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Etiqueta: bienes culturales

Histórico: Museo de Cultura Popular recibirá “Escudo Azul” de la Unesco

  • Estandarte representa una protección de bienes culturales ante situaciones de conflicto bélico o ante la amenaza de desastres naturales.

  • La casona fue construida entre 1885 y 1887. Allí residió el presidente de la República (1914-1917) Alfredo González Flores.

UNA Comunica. 10 de mayo 2024. Por primera vez, un bien patrimonial de una universidad costarricense será galardonado con el Escudo Azul que otorga la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). En este caso, el estandarte será entregado a la casona del Museo de Cultura Popular de la Universidad Nacional (UNA), que se ubica en Barva de Heredia.

El anunció se oficializó la mañana de este 8 de mayo, en las oficinas del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. En representación de la UNA acudieron el director del Museo, Pablo Orozco y el director de la Escuela de Historia, Rafael Ledezma.

“Para la Universidad significa una gran noticia y un enorme prestigio con el respaldo de una instancia mundial como la Unesco, que refuerza la importancia de la preservación de nuestro patrimonio”, manifestó Orozco.

El Escudo Azul de la Unesco es un símbolo que se utiliza para la protección de los bienes culturales de una nación. Se concibió como un mecanismo de resguardo ante conflictos armados, luego de las pérdidas que se registraron tras la I y II guerras mundiales, del siglo anterior.

En 1954 la Unesco organizó la Convención de la Haya aprobó un tratado relativo a la protección del patrimonio cultural en caso de conflicto armado y desastres naturales, proveyendo apoyo ante situaciones de crisis.

Luego, en 1998, Costa Rica ratificó un tratado internacional para la protección de bienes culturales. Es así como, desde entonces, existen 20 instituciones que cuentan con bienes materiales protegidos por el Escudo Azul. Entre ellos se encuentran, el Teatro Nacional, el edificio de Correos de Costa Rica, la Casa Amarilla que es sede de la Cancillería, el Archivo Nacional, el Fortín de Heredia y las instalaciones del Liceo de Heredia, entre otras.

Alrededor de todo el mundo, se han llevado a cabo gestiones para proteger diversos bienes materiales e inmateriales que son patrimonio cultural de la humanidad, entre los que se cuentan museos, bibliotecas, sitios arqueológicos, archivos y áreas naturales.

Recientemente, y a raíz del conflicto bélico a causa de la invasión de Rusia en Ucrania, la Unesco ha hecho un llamado para la colocación de escudos azules en al menos 28 lugares considerados Patrimonio de la Humanidad y que están en riesgo de dañarse o perderse a raíz de la guerra.

“Con este estandarte nos garantizamos la protección de nuestra casona, como patrimonio cultural. Aunque, dichosamente, no somos un país que esté en medio de un conflicto bélico, esta cobertura alcanza a la ocurrencia de algún evento natural, climático, sísmico o de otra índole, que pueda afectar la infraestructura”, explicó Orozco.

La casona, ubicada dentro de las instalaciones del Museo, fue construida entre 1885 y 1887 y es representativa de la arquitectura tradicional del Valle Central. En sus paredes de bahareque residió el presidente de Costa Rica entre 1914 y 1917, Alfredo González Flores.

En 1990 se creó el proyecto Museo-UNA, de la Dirección de Extensión del Decanato de Ciencias Sociales y para junio de ese mismo año, y por decreto ejecutivo número 119794-C, se declaró la casona como patrimonio arquitectónico e histórico.

La noticia surge, además, en el contexto de la celebración, en este 2024, de los 30 años de la fundación del Museo de Cultural Popular, el pasado 11 de febrero, concebido como un espacio para la preservación y difusión de la cultura costarricense.

Gestión exitosa

Ante la necesidad de ofrecer un grado de protección mayor al inmueble, desde la dirección del Museo se iniciaron las gestiones ante el Ministerio de Cultura para la obtención del galardón.

“Lo conversé junto con don Rafael, director de la Escuela, y no acercamos al Centro de Patrimonio para barajar la posibilidad de que la casona fuera incluida en la lista para el otorgamiento del Escudo Azul. Ellos recibieron el caso, lo analizaron y concluyeron que cumplía con todas las prerrogativas, considerando que el bien merece ser protegido”, indicó Luis Pablo Orozco.

El Escudo Azul combina los colores azul y blanco sobre un pentágono rectangular. Junto con él se incluye una placa de la Cruz Roja Costarricense, institución benemérita que se encarga de la donación.

El paso siguiente será la entrega del escudo y la placa al museo y la determinación, por parte de la UNA, de la colocación del estandarte sobre una pared o en un pedestal.

“La develación de la placa es un acto que a nivel interno debemos gestionar en la Universidad, de manera que pueda ser una actividad oficial, estén presentar las autoridades universitarias, en virtud de la importancia que representa haber obtenido el Escudo Azul”, detalló el director del Museo de Cultura Popular.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

¿Cómo va el Diagnóstico Participativo de los Bienes Comunes en el Cantón de Limón?

Observatorio de Bienes Comunes

El Observatorio de Bienes Comunes con el apoyo de la Sede del Caribe de la UCR hemos llevado a cabo tres talleres del diagnóstico participativo  (2, 16 y 17 de setiembre), en los cuales han participado diversas persones provenientes de organizaciones e instituciones públicas que llevan a cabo sus actividades y procesos en el cantón, tales como Acueductos y Alcantarillados, DINADECO, Ministerio de Educación Pública, Universidad de Costa Rica, y de organizaciones hemos tenido la fortuna de contar con la Asociación Limonense de Arte, Raíz y Cultura, el  Grupo de Guías y Scouts de Valle de la Estrella, la Junta de Salud del Valle de la Estrella y Limon Grow.

En estos tres talleres hemos abordado algunas de las inquietudes principales con las cuales nos motivaba el desarrollo de este diagnóstico. ¿Qué está pasando con los bienes naturales, sociales y culturales del cantón de Limón? y ¿Qué estamos haciendo ante ese contexto?

También, hemos conversado y problematizado la situación de la participación de las personas en el Cantón, dado que en muchas ocasiones se ha caracterizado por el desinterés o la apatía.

El cantón de Limón cuenta con un sinnúmero de bienes culturales, sociales y naturales, que rodean los diversos espacios y territorios que conforman el cantón.

Sin embargo:

– no necesariamente la presencia del bien y el reconocimiento de su importancia es garantía de que se encuentre protegido y acompañado.

– las condiciones y garantías actuales de las instituciones públicas presentes en el cantón, enfrentan procesos de debilitamiento para sus funciones de cuido de los bienes sociales, culturales y naturales, lo cual hace tomar mayor importancia la presencia de los procesos organizativos locales para su defensa.

Tenemos algunos escenarios que debemos considerar:
Hay procesos que procuran ningunear a las personas líderes y lideresas de las comunidades, calificándolas de personas necias o incómodas.
Ha habido una erosión de la identidad comunitaria.
Existe un escenario de despolitización y erosión de la institucionalidad, provocando recortes de presupuesto y sobrecarga de funciones a las personas trabajadoras.
Por los tiempos y compromisos en los que estamos inmersos, se ha privilegiado la organización de eventos puntuales, sin embargo estos no han logrado generar procesos de participación de mediano y largo plazo, generando poco vínculo y participación.

Muchos de los bienes naturales, sociales y culturales que acompañamos están expuestos a contextos de mercantilización, lo que genera que ciertos sectores de poder, interrumpan o impidan el involucramiento de las comunidades.
Hemos dejado un poco de lado los espacios lúdicos y de creatividad, como puntos de partida para la participación e involucramiento de las personas.

Algunas propuestas que hemos identificado

-Promover procesos de participación que fortalezcan las dimensiones vivenciales de los procesos desde las experiencias de las personas y con una perspectiva de democratización.

-A lo interno de nuestras organizaciones construir procesos de formación que permitan fortalecer el compromiso de las personas participantes y de las comunidades involucradas en nuestras actividades.

-La reivindicación de los espacios lúdicos y festivos como momentos pedagógicos para la participación activa de las personas.

Les queremos compartir los dos primeros boletines, dónde podrán encontrar estas y otras reflexiones que hemos venido desarrollando durante este proceso.