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Etiqueta: CIDE UNA

UNA alfabetización en comunidades rurales fronterizas

Pese a que en Costa Rica la alfabetización en personas de 15 años y más alcanza un 98,04 %, según datos de la UNESCO y del Banco Mundial para el año 2021, persisten desafíos en materia de alfabetización funcional y digital, lo que evidencia la necesidad de seguir impulsando prácticas educativas innovadoras y programas inclusivos.

En este contexto, el Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA), desarrolla proyectos y actividades académicas que buscan fortalecer procesos educativos y abrir oportunidades de alfabetización en territorios históricamente vulnerados. Tal es el caso del proyecto Fortalecimiento de procesos de lectura y escritura en comunidades rurales fronterizas de la zona norte-norte de Costa Rica, que atiende debilidades identificadas por el Programa Estado de la Nación en el área de la lectoescritura.

La iniciativa académica está a cargo de las académicas Marielos Vargas Morales y Tatiana Diaz Romero de la División de Educación Rural (DER) y se orienta a implementar acciones pedagógicas y didácticas que promuevan el desarrollo de la lectura y la escritura en comunidades de la milla fronteriza del cantón de Los Chiles, en centros educativos como La Trocha, Las Cuacas e Isla Chica, donde persisten grandes brechas sociales y un nivel de escolaridad considerablemente bajo, según el INEC, 2020).

Vargas y Díaz buscan que la actividad responda al bajo nivel educativo de las familias. Según los datos, en más de la mitad de los hogares, al menos una de las personas adultas encargadas es analfabeta, y la mayoría se encuentran en condición de pobreza o pobreza extrema.

El proyecto busca impactar en la alfabetización como base para el logro de aprendizajes que permitan el desarrollo individual y social mediante acciones como:

  • Capacitación de docentes y estudiantes en formación, para fortalecer sus estrategias pedagógicas en comprensión lectora, escritura y expresión oral.

  • Fortalecimiento de habilidades lectoras y escritoras en estudiantes de I y II ciclos, con especial seguimiento a niñas y niños en condición de rezago escolar.

  • Promoción de acciones comunitarias para atender el analfabetismo en personas adultas.

Esta realidad guarda correspondencia con la preocupación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que estableció, en 1967, el 8 de setiembre como el Día Mundial de la Alfabetización, con el propósito de recordar a la comunidad internacional la importancia de este derecho humano fundamental y su papel como base para el aprendizaje a lo largo de la vida.

Vinculación académica

Esta actividad también fortalece la vinculación con el plan de estudios de Educación Rural del I y II Ciclos de la DER, al articularse con cursos como Lectura y Escritura para la Escuela Rural, Pedagogía Rural para la Escuela Rural y Currículo para la Escuela Rural, en los que participan estudiantes de Los Chiles. Además, se han inscrito Trabajos Finales de Graduación con propuestas específicas de alfabetización para personas adultas y mejora de la comprensión lectora en distintos niveles educativos.

Primeras cosechas

De enero de este año a la fecha, se ha aplicado un diagnóstico a 128 niños y niñas de I ciclo (segundo y tercer grado) de las escuelas participantes, se ha conducido tres talleres de comprensión lectora con estudiantes de sexto grado, y diez talleres sobre conciencia fonológica, conciencia de lo impreso y comprensión lectora con 30 personas docentes de las comunidades involucradas y aledañas.

En paralelo, se han desarrollado capacitaciones de conciencia fonológica con el estudiantado en formación docente de la DER, en La Cruz (Guanacaste) y otros comunidades, como aporte de la actividad académica al plan de estudios.

Una realidad que habla

La ejecución de esta actividad académica no es sencilla ni ofrece resultados inmediatos, pues exige condiciones mínimas que no siempre están presentes en las comunidades rurales fronterizas. Promover el aprendizaje de la lectura y la escritura demanda, además del compromiso docente, recursos como materiales didácticos adecuados, literatura infantil y tecnologías que favorezcan la construcción de estrategias de aprendizaje.

Investigaciones internacionales evidencian que los entornos ricos en materiales impresos mejoran significativamente las habilidades iniciales de lectura en estudiantes de primer grado, y que el uso de programas multimedia en lengua materna acelera la adquisición lectora en contextos rurales. Asimismo, el diseño de recursos que integran texto, imagen y audio potencia el aprendizaje autónomo y colaborativo.

Pero hay esperanza, dice el estudio: la alfabetización en territorios rurales fronterizos no se limita a enseñar a leer y escribir: significa sembrar esperanza y abrir caminos en comunidades donde las oportunidades han sido históricamente limitadas. Cada taller, cada diagnóstico y cada esfuerzo invertido en este proceso representa una apuesta por la dignidad, la equidad y el desarrollo comunitario, según las especialistas.

Para las académicas, fortalecer los procesos de lectura y escritura implica brindar a niñas, niños y personas adultas la posibilidad de participar activamente en su entorno, tomar decisiones informadas y construir mejores condiciones de vida. La alfabetización no termina en la escuela, continúa en cada proceso de la vida.

Tomadores de decisiones ordenan acciones sobre sexualidad desde el desconocimiento, alerta académica de la UNA

“Los tomadores de decisiones no han llevado formación en afectividad y sexualidad, pero tienen el poder de tomar decisiones desde el desconocimiento y eso es muy delicado”. La advertencia la hizo, este 19 de marzo, Margarita Murillo Gamboa, académica del Centro de investigación y Docencia en Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA), durante la conferencia virtual Afectividad y sexualidad para el desarrollo integral de las personas menores de edad.

La conferencia, que se programó, tras la suspensión del programa del Ministerio de Educación Pública (MEP), analizó las implicaciones que tal medida trae y la necesidad de garantizar una formación integral para la niñez y adolescencia en Costa Rica.

Murillo Gamboa, quien tuvo la oportunidad de participar en la creación de estos programas, recordó que en 2006 la educación sexual inició como una guía y evolucionó a un programa estructurado con la política pública de sexualidad, desde 2010 y hasta 2020. Desde esa fecha el programa, que estaba dirigido a estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria y primaria, no se renueva.

También mencionó que para crear esta política se basaron en descubrimientos del neurólogo Antonio Damasio, que consisten en que todo lo que pensamos pasa primero por una emoción. Si no se educa ni se hace conciencia de eso, no se puede dar un concepto racional ni una educación emocional.

Tras el análisis se dieron cuenta de que no se necesitaban guías si no un programa que se adaptara a un modelo de género. Por eso abordaron tres temas principales:

1. Educación emocional y valores

2. Factores culturales, de género y estigmas

3. Salud sexual y reproductiva

La especialista recalcó en que si no hay educación emocional no hay respuestas positivas ante la sexualidad. “Yo no puedo enseñarle a un muchacho a ponerse un condón o hablar de pastillas o tecnología anticonceptivas, si no he trabajado la madurez emocional y las creencias o estigmas que tiene alrededor de la pastilla, por ejemplo, o del condón. Todos esos estigmas y creencias delimitan la conducta de protección; hay que trabajarlas, porque nada hago con enseñarle a ponerse un condón, si no se lo pone porque está enamorado”.

Recordó que en los programas se les hablaba a los menores de edad, quienes entre los 3 y los 5 años, manifiestan las primeras expresiones eróticas de placer. “Somos seres de deseo y placer, no se le puede anular a la vida humana el deseo, y debe ser dentro de espacios placenteros”.

Lo que pasa es que el tabú, el morbo y la vergüenza—aclaró—relacionan el placer con la violencia sexual, la pornografía o la prostitución, y eso no es un placer sano. Lo que recomienda, en cambio, es educar sobre los estados de placer reales, como amar, cantar, besar, reír, llorar, entre otros.

¿Pero por qué este gobierno decide quitar los programas?

Según la académica, dentro de las recomendaciones que hicieron, en el 2010, fue capacitar a las personas facilitadoras, con 60 a 80 horas por año; sin embargo, no llegaron ni a 25 horas, por lo que se tuvo que plantear una estrategia política para incluir en el curso de ciencias toda esta materia, y que fuera validado con el examen de bachillerato para que, de alguna forma, se vieran obligados a estudiarla. “Por eso este gobierno decidió no reactivar la política: porque no capacitaron a los facilitadores; además de una serie de presiones, de tabúes y temores, un moralismo exagerado y muchas noticias falsas”, mencionó la experta.

Recalcó que los tomadores de decisiones desconocen por completo sobre estos temas. “No han llevado formación en afectividad y sexualidad, pero tienen el poder de tomar decisiones desde el desconocimiento y eso es muy delicado”, finalizó.

Por su parte Arturo Fallas Vargas, académico del Cide, se refirió a la importancia de la educación sexual desde edades tempranas, ante la realidad que vive Costa Rica. Según dijo, se les preguntó a estudiantes de primaria y secundaria cómo aprenden educación sexual y el gran resultado fue que lo hacen a escondidas.

Ese desconocimiento lleva a los menores a caracterizar los modelos amorosos con violencia, con celos y con una visión de sexualidad inadecuada. “Actualmente los estudiantes buscan información de forma furtiva, nos hemos devuelto casi 30 años, antes de que se dieran estos programas (…) sin estos programas ¿cómo será la construcción de su biografía sexual desde la educación sexual que recibe?”

¿Por qué es importante la educación sexual?

Fallas mencionó que la sexualidad nos acompaña toda la vida desde la infancia hasta la vejez, y que es la forma de vincularnos y expresar afecto y comprender el cuerpo como parte de la identidad. En la etapa de la infancia, implica aprender sobre el cuerpo, los límites, el respeto y eliminar el aprendizaje desigual; y en la etapa de la adolescencia, se profundiza en la autonomía, el consentimiento y las relaciones interpersonales saludables.

Además, enfatizó que, a más información menos mitos, y se evitan las creencias erróneas del amor, el placer, la orientación del deseo sexual y la identidad de género. “En la educación sexual hay que desmontar los mitos y promover una sociedad más respetuosa y libre de prejuicios. Educar en sexualidad es educar en autonomía, cuando las personas conocen sus cuerpos, emociones y derechos, pueden tomar decisiones informadas sobre su vida afectiva y sexual”, afirmó.

Asimismo, descartó que la educación sexual fomente la promiscuidad. Por el contrario, refuerza la responsabilidad, no acelera el inicio de la actividad sexual lo cual redunda en la mejora de toma de decisiones. “No hablar de sexualidad no la elimina, sólo deja a las personas en riesgo, el silencio nunca ha protegido a nadie”.

En complemento a estas reflexiones, Miroslava Bonilla Cabañas, académica del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA), recordó que la educación sexual es un derecho reconocido por la Convención sobre los Derechos del Niño y la legislación nacional. “Los gobiernos deben actuar desde un enfoque de derechos y garantizar que las personas menores de edad accedan a información basada en evidencia científica”, declaró.

El evento finalizó con el recordatorio de la vicedecana del Cide, Susana Jiménez, para quien “Hablar de educación sexual no es solo hablar de biología o de prevención, como muchas veces se ha vendido, sino es reconocer que la educación es un acto político y por lo tanto cuando yo tomo una decisión de tipo curricular, eso también expresa una visión de un mundo, que lo que enseñamos y lo que decidimos no enseñar tiene un impacto directo en la sociedad que estamos construyendo. Por lo tanto, desde el Cide creemos que la educación sexual afectiva es clave para nuestras niñas, niños y adolescentes porque necesitamos gente que tenga un desarrollo de un juicio crítico, que tengan capacidad de análisis, habilidades de diálogo, y complementen todo esto con la formación que reciben en sus hogares; además, porque en este momento hay muchos desafíos que pasan en la sociedad”.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Encuesta: Percepción de la población costarricense sobre valores y prácticas religiosas 2024

Este es un esfuerzo académico de la Comunidad Epistémica de Estudios Socioreligiosos integrada por personas académicas de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión y el Instituto de Estudios de Población (IDESPO) de la UNA; la Escuela de Sociología, la Escuela de Psicología y la Escuela de Estudios Generales de la UCR y del CIDE. Fue producida y financiada por la Escuela Ecuménica y organizada y ejecutada por el IDESPO.

Resumen

Percepción de la población costarricense sobre valores y prácticas religiosas, 2024

La encuesta “Percepción de la población costarricense sobre valores y prácticas religiosas, 2024”. Este estudio, realizado entre el 18 y el 31 de octubre de 2024 realizó por vía telefónica a una muestra de 1,302 personas mayores de 18 años en todo el territorio nacional, cuenta con un margen de error de ±2.8% y un nivel de confianza del 95%. El propósito del estudio es ofrecer una mirada actualizada sobre las creencias, prácticas y valores religiosos en Costa Rica.

Entre sus principales resultados se destaca que la mayoría de las personas encuestadas (96%) cree en Dios, una deidad o una fuerza superior. De ellas, el 50% se identifica como católica, el 31% como evangélica y el 16% como creyente sin afiliación a una religión específica. Aunque el 73% de la población fue criada en la religión católica, solo el 67% mantiene esta afiliación en la actualidad, mientras que un 16% se ha convertido al cristianismo evangélico y un 14% se considera creyente sin religión.

En cuanto a la participación en actividades religiosas, el 34% de las personas católicas asiste a misa semanalmente, mientras que el 48% de las personas evangélicas participa en cultos cada semana. Las prácticas religiosas más comunes incluyen la oración personal (75%) y la lectura de la Biblia (31%). Por otro lado, actividades como visitar curanderos o leer el tarot son poco frecuentes, con un 97% y 95% de las personas encuestadas indicando que nunca las realizan.

En el ámbito de los valores, el 85% de las personas encuestadas está de acuerdo con que las vacunas hacen la vida más saludable, mientras que el 71% considera que las redes sociales provocan pérdida de valores. Además, el 73% opina que hoy en día se depende demasiado de la ciencia y poco de la fe.

En el ámbito político, el 56% de las personas encuestadas cree que el Estado debe ser laico y no guiarse por creencias religiosas. Además, el 90% rechaza votar por un político corrupto, incluso si comparte su religión, y el 76% prefiere votar por políticos honestos, aunque no tengan afiliación religiosa.

Finalmente, el 80% de las personas encuestadas apoya la enseñanza de religión en escuelas y colegios públicos, y el 63% considera que esta educación debe incluir diversas creencias, tanto cristianas como no cristianas.

Le invitamos a descargar y compartir el PDF con el informe de la encuesta.

En la imagen se aprecia a algunas personas del equipo académico de la Comunidad Epistémica de Estudios Socioreligiosos.

El sistema educativo de secundaria en Costa Rica enfrenta una crisis estructural: urgen transformación necesaria

Un informe reciente revela una grave crisis en el sistema de educación secundaria en Costa Rica, que requiere una intervención inmediata para evitar mayores desigualdades y garantizar el futuro académico de miles de estudiantes. El Informe de Auditoría sobre la Eficiencia y Eficacia del Servicio de Educación Secundaria Académica Diurna 2024 presenta una caída en las tasas de aprobación de los estudiantes: pasó del 75,5%, en 2021, al 71,5%, en 2023. Este descenso refleja deficiencias estructurales que han sido ignoradas por años y que afectan directamente la calidad de la educación secundaria.

Entre los problemas identificados, se destacan las desigualdades en el acceso a recursos educativos, que impactan principalmente a los estudiantes de liceos rurales y en condiciones socioeconómicas desfavorecidas. La falta de inversión en infraestructura escolar y tecnología educativa, junto con una escasa capacitación docente—más del 57% de los profesores recibieron menos de 10 horas de formación anual entre 2021 y 2023—agravan la crisis. La consecuencia de estos problemas es clara: estudiantes mal preparados para el mercado laboral y con una formación insuficiente para afrontar los desafíos del futuro.

Para revertir esta situación, el Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA) hace un llamado urgente a adoptar medidas estratégicas. Entre las acciones recomendadas, se incluyen:

  • Reformar el currículo para integrar habilidades técnicas y competencias críticas que fomenten el pensamiento analítico.
  • Aumentar la inversión en infraestructura y tecnología educativa, especialmente en las zonas rurales.
  • Mejorar la capacitación continua de los docentes para asegurar su preparación frente a los retos educativos actuales.
  • Fomentar la participación activa de las comunidades en el proceso educativo y asegurar recursos adicionales para estudiantes en situación vulnerable.

El Cide recalca que, sin una intervención estructural y sostenida, la brecha de desigualdad en el acceso a una educación de calidad se ampliará, lo que a largo plazo afectará la cohesión social y el desarrollo económico del país. “La necesidad de transformar el sistema educativo es urgente para asegurar que todos los estudiantes, sin importar su origen o ubicación, tengan las mismas oportunidades de aprendizaje y desarrollo”, mencionó Susana Jiménez Sánchez, vicedecana del Centro.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica