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Etiqueta: Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino

Naciones Unidas. Mensaje del secretario general con motivo del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino

29 de noviembre de 2023

Este Día Internacional de Solidaridad coincide con uno de los capítulos más sombríos de la historia del pueblo palestino. Estoy horrorizado por la muerte y la destrucción en que se ha sumido la región, abrumada por el dolor, la angustia y el pesar.

Los palestinos de Gaza están sufriendo una catástrofe humanitaria. Casi 1,7 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, pero ningún lugar es seguro. La situación de la seguridad en la Ribera Occidental ocupada, incluida Jerusalén Oriental, corre el riesgo de desbordarse.

Deseo expresar mi más sentido pésame a los miles de familias que lloran a seres queridos. Entre ellos figuran los miembros del propio sistema de las Naciones Unidas muertos en Gaza en lo que representa la mayor pérdida de personal en la historia de nuestra organización.

He sido claro en mi condena de los atentados terroristas perpetrados por Hamás el 7 de octubre, pero también he sido claro en que tales hechos no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino.

En toda la región, el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) es una tabla de salvación indispensable que presta asistencia vital a millones de refugiados palestinos. Es más importante que nunca que la comunidad internacional respalde al UNRWA como fuente de apoyo al pueblo palestino.

Por encima de todo, este es un día para reafirmar la solidaridad internacional con el pueblo palestino y su derecho a vivir en paz y dignidad.

Para ello, hay que comenzar con un alto el fuego humanitario a largo plazo, el acceso sin restricciones de la asistencia vital, la liberación de todos los rehenes, la protección de los civiles y el fin de las violaciones del derecho internacional humanitario. Debemos estar unidos para exigir el fin de la ocupación y el bloqueo de Gaza.

Ya es hora de avanzar de manera resuelta e irreversible hacia una solución biestatal, sobre la base de las resoluciones de las Naciones Unidas y el derecho internacional, donde Israel y Palestina convivan en paz y seguridad, con Jerusalén como capital de ambos Estados.

Las Naciones Unidas no vacilarán en su compromiso con el pueblo palestino. Hoy y todos los días, solidaricémonos con las aspiraciones del pueblo palestino de ejercer sus derechos inalienables y construir un futuro de paz, justicia, seguridad y dignidad para todos.

Asamblea Legislativa cancela a última hora audiencia para la cónsul de Palestina

Red de Solidaridad con Palestina

La Asamblea Legislativa -a última hora- canceló la audiencia de la cónsul Wajiha Sasa y la posterior conferencia de prensa, actividades que se habían programado para hoy 29 de noviembre, Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Se alegó la discusión del presupuesto nacional.

La Red de Solidaridad con Palestina informa que se mantuvo la presencia en las afueras de la Asamblea, para conmemorar la fecha, siempre a partir de las 9 am, ya que no había tiempo para informar de un cambio de hora.

No pudimos informar anoche, ya que necesitábamos corroborar la cancelación, siendo que no se le notificó a la cónsul de manera oficial sino por un simple mensaje de voz que sembró una duda inicial. Ya ha habido presiones para cancelar otras actividades, y lo más prudente era verificar la fuente.

Imagen: UCR

Solidaridad con el pueblo Palestino

Mg. José A. Amesty Rivera

En el Día Internacional en Solidaridad con el Pueblo Palestino, hace mucho tiempo, en este país, parece estarse dando una distopía, que es una «utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal».

Por ejemplo, en Jerusalén, se estaría produciendo una operación de limpieza étnica cuyo uno de sus últimos episodios sería la proyectada expulsión forzosa de los habitantes palestinos del barrio de Sheikh Jarrah y su ocupación por colonos israelíes.

Este artículo no pretende entrar en la polémica sobre los derechos de Israel o los derechos del pueblo palestino, sino poner en el tapete las atrocidades contra éste último, en este sentido, la Cuarta Comisión de la Asamblea General de la ONU adoptó el pasado 14 de noviembre de 2022, el proyecto de resolución de Palestina, para solicitar una opinión consultiva legal de la Corte Internacional de Justicia, sobre la naturaleza de la existencia de la ocupación colonial israelí en el territorio del Estado de Palestina, incluida Jerusalén.

Mientras tanto, el pueblo palestino sufre el auténtico genocidio, al que le somete los gobiernos israelíes. Noten que hablamos del Pueblo Palestino y el Estado (los gobiernos israelíes).

Históricamente, los que en 1967 representaban casi el 98% de la población total (el pueblo palestino), y su sustitución por colonos judíos que ya alcanzarían el 55% de la población de Jerusalén en el 2021.

A su vez, desde 1948, las vidas de la población de Palestina han pasado por situaciones críticas y convulsas, situación que últimamente ha recrudecido la represión y las muertes.

Conocemos que la Comisión Internacional Independiente de Investigación de Naciones Unidas sobre el Territorio Palestino Ocupado, que incluye Jerusalén Occidental, determina que la ocupación israelí en Palestina es ilegal, señalando, hay «motivos razonables» para alcanzar la conclusión de que la ocupación israelí, vulnera las normas internacionales. Han transcurrido setenta y cuatro años desde el comienzo de este trágico conflicto.

Lamentablemente, se sigue cometiendo un genocidio implacable contra los palestinos, contra niños, mujeres y adultos mayores. Ha transcurrido demasiado tiempo desde la ocupación ilegal e impunidad; uso desproporcionado de la violencia, traslado forzoso de personas, confiscación de tierras, destrucción de hogares y castigo colectivo; la tragedia no cesa.

Nosotros cristianos y revolucionarios fieles a la denuncia ante los atropellos a los más débiles, deseamos expresar, que cualquier teología o pastoral comprometida, debe priorizar que la tarea primordial debe ser, la atención y el cuidado de los dolores y las aspiraciones de pueblos oprimidos y comunidades menospreciadas.

En este sentido, la dolorosa situación del pueblo palestino, obliga a cuestionar ciertos cruciales e ineludibles asuntos teológicos.

Un asunto teológico a revisar creemos es, el tema del «pueblo escogido» por Dios, que ha sido un dilema teológico clásico. El teólogo Luis Rivera-Pagán señala: «El riesgoso concepto de «pueblo de Dios», por consiguiente, nada tiene que ver con una alegada descendencia genética. Refiere, más bien, a la lectura de los tiempos en una hermenéutica profética de opresión y liberación».

El otro tema teológico es, ver a Jerusalén como la ciudad santa. Y es que, a través de su extensa historia, Jerusalén ha sido simultáneamente bendecida y maldecida por el reclamo que las tres grandes religiones abrahánicas monoteístas, hacen de ella como ciudad sagrada.

Rivera-Pagàn, en este tema nos ayuda enfatizando: «La sacralidad atribuida a varios lugares en Palestina, Jerusalén en primer rango, ha sido causa funesta de interminables conflictos violentos y sangrientos. ¿Tenemos acaso, ese es el reto que agudamente plantea la teología palestina, los recursos intelectuales y espirituales para reconfigurar este debate de manera que el concepto de “tierra santa” sea punto de partida, no para la “guerra santa”, sino para el diálogo, el entendimiento y la solidaridad entre las tres grandes religiones monoteístas que comparten memorias y escrituras sagradas? De la respuesta a esa pregunta crucial depende en buena medida el destino feliz o infortunado de los diversos pueblos que habitan los valles y colinas de Palestina y quizá incluso la paz mundial».

Finalmente, deseamos concluir este tema, espinoso para muchos/as que, nosotros anuente con la teología de la liberación, subrayamos el camino del arduo, pero deseable y necesario vínculo entre justicia y reconciliación, denuncia profética y esfuerzos pacificadores, recuperación de la historia de agravios y el perdón sanador de la memoria de dos pueblos: Israel y Palestina.

Creemos en el enfoque de Isaías (Isaías. 65: 21-23), de una nueva creación, libre de violencia y devastación bélica, un mundo en el que las comunidades en conflicto, en este caso palestinos e israelíes, «edificarán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma… No trabajarán en vano ni darán a luz para maldición».

Estamos seguros que, este es el sueño del pueblo palestino y el pueblo israelí, un sueño de paz y reconciliación, también un anhelo de otros pueblos, reconociendo que ambos pueblos tienen que sanar las heridas históricas y recurrentes del holocausto judío y la catástrofe palestina.

 

Imagen tomada de Telesur.

Palestina: 70 años de inoperancia de la ONU

Cristina Serván pertenece al Área de Solidaridad de la APDHA

Hoy, 29 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Se cumplen 71 años de la aprobación de la resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947. Esta resolución es conocida como la “resolución de la partición” y estipulaba la creación de un “Estado judío” y otro “Estado árabe” en Palestina. Un acuerdo fallido que no consiguió ni la creación de dos Estados, ni el respeto a los acuerdos de distribución del territorio, ni establecer un régimen especial en Jerusalén, o la preservación de derechos de la población palestina.

Este año además se ha cumplido el 70 aniversario de la Nakba: catástrofe acontecida el 15 de mayo de 1948 al declararse el Estado de Israel e iniciarse una serie de masacres que desplazaron a cientos de miles de personas palestinas de sus hogares. Un acontecimiento que reclama no ser condenado al olvido ni a la impunidad que supone la existencia de casi seis millones de palestinos y palestinas refugiadas en todo el mundo a causa de la expulsión de su territorio.

Es significativa la proximidad de estos hechos con el momento de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El papel de las Naciones Unidas en 1948 parecía establecer un compromiso esencial para que las personas no volvieran a vivir las atrocidades ocurridas antes y durante la segunda guerra mundial. Los actos abominables cometidos durante este periodo se consideraron inaceptables para el territorio europeo. Aunque cabe destacar que hasta la fecha se habían obviado los horrores cometidos en base los a modelos colonialistas, que dispusieron de la vida y los destinos de poblaciones de los países del sur global, sin conmoción alguna para Europa.

Esta visión desigual de la historia y del dolor de los pueblos, se puede comprobar a través de la disposición de la creación del Estado de Israel en el territorio palestino. La decisión vino en parte condicionada por los acuerdos alcanzados entre el gobierno británico y los promotores del movimiento sionista, como Walter Rothschild (a través de la firma de la Declaración Balfour), que veían en el territorio palestino una oportunidad para sus aspiraciones de conformación de un Estado para las personas judías, pero en base a un modelo racista y excluyente que no tuviera que considerar ningún derecho de la población autóctona.

La segunda guerra mundial y el horror vivido por la población judía, unido a un antisemitismo aún bastante significativo en el territorio europeo, se instrumentalizó para lograr que la decisión de suscribir tal acuerdo fuera aprobada en las Naciones Unidas.

La situación setenta años después es la de un permanente incumplimiento por parte de Israel de todos y cada uno de los acuerdos establecidos con Naciones Unidas. El plan de partición aprobado en la resolución 181, no fue respetado y desde el primer momento excedió el territorio asignado. A partir de ese momento las acciones de Israel han acumulado decenas de resoluciones incumplidas que sitúan el papel de los Derechos Humanos y las Naciones Unidas en una posición absolutamente inútil para proteger a la población palestina.

En los últimos años las vulneraciones de derechos no han dejado de intensificarse frente a la pasividad de los Estados; la construcción del muro en Cisjordania, el bloqueo en Gaza, la proliferación y ampliación de asentamientos ilegales de colonos, la demolición de barrios y pueblos completos, confiscaciones de tierras y propiedades, la negación del derecho al retorno, el encarcelamiento y agresión de niños y niñas, el desplazamiento continuo de la población, el apartheid, la violencia sistemática en la represión a las movilizaciones sociales, los disparos y bombardeos sobre objetivos civiles en Gaza.., una lista de horrores que cumple también 70 años.

Esta injusticia es tolerada a pesar de las resoluciones de la ONU y las llamadas de los Estados condenando o pidiendo mesura a las acciones de Israel. Cada vez que esto sucede se degrada el papel que los Derechos Humanos deben tener en todas las sociedades, no solamente en la palestina, también en el resto del mundo. Es el triunfo del poder frente la justicia y la solidaridad.

No es casualidad que los gobernantes que rechazan la aplicación de los principios establecidos por los DDHH en su propio territorio, tengan siempre un gesto hacia el Estado israelí. Así lo ha hecho Donald Trump con su decisión en diciembre del año pasado de trasladar la embajada Norteamericana a Jerusalén y cesar las aportaciones de EEUU a la UNRWA (la agencia de Naciones Unidas para las personas refugiadas) y justo hace unas semanas también lo declaraba Jair Bolsonaro nada más llegar al poder en Brasil. Quienes no respetan los Derechos Humanos, sintonizan con el sionismo que practica Israel, un modelo que además ha logrado mercantilizar la represión militar, política y social.

Lo que sucede en Palestina quizás nos puede ayudar a comprender que la batalla que se está librando entre el poder neoliberal, que desprecia la vida y los DDHH, se ceba en los lugares donde la resistencia se ha curtido a través de la solidaridad y el apoyo mutuo. Mientras el resto del mundo permanezca impasible, la injusticia y la crueldad continuarán avanzando hasta tragarnos a todas y todos.

Por una Palestina libre, no dejaremos de luchar para que se respeten los Derechos Humanos.

 

Imagen tomada de la nota Energías femeninas se unen por la paz entre Israel y Palestina.

Tomado de https://www.apdha.org/cadiz/?p=3076

Enviado por Juan Carlos Cruz Barrientos.

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