porras León se ha postulado para el puesto de Fiscal General de la República, quien obtuvo un 92 % de calificación, lo cual lo ubica con alta probabilidad de ser electo para el puesto, según lo informa el diario La Nación.

Para nuestra Organización, la simple posibilidad de que esa persona pueda llegar a ocupar semejante puesto en la Administración Pública es un contrasentido y un agravio para la garantía de los derechos humanos de las personas ciudadanas de este país, en especial, aunque no exclusivamente, para las minorías sexuales. Recordemos que en el pasado el juez Francis Porras León ha sido un acérrimo enemigo y detractor de las luchas y conquistas de la comunidad de la diversidad sexual, afectiva y de género.

No podemos permitir, de ninguna manera que se repita aquella nefasta historia de Justo Orozco como presidente de la comisión de derechos humanos en la Asamblea Legislativa, o de la actual defensora de los habitantes. Costa Rica ha apostado contundentemente por un enfoque jurídico y político de respeto a los derechos humanos de todas las personas ciudadanas que habitamos en este país y no puede ser posible que estos derechos se vean de alguna manera socavados por la presencia de un fiscal general de la República cuyo discurso y prácticas, lejos de ser independientes y objetivos, se basen en preceptos religiosos fundamentalistas como ha quedado claro en sus acciones como juez de la República.

La OIDH-CR hace un llamado a la comunidad nacional y a los movimientos sociales que en el pasado han mantenido un espíritu de lucha por la promoción y defensa de los derechos humanos de todos los grupos sociales que históricamente hemos sido vulnerabilizados a unir esfuerzos y a manifestarse en contra de una posible designación de esa persona para el puesto de Fiscal General.

Costa Rica no puede, de ninguna manera, entregar a una persona que ha dado muestras fehacientes de ser un enemigo de las luchas por la justicia, la equidad, la inclusión y contra la estigmatización, por razones ideológicas asentadas en sus prejuicios religiosos, la tarea de impartir justicia en defensa de la legalidad y de los derechos humanos tutelados por la ley. Pues, como bien ha afirmado la Fundación para el Debido Proceso:

“El Ministerio Público (MP) debe desarrollar sus funciones de manera imparcial, con total independencia, es decir, sin interferencias ya sea de los poderes estatales, fuerzas políticas, grupos económicos, sociales, incluso de presiones de grupos criminales involucrados en las investigaciones. La independencia del MP es indispensable para que todas las personas tengan la misma posibilidad de ser procesadas según el mérito de la causa, sin distinciones ni privilegios de ningún tipo” (https://dplfblog.com/2021/08/31/una-fiscalia-general-para-una-costa-rica-convulsa-reflexiones-en-torno-a-la-proxima-eleccion/).

Atroz idea del Gobierno: privatizar y desnacionalizar la electricidad

(1 de 3) Por Osvaldo Durán-Castro, Sociólogo, profesor ITCR, ecologista FECON

Regresión de más de un siglo

¡Aberrante! Pocas veces esta palabra puede ser usada con tanta precisión, como en este caso para referirnos al “Proyecto de ley reforma al artículo 3 de la “Ley n° 7200 ley que autoriza la generación eléctrica autónoma o paralela”, expediente legislativo n° 22.601, que el Poder Ejecutivo presentó a la Asamblea Legislativa. Esta propuesta, encabezada por el Presidente de la República, remataría el modelo público de carácter social y solidario, y su institución rectora, el ICE, pues se orienta exactamente a favorecer la inversión privada de empresas generadoras tanto nacionales como externas. El proyecto además coloca al Gobierno de rodillas, como súbdito obediente, ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En este texto explicamos por qué el proyecto es un retroceso histórico de más de un siglo, y algunas de sus múltiples debilidades. Una revisión de algunos proyectos de privatización impulsados en anteriores administraciones y la complacencia del gobierno actual con la OECD, los revisamos en el artículo “Gobierno se somete a generadores privados de electricidad y a la OECD”, de próxima publicación.

La esencia del proyecto está explícita en el escrito del Gobierno: “El presente proyecto de ley se presenta ante la Asamblea Legislativa con el fin de eliminar la barrera a la participación extranjera en el sector eléctrico, al no existir una justificación ligada a esta restricción para la actividad económica atendida bajo la modalidad de servicio público”, y agrega que “la eliminación de esta restricción busca fomentar el comercio y la participación de la inversión extranjera en el país, así como las ventajas y efectos económicos, sociales y de desarrollo que de ellas derivan” (negrillas ODC).

Ese proyecto constituye un retroceso histórico inaudito que borraría uno de los avances sobresalientes de la sociedad costarricense, como fue la nacionalización de la electricidad y la posterior creación del ICE. De aprobarse, convertiría el mercado eléctrico nacional en un campo de competencia privada ya no sólo entre nacionales, y de éstos con el ICE, si no para favorecer directamente las inversiones transnacionales con plena igualdad de derechos al ICE, y obligando a la entidad estatal a comprar la electricidad que generen. Es decir, se perdería cualquier condición asociada a la nacionalización de la electricidad y su carácter de servicio social, para convertirla en un servicio público regido por la competencia privada, aunque el ICE siga presente como intermediario obligado entre los generadores y los consumidores finales, ya sea dentro del país o en el mercado regional, al que también los privados siguen presionando por incursionar.

Este tipo de apertura ilimitada es otro mecanismo o vía de privatización, prestación y venta de servicios públicos en favor del capital privado y desnacionalización, que se ha usado en paralelo a las concesiones de obra pública y las alianzas público-privadas. Todas conllevan el riesgo asociado de ampliar el tablero de corrupción, como ha ocurrido en muchísimos países del mundo, incluida Costa Rica. Con este proyecto el Gobierno abona directamente a la liberalización de la economía nacional entregando el servicio de electricidad al capital privado, lo cual será una pérdida para toda la sociedad costarricense.

Es una aberración que en Costa Rica el Gobierno acelere en reversa en tiempos en que urge proteger los beneficios colectivos y las economías nacionales, tal y como pide el Secretario General de la ONU, Antonio Gutiérrez. Aunque no nos detendremos en esa historia, vale decir que todos los componentes de los “modelos económicos fallidos” que vivimos hoy en el mundo, incluyeron, e incluyen, medidas de privatización y desnacionalización como las contenidas en el expediente n° 22.601 del Poder Ejecutivo. Debería el Gobierno recordar, o más bien conocer, lo que en el 2003 dijo Joseph Stiglitz, que fue jefe de economistas del Banco Mundial: “A todos aquellos que viven en México, Indonesia, Brasil, la India y otros mercados emergentes se les debería dar una consigna diferente: no luchen por la mítica economía de libre mercado, que nunca existió”. Lo que incomoda es que Stiglitz nunca lo expresara cuando él mismo impulsaba las políticas que empobrecieron y siguen llevando al hambre a millones de personas en todo el planeta.

“Ley Alvarado” para privatizar y desnacionalizar

El expediente n° 22.601 de la Administración Alvarado es mucho más intrépido que cualquiera de los intentos precedentes de privatización de la electricidad en Costa Rica. Suma un componente de desnacionalización que en aquellas propuestas no había sido expuesto de manera tan explícita con el objetivo de reafirmar los beneficios para el segmento de la élite nacional e inversionistas externos, que hasta ahora se han beneficiado con la generación privada de electricidad. La propuesta desconoce más de un siglo de avances sociales y colectivos en cuanto al servicio de electricidad frente a los intereses privados. Nos devuelve al año 1900 cuando la empresa The Costa Rica Electric Light & Traction Co., empezó a concentrar el servicio eléctrico de Costa Rica; aunque esta misma empresa fue desplazada por la American & Foreign Power Co., que concentró prácticamente todo el mercado. Esta propuesta de “ley Alvarado” desconoce la historia de luchas sociales para la nacionalización de la electricidad en Costa Rica, de fortalecimiento del servicio de electricidad con la creación de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz en 1941, pero sobre todo aniquila el Decreto Ley No. 449 del 08 de abril de 1949 que creó al ICE, del que cualquier gobernante, medianamente sensato, debería sentirse orgulloso y ser defensor.

Se podría decir incluso que la iniciativa pone en riesgo a las cooperativas y empresas de servicio público de electricidad, que contribuyeron, al menos en parte, a fortalecer el mercado eléctrico con sentido nacionalista y ampliando la cobertura a más regiones del país. (El principio de “solidaridad” en el caso de las empresas con formato cooperativo, habría que analizarlo a partir de los precios al consumidor final y del uso y reparto de sus excedentes). Digo que esas empresas reforzaron “en parte” el servicio público, pues hace años la Contraloría General de la República en un informe sobre “la eficacia y eficiencia en la asignación de fuentes de energía para la generación eléctrica”, advirtió “que los costos estimados de la energía de los proyectos de empresas distribuidoras públicas y cooperativas de electrificación rural, son en su mayoría superiores a los promedios determinados por la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA)” (CGR, 2016, p. 2). En esa misma línea, otro dato que debería revisarse con todo cuidado y seriedad es que, según explicó la Contraloría en el mismo documento sobre la eficiencia de proyectos: “no son competitivos Eólico Valle Central de la CNFL, S.A. y Los Santos de Coopesantos R.L, cuyos costos nivelados de la energía de 18,38 y 16,33 c$/kWh están muy por encima del rango utilizado de 7,09 y 12 c$/kWh. Ello, a pesar de que este tipo de generación es cada vez más competitiva y los mejores proyectos a nivel mundial alcanzan consistentemente los 5 c$/kWh sin financiamiento” (CGR, p.10).

Toda la argumentación del proyecto presentado por el Ejecutivo se subsume en un artículo que, aunque pareciera inofensivo, es la propuesta más regresiva que hayamos enfrentado desde 1990, cuando entró en vigencia la Ley 7.200 para favorecer a los generadores privados. Dice el “ARTICULO ÚNICO. – Refórmese el Artículo 3 de la Ley No. 7200, del 28 de setiembre de 1990, cuyo texto dirá: “Artículo 3.- Interés público. Se declara de interés público la compra de electricidad, por parte del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), a las cooperativas y a las empresas privadas, que establezcan centrales eléctricas de capacidad limitada para explotar el potencial hidráulico en pequeña escala y de fuentes de energía que no sean convencionales” (Negrillas ODC).

Las debilidades e imprecisiones de este proyecto en general (que revisaremos en un próximo texto), y particularmente del texto del nuevo artículo, hacen que no soporte el mínimo escrutinio técnico. Alguna de esas carencias las revisamos en seguida:

  1. Declarar de “interés público” la compra de electricidad generada por cualquier oferente privado, nacional o extranjero, colocaría al ICE en una condición peor que la que tiene hoy comprando y pagando electricidad de acuerdo con las obligaciones que le imponen las leyes 7.200 y 7.508 aunque no sea requerida por la sociedad costarricense. La determinación del interés público no debe reducirse a un antojo político y comercial. Debe responder a un proceso técnico para definir la necesidad para el país de cada proyecto en particular. Esto está asociado con la relación oferta-demanda, y es bien sabido que el país cuenta con una capacidad instalada y de generación que duplica y más la demanda nacional. Además, esa generalidad flexibiliza la rigurosidad para concluir sobre la viabilidad social y ecológica y la factibilidad económica, que debe establecerse científica y socialmente, también para cada uno de los proyectos.
  2. Esa idea general de “interés público” está copiada del proyecto “Ley General de Electricidad”, expediente No. 17.812, de los Gobiernos Arias Sánchez y Chinchilla Miranda, cuyo artículo 11 indicaba: “Se declaran de interés público y conveniencia nacional los proyectos de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica que desarrolle cualquier agente del mercado eléctrico nacional”. Para facilitar aún más la construcción de nuevas plantas generadoras, el proyecto proponía que “…los órganos e instancias del Estado y los gobiernos locales otorgarán trato prioritario sobre otros proyectos, a los trámites y gestiones necesarios para el desarrollo acelerado de estos proyectos. Los plazos serán reglamentados por el Poder Ejecutivo”. Ese proyecto de 2009 buscaba la igualdad de condiciones para la competencia entre el ICE y privados en el mercado eléctrico, y esta nueva iniciativa avanza sustancialmente promoviendo “eliminar la barrera a la participación extranjera en el sector eléctrico”.
  3. Declarar de “interés público la compra de electricidad” es otro mecanismo legal que obligará al ICE a adquirir la electricidad de cualquier competidor privado, aspecto que hace menos de un año se mostró espinoso cuando el ICE decidió no renovar algunos contratos de generadores privados por ser innecesarios para atender demanda nacional de electricidad. El pago a generadores privados llegó a 3.141 millones de dólares entre 1989 y 2021, según datos del ICE publicados por el Semanario Universidad. Aunque la amenaza de debilitamiento del ICE es el problema principal en este proceso, la misma institución ha tenido un papel destacado. De acuerdo con Mauricio Álvarez “El ICE viene actuando en esa dirección, pues ya convirtió a la transnacional española Unión Fenosa en la mayor productora de electricidad privada en nuestro país, con un total de 100 MW, al otorgarle un segundo proyecto (actualmente posee Torito, de 50 MW y La Joya, también de 50 MW)”.   Recordemos que los proyectos con la Ley 7.200 no pueden superar los 20.000 kW (20 MW) y los contratos bajo la Ley 7.508 tienen un tope de 50.000 kW (50 MW).  Entre ambas modalidades el tope de generación es el 30% de la capacidad del Sistema Eléctrico Nacional. Independientemente del uso que se le ha dado a esas leyes, establecen límites y cantidades claras.  Y este proyecto adolece del todo de esas precisiones elementales».
  4. Cualquiera que revise el proyecto y lea que el ICE deberá comprar la electricidad de “fuentes de energía que no sean convencionales”, lo primero que se pregunta es ¿Cuáles son esas fuentes? En el mercado eléctrico de Costa Rica podemos anotar como convencionales la hidroelectricidad, térmica, geotérmica, hasta la eólica y la generada con biomasa, si consideramos que ya tienen bastantes años de ser parte de la oferta nacional. ¿A qué se refieren con “no sean convencionales”?
  5. La misma finalidad del proyecto “eliminar la barrera a la participación extranjera en el sector eléctrico” es otra imprecisión inaceptable, pues no define condiciones para ejecutarla. Dada esa generalidad, el término “eliminar” permitiría eventualmente una apertura indiscriminada que sería imposible subsanar, corregir o definir por medio de un reglamento. De hecho, es común que muchos ajustes legales para favorecer la generación privada, hasta ahora, se hayan hecho por medio de decretos y directrices ministeriales, pero en este caso, es imposible determinar cómo se dará esa eliminación de barreras a la inversión privada, y sobre todo cuáles serán sus impactos en el mercado eléctrico y para la sociedad costarricense que finalmente deberá consumir esa electricidad a precios de mercado privado. Por eso el texto implica un conjunto de amenazas que ameritan su rechazo absoluto.

Forzar la Constitución para desnacionalizar

La otra línea de justificación, a la cual se le dedica la mayor parte del proyecto, es un conjunto rebuscado de argumentos para forzar la conclusión de que actualmente la inversión privada está poco menos que imposibilitada en Costa Rica. Estirando las ligas al extremo, el proyecto funde el argumento de la OECD -eliminar barreras de inversión privada- con una interpretación de la Constitución Política y de jurisprudencia constitucional de manera más que rebuscada. Dice el Gobierno que “eliminar la barrera a la participación extranjera en el sector eléctrico”, “Es una recomendación (de la OECD) que se relaciona con el principio constitucional de igualdad, en términos generales y de igualdad entre los nacionales y extranjeros, en términos específicos, y conlleva que no se discrimine entre unos y otros, salvo las excepciones y limitaciones que la Constitución y el ordenamiento establezcan. También se relaciona con la libertad constitucional de empresa o de ejercicio de la actividad comercial”.

Esa interpretación no sólo se usa para promover la privatización del servicio público de la generación, compra, distribución y consumo de electricidad, si no que busca desnacionalizarlo. Por eso hablamos de una regresión hasta antes del 8 de abril de 1949 e incluso hasta 1900 a tiempos del mercado eléctrico controlado desde el sector privado nacional y transnacional.

Este proyecto es un gesto de genuflexión ante el empresariado privado, y en el ámbito global, una reverencia neocolonial ante la OECD. Nadie antes, ni con los proyectos de ley de los partidos más antiguos y tradicionales como Liberación Nacional y la Unidad Socialcristiana, se llegó al extremo de buscar “el principio constitucional de igualdad…entre los nacionales y extranjeros” para que no se “discrimine entre unos y otros”. Siendo la nacionalización de la electricidad y la creación del ICE insignias notables del Estado social de Costa Rica, es imposible aceptar lo que proponen estos gobernantes, como la idea de no discriminar y de procurar “igualdad entre los nacionales y extranjeros” en el control de una actividad económica verdaderamente crucial para la sociedad costarricense, como es la electricidad. Si se piensa en los costos de la cobertura en regiones de difícil acceso, de nuevo cobra más que pertinencia la necesidad de fortalecer al ICE como entidad de servicio social, y preguntarse si los privados, como nunca ha sido hasta ahora, prestarían el servicio en cualquier región del país.

Cierto es que para algunas empresas privadas del sector eléctrico la apertura indiscriminada podría ser una buena oportunidad para aliarse con foráneos, como ya ocurre con los proyectos (BOT sigla en inglés) Construcción, Operación y Transferencia de la ley 7.508, pero en un escenario de competencia abierta hasta las demás empresas, como las cooperativas, podrían ser disminuidas, parcialmente absorbidas y hasta eliminadas del mercado. No es que los empresarios nacionales de la electricidad privada ameriten defensa, pues ya hemos documentado cómo han hecho fortunas vendiendo electricidad cara e innecesaria. Se trata de que la soberanía, como condición fundamental de un país y de una nación, debe considerar como principio la defensa de “lo nacional” ante la invasión de capitales foráneos, sobre todo en la prestación de cualquier servicio social prioritario, como es la electricidad.

El proyecto no establece ningún límite de inversión para el capital externo. No señala plazos ni condiciones de inversión y venta de la electricidad. No justifica, ni remotamente, que esta apertura se fundamente en una necesidad nacional de electricidad y además, como hemos demostrado, en Costa Rica no falta ni un peso de inversión privada para atender la demanda de electricidad.

Como ciudadanía, este proyecto nos debería regresar a los primeros años del siglo pasado, pero para emular los movimientos sociales que iniciaron la nacionalización la electricidad en Costa Rica con la dirección de la Liga Cívica Nacional, lo cual se logró en 1948 tras décadas de lucha social.

Carlos Alvarado Quesada, Presidente, Rolando Castro Córdoba, Ministro a.i. de Ambiente y Energía y Elian Villegas Valverde Ministro de Hacienda, deben pasar a la historia como destacados peones de la destrucción del Estado social costarricense, y del ICE en particular. Deberían ser recordados por promover la apertura del mercado eléctrico para su privatización y transnacionalización, devolviéndonos a los peores tiempos de vasallaje en las relaciones entre países.

Movimientos sociales y las elecciones

El próximo miércoles 6 de octubre del 2021, a las 5:00 pm en el programa Voces y Política se conversará acerca de los “Movimientos sociales y las elecciones”, en el marco de #UCRElectoral. Se contará con la participación de:

  • Ana Carcedo Cabañas, activista feminista
  • José Oviedo Chaves dirigente campesino. 

Esperamos su participación en nuestras redes sociales o por medio de llamada telefónica. Teléfono: 2234-3233; 5:00 pm en Radio Universidad 96.7 FM