UCR: El reto es eliminar la cultura centralista y seguir con la expansión
El Atlántico fue sede del Congreso de regionalización de la UCR
La actividad se realizó del 3 al 5 de noviembre anterior
Tres años después del inicio de los congresos de regionalización de la Universidad de Costa Rica, desarrollado en la Sede de Occidente de San Ramón, se llevó a cabo la II edición del Congreso de Regionalización de la Universidad de Costa Rica.
En esta ocasión, el lugar fue la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica en Turrialba entre el 3 y el 5 de noviembre, como parte de los acuerdos tomados en territorio ramonense, donde este tipo de actividades se harían cada tres años en una sede diferente.
Dicha actividad se realizó de manera virtual debido a la COVID-19, pero las personas ponentes, predominantemente autoridades de las diferentes sedes de la Universidad, se encargaron de hacer sus presentaciones en un set presencial, con el objetivo de discutir, conocer y reflexionar sobre el rumbo que deben tomar todas las sedes universitarias, los temas que les afectan directa e indirectamente, y cómo abordar los desafíos propios y particulares.
Durante el primer día, con la presencia del rector Gustavo Gutiérrez Espeleta, la coordinadora del Consejo de Áreas de Sede, Georgina Morera Quesada, la directora del Consejo de Sedes Regionales, Patricia Quesada Villalobos, y el subdirector de la Sede del Atlántico, Guillermo González Campos, se hicieron las rememoraciones de los desafíos por superar desde que en los años 60 del siglo anterior se vio la necesidad de expandir y mejorar la educación superior.
La principal propuesta del rector Gutiérrez Espeleta fue clara sobre el modelo de universidad que desea: «Queremos una universidad pública donde haya equidad en el abordaje y apoyo a la gestión institucional entre las diversas unidades académicas y de investigación en todas las sedes y recintos. Con esta premisa y promesa la actual administración se ha comprometido a fortalecer los vínculos entre la rectoría, las vicerrectorías y la gestión de las sedes universitarias con el fin de generar proyectos y acciones que impacten el desarrollo de la región y el país».
Por su parte Morera Quesada, reseñó que la regionalización universitaria avanza en el apoyo a las regiones para enfrentar sus retos. «Carlos Monge Alfaro en 1967 visualizaba la necesidad de abrir centros universitarios regionales en razón de que la capacidad de ingreso con que contaba la UCR no era suficiente para dar a los jóvenes de todo el país la oportunidad de acceder a la educación superior. Sobre todo, porque en los años 50 hubo un aumento significativo de las y los jóvenes que terminaron su educación secundaria y la sede Rodrigo Facio se veía insuficiente para atender esta demanda. Su claridad de pensamiento se ve claramente reflejado cuando menciona que la mejor fuente de riqueza que los gobernantes pueden brindar a su población es la educación. (…) En esta visión se reconocía que la presencia de la universidad de Costa Rica en otras regiones tocaría profunda y radicalmente la dinámica social, cultural y económica de las regiones periféricas del país. La Universidad pública cambia la dinámica de la zona donde se encuentre esta población. (…) El primer paso lo constituye la llegada de la universidad, luego una comunidad que abraza y cuida este proyecto, pero además deben abrirse espacios de reflexión y renovación constante de este esfuerzo llamado regionalización universitaria. Debe ser un proceso de constante construcción».
Mientras Quesada Villalobos dedicó parte de su discurso a agradecer la visión de Monge Alfaro hace más de 50 años de expandir la Universidad de Costa Rica a otras sedes, y también tuvo palabras para recordar al recién fallecido Luis Armando Ugalde. «Hoy agradecemos al exrector don Carlos Luis Monge por ser visionario y creer en la democratización universitaria, por su proyecto vinculado con las necesidades y los intereses de las comunidades y por querer romper la concepción de las universidades como torres de marfil; hace medio siglo esas ideas eran desafiantes y novedosas. Asimismo, quiero aprovechar para reconocer nuevamente los esfuerzos de don Luis Armando Ugalde, primer coordinador del Centro Regional de San Ramón, quien este año nos dejó de acompañar en este mundo terrenal, sin embargo, sus aportes siguen materializándose en nuestro quehacer. Donde existan docentes, funcionarios y funcionarias comprometidos y comprometidas con la regionalización habrá un motivo para creer en otra universidad es posible: una universidad de puertas abiertas a la sociedad costarricense y que crezca cada día».
Por último, el subdirector González Campos resaltó que la Universidad posee su vocación humanista desde que decidió expandir sus operaciones de la Sede Central a otras sedes, aunque para él, el modelo actual de regionalización está terminado y ya no responde a los tiempos actuales ni futuros. «La regionalización constituye uno de sus más grandes logros en estos 80 años. En el momento en que se plantea la necesidad de abandonar el centro del país y colaborar con el desarrollo de la periferia en ese momento la Universidad adquiere una vocación humanista que no ha perdido a lo largo de los años. Las sedes regionales hoy en día abarcan el 20% de la Universidad de Costa Rica. De ahí la importancia de discutir los diferentes modelos de regionalización de las sedes, y debemos encontrar un mejor modelo».
González Campos resaltó que descendientes de las familias más humildes logran entrar a la universidad y promueven el cambio de sus familias y sus regiones, por lo que enfatizó en el llamado a hacer propuestas concretas para eliminar la cultura centralista y seguir con la expansión.
La charla inaugural, a cargo de las investigadoras externas Yahaira Delgado Benavides y Marcela Román Forastelli, compartió hallazgos favorables del Informe de Educación por sobre cómo se afrontó la COVID-19 para evitar que afectase significativamente sus coberturas. «No hubo interrupciones significativas como sí las hubo en América Latina y en el mundo de la educación, la pandemia probó la capacidad de adaptación de las universidades públicas, pero lograron salir bien libradas, ya que hubo un eficiente sistema de respuesta en el corto plazo, lo que posibilitó que no hubiera largas interrupciones del ciclo académico. Se puede documentar dos aspectos: no se redujo las matrículas ni en el segundo semestre en 2020 ni en el primer semestre de 2021, muy por el contrario, creció, y las universidades nos organizamos para aportar soluciones a la atención sanitaria del país, se reorganizaron recursos para la atención de la emergencia sanitaria», explicó Román Forastelli.
Sin embargo, se mostró preocupada por la escasa representatividad en la educación superior de las regiones periféricas en relación con la región central, y considera que eso debe combatirse desde los colegios secundarios. «La participación de la población de regiones fuera de la Región Central todavía es escasa. Seis de cada 10 de entre 18 y 24 años habitan en la Región Central, pero 7 de cada 10 residen en ella. Hay una sobre representación de personas en la educación superior en la Región Central. De todos modos, encontramos un avance en la representación de las periferias, pero todavía hay desafíos en la educación secundaria que dificulta el acceso a la educación superior».
Las reflexiones y las charlas, no obstante, no fueron lo único de la actividad. También hubo presentación, a lo largo de los tres días que duró el congreso, de diferentes iniciativas hechas por coordinadores y coordinadoras de Trabajos Comunales Universitarios, docentes y personas funcionarias de las distintas sedes, a través de las distintas mesas virtuales que se realizaron, cómo adaptaron sus proyectos de acción social, investigación y docencia a la virtualidad debido a la COVID-19, y cuáles fueron sus propuestas para procurar una promoción de las diferentes regiones de modo que se reduzca la brecha entre las sedes periféricas y la central.
Finalmente, durante la charla de cierre, se anunció que el tercer congreso de regionalización, programado para 2024, se llevará a cabo en la Sede Guanacaste en Liberia.
Días después, al consultar sobre cuáles fueron los principales acuerdos tomados durante estos días, la secretaria de la dirección de la sede organizadora, Andrea Castro Arguedas indicó que lo que sigue es un largo camino antes de tener los acuerdos en blanco y negro. «Hay que sentarse a preparar los informes de las ponencias y los acuerdos, que los sometan a votación si las aprueban o no, y hacer otro informe final con los acuerdos someter todas las ponencias a votación, para luego incorporar las ya aprobadas a las memorias definitivas, y que el Consejo de Áreas de Sedes Regionales les dé seguimiento una vez eso suceda».
Juan Pablo Rodríguez Campos
Periodista, Oficina de Divulgación e Información