Ir al contenido principal

Etiqueta: Rodrigo Chaves Robles

Gobernando con las patas

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

En declaraciones aparecidas hoy en el diario La NaziOn, al referirse a la posible construcción de una refinería en Moín, el presidente Rodrigo Chaves dijo que él y su gobierno “no habían quitado la pata del acelerador”, y yo creyendo que don Rodrigo y su equipo lo que tenían eran pies. Claro ahora comprendo lo que nos pasa y el grave trance que vive el país, se gobierna con…¡las patas!, y como dicen los abogados: a confesión de partes relevo de pruebas.

Qué grave es que el gobernante y su equipo tengan hundidas las patas en el lodazal de errores que han cometido y arremetido un día sí y otro también, contra nuestro sistema institucional. En ese “bate bate” embarrialado en que han convertido la responsabilidad de gobernar, arremeten contra todo y contra todos, especialmente porque “el equipo” son funcionarios que han dejado de ser altos jerarcas, para ser parte de la manada que gobierna con las mismas extremidades, y por lo tanto, son incapaces de tener criterios y autoridad propias para ayudar, como eficientes colaboradores, a que el presidente no meta las patas, como en la Junta de Protección Social, por ejemplo.

Ahora me explico el desmadre institucional, y para muestra dos ejemplos más: el SINART y su descredito total al extremo que urge de una intervención para salvarlo, o la gran “ideota” del “copago” en la CCSS para el cual, como por arte de magia, aparecieron 200.000 millones de colones que “no tenían destino específico”, en el presupuesto de una institución que hasta hace pocos días el Presidente de la República y su dócil compañera de gobierno, decían que estaba quebrada, ¡a otros con ese cuento!, Así podríamos enumerar permanentes y constantes “metidas de pata” en Educación, Cultura, AyA, el ICE o Seguridad y un amplísimo etcétera.

Algo grave es la cantidad de mentiras, para lo cual tienen hasta una profesora exclusiva, y las contradicciones en que cae y proclama el gobierno constantemente; no se sabe si como estrategia para ocultar sus “metidas de pata”, o por creer que con eso engaña a un pueblo que ya es hora que abandone su indiferencia irresponsable; o el temor a las bandas de troles presidenciales que, por cierto, espero no se molesten porque diga que “su jefecito” gobierna con las patas, pues fue él quien lo confesó.

Espero que don Rodrigo Chávez entienda que en este país hay personas que caminamos erguidas sobre dos pies y con una cabeza sobre los hombros, que nos gusta pensar, analizar y exponer lo que creemos y que nos preocupa se crea que, de verdad, nos pueden gobernar…con las patas.

Pavas, 11 de noviembre 2023

Visas sin sentido

Freddy Pacheco León

¿Habrá pensado Chaves que el obstáculo impuesto a los hermanos hondureños no afecta a los delincuentes?

¿Se habrá enterado que la «porosa» frontera con Nicaragua y la más porosa vertiente Caribe y Pacífico, son como puertas de bienvenida a maleantes? ¿Acaso todos los días no entran y salen ilegalmente, nicaragüenses residentes en Costa Rica, para librarse de pagar los impuestos migratorios?

Así, la gente honesta, como los miles de turistas, estudiantes, deportistas, artistas, académicos, hombres de negocios, etcétera, son los afectados, mientras los que, según Zamora, ha de impedírseles el ingreso, se reirán de la «genial idea» de la imposición de visas, que no les afecta para nada.

Mientras tanto, la golpeada (por el dólar artificialmente bajo) industria turística nacional, extrañará los más de 13.000 turistas hondureños que nos visitan anualmente, y los exportadores nacionales, sufrirán serios obstáculos para exportar a Honduras, los $300 millones en productos, sin que los choferes ticos puedan cumplir con requisitos que, como reacción lógica, han ordenado los hondureños. Ello, además de las trabas para ingresar a territorio catracho, de camino hacia y desde El Salvador y Guatemala.

Chaves es sólo un títere irresponsable, efímero y fugaz

Por Guido Mora

Tengo la impresión y lo expongo a modo de hipótesis, de que el análisis que algunos hemos venido realizando sobre el triunfo de Rodrigo Chaves y su administración, ha partido de una perspectiva equivocada y, si un razonamiento parte de premisas falsas, es muy probable que la conclusión también sea falsa.

Hay que tener claridad meridiana de que, contrario a lo que muchos piensan, Rodrigo Chaves no es el detonante directo, ni el responsable del deterioro de nuestra institucionalidad, ni de la pérdida de credibilidad y de confianza en el sistema democrático. Rodrigo Chaves es sólo el instrumento, al servicio de algunos grupos políticos y económicos, que vieron la posibilidad de utilizar en su beneficio, la incertidumbre y la pérdida de legitimidad que enfrenta nuestro sistema político.

Estos grupos de poder emergentes se articularon al lado de “sicarios digitales”, especialistas en manejar las volubles voluntades y aprovecharse de las necesidades de las masas de votantes, -actuando como quien vende un producto comercial-; sin que en ellos exista un interés particular en impulsar una u otra concepción política: su lucha no es ideológica. Específicamente buscan satisfacer egos personales y de paso llenar sus bolsillos, para “venderse” después como “genios de las redes sociales”. En sus acciones no valoran ni ponderan, el daño político, social y económico causado a la sociedad y a la política, frente las expectativas generadas ante la opinión pública y la incapacidad real de satisfacerlas. Este no es un tema que les importe en particular.

Entre los políticos, esta misma intencionalidad tampoco genera sentimientos de culpa: su único objetivo consiste en ganar una elección, aunque en definitiva no tengan la menor idea para que utilizar el poder, por lo que terminan transformándose en vanidosos títeres de grupos de interés político y económico, que sólo procuran preservar el statu quo.

Rodrigo Chaves, en esta óptica, es un burócrata internacional ajeno por años a las realidades costarricenses que, ante la presencia de los candidatos tradicionales de siempre, carentes de confianza y credibilidad, logra sacar ventaja electoral y, tal como lo expone Anne Applebaum en su libro intitulado “El ocaso de la democracia”, hace uso de una buena e irresponsable estrategia de comunicación, ofreciendo a los votantes ávidos de promesas, soluciones fáciles a problemas complejos, espejismos en vez de realidades, en definitiva, populismo puro y duro.

Estos grupos políticos emergentes se aprovechan del hartazgo que enfrenta la sociedad costarricense, cansada del saqueo protagonizado por los representantes de los sectores económicos más favorecidos quienes, instrumentalizando a los partidos y a los políticos tradicionales, han logrado consolidar los procesos de concentración de la riqueza, y con ello profundizar la desigualdad e inequidad, en una Costa Rica que solía ser mucho más solidaria.

Desde esta perspectiva, Chaves constituye una “pequeña pesadilla”, resultado de esta triste realidad socioeconómica que vivimos como sociedad, alimentada por la incapacidad y entropía que sufre el Estado, que le impide atender apropiadamente la problemática socioeconómica y estructural que enfrentamos como país.

Constituye eso sí un error señalar a Rodrigo Chaves como el responsable de esta crisis de legitimidad.

No se trata de librar de responsabilidad al actual ocupante de la Casa Presidencial: Chaves es responsable directo de su prepotencia, de su intolerancia, de su autoritarismo, de la falta de estabilidad de su equipo de gobierno, de su desconocimiento de la realidad política costarricense, de sus improvisaciones y las de sus colaboradores.

En mi perspectiva particular, los responsables directos de esta crisis de legitimidad son los representantes de la clase política tradicional, los candidatos sempiternos, que pretenden seguir en el poder y qué, si no lo logran personalmente, procuran prolongar a sus familias y amigos en puestos políticos, para continuar usufructuando personal o familiarmente de la política y de los recursos públicos.

Estas acciones orientadas a perpetuar la presencia y la acción política de actores con poca o nula credibilidad, se han visto acompañadas por un deterioro acelerado y profundo de los valores éticos, tanto en el ámbito nacional, como local.

La combinación de acciones delictivas de funcionarios públicos, miembros de la clase política y de representantes del sector empresarial en actos de corrupción, en detrimento de la ética y del uso correcto de los recursos públicos, que, a los ojos de la sociedad, no han sido procesados con prontitud y eficiencia, han generado un profundo sentimiento de frustración e impunidad en detrimento del sistema político. Casos como la “Operación Diamante”, el “Caso Cochinilla”, el “Caso Pancho Villa” y el “Caso Azteca”, para mencionar los más recientes, han deteriorado aún más la imagen del Estado; de la política y de lo político, a los ojos de miles de costarricenses.

Otra manifestación de esta crisis la encontramos en la penetración de la delincuencia internacional; la multiplicación de los asesinatos en manos de sicarios vinculados a los cárteles de la droga y la penetración del narcodinero en la economía.

Paulatinamente los recursos económicos filtrados por los delincuentes internacionales se han transformado en un instrumento destinado a financiar dirigencias y liderazgos políticos locales y volcar, -por temor o en búsqueda de beneficios-, a algunos sectores sociales que, ante la incapacidad de satisfacer sus necesidades particulares, tienden a proteger con el silencio y la complicidad a sus eventuales benefactores o posibles agresores.

Como daño colateral, se multiplica el reclutamiento de jóvenes de edades tempranas, que en no pocos casos son asesinados por sicarios, convirtiéndolos en carne de cañón y llenando de luto a muchas familias a lo largo y ancho del territorio nacional.

La mala imagen de la política y lo político -que finalmente no resuelve los problemas que enfrentamos como sociedad-; su anclaje a las formas tradicionales de acción y de expresión; y su incapacidad de superación de esta realidad, constituyen uno de los elementos centrales que inhiben e incapacitan a la “clase política tradicional”, para desarrollar un proceso de generación de alternativas y acciones ante el populismo de Chaves y sus acólitos, y la cruda coyuntura sociopolítica que enfrentamos.

En el entretanto, los representantes de la casta política tradicional continúan sin comprender la urgente necesidad de evolucionar. Siguen sin entender que los ciudadanos están hartos de su incapacidad para resolver los problemas económicos, políticos y sociales. Se cierran a la realidad y pretenden obviar su complicidad en la construcción de esta problemática, fraguada en la concreción de muchas de sus acciones impulsando y aprobando leyes, que han transformado al Estado en un promotor y defensor de la inequidad y la desigualdad social.

Siguen los partidos y los políticos tradicionales sin plantearse o responder preguntas básicas para la convivencia política en la Costa Rica contemporánea. Seguimos sin respuestas a algunas preguntas que nos permitan definir un norte como sociedad:

  1. ¿Cómo debe de concebirse la democracia costarricense en la segunda mitad del Siglo XXI?;
  2. ¿Cómo se concreta esta concepción democrática en actividades medulares para nuestra sociedad: en el campo de la salud, la infraestructura, la economía o la seguridad ciudadana, entre otras?
  3. ¿Cómo debe de expresarse y consolidarse esta concepción política desde la educación, en donde muchos padres ni estimulan, ni comprometen a sus hijos a asistir a los centros educativos y, dónde los muchachos han perdido la esperanza, la ilusión y el interés por educarse, pues les genera mayor expectativa y capacidad de materializar ser un “influencer” o vincularse a un grupo delictivo?
  4. ¿Cómo hacer sentir a los educadores responsables y protagonistas del proceso educativo, de manera que podamos mejorar la calidad de la educación costarricense?
  5. La pregunta anterior también válida para ser aplicada en la salud pública y comunitaria, transformando a los médicos en protagonistas del proceso de optimización del funcionamiento de los EBAIS y de la CCSS.
  6. ¿Cuál debe de ser el papel del Estado en la construcción de esta opción política?
  7. ¿Cuál el papel de los gobiernos locales?
  8. ¿Qué transformaciones deben de promoverse en las y desde las instituciones públicas, para lograr el fortalecimiento de la democracia política, económica y social?
  9. ¿Cuál debe ser el papel de la sociedad civil en esta dinámica sociopolítica?

Bien lo planteaba Séneca hace miles de años: ningún viento es favorable para quien no sabe dónde va.

Estoy convencido de que los partidos políticos tradicionales, o los grupos opositores de Chaves, no tienen claridad de la agenda que debe de construirse, no sólo para vencer el incipiente populismo del presidente, sino para cumplir el objetivo que debería de orientar el quehacer de quienes deseen gobernar este país en la segunda mitad del Siglo XXI: cuyo eje central debería de ser la renovación y reformulación del modelo democrático en lo político, lo económico y lo social.

Debemos comprender que la democracia no es una obra terminada, sino un edificio en constante construcción; que se deben de fortalecer las ideas democráticas, extendiendo su alcance más allá del ejercicio del derecho del sufragio.

Estamos en la obligación de ofrecer a los costarricenses del futuro, la seguridad de contar con un estado democrático no sólo en lo político, sino también en lo económico y lo social.

Es urgente tomar las decisiones y realizar las acciones que nos permitan frenar los arrestos populistas, pero también, que nos permitan superar el estado catatónico en que hemos caído. De lo contrario, cualquiera otro loquito, de esos que se ponen a gritar o a barrer en las redes sociales podría darnos la sorpresa de ganar las próximas elecciones y entonces, sin duda alguna, se concretarán acciones más enérgicas orientadas a debilitar el sistema democrático costarricense.

Crucitas: lo peor de la administración Chaves

Orlando Barrantes Cartín

En el tema de Crucitas el presidente Rodrigo Chaves muestra lo peor de su administración:

– Sale a la prensa denunciando que otros gobiernos han hecho de esa mina de oro un desastre ambiental y de gestión.

– Ordena a la policía la intervención de la mina y su custodia.

– Luego silenciosamente saca a la policía y el lugar queda desguarnecido.

– Los coligalleros aprovechan y vuelven a entrar.

– Ante denuncias obvias de la opinión pública y de la prensa vuelve Chaves a enviar unos policías, que poco después reciben la orden de abandonar nuevamente la mina.

– Inmediatamente los coligalleros en estampida vuelven a ocupar toda la zona.

Solo los muy fanáticos seguidores de don Rodrigo no ven nada malo en esa más que sospechosa actitud del gobierno.

¿Asumirá Rodrigo Chaves los efectos del nuevo deterioro ambiental en Crucitas?

Cuando me tope al presidente no le daré la mano.

Grandes los estudiantes de secundaria

Oscar Madrigal

El mayor repudio recibido por Rodrigo Chaves hasta el presente fue el que le expresaron los estudiantes de secundaria este lunes 7. El presidente Chaves quiso impresionarlos haciendo preguntas y los estudiantes lo desnudaron preguntándole si las cifras las había sacado de TikTok, poniendo en evidencia que algunas políticas del presidente se basan en bulos, habladurías o informaciones tan poco serias como las redes sociales. Hasta cometía fraude, porque tenía que orientarse viendo su celular sobre las respuestas a las preguntas, con el fin de dar una imagen de sapiente ante los adolescentes. Fue pillado y abochornado.

El presidente Chaves ha tenido con la inmensa mayoría de los grupos sociales una actitud de menosprecio y un lenguaje ofensivo, ya se trate de diputados, magistrados, sindicalistas, estudiantes y hasta con sus ministros y presidentes ejecutivos (ejemplos los del expresidente de la Caja Ramos y la expresidenta del PANI). Ningún respeto y mucho menos consideración, hasta llegar a la vulgar amenaza de divulgar secretos sobre padecimientos médicos. Por eso cuando los estudiantes, muchachos adolescentes, le vuelven la espalda y no le dan la mano, expresan el repudio nacional a su forma de ser y de trato, y recuperan la hidalguía y dignidad del pueblo costarricense. En otras palabras, no se puede ofender a las personas sin esperar las consecuencias de esos actos. Los jóvenes en ese instante representaron a un país que ha sido mancillado por las chabacanerías y groserías del presidente.

Por supuesto que no faltan los que dicen que son malcriados o maleducados. En mi criterio fueron dignos y mostraron cortesía ante el agraviante.

También dirán otros que son unos vagos que no quieren estudiar. Ya los ignorantes más grandes lo han dicho de todos los que han luchado por los derechos, los que pelearon por el Código de Trabajo, las sufragistas por el voto de las mujeres, los que afrontan la discriminación han sido mancillados por los imbéciles.

Los estudiantes de secundaria sacaron la cara, mostraron el decoro, la dignidad y la grandeza, vilipendiada desde las más altas autoridades gubernamentales.

Sindicato denuncia vaciamiento de la CCSS

Una política de liquidación

El gobierno de Rodrigo Chaves está dejando morir a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y favoreciendo de hecho a las empresas privadas del sector de salud, denunció Lenin Hernández Navas, secretario general del Sindicato Nacional de Enfermería (Sinae Afines).

Daniel Gatti

En declaraciones al Diario Extra de esta semana, Hernández dijo que el actual Ejecutivo “no tiene interés alguno en honrar la deuda” de 3,2 billones de colones que mantiene con la CCSS.

El Estado mantiene otra deuda con la Caja, de 5,4 billones de colones, contraída por el Ministerio de Salud Pública, y tampoco quiere pagarla. “No hay voluntad de cancelación y aparte hay una situación de privatización, convenios con hospitales privados. Así, el sistema quiebra”, dijo.

Hernández opinó que la Caja debe ser saneada, pero remarcó, apoyado en estudios independientes, que la institución no está en quiebra y que se han presentado fórmulas para recuperarla que las autoridades no han querido analizar.

No se puede castigar a la institucionalidad y favorecer a algunas alianzas público-privadas”, insistió.

Alrededor de un 20 por ciento de los servicios de la Caja han sido además tercerizados, mientras faltan anestesiólogos, cardiólogos, cirujanos cardiovasculares, ortopedistas.

El SINAE denunció a María Eugenia Esquivel, presidenta de la CCSS, y a Carolina González, directora actuarial de la institución, ante el Ministerio Público y la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción (Fapta) por falsedad ideológica, cohecho propio y corrupción.

En su XVI Conferencia Regional Latinoamericana, desarrollada en mayo en Sao Paulo, la UITA denunció el vaciamiento de la CCSS como parte del proceso de “desgaste del Estado benefactor y de instauración del ideario neo liberal” que se viene desarrollando en Costa Rica desde hace al menos tres décadas y que el actual Ejecutivo ha acentuado con una ofensiva antisindical sin precedentes”.

“La política del actual gobierno abandona su responsabilidad económica con la seguridad social, dejando de pagar la cuota del Estado y obviando la enorme deuda acumulada con la CCSS”, subraya la resolución.

El texto recordó igualmente que el gobierno de Chaves eliminó la representación de los trabajadores en la CCSS y designó en cambio en altos cargos a “personas vinculadas a empresas transnacionales, contraviniendo el Convenio 102 de la OIT”, al cual Costa Rica adhirió.

 

Fuente: https://www.rel-uita.org/costa-rica/una-politica-de-liquidacion/

CONARE se solidariza con la comunidad estudiantil universitaria y repudia violencia verbal del presidente Rodrigo Chaves Robles

Ante los eventos acontecidos este martes 25 de julio de 2023, en Nicoya, CONARE se solidariza con la comunidad estudiantil universitaria y repudia, una vez más, la violencia verbal y el irrespeto a los derechos constitucionales por parte del presidente Rodrigo Chaves Robles.

25 de julio del 2023.  Este 25 de julio de 2023, decenas de estudiantes universitarios fueron retenidos en las inmediaciones de la iglesia nueva de Nicoya, espacio público donde se realizarían los actos propios de la celebración de la Anexión del Partido de Nicoya.

Un contingente de elementos de la Fuerza Pública los retuvo por espacio de una hora para que no ejercieran sus libertades individuales, contempladas en nuestra Constitución Política, tales como el libre tránsito y la libertad de expresión.

Desde el CONARE denunciamos con absoluto repudio este accionar del Gobierno propio de un régimen autoritario y con tintes dictatoriales, lejano de nuestra tradición democrática. La manifestación pública es un derecho ciudadano, contemplado en nuestra Constitución Política, instrumento capital de nuestro Estado Democrático y Social de Derecho. Con suma preocupación vemos como de manera sistemática y consecuente el Gobierno a través del presidente Chaves Robles, ejerce acciones que minan la democracia, en este caso hacia nuestra juventud, acompañadas de una violencia verbal desbordada, ajena a toda tradición pacifista y de tolerancia, insignia irrefutable de esta Patria querida.

Al referirse a los estudiantes universitarios costarricenses como “esbirros”, el señor presidente los equipara con delincuentes violentos que actúan por medio de un pago. Condenamos enérgicamente estas palabras, porque estos jóvenes son el presente y el futuro de Costa Rica, los hijos y las hijas de esta tierra de gente honrada, trabajadora, resiliente y decente. A ellos y ellas nos debemos las Universidades Públicas y la dignificación de estos hombres y estas mujeres es nuestro compromiso con el país.

Nos unimos a las manifestaciones de preocupación sobre el ejercicio de las libertades y la democracia, expresadas por instituciones y grupos iberoamericanos y rechazamos enérgicamente toda manifestación que atente contra la consolidación de la democracia como forma de Gobierno.

En plena negociación del FEES, el presidente nuevamente hace declaraciones públicas desafortunadas, deslegitima a la Comisión de Enlace al burlarse del proceso de negociación, irrespetando no solo a los rectores, a la rectora y a la representación estudiantil negociante, sino a sus propias ministras y ministro que vienen trabajando para llegar a un acuerdo.

Señor presidente, honrando una vez más nuestra idiosincrasia, siendo que representamos al sector educación de este país, nuevamente le instamos al respeto, al diálogo y al rechazo determinado a toda forma de violencia verbal, física y simbólica.

Don Rodrigo Chaves Robles una al pueblo de Costa Rica, no lo polarice.

Las batallas del Presidente Rodrigo Chaves

Vladimir de la Cruz

Múltiples frentes para desmantelar las conquistas sociales en Costa Rica

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, se incorporó a la política nacional, después de haber sido funcionario del Banco Mundial y haber estado ausente del país, por casi 35 años, como ministro de Hacienda, por un brevísimo período, al terminar el gobierno de Carlos Alvarado, 2018-2022.

Saboreó las mieles del poder y buscó posibilidades de participar en las elecciones nacionales, de febrero del 2022, con partidos pequeños, nuevos, sin experiencia política y electoral. Con éxito se incrustó como candidato del Partido Progreso Social Democrático, recién fundado y sin ninguna participación ni ideario político electoral anterior.

La campaña la asumió colocándose como candidato que enfrentaba a todos los partidos que habían gobernado anteriormente, acusándolos de la ingobernabilidad que esos mismos partidos decían que sufría el país, así como de los males de la corrupción nacional y el abandono de la población, especialmente rural y pobre, por prácticas institucionales.

En Costa Rica se ha venido sufriendo un ataque constante, desde hace muchos años, contra la política, los políticos, los partidos políticos, malos gobiernos; acusándolos de corrupción, desapego a las soluciones de los grandes problemas nacionales que sufre la población, entrabazón institucional para resolver problemas y para incentivar nuevos procesos de emprendedurismo. También, el ataque ha sido dirigido a los poderes públicos, especialmente a la Asamblea Legislativa y los diputados o legisladores, de los partidos allí representados; a la Corte Suprema de Justicia en sus diversas instancias judiciales, especialmente a su Sala Constitucional, y a los medios de comunicación. Esto ha provocado un desencanto de la democracia como sistema político que se expresa en un alto índice de abstencionismo creciente en los últimos procesos electorales nacionales. En cierta forma ha estimulado la simpatía por la llegada de hombres fuertes al ejercicio del gobierno.

El crecimiento de la pobreza, de la extrema pobreza, el desarrollo de asentamientos humanos de estos sectores cada vez más visibles en la geografía nacional; el desempleo creciente, que tiene más de 400.000 personas en condición de desempleados; el aumento de más de 100.000 mujeres cabezas de familia, consideradas el principal ingreso de sus hogares aunque tengan esposo o compañero, desocupadas; la expulsión forzada en el contexto de la pandemia de 120.000 jóvenes del proceso escolar; la agudización de la pobreza en las zonas marginales y rurales del país, el abandono de políticas institucionales en esas regiones; la imposibilidad de poder ofrecer salidas, oportunidades y posibilidades, educativas y de trabajo, a miles de jóvenes, lo que ha llevado a que el trabajo informal ronde el 60%; el congelamiento nacional de salarios desde hace cuatro años, con un crecimiento constante de pagos de servicios públicos y de los precios de alimentos de la canasta básica; y, un estrujamiento de las clases medias urbanas y rurales, con congelamiento también de sus ingresos y de las pensiones; con alto grado de evasión y elusión fiscal, por grupos económicos poderosos, ha ido marcando una gran división social y económica del país.

Dos Costa Rica se viven simultáneamente en el país. La de los que tienen todas las posibilidades de vivir satisfaciendo sus principales necesidades, manteniendo sus hijos en escuelas y colegios privados, con todas las condiciones para recibir una buena educación; viviendo en residenciales o condominios privados, con altos niveles de seguridad personal y social; con capacidad de pagar educación privada, servicios de salud y de seguros de salud privados, que les evita sufrir los atrasos de citas médicas en la seguridad social pública. Y, la Costa Rica de la gran masa de población que sufre los problemas de escuelas y colegios públicos deficientes, más de 1000 de ellos con sanciones sanitarias; con deficiencias tecnológicas de estudio, institucionales y personales, con deficiencias en la enseñanza de idiomas como segundas lenguas, requisito importante para la obtención de nuevos empleos; de una población que paga cargas sociales e impuestos y no ven ni reciben satisfactoriamente sus beneficios.

Así arribó Rodrigo Chaves Robles a la Presidencia de la República el 8 de mayo del 2022, sin experiencia política nacional, sin partido con experiencia histórica y política nacional, sin ideología política que lo identifique a él y a su partido gobernante, sin contar con equipos de colaboradores con experiencia política y de ejercicio gubernativo; con una postura populista y autoritaria.

Sus funcionarios y colaboradores inmediatos, los miembros de su Gabinete de Gobierno, los escogió, y así lo sigue haciendo, por ternas que le ofrece una empresa de acuerdo con los perfiles profesionales que él solicita, lo que le ha creado un grave problema de cambios constantes en su propio gabinete y en las oficinas institucionales del Estado y del Gobierno. En sus 14 meses de gobierno ha tenido 34 cambios, entre despidos y renuncias que ha provocado su inexperiencia y su manera autoritaria de gobernar con sus subalternos, como si la dirección del Estado y del Gobierno operara como una alta gerencia de una empresa, o como si fuera el director de programas del Banco Mundial, acostumbrado a dar órdenes con base a metas, objetivos y resultados.

Los cambios en cascada del Gabinete frenan cualquier iniciativa de los ministros y funcionarios que las impulsaron, y provocan improvisación de los nuevos que los sustituyen, dejando al mismo presidente al garete, a la deriva, sin gobierno real y efectivo, sujeto a las acciones y determinaciones improvisadas del conjunto que él comanda, provocando con ello un maltrato público, en mesas de prensa, de sus propios subalternos, y desarrollando un teatro de estratégicas batallas de la guerra que él ha provocado.

Desde su campaña dijo que él se compraría las broncas. Señaló y trazó su camino de riñas, de discusiones o alusiones fuertes y violentas de él contra el mundo político costarricense. En esto se ha distinguido como ningún otro presidente del país, ruidoso, agresivo, como una de las partes en disputa, destilando rabia, enojo, disgusto contra sus molinos de viento.

Su teatralidad de la guerra lo lleva al drama de su gobierno, entre comedia y tragedia, a manifestarse en varios actos o libretos, más como monólogos que como diálogos, para sus escenarios o batallas de radio y televisión, con los guiones finamente articulados y escritos para provocar sus barrabasadas, disparates y vómitos mentales con el grave perjuicio para la democracia nacional y la búsqueda de consensos políticos, que es lo que le debiera interesar por el bien del país.

Las batallas de su teatro las tiene claras. Es el poder por el poder.

La batalla política contra todo lo que signifique partidos políticos y políticos nacionales; contra los que han ejercido el gobierno y contra los que han estado presentes en la Asamblea Legislativa. Les dice que su ingobernabilidad no existe; que lo que ha existido es la falta de gobernantes, y qué él es un gobernante y llegó para gobernar…a la fuerza si es necesario, para lo cual trata de preparar el terreno. Se trata en su discurso de acabar con las instituciones partidarias, especialmente las tradicionales. En el caso político parlamentario la tiene especialmente contra el Partido Liberación Nacional y el Frente Amplio, como las fuerzas más opositoras; a Liberación porque es el partido que más oposición le puede dar y el que mejor respuesta puede brindar, si así lo quisiera, a sus malas políticas de gobierno; al Frente Amplio, por el distinguido papel parlamentario que tienen sus jóvenes diputados, que le constituyen un clavo en sus zapatos.

La batalla política más importante que lleva a cabo es contra los poderes públicos. Poder Legislativo porque con 10 diputados no puede hacer nada, contra la Corte Suprema de Justicia, sus magistrados y jueces, desacreditándolos porque tiene la posibilidad de juzgarlo, por acusaciones que se han presentado para su debido trámite, contra la Sala Constitucional porque sigue siendo el reducto más importante de la defensa del Estado de Derecho y todavía del Estado Social de Derecho, que le puede enmendar la plana cada vez que se parte de la constitucionalidad y del régimen constitucional y legal que juró respetar y cumplir al asumir el Gobierno. Dentro de la estructura judicial el presidente ha actuado contra el Ministerio Público y la Fiscalía General de la República, olvidando la división de poderes e intimidando a sus principales funcionarios.

La batalla económica contra los grupos económicos que han sido aliados de los partidos y grupos políticos que han ejercido el gobierno. Se trata de desplazar, por la vía de los negocios y políticas públicas, a esos grupos económicos para que entren y actúen otros, como los importadores, otros grupos bancarios financieros, el grupo de Calixto Chaves, los financistas chinos de su campaña electoral, especialmente contra el grupo financiero donde hay presencia del capital y familias de origen judío, ¡cuidado con el neonazismo! ¡Cuidado!, también se podrían mover a su alrededor grupos mafiosos de distinto pelaje.

La batalla institucional contra las instituciones del Estado, que en su visión operan mal, y hay que eliminar si fuera posible, o corregir de tal manera que se reestructuren precarizando o privatizando parte de sus servicios, o haciéndolas desaparecer al estilo de las políticas de la Escuela de Chicago en el Chile de Pinochet. Cuando se empeña en vender el Banco de Costa Rica, no es porque no sirva y hay que cerrarlo, sino porque es un negocio su venta para un grupo de sus amigos interesado en comprarlo.

Igual con las otras instituciones del Estado que quiere someter a procesos de privatización. En otra dirección, como la Caja Costarricense del Seguro Social, emblema nacional de la seguridad y paz social, es por la política de reducirla y fortalecer el sector privado de la salud. En la educación es igual, reducir el espacio educativo popular, reducir la matrícula eliminando los apoyos sociales, becas, trasporte estudiantil, comedores estudiantiles, no arreglando las 1000 escuelas que están con sanciones sanitarias, no dotándolas de las capacidades instrumentales y de la infraestructura necesaria, lanzando a los estudiantes a la deserción escolar y al trabajo informal que ya alcanza el 60%. O, el negocio de intentar cerrar del toda la Fundación Omar Dengo, por lo que significa su capacidad económica, para impulsar aprovechando esos fondos, los préstamos educativos hacia la educación privada y no pública, como es la estrategia de lo que tienen diseñado en este sentido. O, la venta de la Fábrica Nacional de Licores, por iguales razones, no morales, sino de gran negocio para grupos privados de hacerse con la producción de licores, pero especialmente del alcohol que produce la Fábrica, especialmente del alcohol industrial.

En su batalla contra las instituciones las presenta como que no han servido para los ricos, pero tampoco para los pobres.

En el plano de la cultura y educativo su batalla es contra la memoria histórica, contra la identidad nacional, contra las instituciones formadoras de conciencia nacional y de valores nacionales, por reducir hasta donde pueda el alcance vital de las universidades públicas, por asfixiarlas económicamente.

La batalla social de enfrentar a los grupos marginados, desclasados, pobres y de la extrema pobreza, empobrecidos de las clases medias, de los que ni trabajan ni estudian, contra el Estado y los gobiernos que los han desatendido, que los han llevado a esa situación social de exclusión, marginalidad y empobrecimiento, presentándose el Presidente Chaves como el Salvador, el que está identificado con esos sectores, como el que los reivindicará social y políticamente, haciendo ver que solo en él y lo que él representa los puede salvar, y sacar del hoyo en que se encuentran.

La batalla comunicacional que tiene declarada contra los medios de comunicación, escritos, radiales o televisivos; de redes sociales, que acusa de “canallas” y de “sicarios”, a los que les manda mensajes de que contra el gobierno no se debe escribir ni criticar, presionando por la exclusión y eliminación de articulistas y comentaristas de esos medios; utilizando baterías de troles desde el país y desde el extranjero contra cualquier crítico; presionando medios de prensa para que saquen de sus planillas asesores legales o comunicacionales, y amenazando, y pasando a los hechos, con el aparato del Ministerio de Hacienda, los inspectores de la Caja Costarricense del Seguros Social sobre empresas y personas investigándolas en el cumplimiento de sus deberes tributarios y cargas sociales. Mientras esto hace no actúa contra los grandes evasores y elusores fiscales, que fue una de sus promesas de campaña electoral.

La batalla comunicacional tiene también el frente de la intimidación; de provocar el miedo reverencial, del temor al gobernante; del bajonazo de piso al interlocutor, de la falta de respeto al periodista, de la agresión verbal a los medios de comunicación y provocar la desconfianza de sus informaciones e investigaciones periodísticas. La lucha pública que mantiene contra Extra, antes de su cierre, hace unas semanas, Canal 7, CRhoy y, en menor medida, pero sin descuidarlo, el Semanario Universidad.

Con una ignorancia política profunda y costarricense, pero alardeando de conceptos que ni siquiera maneja correctamente, el presidente se mete en el lenguaje y dialéctica de la vieja guerra fría, 1945-1991, del anticomunismo hoy trasnochado, atacando opositores políticos de “comunistas”, atacando al Frente Amplio de comunista, desconociendo que el Partido Comunista de Costa Rica, que todavía existe, se llama Vanguardia Popular.

En estos escenarios de sus batallas Rodrigo Chaves se alimenta del descontento popular acumulado, de esos sectores que no ven frutos del Estado ni del gobierno, aunque paguen impuestos y cargas sociales, que sienten que las instituciones del Estado estorban, que las élites políticas y económicas que han participado de esto hay que quitarlas.

La esencia de toda esta estrategia es que los grupos que han servido al Estado y al gobierno, y se han servido del Estado y del Gobierno, hay que desplazarlos porque viene otro grupo, representado por el Presidente Rodrigo Chaves, que es otra élite política, al ejercicio del Gobierno, a servir y a servirse del Estado y del Gobierno…ya lo estamos viendo.

Publicado en https://www.meer.com/ y compartido con SURCOS por el autor.

Ideas zombi sobre el empleo

Luis Paulino Vargas Solís

No son ideas que recién hayan empezado a expresarse en este gobierno. Para nada. En eso, como en casi todo lo que tenga que ver con política económica, el gobierno de Chaves repite lo que otra gente dijo antes, solo que lo dice con una retórica mucho más agresiva.

  • “Vamos a dar cursos de capacitación en el INA para mejorar las capacidades y la «empleabilidad’ de la gente”. Eso es magnífico, pero capacitar a la gente no crea empleos. Facilita conseguirlos si existieran. El problema es que no existen.
  • “Vamos a afinar los sistemas de ‘empleabilidad’ en el Ministerio de Trabajo para facilitar que las personas contacten a los empleadores y sean contratadas”. Mismo problema del caso anterior: la idea sería grandiosa… si los empleos existieran.
  • “Llevaremos las zonas francas a las regiones rurales”. Quien crea que Rodrigo Chaves, en su zafarrancho con CINDE, vino a descubrir el arroz con leche en relación con este asunto, está “detrás del palo”. Son muchos años oyendo ese cuento. La experiencia demuestra que, excepto en el caso de la agricultura monocultivista de plantación (piña, banano, etc.), o las cadenas hoteleras en zonas de fuerte visitación turística, las transnacionales son reacias a ir a zonas rurales, porque ahí no encuentran la infraestructura, los servicios públicos y el tipo de mano de obra que les gusta tener a su disposición. Los problemas de las regiones rurales y de su gente, demandan y merecen un abordaje distinto.
  • “Requerimos mercados laborales más flexibles y reducir el salario mínimo porque es muy alto”. Esta sí que es una mentirota del tamaño de los Himalaya. Primero, en Costa Rica la patronal contrata y despide al personal con total libertad. Imposible más “flexibilidad”. Segundo, tenemos 13 años en los que el poder adquisitivo de los ingresos de la población trabajadora no tiene mejoría alguna, algo jamás visto en la historia económica de Costa Rica. Si el empleo dependiera de la “flexibilidad” y de la baratura de la mano de obra, nos sobrarían empleos. Pero, obviamente, no es el caso. Deberíamos hoy más bien estar pensando en subir el poder adquisitivo de los ingresos. Pero ya ve usted que no, cuando más bien andan obsesionados con jornadas laborales de 12 horas, cuyo único objetivo claro es reducir aún más los salarios.
  • “Rebajemos cuotas de la seguridad social que son muy altas”. Primero: son “altas” ¿relativamente a qué? ¿Cuánto le costaría al empresariado costarricense financiar servicios universales de salud proveídos en forma privada? Si nos guiamos por la experiencia mundial, serán muchísimo más caros. O, alternativamente ¿optarían por servicios privados muy basiquitos, para atender una gripe, pero jamás un cáncer? Pues entonces prepárense para tener una mano de obra mucho menos saludable y productiva, y un orden social mucho más violento. Si les preocupa la informalidad (dudo que sea el caso), eso requiere respuestas apropiadas, dentro de las cuales lo de la seguridad social es, a lo más, un elemento entre otros. Por otra parte, es obvio que hay mucho que mejorar en la Caja, pero no lo mejoraremos desfinanciándola.