Skip to main content

Etiqueta: campeona olímpica

Lina Radke, una campeona olímpica en la RDA

 

Por Gabe Abrahams

Lina Radke, nacida Karoline Batschauer, fue la primera Campeona Olímpica de la historia de los 800 metros. En un tiempo difícil para el deporte femenino, ella peleó contra la adversidad y triunfó. Esta es su apasionante historia.

Oro olímpico

Karoline Batschauer nació en Karlsruhe, Alemania, el 18 de octubre de 1903. Sus padres fueron Felix Batschauer, cerrajero y mecánico de profesión, y Magdalena Fitter.

En 1917, Karoline Batschauer se mudó con su familia a Baden-Baden, lugar en el que su padre trabajó de maquinista en la fábrica Batschari. Y, a principios de los años veinte, inició sus entrenamientos y competiciones como corredora, junto a su único hermano Emil.

En 1926, consiguió su primer éxito deportivo al ganar la prueba de los 1.000 metros del Campeonato de Alemania con la camiseta del SC Baden-Baden. Y, en 1927, con su nuevo club Karlsruher FV, venció otra vez en el campeonato alemán, en esta ocasión en la prueba de los 800 metros, estableciendo su primera plusmarca mundial de la distancia con un registro de 2:23.8.

En ese mismo año de 1927, Karoline Batschauer se casó con su entrenador Georg Radke y ambos se mudaron a la ciudad de Breslau. Desde entonces, pasó a llamarse Lina Radke.

Animada por sus éxitos deportivos, la joven corredora intensificó sus entrenamientos de cara a los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928 y su sacrificio la condujo a la gloria olímpica.

El 1 de julio de 1928, con la camiseta de su tercer club, el VfB Breslau, Lina Radke demostró encontrarse en un gran momento de forma al batir su propia plusmarca mundial de los 800 metros con un registro de 2:19.6. Días después, logró su tercer título alemán de la distancia.

Ya en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam, el día 2 de agosto, Lina Radke no falló y se impuso de manera brillante en la final de 800 metros, dejando atrás a la japonesa Kinue Hitomi y a la sueca Inga Gentzel. Su registro de 2:16.8 le supuso lograr la medalla de oro y alcanzar su tercera plusmarca mundial de los 800 metros.

Cabe señalar en este punto que, en los Juegos de Ámsterdam, se disputaron por primera vez pruebas de atletismo femenino, contra el criterio de Pierre de Coubertin -fundador de los Juegos Olímpicos modernos- y los conservadores del Comité Olímpico Internacional (COI). Concluidos los Juegos, el COI eliminó los 800 metros, alegando que las atletas no los soportaban. Hasta los Juegos de Roma de 1960, no se recuperó la distancia. Las teorías de Coubertin y el COI fueron hechas mil pedazos cuando las mujeres compitieron en largas distancias décadas después y alcanzaron registros incluso mejores que las antiguas plusmarcas masculinas.

Tras los Juegos de Ámsterdam, Lina Radke siguió entrenando y compitiendo y volvió a destacar en los campeonatos alemanes. En 1930 y 1931, consiguió ser subcampeona alemana de los 800 metros, siendo superada por Marie Dollinger. Y, en 1930, logró la plusmarca mundial de los 1.000 metros.

En 1934, después de participar en los Juegos Mundiales para Mujeres, una competición femenina disputada entre 1922 y 1934 y existente gracias a la feminista francesa Alice Milliat y su Fédération Sportive Féminine Internationale (FSFI), Lina Radke se retiró de la competición definitivamente y se dedicó a ejercer de entrenadora en su club, el VfB Breslau.

Desde esas fechas, se apartó de toda actividad pública, por ser contraria al gobierno alemán nacionalsocialista. Y, en 1937, junto a su marido Georg Radke, tuvo al que sería su único hijo, Norbert.

La RDA

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue un tiempo de calamidades y penurias. Duro, difícil de llevar. En esos años, Lina Radke padeció todo tipo de dificultades. Por ejemplo, su marido Georg Radke pasó un tiempo en un campo de prisioneros soviéticos.

Al concluir la guerra, Lina fue expulsada de Breslau, que se había convertido en polaca, encontrando refugio junto a su marido e hijo en Torgau, una población situada en el este de Alemania. En el viaje de Breslau a Torgau, Lina perdió un objeto muy especial para ella, perdió su medalla de oro olímpica. Torgau se encontró bajo el control de la URSS hasta que en 1949 pasó a ser parte de un nuevo estado comunista, la República Democrática Alemana (RDA).

Asentados en Torgau, Lina Radke y su marido George Radke ejercieron de entrenadores y consiguieron logros destacados en la joven RDA. Por ejemplo, su discípula Elli Sudrow se proclamó campeona nacional de 800 metros en 1951 y 1953.

En 1956, ambos vieron recompensada su labor, cuando el Comité Olímpico de la RDA reprodujo la medalla de oro olímpica de Lina, extraviada durante su viaje de Breslau a Torgau, y se la entregó como reconocimiento.

En 1961, el matrimonio Radke puso fin a su estancia en la RDA y se marchó a vivir a Karlsruhe, la ciudad natal de Lina, en ese momento perteneciente a la República Federal de Alemania (RFA). La marcha de la Alemania comunista hacia la Alemania capitalista fue motivada por el deseo de su hijo Norbert de dedicarse a ser músico de jazz.

El regreso a Karlsruhe

Al poco tiempo de su regreso a Karlsruhe, las esperanzas de Lina Radke de recibir apoyos para su actividad deportiva se desvanecieron. Lina comprobó que ni su antiguo club, ni la Federación de Atletismo de la República Federal de Alemania, ni el Comité Olímpico del país, tenían intención de ayudarla. La única excepción fue el ayuntamiento de Karlsruhe, quien en 1973 le entregó la medalla de oro de la ciudad por su trayectoria. Quedan pocas dudas de que la buena relación del matrimonio Radke con el deporte de la RDA fue lo que motivo la falta de apoyos.

A raíz de esa situación, Lina Radke vivió retirada de toda actividad pública durante sus últimos años de vida como en los años de la Alemania nazi, pasando al anonimato más absoluto. Tanto que el 8 de octubre de 1983 un cargo deportivo se encontró con la sorpresa de que, al ir a felicitarla por su 80 cumpleaños, sus vecinos le dijeron: «¡La señora Radke murió hace seis meses!».

Lina Radke efectivamente falleció el 14 de febrero de 1983, con 79 años, siendo enterrada en el cementerio de Mühlburg, perteneciente a Karlsruhe, sin que trascendiese la noticia. Su marido Georg Radke le sobrevivió diez años.

Tras su fallecimiento, Lina Radke recibió escasos reconocimientos. El motivo no fue otro que su buena relación con el deporte de la RDA, como ya le ocurrió en vida. Con el paso de los años, no obstante, las instituciones políticas y deportivas trataron mejor a la atleta. En 2021, se inauguró el Pabellón Lina Radke en Karlsruhe. Y, en 2022, la World Athletics, es decir la Federación Internacional de Atletismo, le dedicó a la corredora una placa conmemorativa en el Estadio Olímpico de Ámsterdam, lugar en el que ella tocó el cielo.

No podía ser de otra forma…

Lina Radke, una corredora excelente envuelta en una época difícil, peleó contra la adversidad y ganó. Fue la primera Campeona Olímpica de los 800 metros. Su trayectoria y su gesta olímpica son pura historia del deporte del siglo XX. Son imborrables.

Alice Coachman, la primera campeona olímpica negra

Gabe Abrahams

En mi anterior artículo dedicado al atleta de color Ralph Metcalfe, expliqué sus logros en el deporte y la política, conseguidos en medio de la segregación racial de Estados Unidos. En el presente artículo dedicado a la atleta Alice Coachman, narro otra historia de grandes éxitos deportivos y segregación.

Alice Marie Coachman Davis (1923-2014) nació el 9 de noviembre de 1923 en Albany, Georgia, Estados Unidos. Fue la quinta hija de Fred y Evelyn Coachman, los cuales tuvieron un total de diez hijos.

Alice Coachman asistió a las escuelas Monroe Street Elementary School y Madison High School. Y, por ser negra, fue segregada y no pudo practicar atletismo junto a sus compañeras blancas. La segregación en Estados Unidos fue ley (leyes Jim Crow) hasta 1967, legislación cumplida tanto en los Estados del sur como en los del norte sin excesivas contemplaciones.

En 1939, Alice Coachman prosiguió sus estudios en la Escuela Preparatoria de Tuskegee, Alabama, gracias a una beca otorgada por sus condiciones atléticas, graduándose con una licenciatura en Confección en el Instituto Tuskegee en 1946. Tres años después, también consiguió una licenciatura en Economía en el Albany State College.

Desde 1939, la carrera deportiva de Alice Coachman fue espectacular. Entre ese año y 1948, Coachman ganó diez veces la prueba de salto de altura en los campeonatos de atletismo de Estados Unidos, venciendo además en otras pruebas como los 100 metros lisos y el relevo 4×400 metros.

Por culpa de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Coachman no pudo competir en los Juegos Olímpicos de 1940 y 1944. Aunque, una vez terminó el conflicto, sí pudo hacerlo finalmente en los Juegos Olímpicos de Londres de 1948. En medio de una disputa emocionante, Coachman ganó la prueba de salto de altura al derrotar por unos pocos centímetros a la británica Dorothy Tyler, Subcampeona Olímpica de la especialidad en los anteriores Juegos de Berlín de 1936.

La victoria le supuso a Alice Coachman colgarse el oro olímpico y convertirse en la primera mujer negra en alcanzar tamaña gesta.

Tras su triunfo, Alice Coachman fue recibida por las autoridades de Estados Unidos. En su ciudad natal, Albany, esas autoridades segregaron a los ciudadanos negros que acudieron a recibirla, separándolos de los blancos, a la vez que a ella le negaron el saludo por ser negra. Un caso similar al que padeció doce años antes el atleta Ralph Metcalfe, cuando tras alcanzar el oro olímpico el presidente Franklin D. Roosevelt se negó a darle la mano por su condición de negro.

Después de los Juegos Olímpicos de Londres de 1948, Alice Coachman se retiró del atletismo y se dedicó a la educación. Se casó dos veces y tuvo dos hijos de su primer matrimonio. Además, fundó la Alice Coachman Track and Field Foundation, con el objetivo de ayudar a los atletas con pocos recursos económicos.

Pasada una década del final oficial de las leyes de segregación, en 1975, Alice Coachman fue admitida en el USA Track and Field Hall of Fame. En 1996, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, también recibió un reconocimiento público. Y, en 2004, fue incluida en el United States Olympic Hall of Fame. La segregación racial pesaba sobre las conciencias de muchos cargos deportivos norteamericanos, lo cual motivó que más de una institución otorgarse premios a deportistas negros que en el pasado habían sido injustamente tratados por el mero hecho de serlo.

En 1998, Alice Coachman recibió otro importante reconocimiento. La Alpha Kappa Alpha Sorority, la primera fraternidad de mujeres negras de Estados Unidos, le otorgó la membresía de honor. Fundada en 1908, desde sus inicios, la fraternidad luchó a favor de las mujeres de color, teniendo entre sus miembros a personajes relevantes e, incluso, a diversas medallistas olímpicas como Tonique Williams-Darling, Vonetta Flowers, Debi Thomas o Zina Garrison.

Alice Coachman falleció en Albany, Georgia, el 14 de julio de 2014, de un paro cardíaco. Su muerte fue llorada por el mundo del deporte, el olimpismo y las gentes de la tierra que la vio nacer, muchas de ellas afrodescendientes. Solo dos meses después del desenlace, el 25 de septiembre, falleció Dorothy Tyler, su rival y compañera en el pódium de los Juegos de Londres de 1948. Ambas estuvieron muy cerca, tanto en el deporte como en el final.

Transcurrida una década del fallecimiento de Alice Coachman, su ciudad natal Albany tiene una avenida y una escuela con su nombre a modo de homenaje y las instituciones deportivas internacionales la tienen muy presente. No hay aniversario de sus hazañas atléticas que pase desapercibido. No hay aniversario de su gesta olímpica que no se conmemore. La primera mujer negra que consiguió una medalla de oro en una olimpiada se ha ganado un hueco en la historia del deporte. Justicia, tal vez, solo justicia es la palabra.