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Etiqueta: compromiso social

Deforestación de Puerto Viejo, Limón

Marco Levy Virgo nos comparte el video tomado por un joven y donde se muestra los niveles de deforestación que están ocurriendo en Puerto Viejo, y no se explica cómo el ser humano puede llegar a hacer tanto daño y destruir la zona y el planeta. Además, nos comparte lo siguiente:

“Yo, para no quedarme paralizado ante estas atrocidades, siempre pienso en  positivo y por eso creo que dentro de sus posibilidades cada quién debe poner un grano de arena en pro de la conservación. Es lo que hizo el muchacho que filmó el video, es lo que hacés vos al compartir el video, lo que haré yo al reenviarlo a personas que conozco que quieren hacer lo que sea para conservar nuestra casa, “el planeta”. Es crear conciencia; a los primeros a quienes lo voy a enviar es a mis hijos”.

El video es devastador, porque enseña cómo están destruyendo la zona y la afectación que esto puede tener a futuro es incalculable.

Imagen ilustrativa.

Homenaje A Carlos Lanz: Educación Ambiental

Lic. José A. Amesty R.

En homenaje y reconocimiento al camarada y profesor Carlos Lanz Rodríguez, artífice de la Formación Sociopolítica, conjuntamente con un equipo interdisciplinario, quienes nos dimos a la tarea de Facilitar los Talleres de Formación Sociopolítica, por todo el territorio venezolano, compuesta por varios Ejes Temáticos, y continuamos este recorrido por ellos con el de Educación Ambiental.

Presentación del Eje Temático

Al abordar el Eje Temático Educación Ambiental, contemplado en el Plan de Formación Socio Político Permanente del Ministerio de Economía Popular MINEP, lo hacemos desde una clara posición política. Creemos que no se puede pensar ingenuamente en que pueda existir armonía dentro del sistema capitalista, con relación al medio ambiente, al equilibrio ecológico, a la satisfacción de las necesidades del ser humano o a los modelos de desarrollo impulsados por este, desde sus centros de hegemonía y dominación cultural-económica-política-tecnológica y militar. Dentro de la racionalidad del sistema capitalista hay unas premisas fundamentales que generan destrucción y desequilibrio en la Madre Tierra, entre ellas se destacan:

Obtención de beneficios, antes que satisfacción de necesidades humanas.

Indiferencia ante la contaminación del medio ambiente y desequilibrio ecológico.

Utilización de tecnologías contaminantes que degradan el medio ambiente, como elemento que acelera la producción, incrementa la productividad y la tasa de ganancia.

Se pretende compartir saberes y experiencias vinculados a la ecología, ambiente y la vida, con el fin de generar en colectivo propuestas orientadas a construir hegemonía antiimperialista y antimonopólica en el marco de la Misión Vuelvan Caras, específicamente desde los Núcleos de Desarrollo Endógeno (NUDE) contra el capitalismo, así como, construir propuestas ambientales y ecológicas pertinentes y coherentes con el nuevo Modelo de Desarrollo que sea sostenible y sustentable.

Contenido

Breve Historia del Problema Ambiental

La historia actual está repleta de desastres ecológicos producidos dentro de la racionalidad del sistema que pretende convertirse en hegemónico, (sistema capitalista), ejemplo de ello son el efecto invernadero, la contaminación de las aguas por residuos orgánicos e inorgánicos, la deforestación incontrolada de los bosques de la Amazonía (pulmón vegetal del mundo), la instalación de industrias contaminantes. Aunado a los impactos que la acción depredadora del género humano ha tenido esta conducta en cuanto a la exclusión social, política, económica con sus secuelas alarmantes expresadas en el incremento a nivel mundial de la pobreza, la salud, la carencia de servicios sanitarios, educativos y, que agobian a los países más pobres.

La superación del problema ambiental no es solamente un simple cambio de actitud, inculcación de ideas, esclarecimientos conceptuales, formación de habilidades o modificación de sensibilidades, sino que tiene un carácter social y de subjetividad (naturaleza cognitiva), económica, cultural y política. En la base del problema ambiental y ecológico actual, se encuentra una forma de conocimiento (presupuesto epistemológico), relacionado con la postura de que el ser humano asume hoy acríticamente y sin darse cuenta que ello condiciona su constitución espiritual y las actitudes materiales depredadoras del patrimonio ecológico y ambiental de las generaciones presentes y venideras, esta es la siguiente:

Relación sujeto-ambiente, como objeto de conocimiento: Ha predominado en la ciencia y el modo de pensar y actuar de la cultura occidental, una visión antropocéntrica, es decir, una concepción según la cual el ser humano es el centro del universo en su relación con el entorno, por lo tanto puede manipular controlar, dominar todo aquello que se le oponga. Esto le ha servido al capitalismo para justificar la depredación del planeta en función de los beneficios económicos.

Desde un Enfoque Critico y desde el Compromiso Social Transformador se requiere una acción critica consciente, autónoma, cogestionaria y corresponsable, centrada en la relación armónica del ser humano con el ambiente, que exige, como dice el poeta Joan Manuel Serrat “hacer camino al andar” hacia una nueva teoría de los sujetos en su relación con el medio, un nuevo compromiso social. La formación sociopolítica permanente de los ciudadanos y ciudadanas para la gestión, participación, vigilancia, defensa y preservación ambiental y ecológica constituye un eje fundamental, por cuanto implica el ejercicio político de la ciudadanía y la soberanía cognitiva, es decir, “Pensar con Cabeza Propia”.

Una Teoría Crítica para la acción colectiva, ética, trasformadora y emancipadora tiene una direccionalidad política, para afectar profundamente las relaciones de poder, explotación, dominación, expresadas en la racionalidad de los modelos capitalistas, que generan tramas económicas y sociales alienantes y explotadoras del ser humano y del entorno que lo rodea, cuya expresión es el saqueo y depredación del patrimonio ecológico y ambiental de los pueblos.

A partir de lo anteriormente expuesto, se requiere construir un nuevo modelo de desarrollo acorde con nuestro interés de emancipar al ser humano.

Nuevo Modelo de Desarrollo y Sustentabilidad Ambiental

En la construcción del nuevo modelo de desarrollo, es indispensable tener claridad conceptual y política respecto al tema de la sustentabilidad ambiental, entendida como: la permanencia de la base de nuestros recursos naturales en el largo plazo, los cuales deberán ser explotados mediante la reivindicación y aplicación de nuestras tecnologías ancestrales y autóctonas de bajo impacto ambiental, así como, mediante la generación de nuevas tecnologías no degradantes. Se combate los enfoques de producción de la tecnología del sistema capitalista orientados a la sobreexplotación indiscriminada de nuestros recursos con fines mercantilistas.

Gestión y Participación Ambiental Comunitaria en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

Las nuevas formas de participación y gestión ambiental comunitaria, marcan el abandono de la lógica del capitalismo expresado en la ideología neoliberal, y su eje central el individualismo. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), expresa los llamados intereses colectivos, pertenecientes a todos los ciudadanos y ciudadanas que integran una comunidad, latinoamericana, caribeña y nacional llamada Venezuela.

En tal sentido, la democracia participativa y protagónica consagrada en la CRBV, nos plantea una reinterpretación del ejercicio del poder, desde la esencia de los derechos de participación, orientados a superar la exclusión social y política predominante desde la llegada de los colonizadores del imperio español en 1492.

La misma exclusión tuvo su máxima expresión en el llamado “Pacto de Punto Fijo”, el cual cercenó durante 40 años los derechos de participación de los ciudadanos y ciudadanas en las esferas inherentes a lo educativo, la salud, alimentación, hábitat, generando un fuerte impacto negativo y de incalculables dimensiones en las esferas de lo ambiental con su consecuente incremento de las condiciones de pobreza de niños, niñas, jóvenes y adultos excluidos.

La CRBV, consagra en el preámbulo, los fines supremos de la V República y en el articulado los principios de corresponsabilidad: participación de los ciudadanos y ciudadanas en los asuntos públicos (artículo 62), Educación como derecho humano y deber social fundamental y la valoración ética del trabajo (artículo 102), obligatoriedad de la educación ambiental ( artículo 107), Derecho y deber de cada generación de proteger y mantener el ambiente y preservarlo libre de contaminación ( artículo 127), Política de ordenación del territorio atendiendo a las realidades ecológicas.. (Artículo 128). Regulación de actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas (artículo 129).

 

Imagen: https://www.alainet.org/

UCR: Premios de Acción Social 2020 reconocieron proyectos con adolescentes y personas adultas mayores

La estatuilla del Premio fue transformada este año con el fin de reflejar más claramente el vínculo entre la universidad y la sociedad. La artista a cargo fue Beatriz Parra Thompson, docente de la Escuela de Artes Plásticas de la UCR. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La Vicerrectoría de Acción Social entregó los Premios de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón 2020 a Patricia Sedó Masís, docente de la Escuela de Nutrición, y a Teodoro Willink Castro, docente de la Escuela de Ingeniería Eléctrica. Asimismo, brindó un reconocimiento a Jorge Vargas Carmiol, docente de la Escuela de Medicina.

Sandra Araya Umaña, vicerrectora de Acción Social, explicó que el Premio se otorga a aquellas personas que sobresalgan por su compromiso ético y social, así como por la originalidad de sus propuestas, la articulación interuniversitaria e interinstitucional y la trascendencia de su labor como aporte a la acción social dentro o fuera de país.

“Este premio lleva el nombre de una ilustre ciudadana que fue la primera vicerrectora de Acción Social y que se caracterizó por ser una profunda humanista y defensora valiente, comprometida con la promoción de la igualdad de los derechos y la paz social. Y este año, más que nunca, requerimos la acción universitaria en pro de los derechos humanos, particularmente los derechos de los sectores vulnerabilizados”, subrayó Araya.

En este sentido, destacó los aportes que ha realizado la profesora Sedó por más de 12 años en el trabajo interdisciplinario e interuniversitario articulando la docencia, la investigación y la acción social en temáticas relacionadas con el rescate de tradiciones, seguridad alimentaria y población adulta mayor. También resaltó el uso de metodologías enfocadas en la educación popular y en la sistematización de experiencias como forma de encontrar nuevo conocimiento en diálogo con las poblaciones.

De izquierda a derecha, los galardonados con el Premio de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón 2020: Teodoro Willink de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Patricia Sedó de la Escuela de Nutrición. Los acompaña Jorge Vargas de la Escuela de Medicina, quien recibió un reconocimiento especial. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Acerca del profesor Willink, Araya señaló su innovación metodológica para abordar distintas problemáticas desde el área de la ingeniería combinando el desarrollo del arte y la tecnología en beneficio de poblaciones vulnerables de zonas como Talamanca, Osa y Golfito. “Con esto, el profesor Willink ha contribuido a la superación de la falsa separación entre las ciencias duras y las mal llamadas ciencias blandas”, subrayó.

En cuanto al reconocimiento brindado al profesor Vargas, Araya detalló que es fruto de sus esfuerzos por articular acciones con distintos actores sociales que propician el derecho a la salud en poblaciones indígenas desde la educación popular y los procesos socioeducativos.

“Los trabajos de ustedes tres son una clara muestra del rol de la acción social como eje sustantivo del quehacer universitario. Gracias por sus aportes al fortalecimiento del vínculo entre la universidad y la sociedad costarricense. También gracias a las personas que trabajaron a su lado por marcar la diferencia desde sus espacios cotidianos y hacer de la acción social una verdadera actividad sustantiva como un posicionamiento ético y político, propio de una universidad pública como la Universidad de Costa Rica”, expresó Araya.

El acto de entrega de los Premios de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón contó con la participación de Eduardo Guerra Rodríguez, bailarín de Danza Universitaria. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La vicerrectora de Acción Social recordó que el concurso se abre cada año para dos áreas académicas y reconoce a una persona por cada área. En esta oportunidad, la distinción se enmarcó en las áreas de la Salud y de la Ingeniería, donde se están desarrollando 166 proyectos de Acción Social vinculados con la promoción, prevención y atención de la salud, el fortalecimiento educativo, la seguridad alimentaria, la divulgación de la ciencia, el desarrollo comunitario y el fortalecimiento local, entre otros temas.

Por su parte, Carlos Araya Leandro, rector de la Universidad de Costa Rica, recordó los compromisos de María Eugenia Dengo Obregón: enseñar y educar. También rememoró su huella dentro y fuera de la universidad, siendo la primera vicerrectora de Acción Social y la creadora del Trabajo Comunal Universitario.

“Su determinación por generar beneficios al país es la misma que presentan las personas que hoy premiamos. Tal y como lo entendió doña María Eugenia, es en la acción social donde encontramos la herramienta que permite a la comunidad universitaria retribuir la inversión y la confianza que en nosotros deposita la sociedad nacional. Su labor encomiable yendo mucho más allá de sus áreas de conocimiento para beneficio de poblaciones que constantemente son sujetas de discriminación y de exclusión social los hicieron merecedores de este reconocimiento que, más que un premio, es un agradecimiento por esta misión que ustedes han emprendido como parte de su carrera académica”, puntualizó el rector.

Asimismo, enfatizó en la importancia de la acción social como una de las actividades sustantivas de la universidad, sobre todo en los tiempos difíciles que atraviesa el país. “Es en momentos como este, cuando se nublan las esperanzas y se acrecientan las crispaciones y los miedos, que la Universidad de Costa Rica debe brillar con mayor fulgor”, aseveró.

Desde la cocina hasta la música electrónica

“Mi esperanza es que este esfuerzo generado a lo largo de estos años haya contribuido con un granito de arena y que sea una motivación para otras personas de cultivar mucho más, mejorar lo construido, reinventarse ante los nuevos desafíos y promover los cambios requeridos de beneficio para la sociedad”, Patricia Sedó Masís. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Al recibir el galardón, Patricia Sedó agradeció a la Universidad, a sus compañeros de trabajo y a los estudiantes, al reconocer que todos sus logros han sido producto del trabajo compartido y en equipo. También destacó la importancia de reconocer que es a través de las acciones que se pueden realizar cambios importantes y transformar una realidad.

Según relata, su interés de trabajar la cocina tradicional y con personas adultas mayores surgió de la necesidad de promover espacios de encuentro intergeneracional y de favorecer ese intercambio de saberes en relación con alimentos y prácticas alimentarias que se han desestimulado en los últimos años por diversas razones.

“Con el trabajo colectivo se reconoce que los recursos alimentarios disponibles en las comunidades y los sistemas alimentarios sostenibles están basados en la alimentación tradicional. De ahí la importancia de la puesta en valor de lo que tenemos y la posibilidad de conservar lo que tenemos, conservar los alimentos y exaltar la tradición alimentaria en las comunidades, a partir de un encuentro de saberes”, mencionó.

“Este Premio es un reconocimiento al trabajo de muchas personas que han participado en los proyectos. Pero, para mí representa un compromiso de seguir trabajando fuerte y también de tratar de inspirar a otros colegas y estudiantes de realizar acción social desde una manera consciente y proyectada hacia las comunidades”, Teodoro Willink Castro. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Por su parte, Teodoro Willink advirtió que el Premio debe reconocer el aporte de todo un equipo de trabajo porque “la acción social es un proceso complejo, dinámico y colectivo, no es de una sola persona”. Asimismo, recordó que la acción social es un diálogo entre la universidad y la sociedad, tanto literal como figurativo.

“El proceso de acción social tratamos de hacerlo académico, sistemático, a veces hay que improvisar, debe ser innovador, efectivo y significativo. Se hace con humanidad, con solidaridad y con conciencia ambiental. Lo hacemos con compromiso y con respeto, con responsabilidad y es inherentemente articulado y colectivo. Una sola persona no puede cambiar el mundo. Tenemos que ser varios y todos. A veces se hace con poco presupuesto, pero se hace con mucha pasión, con mucho esfuerzo, con mucho apoyo y con muchísima satisfacción. No se hace por el dinero, no se hace por la gloria tampoco. Se hace para inspirar a otros con el ejemplo y, especialmente en Ingeniería, que tiene menos de la mitad de los proyectos de Acción Social que tiene Salud, y donde, en términos generales, la investigación no está en las comunidades”, destacó.

Willink explica que la idea de combinar la Ingeniería con el Arte surgió de la observación de que en la carrera existen muchos estudiantes con habilidades y destrezas artísticas. A partir de ahí, consideró el arte como una vía para comunicar lo que hacen la Ingeniería y los profesionales de esta área del conocimiento.

Uno de los proyectos que lidera este docente de Ingeniería Eléctrica se denomina “Electrizarte”, en el que los estudiantes realizan presentaciones musicales o dramatizaciones en las que incluyen instrumentos tecnológicos diseñados y creados por ellos mismos. Las funciones se desarrollan en colegios públicos de zonas rurales y sirven para generar preguntas y establecer diálogos donde se estimula la curiosidad científica y el interés por continuar estudios superiores.

 

Fernando Montero Bolaños
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

¿La Universidad del futuro?

Orlando Arrieta Orozco, Decano Facultad de Ingeniería UCR

Luis Felipe Arauz Cavallini, Decano Facultad de Ciencias Agroalimentarias UCR

Recientemente se dieron a conocer los informes de mayoría y de minoría de la Comisión Especial de la Asamblea Legislativa que fue nombrada para estudiar el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), mediante el cual se financia a las Universidades Públicas.

El informe de mayoría resulta preocupante, pues refleja la visión poco informada que tienen algunas de las personas que integran la Asamblea Legislativa sobre un modelo de Universidad Pública que, desde su concepción, ha aportado enormes contribuciones al desarrollo de Costa Rica, y lo sigue haciendo. De entrada, reconocemos la necesidad de mejorar la gestión administrativa, incluido el modelo salarial, pero no debe tergiversarse políticamente lo que significa una verdadera universidad, como lo pretende el informe de mayoría.

Las Universidades Públicas deben reconocer que en ocasiones ha hecho falta más autocrítica para mejorar su funcionamiento. Sin embargo, la mayoría de las propuestas incluidas en el informe de mayoría lejos de fortalecer la educación superior pública, la debilitarían hiriendo sus fundamentos bases más importantes, como la autonomía universitaria. El informe de mayoría habla de una “universidad del futuro” ligada a lo tecnológico, y dejando así por fuera otras áreas fundamentales para un país que busca un desarrollo integral y equilibrado.

¿Cómo debe ser la universidad del futuro? Debemos recordar que una de las principales razones por las que el Estado costarricense creó instituciones de educación superior fue para para que estas contribuyeran al desarrollo del país por medio de su actividad académica. Esta contribución se manifiesta de muchas maneras, entre ellas:

  1. Formación de cuadros profesionales cuya excelencia académica y responsabilidad social contribuyen al desarrollo económico, social, cultural y la preservación ambiental.
  2. Fomento de la movilidad social para personas de bajos recursos mediante el acceso a una educación superior de calidad.
  3. Generación de conocimiento, solución de problemas y desarrollo de tecnologías por medio de la investigación científica.
  4. Transferencia a la sociedad de los resultados y productos de la investigación.
  5. Creación de cultura en todas sus manifestaciones.
  6. Atención de las comunidades con programas educativos y sociales en diversos ámbitos, y por medio de la difusión de las artes.

Este modelo de Universidad Pública ha sido y sigue siendo fundamental en el desarrollo nacional. Por eso, cualquier modelo de “universidad del futuro” depende de la visión de desarrollo que se tenga para el país, y este tiene que verse de manera integral, pensando en el bienestar de las personas. El informe de mayoría parte de una visión sesgada del desarrollo, centrado en la tecnología y la productividad vista en términos económicos, y no de una visión amplia, integral y equilibrada, que tenga como guía el bienestar de la población, para el cual la tecnología y la productividad son medios y herramientas, no fines últimos. No se puede perder la perspectiva total sobre el país y desde hace muchas décadas la sociedad, incluyendo a los empresarios, han reconocido que sin humanismo, sin pensamiento crítico, sin ética, la humanidad estaría condenada a repetir sus mayores errores y a desvirtuar su capacidad de creación y de sensibilidad, de forma que dejaríamos de ser humanidad y nos convertiríamos en una comunidad de autómatas.

El consenso mundial sobre los objetivos que deben guiar el desarrollo está delineado en los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas, en los cuales el balance entre lo ambiental, lo social, lo económico, la paz, la justicia y la inclusividad se resume en el lema de “no dejar a nadie atrás”; ese es el mismo ideal de fundación de la nación costarricense y está inscrito en nuestra Constitución Política. Ninguno de los ODS habla de la tecnología como un objetivo per se del desarrollo, sino como un vehículo, una herramienta que facilite el proceso.

De todo lo anterior, se concluye que para aportar a los desafíos de un verdadero desarrollo, la universidad del futuro debe promover la generación de conocimiento científico y tecnológico, sin duda, pero debe ser crítica, artística, cuestionadora, original, imaginativa y humanista. No podemos tecnocratizar la educación superior pública, menospreciando las actividades académicas en el ámbito de las humanidades, las artes, las letras o las ciencias sociales. ¿De qué nos servirían profesionales del ámbito científico-tecnológico, pero sin capacidad de análisis social, apreciación del arte y muchas otras variables? Debemos ver la educación superior pública desde un enfoque global e integral, como hasta el momento lo han hecho todas las Universidades Públicas.

El país debe tener claro que la inversión en educación superior pública debe verse como una especie de seguro, que le permite al país tener una capacidad instalada en cuanto a recurso humano altamente calificado y equipamiento de punta, capaz de responder en momentos de crisis como el actual, proponiendo un abordaje integral del problema, desde todas las perspectivas de las áreas de conocimiento.

El informe de mayoría se aparta de nuestras tradiciones nacionales y amenaza esa visión global e integral de la educación superior pública, y cae en una visión economicista. La idea de modificar la Constitución Política de Costa Rica para limitar la autonomía universitaria no puede ni debe aceptarse.

Por el contrario, se debe continuar resguardando la necesaria libertad que tiene la universidad para no estar sujeta a vaivenes políticos o presiones de sectores, que constituye uno de los meollos de la autonomía universitaria.

Existe, una muy pequeña minoría de académicos a quienes el actual sistema salarial le permite alcanzar salarios excesivamente altos. Pero es totalmente innecesario reformar los artículos 84 y 85 de la Constitución Política para lograr cambiar ese aspecto. Las Universidades Públicas, en pleno uso de su autonomía, deben analizar y revisar su política salarial, y establecer una clara priorización de la calidad del trabajo y la producción académica sobre el crecimiento puramente vegetativo. Se deben valorar más factores como el desempeño de las labores que la antigüedad, y es necesario establecer topes en rubros que pudieran llegar a amenazar la sostenibilidad financiera. Esto último requiere de cambios y ajustes normativos internos relativamente simples, imprescindibles para desarmar a quienes utilizan esos salarios como argumento para atacar a las universidades y proponer medidas que debilitan un importante (e incómodo para algunos) pilar de nuestro Estado Social de Derecho.

Vivimos tiempos complejos en que debemos hacer un llamado a la unión y no a la división, tanto en el seno de CONARE como en el conjunto del Estado y las instituciones públicas que contribuyen a resguardar ese Estado Social de Derecho, en donde salud y educación han sido base fundamental para lograr una mejor sociedad.

Hacemos una instancia respetuosa pero firme a las diputadas y diputados a rechazar el informe de mayoría, que propone una universidad y una nación mercantilista en donde la cultura, la ética y la conciencia crítica parecen ser lujos innecesarios, y a defender el modelo de una universidad igualitaria, centrada en el ser humano, promotora de la ciencia y la cultura, que siga siendo un pilar del desarrollo integral de nuestro pueblo. En ese sentido, extraña que miembros del partido político bajo el cual se creó el Ministerio de Cultura, tengan una visión tan antagónica y diferente a la del fundador y líder histórico de su partido; “¿Para qué tractores sin violines?”

Enviado a SURCOS por Luis Felipe Arauz Cavallini.