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UCR: Danza Huanacaxtle arte del movimiento que permite generar conocimiento

Un grupo de danza que en marzo 2022 cumplirá 20 años, cosecha una serie de logros importantes el desarrollo cultural y artístico local y nacional. Danza Huanacaxtle es un proyecto de la Vicerrectoría de Acción Social diseñado para promover la investigación y la difusión de prácticas dancísticas de Guanacaste y de Costa Rica mediante la producción escénica y de sistematización de experiencias.

Considerando las múltiples manifestaciones culturales de Guanacaste que han servido de ventana del arte de la cultura popular, el proyecto planteó la creación de un grupo de danza de estudiantes de la sede de Guanacaste que no estudian formalmente danza sino otras carreras. Así en el año 2002 nació el Grupo de Danza Folclórica Colonia Blanca, bajo la dirección de la Profesora. Vera Vargas, posteriormente cambió su nombre a Compañía de Danza Huanacaxtle.

El grupo de estudiantes de la agrupación usualmente han sido miembros de grupos artísticos de las comunidades de donde provienen, por lo que cuentan con experiencia en danza folclórica, baile popular, danza moderna u otro tipo de danza.

“Nuestro compromiso es estar cerca de las comunidades, como no tenemos un escenario base, nos presentamos constantemente en las comunidades “declaró la directora de la agrupación, Vera Vargas.

Principales logros

Tras casi 20 años de existencia la directora Vargas destaca los siguientes:

  • La institucionalización del grupo danza en la Sede de Guanacaste
  • La demostración de que por medio de la sistematización de experiencias se puede hacer academia en danza.
  • La proyección de la Universidad de Costa Rica en comunidades en las que el grupo se presenta así como la proyección fuera del país.
  • La creación de un espacio cálido, donde el grupo de estudiantes establecen lazos y puede identificarlo como su casa

Acciones durante la Pandemia

A partir de la pandemia no fue posible recibir a las nuevas personas integrantes del 2020, sin embargo, se hicieron esfuerzos por integrarles a la distancia con herramientas digitales. El trabajo se concentró en la investigación, la capacitación en: teorías de diferentes ritmos, técnicas de danza, y herramientas en la plástica escénica como escenarios y vestuario.

Por otro lado, se aprovechó para actualizar inventarios, redes sociales y vídeos, así como sistematizar y contribuir en la redacción de una propuesta metodológica para la enseñanza de la danza folclórica.

 

Autoría:
Esteban Umaña Picado (Periodista Unidad de Comunicación Vicerrectoría de Acción Social)

Imagen: Grupo de Danza Huanacaxtle

Hegel y Marx: la dialéctica del amo y del esclavo

Por Arnoldo Mora

La dialéctica del amo y del esclavo es una de las páginas más célebres de LA FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU, una de las obras mayores de Hegel, quien es considerado como uno de los filósofos más influyentes de los últimos doscientos años. La dialéctica del amo y del esclavo constituye uno de los mayores aportes y de mayor trascendencia de la filosofía hegeliana a la filosofía contemporánea; sobre todo, si tenemos en mente la versión que de la misma hizo Marx a la luz de las categorías epistemológicas que sustenta el materialismo histórico; por eso resulta difícil, por no decir imposible, separar una versión de la otra, si bien es indispensable hacer este intento para mejor sopesar y valorar el aporte de una u otra versión. Para Hegel, la dialéctica del amo y del esclavo caracteriza una de las “figuras de la conciencia” histórica: la antigüedad clásica, que Hegel analiza particularmente a propósito del Imperio Romano. En concreto, para Hegel se trata de comprender la historia como vivencia existencial colectiva, tomando en cuenta una ética de la alteridad, basada en una concepción integral de la sociedad y de la confrontación de los sectores que la componen; todo lo cual da un enfoque político a los procesos históricos, entendiendo por “política” el ámbito social donde se libra la lucha por el poder y su resultante como ejercicio del mismo en el Estado. Para ello, se requiere asumir un punto de vista epistemológico, a tenor del cual se analizan los hechos no sólo como realidades objetivas como hace el historiador, sino desde la conciencia vivida de los principales protagonistas de la historia; ya que lo importante para nuestro filósofo en la historia, más que los hechos tomados como eventos aislados o, más exactamente, a partir de los hechos fácticamente tomados, aquí se busca explicar la racionalidad que rige, no tanto los hechos individualmente tomados, sino los procesos históricos que los rigen y explican; por lo que se reflejan en las instituciones que en esos períodos históricos se crearon.

En este caso concreto, el aporte más significativo de la Roma clásica a la cultura universal fue la creación del primer Estado propiamente dicho (Maquiavelo) y su justificación racional mediante el derecho. En la historia, tal como la solemos estudiar, se caracteriza a la sociedad y al Estado de la Roma Imperial, organizada como una sociedad “esclavista”. Desde un enfoque epistemológico, la sociedad romana debe verse como un todo socio-cultural, donde amos y esclavos son por igual, aunque con roles diametralmente diferentes, sus artífices; en una sociedad esclavista, unos y otros son indispensables. Al analizar la conciencia del hombre romano, Hegel señala que uno de sus componentes es el esclavo, tan imprescindible como el señor, si bien con un rol irreconciliablemente antagónico. En consecuencia, si caracterizamos la conciencia del romano, sea amo o sea esclavo, estamos ante una conciencia alienada, dado que una de las partes que la componen, es negada por la otra; estamos ante una conciencia en conflicto, en lucha contra sí misma. El esclavo es la negación del amo; por su parte, el amo se niega a sí mismo, al negarse a reconocer uno de los elementos constitutivos de su propia conciencia. Ese elemento, que es el esclavo, es la parte material de la conciencia del amo, y el amo es la parte pseudoespiritual o trascendente de la conciencia del esclavo; por lo que éste lleva a su dominador dentro de sí mismo; su conciencia también está enajenada.

El amo sólo sueña en ser conquistador por la violencia, por lo que desprecia al esclavo a quien ha vencido obligándolo a producir lo necesario para satisfacer las necesidades materiales, es decir, la vida mediante el trabajo. Dentro de este contexto político y cultural, el esclavo no es una persona, no es un sujeto de deberes y derechos sino un instrumento o herramienta de trabajo; su vida, a los ojos del señor, no se justifica más que por la producción de bienes materiales; razón por la cual justifica su existencia objetivando su esencia de esclavo mediante el producto de su músculo, aunque no le pertenece sino al amo, es él – el esclavo – el que produce la riqueza; esta es la razón por la que el amo le perdona la vida. Lo que el amo olvida es que, si bien el esclavo necesita del amo para sobrevivir, el amo también necesita del esclavo, porque sin su trabajo se moriría de hambre. No hay amo sin esclavo; el amo necesita del esclavo para afirmar su libertad y justificar su condición de amo; el esclavo le es imprescindible; por lo que el esclavo se convierte en su destino inexorable; hasta el punto de que el amo termina por depender de la existencia misma del esclavo.

Por eso el esclavo se libera, es decir, produce su propia libertad, al objetivar la conciencia alienada mediante el trabajo material, mientras el amo destruye su propio ser en el goce o disfrute del trabajo ajeno. Más que el esclavo, es el amo quien necesita del esclavo para su propia sobrevivencia. El amo está más lejos de su liberación que el esclavo; el amo sólo podrá lograr su libertad, es decir, desenajenar su conciencia de esclavista, mediante la reconciliación con el esclavo; lo que equivale a reconocer la condición de persona del esclavo y, con ello, su condición de sujeto de derechos y deberes. Lo cual significa que el amo debe negarse a sí mismo, vivir su propia contradicción intrínseca como su destino inexorable como individuo (Hegel) y el fin de su clase social como destino histórico (Marx).

Finalmente, si vemos este proceso dialéctico a más largo plazo, es decir, desde el punto de vista de una filosofía de la historia de Occidente, como lo hacer Hegel en la obra mencionada, el hombre medieval – período que sigue a la época clásica esclavista – se caracteriza por asumir su existencia como “conciencia desdichada” o conciencia desgarrada, que ya en sus escritos de juventud Hegel caracterizaba como lo propio del cristianismo; tal es la conciencia de culpabilidad por considerarse un pecador. Esa concepción teológica llega al paroxismo con los reformadores, de donde proviene el propio Hegel. Por su parte, el reconocimiento de los derechos y deberes del esclavo, es decir, de las clases sociales subalternas, implica una revolución, no sólo política, sino también cultural. Para Marx, esto sólo se da con un cambio en la clase social dominante, cosa que, históricamente, se logra gracias al advenimiento del modo de producción feudal y la cultura medieval básicamente teológica, “metafísica”, diría Comte. Con ello la contradicción interna y existencial del hombre medieval se traslada al más allá, con lo que la vida aquí en la tierra se ve tan sólo como un tránsito a la otra vida, la que es considerada como la definitiva y plena; el más allá es la razón de ser del más acá. Las grandes peregrinaciones religiosas son la más evidente expresión de esa cultura, dirá Hegel.

San Romero de América

A 41 años de su martirio

ROMERO NUESTRO

Te rezaré,
pero no como
lo hacen los cobardes.
Lo haré como vos mismo
lo harías: poniéndole
a las balas
el pecho de montaña
que nuestra Madre
nos plantó desde sus
entrañas luminosas.
Lo haré como lo hizo
el niño Debravo,
gritando que Dios no
nos quiere de rodillas ignorados
en los templos;
ni atados de pies y manos
en ese poste donde
sólo se esclavizan
aquellos que desfallecieron aplastados por una tonelada
de papel periódico repleta
de mentiras y blasfemias.
Yo oraré por vos
ahora que por fin
en la Sede de todo
descubrieron tu santidad
obrera y campesina;
tu santidad de Madre y Padre asesinados por el mismo
criminal que cortó las venas
de miles de indígenas
cuyo único pecado fue luchar
por haber sido despojados de todo
menos de su dignidad.
Te rezaré con la lengua
mutilada de tantos
seres humanos que desde su
dignidad continúan gritando
la crueldad anticristiana
de este mundo al revés
que ha dejado sin voz
a los mejores voceros
comunales de los pueblos.
Yo te rezaré, Compañero
San Romero de América,
te rezaré como vos mismo lo hiciste; caminando
los caminos con todos los marginados y oprimidos
nuestros,
esclavos masacrados por la
aporofobia y la explotación
de las Bolsas y las Cámaras.
Así lo haré, porque sé,
ahora que por fin han
aceptado tu Santidad,
que vos, Santo Compañero,
llevarás hasta los Cielos
el inconfundible perfume
de tu curativo nombre
y purificarás de paso
el ancho portón
por el que ahora habrán de salir
de su zona de confort,
tus colegas celestiales
que ya
se han olvidado
de esta Tierra.
Amén!

ClaMo
ZURQUI
Costa Rica.

Imagen ilustrativa, DEI.

Rey Curré realiza festival en honor al río

Por Uriel Rojas

El pasado sábado 20 y domingo 21 de marzo, la comunidad indígena de Rey Curré llevó a cabo un festival llamado “Dí Crí Cuní”, que significa “visitando el río”.

Esta iniciativa consistió en realizar una serie de actividades culturales vinculadas al Río Grande, entre las que se destacaron las competencias de natación, buceo, pesca y manejo de botes a base de canaletes.

Este festival fue organizado por los padres de familia del Colegio Indígena de Rey Curré en el marco de la celebración de su X Aniversario de fundación.

Las actividades iniciaron el sábado por la noche con un convivio cultural en donde hubo música tradicional indígena y ventas de comidas y bebidas propias de la comunidad.

El domingo 21 se realizaron las competencias de nado, buceo, pesca y manejo de botes a base de canaletes, según las técnicas y costumbres de sus antepasados.

Para garantizar su seguridad, se contó con personal de rescate y asistencia permanente durante cada competencia.

Además, se realizó un torneo relámpago de futbol playa, y se entregaron al final del evento, pequeñas premiaciones para los ganadores de cada competencia.

Todas las actividades de este festival se realizaron en estricto cumplimiento de las normas y lineamientos sanitarios emitidos por el Ministerio de Salud en atención preventiva ante la Covid-19.

Fotografías: Ricardo Araya Rojas.

Fotografías: Ricardo Araya Rojas.

Apoyo al SINART

Pronunciamiento de ciudadanos costarricenses en torno al Convenio Marco de Cooperación entre el Instituto Cubano de Radio y Televisión y el Sistema Nacional de Radio y Televisión S.A. – Costa Rica Medios. (Usted puede firmar siguiendo el enlace que está al final del texto)

Ante una campaña de un grupo que pretende desinformar a la opinión pública en torno al acuerdo firmado por el Instituto Cubano de Radio y Televisión y el SINART, los abajo firmantes, ciudadanos y ciudadanas costarricenses, en el ejercicio de nuestros derechos constitucionales, hacemos público nuestro apoyo al SINART.

Dicho convenio no tiene otro objetivo que “promover la amistad y cooperación entre los pueblos de la República de Cuba y Costa Rica”. Específicamente, el convenio busca fomentar las “relaciones bilaterales en relación con los servicios de comunicación audiovisual y radiofónicos de ambos Estados y generar un marco para el intercambio y producción conjunta de contenidos de interés general tendientes al fomento de la cultura, la educación y la información de los ciudadanos”. Todo lo cual se hace dentro del más estricto respeto al marco legal vigente en cada uno de esos países. Así lo estipula literalmente el mencionado documento en el texto siguiente: “Las partes serán responsables de los contenidos que reciban en intercambio y trasmitan sus canales y plataformas digitales respetando las regulaciones legales de sus respectivos países”.

Costa Rica siempre ha promovido el derecho a la libre comunicación entre todos los pueblos, sin distingos de ninguna especie, viendo en los medios más modernos de comunicación un medio para fomentar la amistad, promover la paz y cooperar en la promoción de los valores cívicos, creaciones culturales y logros científicos de todas las naciones, especialmente aquellas que conforman la Patria Grande de Bolívar y Martí. Históricamente con el pueblo cubano nos han unido lazos de solidaridad y amistad entrañables, como lo prueban las visitas de Martí a nuestro país, recibido como un héroe en apoyo a la lucha por la independencia de su patria. Próceres, como los hermanos Antonio y José Maceo, fueron acogidos con los brazos y el corazón abiertos.

En un momento en que el fomento de la paz y la amistad es el objetivo mayor de las relaciones entre los más diversos pueblos del planeta, el incremento de las comunicaciones entre ellos constituye el primer e imprescindible paso para lograrlo. Por estas razones, este convenio debe ser aplaudido por todos los hombres y mujeres de bien de nuestro país.

Puede sumar su firma siguiendo este enlace

O bien aquí:

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeUPHOQEk41EVKXJUaMHz_3Kwn6n5DcsXjPPnFUqJqZT7uQjw/viewform?usp=sf_link

  1. Arnoldo Mora Rodríguez, exministro de Cultura, Juventud y Deportes, filósofo.
  2. Alfonso Chase, Premio Nacional de Cultura Magón, escritor y poeta.
  3. Julieta Dobles Izaguirre, Premio Nacional de Cultura Magón, poetiza y escritora.
  4. Walter Antillón Montealegre, jurista, catedrático emérito de la Universidad de Costa Rica.
  5. Arabella Salaverry, Premio Nacional de Cultura, actriz y escritora.
  6. Leonardo Perucci, Premio Nacional de Cultura, actor.
  7. Máster Marjorie Jiménez Castro, coordinadora Cátedra José Martí, Universidad de Costa Rica y miembro del Consejo Mundial del proyecto José Martí de solidaridad internacional.
  8. Daniel Camacho Monge, sociólogo, Comisión de Derechos Humanos.
  9. Freddy Pacheco León, biólogo y ecologista.
  10. Patricia Mora Castellanos, exministra de la Condición de la Mujer y exdiputada.
  11. Rafael Cuevas Molina, historiador, escritor, director de la revista Nuestra América.
  12. Macarena Barahona Riera, socióloga, catedrática de la Universidad de Costa Rica.
  13. Máster Francisco Enríquez, historiador, catedrático emérito de la Universidad de Costa Rica.
  14. Albino Devandas Brenes, periodista, pensionado.
  15. Gerardo Mora Burgos, filósofo.
  16. Máster Roberto Salom Echeverría, sociólogo.
  17. Isabel Ducca Durán, filóloga.
  18. Jaime Delgado, filósofo.
  19. German Chacón, especialista en historia del pensamiento latinoamericano.
  20. Flora Fernández Amón, empresaria, dirigente social.
  21. José María Villalta Flórez-Estrada, abogado, diputado.
  22. Rodolfo Ulloa Bonilla, sociólogo, asesor parlamentario.
  23. María Eugenia Román Mora, abogada, asesora parlamentaria.
  24. Suray Carrillo Guevara, abogada, exdiputada.
  25. José Gabriel Rivas Ducca, biólogo, ecologista.
  26. Juan Félix Montero Aguilar, educador, músico.
  27. Leda Méndez Arias, abogada, pensionada.
  28. Marcela Sánchez Cortés, promotora política.
  29. Roberto Alfaro Zumbado, agrónomo.
  30. Rocío Alfaro Molina, docente UCR.
  31. José Eduardo Álvarez Araya, abogado.
  32. Flor de Lis Monestel Corrales, trabajadora social, sindicalista.
  33. Israel Guillén González, administrador de empresas, pensionado.
  34. Antonio Naranjo Segura, empresario.
  35. Álvaro Salas Chaves, expresidente ejecutivo Caja Costarricense del Seguro Social, médico.
  36. Presbítero José Francisco Soto Soto.
  37. Fabio Villalobos Campos, médico.
  38. Daniel Vartanián Alarcón, economista.
  39. Oscar Vargas Vargas, consultor.
  40. Carlos Luis Chacón Salas, sindicalista.
  41. Álvaro Madrigal Arroyo, administrador.
  42. Ana Luisa Montero Mejía, pensionada.
  43. Peggy Padgett, pensionada.
  44. Rebeca Stam Emanuelson, educadora.
  45. Diana Madrigal Valerín, abogada, asesora parlamentaria.
  46. Ólman Varela Durán, consultor medio ambiente.
  47. Sergio Reuben Soto, economista, catedrático universitario.
  48. Eduardo Gardela, comunicador, ambientalista.
  49. Sagrario Agüero Badilla.
  50. Gaus Monge Mora, campesino.
  51. William Calvo Quesada, abogado.
  52. Hermes Quesada Burke, artesano.
  53. Manuel Monestel Ramírez, trabajador de la cultura.
  54. Víctor Polini Benach, educador pensionado.
  55. Ligia Mayela Arce Quesada, abogada y notaria.
  56. Eduardo Alberto Ureña Solano, programador de computadoras.
  57. Martín Rodríguez E., comunicador social.
  58. Ana Elena Obando M., abogada feminista, Concertación Interamericana de Mujeres Activistas por los Derechos Humanos.
  59. Hálder Paniagua Navarro, pensionado.
  60. Claudio Enrique Monge Pereira, exdiputado, educador, catedrático universitario.
  61. Marbella Martín Fragachán, socióloga.
  62. Dionisio Cabal Antillón, trabajador de la cultura.
  63. Alberto Salom Echeverría, exdiputado, ex-rector de la Universidad Nacional, politólogo.
  64. Víctor Mora Black, empresario.
  65. Italo Fera Fallas, sociólogo.
  66. Gerardo Contreras Álvarez, historiador, catedrático universitario.
  67. Arlen Ulloa Rojas, graduada de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
  68. Carlos Manuel Campos Méndez, diseñador y escribidor.
  69. Roberto Castillo Rojas, catedrático pensionado UCR.
  70. Roberto Chacón Picado, técnico en telecomunicaciones.
  71. Gustavo Campos, regidor municipal en Montes de Oca.
  72. Esteban Beltrán Ulate, profesor universitario.
  73. Oscar Barrantes Rodríguez, historiador.
  74. Juan Gabriel Vargas Rojas, estudiante universitario.
  75. Luis Alberto Soto Ramírez, trabajador social.
  76. Sonia Solís Umaña, antropóloga, profesora jubilada de la UCR.
  77. Hannia Franceschi Barraza, trabajadora social, pensionada.
  78. Diógenes Hernández Zumbando, ingeniero agrónomo
  79. Evelyn Cubillo Montoya.
  80. Rafael Ángel Ugalde Quirós, periodista.
  81. Edvan Córdoba Vega, especialista en género y desarrollo.
  82. Jesús Campos Méndez, transportista, cooperativista.
  83. Federico Montero Mejía, médico.
  84. Giovanni Beluche V., sociólogo y académico.
  85. William Jesús Delgado Rivera, enfermero.
  86. Eladio Retana Fallas, agrónomo, facilitador ambientalista.
  87. Ricardo Rubí Sánchez, contador.
  88. Bruno de Jesús Coto Barboza, recepcionista hotelero.
  89. Roberto Zeledón Arias, asesor sindical.
  90. José Francisco Varela Arguedas, jubilado.
  91. Rodrigo Jiménez Vega, pensionado.
  92. Roberto Guevara Arroyo, estudiante universitario.
  93. Mario Augusto León Casto, ingeniero de software.
  94. Pablo Zúñiga Morales, abogado.
  95. Maureen De La Paz Durán, docente.
  96. Vania de la Cruz Boschini, bibliotecóloga.
  97. Sergio Erick Ardón Ramírez, arquitecto, escritor, exdiputado.
  98. Magda Solís.
  99. Esteban Cerdas Aguilar, comunicador.
  100. Óscar Barboza Lizano, latinoamericanista, profesor universitario, presidente de la Fundación Andrzej Dembicz.
  101. Francisco Barrantes Venegas, diseñador gráfico.
  102. Ana Isabel Robles Cascante, socióloga.
  103. Esteban Campos Méndez.
  104. Arantxa Coghi Robleto, estudiante.
  105. Baudilio Morales Monroy, abogado y notario.
  106. Anthony Quirós Alfaro, estudiante universitario.
  107. Daniele Aguirre.
  108. José Pablo Garro Arce, estudiante universitario.
  109. Evelin Yanes Giraudy, docente.
  110. Máster Jiddu Rojas Jiménez, filosofía, estudios latinoamericanos.
  111. Teodora Tsijli, matemática catedrática de la Universidad de Costa Rica y de la Universidad Nacional.
  112. Susana Rojas estudiante.
  113. María José Monterroso Solís.
  114. Miguel Calderón Fernández, académico de la Universidad Nacional.
  115. Eval Araya Vega, filósofo.
  116. George García Quesada, historiador y filósofo.
  117. Marco Castillo Rojas, abogado, activista interseccional.
  118. Jorge Arturo Montoya Alvarado, profesor de historia UCR.
  119. María Isabel Aragón Vargas, graduada de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
  120. William Zúñiga Soto, maestro rural pensionado.
  121. Hansel Luis Ramírez Rodríguez, pensionado.
  122. Catalina Miranda Matamoros.
  123. Wilson Arroyo Oconitrillo, músico e historiador.
  124. Luis Ángel Salazar Osés, sociólogo.
  125. Sara Araya Barrantes.
  126. Guadalupe Urbina Juárez, cantante y compositora.
  127. Rubén Pagura Alegría, Premio Nacional de Teatro, actor y músico.
  128. Xinia Villalobos Zúñiga, trabajadora social.
  129. Maribel Vindas Rodríguez, jubilada.
  130. Ricardo Ascanio Sánchez Loaiza, librero y editor.
  131. Daniel Torres Sandí, sociólogo.
  132. José Rafael Flóres Alvarado, historiador.
  133. Guadalupe Mora Araya, socióloga.
  134. Óscar Collado Bermúdez, estudiante.
  135. Abel Guier Oreamuno, músico.
  136. Adriana Mora Rey, diseñadora gráfica.
  137. Héctor Ferlini-Salazar, comunicador.
  138. Efraín Cavallini Acuña. Académico -Comunicador UNA

Valores invertidos

Óscar Madrigal

El presidente del Banco Central, don Rodrigo Cubero, recibe un salario mensual de ¢10.000.000 de colones. El rector Jensen de la Universidad de Costa Rica recibía antes de terminar su periodo ¢8.800.000 y el rector Salom de la UNA ¢6.700.000. (No tengo los salarios de los rectores actuales que probablemente son menores que los indicados).

El primero dirige un banco, los otros dos, casas de enseñanza donde se forjan los profesionales del mañana, los encargados del futuro del país.

Lo que llama la atención es que el salario del Rector causa una conmoción y repulsa nacional, mientras que el salario del señor Rodrigo Cubero no produce efecto alguno.

¿Por qué la gente “valora” más la dirección de un banco que la dirección de centros de educación superior? ¿Por qué el salario del presidente del BCCR es visto con “naturalidad” mientras que los salarios de los rectores como una exageración y casi como inmorales? ¿Cómo han llevado a esta sociedad a semejante inversión de valores?

La prensa nacional ha logrado crear este ambiente, publicado listas de profesores con sus salarios presentándolos casi como delincuentes, creando un enemigo ficticio para desviar la atención de los problemas principales del país.

Para la prensa comercial al servicio de los grandes intereses económicos no es escandaloso que 44 personas tengan un salario superior a los ¢35.000.000 mensuales o que 148 personas ganen más de ¢20 millones mensuales. Todos desde luego del sector privado. (Datos del Ministerio de Hacienda publicados por el Semanario Universidad). Esos salarios deben pertenecer por supuesto que a grandes bancos o empresas privadas; recordemos que muchas de ellas no pagan impuesto de renta porque no declaran utilidades o están acogidas a exenciones como las zonas francas. Por supuesto que esto tiene trascendencia fiscal, de mayor calado que los salarios de los profesores que forjan y forman a los estudiantes.

La prensa comercial al servicio de ese gran emporio ha logrado invertir los valores nacionales.

Desgraciadamente ha castrado el pensamiento crítico.

Canción “Abuelita porteña”

El 13 de febrero de 2021 en el canal de YouTube de Óscar Espinoza Ramos se publica una canción que está dedicada a doña Flor, una adulta mayor de la ciudad de Puntarenas. Algunas de las frases que se pueden escuchar en la pieza que exaltan las virtudes de doña Flor son: “Cuánta bondad en tu mirada, cuánta bondad en tu sonrisa, tus manos trabajadoras”, estas son un reflejo del respeto y admiración con la que fue escrita y dedicada esta canción.

SURCOS le invita a escuchar y difundir esta composición:

 

Enviado por Óscar Espinoza Ramos.

I Festival Cultural Agroecológico ISHÄKÄ TAMI comunidad Jabuy territorio Thai Cabécar

SURCOS comparte la siguiente invitación:

El próximo 13 y 14 de marzo del 2021 se llevará a cabo el I Festival Cultural en el territorio Thai Cabécar en el que habrá ventas de productos 100% orgánicos como: tubérculos, granos básicos, verduras y semillas.  También encontrán degustaciones de gastronomía indígena, presentaciones culturales y artísticas, ventas de artesanías y juegos deportivos tradicionales.

Este festival es una gran ceremonia de la primera cosecha, ISHÄKÄ PABÄLÄ y tendrá lugar en el Salón Comunal de Jabuy, Limón Valle La Estrella, inicia el sábado a las 10:00am y el domingo a las 9:00am.

Para hospedajes y reservaciones comunicarse con:

Mildred Blanco/Jeison Fernandez al 8521 1305 / 8651 3028

Para más información acerca del evento: Arnulfo Fernández 85457421 o al correo: jefemo@gmail.com

Se garantiza que todas las actividades se realizaran bajo las medidas protocolarias del Ministerio de Salud.

Organizan:
Grupo Mujeres ALAKÁLÁWA ISHÁKÁ TAMI.
Comisión de Trabajo Jabuy

El gestor local cabecar Arnul Fernández, formado por el Programa de Gestión Local de la UNED es un actor clave en esta actividad, hace la invitación a participar y disfrutar del evento.

Adjuntamos la invitación formal:

 

Enviado a SURCOS por Rafael López Alfaro.

SanCalentín Emo

Macv Chávez

Después de haber contemplado unos días extremadamente intensos pienso en los anuncios publicitarios de la trilogía del amor sanvalentinesco, es decir, en el 13, 14 y 15 de febrero, donde el 13 se viste de un tono surrealista o norrealista, de cualquier forma en ambos extremos se encuentran los témpanos de hielo, según mi profesora de la escuela, donde todavía las y los amantes eran consideradas como personas frías, sin corazón, capaces de destrozar lindos hogares y parejas bonitas -al menos eso decía el floro barato de una sociedad todavía ignorante, ahora ya solo es mediocre-, porque el 14 representa al día del gran derroche de amor, motivo por el cual la mayoría de parejas se quedan con una espiritualidad famélica los 364 días del año, debido a que todos los te amo hecho acción fueron entregados el día de SanCalentín Emo, perdón, San Valentín, donde los más embriagados del amor romántico son los hoteles, restaurantes, florerías y condones, por la inmensa muestra de amor que fluye en las ciudades y países que celebran dicha festividad, esa que no deja de engordar los bolsillos corporativos hasta transformar el 15 en el día del libre negocio de las píldoras del día siguiente, pruebas de embarazo, aguita de calzón para atrapar al ser querido y uno que otro amarre para engatusar a las más inocentes románticas y a los más incautos galanes, entre tantos otros mejunjes que sirven para atrapar la lotería del amor romántico, olvidando que casi todos son incentivados por la enfermedad socialmente aceptada, al que yo llamo el síndrome de febrero, aunque otros lo llaman amor.
Esta celebración nos sirve para darnos cuenta de cuán doméstica es la masa y, por ende, cuán vacía es la sociedad civilizada, aunque debería llamarse suciedad, en vez de sociedad, porque nos mostrará la evidente falta de amor propio que existe en la mayoría y con la cual la masa que mueve el mundo se embarra el ser. Bueno, masa que se deja mover por el sistema para mover el mundo hacia un punto específico del desarrollo o evolución malformada del hombre, casi como antiguamente se movían los esclavos por voluntad del emperador, rey o patrón, porque lastimosamente el hombre (varón, mujer y todos los demás) no ha aprendido a ser.
Por otro lado, me gustaría poder decir como la masa, que anda repitiendo que el día de San Valentín es para celebrar el amor -porque la amista también implica amar-, pero afirmar dicha cosa es asegurar una mentira, porque aquello que la gente llama amor es solo una respuesta biológica ligada a la necesidad de afecto y, por ende, también a la sexualidad del hombre, que es inherente al ser como animal que somos, y por eso podemos ver que algunas mascotas responden afectuosa o cariñosamente ante determinada muestra de interés o afecto que le muestra su amo o los amantes de los animales. Por ende, quien dice que quiere estar con alguien, o sea tener una relación, y dice que no quiere tener sexo simplemente está mintiendo a la otra persona o a sí misma, porque toda relación amoroso no amical conlleva al uso de la sexualidad, ya que es la forma en la que las personas se entregan a plenitud, salvo que sean personas asexuales, porque en ellos no existe dicho deseo, algo que es inherente a su ser, a su composición biológica, tan igual como se da en las amistades con ese tono de hermandad, donde el deseo sexual desaparece de ambos seres, debido a que genéticamente ninguna de las dos personas huele a deseo sexual para la otra persona, y es así cómo se desarrollan la mayoría de amistades entre varones y mujeres, de forma instintiva, simplemente por pura ausencia del olor sexual ante la otra persona.
Entonces, como iba diciendo, el amor que tanto se profesa en estos días no es más que un impulso instintivo de una necesidad biológica, esa que se intensifica con los avisos publicitarios del síndrome febrero, donde existe una necesidad desesperada en la gente, la masa, de encontrar pareja para no sentirse solos, dolidos, sufridos, despechados y demás términos en masculino y femenino que usan para los que andan sin pareja durante ese día, para los solteros románticos que buscan desesperadamente al amor.
Debo confesar que este escenario desesperado lo he podido contemplar desde que era un niño, cuando las chicas volvían con su ex a pesar de que la relación ya había fracasado, de una a más veces, sin ver ni verificar la existencia de cambios o mejoras positivas en la otra persona, simplemente retornaba al tormento solo por oír frases como “lo extraño”, “lo amo”, “me necesita” y demás tonterías que suelen servir de justificantes para una inminente reconciliación, mostrando una vez más la falta de amor propio, ese amor que es el principal responsable de que dicho día festivo sea tan paupérrimo de ser, celebrando un famélico amor, un desnutrido y hambriento amor, uno que nunca llega a saciarse porque no sabe alimentarse, motivo por el cual va de un lugar a otro, girando en un círculo vicioso, donde se repite la misma historia de amor fracasado, solo que con otro nombre y otro rostro, debido a que se inicia una relación de amor bajo las mismas modalidades de siempre, es decir, sin tener conciencia de sí ni de quién es en sí la otra persona, simplemente viendo las cualidades de escaparate que uno suele mostrar cuando quiere conquistar o enamorar a alguien, algo que es parte del apareamiento animal, es decir, simple y pura necesidad biológica, mero sentimentalismo barato o simple sensación física, nada más animal, solo que desde la apariencia de lo humano.
Ahora sí, empecemos a analizar ¿qué es el amor según San Valentín? Un mito, un mito que buscó justificar la promoción de la fertilidad bajo el sutil disfraz de la eliminación de prácticas salvajes ante los ojos moralizadores de los fanáticos del dios bueno y todopoderoso que todo lo ve y que nada hace, -porque es un dios tan poderoso que no necesita hacer nada para defender su honor ante los amantes de la manipulación espiritual, quienes usan su nombre para enriquecerse a costa de los pobres ilusos, como lo hacían antiguamente los reyes y demás ladrones de la historia, como lo hacen hoy los políticos,- logrando iniciar de ese modo la legendaria historia de San Valentín, esa que con el tiempo se transformaría en SanCalentín Emo, debido a que el amor se ha convertido en una pretexto o justificante para tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, sin la necesidad de asumir el compromiso del matrimonio religioso que implicaba tener la voluntad propia amenazada por el temido fuego del infierno -según la publicidad religiosa que conmovía a los grandes suicidas de la historia familiar-, cosa que nos puede hacer decir que hoy el SanCalentín Emo puede ser considerado como un acto rebelde o revolucionario ante lo religioso, ese que suele ser opresor y represor, motivo por el cual todavía seguimos viviendo en sociedades -o con personas- indudablemente esclavas o reprimidas, pasando de guatemala a guatepeor, debido a que el hombre en vez de ser racional se está convirtiendo en más animal, porque va por la vida en piloto automático, logrando actuar dentro de “las libertades modernas”, sin darse cuenta que es simplemente guiado por el instinto animal y no racional, como un buen animal doméstico.
Y esta es la razón por la cual las personas en estos tiempos modernos van de una relación a otra, logrando responder a Neruda su pregunta: “¿Es verdad que las golondrinas / van a establecerse en la luna?” Sí, en esos campos minados de la nada, de vacíos existenciales, con ese pensamiento incapacitado para razonar y descubrir las razones del ser, estar, querer y amar que son los cimientos de una relación amorosa, esa que empieza en uno para ir al otro. Siendo este el modo de cómo se transforma una relación de amor en una mera utilidad emocional, solo para satisfacer la necesidad sexual como la emocional, y por eso yo lo llamo SanCalentín Emo en vez de San Valentín, debido a que las personas que dicen amarse solo ven el amor como la idea de vivir algo bonito con la otra persona, tan igual de lindo como cuando vemos a los animales apareándose por mera predisposición biológica, sin caer en ese sentido trascendental que tiene en sí el amar, simplemente por ser un sentimiento o acto netamente humano, porque el amor no es un sentimiento sensitivo o instintivo, sino racional, debido a que uno lo mira, contempla, analiza y decide, razón por la cual la persona que ama entrega lo mejor de sí para sí y para el otro, acorde a su conciencia, sin actos de doble moral, sin ir en contra de la dignidad humana en sí, motivo por el cual no puede hacer daño ni dañarse, debido a que ese amar nunca va por encima ni por debajo del otro, sino en igualdad y equilibrio del ser libre y consciente, algo que debemos aprender antes de querer darnos a otros, para poder saber quiénes somos, de lo que somos capaces o no, para no ir con medias tintas y así evitar caer en el acto de amar como en una actuación o fingimiento, en vez de accionar lo mejor de uno en pro de la relación, esa relación que nos permitirá alcanzar el equilibrio entre el ser de nosotros y de los otros, esa relación que meramente tiene un fin social y, por ende, trascendental, porque si bien es cierto que uno representa a toda la humanidad, porque todos somos imagen de todos, también es cierto que dos personas -y más una familia- son el fiel reflejo de la sociedad, por ende, podría decir que el desarrollo social de los pueblos y naciones depende netamente de la familia, por tanto, si la familia está en crisis, la sociedad también está en crisis, porque todo se expande, tan igual como se expandió la festividad de SanCalentín Emo que habla del amor romántico y que termina engordando el comercio y la desesperación del corazón, porque quien celebra el amor por una orden mundial -que es esta festividad- solo demuestra que no tiene personalidad, por ende no tiene ni la menor idea de quién es, y como no tiene idea de quién es, no tiene amor propio, por ende, no tiene amor para sí ni para el otro y dicha celebración de amor no es más que otro engaño de sí mismo, solo que justificado por la orden superior de quienes controlan el mundo con celebraciones estúpidas como el día del amor y otros mejunjes de la esclavitud moderna, como si las acciones humanas necesitaran el reconocimiento de los demás para ser reales, o sea, como si necesitarían ser gritado a todo el mundo para ser cierto, verdadero, único, simplemente porque siempre andamos ausente de nosotros mismos y no sabemos ni lo que somos ni lo que queremos ni deseamos ni soñamos, sencillamente porque no hemos aprendido a ser libres.

Lima, 09 de marzo de 2020 a las 19:57 horas

DE RATONES Y LIBROS

(Of mice and books)
Viajes por mi biblioteca, 47

Walter Antillón

1.- ¿Comprar o no comprar? He aquí una cuestión que se plantean con frecuencia los Ratones de Biblioteca, como una instancia de la cordura frente a su voraz e insaciable deseo de adquirirlo todo, leerlo todo, saberlo todo. Confiesa este humilde roedor que un centenar de veces se habrá hecho la pregunta, ante el escaparate lleno de tentaciones de una librería. Y una de esas veces tuvo lugar en las circunstancias y con las particularidades que se verá.

Fue en Roma, Italia, tal vez en 1963, durante una de las extenuantes caminatas que durante un largo período me impuse como rutina, con el fin de llegar a conocer lo más minuciosamente que pudiera la Urbe incomparable. Y, como no podía ser de otro modo, aquellos periplos tenían el propósito adicional (pero, en modo alguno secundario) de localizar todas las librerías, grandes o pequeñas, que Roma pudiera alcahuetear.

Aquel día feliz estaba yo caminando por la Vía Ulpiano, al costado Norte del marmóreo, imponente Palacio de Justicia, cuando a media cuadra me topo con una vasta librería llamada, precisamente, Librería Ulpiano, cuyas existencias consistían mayoritariamente en libros jurídicos, tanto nuevos como usados: ¡el ratón suelto en una bodega de quesos parmesanos! Y claro, por varias horas recorrí minuciosamente los repletos estantes, donde encontré muchas de las obras famosas que sólo conocía por referencias. Entre ellas, el libro del que hoy quiero hablar, que en italiano se titula Commentario alle Pandette, y cuyo autor fue el Caballero alemán Christian Friedrich von Glück.

Con todo y el rebajo ofrecido por el librero, el precio de esta versión italiana del Glück seguía siendo altísimo para mis bolsillos; aunque en realidad resultaba una suma moderada, tomando en consideración que la obra constaba de 44 tomos. ¿Comprar o no comprar? Un inconveniente era el tema del espacio que ocuparía; pero calculé rápidamente que, empacado en unas cuatro cajas de tamaño regular, podía apilarlo en un rincón de mi apartamento y sacar sólo el o los tomos que me interesara leer; otro obstáculo, mayor, era el precio, cuya erogación haría un hueco en las finanzas que me obligaría por algún tiempo a un régimen de extrema austeridad. Al final se impuso la prudencia: no sin dolor excluí de mi compra el Commentario alle Pandette del Caballero Glück; y claro, me prometí adquirirlo en el futuro; pero eso no sucedió.

El libro de Glück lleva por título en alemán: Versuch einer ausfürliche Erläuterung der Pandekten nach Hellfeld; ein Commentar fur meine Zuhörer. En español: Tentativa de una Extensa Exposición de las Pandectas al modo de Hellfeld; un Comentario para mis Oyentes. Y este título era ya revelador de la particularidad de las circunstancias que rodearon al Autor y a su obra; porque es un título aparatoso y prolijo, casi indiscreto, que abunda en detalles propios de los libros de siglos anteriores ¿A qué se deben, estas rarezas?

Aunque contemporáneo de Goethe y la Enciclopedie, y de juristas como Portalis, Sieyès y Gustav Hugo, von Glück luce ante ellos anticuado en su pensamiento, estilo y costumbres. Había nacido en Halle, Sajonia-Anhalt, en 1755, y allí mismo se educó; pero desde 1784 hasta su muerte enseñó Derecho de Pandectas en la Universidad de Erlangen (Baviera). Allí concibió y ejecutó su ambicioso proyecto, inspirado en la obra exegética de Johan August Hellfeld Jurisprudentia Forensis secundum Ordinem Pandectarum (1764), que era tal vez la última expresión de un género literario surgido tiempo atrás en Alemania, llamado significativamente “Uso moderno de las Pandectas de Justiniano” (Usus modernus Pandectarum). Con determinación y disciplina germánicas, a los 30 años de su edad, el Profesor Doctor Christian Friedrich von Glück se puso a la tarea de comentar, uno por uno, los extractos de doctrina que se encierran en los 50 Libros de las Pandectas del Emperador Justiniano.

Así pues, el Comentario de Glück nació viejo: sus primeros cuatro vastos volúmenes aparecieron entre 1790 y 1794, y los siguientes hasta completar 35 los fue escribiendo su autor hasta pocas horas antes de morir, en 1831; soportando durante todo ese tiempo la crítica despiadada de los innovadores: tanto de los representantes de la corriente ilustrada (Anton Thibaut, Arnold Heise, Paul Anselm Feuerbach), como de los heraldos de la flamante Escuela Histórica (Gustav Hugo, Friedrich Karl Savigny) que fundarían sobre nuevas bases la Pandectística alemana del Siglo XIX. Pero Glück no se inmutó, continuando hasta el término de sus días el arduo Comentario ‘a la manera de Hellfeld’, con toda la parafernalia tradicional.

Lo que ahora nos parece sorprendente es que aquella mole cetácea, aquella antigualla tuviera un enorme éxito de ventas en los ambientes curiales de toda Alemania; y que además fuera elogiada y acuerpada por jóvenes juristas como G.F. Puchta, Christian Mühlembruch y Ludwig Arndts, que por otra parte militaban bajo las banderas de Savigny: fueron, en efecto, dos generaciones de juristas alemanes, entre ellos los profesores Burkard Leist, Carl Czyhlarz, Salkowski, Fein, Ubbelohde y muchos más, así como los propios Arndts y Mühlenbruch ( todos alumnos de Glück, o alumnos de alumnos de Glück) quienes continuaron su obra titánica, hasta detenerse, en 1896, en el tomo 65 del Comentario ¡Más de cien años, y la obra quedó sin terminar! Es el equivalente jurídico a la edificación de una catedral gótica que no alcanza a construir los chapiteles de las torres, como Notre Dame de Paris.

Pero, increíblemente, en esta historia pantagruélica faltaba otra catedral parecida, esta vez en Italia, que ocupará la segunda parte de este ratón.

Su historia tiene que ver con el estado de postración de las universidades italianas en la primera mitad del Siglo XIX, como un resultado consecuente de la desmoralización general de los ciudadanos: arruinados, masacrados y dispersados; acosado su pensamiento; fragmentado y arrasado su glorioso territorio bajo la dominación y las guerras intermitentes de los Bonapartes, los Habsburgos austriacos, los Borbones de España, los Saboyas y el Papa.

Pero sabemos que de esa situación extrema, desesperada, nació y creció incontenible el movimiento político-cultural llamado Risorgimento (el Resurgimiento), que va a conseguir por fin la unidad de Italia bajo la Monarquía Sabauda (1861); sustentado en el pensamiento precursor de Petrarca, Maquiavelo, Manzoni y Foscolo; en la doctrina del Movimiento ‘Joven Italia’ (Mazzini, Cattaneo, Gioberti, D’Azeglio); en la habilidad política del conde Cavour y en la increíble epopeya guerrera de Giuseppe Garibaldi.

Y es también la hora de la Universidad italiana, cuyos estudios jurídicos estancados por siglos en las estériles repeticiones del viejo ‘Mos Italicus’, necesitaban auxilios urgentes. Y en esas circunstancias ocurrió que, a pesar del brillo y la novedad del Código Napoleón y la Escuela francesa de la Exégesis, que campearon en un primer momento (recordemos la ‘Teoría de las Obligaciones’ de Giorgi, de 1873), la mejor doctrina representada por los romanistas Filippo Serafini y Vittorio Scialoja se inclinó por el pensamiento alemán, representado por la Escuela Histórica de Savigny y Eichhorn, y por la presencia de la obra ponderosa de los Pandectistas Makeldey, Keller, Puchta, Baron, Vangerow, Arndts, Regelsberger, Brinz, Bekker, Bruns, Windscheid, Bähr, Dernburg y otros. De modo que se articuló una estrategia de ‘captura’ y ‘recepción’ de la doctrina alemana por dos vías: a) decenas de italianos recién graduados viajaron a diferentes universidades en Alemania a partir de los sesentas para estudiar las teorías y los métodos de trabajo; b) se inicia la traducción al italiano de las obras más representativas de la Pandectística tudesca, abriendo el camino el propio Serafini con su traducción del ‘Tratado de Pandectas’ de Arndts en 1872; continuando con las traducciones del ‘Sistema’ de Savigny por Vittorio Scialoja en 1889; las ‘Pandectas’ de Windscheid por Fadda y Bensa en 1902; del ‘Derecho de las Obligaciones’ de Heinrich Dernburg, hecha por Francesco Bernardino Cicala en 1903; del ‘Derecho Civil Francés’ de K. S. Zachariae y K. Crome por Ludovico Barassi en 1907; y cerrando con el último de los 44 tomos de la traducción del Glück, en 1919.

Y aquí tenemos la segunda, la otra ‘catedral gótica’, construida esta vez en suelo itálico. Porque es entonces que uno de los principales gestores de estas operaciones por las que la doctrina italiana del Siglo XIX se apropia del saber y de los métodos de la Pandectística alemana, el Profesor Filippo Serafini, decide que la traducción del Comentario de Glück es un paso imprescindible para lograr dichos objetivos. Y puestas ya las manos en la obra, en la presentación del Tomo I, traducido por el Profesor Contardo Ferrini y publicado en 1888, los editores jefes (Serafini y Cogliolo) dicen lo siguiente:

“…Si la revigorización de los estudios romanísticos no ha producido aún los maravillosos efectos de que es capaz, ello se debe a un hecho al que hay que poner pronto remedio: la dificultad que jueces y abogados encuentran para valerse de los estudios del Derecho Romano, que por estar esparcido en muchas monografías, casi todas en alemán, no siempre pueden ser consultadas. En Alemania, esta necesidad ha sido llenada con la grandiosa y celebrada obra de Christian Friedrich Glück ‘Comentario a las Pandectas…”

Serafini parecía ser no más sensato que el propio Glück, al esperar que la traducción de 65 tomos de un libro podía ser un ‘pronto remedio’ de algo. Cierto que no tardaría cien años, como Glück y sus discípulos al escribirlo; lejos de ello, la traducción, anotación y publicación de la obra (que completó 44 grandes volúmenes) duró apenas algo más de 20 años, gracias a que el prestigio y la autoridad de Filippo Serafini atrajeron a la empresa a más de 30 jóvenes romanistas de diferentes universidades, que habían cursado estudios en Alemania en años anteriores; entre los cuales estaban Contardo Ferrini, Pietro Bonfante, Carlo Fadda, Giovanni Pacchioni, Biagio Bruggi, Angelo Sraffa, Silvio Perozzi, quienes en un futuro cercano darían gran prestigio a la Ciencia y a la Universidad italianas.

Tuvo razón el maestro Serafini: a pesar de su apariencia excesiva y a la mala fama que le dieron los ‘modernos’, el Comentario de Glück, en su versión italiana y con las oportunas y muchas veces brillantes anotaciones de sus traductores, aunque no podría ser “il più minuto, il più completo ed il più pratico di tutti i libri giuridici italiani” (como jocosamente lo ha llamado la Profesora Federica Furfaro en un trabajo reciente) conserva su gran valor científico y didáctico a pesar de los años transcurridos, no sólo porque allí encontramos la autorizada opinión de Glück o de alguno de sus discípulos, sino también porque tendremos igualmente a un Bonfante, a un Ferrini, etc.

Aquí termino. He recordado aquella anécdota de estudiante, de hace casi sesenta años, en la que perdí la oportunidad de hacerme dueño de un verdadero tesoro bibliográfico, renegando indignamente de mi espíritu ratonil que me empujaba a hacer lo contrario. Pero más allá de la anécdota, quiero honrar a aquel jurista, Cristián Federico von Glück, que entregó 46 años de su vida a comentar y anotar, extracto por extracto, el Digesto de Justiniano, hasta completar una parte sustancial de su empeño; y que supo inspirar a un grupo de juristas de las siguientes generaciones para que dieran continuidad a su obra durante los siguientes 65 años. Y quiero honrar también a aquel jurista, Filippo Serafini, que en 1885 concibió y puso en ejecución el discutible y descomunal proyecto de traducir al italiano la obra inconclusa y anticuada de un autor muerto más de cincuenta años antes, simultáneamente con la traducción de una pléyade de juristas alemanes modernos, algunos de ellos vivientes. Porque Serafini ansiaba fervientemente el encumbramiento de su Patria a través del Derecho; y sabía que una nueva y vigorosa Ciencia jurídica en Italia sólo era posible recuperando su pasado; y que el mejor camino para la restitutio in integrum de un ‘Derecho Romano Actual’ podía recorrerse siguiendo el mapa trazado en el célebre ‘Comentario’, bajo la guía del denodado Ritter sajón. Que la mejor prueba de fuego para aquella admirable generación de estudiosos destinada a poner las bases de la moderna Jurisprudentia Italiana, sería enfrentarlos a la mole de los 65 grandes tomos de aquel Comentario, para que los domeñaran, duplicaran y actualizaran con sus propios aportes.

Honro, en suma, la sufrida y discreta heroicidad de la Ciencia Jurídica.

Y sigue.