El Consejo Universitario de la Universidad Nacional le entregará a la escritora Arabella Salaverry Pardo y al actor Leonardo Perucci Molvin la distinción académica de Medalla Universidad Nacional, por su aporte a la cultura costarricense.
El ente universitario invita a la ceremonia, la cual tendrá lugar el jueves 19 de junio a las 9:00 am, en el auditorio Cora Ferro Calabrese ubicado en el Campus Emilia Prieto Tugores, en Heredia. Se debe confirmar la asistencia al correo electrónico informacionunaorp@una.cr
La Medalla de la Universidad Nacional es un reconocimiento creado por el Consejo Universitario de la institución, con el propósito de distinguir públicamente, a nivel nacional e internacional, a personas o instituciones que han aportado al campo social, humanístico, científico, artístico y cultural.
Arabelly Salaverry Pardo es una escritora costarricense, también actriz y gestora cultural, con una trayectoria activa de 61 años en la cual ha publicado tres novelas, tres libros de cuentos y un total de once poemarios. Por otro lado, Leonardo Perucci Molvin, actor chileno y costarricense, ha tenido un recorrido artístico y cultural de más de 64 años caracterizado por su carrera de dramaturgo y su desempeño como director teatral y productor.
La celebración de los 90 años del Sistema de Bibliotecas, asociadas a la Universidad de Antioquia, se inaugura con una actividad de apertura que invita a fomentar la lectura. La presentación del libro “La salud entre fuegos” forma parte de la conmemoración e integra las actividades de la feria del libro con el lema “Leer y releer”. La exposición del texto se llevará a cabo en la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, en la Ciudad Universitaria Campus Medellín.
Programado para el 3 de junio de 2025 a partir de las 2:00 p.m (hora de Colombia), en el encuentro se cuenta con la participación de Saul Franco, excomisionado a la organización Comisión de la Verdad; Max Yuri Gil, director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia; Esperanza Echeverry, profesora e investigadora; y Maria Victoria Jiménez, lideresa de ANTOCH.
La presentación del libro forma parte de un programa conmemorativo que busca exaltar la función de las bibliotecas como espacios de aprendizaje, intercambio y reflexión. El libro ofrece una perspectiva profunda sobre la compleja relación entre el conflicto armado y el ejercicio de la salud, presentando situaciones vivenciales que reflejan la vulnerabilidad del sistema sanitario en entornos de violencia
Para participar de forma virtual en la actividad puede inscribirse en el siguiente enlace https://bit.ly/4mzX4bO
La Asociación Costarricense de Artistas Visuales y el Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional, se complacen en invitarle a la inauguración de la exposición Homenaje a los Miembros Honorarios de la Asociación Costarricense de Artistas Visuales.
La actividad será presencial el martes 3 de junio a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/
Hace unos días dos jóvenes colegas me preguntaron si yo creía que el esfuerzo que hice para leer tanto por tantos años sobre cultura general me había beneficiado en mi carrera como médico.
A través de los siglos especialmente en los dos últimos se han producido extraordinarios cambios en la medicina gracias a las vacunas, nuevos medicamentos, nuevos procedimientos operatorios y tecnológicos para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. Pero los fines de la medicina no han cambiado desde los tiempos de Hipócrates donde se sentaron las bases de la medicina científica, hace 2400 años, consistentes en tratar de evitar que las personas se enfermen o tratar de curarlos si eso sucede. Lo que han cambiado son los “medios” para obtener esos fines, y los recursos para tener acceso a esos medios.
Los cambios han sido tan espectaculares al extremo de que parece estamos jugando a ser dioses. Decía el teólogo filósofo Tehilard de Chardin, y no se equivocaba, que;
“En ciencias y en nuestro caso en medicina, sólo lo fantástico parece ser cierto”.
Eso ha sucedido porque nosotros hemos obedecido lo señalado por el famoso internista norteamericano el Dr. William Osler quién decía:
” Estudiar, sin libros, el fenómeno de la enfermedad es como navegar sin mapa en un mar desconocido. Estudiar en los libros, sin ver pacientes es como creer que se sabe navegar sin hacerse a la mar.”
Bueno, la cultura es un mapa más para ayudarse en medicina.
Antes que mal interpreten por recomendar mejorar intelectualmente, reconozco que, en la medicina, es una profesión que en su mayor parte se aprende “haciendo”. Los médicos internistas y generales viendo y tratando pacientes y los cirujanos operando; no hay otro camino mejor para lograr destrezas en nuestra profesión, pero, para que el médico logre un buen cometido y tratar así los enfermos, se requiere de la existencia de recursos diagnóstico y terapéuticos adecuados y que los enfermos sean atendidos bien y oportunamente.
Yo soy un cirujano que pasó gran parte del tiempo en una sala de operaciones tratando de reparar la salud perdida de otras personas o de salvar la vida de sus enfermos; por esta razón, diariamente tuve contacto con los sufrimientos y esperanzas que aquejan al ser humano. Esto se puede generalizar a todos los médicos que tratan enfermos.
Cómo consecuencia de eso y con el paso del tiempo, aprendí que, para entender y tratar adecuadamente a mis pacientes, era necesario no sólo valorarlos como individuos portadores de una enfermedad. sino también, comprenderlos como seres humanos, con sus problemas y sus realizaciones, porque de esa forma aceptaba como decía Emanuel Kant, que: “las personas nunca deben ser tratadas como un medio, sino siempre como un fin, en eso reside la dignidad humana”. Eso me enseñó que a los enfermos había que tratarlos siempre como pacientes y nunca como clientes.
Por eso fue indispensable estudiar y adquirir conocimientos fuera de las ciencias médicas, donde cada día sabemos más y más de enfermedades y menos de lo demás, Lo anterior con el fin de lograr una imagen del ser humano y del mundo mucho más amplia que la proporcionada por nuestra profesión. Fue así como decidí estudiar la evolución de la vida de los seres humanos, su historia, la biología, la cosmología, su religión, sus ideas, su filosofía y algo más. En especial estudiar sobre el desarrollo de las ideas que dieron lugar a la civilización, que hoy poseemos, y todos los principios sobre los que se basa; en fin, investigar todo lo relativo al progreso del ser humano figura estelar de la historia, sin pretender convertirnos en especialistas sino simplemente en meros estudiosos.
Fue así como entendí que el desarrollo social y la conducta humana actual, no son logros del presente, sino que se apoyan en el conocimiento de hechos pasados y que ese conocimiento se debe a una progresión de ideas y acciones que se juntan para avanzar y han sido trasmitidas a través de todos los tiempos. Recordé, así, como la evolución biológica modifico la estructura física de los prehumanos hasta lograrse en el Homo sapiens con su cerebro y su mente tan prodigiosa. A partir de ahí se inició la evolución cultural y cuyo contenido primordial es la elaboración de un nuevo comportamiento, que nos haga menos animales y más humanos, aunque a veces tengo dudas de esto.
La historia del hombre en el planeta Tierra (no la de los restantes seres vivos), se puede entonces dividir en dos partes. El tiempo de su evolución biológica, que comprende unos 5 millones de años, y el tiempo de su evolución que podríamos llamar cultural y que corresponde más o menos a los últimos 10 a 15 mil años y, que comprende el ascenso” del ser humano y sus cambios y experiencias desde las cavernas y planicies hasta la llamada civilización.
De esos tiempos lo que debemos analizar en especial, es la historia en cuanto a sus grandes figuras humanas y sus hechos, con eso, intentamos conocer el presente a través de sus realizaciones pasadas y nos daremos cuenta de dos cosas; Todos eran excepcionales en algo, pero también todos tenían defectos y, además, en algunos casos para decepción, una cosa era lo que predicaban y otra lo que hacían. Sin embargo, para juzgarlos como personas con sus éxitos e imperfecciones, hay que tener en cuenta la época en la que vivieron y las dificultades o facilidades que tuvieron para desarrollar sus ideas y hacerlas realidad. Comprobamos así que, los seres humanos somos imperfectos pero perfectibles.
La otra pregunta que me hicieron fue; sabemos que a usted le encanta la historia y las biografías, ¿pero porque estudiar filosofía? Mi respuesta fue. Desde la antigüedad la filosofía es considerada la búsqueda del saber o del conocer, y por ella nos preguntamos ¿por qué suceden las cosas? y si tratamos de analizarlas y conocer, con ello damos lugar a la ciencia. El educador y filosofo norteamericano Jame Dewey decía: la filosofía es una reflexión cuyo contenido verdadero y último es educar a las personas.
Al reflexionar o pensar sobre nuestras experiencias y problemas o sobre las de otros y sus implicaciones, ya estamos haciendo filosofía. Incluso, tener una idea y su valor es ya hacer filosofía, lo mismo sucede al buscar respuesta para orientarnos en la vida.
Les expliqué que, una cosa muy importante que encontré estudiando Historia antigua griega y la vida y enseñanzas del padre de la medicina Hipócrates, fue, que nuestra profesión se basa en un hecho cierto cómo es la llamada “prueba y el error”, éste enseña y es probablemente una de las principales fuentes de la experiencia. Hipócrates les decía a sus alumnos: “aprended de los errores y de esta manera no los repetirás”.
De ahí debe sacado la famosa frase el filósofo español, George Santayana en relación con el campo de la historia y política.
Quienes no recuerdan el pasado, están obligados a repetirlos.
Por esa razón debemos aceptar que, la medicina no es una ciencia exacta. A pesar de los grandes avances, las falla en los diagnósticos y los tratamientos se dan por diversas causas en especial porque el azar nadie puede preverlo. Con el problema de que los médicos son los profesionales a los que le gente no les permite ni siquiera dudar. Por ello debemos aceptar la máxima de Hipócrates de que:
“No existen enfermedades sino enfermos”.
Cuando uno vuelve a mirar el pasado de la historia de la medicina, se da cuenta que la enorme cantidad de fallas, Y si no, acordarse con horror de las sangrías o flebotomías cómo tratamiento médico para una enorme cantidad de dolencias comenzando con simples fiebre, y que tantas muertes provocaron, incluso de reyes de Inglaterra y hasta el presidente de Estados Unidos George Washington.
Asombra que esta grosera técnica haya persistido sin ponerla en duda por siglos. O, que, los médicos más brillantes de su época hayan puesto en duda y desprestigiado el consejo para evitar la fiebre puerperal que mataba a miles de mujeres en el parto en 1850, mediante una simple medida higiénica preventiva, cómo era el cuidado de lavarse las manos, recomendados por el médico. Ignacio Felipe Semmelweis, quien, trabajando en ginecoobstetricia en el Hospital General de Viena, había comprobado claramente en un doble estudio, y, sin embargo, fue tal el desprestigio y el rechazo de sus colegas, que tuvo que abandonar el hospital, y amargarse de por vida.
Todo eso dio lugar a que los médicos se dieran cuenta que, en medicina hay un “sine cua non” consistente en que no existen dogmas en ella, ni verdades absolutas, y que, avanzamos en base a verdades relativas, y lo que hoy es cierto y el mejor tratamiento para un enfermo, dentro de un tiempo puede ser abandonado por algo mejor y más nuevo. Y, sin embargo, curamos.
A pesar de lo anterior, la medicina como arte y como ciencia es la profesión más bella e importante del mundo, porque trata de evitar o curar las enfermedades que afectan a los seres humanos desde antes de nacer y hasta después de morir inclusive. Siendo por lo anterior, la profesión más exigente del mundo pues estamos obligados a tratar durante las 24 horas del día, sin fuera necesario a: mujeres y hombres, niños, adultos y ancianos, pobres y ricos, príncipes y mendigos, buenas y malas personas, inocentes y asesinos y hasta capitalistas y comunistas.
La obligatoriedad de lo señalado anteriormente se debe a que, el compromiso del médico es con el arte de curar y no de juzgar. Y si se quiere conocer de errores, nada mejor que el cometido con el el juramento Hipocrático que por siglos las Escuelas de Medicina y los Colegios de Médicos nos hicieron jurar, Este juramento NO era de Hipócrates, error como lo señale en mi libro sobra la vida del Padre de la Medicina, disponible sin costo alguno para todos en Internet.
Dado el inmenso valor del papel del médico ante la sociedad al cuidar de la salud y la vida de las personas, y teniendo en cuenta que los médicos no solo deben aprender a curar, sino también a evitar que las personas se enfermen. Eso a su vez nos puso un enorme peso sobre nuestros hombros y la tremenda responsabilidad de brindar los servicios de la manera más eficiente y honesta; con la consideración de que nosotros, además, debemos aceptar estar bien preparados, incluso espiritualmente pues como decía Platón:
Los médicos deben ser de cuerpos y almas.
Sin embargo, aunque la Medicina puede considerarse “un apostolado social” el médico no hace un juramento religioso, sino ético-científico. Por ello, debe dejarse claramente establecido, que el compromiso de los médicos no es con una iglesia o religión, sino con el enfermo. Teniendo además el derecho de recibir una remuneración adecuada a su preparación y que le permita vivir dignamente.
Finalmente vale la pena que recordemos y apliquemos lo que el filósofo Francis Bacon decía:
El estudio y la sabiduría no son fine en sí mismos, ya que un conocimiento sin aplicación concreta es una triste vanidad académica.
Yo he ampliado el concepto agregándole que:
El conocimiento sin responsabilidad social podría ser tan estéril como el servicio a la comunidad sin una buena preparación académica.
Todo lo anterior, teniendo siempre presente el carácter no absoluto del saber, fundamento de la verdadera ciencia incluyendo la medicina.
El Ministerio de Cultura y Juventud, la Academia Costarricense de la Lengua y el Teatro Nacional organizan la actividad denominada “Miércoles de literatura, poesía y diálogo”.
La actividad será desarrollada en el Teatro Nacional el 4 de junio a las 6:30 de la tarde. Además, contará con la participación del Dr. Arnoldo Mora Rodríguez. El espacio presenta el tema “El Boom de la novela latinoamericana”.
La actividad busca reconocer los aportes de la literatura y la poesía latinoamericana en el fomento de la cultura en la región.
Si es admirador del tango y le gustaría disfrutar de una velada única, llena de pasión, música y elegancia. Tiene una cita para el próximo viernes 30 de mayo en el Salón El Atrio del Centro Cultural Costarricense Norteamericano. Hora 7:30 pm.
Ópera de Cámara de Costa Rica, se complace en invitarle a este encuentro anual, ya una tradición, para los amantes de este género musical.
Se contará con la participación de los artistas nacionales: Anayanci Quirós Arce, Carol Guzmán, Olga González, José Luis Gutiérrez, Mario Alberto Marín y José Manuel de la Rocha.
Músicos invitados: Marvin Brenes y Héctor Murillo.
Bailarines: Alejandra Solano y Gustavo Bogarín.
Reservaciones al número: 88396163. Inversión: 15. 000 colones.
Juan Luis Ramírez Vargas, nació en el pueblito de Peñas Blancas, en Esparta, hoy Esparza de la provincia de Puntarenas.
Joven se sublevó al destino de volar machete, se sabía artista, aunque hoy adulto mayor, la oficialidad cultural del país aún le niega el título.
Piso de tierra
Su obra pictórica recoge estampas del tico de cepa, chonete, pies descalzos o enfundado en botas de hule, las vivencias del niño campesino de dieta incierta, pero segura, en árboles de mango, guaba, jocote, anona, mandarina, bananos, baños en pozas de aguas cristalinas, tardes interminables en juegos de quedó, escondido, salve la banca, tantos de la Costa Rica desdibujada en el tiempo.
Le dice ¡No!
La oficialidad cultural le niega los pergaminos, la dictadura de los curadores de arte, señorones de la academia e intereses comerciales, quienes dictan desde el ego, quién sí y quien no, al extremo, un artista logró colocar una escultura invisible en más de $18.000. (dieciocho mil dólares), otro, vendió un banano atado con cinta adhesiva en $6 millones de dólares.
Juan Luis, invitado a exponer en España por la radio del país ibérico, solicitó una acreditación de artista al Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, le fue negada, en su defecto, le ofrecieron una ínfima suma de dinero, rechazada por el orgullo de no saberse profeta en su tierra.
La carta de la oficialidad, al menos le ahorraría la congoja de preguntas incómodas de migración europea, por sus rollos de pinturas con estampas del alma nacional, tan cercanas a las raíces de la Madre Patria.
El artista tiene su estudio taller en el centro comercial Los Laureles, en Escazú, ahí
Imparte lecciones, pinta, pero ante todo, conversa con quien se acerca a contemplar su obra.
Estampas del alma
Un día decidió dejar su humilde terruño, trajo las estampas en el alma, las recrea, en la distancia de los años, por nada del mundo cambiaría la niñez de privaciones y libertad.
Su obra está en casas, residencias, mansiones de Costa Rica y el mundo, aunque la oficialidad del arte se sonroja, le niega el pedestal, el artista no desmaya, se sabe creador de emociones en su clientela fiel.
A veces se aventura en otras temáticas, la esencia del ser costarricense ha llevado comida a su plato, ante todo, le ofrenda el sitial de artista, a contrapelo de quienes no han embadurnado ni un pequeño lienzo, pero dictan cátedra, para erigir a unos y esconder a otros.
Nota: A Juan Luis se le puede ubicar mediante el número 88158183.
Estamos en una batalla sociocultural, ya lo hemos dicho en varias ocasiones. Costa Rica se ha descarrilado en su contrato social, en su proyecto, en su “vía” costarricense. Así lo comentamos en una reciente intervención en el IX Coloquio de Educación y Derechos Humanos celebrado en la Universidad Nacional, en la que actualizamos una reflexión sobre la clausura de la sociedad costarricense, que habíamos desarrollado durante la pandemia.
Al percatarnos, por ejemplo, que empezamos a ser una sociedad de “solos” por qué cada vez más se consolida el hogar unipersonal; al declararnos secuestrados por las presas donde se nos va la vida en ello; al percatarnos que el problema de seguridad es ya un asunto de derechos humanos indicado por la Comisión Interamericana de Derechos Humana en su último informe, al que el país entero, contando las universidades públicas, le hemos hecho oídos sordos… al constatar que preferimos un proyecto de sociedad comprometido con la estética de lo efímero, la superficialidad de la imagen, el imperio de lo dicho y no su sentido, empezamos a ver que algo anda mal.
Si.
El privilegio de la imagen y el mal gusto ha instalado una estética ruborizante y aniquiladora del pensamiento. Una sociedad cuya institucionalidad en materia cultural hace aguas (Ministerio de Educación, Ministerio de Cultura) deviene en esa ausencia de sentido para casi todo.
Una sociedad y ciertos proyectos de liderazgo, que desdeña las humanidades, las Ciencias Sociales y suprime la A de las artes en cualquier conjunto acrónimo, es una sociedad que se encamina a su aniquilamiento.
Al priorizar la forma (el color, la postura, el lenguaje no verbal) por el fondo, nos estamos clausurando como proyecto. Y no hablo solo de la gestión gubernamental que nos tiene a un paso del abismo. Me refiero a todas esas porosidades encartonadas que hoy refrenan y distancian al ser que piensa del ser que solamente asiente.
No se cuánto de saldo nos queda a nuestro haber. Siento que muy poco. Usémoslo para reconstruirnos, volver a sentirnos comunidad, profundizar el fondo y relegar la forma. Recontratarnos. Nos merecemos ser imaginados e incluidos con inteligencia.
El grupo de escritores e ilustradores Hilo Colectivo realiza su 3ª Cumbre organizada, los días 6 y 7 de junio de 2025, de 9:00 a.m. a 2:00 p.m. (hora de Miami). Las actividades por desarrollar se desarrollan bajo el lema «Crear libros con humor». Este espacio, que se realizará de manera online a través de Zoom, está concebido para todos aquellos interesados en explorar el humor como herramienta creativa en la elaboración de libros infantiles. La iniciativa tiene como objetivo comprender y utilizar el humor para ayudar a la niñez a enfrentar situaciones difíciles, gestionar el estrés, la incertidumbre y el duelo, ofreciendo un ambiente seguro para la expresión y comprensión de sus emociones.
La cumbre consta de 3 talleres, la primera sesión brindará una visión integral sobre las distintas categorías del humor en la literatura infantil, explorando elementos como hipérbole, el equívoco, el chiste y la ironía, entre otros. Seguido se abordan las estrategias típicas del humor y recursos que han perdido fuerza por el uso repetitivo. Además, se promoverán ejercicios creativos basados en el estudio de obras y autores. Por último, se centran en el humor desde el ámbito visual. Igualmente se analiza cómo una imagen puede transformar la narrativa y la percepción del lector.
La organización ofrece dos modalidades de participación en la cumbre, por medio del acceso ¨Full Tallerista¨. El cual permite la interacción directa con los panelistas y cuenta con la posibilidad de presentar el trabajo personal en vivo. El cupo de dicha participación es limitado a 20 personas y requiere una inversión de $40 USD e incluye certificación. Una segunda opción es ¨Tallerista oyente¨, donde se puede ingresar a las sesiones sin interacción directa, el costo de la inversión es de $10 USD y sin certificación.
Hilo Colectivo Books se fundó en el año 2020 como un colectivo independiente de escritores e ilustradores con sede en Woodstock, Illinois, EE. UU. El equipo está formado por una mezcla de personas escritoras, ilustradoras e investigadoras de Estados Unidos y Latinoamérica.
Para registrarse en la cumbre u obtener más información puede ingresar al siguiente enlace: https://hilocolectivo.com/
El 15 de mayo se estrenó en los cines del país la nueva película latinoamericana titulada: “El ladrón de perros”. El largometraje ha generado gran expectativa al ser recientemente galardonada con el Premio Platino a “Mejor ópera prima” y la Biznaga de Oro a “Mejor película Iberoamericana” durante el Festival de Málaga. La producción de la cinta es un ejemplo de cooperación internacional, ya que involucra a países como Bolivia, Chile, México, Ecuador, Francia e Italia.
Producida en 2024, la película se inscribe en el género drama y cuenta con una duración de 90 minutos, ofreciendo al público una narrativa compacta pero intensa, que invita a la reflexión sobre la realidad social y emotiva de sus personajes. La historia se centra en Martín, un joven de 15 años que ejerce como lustrabotas en las bulliciosas calles de La Paz, Bolivia. En un giro inesperado, Martín decide robar el perro de su mejor cliente, un solitario sastre a quien ha empezado a ver como una figura paterna.
Vinko Tomičić Salinas, fue el encargado del guión y dirección de la película. La producción estuvo liderada por Álvaro Manzano Zambrana, Gabriela Maire, Edher Campos y Vinko Tomičić Salinas y Matías de Bourguignon, quienes han trabajado en conjunto para dar vida a esta obra que relaciona sobre dilemas cotidianos.
Para obtener más información sobre la película pueden acceder al siguiente enlace: www.elladrondeperros.com