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Etiqueta: Carlos Hernández

Costa Rica: Construyendo juntos un futuro solidario y democrático

Carlos Hernández / Cokomal / Redess

Costa Rica enfrenta un momento crucial de su historia, donde la crisis democrática, económica y la violencia generada por el narcotráfico exigen respuestas profundas y estructuradas. Las aspiraciones de los movimientos sociales de equidad, justicia y participación han sido golpeadas por cuatro décadas de predominio neoliberal y creciente desigualdad.

Desde la economía solidaria, no solo es posible replantear el modelo económico actual, sino también generar una articulación social que construya un pacto inclusivo capaz de integrar la diversidad de sectores ciudadanos.

La urgencia de un pacto social en Costa Rica

La economía solidaria, por su propia esencia, reconoce que el desarrollo económico debe estar ligado a la cooperación entre distintos actores sociales. Sin embargo, para que esta visión se traduzca en políticas efectivas y en una transformación real, es fundamental la construcción de un pacto social.

Este pacto no puede ser impuesto desde las élites ni responder únicamente a una agenda política económica. Debe ser el resultado de la convergencia de diversas voces: comunidades organizadas, sindicatos, asociaciones de trabajadores, academia y movimientos sociales que, en conjunto, defienden una patria digna y solidaria.

Un pacto social fortalecería las bases de una democracia real, alejándose de la plutocracia y la corrupción que han desfinanciado los programas públicos esenciales. La educación, la salud, la vivienda y el medio ambiente han sido sacrificados bajo una lógica de acumulación desmedida, mientras que la riqueza se concentra en sectores con capacidad de influencia sobre las decisiones políticas.

Un pacto social permitiría recuperar la soberanía de lo público, garantizando que la economía esté al servicio de la sociedad y no de unos pocos.

Expresión de la diversidad social: hacia una construcción participativa

Uno de los principios fundamentales de la economía solidaria es la diversidad. Un pacto social debe reconocer y dar voz a las distintas realidades que conviven en el país: los pequeños productores rurales, los trabajadores informales, la asociatividad en los territorios rurales y urbanos, los emprendimientos sociales y el movimiento ambientalista.

La articulación de estos actores es clave para generar respuestas desde abajo, desde quienes viven y resisten los efectos de la crisis en su cotidianidad.

La construcción de este pacto debe partir de procesos de participación activa, donde los sectores marginados por el modelo neoliberal recuperen poder de decisión y capacidad de incidencia. No es suficiente diagnosticar los problemas del país: es urgente que las comunidades diseñen alternativas y ejerzan su derecho a transformar la realidad.

Hacia una Democracia Solidaria y Activa

Costa Rica debe decidir si continúa caminando al borde del abismo o si encuentra un camino hacia la construcción de una vía de justicia social, inclusión y soberanía. La economía solidaria no es simplemente una alternativa económica, sino una opción de vida, donde los valores de equidad, justicia y colaboración sean la base de un nuevo modelo social.

El pacto social es la clave para restaurar la confianza ciudadana y recuperar la soberanía popular. No podemos permitir que la plutocracia continúe definiendo el destino del país. La oportunidad de cambiar el rumbo sigue vigente, pero solo será posible si la diversidad social converge en un proyecto común de transformación.

Imagen: https://teodulolopezmelendez

Viviendo la realidad de ser adulto mayor en Costa Rica

Carlos Hernández
COKOMAL / RedESS

En nuestro país, la población está envejeciendo rápidamente. Se estima que para el año 2050, el 20% de los costarricenses serán mayores de 65 años, lo que representa alrededor de 1.02 millones de personas en este grupo etario. Nos enfrentamos a desafíos serios y urgentes para garantizar una vejez digna, inclusiva y sustentada en principios de equidad.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), la población adulta mayor en Costa Rica, definida como personas de 65 años o más, ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas. En los cantones como San José, Cartago y Heredia, esta población representa un porcentaje considerable del total de habitantes.

La ENAHO de julio de 2023 revela que un 51.7% de los adultos mayores necesita apoyo para el mantenimiento y adecuación de sus hogares, y que más de 215,000 personas adultas mayores viven sin ningún tipo de pensión, colocándolos en una situación de alta vulnerabilidad económica.

El papel de la economía solidaria en el apoyo a los adultos mayores

La economía solidaria puede ser una herramienta transformadora para enfrentar los retos asociados con el envejecimiento poblacional. A través de la promoción de cooperativas, asociaciones y redes de colaboración, se pueden crear espacios donde los adultos mayores participen activamente en la producción, intercambio y consumo de bienes y servicios de manera inclusiva.

Estas iniciativas no solo fomentan la sostenibilidad económica, sino también la integración social, al reconocer y valorar los saberes y la experiencia de los adultos mayores. Por ejemplo:

• Promoción de redes de apoyo comunitario: Estas redes pueden facilitar el acceso a alimentos producidos localmente y promover el consumo responsable, garantizando la seguridad alimentaria de los adultos mayores.

• Creación de programas de formación y mentoría: Aprovechando la experiencia de los adultos mayores, estos programas pueden contribuir a la transmisión de conocimientos a generaciones más jóvenes y ofrecerles oportunidades de aprendizaje y empleo.

• Fomento de proyectos intergeneracionales: Iniciativas que conecten a adultos mayores con jóvenes en actividades cooperativas pueden fortalecer el tejido social, promoviendo una cultura de respeto mutuo y aprendizaje compartido.

Reflexionamos

Es fundamental reconocer la invaluable contribución de los adultos mayores en Costa Rica. Las organizaciones sociales y la economía solidaria tienen un rol crucial en la promoción de una vejez digna e inclusiva. Esto no solo implica garantizar el acceso a servicios de salud y apoyo social adecuados, sino también permitir que los adultos mayores participen activamente en la sociedad mediante proyectos comunitarios basados en la solidaridad y la asociatividad.

Al integrar los principios de la economía solidaria en las políticas públicas y las iniciativas comunitarias, no solo se mejora la calidad de vida de esta población, sino que se construye un modelo más equitativo y humano de desarrollo, en beneficio de todas las generaciones.

Imagen: Laura Rodríguez Rodríguez / UCR.

Desarrollo de una Plataforma de Comercialización Solidaria

Fortaleciendo economías locales y la calidad de vida

Carlos Hernández -Cokomal / Redess
carloscokomal.p@gmail.com

La creación de una web de comercialización solidaria es una iniciativa crucial para promover el acceso equitativo a productos elaborados bajo principios de la economía solidaria. Este proyecto busca fortalecer la economía local y mejorar la calidad de vida de las comunidades más vulnerables, mediante la promoción de prácticas productivas y los valores fundamentales de la economía solidaria, tales como la cooperación, la equidad, la justicia social, la sostenibilidad ambiental y la participación democrática.

Para desarrollar esta plataforma, es necesaria una inversión económica y organizativa significativa. La inversión económica incluye costos asociados al diseño, desarrollo y mantenimiento del sitio web, así como al marketing y la promoción de la plataforma para atraer a productores y consumidores. Además, se requiere la implementación de sistemas logísticos eficientes para asegurar la entrega oportuna de los productos y la capacitación de los productores en el uso de tecnologías digitales.

En términos organizativos, es fundamental establecer una estructura de gobernanza que garantice la participación democrática y la transparencia en la toma de decisiones. Esto incluye la creación de comités de gestión y la colaboración intersectorial con gobiernos, ONGs y comunidades locales para asegurar el éxito del proyecto. También es esencial promover el empoderamiento de los productores y fortalecer las redes comunitarias para facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias.

Objetivos:

  1. Facilitar el acceso al mercado para productores solidarios y artesanos, promoviendo la comercialización de sus productos a través de una plataforma digital.

  2. Generar ingresos sostenibles para las comunidades mediante la venta de productos solidarios.

  3. Fomentar el consumo responsable y la economía circular, incentivando la compra de productos locales y de temporada.

  4. Promover la colaboración y el intercambio de conocimientos entre los actores de la economía solidaria.

  5. Establecer mecanismos de monitoreo y evaluación para medir el impacto de la plataforma en términos de rentabilidad y sostenibilidad.

Elementos de Rentabilidad:

  1. Análisis de Mercado: Realizar estudios de mercado para identificar la demanda de productos solidarios y establecer un nicho de mercado que garantice la viabilidad económica del proyecto.

  2. Modelo de Negocio: Definir un modelo de negocio claro que incluya fuentes de ingresos como la venta de productos, servicios adicionales, y posibles suscripciones o membresías.

  3. Estrategia de Precios: Establecer una estrategia de precios justa y competitiva que refleje el valor de los productos solidarios y asegure la rentabilidad.

  4. Costos Operativos: Identificar y gestionar los costos operativos, incluyendo el desarrollo y mantenimiento del sitio web, marketing, logística y almacenamiento.

  5. Diversificación de Productos: Ofrecer una variedad de productos solidarios para atraer a un público más amplio y aumentar las oportunidades de venta.

  6. Programas de Fidelización: Implementar programas de fidelización para incentivar la repetición de compras y aumentar el valor de vida del cliente.

Tejido Organizativo de Sustento:

  1. Colaboración Intersectorial: Fomentar la colaboración entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales, comunidades locales y el sector privado para asegurar el éxito del proyecto.

  2. Capacitación y Formación: Ofrecer programas de capacitación y formación dirigidos a los productores solidarios para mejorar sus habilidades y conocimientos en áreas como producción sostenible, marketing digital y gestión empresarial.

  3. Plataforma de comercio: Seleccionar una plataforma de comercio que sea fácil de usar, segura y personalizable para adaptarse a las necesidades de la comercialización solidaria.

  4. Diseño y Usabilidad: Crear un diseño atractivo y una interfaz de usuario intuitiva que facilite la navegación y la experiencia de compra del cliente.

  5. Logística y Distribución: Establecer un sistema eficiente de logística y distribución para asegurar la entrega oportuna de los productos a los clientes.

  6. Redes Comunitarias: Fortalecer las redes comunitarias para promover el intercambio de conocimientos y experiencias, e impulsar la innovación social en el ámbito de la economía solidaria.

  7. Monitoreo y Evaluación: Utilizar herramientas de análisis web para monitorear el rendimiento del sitio, identificar áreas de mejora y tomar decisiones basadas en datos.

El desarrollo de una web de comercialización solidaria requiere un enfoque integral que contemple tanto los elementos de rentabilidad como el tejido organizativo de sustento. La colaboración intersectorial, la capacitación, el uso de tecnologías innovadoras y la promoción de una cultura de sostenibilidad son aspectos clave para asegurar el éxito y la sostenibilidad de esta iniciativa. Con un compromiso firme hacia los principios de la economía solidaria, esta plataforma digital puede convertirse en un motor de desarrollo económico y social para las comunidades más vulnerables.

Construyendo comunidades resilientes a través de la Economía Solidaria 2025

Carlos Hernández
Cokomal / RedEss*

Las estrategias territoriales para fortalecer las dinámicas económicas solidarias representan una iniciativa integral que busca transformar el tejido socioeconómico de nuestras comunidades mediante la implementación de iniciativas asociativas alternativas centrados en las personas y el bien común. Este enfoque innovador propone una reconceptualización de las relaciones económicas tradicionales, privilegiando la colaboración sobre la competencia, la sostenibilidad sobre el beneficio inmediato, y lo comunitario sobre el individualismo.

En un contexto marcado por crecientes desigualdades socioeconómicas y desafíos ambientales, estas estrategias territoriales se presentan como una respuesta coherente y articulada para fomentar un una inclusión social económica local más equitativa y sostenible. A través de la promoción de iniciativas sociales, asociativas productivas y otras formas de organización económica solidaria, se busca crear una dinámica económica que responda efectivamente a las necesidades locales mientras genera oportunidades de prosperidad compartida para todos los miembros de la comunidad.

Es así como la economía solidaria emerge como una propuesta transformadora para los territorios y comunidades, lo que destaca su impacto en el desarrollo local a través de la creación de empleos sostenibles, la mejora de servicios y la calidad de vida. En esta propuesta se utiliza sus recursos para garantizar un acceso equitativo a bienes y servicios, lo que contribuye a la supervivencia y a una vida con dignidad en las comunidades. Las iniciativas de economía solidaria enfrentan desafíos relacionados con su sostenibilidad local, abordando problemáticas diversas mediante estrategias democráticas que fomentan la participación y priorizan las necesidades de las personas sobre el capital.

Se pueden distinguir varias estrategias: las sectoriales (que optimizan el acceso a productos y servicios dentro de un sector), las territoriales (que integran la dimensión geográfica y promueven el desarrollo local) y las orientadas a beneficiarios (que responden a las necesidades de grupos específicos).

Las iniciativas de economía solidaria tienen una misión social clara, operando bajo los principios de solidaridad, sostenibilidad, autonomía, democracia, participación y priorización del trabajo humano. Estas entidades promueven una distribución más equitativa de los beneficios e invierten en sus territorios, fortaleciendo la economía local y generando un tejido social que fomenta el emprendimiento. Además, estas iniciativas son cruciales para mejorar la autonomía territorial en un contexto de descentralización, lo que permite a las comunidades gestionar de manera más eficiente sus recursos y necesidades.

Combinan relaciones entre la producción de bienes y servicios con las exigencias locales, lo que facilita el bienestar social mediante la oferta de servicios que responden a las necesidades comunitarias. Asimismo, generan una dinámica de innovación social y promueven la incidencia política contribuir a la eficacia del Estado en áreas como las políticas sociales, medioambientales y económicas. A través de su filosofía y enfoque democrático, la economía solidaria busca no solo responder a las necesidades económicas, sino también fortalecer la cohesión social y el tejido comunitario, impulsando un desarrollo integral y sostenible en los territorios.

*carloscokomal@gmail.com / F.B: cokomal org / F.B: redess Costa Rica

Contexto actual de la asociatividad en Costa Rica 2024

Carlos Hernández Cokomal / Redess
carloscokomal.p@gmail.com

En Costa Rica, la asociatividad emerge como mecanismo organizativo clave para las comunidades, permitiendo a sus miembros generar ingresos, proteger sus territorios y enfrentar adversidades, además de influir en la gestión municipal para asegurar el acceso a recursos y servicios esenciales. La existencia de 31 asociaciones municipales, que abarcan el 90% del territorio nacional y acogen al 85% de la población, evidencia su rol crucial en el impulso del desarrollo local, la participación ciudadana y la innovación. Nuestra organización Cokomal / Redess apoya decididamente estas asociaciones, promoviendo su consolidación y crecimiento, ya que consideramos que la asociatividad es un pilar esencial para avanzar hacia una gobernanza democrática, inclusiva y sostenible.

La crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto adverso en la economía de las asociaciones de pequeños productores en Costa Rica, incluso después de tres años, agudizando la desigualdad global, la recesión económica, la vulnerabilidad social, el autoritarismo, la exclusión, el feminicidio, así como el conflicto y el descontento social. El informe del Estado de la Nación resalta las dificultades que estos grupos enfrentan para obtener financiamiento, acceder a mercados y servicios públicos, sumado a la reducción de ingresos y el aumento de los costos operativos. Se recomienda intensificar las políticas de apoyo público a estas asociaciones y promover la innovación, diversificación y sostenibilidad ambiental en sus actividades.

A pesar de que la información disponible sobre la cantidad de asociaciones de pequeños productores en Costa Rica es escasa, los datos aportados por el informe del Estado de la Nación reflejan su importancia y vitalidad. Es imperativo realizar esfuerzos para obtener datos más precisos y detallados de la situación socio económica que faciliten una mejor comprensión y un apoyo más efectivo a estas asociaciones, fundamentales para la economía solidaria y el entramado social del país.

Una reflexión desde las organizaciones de Economía Solidaria ante el proceso electoral municipal 2024

Costa Rica se prepara para un proceso electoral en febrero de 2024, en el que se definirá el rumbo del país para los próximos años. Ante este escenario, es fundamental que la ciudadanía conozca las propuestas programáticas de los diferentes partidos y candidatos, así como su compromiso con la promoción de espacios de participación ciudadana y la democracia participativa. Una de las formas de fortalecer estos valores es apoyar a las asociaciones de productores que se rigen por los principios de la economía solidaria, es decir, que persiguen el bien común, la cooperación, la autogestión y la sostenibilidad.

La red de economía solidaria somos una plataforma que reúne a diversas entidades que fomentamos e impulsamos prácticas productivas asociativas solidarias, basados en el respeto a los derechos humanos, la equidad y la justicia social. La red brinda formación, asesoría, intercambio de experiencias y articulación con otros actores sociales y políticos. De esta manera, se contribuye a crear una cultura de solidaridad y a construir otra economía posible desde abajo. Nos involucramos en el debate público sobre los problemas y las propuestas que afectan a sus sectores y a la sociedad en general, aportando nuestra visión y sus experiencias.

Las asociaciones de pequeños productores de Costa Rica son un sector clave para la economía y la sociedad del país. Estas entidades, que representan a miles de familias, se enfrentan a múltiples desafíos para mantener su producción y comercialización en un contexto adverso, marcado por 30 años de políticas neoliberales que han generado pobreza y exclusión en los territorios rurales. Los datos sobre la cantidad de asociaciones de pequeños productores en Costa Rica son limitados y dispersos. El último informe del Estado de la Nación ofrece algunas cifras que permiten apreciar su importancia y diversidad. Según este documento, en el año 2020 había 1.234 asociaciones de pequeños productores registradas ante el Ministerio de Agricultura y Ganadería, que agrupaban a más de 100.000 personas. Estas asociaciones se dedican a diversos sectores productivos, como café, leche, cacao, miel, frutas, hortalizas, productos procesados, artesanías, servicios, entre otros.

Para finalizar, queremos destacar el papel fundamental que desempeñan las asociaciones de pequeños productores en el ámbito local y nacional, y la necesidad de que cuenten con el reconocimiento y el apoyo de las autoridades y la sociedad civil.

En síntesis, las perspectivas para la economía solidaria son de expectativa y esperamos compromiso político de las nuevas autoridades, para propiciar transformaciones reales y duraderas. La economía solidaria puede contribuir a fortalecer la democracia participativa y la gestión sostenible de los territorios, pero sólo si habrá disposición de enfrentar los retos estructurales que aquejan al país.

Una agenda de apoyo a la asociatividad en los municipios

  • Un gobierno local que se orientan a fomentar el reconocimiento, visibilización, el apoyo y la articulación de las iniciativas de los emprendimientos que existen en el territorio, así como a apoyar estas nuevas formas de organización económica basadas en la asociatividad con mayor impacto social.
  • Crear marcos normativos e institucionales favorables para economías asociativas familiares, que facilite la gestión de las organizaciones, su acceso a recursos públicos, su participación en las políticas públicas y su inserción en las dinámicas económicas locales.
  • Generar espacios de diálogo, concertación y alianza entre los gobiernos locales y los actores de esta economía local asociativa, para construir una visión compartida del desarrollo local y definir estrategias conjuntas para su implementación.
  • Promover la formación y capacitación de estos actores tanto en aspectos técnicos como en valores y principios de economías sustentables, así como fomentar la innovación social en este ámbito.
  • Apoyar el fortalecimiento organizativo y financiero los emprendimientos, mediante la creación de redes, plataformas, fondos apoyo, proyectos, capacitación y servicios de asesoría y acompañamiento.
  • Estimular la demanda social de los bienes y servicios producidos por esta asociatividad , mediante campañas de sensibilización, educación y apoyo a los sistemas económicos locales así como facilitar el funcionamiento de los mercados locales que den participación a esta diversidad de expresiones económicas locales y estimular la producción ecológica de bienes y servicios (con certificación ecológica, de comercio justo y que permita una compra ambientalmente correcta), propiciar el consumo responsable.

Carlos Hernández
Miembro Cokomal – Redess

Plataforma virtual: una propuesta para la conexión entre personas productoras y consumidoras para la comercialización solidaria

Carlos Hernández / Redess /Cokomal

Una propuesta para fortalecer las dinámicas económicas territoriales de las organizaciones asociativas, en el marco de la soberanía alimentaria y los mercados locales, solidarios, identificar las aptitudes y los desafíos que, para generar ingresos y bienestar de los asociados y sus comunidades, así como contribuir en la construcción de un modelo de desarrollo alternativo al capitalismo. Nos proponemos impulsar una estrategia basada en el fortalecimiento de las capacidades productivas, organizativas y comerciales de las organizaciones de la economía solidaria, así como en el fomento de la articulación entre ellas y con otros actores del territorio. El objetivo es generar sinergias que permitan mejorar la calidad y la diversidad de la oferta, aumentar el acceso a los mercados locales y regionales, y promover una cultura de consumo responsable y solidario que reconozca el valor social y ambiental de los productos de la economía solidaria.

La economía solidaria, su expresión, las organizaciones asociativas, colectivos, autogestionando las actividades económicas de un territorio, la autonomía de cada iniciativa, así como la equidad e igualdad entre los miembros, orientado por los principios de colaboración, participación, democracia, equidad y respeto por la vida, además, la economía solidaria tiene una orientación multidimensional que implica aspectos tanto sociales como económicos, políticos, ecológicos y culturales.

Hemos venido dinamizando con los mercados solidarios, las economías territoriales de las organizaciones y las familias que buscan generar ingresos, bienestar para sus asociados y comunidades. Además de contribuir mejorar, innovar de las capacidades productivas, organizativas y comerciales. Así como en promover la articulación entre ellos y con los demás sujetos del territorio.

Con el objetivo es crear sinergias para mejorar la calidad y variedad de las ofertas. Aumentar el acceso a los mercados locales y regionales. Y promover una cultura de consumo responsable y solidario, reconociendo el valor social y ambiental de los productos de economía solidaria, en alianza Redess con la Universidad de Costa Rica, el proyecto “Seguridad alimentaria y nutricional en Costa Rica: Sistemas alimentarios, gobernanza y políticas públicas”, de la Escuela de Nutrición- con apoyo cooperación Coreana, hemos establecido un convenio y proyecto para la construcción de una Plataforma virtual para la conexión entre personas productoras y consumidoras para la comercialización solidaria.

Para dimensionar la importancia de esta propuesta, es necesario tener en cuenta que la Economía Solidaria es lo opuesto al modelo imperante que genera desigualdades, exclusión, pobreza e impactos negativos en los territorios.

Frente a esta situación buscamos fortalecer las practicas económicas solidarias de las organizaciones en los territorios, que se basan en los principios de autogestión, eso significa que se administra por las personas que lo producen; de esta forma, generan economías de escala, articulan diferentes procesos de producción familiar, comunidades y territorio (circuitos económicos solidarios). Desde la economía solidaria haciendo un uso racional y sustentable de los recursos naturales disponibles en el entorno cercano al hogar. La producción familiar tiene como objetivo satisfacer las necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda, la producción familiar se realiza con prácticas de producción sostenibles que respetan los saberes ancestrales.

Estas prácticas se enfocan en relaciones justas y sostenibles que benefician a todos los actores involucrados, desde los productores hasta los consumidores finales.