En una carta dirigida a la diputada Rosalía Brown Young el 3 de abril del 2024, firmada por Marco Levy Virgo, se ha propuesto la creación de una Comisión de Asuntos Afrodescendientes, según un documento donde se pronuncia un grupo identificado como “Foro Curling por la paz y la seguridad jurídica de los Afrodescendientes”. Esta propuesta surge en medio de una serie de reclamos y preocupaciones relacionadas con la protección de los derechos de la población afrodescendiente en Costa Rica.
Abordan el tema de la ausencia de una legislación específica que proteja los derechos de la población afrodescendiente en el país, señalando que, a pesar de que el Estado costarricense reconoce la existencia de esta población y su presencia en el Caribe costarricense, no se han tomado medidas concretas para delimitar y proteger sus territorios ancestrales. Afirman que esta falta de reconocimiento y protección legal ha llevado a una serie de conflictos, violencia y desplazamientos forzosos en comunidades afrodescendientes como Cocles, Puerto Viejo y Cahuita.
Para reforzar su argumento, referencian a John Alexander Curling Delisser, quien fue el primer diputado afrocostarricense en ocupar un puesto en el Congreso, haciendo énfasis en en su contribución para otorgar derechos de ciudadanía a los afrodescendientes en Costa Rica, pero subrayando que aún queda mucho por hacer en términos de protección legal y reconocimiento de derechos para esta población.
Por lo tanto, afirman que, la propuesta de creación de una Comisión de Asuntos Afrodescendientes se basa en la necesidad de contar con un órgano específico que promueva el mejoramiento social, económico y cultural de la población afrodescendiente. Algunas de las funciones propuestas para esta comisión son las siguientes:
Servir de instrumento de coordinación entre las distintas instituciones públicas para ejecutar obras y servicios en beneficio de las comunidades afrodescendientes.
Promover la investigación científica sobre el modo de vida de los grupos afrodescendientes para orientar programas de bienestar.
Fomentar la divulgación de los asuntos afrodescendientes y estimular el respeto por su cultura, incluyendo el uso y estudio de las lenguas afrodescendientes.
Velar por el respeto a los derechos de las minorías afrodescendientes, especialmente en cuanto a la propiedad de la tierra y el acceso a crédito y asistencia técnica.
Promover la capacitación y adiestramiento de profesionales y líderes comunitarios en las zonas habitadas por afrodescendientes.
Establecer centros de salud con personal capacitado para atender las necesidades de las comunidades afrodescendientes.
Con esto, se busca abordar las desigualdades estructurales que han llevado a la población afrodescendiente a ser históricamente excluida y marginada en Costa Rica, y de ahí surge la importancia de crear condiciones de igualdad real y garantizar el ejercicio pleno de los derechos humanos para esta población.
Además, mencionan la falta de consultas previas y participación efectiva de la población afrodescendiente en procesos de diseño y ejecución de proyectos que afectan sus territorios ancestrales. Se hace un llamado a garantizar el derecho de consulta y consentimiento previo de esta población, tal como se establece en el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
Se invita a consultar el documento completo para obtener más detalles sobre los argumentos y propuestas presentadas. Para acceder al documento completo, se puede descargar el PDF original aquí:
#DerechoAlClima: un podcast sobre la relación entre la emergencia climática y los derechos humanos
CEJIL
Es evidente que el cambio climático tiene consecuencias enormes para el planeta. Muchos sectores se están preguntando qué se puede hacer para enfrentar esta crisis y conseguir soluciones urgentes para mitigar estos acontecimientos. Los Estados también se cuestionan hasta dónde llegan sus obligaciones en la protección y garantía de los derechos humanos ante los impactos de la emergencia climática en sus comunidades.
Ante los desafíos que representa la emergencia climática, desde el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional – CEJIL quisimos crear un espacio en donde la ciencia y el derecho tengan un lugar de conversación, poniendo de relieve los temas de la Opinión Consultiva sobre emergencia climática y derechos humanos presentada por Chile y Colombia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Así nació Derecho al Clima, un podcast dónde personas expertas y defensoras de Derechos Humanos nos cuentan cómo desde las normas internacionales y la cooperación es posible contribuir a soluciones oportunas, igualitarias, sostenibles y justas ante los nuevos escenarios que nos impone el calentamiento global.
No te pierdas esta serie.
Síguenos en las redes con el hashtag #DerechoAlClima y encuentra más información sobre nuestro trabajo en https://cejil.org/clima/
En el marco del proyecto «Derechos humanos colectivos: encuentros de los pueblos Bribri, Cabécar y Brörán desde sus identidades y prácticas culturales en el trabajo y cuido de la tierra y los bienes comunes» la Coordinadora de Lucha Sur Sur ha realizado diferentes actividades, algunas de ellas a finales del año 2023. El tercer encuentro tuvo lugar en Salitre, específicamente en el proyecto agroturístico Yé Yamipa –que significa “mi familia” en bribri– el lugar integra cultivos tradicionales, arquitectura, cocina tradicional bribri, resguardo de semillas criollas y arte, así como paisajes naturales.
En este encuentro compartieron con integrantes del Concejo Ditsö Iríria Ajkönuk Wákpa y Autogobierno del Territorio Bribri de Salitre diferentes reflexiones sobre la situación actual de los pueblos originarios de la zona sur en materia de derechos humanos de cara a los procesos de judicialización de varias personas con motivo de ejercer el derecho colectivo a la tierra. Asimismo, en este encuentro se contó con la presencia de representantes de la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas (CONAI), quienes se refirieron al trabajo que están realizando en la actualidad. La actividad concluyó con una gira por las recuperaciones Kapliña, Klo u ki, Shule krats y Kuchuk ut ki, donde las personas involucradas en la recuperación compartieron sus experiencias respecto al trabajo colectivo de la tierra, así como el manejo de los bienes comunes.
De acuerdo con la Coordinadora de Lucha Sur Sur dichas actividades se realizaron con apoyo de los fondos de la «Convocatoria IberCultura Viva de Apoyo a Redes y Proyectos de Trabajo Colaborativo 2023» y las propias organizaciones de pueblos originarios que se articulan en la Coordinadora de Lucha Sur Sur: el Concejo Ditsö Iríria Ajkönúk Wakpa, el Consejo Iríria Sätkök, Recuperadoras/es Börán de San Andrés, Comunidad Crun Shurín y Recuperadoras/es Cabécares de China Kichá; con apoyo del Centro de Comunicación Educativa Voces Nuestras.
Este 30 de marzo, Día de la Tierra Palestina, se invitó a firmar la Carta Abierta dirigida al Consejo Nacional de Rectores para que las universidades públicas de Costa Rica rompan relaciones, financiamiento y convenios con el estado genocida de Israel.
Desde la Universidad Bíblica Latinoamericana observamos con angustia y preocupación el recrudecimiento de violencia en territorios palestinos. Como Raquel en Ramá, nos “lamentamos y tenemos un llanto amargo” por la muerte de palestinos, como también de civiles israelíes. Tras décadas de despojo y sometimiento, Gaza y Cisjordania se encuentran hoy bajo una cruenta ocupación que crece día tras día, y de forma acelerada se incrementa el número de víctimas inocentes en dichos territorios considerados Tierra Santa para las tres religiones monoteístas: judía, cristiana y musulmana.
Como institución de educación teológica, nos preocupa el uso de argumentos y lenguajes religiosos para justificar la violencia; discursos que hacen un uso inadecuado de escritos y símbolos, particularmente la Biblia, con relación a Dios, madre y padre, dador de la vida y defensor de los y las débiles.
Violencia no solo de balas y las bombas que ponen en evidencia el desprecio por la vida humana dejando miles de personas muertas y heridas; sino también la insana destrucción de la infraestructura habitacional y de hospitales, el bloqueo de ayuda alimentaria y médica. Todo eso ha ocasionado condiciones de hacinamiento que están contribuyendo a la propagación de la desnutrición y enfermedades que afectan a toda la población.
Ante este Vía Crucis que atravesamos como humanidad, el guardar silencio implica la complicidad contra quienes son los y las personas crucificadas de la historia. Como Universidad Bíblica Latinoamericana nos resistimos a justificar la violencia y la muerte y levantamos nuestra voz y afirmamos lo siguiente:
Denunciamos:
Los procesos de colonización y despojo surgidos desde inicios del siglo XX, promovidos por potencias imperiales, y que han traído la conmoción y la violencia a los territorios de Palestina e Israel, con incontables vidas perdidas.
La irracional violencia militar ejercida contra la población civil palestina está sujeta a los asesinatos extrajudiciales, la ejecución de civiles, el bombardeo de zonas habitacionales y la infraestructura de salud, así como el impedimento al acceso de recursos médicos y alimenticios.
La violencia ejercida con la complicidad de los países más poderosos, pone en evidencia una necropolítica, como llama Achille Mbembe, a los estados que ejercen la “licencia para matar” bajo un discurso de orden y de seguridad.
El irrespeto a los mínimos acuerdos internacionales de defensa de los derechos humanos, negados sistemáticamente para el pueblo palestino por las instituciones y poderes globales.
La instrumentalización de la religión, de la fe, de los símbolos y objetos sagrados, para legitimar el exterminio y la violencia contra los pueblos.
Afirmamos:
La voluntad del Dios de la vida, que nos invoca a la construcción de sociedades pacíficas, inclusivas, y que defiendan a todas las personas que las conforman, especialmente a quienes son objeto de violencia, sometimiento y opresión.
La urgencia de un alto al fuego y a las hostilidades en Gaza y Cisjordania, así como la provisión de los recursos básicos – alimentación, salud, infraestructura habitacional – para las poblaciones desplazadas que hoy se encuentran al borde de la muerte.
El derecho a la paz, al bienestar, a la dignidad, y al territorio, para todos los pueblos, sin importar su procedencia étnica, su cultura o su religión.
La constitución de una solución que garantice el derecho a la reivindicación, a la vida y a la justicia del pueblo palestino, en su tierra ancestral.
Protestas de la comunidad de Campo Maripe contra la empresa estadounidense Chevron. Foto de la Confederación Mapuche de Neuquén en Argentina
Por Pablo Ruiz*
Un artículo firmado por Matías Bakit, publicado en el diario chileno El Mercurio, en febrero pasado, titulado “En la Era Boric-Milei: Por presión argentina, la relación bilateral da un giro hacia la seguridad”, debe llamar nuestra atención desde el punto de la defensa de los derechos humanos.
El artículo en cuestión señala la preocupación expresada por la Ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, sobre el aumento del tráfico de drogas desde Chile hacia su país y la necesidad de fortalecer las fronteras. Hasta ahí todo bien; sin embargo, agregó una segunda preocupación.
«Espero que podamos trabajar coordinadamente ambos países y me preocupa sobremanera la situación de La Araucanía en Chile, porque también se derrama sobre la República Argentina”, señaló Bullrich.
Es conocido ya que el gobierno de Milei prometió “mano dura” o represión contra los cortes de calle, los que son muy propios de las manifestaciones sociales en Argentina y Chile.
¿Bullrich quiere conocer la experiencia chilena? ¿Aplicará también “mano dura” contra la lucha de los mapuche en Argentina?, está por verse.
En Chile y en Argentina, el “problema mapuche”, debería ser resuelto “políticamente” y se debería terminar con la lógica de la represión a las legítimas protestas de nuestros pueblos originarios. Se debe recordar que el pueblo mapuche existía mucho antes de la invasión española como de la fundación de nuestros Estados-naciones. Seguir desconociendo sus derechos, seguir con la represión, continuará siendo el sustento que alimenta la legítima resistencia de un pueblo que ha sido oprimido y despojado.
En Chile, desde el año 2021, bajo el gobierno del ex presidente Sebastián Piñera, hasta la fecha, una y otra vez, se ha prorrogado el estado de excepción constitucional de emergencia, en la región de La Araucanía y las provincias de Arauco y Biobío. La autorización ha permitido el uso de militares en tareas de seguridad interior, de vigilancia y represivas, en la zona mapuche, sin lograr resolver el problema de fondo.
Volvamos al artículo de El Mercurio. Llama la atención también, el contenido del subtítulo “Medio Ambiente Transnacional”. En esta parte, señalan que el problema de la “seguridad” no es el único problema que preocupa “a los vecinos”; agregando que los empresarios argentinos, en especial del área energética, miran “con ojos intranquilos la creciente influencia de los movimientos medioambientales en Chile, que incluso consiguieron puestos en la Convención Constitucional”.
“La razón de esta inquietud -dice el artículo de El Mercurio- es que se trata de organizaciones que, por tradición, no trabajan de forma aislada en solo un país, sino que suelen cruzar las fronteras para enseñar sus modelos de acción en otros lugares”.
El artículo sindica a organizaciones como la Fundación Heinrich Boll, Fundación Terram, y Greenpeace de estar “expandiendo su influencia entre sus colegas de Argentina”; que “los casos más emblemáticos donde se notaría esta influencia serían (contra) el Proyecto Petrolífero y de Gas Natural Vaca Muerta” y que “en todos estos se ha visto un aumento de las manifestaciones y protestas de medioambientalistas”.
Si bien es cierto que el movimiento ambiental argentino ha estado movilizado y denunciando el impacto ambiental del Proyecto Petrolífero de Vaca Muerta, donde están comprometidos capitales noruegos, entre otros, el artículo no explica las razones legítimas de las protestas.
“El proyecto tendrá impactos negativos directos sobre los ecosistemas de varias reservas naturales como: el Parque Nacional Islote Lobos, el Área Natural Protegida y Patrimonio Natural de la Humanidad Península Valdés, la Reserva de Usos Múltiples Caleta de Los Loros y el Área Natural Protegida Bahía San Antonio”, señaló el Foro para la Conservación del Mar Patagónico.
Tampoco señala el artículo que en Vaca Muerta también existe un conflicto territorial con las comunidades que están agrupadas en la Confederación Mapuche de Neuquén las que han realizado diversas protestas demandando los derechos que les otorga el Convenio 169 de la OIT. Entre estas, la comunidad de Campo Maripe ha realizado protestas contra la empresa estadounidense Chevron.
Por ejemplo, el reportaje “El petróleo no podrá correr a los mapuches de Vaca Muerta”, del periodista Ramiro Barreiro, da cuenta del impacto negativo que han tenido los proyectos extractivistas en las comunidades mapuche los que han producido desplazamiento y contaminación de los ríos.
“El fracking o fractura hidráulica que se opera en Vaca Muerta consume millones de litros de agua del río Neuquén para fracturar la roca y extraer el gas y petróleo y, cuando esa agua regresa a la tierra lo hace con metales pesados (mercurio, cromo, plomo, cadmio, arsénico, entre otros)”, denuncia dicho reportaje.
Por otro lado, en Neuquén, en la misma zona, el Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos dispone ya de una base militar supuestamente para “ayuda humanitaria”.
Lucas Arias, opositor a la presencia militar estadounidense, dijo, en Radio Gráfica, que la base norteamericana en Neuquén queda a diez kilómetros del aeropuerto “sobre la nueva ruta del petróleo, que lleva al corazón de Vaca Muerta, y justo en confluencia de dos caudalosos ríos que son el Limay y el Neuquén, sobre los que hay seis represas hidroeléctricas. No solo hay gas y petróleo, sino que también hay agua y minerales”.
Recursos, como sabemos, que le interesan a los Estados Unidos como lo expresó la misma Jefa del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos, Laura Richardson, en sus constantes visitas a Chile y Argentina. Visitas que también estimulan la venta de armas estadounidenses a nuestros países para que siga la carrera armamentista y la desconfianza entre nuestras naciones.
El artículo de El Mercurio también señala que en abril se realizará una reunión entre los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de ambos países y que se prevé, para este año, un nuevo encuentro de los Presidentes Milei y Boric.
En América Latina, está siendo común que a la par de los proyectos extractivistas se evidencie una mayor militarización de los espacios y criminalización de la protesta social.
Los ambientalistas, los mapuche, en Chile y en Argentina, las comunidades, no debieran ser “objeto” de preocupación policial de las autoridades por sus protestas. Más bien, los gobiernos deberían escuchar y atender los legítimos reclamos de las comunidades y sus organizaciones ya que la devastación, contaminación, y saqueo que realizan las empresas extractivistas de nuestros recursos naturales, de nuestros bienes comunes, representan en sí un verdadero problema de “seguridad” que tiene y tendrá graves consecuencias para nuestras naciones si no es atendido con urgencia y responsabilidad. Si se continúa privilegiando el “negocio” por sobre la vida, estaremos perdidos.
Es urgente también que Chile y Argentina tengan una política de seguridad y de defensa independiente de los Estados Unidos, de las grandes corporaciones, y de sus intereses. Una política que cuide y proteja de verdad nuestra soberanía territorial y, principalmente, nuestros bienes comunes. Que tenga enfoque en los derechos humanos, con atención en el cuidado de nuestra naturaleza, del medio ambiente, y de la seguridad humana.
* Pablo Ruiz, es periodista y parte del Observatorio para el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile
El Instituto de Raza, Igualdad y Derechos Humanos, con sus siglas en inglés (International Institute on Race, Equality and Human Rigths), es una ONG con caretas de Organización Defensora de los Derechos Humanos, que desde hace décadas ha venido apoyando la subversión en Cuba.
Por ejemplo, recientemente este Instituto, el 17 de marzo de 2024, a raíz de las manifestaciones en Santiago de Cuba, reiteró que el gobierno cubano viola de forma sistemática los derechos humanos de quienes residen en la Isla.4
Según un ex representante anónimo de la USAID, Raza, Igualdad y DDHH es financiado por la Usaid y utilizado como pantalla de la CIA.
La USAID es la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID) fue creada en 1961, con la intención de ampliar el “Plan Marshall” a los países estratégicos del mundo, canalizando sus políticas para, impedir que las fuerzas comunistas, (que se fortalecieron al derrotar al fascismo en la Segunda Guerra Mundial), tomasen el poder, y, abrir nuevos mercados a las empresas de EEUU.
A su vez, la USAID facilita a la CIA «plantar sus hombres en las policías de los países estratégicos de todo el mundo», afirma el ex corresponsal de New York Times AJ Langguth. De hecho, el presupuesto de USAID, en parte, es el financiamiento oculto de las agencias de inteligencia de EEUU.
También, la CIA Agencia Central de Inteligencia siglas en inglés, es una entidad independiente del Gobierno de Estados Unidos, encargada de la recopilación, análisis y uso de información y servicios de inteligencia, para asistir al presidente del país y sus asesores, en la toma de decisiones relacionadas con la seguridad nacional. La CIA se creó en 1947, y, por un lado, proporciona información al gobierno estadounidense, y por otro, tiene que subvertir al «enemigo», es decir, a quien el presidente o la CIA definieran como tal, utilizando una amplia gama de medidas: asesinatos, golpes de Estado, organización de disturbios, armamento de insurgentes y otros medios.
En el caso de Cuba, y otros países latinoamericanos Usaid provoca protestas populares contra los gobiernos que repudia, bajo la bandera de «Promoción de la democracia», no en balde ha sido expulsada de Rusia, de los países del ALBA (Bolivia, Cuba, Ecuador, Dominica, Nicaragua y Venezuela) y de Burkina Faso.
Recordemos, por ejemplo, que Usaid, a través de la OTI, La Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica, introdujo en Cuba en 2010, un sistema de mensajería similar a Twitter llamado ZunZuneo. Mientras recopilaba los datos personales de cientos de miles de usuarios a través de sus móviles, pretendía organizar disidencias en la red y también en las calles.
Volviendo a Raza, Igualdad y DDHH, esta se inserta con instituciones reconocidas por el gobierno cubano, así como de países de América Latina. El Instituto tiene trabajo en, Brasil, Colombia, Cuba, Honduras, México, Nicaragua, Perú, República Dominicana. A su vez, tiene espacios de incidencia en, OEA, ONU, Unión Europea, y en el Programa Regional Latinoamericano, Consorcio Latinoamericano de Derechos Humanos.
En el tema de Cuba, la ONG pretende, por un lado, identificar personas relacionadas con el gobierno cubano, o en cualquier esfera donde incidan organizaciones no gubernamentales reconocidas por el país, con posiciones reformistas o susceptibles a ser influenciados, y en segundo plano, intentan crear relaciones con estas instituciones no gubernamentales, replicando experiencias de golpes suaves en países de Latinoamérica, influyendo en estas personas, que, según ellos, están al habla con el gobierno cubano.
Recientemente, se ha filtrado que Raza, igualdad y DDHH, pretende utilizar al Ministerio de Cultura y el Archivo General de República Dominicana, para que actúe como Coordinador de los intercambios con contrapartes cubanas, en eventos financiados y dirigidos por Raza y Equidad.
Raza y Equidad, radicada en Washington, en este esquema desarrollará un evento del 11 al 21 de abril de este año, sobre los temas de Equidad y Diversidad en Santo Domingo.
Para ello, las contrapartes cubanas presentes serán: la «Fundación Nicolás Guillen» y el «Centro de Intercambio y Referencia de Iniciativa Comunitaria» CIERIC.
La Fundación Nicolás Guillén es una organización jurídica autónoma, con fines culturales, de carácter particular y utilidad pública, sin ánimo de lucro, con patrimonio y personalidad propios, creada en 1991 bajo los auspicios de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la familia del poeta.
El CIERIC es un centro de carácter asociativo, sin fines de lucro, fundado el 23 de octubre de 1991. Vinculado a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, autónomo en cuanto al manejo institucional, la gestión económica y la administración de recursos.
El evento, en Santo Domingo, está previsto para desarrollarse en un formato de talleres, con el propósito de debatir sobre discriminación Afro-LGBTQ+.
Los invitados cubanos compartirán sus experiencias y a la vez recibirán capacitación de la representación de Raza e Igualdad en República Dominicana.
Este evento es financiado por el Fondo Suizo para el Desarrollo (COSUDE) con la participación de otras ONG como Diversidad Dominicana y el Observatorio Dominicano para los Derechos Humanos.
El COSUDE es la agencia del gobierno suizo, para la cooperación al desarrollo. Es el mayor donante de Helvetas, otra ONG, y ha sido un socio significativo durante sesenta años. Con su contribución al programa, la COSUDE apoya los proyectos de Helvetas que también requieren ser financiados mediante donaciones.
La ONG Diversidad Dominicana, su objeto es trabajar y promocionar los derechos de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (LGBTI) en la República Dominicana; lograr el posicionamiento del tema en la región; e incidir por el respeto de los derechos LGBTI en la República Dominicana y en las Américas.
El Observatorio de Derechos Humanos de Grupos Vulnerabilizados de la República Dominicana, es una plataforma donde personas y organizaciones abocadas a la defensa de los derechos civiles pueden reportar casos de violaciones de derechos humanos de grupos vulnerables o marginados.
Es de resaltar que la ONG Raza, Equidad y DDHH, ha estado presente en Costa Rica, dictando talleres y cursos contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia. A su vez, esta ONG ha firmado denuncias sobre la situación de derechos humanos en Venezuela. En ambos casos, con la misma tónica de inmiscuirse solapadamente en estos países, fomentando y buscando cualquier oportunidad para subvertir el orden en ellos.
Finalmente, la estrategia de la Institución Raza y Equidad, es ocultar las acciones contra Cuba y crear una red de apoyo en el sector Afro-LGBTQ+, que puedan utilizar para presionar un cambio de régimen, siguiendo instrucciones de la USAID o la embajada norteamericana, cuando se tengan las condiciones objetivas y subjetivas en el plan de golpe suave de la administración Biden para Cuba.
También, cursos-talleres similares se han realizado en Trinidad y Tobago utilizando otras temáticas.
Resulta llamativo y abusivo que este Instituto, utilice a instituciones gubernamentales de un país pacífico como República Dominicana, donde existe un amplio mercado del turismo y servicios, para manipular a funcionarios de organizaciones foráneas.
El director ejecutivo de Raza y Equidad, es Carlos Quesada, quien frecuentemente realiza acciones contra Cuba, que van desde montar shows mediáticos en la ONU, hasta financiar mercenarios en la isla.
Integrantes de la Asociación Nacional pro Sufragio de la Mujer encabezadas por Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony.
Vladimir de la Cruz de Lemos
El 8 de marzo se celebraba antes de 1975 como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Era un día de convocatoria política de las mujeres trabajadoras movilizadas en lucha por la defensa y ampliación de sus derechos laborales y también políticos. En esa tarea, los partidos revolucionarios de todo tipo, especialmente socialistas, comunistas y organizaciones anarquistas, eran los que abanderaban estas luchas y la movilización de esta celebración.
Desde 1975, bajo el amparo de la Organización de las Naciones Unidas, por la presencia entonces de los países socialistas donde se conmemoraba este día, se aprobó celebrar el 8 de marzo como una fecha internacional. Su celebración actual es para reivindicar, defender y ampliar los derechos de las mujeres en todas partes del mundo, al menos de los países integrantes de la ONU, que además irían firmando, en lo sucesivo las Declaraciones y Convenios internacionales relacionados con las mujeres en particular.
Este día, 8 de marzo, se asocia originalmente a las luchas, a partir del siglo XIX, de los trabajadores en general y de las mujeres trabajadoras en particular. Sin embargo, se reconoce que en la Historia anterior hubo importantes mujeres que de distintas maneras defendieron sus derechos y se hicieron presentes en los escenarios políticos, sociales e intelectuales de las sociedades anteriores.
Así, por ejemplo, según nos cuenta la literatura, en la antigua Grecia, Lisístrata, como lo narra Aristófanes, convocó a una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra civil que vivían los atenienses, destacándose a la vez como un símbolo a favor de la paz. Proponía un juramento de las mujeres frente a sus hombres:
Lisístrata: Lampitó, todas las mujeres toquen esta copa, y repitan después de mí: no tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante. Cleónica: No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante. Lisístrata: Aunque venga a mí en condiciones lamentables. Cleónica: Aunque venga a mí en condiciones lamentables (¡Oh, Lisístrata, esto me está matando!). Lisístrata: Permaneceré intocable en mi casa. Cleónica: Permaneceré intocable en mi casa. Lisístrata: Con mi más sutil seda azafranada. Cleónica: Con mi más sutil seda azafranada. Lisístrata: Y haré que me desee. Cleónica: Y haré que me desee. Lisístrata: No me entregaré. Cleónica: No me entregaré. Lisístrata: Y si él me obliga. Cleónica: Y si él me obliga. Lisístrata: Seré tan fría como el hielo y no le moveré. Cleónica: Seré tan fría como el hielo y no le moveré […] Lisístrata: ¿Todas han jurado? Mirrina: Todas.
Otro ejemplo, el sacrificio de Ifigenia, cuando el esposo decide quitarle la vida porque la mujer no acepta la vida que lleva, o las reinas Amazonas, que nos recuerdan a las mujeres guerreras, como lo relata Heródoto, o Aspasia, la mujer más famosa, inspiradora de la política de Atenas, en tiempos de Pericles; o Safo, de la Isla de Lesbos, como bien nos la recuerda el Dr. Juan Jaramillo, como la mujer bien admirada cuya conducta a nadie le importaba en su tiempo; o Sukaina, que desafió a Mahoma, su bisabuelo, demostrándole que en ninguna parte del Corán se le exigía a las mujeres cubrirse la cara con un velo; o Sherezade, la gran tejedora de la narrativa popular, la creadora del cuento oral.
Durante días de la Gran Revolución de 1789, de la Revolución francesa, las parisienses que pedían «libertad, igualdad y fraternidad» y marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.
En 1791 Olympe de Gouges, que era el nombre literario o el seudónimo de Marie de Gouze, escritora, dramaturga, filósofa y política francesa, redacta la «Declaración de los derechos de la Mujer y la Ciudadana», del 5 de septiembre de 1791, en idénticos términos que la «Declaración de los derechos del Hombre y el Ciudadano», del 26 de agosto de 1789, donde reclama para las mujeres los mismos derechos que allí se habían establecido para los hombres, documento que planteaba la emancipación política y la equidad de la mujer, la igualdad entre el hombre y la mujer en la vida privada y en la vida pública, el derecho al voto y al trabajo público, el derecho a hablar en público de temas políticos, a acceder a puestos políticos, a poseer propiedades y el derecho a la educación.
A ella le debemos la expresión: «Si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la tribuna», Cabe decir que cayó sobre su nuca la guillotina bajo el período del terror revolucionario.
En Inglaterra, en ese mismo período, Mary Wollstonecraft, en 1790 y en 1792 publica Vindicación de los derechos del hombre, en 1790, y Vindicación de los derechos de la mujer, en 1792, levantando banderas republicanas y de igualdad de la mujer.
En la historia costarricense recordamos a la indígena Biriteca, cuyo valor le dio la seguridad a los caciques y guerreros indígenas, Coyoche, para que, con Pabru Presberi, mantuvieran la resistencia más grande a la invasión española, a principios del siglo XVIII.
Lo mismo, durante el período colonial en América Latina, en la lucha por la Independencia que se asocian nombres de mujeres como Ana de Tarna, María Gregoria, Juana Moreno, Micaela Bastidas Puyuqawa, Tomasa Tito Condemayta, Bartolina Sisa, Cecilia Tupac Amaru.
A partir de la Independencia, la construcción del Estado nación fue lograda, en parte, también por la participación de las mujeres, como fueron, entre otras, Juana de Azurduy, en Alto Perú, a la cual la historia refiere como la máxima heroína de la Independencia de América. Pero, en este orden, destaca el compromiso de Manuela Sáenz, a la lucha bolivariana, o de Pancha Carrasco, en la gesta nacional contra los filibusteros en Costa Rica y en Centroamérica.
El siglo XIX fue, también, el siglo del impacto de la Independencia de las colonias inglesas y de la Revolución norteamericana, de la Revolución francesa, de sus ideales, su republicanismo, sus valores de libertad, igualdad y fraternidad, de la Ilustración, el Iluminismo y el Enciclopedismo, de las revoluciones de Independencia en la América española, de las revoluciones europeas de 1820, 1830 y 1848; del industrialismo en Europa y Estados Unidos, particularmente, haciendo surgir la clase obrera, y con ella las luchas sociales por mejorar las condiciones de trabajo y de seguridad e higiene ocupacional, así como los seguros sociales a finales de ese siglo. Del mismo modo, fue el origen de las organizaciones laborales y sus luchas, las sociedades de socorros mutuos, de mutuo auxilio, ayudas mutuas, las Fraternelles, el cooperativismo, las sociedades de trabajadores, de artesanos y de obreros, las primeras asociaciones sindicales, la I y la II Internacional obreras; las luchas cartistas, ludistas y las propiamente sindicales. Es el siglo del surgimiento de la clase obrera organizada con sus partidos obreros, socialistas, socialdemócratas, anarquistas, con referencia al Manifiesto Comunista, de 1848, los revolucionarios de distintos tipos o denominaciones, junto a los partidos liberales, y al final del siglo de los movimientos socialcristianos al calor de la Encíclica Rerum Novarum.
Un siglo de grandes luchas, entre ellas, las luchas por la rebaja de la jornada de trabajo a 8 horas, lo que se logra entre 1886 y 1890, de manera más generalizada, gracias a las grandes jornadas de lucha del movimiento obrero de los Estados Unidos, en Chicago, y de las luchas obreras en Europa.
Fue también el tiempo del inicio de las luchas políticas y electorales donde las mujeres se movilizan para que se les reconozcan sus derechos políticos, a la par de las reivindicaciones obreras y laborales.
Así, el origen del Día de la Mujer se remonta a los movimientos y luchas obreras del siglo XIX y principios del XX, principalmente en Estados Unidos y Europa.
En el contexto de industrialización temprana de las fábricas, de los trabajadores, que incluían mujeres y niños, sin grandes distinciones con el trabajo de los hombres, se celebraron sucesivas manifestaciones para exigir mejores condiciones de trabajo y salarios, jornadas laborales más cortas y la prohibición del trabajo infantil.
A las pocas semanas de la publicación del Manifiesto Comunista, en los días del 19 al 20 de julio, de 1848, nace el movimiento sufragista en la primera Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer, llamada Convención de Seneca Falls, que produjo el documento conocido como «Manifiesto de Seneca Falls», que se considera la primera convención por los derechos de la mujer, que se celebró en los Estados Unidos, donde participaron 300 activistas por los derechos de la mujer, cuya declaración final fue firmada por más de 100 mujeres. En 1848, las norteamericanas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott protestaron contra el impedimento que tenían de hablar en público, y en una convención que trataba la abolición de la esclavitud, acto que se asocia al origen del movimiento feminista de los Estados Unidos.
En marzo de 1857, una ola de huelgas masivas recorrió el Estado de Nueva York, en Estados Unidos. La industria textil se nutría de la explotación esclavista de la población afrodescendiente en los campos algodoneros del Sur, y explotaba a les trabajadores del Norte con jornadas de más de 10 horas diarias.
El 8 de marzo, de 1857, las obreras de New York fueron brutalmente reprimidas, al luchar por mejores condiciones de trabajo, aumento de salarios y rebaja de la jornada de trabajo a 10 horas diarias.
Fue una lucha política para poder influir en la determinación y en la decisión del gobierno de fijar salarios, jornadas y condiciones de trabajo.
En esos mismos días, en 1858, Emmeline Pankhurst, activista política británica y líder del movimiento sufragista, levantó banderas de participación política. Manifestó. «No queremos quebrantar las leyes, queremos redactarlas y refrendarlas».
La situación de las mujeres trabajadoras se agravaba. Se agitaban sus condiciones de vida y de trabajo. A las luchas obreras y las grandes jornadas de las 8 horas de Chicago, de 1886 y 1890, siguieron las luchas obreras y las luchas políticas de las mujeres.
En 1893, en Nueva Zelanda, se autoriza el derecho al voto de las mujeres, y el 28 de noviembre de 1893, Elizabeth Yates se convierte en la primera alcaldesa en el mundo, electa popularmente.
En Inglaterra, igualmente, aparecen las suffragettes, que eran las activistas por los derechos civiles, lideradas por Emmeline Pankhurst, que van a llevar el feminismo, en Inglaterra y Estados Unidos, al terreno del activismo por la igualdad de derechos frente al Estado.
Las luchas del momento, la discusión que giraba en torno a la eliminación de la esclavitud, va a influir en el futuro del movimiento feminista, estableciéndose una correlación entre la lucha por la abolición y la lucha por los derechos de la mujer: muchas de las líderes de esta segunda corriente son esposas de líderes abolicionistas.
Lograda la abolición se producen contactos estrechos entre las feministas y las mujeres negras, en las que destaca Sojourner Truth. Con la abolición de la esclavitud no se igualó la raza, el género, por lo que las luchas feministas electorales siguieron su propio camino.
La lucha desarrollada por las mujeres trabajadoras, en Europa y Estados Unidos, por obtener mejores condiciones de trabajo, era impulsada bajo las banderas de los partidos socialistas y comunistas ya existentes.
En 1900, las mujeres alemanas hicieron una serie de peticiones al Reichstag para exigir el acceso a la universidad y a la posibilidad de presentarse a oposiciones.
En 1903, surgió la Liga Sindical Femenina, una organización de trabajadoras asalariadas estructurada por mujeres socialistas, sufragistas y profesionales liberales norteamericanas. El último domingo de febrero, de 1908, las mujeres de esta Liga Sindical celebraron una manifestación denominada «Día de la Mujer», reivindicando el derecho al voto y mejores condiciones laborales. El acto se repitió al año siguiente en Manhattan donde se reunieron 2000 personas.
En 1907, en Austria, los landstag deciden establecer el voto general y obligatorio.
El 8 de marzo de 1908, 146 mujeres trabajadoras de la fábrica Cotton, de Nueva York, protestaban por los bajos salarios y las malas condiciones laborales, manteniéndose en la fábrica hasta que se lograran sus peticiones. El dueño no aceptó estas protestas laborales, cerró las puertas de la fábrica y le prendió fuego a las instalaciones con las mujeres en su interior, quemándose todas ellas.
A finales de marzo, el 25 de marzo de 1911, en Estados Unidos se produjo incendio que asoló la fábrica Triangle Blouse Company, en Nueva York, en él murieron casi 150 mujeres, muchas de ellas inmigrantes, lo que tuvo una gran resonancia mundial en las legislaciones obreras, y en los propios Estados Unidos. El día del incendio, algunas puertas de la fábrica, que ocupaba los tres pisos superiores de un edificio de diez plantas, estaban cerradas para impedir que los trabajadores salieran a la huelga. Murieron 146 personas de las cuales 125 eran mujeres y 21, hombres. Se dijo que el humo que expedía el edificio en llamas era de color morado por los tejidos que se usaban en la fábrica textil, motivo por el cual el color morado se usa, en las marchas del 8 de marzo, como símbolo que recuerda a estas mujeres y su lucha.
Las líderes del Partido Socialista de los Estados Unidos, antecedente del Partido Comunista de ese país, que se funda en 1919, como Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt, organizan actos de solidaridad y en conmemoración de las luchas de las trabajadoras textileras de Chicago, que en 1908 exigían la reducción de la jornada de trabajo, mejores salarios y mejores condiciones de trabajo, junto con la reivindicación del sufragio.
Entre noviembre de 1909 y febrero de 1910 se produjo la huelga de las camiseras conocida como el Levantamiento de las 20,000. La huelga fue dirigida por Clara Lemlich y apoyada por la Liga Nacional de Sindicatos de Mujeres Estados Unidos. Su lucha fue por reducir la jornada laboral, obtener mejores salarios y lograr derechos políticos, como el voto.
Una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América, del día 28 de febrero, originó el primer Día Nacional de la Mujer, tradición que se siguió celebrando el último domingo de febrero, hasta el año 1913. El Comité Nacional de la Mujer de EE. UU. fue el que recomendó establecer el último domingo de febrero a favor del sufragio femenino.
En 1910, en Copenhague, Dinamarca, se reunió la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, que era la organización que representaba a las mujeres de los partidos socialistas, de los partidos obreros socialistas, de los partidos obreros socialdemócratas y de los partidos laboristas, y de una variedad de organizaciones de mujeres, que pertenecían o estaban vinculadas a la II Internacional Socialista, originalmente fundada por Carlos Marx, en 1864, conocida como la I Internacional, que luego evolucionó a la II Internacional, en la década de 1870, que duró hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, que la desintegró por las divisiones causadas en torno al papel que debían tener los trabajadores frente a la Guerra Mundial.
Las luchas principales de esta organización internacional de mujeres giraban alrededor de la igualdad de género y de los derechos de las mujeres. La dirigente comunista Clara Zetkin dirigía esta asociación internacional, desde 1907, cuando se había constituido su Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas.
En esta II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se realiza la Proclamación del Día Internacional de la Mujer, en Copenhague. Con esta proclamación se reiteró la demanda del sufragio universal y se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
En esta reunión, de Copenhague, Clara Zetkin y Kathy Duncker, dirigentes del Partido Socialista alemán, propusieron que se celebrara un Día Internacional de la Mujer Trabajadora, lo que se hizo en solidaridad con la lucha de las trabajadoras de Estados Unidos. En este Congreso se destacaron otras mujeres socialistas y comunistas, Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya, la esposa de Vladimir Lenin, e Inessa Armand.
La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia con más de 100 mujeres procedentes de 17 países. Esta Conferencia Internacional de Mujeres, existe hoy como una Organización No Gubernamental, que reúne 150 asociaciones de mujeres de todo el mundo y forma parte del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
La propuesta recuperaba la lucha de las mujeres estadounidenses e iniciaba la lucha feminista y socialista, que tendría como bandera los derechos laborales y políticos de las mujeres.
Como Día Internacional se empezó a celebrar en 1911, un 19 de marzo ese año en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
En 1913-1914, en el marco de los movimientos pro de la paz, que surgieron en vísperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913, de conformidad a calendario juliano que todavía tenían. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
En la Rusia pre revolucionaria lo empezaron a celebrar en 1913, el último domingo de febrero, y a partir de 1914, en Rusia, Alemania y Suecia se unificó la celebración al 8 de marzo, como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, también para protestar contra la guerra, a la que estaban siendo arrastrados los países europeos.
En Rusia, en el año revolucionario de 1917, aprovechando las luchas obreras de inicio de año, y del proceso democrático revolucionario de febrero de 1917, se celebró el 8 de marzo.
Con el triunfo de la Revolución Socialista de octubre de 1917, Lenin le asignó un importante reconocimiento al papel de la mujer en la lucha política, y en la lucha por el socialismo.
En 1917, ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de «pan y paz», parte de las tres principales consignas revolucionarias que agitaba Lenin en esos días. La tercera consigna era «tierra», las cuales se llevaron a la ejecución con los tres primeros decretos de la Revolución Rusa de octubre, en 1917. Unas 90,000 trabajadoras se manifestaron contra las malas condiciones de trabajo, el hambre, la participación rusa en la Primera Guerra Mundial.
Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. A los cuatro días de la huelga, el zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Esta lucha de las mujeres rusas fue considerada como uno de los primeros momentos de la Revolución bolchevique.
Con la Revolución, las mujeres conquistaron en Rusia derechos que los estados capitalistas negaban a sus compañeras. El sufragio y el derecho para participar en política, el aborto legal libre y gratuito, el derecho al divorcio y al reconocimiento de los niños nacidos fuera del matrimonio, la despenalización de la homosexualidad.
El 23 de septiembre de 1919 Lenin hizo un importante discurso donde trazó «Las tareas del movimiento obrero femenino en la República Soviética». Allí señaló que «todavía la situación de la mujer sigue siendo penosa debido a sus tareas domésticas. Para lograr la total emancipación de la mujer y su igualdad real y efectiva con el hombre, es necesario que la economía nacional sea socializada y que la mujer participe en el trabajo general de producción. Entonces sí la mujer ocupará el mismo lugar que el hombre». Claro está, señalaba Lenin:
Aquí no hablamos de igualar a la mujer con el hombre en lo que se refiere a la productividad del trabajo, la cantidad de trabajo, la duración de la jornada, las condiciones de trabajo, etc.; sostenemos que la mujer no debe, a diferencia del hombre, ser oprimida a causa de su posición en el hogar. Todas ustedes saben que incluso cuando las mujeres gozan de plenos derechos, en la práctica siguen esclavizadas, porque todas las tareas domésticas pesan sobre ellas. En la mayoría de los casos las tareas domésticas son el trabajo más improductivo, más embrutecedor y arduo que pueda hacer una mujer. Es un trabajo extraordinariamente mezquino y no incluye nada que de algún modo pueda contribuir al desarrollo de la mujer.
En la búsqueda del ideal socialista, luchamos por la realización total del socialismo, y en este camino se abre un amplio campo de acción para la mujer. Nos disponemos ahora a emprender concretamente la tarea de desbrozar el terreno para la construcción del socialismo, y la edificación de la sociedad socialista solo comienza allí donde, después de haber logrado la igualdad completa de la mujer, abordamos las nuevas labores junto a ella, libre y de esas faenas mezquinas, embrutecedoras e improductivas. Y estas labores nos ocuparán durante muchos, muchísimos años.
Decimos que la emancipación de los obreros debe ser lograda por los obreros mismos, y ocurre otro tanto con la emancipación de las mujeres trabajadoras: debe ser fruto de su propio esfuerzo. Las trabajadoras deben preocuparse de desarrollar las instituciones a que nos referimos, y esta actividad de la mujer conducirá a hacer cambiar radicalmente la situación que ocupaba en la sociedad capitalista.
Para poder intervenir en política, en el viejo régimen, capitalista, se requería una preparación especial, de modo que el papel de las mujeres en la vida política era insignificante incluso en los países capitalistas más avanzados y libres. Nuestra tarea es lograr que la política sea accesible a toda mujer trabajadora.
En 1921, Lenin, de nuevo abordó el tema de las mujeres el 8 de marzo, en la celebración de esta fecha. Enfatizó en que «bajo el capitalismo, la mitad femenina del género humano esta doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital y, además, incluso en las repúblicas burguesas más democráticas no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar, y, en segundo lugar —lo que es más importante—, permanecen en la «esclavitud casera», son «esclavas del hogar», viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y embrutecedora: la de la cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual». A propósito de la jornada de trabajo 4-3 que se quiere imponer, estas reflexiones de Lenin siguen cobrando gran actualidad.
La Revolución rusa, como parte de su lucha por la liberación y la igualdad de la mujer, estableció, por iniciativa de Alexandra Kollontai, que había sido nombrada Comisaria del Pueblo para la Asistencia Pública, el voto de la mujer, el divorcio y el aborto legal, y que se estableciera en Rusia el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. A partir de aquí se empezó a celebrar en distintos países, al impulso también de la III Internacional, organización que impulsó Lenin para desarrollar partidos comunistas y organizaciones sindicales.
En 1918, en Inglaterra, se regula el voto para mujeres mayores de 30 años y poseedoras de una casa. En 1928, la edad para votar se equipara a la de los hombres. Por su parte, en Estados Unidos, la Decimonovena Enmienda de 1920 otorga derecho al voto en todos los estados del país.
Junto al derecho al voto, la lucha feminista tuvo como objetivo los derechos educativos.
Desde 1922 hasta 1975 se institucionalizó el Día Internacional de la Mujer en el contexto de las luchas socialistas y comunistas en todo el mundo. A partir de 1975, con apoyo de la ONU se celebra en todo el mundo. En 1922 en China se celebra este día. En 1924, el 10 de mayo, Ecuador estableció el sufragio femenino.
En España, en 1936 impulsado bajo el período de la II República, por la dirigente comunista Pasionaria, Dolores Ibarruri, se empezó a celebrar el 8 de marzo. En Costa Rica el Partido Comunista, fundado en 1931, se inició la celebración de esta fecha.
Con la Constitución de las Naciones Unidas se abrió un escenario para atender a nivel internacional la situación de las mujeres. Desde el 24 de octubre de 1945 las Naciones Unidas han consagrado el desarrollo y promoción de «las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión»; de la igualdad de derechos de mujeres y hombres como aspecto fundamental de su razón de ser. En la sesión inaugural de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Londres, Reino Unido, Frieda Dalen de Noruega se convirtió en la primera mujer delegada en intervenir y Eleanor Roosevelt, de los Estados Unidos de América, pronunció su célebre «Carta abierta a las mujeres del mundo» en la que las llamó a participar más en los asuntos nacionales e internacionales.
Como parte de su atención la ONU creó una comisión funcional del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), como el primer organismo intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, organismo que ha sido decisivo para supervisar la condición de los derechos de las mujeres en todo el mundo y definir los estándares internacionales sobre igualdad de género. La Comisión reúne a Estados Miembros, a organizaciones de la sociedad civil y diversas entidades.
En diciembre de 1947, la Asamblea General aprobó una resolución por la que se proclamaba el Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, que los Estados Miembros deben observar todos los días del año, en conformidad con su tradiciones históricas y nacionales. Así se dio, el 10 de diciembre de 1948, la histórica Declaración Universal de Derechos Humanos como el primer reconocimiento mundial de que existen derechos inalienables y libertades fundamentales que se aplican a todos los seres humanos.
En 1952 la ONU aprobó la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, donde se estableció que las mujeres tienen derecho a votar en todas las elecciones, en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna, que las mujeres tienen derecho a ser elegidas para puestos públicos de elección, en igualdad de condiciones que los hombres y sin discriminación, y que tienen derecho a ejercer puestos públicos y toda función pública.
En 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 3010, declaró a 1975 «Año Internacional de la Mujer».
En 1975, la ONU comenzó a celebrar el ocho de marzo, como el Día Internacional de la Mujer.
En México, en 1975, del 19 de junio al 2 de julio tuvo lugar la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, donde se formuló el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz a fin de implementarlo, 1976-1985, un plan de acción para la promoción de la mujer.
En 1977, la Asamblea General de la ONU proclamó el ocho de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, lo que oficializó, para los países, este día dentro de sus calendarios. Así, la ONU reconoció los orígenes de las luchas de las mujeres que, en Europa, y Estados Unidos, reclamaban a comienzos del a finales del siglo XIX y principios del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos.
En 1979, la ONU aprobó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, conocida como «Declaración de Derechos de la Mujer», que es el instrumento jurídico internacional más exhaustivo para proteger los derechos humanos de las mujeres. Aquí se define el significado de discriminación contra las mujeres y establecen obligaciones legales para los países que forman parte de ella con el objetivo de poner fin a esta discriminación; se exige que los Estados Miembros eliminen la discriminación contra las mujeres en la esfera pública y privada, incluido el ámbito familiar, y se propone alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, tanto en las leyes como en la vida real. Se indica también que la discriminación contra la mujer viola los principios de igualdad de derechos y el respeto de la dignidad humana. Con relación al matrimonio y las relaciones familiares, se faculta a las mujeres a elegir libremente el cónyuge y a contraer matrimonio con su pleno consentimiento; otorga igualdad de derechos y responsabilidades durante el matrimonio y como progenitoras, a decidir libre y responsablemente el número de hijos, a elegir su apellido, a la vez que garantiza los mismos derechos en materia de propiedad y administración de bienes.
En 1984 el Convenio Internacionales por la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, fue ratificado por Costa Rica.
En materia de derechos reproductivos, la ONU, junto con la Organización Mundial de la Salud, ha reconocido la salud reproductiva como «..un estado general de bienestar físico, mental y social», y reconoce que la salud reproductiva supone la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, la capacidad de procrear y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia, y el derecho básico de cada pareja, e individuo, a decidir con libertad y responsabilidad el número, frecuencia y tiempo de sus hijos y a tener la información y medios para hacerlo, así como el derecho de todos de tomar decisiones acerca de la reproducción, sin discriminación, coerción ni violencia.
El reconocimiento de estos derechos es un logro importante de las organizaciones de mujeres de todo el mundo, a pesar de la fuerte oposición de los fundamentalistas religiosos, como los que existen en Costa Rica.
En 1994 se había constatado que por lo menos tres mujeres y niñas sufren violencia a lo largo de su vida, lo que constituye una de las violaciones de los derechos humanos más generalizadas que las Naciones Unidas deben priorizar.
En la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, en El Cairo, Egipto, en 1994, se reafirmó que el cumplimiento de los derechos de las mujeres y las niñas como un motor fundamental del desarrollo sostenible, y situó el empoderamiento de las mujeres en el centro del desarrollo, considerando el derecho de las mujeres y las parejas a controlar su propia fertilidad como el núcleo fundamental de las políticas y los programas sobre población. Este año, 1994, se reconoció el Día Internacional de la Mujer en los Estados Unidos.
Del 4 al 15 de septiembre de 1995 se realizó la Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, en Beijing, China, donde acudieron 17,000 participantes y 30,000 activistas, la cifra más alta del mundo en reuniones de este tipo. Las tres conferencias anteriores se organizaron en Ciudad de México (1975), Copenhague (1980) y Nairobi (1985). En China 189 países aprobaron por unanimidad una referencia progresista a favor del empoderamiento de las mujeres.
En septiembre del 2000 se dio la Cumbre del Milenio donde se proclamó la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, con ocho objetivos diseñados para reducir la pobreza extrema con plazos y una fecha límite de 2015. Entre ellos el Objetivo 3 insta específicamente a fomentar la igualdad de género y el Objetivo 5 a mejorar la salud materna. En el 2015 la ONU había conseguido comprobar que la vida de las mujeres y las niñas en casi todas las regiones en desarrollo había alcanzado la paridad de género en la educación primaria, y los índices de mortalidad materna habían disminuido en un 45 por ciento.
En octubre del 2000 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1325 reconociendo que la guerra afecta a las mujeres de manera diferente e instaba a que las mujeres sean parte fundamental de la prevención, la gestión y la resolución de conflictos. Desde entonces, se han aprobado seis resoluciones más de apoyo —1820, 1888, 1889, 1960, 2106 y 2122—, atendiendo diversos matices, entre ellos, el reconocimiento de la violencia sexual como táctica de guerra hasta la disposición de un sistema de rendición de cuentas con el objetivo de implementar medidas más firmes que permitan a las mujeres participar en la resolución de conflictos y en la recuperación.
En julio del 2010 la ONU crea la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) para acelerar el progreso en la atención de las necesidades de las mujeres y las niñas de todo el mundo.
En el 2011 la ONU, considerando las violaciones de derechos humanos sufridas por la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero, aprobó la primera resolución de las Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género, y en el 2014 sobre vulnerabilidad ante la exclusión social o la violencia, como, por ejemplo, las «violaciones correctivas», las agresiones y la negación de servicios básicos, entre ellas las prácticas nociva como la mutilación genital femenina, que afecta hoy a más de 230 millones de mujeres y niñas que sobreviven a la mutilación genital, solo en África más de 144 millones, en Asia 80 millones, y en Oriente Medio 6 millones, en una totalidad de 31 países que realizan esta práctica. En países como Somalia, Guinea y Yibuti más del 90% de mujeres sufren esta práctica.
En el 2013 la ONU aprobó el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos (C189) en materia de derechos laborales entra en vigor, ofreciendo a las trabajadoras y los trabajadores domésticos —en su mayoría mujeres— los mismos derechos laborales básicos que al resto de trabajadoras y trabajadores. Desde la aprobación del Convenio 22 países han aprobado leyes que mejoran los derechos sociales y laborales de las trabajadoras y los trabajadores domésticos.
Este tratado de derechos humanos de las Naciones Unidas es el más ratificado después de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Todavía queda mucho pendiente. Diariamente 800 mujeres mueren por causas relacionadas con el embarazo que podrían evitarse; una de cada tres mujeres sufre violencia física o sexual; las mujeres ocupan únicamente el 22 por ciento de escaños parlamentarios y actualmente representan más del 60 por ciento de la población analfabeta del mundo.
El 8 de marzo de 2017, se produjo el Primer Paro Internacional de Mujeres para visibilizar la violencia machista en todas sus formas y expresiones: sexual, social, cultural, política y económica.
En Costa Rica se desarrollaron distintos grupos de mujeres y luchadoras, en distintos frentes, incluido el político, como lo fueron las mujeres sufragistas durante las décadas de 1910 y 1920, las mujeres opositoras a los gobiernos de Rafael Ángel Calderón Guardia y Teodoro Picado, y las mujeres organizadas a favor de los presidentes de la Reforma Social, en los años de 1940-1948.
La sociedad costarricense antes de 1949 era muy excluyente. Durante todo el siglo XIX hasta 1913 el voto era público, indirecto y de segundo grado, sin participación de mujeres, lo que se logró hasta 1949. En 1890 el presidente José Joaquín rodríguez planteó la posibilidad de reconocer el voto de las mujeres, sin que se lograra, por la participación que habían tenido en los sucesos del 7 de noviembre de 1889, cuando se movilizaron, junto a los hombres para evitar un posible fraude electoral.
Durante el período de 1890 a 1910 se dieron luchas por la ciudadanía femenina y sobre los derechos políticos de las mujeres, ante el Congreso de la República. Entre 1890 y 1949 se presentan catorce proyectos a la Asamblea Legislativa para otorgarle o reconocerle a las mujeres el derecho al voto.
En 1923, siguiendo los movimientos internacionales se constituyó la Liga Feminista.
En 1925 se intenta aprobar, en el Congreso de la República, el reconocimiento del voto de la mujer, obteniéndose un resultado de 15 diputados a favor y 24 en contra.
El 20 de junio de 1949 en la Asamblea Nacional Constituyente se aprueba el reconocimiento del voto de la mujer. Se universaliza el voto. Se amplía y fortalece el proceso democrático. 33 diputados votaron a favor; 8 lo hicieron en contra.
Por primera ejercen el derecho al sufragio las mujeres en Costa Rica en un plebiscito distrital, de 1951, durante el gobierno de Ulate, para decidir en La Tigra y La Fortuna de San Carlos a cuál cantón pertenecían: si a San Ramón o San Carlos. Fue Bernarda Vázquez Méndez la primera mujer en ejercer y Amelia Alfaro Rojas, la segunda.
A partir de 1953 participan en procesos electorales nacionales. Las tres primeras diputadas fueron, ese año, María Teresa Obregón, Ana Rosa Chacón y Estela Quesada, todas del PLN. En 1998 fueron electas 11 mujeres. Hoy hay 26 de 57 diputadas.
Cada situación de estas, voto directo y secreto, significó mayor desarrollo de la democracia, más participación ciudadana y, menos control oligárquico del poder.
Sobre las mujeres se ejercía presión social y cultural para excluirlas de la vida política. Se les señalaba que su lugar era el corazón del hombre; el hogar y la maternidad; no la política.
En la primera década del siglo XX, se decía que la participación de la mujer en la coeducación conducía a la masculinización de las mujeres y a la feminización de los hombres.
Se afirmó que con la incorporación de la mujer a la política la familia se dividiría y debilitaría.
La universalización del voto en Costa Rica no fue solo una estrategia de los distintos partidos políticos por fortalecer su poder y ampliar el número de electores. Fue el resultado de una lucha democrática y de mayor participación ciudadana.
En la vida ciudadana y democrático las mujeres han tenido un papel destacado. Lucharon contra dictaduras y gobiernos que se consideraron antidemocráticos.
En la década de 1920 se discutió si las mujeres debían constituir un movimiento único de lucha política (las feministas) o, si debían participar más ampliamente, junto a los hombres en todas las luchas sociales, como lo proponía Carmen Lira.
En la década de 1940 en algunos acontecimientos especiales destacan las mujeres organizadas políticamente: en las Jornadas de mayo del 43, en contra de reformas electorales propuestas por Calderón que se consideraban facilitadoras de fraude electoral; el 2 de agosto de 1947 cuando las mujeres de la oposición culminan las luchas de la Huelga de Brazos Caídos con una marcha a la Casa Presidencial donde son reprimidas, con la organización que impulsa el partido comunista, Vanguardia Popular, la Unión de Mujeres del Pueblo en 1947, después llamada Alianza de Mujeres Costarricenses, y en la guerra civil de 1948 cuando las mujeres luchan en ambos bandos políticos, especialmente en la parte logística de la retaguardia de los combates.
En el escenario político electoral, y organizativo, los partidos políticos costarricenses han creado sus frentes femeninos, muy débiles, y que funcionan más para períodos electorales.
Para esos años el Partido Comunista había impulsado su frente femenino y en la década de 1950 hizo surgir la Alianza de Mujeres Costarricenses, donde destacaron, entre otras, Luisa González y Alicia Albertazzi, y bajo su conducción se celebró el 8 marzo como Día Internacional de la Mujer.
En las décadas de 1970 y 1980 en el país los gobiernos atendieron cada vez más políticas de mujeres, especialmente cuando la ONU acogió esta fecha como parte de sus celebraciones anuales e internacionales.
Bajo el primer Gobierno de Oscar Arias Sánchez, en 1986-1990, se desarrollan las leyes más importantes que dinamizan y aceleran la mayor participación e igualdad de la mujer en Costa Rica. Otras leyes son: la de Promoción de la Igualdad Real de la Mujer, de 1990; la Ley contra la Violencia Doméstica, de 1996; la creación del Instituto nacional de Mujeres, en 1998; la Ley de Penalización contra la Violencia de la Mujer, de 1977. En materia electoral se avanzado muchísimo hasta obligar a la paridad vertical y horizontal de candidaturas políticas.
Hoy hay en el país más de 200 organizaciones de mujeres, de diversa naturaleza, que expresan la riqueza de su presencia, aunque muchas de estas organizaciones son más de papel que de la realidad. No se sienten en esta fecha del 8 de marzo, ni se vinculan a las luchas históricas y políticas que originaron esta fecha, ni se ven ni se sienten cotidianamente, ni se movilizan, alrededor de las luchas políticas actuales de las mujeres.
El 8 de marzo debe servir para reflexionar sobre el papel de las mujeres en la vida política, social, económica, cultural, educativa, y especialmente en el papel familiar, y de las nuevas familias, que hoy existen.
La celebración del Día Internacional de la Mujer debe servirnos para impulsar las reformas legislativas que eliminen las trabas que puedan existir para la mejor realización de las mujeres costarricenses, con plenitud de todos sus Derechos y con garantía de los Derechos Humanos de las Mujeres.
El 8 de marzo es un día internacional y nacional de lucha. No es un día de fiesta. Es un día de lucha en tanto todavía haya restricciones, exclusiones, discriminaciones, violencias, opresiones de todo tipo, ejercidas contra las mujeres.
Es un día de lucha para procurar que las mujeres y las niñas tengan el derecho al disfrute pleno, y en las condiciones de igualdad de todos sus Derechos Humanos, para vivir libres de todas las formas de discriminación y violencia.
Los 8 de marzo nos obligan a repasar las jornadas heroicas de las mujeres obreras en sus luchas reivindicativas para exigir y arrancar mejores condiciones de vida y trabajo al voraz sistema opresor, machista, misógino, del capitalismo explotador, cuya lógica es absolutizar la ganancia por encima de cualquier otra condición.
Los convenios e instrumentos jurídicos internacionales, lamentablemente, en muchos países siguen siendo letra muerta y son ineficaces en sus alcances.
El impacto de esta lucha y significado del Día Internacional de la Mujer hace que hoy todos los problemas de nuestra vida diaria se traten desde la perspectiva de las mujeres y se valore de modo más fuerte su importante presencia en todos los ámbitos de la sociedad.
La legislación costarricense ha avanzado notablemente en este sentido, así como gran cantidad de instituciones y organizaciones, de diversa naturaleza, que se han desarrollado con relación a las mujeres, pasando desde las organizaciones precursoras, como la Unión de Mujeres Carmen Lira y la Alianza de Mujeres Costarricenses hasta la Agenda Política de Mujeres Costarricenses, la Defensoría de la Mujer y el Instituto Nacional de la Mujer.
Los Derechos Humanos de las mujeres a la Educación, a la Salud, al Desarrollo, al Trabajo, a la Participación Política, a una Vida Libre de Violencia, a sus Derechos Sexuales y Reproductivos, debe ser realidades y no letras en papel.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una jornada que, para muchos, significa simplemente rendir homenaje y hacer regalos a las mujeres, descontextualizada de las luchas que originaron este día. Es una fecha celebrada desde hace más de un siglo marcada por la lucha, los fuertes movimientos de reivindicación política y laboral, por huelgas, marchas y persecuciones y por muertes y represión de mujeres que se movilizaron por estos derechos.
Como fecha internacional declarada por las Naciones Unidas, en todos los países miembros, entre ellos Costa Rica, uno de los países fundadores de la ONU, se celebra oficialmente desde 1975. Antes de esta fecha era una celebración de las fuerzas comunistas, socialistas, anarquistas y revolucionarias, y de movimientos políticos que se sumaban a recordar cada 8 de marzo las luchas de las mujeres que en Europa originaron, con sus causas, esta fecha, y con la que esos partidos y movimientos se identificaban y defendían.
La fecha del 8 de marzo está asociada a las luchas revolucionarias de la clase obrera, de la mujer obrera y trabajadora, y en paralelo a ellas, las luchas sufragistas de las mujeres.
Para las fuerzas revolucionarias, comunistas y socialistas, la emancipación de la mujer se daba simultáneamente, con la emancipación de toda la clase obrera.
La lucha por la igualdad de la mujer en todos los órdenes, incluido el electoral, se debía lograr en la lucha total, en la lucha emancipadora que enarbolaban los comunistas como lucha social y política, lado a lado, hombres y mujeres, trabajadores y trabajadoras. Por eso el Partido Comunista de Costa Rica, al proclamar su Programa Político, recién fundado, en 1931, propuso la igualdad política de la mujer.
Costa Rica tiene más mujeres que hombres, 2,638,345 mujeres, el 17.6% menores de 12 años, el 34.9 % entre los 13 y 35 años, el 36.4% entre los 36 y 64 años y un 11.1% mayores de 65 años. En extrema pobreza viven 8.5%, en pobreza 17.1%, con escuela primaria completa o menos hay un 42.1%, con estudios secundarios incompletos hay 15.4% y fuera de la fuerza laboral 52.4%. La tasa de desempleo afecta más a las mujeres, 9%, que a los hombres, 7.5%; en el subempleo las mujeres son el 6.8% y los hombres el 4.2%; aseguradas pro-trabajo están un 70.8% mientras los hombres tienen una cobertura del 73.5%.
En Costa Rica todavía nos falta mucho que logar y qué ganar.
Sojourner Truth, abolicionista y activista por los derechos de la mujer nacida en la esclavitud.Manifestaciones del Día Internacional de la Mujer alrededor del mundo.Lucretia Mott, abolicionista y defensora de los derechos de la mujer que pasó a la historia por participar en la organización de la Convención de Seneca Falls.Manifestaciones del Día Internacional de la Mujer alrededor del mundoEmmeline Pankhurst, activista política británica y líder del movimiento sufragista, el cual ayudó a las mujeres a ganar el derecho a votar en Gran Bretaña.Manifestaciones del Día Internacional de la Mujer alrededor del mundo.
Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)
Minutos antes de lo inevitable, una funcionaria de los servicios de migración del gobierno mexicano ordenaría no abrir las compuertas de un lugar donde permanecían hacinadas, cansadas y asustadas, más de 40 personas migrantes provenientes de varios países de Centro y Suramérica.
Ocurrió el 27 de marzo de 2023 en una estación migratoria ubicada en Ciudad Juárez, fronteriza entre México y Estados Unidos.
Lo verdaderamente insólito del hecho es que las imágenes reveladas de las cámaras de seguridad del lugar mostraron la pasividad, aún más, la lesividad con que varios funcionarios del centro abordaron la tragedia.
Ante los gritos desesperados de personas que ya sentían el calor y la asfixia de un incendio provocado por la quema de unos colchones en protesta ante las condiciones inhumanas de detención (sin agua, sin alimentación y con un grado de hacinamiento sumo), las personas encargadas mostraron desidia, omisión, desinterés.
Luego se conocería, en los pocos datos que va arrojando la investigación en curso, que la actitud de los funcionarios respondía a una supuesta orden emanada por la encargada de la estación migratoria, en respuesta a las actitudes de protesta de las mismas personas migrantes.
En tiempos en que la necropolítica se superpone a cualquier forma de gestiónde la esperanza, es necesaria una rápida acción de la empatía y el abrazo como políticas afirmativas. Esto empieza por nombrar, desde la memoria, lo ocurrido.
Este 27 de marzo prendamos luz por esas almas que no tuvieron escapatoria y murieron en medio del humo que les abrazó sin tregua. Mientras más gente siga terminando sus vidas de esta manera habremos fracasado como civilización.
La Defensoría de los Habitantes dará seguimiento a la situación suscitada en el Territorio Indígena de China Kichá, donde se registraron incendios que afectaron cultivos y terrenos de la zona.
Como parte de las labores de seguimiento, el pasado 07 de marzo anterior, personal de la Defensoría efectuó una inspección y verificación en las zonas afectadas en conjunto con representantes del Sistema de Naciones Unidas en el país.
Aunado a ello, mediante oficio DH-DIND-228-2024, se solicitó al Ministro de Justicia y Paz, Gerald Campos Valverde, un detalle de las acciones a emprender por esa cartera a efecto de atender la situación. También se solicitó conocer quiénes serán las personas responsables por parte de esa cartera y el plazo para la ejecución de medidas. A su vez se pidió saber el nivel de coordinación interinstitucional.
Ante esta gestión de la Defensoría, el Ministerio de Justicia indicó sobre las coordinaciones interinstitucionales efectuadas, las cuales incluyeron la participación de la Fuerza Pública, Cuerpo de Bomberos, DINADECO, INDER, Fiscalía del I Circuito Judicial de Pérez Zeledón y el Organismo de Investigación Judicial.
Se indicó a esta Defensoría que ya está definida la hoja de ruta, de tal manera que, en un plazo de 15 días, cada institución presente a Justicia un informe de lo actuado de acuerdo con sus competencias y recabe información para la toma de decisiones, plazo que vence el próximo 27 de marzo del 2024. La Defensoría de los Habitantes dará seguimiento al cumplimiento de los compromisos, a fin que se garantice el bienestar de las y los habitantes del territorio indígena de China Kichá.
Oficina de Comunicación Institucional Defensoría de los Habitantes