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Día Mundial de la Educación Ambiental

José Luis Pacheco Murillo

El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, con la finalidad de concienciar a las personas acerca de la importancia de preservar y proteger el medio ambiente, así como incentivar su participación en las iniciativas que se están llevando a cabo a nivel mundial, para su conservación. Es fundamental cuidar los recursos naturales de nuestro planeta para que las futuras generaciones puedan disfrutar y vivir en un mundo mejor.

Ya hemos dicho que la educación es fundamental para el desarrollo humano y la educación ambiental es fundamental para el desarrollo del medio ambiente, su defensa y conservación. La importancia de la educación para el cuidado del ambiente sirve para identificar la problemática climática, para concienciar a la sociedad en cuanto a la necesidad de participación por conservar y proteger nuestro planeta.

Se han realizado muchos esfuerzos en defensa del medio ambiente, sin embargo, seguimos debiendo pues en la mayoría de los países las políticas ambientales han sido ubicadas en los lugares últimos para invertir y procurar mejoras en la protección de la naturaleza.

La educación ambiental es un aspecto primordial para entender la importancia de respetar el medio ambiente y contribuir a la conservación de los recursos naturales, para lograr sociedades sostenibles.

En el marco del Seminario Internacional de Educación Ambiental, celebrado en Belgrado del 13 al 22 de octubre de 1975, se proclamó como fecha de celebración de esta efeméride el día 26 de enero.

Hay que valorar los esfuerzos que personas y organizaciones llevan a cabo para educar y proteger la naturaleza y el medio ambiente, debo mencionar el caso particular de Rotary Internacional que hace cuatro años decidió establecer un área de interés adicional para la ejecución de proyectos en todo el mundo para la protección del medio ambiente. Rotary comparte el interés por la protección de nuestro legado común: el medioambiente. Estamos comprometidos a apoyar actividades que fortalezcan la conservación y protección de los recursos naturales, fomenten la sostenibilidad ecológica y promuevan la armonía entre las comunidades y el medioambiente.

Dios quiera que sean muchas más organizaciones y persona a las que se involucren en este tema fundamental para la conservación del planeta y que los gobiernos de todos los países de igual

Manera hagan lo posible por implementar leyes y políticas de Estado en favor de la educación ambiental y con ello a la preservación del único hogar que tenemos: la tierra.

¿III Guerra Mundial?

«…los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad…», Simón Bolívar

Martín Rodríguez Espinoza

El Libertador se ha quedado corto, EEUU no no sólo a América, sino al mundo entero, llena de miserias. Su afán imperial lo quiere todo, absolutamente todo, en este mundo y más allá de las estrellas.

Ucrania sufrió un golpe de Estado, con la ayuda de EEUU se instauró una dictadura fascista que ha asesinado a miles de ucranianos de origen ruso y otras nacionalidades. Desde hace ya más de 9 años, ha bombardeado y destruido ciudades.

Ucrania no es más que una pieza más del juego de los EEUU y su servidumbre europea para avanzar en la apropiación del munfo entero. Su objetivo es destruir Rusia, ya lo intentaron en la II Guerra Mundial, pero fracasaron miserablemente. El objetivo es Rusia y luego van por China. De esta forma acabar con cualquier resistencia global y esclavizar a la humanidad entera.

Acrecentar la guerra, fomentar la muerte y la destrucción es su objetivo en Ucrania. Ya sin ninguna clade de vergüenza, en forma descarada, intervienen más directamente.

Su servidumbre europea enviará tanques a Ucrania, sirviendo, como en la II Guerra Mundial, de carne de cañon a EEUU.

Este miércoles, varios países más de Occidente han confirmado su decisión de suministrar carros de combate a Kiev. Entre ellos están Alemania y España.

En Madrid, no confirmó la cantidad exacta de vehículos que planea proporcionar, aunque medios locales indican que solo 53 de sus 108 tanques Leopard (que el Gobierno español adquirió a Alemania en 1998) son viables.

Se está por conocer la cantidad que enviará EEUU y Alemania, pero ya entrenan a ucranianos en tierras estadounidenses y europeas.

EEUU lleva esto a niveles aún por conocer. Lo que sí es cierto es, que no sucedería como en la II Guerra Mundial, esta vez las bombas sí caerían sobre EEUU.

 

Imagen: https://wsimag.com/

Pobre humanidad que poco humana que es

José Luis Pacheco Murillo

La guerra Rusia – Ucrania hoy puede tener cambios trascendentales y podrían suponer esos cambios el inicio de una escalada en la intensidad de la misma.

La OTAN ha solicitado a sus miembros que se requiere ayudar a Ucrania en su defensa, y países como Estados Unidos y Alemania ya han dado claras muestras de responder a ese llamado enviando a Ucrania tanques pesados de fabricación occidental.

La respuesta rusa no se ha hecho esperar en el sentido de mencionar que recurrirá a armas más sofisticadas y de mayor alcance, incluso de características nucleares.

Es decir, estamos a las puertas de una tercera guerra mundial con todas las desgracias que eso significa.

Hoy Alemania tomará la decisión de cuántos tanques Leopard 2 enviará a Ucrania, pero esa decisión depende de la de Estados Unidos de cuántos tanques Abrams. Además otros países como Polonia e Inglaterra están atentos para también tomar decisiones similares.

Una guerra cuyo inicio fue motivado por las presiones de Estados Unidos y la OTAN haciendo que Ucrania hiciera lo que deseaban, para que Rusia respondiera como lo hizo y hoy el negocio de esa guerra sigue adelante con el envío de armamento pesado cuyos costos son de miles de millones de dólares que sirven para ayudar a una economía decadente como la de Estados Unidos.

Estas decisiones traerán consecuencias muy graves para el mundo entero, y es que posiblemente los aliados a Rusia también tomen decisiones para contrarrestar esa ofensiva occidental.

Debemos estar atentos a lo que está por definirse a partir de hoy y las autoridades de países de nuestra región tomar medidas para una posible recesión por la guerra que se convertirá, de una entre dos países al menos en teoría, en una donde muchos países serán actores.

Dios quiera que las decisiones que se tomen hoy y en adelante se encaminen a buscar la paz, y que quienes tienen poder político para tomarlas sepan que serán millones de muertos los que tendrán que cargar en sus conciencias. La humanidad ha aprendido poco sobre la solidaridad, el amor y la paz a pesar ONU, OEA y todas las demás organizaciones multilaterales.

Pobre humanidad que poco humana que es.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

Bloque Verde: “Cuatro años más de una Defensoría de los Habitantes a espaldas de los ecosistemas y las personas que los defienden”

Comunicado de Prensa

(Bloque Verde, 24/1/2023) Tanto Erik Ulate, en su calidad de presidente de la “Asociación Consumidores de Costa Rica”, como Laura Arguedas, como militante del Partido Liberación Nacional, nunca han movido un dedo en la defensa de los derechos ambientales de la población costarricense, jamás han mencionado nada sobre la contaminación con agrotóxicos del agua potable por parte de empresas.

Ni Ulate, ni Arguedas han dicho nada sobre los asesinatos de Jairo Mora, Sergio Rojas, Jerhy Rivera. Nunca les ha preocupado que una parte de la población que decide defender los ecosistemas frente a la expansión piñera y bananera sufran de procesos de judicialización y persecución por parte de las empresas exportadoras. Ni Ulate ni Arguedas se preocuparon en ningún momento por apoyar el Acuerdo de Escazú para mejorar el derecho a la participación ciudadana en materia ambiental.

Ni Ulate, ni Arguedas, han hecho pública ninguna preocupación sobre el desastre de un país donde el 60% de los alimentos frescos están contaminados con plaguicidas. Arguedas o Ulate nunca se han pronunciado sobre la barbarie viven las comunidades rodeadas de plantaciones de piña o banano.

Desmond Tutu, un clérigo sudafricano que luchó contra el apartheid dijo una frase que puede ser importante recordar a la hora de escoger a la nueva persona que dirigirá la Defensoría de lo Habitantes: «Si eres neutral y guardas silencio en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor».

El señor Ulate no sólo es un militante del partido Liberal Progresista sino además forma parte de asociada a la Red Liberal de América Latina.  Tanto el partido como esa organización se dedica a profesar la religión del “libre mercado” una ideología que piensa que el Estado debe de minimizarse a su mínima expresión dónde sean el mercado, no los derechos humanos, lo que rijan a la sociedad.

Laura Arguedas pertenece a un partido que impulsó la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centro América. Quizá el acuerdo comercial que más golpeó la institucionalidad costarricense en materia social ya ambiental.

Un defensor o defensora de los habitantes debe de estar a la altura de las circunstancias en medio de la crisis climática, la amenaza de la sexta extinción masiva de especies y en medio de la crisis alimentaria. Deberían responder a la urgencia en la que viven decenas de comunidades que toman el agua contaminada; el deterioro de los ecosistemas de donde provienen las formas de sostén de muchas comunidades a nivel nacional; la injusticia en la que están condenados los pueblos indígenas que luchan por el derecho a la tierra, que ya por ley les pertenece. Necesitamos una defensoría que denuncie la crisis en la que están todas la Áreas Silvestres Protegidas y que señale que el actual gobierno desea privatizarlas valiéndose de la excusa de su maltrecho estado.

Pase lo que pase en la votación para la elegir la nueva cabeza de la Defensoría de los Habitantes, los diputados y diputadas condenarán a todo el país y sus ecosistemas a cuatro años más de una institución a espaldas de la vida.

Día Internacional de la Educación

José Luis Pacheco Murillo

El 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de concientizar a la población mundial acerca de la importancia de la educación para conseguir los objetivos contemplados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

La educación es la base para una sociedad justa, igualitaria y autosuficiente. La educación aumenta la productividad de las personas y como consecuencia, el potencial de crecimiento económico. Ayuda a erradicar la pobreza y el hambre, contribuye a mejorar la salud, promueve la igualdad de género y reduce la desigualdad.

En definitiva, se forma a futuras generaciones, forjando mejores ciudadanos.

Anualmente se selecciona un tema central para la celebración de este día internacional. Para el año 2023 el lema es «Invertir en las personas, priorizar la educación».

El desarrollo de cualquier país depende del desarrollo de su educación. Las grandes diferencias entre países y en relación con su desarrollo radica en el trato y la prioridad que se le da a la educación. Los porcentajes de desarrollo económico previstos por los organismos internacionales para América Latina para este año 2023 son sumamente bajos, y el porqué de ello tiene como respuesta: la pésima educación que tenemos en la región.

La pandemia, real o artificial, vino a agudizar las deficiencias en materia educativa y a acrecentar el rezago de millones de niños en materia educativa.

Es urgente darle prioridad a la educación porque de lo contrario quedaremos rezagados en muchos de los ámbitos que puedan requerirse para lograr un desarrollo en el campo económico, político, social pero especialmente en el desarrollo humano.

Los desafíos que tenemos hoy día en cuanto a delincuencia, a corrupción, a la comunicación y al avance en materia de salud y economía dependen absolutamente del desarrollo, avance y reconocimiento de la educación como prioridad.

Dios quiera que los gobernantes puedan entender la importancia de darle prioridad a la educación y que puedan nuestros niños y jóvenes tener la oportunidad de salir de la pobreza y del subdesarrollo humano gracias a la educación, aunque desgraciadamente a muchos de esos gobernantes les falta bastante educación y por ello no han comprendido lo que implica tener la mejor educación para las nuevas generaciones.

El Perú en un callejón sin salida

«Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en español y en quechua». Con esta frase, hoy 18 de enero, recordamos el nacimiento del escritor, antropólogo y etnólogo peruano autor de “Los ríos profundos”, José María Arguedas.

Rogelio Cedeño Castro. Sociólogo y escritor costarricense.

La pérdida de más sesenta vidas de ciudadanos peruanos, como fruto de la represión del gobierno instaurado, mediante un golpe de estado congresal militar, por los perdedores de las elecciones de 2021, no es un acto que se pueda calificar como democrático, más bien representa la instauración de una dictadura sangrienta y represora, un régimen donde los derechos humanos y el estado de derecho no existen. Las grandes mayorías del Perú Profundo: gentes de los Andes, la costa y la selva que han salido a defender su voto, además de su derecho legítimo de participar en la toma de decisiones en un país profundamente desigual, racista y discriminador de las grandes mayorías urbanas y rurales.

Cuando se mencionó el caso de Brasil, con el asalto a los edificios de los poderes públicos en la capital brasileña, y los peligros que estas acciones representan para la democracia en la región latinoamericana, se omitió profundizar en las condiciones mínimas de legitimidad y de respeto al estado de derecho que se requieren para que la democracia latinoamericana vaya más allá de las mascaradas electorales que se organizan cada cuatro o cinco años en nuestros países. La ausencia o el irrespeto sistemático al debido proceso, la presunción de inocencia, las garantías de contar con una defensa legal y el habeas corpus conforman una peligrosa corriente que nos deslizan hacia el autoritarismo y el totalitarismo de una derecha agresiva, inculta, mentirosa y enemiga de la libertad de pensamiento: todo ello con el concurso decisivo de los poderosos medios de comunicación corporativos, y de un poder judicial manipulado por los poderes fácticos e imperiales, donde algunos jueces, y fiscales manipulan descaradamente los mecanismos de la “justicia” tornándola inviable, tanto como la democracia misma en los países de América Latina, al judicializar la política en beneficio de sus intereses acusando falsamente, a través de los mecanismos del lawfare, a aquellos políticos que se quieran salir de la disciplina neoliberal, con sus políticas de saqueo sistemático de nuestros países y de irrespeto a los derechos humanos. En síntesis una institucionalidad presuntamente democrática de espaldas al pueblo, sin su participación más allá del manipulado sufragio.

Además, la intervención descarada de los defensores incondicionales de los intereses de las corporaciones transnacionales europeas y estadounidenses (incluida la jefe del Comando Sur de los Estados Unidos) acentúan lo que constituye el mecanismo, mediante el que se ha tornado imposible el ejercicio democrático efectivo en la mayoría de los países de nuestra región, por lo que nos encontramos en una profunda crisis de la democracia, sólo equivalente a la que planteó en 1966, el expresidente dominicano Juan Bosch (1909-2001) en su libro CRISIS DE LA DEMOCRACIA DE AMÉRICA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA, a raíz de la invasión de la República Dominicana, en abril de 1965, por cuarenta mil marinos estadounidenses, con el propósito de impedir el retorno a la democracia en ese país caribeño, emprendido por los revolucionarios constitucionalistas de aquella generación dominicana. Bosch calificó esa figura dándole el nombre de pentagonismo, ahora estamos ante un ascenso neofascista a escala internacional y regional.

Dado lo anterior, es que surge la obsesión de algunas gentes, por descalificar el recurso de acudir a los planteamientos teóricos de algunos autores y estudiosos de la sociología política, o la sociología del conocimiento (que trata de destrabar-por así decirlo- o explicitar la intrincada y compleja relación entre el conocimiento y la existencia social en sí misma), para intentar explicar o entender los alcances y componentes de la presente crisis peruana y latinoamericana, no importa si los aportes de los años sesenta y setenta del siglo pasado, o los de este cambio de siglo, en cuanto a los alcances de sus elaboraciones teóricas y trabajo de campo sobre estos temas, esa hostilidad latente aunque agresiva es algo que raya en el desvarío, el ridículo y la sinrazón manifiesta por parte de algunas gentes de la derecha totalitaria, que incluso se atreven a opinar sobre temas que no conocen o de los que no han leído ni una página.

Lo cierto es que, tanto la sociología como la antropología y la historia social, como las mismas sociedades latinoamericanas en tanto objeto de estudio, han experimentado grandes cambios en este medio siglo transcurrido, dentro del tiempo de la larga duración histórica: un hecho esencial, en el caso del Perú, es que hasta la década de los sesenta las grandes mayorías campesinas de los Andes Centrales del Perú estaban sometidas a un régimen de servidumbre, discriminación y racismo manifiesto, un tema que trataron con una dosis de empatía, e identificación con los pueblos originarios, no carentes del rigor analítico y el conocimiento sobre el terreno en el que se ponen de manifiesto esas realidades, autores como el antropólogo, novelista, poeta y traductor quechuahablante José María Arguedas Altamirano (Andahuaylas 1911-Lima 1969) y el periodista, escritor, cronista, poeta y novelista Manuel Scorza ( Lima 1928- Madrid 1983), con su saga de novelas cortas sobre las luchas campesinas en los Andes Centrales en aquellos años, previos a las reformas que introdujo el general Juan Velasco Alvarado, entre 1968 y 1975, quienes no necesariamente fueron sociólogos o se asumieron como tales, además de Héctor Béjar, el gran maestro de la sociología peruana, dada la inmensa producción bibliográfica producto de varias décadas de investigación y reflexión sistemática.

La verdad es que en un texto como este no pretendo, ni podría jamás agotar todo el complejo problema de la nación peruana, desde sus orígenes en cuanto a estado-nación, dos siglos hacia atrás, cuando fue inventada por los criollos herederos de los colonizadores españoles como un país, sin tener en cuenta a los pueblos originarios y poblaciones afrodescendientes.

La sociología, en tanto ciencia social, al igual que historia y la economía política no legitima en sí misma a los gobernantes de una nación, pero el apoyo del pueblo sí. En el caso peruano, nos encontramos con que Dina Boluarte, la presidenta de facto y sus titiriteros militares y oligarcas fujimoristas son rechazados por casi el noventa por ciento de la población(88 por ciento, según una encuesta de las más recientes).

A propósito de las acusaciones contra el presidente derrocado Pedro Castillo Terrones. formuladas por jueces y una fiscal oficiosa, además de parcializada, alguna gente parece olvidarse del debido proceso, la presunción de inocencia y el habeas corpus pilares del estado de derecho en una sociedad que sea democrática de verdad, tal y como habíamos mencionado al inicio de este texto. Ahora bien, de lo que se acusa a Pedro Castillo es de “acciones ilícitas” por las que no podía ser juzgado siendo presidente, las que, de ser ciertas, resultan ser insignificantes a la par del prontuario de todos los presidentes que lo antecedieron en el cargo, a lo largo de los últimos treinta años: unos presos, otros en fuga y uno suicidado (Alan García Pérez).

En el contexto actual, resulta inocultable la necesidad de destacar lo antidemocrática y mala perdedora que es la mayoría de la derecha en esta parte del mundo, no sólo en el Perú, sino también en Bolivia y hasta en Brasil, donde hace unos días trataron de dar un golpe de Estado. Por supuesto que esos son temas que a algunas gentes de la derecha no les interesan por lo que prefieren obviarlos, al igual que las más de sesenta víctimas mortales ocasionados por la represión ultraderechista ¿será que esos peruanos asesinados no son seres humanos? algo muy similar, a lo que pasó en Bolivia, en noviembre de 2019, con las víctimas de Sakata y Senkaba (alrededor de 40) durante la dictadura de Yanine Áñez, esa que el valiente pueblo boliviano supo revertir.

El presidente legítimo del Perú, el señor Pedro Castillo Terrones continúa secuestrado por gentes que usurparon el mando de la fuerza pública, cuando aún no había sido vacado por el congreso, ni se había seguido el debido proceso para concretarla. En lo que fue una clara violación del orden constitucional, algo que resulta de suyo evidente.

La lamentable ignorancia y cinismo manifiesto de algunas gentes las alejan cada vez más de la realidad. A fin de cuentas, tal vez no haya ciencia social o ciencias sociales(tal vez la brujería y la nigromancia podrían resultar mejores para algunos) como suelen afirmar sin ningún fundamento, pero lo cierto es que la mentira descarada sobre lo social tampoco nos aproxima al conocimiento de lo que de verdad ocurre: Todos los anteriores presidentes del Perú se agacharon ante la oligarquía y firmaron su hoja de ruta, a pesar de ello Alan García Pérez se suicidó cuando iba a ser detenido hace ya tres años(¿se asiló en los infiernos acaso?) al haber graves evidencias en su contra, Alejandro Toledo sigue detenido en Estados Unidos esperando ser deportado por defraudaciones multimillonarias, Ollanta Humala sigue procesado y con detención domiciliaria, Alberto Fujimori en la cárcel por crímenes contra la humanidad y así sucesivamente. Lo extraño es que a Pedro Castillo Terrones, que de socialista o comunista no tiene nada, no se le siguió el debido proceso y continúa secuestrado por el nuevo régimen, ese que ya ha asesinado a más de sesenta peruanos. Dina Boluarte, al igual que Jeanine o Yanine Áñez, la aprendiz de dictadora de Bolivia en 2019-2020, tiene manchadas las manos de sangre, al igual que su premier militar ultraderechista Alberto Otárola, terminará en la cárcel como la boliviana y el ultraderechista Fernando Camacho, otro de los ejecutores del golpe de estado de 2019 en Bolivia.

Asamblea General de Naciones Unidas confirma solicitud de opinión consultiva a justicia internacional sobre la situación en Palestina: Costa Rica y Guatemala votan en contra

Nicolas Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR). Contacto: nboeglin@gmail.com

El pasado 30 de diciembre del 2022, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó una resolución que confirma y ratifica una anteriormente aprobada en el mes de noviembre del 2022 (Nota 1): en ella, se solicita a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya pronunciarse mediante una opinión consultiva, sobre la ocupación prolongada y la colonización del territorio palestino por parte de Israel (véase nota de la DW así como está muy completa nota de TV5Monde, y el comunicado oficial de Naciones Unidas).

Las dos preguntas formuladas a la CIJ contenidas en la resolución A/Res/77/247 (véase texto) se leen de la siguiente manera (párrafo 18):

«a) ¿Cuáles son las consecuencias jurídicas que se derivan de que Israel continúe violando el derecho del pueblo palestino a la libre determinación, de sus prolongados actos de ocupación, asentamiento y anexión del territorio palestino ocupado desde 1967, incluidas las medidas destinadas a alterar la composición demográfica, el carácter y el estatuto de la Ciudad Santa de Jerusalén, y de la aprobación por Israel de legislación y medidas discriminatorias conexas?

b) ¿Cómo afectan las políticas y prácticas de Israel que se mencionan en el párrafo 18 a) al estatuto jurídico de la ocupación y qué consecuencias jurídicas se derivan de ese estatuto para todos los Estados y para las Naciones Unidas?«

Ya habíamos tenido la oportunidad de analizar y de poner en perspectiva el voto anterior, acaecido el 11 de noviembre del 2022 en el seno de la Cuarta Comisión de la Asamblea General; así como de señalar el profundo temor que despertó en las máximas autoridades de Israel: véase nuestra nota al respecto titulada «Palestina: ocupación y colonización por parte de Israel prontas a ser examinadas por la Corte Internacional de Justicia (CIJ)».

Este temor anunciaba gestiones diplomáticas al más alto nivel, las cuales fueron desplegadas por parte de Israel y de su fiel aliado norteamericano a partir del 11 de noviembre para frenar a toda costa esta iniciativa: tal como lo veremos a continuación, estas gestiones tuvieron una efectividad bastante limitada, salvo contadas excepciones (una de ellas siendo Costa Rica).

Alcance de las presiones diplomáticas ejercidas entre los dos votos

El 11 de noviembre, en el seno de la Cuarta Comisión de la Asamblea General, el resultado había sido de 98 votos a favor, 17 en contra y 52 abstenciones. En la votación realizada el 30 de diciembre en la Asamblea General como tal, el resultado arrojó un total de 87 votos a favor, 26 en contra y 53 abstenciones.

El tablero de la votación reproducido a continuación permite conocer en detalle cuáles fueron los Estados que sucumbieron a las intensas presiones de toda índole desplegadas por el aparato diplomático israelí y por su incondicional aliado norteamericano. Cabe advertir desde ya que estas gestiones diplomáticas no produjeron mayores efectos, salvo algunas excepciones: con un único caso – algo peculiar – de un Estado que votó a favor en noviembre y en contra en diciembre (Kenia). Como viene siendo costumbre en este tipo de contiendas, ninguna explicación oficial se ha dado sobre tan repentino cambio de posición del delegado de Kenia en Naciones Unidas.

El voto de los Estados de América Latina en este 2022: Guatemala y Costa Rica únicos en votar en contra

Al revisar en detalle lo que ocurrió entre noviembre (primera votación) y diciembre (segunda votación), en América Latina, Guatemala, mantuvo su voto en contra en ambas votaciones. Cabe precisar que Guatemala fue el único Estado de América Latina en votar en contra durante la votación registrada en noviembre del 2022. No está de más recordar que Guatemala ha sido el único Estado en el mundo en sentirse obligado a «segundar» al entonces Presidente de Estados Unidos en el 2018, trasladando también su embajada a Jerusalén después de Estados Unidos (véase nota de France24).

En esta segunda votación, Ecuador, Haití, Honduras y Uruguay por su parte mantuvieron su abstención anterior del mes de noviembre. No está de más indicar que pese a que estos cuatro Estados (al igual que muchos otros), recibieron diversas presiones por parte de Israel y de su fiel aliado norteamericano, optaron por no cambiar de posición.

En cambio, es de destacar el repentino cambio de posición entre el voto del 11 de noviembre y el del 30 de diciembre de los siguientes Estados: Brasil votó a favor el 11 de noviembre y se abstuvo el 30 de diciembre. Igual sucedió con las delegaciones de Panamá y de República Dominicana. El voto de Brasil se dio mientras ya emprendía viaje su entonces Presidente hacia Estados Unidos, declinando participar a la ceremonia de toma de posesión de las nuevas autoridades electas brasileñas, realizada el 1ero de enero del 2023.

Mucho más llamativo, son los casos de Costa Rica y de Colombia, que se habían abstenido en la primera votación del 11 de noviembre.

– Costa Rica, que se abstuvo el 11 de noviembre, pasó a votar en contra el 30 de diciembre, uniéndose a 25 otros Estados (entre los cuales reaparece el grupo de Estados que, año tras año, busca proteger a Israel en Naciones Unidas de forma automática, a saber, Australia, Canadá, Estados Unidos, Islas Marshall, Micronesia, Nauru y Palau). Salvo error de nuestra parte, ninguna explicación oficial se ha dado con respecto a este repentino cambio de posición por parte del aparato diplomático costarricense;

– Colombia por su parte, optó por cambiar de posición y de votar a favor de la resolución.

Fueron únicamente Guatemala y Costa Rica por parte de toda América Latina, los Estados que votaron en contra de esta resolución. Es la primera vez después de muchos años que se observa un voto tan singular por parte de Costa Rica sobre la cuestión palestina, tratándose de un Estado que había logrado tomar sus distancias con Israel a partir del 2006, después de un largo período de «intricado, pero aún velado conjunto de intereses que entraban en juego al tratarse el tema de Israel» en Naciones Unidas, según la expresión usada por el excanciller costarricense Bruno Stagno (Nota 2).

En Europa los Estados que se abstuvieron en noviembre y que votaron en contra en diciembre fueron Croacia, Reino Unido y Rumanía.

La inquebrantable «coalición» en Naciones Unidas con la que Israel siempre puede contar

Como ya viene siendo costumbre en este tipo de contiendas en Naciones Unidas, un observador reconocerá entre los votos en contra el «núcleo duro» de Estados opuestos a cualquier texto a favor de Palestina, que incluye a Australia, Canadá, Islas Marshall, Israel, Micronesia, Nauru, Palau y Estados Unidos. En general, este pequeño núcleo consigue atraer algunos votos ocasionales y circunstanciales (sea de Europa, de África, así como de América Central).

Como ejemplo, entre otros muchos, cuando en noviembre de 2012 la Asamblea General reconoció a Palestina como «Estado Observador No Miembro«, adoptando la resolución A/Res/67/19 (138 votos a favor, 9 en contra y 41 abstenciones), a esta extraña asociación de Estados se unieron Panamá y la República Checa (véase comunicado oficial de Naciones Unidas).

De idéntica forma (9 votos en contra), en una votación en el seno de la Asamblea General sobre la obligación de no trasladar embajadas a Jerusalén que tuvo lugar diciembre del 2017, reuniendo 128 votos a favor y 35 abstenciones (véase nota de prensa oficial de Naciones Unidas): cabe precisar que se trató de un texto muy similar objeto de la una votación previa en el seno del Consejo de Seguridad, en la que Estados Unidos votó en contra de manera solitaria (veto) frente a 14 votos a favor (véase nota nuestra al respecto).

Esta curiosa «coalición» según el término utilizado por el Washington Post en 2012 (véase artículo), también se expresó en el 2021, durante la votación de la resolución A/RES/76/225 (véase texto), con sus 7 votos en contra, frente a 156 votos a favor y 15 abstenciones (véase detalle de la votación): lejos de ser una alianza circunstancial, los lazos que unen a sus miembros parecieran ser los de un frente real, duradero y bastante sólido.

En el año 2022, estos vínculos reaparecieron durante la votación de la resolución titulada «Arreglo pacífico de la cuestión de Palestina» A/77/L.26, adoptada el 30 de noviembre de 2022 por 153 votos a favor, 9 en contra y 10 abstenciones (véase detalle de la votación durante la cual Hungría y Liberia se unieron a la mencionada «coalición«, habiéndose abstenido finalmente Australia).

Este pequeño grupo puede a veces verse algo aún más reducido: una de las expresiones más modestas en número de votos de la llamada «coalición» (4 votos: Estados Unidos, Israel, Islas Marshall y Micronesia) es sin duda esta resolución votada en octubre de 2003 sobre la construcción del muro construido por Israel en territorio palestino, adoptada con 144 votos a favor y 4 en contra (véase el comunicado oficial de Naciones Unidas).

Un detalle de cierto interés sobre los «no votantes» («No Show»)

Como bien se sabe, cada uno de los 193 Estados representados en el seno de la Asamblea General de Naciones Unidas tiene ante sí tres opciones al momento de votarse una resolución: instruir a su delegado votar a favor, en contra, o bien abstenerse. Una cuarta «opción» sin serlo del todo, consiste en rehuir tomar posición o abstenerse, y ordenar a su representante en Naciones Unidas no hacerse presente al momento de registrarse la votación (una técnica también denominada en inglés del «No Show«).

Mientras que fueron 27 los Estados que optaron por el «No Show» (ausencia de su delegado al momento de registrarse el voto ) el 30 de diciembre, habían sido 24 en el voto de noviembre: entre las ausencias más llamativas registradas el pasado 30 de diciembre, están las de los delegados de Afganistán, de Antigua y Barbuda, de Benin, de Cabo Verde, de Chad, de Comoras, de Gambia, de Niger, de Timor-Leste, de Surinam, de Zambia, de Ucrania, y de Uzbekistán que habían votado a favor de esta misma resolución en noviembre del 2022.

Es muy probable que las antes mencionadas «gestiones» se relacionen con esta súbita «ausencia colectiva» de estos 12 Estados al momento de votarse esta resolución, lo cual merecía una pequeña mención.

A modo de conclusión

Más allá del efecto (algo limitado) de las presiones ejercidas por Israel y Estados Unidos para frenar esta iniciativa, lo cierto es que esta resolución fue ratificada y que fue trasladada al juez internacional de La Haya para que examine la situación que se vive en Palestina a la luz de la normativa internacional vigente: dicha solicitud fue oficialmente registrada el pasado 19 de enero en La Haya (véase comunicado oficial de la CIJ en francés y en inglés con fecha del 20 de enero del 2022). El procedimiento consultivo ante la CIJ permite la presentación de escritos por parte de los demás Estados, por lo que es muy probable que Israel y Estados Unidos logren convencer a varias cancillerías a redactar opiniones jurídicas a favor de Israel (Nota 3).

En momentos en que Estados Unidos y Europa buscan convencer al resto del mundo de la imperiosa necesidad de condenar fuertemente a Rusia por la agresión militar que sufre Ucrania desde el pasado 24 de febrero del 2022, por la destrucción intencional por parte de Rusia de infraestructura pública que permite la susbsistencia de la población civil ucraniana, los dos votos relacionados a Palestina en los últimos meses del 2022 evidencian la inconsistencia de muchos, al no querer invocar la aplicación de estas mismas normas internacionales en el territorio palestino. ¿Acaso no es de interés de cualquier Estado Miembro de Naciones Unidas y de la comunidad internacional como tal que estas mismas reglas invocadas, con justa razón, por Ucrania se apliquen de manera uniforme y sean debidamente respetadas por todos los demás Estados, incluyendo Israel (Nota 4) ? ¿Acaso no es una atribución de cualquier Estado el acudir a una instancia judicial internacional como la CIJ cuando se considera víctima de violaciones de reglas vigentes en el ordenamiento jurídico internacional por parte de otro Estado? Esta segunda pregunta debería interpelar a los Estados que ya reconocen oficialmente a Palestina como Estado (y que totalizan 138 en la actualidad), un reconocimiento en el que Costa Rica jugó un notorio y decisivo papel en América Latina (Nota 5).

— Notas —

Nota 1: El texto de la resolución adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 11 de noviembre de 2022 está disponible en las distintas lenguas oficiales aquí. En cuanto a los pocos estudios realizados sobre esta resolución, véase POWER S., «UN General Assembly Committee Adopts Resolution Requesting Second Advisory Opinion from ICJ on Occupied Palestinian Territory«, EJIL-Talk, edición del 20 de diciembre del 2022, disponible aquí. Así como este muy completo folleto de 13 preguntas elaborado por Diakonia, Centro de Derecho Internacional Humanitario (sin indicación de autores), «The ICJ advisory opinion on the legal consequences of Israel’s occupation of Palestinian territory«, noviembre de 2022, disponible aquí.

Nota 2: En un libro editado en el 2013, Bruno Stagno, canciller de Costa Rica en el período 2006-2010, escribe: «Recordé dos casos que de una u otra manera reflejaban el intricado, pero aún velado conjunto de intereses que entraban en juego al tratarse el tema de Israel. Como Embajador, Representante Permanente ante las Naciones Unidas, lo había vivido y sufrido. Recordaba como para marcarme en las votaciones sobre la situación en Medio Oriente, el entonces embajador de Costa Rica en Washington DC, Jaime Daremblum, alienaba a algunos miembros del Congreso de Estados Unidos, para que me enviaran cartas instándome o instruyéndome a votar a favor de Israel. El congresista Tom Lantos sería el más insistente, dirigiéndose incluso directamente al Presidente Pacheco de la Espriella. También, recordé la indignación con que la Embajadora Emérita, Emilia Castro de Barish, comentaba cómo en el pasado se había aceptado que un funcionario de la Misión Permanente de Israel se sentara en la segunda fila de asientos, reservados para Costa Rica, con el fin de velar por el voto «correcto» de Costa Rica». Véase STAGNO UGARTE B., Los caminos menos transitados. La administración Arias Sánchez y la redefinición de la política exterior de Costa Rica, 2006-2010, Heredia, Editorial UNA (EUNA), 2013, pp. 70-71.

Nota 3: La misma CIJ en el 2004 emitió una opinión consultiva sobre las consecuencias legales de la construcción de un muro por parte de Israel en el territorio palestino ocupado. La pregunta que había sido formulada al juez internacional en el 2003 por parte de la Asamblea General en la Resolución ES/10/14 (véase texto) adoptada con 90 votos a favor, 8 en contra – Australia, Estados Unidos, Etiopía, Islas Marshall, Israel, Micronesia, Nauru y Palau – y 74 abstenciones (véase comunicado oficial) era la siguiente: «¿Cuáles son las consecuencias jurídicas que se derivan de la construcción del muro que levanta Israel, la Potencia ocupante, en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén oriental y sus alrededores, según se describe en el informe del Secretario General, teniendo en cuenta las normas y principios de derecho internacional, incluido el Cuarto Convenio de Ginebra de 1949 y las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General?«. En aquel período del 2003-2004, casi 50 Estados presentaron a la CIJ su opinión jurídica (véase enlace oficial con remisión a los documentos enviados por estos Estados). En el texto de la opinión consultiva dada a conocer tan solo siete meses después, y cuya lectura integral se recomienda, se notará que la parte resolutiva – párrafo 163, 2) – se tomó con 14 votos a favor y tan solo uno en contra, el juez norteamericano Thomas Buergenthal. En este otro enlace de la misma CIJ, se puede leer el texto en español de esta importante opinión consultiva del 2004. Con relación a la votación de la resolución ES/10/14 del 8 de diciembre del 2003, en América Latina votaron a favor Argentina, Brasil, Cuba, Haiti, México, Panamá, y se abstuvieron los siguientes Estados: Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Nota 4: Sobre el caso de Ucrania y Rusia, remitimos a nuestro breve análisis sobre la no comparecencia de Rusia ante el juez de La Haya: BOEGLIN N., «La fuerza del derecho ante el derecho a la fuerza. A propósito de la no comparecencia de Rusia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ)», Portal de la Universidad de Costa Rica (UCR), Sección Voz Experta, edición del 23 de marzo del 2022. Texto disponible aquí.

Nota 5: El reconocimiento de Palestina como Estado por parte de Costa Rica en febrero del 2008 vino a reactivar en la región latinoamericana y en otras partes del mundo el apoyo a Palestina como Estado. Con posterioridad al reconocimiento de Costa Rica, América Latina respondió a este llamado procediendo a similar gesto en favor de Palestina: por orden cronológico, se trata de Venezuela (abril del 2009), República Dominicana (julio del 2009), Bolivia, Brasil, Ecuador y Paraguay (diciembre del 2010), Perú y Chile (enero del 2011), Argentina (febrero del 2011), Uruguay (marzo del 2011), El Salvador y Honduras (agosto del 2011) así como Guatemala (abril del 2013). En agosto del 2018, Colombia procedió a reconocer a Palestina como Estado. Cabe precisar que una solicitud oficial de Palestina hecha en el 2011 ante el Consejo de Seguridad para integrar de pleno Naciones Unidas como Estado Miembro (véase nota) espera /aún) que se resuelva: el hecho que no haya sido resuelta al iniciar el año 2023 no ha impedido en lo más mínimo que ya sean 138 los Estados que reconozcan formalmente a Palestina como Estado; y que desde el 2012, Palestina se haya visto otorgado el estatuto de «Estado No Miembro Observador» por la Asamblea General de Naciones Unidas, permitiéndole desde entonces acceder a un sinnúmero de tratados multilaterales. En caso de dudas sobre el punto de saber si, jurídicamente, un Estado no Miembro de Naciones Unidas tiene esta capacidad legal, basta recordar que Suiza no fue miembro de Naciones Unidas sino hasta el 2002.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

Foto principal extraída de nota de prensa titulada «The Media’ s Pro-Israel bias echoes coverage of apartheid», 2019.

La construcción de un nuevo orden mundial

Gilberto Lopes, en San José
Enero 2023

La duda de Olaf Scholz:
¿Cómo puede Europa permanecer como un actor independiente en un mundo multipolar?

I

“La agresión de Rusia contra Ucrania ha puesto fin a una era”, dijo el canciller alemán, Olaf Scholz, en artículo publicado en la edición de enero/febrero de la revista Foreign Affairs: The Global Zeitenwende. Algo así como un punto de no retorno. Es también el punto de partida del Foro Económico Mundial que se reunió en Davos a mediados de enero: “el mundo está hoy en un punto de inflexión crítico”, aseguran.

La cuestión central era esta, para Scholz: ¿cómo podemos, como europeos y como Unión Europea, seguir siendo actores independientes en un mundo cada vez más multipolar?

Algo sobre lo cual ha estado hablando también el presidente francés, Emmanuel Macron, para quien Europa debía replantear su “autonomía estratégica». Según Macron, “Europa debe desempeñar un papel más activo en la OTAN, reduciendo su dependencia de Estados Unidos y desarrollando sus propias capacidades de defensa para garantizar la paz en la región”.

Del lado ruso también se analiza el problema. Fyodor Lukyanov, director del Foro de Discusión de Valdai, señaló que la visita del presidente ucraniano Vladimir Zelensky a Washington, el pasado 21 de diciembre (dejando de lado la teatralidad que la envolvió) puede representar un hito para la definición de un nuevo marco de seguridad europea.

Con Ucrania transformada en un insumergible portaviones norteamericano –como dice Lukyanov, un papel similar al que jugó Honduras en la guerra de los “contras”, montada por Washington contra los sandinistas, en Nicaragua, en los años 80’s–, el esquema de seguridad que había propuesto Putin en diciembre del año pasado ya no tiene sentido. Con el ejército ucraniano bien preparado, con el apoyo de Occidente, sobre todo de Estados Unidos, se torna irrelevante su eventual pertenencia a la OTAN, dijo Lukyanov (su argumentación puede ser vista aquí: https://www.rt.com/news/568813-lukyanov-zelensky-visits-washington/).

Una posición similar ha expresado el exSecretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger. Ucrania ha adquirido uno de los mayores y más efectivos ejércitos de tierra de Europa, equipado por los norteamericanos y sus aliados. La alternativa de neutralidad ya no es significativa, dijo Kissinger, sobre todo después de la incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN (el artículo de Kissinger puede ser visto aquí: https://www.spectator.co.uk/article/the-push-for-peace/). Ideas que repitió en su intervención en el foro de Davos, el 18 de enero pasado.

Los ganadores de la Guerra Fría

¿Qué época, según Scholz, es la que está llegando a su fin? En los 90’s parecía que un orden mundial más estable –resiliente, diría– se había instalado en el mundo. Se trataba del orden instaurado después de la Guerra Fría, de un mundo que percibe como de “relativa paz y prosperidad”.

La excanciller alemana, Angela Merkel, diría, en una entrevista publicada el 7 de diciembre en el medio alemán Zeit Magazine, que “la Guerra Fría nunca había de verdad terminado, pues Rusia nunca estuvo realmente en paz”.

Alemania no había podido alcanzar su objetivo de derrotar a Rusia, entonces cabeza de la Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS), en la II Guerra Mundial. Enfrentada al resto de Europa, especialmente a Gran Bretaña, todavía una gran potencia en esos años (y que hizo lo imposible por evitar entrar en esa guerra), y luego a Estados Unidos, Alemania fue derrotada, en una guerra en la que el papel de la URSS fue decisivo.

El mundo se dividió después en dos grandes bloques. El encabezado por Estado Unidos asumió la tarea de continuar la lucha contra el que lideraba la Unión Soviética. Un largo conflicto, que duró casi 45 años, y terminó, como sabemos, con la victoria del bloque occidental y la disolución de la URSS.

Liberados los países de Europa del este, hasta entonces sometidos a la tutela soviética, un nuevo orden internacional emergió: una Europa “unida y libre” (“whole and free”, en palabras del presidente George H. W. Bush), ahora bajo la dirección norteamericana, inició la construcción de ese nuevo orden internacional.

Por un lado, se consolidaron las políticas económicas neoliberales, impulsadas por los organismos financieros internacionales, con las vastas privatizaciones en los países del este europeo, que se extendieron también por América Latina, región tradicionalmente bajo la tutela norteamericana. Fue la época del “no hay alternativa”, anunciada por una de las más puras representantes del período, la inglesa Margaret Thatcher.

Por otro lado –hoy lo vemos con claridad– se fue diseñando, bajo el liderazgo norteamericano, una nueva política exterior y de defensa, cuya punta de lanza es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El objetivo de la OTAN, como diría, en 1952, su primer Secretario General, el general británico de origen hindú, Hastings Ismay, era “to keep the Soviet Union out, the Americans in, and the Germans down”, muy en la línea de la política exterior británica de entonces.

Setenta años después, la decadencia británica ha permitido a Scholz decir, en su artículo, que “los alemanes tratan de ser los garantes de la seguridad europea que nuestros aliados esperan que seamos, un constructor de puentes en la Unión Europea y un defensor de soluciones multilaterales para los problemas globales”.

El sueño de Inglaterra, expresado por el general Ismay, ha quedado hecho pedazos y gran parte del resto de Europa –de mirada corta, en mi opinión– entusiasmada con la guerra contra Rusia, parece olvidar las consecuencias del último rearme alemán.

Scholz destacó el cambió de la constitución alemana, que le prohibía armar a países en conflicto, y anunció el destino de cien mil millones de euros para el fortalecimiento de sus fuerzas armadas.

Lo que pertenece a un mismo mundo debe crecer junto, diría el canciller Willy Brandt, luego de la caída del muro de Berlín. Brandt se refería a Alemania, pero se aplica a Europa como un todo, dice Scholz.

Es lo que Occidente llama “un mundo basado en reglas”. Lo que Scholz percibe como un nuevo orden, más resiliente, como un mundo de relativa paz y prosperidad, que algunos definieron como “el fin de la historia”.

La construcción de un nuevo orden mundial

II

Una catástrofe geopolítica

Scholz se lamenta de que Putin, en vez de ver la pacífica caída del Muro de Berlín y del orden comunista como una oportunidad para promover más libertad y democracia, la haya calificado como “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”.

La frase tiene una doble implicación. La primera es poner el fin de la URSS como una catástrofe mayor que las representadas por las I y II Guerras Mundiales. Parece un insensible error de evaluación del presidente ruso.

Pero tiene todavía otro significado, políticamente más importante para la construcción del discurso del canciller alemán: el de sugerir que el ataque de Rusia a Ucrania no es más que un paso en el esfuerzo por reconstruir la Unión Soviética.

No hace falta extenderse sobre eso para comprender el significado de lo que Scholz pretende atribuir al presidente ruso. “Cuando Putin dio la orden de ataque hizo pedazos una arquitectura europea e internacional de paz que tomó décadas construir”. “Su brutal ataque a Ucrania, en febrero pasado marcó el inicio de una nueva realidad: el retorno del imperialismo a Europa”.

La frase, tal como citada por el canciller alemán, deja al descubierto una sutil interpretación.

La cita a la que Scholz hace referencia corresponde al informe anual del presidente de Rusia a la Asamblea de la Federación Rusa (una versión en inglés de ese informe puede ser vista en la página oficial del Kremlin: http://en.kremlin.ru/events/president/transcripts/22931).

El texto citado por Scholz, en su versión en inglés, está en el sexto párrafo:

Above all, we should acknowledge that the collapse of the Soviet Union was a major geopolitical disaster of the century. As for the Russian nation, it became a genuine drama. Tens of millions of our co-citizens and compatriots found themselves outside Russian territory.

Como se puede ver, no es lo que dice Scholz, cuando, citando a Putin, afirma, entre comillas: “was the biggest geopolitical catastrophe of the twentieth century” (fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX).

Lo que dice el texto de Putin es: “was a major geopolitical disaster of the century”, lo que puede traducirse por “uno de los mayores desastres geopolíticos del siglo”. Un genuino drama para la nación rusa, agregó Putin. “Millones de nuestros ciudadanos y compatriotas se vieron fuera del territorio ruso”.

La clave del debate está en las palabras usadas en inglés: “the”, por un lado; y “a”, por el otro.

Stephen Frand Cohen, un erudito estadounidense de estudios rusos, afirma que Putin ha sido obsesivamente mal citado en este tema, repitiéndose la frase “The collapse of the Soviet Union was the greatest geopolitical catastrophe of the twentieth century” cuando, en realidad, lo que dijo fue que había sido “a major geopolitical catastrophe of the twentieth century” (ese debate puede ser visto aquí: https://medium.com/illumination-curated/did-putin-really-say-that-78b5f901e634).

Scholz no se hace cargo de esos detalles y cita la frase como conviene a su argumentación. Ya veremos que no es la única cita donde aplica este procedimiento. Es en este entorno que el autoritarismo y las ambiciones imperialistas de Putin “empiezan a emerger”, afirma. Cita entonces el discurso que el presidente ruso pronunció dos años después, en 2007, en la Conferencia de Seguridad de Munich. Un discurso “agresivo” donde se “burlaba del orden internacional basado en reglas como un mero instrumento de dominio norteamericano” (una versión de ese discurso de Putin, en inglés, puede ser vista también en la página del Kremlin: http://en.kremlin.ru/events/president/transcripts/copy/24034).

El fracaso del mundo unipolar

Es importante considerar la fecha en la que está hablando el presidente ruso: 2007, hace 15 años. ¿Qué es lo que dice Putin en ese discurso? Lo primero es que el modelo de un mundo unipolar, como el surgido después del triunfo de Occidente en la Guerra Fría, “no solo es inaceptable como imposible en el mundo de hoy”. Lo que está ocurriendo en el mundo de hoy –y eso es lo que empezamos a discutir– es el intento de introducir este concepto en los asuntos internacionales.

¿Y cuáles han sido los resultados?, se pregunta Putin. “Las acciones unilaterales, y frecuentemente ilegítimas, no han resuelto ningún problema”. A finales del 2001 Estados Unidos había invadido Afganistán y, en marzo del 2003, Irak. “Estamos viendo el uso prácticamente incontenible de la fuerza militar en las relaciones internacionales, un creciente desdén por los principios básicos de las leyes internacionales, que ha hundido el mundo en el abismo de conflictos permanentes. Un Estado –principalmente Estados Unidos– actuando más allá de sus fronteras, ha tratado de imponer sus políticas a otras naciones, tanto en lo económico, como lo político, lo cultural o lo educacional”.

El resultado –dice Putin, ya en 2007– es que nadie se siente seguro. “Estoy convencido de que ha llegado el momento en que debemos pensar seriamente sobre la arquitectura de la seguridad global”.

Putin hablaba de un mundo multipolar, cuya base era el crecimiento económico de países como la India, China, o los miembros de los BRICs, integrado entonces por Brasil, Rusia, India y China.

Destacó la importancia de un marco legal sobre las armas de destrucción masiva, defendió la necesidad de respetar el tratado de no proliferación nuclear, la supervisión multilateral de las tecnologías de misiles, la prevención del uso de armas en el espacio.

El discurso trata aun otros temas, pero Putin se extiende sobre el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, firmado en 1999. Han pasado siete años y solo cuatro países –incluyendo la Federación Rusa– han ratificado el tratado, dice Putin.

¿Qué ha ocurrido desde entonces? “La OTAN ha puesto sus fuerzas en nuestras fronteras, mientras nosotros seguimos respetando estrictamente las obligaciones del tratado y no hemos reaccionado a tales acciones”. Los países de la OTAN han declarado que no van a ratificar el tratado “hasta que Rusia elimine sus bases de Moldavia y Georgia”. Putin se refirió a la situación en Moldavia y aseguró que lo conversaban regularmente con el Secretario General de la OTAN, el español Javier Solana. No habló de la situación en Georgia.

Y recordó una afirmación de otro Secretario General de la OTAN entre 1988 y 1994, el exministro de Defensa alemán, Manfred Wörner, hecha en Bruselas el 17 de mayo de 1990: “el hecho de que estemos dispuestos a no colocar las tropas de la OTAN fuera del territorio alemán le dan a la Unión Soviética una firme garantía de seguridad”.

La expansión de la OTAN –agregó Putin– no tiene relación alguna con la modernización de la alianza, o con garantizar la seguridad de Europa. Por el contrario, “representa una seria provocación que reduce el nivel de confianza mutua”. ¿Dónde están esas garantías?, se preguntó.

Putin dijo también, en ese discurso, que “el único mecanismo que puede decidir sobre el uso de la fuerza militar como último recurso es la Carta de las Naciones Unidas”. Una afirmación difícil de conciliar con su decisión de atacar Ucrania, aunque revelaciones posteriores, sobre todo sobre las intenciones ocultas en las negociaciones de los Acuerdos de Minsk, agregan nuevos matices al escenario.

La construcción de un nuevo orden mundial

III

Visiones de un nuevo mundo

Volvamos al artículo de Scholz. En 2014 –dice– Rusia ocupó Crimea y envió tropas a Donbas “en directa violación de la ley internacional”. “Durante los ocho años que siguieron a la ilegal anexión de Crimea y el estallido del conflicto en el este de Ucrania, Alemania y sus socios europeos e internacionales del G-7 se enfocaron en salvaguardar la soberanía e independencia política de Ucrania, evitando una mayor escalada de Rusia, restaurando y preservando la paz en Europa”.

Junto con Francia –agregó Scholz– “Alemania se comprometió en el llamado Formato de Normandía, que condujo a los Acuerdos de Minsk y al correspondiente proceso de Minsk, que exigía a Rusia y a Ucrania un cese al fuego y a adoptar una serie de otras medidas. A pesar de los problemas y a la falta de confianza entre Moscú y Kiev, Alemania y Francia mantuvieron el proceso funcionando. Pero una Rusia revisionista hizo imposible el éxito de la diplomacia”.

Entonces las declaraciones de la excanciller Angela Merkel al ya mencionado Zeit Magazine dieron otra perspectiva sobre los acuerdos de Minsk. El primer acuerdo, de septiembre del 2014, dijo Merkel, tenía como objetivo “darle tiempo a Ucrania para fortalecerse, como podemos ver hoy. La Ucrania de 2014/2015 no es la Ucrania de hoy”.

Luego vino la batalla de Debatselvo, a principios del 2015, con un rápido triunfo de las fuerzas rusas, que llevaron a un segundo protocolo del acuerdo de Misnk, firmado en febrero de ese año. “Estaba claro para nosotros que el conflicto estaba congelado, que no se había resuelto el problema, pero esto dio a Ucrania un tiempo invaluable”, agregó Merkel.

Declaraciones similares hizo después el expresidente francés, François Hollande. Pyotr Poroshenko, quien asumió la presidencia de Ucrania luego del golpe de 2014, también reconoció que los Acuerdos de Minsk (en cuya negociación participó, así como Merkel) no eran más de una artimaña para ganar tiempo y fortalecer Ucrania militarmente. “Los acuerdos de Minsk, a pesar de las críticas, nos dieron tiempo para construir las capacidades de defensa ucranianas”.

Lo cierto es que el 10 de diciembre del 2019 el gobierno de Ucrania publicó un comunicado, luego de una reunión en París de los líderes de los cuatro países que dieron forma a los Acuerdos de Minsk –Francia, Alemania, Rusia y Ucrania– donde señalaba que seguían comprometidos con la completa implementación de los acuerdos y con la promoción de una arquitectura “sostenible e inclusiva de confianza y seguridad en Europa”.

La respuesta rusa fue que las declaraciones de Merkel eran “decepcionantes”. “No esperaba oír eso de la excanciller”, dijo Putin. “Pensaba que los líderes alemanes dialogaban con nosotros con sinceridad”. “La idea era llenar Ucrania de armas y prepararla para los combates. Nos dimos cuenta muy tarde”, agregó.

La visión de un nuevo mundo

Scholz afirma que “Putin quiere dividir Europa en zonas de influencia y al mundo en bloques de grandes poderes y Estados vasallos”. Afirma que “Putin no ha aceptado nunca a la UE como un actor político”. En su opinión, la UE es una unión de Estados libres, democráticos y soberanos, basados en el estado de derecho, antítesis de la “imperialista y cleptocrática” Rusia.

Es difícil encontrar en las propuestas de Putin medidas orientadas a esos fines. Aunque puedan parecer hoy completamente inviables, en 2010 Putin, entonces primer ministro ruso, hacía dos propuestas que hubiesen cambiado la cara de Europa. El 25 de noviembre de ese año la agencia alemana DW escribía sobre el tema: “No se ha secado todavía la tinta de los titulares que elogiaban como paso histórico el acuerdo entre los países miembros de la OTAN y Rusia en cuanto a la cooperación en la construcción de un escudo antimisiles en suelo europeo, cuando –después de la cumbre con la UE– se vislumbra, al fin, una integración de Moscú a la Organización Mundial del Comercio.

Por si fuera poco, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, abogaba, pocas horas después, en el diario alemán Süddeutsche Zeitung, por la integración de una comunidad económica armónica desde Lisboa hasta Vladivostok.

Desde entonces, las tensiones solo aumentaron. Deberíamos preguntarnos por qué no fue posible un acuerdo con Rusia, en los términos propuestos por Putin en 2010 o en otros términos.

Entre lo más sensible en este escenario estaba la conexión del gasoducto Nord Stream II, que se transformaría en un vínculo estratégico entre Rusia y Europa occidental. Impedir su conclusión se transformó en un objetivo fundamental de los Estados Unidos. Un día conoceremos los detalles en torno a la cancelación del acuerdo sobre ese gasoducto y sobre los posteriores atentados –atribuidos a la inteligencia inglesa– contra las instalaciones existentes, tanto del Nord Stream II (que nunca entró en funcionamiento), como del Nord Stream I, que sí funcionaba.

Una visión distinta

¿Cómo puede Europa permanecer como un actor independiente en un mundo multipolar?, se preguntaba el canciller alemán.

Cuando el Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania se reunió en la base militar aérea norteamericana de Ramstein, en Alemania, el pasado 20 de enero, el presidente francés, Emanuel Macron, se refirió al escenario europeo.

En el marco de una visita a España, sostuvo una larga conversación con el escritor español Javier Cercas, en París, publicada por el diario El País. Hay una crisis inédita en Europa, por la guerra. La respuesta debe ser una Europa poderosa, dijo el presidente francés. Una Europa que debe decidir si quiere tener su propio papel en el escenario mundial o alinearse con alguna de las dos potencias, Estados Unidos o China.

Pese al sostenido apoyo militar a Ucrania, Macron no ha dejado de señalar la necesidad de vislumbrar un nuevo orden europeo, con Rusia incluida. “Rusia es una gran nación en busca de su destino”, dijo Macron, para quien solo habrá una paz duradera con Occidente mediante el diálogo.

Europa no terminó de digerir el escenario surgido al final de la Guerra Fría; se extendió rápidamente hacia el este, pensando que todos los problemas estaban resueltos, para descubrir hoy que hay dos bloques de naciones en el grupo, con visiones diferentes sobre el futuro. Un problema que –en su opinión– no afecta solo a Europa, sino a todas las democracias occidentales, “que viven una especie de fatiga, una pérdida de referencias colectivas”.

El presidente francés tiene antecedentes políticos cercanos en los que inspirarse. En marzo del año pasado se conmemoraron los 60 años de los Acuerdos de Évian, en el que se acordó un alto al fuego en la guerra por la independencia de Argelia.

No significó la paz de inmediato, pero fue el inicio de un proceso llevado a cabo por el general De Gaulle, el mismo que visitó Argel siendo primer ministro y ministro de Defensa, en junio de 1958, donde gritó ¡Viva la Argelia francesa!

Cuatro años después, siendo presidente de la República, negoció un acuerdo y promovió el proceso de paz que lo enfrentaría con sus antiguos aliados, sobre todo los militares ultranacionalistas y los pieds-noirs, los más de un millón de colonos franceses en Argelia, opuestos a la independencia de Argelia y dispuestos a seguir con una guerra aún más cruenta de lo que había sido hasta entonces, para tratar de impedirla.

Pero era De Gaulle, extraordinaria figura forjada en la resistencia a los alemanes en la II Guerra Mundial.

La televisión española, en un programa sobre los 60 años de los Acuerdos de Évian, recordó cómo “a través de los discursos a la nación de De Gaulle se observa el giro político que experimenta, adaptándose a la realidad y al tablero internacional” de su época.

Pasó del intento inicial de retener la Argelia francesa a reconocer su autodeterminación y a confrontarse con la violenta población colonial de pieds-noirs, una vez proclamada la independencia.

Visión y coraje indispensables para forjar una nueva era, una que impida el progreso de la confrontación militar –único camino seguido hasta ahora en la crisis de Ucrania– en que se van imponiendo los pieds-noirs, sin que aparezca hasta ahora un De Gaulle capaz de ponerlos en su lugar.

FIN

Las políticas públicas

Alberto Salom Echeverría

Un Marco de Interpretación de la Política en Acción

Una introducción, en verdad necesaria.

Desde que incursioné a hacer estudios de posgrado en la Universidad de Costa Rica, y matriculé en Gobierno y Políticas Públicas, un posgrado regentado por las escuelas de Ciencias Políticas y Administración Pública, me sentí gratamente atraído por una buena parte de la teoría, ya por entonces abundante sobre el Gobierno y Las Políticas Públicas. Mis profes fueron excelentes y exigentes con todo el grupo de estudiantes, todas las personas muy disciplinadas y con buen nivel académico. No estoy hablando de mí, porque no suelo autocalificarme. Por cierto, desde este ensayo le mando un abrazo afectuoso de agradecimiento imperecedero a todas las personas académicas con las que tuve contacto durante los estudios de posgrado, pero hoy especialmente rindo tributo a dos excelentes profesores que lamentablemente fallecieron: uno de ellos el Dr. Luis Garita, fue Rector de la UCR, fue mi tutor de la tesis, quien murió trágicamente en un accidente. Lo sentí en el alma. El otro el Dr. Roger Chunrside, de gran calado teórico también. Los quise mucho.

¿Por qué me sentí tan atraído por la teoría del Gobierno y las políticas Públicas? Aquí empieza mi propio marco interpretativo, el cual es de mi única responsabilidad. Eximo a todo el elenco de profesores de lo que yo haya dicho, o de lo que escriba en adelante. Pero eso es lógico, cuando uno se gradúa, como se lo dije siempre a mis estudiantes de la Universidad Nacional, adquiere su propia personalidad académica, por así decirlo. Al menos esa debe ser la pretensión. Si la carrera seguida fue buena, nada puede honrar más al profesorado y a la misma disciplina científica (en este caso interdisciplina; a eso voy), que cada graduando adquiera su propio criterio, no solo frente a quienes fueron sus maestros, sino también ante los teóricos. Respeto irrestricto por todas las personas concernidas en la disciplina, la interdisciplina o en las diversas corrientes de la multidisciplinariedad; justamente por ello, la independencia de criterio que se haya logrado adquirir, es lo que le da más realce y mérito a todo el elenco académico y a la misma teoría. En este sentido, cada cual se hace cargo de su propia formación. Insisto, la independencia de cada graduando es el punto más alto al que se puede aspirar. Así entiendo la academia universitaria y de ese modo la traté de difundir, ya como académico, ya como rector de la UNA.

¿Qué fue lo que más me hechizó del estudio del Gobierno y las Políticas Públicas?

Primero: No se trata de una disciplina, como lo es la Ciencia Política, la Sociología, la Economía, la Administración Pública o el Derecho. Me encontré ante la confluencia de varias disciplinas, cuando menos de las ciencias sociales. Las citadas, insoslayablemente están implicadas. Por eso se trata, sin lugar a duda, de un esfuerzo multidisciplinar o quizás interdisciplinar. Conste, según mi criterio, ninguna de las disciplinas que concurren desaparece. Todo lo contrario, para que haya verdaderamente interdisciplinariedad, multidisciplinariedad y pueda llegarse inclusive a la transdisciplinariedad, el requisito es que cada disciplina mantenga y cultive su vigor, su propio ámbito de conocimiento. Pero, obviamente debe producirse fruto de la concurrencia de varias disciplinas, hasta que aparezca un área común entre todas ellas con respecto a la realidad social. En este caso, la realidad costarricense. Deseo recalcar por su relevancia que, el área común no puede significar oscurecimiento de las disonancias entre las diversas disciplinas, ni mucho menos, ignorancia de las decantadas diferencias entre ellas; ni siquiera es requisito que se aminoren los enfrentamientos teóricos a lo interno de cada ramal del árbol de la ciencia. Todo lo contrario, el debate más bien ha de reverdecer, porque es lo propio del saber.

No hay ciencia sin preguntas punzantes, no hay verdadero desarrollo científico, si no se resaltan las contradicciones, fruto de las diferentes maneras de apreciar y entender la realidad. La unanimidad de criterios en la búsqueda del conocimiento, como lo entiendo, es el opuesto de la ciencia. Me apresuro a aclarar que, en mi vida he buscado la conciliación (lo digo en serio, aunque algunas personas que me han visto actuar puedan creer que no es así); pero, entiendo la conciliación solamente después de que se han ventilado las divergencias, sobre la materia en cuestión, con amplitud y rigor científico. La verdad, siempre tan escurridiza, es relativa y fluye fruto de una exploración valiente de tesis contrapuestas.

Segundo: Apenas comenzando a incursionar en el tema de las políticas públicas, nos percatamos que hay dos ricas vertientes para abordar el tema, la teórica y la práctica. Joan Subirats, a quien ya citamos en el anterior ensayo, describe la relación biunívoca (de correspondencia) que se ha logrado establecer entre la teoría de las políticas públicas y su intervención en las sociedades pluralistas. Se nos aclara primero que, la política no es sólo preocupación por los mecanismos de poder y legitimidad, ni tampoco exclusivo interés por el mundo de la representación política, como lo había pregonado la disciplina de la ciencia política, cuando se ha visto influida por el racionalismo. Por esa razón, en las Políticas Públicas se trata de analizar ´la política en acción´, conectando con otras disciplinas, como se ha hecho mediante la intervención pública en sociedades pluralistas. Podríamos ahondar diciendo que para aclarar los procesos que acaecen en sociedades plurales, es menester conjuntar la perspectiva de distintas disciplinas, ya no solo, como quedó dicho, respetando las diferencias, sino más bien aprovechándolas. Un solo enfoque epistemológico no daría abasto para desentrañar todos los secretos de la intrincada realidad en estas sociedades. (Cfr. en: Lindblom, Ch. “El Proceso de Elaboración de Políticas Públicas”. Colección estudios serie de administración general, Instituto Nacional de Administración Pública Madrid. Editado y traducido por Eduardo Zapico Goñi, ministerio para las administraciones públicas, 1991).

Como puede verse hay una distancia entre el esquema racional legal, en el que opera la división de poderes, donde “unos deciden y otros ejecutan”, frente al supuesto de las políticas públicas. La diferencia estriba en que, aquí ya no solo se trata de un enfoque pluralista, sino de una realidad en la que, “…los poderes y recursos se distribuyen de manera desigual, [en donde] los procesos decisionales son … el resultado de interacciones múltiples en las que participan muchos actores (políticos electos, funcionarios de todos los niveles, pero también partidos, grupos de interés, expertos, académicos, medios de comunicación…) de manera simultánea.” (Cfr. Ibidem). Además, retengamos aquello de que se “burocratizan los procesos políticos” y se “politizan los procesos burocráticos”, y por añadidura “se socializan unos y otros”. Con frecuencia las fronteras entre la administración y la política, o más precisamente entre políticos y burócratas se tornan borrosas, se disipan y se vuelven más confusas.

Me resulta muy elocuente y, bastante coincidente con mi manera de pensar el siguiente párrafo extraído del mismo Subirats, que dice así: “Cuando hablamos, por tanto, de “Política Pública”, nos estamos refiriendo a “procesos”, “decisiones”, “resultados”; …, pero sin que ello excluya conflictos entre intereses presentes en cada momento, tensiones entre diferentes definiciones del problema a resolver, entre diferentes racionalidades organizativas y de acción, y entre diferentes baremos y perspectivas evaluadoras. -Agrega Subirats- estamos pues ante un panorama lleno de “poderes” en conflicto, enfrentándose y colaborando ante opciones y cursos de acción específicos.” (Cfr. Ibid.) Yo No hubiera podido decirlo mejor.

Como puede verse, tiende a superarse el paradigma racional-legal; se trata de un nuevo enfoque de la ciencia política que pretende abandonar la rigidez en el análisis de la realidad, alejándose del método formal-institucionalista.

Tercero: Se requiere por lo consiguiente, un enfoque mucho más flexible de la realidad social, más empírico; por eso se habla de la “política en acción”. Los líderes políticos y dirigentes de los gobiernos deben ser capaces de tener una lectura muy amplia de la vida y de la realidad de su propio país. La única fuente de donde emana el poder ya no es la de los poderes formales establecidos. Se va acabando aquello tan propio del renacimiento europeo, pero que continuó permeando la política en todas partes, incluso en las democracias occidentales, de “l´etat c´est moi”. Famosa frase atribuida al Monarca Luis XIV, pronunciada paradójicamente en su lecho de muerte, el 13 de abril de 1655, antes del surgimiento del parlamento en París, Francia. La frase pone de relieve el absolutismo monárquico. Se le atribuye también haber expresado -extraigo la frase de un relato en inglés que dice- “I die, but the state will always remain”. En traducción libre, la frase significa: “Yo muero, pero el Estado siempre permanecerá”.

Las políticas públicas también suponen en medio de toda esta realidad tan compleja, que los gobernantes se abran para aceptar y estimular la participación de la ciudadanía. Mi particular opinión es que todavía no se ha desmenuzado bien cómo, en que forma es que los diferentes sectores sociales participan, tanto en el proceso de toma de decisiones, como en la ejecución misma de estas y finalmente en la evaluación. Nada de esto es, ni debería ser del único resorte del jefe del poder ejecutivo y su equipo, suponiendo que tenga un conjunto congruente y con ideas claras y un plan de acción para enfrentar los desafíos, cosa que no siempre ocurre.

¿Cómo funciona el proceso en Costa Rica hoy? Sería bueno un rico intercambio y evaluación de lo que está ocurriendo, porque si el gobernante, las personas que fueron nombradas para comandar los ministerios, los presidentes ejecutivos de las instituciones autónomas, sus diputados, embajadores, etc., carecen de cohesión y por añadidura no comprenden esta dinámica social, me temo que la van a pasar muy mal; muchos dirigentes políticos, no solo en esta administración, siguen creyendo que el ejecutivo es la única fuente de donde emanan las líneas de acción gubernamentales. El conflicto del presidente Chaves con el poder legislativo, con el judicial y con la prensa, en lugar de resolverse, parece agigantarse y prolongarse, de acuerdo con la mayoría de las fuentes de información. El presidente no ha tomado conciencia de lo grave que le puede resultar al país, sus poses demasiado verticalistas, como si le asistiera el derecho a dictar “ordenanzas” hacia los demás poderes del estado y con la prensa, en lugar de promover el diálogo constructivo.

Por otra parte, es muy grave confundir la participación ciudadana con las visitas del presidente a las localidades, donde en la mayoría de los casos, si no en la totalidad, Rodrigo Chaves se presenta como un protagonista que imparte instrucciones, pero escucha y recoge muy poco de las preocupaciones de la gente. No se ha tenido el cuidado de abrir y facilitar otros canales de acceso de la ciudadanía al ejecutivo y a sus diputados. El tema de la participación ciudadana es vital en el análisis de las políticas públicas.

Otra observación bastante delicada estriba en que, a estas alturas del gobierno, la agenda del ejecutivo no está para nada clara. Quizás a eso se deba que las distintas fuerzas organizadas de la sociedad no han encontrado cómo participar en la agenda pública; algo que desde la óptica de las políticas públicas también resulta de vital importancia. Desconcierta más bien que, el arsenal de promesas hechas por el presidente Chaves cuando era candidato a la presidencia, no solo no se han cumplido, sino que no encuentran lugar en la agenda del ejecutivo. ¿Qué pasa con la promesa de bajar el precio de las medicinas, para poner un ejemplo? ¿En qué quedó la grandilocuente promesa, formulada en el último debate con José María Figueres transmitido por Radio Monumental, de acabar con los monopolios privados? ¿Y qué hubo de su insistencia en ese mismo debate de eliminar las trabas al emprendedurismo, o a mejorar la red de transporte público, mejorar la recolección de materiales reciclables y los alcantarillados para lo cual dijo que intervendría el A y A. En el discurso de toma de posesión reiteró su oferta de emitir decretos ejecutivos para atacar el aumento del costo de la vida. ¿En qué estado se encuentra esta oferta, uno de los “leit motiv” de su campaña? (Cfr. Semanario Universidad, 29 de marzo del 2022).

Todo este conjunto de promesas incumplidas es algo grave, desde la perspectiva de las políticas públicas, puesto que no hay nada que vulnere más la institucionalidad democrática de un país, que engañar a la ciudadanía con promesas cuyo trámite en muchos casos el postulante desconocía, o el país carece de contenido económico para llevarlas a cabo.

Epílogo:

En mi concepto, no queda suficientemente esclarecido, si el arsenal de herramientas proporcionadas al análisis por las políticas públicas es aplicable solamente a lo que se llaman sociedades democráticas que, en una buena parte de los profesionales, las asemejan a las sociedades de mercado. El análisis de sociedades con gobiernos de partido único, o de regímenes políticos con un ejecutivo ampliamente preponderante, o bien bajo el mandato de un dictador, no me queda claro si en la teoría de las políticas públicas, pueden ser objeto de análisis. En el caso del eminente Charles Lindblom, solo en muy pocas ocasiones, menciona ese tipo de sociedades en el libro aquí citado. Ciertamente como lo advierte Joan Subirats, “No es quizás el libro más importante o relevante de la densa bibliografía de Lindblom, pero sí es un libro fundamental para adentrarse en una aproximación al mundo de la política que se ha revelado como muy fecunda en estos últimos treinta años” Aún más, el mismo Subirats, en la parte final de su prólogo al libro de Lindblom, afirma: “…Para mí representa un verdadero honor firmar este pequeño prólogo a este libro de Charles E. Lindblom, con el que esperamos -y esto es lo más relevante de mi argumentación- que el lector español en general, y aquellos interesados en conocer mejor el funcionamiento del sistema político pluralista y de la forma de proceder de sus administraciones públicas, encuentre elementos de reflexión y de análisis que nos permitan mejorar la capacidad de respuesta de esas administraciones en relación a las demandas sociales.” (Cfr. Id.).

En su enjundioso trabajo, Lindblom deja claro que el libro incursiona en el análisis de sociedades en las que el “juego del poder” se da en sociedades democráticas, donde hay una gran cantidad de poderes en conflicto, hay burocracia, empresa privada (y por tanto mercado) y un sinfín de otros grupos de interés. Ciertamente Lindblom aclara que, normalmente la empresa privada ostenta una posición privilegiada, concretamente en la sociedad estadounidense que es la que analiza. Personalmente añado que, en una gran parte de sociedades de este tipo, el predominio de la empresa privada en el juego del poder es mucho más preponderante de lo que generalmente se reconoce. Hasta el extremo de que los procesos electorales se ven empañados en gran cantidad de ocasiones por esta circunstancia, aun cuando los votos en las elecciones se contabilicen con competencia y probidad. De manera que la desigualdad económica y social, tan común hoy, mina la consistencia de una sociedad democrática e interfiere en el supuesto pluralismo y en su funcionamiento en general.

¿Por qué razón, me pregunto, así como lo hace cualquier otra disciplina, las políticas públicas tendrían que privarse de analizar cualquier sociedad, aún aquellas donde el mercado sea casi inexistente e impere un ejecutivo de un poder avasallador? En todas las sociedades existen poderes ocultos, que como lo adelanté, son tanto más invisibles, cuanto mayor sea su intromisión tras bambalinas en el juego democrático. Sin embargo, ahí están las políticas públicas en sociedades supuestamente plurales, desde los Estados Unidos de Trump, pasando por el Brasil de Bolsonaro, hasta la Nicaragua de Ortega que formalmente tiene mercado, empresa privada; aunque ciertamente un juego electoral bastante amañado y corrupto. Si no reconocemos los poderes ocultos que se mueven tras bambalinas, no entenderíamos cómo de la noche a la mañana a finales de la década de los ochenta del siglo XX, saltaron en pedazos las sociedades del llamado “socialismo real”, empezando por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, donde se suponía el poder omnímodo del ejecutivo, el ejército y del régimen de partido único. El debate apenas comienza.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Conocer los derechos para exigir transparencia y honestidad

José Luis Pacheco Murillo

Es sumamente lamentable cuando las personas en particular y los pueblos en general, guardan la esperanza de que sus problemas de solucionen, problemas que tienen que ver con la activación del servicio público por parte de municipalidades o del gobierno central y resulta que pasa una semana, un mes, un año y quizá hasta varios años sin que se dé tal solución.

Y lo peor es que tanto municipalidades como gobierno tienen la posibilidad de cumplir con el sueño y la ilusión de toda esa gente y simplemente no lo hace por desidia, por falta de voluntad, por impericia, por ineficiencia y en el peor de los casos porque no da réditos electorales.

También es sumamente reprochable cuando se cobran impuestos o tasas por servicios que no se brindan y a quienes más les afecta esto es a los que menos tienen y cuando se acercan a averiguar algo sobre si es factible solicitar un servicio les aparece una cuenta de muchos miles de colones que no pueden cancelar de buenas a primeras y eso sin que el servicio haya sido prestado o se ha dado en forma deficiente.

Los ciudadanos deben saber de sus derechos y toda institución dede buscar la forma de estar cercana a la ciudadanía y ayudarles a educarse sobre sus derechos. No se trata solo de ver cómo se les saca el dinero sino y especialmente cómo se brindan los servicios en forma oportuna y eficiente.

También es muy triste el ver cómo se administran los dineros públicos por parte de algunas autoridades que en muchos casos llevan a cabo contrataciones en las que no buscan el bienestar del pueblo sino su propio provecho y es cuando aparecen las famosas comisiones y pagos indebidos. Contrataciones cuyos montos se elevan considerablemente tan solo para que haya repartición. Ya hemos conocido de estos trueques y trucos y es por ello que debemos exigir transparencia y honestidad en el servicio público.

Que se dé un servicio justo y eficiente y además al costo debido.

Dios quiera que en este año electoral la ciudadanía sepa entender el poder que posee a la hora de definir a quienes les dará la confianza para administrar sus recursos y realizar las obras que se requieren. Es urgente que abran ojos y mentes y sepan elegir para su bien, de las comunidades y del país.