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Etiqueta: conciencia social

La jornada de lucha de mañana 24 de abril hay que apoyarla

Vladimir de la Cruz

Hay fechas que se vuelven emblemáticas, significativas. Algunas de ellas son las efemérides de la Patria, aquellas fechas que nos recuerdan constantemente los elementos claves, y las bases de nuestra nacionalidad, nuestra identidad nacional, los hitos que permitieron construir nuestro andamiaje institucional y constitucional democrático. También las hay por aspectos culturales o populares, y las hay internacionales que también se celebran en el país.

Las fechas que en este sentido se exaltan, entre otras, son, por ejemplo, la de la Independencia de Costa Rica, asociadas al 15 de setiembre y al 29 de octubre de 1821; la de la Incorporación o Anexión de Nicoya a Costa Rica, del 25 de julio de 1824, que este año celebraremos en su 200 aniversario; las fechas asociadas a la Guerra Nacional contra los filibusteros norteamericanos, de 1856 – 1857, como son las Batallas de Santa Rosa, el 20 de marzo, la de Sardinal, el 10 de abril y la de Rivas, el 11 de abril, todas de 1856, siendo que la de Santa Rosa y la de Sardinal casi no se celebran, aunque fueron fundamentales por la defensa del territorio nacional y la expulsión de los filibusteros de las tierras costarricenses que en ellas se dio. El 11 de abril evoca también el acto heroico de Juan Santamaría, en la quema del Mesón de Guerra, contra los filibusteros, a lo que se le da mayor énfasis.

Especial fecha ocupa en este contexto, de la Guerra Nacional, la del 1 de mayo de 1857, que ocasiona el feriado nacional, que es la rendición de William Walker, así establecido en su celebración obligatoria desde 1858, que es a veces lo que menos se recuerda.

El 1 de mayo se exalta, especialmente, por realizarse el Día Internacional de los Trabajadores, cuya tradición se remonta a 1886, con las grandes huelgas victoriosas de la clase obrera norteamericana, para obtener la jornada de trabajo de ocho horas, lo que se materializa a partir de 1890, con esta celebración internacional, por acuerdo del Congreso de Trabajadores Socialistas, reunido en la Sala Petrelle, en París en 1899, que así lo declaró, para que cada primero de mayo la clase obrera, en cada país, hiciera un balance de sus luchas realizadas en el año transcurrido e hiciera una propuesta o plataforma de luchas para el año venidero, haciendo del Primero de Mayo, en el campo laboral, un día de lucha, no festivo, para defender los derechos y beneficios laborales, la jornada de ocho de trabajo, hoy nuevamente amenazada en el país, para luchar por salarios más justos, acordes al costo de la vida, por mejor seguridad e higiene ocupacional y para plantear nuevas demandas laborales. En Costa Rica desde 1913 se celebra y organiza el día internacional de los Trabajadores, por iniciativa misma de las organizaciones laborales, impulsada su celebración por el Centro de Estudios Sociales Germinal que impulsaron los grandes maestros, intelectuales y caudillos culturales, Joaquín García Monge, Omar Dengo, Carmen Lyra, José María Zeledón Brenes, entre otros.

Otras fechas de esta naturaleza son las culturalmente establecidas, como las de los días del Adulto Mayor, el de las Culturas, el de la creación de la Benemérita Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano, el de la Virgen de los Ángeles, el de la Madre.

Especial relieve adquiere la del Trabajador, el 1 de mayo. En esta fecha, del 1 de mayo, se mezcla también la rendición de cuentas del Presidente de la República, de su gestión de gobierno del año transcurrido, que se brinda obligatoriamente ante el pueblo representado en sus diputados. Su obligación es presentar, entregar, su informe. No es en irlo a leer ante los diputados, aunque esto se haya establecido en la tradición. Hoy ese informe se lee el día 2 de mayo, porque el 1 de mayo también se elige el Directorio Legislativo, y el Presidente del Poder Legislativo, para la siguiente Legislatura, período anual que va del 1 de mayo al 30 de abril siguiente, lo cual adquiere una gran relevancia nacional, como se está apreciando en estos días.

En las fechas de carácter popular están los Carnavales de Limón, los días relacionados con la fecha de fundación de los cantones, de santos, la llamada Fiesta de los Diablitos, la de los negritos, las fiestas populares en cantones, como la de Alajuelita; el día del Aborigen costarricense, el 19 de abril.

En el plano internacional, se celebran fechas, como la de los días Mundial de los Humedales, el 2 de febrero; el del cooperativismo, el 27 de abril; el Mundial del Libro, el 23 de abril; el de la Danza, 29 de abril. Podría seguir mencionando fechas y eventos, de esta naturaleza.

Las hay también aquellas que recuerdan grandes movilizaciones populares, que han dejado huella en el imaginario nacional, político y cultural del país. Así, por ejemplo, la de 7 de noviembre de 1889, que el pueblo se movilizó para defender un resultado electoral, que dio base para que esta fecha se declarara fundamento de la democracia nacional, y para que el Presidente de entonces, José Joaquín Rodríguez llamara la atención en el reconocimiento del voto de la mujer, por el papel que había jugado en esas movilizaciones, sin que esa iniciativa se aprobara en ese tiempo, pero abrió el camino para las luchas por el reconocimiento del sufragio femenino en el país.

Se recuerdan las movilizaciones populares contra la dictadura de Federico Tinoco, con la participación de la lucha popular, política, militar y guerrillera, especialmente las movilizaciones de trabajadores, maestros y estudiantes contra esa dictadura.

Especial relieve tienen, en este recuerdo de fechas, las luchas obreras como la que logró a la jornada de trabajo de ocho horas en Costa Rica, en diciembre de 1920, resultado de huelgas que se dieron desde 1918 con ese propósito.

Del mismo modo, la Huelga Bananera de 1934, que cumple el próximo 4 de agosto su 90 aniversario; las luchas y movilizaciones populares que se producen en distintos sentidos políticos en la década de 1940-1948, a favor de las garantías sociales y el Código de Trabajo, por la defensa del sufragio, frente a los abusos y fraudes electorales de la época, que condujeron a la Guerra Civil de 1948. De ella, y del Gobierno de la Junta fundadora de la Segunda República, se exalta la fecha de la abolición del ejército, el 1 de diciembre de 1948, y la de la aprobación de la actual Constitución Política, el 7 de noviembre de 1949.

Del período reciente, como grandes luchas populares están las huelgas bananeras de 1954 y de 1958; las estudiantiles y populares que culminan el 24 de abril de 1970, contra la aprobación del Contrato Ley de la ALCOA, lucha que impulsó el movimiento estudiantil universitario, como un gran movimiento de masas en su favor, contra la explotación que se quería hacer, a cielo abierto, de la bauxita en el Cantón de Pérez Zeledón.

La lucha en ese momento no culminó con el rechazo legislativo del contrato, pero logró que, poco tiempo después, se eliminara la figura jurídica del Contrato Ley.

El 24 de abril permanece en la conciencia social como un día de lucha social. No casualmente para mañana están convocadas manifestaciones de diversos sectores sociales y laborales, en defensa de sus derechos, y de la institucionalidad social, seriamente amenazados por el actual gobierno neoliberal, pinochetista, por sus políticas económicas, métodos y acciones gubernativas, para desmantelar todo el andamiaje del Estado Social de Derecho, que se ha construido desde 1943.

Los sectores laborales, de maestros y profesores, de trabajadores de la salud y médicos, estudiantes, trabajadores en general están siendo convocados para movilizarse y expresar, mañana, su voluntad en defensa de estos derechos e instituciones públicas.

La jornada de mañana 24 de abril es patriótica, nacional y democrática. Es por afirmar el Estado Social de Derecho, es un esfuerzo por frenar las políticas privatizadoras del gobierno autoritario de Rodrigo Chaves Robles, es por defender las institucionalidad social y democrática del país. Hay que apoyarla.

La visión del poder debe ser un objetivo estratégico

Mainier Barboza

La visión del poder debe ser un objetivo estratégico en las organizaciones sociales. Para ello debe buscarse, -con la claridad política-, la conciencia y una sólida formación de la realidad.

En este sentido, la organización del pueblo y la sociedad, desde sus bases en las barriadas, poblaciones rurales, urbanas, urbano- marginales, marginales, es una meta del mediano plazo, considerando la realidad concreta, que es contundente como parámetro de la situación real en un contexto determinado.

Lis procesos electorales son un medio, pero lo decisivo está en el empoderamiento de la sociedad civil y las organizaciones sociales. Desde ahí pueden realizar cambios trascendentales, de manera que, en el determinado momento, esas organizaciones empoderadas y conscientes de su ubicación en el contexto definan en esos procesos su triunfo.

Nuestra Independencia. Algunos elementos a tener presente este día

Óscar Madrigal

La Independencia es un acto que se caracteriza por dos elementos: pasar de ser una colonia de un imperio a ser una Nación y sus habitantes que pasan de ser súbditos a ser ciudadanos. Esas son las características del proceso independentista.

En Costa Rica por las particularidades que tuvo nuestra Independencia, la formación de la Nación y la Ciudadanía tuvieron un proceso de constitución de alrededor de unas dos décadas hasta 1841 donde el Estado logró consolidarse y definirse en sus líneas generales. La formación del Estado costarricense fue configurada por la naciente oligarquía cafetalera, que conforma una burguesía y que plantea el desarrollo de un modelo de desarrollo capitalista.

Tanto en la Independencia en 1821 como en la creación del Estado en 1841, la Nación que surgía a la vida tuvo que ser llenada de contenido. Los contenidos principales de ese Estado se pueden resumir de la siguiente manera:

A-. De hombres blancos
B-. De propietarios
C-. De católicos

La nueva Nación otorgó derechos solo a los hombres, pero no a las mujeres; a los blancos, pero no a los indígenas, negros o esclavos; a los propietarios, pero no a los peones agrícolas, artesanos o campesinos pobres; a los cristianos, especialmente a los católicos, pero no a otras minorías.

Es Estado fue representante de los hombres blancos, propietarios y católicos. A este prototipo se otorgaron todos los derechos, aunque no al resto de los habitantes del país.

La Ciudadanía que, en consecuencia, se formó fue negada a las mujeres, a los indígenas, negros, esclavos y a los que no poseían bienes patrimoniales. Los ciudadanos costarricenses fueron una pequeña minoría que gobernaba principalmente para ellos en detrimento de esos amplios sectores de la población.

La democracia fue, además, una democracia mutilada, reducida solo para ese pequeño círculo de poder de hombres blancos, propietarios y católicos. El resto de la sociedad no eran ciudadanos con el pleno goce de sus derechos.

El nuevo Estado creó una ciudadanía y democracia mutiladas. El capitalismo no nos trajo la democracia.

Tampoco la independencia creó una sociedad homogénea como algunos afirman, en relación con una sociedad donde la inmensa mayoría fueron pequeños propietarios por lo general pobres. Nunca existió en Costa Rica una sociedad homogénea, ni siquiera en la Colonia, porque siempre existieron los pobres (aunque sean los más pobres de los pobres), los negros, los mulatos, los pardos, los indígenas o los esclavos. (Los esclavos fueron determinantes en la producción de cacao que permitió la acumulación primitiva de capital que luego facilitó la explotación cafetalera).

El hecho es que la independencia fue generando una sociedad cada vez más diferenciada, estratificada, con una clase cafetalera oligárquica minoritaria sobre unas mayorías asalariadas empobrecidas.

La Independencia generó los derechos individuales de libertad personal en muchos campos para un grupo selecto, pero no así los derechos sociales que tuvieron que tardar casi un siglo para empezar a gestarse.

La Independencia generó la conciencia individual pero no la conciencia social, no solo de clase sino de pertenencia a grupos o comunidades. Los derechos sociales con plena madurez y fuerza empezarán a manifestarse en el segundo siglo de Independencia.

Durante el Primer siglo de Independencia se logró consolidar el Estado capitalista y luego la República y mantener el carácter independiente de la Nación en la guerra del 56. La influencia de la Religión Católica a lo largo de los primeros 60 años fue determinante y representó un gran poder, pero fue llevada casi hasta la nulidad con las reformas liberales; la democracia logró algunos pocos avances con las ampliaciones del sufragio.

El primer siglo de Independencia es el de la consolidación del modo de producción capitalista fundamentado en la producción y exportación de café, de una oligarquía cafetalera que se proyectará hasta nuestros días, consolidada a través de gobiernos sustentados en una democracia muy restringida, limitada únicamente a hombres blancos y propietarios. La consolidación de ese modelo se hizo a base de autoritarismo y límites democráticos para las amplias capas sociales del país.

Más allá de la crisis sanitaria

Arnoldo Mora Rodríguez

Desde hace varias semanas, millones de seres humanos (sobre)vivimos en una cuarentena que, en la práctica, se ha convertido en una especie de estado de excepción, dadas las estrategias policíacas e, incluso, militares, a que los estados nacionales están recurriendo cada vez con más frecuencia y mayor aceptación de la opinión pública, para enfrentar con éxito desigual los desafíos que nos lanza provocadoramente un virus no muy mortífero pero sí extremadamente propenso a propagarse. Hoy la existencia misma de la, hasta ahora, notoriamente exitosa civilización moderna occidental se ve severamente cuestionada en sus valores fundantes. Esto me recuerda aquel pasaje bíblico, en el que se narra la visión del Profeta Daniel, quien vio una estatua imponente elaborada con todos los materiales más sólidos y preciosos existentes, pero que tenía los pies de barro; por lo que bastó que se desprendiera un diminuto guijarro de una roca circundante y golpeara un talón de barro resquebrajado para que la imponente estatua se redujera a polvo. Un virus ha hecho algo similar al hombre actual, que se apresta a colonizar el sistema planetario pero se muestra trágicamente incapaz de evitar una catástrofe que amenaza con exterminar a miles y miles de individuos pertenecientes a una especie que pomposamente se autocalifica de sapiens.

En el fondo, lo que hoy vivimos es un cuestionamiento del rumbo que ha tomado la humanidad desde los inicios de la modernidad. Eso me induce a recordar los aciagos tiempos de las pestes que asolaron Europa a finales de la Edad Media e inicios de la Modernidad. Como lo ilustra la historia, cada vez que surge una nueva época en la historia de la humanidad, se dan catástrofes de esta índole. Por lo que no es descabellado concluir que hoy vivimos, a inicios del tercer milenio de la cristiandad occidental, un cambio radical, indetenible e irreversible, de una nueva época, cuyo protagonista será un ciudadano dotado de una conciencia planetaria; los países egoístamente cerrados sobre sí mismos, como son Los Estados Unidos de Trump y la Europa Occidental, son los más golpeados por esta pandemia; su egoísmo ultranacionalista se ha visto severamente castigado por la madre Naturaleza. De mi parte pienso que, gracias a que nunca la humanidad ha tenido a su disposición tantos científicos e instrumentos tecnológicos como en la actualidad, eso nos permitiría esperar que logrará controlar, esperamos y deseamos que a corto plazo y con un mínimo de víctimas, este apocalíptico flagelo. Sin embargo, creo que la humanidad tendrá que aprender a acostumbrarse a convivir con este virus, como está haciendo con otras pandemias recientes, como el SIDA.

No siendo especialista en epidemiología, dejo gustoso la palabra a quienes sí lo son, por lo que tan sólo deseo externar algunas reflexiones en torno a las consecuencias culturales y políticas de esta pandemia. Espero que esta crisis sanitaria enseñe al hombre moderno a hacer honor a su autocalificativo de “sapiens”, lo cual implica que debe aprender a tener conciencia de sus propias limitaciones. Valga la pena tener presente que toda acción humana, aún aquellas que surgen animadas e inspiradas con las mejores y más nobles intenciones, tienen también efectos secundarios negativos; estos últimos, contrariamente a los efectos positivos que se agotan al realizarse, son de carácter acumulativo sobre todo aquellos que no son previsibles; por lo que, al llegar a superar el dintel de tolerancia, estallan provocando una crisis global, no sólo en la infraestructura material de reproducción de la vida orgánica, sino también en el ámbito de la creatividad simbólica, o sea, en el mundo de las estructuras del poder político y de los valores culturales. La humanidad, en consecuencia, debe desarrollar una conciencia crítica, lo cual implica estar dispuesto a cambiar de escala de valores ante cada crisis que se le presente. Hasta ahora, esas crisis las provocó la Naturaleza gracias a los procesos evolutivos, en lo que podríamos considerar de manera espontánea, pero como lo vislumbró Teilhard de Chardin, actualmente, después del surgimiento del método científico moderno en la época del Renacimiento Europeo, las crisis son provocadas por la acción humana, que incide en los procesos evolutivos causadas en el trascurso de la historia, como hasta ahora lo había sido la evolución de la Naturaleza gracias a la evolución. Con ello queremos señalar que los procesos evolutivos naturales se dan en un tiempo más lento; por el contrario, la acción humana surge en la razón y se motiva en la voluntad, lo cual le posibilita desarrollar una conciencia previsora; pero aun así, siempre tendrá efectos negativos, tanto más graves cuanto mayor sea el poder del ser humano y más vertiginosa sea en el tiempo su eficacia real; lo cual quiere decir que inexorablemente llegaremos un poco tarde, si bien con capacidad de superar las crisis que, de esta manera, lejos de ser una tumba, se convertirían en un escalón para subir en un proceso evolutivo, tanto material y civilizatorio, como axiológico y cultural.

La civilización occidental, dominante en el mundo, ha enfatizado el crecimiento material y, sobre todo, económico a costa de la destrucción de millones de especies vivientes y de una brutal desigualdad social; todo lo cual ha permitido enriquecerse a una minoría cada vez más reducida y empobrecido a más y más numerosos sectores sociales, si bien son estos los que con su trabajo producen la riqueza. Se ha socializado el trabajo pero se ha privatizado el fruto de ese trabajo. Pero hoy la generalización de la educación y la universalización de la información, han hecho crecer la conciencia social y las luchas políticas, con lo que los pueblos del planeta adquieren una más lúcida conciencia de sus derechos. En concreto, en Costa Rica, el mayor logro de nuestro pueblo, en las últimas décadas, ha sido la creación del Estado Social de Derecho, cuyo fruto ha sido la universalización en todos sus niveles de la educación pública y las instituciones de la seguridad social, lo cual ha hecho posible que estemos asumiendo, con encomiables resultados, la crisis mundial provocada por el coronavirus. Pero, inspirados en nuestros mejores valores cívicos, debemos cambiar el rumbo político imperante; debemos, mediante una mayor justicia distributiva – mayores impuestos directos al capital y no a los empleados y pensionados y a las clases medias – fortalecer los recursos del sector público. De esta manera, se disminuirá la brecha social que amenaza la estabilidad política y el crecimiento económico. Para ello debemos, desde ya, ir poniendo los fundamentos de la Costa Rica que queremos tener más allá de la crisis sanitaria.

Imagen: https://sites.google.com/site/procesosproductivos123/equidad-distributiva-y-retributiva

Pensamiento Del Día Para No Quedarse Dormido En El Bus IV

Macv Chávez

Pensamiento Del Día Para No Quedarse Dormido En El Bus VI

Cuando existen las tempestades de la ira la persona, por su propia naturaleza, tiene dos formas de reaccionar: la irracional y la racional, es decir, animal y humana.

La animal se manifiesta mediante la reacción instintiva, sin evaluar los daños o problemas que pueden suceder a raíz de ello; y la humana según la forma más correcta de hacer las cosas, evaluando o analizando la situación, los daños y perjuicios que el acto podría atraer u ocasionar; y es por esta razón que nuestra forma de actuar va a definir si evolucionamos de nuestra naturaleza animal a la humana o, simplemente, todo lo contrario, es decir, si involucionamos de la humana a la animal…

Pero, ¿qué pasa cuando se vive en una sociedad de animales que parecen humanos? Es un poco complicado de responder, ¿no?…

Pues, sucede que quizás por ser seres imperfectos -con mucha falta de templanza- en situaciones como éstas, a veces, terminemos manifestando nuestra debilidad humana al reaccionar instintivamente ante determinadas situaciones, esas que se suele vivir cuando uno se encuentra inmerso en esa selva de cemento, donde -por muy grande y hermosa que sea su evolución estructural o “cultural”- existe mucha injusticia, malos actos y grandes faltas que mortifican el alma del ser humano porque se desvalora la dignidad humana, esa que muchas veces se suele humillar ya sea por uno mismo o, simplemente, por otra u otras personas; por esto, es muy importante saber reconocer estas dos naturalezas con la finalidad de trabajar en el control de ella para que así gane la humana a la animal; pero no es fácil, cuesta mucha constancia y encontrarse consigo mismo en sí y en el otro.

 

Y ahora me digo: ¡¿Qué tan difícil es vivir en una sociedad como esta?!

 

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Pensamiento Del Día Para No Quedarse Dormido En El Bus III

Macv Chávez

Pensamiento Del Día Para No Quedarse Dormido En El Bus III

Después de andar 3 meses sin leer más que un libro, después de retomar la lectura de forma constante, me quedé con la introducción de un libro, porque con él pude sentir cómo se desesperaban mis conductos neuronales, sentía como si quisieran estallarme las venas, esas que se albergan en mi pobre cabeza, ante la miserable sensación que sentí al ver los grandes logros obtenidos por unos personajes célebres –pero tan humanos como yo- a lo largo de la historia…

¿Cuántas teorías? ¿Cuánto conocimiento que no he logado explorar?… Esa sensación golpeaba seriamente mi ignorancia, hostigándome la vergüenza con las ganas de tirar la toalla, hasta el punto de sentir el miedo de un colapso mental… ¡Con qué ganas quería escapar del deseo de imitar al ratón de biblioteca!…

Creo que este querer rendirse es una sensación de lo más normal… ¡No Más!… Creo que es el miedo el que nos altera seriamente el comportamiento del cuerpo y tan sólo para confundirnos la mente, para hacernos pensar firmemente en desistir del aprendizaje… Creo también que este miedo es un gran alimentador del fracaso… Creo también que este miedo es alimentado por el círculo social del que nos rodeamos, porque a veces tenemos a nuestro alrededor gente que no tiene conocimiento ni ha practicado su capacidad de razonar, que no sabe refutar lo que se le dice, que sólo acata las cosas como si estuvieran programados para comportarse como un robot… Y creo que ser el bicho raro de algún grupo social hace –a veces- que uno deje de alimentar al conocimiento y, por ende, desde el subconsciente se desiste para no sentirse un extraterrestre a lado de los comunes… Pero, también creo que por eso no se puede dejar de ser más humano, porque no podemos dormir a la razón, porque al final si alguien -Platón, Freud, Marañón, o quién diablos fuera,- hizo algo en la historia del conocimiento fue porque simplemente puso a trabajar su lado más humano en beneficio de la búsqueda de la verdad desde su visión del mundo y en comparación con el mundo de los demás, que viene a ser el mundo de todos…

Por tanto, no hay que rendirse, aunque se caiga el cuerpo por lo que pueda estar sintiendo, no debemos rendir ni permitir rendirse al espíritu… ¡Así qué yo no me rendiré!, me pondré a leer un poco más, porque tengo la firme intención de aprender más para poder comprender más nuestro ser seres humanos…

 

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Pensamiento Del Día Para No Quedarse Dormido En El Bus II

Macv Chávez

Macv Chávez - Delirios De Una Neurona

Una mañana encendí el televisor para ver las noticias. El ministro del interior del Perú –hoy ex ministro- contestaba unas preguntas a varios periodistas y, no sé si contestaba las preguntas según el orden o según su conveniencia pero, al menos, dijo una gran verdad: “No se puede desaparecer la delincuencia” –o algo así; lo cierto es que esto es verdad-…

Está claro que es evidente e histórico que no se puede ni se va a poder desaparecer la delincuencia -pero al menos sí se puede disminuir- porque siempre van a existir el flojo o los flojos, vagos improductivos y destructivos, esos que gustan de vivir su vida con los bienes ajenos, sin invertir nada (a los que llamaremos “ilegales” o delincuentes comunes y del que poco hablaremos) o invirtiendo un fuerte capital publicitario para llegar a la bolsa del pueblo (a los que llamaremos “legales” o politiligeros, porque son ligeritos para llenarse los bolsillos y flojos para hacer lo que les corresponde y de forma productiva).

En ambos casos, los dos tipos de flojos, realizan sus fechorías aprovechándose de la confianza de las personas para hacer desaparecer las cosas como si se tratase de un truco de magia; y este acto a los ilegales les toma sólo unos cuantos segundos y a los legales un tiempo bien planificado, sin tanto esfuerzo; y no como aquel hombre sencillo y trabajador, es decir, con tanto sacrificio y esmero, brindando parte de sus fuerzas y capacidades a la sociedad en lo que hace, porque quiere vivir lo más correctamente posible, dentro de su espacio de desenvolvimiento laboral o social, donde intenta llegar a un crecimiento personal mediante el logro de objetivos concretos, según ordena su ética y moral, las que aprendió como parte de su desarrollo para alcanzar una madurez personal.

Por tanto, si queremos encontrar paz y seguridad en la sociedad en la que vivimos, necesitamos cambiar de politiligeros a políticos –porque pienso que el gobierno fue cedido a los políticos por el pueblo porque se les consideró personas fiables –bueno esa es la idea o teoría de la representación política, aunque en la práctica casi no se cumple- para que ellos puedan ayudar a guiar, mejorar o cambiar a la sociedad, mediante el buen gobierno con impulso de la educación, salud y cultura, afianzado sobre las bases morales y éticas que la sociedad adopta como cultura, cultura que debe verse reflejada en los valores y virtudes, esos dos pilares que sólo son capaces de practicar las personas, porque las personas son las únicas entidades vivas que son capaces de practicar a libre elección el ser mejor, el elegir entre el bien o mal, entre lo correcto e incorrecto…

Pero como no podemos fiarnos del todo de los políticos, gracias a su la larga trayectoria histórica y de corrupción, pienso que como buenos ciudadanos y actores sociales estamos llamados y debemos obligarnos a ser parte del grupo de colaboradores del gran cambio, con la finalidad de alcanzar el desarrollo de nuestra sociedad y sino, en todo caso, siempre nos puede quedar cambiar de sociedad, de lugar de residencia, o formar una nueva o, simplemente, aislarse completamente del mundo…

Por tanto, si adoramos nuestro lugar de residencia y tenemos conciencia social, no podemos quedarnos con los brazos cruzados, porque es tiempo de dar un paso adelante y poner nuestro grano de arena en ese cambio social que nuestra nación o ciudad necesita; por eso, hay que hacer que ese cambio sea una obra concreta, una obra constante, una obra que va mejorando nuestro alrededor, que va dando buenos frutos en el pasar del tiempo, porque es tiempo lo que se necesita para poder contar con una buena conciencia sobre la importancia de ser agentes de cambio en nuestra vida diaria en la sociedad, para no estar esperanzados en los políticos, que muchas veces se olvidan para qué se les concede esos puestos representativos… simplemente, es tiempo de ser actores vivos y constantes en este mundo que necesita tanto de un encuentro consigo mismo, con su lado más humano, con la razón de las cosas, con el por qué, cómo y para qué de nuestra existencia.

 

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