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Etiqueta: Acuerdos de Paz Colombia

En el pos triunfo

Por Carlos Meneses Reyes

A tres días del triunfo electoral de Gustavo Petro como presidente y Francia Marquez como vicepresidenta de Colombia para el periodo 2022 – 2026, en el país se respira un ambiente de distensión y de concordia luego de una campaña basada en el odio, el engaño y la sinrazón. El desconocido patán fue vencido por el favorito y reconocido, con calidad de estadista a nivel nacional e internacional.

Sin seguir un orden cronológico ni de importancia de temas, destaco el triunfo por primera vez en Colombia de una opción de Presidencia Alternativa con la coadyuvancia y el trabajo militante de la izquierda legal.

Colombia se inclinó, con histórica votación, por el cambio de Petro. El domingo 19 de junio, 22’658.694 colombianos, equivalentes al 58,09% de los posibles votantes, salieron a las urnas en los 32 departamentos. 39 millones de colombianos estaban a habilitados para votar.

Bajó la abstención en un 5%. Petro se alzó con la victoria en 16 regiones y en Bogotá, mientras que Hernández conquistó esa misma cantidad de departamentos y se quedó con la mayor votación de los colombianos en el exterior.

El candidato del Pacto Histórico y ahora presidente electo se impuso en regiones como la Costa Caribe, el Pacífico y buena parte de la Amazonía. (Hace 4 años Iván Duque se alzó con la victoria en el país, con un total de 10’373.080 votos, en tanto que Gustavo Petro aseguró su triunfo con el respaldo de 11’281.013 electores).

Por su parte, el ex alcalde de Bucaramanga obtuvo 10.580.412 votos, conquistando el oriente colombiano, parte de la región Andina y el Eje Cafetero. (Los votos de Federico Gutiérrez en la primera vuelta, vertieron en Rodolfo Hernández).

Significa lo anterior que se cumplió el cálculo de romper en un 5% la abstención en favor de Petro , pues esta pasó del 45% al 40 %.

El progresista Gustavo Petro llega al gobierno con apoyo de la izquierda legal así como de centristas, urbanistas, periféricos, moderados y socialdemócratas, con cerca de 11.3 millones de votantes. Lleva al poder al progresismo junto con la izquierda legal por primera vez en la historia del país.

Gustavo Petro obtiene el 50,4% de los votos frente a Rodolfo Hernández, que pierde con el 47,3%.

Este último, a su vez, pasó de 5’953.209 votos, que consiguió en la primera vuelta del pasado 29 de mayo, a 10’580.412 en la jornada de ayer, una cifra nada despreciable.

No obstante, de lo anterior no se puede concluir que el país colombiano este dividido en dos extremos opuestos. Estos resultados electorales tampoco dan base para determinarlo así. Sucede que hay 18 millones de colombianos que no votan. No son participativos y encuadran en el dicho: “¿para dónde va Vicente?, para donde va la gente”.

A los votantes que sufragaron por Gustavo Petro corresponde calificarlos de conscientes. La suma de votantes a favor del candidato perdedor obedece a una gama de votos cautivos sumados a votos comprados. En ese orden presentado no estamos en realidad ante un país dividido o polarizado. En gracia de discusión se podría considerar una variante de unos 5.250.000 que calificarían como ricos o acomodados de este país, que constituyen las fuerzas retardatarias, conservaduristas, opuestas a cualquier cambio. Por ello es dable concluir que el gobierno del presidente G. Petro y de la vicepresidenta Francia Marquez será un gobierno de y para las mayorías.

Ante el triunfo del Frente Amplio Popular y Democrático que expresa el Programa y Plataforma Política del Pacto Histórico (PH) corresponde reseñar las acciones inmediatas de actuación del nuevo gobierno una vez obtenido el triunfo, explicado en la variable del llamado a un Gran Acuerdo de Unidad y de Concordia Nacional,

LO DE IMPLEMENTACIÓN

Los acuerdos de La Habana y el Teatro Colón se constituyen, en su implementación, como alcances por materializar en las conquistas del movimiento popular colombiano. La nueva presidencia alternativa asume ese derrotero. Llegó la hora de cumplimentar, facilitar y poner al orden del día el compromiso del Estado colombiano con las antiguas FARC-EP, sus desmovilizados y desarmados, sobre todo respecto de la aspiración inconclusa y la frustración histórica que ha significado para la nación colombiana volver trizas lo acordado y, paralelo a ello, la actitud frente a los compromisos asumidos como Estado, colocando al país de espaldas a la obligatoriedad de instrumentos internacionales plasmados en convenios. Todo por conductas dolosas del gobierno que concluye y que nos colocan en la picota al ensañarnos por los incumplimientos de los pacta sund servanda ante el escenario de la comunidad y el derecho internacional.

Se deleitaron, trayendo consigo el enfurecimiento y coraje de la opinión popular nacional, al causar el mayor daño posible a la justicia transicional como método civilizado aplicable a la solución de conflictos armados internos, como a la que se llegó con las insurgencias de las FARC-EP en Colombia.

Este triunfo electoral revindica el desagrado causado por la sensación de placer contra las aspiraciones populares causada por la secta de gobierno derrocada, que se había entronizado en el poder.

Rememoremos que en un tejido de telaraña jurídica el gobierno oligárquico del expresidente Santos acudió a un referéndum innecesario y que la incapacidad política del antiguo Secretariado de las FARC-EP admitió -jugando de tahúr el presidente- en la aplicación de la lógica “ni tanto que alumbre , ni tanto que queme al santo¨”. Santos ya había obtenido un premio Nobel y también complacía a sus amigos del Country Club.

Sometieron a referéndum la pregunta: «¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?». Pregunta que, como se sabe, fue respondida mayoritariamente con el NO y conllevó al desmonte de esenciales circunstancias y situaciones, así como a concesiones por la parte plenipotenciaria de la antigua insurgencia, lo cual concluyó en el Acuerdo del Teatro Colón. Se admite que lo único incólume de lo acordado en La Habana fue la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz).

LOS CINCO PUNTOS DE LOS ACUERDOS

Estos se materializarán en dirección del contenido del Estado colombiano, que desmontará todos los vestigios del poder narcoparamilitar, tan vilmente instalado. En resumen, con el triunfo del gobierno Alternativo se impone:

  1. La Reforma Rural Integral, falseada durante el transcurso mismo de las conversaciones por la Ley Zidres, como plan real, y que dejó en mera ilusión lo conversado y plasmado. Al orden del día está la reforma agraria democrática y radical.
  2. Reforma Política Electoral. Por plenas libertades de expresión, organización y movilización. Contra los votos a cambio de balas y de dinero, y por sepultar un sistema electoral corrupto, clientelista, de casino y de garantías de papel. La aplicación de un estatuto para la oposición, en el entendido de que hoy las fuerzas alternativas son gobierno.
  3. Terminación del conflicto armado interno con las Farc-ep, que consiste en el fin de los combates y acciones militares por parte de las Farc y los ataques y la persecución militar por parte del Gobierno a esta guerrilla. Es el llamado “Cese al fuego y hostilidades bilateral y definitivo”. Fin que quedó trunco con la facción denominada “Nueva Marquetalia”, integrada por combatientes que firmaron los acuerdos y luego alegaron el incumplimiento estatal de los mismos y retomaron las armas. En forma alguna implican ¨disidencias” y en la actualidad se encuentran cobijadas bajo el presupuesto normativo en calidad de rebeldes según el derecho internacional.
  4. Solución del problema de las drogas ilícitas. Es decir, sustitución de cultivos ilícitos. Este acuerdo ha sido el de menos implementación y va ligado al acuerdo primero sobre reforma rural integral.
  5. Acuerdo sobre las víctimas del conflicto. Vale decir, aplicación de la justicia transicional en desarrollo de los principios de autonomía e independencia. Esta ha sido la garantía de no impunidad. Extendidas estas normas de justicia transicional a todos: ex guerrilleros, militares, miembros de las Fuerzas Armadas en todas las ramas y composición de agentes estatales participantes y/o financiadores del paramilitarismo. El acuerdo sobre víctimas impedirá la impunidad para los paramilitares, los empresarios que los financiaron y los agentes estatales que los promovieron. Así, el acuerdo garantiza que no sea un pacto de impunidad. Este acuerdo contempla dos componentes: Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y Derechos Humanos. Jurisdicción Especial para la Paz en aplicación de un sistema integral y alterno que garantice el derecho a las víctimas y cumpla con la obligación estatal de justicia, buscando, mediante investigaciones penales especiales, la determinación de responsabilidades de sindicados de delitos de guerra y de lesa humanidad ocurridos durante y con ocasión del conflicto armado. La garantía de vigencia del contenido de derechos humanos asume lo relativo a la no repetición.

LO DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO

Con el Nuevo Gobierno Alternativo llegó el momento histórico y político de asumir de fondo y lograr en definitiva el fin del conflicto armado interno colombiano. Para ello, el nuevo gobierno ha de llamar a conversaciones a todas las insurgencias: 1. Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN). 2. Ejército Popular de Liberación (EPL). 3. Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en las diferentes facciones en que se transformaron, como ejército popular insurgente luego de los Acuerdos de la Habana y el Teatro Colón, resumidos en la “Segunda Marquetalia”, es decir, las facciones lideradas por Gentil Duarte y/o sus sucesores, y los frentes 10 y 28, con sus caracterizaciones particulares. En este item es primordial destacar que la contraparte estatal colombiana debe actuar de conformidad y en relación con un país con conflicto armado interno, bajo las distinciones y calificaciones del derecho internacional. Distinguiendo las características de mando unificado, presencia territorial y motivación antigubernamental asúi como de lucha armada contra el establecimiento estatal, en la configuración de una contraparte que tenga el carácter y reconocimiento de rebelde e insurgente.

La complejidad de la situación en el panorama del conflicto armado interno colombiano implica singularizar la continuación de las conversaciones existentes con el ELN. El trato especial a facciones de las FARC, que firmaron los acuerdos enunciados, incluyendo en ello a la Nueva Marquetalia. Dentro de este mismo trato especial ha de incluirse a los reductos del EPL que desde hace tres décadas continuaron la lucha armada pese a la des movilización de la mayoría de esa organización político-militar, con presencia actual en zonas como las del Catatumbo, la antigua provincia de Ocaña y el sur del Cesar. El llamado a conversaciones a actuales facciones de las FARC-EP que no aceptaron ni firmaron los acuerdos de La Habana: bloque identificado como el dirigido por Gentil Duarte. Incumbe además incluir la suerte en la definición de los citados frentes 28 y 10, acorde con las caracterizaciones del derecho internacional y en la definición definitiva, si califican o no como fuerzas rebeldes y/o insurgentes y/o perteneciente a fuerzas del crimen organizado multiforme. Los ingredientes del conflicto armado interno colombiano lo componen actores armados insurgentes o rebeldes y las fuerzas armadas estatales colombianas en todas sus expresiones. Por ello, al buscar el fin de ese conflicto, el armado, no ha de volverse a la imprecisión de “proceso de paz” ni continuar utilizando un lenguaje impropio de calificaciones y clasificaciones al colocar en un mismo recipiente a todos los actores armados que asolan la geografía nacional, comprendiendo que lo multiforme del crimen común organizado difiere de las causas, motivaciones, ejercicio y alcances de los rebeldes insurgentes.

En todo lo anterior está el meollo del asunto, es decir, en la distinción del diseño y aplicación de una política gubernamental nueva que logre la finalización del conflicto como solución política y no de calificativos y frases confusas.

Tan extenso tema, tangencialmente abordado, se resume en la continuación de las conversaciones rotas con el ELN, facilitando que sus plenipotenciarios en La Habana definan su equipo negociador de común acuerdo entre las partes. En un primer acto soberano del gobierno alternativo del presidente Gustavo Petro: retomar el carácter plenipotenciario de los líderes del ELN en La Habana y coordinar su regreso inmediato de conformidad con los convenios existentes desconocidos por el saliente gobierno narco paramilitar. Determinar si las conversaciones han de continuar en el exterior o, por el contrario, en el territorio nacional, constituyendo esta posibilidad la de mayor acogida.

Las conversaciones con el Ejercito de Liberación Nacional de Colombia (ELN) no serán difíciles en cuanto al reconocimiento de beligerantes como parte plenipotenciaria frente a la contraparte estatal. Se regirán por el alcance de profundas reformas económicas, políticas y sociales con participación de la sociedad civil, conforme al planteamiento de Programa Máximo y Mínimo de satisfacción con el movimiento popular. Existe un acumulado de experiencias con el proceso de fin del conflicto armado con las antiguas FARC-EP. Desde ya, es necesario que la dictadura mediática no se apropie de la estulticia de un “proceso de paz”. Hoy se trata de un proceso de conquistas sociales y populares. Por eso, es conveniente que se desarrollen en territorio colombiano.

LO DEL CONFLICTO SOCIAL

No es fácil describirlo o explicarlo. Lo conforman múltiples factores y se dice que en toda sociedad existirá el conflicto social. Es por ello que al asumir una solución del conflicto social colombiano corresponde identificar una caracterización en el llamado conflicto multicrimen. El tema y su solución ha de abordarse desde lo sociológico y político, sin que se resuma en que se trata de un problema político y sociológico por sí mismo.

Los múltiples conflictos colombianos (armado, político, económico, social, ecológico) están relacionados. De manera que corresponde asumir el tema, en particular, en lo atinente con la seguridad ciudadana.

No es motivo del presente artículo la motivación profunda de contenido y conocimiento de este conflicto. Hay que partir de la base de que es uno de los problemas más difíciles que afectan la convivencia ciudadana, para poder abordar el tema de seguridad de los ciudadanos en la ciudad y en lo rural. Para ambos escenarios no se dan tratos diferenciales. Las estadísticas y volumen de incidencias del conflicto social abarcan los escenarios tanto urbanos como rurales.

El gobierno que termina aplicó una política hegemónica oligárquica y contrainsurgente para enfrentar el conflicto social y el conflicto armado. Los resultados han sido ciertamente calamitosos. Hoy corresponde dilucidar las llamadas lucha contra las drogas, contra la minería ilegal, contra la ganadería extensiva y su efecto depredador; contra las organizaciones multicrimen y sus agentes, incluidos los delincuentes de cuello blanco; contra los acaparadores de recursos básicos, especuladores y prestamistas, así como también contra los especímenes, en todos los matices, de la corrupción y los aliados del narco paramilitarismo.

Hay que desenmascarar toda una cultura de alienación que funciona con la premisa de convivir con el crimen. Llamar a los delincuentes y los delitos por su nombre. Destaco aquí el efecto subliminal de “borrrar” el delito de robo y designar a todo como meros hurtos, tal como hacen la mediática y los responsables policiales. En un hurto no opera el factor violencia; en el robo sí y esa simple circunstancia ha hecho carrera para mitigar el agobio que produce la inseguridad que padece la sociedad colombiana.

Anotaciones sobre el recrudecimiento del conflicto armado interno en Colombia

Por Carlos Meneses Reyes

El conflicto armado interno colombiano, presenta visos de incremento e intensidad. Se yergue enhiesto, cuál retador desafiante, por más que la política de bloque oligárquico contra insurgente lo desconozca e intente acallarlo; haciendo cada día más difícil el entorno gobernable al cual se enfrenta un gobierno títere, del amo imperial.

En el lenguaje político destacase la tenacidad y persistencia, aún sea de gestión individual, para la obtención de un objetivo; pero resulta de eficacia relativa y por ende errónea, cuando se alista como un recurso sectario, no se admite, al contrario, ni el libre juego de las contradicciones; imponiéndose la cero tolerancia, entronizándolo en la verdad sabida y la buena fe guardada, pese a la notoria secuencia de errores. Así, se puede calificar a un gobernante de contumaz o sobre todo a una política a aplicar, degradada en contumacia; es decir, perseverante en el error y la ineficacia. A eso también se conoce como una habilidad ciega para gobernar. Es tal cual sucede con la negación del conflicto armado interno en Colombia y la obcecada, oscura y testaruda posición oligárquica, nublando la capacidad analítica y reflexiva, que conlleva a la inexistencia de un objetivo al cual confluyen, inexorablemente, la dinámica de la actuación política, por algo tan burdamente negado.

Para el corriente año en curso de 2021, el desplazamiento masivo de víctimas que huyen por los enfrentamientos en el campo, por parte de insurgentes contra las tropas gubernamentales, llegó a 57.100 personas; lo cual significó un incremento del 135%, en relación con el año anterior.

En Puerto Berrio, ubicado en el río Magdalena, a 335 kilómetros de Bogotá. DC, contabilizan el número de cadáveres, que han flotado, producto del conflicto armado y que reposan en tumbas como NN; en lo dado en llamar la adopción de muertos recogidos que tira el río, como a los “pobres de solemnidad”. La mayoría de esos cuerpos fueron recogidos y a la fecha, en labor de identificación, por actuaciones de la JEP, se encuentran con signos de violencia, impacto de bala, amarradas sus manos y pies. Corresponde a la incansable labor de hallar entre 80.000 y 120.000 desaparecidos, que ha dejado el conflicto armado interno en Colombia, en más de cincuenta años y que pese a la desmovilización de las antiguas FARC, continúa creciendo.

En Ituango, Antioquia, sumaban 3.500 campesinos que tuvieron que abandonar sus viviendas, animales y cosechas, ante los crecientes combates de guerrilleros con tropas del ejército.

El diario El Espectador en edición del 27 de julio de 2.021, destacó que “El de Ituango es el desplazamiento más grande en la historia de Antioquia”. En total 3.7321 campesinos, de 1.548 núcleos familiares, han tenido que abandonar sus viviendas, recientemente, ante el aumento de los enfrentamientos armados en sus lugares de habitación. Están siendo afectadas 28 veredas, de ese municipio. No existe acceso a la cabecera municipal, tanto por los enfrentamientos, como por el fuerte invierno.

Según Harold Cadena Vidal, representante de la Oficina para Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en Colombia (OCHA), la cifra de desplazados en la región de río San Juan asciende a 4.608 y la de confinados a 33.280. El Río San Juan es el más importante de los ríos de la vertiente del Pacífico colombiano y recorre el sur occidente de El Chocó, pasa por territorio vallecaucano y desemboca en el océano Pacifico.

Destacando solamente algunos sucesos, al 21-10, se recrudece el conflicto en el Departamento del Cauca, Colombia. En lo que va del año 2021, han sido asesinados 23 líderes y defensores de Derechos Humanos (DD.HH.) y han ocurrido 14 masacres, las cuales se han saldado con la muerte de 43 personas.

Según Indepaz, un total de 293 líderes sociales y defensores de DD.HH. han sido asesinados en ese departamento desde la firma del Acuerdo de Paz (noviembre de 2016) hasta la fecha. En total de 229 murieron víctimas de asesinatos selectivos, durante el mandato del sub presidente Iván Duque, iniciado en agosto de 2.018.

Se registra en Colombia la masacre número 78, con el asesinato de los hermanos José Norbeý, José Javier y Édison Reyes Mosquera, en el municipio de Cajibío, Corregimiento Casas Bajas. Vereda Puerto Alto, el 15 de octubre.

Grupos armados provocan el desplazamiento de 3.700 campesinos en el municipio colombiano de Ituango. Luego se agrava el desplazamiento en Ituango, con más de 40.000 personas… La ONU advierte que el desplazamiento en Colombia va en aumento del 193% al 235%, en los Departamentos de Cauca, Antioquia, Nariño. Se registran 67.000 desplazados, 10.000 más confinados; hasta una cifra de 30.052 personas en esa situación. Mas de 1.000 niños desplazados y con hambre, tras diez días de combate ininterrumpidos del ejercito contra las guerrillas insurgentes. La explicación o posición oficial habla de disputa territoriales entre grupos armados y no de enfrentamientos con el ejército, manipulando lo de recompensas, entregas etc. Pura falsa media.

En el Departamento fronterizo de Nariño, aumenta a 40.000 el número de desplazados y sobrepasan los 21.000 desplazados en el Triángulo de Telembi, en el presente año.

El lunes 11 de octubre, con explosivo atentaron contra gobernador del Meta., a su paso por una carretera. Y el gobernador del Magdalena, hubo de abandonar el país, al ser informado de un inminente atentado en su contra.

Desde la firma de los Acuerdos con las desmovilizadas FARC, en 2016, han sido asesinados 1.218 lideres sociales. En el Departamento del Cauca, en lo que va del año 2.021, han sido asesinados 23 lideres y defensores de derechos humanos y ocurrido 14 masacres, para un total de 43 personas asesinadas.

El recrudecimiento de las acciones contra el ejército y la policía no merma. Hasta la naturaleza pareciere estar en su contra, luego que un rayo cayó y afectó a cinco soldados en zona rural del norte del Cauca, vereda La Venta, municipio de Cajibío. A ello se agrega, un suicidio y el asesinato de un soldado por su compañero de guardia. Al menos registro un caso de deserción de un soldado del ejército made in Usa, con todo y armamento.

En ese rosario de afectaciones, se registra que ladrones entraron al batallón Pichincha, sede de la tercera brigada del ejército en Cali, golpearon a un soldado de guardia y le robaron el fusil. El hecho ocurrió en la madrugada del viernes 21 de octubre. El ejercito admite que no ha podido recuperar el fusil. Sin lugar a duda no se trata de un simple pasaje de ladronzuelos, que en número indeterminado asaltaron esas instalaciones super resguardadas y protegidas. Para la inteligencia popular, más bien obedece a una acción de comando, realizado por los llamados “pisa suave”, milicianos entrenados en combate para acciones de comando. Eso, obvio, que lo oculta el generalato, con sus barbas en reposo. De paso indicar que la actividad de la Minga indígena, el 9-09, en Caldono, Cauca, decidieron expulsar de su territorio a miembros del ejército. Anuncian que no permitirán ni erradicación y menos aspersión de la coca con glifosato.

 

Acciones militares

Sujetos armados atacan a soldados que se dirigían a su batallón, en el Departamento del Meta, el pasado 27 de septiembre. También hubo ataque en el Putumayo.

El 21-09, 5 soldados resultaron muertos y 7 heridos tras atentado en Puerto Libertador, Córdoba, a un Batallón de Operaciones Terrestres.

Los Departamentos de Bolívar, Chocó, Nariño, Antioquia y Cauca, Vaupés, Guainía, Arauca, siguen azotadas por fuertes combates en sus territorios.

En lo corrido del año 2.021, van 124 líderes sociales asesinados.

Conmoción causó en el Guainía la retención de un médico el día 05 de octubre del presente año, llevado a un campamento guerrillero para atender heridos y aparece muerto, 11 días después, luego de un bombardeo del ejército a ese campamento guerrillero, en inmediaciones de los Departamentos de Guainía y Vaupés. El Doctor Leonel Martínez Mendoza, cofundador de la Asociación de Médicos Internos Residentes Extranjeros (AMIREX), Capitulo Colombia, ejercía la profesión y era graduado en la Universidad de La Habana.

EL 16-09, ocurrió ataque a la Policía en San Vicente del Caguán, en Caquetá, con resultado de dos policías muertos.

El 18-09, EL ELN libera a dos militares que tenía retenidos en Arauca. Participo la CRIC y la iglesia. El ejército se negó a desmilitarizar o cesar acciones, para atender a la liberación de estos…En este Departamento son frecuentes los ataques al ejército y a la policía, por parte de insurrectos. Como respuesta reforzaron con 380 unidades a las fuerzas existentes; mas 60 infantes de marina para el río… No obstante, el 22 de octubre, se dio otro violento ataque contra integrantes del ejercito: las imágenes de vídeo muestran cómo se bajan de un vehículo, dos comandos, quienes la emprenden a tiros contra los soldados de guarda de la vigilancia, los cuales salen pies en polvorosa. En tanto, los atacantes se suben a su carro y alejan. Los hechos relatados se presentaron en la base militar Selva de Lipa, en Arauca.

El 20-10, un patrulla del ejército es atacada, en zona rural de Puerto Inírida, Guainía, dejando como resultado, 5 soldados heridos de gravedad y un soldado muerto.

Ataque contra soldados del Batallón Especial Energético y Vial Numero 1, en el sector de Caño Verde, Arauquita, en la mañana del martes 12 de octubre, deja como resultado un soldado muerto y otro herido.

Hacia el 22-10, el Ejército confirma la muerte de diez guerrilleros de las Nuevas Farc, tras fuertes combates en el Cañón del Micay, Cauca. Lo presentan como enfrentamientos entre esas nuevas guerrillas y el ELN, conforme al desempeño de la guerra, que los asesores norteamericanos les dictan. El comandante de la Tercera División del Ejército, brigadier general Jonh Rojas, confirmó que este jueves 28 están ingresando otros cinco pelotones del Ejército por los corregimientos del Sinaí y El Plateado, en el municipio de Argelia, para apoyar a las tropas… No pueden ocultar que estos hechos bélicos, han provocado nuevos desplazamientos forzados de unas 400 personas, en Argelia. Cientos de campesinos, como consecuencia de los constantes enfrentamientos están viéndose obligadas a desplazarse hacia el Caquetá. El Alcalde de Argelia se refirió a un desplazamiento de mil personas.

También en Argelia y Cajibío, Cauca, se registra ataque con misiles artesanales, por parte de milicianos, a estaciones de la policía y puestos del ejército.

27-10. Crisis humanitaria y confinamiento en el Pacífico colombiano. En Chocó, el 16 de septiembre, el ejército colombiano mató a cuatro niños en un bombardeo, para eliminar al máximo jefe del ELN. Fabián (Ogli Ángel Padilla). El ruido ensordecedor de las ciento de bombas lanzadas y el temblor del suelo, causaron gran conmoción en los niños y vecinos del territorio. Luego de los intensos y desproporcionados bombardeos, vecinos de las comunidades afectadas se dirigieron a los lugares destrozados por las bombas, para buscar a vecinos desaparecidos. Denuncian que la aviación del ejercito disparó al agua, cerca de algunos botes en el que se desplazaban civiles, huyendo de los bombardeos en une escalonado incremento de violación de los derechos humanos y del principio de distinción, que se incrementa por la continuación del conflicto armado interno.

Todas esas comunidades están viviendo en un contexto de guerra muy fuerte, debido a la militarización de sus territorios por parte del Ejército Nacional, el avance paramilitar de quienes se llaman a sí mismas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). La simbiosis de estas dos fuerzas estatales y para estatales, se enfrentan al ELN, de presencia histórica en esos territorios. Estos combates en ocasiones conllevan que estos grupos se enfrenten, incluso, al interior de las comunidades. El resultado es el desplazamiento y confinamiento. La fuerzas armadas del Estado colombiano están realizando bombardeos en donde hay presencia de menores de edad, lo cual es una violación al Derecho Internacional Humanitario y a la Convención sobre los Derechos de los Niños. “Estas comunidades están sometidas a un genocidio, un etnocidio”. De igual manera denuncian que esos efectivos para estatales han portado brazaletes del ELN para amenazarles. Al ser requeridos esos forajidos por la comunidad, denuncian que llegó un helicóptero del ejército y se los llevó… “Dentro de las comunidades, la fuerza pública utiliza a los niños para sacarles información” y a todo eso se suma el hambre por las condiciones de guerra en la región.

De tal manera que baste la presente sucinta relación de hechos de solo un mes del corriente año de 2.021, para destacar que la perfidia gubernamental de desconocer la existencia del conflicto armado interno obedece a engaños en el análisis concreto de la situación concreta colombiana y por ende una estafa a la opinión pública nacional e internacional, sobre la conducción del país y la solución a tan álgido problema.

El presente artículo fue concebido, luego de la lectura del libro EL PODER OBCECADO del autor Rene Balestra y Prologo de Hugo Caigares, el cual recomiendo a mis lectores.