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Etiqueta: crisis mundial

Simposio Internacional del CMEH

Los días 28, 29 y 30 de abril de 2023 se celebrará el Simposio Internacional “Crisis y Superación, Traspasando las fronteras del pensar”, del CMEH. Donde se abordarán diversos ejes temáticos que hablan sobre la crisis de acción, pensamiento, y experiencia humana que atraviesa la humanidad en el momento actual. La crisis actual por su globalidad, al involucrar la posibilidad de una guerra nuclear y la amenaza del cambio climático que perturba las condiciones de vida, la convierte en una peligrosa situación mundial. Por esta razón es necesario el diálogo sobre el tema. La conferencia abordará: las posibilidades que tenemos frente a esta situación, ¿Cómo se puede superar esto?, puntos de inflexión, ¿hacia dónde seguir?, ¿Cómo encontrar salidas creativas?

Para desarrollar las preguntas anteriores se expondrán los siguientes ejes temáticos: Derechos humanos del futuro: una aspiración del mundo de hoy; Noviolencia; Desarme; Crisis climática y ecológica ¿Qué fronteras del pensar necesitamos superar?; Economía y Sociedad; La cuestión de género y los feminismos hacia la construcción de una sociedad noviolenta; Salud; La educación y su aporte a traspasar las fronteras del pensar; Conciencia y Mundo; Espiritualidad y trascendencia; La comunicación en el siglo XXI; Pueblos indígenas y movimientos de descolonización.

De acuerdo con Pressenza en conjunto al auspicio de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Granada, se desarrollarán más de cien actividades entre paneles, ponencias, talleres, y mesas redondas. Quienes indican que es una fiesta de acción conjunta de rompecabezas que se va armando y al que van confluyendo distintas voluntades e intenciones motivadas por la imagen de poner a disposición del conjunto una nueva versión del punto de vista del humanismo universalista sobre estos temas tan cruciales.

Como parte del Simposio Herberth Contreras expondrá sobre su teoría “Teoría de Síntesis, Principios Para Un Modelo de Desarrollo” que aborda nuevos principios que permiten hallar la transformación necesaria para el desarrollo.

Para inscribirse ingresa al enlace: http://2023.worldsymposium.org/es/registration  

Para obtener más información de los ejes temáticos visite el enlace: http://2023.worldsymposium.org/es/themes

 

Imagen ilustrativa.

Partido Acción Ciudadana reitera su férrea oposición a las pretensiones del Gobierno de incorporar a Costa Rica en la Alianza Pacífico

El ingreso a la Alianza del Pacífico, como lo venimos advirtiendo hace muchos años, representaría un golpe bajo al sector agrícola nacional, pero sobre todo a los trabajadores y trabajadoras agrícolas. Hoy el presidente sostiene que nadie y menos él los va a sacar de la pobreza.

Como partido de gobierno nos opusimos en las dos administraciones anteriores al ingreso de la Alianza del Pacífico. Siempre hemos respaldado una posición clara y firme en torno a que los acuerdos comerciales deben ser negociados justa y abiertamente entre las partes involucradas y garantizar las condiciones necesarias, a los diversos sectores productivos, para competir en los mercados internacionales bajo normas que antepongan los intereses nacionales y el bien común.

El Partido Acción Ciudadana considera al sector agropecuario como un pilar estratégico en el entorno de la guerra en Ucrania y sus implicaciones en el abastecimiento global de alimentos. El sector agropecuario y la agroindustria costarricense, bastiones del desarrollo nacional, requieren de medidas urgentes de apoyo para garantizar el suministro de alimentos de nuestra población en las actuales circunstancias de crisis mundial, incertidumbre de los mercados, inflación, aumento desmedido en los precios de los insumos y la ruptura de las cadenas de producción y comerciales. Lo correspondiente es implementar acciones técnicas y financieras de fomento productivo, garantizar mercados, e impulsar políticas tecnológicas agresivas adaptadas al cambio climático, como, por ejemplo, la agricultura sostenible.

Por lo tanto, el PAC se opone al ingreso a la Alianza Pacífico, pues pone en riesgo nuestra producción nacional y vulnera las zonas rurales que requieren de generar más empleo y bienestar.

  • Costa Rica ya tiene Tratados de Libre Comercio en vigencia con los cuatro países que conforman ese bloque comercial (Chile, Colombia, México y Perú), y el comercio es pleno con esas economías.
  • Los cuatro países tienen subsidios implícitos en costos de producción (insumos, seguros, combustibles, crédito, entre otros), mientras que los salarios mínimos y las prestaciones sociales son extremadamente bajas, lo que significa una competencia desigual debido a que abaratan sensiblemente los costos de producción, por lo que afectaría injustamente a nuestra producción nacional, que paga mejores salarios y cubre las prestaciones sociales.
  • Del riguroso análisis en los procesos de negociación elaborados por el PAC, se determinó que los rubros arancelarios debían quedar por fuera de los tratados porque las políticas aplicadas en esos países provocarían la quiebra de la producción nacional. Esos rubros son menos del 7% del total de los bienes objeto de comercio.
  • El impacto negativo que tendría incluir ese 7% de rubros arancelarios, implicaría la pérdida estimada de hasta 100 mil de empleos de las actividades agropecuarias y de la agroindustria, en las zonas de menor desarrollo y contribuiría al deterioro de la pequeña y micro producción agropecuaria.
  • Quienes impulsan tal acuerdo, son un reducido grupo que ve una oportunidad de buenas ganancias, pero la política comercial costarricense debe velar por el beneficio de la sociedad como un todo, con un sentido de equidad y solidaridad.

Instamos a las personas y organizaciones del sector agropecuario a mantenerse en pie de lucha en defensa de la producción nacional en todos aquellos espacios que permite nuestra institucionalidad democrática, y nos ponemos a la disposición para brindar el apoyo necesario para evitar la adhesión a la Alianza Pacífico.

Comité Ejecutivo Nacional y Comisión Política.

 

Imagen ilustrativa, UCR.

Nosotros en la crisis mundial del neoliberalismo

Manuel Delgado

El capitalismo no le ha dado al ser humano más que pobreza y explotación, guerras y sufrimientos, desigualdad y destrucción del medio ambiente, ignorancia y desempleo.

La pobreza y no el bienestar sigue a este régimen como su sombra.

En 1820, cuando el capitalismo tenía más de cien años de madurez, el número de pobres en el mundo rondaba el 90% de la población. ¡90%! Solo una décima parte de los seres humanos eran no pobres.

Ese régimen social, el capitalismo, creció custodiado por la filosofía del liberalismo económico, una teoría que pregonaba la no intervención en las leyes del mercado. Dejar hacer, dejar pasar, decían los franceses, que el mercado se regula solo. Era lo que llamaban, y aun llaman, la mano oculta del mercado, que más bien debía llamarse la mano peluda del capitalismo.

Casi un siglo después, en 1900, las cosas habían cambiado poco. La pobreza seguía siendo de un 80%. Pero algo comenzó a cambiar. La lucha de los trabajadores y de sus sindicatos, por un lado, y el miedo de las oligarquías, que ya ha habían visto arder el mundo con revoluciones y grandes huelgas, hicieron que a ese capitalismo se le introdujeran reformas. No fue la economía, no fueron las leyes económicas, pues estas solo conducen a la miseria de las masas, sino las medidas extraeconómicas, que le vienen a la economía desde fuera, desde la lucha social y desde la política. Esas reformas permitieron cierto alivio a las condiciones de pobreza.

Eso pasó en nuestro país. Hubo que amarrar la mano peluda e introducir las Garantías Sociales y el Código de Trabajo, reformas que vinieron desde fuera de la economía, vinieron desde la lucha social de los sindicatos y del gobierno del Dr. Calderón Guardia.

Entonces en Costa Rica y en el mundo empezaron a superarse las injusticias más notables. Surgió el llamado estado de bienestar general. En 1950, la pobreza había bajado al 70% en el mundo. Y en 1980, era ya del 40%. En los países desarrollados y algunos países en desarrollo como el nuestro, las cifras mejoraron aún más. Nuestro país logró su récord en 1980, con un 20 ó un 24% de su población en pobreza, porcentaje que no ha bajado desde entonces, desde hace cuarenta largos años.

Pero pronto las cosas comenzaron a cambiar. Grupos surgidos principalmente de las altas esferas del capital financiero, los banqueros y prestamistas, los jerarcas del mercado mundial, demandaron ponerle fin a esos que ellos llamaban privilegios. Pregonaron entonces volver a la juventud, volver a la libertad de empresa, volver al capitalismo salvaje exento de cortapisas. Eso es lo que se llama neoliberalismo.

Esa distopía, que antes solo veíamos en las películas, es lo que viene incubándose y ahora quiere salir a luz.

Los gobiernos anteriores, sobre todo los dos gobiernos anteriores, dejaron las bases listas. Dejaron preparados aquellos huevos del depredador. ¿Se acuerdan de la película? Y ahora este gobierno encuentra la mesa servida. El bicho ese está listo para saltarnos a la cara, y meter en nuestros cuerpos y nuestras almas su semilla siniestra. Esa semilla del capitalismo salvaje. Los dos gobiernos anteriores le dejaron a este las limitaciones al sindicalismo, la prohibición de huelgas y convenciones colectivas, la congelación de salarios, la reducción creciente del gasto social a través de la Regla Fiscal, la espantosa ley de empleo público, la pérdida de las autonomías, y todo lo demás que ustedes conocen bien. Ahora este depredador que tenemos como presidente se dispone a poner esas normas en vigencia.

Yo veo que todavía hay mucha gente pobre o ingresos medios que se hace ilusiones con este gobierno. Yo les pregunto: ¿Cuál fue el primer acto de gobierno de este gobierno? Respuesta: subir el sueldo a sus ministros en un 100% y a los trabajadores del sector privado en un 1%. Para los del sector público no hubo ningún aumento. Métanse eso en la cabeza. Ese es el gobierno que tenemos. Ese y no otro.

El presidente Chaves dijo que iba a acabar con el alza del costo de la vida, pero hemos visto cómo todo sube y sube. Los economistas predicen una inflación del 15 % para final de año y un aumento de la pobreza hasta un 30%. Ya hoy la pobreza es mayor que la peor que tuvimos durante la pandemia. Para el fin de año este rubro será similar al que teníamos en 1970, hace cincuenta años.

¿Y qué propone el gobierno? Propone liberalizar. Así lo acaba de hacer con el arroz comuna medida que conducirá a la desaparición de la producción nacional, que cubre solo el 30% del consumo.

Esa medida ha sido una insensatez. En momentos en que el mundo se adentra en una crisis de alimentos, nosotros decidimos no producir y poner las mesas de los trabajadores al vaivén de los precios internacionales, dominados por tres o cuatro monopolios a nivel mundial.

Ya hicimos lo mismo con los frijoles, una de las principales fuentes de proteína de los hogares. Simplemente, ya no producimos. Hoy solo generamos el 20% de ese grano. Mandamos a los agricultores al desempleo e importamos el grano de China y de la India.

Por cierto, la otra gran fuente de proteína del hogar costarricenses es el pollo y los huevos, dos alimentos que en su producción emplean maíz, del cual importamos prácticamente el 100%. Mientras tanto los maiceros lavan carros en San José, una locura.

Ahora piensan seguir con la papa, la cebolla, la zanahoria y otros.

Amarrarle las manos al trabajador es un gran negocio para el capital. Pero ahora viene el segundo negocio: apoderarse de los bienes del Estado. ¿Qué nos propone? Nos propone que vendamos las instituciones más rentables: el BCR y el INS. Esas dos entidades financieras, que los grandes banqueros nacionales y extranjeros ven con hambre, dejan al estado grandes beneficios año con año. Pero además son entidades muy rentables. Entonces esa rentabilidad debería usarse para beneficio de los trabajadores, para bajar los seguros y para asegurar créditos más baratos. En otras palabras: es un gran negocio para los capitales privados, pero un pésimo negocio para la población costarricense, además de que no va a resolver ningún problema, ni el del déficit, ni el de la deuda, ni la crisis fiscal. Sería a lo sumo un paliativo.

Lo que sí resolvería los problemas fiscales es acabar con la evasión fiscal y con el fraude fiscal. Pero de reforma fiscal no se ha dicho nada. El mismo presidente ha dicho que aquí se dejan de pagar 3 millones de millones de colones cada año por impuestos establecidos legalmente, y nada se hace al respecto. Con ese dinero en cinco años ya no tendríamos ni deuda, ni déficit fiscal ni ninguna otra enfermedad. Pero no quiere enfrentarse a los grandes evasores, que son los de su clase y son los financistas de su partido.

Él es la representación de ese neoliberalismo fatal que él mismo impulsó en Indonesia, donde se depredó una extensión de bosques del tamaño de Costa Rica y se echaron de sus tierras a millones de indígenas, todo para promover el cultivo de la palma aceitera y promover la minería a cielo abierto. Ahí está el informe del Oakland Institute que nosotros publicamos en la revista Surcos. Búsquenlo para que vean.

¿Cuál ha sido el resultado del neoliberalismo? Que en el mundo el 1% de la población se apropia del 51% de la riqueza global, mientras que la mitad más pobre solo posee el 1% de la riqueza. Esa la demostración más palmaria del fracaso del neoliberalismo como camino de desarrollo. Pero tenemos otra muestra de ese fracaso, y son las grandes victorias del pueblo de Chile, el triunfo de Petro en Colombia y el próximo triunfo electoral de Lula en Brasil (¿seguiremos nosotros después?). Los pueblos se cansaron de que les roben su bienestar y su dignidad y empiezan ya a decir ¡Basta!