Con motivo de la celebración del LV aniversario del SEC
Dr. Luis Alejandro Rojas A.
Sacerdote Católico
San José, 17 de julio de 2024
Soy de una generación de costarricenses soñadores e idealistas, que escribieron una hoja de ruta hacia una sociedad más justa, equitativa e inclusiva. Mucho forjado al fragor de los valores juveniles de los tiempos idos del colegio y la universidad. Tiempos de sensibilidad por la situación de los campesinos, de los obreros, de los derechos humanos y de libertades en países de acérrimas dictaduras militares.
Esa “utopía social” se alimentó en mi alma con las palabras del Maestro de Galilea, que llamó felices a los que trabajaban por la paz, dichosos a los humildes y bienaventurados a los constructores de la justicia (S. Mt 5,1-12).
Divino Maestro que dijo: “todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes a mí me lo hicieron” ( S. Mt. 25,40). Así, comprendí que al final de la vida seré juzgado por el amor.
Vislumbré que una vida con sentido es visitar a los enfermos y encarcelados, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, hospedar al migrante, dar de beber al sediento, consolar al triste, enseñar al que no sabe y devolver el mal a fuerza de hacer el bien.
Descubrí que en la educación hay un campo hermoso de labranza para sembrar las mejores semillas en las mentes y los corazones de los estudiantes. Tierra fértil para la promoción humana y la construcción de un mundo mejor.
Muy queridos hermanos y hermanas nos convoca hoy la celebración gozosa del Quincuagésimo Quinto Anivesario de fundación del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC). Un día especial para mirar átras y recordar de dónde venimos; así nuestra mirada nos ayudará a comprender hacia dónde vamos, o mejor, hacia dónde queremos ir.
Hoy venimos a renovar el compromiso con cada uno de nuestros estudiantes, razón de nuestro existir como trabajadores y trabajadoras de la educación costarricense
Nuestra Patria vive tiempos aciagos, está en riesgo el régimen democrático y su institucionalidad; bloques hegemónicos por el poder del dinero financian al candidato de sus conveniencias; “el apagón educativo” sigue oscureciendo nuestras aulas; existe un afán desmedido por la acumulación de riqueza en pocas manos; el apetito voraz de unos pocos está echando mano a nuestros bosques, apretujando la madera fina o el oro brillante y seductor a la vista de los funcionarios gubernamentales; se ha invertido la escala de valores para considerar que la mentira es verdad, lo bueno ahora es malo y lo malo ahora es bueno; la pobreza galopante toca a la puerta de ese alumno que viene con hambre a estudiar; algunos de esos jóvenes nos lo han arrebatado el sicariato y el narconegocio. Por lo anterior, se constata que está en riesgo la paz social.
Ese panorama sombrío lo describe la Conferencia Episcopal de Costa Rica en su mensaje final con motivo de la Asamblea Ordinaria, a inicios del presente año.
Dicen los señores Obispos de Costa Rica: “El crecimiento económico no alcanza a todas las personas. De hecho, Costa Rica se ha consolidado como uno de los países más desiguales del mundo, tanto por la diferencia de ingresos entre personas como por el desarrollo humano comparativo entre los territorios del país. Nuestro modelo de organización socioeconómica ha demostrado ser estructuralmente incapaz de reducir la pobreza de modo significativo. No se perciben medidas para paliar la pobreza. La inversión social del país se ha ido desplomando aceleradamente, en particular, con la reducción de la asignación que se ofrece a las organizaciones no gubernamentales para la atención a menores y personas de tercera edad, de las becas del programa Avancemos”.
Agregan los Obispos: ¡Es hora de una reactivación económica inclusiva y generadora de bienestar para todas las personas!
Comentando sobre el sistema educativo indican: ”el Programa Estado de la Nación, encendió la alarma sobre la crisis educativa existente en el país. Describió un ‘apagón educativo’ (Informe 2021) y enfatizó que ‘la crisis de gestión, recursos y resultados educativos se profundizó al punto tal que, en la actualidad, Costa Rica enfrenta una coyuntura decisiva en materia educativa’ (Informe 2022). Han crecido las órdenes sanitarias para centros educativos. Nos preocupa la injerencia de la ideología de género, así como el proyecto de exponer a los menores al cambio de sexo, y las presiones al tratamiento que realizan orientadores y psicólogos”.
Ante estás constataciones piden los obispos que nos impliquemos en una acción de recuperación del sistema educativo.
“Nos duele en el alma, siguen diciendo los obispos costarricenses, que muchos de nuestros jóvenes, fruto de la exclusión educativa, la pobreza y la falta de oportunidades, estén siendo captados por estos delincuentes, de cuyos actos detestables deberán dar cuentas a Dios. Es muy preocupante la penetración del narcotráfico en el país, con sus huellas de corrupción, sicariato y toda suerte de violencia”.
Ante este marco de realidad o mejor en nuestro lenguaje, desde este diagnóstico, esperamos que el SEC sea fiel a su identidad de sindicato. Sindicato, que etimológicamente significa hacer “justicia juntos” y que responda a los retos educativos, sociales, económicos, políticos y otros, de cara al presente y futuro que la historia le demanda.
Que cada conserje, guarda de seguridad, servidora del comedor escolar, maestra, maestro, director y directora, administradores educativos y especialmente los estudiantes, que sean luz de esperanza desde la aventura hermosa de la educación, en su formación como ciudadanos amantes de su patria.
Como se ha demostrado en el pasado, los estudiantes y sus educadores tienen el potencial para cambiar las realidades sociales y políticas de nuestro país. Así, ante la cruel dictadura de los Tinocos se levantó la voz de muchos docentes, y murió el maestro García Flamenco, que refrendó con su sangre su voz profética. La movilización de los educadores y sus alumnos escribieron una página de dignidad humana en las calles josefinas que quedó grabada en el Paseo de los Estudiantes, durante los disturbios de junio de 1919. Durante esa dictadura, murieron también, por defender la libertad de expresión Rogelio Fernández Güell y un grupo de partidarios que lo acompañaban. En mayo de 1918, es torturado por segunda vez con 200 azotes el Cura Párroco de Atenas, ante la mirada de Tinoco en la Penitenciaría Central, por oponerse a su régimen dictatorial y las injusticias sociales que acontecían. El Padre Ricardo Rodríguez Elizondo muere días después ante la admiración de sus feligreses.
Que el SEC siga siendo un actor protagónico en la transformación social, particularmente en nuestros tiempos, para que levante la voz ante estructuras injustas y proteste ante cualquier político de turno que quiera terminar con el Estado Social de Derecho, recortar el presupuesto para la educación o privatizar instituciones insignes como el ICE, la Caja, RECOPE y otros.
Durante los últimos años, y particularmente durante la Administración Alvarado Quesada, los sectores sociales y de trabajadores, perdieron muchos de los logros que en otrora habían alcanzado, en gran parte por la división que existe en las organizaciones sindicales y sociales. Ante esa lamentable realidad, ¿qué puede hacer el SEC, al celebrar 55 años de lucha por las y los trabajadores, para revertir está situación en concurso con otras organizaciones laborales?
¡Urge unir voluntades!
¡Urge unir a los sindicatos!
¡Urge unir a los sectores sociales!
¡Urge unir a nuestro pueblo!
Hermanos y hermanas, el silencio es cómplice y Dios nos va a pedir cuentas de lo que podíamos hacer y dejamos de hacer en favor de la educación y la justicia social.
Próximos a celebrar los 200 años de la incorporación del Partido de Nicoya a Costa Rica, no puedo omitir rendir un homenaje y agradecimiento a todos los educadores guanacastecos que a lo largo del territorio nacional durante muchas décadas han dejado su huella educativa en las aulas y con su guanacastequidad han enriquecido nuestra identidad y cultural.
De esas pampas brota hoy un clamor por nuestros agricultores y sus familias que se han visto afectadas con la ruta del arroz y la ausencia de políticas públicas para el fortalecimiento del agro costarricense que nos garantice la seguridad alimentaria que requiere el país. Asimismo, se suma la voz desesperada de los pescadores y sus familias en los litorales, que “naufragan en la injusticia”.
Un agradecimiento al SEC, que ha enarbolado la bandera de la defensa de la Caja Costarricense del Seguro Social, su autonomía e institucionalidad, en garantía de la seguridad social costarricense.
Los mismos Obispos han manifestado que hay que impedir las tendencias a la privatización de la Caja. Asimismo, piden superar las inhumanas y prolongadas listas de espera. Y agrego, urge el pago de la deuda del Estado y la despolitización de la Caja, para que adquiera su auténtica autonomía institucional y vele por sus propios intereses y no por la de los políticos de turno.
Cercanos a encaminar nuestros pasos en romería hacia la casa de nuestra Patrona Nacional la Virgen de los Ángeles, que se identificó con los habitantes más pobres y excluidos de la Cartago colonial, pidamos su intercesión por nuestro Sindicato de trabajadores y trabajadoras de la Educación Costarricense, para que la semilla diseminada a lo largo de 55 años siga dando frutos en el desarrollo humano integral de nuestra Nación.
Feliz aniversario. Muchas gracias.