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Etiqueta: análisis político

¿Versátil en el error?

Jiddu Rojas Jiménez

Buenos días o tardes o noches, unas preguntas en Democracia.

¿Cómo se hace para pelearse e insultar en tiempo récord y al mismo tiempo, a la Jerarquía de la Iglesia Católica, a los Protestantes Fundamentalistas y su Partido (su antiguo aliado), a las Feministas, a las personas sexualmente diversas, y a los Conservadores religiosos ; a los Empresarios y a los Sindicatos; a los grandes, medianos y pequeños Productores Agropecuarios, y a los Campesinos dueños de un tractor o un «pick up» de trabajo; también a las Universidades Públicas, a todo el Magisterio Nacional; a los Guardacostas costarricenses, a la Policía Antidrogas, a la Policía Judicial (OIJ), a la Sala Constitucional, a Ex Contraloría, y al TSE?

Discute vehemente, pero sin sentido, y agrede verbal y simbólicamente en cada aparición pública a toda la Oposición, sin respetar su Investidura Pública… ¡Pero también a sus Ex Colaboradores y Ex Ministros de Gobierno! Y finalmente a los otros dos Poderes de la República, y a toda nuestra institucionalidad.

Sin hablar del reciente y famoso, desastre con el fenecido «Decreto- Ejecutivo» sobre las «Subastas» de frecuencias y espacios nacionales para radio y televisión… Que cuenta obviamente con la oposición generalizada de toda la Prensa nacional, tirios y troyanos, la tildada por el Gobierno de «Prensa Canalla» (sic), y sorpresa… Con la oposición también de la Prensa «No Canalla», que usualmente le sirve.

Pilar, su habitual Escudera, ya no le ayuda, sino que empeora su aislamiento político. Parece la escena final de «Ricardo III» de Shakespeare: «Mi Reino por un caballo». Y cuidado, porque los caballos y yeguas, con perdón de los equinos, pueden aparecer.

Desde Canal 7 y La Nación, SA., hasta el Seminario Universidad, – «pasquín» (sic) de los «Chancletas» universitarios (sic)–; pasando por los medios regionales y locales; hasta la servil OPA de Carlos Valenciano Kramer, su Tesorero de Campaña (PPSO) y personaje de la Extrema Derecha «Libertaria» local, abogado vinculado al Capital Financiero internacional.

Al mismo tiempo, El Presidente descuida aún más, o sea totalmente, su Mal Gobierno nacional al interno (el peor de todos), y escala su pelea política local, ahora internacionalmente. Todo gracias a la gestión tendenciosa de su Embajadora en Washington, D. C., quién después de conversar personalmente, con un Congresista Republicano Norteamericano Trumpista y cubano- americano, hace que este personaje, mande un inapropiado mensaje en redes sociales de Injerencia política contra el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) de Costa Rica…

Se monta así, un nuevo escándalo político, hasta que se descubre la verdad… O sea que fue, básicamente, un encuentro personal y político entre dos personas de Extrema Derecha ideológica, y que culmina con una publicación en la red «X» de Elon Musk. Punto. La misma Embajadora tica, la Sra. Crespo, pasa por la pena de explicarlo.

¿Será qué Rodrigo Chaves apuesta a que Donald Trump en su delirio de «Nerón» Global, lo salve a él y a su candidata, como hizo con Milei o Bukele? ¿De verdad se cree tan importante en Geopolítica? Cuidado porque a Trump no le funcionó su chantaje con Bolsonaro, ni con el Narco hermano del Ex Presidente Uribe en Colombia, etc. Veremos si le funciona en Chile con Kast o en Honduras con el derechista Nasry Asfura (Además amenaza con darle una posible amnistía al Ex Narco Presidente hondureño JOH aliado de Asfura) …

Pero preguntamos, ¿siempre estarán Trump o Marco Rubio en EEUU. para defender a estos cuestionados personajes cipayos latinos de Extrema Derecha? En fin, veremos.

Volviendo a nuestro terruño, ¿cómo se hace para pelearse con todo el Mundo al mismo tiempo? ¿Qué clase de personalidad o trastorno es ese? ¡Puro Tánatos!

O cómo dijo alguien, medio en broma, ¿será sólo el Mercurio retrógrado en Géminis?

En resumen, de verdad que sólo don Rodrigo Chaves, lo logra y tan rápido… Realmente, es versátil en el error, y además, hasta se pone creativo.

Debe ser un récord en Costa Rica, de cómo no hacer bien las cosas, políticamente hablando. El llamado «Ja-Guaro», ni con su batería de Troles Asiáticos, todos financiados no sabe por quién, está en caída libre.

Es mi franca opinión ciudadana, que será recordado como líder especialista en sembrar odio, pero en dispararse en su propia pata… «pata» dije. Por eso, su triste y complejo fenómeno político pasará, será racionalizado colectivamente, en el sentido psicoanalítico, y será olvidado. Será acaso recordado, pero sólo como un triste referente cívico, y posiblemente sus partidarios más silvestres, se reirán y harán bromas y sarcasmos, mientras se evitará hacer una Autocrítica seria, y juntos todos y todas, brindarán, y se burlaran y chotearan al mejor estilo tico. Éste sería un posible escenario colectivo post «Ja-Guaro», ligero e irresponsable, pero simpático; algo muy meseteño. Pero podría no ser tan «light» un desenlace democrático y legal, debido a la extrema polarización ideológica de la Sociedad Civil.

En conclusión, dentro de esta perversa lógica política del odio social, don Rodrigo Chaves efectivamente, pues sí es versátil en el error político, pero en Democracia. Dentro de la normalidad democrática costarricense, Don Rodrigo Chaves resultaría casi inocuo. Pero parece que esa supuesta «normalidad democrática”, ese gran consenso inercial nacional, fue transgredido hace mucho. (Y no nos habíamos dado cuenta.)

Atención al detalle: La torpeza política de Rodrigo Chaves, manifiesta y acusada en este ensayo, lo es en Democracia y en Estado de Derecho.

Repito, muy a pesar de la manipulación de las emociones colectivas, y de la desinformación política sofisticada, y del millonario «Marketing» del Oficialismo, sigue siendo muy torpe políticamente. Torpe pero en Democracia.

Sin embargo, tal vez esta imperfecta forma de Gobierno, le estorbe en el fondo. Cuidado, aquí está el detalle.

Esperemos, por lo tanto, que acabe pronto esta peligrosa pesadilla antidemocrática pacíficamente, y que las próximas Elecciones del 2026, nos traigan una nueva esperanza, y un fortalecimiento del Estado Social y Democrático de Derecho.

Pero atención, no nos confiemos… Todavía no hemos llegado ni a la Primera Ronda en febrero del 2026, y ya Rodrigo Chaves despotrica abiertamente contra el TSE. Agreguemos que esto posiblemente, se resolverá hasta Segunda Ronda (abril del 2026); la cual necesitará de la sabia articulación plural de todos y todas los /las demócratas y patriotas, contra la continuidad del autoritarismo populista.

Además, en principio el Presidente se puede enfrentar antes, a la sanción política por una posible grave Falta Administrativa (delito penal no es), por su manifiesta y evidente «Beligerancia». Sale arrogante y malcriado de una comparecencia pública por este caso en la Asamblea Legislativa, y va precisamente, a una descarada Manifestación de seguidores de la Candidata oficialista en plena Plaza de la Democracia frente a la Asamblea Legislativa. ¿Admite realmente discusión la verdad material de esta denuncia por falta administrativa de Beligerancia? Por favor…

Lo más grave es que su reacción ante una sanción administrativa, –a juzgar por las recientes y desesperadas escenas públicas, y la de algunos de sus simpatizantes–, podría ser casi impredecible, y sobre todo de carácter antidemocrático, y hasta violento.

Es una trágica posibilidad política real, y hay desgraciadamente, que comentarla críticamente. Habrá en consecuencia, que anticipar y prevenir cualquier posible exabrupto frente a nuestro Ordenamiento Jurídico.

«Caute Spinoza dixit.»

Ya saben compatriotas, reír para no llorar… Abrazo fraternal, y ya sabemos por quién no votar.

Bukele y el ascenso de la derecha autoritaria en El Salvador: claves para comprender sus riesgos y aprendizajes para Costa Rica

Seminario UNA: Jornadas por la democracia y los derechos humanos

En el marco del seminario de la UNA “Jornadas por la democracia y los derechos humanos”, cuya actividad pública del 27 de noviembre debió suspenderse por razones de seguridad institucional, compartimos el análisis central preparado por el académico salvadoreño Carlos Molina Velásquez. El documento completo —Bukele y el ascenso de la derecha autoritaria en El Salvador: lecciones para Costa Rica— ofrece una reflexión profunda sobre las condiciones que permitieron el surgimiento del régimen autoritario de Nayib Bukele y los aprendizajes que otros países, incluido Costa Rica, deben considerar ante el avance regional de los autoritarismos.

A continuación, un resumen de los contenidos expuestos por el autor.


1. Cómo surgió Bukele: condiciones políticas previas

Molina explica que Nayib Bukele inició en la política local bajo la bandera del FMLN, combinando elementos de marketing digital, liderazgo juvenil, una cuidada imagen pública y posiciones reformistas ambiguas. Aunque sus gestiones como alcalde tuvieron resultados limitados, logró proyectarse como la única figura “capaz de transformar la política”, especialmente en un contexto donde amplios sectores estaban desencantados con los gobiernos tradicionales.

La descomposición institucional previa fue decisiva: corrupción generalizada, descrédito de la función pública, vínculos de actores estatales con el crimen organizado y el desgaste de los principales partidos políticos —ARENA y FMLN— facilitaron la aparición de un liderazgo percibido como una ruptura radical.

2. El rol de las izquierdas y del movimiento social

Una parte de la militancia del FMLN migró hacia Bukele ante la frustración por la falta de renovación interna. Otras izquierdas sociales —feministas, ambientalistas, sindicales, organizaciones de derechos humanos— vieron en él una opción “progresista” frente al desencanto acumulado, más por rechazo al FMLN que por claridad programática.

El movimiento social llegó fragmentado y debilitado a este giro histórico, tras años de tensiones y divisiones generadas por las políticas neoliberales adoptadas por gobiernos autoproclamados de izquierda.

3. Economía, remesas y narrativa tecnológica

El texto señala que la economía salvadoreña —dependiente de las remesas y con sectores productivos debilitados— fue terreno fértil para las promesas de modernidad financiera que impulsó Bukele, como el bitcoin. Esta narrativa encontró eco en una población que por décadas ha sostenido su economía familiar gracias a ingresos externos y que ve en el éxito financiero un horizonte posible, aunque incierto.

4. Pandillas, crimen organizado y Estado de excepción

Las maras habían consolidado un control territorial amplio y una presencia violenta en zonas urbanas y suburbanas. Bukele negoció inicialmente con las pandillas —como gobiernos anteriores—, pero luego emprendió una intervención militarizada que suspendió garantías constitucionales y extendió un Estado de excepción permanente.

Aunque la criminalidad disminuyó en cifras oficiales y muchas comunidades experimentaron alivio frente a la violencia, miles de personas inocentes fueron detenidas, asesinadas o desaparecidas, y el aparato represivo se consolidó como herramienta central de gobierno.

5. Desmantelamiento del Estado de derecho

Desde 2021, Bukele consolidó un control total sobre los poderes del Estado: sustituyó magistraturas, suspendió el habeas corpus y promovió una “legalización de la ilegalidad” mediante la reserva o bloqueo de información pública, deuda opaca, opacidad en la gestión de la pandemia y debilitamiento de los controles democráticos.

El régimen se sostiene mediante:

  • culto a la personalidad,

  • partido único de facto,

  • eliminación de contrapesos,

  • persecución del pluralismo político,

  • control militar de la vida pública,

  • economía concentrada en la familia presidencial,

  • desinformación masiva y manipulación emocional.

6. Fascismo neoliberal y enemigo interno

El académico clasifica el régimen como fascismo neoliberal, caracterizado por:

  • culto mesiánico al líder,

  • vaciamiento de la representación democrática,

  • construcción de enemigos cambiantes (partidos, maras, periodistas, ONG, organismos internacionales),

  • criminalización de la pobreza como categoría política,

  • movilización emocional basada en el odio y la “deshumanización del otro”.

La narrativa del “enemigo” se ajusta según la coyuntura y sostiene una maquinaria de persecución que afecta especialmente a comunidades empobrecidas.

7. Ataque a los derechos humanos

Basado en análisis de Franz Hinkelammert, Molina plantea que la política de Bukele constituye una “metafísica de la inhumanidad”, donde los derechos humanos se presentan como obstáculos irracionales que deben ser sacrificados por la “seguridad” y la “medicina amarga”.

El régimen no oculta su desprecio por los derechos humanos: los muestra como instrumentos contra el pueblo y reivindica la violencia estatal como mecanismo legítimo de ordenamiento social.

8. ¿Puede replicarse el modelo en Costa Rica?

El autor concluye que el modelo puede inspirar intentos en otros países, pero depende de condiciones muy particulares. La tarea para Costa Rica, afirma, no es caer en el triunfalismo ni en el fatalismo, sino mantener una vigilancia activa sobre:

  • debilitamiento institucional,

  • erosión del pluralismo,

  • ataques a la prensa y a la independencia judicial,

  • uso político de la desinformación,

  • discursos de odio,

  • militarización simbólica y real,

  • concentración de poder en el Ejecutivo.

El mensaje final es una invitación al análisis responsable, la organización colectiva y la acción solidaria para impedir que derivas autoritarias puedan arraigarse en el país.


Descargar el documento completo

El texto íntegro de la exposición puede descargarse aquí:
https://surcosdigital.com/wp-content/uploads/2025/11/Bukele-y-el-ascenso-de-la-derecha-autoritaria-en-El-Salvador.pdf

¿Qué falta para que “la cosa se ponga fea”?

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

El proceso eleccionario 2026 en Costa Rica será recordado sin duda como aquel en el que se quebraron las narrativas del juego democrático, para dar paso a una serie de discursos afincados en el más absoluto de los peligrosos populismos.

Como si no fuera suficiente con el tema de invitar al exilio al que piense distinto o endosar a las poblaciones migrantes la responsabilidad por una crisis que es sistémica y estructural, aparece ahora una propuesta que me parece desproporcionada y peligrosa.

Decir en un país como Costa Rica, que habría disposición a “limitar las garantías individuales” para hacerle frente a la inseguridad y la violencia es, por mucho, un salto al vacío.

Para que “la cosa se ponga fea” como dijo la interlocutora de la propuesta, no falta nada. Es más: ya llegamos a “lo feo”. Este 2025 es el tercer año con cifras alarmantes en materia de homicidios. Al escribirse esta columna el país ya contabilizaba 709 asesinatos, a un ritmo de un asesinato cada diez horas.

¿Qué falta entonces para que la cosa se ponga fea?

Dejar hacer, dejar pasar, para legitimar políticas de mano dura, sin control y como reza la propuesta que comentamos, limitar en extremo libertades básicas como movimiento, reunión, comunicación.

¿Nos imaginábamos este escenario? Es posible que a la desafección por el sistema político le siguieran estos momentos de desproporción y afán populista. La gente, el pueblo, ya cansado de abandono, corrupción y desigualdad, quiere escuchar lo que quiere escuchar.

Por eso me parece sumamente peligroso el recurso discursivo que podría llevarse a la práctica. Estamos en una hora decisiva en el país y nos toca analizar, pensar y proponer lo mejor para ese proyecto, que poco a poco se nos va de las manos.

¿Qué pasa hoy en Venezuela? En Alternativas este viernes a las 6 pm

El programa Alternativas, producido por el Colectivo Reflexión-Acción, dedicará su próxima emisión al análisis de la situación actual en Venezuela. El espacio se transmitirá este viernes 17 de octubre de 2025, a las 6:00 pm (hora de Costa Rica), por Facebook Live, YouTube y Spotify.

El panel contará con la participación de Jorge Coronado Marroquín, sociólogo con estudios en Ciencias Políticas en la Universidad de Costa Rica y economista político por la Escuela Libre de Estudios Superiores de Berlín, Alemania.

También participará Francisco González, docente e investigador universitario, especialista en integración regional y comentarista en medios nacionales e internacionales de Venezuela.

Completan el panel Roberto Zanabria, comunicador y director de Radio Voces Libertarias, integrante del Consejo Nacional de Medios Alternativos y Comunitarios de Venezuela, y Sergio Rodríguez Gelfenstein, analista internacional y profesor universitario, con maestría en Relaciones Internacionales y doctorado en Estudios Políticos.

El programa Alternativas busca promover el pensamiento crítico y el análisis de coyuntura latinoamericana desde una perspectiva ciudadana, con el lema:

Pensar libremente para construir un país y un mundo enteramente mejores.”

Emisoras amigas: Guanacaste 106.1 FM, Radio Soberanía, Radio Revolución y 506 Ondas Alajuelita Radio.

Ucrania, Rusia y Estados Unidos en el espejo de Alaska

Vladimir de la Cruz

El escenario internacional sigue siendo oscuro. Entre la región de Palestina, y el genocidio diario que se realiza en Gaza, por el gobierno de los carniceros de Israel y sus aliados internacionales, y la guerra en Ucrania, provocada por la OTAN, Europa se cubre con un gran paraguas, a modo de una gran espada de Damocles, bajo un peligro de guerra inminente, casi inevitable, totalmente omnipresente, sobre las naciones de la Unión Europea, que están entre esos extremos como la parte interna de ese sándwich político y geopolítico, pasto principalmente de los intereses económicos y geopolíticos militares que allí actúan.

Recordemos que Europa es toda la región desde Portugal y España, al extremo de la Península Ibérica hasta la Rusia que limita con los Montes Urales, que fue el más importante escenario de la II Guerra Mundial.

Una guerra actual, de características europeas, dentro de ese contexto geográfico, es sin lugar a dudas, una guerra que calificaría por sus impactos y consecuencias en una verdadera III Guerra Mundial, que podría tener la característica de una Guerra Mundial Atómica de Baja Intensidad, donde probablemente se utilizarían bombas atómicas similares, en su capacidad destructiva, a las que fueron lanzadas criminalmente, por los Estados Unidos, contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, cuando no era necesario ese uso de armas atómicas, en ese momento final de la participación del Imperio del Japón en aquella guerra, lo que sirvió para disuadir al mundo de la nueva época que iniciaba, la época de las guerras atómicas o nucleares.

Hoy, una guerra así desarrollada tendría un alcance global, trascendente a Europa, al norte de África y el extremo oriental del Asia. Sería una guerra que inevitablemente alcanzaría al continente americano, donde nunca, en las dos guerras mundiales así conocidas del siglo XX, ha caído una sola bomba, ni ejércitos han desarrollado combates de ninguna especie.

La sola amenaza de participación de la OTAN en el conflicto de Ucrania ha provocado que Rusia declare que esa participación, si se llega a concretar, sería una guerra de la OTAN contra Rusia, por lo que Rusia tendría el derecho de actuar en respuesta contra los países europeos que así se comprometan. Así lo ha declarado y hecho saber reiteradamente el presidente ruso, Vladimir Putin.

Putin no ha dicho (pero es obvio que también así actuará) será una guerra contra Canadá y Estados Unidos que son países integrantes del Pacto de la OTAN.

En la II Guerra Mundial Hitler ordenó que sus submarinos actuaran hundiendo barcos en puertos latinoamericanos y del Caribe, como lo hicieron, para obstaculizar el apoyo en armas, comestibles y el traslado abastecimientos en general, que desde América se hacía para las tropas que combatían a las fuerzas fascistas y nazistas.

En una situación actual, todos los puertos y aeropuertos de la costa Atlántica de los Estados Unidos, y de Canadá si fuera necesario, serían atacados con misiles transcontinentales y, si a eso se llegara, se haría con bombas atómicas de baja intensidad, para evitar cualquier suministro de material militar a las tropas que estuvieran combatiendo contra Rusia. Nada sería seguro. Hasta el Canal de Panamá se volvería un objetivo estratégico para evitar el traslado marítimo de armas y pertrechos de guerra desde la costa pacífica de los Estados Unidos usando el Canal de Panamá para ir a Europa.

El control geopolítico, territorial y militar que el presidente Trump ha señalado, que quiere desarrollar (como ya lo está haciendo) en Panamá, es parte de esta estrategia, en esa posibilidad de un conflicto armado de esta envergadura. De manera que, si allí fuera necesario, también tendrían su dosis de bombas atómicas de baja intensidad.

Hiroshima y Nagasaki son el testimonio de que la Humanidad se puede destruir a sí misma, en dosis pequeñas o en grandes dosis según sea la necesidad de la confrontación.

Las bombas «Little Boy» y «Fat Man», utilizadas en esas ciudades hoy son juguetes de niños, comparadas con las que se han desarrollado mundialmente, que están producidas y almacenadas en más de 10.000 artefactos de ese tipo, y de distintas magnitudes de explosión, por los países productores de armas y armas atómicas.

En aquella guerra, Estados Unidos anunció que esas armas nucleares habían sido usadas en combate. En una guerra actual se volverían a usar, con la misma justificación de armas de combate, con la gravedad de que esas armas circulan en varios países, que hoy están involucrados territorialmente en los escenarios donde están los focos de guerra calientes.

Las bombas de Hiroshima y Nagasaki tuvieron un impacto devastador en las zonas donde fueron lanzadas, con un impacto de muerte de poco más de 400.000 personas entre ambas. Antes del lanzamiento de las dos bombas atómicas Estados Unidas había bombardeado 67 ciudades japonesas. Las atómicas de Hiroshima y Nagasaki se lanzaron afectando áreas de 5 a 10 kilómetros de ancho.

La justificación del uso de armas atómicas para poner fin a una guerra sigue siendo válida para los guerreristas. La lucha internacional contra el desarme nuclear no ha sido suficientemente válida en estos últimos 80 años.

La detonación de bombas atómicas tiene también la consecuencia de envenenamientos por radiación, desarrollo de leucemias y otros cánceres.

Hay guerras recientes, de las últimas décadas, donde se han hecho caer más bombas que las lanzadas en la II Guerra Mundial.

Si las bombas atómicas de 1945 se lanzaron con el objetivo de hacer rendir al Imperio japonés, el lanzamiento de bombas atómicas hoy sería para acabar con un gobierno, con un sistema político, con una nación, un país o un gran territorio.

Después de Hiroshima y Nagasaki se han lanzado, a modo de prueba, más de 2000 bombas atómicas o nucleares como pruebas de las armas atómicas en desarrollo y producción.

Se estima que China, Francia, India, Israel, Corea del Norte, Pakistán, Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos tienen almacenadas más de 12.500 armas nucleares.

El presidente Trump se ha empeñado en acabar con la guerra en Ucrania, pero no así con el genocidio israelí en Gaza, donde han apoyado las acciones criminales del ejército y del gobierno israelí, y ha apoyado las incursiones militares de Israel a Irán y a Siria, aparte de los otros apoyos que sostiene en otros conflictos militares en África y los que quiere desarrollar en el Caribe.

Elemento importante para desarrollar armas nucleares es el uranio, que se encuentra principalmente en Australia, con las mayores reservas, Kazajistán, Canadá, Rusia, Siberia, la Antártida y Groenlandia, donde Trump ha puesto el ojo de la apropiación territorial.

En América Latina no hay uranio ni países con armas nucleares, pero no estaríamos al margen de una guerra de esta naturaleza. Nos alcanzaría en todas sus consecuencias.

El uranio como elemento natural es más abundante que el oro, la plata o el mercurio, parecido al estaño y poco menos que el cobalto o el plomo.

20 países concentran las principales minas de uranio y, de ellas, 10 minas producen casi el 60% del uranio mundial. Las minas se encuentran en Canadá, Australia, Namibia, Rusia, Níger y Kazajistán. La reserva de uranio mundial se estima para los próximos 100 años, de acuerdo con la Agencia de Energía Nuclear y del Organismo Internacional de Energía Atómica. Mundialmente hay cerca de 500 reactores nucleares en funcionamiento.

La reunión, de pocos minutos, del pasado viernes 15 de agosto en Alaska, entre Trump y Putin, que solo alcanzó para saludarse, darse la mano y ni siquiera almorzar, evidenció que a Trump y a Putin les preocupa la guerra de Ucrania, y las consecuencias más amplias que puede tener.

Trump con gran sentido de la realidad política de la situación de Ucrania reconoció que Ucrania no está ganando la guerra, que Ucrania la está perdiendo, que el avance de las tropas rusas es de varios kilómetros por día, que el ejército ucraniano muestra importantes señales de cansancio y abatimiento, no solo físico sino también moral y de capacidad y compromiso de combate, que el control territorial ruso es cada día mayor, casi el 20% del territorio de Ucrania.

Reconoció Trump también, que por encuestas hechas por Estados Unidos, realizadas a la población de Ucrania, casi el 90% desea que la guerra se acabe, y que están de acuerdo con el dominio ruso de los territorios que tienen bajo su control, que además son de una población rusa superior al 90% de sus habitantes.

Trump atendió las peticiones rusas de que Ucrania no entre como miembro a la OTAN, que no se establezcan bases militares de la OTAN en territorio ucraniano, que se acaben las manifestaciones nazi fascistas en la administración política ucraniana, que los territorios en poder ruso así se quedan y que no habría intercambio territorial con Ucrania de regiones rusas.

Putin fue claro en señalar que el apoyo militar de la OTAN a Ucrania comprometía a esa organización en el conflicto, y que de llegar a participar con efectivos militares entendería que es una declaración de guerra que tendría sus consecuencias sobre los países que con la OTAN participaran, originando una escalada militar más amplia, ya en el escenario de casi una III Guerra Mundial.

Trump no pudo imponer su deseo de un “alto el fuego”, considerando que lo correspondiente es un acuerdo de paz, que es lo que más fácilmente se puede lograr, aceptando las condiciones establecidas por Putin.

Trump dijo claramente: “La mejor forma de terminar la horrible guerra entre Rusia y Ucrania es ir directamente a un Acuerdo de Paz, que terminaría la guerra, y no a un simple acuerdo de alto el fuego, que en muchas ocasiones no se puede sostener”. Por ello la salida rápida de Trump de la reunión y la convocatoria urgente que hiciera para la reunión, en Washington, el pasado 19 de agosto con Zelenski y algunos líderes europeos en la Casa Blanca.

El enfrentamiento militar Trump reconoció que puede durar hasta principios del próximo año, con las dificultades que el invierno europeo puede ocasionar a las tropas ucranianas, especialmente.

De nada le valió a Trump tratar de impresionar a Putin con las maniobras aéreas que hiciera sobre su cabeza, sin quitarle la alfombra roja con que lo recibió.

Trump reconoció sus dudas sobre continuar dando el apoyo a Ucrania, sin Europa, puesto que Ucrania en este momento pasa su peor situación de fragilidad y debilidad. Los avances rusos en Donetsk y Pokrovsk son contundentes.

Trump y sus militares, como la sabe la OTAN, los rusos han duplicado sus ataques aéreos y han logrado alcanzar bajo control más de 3500 kilómetros cuadrados de territorio. Ucrania se ha retirado del territorio ruso de Kursk, porque no lo ha podido sostener.

Las garantías estadounidenses para Zelenski y Ucrania se agotan. Por eso Trump declaró después de la reunión de Alaska que “Ahora le toca al presidente Zelenski lograrlo”. Esa guerra le ha costado a Estados Unidos desde Biden hasta Trump, casi los 500.000 millones de dólares y a la Unión Europea le va costando casi los 150.000 millones.

La guerra en el interior de Ucrania ha atado al gobierno para las correctas tomas de decisiones. A Estados Unidos, a su presidente Trump, pareciera ya no importarle Ucrania para darle garantías de seguridad ni al gobierno de Zelenski. Le interesa a Trump también participar de la explotación de las tierras raras que hay en Ucrania, unas en territorios que están en poder de los rusos ahora, y otras en las cuales quiere participar directamente.

La reunión de Alaska se repetirá en Moscú, sobre el reconocimiento real de la posición de fuerza y de la realidad que tiene Rusia en esa región.

Ucrania y los guerreristas europeos tendrán de ceder para lograr una paz efectiva.

Ningún otro país europeo está siendo amenazado por Rusia, pero Rusia se defenderá de cualquier país europeo o miembro de la OTAN que participe perversamente en ese conflicto, que considere con ello que le ha declarado la guerra. Y, con ello, se puede abrir la válvula de la III Guerra Mundial de Baja Intensidad. ¡Ojalá que esto no ocurra!

Publicado en MEER y compartido con SURCOS por el autor.

¿Qué fruto nos dará el árbol electoral cuya cosecha se recogerá en febrero?

Vladimir de la Cruz

Los cielos electorales se amplían cada vez más con candidatos a la presidencia de la República. Por ahora, hay 13 aspirantes con sus partidos políticos en marcha a la Casa Presidencial.

Ya definidos están ocho candidatos masculinos, José Aguilar del partido

Avanza, Fabricio Alvarado de Nueva República, Claudio Alpízar de Esperanza Nacional, Eli Feinzaig del Liberal Progresista, Juan Carlos Hidalgo de la Unidad Social Cristiana, Álvaro Ramos de Liberación Nacional, Ariel Robles del Frente Amplio y Fernando Zamora de Nueva Generación, y cinco candidatas mujeres, Natalia Díaz de Unidos Podemos, Claudia Dobles de Agenda Ciudadana, Laura Fernández de Pueblo Soberano, Luz Mary Alpízar de Progreso Social Democrático y Ana Virginia Calzada, expresidenta de la Sala Constitucional que se le ha mencionado con una candidata más.

De todos ellos, Fabricio Alvarado ya ha sido candidato en dos ocasiones anteriores, Natalia Díaz y Eli Feinzaig en una. De ellos, han sido o son diputados, Eli Feinzaig, Natalia Díaz y Ariel Robles, y ministras Natalia Díaz y Laura Fernández, lo que les da cierta atención de los focos de la tarima y pasarela electoral de los periódicos y periodistas. Los demás, por ahora, son primerizos candidatos presidenciales, aunque son personajes activos en la Política nacional.

En la tradición electoral a los nuevos candidatos casi no los toman en cuenta para la información periodística, para entrevistas y para considerarlos en las encuestas, que muchas veces se diseñan intencionadamente para lograr ciertos resultados, de conformidad a las preguntas que se hacen a los consultados en esas encuestas.

No se anuncian, aunque estén activos sus procesos de inscripción electoral, otros candidatos y sus partidos. Probablemente no llegarán a la lista de 25 candidatos de la campaña electoral del 2022. Coaliciones políticas solo una, la de los Partidos Acción Ciudadana y Agenda Nacional, y una mujer más de candidata que en el 2022.

Me da la sensación de que las mujeres van a tener más protagonismo que los hombres, aunque no necesariamente sea el batallón delantero de la carrera presidencial. De los candidatos masculinos a mi parecer la atención debería centrarse entre Claudio Alpízar y Ariel Robles, y entre las candidatas femeninas la atención se orienta hacia Laura Fernández, Natalia Díaz y Claudia Dobles. Los demás no dejan de ser importantes, pero no les están dando la importancia que merecen en los medios de comunicación.

Las encuestas que ya se vienen haciendo toman en cuenta o destacan obviamente a los candidatos de interés principal de las casas encuestadoras, lo que provoca resultados conocidos, reales sí, porque responden como se quiere a la forma como se pregunta.

Las casas encuestadoras no exhiben el cuestionario porque evidenciarían justamente la intencionalidad de lo que se busca orientar en las respuestas y, en cierta forma, la intencionalidad de ir provocando corrientes favoritas a favor de unos u otros candidatos, por exclusión de los otros.

Esto tiene su impacto en la campaña electoral, y en la voluntad de los electores, por cuanto, a la hora final de buscar financiamiento para la campaña electoral, los bancos se orientan por esas encuestas, que de plano castigan a los partidos y candidatos menos destacados o mencionados en ellas. Por su parte, el sistema electoral no le garantiza nada, literalmente nada, a los nuevos partidos y sus candidatos para financiar su campaña lo cual, de la práctica y tradición electoral nacional, esto es lo más antidemocrático del proceso electoral mismo.

Las maquinarias electorales de los partidos tradicionales, históricos, de muchas campañas electorales, que también han dirigido el país, que hoy están muy devaluadas, como los son los partidos Liberación Nacional, la Unidad Social Cristina y Acción Ciudadana, están muy débiles y fragmentadas a su interior, lo cual presagia tiempos difíciles en la tempestad electoral que se avecina. Acción Ciudadana va oculto en la Coalición Agenda Ciudadana, pero no ha evitado una erosión interna enorme, desde su dirección política nacional. La Unidad Social Cristiana está igual y Liberación Nacional en el plano público con una lucha intestina de su Quijote contra muchos Molinos de Viento, como la representación de las fuerzas del mal que internamente debe vencer por la mala imagen que se les atribuyen, aunque sean a la vez la historia viva de ese partido político, que es lo que podría destacar publicitariamente, debido a que de los 18 gobiernos que ha habido en el país desde 1953, nueve los ha ejercido Liberación Nacional, seis lo que se reúne en la Unidad Social Cristiana, dos en Acción Ciudadana y uno en el actual gobierno, que ha gobernado sin partido político gobernante. Puestas así las cosas, lo bueno y lo malo del desarrollo institucional nacional, se les debe a esos partidos políticos en la parte proporcional que les toca.

Ninguno de estos partidos plantea en sus orientaciones electorales nada de lo que han aportado positivamente al desarrollo nacional. Se ha perdido la conciencia histórica nacional del desenvolvimiento histórico político que tenemos, que distingue a Costa Rica en su sistema y régimen democrático. Pesan más, en el ideario nacional las cosas malas de los gobiernos, no así de la democracia nacional, porque aunado a ello también esos partidos, especialmente desde 1982 se han dedicado fina o abiertamente a desmantelar, en lo que pueden, el Estado de Derecho y el Estado Social de Derecho.

De estos tres partidos Liberación Nacional tiene una base social dura, fuerte, lealtades políticas consolidados todavía en la masa electoral nacional que se ha expresado con darle apoyo mayoritario en la Asamblea Legislativa, pero cada vez más decreciente. La Unidad Social Cristiana totalmente ha abandonado sus principios sociales y cristianos, y sus banderas de Reforma Social. Acción Ciudadana borró en su segundo gobierno lo poco bueno que se logró en su primer gobierno, al punto que ni siquiera provocó en la última elección apoyo para su papeleta de diputados, dura tarea la que tiene en este momento la candidata presidencial de este partido, primera dama del gobierno anterior, que no da pautas de cómo corregir los entuertos de ese gobierno, en lo que debería enfocarse.

Por ahora, todos los partidos y sus candidatos, exceptuando a Claudio Alpízar, de Esperanza Nacional y a Ariel Robles, del Frente Amplio, luchan y tratan de destacarse como los más fuertes conservadores políticos nacionales, seguidores o continuadores del actual presidente Chaves en sus políticas y acciones de gobierno, orientadas cada vez más a desbaratar lo poco que queda del Estado Social de Derecho.

El país necesita hoy mucha vitamina política, que no se está ofreciendo por los partidos políticos y sus candidatos presidenciales.

Los candidatos a diputados por ahora no cuentan, aunque ya se están definiendo los primeros puestos, que son los posibles a ser electos.

Están en estas próximas semanas próximos a madurar los frutos del árbol electoral costarricense hacia el 2026. ¿Cuántos de esos frutos se pasarán de maduros? ¿Cuántos se podrirán, se descompondrán, corromperán, estropearán o gangrenarán en el proceso electoral? Y, ¿cuántos de estos partidos y sus candidatos darán u ofrecerán su fruto político, al menos su néctar y aroma, con un buen sabor? Por ahora son insaboros, inodoros y casi incoloros…

Compartido con SURCOS por el autor.

Preocupaciones ciudadanas frente a las elecciones

Vladimir de la Cruz

Me preguntan con frecuencia distintos tipos de inquietudes sobre el acontecer político que estamos viviendo. Son generalmente preguntas sencillas, pero importantes para quienes desean respuestas, que pueden aceptarlas o no, frente al momento que vivimos y frente a la información que recibimos.

A veces me da la sensación de que el ambiente político ya está alborotado y que hay buena información básica con la que a gente se va orientando, pero quedo siempre insatisfecho.

Algunas de esas preguntas, con las respuestas que he dado, y reflexiones que hago de esas preguntas, son las siguientes.

1.- ¿Ya está definido el panorama electoral?

No está definido el panorama electoral, aunque cada día que pasa se va aclarando, tanto con los partidos debidamente inscritos como con los candidatos presidenciales y algunos nombres de candidatos a diputados que ya se van nombrando y les suenan las matracas. Hasta ahora llevamos casi una decena posible de candidatos presidenciales ya definidos, Álvaro Ramos, Juan Carlos Hidalgo, Claudia Dobles, Natalia Díaz, Laura Fernández, Claudio Alpízar, Fabricio Alvarado, Eli Feinzaig, Fernando Zamora, Ariel Robles.

Los menciono, generalmente, sin indicar su partido político. Pocas personas asocian a algunos de ellos a un partido de manera correcta.

Si menciono los partidos, sin indicar cual es su candidato, menos saben cómo son las correspondencias de partidos y candidatos.

Me he topado gente que postula personas como si fueran candidatos para esta campaña que viene, dentro de un partido, por el reconocimiento que tienen de las discusiones que se publican de dirigentes o activistas políticos de esos partidos peleando entre sí.

2.- ¿Cuándo inicia la actividad política electoral?

A esta pregunta siempre respondo que la actividad política electoral no se acaba con la finalización de un proceso electoral, y con la integración del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo. Les digo que la actividad política es permanente, no se acaba, todos los días se realiza, desde distintos ámbitos. Respondo que al terminar la campaña electoral y nombrar las autoridades de gobiernos, al instante mismo, los principales partidos políticos que participaron en las elecciones quedan embarazados para la siguiente. Los dirigentes, los activistas políticos y personas destacadas que van a ocupar puestos en la administración pública, por el partido que gana la presidencia y los partidos que eligen representantes populares, se concentras en sus actividades de gobierno. Una parte de ellos con imposibilidad de actuar y manifestar sus opiniones partidarias o de actuar favoreciendo sus partidos políticos porque constitucional y legalmente tienen prohibido hacerlo. Los que no van a gobierno ni fueron electos, inmediatamente se empiezan a articular para el siguiente proceso electoral y hacen cálculos electorales de las posibles oportunidades que les pueden tocar.

Una regla que tiene la política es que en la política no hay espacios vacíos. Todos los espacios se llenan.

3.- ¿Se debe participar en política?

Mi respuesta es categórica. Si, se debe participar en política. Es un deber ciudadano, es un derecho ciudadano. En la participación está la posibilidad de influir en las acciones políticas que se toman. Quienes me hace esta pregunta, generalmente me dicen que están desilusionados, porque no se sienten satisfechos con los resultados electorales y lo que esperaban de ellos.

Siempre respondo que todos los días se toman decisiones políticas que nos afectan positiva o negativamente, que son las decisiones de las acciones políticas que se toman o deciden desde la Presidencia de la República, desde la actuación de los Ministerios y desde la Asamblea Legislativa. Les recuerdo que a nivel cantonal también sucede lo mismo. De esa forma la política, las acciones políticas se meten con uno, se meten con nosotros, nos gusten o no esas decisiones. Por eso, si la política se mete con uno, uno debe meterse en la política. Esta es otra regla de la vida política. Y la forma de meterse organizadamente es actuando desde un partido político.

4.- ¿Las elecciones dan poder político?

Esta es una pregunta más difícil de responder. Dan poder de gobierno, de administrar, de dirigir las instituciones públicas con algunas y fuertes restricciones en muchos casos, por las instancias creadas a su interior que también frenan, a modo de pesos y contrapesos, las decisiones que se quieren impulsar.

El poder político no está totalmente concentrado en los órganos de gobierno, como son el Poder Ejecutivo, con sus Ministerios, o en la entramada institucionalidad pública, porque alrededor de estas estructuras, operan una serie de presiones políticas que pueden determinar el rumbo de esas instituciones o influir directamente para la toma de decisiones. Son las presiones y participaciones que se realizan desde el ámbito de las organizaciones empresariales, de las instancias del poder económico nacional, de las organizaciones sociales en general, cuando tienen algún grado de presión sobre los actores políticos del gobierno. El Poder Político es también el Poder Económico Nacional. Cómo se articule esta relación así se puede definir el Poder Político real, ¿de qué lado se encuentra, a quién satisface y representa? Hoy en esta estructura del Poder Político también actúan las fuerzas internacionales. Lo vemos en el actual gobierno sometido a las decisiones de la Casa Blanca, la Casa Presidencial de los Estados Unidos.

La parte económica del Poder Político permite definir a qué sectores económicos y sociales se favorece más, por ejemplo, a importadores o exportadores, a los productores nacionales o a los extranjeros, al capital nacional o extranjero, a las zonas francas, a los sectores nacionales de la industria, la agricultura, el comercio y las actividades de servicios, a la salud y educación pública o privada, al mantenimiento o debilitamiento de las políticas sociales y de asistencia social de los sectores más pobres, si se fortalecen más las políticas privatizadoras o no de toda la actividad pública e institucional, entre otras cosas.

5.- ¿Es válido abstenerse de votar en las elecciones?

Votar en Costa Rica, siempre respondo, es un derecho y un deber ciudadano, pero no es obligatorio, como en otros países, que se establecen sanciones para los que se abstienen de votar.

Lo importante, respondo, es que los abstencionistas no definen nada del proceso electoral. Las elecciones se definen con los que participan directamente expresando su voluntad electoral votando por un partidos o por candidatos de la simpatía de votante.

También digo que hay dos tipos de abstencionistas. Los que del todo no se presentan a votar y los que presentándose a las urnas se abstienen de dar su voto a un partido o a un candidato y los que votando en urna anulan su voto, porque no le simpatiza ningún partido, ni ningún candidato.

El punto determinante es que los votos nulos y en blanco no cuentan para el resultado electoral. Tan solo se toman en cuenta como una cifra electoral sin peso en el resultado, porque el resultado se produce por los votos emitidos considerados válidos.

Si los votos emitidos en blanco, abstencionistas reales, o nulos, que rechazan todos los postulados, partidos y candidatos, se tomaran en cuenta para el porcentual final de las elecciones, estos votos podrían tener una fuerza política, porque obligaría a los partidos a convocar con más fuerza a los electores para poder asegurar el 40% para definir una elección en la primera convocatoria, y hasta para definir mejor la segunda vuelta electoral, con los dos partidos que logren llegar a ella.

Incluso podría provocar un llamamiento político para votar contra todos, para deslegitimar a profundidad a quienes puedan quedar elector y obligarlos por esa vía a acuerdos políticos nacionales importantes.

Finalmente, les digo a esos abstencionistas, que en el fondo ellos votan, con su abstencionismo por el que gana, cualquiera que sea. Su abstencionismo los lleva a aceptar cualquier ganador sobre la base de que cualquiera de ellos le puede deparar algo ese abstencionista. Por eso, entre otros factores nuestros procesos electorales al final son muy tranquilos, y son procesos electorales aceptados en sus resultados por todos los que participaron votando y por los que del todo no participaron, absteniéndose de ir a votar o de ir a emitir su sufragio en blanco o anulándolo.

6.-. ¿Es válido quebrar el voto, votar por el candidato presidencial de un partido y votar por los diputados de otro partido?

Es absolutamente válido. Se da naturalmente en el proceso electoral. En los últimos tres procesos electorales hemos visto esta situación. El Partido Acción Ciudadana, que ganó las elecciones del 2014, y 2018, y el Partido Progreso Social Democrático, que ganó con el presidente Rodrigo Chaves las elecciones del 2022, no pasaron de elegir 13 diputados de los 57 que tiene la Asamblea legislativa, lo que los hizo gobiernos débiles, sin músculo político parlamentario para su gestión de gobierno.

Siempre les respondo a quienes así me interrogan, que lo correcto es dar el voto completo a un partido, con su candidato presidencial y sus candidatos a diputados, justamente para dar la posibilidad de un mejor gobierno.

Pero, la quiebra del voto que se hace es en cierta forma para fortalecer el poder de control político que tienen los diputados sobre el Poder Ejecutivo y sobre toda la administración pública. Esto probablemente se siga dando. Por eso es la desesperación del presidente Chaves de llamar a sus jaguares a lograr 38, 40 a más diputados, para poder tener el músculo legislativo que daría un poder político más efectivo, para hacer o deshacer institucionalmente lo que se proponga un presidente.

7.- Me preguntan, ¿qué es más importante para mí, la elección presidencial o la de diputados?

Las dos son igualmente importantes. Sin embargo, desde el accionar político más importante es la de presidente porque es donde se toman las decisiones y acciones políticas diariamente desde todas las instituciones del Estado y de la Administración Pública, que nos afectan positiva o negativamente, según las percibamos. Una decisión sobre alza de salarios y pensiones, congelamiento o no de salarios y pensiones, sobre crédito público, sobre becas y subsidios estudiantiles, sobre crédito para los productores nacionales etc., se toma desde el Poder Ejecutivo. La toma del poder, en este sentido, es lo más importante para el quehacer político inmediato y debe ser el tema central de un partido que participe con candidato presidencial. Si la toma del Gobierno no es el tema central de la lucha político electoral el partido que así participe es más una tertulia patriótica, un foro de discusión, o un grupo de amigos que se reúne para reflexionar de cualquier cosa menos de Política. Un partido político en un régimen y un sistema democrático que participa en elecciones lo hace para gobernar, para tomar el Gobierno, que es la forma de cómo se toma el poder.

Si solo se piensa en la representación parlamentaria o legislativa como finalidad electoral, no se está ante un partido político con vocación de poder. Se está ante un grupo de ciudadanos que desde el parlamento piensan que haciendo leyes se puede hacer un cambio institucional profundo, una revolución institucional. Será un grupo de ciudadanos o diputados que verán sus curules legislativas como meras tribunas para discursos políticos que se llevan a los oyentes de los debates parlamentarios. Ninguna revolución se ha hecho solo a base de discursos.

La presencia legislativa, para cambios institucionales y reformas profundas, solo es efectiva si al discurso parlamentario se le acompaña con la agitación de su contenido, con la movilización social en su apoyo y con la organización partidaria de los movilizados.

Comentaré en otros artículos otras inquietudes que me formulan.

Compartido con SURCOS por el autor.

Empresas encuestadoras en Costa Rica: ¿fallan o aciertan?

José Solano-Saborío
JoseSo

Sobre la precisión y los tropiezos de las encuestas electorales recientes

Imaginemos el escenario: elecciones generales, la ciudadanía tensa y los medios pendientes de cada número que arrojan las famosas encuestas. En Costa Rica, estos procesos suelen ser acompañados por titulares llamativos, debates acalorados y cuidado, si no, sesgos evidentes. Sin embargo, en los últimos procesos electorales, muchas personas han notado que los resultados finales han estado distantes de las proyecciones que ofrecieron empresas encuestadoras como Opol y otras del sector. ¿Qué está pasando con las encuestas? ¿Por qué parecen fallar más de lo que aciertan? ¿Hay alguna que realmente haya logrado una mejor lectura de la realidad política costarricense?

La confianza en las encuestas: ¿en picada?

Las encuestas electorales han sido, por décadas, el termómetro de la opinión pública. Se han usado para anticipar tendencias, medir la intención de voto y hasta para definir estrategias de campaña. Pero lo que antes era tomado como palabra casi santa, hoy se mira con recelo. Es que, en los últimos dos comicios generales, los resultados oficiales dejaron en evidencia la imprecisión de muchos sondeos.

Opol, por ejemplo, ha sido una de las empresas más visibles, pero también de las más criticadas. Sus proyecciones han estado notablemente alejadas de lo que la ciudadanía finalmente decidió en las urnas. También hay fotos, videos y testimonios de la cercanía del propietario de la firma encuestadora a ciertos candidatos y partidos.

¿Fallaron los métodos? ¿Se equivocaron las muestras? ¿O la realidad costarricense simplemente es demasiado compleja para ser capturada por un par de preguntas bien estructuradas?

¿Por qué las encuestas fallan?

Existen varias razones por las cuales las empresas encuestadoras pueden errar. Para empezar, el desafío de obtener una muestra verdaderamente representativa es cada vez mayor. La fragmentación política, la baja identificación partidaria y el aumento de personas indecisas dificultan la labor de quienes buscan anticipar el resultado con precisión matemática.

A esto hay que sumarle el fenómeno del «voto oculto» y el famoso «voto útil», que muchas veces se manifiestan en los últimos días o incluso el mismo día de la elección, cuando las encuestas ya han quedado desactualizadas. Además, la desconfianza en las empresas encuestadoras ha llevado a que algunas personas opten por no responder sinceramente, o simplemente se nieguen a participar.

En el caso de Opol, a pesar de su constante presencia mediática, sus metodologías han sido cuestionadas, principalmente por la falta de claridad sobre cómo seleccionan a las personas encuestadas y el tamaño real de sus muestras que se sabe son proporcionales solamente a la densidad porcentual acorde al padrón, pero se desconoce si tienen considerados, en su método de muestra presencial, factores claves e indispensables, como género, clase social, educación o la edad, son también proporcionales a la realidad del electorado, en dichas muestras. Varias voces han señalado que sus predicciones no solo han sido poco precisas, sino que incluso han generado ruido y confusión en la opinión pública.

¿Hay encuestadoras que sí han acertado?

No todo es pesimismo. En medio del mar de imprecisiones, existen empresas que, sin llegar a la perfección, han demostrado una mejor capacidad de lectura estadística y proyecciones más cercanas al resultado final. Entre ellas destacan CID-Gallup y el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica.

CID-Gallup ha logrado, en varios procesos, identificar tendencias clave y acercarse más a los resultados oficiales, aunque tampoco está libre de críticas. Por su parte, el CIEP, con su enfoque académico y mayor transparencia metodológica, se ha ganado el respeto de quienes buscan datos confiables y análisis imparciales. Sus boletines han sido, en más de una ocasión, referencia obligada para entender cómo va cambiando la intención de voto y cuáles son los factores que inciden en la decisión de la ciudadanía.

¿Cómo mejorar la precisión de las encuestas?

La receta de la precisión pasa por varios ingredientes: muestras más robustas y representativas, transparencia en la metodología, adaptación constante al dinamismo político y, sobre todo, honestidad en el análisis. Las empresas encuestadoras deben asumir el reto de innovar, incorporar nuevas tecnologías y abrir espacios para la auditoría de sus procesos.

Quizás sea hora de que las encuestas se presenten no como oráculos, sino como herramientas de análisis que ofrecen una fotografía parcial y sujeta a cambios. Si la ciudadanía y los medios entienden esto, se podrá reducir la frustración y la paranoia que generan los desaciertos estadísticos.

Finalmente, entre la incertidumbre y el aprendizaje

Costa Rica vive procesos electorales cada vez más complejos, y los errores de las empresas encuestadoras son parte de ese aprendizaje colectivo. Opol y otras firmas deben revisar y mejorar sus métodos si quieren recuperar la confianza de la sociedad. Mientras tanto, es recomendable que las personas tomen los datos con cautela, consulten fuentes diversas y mantengan el ojo crítico ante cada cifra publicada.

En la próxima elección, tal vez la pregunta no sea quién irá ganando según la última encuesta, sino quién logra comprender mejor el pulso profundo y cambiante de la ciudadanía costarricense. Porque, al final, la verdadera medición se hace en las urnas, no en los gráficos de las encuestadoras.

La “no renuncia” de Rodrigo Chaves: riesgos y oportunidades para la democracia costarricense

Por JoseSo
Analista Político

La decisión del presidente Rodrigo Chaves de no renunciar al Poder Ejecutivo para postularse como diputado redefine el escenario político hacia 2026. Su permanencia mantiene intacto el capital político que ha forjado, pero lo expone al debate público por los procesos judiciales en los que está involucrado. Este punto de inflexión abre oportunidades para consolidar la estabilidad gubernamental y, a la vez, genera tensiones entre quienes desean renovación política y quienes respaldan la continuidad del actual liderazgo.

Impacto político: equilibrio entre estabilidad y renovación

La permanencia de Chaves permite al oficialismo sostener su discurso de alta aprobación ciudadana, evitando la fragmentación del voto y reforzando la narrativa de continuidad en proyectos de infraestructura y programas sociales. Al delegar la campaña a sus allegados –exministros y cuadros del partido–, busca mantener la promoción de su gestión sin descuidar las labores diarias del Ejecutivo.

Sin embargo, la ausencia de su figura central en mítines y actos de campaña podría debilitar la conexión emocional con el electorado. La capacidad de transferir un apoyo estrictamente personal a candidaturas legislativas o presidenciales alternas no está garantizada. Además, el protagonismo en funciones de gobierno y la defensa de su inmunidad judicial podrían restarle frescura al perfil de “outsider” que lo impulsó originalmente.

Reacción de la base oficialista: de la desmovilización al surgimiento de nuevos liderazgos

Entre los simpatizantes de Chaves, la noticia de que no encabezará la lista de candidatos puede generar desmotivación inicial, pues muchos se identifican directamente con su estilo y retórica. Aun así, ese espacio de incertidumbre deja emerger figuras como la exministra Laura Fernández, quien podría capitalizar el descontento residual.

Para compensar la ausencia del presidente en actos de campaña, la estrategia oficialista pasará por reforzar el protagonismo de alcaldes y estructuras territoriales. De esta manera, se apuesta a conservar la movilización en cantones y comunidades, confiando en el arraigo local más que en la fuerza de una sola figura nacional.

Perspectiva judicial: fuero, presión política y narrativa de persecución

Chaves enfrenta más de cien procesos penales, pero conserva inmunidad mientras sea presidente, lo que retrasa las indagaciones directas. Este fuero funciona como escudo político: refuerza la narrativa de persecución al obligar a la Asamblea a asumir el costo de levantarlo, pero multiplica la presión mediática sobre privilegios presidenciales.

La prolongación de su defensa en el espacio público ofrece munición a la oposición para exigir reformas al fuero y transparencia inmediata. El debate sobre la inmunidad se instala como asunto central de campaña, obligando a todos los actores a definir su postura sobre el equilibrio entre protección presidencial y rendición de cuentas ciudadana.

Manejo de la agenda mediática y narrativa en redes sociales

El gobierno ha respondido con una estrategia de comunicación intensiva: conferencias diarias, hashtags oficiales y cobertura preferencial en medios afines. Al mismo tiempo, restringe el acceso de periodistas críticos, lo que agudiza el debate sobre libertad de prensa y derecho a la información.

La oposición, por su parte, ha logrado viralizar audios y memes en plataformas como TikTok y Twitter, caricaturizando el concepto de un presidente intocable. Este choque de narrativas define no solo qué temas dominan los titulares, sino también la percepción ciudadana sobre la legitimidad del Ejecutivo y de sus adversarios.

El papel de la ciudadanía: de espectadores a protagonistas

Este momento político exige una ciudadanía activa que trascienda el voto. La creación de observatorios ciudadanos para fiscalizar contratos públicos, la promoción de foros de debate y el apoyo a candidaturas que propongan límites reales al fuero presidencial son pasos decisivos. Impulsar campañas de educación cívica fortalecerá la comprensión sobre la importancia de la rendición de cuentas.

Solo con un electorado informado y movilizado será posible equilibrar los riesgos de la “no renuncia” con la oportunidad de consolidar una democracia transparente y participativa, donde ningún privilegio esté por encima de la igualdad ante la ley.

¿Estará cansada?

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

– ¡Ojo, mucho ojo, a la jugada de la diputada Pilar Cisneros!

No le crean esta nueva coartada.

Lo que realmente sucede, es que después de haber renunciado tácitamente, al partido de la que ha sido jefa de fracción, ahora quiere mantenerse como tal, para, entre otras cosas de gran importancia, obstaculizar desde allí, el proceso de levantamiento de inmunidad al presidente Rodrigo Chaves, solicitado por la Corte Suprema de Justicia.

Esta renuncia, de la cual ahora se arrepiente, se ejecutó por varios hechos evidentes, entre ellos, por haberse incorporado, voluntariamente, al equipo de campaña del nuevo Partido Pueblo Soberano, como «directora de estrategia y comunicación». Sin embargo, en forma insólita, porque se reporta cansada, ahora pretende ¡regresar al partido al que renunció» (Progreso Social Democrático, presidido por la también diputada, Luz Mary Alpízar). Pues, a la señora, le cogió tarde; se precipitó, cometió una torpeza, y ya el hecho está consumado.

Ya la distinguida dama, renunció en forma tácita al partido que la hizo diputada, y no puede pretender que las autoridades del TSE y el mismo Directorio Legislativo, le sigan el jueguito, cual si fueren niños inocentes.

Ya Pilar Cisneros Gallo, es diputada independiente. Su renuncia tácita, en buen español, significa que no es que se entiende, se percibe, se oye o se dice formalmente. ¡No! Se trata, más bien, de una renuncia que, indiscutiblemente, se infiere sobre la cual no hay duda alguna, por más malabares que se invente. La evidencia es rotunda, pública, promocionada, por lo cual, la conclusión que emitirán las autoridades, que han de velar por el respeto pleno de la legislación electoral, es solo una, terminante, ejemplarizante.