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Etiqueta: crisis cultural

La gravedad de la crisis y el deplorable espectáculo en la Asamblea Legislativa

Luis Fernando Astorga Gatjens

La comparecencia del Presidente Carlos Alvarado Quesada ante la comisión de la Asamblea Legislativa que investiga el caso de la Unidad Presidencial de Análisis de Datos (UPAD), no debe ser del agrado de la inmensa mayoría de las y los costarricenses.

No porque se valore negativamente que el Presidente fuera llamado a dar explicaciones, sino por cómo se desarrolló la comparecencia y el espectáculo que muchos legisladores, vienen montando desde que emergió el caso. Es importante que el Parlamento en un sano ejercicio de control político, valore en profundidad si desde la Casa Presidencial, se actuó incorrectamente al crear a la UPAD como una unidad de análisis de datos que fue creada con el propósito “de ayudar a tomar decisiones al Presidente Alvarado”, tal y como se ha indicado oficialmente.

Sin embargo, cómo han venido actuando la mayoría de partidos y diputados, se pone en evidencia la graveded de la crisis política que enfrenta el país en el año de su bicentenario. Lo que debía ser un proceso y un acto de la mayor seriedad (la comparecencia en el recinto legislativo del Presidente de la República), lo convirtieron en espectáculo deplorable que les deja muy mal parados.

En primer lugar, es necesario dimensionar con objetividad el alcance la privacidad de datos en un presente donde las gigantescas empresas tecnológicas, han alcanzado una penetración tan amplia y profunda en los datos de los usuarios, que deja a las y los ciudadanos en estado de indefensión al utilizar las redes sociales.

La anulación de cuentas de usuarios de las redes, a partir de justificadas razones también puede dar paso a abusos y discriminación que anule cuentas por ideas que no sean aceptadas por quienes dirigen esas redes sociales, que aunque sus dueños son empresas privadas su repercusión en el mundo de hoy, alcanzó un amplísimo impacto público. De esta manera, estas redes no sólo pueden acceder –como lo hacen a información privada y datos íntimos de las personas—sino que pueden convertirse en censores que violen el derecho de la libertad de expresión y pensamiento.

De ahí que ya en distintos países, diversas voces estén planteando la necesidad y urgencia de regular a esas mega empresas tecnológicas, para evitar que se pongan por encima de los Estados en acciones que violen los derechos de los ciudadanos.

Empero en ningún momento, los diputados protagonistas de la comparecencia presidencial dedicaron alguna crítica al rol censor que pueden ejercer –y que ya están ejerciendo—esas redes sociales, cuya omnipresencia y amplísimo peso, forman parte de la realidad actual de las sociedades y los países.

Hay sin embargo, otra situación más grave aún en el contexto de esta comparecencia: El país enfrenta –como nunca antes– los efectos de una devastadora pandemia que ha generado una crisis múltiple, en los ámbitos: sanitario, económico, social, cultural y político. Se trata de una crisis que preocupa a millones de costarricenses por el empobrecimiento que ha generado y genera, y porque no ha encontrado ni por parte del Gobierno del Presidente Alvarado, ni casi la totalidad de las diputadas y diputados, respuestas adecuadas y eficaces para enfrentarla.

Cuando el país ha requerido y requiere en forma urgente, visión y políticas de Estado; lo que ha venido ganando la partida son pequeñas políticas, que responden a intereses de grupos económicos y políticos minoritarios. Tristemente –es bueno decirlo con franqueza– muchas de ellas obedecen a ocurrencias e improvisaciones de legisladores, cuya mayor preocupación es alcanzar notoriedad aunque sea efímera y superficial. Cuando el país necesita políticas patrióticas de luz larga, las que están emergiendo no alcanzan ni para la luz de “parking”.

La multi-crisis pandémica demanda madurez, sabiduría y unidad nacional, pero al ser este 2021, un año electoral, lo que emerge con mayor fuerza, es la proliferación de intereses grupales politiqueros y la desunión para encarar las impostergables respuestas de solución, que nos lleven a una reactivación económica, inclusiva y solidaria.

También cabe subrayar que el deplorable espectáculo legislativo montado, tiene un costo económico que se carga al debilitado erario público del país. Pero sobre ese “detalle” tampoco hay consciencia en el recinto legislativo.

La indignación ciudadana ante este deterioro de lo que dicen y hacen los actores políticos que están marcando la distorsionada agenda política del presente, debe ser canalizada no sólo mediante el rechazo comunicacional sino a través de una participación política activa, que contribuya a cambiar el rumbo del país hacia la inclusión social y la solidaridad. El bicentenario nos lo demanda como nación.

(13 de febrero, 2021)

Emergencia en el Sector Cultural

La Presidencia convocó el Proyecto de Ley de Emergencia y Salvamento Cultural 21.163 dentro de las prioridades para las sesiones extraordinarias el pasado mes de agosto en la Asamblea Legislativa.

Esta iniciativa podría llevarles luz a miles de artistas y gestores culturales de todo el país en estos momentos difíciles.

https://www.presidencia.go.cr/comunicados/2020/08/ejecutivo-amplia-convocatoria-a-sesiones-extraordinarias-con-24-proyectos/

A continuación, compartimos el siguiente texto de Julia Ardón:

“Esas personas que se dedican al arte y la cultura….esas que hacen canciones que nos hacen llorar, bailar, que nos defienden del letargo, el dolor y el aburrimiento, esa gente que baila y con su baile su mal espanta, esa gente que se disfraza y nos cuenta historias, quienes escriben las historias, colocan palabras en filigrana para sacarles música sin música con la poesía, pintan mundos que nadie ha visto, los inventan, o los copian y nos los recuerdan…esa gente que levanta estatuas, que crea belleza, asombro o reflexión con nuevos objetos, experiencias insólitas que evocan, que convocan, que motivan…esa gente, la gente que hace arte, que sostiene la cultura, la cultura que es lo que somos, lo que nos une, lo que nos da identidad y nos inspira a seguir siendo una gran familia, a cantar el himno o la patriótica o la guaria morada o bailar el punto guanacasteco…esa gente que nos recuerda que somos más que rebaño, que autómatas, que pasajeros anónimos de una nave sin rumbo, esa gente, esa gente que hace arte, que sostiene la cultura….que ha poblado por años los escenarios, el aire de motivaciones, que ante nuestros ojos nos ha devuelto tantas veces la vida…esa gente…esa gente que hace películas, toma fotos, nos regala retratos , esos, esas…esa gente que anima a las niñas y los niños, y la gente joven a bailar, cantar, dibujar y recitar, esa gente, toda esa gente que es tanta…

¿Dónde está hoy en tiempos de pandemia?

¿de qué vive? ¿qué hace?

¿cómo sobrevive?

¿quién les representa? ¿quién les cuida las espaldas?

¿Dónde?

¿Dónde nosotros también para decirles, gracias, acá estamos, estamos con ustedes también…?

La situación de las personas dedicadas al arte y la cultura en Costa Rica ( y en todo el mundo, porque esto no solo pasa acá) se ha puesto bastante complicada. Al estar suspendidos todos los espacios donde estas personas desarrollan su vida profesional: museos, galerías, salas de cine, de teatro, eventos masivos callejeros, conciertos, fiestas, eventos comerciales, sets de filmación, actividades sociales, festivales, ferias, etc… se han quedado sin trabajo y sin trabajo crecen las situaciones de vulnerabilidad y precariedad, especialmente para quienes vivían al día de su arte y su oficio sin ahorros. (¿y quién en 2020 tenía ahorros?)

Por ello alguna de esta gente se ha unido y se ha puesto manos a la obra para pensar qué se puede hacer con todo ese presupuesto que el Ministerio de Cultura y Juventud tiene para los eventos masivos e internacionales que van a tener que suspenderse ahora con la pandemia… ¿y esa plata? ¿Por qué no destinarla a poner a trabajar de algún modo a los y las artistas costarricenses? ¿a ponerles a contribuir con la economía nacional motivando, inspirando, sosteniendo, como siempre lo han hecho? ¿Por qué no destinar esos recursos a la solidaridad y reconocimiento a su trabajo?

La propuesta está hoy en la Asamblea Legislativa, l@s diputados Kariñe Niño y José María Villalta la han acuerpado y ya se han ido sumando otr@s diputad@s. Desde la ciudadanía, creo que es nuestro deber empujar también apoyando este esfuerzo por la dignidad y sobrevivencia de tanta gente, para que en el Ministerio de Cultura y Juventud se pueda pensar fuera de la caja de lo conocido y acostumbrado y se rearme toda una nueva realidad, que con creatividad, responsabilidad y verdadero compromiso apoye a toda esta gente que desde hace meses la está pasando muy mal porque nadie les ha escuchado como se debe. Los pocos esfuerzos del actual Ministerio de Cultura y algunas otras iniciativas han sido débiles y pobres y no han estado a la altura de las circunstancias. Es tiempo de hacer algo importante de verdad.

Nos toca actuar con espíritu solidario.

#CostaRicaEsSolidaria

La gente del arte y la cultura nos convoca.

Hagámonos sentir. ¿quiénes? ¿los artistas? ¿las artistas? No. Todo el mundo. Todas las personas que en Costa Rica nos hemos emocionado con una canción, una pieza musical, un espectáculo, una obra de teatro o de danza, un show de títeres, un concierto, una película, un libro, una poesía…en fin: Todas las personas que habitamos este espacio subjetivo llamado Costa Rica. Porque sin arte no somos nada de nada y en nada ha quedado hasta ahora la atención a la gente que sostiene el arte y la cultura en Costa Rica en ese momento. Así que ya para mañana es tarde.

 

Información tomada de https://www.facebook.com/manifiestoartistascostarica