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Etiqueta: activismo ambiental

Inédita, inusual y desproporcionada demanda contra defensor ambiental

  • Especialistas en derecho ambiental y de libertad de expresión advierten que esta demanda es excesiva, desproporcionada y contraproducente.

  • Acción legal busca callar las críticas y es un típico caso de “SLAPP”.

Enjoy hotel & Resort S.A. fue noticia gracias a una demanda contra Juan Bautista Alfaro Rojas, conocido en redes sociales como @juambacaminando, a quien le aplicaron una medida cautelar “urgentísima de embargo preventivo”. La empresa enumera hechos en los que supuestamente el influencer ha “ha generado un daño grave a la reputación de Enjoy Hotels”. Por lo que el Tribunal Colegiado de Primera Instancia Civil de Pérez Zeledón dictó embargo preventivo contra las cuentas bancarias, salarios, tarjetas de crédito y bienes inmuebles de Alfaro Rojas.

Para Bloque Verde, la empresa ya perdió ante la opinión pública y la sociedad. Ha quedado en evidencia por qué ciertos grupos empresariales, irresponsables, hicieron campaña contra el Acuerdo de Escazú. No dudamos que, en este momento, muchas personas empresarias que tenían inversiones con este grupo, o que estaban interesadas en invertir, no quieran verse envueltas en esta polémica, teniendo que lidiar con el repudio social que se está generando.

Hacemos un llamado a movilizar la opinión pública para rechazar este intento de silenciar la protesta ambiental. Invitamos a manifestarse por todas las vías posibles y a no permanecer indiferentes. Hay distintas formas de apoyar: existe una petición en línea y una colecta solidaria para que este defensor ambiental y su familia sientan el respaldo que caracteriza a la mayoría del país.

Es un caso inédito y la reacción de la sociedad costarricense también lo será. Desde el principio se han visto numerosos mensajes de apoyo a Juan Bautista Alfaro Rojas y reproches para la empresa hotelera.

El experto en derecho ambiental y docente de la Universidad de Costa Rica el Msc. Álvaro Sagot nos recuerda que: “esto se conoce internacionalmente como una SLAPP (Strategic Lawsuit Against Public Participation), es decir, una demanda estratégica para frenar la participación pública. Su fin no es demostrar la falsedad de lo dicho, sino castigar a quienes se atreven a hablar.”

Sagot además recordó que esta situaciones no son nuevas, forman parte de estrategias ya ensayadas en toda América Latina contra activistas y personas defensoras. En Costa Rica ya hemos pasado por casos similares en el año 2013 cuando la empresa minera Crucitas demandó al profesor Nicolás Boeglin y Jorge Lobo por manifestarse en contra de la explotación de oro a cielo abierto en la zona de Cutris de San Carlos. Ver apartado final sobre antecedentes.

En la misma línea, el doctor por la Universidad de París y docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica Rodolfo Brenes Vargas, especialista en derecho penal y libertad de expresión, se refiere a este sonado caso: “si bien la libertad de expresión tiene límites y las personas físicas y jurídicas pueden demandar cuando han sido afectadas en sus derechos, considero que en este caso estamos ante un exceso y ante una decisión que implica riesgos importantes para la empresa hotelera.”

Aunque el embargo preventivo está previsto en la ley y cualquiera tiene derecho a pedirlo, es una medida que tiene un severo impacto en la persona demandada, por lo que obviamente tiene un efecto intimidatorio, analizado como tal en la jurisprudencia internacional sobre derechos humanos” (…) “pese a ser legal o usual, no quiere decir que en todos los casos sea estrictamente necesaria y proporcional. Sobre todo, cuando en medio está en juego un derecho humano, como la libertad de expresión”, resaltó Brenes Vargas.

En su jurisprudencia sobre libertad de expresión el abogado citó un fallo de la Corte Interamericana sobre Derechos Humanos (en el caso Fontevecchia y d’Amico vs. Argentina) ha señalado que «el temor a una sanción civil desproporcionada puede ser a todas luces tan o más intimidante e inhibidor para el ejercicio de la libertad de expresión que una sanción penal, en tanto tiene la potencialidad de comprometer la vida personal y familiar de quien denuncia las medidas civiles (como en este caso)».

Adicional a lo anterior se sabe que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha establecido «que las expresiones críticas e incluso ofensivas gozan de la protección del derecho a la libertad de expresión, y que en virtud de la necesidad de la máxima posibilidad de información y el pleno ejercicio del derecho a la expresión existe un margen legítimo para la inexactitud en la información que se difunde.

En este sentido, Brenes Vargas dijo que: “el derecho a la información abarca toda la información, inclusive aquella que denominamos «errónea», siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos (…) la divulgación de información errónea de buena fe, es inevitable en una sociedad democrática, libre y pluralista, por lo que de imponerse una exigencia de verdad absoluta para el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, especialmente en relación con temas de interés público como los abusos de poder y la corrupción, se afectaría la esencia misma del derecho (…)».(Informe de Fondo No. 148/19 CASO 12.971 del 28 septiembre del 2019 de la Comisión Interamericana de Derechos).

Urge el Acuerdo de Escazú. Este caso de Juan Bautista nos recuerda la deuda que tiene Costa Rica en materia de derechos de las personas defensoras de la naturaleza. El Acuerdo de Escazú, negociado en nuestro país, establece la obligación internacional de los Estados de proteger a las personas, grupos y organizaciones que promueven y defienden los derechos humanos en asuntos ambientales, lo que incluye su libertad de expresión.

El artículo 9 del Acuerdo de Escazú obliga a los Estados a tomar «medidas apropiadas, efectivas y oportunas para prevenir, investigar y sancionar ataques, amenazas o intimidaciones que los defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales puedan sufrir en el ejercicio de los derechos contemplados en el presente Acuerdo.»

Es sabido que los delitos contra el honor son regularmente usados por los políticos y personas poderosas para atacar a la prensa y a los periodistas cuando son objeto de críticas incómodas o indeseables.” ejemplificó el Dr. Brenes Vargas.

Riesgos para la reputación de la empresa: Ambos especialistas opinan que, al emprender estas acciones legales, la empresa hotelera asume “riesgos importantes” para su reputación.

En esta misma línea Brenes señaló que: “puede ser percibida como una empresa que quiere aprovechar su poder económico para aplastar la crítica, en un tema muy sensible para los costarricenses como el ambiental… la discusión surge en un contexto mediático donde se denuncian los efectos indeseables de la gentrificación en las playas nacionales.”

Sobre la futura resolución del caso Brenes termina señalando que “cuando se trata de asuntos de interés público, la libertad de expresión tiende a prevalecer y a superponerse a otros derechos… considero que estamos ante un exceso que era absolutamente innecesario, de donde se ha derivado un riesgo reputacional indeseable para la empresa demandante.”

Antecedentes. Este tipo de demandas no son nuevas. En los últimos años han sido parte de un proceso de criminalización sistemática que puede representarse como un ciclo de violencia socioambiental. Aunque no necesariamente lineal, este ciclo muestra una evolución que comienza con la intolerancia y se traduce en el desprestigio y la descalificación de las personas ambientalistas. Esto busca generar una estigmatización que sirva para justificar la intimidación, la violencia o la persecución legal. Cuando estas estrategias no logran su objetivo, se pasa a acciones directas: acoso, amenazas, daños a bienes y, finalmente, agresiones personales, todo con el fin de desmovilizar las luchas socioambientales (Álvarez Mora, Casas Mora, & Pomareda García, 2020).

Según el libro 30 años de criminalización en Costa Rica, se han documentado múltiples demandas de este tipo: siete contra activistas individuales, diez demandas colectivas y dos contra medios de comunicación. En ninguno de estos 19 casos se logró una condena contra las personas acusadas, ni se logró detener la organización o movilización de las comunidades. Además, en ningún caso anterior se había solicitado un embargo preventivo como medida cautelar.

Fuente: Álvarez Mora, M., Casas Mora, A., & Pomareda García, F. (Comp.). (2020). Una memoria que se transforma en lucha: 30 años de criminalización del movimiento ecologista en Costa Rica. Federación Costarricense para la Conservación de la Naturaleza (FECON). https://semanariouniversidad.com/wp-content/uploads/2020/12/Libro-30-anos-de-Criminalizacion.pdf

De día patrimonio, de noche parqueo

Una investigación del Observatorio de Bienes Comunes de la UCR revela que un terreno declarado Patrimonio Natural del Estado en Puerto Viejo de Limón continúa siendo intervenido y utilizado como parqueo durante las noches, a pesar de ser un área protegida. El informe, basado en el seguimiento del activista ambiental Philippe Vangoidsenhoven desde 2020, denuncia que el lugar opera como parqueo comercial de forma clandestina, aprovechando la falta de vigilancia institucional una vez que cae la noche.

Durante el día, el sitio permanece desocupado, con un rótulo oficial que indica su condición de humedal protegido, sin embargo, en las noches se llena de vehículos y se coloca un letrero anunciando el servicio de parqueo y los costos. Esta dinámica revela una preocupante tolerancia institucional, donde la falta de medidas efectivas como sellos, cintas de clausura o presencia policial permite que el terreno sea ocupado ilegalmente. El activista Vangoidsenhoven ha documentado cómo el relleno del humedal incluso afectó un arroyo colindante, alterando el ecosistema sin consecuencias visibles por parte de las autoridades.

El caso pone en evidencia el desgaste de la vigilancia ciudadana y la urgencia de una acción institucional coherente y constante. La conservación no puede depender únicamente del esfuerzo voluntario de personas como Philippe, ni limitarse a un horario de oficina, por lo que es necesario un seguimiento constante, y no únicamente declarar un sitio como patrimonio natural, sin acciones concretas para su conservación. Conozca más sobre la nota completa en la página del Observatorio de Bienes Comunes de la UCR ingresando en el siguiente enlace:

https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/de-dia-patrimonio-de-noche-parqueo-seguimiento-al-caso-del-humedal-intervenido-en-puerto-viejo

Webinario «Fuera Mekorot de Abya Yala»

El agua como bien común en disputa

El colectivo Comunicadores por Palestina hace un llamado urgente a la ciudadanía a participar del webinario “Fuera Mekorot de Abya Yala”, un espacio de análisis sobre los intereses de la iniciativa privada y grupos de poder en torno al agua como recurso estratégico en América Latina.

Este evento busca abrir un diálogo entre activistas defensores del agua e investigadores de la región, con el objetivo de visibilizar la presencia e influencia de la empresa nacional de aguas de Israel, Mekorot, en distintos países de nuestro continente.

Temas a discutir:

  • ¿ Ordenamiento territorial ?

  • ¿Ordenamiento hídrico ?

  • ¿Ordenamiento jurídico ?

  • ¿ Desarrollo urbanístico ?

  • Y la distribución del agua.

Mekorot es la empresa estatal israelí responsable del control del agua en territorios palestinos ocupados, acusada por múltiples organizaciones de derechos humanos de robo, contaminación y apartheid hídrico. Ahora, sus «tentáculos» se extienden hacia América Latina, muchas veces bajo otros nombres o mediante alianzas público-privadas, como parte de los llamados “planes maestros” de gobernanza del agua.

En Costa Rica, es importante poner atención a los “regalos” y viajes que esta empresa ofrece a municipalidades como parte de estrategias de influencia política y comercial. Aunque el reciente viaje de funcionarios municipales se reprogramó, los convenios siguen gestándose en silencio.

Fecha del evento: miércoles 3 de julio

Webinario disponible en el canal YouTube de Revista Biodiversidad TV: https://youtube.com/@revistabiodiversidad-tv

Informarnos es también defender el agua como derecho, no como mercancía.

Conflictos socioambientales en América Latina – clase abierta

El día miércoles 6 de junio de 2024 se llevará a cabo un foro abierto en el marco del curso “Ambiente y ecosistemas culturales desde América Latina” de la Maestría en Estudios Latinoamericanos IDELA-UNA, en celebración del Día Mundial del Ambiente.

Contará con invitadas especiales como Weny Bagama, delegada del Congreso General Ngäbe-Bugle y lideresa del Movimiento 10 de abril (Panamá); Clara Junger, de Solidaridad y Educación (FASE)- Oilwatch de Brasil y Maria Elena Foronda de la Fundación Natura de la Perú, Ex – senadora del Congreso. Modera: Mauricio Alvarez M, docente IDELA. 

La actividad se realizará a las 17:00 horas (CRC) en transmisión en vivo por la plataforma Facebook.

Espectacularización del activismo ambiental: una reproducción del problema

Por Ana María López Ulate, Marget Martínez y Matthías Pelz Seyfarth
Estudiantes de Geografía, Universidad de Costa Rica
01 octubre, 2022

La cuenca del río Grande de Tárcoles drena una parte importante del agua del Gran Área Metropolitana (GAM) que fluye en dirección suroeste hasta desembocar en el océano Pacífico, junto con una parte importante de los desechos que ahí se producen. El volumen de estos desechos drenados en esta cuenca le ganaron el título de la más contaminada de Centroamérica.

Una parte de estos desechos terminan depositados en la playa Guacalillo, al norte de la desembocadura del río Grande de Tárcoles. Esto ha convertido a esta playa en un escenario de repetidas jornadas de recolección de basura que llevan a cabo organizaciones no-gubernamentales (ONG) ambientalistas y empresas privadas en el marco de sus actividades de “responsabilidad social corporativa”, entre otras organizaciones y actores.

Dichas jornadas son siempre documentadas y publicadas en forma de fotografías, videos e historias en redes sociales por las mismas organizaciones mencionadas y las personas asistentes en sus perfiles personales. Cualquiera que haya asistido a actividades de este tipo puede confirmar, de alguna manera u otra, la posición central que ocupa el espectáculo en estas.

Este carácter de espectáculo impregna el resto del activismo ambientalista en Costa Rica y el mundo, y tiene sus orígenes en la conceptualización y abordaje reduccionistas de la crisis ambiental, en tanto se reducen sus causas a un exceso de emisiones de gases de efecto invernadero; el más emblemático y espectacular de todos siendo el dióxido de carbono (CO2). Así, el deseo de un futuro ambientalmente estable se articula en torno al deseo de reducir las emisiones de CO2.

Como vemos, Costa Rica no escapa de este activismo ambientalista institucionalizado. Actualmente vemos la organización de cumbres para hablar sobre el cambio climático, donde el tema principal sigue siendo la emisión de gases. Lo cual es de importancia, pero puede reflejar lo poco que se abarca el carácter geopolítico de la crisis. Dejando de lado la incidencia que ha tenido la modernidad capitalista en la estructura de las relaciones sociales y la contribución que este factor ha hecho respecto a la crisis.

Por otro lado, también han surgido diversos grupos organizados que se dedican a concienciar a la población civil acerca de: gestión de residuos, producción y consumo de manera responsable, protección de ecosistemas, entre otros. Pero nos ha sido imposible ignorar el hecho de que muchos de ellos son dirigidos por organizaciones no gubernamentales más grandes, las cuales cuentan con una agenda ya establecida enfocada en los puntos mencionados anteriormente. Lo cual intenta contribuir de manera positiva a la mitigación de la crisis; pero si sumamos el hecho referente al espectáculo mencionado al inicio de este artículo, nos hace preguntarnos si de verdad contribuye a un cambio o sigue siendo similar a lo que se ha visto por años.

Ese deseo colectivo de un presente y un futuro sin calentamiento global se vuelca también a un accionar individual neurótico respecto a crisis. Mediante todo tipo de injerencias, se busca obsesivamente reducir estos gases de efecto invernadero. La gobernanza climática incentiva estos comportamientos, cuyo abordaje se basa en la adaptación y mitigación del cambio climático, con soluciones meramente técnicas, sin que se problematicen las relaciones desiguales de poder producidas por la antes mencionada estructuración moderna capitalista de la sociedad.

La presión por hacer y repetir lo que se consideran actos loables, se vuelve demandante e incómoda. Se cae en cuenta de que en realidad, estos accionares individuales no están resolviendo la magnitud planetaria del problema. Esto contribuye a un sentimiento de futilidad y pérdida de confianza frente a la validez de esas respuestas que se están dando de manera individual, y se desvía toda la atención del problema a los tomadores de decisiones y la comunidad científica.

Cabe entonces reflexionar sobre esta manera de actuar, y qué tanto se está aportando para sobrellevar un problema de tipo estructural. El activismo climático dentro del paradigma del desarrollo, para funcionar, tiene que deshacerse de todo aquello que resulta ambivalente y ambiguo, por lo que su metodología se ha basado en limitar y sistematizar la crisis. Esto no funciona porque la realidad está en constante cambio y movimiento, e incluso se ocultan realidades que son difíciles de discernir, así como límites que no resultan evidentes.

En contraposición a este paradigma, recordamos la importancia del pensamiento ecológico así como los movimientos ecologistas (no ambientalistas) como una alternativa sin pretensiones de dominar o controlar. Estos reconocen que la crisis se debe al carácter inherentemente extractivo y desigual del capitalismo y no la reducen a una crisis climática o de emisiones de carbono. Dichos movimientos resisten y apoyan luchas en defensa de los bienes comunes de toda la vida y por otras formas posibles de ser, saber y estar en el mundo, un mundo en el que esta vida no sea explotada en función de la acumulación sin fin.

Desde la Geografía comprendemos la importancia de reflexionar sobre las causas que subyacen a la crisis ecológica. Nos encontramos ante modos de producción que han moldeado la realidad como la conocemos y la forma en que entendemos el espacio, y que principalmente han agravado la degradación social y ambiental. Somos conscientes de que es necesario el cuestionamiento de lo ya establecido y que esto amerita transformación, empezando desde la propia disciplina. Nuevas geografías que trasciendan la objetivización técnico-científica y el dualismo ser humano-naturaleza son necesarias para atender las nuevas realidades propias de la era posmoderna.

Imagen: https://www.tec.ac.cr