Bailar con la verdad y honestidad…
Juan José Jiménez
Esta noche tuve el enorme gusto de asistir al Teatro De La Danza Costa Rica, para presenciar el espectáculo «Advertencia: Perro Bravo» coreografía de mi querido Gustavo Hernández e inevitablemente y de inmediato me trasladé a la década de los años treinta, cuando una Alemania moderna, libre y más que adelantada para la época; sufre el ascenso espantoso del Partido Nacional Socialista y su líder Adolph Hitler.
Ante ese peligro el Ballet Joss, crea su icónica pieza » La mesa verde», que le cuesta al coreógrafo y al grupo el exilio o la muerte…
Por cierto, Hans Züllig y Lucas Hoving (con quienes tuve el honor de estudiar) pertenecían a ese elenco y estrenaron dicha obra. Tiempo después estando todo el elenco en Londres donde además de la mesa verde, bailaban la Consagración de la Primavera de Ígor Stravinsky, ¡Londres es bombardeada! y el Ballet Joss se desmiembra en una diáspora por todo el mundo…
La Danza puede ser divertida, lúdica, dubitativa, abstracta, y siempre experimental entre muchas formas. Más aún con las nuevas e ineludibles tecnologías.
Pero ante el período de oscuridad que atraviesa Costa Rica, prácticamente en todos los campos, Danza Universitaria levanta la voz y denuncia y nos narra de una forma clara y concisa, el actuar de un «perro de traba» y sus monigotes: tan corruptos como el titiritero, que los maneja y que los usa y desecha a su antojo (cualquier paralelismo con la realidad, es mera coincidencia).
Un elenco maduro, cohesivo, de gran solvencia en términos de los movimientos y de una expresividad necesaria en esta obra y necesaria ante la sobredosis kinética de la danza hoy.
La banda sonora es tremenda, maravillosa y justa para esta pieza, la iluminación en escenario aforado proporciona ambientes perfectos entre el claro oscuro de este acto político.
Esta segunda función de esta breve temporada pone el dedo en la llaga de la realidad que vivimos y pone una vez más por qué Danza Universitaria es necesaria en nuestra cultura, más allá de los titubeos de la Universidad de Costa Rica sobre su necesidad y de la mezquindad de los monigotes del Perro Bravo en temas de educación y cultura.
Finaliza esta coreografía con una tremenda premonición: al marchitarse el Perro Bravo y decaer… ¡vendrá otro!