Texto del foro Avances, obstáculos y enseñanzas de las alianzas entre movimientos sociales: Chile, Costa Rica y Uruguay
El pasado 09 de abril del 2022 la Alianza por una Vida Digna y el Foro Confluencia Solidaria realizaron el foro: “Avances, obstáculos y enseñanzas de las alianzas entre movimientos sociales: Chile, Costa Rica y Uruguay”. Se contó con la participación de:
Tomás Leighton, miembro del Frente Amplio y exdirigente estudiantil en Chile.
Ciska Raventós, socióloga, catedrática jubilada de la Universidad de Costa Rica, activista social.
Karin Nansen, fundadora y coordinadora de REDES Amigos de la Tierra Uruguay e integrante del Comité Ejecutivo de Amigos de la Tierra de América Latina y Caribe.
Héctor Ferlini-Salazar, director de SURCOS como moderador.
A continuación se presenta la transcripción de lo expuesto en dicho foro que fue transmitido por SURCOS. La transcripción fue realizada por Tracey Masís Martínez, estudiante de Gestión Cultural de la Sede del Pacífico de la Universidad de Costa Rica. Se registra el minuto de cada inicio de participación para quienes deseen escuchar las secciones en el video.
HF: Muy buenas, un saludo de parte de la Alianza por una Vida Digna, que es un espacio de debate y construcción de sentido crítico, lo que llamamos un espacio de lucha cultural, y del Foro Confluencia Solidaria que es un espacio de encuentro entre movimientos sociales para construir procesos ciudadanos en Costa Rica.
Hoy nos acompañan tres personas, vamos a escuchar sus aportes al tema Avances, obstáculos y enseñanzas de las alianzas entre movimientos sociales – Chile, Costa Rica y Uruguay. El propósito tanto de la Alianza por una Vida Digna y del Foro Confluencia Solidaria como de SURCOS Digital que hace la transmisión es compartir experiencias relativas a la posibilidad que tienen los movimientos sociales de ser actores claves de las vida política de un país, y contribuir a la construcción de democracia y vida digna.
Vamos a iniciar la presentación de hoy con Tomás Leighton, él es miembro del Frente Amplio y exdirigente estudiantil en ese país; también estará con nosotros y nosotras Ciska Raventós, ella es socióloga, catedrática jubilada de la Universidad de Costa Rica, activista social; y Karin Nansen, ella es fundadora y coordinadora de REDES Amigos de la Tierra Uruguay e integrante del Comité Ejecutivo de Amigos de la Tierra de América Latina y Caribe. Sin duda las experiencias que nos van a compartir las tres personas serán de gran provecho, y entramos directamente con Tomás Leighton, compañero de Chile; adelante Tomás.
- Al 1 minuto con 54 segundos da inicio Tomás Leighton.
TL: Buenas tardes, Héctor, en primer lugar, quisiera saludar a quienes nos están viendo el día de hoy compañeros y compañeras de Costa Rica, por ahí quizás a la comunidad de chilenos y chilenas en Costa Rica, un abrazo gigante a ellos, también a las compañeras Ciska y Karin, es un honor para mí estar con ustedes el día de hoy y poder contarles mi perspectiva sobre los desafíos de los movimientos sociales en América Latina.
Pero también es un momento importante para la región, en un momento donde de alguna manera no solo los movimientos sociales progresistas, sino las fuerzas políticas en general están en un proceso de rearticulación; Y en donde me toca también de cerca como chileno estar viviendo la inauguración de un gobierno, de un nuevo gobierno a partir del triunfo de Gabriel Boric, que también, yo creo, habla muy directamente del modo en el que los movimientos sociales son capaces de organizarse, articularse y plantear sus demandas hacia el sistema político, hacia la sociedad en general, de modo de cambiar el rumbo de la amplia vida social de nuestros países.
Boric fue un dirigente estudiantil hace un corto periodo y hoy día están en el poder, y no es solo él, sino que yo diría que también es parte de una larga posta de luchadores y luchadoras sociales que en Chile han dado y han arriesgado su propia vida, en momentos oscuros pero también han aportado al país en otros momentos desde siempre y eso es parte de una tradición.
La verdad, que primero también quería saludar enérgicamente al diario SURCOS que cumple quince años en noviembre de este año, y la verdad, es que cuando Héctor me convocó a conversar y me contó de la existencia del Diario Digital SURCOS me interesó de inmediato por dos motivos: primero, porque el desafío que tienen los movimientos sociales progresista para comunicar y en definitiva para hacer visibles sus demandas es muy difícil. Yo me acuerdo haberlo vivido como dirigente estudiantil en el 2014 en mi país, con el movimiento estudiantil chileno, por la educación gratuita, por la educación garantizada, por la educación como derecho social garantizado por el Estado, este movimiento tuvo enormes desafíos a la hora de comunicar sus demandas. Sobre todo, en un país en donde la propiedad de los medios de comunicación está concentrada, y eso fue uno de los problemas, porque tuvimos que enfrentar la demonización que hicieron los medios cuyos intereses se oponían a los cambios que nosotros demandábamos desde las calles. Entonces obviamente es un problema estructural, pero vaya que ayuda ver las experiencias de otros países donde hay autogestión comunitaria para comunicar nuestras demandas hacia la sociedad sin el viento en contra.
Y segundo, porque según estuve indagando también SURCOS se define como un diario para la democracia participativa, que me pareció un concepto interesante, porque yo creo profundamente en la democracia participativa, creo que es el término adecuado para aquellos demócratas, para aquellos que nos identificamos como demócratas, pero que nos rehusamos a que la democracia esté hecha a la medida del capital, porque la verdad es que para que los procedimientos de la democracia funcionen es necesario que los valores que los inspiran se realicen: la igualdad, la libertad, la justicia social… por eso me parece que es bastante notable que tengan a la democracia participativa como definición.
Así que bueno, yendo a Chile, yo quisiera hablar también de cómo los movimientos sociales han visto de alguna manera un crecimiento en su posibilidad de ejercer una influencia política a lo largo del tiempo, hacer un poco de trabajo retrospectivo, porque hoy día uno ve a Boric de presidente y se podría pensar que eso fue fácil, que Chile tuvo una posición favorable, de la noche a la mañana, para tener un dirigente social hoy como presidente de la República y la verdad que no. La verdad es que ha sido un proceso de idas y venidas que ha sido bastante largo.
Así que voy a ir para atrás un poco.
Chile tuvo un proceso de industrialización y desarrollo que venía gestándose en la primera mitad del siglo XX y que culmina con la elección de Salvador Allende en el setenta, y así, como muchos países latinoamericanos ese proceso se interrumpió abruptamente por el golpe militar del 73, que estuvo financiado y apoyado por el departamento de Estado de los Estados Unidos y que puso a Pinochet en el poder por diecisiete años.
Y una de las particularidades de esa dictadura criminal, fue que a diferencia de otras dictaduras impulsó políticas neoliberales desde muy temprano, o sea, antes de que Margaret Thatcher y Milton Friedman implementaran políticas neoliberales en Inglaterra, en Estados Unidos, de, digamos, focalización del gasto público y otras polìticas, Chile ya tuvo un experimento al respecto muy temprano en los setenta. Y eso tiene que ver con los economistas chilenos que se fueron a estudiar a Chicago y volvieron e implementaron como ministros de Pinochet políticas económicas muy ortodoxas que no se remitían sólo al manejo de la política financiera, sino que se metían en todas las esferas de la vida: privatización de la educación, la salud, las pensiones y, sobre todo, atacar la sindicalización.
Y eso fue toda una revolución neoliberal, como le llamamos en Chile: una revolución de otro signo.
Pero lo más importante es que Pinochet de alguna manera escribió, o encargó de escribir una Constitución Política a un minúsculo grupo de abogados que redactara las ideas del régimen a su medida, sin sancionarla democráticamente, y esa Constitución fue la del 80, digo fue, porque ahora la estamos cambiando mediante un plebiscito; estamos en un proceso constituyente.
Pero esa Constitución del 80 tuvo dos ideas principales: la subsidiariedad del Estado, o sea, reducir el Estado a su mínima expresión, y solo va a prestar servicios que los privados no pueden proveer, y cuando lo hace, lo hace mediante transferencias monetarias a los grupos más segregados, con lo que reproduce las desigualdades económicas.
Y lo segundo es la idea, y aquí me quiero detener, y creo que esto es lo importante de esta presentación, la idea de la autonomía de los cuerpos intermedios, así decía la Constitución, y quiere decir que los problemas políticos que enfrenta la sociedad, no se dirimen mediante la democracia y los partidos políticos, sino que a través de otras instituciones intermedias como los gremios, los empresarios o las agrupaciones profesionales, para que negocien directamente sus intereses ante el gobierno. O sea, en el fondo es una especie de corporativismo, a lo franco, que cree en la necesidad de que se mantenga un orden que es siempre desigual y que no hay que transformar.
Por eso la Constitución del 80 no sólo restringe la actividad política, los partidos y “todo lo que huela a marxismo” decían ellos, sino que fundamentalmente desorganiza a los trabajadores y los priva de la posibilidad de organizarse políticamente. O sea, a la larga despolitiza la sociedad y crea una cultura anti política para legitimar las desigualdades, entonces una de las cosas más importantes que hizo la dictadura para despolitizar la sociedad fue atacar a los sindicatos.
Además de asesinar y torturar a cientos de dirigentes sindicales, prohibió la militancia política de los trabajadores, estableció el reemplazo de los trabajadores en huelga, eliminó la negociación ramal, por ejemplo, dejando una herencia terrible en donde hoy día tenemos una sindicalización menor al 15 % a nivel nacional, entonces cuando uno habla de movimientos sociales hoy en Chile uno se remite a los trabajadores sin duda.
Pero tampoco hay que olvidarse que las leyes contra la sindicalización de la dictadura fueron muy fuertes e hicieron que, de alguna manera, la mayor articulación de los movimientos sociales en Chile, en el Chile post Pinochet, en el Chile que despierta del año 2011 en adelante, está mucho más relacionada con los movimientos socioambientales, con los movimientos estudiantiles y con el movimiento feminista y no tanto con el movimiento de los trabajadores, desafortunadamente.
Eso no significa que la gente que trabaja no tenga una opinión favorable a los movimientos sociales. ¡Puede que sí! Ahora, la sindicalización per se es un problema y es una diferencia respecto a otras realidades del Cono Sur, por ejemplo, como Argentina, Uruguay o el caso brasileño también.
Luego, con la transición a la democracia, Chile obviamente cambió muchísimo y eso hay que decirlo, no es que no haya cambiado nada, pero obviamente se profundizaron también muchos de los pilares del Chile pinochetista, y Chile tuvo un gran periodo de un fuerte crecimiento económico durante los gobiernos de la concertación.
De la centro izquierda, yo diría más centro pues no se si centro izquierda sea como algo que nos diga muchas cosas a nivel comparado, -pero ciertamente no la derecha-, de alguna manera esas administraciones aumentaron muchísimo el crecimiento económico, pero engendraron también mucha desigualdad social a nivel comparado, y el modelo de la concertación si bien aumentó muchísimo la capacidad de consumo de las personas, cuando tú no tienes derechos sociales fuertes y consolidados y todo el acceso a los servicios está privatizado eso genera endeudamiento privado. O sea, endeudamiento de las personas, endeudamiento de los hogares, y finalmente eso termina haciendo crisis, porque los ciudadanos se van resistiendo y van bajando la tolerancia a la desigualdad con el tiempo, y de ahí que los movimientos sociales chilenos reaparezcan con fuerza del 2011 en adelante.
Y eso es lo que en Chile nosotros le llamamos la politización de la desigualdad, ahora, uno también le podría decir lucha de clase, eso depende de alguna manera del nivel de profundidad que uno le quiera poner, pero en los años 2000 nosotros obviamente teníamos un sistema de finanzas públicas sana, con poca deuda pública, pero las finanzas priva un desastre, o sea, la deuda, y eso es importante porque en Chile la deuda privada, la deuda de las personas no se usa para lo que normalmente se entiende por el uso del crédito. No es en los países desarrollados, donde el crédito se usa para pagar costos extraordinarios, viajar, hacer remodelaciones de una casa, invertir… En Chile la deuda significa usarla para gastos corrientes, pagar la salud, la vivienda, la ropa, la comida y sobre todo la educación.
Entonces el endeudamiento por educarse, tanto para darle educación a los hijos en escuelas privadas, con una pequeña subvención del Estado, como para acceder a la educación superior, es un símbolo de cómo el sistema en Chile hizo crisis. Y ante eso el movimiento estudiantil del 2011, del cual yo fui parte, unos años después como dirigente en la secundaria, ese que se reveló en dos mil once fue un símbolo, fue el, digamos, el primer grito fuerte contra el neoliberalismo que se continuó en los años de transición.
Y ahí aumentaron las protestas, se instaló la demanda de derechos sociales en la sociedad, se volvió popular, se volvió sentido común. Incluso me atrevería a decir que la idea de estar en contra del neoliberalismo fue haciéndose más hegemónica en el tiempo. Cuando el sistema, el modelo chileno termina de hacer crisis, hace un par de años atrás, en el 2019 cuando tuvimos un estallido social, la izquierda política, -que dicho sea de paso tenía una parte en él, somos parte de una larga posta que nos pasaron dirigentes que resistieron largos años en la marginalidad política excluidos del sistema, pero también otras generaciones nuevas que nos incorporamos-, esa izquierda política que resistía, que se había formado en el movimiento estudiantil, logramos capitalizar el estallido social y conducirlo hacia un cambio constitucional. Y, además, elegir a un ex dirigente estudiantil de nuestras filas como presidente de la República que es Gabriel Boric.
Por lo tanto, no es que los movimientos sociales siempre tengan deriva progresistas, no necesariamente. Pero de alguna manera la articulación entre la política y la sociedad en este caso nos permitió tener los resultados que tuvimos. Luego a mí me tocó ser parte, así como a muchos, de la idea de juntar la política con la sociedad, de hacer que los movimientos sociales se involucren en las discusiones públicas más allá de sus propios intereses. Y creo que eso colisiona directamente con la idea de separar a la política de la sociedad que la dictadura aplicó con su idea corporativista por excelencia. Es la idea donde los movimientos desde la sociedad civil resuelven sus problemas autónomamente, y esa idea de la autonomía es tremendamente peligrosa en la medida en que no se entienda como hacernos dueños de nuestras propias vidas, sino que se entienda como cada uno se arregla como puede.
Creo que el tema de cuáles son los desafíos de los movimientos sociales hoy en América Latina, tiene que ver mucho con la manera en que, como dice el título del foro, hacemos alianzas entre movimientos sociales en la medida en que politizamos y nos oponemos a esa idea gremialista de separarlos y de mantenerlos lejos de las instituciones, de la política.
- A los 16 minutos con 46 segundos Tomás Leighton da por finalizada su intervención.
HF: Muchas gracias Tomás por tu aporte y aprovechamos para hacer una felicitación a lo que ha sido el proceso chileno, y la elección como lo has dicho de un ex dirigente social como presidente de la República después de haber tenido una larga participación en movimientos estudiantiles y de otro tipo.
Le damos la palabra ahora a Karin, compañera de Uruguay de REDES Amigos de la Tierra.
Bienvenida Karin.
- A los 17 minutos con 26 segundos da inicio la invención de Karin Nansen.
KN: Hola, muchas gracias por la invitación y por poder participar en este rico debate que esperemos que se continúe en el futuro, también integrando otros movimientos de diversos países, porque nos parece que es sumamente importante.
Nosotras somos una organización de lucha por la justicia ambiental, social, económica y de género, y desde esa perspectiva de la justicia en todas sus dimensiones, es que consideramos que hoy es necesario y fundamental apostar a la construcción de alianzas entre los movimientos sociales, y es algo a lo que le estamos realmente dedicando mucho esfuerzo y en lo que creemos firmemente, tanto a nivel nacional de mi organización, como a nivel de América Latina Amigos de la Tierra, América Latina y Caribe y también a nivel internacional.
Hoy es muy evidente que está en riesgo la sustentabilidad de la vida; las crisis socio ecológicas que enfrentamos, la crisis climática, del agua, de la biodiversidad, alimentaria, están interrelacionadas y son crisis que están amenazando los sistemas ecológicos que hacen posible la vida.
Pero también están destruyendo los medios de sustento de grandes mayorías de la población, están atentando contra los derechos de los pueblos. O sea, cuando hablamos de crisis, en realidad estamos hablando de que está en juego la vida y la realización de derechos.
Y en ese contexto es evidente que se necesita una transformación radical de nuestras sociedades y de los sistemas de producción y consumo, y además de la forma en que organizamos nuestras sociedades, nuestra economía y nuestra relación con la sociedad y la naturaleza.
También es evidente que asistimos a una profunda crisis de los cuidados que es el resultado de un sistema patriarcal que se basa en la explotación del trabajo del cuerpo de las mujeres mediante la división sexual del trabajo.
Entonces, lo que decimos es que es necesario ese cambio radical que haga posible la sustentabilidad de la vida, y que no es posible eso mientras continúe este sistema de acumulación que prioriza ante todo la concentración, la acumulación de capital y la toma de decisión en pocas manos, y en función de unos pocos, de los intereses de unos pocos.
Vemos cómo está muy relacionada la explotación de la clase trabajadora con la explotación de las mujeres, con la explotación de los pueblos indígenas, de los pueblos afrodescendientes y la explotación de la naturaleza.
Y lo mismo ocurre con los procesos de privatización, como decía Tomás, que se van produciendo con la imposición del neoliberalismo, un proceso de privatización de las distintas esferas, de las distintas dimensiones de la vida en sociedad y también de la naturaleza.
Por ello se plantea la necesidad de enfrentar un sistema que se sustenta en múltiples opresiones, y que se sustenta también en esa en esa lógica de explotación y de privatización de absolutamente todo. Por eso es que los movimientos sociales no pueden enfrentar esta dimensión de lo que tenemos por delante en forma aislada, en forma separada. Es necesario unir fuerzas como movimientos y entender en profundidad la raíz de las crisis que enfrentamos.
Porque si no entendemos las causas estructurales de las crisis que enfrentamos, las respuestas posiblemente no sean las adecuadas, o por lo menos, posiblemente, tenemos respuestas que son parciales.
Necesitamos una respuesta integral que realmente responda a las causas estructurales de las crisis, eso nos parece fundamental. Y en ese sentido las alianzas son necesarias también para avanzar en la construcción de paradigmas emancipatorios, de proyectos políticos emancipatorios que permitan fortalecer esos sujetos políticos populares. Debemos re-apropiarnos de la política y disputar la esfera política como decía Tomás.
Y es fundamental también que esos procesos de construcción política desde los movimientos se nutran de las luchas y las reivindicaciones históricas de nuestros pueblos y movimientos, pero que también sean capaces de tener una lectura en profundidad del contexto actual de la coyuntura, de la correlación de fuerzas y de lo que está en juego.
Por eso pensamos que tenemos muchos desafíos en términos de cómo vamos generando un análisis común, mediante un proceso participativo, democrático entre los movimientos sociales. Un análisis común que nos permita delinear una agenda también política común que parta de la diversidad. No estamos diciendo que queremos homogeneizar nada, sino, lo que queremos es que desde esa perspectiva de la diversidad podamos lograr la unidad de agendas.
Y en ese sentido también quiero enfatizar lo que decía Tomás de la importancia de la disputa de la esfera y la arena política, porque las políticas públicas son necesarias para que podamos cambiar este curso, para que podamos generar políticas en función del bienestar de nuestros pueblos, políticas que permitan revertir estas crisis estructurales, estas crisis socioambientales estructurales.
Entonces, frente a este proceso de des-legitimación de la política que se está dando, y de erosión de la democracia, -que es muy brutal-, la respuesta realmente es la participación activa de los pueblos y de sus movimientos sociales.
Es fundamental para nosotras entender que la política tiene que ver con la toma de decisiones que afectan a la organización de nuestras sociedades, su relación con la naturaleza: tiene que ver con disputar el Estado, tiene que ver con descolonizar el Estado y reorganizarlo en función del bien común y de los derechos de nuestros pueblos.
Otra dimensión fundamental, a la que no podemos escapar, es la disputa de la esfera económica. Necesitamos organizar nuevos sistemas de producción con nuevas relaciones sociales que nos permitan garantizar la producción y la reproducción de la vida, esto considera la centralidad del trabajo tanto productivo como reproductivo para nuestras sociedades, y la organización por lo tanto de nuestros pueblos en función de eso.
Pensamos que como movimiento ecologista no nos podemos quedar simplemente en una disputa en torno a qué pasa con los procesos de explotación de la naturaleza, que son muy brutales, sino que necesariamente tenemos que ver cómo eso se interrelaciona con otros procesos de explotación y cómo la privatización de la naturaleza está directamente vinculada también con la privatización de los servicios públicos, con el desmantelamiento de los derechos de la clase trabajadora y el desmantelamiento de los derechos de las mujeres, de los pueblos indígenas, de los pueblos afrodescendientes.
En términos más concretos, un aprendizaje para nosotras que ha sido muy importante es el proceso de construcción de la soberanía alimentaria, que es un principio que fue político, que fue inicialmente impulsado por la Vía Campesina a la que luego nos sumamos muchos otros movimientos. Implica el reconociendo del derecho de nuestros pueblos de definir nuestras propias políticas, nuestras propias estrategias y sistemas de producción, distribución y consumo de alimentos ecológicos justos, que reconozcan el papel central de las mujeres en la producción de alimentos como sujeto político. La soberanía alimentaria reconoce el acumulado de nuestros pueblos en la construcción de sistemas alimentarios que realmente garanticen la alimentación a nuestros pueblos.
Ese proceso de construcción tiene que ver con el derecho a la tierra, al territorio, con disputar el sentido del territorio, y esto tiene que ver con la lucha por políticas públicas que permitan realmente garantizar el derecho al agua, a la salud, a la alimentación; es un proceso de construcción que tiene mucho que ver con lo local porque esos sistemas alimentarios que están en construcción se van construyendo a nivel territorial, a nivel local, pero tiene mucho que ver con el diálogo, con la organización social que es fundamental y tiene que ver también con el diálogo entre campo y ciudad.
Aprendimos que la soberanía alimentaria no es solo un tema del campesinado, sino que la construcción de la soberanía alimentaria es una tarea que nos debe convocar al conjunto de la sociedad, y por lo tanto, es fundamental el compromiso de la clase trabajadora con ese proceso de construcción de la soberanía alimentaria.
Y en Uruguay concretamente una experiencia que tenemos, que consideramos súper valiosa, es un proceso de construcción de un movimiento que se llama Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas, de las que formamos parte y que ha sido un proceso de construcción con los productores y productoras familiares, campesinado, comunidades de nuestro país, pero también en diálogo con la universidad, y con esos compañeros y compañeras de la universidad comprometidas con estos procesos sociales y que nos ha posibilitado ese proceso, buscamos defender el derecho que tenemos como pueblos a organizar nuestro sistema alimentario en función de otras dinámicas y de otros parámetros, que son distintos a los que nos impone el agronegocio y a disputar el territorio y reivindicar el derecho al territorio desde esta perspectiva de construcción de soberanía alimentaria.
Otra experiencia que ha sido sumamente importante para nosotras fue la campaña por el derecho al agua, que fue una campaña que se llevó adelante en el año 2003-2004 y que llevó a la reforma de la Constitución para que hoy en día consagra el derecho humano al agua, y vamos adelante junto con el sindicato FOSE que se llama que es el sindicato de trabajadores y trabajadoras de del agua y con otras organizaciones sociales, esto llevó a la constitución de una comisión nacional en defensa del agua y de la vida, aprendiendo también de la lucha en Bolivia, por ejemplo, y nos permitió eso: que la Constitución realmente consagre ese derecho fundamental al agua y prohíba los procesos de privatización del agua.
Pero además, en esta alianza entre movimientos logramos entender conjuntamente que si queríamos realmente garantizar el derecho al agua era necesario cuidar el agua en el territorio, cuidar el ciclo hidrológico, cuidar la calidad, la cantidad del agua en el territorio y por lo tanto necesitamos territorios saludables, y por eso, en la Constitución también se incluyó lo que era necesario y obvio que es la gestión sustentable de las cuencas y la gestión participativa de las cuencas hidrográficas, y estamos en un proceso hoy de disputa porque si bien está el derecho garantizado en la Constitución, hoy vemos cómo con el avance del agronegocio en nuestro país se está poniendo en cuestión ese derecho y no se está cumpliendo con este mandato de gestión sustentable a nivel territorial de las cuencas hidrográficas y demás.
Otras luchas que llevamos adelante con el movimiento sindical tuvieron que ver con la resistencia contra los tratados de libre comercio, que ha sido un tema también que históricamente hemos compartido con el movimiento sindical, quizás la lucha más reciente fue en torno al tratado sobre el comercio de servicios el TISA, y logramos que Uruguay se retirara de ese proceso. Pero sabemos que es una lucha que se continúa porque la agenda neoliberal sigue.
Imponer tratados de libre comercio es algo que está en la agenda claramente del nuevo gobierno; y en términos más recientes la lucha contra una ley muy importante para el gobierno que hoy actualmente está en nuestro país, que es la Ley de Urgente Consideración, una legislación que incluye todo tipo de temas y que se aprobó mediante un proceso que consideramos totalmente anti democrático: en forma urgente, pero además, el contenido es sumamente terrible en términos de lo que significa por la pérdida de derechos y por la imposición de una lógica neoliberal nuevamente. Recientemente tuvimos un referéndum, y eso fue posible gracias a la organización de los movimientos sociales, claramente del movimiento sindical, del movimiento cooperativista, del movimiento estudiantil, pero también del movimiento feminista. Fuimos muchas organizaciones que nos sumamos en primer lugar a un proceso de recolección de firmas para habilitar el recurso de referéndum y para que realmente hubiera un debate democrático en nuestro país, finalmente no logramos ganar, lamentablemente no logramos derogar esos ciento treinta y cinco artículos de esta Ley de Urgente Consideración, pero de todos modos hubo un proceso que consideramos sumamente importante de acumulación política desde los movimientos, en términos de lo que decía también Tomás: de fortalecimiento de la democracia.
Cuando se tiene un gobierno como el que tenemos hoy en Uruguay que no apuesta a una radicalización de la democracia sino todo lo contrario, pues utiliza su poder para imponer normas que van en la línea del fortalecimiento de la perspectiva neoliberal, y también el fortalecimiento de un Estado más represivo.
Porque a veces hablamos mucho del desmantelamiento del Estado y cómo desde esa lógica neoliberal se impone una reducción del Estado, pero se impone una reducción del Estado en función de los derechos de la población, al mismo tiempo se va generando un fortalecimiento de un Estado más represivo. Entonces ahí tenemos una lucha en nuestro país, y que para la cual, es fundamental la alianza con movimientos sociales.
En se proceso estamos; pensamos que es sumamente importante entender que la construcción de alianzas tiene que ver con procesos, no se construyen alianzas de un día para otro, el proceso de construcción es tan importante como los resultados que podamos lograr gracias a esas alianzas, pues esto nos permite disputar el espacio político.
Como movimientos sabemos que es un aprendizaje, porque es verdad que venimos desde perspectivas distintas, desde historias de luchas muchas veces distintas, pero que necesitamos aunar algunos temas de la agenda política que realmente son trascendentales para todos los movimientos, y que necesitamos entonces como decía antes desde esa diversidad construir cada vez más la unidad, y para eso, hay que apostarle. Se necesita tiempo y se necesita también mucha humildad, se necesita mucha humildad y también reconocer esas luchas históricas y los movimientos históricos que en nuestro país han hecho posible los cambios sociales.
Por eso consideramos tan importante el momento actual. Por supuesto es importante la relación con el movimiento sindical, pero también con el movimiento feminista para cualquier proceso de transformación social en nuestro país.
Muchas gracias.
- A los 34 minutos con 32 segundos Karin Nansen da por finalizada la intervención.
HF: Muchas gracias Karin por este aporte desde la experiencia uruguaya. Estuve pendiente del resultado del referéndum y vi que no se había ganado, que no lo habíamos ganado, pero como decís, fue una experiencia importante de acumulación política y eso también es válido en ese proceso que señalás de construir alianzas, lo cual, expusiste, no es algo de un día para otro, sino que es un proceso.
Muchas gracias, Karin.
Pasamos ahora con Ciska Raventós, ella es socióloga, catedrática jubilada de la Universidad de Costa Rica, y es una persona que ha estado muy activa en la lucha social en nuestro país, así que bienvenida también Ciska. Adelante.
- A los 35 minutos con 16 segundos da inicio la intervención de Ciska.
CR: Muchísimas gracias por la invitación, saludos a Karin, a Tomás y a Héctor.
Probablemente yo voy a ser mucho más detallada con respecto a datos de Costa Rica porque son menos conocidos, y además, porque estamos en un momento en el cual necesitamos mucho más mirar a la historia reciente para colocarnos frente al presente y al futuro.
A diferencia de Chile y Uruguay, Costa Rica no tuvo período dictatorial, es decir, no tuvimos ruptura del orden constitucional, y eso hace que tanto las políticas de salud, las políticas de educación, a pesar de que se han degradado en el contexto neoliberal, todavía sigue habiendo un peso importante de la salud y de la educación pública, es decir, son todavía bastiones cada vez más débiles, pero importantes para la ciudadanía.
Actualmente tenemos un desolador panorama político, tenemos una profunda crisis social marcada por desempleo, pobreza, desigualdad, que ya venía agravándose y que las políticas frente a la pandemia terminaron de exacerbar muchísimo.
En segundo lugar, tenemos un debilitamiento y fragmentación de las organizaciones sociales, tras las movilizaciones sociales recientes.
En tercer lugar, un fuerte desplazamiento del espectro político institucional hacia las fuerzas neoliberales que se expresa en una enorme mayoría legislativa y por último el triunfo electoral de un candidato populista de derecha que movilizó en campaña el malestar social contra chivos expiatorios, sin ofrecer soluciones a los grandes problemas nacionales.
Tenemos entonces riesgo de que las fracturas sociales se sumen a la capitalización de la desconfianza entre las personas y degrade aún más el tejido social.
Y sin embargo hace quince años tuvimos un ciclo de movilización social que nos llenó de esperanza y de la idea de que íbamos a poder más bien avanzar en derrotar al neoliberalismo.
Entonces, por eso en esta breve participación quisiera hacer una rápida descripción de las movilizaciones sociales que van del 95 al 2007, y después, de las movilizaciones recientes del 2018 y 2019; un poco para colocarlas en perspectiva.
Y luego haré algunas reflexiones sobre los avances, límites y enseñanzas de estas alianzas.
El ciclo de movilización del 95 y 2007 tiene dos momentos: una huelga magisterial en el noventa y cinco contra la restricción de las pensiones, -que si bien fue derrotada-, dejó una huella de malestar y de conciencia en el magisterio, y los profesores y las profesoras están en todo el país. Quedó así un magisterio más crítico y menos apegado, digamos, a las autoridades formales.
En el dos mil se suma una movilización social muy importante en contra de la apertura de las telecomunicaciones. Teníamos un monopolio estatal de telecomunicaciones, antes de eso de electricidad también, en una compañía estatal, y que además había llevado electricidad y telefonía a todo el país. En este caso esta movilización llevó al gobierno a sacar de la agenda legislativa un proyecto de ley de apertura que ya había sido aprobado por una mayoría muy contundente, es decir, la movilización social forzó revertir un acuerdo legislativo.
Y en perspectiva histórica, esta movilización y este triunfo logró detener la legitimidad del discurso privatizador por dos décadas, es decir, en dos décadas en política ningún candidato se ha atrevido a hablar abiertamente de privatizaciones y tememos que esto pueda empezar ahora.
También se desarrolló un movimiento muy amplio y multisectorial contra el tratado de libre comercio con los Estados Unidos. Estuvieron en esa lucha los movimientos sindical, ambiental, estudiantil, feminista, las comunidades indígenas… básicamente, se fueron aglutinando todos los movimientos sociales en la protesta.
Hubo un par de años de movilización callejera del 2005 al 2007, y esto finalmente lleva a la convocatoria de un referéndum, por iniciativa presidencial, a pesar de que la demanda de referéndum surgía desde la sociedad, es el presidente, que en un golpe de timón muy rápido quien convoca y eso generó una enorme movilización social y organización en todo el país en la campaña para ganar el referéndum contra el TLC. Y bueno, lo perdimos, pero lo perdimos 48 a 52 a pesar de que enfrentamos al gobierno, a empresarios, y hasta el embajador de los Estados Unidos de América participó activamente en la campaña a favor del TLC.
Entonces este ciclo largo de capitalización de movilizaciones y organización, y como diría Tomás, de politización de la sociedad dejó un enorme aprendizaje en términos de formas de organización.
Las organizaciones locales que se crearon para enfrentar el referéndum juntaron en el territorio a sindicalistas, ecologistas, feministas, estudiantes, gente en general de los barrios, y eso generó un espacio de encuentro y de aprendizaje común, y aprender sobre lo que decía Karin, de las diferencias, de aprender a escuchar, no solo diferencias políticas de énfasis, de cómo esas se van sumando en proyectos populares alternativos, sino que también incluso de estilos de trabajo dentro de las organizaciones. Es decir, desde las jerarquías sindicales hasta la horizontalidad feminista o ecologista se logró generar un enorme laboratorio de aprendizaje y eso fue muy valioso. Y a la vez hubo una fuerte presencia de capas medias que desarrollaron pedagogías populares en barrios a lo largo de los cinco años que duró la lucha contra el TLC.
También hubo coordinaciones nacionales muy difíciles entre distintos movimientos sociales, coordinaciones siempre cargadas de tensión, pero el objetivo común de derrotar el TLC, de alguna forma iba permitiendo patear para adelante las diferencias.
A pesar de haber perdido el referéndum, el ciclo de movilización social contribuyó a romper el orden bipartidista y disminuyó el apoyo popular a los partidos que venían impulsando las reformas neoliberales, y va a desarrollar ese proceso dos partidos, uno mucho más fuerte, el partido Acción Ciudadana de centro y el partido Frente Amplio de izquierda.
En términos de esta politización de la sociedad, después de la derrota del referéndum hubo ruptura de las alianzas entre movimientos, mucho reclamo de unos a otros, de quien había dicho qué, entonces hay un proceso de fragmentación y de mucha amargura. Una situación muy problemática. Estamos hablando del 2007, y a pesar de que la oposición al TLC fue concertando perfiles de proyectos alternativos un poco en la línea de lo que señala Karin, es decir, de irse encontrando en las distintas dimensiones de lo que requeriría un proyecto alternativo, eso no se potenció, nos quedamos en el no, en habernos opuesto al TLC y no en toda la riqueza propositiva que había surgido en ese contexto. Entonces ese proceso de politización de alguna forma se estancó y pasó, de vuelta, hacia demandas más sectoriales de los movimientos.
En contraste con ese periodo tenemos las movilizaciones recientes. Producto de la ruptura del bipartidismo desde el 2014 hasta mayo 2022 hemos tenido en el gobierno al Partido Acción Ciudadana, uno de los partidos que surge al calor de este otro periodo de expansión y politización, gana en segunda ronda, es decir, con muchos votos prestados y con minorías parlamentarias.
En el 2014 también creció la izquierda, el Frente Amplio pasó de un diputado a nueve, pero aun así en conjunto Acción Ciudadana y Frente Amplio no generaban mayoría legislativa; en el 2018 inicia el segundo gobierno del Partido Acción Ciudadana y el Frente Amplio baja de 9 curules a solo un diputado, por su parte el Partido Acción Ciudadana pasa de 13 a 10, o sea, lo que podría eventualmente haber sido la herencia de ese otro periodo queda limitada a once diputados de una Asamblea de cincuenta y siete.
El gobierno 2018-2022 compensó su extrema debilidad aliándose con un sector del empresariado grande vinculado con el sector exportador y emprendió una reforma fiscal cuyos costos recayeron directamente sobre sus bases sociales, sobre todo en las capas medias, los trabajadores del Estado y los pequeños y medianos empresarios.
Y en oposición a la reforma fiscal se generó una enorme movilización sindical, probablemente la mayor de toda la historia del país, así como una huelga magisterial de un semestre sin que alcanzaran objetivo alguno. Ni siquiera se entablaron procesos serios de negociación, o sea, eso fue una derrota muy fuerte.
Y en medio de la pandemia surgió una segunda movilización en 2020, un estallido social, un poco como lo que vivieron ustedes en Chile, pero en magnitud mucho menor, pero finalmente paralizó a todo el país durante un mes en octubre del 2020.
Frente a la movilización esta del estallido, que era algo que no tenía demandas claras, que no era muy claro qué era lo que se planteaba, con distintos sectores tratando de capitalizar los apoyos, tanto de parte de la izquierda como de otros movimientos sociales y grupos empresariales.
Es decir, en general son movimientos los dos muy aislados, tanto el del dieciocho como el del veinte, aislamiento sindical en 2018 y el otro ni siquiera se puede llamar un movimiento, fue más un estallido.
Y paralelamente el presidente de la República desarrolló un proceso de diálogo social en el que no incluyó actores que vienen del estallido, sino otros movimientos sociales, tratando de montar un acuerdo frente al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y tratando sobre todo de desmovilizar la protesta.
En este periodo reciente los únicos movimientos que han mantenido una capacidad de movilización creciente son los movimientos feministas seguidos por los LGTBIQ+.
El movimiento ecologista tuvo la dificultad de que frente a un discurso ambiental muy fuerte del gobierno se ha dividido, es decir, un sector se mueve en ámbitos internacionales y celebra el ecologismo de Costa Rica mientras que el movimiento sindical comunal y de base se encuentra aislado, entonces hay una especie de cooptación del discurso ambiental, más como una cuestión de relaciones exteriores y con poco peso hacia adentro, aislando al movimiento de base comunal, y por otra parte con, incluso, retrocesos a nivel ambiental. Es decir, mientras se tiene la campaña de divulgación, a la misma vez hay retrocesos ambientales.
Algunas reflexiones:
Lo primero es que hay una enorme diferencia entre el impacto político de las movilizaciones de fin y principios de siglo y este de los últimos años. Estas dos décadas y media nos han evidenciado las complejidades de la construcción de alternativas políticas incluyentes desde la sociedad. Por un lado, hemos tenido muchas dificultades con las divisiones dentro de los movimientos sociales, que generan competencias en vez de colaboraciones en muchos movimientos, especialmente en el sindical, que fue la base del movimiento expansivo. Tenemos una debilidad adicional porque en Costa Rica los sindicatos están casi solo en el sector público; Costa Rica no tiene libertad sindical en el sector privado, entonces eso también genera una decisión entre trabajadoras y trabajadores del sector privados, donde no existe el derecho de organización.
Los objetivos comunes, esos que decía antes, ayudan a articular la diversidad y reducir el impacto de las diferencias.
En tercer lugar, hemos podido ver a un gran costo lo difíciles que son las relaciones entre los movimientos sociales y la política institucional: partidos y movimientos operan con lógicas diferentes lo que habitualmente hace que para la dirigencia social sean procesos desconocidos y difíciles.
Me interesa destacar algunos puntos importantes:
– La total ausencia de traducción del nombre Partido Acción Ciudadana a una estrategia de construcción de poder político desde la sociedad. Es decir, el Partido Acción Ciudadana ha tratado de deconstruir las formas clientelares de los partidos tradicionales sin generar puentes alternativos. El segundo gobierno del PAC que termina en estos días ha sido uno de los que menos ha establecido puentes con la sociedad, especialmente en momentos de protesta. Tanto la huelga el 2018 como el estallido del 2020 fueron debilitados a base de ninguneo.
– En segundo lugar, el fracaso de la construcción de fracción entre los nueve diputados del Frente Amplio, 2014-2018, y esto me interesa en relación con lo que plantea Tomás y lo que es la diversidad de la Constituyente, es decir, estos nueve diputados venían en su enorme mayoría desde los movimientos sociales y no fueron capaces de construir una identidad de fracción y los contornos de un proyecto incluyente a pesar de la enorme homogeneidad política. Es decir, eran dirigentes sociales y por alguna razón no se logró; de hecho eso explica en buena medida por qué el Frente Amplio baja de nueve a un diputado en el periodo siguiente.
– Por otro lado, destaco los usos instrumentales y oportunistas que han hecho las élites gobernantes de las herramientas de referendo, diálogo y concertación social, es decir, siempre ha privado el interés de desmovilizar la protesta y no ha habido una convicción democrática de construir nuevos pactos sociales. Ha habido distintos momentos, tanto el referéndum, la concertación o el diálogo del 2020 en que básicamente el interés es desmovilizar y despolitizar y en eso han tenido bastante éxito.
– Y, por otro lado, la debilidad de los puentes entre movimientos sociales constituidos por activistas de capas medias. con las poblaciones desempleadas, empobrecidas y desorganizadas. Entonces hay un quiebre acá dentro del movimiento social, que es un fenómeno más de capa media, de personas con recursos de tiempo, cognitivos, materiales para organizarse, y esta otra masa social, que tiene muchas dificultades para organizarse porque fundamentalmente está luchando por la sobrevivencia.
– Otro punto es, -ya más allá de esta cuestión de los vínculos entre política y sociedad-, el enorme poder que tienen los poderes fácticos nacionales e internacionales, económicos y religiosos, especialmente en estos pequeños países centroamericanos que tienen un poder soberano en extremo limitados y elites políticas muy comprometidas con la propuesta neoliberal, con la globalización neoliberal, y poca atención al espacio social nacional. Es decir, como que pareciera ser que el país es simplemente un apéndice de lo que pueda jalar en inversión extranjera.
En el centro de la pregunta tenemos entonces cómo construir poder democrático de la sociedad, poder que permita orientar y posibilitar un gobierno democrático de izquierda.
El momento presente en Costa Rica es particularmente distópico, porque inicia un nuevo gobierno donde el candidato o el presidente electo hizo una campaña con un estilo populista de derecha, ya lo dije antes, que podría ser además una amenaza para la democracia liberal, incluso para esa y en ese sentido creo que estamos frente al riesgo de una repolitización conservadora de la sociedad.
Es decir, sí, politización, pero politización desde la desconfianza, desde los valores tradicionales, desde una mirada conservadora sobre las mujeres, una mirada pragmática sobre el ambiente. Entonces sí, estamos en un momento de alto riesgo.
- A los 55 minutos con 44 segundos Ciska da por finalizada la intervención.
HF: Muchas gracias Ciska por este profundo y detallado análisis de lo que ha sido y de lo que es la situación en Costa Rica.
Queremos abrir una nueva ronda, para ir concluyendo y con los aportes adicionales que estimen.
Sabemos que Karin tiene una limitación de tiempo, no sé si ya tendrías que retirarte, o si tenés algún chance y querés ir de primera en esta nueva ronda.
KN: Gracias, y gracias a Tomás y a Ciska por sus aportes que han sido súper ricos.
Efectivamente son muchos los desafíos que enfrentamos los movimientos sociales y es necesario seguir trabajando en este sentido, porque para poder pensar nuestra acción política es importante entender cuál es el contexto en el que estamos operando, la correlación de fuerzas, y cuáles son realmente las amenazas y desafíos que enfrentamos.
A mí me parece que este proceso de deslegitimación de la política, que busca reafirmar los sistemas de opresión y desmantelar derechos, es un proceso que no va a parar en el futuro cercano en nuestro continente, y por lo tanto, realmente los movimientos necesitamos esto, de posicionarnos firmemente para disputar la política y para realmente reivindicar la política.
Me parece que ese es un elemento central y que ahí hay que tener mucho cuidado, porque pasa que muchas veces los movimientos de alguna manera nos retiramos de esa arena para cuestiones más territoriales, por ejemplo, sobre todo en el movimiento ambiental pasa, y es sumamente importante la defensa y la lucha territorial sin duda, pero si no logramos esa disputa de la arena política y reivindicar la política corremos cierto riesgo.
El otro tema es que claramente los derechos no están garantizados y a veces eso es difícil de transmitir en nuestras sociedades, porque se da por sentado que se cuenta con esos derechos. En sociedades como la nuestra, en Uruguay, donde a partir de la lucha, de los movimientos, el pueblo uruguayo a lo largo de los años, incluso durante la dictadura se ha logrado conquistar derechos que se dan por seguros.
Pero esos derechos no están garantizados de por vida, y muchas veces se asume como que sí, eso está, esa institucionalidad de los derechos es muy fuerte y es intocable… pues no están garantizados.
Hoy en Uruguay muchos derechos están profundamente amenazados, entonces no dormirnos nunca, todo es posible en términos del ataque contra los derechos fundamentales de nuestros pueblos.
Por otro lado se hablaba mucho de la persecución de las organizaciones sociales, eso está clarísimo en la agenda de la derecha, en la agenda neoliberal buscan deslegitimar, con la persecución constante incluso mediática buscan desprestigiar a las organizaciones sociales y ese es uno de los grandes desafíos. Y ahí el tema de la comunicación me parece fundamental, o sea, cómo transmitimos nuestros mensajes, -que lo planteaba Tomás antes-, cómo logramos transmitir nuestros mensajes, nuestro análisis, pero además reposicionarnos en medio de una situación en la cual es muy difícil pues hay mucha persecución de las organizaciones sociales.
Y por último me parece que hay una disputa que tenemos que reconocer como movimientos sociales, que es la disputa de imaginarios, hay una disputa del imaginario social que a nosotras nos preocupa profundamente, porque lo que está haciendo la derecha y la centro derecha neoliberal es tratar de borrar y cambiar la historia. Porque en Uruguay se está tratando de cambiar la historia, el relato de la historia, entonces, realmente es grave lo que está pasando. Pero por otro lado buscan borrar del imaginario de nuestro pueblo la importancia de la justicia, de la solidaridad, de la participación social.
Y esto va más profundo aún que la lucha por las políticas públicas concretas, o sea, la lucha por las políticas públicas es fundamental, pero tenemos que saber también que esto es una disputa de imaginarios y eso va en mucha profundidad, y para cualquier movimiento que luche por la justicia, cualquier movimiento progresista de izquierda, esa es una mucha que tenemos que entender y que tenemos que dar: la disputa de los imaginarios. Me parece que ahí tenemos un enorme desafío, porque está muy ligado al tema de la comunicación, y a quién define el relato y la narrativa y los términos ideológicos. Muchas veces quedamos con debilidad porque quienes marcan el tono del debate son otras fuerzas.
Nosotras también pensamos que es muy importante todo el proceso de formación política y retomar esa formación política de carácter popular, que realmente nos permita aprender entre los movimientos porque tenemos que aprender unos de otros, y como parte de eso, la disputa de los imaginarios que es tan importante.
Por ahí finalizo, gracias.
- A la hora con 1 minuto y 37 segundos finaliza la intervención de Karin
HF: Muchas gracias Karin, muchas gracias por tu importante reflexión en este momento. Tomás, adelante con tu participación.
TL: Me había quedado pensando en lo que decía Karin al comienzo de su presentación, en relación con la siempre difícil dicotomía o desafío que enfrentan los progresismos sociales y políticos a la hora de articular las necesidades sociales que se vuelven hegemónicas, sobre todo en momentos de crisis que claman por supuesto los más pobres, con los objetivos de corto plazo de desarrollo productivo, de cambio de modelo productivo, de sustentabilidad ambiental.
O sea, yo diría que quizás esa es la pregunta o el fantasma que ronda a los nuevos gobiernos en Latinoamérica, pero también a los movimientos sociales y especialmente aquellos que se levantan en pos de la justicia ambiental. La articulación y finalmente el programa político de la izquierda democrática va a tener que conciliar cuestiones que, -y no me refiero solamente a donde se pone la plata o la cuestión presupuestaria-, importan muchísimo a la hora de qué priorizar. Sobre todo, cuando por ejemplo se encarece el costo de la vida producto de la inflación que van a experimentar en general los países en el mundo, y eso hace que, por ejemplo, el combustible sea más caro y por lo tanto el transporte público sea más caro para los ciudadanos, y entonces, los estados comienzan a responder con subsidios al combustible, ¿en qué medida eso puede dinamitar las posibilidades de llegar a los objetivos 2030 de Naciones Unidas de reducir las emisiones hacia ese momento? Uno podría buscar otro ejemplo en donde en momentos de crisis también nos vemos enfrentados a ese tipo de desafíos, de conciliar de alguna manera un programa político que no deje atrás la necesidad de la sustentabilidad ambiental y de la justicia ambiental.
Entonces me quedé un poco pegado con eso y me encantaría escuchar tu opinión. Bueno si no es ahora porque tienes que irte, en otro momento, pero creo que quizás es como la gran pregunta, y yo creo que por ejemplo el gobierno de Boric lo tiene como un gran problema político hoy, porque fue una promesa de campaña ser un gobierno ecologista y con todo lo que eso implica, entonces ahí va vamos a tener situaciones que resolver, o sea, hay mucha esperanza en Chile, pero ahora comienzan los problemas y eso es necesario decirlo así.
Respecto a la exposición de Ciska me interesó muchísimo también porque me confieso no tan conocedor de la historia política de Costa Rica, obviamente en líneas generales sí pero me pareció muy interesante la exposición sobre los ires y venires de los movimientos sociales.
Y también un poco hablando desde la experiencia chilena, yo creo que a la larga provocar grietas no sirve de nada, si es que esas grietas no son conducidas hacia objetivos que, como bien tú decías no se agoten en las propias demandas de un momento particular. O sea, de alguna manera lo importante no es solamente provocar estallidos sociales, sino que los estallidos sociales sean capitalizados a través de mensajes que vienen instalándose largo tiempo atrás y puedan encadenar luchas. ¿Por qué? Porque como lo decís los estallidos sociales son momentos destituyentes muchas veces, y los momentos destituyentes riman con la desconfianza. Y la desconfianza muchas veces puede ser capitalizada por populismos de derecha, por lo tanto, debe considerarse la necesidad de que los movimientos sociales vayan instalando su programa, pero además, que ese programa sea articulado y sea encadenado hacia algo que vaya más allá de, por ejemplo, si la lucha del magisterio por generar una nueva carrera docente tenga también un sentido integral con las luchas por fortalecer la educación pública, y que la lucha por fortalecer la educación pública de alguna manera abra la idea de los derechos sociales hacia más allá de la educación, digamos, que la idea de la universalidad, en el caso de la educación, se extienda también a todas las áreas y las esferas de la sociedad.
Yo creo que en eso hay asuntos interesantes, hay luces que pueden identificarse en la historia reciente de nuestro país, porque por ejemplo, el movimiento estudiantil del 2011 en Chile que fue por la educación pública gratuita y de calidad, a nivel de la educación superior, ese año, lo que partió la chispa que encendió la pradera no fueron las reivindicaciones del movimiento estudiantil, fue un movimiento que buscaba frenar la instalación de una termoeléctrica en la Patagonia chilena, que iba a impactar el medio ambiente de manera muy negativa para las comunidades y para el país y para el planeta en general. Por lo tanto eso fue lo que hizo que existiera una marca en donde fueron cien mil personas en la ciudad de Santiago que era algo inédito desde el retorno a la democracia, y de alguna manera se logró frenar el proyecto de termoeléctrica, y quedó un poco en el aire la sensación de que la cultura de haber ido a la calle por primera vez y así de masiva fue abriendo otros debates.
Incluso yo creo que hay algunas cuestiones más de orden subjetivo o inconsciente que van quedando y que lograron conectar con que un año o dos años atrás, ya las organizaciones, las federaciones estudiantiles estaban hablando de la posibilidad de ir a la calle a protestar por un programa de educación gratuita, entonces, de alguna manera hay una cuota al azar. Los estallidos van a ocurrir igual, la cuestión es cómo se canalizan. El trabajo hormiga, el trabajo territorial no basta, pero vaya que es importante en los momentos previos, durante, y luego.
Porque lo que va ahora es un trabajo territorial, que tiene que estar orientado hacia algo más allá de lo particular, de lo contrario no se avanza en lo político. Nosotros teníamos mucho temor cuando fue el estallido del 2019, de la violencia que tuvo el estallido, que fue real. Temíamos que la destrucción de inmobiliario público, etcétera, despertara no solamente una reacción fascista a partir de las fuerzas de orden, sino que también despertara la necesidad de seguridad, de querer volver al orden cotidiano que se conocía anteriormente, y eso, es algo que rima mucho con el fascismo, y los fascismos siempre se aprovechan de esos movimientos, de cuando el río está revuelto puede ocurrir cualquier cosa. Por lo tanto, ahí hay una complejidad que resolver, pero que también va dejando enseñanzas de cómo ir avanzando paso a paso, preparando quizás o acumulando de a poco.
Respecto a la Constituyente, efectivamente una de las gracias de la Constituyente es que no solamente se hizo un plebiscito para elegir una asamblea que redactara una constitución, el cual tuvo un 80 % del apoyo de los votantes, que es un resultado histórico de gente que dijo “bueno queremos cambiar la constitución de Pinochet, porque tiene el problema de que es la causa de un entramado anti derechos”, sino que también al momento de elegir las personas que van, que están hoy en día redactando lo que luego se va a sancionar en un nuevo plebiscito, tuvo condiciones de elegibilidad que fueron extremadamente positivas para la democracia. Porque fue un proceso que se eligió con una regla de paridad, lo que hace que sea la primera constitución en el mundo que se escribe con una asamblea 50/50 hombres y mujeres, tuvo cuotas reservadas, escaños reservados para los pueblos indígenas de nuestro país, y además contó con la posibilidad de que personas independientes, sin militancia política pudiesen armar listas para competir de igual a igual, y se tuvo la posibilidad de que esas listas de independientes muchas veces venían de articulaciones sociales, o sea de movimientos sociales, por ejemplo el movimiento por una vejez digna, en contra del sistema privatizado de pensiones.
Hubo otros espacios relacionados al movimiento socioambiental y por supuesto el movimiento feminista, que tiene varios representantes dentro, que fueron elegidas con amplias mayorías e incluso también por ejemplo cuenta con una representación de organizaciones que estuvieron muy activas en la revuelta social, o sea, que de alguna manera estuvieron en la calle.
Pero obviamente, y en esto yo quiero ser muy claro, paradójicamente hoy día tenemos otro riesgo, y es que muchas veces se empieza a santificar el tema de la independencia de los partidos como garantía de progresismo o de cambio. Y eso no necesariamente es así, y hoy día hay una disputa dentro de la Convención, porque por ejemplo, en uno de los artículos dentro del articulado del sistema político quisieran hacer como permanente, esta regla en donde los independientes pueden no solamente presentar listas, que es una cosa, sino que también operar como partidos políticos sin llamarse partidos políticos ante el rechazo generalizado de la sociedad y la desconfianza que tiene la sociedad hacia la política, y lo que eso hace en definitiva es deteriorar la ya baja legitimidad que tienen los partidos en una sociedad que está expuesta al neoliberalismo, y que por lo tanto puede, paradójicamente, parecerse muchísimo a la Constitución del ochenta, que lo que hacía era reducir la política a la mínima expresión, por lo tanto, obviamente por razones distintas, y eso hay que decirlo, no estamos hablando de gente que sea derecha, o más allá de eso que tenga una vocación autoritaria, o que sea corporativista, ni mucho menos, pero por razones diferentes se está llegando a conclusiones que no necesariamente son las más favorables en cuanto al rol de la política en la sociedad, entonces ese tipo de cuestiones están aún en debate.
Yo no creo que vaya a dirimirse necesariamente como yo lo estaba pintando, pero ahí no es tan fácil, y hoy día la Convención está en curso, y estamos redactando la nueva Constitución que vamos a votar el cuatro de septiembre, cuando ya esté el texto final escrito.
Hoy día la ciudadanía comienza a ver con un poco de desconfianza el texto que se está armando, por la campaña de los medios de comunicación en contra de la Convención, pero también, por una serie de errores no forzados que ha cometido el progresismo al interior, y que vale la pena reconocerlo también. Eso hace que hoy día todas las encuestas del país le dan una mayoría al rechazo, a la opción de rechazar la nueva Constitución al principio de salida, que es algo que vamos a tener que enmendar, y que va a requerir mucho trabajo, porque también, querámoslo o no, ese plebiscito del 04 de septiembre es también un plebiscito que va a afectar al gobierno de Boric, por supuesto, porque nosotros somos los principales defensores de la Convención.
Entonces ahí enfrentamos momentos turbulentos, pues Chile es esperanza, pero Chile también es incertidumbre, y hay que ponerle paños fríos también para ver cómo podemos seguir reproduciendo esa energía transformadora que surgió en el país y que no es inagotable, nunca es inagotable, siempre hay que estar constantemente preguntándonos cómo renovarla, así que en eso estamos, y la articulación entre los movimientos sociales que están dentro de la Constituyente y los partidos del oficialismo, el Frente Amplio, el Partido Comunista, el Partido Socialista ha sido súper compleja, porque son formas diferentes. A pesar de que nosotros también venimos de los movimientos sociales, los movimientos sociales que están hoy representados son expresiones mucho más recientes de organizaciones menos institucionalistas, que tienen todo su derecho y es necesario que estén representadas, pero que obviamente es difícil que cuaje, es difícil que podamos llegar a acuerdo.
Ahí hay otro desafío, y con esto termino: quienes han logrado de alguna manera los momentos de mayor articulación entre esos dos mundos, el mundo más partidario y el mundo más social han sido los pueblos indígenas y sus representantes, entonces la primera presidenta de la Convención fue Elisa Loncon, que es del pueblo mapuche y es lingüista, y es una tremenda dirigenta que de alguna manera le permitió ser viables a ciertas mayorías para poder articularnos. Eso nos indica un poco el camino. Hay veces que la izquierda, cuando se desconecta de sus fuentes inspiradoras se pierde, y muchas veces los movimientos indigenistas nos enseñan a tener más humildad y a mirar las cosas de otra manera, así que eso ha sido una buena lección hasta el momento, pero esperemos que vaya bien.
HF: Muchas gracias Tomás. Realmente los aportes tanto de Tomás, como de Karin y los de Ciska dan una idea, una perspectiva del tema de las alianzas de los movimientos sociales y la importancia para algo que mencionó Tomás, que es la participación ciudadana y cómo logramos a partir de esa participación ciudadana ilustrada por las exposiciones, no solamente incidir sino transformar la realidad.
Antes de que Ciska haga su aporte, quiero darle las gracias a Karin, que tiene que retirarse porque tenía otros compromisos en esta tarde, así que Karin, si querés despedirte… y muchas gracias por tu tiempo, por tu trabajo allá con tus compañeras y compañeros de Uruguay. Como dijiste en tu participación esperamos que continuaremos en contacto para nuevas actividades como esta.
KN: Sí, muchísimas gracias realmente un placer estar; tenemos muchos temas para seguir discutiendo y trabajando como fue expresado, así que esperamos encontrarnos nuevamente, pero un gusto, un placer estar con Tomás y con Ciska y por supuesto contigo Héctor, así que seguimos.
Muchas gracias, hasta pronto.
HF: Muchas gracias, Karin, hasta pronto.
Ciska, adelante
- A la hora 20 minutos da inicio la intervención de Ciska.
CR: Quiero destacar algunas ideas:
– Tenemos elementos en común, uno de ellos tiene que ver sobre todo con la participación de Karin, que fue la que más desarrolló la idea de que un proyecto alternativo al neoliberalismo hoy tiene que ser feminista, tiene que ser ecologista, tiene que ser incluyente, y debe tener como norte la justicia social, la solidaridad, es decir que en el trasfondo de lo que hemos hablado compartimos eso que no era tan obvio hace veinte, veinticinco años. Y creo que tiene enormes desafíos y retos, precisamente porque supone deconstruir y desarmar las ideas que mueven el proyecto neoliberal.
– Otro tiene que ver con lo que señalaba Tomás muy al principio: lo de la comunicación, y tiene que ver con la importancia del proyecto de SURCOS y del programa Alternativas en Costa Rica, en el sentido de desarrollar mecanismos de comunicación e información fiables entre los movimientos sociales, es decir, una de las amenazas más grandes del momento actual, es esta idea de que no hay nada que sea cierto, de que toda verdad puede ser disputada, entonces contar con medios fiables de comunicación que nos informen entre movimientos sociales es definitivamente una decisión muy importante.
– En segundo lugar, el énfasis que pusieron tanto Karin como Tomás en lo que es la disputa cultural, es decir, la disputa ideológica. Me gustó mucho esto que señalaba Tomás sobre el estallido, que el estallido pudo ser significado de muchísimas formas, y pudo haber tenido exactamente el desenlace contrario al que tuvo, pudo haber llevado hacia mano dura, hacia seguridad, entonces esa idea de la lucha ideológica, de pelear las trincheras por los significados en un sentido así como muy gramsciano es muy importante hoy… lo que decía Karin de las narrativas, es decir, no vamos a poder afianzar algo nuevo sin poder construir una forma diferente de ver el mundo. Y que esa forma de ver el mundo tenga vida en las personas y en la sociedad. Y creo que si vemos por ejemplo la no continuidad de la politización que se dio con respecto al TLC, esa probablemente sería la mayor crítica.
Es decir que simplemente se perdió… pero no necesariamente está perdido porque en las sociedades también quedan las reservas, en los movimientos también quedan los recuerdos, no es tan lejano y puede ser que sirvan hoy para la resistencia a lo que venga, pero que ciertamente se necesita hablar, pensar y construir esas narrativas para poder disputar.
– Y en relación con eso, tal vez lo último que quisiera decir es esto último que refería Tomás con respecto a lo de los partidos políticos y movimientos. Tengo la impresión de que los partidos de izquierda en Chile han aprendido mucho y han sido muy abiertos y flexibles con respecto a las energías y los movimientos que vienen de la sociedad. Y que ha habido un largo camino recorrido ahí, respecto de lo que fueron los partidos tradicionales. Pero es claro que necesitamos partidos, por lo menos como instancias que coloquen los proyectos globales de sociedad, y necesitamos movimientos, y necesitamos encontrar una forma en que sea menos disputada y más armónica la conjunción de energía entre uno y otro.
Eso serían básicamente mis reflexiones finales.
HF: Muchas gracias Ciska. Me parece que ha sido un conversatorio muy rico y así lo manifiestan otras personas también en el chat, en el Facebook Live de SURCOS, y creo que los aportes que se han dado son muy enriquecedores para tener una perspectiva más precisa de cómo poder avanzar, en eeste reto de que los movimientos sociales sean parte activa de la construcción de la democracia, de una democracia realmente de mayor profundidad como la pretendemos y cómo la necesitamos.
Quiero agradecer a Tomás, su participación me parece que ha sido muy enriquecedora, y también reiterar la felicitación al pueblo chileno por este proceso que ha vivido, doloroso en época de la dictadura, pero esperanzador en este momento, me parece que realmente ahí tiene que estar la energía y la fuerza de toda América Latina para que este proceso realmente avance.
Y quiero ofrecerle tanto a Tomás como a Ciska unos breves minutos finales para que puedan despedirse y hacer una reflexión final si lo desean.
CR: Solo quiero agregar algo, desearles muchísima suerte en Chile porque el pulso no está fácil, va a ser complejo y todos los deseos de suerte y de que les vaya bien, porque de alguna forma en lo que construyen ustedes nos va a servir a nosotros para aprender también.
TL: Muchas gracias, muchas gracias, compañeros, compañeras. Yo creo que este tipo de instancia, de intercambio de experiencias sobre movimientos sociales, sobre política en el contexto de realidades muchas veces se ven distantes pero que sin embargo no son tan distantes, somos parte de Latinoamérica y compartimos horizontes.
Por lo tanto, creo que una de las claves de acumulación que tuvo el proceso chileno fue siempre mantenerse abierto al diálogo y a la solidaridad internacional, y es importante cuando nos va bien, pero sobre todo es importante cuando nos va mal, la comunidad internacional se construye a pulso y cuando en los momentos más oscuros de la historia ha sido la solidaridad internacional lo que ha permitido sobrevivir.
Por lo tanto, para nosotros, para Revolución Democrática, mi partido, para el Frente Amplio, pero también a mí como persona, y por mi historia familiar, en donde mi familia también sufrió los horrores de la dictadura cualquier espacio de diálogo internacional es doblemente importante, entendiendo la historia de los pueblos y de las luchas sociales, que muchas veces uno avanza un paso, pero retrocede dos, la esperanza es lo que nos puede mover y también la conciencia de que la necesidad de conectarnos apremia siempre.
Por lo tanto, muchas gracias, Héctor, muchas gracias Ciska también a los compañeros del diario SURCOS y de la Alianza por una Vida Digna. y ojalá que nos volvamos a encontrar, yo creo que este tipo de instancias ojalá que existan también de vuelta, y poder continuar este vínculo.
Así que de verdad me voy muy feliz. Y estamos en contacto. Un abrazo.
HF: Un abrazo.
Ciska, ¿Querías agregar algo?
CR: Tal vez una sola idea que se me quedó en el tintero y quizá es útil frente a nuestro pesimismo actual, es que también son procesos, algo que insistió mucho Karin, y que insistió Tomás, es decir, que a veces cuando las cosas se ven muy mal, también recordemos que son procesos, y que de ahí vamos construyendo nuestras fortalezas del pasado, y entonces sí una idea que se me quedó.
Y al igual que Tomás, agradezco muchísimo el espacio, creo que he aprendido mucho y me quedó mucho que pensar, salgo un poco más optimista de lo que estaba antes de empezar.
HF: Muy bien, muchas gracias, un abrazo a Tomás allá donde estás, un abrazo para Ciska, un abrazo a Karin también que se tuvo que retirar hace quince minutos por otros compromisos, y seguimos adelante como lo han dicho, lo hemos reiterado, ojalá nos sigamos encontrando y sigamos construyendo de manera conjunta, abrazos, muchas gracias.
Nota de edición:
Quienes deseen repasar el video de este foro pueden verlo aquí o bien seguir este enlace: https://youtu.be/xXi3EP30Qbo