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Etiqueta: alfabetización digital

Personas adultas se reconectan con la tecnología en la UNA

Marcella Mendieta Mendoza, madre soltera de 44 años, quiere encender una computadora, usarla con confianza, enviar correos a sus familiares en el extranjero y, algún día, convertirse en profesora. Su historia forma parte de los casi 100 relatos que forman parte del curso gratuito de alfabetización digital que imparte la Universidad Nacional (UNA) en el Campus Omar Dengo.

“Trabajo en un lugar donde se necesita tener conocimientos en computación y me doy cuenta de que me encuentro desactualizada, y fue cuando dije: es momento de seguir estudiando”, contó Mendieta. Su meta es clara: “Espero encenderla, estar en un ciber, usarla y saber lo que voy a hacer sin ningún miedo. Quiero ser una profe”, dijo.

Fernando Acuña Angulo, pensionado de 64 años y exeducador, también decidió actualizarse tecnológicamente. Aunque usó computadoras durante su vida laboral, reconoce que ha perdido habilidades, por lo que busca recuperar ese conocimiento y mantenerse al día. “Me gusta tener conocimiento de lo actual. Como soy pensionado, me gusta estar al día en las cosas tecnológicas, y fue de mucho interés para mí participar en estos cursos que, gracias a Dios, nos facilita la Universidad Nacional. He perdido ciertas condiciones, avances y el conocimiento en cosas nuevas de la tecnología y por tanto quiero renovar mis conocimientos”, recordó.

Ambos participantes coinciden en que estas formaciones no solo les brinda herramientas técnicas, también les ofrece espacios para compartir y crecer como personas. “Llamo a las mujeres y a los varones a que se atrevan a llevar estos cursos, más cuando tenemos hijos; a veces uno desconoce muchas cosas y nuestros hijos nos meten en apuros y aprietos. Este llamado es para que estudiemos y aprendamos, para que nadie nos engañe, más ahora que la tecnología está muy avanzada”, dijo la Marcella.

La misma invitación hizo Acuña: “Yo invito a todos los pensionados mayores de 60 años y más años a compartir, aprender cosas nuevas para el bienestar de uno como persona, como familia y para el país”, aconsejó el exeducador.

La preparación inició el 21 de abril y finalizará el 31 de mayo. Está dirigido a personas mayores de 30 años sin conocimientos previos en computación. La formación está a cargo de estudiantes de tercer nivel de la carrera de Educación Comercial. Los contenidos incluyen conocimientos básicos: partes del equipo, encendido, uso del entorno Windows y herramientas en Word.

Las capacitaciones nacen de un trabajo conjunto entre la Escuela de Secretariado Profesional y la División de Educología. Desde 1998, desarrollan actividades y capacitaciones dirigidas a personas adultas, adultas mayores y población vulnerable.

Dalys Mazalla Vallestero, académica de la Escuela de Secretariado Profesional, indicó que los beneficios que se obtienen de estas iniciativas son muchos y que impactan no solo a la universidad, que tiene la oportunidad de llegar a las poblaciones con diferentes opciones de estudio, sino a las personas que se favorecen con el crecimiento profesional y su educación continua.

Pero estos estos aprendizajes trascienden no solamente a la persona que lo recibe, sino a su entorno, según dijo Mazalla. “Parte de las experiencias que nos comparten las personas adultas y adultas mayores es que ellos pueden ayudar a sus nietos y a sus hijos. Conforme van adquiriendo los conocimientos tecnológicos, dicen: ‘yo ya me siento útil, puedo ayudar, venga yo les explico’. Incluso un adulto mayor nos decía: ‘me gustaría tener la oportunidad de ir al cajero automático y poder yo solo hacer el retiro del dinero, quisiera aprender a usar un Sinpe”.

En el segundo periodo del año, el proyecto continuará con la segunda parte de esta primera capacitación. En ambas etapas, las personas reciben un certificado de aprovechamiento.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Los jueguitos de un Presidente

Luis Fernando Astorga Gatjens

En un tono de regaño (que no le viene nada bien, por cierto), el presidente Carlos Alvarado les pidió a los candidatos presidenciales que “no pueden andarse con jueguitos” en lo concerniente al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). También sacó pecho para afirmar que dejará las finanzas públicas “estables” y que terminará su gobierno bien.

¿Bien para quién? Es la inevitable pregunta que habría que formularle a un presidente, tan devaluado en su credibilidad como el colón. Y tendríamos que responder que para quienes habitamos esta Costa Rica bicentenaria y pandémica, y somos una inmensa mayoría, las cosas están mal. Estaban mal antes de la pandemia y a partir de las decisiones y políticas del actual gobierno, las cosas –en muchos aspectos– han empeorado.

No estarán de ninguna manera bien para quienes el hambre ha venido tocando sus puertas, sin clemencia, en los últimos meses. Tampoco para quienes apenas sobreviven en medio de una informalidad laboral, que es la otra cara de un crudo desempleo.

Obviamente que las cosas no están nada bien para los millares de hogares y las casi millón y medio de personas sumidas en la pobreza. Menos aún la situación estará bien para los sectores medios empujados a la creciente incertidumbre económica.

Claro está: El optimismo presidencial no estará bien para las crecientes cifras en desigualdad social y concentración de la riqueza en pocas manos.

No estará bien asimismo el final de esta administración para el casi 17 % de personas desempleadas y con un horizonte laboral marcado por la inseguridad laboral. No estará tampoco nada bien para los pequeños y medianos agricultores, productores pecuarios y pescadores que esa administración los abandonó a su suerte.

No estará bien para la salud pública, ya que la crisis financiera que golpea la CCSS sigue fijando un futuro sombrío para esta institución señera, mientras este gobierno, la fracción legislativa del PAC y otros diputados cómplices, se negaron a tomar medidas de fondo, para resolver una situación gravísima como lo fijó el informe de la comisión legislativa que investigó sus finanzas.

Y ¿Cómo puede decir el presidente Alvarado que terminará bien su mal-gobierno con el desastre que hereda en educación pública? O con la incapacidad manifiesta de su gobierno, en hacer avanzar la conectividad y la alfabetización digital para millares de hogares que podrían tener tal acceso, si se hubiera aquilatado a tiempo, el tamaño de la emergencia para utilizar los más de $ 300 millones de dólares que tienen en sus arcas FONATEL para tal propósito.

En fin, las cosas no marchan nada bien para un Estado Social de Derecho, de cuyo deterioro son corresponsables administraciones del PLN, PUSC y PAC, mientras que, en la acelerada erosión reciente, el gobierno de Alvarado Quesada tiene una cuota de responsabilidad enorme.

Para quienes si estarán bien las cosas es para las grandes empresas y personas, evasoras y elusoras de impuestos, sea que guarden sus enormes riquezas en paraísos fiscales (Papeles de Panamá y de Pandora), o en bancos propios o ajenos. Forman parte también de quienes se regocijan de felicidad ante las políticas de esta administración, esos “grandes contribuyentes” a los que este mal-gobierno les perdonó sus deudas.

Del presidente Alvarado ya no se puede esperar otra cosa que frases que ya no pueden causar un efecto favorable. Se trata de un gobernante que, a lo largo de estos tres años y medio, mostró su falta de liderazgo y su incapacidad absoluta de autocrítica. Se regodea en una mediocridad de varios días.

¿Cuántos días falta para el próximo 8 de mayo? No tantos en el calendario gregoriano, pero si demasiados para el fin de un gobierno que ha gobernado contra las mayorías.

(25 de octubre, 2021)

Democracia digital: Imprescindible pero ausente

Luis Fernando Astorga Gatjens

Muchas de las tantas cosas que ha puesto en evidencia esta pandemia, es que el país se situaba lejos, muy lejos de estar en lo mínimo preparado para la participación e inclusión social, a partir del acceso a Internet y las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), para la inmensa mayoría de sus habitantes.

Todos debemos de coincidir que en el presente un componente clave para el desarrollo económico y social, es el acceso lo más democráticamente posible a Internet. Pero la pandemia y el limitado desarrollo del Costa Rica en este campo nos muestran un país con significativos desfases, sino abismos, entre regiones, sectores –sociales y poblacionales—y personas.

De esta manera una democracia que de por si es deficitaria en el campo económico, social y político, se hace más agudamente deficitaria en el ámbito digital.

Hoy día, la atención a la salud sería mucho mejor, si más personas tuvieran acceso a una Internet de calidad, a dispositivos adecuados y con suficiente memoria, y si estuvieran mejor capacitadas en el uso de aplicaciones, para desarrollar citas virtuales en todos los servicios médicos, que puedan ser resueltos de esta manera. Pero eso no es así: solo un porcentaje limitado cumple con estas condiciones de inclusión digital efectiva.

Igualmente, el acceso a la educación en esta época aciaga de la pandemia, se ha visto severamente limitado, ya que más de 400 mil hogares carecen de conectividad y demás requerimientos. Esto hace que casi medio millón de estudiantes de primaria y secundaria de la educación pública, no tengan otro horizonte que la educación presencial. Este hecho genera una grave situación relacionada con la calidad formativa ante tal desventaja y que éste sea un contribuyente más en la ampliación de la brecha entre educación pública y privada, en la cual todos los educandos si cuenta con acceso a Internet.

El otro tema es el teletrabajo. Ésta modalidad productiva creció rápidamente en los últimos meses, al compás de las restricciones y de la aplicación de otras medidas de seguridad sanitaria. Sin embargo, más allá que no todas las actividades laborales son sujetas a adecuarse a esta alternativa productiva, lo real es que la precondición de acceso a Internet, está lejos de estar democráticamente extendida para la gran mayoría de trabajadores.

Se combinan varias causas y factores para que la democracia digital en Costa Rica, sea mucho más quimera que realidad. Pasemos revista:

Lo primero que tenemos que destacar es la calidad y alcance en el acceso a Internet. La oferta general de servicios de Internet es de limitada calidad y eso se hace más grave, dependiendo de si el servicio es de zona urbana o rural, o remota.

Le segundo es el costo, la asequibilidad del servicio. Para contar con un servicio de buena o excelente calidad, se deben pagar cifras que son imposibles de cubrir para la mayoría de las familias.

Lo tercero está relacionado con los dispositivos, sean teléfonos celulares, tabletas o computadoras. Igualmente, la mayoría de los hogares y personas no cuentan con recursos, para comprar dispositivos con programas, aplicaciones y suficiente capacidad de almacenaje, que permitan un uso adecuado de Internet.

El cuarto elemento tiene que ver con la alfabetización digital. Es imprescindible que las personas potencialmente usuarias (ya cumplidos los requisitos precedentes), se capaciten de manera práctica, en el uso de Internet, para sacarle el mayor provecho y para que sean participantes de la era digital, que con la pandemia, inevitablemente, se ha tenido que acelerar.

Cabe aquí hacer una mención específica relacionada con las personas con discapacidad y el acceso a Internet y dispositivos, y programas adecuados. Se requerirán ajustes razonables según el tipo de discapacidad, pero antes que nada hará falta que cuenten con esos aparatos y acceso a Internet, y eso no se da en la mayoría de las personas con tal condición.

De esta manera, el grave aislamiento que afectaba a las personas con discapacidad antes de la pandemia, se ha hecho más grave aún en el presente, por no tener acceso a Internet en una época en que para conectarse en casi todas las esferas de la actividad social, es imprescindible contar con este servicio. Así las cosas, todo hace prever que el círculo vicioso entre discapacidad y pobreza, se afianzará para la desdicha de miles de personas con discapacidad esparcidas a lo largo de nuestra geografía. Eso porque el acceso a la salud y la rehabilitación, a la educación y formación técnica, y al empleo y la actividad productiva, en general, se ha hecho sumamente complicado y lejano para este sector poblacional. Lo que debería ser una oportunidad de inclusión social para las personas con discapacidad mediante el teletrabajo, se torna en lo contrario por la falta de acceso a Internet, como una causa fundamental.

El que exista tan enorme brecha entre personas con acceso o falta de acceso a Internet, lo explica en primer término la pobreza y la exclusión social. Esa es la primer causa y barrera estructural a derribar.

Sin embargo, hay otra razón que se suma y que es de carácter coyuntural. Es la incapacidad que ha tenido esta administración de atender este tema mediante una política de Estado, seria y robusta, que habría de impulsar antes de la pandemia y ya una vez con ella instalada como tenaz acompañante, acelerar procesos para avanzar rápidamente con acciones de emergencia.

Y aquí alguien podría decir que lo que planteo no es objetivo ya que a raíz de la pandemia, el Gobierno no cuenta con los recursos necesarios, para echar adelante una política de inclusión digital, como la situación exige en forma imperiosa. Pero si los hay. Están en FONATEL. Veamos que se indica al respecto: “Es el Fondo Nacional de Telecomunicaciones (FONATEL) y es el instrumento de administración de los recursos para financiar el régimen de garantías fundamentales de acceso universal, servicio universal y solidaridad establecidos en la Ley General de Telecomunicaciones, (LGT) N° 8642…“.

Entonces, nos debemos preguntar: ¿Por qué el país no ha avanzado como debe ser en este tema, de acuciante prioridad? La respuesta urgente la deben ofrecer las autoridades competentes, que con seguridad, si cuentan con servicios de Internet de alta calidad; no como la inmensa mayoría de los costarricenses que miran desde muy lejos, la democracia digital.

(24 de mayo, 2021)

UNED: Proyecto Alfabetización digital capacitó a 1549 estudiantes en el 2018

Un total de 1.549 estudiantes fueron capacitados en el año 2018, por medio del proyecto de “Alfabetización Digital”, un proceso de formación y capacitación a nivel regional y de acción social del área de Comunicación y Tecnología de la Dirección de Extensión Universitaria, de la UNED.

  • El proyecto da prioridad a personas en condición de vulnerabilidad, con el propósito de disminuir la brecha digital. Dicho proceso se llevó a cabo, gracias al trabajo colaborativo con los Centro Universitarios y aliados estratégicos del proyecto.
  • El proyecto “Alfabetización Digital” corresponde a una de las líneas de acción del área de Comunicación y Tecnología, la cual tiene como objetivo: “Capacitar en el uso de sistemas operativos, ofimática y en herramientas de la web 2.0, para brindar oportunidades en el ámbito laboral, académico y social”.

 

Enviado por MSc. Martha Verónica Herrera Pérez, Comunicadora social, Dirección de Extensión Universitaria, UNED.

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