Ir al contenido principal

Etiqueta: desarrollo económico local

De las traiciones y aranceles a los tractores y Hilux

JoseSo (José Solano-Saborío)

¿Doble tracción o doble moral?

Desde mi perspectiva como consultor de proyectos de desarrollo económico local, en especial en territorios fuera del Gran Área Metropolitana, observo con preocupación cómo se van agrietando los puentes entre el gobierno y las comunidades que sostienen la economía rural de este país y que desde siempre han llevado sobre su espalda nuestra soberanía alimentaria. Las recientes declaraciones del presidente Rodrigo Chaves, hechas desde ese púlpito político que disfraza de conferencia de prensa, no son solo un desacierto, sino un síntoma de una desconexión profunda.

Mientras en las comunidades donde he trabajado un agricultor invierte en una Hilux o un buen tractor con el sudor de su frente –herramientas indispensables para sortear caminos de lastre y cargar cosechas– el presidente se pasea con comitivas cuyo operativo de seguridad rivaliza con el de potencias mundiales como Rusia y EEUU. Hay una contradicción palpable entre criticar las herramientas de trabajo de quienes nos dan de comer y permitir que su Presidente Ejecutivo del AyA adquiera un vehículo de setenta millones de colones con fondos públicos. Pareciera que hay una vara de medir diferente para el pueblo y para la cúpula.

Me pregunto, desde la lógica del desarrollo que veo en territorios fuera del GAM, ¿acaso no debería celebrarse que un productor tenga un tractor de marca? Eso significa que su negocio, a pesar de todo, puede prosperar. Es como reprender a un pescador de Puntarenas por tener una buena lancha; es su medio de vida, no un lujo. La crítica, en todo caso, debería dirigirse a quienes, desde la comodidad de sus puestos y casas de más de un millón de dólares en Monterán, toman decisiones que hunden a esos mismos agricultores en la incertidumbre.

Y qué decir del silencio ensordecedor cuando los grandes intereses de la elite importadora sí reciben su tajada. Es curioso cómo para algunos importadores, como el señor Bernal Jiménez, su mayor contribuyente de campaña, las puertas se abren con exoneraciones arancelarias que representan decenas de miles de millones anuales. Con esos ahorros, seguramente sí alcanza para un Range Rover y un Mercedes Benz, sin que nadie en el gobierno le cuestione y, al rato hasta se lo exoneran como los aranceles con los que saca de competencia a los productores agrícolas ticos. Aquí el problema no es el vehículo, es la doble moral.

Estas acciones, sumadas a su beligerancia constante contra las instituciones, no son simples rabietas políticas. Son piedras que se lanzan contra los cimientos de nuestro Estado Social de Derecho. Desde los caminos apenas lastreados y las trochas que obligan a meter “la chancha”, lejos de la burbuja capitalina, se ve claro: cuando se insulta al que siembra y se premia al que tiene influencias, lo que se está sembrando es desconfianza y lo que se cosechará, más temprano que tarde, será un país aún más dividido y desigual. El verdadero lujo que no nos podemos permitir es el de un gobierno que pierde de vista a su gente.

Y mientras los mismos de siempre gozan de sus privilegios, parte del pueblo se distrae con pachucadas y pirotecnia verbal y sin darse cuenta aplauden a los que los traicionan y se pelean con quienes les advertimos.

Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras! *
*De El Cantar del Mío Cid.