Educación Superior Pública busca sensibilizar a distintos grupos de interés acerca de la importancia de la gestión de la calidad e innovación en la dinámica universitaria
En el marco de los procesos de gestión de la calidad, se desarrolló el “IV Foro sobre calidad e innovación en la Educación Superior” el 5 y 6 de noviembre en el Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica; 7 y 8 de noviembre en el Centro Universitario de la UNED en San José y en la sede central del Instituto Tecnológico de Costa Rica en Cartago, respectivamente.
La organización del evento estuvo a cargo del equipo interuniversitario Gestión de Calidad e Innovación en Educación Superior (GECIES) que inició su labor en el año 2016, con el compromiso de fortalecer la cultura de calidad e innovación en las instituciones universitarias.
Este equipo organizador está conformado por representantes de la Universidad de Costa Rica (UCR), Universidad Nacional (UNA), Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), Universidad Estatal a Distancia (UNED) y Universidad Técnica Nacional (UTN). Además, en esta oportunidad se contó con la colaboración del Consejo Centroamericano de Acreditación (CCA).
El objetivo de la actividad se orientó a propiciar la sensibilización a distintos grupos de interés acerca de la importancia de la gestión de la calidad e innovación en la dinámica de las instituciones de educación superior, así como compartir las buenas prácticas que favorecen los procesos de mejoramiento continuo e innovación del quehacer académico, fortaleciendo la calidad de sus resultados, productos y servicios.
En el evento participó personal académico y administrativo de las diferentes universidades; gestores de calidad de instituciones y organizaciones gubernamentales y privadas, quienes coincidieron en la necesidad de generar e intercambiar nuevos aprendizajes en la temática.
La apertura del foro estuvo a cargo de la Dra. Ana María Hernández Segura, Rectora Adjunta de la Universidad Nacional, quien hizo alusión a la importancia de gestar y articular acciones entre las universidades y fortalecer la relación universidad sociedad.
En el foro se realizaron conferencias magistrales, paneles y talleres con especialistas nacionales e internacionales, quienes abordaron temas atinentes a innovación, empleabilidad y seguimiento de egresados, internacionalización en la educación superior, planificación y gestión de la calidad.
Las conferencias magistrales abordaron los temas:
“Gestión de la calidad en las instituciones de Educación Superior” a cargo de Claudia Lucía Velandia Gómez, Universidad de los Andes, Colombia;
“Acreditación Institucional – HCERES” Tatiana Fernández Martín, Instituto Tecnológico de Costa Rica;
“Calidad e Internacionalización: realidad y desafíos” María Almudena Garrido Diez, Universidad de Deusto, España;
“Programa Éxito Académico en la Universidad Técnica Nacional” Katalina Perera Hernández;
“Calidad académica” Francisco González Alvarado, Universidad Nacional, Costa Rica.
Para la Máster María Agustina Cedeño Suárez, Coordinadora de la Iniciativa Gestión de la Calidad para la Excelencia (Rectoría Adjunta), el desafío es asegurar que la responsabilidad que la sociedad le encomendó a las instituciones de educación superior se cumpla, y esto se hace evidente en la medida que la comunidad universitaria da cuenta de ella: “ Las participaciones durante este IV Foro abordaron, en términos generales, la importancia de la mejora continua en el desarrollo de los procesos, el conocimiento innovador orientado a solventar problemáticas del contexto social y el compromiso de transferir conocimiento como un acto de responsabilidad social y forma de establecer su nivel de calidad”, indicó Cedeño.
En este sentido, se desarrollaron reflexiones, discusiones y planteamientos sobre el tema de calidad e innovación en la Educación Superior necesarios en nuestras instituciones de educación universitaria.
El académico José Miguel Carot Sierra, de la Universidad Politécnica de Valencia, España participó en la actividad de forma virtual con el video: “Empleabilidad y Seguimiento de Egresados”, de esta manera, aludió que el seguimiento de las personas egresadas es primordial para conocer la calidad de la educación superior y su impacto en la sociedad: “Se requiere de forma inminente el análisis de la empleabilidad, considerando para ello las nuevas demandas de la sociedad, el aprendizaje continuo, la flexibilidad de los profesionales en la sociedad del conocimiento, proporcionando herramientas que posibiliten la búsqueda de soluciones innovadoras”, expresó Carot.
En el panel “Calidad e Innovación en procesos académicos” participaron Giannina Ortiz, académica del TEC; Susana Ruiz Guevara, Vicerrectora de Vida Estudiantil de la UNA y José Luis Arce Sanabria de la UCR, quienes coinciden en general en que la gestión de la calidad en educación superior implica participación, acceso y socialización de la información y pertinencia social como principios básicos para la toma de decisiones.
El segundo panel denominado “Planificación y gestión de la calidad” a cargo de María Auxiliadora Protti, del TEC; Javier Rodríguez, de la UNA y Carlos Luis Rojas, de CCA plantearon se planteó la necesidad del cambio en la dinámica cotidiana de las instituciones, mediante una adecuada planificación como elemento esencial para la ejecución y logro de lo propuesto. Se da por sentado que en la búsqueda de la calidad se cuente con una actitud positiva y de apertura como requisito indispensable.
En la presentación “Buenas prácticas: calidad e innovación” se compartieron experiencias de varias universidades: Noemy Quirós Bustos, del TEC; Xinia Castillo Campos, de la UTN, y Viviana Berrocal Carvajal, de la UNED; Randall Jiménez Retana, de la UCR; David Argüello, de la UNA; y José Miguel Rodríguez, director ejecutivo a.i. del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES).
En cuanto a los talleres académicos realizados durante el Foro los temas abordados fueron: “Estrategias relacionadas a la Gestión de Calidad” (Claudia L. Velandia G.); “Diseño de Proyectos Internacionales” (María Almudena Garrido D.); “Prácticas de Innovación y Calidad Académica” (Francisco González A.)
Colaboración:
María Agustina Cedeño Suárez
Cindy Chavarría Muñoz
Iniciativa Gestión de la Calidad para la Excelencia, Rectoría Adjunta UNA
Fotografías: Cortesía UNED
Enviado por M.Sc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.
El colectivo Mujeres por Costa Rica: madres, abuelas, tías, hermanas y muchas de nosotras educadoras, hacemos un llamado al Magisterio Nacional, en especial a las mujeres docentes y personal administrativo, para que pongamos fin a la situación de incertidumbre, a los temores y congojas que hemos vivido en los hogares costarricenses en estos más de setenta días de huelga.
Instamos como mujeres a nuestras conciudadanas para que pensemos en nuestros niños, niñas y adolescentes y pongamos de primero su interés y bienestar, como nos lo obliga no solo la ley sino nuestra naturaleza misma como mujeres y promotoras de paz.
Apelamos a su compromiso de respetar el derecho humano a la educación según la Declaración Universal de Derechos Humanos y a promover y garantizar la educación de las personas menores, según el tratado internacional de la Convención de Derechos del Niño de 1990.
Apelamos a la obligación que, como personas adultas tenemos, de poner primero el interés superior de las personas menores por sobre cualquier otro interés, según se expresa en el Código de la Niñez y la Adolescencia.
Esa normativa nos dice que cualquiera de nuestras acciones, públicas o privadas, que conciernan a una persona menor de dieciocho años, debe considerar de primero el interés y los derechos de la persona menor.
Por lo tanto, a la hora de decidir cualquier cuestión que les afecte, debemos como personas adultas en primera instancia proteger los derechos de las personas menores, respetar su desarrollo integral, procurar una vida digna, y velar por sus intereses.
De ahí que el derecho a huelga se debe respetar pero no puede estar NUNCA por encima del derecho superior de las personas menores, en este caso su derecho a la educación.
La huelga ha provocado serios daños a cientos de miles de estudiantes de escuelas y colegios públicos: desde el punto de vista social, hemos afectado mayoritariamente a las poblaciones más vulnerables y empobrecidas del país al retroceder su proceso educativo, así como desatender las necesidades alimenticias y la adecuada nutrición con el cierre de numerosos comedores escolares, sin considerar que para muchos de nuestros niños y niñas, la principal comida es la que obtienen en el centro educativo.
Con estas acciones lo que propiciamos es el aumento de la brecha social y la inequidad en nuestro país.
Desde el punto de vista ético, es necesario reconocer que la Educación es un derecho humano y un bien común y por lo tanto, la interrupción y el abandono del proceso educativo atentan contra los principios fundamentales de nuestra legislación en materia educativa de la que nos hemos sentido orgullosos como costarricenses.
Esos actos tienen consecuencias impredecibles en la formación ética de nuestros estudiantes quienes han sido sometidos a situaciones de estrés innecesarias, al negarles sus promedios de notas, al obstaculizar exámenes y actos cívicos, al incumplir deberes docentes y administrativos, al escuchar y leer manifestaciones consideradas como “bullying” contra autoridades nacionales.
Desde lo pedagógico, es clara la afectación de que tantos días de abandono requerirá de un gran esfuerzo que tendrá un impacto económico tanto sobre las maltrechas finanzas públicas como las de las familias.
Los procesos educativos tienen una secuencia y deben mantenerse en los tiempos programados, contando para ello con la orientación y el acompañamiento de las personas adultas asignadas por el Estado para cumplir con esa noble misión de educar personas. Requerimos por lo tanto, iniciar procesos de recuperación pedagógica lo antes posible.
Dado lo anterior hacemos un llamado a los funcionarios y funcionarias públicas del sector educación para que privilegiemos sobre cualquier otro interés, el interés principal de las personas menores.
Para ello instamos a cada persona a que se reintegre a su trabajo y cumpla con su deber de procurar una mejor educación.
Unamos esfuerzos para recuperar la educación pública como promotora de la movilidad social y base de la democracia costarricense, en el marco de una cultura de paz.
Imagen ilustrativa tomada del video ¿Qué dicen realmente los programas de educación para la afectividad y sexualidad integral del MEP?
La Universidad de Costa Rica (UCR) está presente en las comunidades donde las desigualdades sociales, económicas y educativas han limitado incluso, la posibilidad de algunas personas para aprender a leer y a escribir.
En estos contextos se hace presente Educación sin fronteras, iniciativa de Trabajo Comunal Universitario (TCU) impulsada por la Escuela de Psicología para brindar acompañamiento educativo a poblaciones vulnerables a través de organizaciones o espacios de educación no formales.
El coordinador de la iniciativa, Eduardo Bolaños y 27 estudiantes universitarios de carreras como ingenierías, psicología, y educación, visitan las comunidades para impartir tutorías,talleres o hasta clases formales dirigidas a niños, adultos mayores, migrantes, y personas trans.
Los contenidos de estos espacios varían entre las diversas poblaciones que atienden, pero abordan desde el contenido de asignaturas como matemáticas, español o Inglés, estimulación para el desarrollo cognitivo infantil, preparación para las pruebas de admisión universitarias, hasta incluso, el apoyo para aprender a leer y escribir.
Por el momento, el TCU trabaja con organizaciones como: Fundación Cultura Sin Fronteras (CSF) en las cercanías del Mercado Borbón, el Proyecto Municipal La Cometa en Tirrases, Transvida que es un espacio para la comunidad trans, Asociación Las Brisas en Dulce Nombre de Tres Ríos, Cindea en Montes de Oca, y próximamente trabajarán con la comunidad de La Capri en Desamparados.
Mujeres participan de diversas actividades como parte de su proceso de alfabetización.
El proyecto ha logrado, a través de un cambio en el método de enseñanza, promover el aprendizaje crítico, pero sobretodo, facilitar la permanencia de estas poblaciones en el sistema educativo.
“No se trata de adaptar ciegamente a las personas al sistema educativo, se trata de que ellos puedan jugar con las reglas de este sistema, que no sea una adaptación acrítica y así ellos puedan generar sus propias opiniones.” comentó el coordinador del proyecto.
Por medio de este acercamiento a las comunidades, el TCU ha impactado en la vida de sus participantes; mientras algunos reciben alfabetización básica, otros se gradúan de Bachillerato, pero siempre se evidencia la importancia de propiciar su desarrollo académico y personal.
“Cada comunidad se da cuenta que hay una potencialidad y la educación sirve como pretexto para pensar en estas potencialidades y en qué maneras se pueden manifestar. Por ejemplo, una persona que aprende a leer y a escribir, no solo aprende a hacer eso, todo este proceso lo lleva a cuestionarse,a pensar y a crecer”.
Nunca como ahora han estado tan amenazadas las universidades públicas. Los medios más importantes de comunicación escritos y de la televisión se han ensañado, para desprestigiar a la educación superior pública, bastión importantísimo para el desarrollo y la democracia de nuestro país.
Lea en la siguiente imagen el comunicado de forma completa:
Enviado por Enviado por Rafael López, presidente de UNED PRO.
Estudio de la Universidad Nacional revela que estudiantes de colegios ubicados en distritos con Índice de Desarrollo Social (IDS) bajo y muy bajo obtienen el menor porcentaje de aprobación en pruebas de bachillerato
Pruebas Nacionales de Bachillerato (PNB) son reflejo de una sociedad que territorialmente distribuye recursos y oportunidades de manera desigual
De no atenderse las amplias desigualdades territoriales, el sistema educativo acentúa la exclusión socioeducativa, en vista de que las PNB constituyen evaluaciones de altas consecuencias para la población estudiantil y la sociedad en su conjunto
Los resultados se pueden clasificar en tres estratos según la oferta educativa de los colegios, las que reflejan amplias desigualdades dentro del mismo sistema educativo
Consejo Superior de Educación conoce resultados y considera la información “sumamente importante y definitoria”
La investigación “Balance crítico de objetivos, modelo evaluativo, resultados y utilidad de las pruebas nacionales de bachillerato en educación media como instrumento de certificación del conocimiento de estudiantes” revela que la población estudiantil que obtiene menor rendimiento (menor aprobación y menores notas en los exámenes) en las Pruebas Nacionales de Bachillerato (PNB)) vive fuera de la GAM, en zona rural y reside en distritos con Índice de Desarrollo Social e IBINA de nivel bajo y muy bajo.
Realizado por académicos del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (CIDE-UNA), el estudio se estructura en 4 grandes apartados relacionados directamente con los siguientes objetivos: establecer la relación existente entre los resultados de las Pruebas Nacionales de Bachillerato y un conjunto de indicadores nacionales sobre desarrollo social y económico (cohorte del 2016), examinar los objetivos orientadores de las Pruebas Nacionales de Bachillerato y la percepción de sujetos clave sobre los mismos, caracterizar el modelo evaluativo que sustenta la elaboración y ejecución de las Pruebas Nacionales de Bachillerato, y valorar el uso que se hace de la información derivada de los resultados de las Pruebas Nacionales de Bachillerato por parte de los sectores involucrados en el proceso educativo.
A continuación se exponen de forma resumida las principales conclusiones generales, con el propósito de facilitar visualizar los principales hallazgos.
Conclusiones generales
El restablecimiento de las PNB con fines de acreditación de los aprendizajes en 1988 respondió a un contexto socioeducativo en el cual las concepciones de calidad de la educación se asociaban con las nociones de eficacia y eficiencia del sistema educativo. Hoy, tal concepción considera de manera sustantiva la pertinencia y la sensibilidad social como elementos vitales de todo proceso evaluativo. Los resultados de esta investigación muestran una importante diferencia en el rendimiento académico según las condiciones socioeconómicas del lugar de procedencia y la oferta educativa de acuerdo con la estratificación aquí planteada, por lo cual el sistema evaluativo debe ser sensible a estas disparidades. Es muy importante considerar los impactos de estas evaluaciones en función de las condiciones de desarrollo social de los lugares de residencia de los examinados, así como de las características de la oferta educativa de la que se proviene, pues en este momento se tiene una “talla única” para personas en condiciones muy desiguales.
Los propósitos que orientan la realización de las PNB se redactaron hace 30 años y forman parte de los objetivos de las pruebas nacionales contemplados en el Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes. No han sido modificados, salvo de manera puntual en el 2018 con la eliminación de uno de los ocho objetivos originales y constituyen un conjunto de aspiraciones sobre el sistema nacional de educación como un todo, lo cual excede lo que se puede obtener de un sistema de evaluación nacional. Es decir, esperar que las PNB por sí solas cumplieran todos los objetivos que se les depositaron es algo que estas, por su naturaleza, no son capaces de cumplir.
Las PNB constituyen pruebas de altas consecuencias sociales para la persona estudiante que las realiza y para la sociedad en su conjunto, ya que la no aprobación de estas impide la certificación de la educación media y limita la posibilidad de continuar con estudios superiores, así como oportunidades de contratación laboral. Esto debido a que las PNB son “todo o nada”, es decir, o se las aprueba todas o no se recibe certificación.
Según se expresa en la literatura científica consultada, el modelo de pruebas referido a criterios es el más apropiado para la medición de los aprendizajes (a diferencia del actual modelo de las PNB referido a normas), lo cual es un argumento compartido por las personas entrevistadas especialistas en evaluación. Sin embargo, un cambio en el modelo de las PNB de normas a criterios, requeriría repensar los propósitos de estas y, sobre todo, las implicaciones que esto traería para el sistema educativo.
Respecto a la nota de presentación (NP) se constató que es un buen predictor del rendimiento obtenido por la población estudiantil que realiza las PNB. De igual forma, se considera que la NP opera como un incentivo de la evaluación sumativa y formativa propia de cada examinado durante el ciclo diversificado, por lo que debe continuar formando parte del modelo de evaluación de las PNB.
La incidencia de la aplicación de la “curva” es determinante para los resultados finales de las PNB para la población estudiantil que las realiza. Esta “curva” es un criterio que combina aspectos técnicos y políticos, aplicado por la Dirección de Gestión y Evaluación de la Calidad (DGEC) con el visto bueno del ministro o ministra, cada año, y tiene un gran impacto en el aumento de los niveles de aprobación de manera particular entre aquellos que provienen de los distritos con IDS bajo y muy bajo, y de zona rural. Sin la “curva” los porcentajes de aprobación nacional serían realmente calamitosos, situación que hace preocupante la calidad de la oferta educativa y nivel de desempeño del estudiantado en la educación diversificada.
Fue posible mostrar una correlación entre las condiciones de desarrollo de las Áreas de Menor y Mayor Desarrollo Relativo (AMMDR), según el IDS de los distritos de residencia de la población estudiantil que aplicó las PNB y el rendimiento obtenido por estos, siendo posible caracterizar un perfil socioeducativo de la población estudiantil según el grado de rendimiento en las PNB, tanto en los niveles de aprobación, como en los resultados de los exámenes por asignatura. Las personas de alto rendimiento en las PNB se caracterizan por vivir en distritos con niveles de desarrollo medios y altos. Mientras quienes viven en los distritos de nivel bajo y muy bajo obtuvieron los menores puntajes de aprobación y de nota en los exámenes por asignatura, situación que pone en evidencia el alto impacto de las PNB entre la población estudiantil nacional, lo cual sugiere un importante nivel de desigualdad y escasas posibilidades de desempeño de los examinados por las PNB. En este sentido, es importante reconocer que los distritos con IDS de niveles bajo y muy bajo, obtienen las puntuaciones más bajas en todas las asignaturas. Por lo expuesto, se considera que las PNB son el reflejo de una sociedad desigual que territorialmente distribuye recursos y oportunidades de manera injusta.
El perfil de la población estudiantil que obtienen mayor rendimiento (más aprobación y mejores notas en los exámenes) en las PNB se caracteriza por lo siguiente: viven en mayor proporción en la GAM y zona urbana, tienen una edad menor a 18 años, residen en distritos con IDS e IBINA medios y altos, son más hombres (solo para 2016), su mejor calificación la obtienen en la asignatura de inglés y en matemática obtienen una diferencia de 13 puntos porcentuales a favor con respecto a los que residen en distritos con IDS de nivel muy bajo. Finalmente, reciben un menor beneficio con la aplicación de la curva, dado que el margen de mejora es menor en comparación con quienes rinden más bajo.
El perfil de la población estudiantil que obtiene menor rendimiento (menor aprobación y menores notas en los exámenes) en las PNB se caracteriza por: viven fuera de la GAM y zona rural, tienen una edad mayor a los 18 años, residen en distritos con IDS e IBINA de nivel bajo y muy bajo, son más mujeres (solo para 2016), su mejor calificación la alcanzan en la asignatura de biología y la más baja en matemática, y obtienen un mayor beneficio con la aplicación de la curva dado el mayor margen de mejora que tienen con respecto al umbral de aprobación.
Considerando el tipo de financiamiento de los colegios, se encontró que los colegios privados y subvencionados muestran los mayores rendimientos y los públicos (con excepción de los científicos, humanísticos y bilingües) los más bajos.
Tomando como referencia el comportamiento de la calificación final de las PNB (suma de la NP y la nota obtenida en cada asignatura) fue posible, por medio de un análisis de conglomerados, obtener una alta asociación entre el rendimiento de la población estudiantil y las diferentes ofertas educativas, implicando la identificación de tres estratos de colegios. Estrato 1: estudiantes de colegios privados, subvencionados, públicos, científicos y experimentales bilingües. Estrato 2: estudiantes de colegios públicos, principalmente académicos diurnos y técnicos profesionales. Estrato 3: estudiantes de colegios rurales, indígenas y colegios no tradicionales. Esta clasificación representa una alternativa viable para analizar las diferencias en el rendimiento del bachillerato según el tipo de centro educativo.
Partiendo de la estratificación descrita, se estableció un perfil de las características predominantes en la población estudiantil para cada nivel estructural, las cuales se presentan a continuación. Estrato 1: mayoritariamente mujeres, con promedio de edad de 18,63 años, provienen de distritos cuyo índice de desarrollo social (IDS) es alto, residen en zona urbana, viven principalmente en la provincia de San José y en la GAM. Estrato 2: mayoritariamente mujeres, con promedio de edad de este estrato de 18,74 años, proviene de distritos cuyo índice de desarrollo social es medio y residen en zona urbana, viven principalmente en las provincias de San José y Puntarenas, y en la GAM. Estrato 3: son mayoritariamente mujeres, con promedio de edad de 23,17 años, provienen de distritos cuyo IDS es bajo o muy bajo y residen en zona urbana o rural en aproximadamente la misma proporción, viven principalmente en provincias diferentes a San José y fuera de la GAM.
Respecto a los informes anuales generados por la DGEC sobre los resultados de las PNB, resalta la calidad técnica de los mismos; no obstante, prevalecen algunas limitaciones, entre las que destacan: su escaso aprovechamiento para el mejoramiento de los procesos educativos en el aula y la gestión curricular de las instituciones, su poca articulación con otras instancias del MEP para que el uso de los resultados tenga repercusiones en la toma de decisiones relacionadas con el diseño y ejecución de políticas educativas, la poca orientación acerca de la utilidad de los resultados y las consecuencias de estos como parte de un enfoque de validez integral que contribuya al mejoramiento de los procesos educativos y la gestión curricular y pedagógica en los centros educativos. En la actualidad el MEP no cuenta con una instancia que de seguimiento a las acciones de mejora o planes remediales que toman como referente los resultados de las PNB; sólo se cuenta con las asesorías pedagógicas de las DRE, cuyas visitas durante el curso lectivo a las instituciones educativas son escasas,
El principio de igualdad de oportunidades que se supone en la realización del examen de bachillerato no se cumple en la realidad, en el tanto el mérito o el logro individual revela importantes vinculaciones con las condiciones socioeconómicas de las AMMDR de los distritos de procedencia de los examinados y las ofertas educativas existentes, como lo sugieren las correlaciones del rendimiento aquí presentadas con el IDS y el IBINA, así como la estratificación de tipos de centros educativos. La pregunta aquí es: ¿cómo reconocer este mérito escolar bajo el contexto en el que se ha desarrollado la población estudiantil?, así como también: ¿cómo crear condiciones de mayor igualdad y equidad educativa para todo el país? De no atenderse las amplias desigualdades aquí mostradas, el sistema educativo se convierte en una inclusión (oferta del sistema educativo) excluyente (examen de bachillerato). Por consiguiente, es perentorio que el MEP realice un proceso de transformación de las PNB de manera que se tome en consideración su propósito central y objetivos específicos, el modelo de evaluación, el uso de los resultados y, de manera urgente, las consecuencias de alto impacto que generan en el sistema educativo y en la sociedad costarricense en su conjunto. Además, el reconocimiento de desigualdades estructurales en la sociedad costarricense que se reflejan en los resultados de las PNB, debe llevar al análisis y establecimiento de un conjunto integral y estratégico de medidas orientadas a atenuar y superar estas diferencias, lo cual también podría ser objeto de futuras investigaciones.
La investigación
Lo anterior constituye un resumen general que expone los principales hallazgos de la investigación “Balance crítico de objetivos, modelo evaluativo, resultados y utilidad de la información de las Pruebas Nacionales de Bachillerato en Educación Media como instrumento de certificación del conocimiento de las y los estudiantes”, desarrollada desde el año 2017 por el Programa de Investigación “Perfiles, Dinámicas y Desafíos de la Educación Costarricense”, adscrito al Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA) del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) de la Universidad Nacional.
La investigación busca aportar información con suficiente rigor científico y perspectiva territorial e histórica sobre algunos elementos centrales asociados con la realización de las Pruebas Nacionales de Bachillerato en Educación Media (PNB), que en el 2018 cumplen 30 años, luego de que fueron reestablecidas por el Ministerio de Educación Pública (MEP) en el año de 1988. El propósito es contribuir, a partir de sus principales hallazgos, con la discusión nacional en materia de política educativa, especialmente entre las instituciones académicas, las instancias técnicas del MEP y los órganos de mayor rango en la toma de decisiones educativas, particularmente en el Consejo Superior de Educación
Participaron en el estudio “Balance crítico de objetivos, modelo evaluativo, resultados y utilidad de la información de las Pruebas Nacionales de Bachillerato en Educación Media como instrumento de certificación del conocimiento de las y los estudiantes”, los investigadores e investigadoras: Francisco González Alvarado (coordinador), Cindy Artavia Aguilar, Guillermo Calderón Ramírez, Pablo Chaverri Chaves, Eddy Cruz Arroyo, Andrea Ramírez González, Magaly Rodríguez Pineda y José Solano Alpízar.
Se contó además con los estudiantes asistentes Ignacio Acosta Ballestero y María Pía Montero Jiménez.
SURCOS recibió de parte de la UNA los resultados de una investigación acerca de las pruebas nacionales de bachillerato. Compartimos el comunicado así como el enlace para conocer el informe.
«Con entusiasmo les compartimos un resumen general de la investigación realizada por el equipo de investigadores e investigadoras del Proyecto Perfiles, Dinámicas y Desafíos de la Educación Costarricense 2017-2018 adscrito al INEINA-CIDEA-UNA y titulada: Balance crítico de objetivos, modelo evaluativo, resultados y utilidad de las Pruebas Nacionales de Bachillerato en Educación Media.
Los alcances de la investigación respecto a su incidencia en la política educativa nacional han llegado a ser considerados por el Consejo Superior de Educación como “sumamente importantes y definitorios” en la discusión sobre las Pruebas de Bachillerato (CSE-SG-1150-2018), que este año cumplen 30 años de haber sido reestablecidas en 1988.
En consecuencia y para hacerlo público, tal y como corresponde a toda investigación que se sufraga con recursos estatales, hemos planificado dos estrategias: la primera es la entrega digital de un resumen general a los medios de comunicación, siguiendo los protocolos de la Oficina de Comunicación y la segunda, la presentación académica ampliada del proyecto a la comunidad nacional y universitaria el día martes 27 de noviembre a las 2pm en el auditorio del CIDE y de la cual están cordialmente invitados e invitadas.
El documento que será remitido hoy, lo hemos habilitado mediante un “link” que facilita su descarga en 3 formatos: teléfono celular, “ipad” y computadora, de manera que de asegure su amplia y cómoda difusión. De igual forma, hemos asegurado que el documento cumpla con todas las especificaciones formales y de rigurosidad académica propia de toda investigación científica universitaria».
Saludos cordiales en nombre de todo el equipo de Perfiles.
La Secretaria General de la Confederación Universitaria Centroamericana (CSUCA) hizo un llamado a los gobiernos de los países miembros del Sistema de la Integración Regional Centroamericana y manifestó su apoyo a las gestiones de las universidades públicas para obtener presupuestos justos.
Según el comunicado del CSUCA, los recursos suficientes son necesarios para cumplir responsablemente con la inmensa tarea de expandir la cobertura educativa a toda la población, ofreciendo una Educación Superior con calidad, pertinencia y transparencia.
Además señalaron que las últimas acciones de los gobiernos de algunos países de la región de reducir las asignaciones presupuestarias para la educación en general y para la educación superior en particular, ponen en riesgo el cumplimiento de los fines fundamentales de las universidades públicas y vulneran la autonomía universitaria y su naturaleza de bien público social.
Igualmente se resaltó la importancia para los países de la región de fortalecer los mecanismos de evaluación y acreditación que garanticen la calidad, transparencia y la condición de servicio público de las instituciones, para que la educación contribuya eficazmente al crecimiento económico, a la convivencia democrática, a la tolerancia y a promover un espíritu de solidaridad y de cooperación.
Asimismo, que construya la identidad regional; genere oportunidades para quienes hoy no las tienen y así contribuir con la creación de conocimiento, y a la trasformación social y productiva de las sociedades centroamericanas.
El documento señala que la educación superior es un derecho humano que constituye un elemento insustituible para el avance social, la generación de riqueza, el fortalecimiento de las identidades culturales, la cohesión social, la lucha contra la pobreza y el hambre, la prevención del cambio climático y la crisis energética, así como para la promoción de una cultura de paz.
Andrea Marín Castro,
ODI; UCR
Imagen ilustrativa tomada de la página oficial de la UCR.
Enviado por Oficina de Divulgación e Información, UCR.
Discurso ofrecido en la inauguración II Foro Institucional ‘Impacto de la Investigación y la Innovación en la transformación de la sociedad’
En la foto aparece parte del público al Foro sobre el Bicentenario de la República que se realizó este 05 de noviembre en el auditorio de la Plaza de la Autonomía de la UCR. Foto: Laura Rodríguez, ODI-UCR.
Quisiera empezar estas palabras compartiendo con ustedes una experiencia que he tenido hoy (5 de noviembre, 2018), temprano en la mañana. En este momento se está llevando a cabo en Buenos Aires, Argentina, la Reunión Regional de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), en la Universidad de Avellaneda. Y yo he participado en la sesión inaugural, de manera virtual. Quería compartir con ustedes que los cinco rectores que participaron en esta sesión inaugural en Buenos Aires hicieron una mención muy directa al hecho de que las condiciones para desarrollar la educación superior pública en América Latina están en un franco deterioro.
Hace apenas cinco meses nos reunimos en Córdoba, Argentina, para celebrar la Conferencia Regional de Educación Superior 2018 y celebrar también el centenario de la Reforma de Córdoba. Y en ese momento, 10.000 universitarios de todo el continente y del Caribe nos reunimos allí para reafirmar los valores de la autonomía universitaria y acentuar que la educación superior juega un papel absolutamente clave, radical, en el desarrollo tecnológico, social, económico y cultural de nuestras naciones.
El gran júbilo que sentimos en los primeros días de junio, ahora ha sido sustituido, sin embargo, por un clima que es absolutamente contrario. Porque lo que vemos en América Latina es justamente una reducción de los espacios para el desarrollo adecuado de la educación superior pública. Véase el caso de Argentina, que prácticamente de la noche a la mañana ha visto reducidos los salarios y presupuestos de las universidades nacionales en un 50%. Véase el caso de Chile, en donde el nuevo presidente está impulsando una nueva legislación sobre ciencia y tecnología que le pondrá límites la reforma universitaria que impulsó la presidenta Michelle Bachelet – reforma universitaria que, desde el punto de vista de la universidad costarricense, fue una reforma verdaderamente pequeña y tímida. Veamos lo que está sucediendo en Brasil, en donde también universidades tan prestigiosas como la de Campinas han visto reducido su presupuesto dramáticamente de la noche a la mañana. Lo mismo sucede en otros países como Perú. Sucede también en Guatemala, donde la Universidad de San Carlos en días pasados hizo un llamado a que su presupuesto fuese respetado. Y sucede en Costa Rica, en donde la Asamblea Legislativa aprobó una moción que entrará ahora a ser discutida en plenario de esa instancia, y ha aprobado una moción mediante la cual se redujo el reajuste del presupuesto universitario, que fue acordado en la Comisión de Enlace como un reajuste (como lo dice en la Constitución Política) correspondiente a la diferencia en el aumento del costo de la vida. Es decir, un 3%, como señala el Banco Central de Costa Rica. Y se nos está reconociendo un reajuste del 1%. Esto significa una disminución del presupuesto universitario y, por lo tanto, una clara lesión de los preceptos constitucionales.
El optimismo que sentíamos cuando la nación costarricense decidió dedicarle un 8% del producto interno bruto (PIB) a la educación en general, y en la Comisión de Enlace se llegó a acordar que el 1,5% del PIB sería para la educación superior pública, todo ese optimismo está encontrando ahora barreras para su concreción, para lo que creo que todos consideramos que es posible hacer en Costa Rica. Y es que, a través del conocimiento sistemático en todas las disciplinas, podamos avanzar hacia una sociedad plena, desarrollada, y que pueda distribuir de manera equitativa y justa la riqueza que produce, con la participación muy destacada de la educación superior pública y la educación en general.
Creo que eso hay que señalarlo, por un lado, pero por otro hay que denunciarlo y defenderse ante estas medidas. Y precisamente esta circunstancia es lo que hoy nos lleva a todas y todos nosotros a recordar que es gracias a la investigación y la innovación que se genera en las universidades públicas, y específicamente en la Universidad de Costa Rica, que podemos lograr el aseguramiento de la calidad de muchos bienes y servicios que utiliza la sociedad costarricense. Esa calidad está garantizada por nuestro accionar y nuestras muy diferentes contribuciones en prácticamente todas las disciplinas académicas y científicas.
Como lo decimos ahora con frecuencia, la Universidad de Costa Rica está presente. Está presente en el control de la calidad de los combustibles de nuestros vehículos. Nuestros laboratorios verifican que cumpla con los estándares nacionales e internacionales de calidad requeridos para resguardar la seguridad de los usuarios.
La calidad de granos que nuestra comunidad consume, tales como el arroz, los frijoles y el maíz, cumple con la calidad necesaria para preservar nuestra salud. En cada plato de gallo pinto que se sirva en este país, la UCR está presente Además, cuidamos de la calidad de las semillas que utilizan los agricultores para producir nuestros alimentos.
En los medicamentos que consumimos la UCR también está presente, pues contribuye con el Ministerio de Salud en la tarea de garantizar la calidad y la seguridad de los medicamentos que consumen los costarricenses.
Estas son apenas algunas pinceladas de la gran presencia que tiene la Universidad de Costa Rica en la vida cotidiana de cada uno de nosotros, en cualquier lugar del país. Y podría continuar con decenas de ejemplos más, pero precisamente el enfoque de este segundo Foro Institucional está centrado en evidenciar los aportes de esta institución para el desarrollo social, científico y tecnológico de nuestro país.
Como saben, los Foros Institucionales son la ocasión propicia para dar a conocer los temas más relevantes del quehacer universitario, con una visión de desarrollo y de pertinencia hacia los problemas más apremiantes de nuestra sociedad.
La excelencia y el nivel de la universidad es producto de un esfuerzo mancomunado de la sociedad costarricense. A ella nos debemos. Por ello, como siempre, estas actividades representan una manera de presentar la vasta actividad científica de una de las universidades más prestigiosas de la región, cuyo nivel de investigación es prominente y cuyo vínculo social es muy fuerte. En un ejercicio de transparencia, pero también de responsabilidad, es importante rescatar los resultados de estas investigaciones, pues a pesar de que en el marco de la academia comprendemos los procesos –a veces largos- que suelen acontecer, quienes no sean investigadores ni investigadores no necesariamente conocen la justificación de esos tiempos, ni sus objetivos.
La Universidad de Costa Rica promueve una investigación garante de la atención de las necesidades de la sociedad costarricense, donde ciencia y conocimiento empoderan la toma de decisiones y el bienestar ciudadano hacia sus objetivos de desarrollo personal, profesional, social y económico. Además, pretendemos que la investigación contribuya a la generación de conocimiento académico, al desarrollo con equidad y en donde prevalezca el bien común, así como transferir su impacto para la apropiación crítica, el empoderamiento y la transformación de la sociedad.
La investigación va mucho más allá de las meras publicaciones. Hemos hecho ingentes esfuerzos por trascender las fronteras institucionales, dialogar con las comunidades y con actores sociales (en nuestro país y fuera de nuestras fronteras), y dejar de lado la visión de que la investigación se acaba con una publicación. En efecto, ¿de qué nos sirve investigar, si finalmente sus resultados se engavetan? Con mucho orgullo podemos decir que las investigaciones que hemos generado han impactado en políticas públicas, en emprendimientos, en innovación, y por supuesto, para nutrir más investigaciones y productos, en el círculo virtuoso de la generación del conocimiento.
Un estudio elaborado por la Vicerrectoría de Investigación para conocer la visibilidad y el impacto científico de la Universidad de Costa Rica observó que hay una tendencia creciente en la producción científica y su impacto, entre los años 2000 y 2017. De acuerdo con este estudio, sabemos que tenemos una alta producción e impacto académico, con un gran potencial para crecer. Asimismo, contamos con elevados niveles de colaboración científica internacional, que tenemos el reto de preservar en un entorno estimulante y tendiente a la generación conjunta de conocimientos. Debemos mejorar mucho más nuestro liderazgo internacional, y proyectarnos como una institución que realmente cree en la importancia de la diversidad cultural, para la mejora de los procesos creativos y la apertura en todas las dimensiones.
Según el Ranking de Universidades QS para América Latina, la UCR se encuentra entre las mejores universidades de la región en el 2018, logrando la posición 19, gracias al puntaje alcanzado en indicadores como la reputación académica, basada en entrevistas a académicos, así como la calificación que le dan generadores de empleo a la calidad de sus egresados. También se evalúan otros aspectos sobre la producción de ciencia, como cuántos estudios genera cada universidad, o qué tanto se citan esas investigaciones en otros estudios.
Auditorio de la Ciudad de la Investigación, durante el Segundo Foro Institucional del 2018. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Asimismo, en la última edición del Times Higher Education World University Rankings del 2019, la UCR ascendió en la clasificación mundial de universidades, pasando de estar en el rango de 801 a 1000 mejores universidades en el 2018, a estar entre las 601 a 800 mejores universidades del mundo para el 2019. La UCR es la única en nuestro país y de Centroamérica en estar incluida en esta clasificación. En la edición del 2019 tuvo mejorías en la evaluación de todos los indicadores, pero resalta la calificación en influencia de la calificación, que analiza el papel de las universidades en la difusión de nuevos conocimientos e ideas.
La UCR se cuenta entre las dos o tres instituciones de este país con mayor prestigio internacional.
A enero de este año, teníamos más de 1400 proyectos de investigación, 300 actividades de investigación, 52 programas, 133 prestaciones de servicio, más de 1700 personas investigadoras, y más de 7500 producciones científicas disponibles en el Repositorio Kérwá, el cual almacena, difunde y preserva la producción científica y académica de la UCR y ofrece acceso abierto a libros, documentos técnicos y de trabajo; artículos, tesis, registros de audio y vídeo, informes de investigación, entre otros.
Sin duda, los números son positivos pero pueden ser mejores. El entorno es un factor importante de influencia para una institución; una sociedad cuyo ecosistema de investigación fomente la participación e induzca a la producción continua del conocimiento, es un entorno estimulante que no temerá invertir recursos y tiempo en mejorar las condiciones de investigación. Sin embargo, un entorno que se mantiene al margen del quehacer académico, y que además ignora sus procesos, como si se llevaran a cabo en una caja negra, es un entorno que desfavorece la investigación, desanima la cooperación y genera mayor endogamia.
Por ello, hemos procurado hacer primero un cambio desde adentro, para refrescar y renovar la visión de investigación que promovemos, y hacerla cada vez más pertinente y al alcance de la población. Mediante procesos internos hemos reajustado la distribución de los fondos concursables para la investigación, de modo que podamos favorecer a aquellos grupos de investigación menos consolidados y facilitarles los acompañamientos necesarios para que puedan competir con grupos a su nivel e ir escalando en la consecución de objetivos mayores. Además, hemos mejorado la forma de evaluar las propuestas de investigación, promoviendo que desde los procesos iniciales existan revisiones exhaustivas y se pueda dar un seguimiento a lo largo del proyecto, e incluso después. Esto nos permitirá tener propuestas verdaderamente pertinentes, y recopilar todos los productos que una investigación genere, aún después de haber culminado su período de vigencia.
Queremos fortalecer a nuestras y nuestros investigadores, promoviendo desde el inicio una formación de alto nivel con aspiraciones a incrementar la masa crítica en nuestra institución. La investigación no despega si no empieza por contar con un recurso humano fuerte, creativo e inquieto; ahí queremos depositar nuestros mayores esfuerzos, pues estamos seguros que los procesos subsecuentes serán de gran calidad en tanto tengamos a profesionales de gran calidad. Sin embargo, la mirada debe estar más allá. Sabemos que la investigación tiene impacto en la transformación de la sociedad, pues es gracias a ella que los cambios surgen para el beneficio de la calidad de vida de las personas. La Universidad de Costa Rica desarrolla investigaciones en todas las áreas del conocimiento, con espacios interdisciplinarios que se traslapan para generar nuevas preguntas de investigación y por ende nuevas respuestas con la consideración de múltiples variables. Las nuevas tendencias de investigación también responden a los cambios de nuestra sociedad, y se retroalimentan mutuamente. Así, los problemas que enfrentan un país o una región generarán nuevas preguntas, que deberán ser abordadas de forma interdisciplinar, para abordar la gran complejidad que les da origen.
Quedarnos encasillados con viejas formas de investigar es un peligro que no estamos dispuestos a correr. Al contrario, los esfuerzos deben estar cada vez más enfocados en abordar esta complejidad, y en promover impactos reales con nuevos productos, servicios o dinámicas sociales que generen cambios para bien. Esta, en realidad, es la definición de innovación, y hacia allá debemos encaminarnos.
En el año 2005 iniciamos un proceso de renovación de nuestro equipo científico y tecnológico. A partir de ese momento, nuestras unidades de investigación han podido adquirir equipamiento que responde al estado del arte de las diferentes disciplinas. Y ello ha hecho posible que muchos hallazgos hayan tenido una repercusión internacional verdaderamente amplia. Los ejemplos son muchos, pero quisiera referirme a uno que se me viene a la mente: el laboratorio de proteómica del Instituto Clodomiro Picado, sin el cual no hubiera sido posible la caracterización proteómica del veneno de muchas de nuestras serpientes, o incluso de la mamba negra, que permitirá que se desarrolle un antiveneno.
Este tipo de equipamiento precisamente es el que ahora estaría en peligro de continuar su adquisición, si se mantiene vigente la reducción del Fondo Especial para la Educación Superior. Es este tipo de avance científico y tecnológico que tenemos que mantener, y mantener las condiciones para sostenerlos.
Una sociedad que presume dirigirse hacia una economía basada en el conocimiento no puede asumir por completo este compromiso si primero no se compromete consigo misma a fomentar la innovación. Un país como el nuestro, que durante décadas ha invertido en educación y que ha generado un sistema de educación superior pública para la formación de profesionales y la investigación, debe aprovechar estas plataformas para generar innovación: la academia es la que más investiga en nuestro país, tanto en términos de cantidad de proyectos como en los fondos que invierten, por lo que no es de extrañar que desde aquí surjan las principales ideas innovadoras.
Reconocemos que el deber de la academia, y de una universidad pública como la nuestra, debe ser la transmisión del conocimiento. Sin embargo, en un mundo globalizado como el que vivimos, el conocimiento es el poder. Y lamentablemente me atrevo a decir que muchos de los conocimientos producto de la investigación de países en desarrollo no son reinvertidos por la sociedad, sino que son capturados por terceros para lucrar con ellos. La protección del conocimiento, en realidad, no es un acaparamiento sino un resguardo para poder decidir qué hacer con él. Tener la posibilidad de elegir a qué empresa ofrecer licenciamientos para producir determinados productos, o inclusive decidir cómo distribuir los retornos económicos para generar más innovación, son solo algunos de los beneficios de la protección del conocimiento, siendo el más importante la oportunidad de decidir cómo llevar a cabo esa idea que hemos protegido. Lejos de apoderarnos del conocimiento para nosotros mismos, protegerlo es evitar que un tercero lo haga.
Actualmente contamos con aproximadamente 350 derechos de propiedad intelectual vigentes, entre los que contamos patentes, contratos de licenciamiento, diseños y modelos industriales registrados, y marcas registradas, entre otros. Esto no es más que un indicador de cuánto necesitamos seguir protegiendo el conocimiento, como una manera de resguardar el enorme esfuerzo que tanto el país como la universidad invierten en contar con resultados que le den un verdadero impacto a la población.
La innovación no solo proviene de la investigación, sino de cualquier otra área de interacción humana. Ciertamente una universidad no es el único lugar donde se gestan estos procesos, pero es ahí – ya que hay investigación que trata de mover la frontera del conocimiento- que hay muchas posibilidades de generar innovación disruptiva; un tipo de innovación que cambia cómo se hacen las cosas. Y desde una universidad con tanto potencial como la nuestra, en donde hay investigación de primer nivel, hay grandes posibilidades de generar conocimiento que impacte de maneras más contundentes.
Los desafíos para una institución como la nuestra son muchos, especialmente en un momento en que parece que tenemos que justificar cada una de nuestras acciones. La Universidad de Costa Rica siempre ha sido transparente, y esta coyuntura no es la excepción. Sin embargo, hay límites entre el ejercicio de la transparencia y la imposibilidad de crecer por continuos cuestionamientos inútiles que atentan contra una ya delicada atmósfera de trámites que, paralelamente, debemos simplificar. Cuestionar la inversión en cultura, en ciencia, es cuestionar nuestras posibilidades de desarrollo y crecimiento para contar con mejores espacios para la educación y para la generación del conocimiento. Esto es llegar al límite de la autonomía, y debemos hacer lo posible para garantizar que esta autonomía no sea violentada.
Deseo que los próximos días, en los que el II Foro Institucional se lleve a cabo, cada asistente pueda reflexionar sobre el valor y la unicidad de esta institución, y del enorme impacto que genera a la sociedad. Aquí empieza el cambio, como un eslabón más en la cadena que vincula al Estado, al sector empresarial y a la ciudadanía con la academia. Hay retos y desafíos, pero son más las oportunidades que tenemos para seguir impactando al país. Ya no solo en las áreas clásicas de nuestros campos de acción, sino en campos multidisciplinarios con propuestas más sólidas y cada vez mejor fundamentadas ante los cambios de la sociedad.
Aprovecho este espacio para agradecer a cada persona que se acercará a este podio en los próximos días, y que compartirá su quehacer desde las múltiples áreas de investigación, para ayudar a comprender y visibilizar este impacto que transforma y que se transforma con cada nuevo salto social y con cada nueva innovación de nuestra universidad y contribución al desarrollo de la sociedad.
Un total de 1.500 firmas sustentan recurso de amparo presentado por la FEUCR
Encabezados por la FEUCR, los universitarios marcharon pacíficamente hacia la Asamblea Legislativa y luego a la Sala Constitucional para presentar el recurso de amparo.
Este jueves 8 de noviembre el estudiantado de la Universidad de Costa Rica (UCR) salió en defensa del presupuesto de las universidades públicas ante la aprobación de una moción por parte de la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa para recortar ¢10 000 millones al Fondo Especial para el Financiamiento de la Educación Especial (FEES), en el presupuesto del año 2019.
Mediante un recurso de amparo presentado por miembros de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR) solicitan que se ordene a la Presidencia de la República, al Ministerio de Hacienda y a la Asamblea Legislativa garantizar el 8% del Producto Interno Bruto de Costa Rica a la educación estatal.
Renato Franco, presidente de la FEUCR, destacó que 1 500 estudiantes se sumaron a apoyar este recurso con sus firmas, no sólo de la Sede Rodrigo Facio, sino de las sedes y recintos como Guanacaste y Limón. A su vez, lanzó un llamado a los demás estudiantes para que se unan a esta lucha que continuarán tanto en las calles como por todos los medios necesarios.
“Es fundamental que en este momento trabajemos para defender la educación pública, es una oportunidad increíble la que tenemos de poder estudiar y en un futuro retribuir al país y yo creo que en este momento está peligrando como nunca antes” acotó el dirigente estudiantil.
Amparados en el artículo 78 y 85 de la Constitución Política, que establece el financiamiento para la educación superior pública y materializa el Fondo Estatal para la Educación Superior (FEES), los universitarios exigen se ordene a la Presidencia de la República, al Ministerio de Hacienda y a la Asamblea Legislativa, regular según sus ámbitos de competencias, lo correspondiente para dotar de partidas presupuestarias específicas la retribución del 8% del PIB a la educación estatal.
Artículo 78 de la Carta Magna
En la educación estatal, incluida la superior, el gasto público no será inferior al ocho por ciento (8%) anual del producto interno bruto, de acuerdo con la ley, sin perjuicio de lo establecido en los artículos 84 y 85 de esta Constitución (…).
Con el recurso de amparo presentado, los estudiantes piden que se dejen sin efecto las acciones cometidas por la Asamblea Legislativa, en relación con las disminuciones realizadas al Fondo Estatal para la Educación Superior, conforme a la tramitación del proyecto de ley 20.964. En esa tramitación, se aprobó la moción #145 que propuso una disminución de ¢10 000 millones al FEES.
Los diputados pretenden recortar dicho monto, a pesar de que en el mes de julio, los representantes del Gobierno y los rectores de las universidades estatales acordaron que el presupuesto del FEES para el año 2019 sería de ₡511 154 millones y, para la Universidad Técnica Nacional (UTN), un monto de ₡34 868 millones.
Aunque al parecer el recorte aplicado mantiene un crecimiento del FEES de 5 mil millones con respecto a 2018, lo cual corresponde a 1%, este monto es inferior a la tasa de inflación, que fue de 2,2% en setiembre de 2018. Con ello, se da una disminución del FEES en términos reales y por tanto, una clara violación a lo dispuesto en los artículos 78 y 85 de la Carta Magna.
Finalmente, los estudiantes solicitan que se ordene al Poder Ejecutivo incluir la partida presupuestaria que obliga el mandato constitucional para garantizar de manera completa el Fondo Estatal para la Educación Superior en el proyecto de presupuesto para el año 2019. Con esta acción se exige el cumplimiento del fallo del 2016, en el cual la Sala Constitucional advirtió que no se puede disminuir el presupuesto para la educación pública.
Renato Franco, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR) y Hannia Vidaurre, Secretaria de Sedes, presentaron el recurso de amparo este jueves 8 de noviembre de 2018. El documento fue recibido en la Sala Cuarta bajo el expediente 18-017806-0007-00.
La Plaza de la Democracia fue el escenario de actividades artísticas
Estudiantes de la Universidad de Costa Rica se unieron a la caminata por la defensa de la Educación Pública y se manifestaron en contra del recorte al FEES (foto: Laura Rodríguez Rodríguez).
Estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad de Costa Rica salieron, este 8 de noviembre, a caminar en defensa de la Educación Pública.
Desde el Pretil de la UCR hasta la Plaza de la Democracia, decenas de personas de la comunidad universitaria se unieron para manifestarse pacíficamente en contra del recorte presupuestario de ¢10 000 millones al Fondo Especial para la Educación Superior Pública (FEES), propuesto por Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa.
La Mag. Rosemary Gómez Ulate, secretaria general del Sindeu, manifestó que la movilización responde a los intentos de recortar el FEES, por parte de legisladores (cuando ya la Comisión de Enlace y el Consejo Nacional de Rectores habían acordado el monto para este propósito) lo cual es contrario a lo que establece la Constitución Política. Además, señaló que este recorte afectará toda la actividad sustantiva de las universidades estatales.
La caminata se realizó desde el Pretil de la Sede Rodrigo Facio hasta la Plaza de la Democracia (foto: Karla Richmond). Foto: Karla Richmond.
Por su parte, el Dr. Henning Jensen Pennington, rector de la UCR, destacó la importancia que tiene una institución como la Universidad de Costa Rica en el desarrollo del país en diversos ámbitos.
“Hay muchos ejemplos que yo podría utilizar para hacer evidente esta importancia, por lo cual le pregunto a cualquier persona que viva en este país si tiene acceso a internet, si es usuario de redes sociales, si utiliza el correo electrónico. Esa es una innovación tecnológica de gran importancia en el mundo entero que ha potenciado las posibilidades productivas, la movilidad del capital financiero y que ha cambiado la vida entera de las personas. Pues resulta que internet fue introducido en Costa Rica de manera gratuita por la UCR«, enfatizó Jensen.
Asimismo, hizo un llamado a la comunidad universitaria para, que a pesar de las diferencias que existan, se actúe con mayor sentido de unidad, pues se trata de defender a una institución que está consciente de los retos y dificultades del país, y por esto ha hecho mucho por cambiar su dinámica y por contener el gasto en los últimos años.
Renato Franco Rodríguez, presidente de la Federación de Estudiantes (FEUCR), fue enfático en manifestar que no se están defendiendo privilegios, sino los recursos para una universidad que colabora con el desarrollo del país y con la movilidad social de la ciudadanía.
La caminata concluyó en la Plaza de la Democracia con distintas actividades culturales, en las que grupos universitarios como la Orquesta Sinfónica de la UCR, la Big Band del Pacífico, el Teatro Girasol, Danzarte, Danza U, Danza Huanacaxtle, Son de la U y cerró con el concierto de la agrupación Contracultura Cumbia Funk.
Este espacio también sirvió para que distintas personas expresaran sus opiniones sobre la situación que enfrentan las universidades públicas del país.
Para evitar obstruir el tránsito vehicular, la caminata se realizó por las aceras (foto: Karla Richmond).
Para evitar obstruir el tránsito vehicular, la caminata se realizó por las aceras (foto: Karla Richmond).
En la Plaza de la Democracia se llevaron a cabo diversas actividades artísticas, en las que participaron distintos grupos universitarios (foto: Laura Rodríguez Rodríguez).