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Etiqueta: armas químicas

¡De los muertos, líbranos la Memoria!

Vladimir de la Cruz

El impacto mundial del Coronavirus COVID-19 es innegable. Asusta por su facilidad de expansión, por la letalidad que causa, que no es tan alta hasta ahora comparada históricamente, por los niveles de contaminación que provoca, por el desconocimiento que se tiene del virus que incita esta pandemia, por los sectores sociales que principalmente afecta, pero especialmente porque ha impactado la economía local, de los países afectados, y los encadenamientos mundiales y redes comerciales, de la economía global, sobre todo porque la vamos viviendo, en su expansión y alcance geográfico, en tiempo real, de modo casi tangible para todas la personas.

De hecho, a mi modo de ver, no es tanto el número de muertes que va estimulando lo que horroriza, es la forma de no controlar esas muertes y la forma sorpresiva como se manifiestan, y el temor de contraerla y no poder superarla. Es porque ha generado una toma de conciencia sobre la muerte inmediata, existente, que no controlamos, que puede alcanzarnos.

Las muertes se pueden ir vigilando, como se viene haciendo en muchos países, con acatamiento por parte de la población de las directrices generales que se dan por la Organización Mundial de la Salud, y por las instituciones y funcionarios responsables en cada país, en ese sentido.

Lo que no se ha podido detener es el crecimiento de la curva de contagios, calculados a uno por diez, que hace colapsar las instituciones sanitarias y hospitalarias existentes, que a su vez facilitan el crecimiento del número de muertos y la falta, a nivel mundial, de los instrumentos, y medios médicos, para atender a los contagiados y enfermos sujetos de internamiento y de atención en las Unidades de Cuidados Intensivos.

Los grandes países, como potencias militares que algunos son, pilares de la economía mundial que también dominan, son los que más gritos de alarma dan. Es como si a ellos se les hubiera atacado, con armas incontrolables, invisibles, imprevisibles en su manifestación, en la imposibilidad de dar respuesta inmediata, y al contrario, en un ataque, movido por el virus, que hasta hoy golpea los sensibles mecanismos y motores de la economía mundial, los medios de transporte mundial, especialmente aéreos, las redes de abastecimiento, de producción, por la parálisis que ha generado en infinidad de industrias, comercios, servicios, trabajos en general, en el turismo mundial y local de los distintos países, por la desviación de recursos, no pensados ni programados, para atender de manera inmediata la pandemia, y por ver cómo se frena y detiene, porque han puesto en evidencia las malas y deficientes estructuras sanitarias, de salud pública y de seguridad social que muchos países tienen, incluidos y de manera obscena y escandalosa los grandes países capitalistas, algunos de ellos presentados permanentemente como modelos de sistemas de vida. Lo que más alarma, parece ser, no es las muertes de los seres humanos, sino la posible muerte de la economía, de los sistemas y redes económicas, resultado de una guerra no convencional, con un “enemigo” hasta ahora bastante invisible, de movimiento rápidos, actuando como si fuera una guerrilla en combate… por aquí, por allá… por todos lados…

En algunos momentos, en Estados Unidos, y a nivel mundial, el impacto de la presencia del Coronavirus se comparó con el impacto que tuvo, en muertes, el atentado a las Torres Gemelas en New York, con poco menos de 3000 muertos, para dramatizar la situación, de un microorganismo que se había originado en Asia y que llegaba a la costa este de los Estados Unidos. Eso ha quedado corto en los propios Estados Unidos. En la Torres Gemelas “la guerra” le había llegado a Estados Unidos en su territorio. Los Estados Unidos siguió haciendo guerras en otros territorios, en otros países, en otros continentes y regiones…mientras no se metieran con ellos en su casa. Estados Unidos siguió matando y exterminando… seres humanos, ciudades, infraestructura de distinta naturaleza, destruyendo las economías locales donde hace sus guerras…

Hasta hoy, a nivel mundial, el número de muertos por el Coronavirus es más bajo que el total de las muertes que produjo el lanzamiento de las Bombas Atómicas en Hiroshima y Nagazaki, por parte de los Estados Unidos, el 6 y 9 de agosto de 1945, donde murieron casi 250.000 personas, que marcó de nueva manera, desde entonces, la Historia Mundial. Allí fue una muerte focalizada, en dos ciudades, decidida por el gobierno de Estados Unidos, y su presidente Harry S. Truman, cuando era innecesario, en ese momento de la II Guerra Mundial, haber hecho aquel genocidio y acto criminal.

Si de muertos se trata, la I Guerra Mundial, desde 1914 hasta 1919, provocó de 10 a 30 millones entre civiles y militares. En la II Guerra Mundial, desde 1939 hasta 1945, fueron entre 50 y 60 millones de fallecidos…Solo en la Unión Soviética casi 30 millones.

En la antigüedad, en las tres Guerras Púnicas, desde el año 264 AC hasta el 146 AC, se calcula que murió casi un millón de personas. Los romanos entre el año 400 AC y el 500 DC perdieron casi un millón de hombres en los campos de batalla. En las guerras judeo romanas, a principios de la era cristiana, se estima que murió más de un millón de personas. En las Cruzadas cristianas, entre el año 1091 y el 1291, se calcula que hubo 5 millones de muertos. En la Conquista española y europea, de América, se calcula que entre 1492 y 1572 murieron más de 60 millones de indígenas como resultado de la guerra de conquista, de las torturas, los trabajos forzados, por la represión en general, ¡ah!, y, también, por la presencia de bacterias, con el tifus, y de virus, con el sarampión y la viruela.

Recientemente, en los últimos 100 años, por citar otras, resultado de las guerras imperialistas y colonialistas, así como las guerras civiles y las de Liberación Nacional de esos imperios coloniales, murieron muchas personas.

En la Guerra Civil Española se produjo un millón de muertos entre 1936 y 1939, en la Guerra de Corea entre 1950 y 1953, murieron 4 millones, en la guerra de Liberación de Argelia, entre 1954 y1962, a manos de los franceses hubo más de un millón de muertos, la criminal guerra de Vietnam, desatada desde 1957 hasta 1975, provocó casi 7 millones de muertos, con menos 100.000 norteamericanos, sin contar la Guerra de Indochina de los franceses, desde 1946 hasta 1954, con medio millón de fallecidos. En Vietnam los Estados Unidos usó armas químicas, que ya se habían inventado desde la I Guerra Mundial.

La guerra de Biafra, entre 1967 y 1970 produjo casi 3 millones de muertos, y una hambruna poblacional que asustó al mundo. El impacto de la hambruna que puede desatarse cuando se vean bien los resultados del impacto del Coronavirus va a ser similar, y quizá más grande, por el desempleo mundial que ha ocasionado.

La guerra civil en Angola produjo, entre 1975 y el 2003, alrededor de un millón de personas fallecidas, la guerra civil de Mozambique, entre 1977 y 1992, generó un millón de muertes, en la guerra civil de Afganistán, desde 1979 hasta hoy, han fallecido más de 2 millones de personas, la Segunda Guerra del Congo provocó entre 1998 y el 2003, casi 6 millones de muertos, en Irak, la guerra impuesta por Estados Unidos, desde el 2003 hasta el 2011, ha generado más de un millón de muertos, la Segunda Guerra Civil de Sudán, entre 1983 y el 2005, provocó alrededor de 2 millones de muertos. Así se podrían señalar por millares de muertos los conflictos en Ruanda, Etiopía, Eritrea, Darfur, Uganda, Liberia, Sierra Leona, Rodesia, Tanzania…

Casi todas estas guerras se ubicaron también en el rango de “limpieza étnica”, concepto más actual, con el que ha operado Trump, en la práctica, en los Estados Unidos, para no mitigar el impacto que le está ocasionando el Coronavirus en su país.

La Conquista de México y del Imperio Inca se hizo con 30 millones de indígenas muertos, y hay quienes afirman que fueron 50 millones. La Guerra de Independencia de los Estados Unidos, 1775-1783, provocó 110.000 muertos y el famoso Ku Klux Klan solo entre 1868 y 1871, produjo 20.000 afroamericanos muertos. En Cuba, la Guerra de los Diez Años, 1868-1878, y la Independencia de Cuba, 1895-1895, provocaron casi 600.000 muertos, incluidos 50.000 españoles.

La Independencia de México generó entre 1810 y 1821, cerca de un millón de muertos, la Revolución Mexicana desde 1910 hasta 1920 provocó 3.500.000 de muertos, la Guerra de los Mil Días, a finales del siglo XIX, en Colombia, tuvo casi 200.000 muertos.

Las guerras en Centroamérica, a finales del siglo XX, también han tenido sus cifras…Guatemala más de 100 mil muertos, El Salvador cerca de los 100 mil muertos…

Estas guerras han tenido también por resultado grandes movilizaciones de desplazados y de procesos migratorios hacia otras regiones, países y continentes, como vemos constantemente de África hacia Europa, y de África hacia Estados Unidos en la ruta latinoamericana… y de Centroamérica hacia Estados Unidos…

El Coronavirus COVID-19 no ha gestado, hasta ahora, ningún proceso migratorio, ni interno en los países, ni hacia fuera de los países. Ha hecho que se cierren fronteras y se establezcan censuras migratorias para evitar la propagación posible de infectados, de contagiados, especialmente los asintomáticos.

La Pandemia del Coronavirus COVID-19 se me parece a la Bomba de Electrones, que también llamaron Bomba N, que inventó Estados Unidos, a finales de la década de 1970, que como arma nuclear tiene, teóricamente así es, aunque dichosamente no se ha aplicado, un gran efecto devastador porque elimina los seres humanos sin tocar las estructuras físicas, sin destruir edificios o sin provocarles daños profundos. A las personas y seres vivos las puede aniquilar dentro de los edificios, automóviles, e incluso instalaciones blindadas. Se ensayó en el Estado de Nevada en 1963. El Presidente Jimmy Carter aplazó su desarrolló en 1978, y Ronald Reagan activó su producción en 1981.

Esta bomba se desarrolló sobre el estudio de las series de electrones que se encuentran en las membranas plasmáticas, interna mitocondriales y tilacoidales de las bacterias, que producen compuestos energéticos que usamos los seres humanos. Esta Bomba forma parte de las armas nucleares, las más poderosas que se han desarrollado en el mundo. Por ello también los países que forman el Club de los miembros de países atómicos tratan de impedir que surjan otros países o Estados con esa capacidad de producción de armas nucleares. El impacto de la onda expansiva que genera la Bomba N es 7 veces superior a las Bombas de Hidrógeno.

El Coronavirus COVID-19 no toca las estructuras físicas, construidas por el hombre, pero mata a los hombres silenciosamente, con efecto devastador, casi sin control alguno. Por eso es que la economía mundial se ha paralizado. La estructura física allí está, lo que se ha sacado de ella es a los trabajadores, y a las personas, desde niños hasta ancianos, de todos los campos y áreas productivas y económicas. Curiosamente se evidencia que sin trabajadores no hay economía en funcionamiento…

Las Bombas de Hiroshima y Nagazaki destruyeron el 90% de los edificios y construcciones de las ciudades donde cayeron las bombas. En un minuto había una ciudad y un instante después había desaparecido… Así fue.

Las bombas nucleares, la Bomba N, las armas de destrucción masivas son creadas por los hombres en laboratorios. El Coronavirus no es una creación humana. Esta es la gran diferencia. No se originó en un laboratorio. No es un arma biológica ni fue resultado de ensayo de esta naturaleza. Tampoco fue esparcido, con ese propósito, como se ha dicho contra la República Popular China, por otras potencias económicas y políticas mundiales, guerreristas que también estudian cómo desarrollar este tipo de armas.

La Organización Mundial de la Salud ha sido clara de que el virus del COVID-19 no fue introducido intencionalmente, en productos exóticos, en un mercado de la Ciudad de Wuhan, ni fue resultado de la bioingeniería, y que desde allí se propagó al resto del mundo.

Es el Gobierno de los Estados Unidos, y su Presidente Trump, quienes han sostenido esta tesis conspirativa contra la República Popular China, por la guerra política, diplomática y económica comercial que tienen los Estados Unidos con esa potencia asiática, tratando de sacar ventaja económica de esta situación, lo que no ha podido.

Solo en el 2018, según la revista norteamericana “Journal of Virology”, en el sur de China se habían descubierto 89 nuevos coronavirus procedentes de los murciélagos, en investigaciones en las que había participado la USAID y el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos.

Solo el Departamento de Defensa de los Estados Unidos tiene más de 400 laboratorios en diversas partes del mundo, especialmente en las fronteras de los antiguos países socialistas, estudiando y analizando la bioseguridad, porque Rusia sigue siendo el enemigo de los Estados Unidos, después de la disolución de la Unión Soviética.

Los gastos del Pentágono entre 1990 y el 2018 ascendieron a 100.000 millones de dólares en estudios de armas biológicas, desde hace más de 40 años, donde han venido tratando de modificar genéticamente los virus para aprovecharlos como armas biológicas.

Muchas enfermedades hoy se transmiten por virus, independientemente de su agente transmisor, como la gripe, el cólera, que según la Organización Mundial de la Salud, mata 100.000 personas al año, el dengue hemorrágico, el Ébola, el paludismo o malaria, que solo en el 2016 afectó a 126 millones de personas, en 91 países, el sarampión, que mató, en el 2016, a 90.000 personas en todo el mundo, y que produce universalmente alrededor de 390 millones de contagios o infecciones, la fiebre amarilla, el VIH-SIDA, la tuberculosis que mata 2 millones de personas al año.

En el mundo actual, como parte de las guerras modernas, se usan bacterias, virus, esporas como la del Antrax, para desarrollar lo que se llaman las guerras bacteriológicas y guerras agroterroristas, aprovechando para ello aerosoles, animales, insectos, pulgas, ratas, mosquitos, moscas, infectando ríos, aguas en general, alimentos, de persona a persona, depositando cadáveres en pozos de agua como hizo William Walker, cuando huía, en la guerra nacional en Nicaragua en abril de 1856, para provocar el cólera.

Desde la I Guerra Mundial se utilizaron armas químicas y gases asfixiantes, vesicantes, invalidantes, y lacrimógenos. Después se desarrollaron gases neurotóxicos y las armas bacteriológicas, como el uso de la botulina, con efectos similares a la Bomba N, que mata personas dejando intactas las edificaciones físicas.

Durante la II Guerra Mundial se hicieron experimentos en humanos prisioneros, por los nazis y japoneses, para desarrollar armas bacteriológicas.

En la guerra de Vietnam los Estados Unidos usó desfoliantes como el “agente naranja” y los “herbicidas arco iris”.

Como parte de estas armas biológicas están el carbunco, el ébola, la brucelosis, el tifus, la fiebre amarilla, la viruela, así como muchas toxinas.

Hay armas biológicas y herbicidas anti agrícolas para destruir cultivos, desfoliar vegetación, como las usaron en Malasia, Vietnam y en Cuba. La roya del trigo, del arroz y del café, ¿quién puede asegurar que no se introdujo como armas en países para entorpecer sus producciones agrícolas, disputando mercados mundiales o regionales? Igual con el ganado de distintas especies, vacas, puercos afectados con la peste bovina o la fiebre porcina, con lo que también se eliminan recursos animales.

La muerte, en números millonarios de personas, no nos han sido indiferentes, han existido. Somos los humanos los que hemos sido indiferentes hacia esas muertes resultado de las guerras mientras no nos afecten, mientras se lleven allá… en una localidad remota, allende de nuestras fronteras y nuestra comodidad.

El terror con que se ve y se aprecia el Coronavirus, por su inmediatez e impacto sorpresivo, acaso no es igual al que sufren millares de personas, hoy en el mundo, por las guerras regionales que se impulsan por las grandes potencias, y que viven esos pueblos, disputándose estas potencias las áreas de materias primas estratégicas, las regiones geopolíticas, los mercados de colocación de productos y las áreas de mano de obra barata.

El mismo esfuerzo internacional que hoy se trata de hacer y de coordinar para enfrentar el Coronavirus, deberíamos mantenerlo para acabar, de una vez por todas, con las guerras neoimperialistas, neocolonialistas, que siguen existiendo.

Hay guerras de las que no cultivamos la memoria de sus muertos y de las que nos hacen perder su memoria. Mientras no las olvidemos las recordamos.

La guerra contra el Coronavirus no nos ha hecho perder la memoria de su presencia, de su amenaza. Tampoco nos ha hecho perder la memoria de esas otras muertes, algunas muy presentes y no tan lejanas.

¡Mantengamos en alto la memoria de todas las guerras para la preservación del género Humano!

Imagen: https://pgmysgm.blogspot.com/2019/09/la-primera-guerra-mundial-fecha-28-de.html

Entre información y desinformación: a propósito de una reciente declaración conjunta sobre las «armas químicas» en Douma (Siria)

Nicolas Boeglin

 

El pasado 26 de abril, Rusia organizó en La Haya una reunión en la sede de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ, más conocida por sus siglas en inglés OPCW, véase sitio oficial), para dar a conocer los testimonios de varias personas sobre el supuesto ataque químico acaecido en Douma por parte de las fuerzas armadas sirias (véase nota publicada en Le Figaro). A raíz de esta convocatoria, los representantes de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, junto con otros 14 Estados miembros de la OPAQ, hicieron circular una vehemente declaración conjunta, en la que denuncian la iniciativa rusa en términos inusitados y cuyo contenido se analizará en las líneas siguientes.

Leemos por ejemplo en esta declaración conjunta que:

«Aujourd’hui, la Russie a décidé d’organiser une prétendue réunion d’information au siège de l’OIAC, qui n’est rien d’autre qu’un simple exercice de propagande. Pire encore: en présentant l’information dans les locaux de l’OIAC, la Russie tente de donner la fausse impression que l’OIAC a organisé cette réunion à la demande de la Russie» / «Today, Russia has decided to hold a so-called information meeting at OPCW headquarters that is nothing more than a crude propaganda exercise. Worse, by presenting the briefing in the OPCW premises, Russia is trying to create the false impression that the OPCW has convened this meeting at Russia’s request«.

(Véase enlace oficial y texto de la mencionada declaración conjunta reproducida al final de esta nota en francés. El texto en inglés está disponible en este enlace de la Embajada de Francia en los Países Bajos).

Como bien se sabe, los aparatos diplomáticos de los Estados usualmente se manifiestan mediante un vocabulario mesurado y ponderado. Sus funcionarios, cual sea la situación, siempre buscan elaborar comunicados oficiales o declaraciones cuya lectura confirme que el arte de la diplomacia es el arte del lenguaje. Todo buen diplomático conoce las reglas que en este ámbito imperan, y las formalidades que exigen, y ello desde hace mucho tiempo.

Entre informacion y desinformacion a proposito de una reciente declaracion conjunta sobre las armas quimicas en Douma
Foto de la reunión de La Haya convocada por Rusia sobre el incidente de Douma del 26 de abril del 2018, extraida del artículo del periodista Jonathan Cook, titulado «The west closes its ears to Douma testimony», disponible aquí.

Douma o la certeza absoluta de unos ante imágenes circulando en redes sociales

Como es de conocimiento público, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido están plenamente convencidos (a pesar de la ausencia de pruebas y de investigación in situ) que las autoridades sirias son directamente implicadas en el uso de armas químicas del incidente de Douma registrado el pasado 7 de abril. Otros Estados, por el contrario, esperan primero revisar los resultados de una investigación que una misión de la misma OPAQ debe realizar en el lugar de los hechos.

Corresponsales occidentales con amplia experiencia en el terreno y que llegaron a Douma pocos días después, como Robert Fisk (The Independent, Reino Unido) han descrito cosas muy distintas a lo sostenido oficialmente por Francia y sus dos aliados: véase su artículo titulado «The search for truth in the rubble of Douma – and one doctor’s doubts over the chemical attack» (disponible aquí), cuya traducción al español fue recientemente publicada en Chile en el medio digital PiensaChile (véase enlace) y editada en Costa Rica (véase enlace) por el medio digital Cambio Político.

Es de notar que un Estado vecino de Siria, Israel fue uno de los primeros Estados en incriminar oficialmente a las autoridades sirias en el evento de Douma (véase nota de Haaretz).

Cabe recordar que hace unos años, el Quai d´Orsay en Francia se había mostrado mucho más prudente con relación a la cuestión – compleja en un conflicto como el que vive Siria – de la imputación del uso de sustancias químicas:

«La difficulté à laquelle nous sommes confrontés, c’est de passer du stade de l’indice ou de l’information à celui de la preuve au sens des procédures de vérification internationale. Plus difficile encore est de passer de la preuve à l’imputabilité, c’est-à-dire à la capacité de désigner qui a utilisé de telles armes. Pour passer ainsi de l’indice à la preuve et de la preuve à l’imputabilité, la première chose à faire est d’aller vérifier sur place» (véase el denominado Point de presse, del 16 de abril del 2013).

Entre informacion y desinformacion a proposito de una reciente declaracion conjunta sobre las armas quimicas en Douma2
Foto extraída de nota de prensa del New York Post titulada «Surprise: Trump and France’s Macron may wind up allies after all».

Como se apreciará en las líneas siguientes, la certeza de unos ante la incertidumbre generalizada ha provocado una verdadera batalla informativa y diplomática, que evidencian los términos en los que fue redactada esta declaración conjunta suscrita por algunos de los Estados que integran la OPAQ en La Haya. Se recomienda una lectura minuciosa, en particular para quienes conocen de tradiciones y costumbres diplomáticas y pueden detectar algunas cosas cuando un Estado o un grupo de Estados se apartan de estos usos.

17 firmas de 192 Estados

Sólo 17 Estados aceptaron firmar la declaración conjunta antes mencionada del 26 de abril del 2018. Es preciso señalar que la OPAQ cuenta con 192 Estados miembros, el único Estado del mundo que no es miembro de la OPAQ siendo Israel (véase estado oficial de firmas y ratificaciones de la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas). Destaca el hecho que ningún Estado de África, de América Latina ni de Asia aceptara firmar esta declaración conjunta; y que, en el caso de continente europeo, sólo aceptaron firmarla Alemania, Dinamarca, Islandia, Italia y los Países Bajos, así como Bulgaria, Eslovaquia, Polonia, la República Checa y los tres Estados bálticos. Australia y Canadá completan la lista de los 17 Estados firmantes de la declaración conjunta.

El texto de esta declaración viene precedido, al menos en el sitio oficial de la diplomacia francesa (véase enlace), de un texto que cita al delegado de Francia ante la OPAQ utilizando un tono y expresiones bastante inusuales en comunicados oficiales. Según el comunicado de Francia que incluye las palabras de su delegado,

«cette réunion n’était qu’une mascarade sordide : « Elle ne surprend pas de la part du gouvernement syrien qui n’est pas à une obscénité près, ayant massacré et gazé son propre peuple depuis plus de 7 ans. Il devra rendre des comptes. Nous y veillerons. C’est plus étonnant de la part de la Russie qui ne peut espérer tromper personne avec une manœuvre aussi grossière»«.

La prudencia en materia de imputación antes mencionada por parte del Quai d´Orsay pareciera haberse totalmente desvanecido; contradiciendo incluso el delegado francés la posición externada por Francia en abril del 2013, al remontar el péndulo del tiempo a antes del 2013 cuando se refiere a «depuis plus de 7 ans«.

Al leer lo editado en el sitio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia sobre esta declaración, se desprende que Francia (y sus dos aliados anglosajones) no está para nada contenta con la iniciativa rusa y que considera útil y oportuno alzar significativamente el tono (aunque ello conlleve proceder a algunas innovaciones en materia diplomática).

Cabe precisar que no se cuenta con información que permita comparar la forma en que fue difundida esta declaración conjunta por parte de Francia con la divulgación eventualmente hecha por parte de otros Estados de la misma: esta declaración conjunta no aparece en el sitio de la diplomacia alemana (véase sitio oficial), como tampoco aparece en el sitio de la diplomacia danesa (véase sitio oficial), ni en el de la italiana (véase sitio oficial) ni canadiense (véase sitio oficial). Agradecemos desde ya a nuestros estimables lectores conocedores de lenguas eslavas indicarnos cuales Estados de Europa Oriental procedieron a la eventual difusión de esa declaración, lo cual nos permitiría apreciar mejor el sostenido esfuerzo de divulgación de ese documento por parte de Francia.

También es de indicar, como dato notorio para los especialistas en comunicación y divulgación, que las referencias a esta declaración publicadas en la prensa son… muy pocas (prensa gala incluida). ¿Cómo explicar que 17 Estados suscriban un vehemente texto cuya divulgación haya sido tan escasa en medios de prensa? No se tiene una respuesta a esta pregunta, que merece, en nuestra modesta opinión, ser planteada.

El contexto en el que se enmarca esta declaración conjunta

Recordemos que, después del bombardeo aéreo que Estados Unidos, Francia y Reino Unido realizaron contra Siria el pasado 13 de abril, diversos sitios y análisis han puesto en tela de duda la responsabilidad de Siria en el incidente de Douma y denunciaron el verdadero «fiasco» que fue este bombardeo desde el punto de vista militar. Mientras tanto, una buena cantidad de juristas concluyeron sus análisis reafirmando la total ilegalidad del bombardeo a la luz del derecho internacional y de las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas relativas al uso de la fuerza armada.

Rusia, por su parte, denunció el hecho de que se acusara a las autoridades sirias sin tener la menor prueba de su responsabilidad directa en el uso de armas químicas y encontró varios elementos que parecen demostrar que el incidente de Douma es un montaje.

Nótese que en declaraciones dadas a conocer 24 horas antes de estos ataques aéreos concertados, el mismo Secretario de Defensa de Estados Unidos admitió públicamente no contar con ninguna prueba («evidence») sobre el evento en Douma del 7 de abril, más allá de lo que se pudo leer en las redes sociales («social media indicators» según la expresión usada por el funcionario norteamericano): véase al respecto el video de su comparecencia ante una Comisión del Congreso, disponible en este enlace de twitter.

Desde la perspectiva jurídica, en un análisis cuya lectura se recomienda, los Profesores Olivier Corten (Université Libre de Bruxelles) y Nabil Hajjami (Université de Nanterre) titulado «Les frappes des Etats-Unis, du Royaume-Uni et de la France en Syrie: quelles justifications juridiques ?» (Disponible aquí), concluyen sus reflexiones alertando que:

«… à force de multiplier les précédents dans lesquels on écarte purement et simplement le droit international au nom d’impératifs moraux ou politiques que l’on définit et interprète soi-même, la norme elle-même tend à s’estomper, si pas à disparaître. En ce sens, l’enjeu de la crise syrienne va bien au-delà de l’opportunité ou de la légitimité des frappes limitées menées contre le régime syrien le 14 avril dernier«.

El inusual recordatorio hecho por el Secretario General de Naciones Unidas a los Estados Miembros del Consejo de Seguridad en su alocución del mismo 14 de abril puede leerse como una diplomática llamada de atención:

«As Secretary-General of the United Nations, it is my duty to remind Member States that there is an obligation, particularly when dealing with matters of peace and security, to act consistently with the Charter of the United Nations and with international law in general. The UN Charter is very clear on these issues» (véase comunicado oficial de prensa del Secretario General de Naciones Unidas).

Violar el derecho internacional so pretexto de defenderlo: una peligrosa apuesta

En el texto de la declaración conjunta, podemos leer que para Francia, Estados Unidos, Reino Unido y los 14 Estados que la suscriben, «Obstruction, propagande, désinformation sont autant de tentatives visant à porter atteinte au cadre multilatéral«.

Esta frase posiblemente provoque alguna sonrisa a los numerosos juristas que denunciaron la acción militar unilateral realizada por tres Estados que son Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en clara violación de las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas. Con relación a esta última, vale la pena destacar que después de los atentados perpetrados en París, en el 2015, Francia presentó ante el Consejo de Seguridad un proyecto de resolución que omitía toda referencia a la Carta. En aquel momento, nos permitimos señalar que:

La France, à cet égard, avait surpris bien des observateurs en présentant, suite aux attentats de Paris, un projet de résolution au Conseil de Sécurité (voir le texte de la « blue version » diffusée aux membres du Conseil) sans aucune mention à la Charte des Nations Unies dans le dispositif du texte : une grande première pour la diplomatie française, qui mérite d’être soulignée» (véase nuestra nota titulada «Contre une invocation abusive de la légitime défense face au terrorisme«, publicada por Dommagescivils y disponible aquí).

Desde el punto de vista político, queda claro que los tres Estados autores del bombardeo del 13 de abril, al asociarse de esa manera (sin esperar disponer de elementos probatorios verificados y verificables) perdieron la poca credibilidad que aún podían conservar en el Medio Oriente, en particular en el caso de Francia. En cuanto a la fecha escogida para lanzar su ataque tripartito del 13 de abril, esa fecha coïncidió con la llegada a Siria del equipo enviado por la OPAQ para investigar el incidente de Douma.

Sobre ese detalle y otros más, remitimos a nuestros estimables lectores al breve artículo que elaboramos sobre las reacciones oficiales de los Estado de América Latina al bombardeo contra Siria, titulado «Yo sospecho, tú sospechas, …nosotros bombardeamos»: a propósito del bombardeo realizado por Estados Unidos, Francia y Reino Unido en Siria y las reacciones oficiales suscitadas en América Latina» (disponible aquí). Nótese que el comunicado oficial emitido por Costa Rica se destaca de todos los demás con relación a la imputación directa a Siria del evento de Douma del 7 de abril. En el mismo artículo se refiere al hecho – algo previsible – que el único Presidente de América Latina en haber apoyado el ataque tripartita contra Siria, es el de Colombia.

No cabe duda que esta reunión informativa convocada por Rusia sobre el evento de Douma no fue del agrado de Francia (ni de sus dos socios anglosajones). No obstante, en vez de tomar nota de esta, o bien proceder a comunicar de manera diplomática su descontento con la iniciativa rusa, escogiendo los mejores términos que ofrece la prodigiosa riqueza del lenguaje, Francia optó por otro tipo de reacción, un tanto virulenta, que puede generar más dudas que las que pretende disipar.

Bombardeos ilegales contra Siria basados en informes de inteligencia

La ausencia de evidencias fehacientes que demuestren la responsabilidad de Siria en los diversos episodios donde se sugiere el uso de sustancias químicas ha dejado de ser un obstáculo para proceder a bombardeos aéreos contra Siria. Ello quedó demostrado con el bombardeo estadounidense de abril de 2017, realizado de forma solitaria; y se volvió a confirmar el pasado 13 de abril del 2018.

Cabe recordar que, después de aquel bombardeo realizado por Estados Unidos en abril de 2017, un informe de los servicios secretos de Francia vino a confirmar las conclusiones a las que habían llegado sus homólogos norteamericanos (remitimos al lector a nuestro breve análisis, titulado «Armes chimiques en Syrie: à propos du rapport des services de renseignements français«, disponible aquí).

El anuncio oficial de «pruebas irrefutables contra Siria» por parte de Francia se hizo pocos días antes de la primera vuelta de las elecciones, el 19 de abril de 2017 (véase déclaraciones del jefe de la diplomacia gala contenidas en esta nota de prensa de Le Parisien).

Como indicado, el informe de los servicios de inteligencia de Francia fue precedido por un informe de inteligencia presentado por Estados Unidos: este último había sido calificado por especialistas norteamericanos como un «obviously false, misleading and amateurish intelligence report» (sic.)(Nota 1).

A modo de conclusión

Cabe recordar que, en septiembre de 2013, Francia estuvo a punto de declararle la guerra a Siria. El súbito cambio de posición del Presidente Barack Obama obligó entonces a Francia a revisar su dispositivo militar. (Véase nota de prensa titulada «L’été où la France a presque fait la guerre en Syrie» publicada en setiembre del 2014 en Le Monde). Se lee en la precitada nota que:

«Mercredi 4 septembre, le jour du débat prévu à l’Assemblée nationale, François Hollande convoque ses principaux ministres et collaborateurs pour un conseil restreint, à 11 h 30, à l’Elysée. « Le président insiste sur la nécessité d’apporter des informations d’origine françaises pour valider un argumentaire en quatre points, raconte un témoin: c’est une attaque chimique, massive, contre des civils, orchestrée par le régime de Bachar Al-Assad ».

Hay que agradecer a la redacción de Le Monde por tener tan bien informados a sus lectores, y notar que el sencillo guion solicitado por el Presidente François Hollande a sus colaboradores más cercanos («attaque chimique / massive / contre des civils / orchestrée par le régime de Bachar Al-Assad») recuerda uno proveniente esta vez de su homólogo, el Presidente Barack Obama (Nota 2).

Esta declaración conjunta del 26 de abril de 2018 parece confirmar que, casi cinco años después, Francia sigue manteniendo la misma estrategia en Siria y que, esta vez, ha encontrado en Estados Unidos un socio dispuesto a acompañarla, mediante la ayuda de informes de inteligencia.

Todo intento por demostrar algo que no sea la responsabilidad directa de las autoridades sirias es considerado inoportuno y debe ser combatido: todos los Estados que presten su concurso a ello son bienvenidos.

 

Notas

Nota 1: Véase informe del Profesor Theodore A. Postol del MIT (Massachusetts) (texto completo disponible aquí) titulado «A Quick Turnaround Assessment of the White House Intelligence Report Issued on April 11, 2017 About the Nerve Agent Attack in Khan Shaykhun, Syria«, página 4.

Nota 2: En el 2013, algunos medios de información (pocos) se interesaron por correos filtrados relativos a un plan secreto de la Administración Obama para endosar a Siria el uso de armas químicas que justificarían una intervención militar: véase el artículo titulado “U.S. ‘backed plan to launch chemical weapon attack on Syria and blame it on Assad’s regime”, retirado del sitio inicial que lo publicó y capturado por otros sitios, como por ejemplo en este enlace.

 

Texto de la Declaración conjunta del 26 de abril del 2018, tal y como publicada en el sitio oficial de la diplomacia francesa (texto en francés):

 Syrie / Attaques chimiques à Douma (7 avril) : Déclaration conjointe de la France et 16 autres pays membres de l’OIAC (26.04.2018)

«Le 26 avril, la Russie a décidé la tenue d’une prétendue réunion « d’information » au siège de l’OIAC (La Haye) mettant en scène des « témoins » syriens.

La France et 16 autres pays membres de l’OIAC ont dénoncé cet exercice de propagande dans une déclaration (lire ci-dessous).

Comme l’a affirmé le représentant de la France auprès de l’OIAC, M. Philippe Lalliot, cette réunion n’était qu’une mascarade sordide : « Elle ne surprend pas de la part du gouvernement syrien qui n’est pas à une obscénité près, ayant massacré et gazé son propre peuple depuis plus de 7 ans. Il devra rendre des comptes. Nous y veillerons. C’est plus étonnant de la part de la Russie qui ne peut espérer tromper personne avec une manœuvre aussi grossière. »

La France et ses partenaires rappellent leur plein soutien à l’enquête menée par l’OIAC en dépit de toutes les tentatives de propagande et d’obstructions.

Déclaration conjointe de l’Allemagne, l’Australie, la Bulgarie, le Canada, le Danemark, l’Estonie, des Etats-Unis d’Amérique, de la France, l’Islande, l’Italie, la Lettonie, la Lituanie, des Pays-Bas, de la Pologne, la République tchèque, du Royaume-Uni de Grande-Bretagne et d’Irlande du Nord et de la Slovaquie

Les enquêteurs de l’OIAC sont en Syrie depuis deux semaines. Ils effectuent leur travail dans des conditions très difficiles. Nous leur apportons notre soutien plein et entier. Au lieu de collaborer avec l’OIAC pour l’aider dans son enquête, la Syrie et la Russie n’ont cessé de dresser des obstacles dans le but de retarder son déploiement à Douma et de mener une campagne de propagande contre elle. l’Allemagne, l’Australie, la Bulgarie, le Canada, la République tchèque, le Danemark, l’Estonie, les Etats-Unis d’Amérique, la France, l’Islande, l’Italie, la Lettonie, la Lituanie, les Pays-Bas, la Pologne, le Royaume-Uni de Grande-Bretagne et d’Irlande du Nord et la Slovaquie, pays signataires de la présente déclaration conjointe et Etats Parties à la Convention sur l’interdiction des armes chimiques (CIAC), entendent attirer l’attention sur cette intolérable campagne de diffamation menée par la Russie contre l’OIAC et appeler à y mettre un terme. Aujourd’hui, la Russie a décidé d’organiser une prétendue réunion d’information au siège de l’OIAC, qui n’est rien d’autre qu’un simple exercice de propagande.

Pire encore: en présentant l’information dans les locaux de l’OIAC, la Russie tente de donner la fausse impression que l’OIAC a organisé cette réunion à la demande de la Russie. Rien n’est moins vrai. Le Directeur général de l’OIAC a tenu sans ambiguïté à se dissocier de cette réunion. Il a fait savoir à la Russie que cette réunion, au cours de laquelle des « témoins » prétendront avoir été engagés pour simuler une attaque à l’arme chimique, va à l’encontre du travail que les inspecteurs de l’OIAC sont en train d’effectuer en Syrie et que, si ces « témoins » détiennent des informations utiles sur l’incident, ils doivent en premier lieu être présentés aux enquêteurs de la FFM (Mission d’établissement des Faits) pour être interrogés.

L’authenticité des informations recueillies à ce jour concernant les attaques chimiques perpétrées à Douma le 7 avril, grâce à de nombreux témoignages, est incontestable. Des ONG médicales ont trouvé des traces d’agents chimiques sur les victimes. De nombreuses photos et vidéos, qui se corroborent mutuellement, ont été authentifiées. Les symptômes présentés le jour de l’attaque par plus de 500 patients accueillis dans les centres médicaux évoquaient indubitablement une intoxication au gaz. L’OMS a exprimé son inquiétude devant des rapports de ses partenaires sur l’état de patients présentant des signes et symptômes révélateurs d’une exposition à des substances chimiques toxiques. Nous attendons que ces informations soient vérifiées et confirmées par un examen indépendant de la FFM.

Obstruction, propagande, désinformation sont autant de tentatives visant à porter atteinte au cadre multilatéral. Nous exhortons la Russie à coopérer pleinement avec l’OIAC, comme elle a affirmé à maintes reprises vouloir le faire et comme ses engagements internationaux l’y obligent. Nous appelons également la Russie à exercer la responsabilité qui lui incombe d’exhorter la Syrie à respecter pleinement ses engagements au titre de la CIAC.

Nous réaffirmons notre plein soutien au Directeur général de l’OIAC et au Secrétariat technique et exprimons notre entière confiance dans le travail de l’OIAC«.

 

(*)Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR).

 

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