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Etiqueta: Apunte Mundialista

El relato periodístico

Josué Arévalo Villalobos.

Josué Arévalo Vilallobos

En la tele, en la radio, tenemos a los especuladores profesionales de este maravilloso deporte que es el fútbol. Especuladores que se dedican a construirnos un futuro, como si supieran, como si tuvieran  base alguna, ignorando el hecho de que eso que llaman «la previa» es un acto de bateo. He visto «sesudos» análisis antes de un partido que luego quedan en nada cuando se juega el partido. Nunca admiten que se trata de especulación, e incluso de sus deseos. Nos hacen creer que el arte de la opinología especulativa es una ciencia, y que ellos, son los que saben. Ya lo he dicho otras veces, los periodistas deportivos (salvo honrosas excepciones) son lo más bajo del oficio periodístico, en franca disputa con el «periodismo rosa». Cada vez la línea entre estas dos formas de periodismo es más delgada, para desgracia de quienes nos gusta el fútbol, y sobre todo para quienes gozamos de la tertulia en torno a este deporte. 

Y es que pareciera que da igual dónde se formen, son por igual ignorantes, incultos, derechosos, reproductores de todo tipo de prejuicios, da igual que tengan la posibilidad de recorrer medio mundo, no aprenden nada. No leen nada, y se les nota, se les nota mucho. Pongamos el ya paradigmático ejemplo (hagamos leña de un árbol no caído, ojalá hubiese caído): Josué Quesada, rey de los ignorantes, quien dijo que los nazis le hicieron bien a Alemania (solo le faltó decir que a los judíos más) y que Hitler escribió el Manifiesto Comunista. Tonto de pies a cabeza. Lo peor es que lo dijo con la seguridad de quien sabe de algo. Semejante estupidez, semejante ignorancia, debería ser causal de despido. Pero no pasó nada, en el mundo del espectáculo deportivo, estos idiotas dicen lo que quieran. 

En los últimos años hemos visto cómo el periodismo deportivo se transformó en espectáculo deportivo, los periodistas ni las manos pusieron, es posible que ni siquiera se hayan dado cuenta, y que se hayan subido con toda alegría a ese carruaje, confundiendo su oficio con el seductor mundo del espectáculo. Para las empresas de comunicación se trata de un negocio. Pero se supone que los periodistas tienen un código deontológico, se supone que el periodismo trata de describir la realidad, de cuestionar, de contrastar, de informar. Pero creo que eso exige un mínimo, y estos carajos son muy vagos, además, como ya dije, también son bien ignorantes. 

Y son tontos engreídos, creen que siempre tienen la razón. Nunca son responsables de nada. Confunden la criticidad con sus deseos. Saben que el micrófono les da cierto poder y eso les hace perder el menor atisbo de objetividad, ni siquiera buscan contrastar opiniones, son una maquinaria de generación de «opinión pública», crean relatos, que luego gente como el compa que llega a la mejenga (sí, el morado envenenado que le va al Real Madrid) crea que la selección tiene opciones de ganarle a España. 

Pero los periodistas crean estos relatos del que luego no saben cómo salir, porque como dije, jamás aceptarán que son parte de la maquinaria de alienación. Eso hará que, tras el desastroso 7 a 0 contra España, Jorge Martínez se deje decir que «… no sabíamos a ciencia cierta cuál era el nivel de nuestra selección porque no hubo fogueos…» (!!!!!!!) ¿Ah no? ¿Y qué diablos estuvieron haciendo durante la eliminatoria? ¿A cuál selección vieron? ¿No vieron el partido contra Nueva Zelanda? ¿En serio creyeron que algo iba a cambiar? ¿Será que también acudieron a las sesiones de coaching del psuedo psicólogo de la selección? A mí me parece que decir que no sabían cuál era el nivel de la selección porque no hubo fogueos, es un insulto a la inteligencia. Por cierto, vi a Ronald González diciendo lo mismo en ESPN, sí a Ronald González, también responsable de este desastre, espero que no tengan la memoria tan floja como para haberlo olvidado. 

Según el relato periodístico deberíamos estar satisfechos porque se le ganó al primer lugar del grupo. Ah sí, muy satisfecho me siento, un tiro a marco, un gol. Después (ni antes), nada.  Adriana Durán en un derroche de mediocridad dijo: «volvimos a dónde nos sentimos cómodos, donde hemos sido felices». ¿Dónde hemos sido felices? ¿Quiénes? Yo no, ya lo he dicho, no me gusta el fútbol de once colgados en el tubo, no sé quién se sentirá feliz jugando así, tal vez el mediocre machillo. Nos dicen que deberíamos sentirnos satisfechos con una despedida honrosa frente a Alemania. Por supuesto que prefiero ese partido que los dos anteriores, pero no da. El balance general es malo, muy malo, así fue toda la eliminatoria, y como dije en otro apunte es el resultado de ocho años de desaciertos. Ese análisis no lo escucharemos en boca de ninguno de los periodistas, el espectáculo les preocupa más, total de eso es que viven. 

 

Compartido con SURCOS por el autor, publicado en su blog:
http://josuearevalov.blogspot.com/2022/12/el-relato-periodistico.html

Apuntes de un parcial irrescatable – España 7 / Coaching 0

Josué Arévalo Villalobos.

Josué Arévalo Vilallobos

Para mi curso de Psicología General asigné a los estudiantes un texto muy interesante de Renata Salecl, titulado La tiranía de la Elección (2021, Editorial Godot). Entre muchas cosas la autora analiza el papel del Coaching en nuestra sociedad. Para ella, la autoayuda (que es una farsa en tanto siempre hay un otro que «ayuda») invita a pensar que cada uno es el amo de su destino, y que basta con tener pensamiento positivo (o tonterías del tipo «los astros deben alinearse) para que nos vaya bien. Pero ya hemos visto cómo la autoayuda no funciona y lejos de estar mejor cada vez vivimos con más ansiedad y somos más infelices. Esta lógica de la autoayuda, abrió la puerta para que aparecieran figuras como los coachs, que básicamente son motivadores e intentan dar una respuesta a las angustias de la vida contemporánea, la angustia y las crisis existenciales vendrían a ser pérdidas del autocontrol, la autoconfianza o del poder de voluntad. Poco importa qué es lo que verdaderamente angustia, porque lo que importa es que cambiemos nuestra actitud, nuestra conducta, es que nos insertemos de nuevo en el rol de producción y consumo, que seamos seres iluminados pero partes funcionales dentro del capitalismo. Dirá Salecl: «Como una nueva forma de control social, el coaching insta a los individuos a regularse a sí mismos, a adaptarse contantemente a los cambios en el entorno social. Aquel que sea capaz de lograr el pleno autocontrol y la completa determinación sobre sus deseos podrá alcanzar su potencial y materializar sus objetivos». El coach nos enseñará que la vida puede dominarse y que podemos entonces ser libres, pero con la ironía de que implica el sometimiento al coach. Esto tiene además el pequeño problema de que obvia que no tenemos control de muchas cosas, obvia toda la estructura social, la desigualdad, la injusticia. O sea, obvia condiciones objetivas que hace que la vida esté fuera de nuestro control, o sea que crea una operación mental que supone que tenemos elección. Con el pequeño el problema de que el mundo sigue ahí ajeno a nuestra voluntad, y que por más motivados que estemos, esas condiciones objetivas, esa inseguridad no desaparecerá, aunque nos sintamos muy seguros para enfrentar las adversidades.

Dicho lo anterior vayamos al objeto de este apunte: la catastrófica, vergonzosa, humillante, y el largo etcetera que quieran agregar, derrota de Costa Rica ante España. Recordemos que la selección de Costa Rica se clasificó al infame mundial de Qatar jugando muy mal (a nada en realidad) en el último momento siendo ampliamente superados por Nueva Zelanda. En estos días vi las declaraciones de jugadores y cuerpo técnico diciendo que llegan para ser campeones mundiales. Eso solo puede ser obra del coaching, de una operación mental que obvia toda la realidad, y que instaló en la mente de jugadores y cuerpo técnico la negación de la realidad. Pero el problema es que a pesar de la voluntad, del esfuerzo, la realidad sigue ahí, y España es un equipo de alto nivel, y como tal, nos metió siete goles. El coaching es esa operación engañosa de la ilusión de la elección contra toda la evidencia. No se puede elegir que le ganaremos a España (contra toda la evidencia que nos brinda la realidad) solo porque decidimos que así sería, porque estamos muy motivados, a lo sumo podríamos hacer un buen partido, y no fue el caso. Para que eso ocurriera se tenían que combinar varios factores, como sí ocurrió en Brasil, donde hubo un trabajo psicológico, pero había un técnico que tuvo la oportunidad construir un equipo.

Ahora bien, el asunto (todavía más grave) no es solo que los jugadores y cuerpo técnico se la hayan creído, es que mucha gente se la creyó. El lunes anterior oí a un par de conocidos con los que mejegueo todas las semanas, haciendo un cesudo y optimista (podría que hasta nacionalista o fanático) análisis de porqué Costa Rica tenía opciones de ganarle a España (sí ganarle a España, y hasta de clasificar). No importan sus razones, eran todas absurdas, propias de fanáticos que mejenguean en una cancha de mierda los lunes por la noche. Pero digamos, en su defensa, que la gente tiene derecho a ilusionarse (claro, proporcional es el enojo frente a la cruda realidad). El caso es que esta operación de coaching funcionó a nivel colectivo apoyada por la prensa (que no cuestiona críticamente nada), el gobierno (que instrumentaliza el fútbol) y el comercio (que vende). Funcionó obviando toda la evidencia: que este equipo es un desastre desde hace tiempo. Que la federación de fútbol está compuesta por una manada de incompetentes fanáticos y mercaderes que les importa únicamente el dinero. Que la prensa deportiva nacional da vergüenza y que cada día se parece más a la prensa de la farándula (si es que a eso se le puede llamar prensa).

Los que hace unos meses eran ídolos por clasificar, siguen ahí, ya no como ídolos, si no como simples mortales que jugaron un partido horroroso en el no metieron el pie duro, porque para eso no da la voluntad ni la motivación del coach. No se puede aspirar (ya no a ser campeones mundiales) si no a hacer un papel decoroso, después de tanta improvisación, de tantas decisiones malas. Luego del mundial de Brasil pareciera que no aprendimos nada. Porque después de Pinto qué vino: Wanchope, Matosas, Oscar Ramírez, Ronald González. Hemos perdido ocho años con técnicos mediocres, que juegan a destruir y defender (el machillo), o que del todo no estaban preparados para entrenar ni a la selección de Samoa Americana. Suárez, ciertamente se equivocó en este partido, pero el desastre se venía gestando desde antes, cada quien debería asumir su responsabilidad (obvio eso no va a pasar), y nosotros tener la cabeza fría y pensar, que todo lo que se ha hecho nos condujo al ridículo de este primer partido de Qatar.

Tiremos a la basura el coaching, que no sirve para un carajo, hay que ponerse serios, y con las herramientas que tenemos empezar a construir lo que sí podemos construir, lo que sí podemos controlar, eso es lo que nos hace mejorar. Pero para eso se necesita hacer todo un trabajo de análisis profundo, de transformación profunda, hay que planificar, hay que tomar decisiones, y eso no se hace con un par de meses con un charlatán motivador. Por algo el coaching ni siquiera es psicología.

 

Publicado en http://josuearevalov.blogspot.com/compartido con SURCOS por el autor.