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Etiqueta: dignidad

Viva Palestina Libre. ¡Por el derecho a una patria, por el derecho a La Paz!

Viva Palestina Libre
¡Por la vida!
Por las niñas y niños en Gaza
¡Por el derecho a una patria, por el derecho a La Paz!

Macarena Barahona Riera

A 80 años de la explosión de la bomba atómica por Estados Unidos, en su conmemoración se levanta el significado de la Paz, la reflexión fundamental de la humanidad y el reto contemporáneo de poner fin a los bombardeos genocidas del gobierno de Israel a la nación Palestina.

Desde el 8 de octubre de 2023, el ministro de Salud de la Franja de Gaza publica que hasta el 6 de julio de 2025, 57.418 palestinos han sido asesinados, la mayoría civiles. La invasión destructora de la franja de Gaza ha dejado una huella devastadora en la niñez, se estima que al menos 50,000 niños y niñas han muerto resultado de heridas con un número creciente de personas al borde de la inanición, según Unicef. Más de medio millón de personas en Gaza están atrapadas en una situación de hambruna, mientras el acceso a alimentos, agua y asistencia médica sigue bloqueado.

Los horrores de la guerra dejarán una huella traumática permanente para todos los niños y las niñas, Unicef continúa sus operaciones de emergencia, pero los trabajadores humanitarios sólo podrán brindar ayuda a los niños y niñas si disponen de circulación segura y sin restricciones a lo largo de toda la franja.

El acceso humanitario pleno y un alto al fuego inmediato son las únicas salidas posibles. La infancia tal como la conocían y la conocemos nosotros ha dejado de existir.

Nos solidarizamos con el pueblo palestino, admiramos su resistencia, sus valores ante la vida y por la paz.

Admiramos la firmeza ante el ejército agresor, sus convicciones espirituales, la resiliencia de los hombres y mujeres, de sus jóvenes, de los adultos, de una niñez que sobrevive con su alegría y esperanza.

El asedio a Gaza, emula a la resistencia de Numancia ante un imperio invasor, sus niños, víctimas de nuevos Herodes representantes de imperios y poderes devastadores.

El futuro peligra en la fragilidad de sus habitantes y resistencias.

En el pueblo palestino encontramos la esperanza humana contra el fascismo, la barbarie, la destrucción de los derechos humanos, las políticas y la lógica neoliberal de la soledad y la individualidad.

Las manifestaciones a favor del pueblo palestino en tantos países del mundo han hecho renacer más esperanzas de paz y justicia, nosotros continuamos y nos unimos a este clamor de admiración de su lucha por su Republica, por sus vidas, por su territorio, por su pasado, su historia y su futuro. Una lucha por lo mejor de la humanidad: la dignidad y la libertad.

¡Nos unimos al clamor de millones de voces y conciencias del mundo para el pueblo palestino, para un alto a la barbarie del gobierno israelí, un alto al genocidio, a la invasión!

Millones se manifiestan en América Latina, en Norteamérica, en Europa, en China, en Siria, en Egipto, en Yemen, en Japón, en Australia, La Caravana Sumud viaja para romper el cerco.

Aquí estamos uniendo conciencias y voces al clamor universal contra el genocidio del pueblo palestino por el gobierno de Israel.

Estamos convencidos que la práctica que nos une es la resistencia, la resistencia es contrarrestar la progresión aparentemente inevitable del horror. Estamos nuevamente frente al acto del totalitarismo que nos lleva al colapso de la civilización. Admiramos profundamente a la niñez palestina, heredera de un futuro de libertad y territorio, la niñez en Palestina nos habla a través de sus canciones sus danzas sus ruegos sus plegarias los vemos en imágenes que conmueven, y los sentimos cerca, aquí como en nuestra casa.

Las y los costarricenses decimos NO al Tratado de Libre Comercio con el Estado genocida de Israel, los y las costarricenses suscribimos la Carta Internacional de los Derechos Humanos, los defendemos aquí y en cada uno de los ciudadanos palestinos.

¡Por La Paz del pueblo palestino! ¡Alto al asedio a Gaza! ¡Alto al genocidio!

¡Viva Palestina libre! vivan las niñas y niños palestinos!

Sin tierra, sin frontera: el pueblo Ngäbe de Sixaola exige dignidad – en Voces y Política

Este miércoles 16 de julio tendremos el programa: “Sin tierra, sin frontera: el pueblo Ngäbe de Sixaola exige dignidad”.

Con la participación de:

Eulalia Tomas Baker, Thalía Jiménez Tomas y Eusebio Julián José.

Miércoles 16 a las 5:00 pm en Radio Universidad 96.7 FM.

Véanos a través del Facebook de Radio Universidad de Costa Rica (https://www.facebook.com/radiouniversidadcr)

Presente vivo, memoria que lucha: conmemoramos a Pablo Presbere y Antonio Saldaña

Observatorio de Bienes Comunes, UCR

Esta nota fue elaborada por el Colectivo Antonio Saldaña, como parte de los esfuerzos por mantener viva la memoria, el legado y las luchas de nuestros líderes y lideresas ancestrales.
Porque resistir también es recordar, escribir y compartir desde nuestras voces.

Hoy, 4 de julio, conmemoramos el Día de Pablu Presbere, símbolo de resistencia y dignidad de los pueblos originarios.

“Para el pueblo bribri, no es un aniversario lo que celebramos. Es nuestra forma de vivir. Es memoria en acción, cada día, cada río, cada palabra que guardamos.”

En el corazón del territorio, seguimos caminando con el legado de nuestros grandes líderes: Pablo Presbere y Antonio Saldaña, quienes hasta hoy, siguen retumbando como símbolo de resistencia y compromiso con la vida. No los recordamos sólo por lo que hicieron, sino por lo que somos gracias a ellos.

Para muchos de nosotros, este territorio sigue siendo un paraíso natural. Vivimos dentro de un tesoro que heredamos y cuidamos porque nuestros ancestros lucharon por él. Ese legado no está en los libros, ni en papeles; está en la montaña, en los ríos, en la medicina, en las casas, en la comida, en el idioma… en todo lo que es nuestro y que aún respiramos.

Conmemoramos a Pablo Presbere no como una fecha aislada, sino como un acto continuo de resistencia y amor. Su lucha permitió que las generaciones actuales vivamos con más dignidad, con menos miedo y con más raíz.

No es fácil explicarlo, porque no es una historia que se dice: es un sentimiento que se vive todos los días. Porque para nosotros, no basta con predicar; lo que importa es accionar. Y accionar es cuidar la memoria, guardar la cultura, proteger el idioma, fortalecer los clanes, y mantener viva la esencia bribri.

Por eso existe el Colectivo Antonio Saldaña: como un espacio para seguir tejiendo esa memoria viva. Desde nuestros territorios, acompañamos procesos comunitarios, fortalecemos el conocimiento ancestral y defendemos la dignidad del pueblo bribri frente a las amenazas del olvido, la discriminación y la imposición cultural. Nuestra labor no es académica ni institucional: es espiritual, política y comunitaria. Nos mueve el compromiso con nuestras raíces y con las generaciones que vienen.

A través de encuentros, caminatas, reflexiones colectivas y acciones de defensa territorial, el colectivo busca mantener encendida la llama de lo que somos. Cada actividad es un acto de resistencia. Cada palabra en bribri, cada historia recuperada, cada joven que decide caminar con orgullo su identidad, es parte de esa lucha. No trabajamos solos: caminamos con los mayores, con las mujeres sabias, con los niños y niñas, con quienes sueñan un territorio libre y pleno. Porque la memoria no se hereda por sangre, sino por acción colectiva.

El legado de lucha no se hereda en papeles, sino en actos

El sistema que nos rodea ha tratado de borrar este legado. Nos dicen que el idioma bribri no sirve para encontrar trabajo, que nuestras medicinas no tienen valor, que nuestras formas de vida son atraso. Nos enseñan a olvidar. Pero nosotros sabemos que no es casualidad: es parte de un sistema que busca nuestra desaparición cultural.

Hoy, no hay balas ni cadenas como en el pasado, pero hay una muerte lenta: al idioma, a la identidad, a la medicina, a la educación propia. Lo sentimos cuando a las personas jóvenes les cuesta mantener el idioma. Cuando se nos dice que el buen vivir bribri, ya no sirve. Cuando se nos empuja a abandonar nuestras formas de conocimiento por otras impuestas.

Resistencia cotidiana, memoria para cuatro generaciones

En la tradición bribri, existe una norma profunda: cada generación tiene el deber de guardar, cuidar y conservar para su cuarta generación. Lo que hoy hacemos no es para nosotros, es para quienes vendrán. Nuestros abuelos lo hicieron por nosotros. Hoy, nos toca a nosotros hacerlo también.

Por eso, seguimos luchando. Contra el olvido. Contra las empresas. Contra instituciones públicas que no reconocen nuestra existencia. Seguimos luchando para que nuestras raíces no se corten.

Celebramos porque vivimos

El día de Pablo Presbere no es una efeméride más. Es una reafirmación de vida. Un acto político y espiritual. Es recordar que no somos un pueblo vencido. Que seguimos aquí, sembrando memoria, cuidando el territorio, hablando nuestro idioma, resistiendo con dignidad.

Gracias a quienes acompañan esta lucha. Gracias a quienes nos ayudan a escribir, a quienes escuchan. Este camino no es fácil, pero está lleno de sentido. Y como decimos entre nosotros:

“No tenemos todo escrito, pero  lo guardamos en la memoria.”

Educación sin memoria propia: ¿cuál historia estamos enseñando?

Hablar del legado de Pablo Presbere y Antonio Saldaña no es sólo recordar el pasado: es exigir que su historia sea contada desde nuestra propia voz, desde la cosmovisión bribri y no como una «versión alternativa» dentro de los márgenes del sistema educativo nacional.

Cuando el Ministerio de Educación Pública (MEP) reduce nuestras memorias a un párrafo en los libros o las convierte en un relato exótico dentro de un temario oficial, lo que está haciendo es reproducir el colonialismo epistemológico. No se trata solo de lo que se dice, sino de quién lo dice y desde dónde se dice.

La historia de Pablo Presbere, por ejemplo, suele contarse desde una visión nacionalista y oficialista, donde se le reconoce como un “líder indígena rebelde”, pero sin profundizar en su rol como defensor del territorio, la espiritualidad bribri y el derecho a la autodeterminación. Es una historia despolitizada, neutralizada, vaciada de su raíz.

Esto fortalece formas sutiles (y no tan sutiles) de racismo y colonialismo, porque le dice a la niñez y juventud indígena que su forma de ver el mundo no tiene lugar en la escuela.

Que su idioma, sus luchas y sus memorias no son ciencia ni historia, sino «cultura», algo menor, anecdótico.

El resultado es una fractura profunda entre el conocimiento escolar y el conocimiento comunitario, entre la historia enseñada y la historia vivida. Esa ruptura alimenta el desarraigo, el olvido y, en última instancia, la desaparición de formas de vida que han sostenido estos territorios por siglos.

Por eso, no basta con nombrar a Pablo Presbere en el currículo escolar. Lo urgente es transformar la educación pública para que reconozca y respete las memorias desde dentro, no como añadidos, sino como parte del corazón mismo de lo que entendemos por conocimiento, historia y dignidad.

La memoria no es un favor. Es un derecho. Y su negación es otra forma de violencia colonial.

¿Quién fue Antonio Saldaña?

Antonio Saldaña fue el último rey del pueblo indígena de Talamanca, una figura de liderazgo comparable a un guía o autoridad ancestral en su comunidad. Su papel fue crucial en la defensa de la cultura, las tierras y los derechos de su pueblo frente a la expansión de intereses externos, especialmente de compañías bananeras.

Según la historia, Saldaña fue asesinado en 1910 en circunstancias no completamente esclarecidas. Se dice que fue envenenado durante una actividad social, en un acto de traición impulsado por quienes veían en su resistencia una amenaza a sus intereses económicos.

Su muerte representó un duro golpe para la lucha indígena, pero su legado sigue vivo como símbolo de resistencia y dignidad para los pueblos originarios de la región.

Entre algoritmos y precariedad: el capitalismo de plataformas y la amenaza a los derechos laborales

Elian Xavier Jiménez Campos
Heredia, 2 de julio de 2025

En Costa Rica y el mundo, una nueva forma de organización del trabajo se ha consolidado a pasos acelerados: el capitalismo de plataformas. Este modelo se presenta como moderno, flexible e innovador, pero detrás de esa fachada digital se esconden relaciones laborales profundamente desiguales y precarias.

Aplicaciones como Uber, DiDi, InDriver, Rappi o Ubereats han transformado la manera en que trabajamos, sin transformar el poder que las sostiene. En estas plataformas, la clase trabajadora ya no es reconocida como tal: ahora se les denomina “colaboradores” o “socios conductores”, figuras sin acceso a salario fijo, seguridad social ni derechos laborales básicos. La relación entre empresa y trabajador desaparece en lo legal, pero no en lo real. La precarización se institucionaliza a través de la tecnología.

En el fondo, lo que estas plataformas hacen es externalizar sus responsabilidades, beneficiándose de un modelo en el que todo riesgo recae sobre quien realiza el trabajo. No hay aguinaldo, vacaciones, seguro o pensiones. Y aunque se promueve la idea de que los trabajadores tienen libertad para conectarse cuando quieran, lo cierto es que los algoritmos premian a quienes están más tiempo disponibles y penalizan rechazos o desconexiones. Es el algoritmo como nuevo jefe invisible, que controla sin rostro, sin contratos, sin límites.

Como juventudes, este fenómeno debe preocuparnos. No solo porque reproduce y profundiza desigualdades económicas, sino porque fragmenta las formas de organización colectiva y desmantela décadas de luchas sindicales. La riqueza se concentra en pocas manos, mientras crece una clase trabajadora informal, sin voz ni protección.

Peor aún: la precarización tiene rostro de mujer. Las plataformas digitales captan mayoritariamente a mujeres y disidencias, quienes ven en la supuesta “flexibilidad” una manera de combinar el trabajo remunerado con las labores domésticas. Pero esa doble jornada, sumada a la falta de garantías y la exposición a violencia digital o acoso, solo refuerza las brechas estructurales.

Costa Rica no escapa a esta realidad. A pesar de los discursos gubernamentales que celebran la innovación tecnológica y el “emprendimiento”, cada vez más jóvenes, mujeres y personas de sectores populares se ven empujadas a estos trabajos sin regulación ni derechos. Si la política pública no actúa, si el Estado no garantiza protección para quienes trabajan en estas plataformas, estaremos normalizando una nueva forma de esclavitud hipermoderna.

Es hora de poner este tema sobre la mesa. De abrir debates en las universidades, los sindicatos y las calles. De exigir que la tecnología esté al servicio de la dignidad humana, no de la explotación sin rostro. Porque si el trabajo del futuro es este, entonces debemos preguntarnos:

¿De qué futuro estamos hablando?

Sala Constitucional ordena liberar a personas migrantes acogidas por Costa Rica tras ser deportadas desde Estados Unidos

La Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica resolvió parcialmente con lugar un recurso de habeas corpus interpuesto en favor de un grupo de personas migrantes que, tras ser deportadas desde Estados Unidos, fueron admitidas por Costa Rica por razones humanitarias. Estas personas permanecieron en condición de privación de libertad en el Centro de Atención Temporal Migratoria (CATEM-SUR), ubicado en el cantón de Corredores, provincia de Puntarenas.

Según consta en la sentencia número 2025-19485, dada a conocer el pasado martes 25 de junio por la oficina de prensa del Poder Judicial, la mayoría de las magistraturas que integran la Sala concluyó que la retención de estas personas, sin una resolución administrativa individualizada, sin información sobre su estatus migratorio, sin acceso a asesoría legal y sin posibilidad de contacto con el exterior, constituyó una violación a sus derechos fundamentales.

La Sala determinó que la actuación de las autoridades migratorias, en especial en lo referente al mantenimiento de las personas en una condición equiparable a la detención, careció de fundamento legal suficiente y de respeto a las garantías básicas del debido proceso. Asimismo, el Tribunal señaló que se omitió informar adecuadamente a las personas migrantes sobre su derecho a solicitar refugio en el país, conforme a la legislación vigente y a los estándares internacionales en materia de derechos humanos.

En consecuencia, la Sala ordenó al director general de Migración y Extranjería, Jean Paul San Lee Lizano, que en un plazo de 15 días naturales proceda a emitir una resolución debidamente motivada para cada caso individual, en la cual se defina el estatus migratorio correspondiente. Además, se dispuso la liberación inmediata de todas las personas migrantes amparadas por la sentencia, y se solicitó la articulación de acciones interinstitucionales para la atención integral de sus necesidades en salud, educación, vivienda y apoyo social.

La sentencia también impuso al Estado costarricense la obligación de asumir el pago de costas, daños y perjuicios, los cuales deberán cobrarse mediante un proceso de ejecución en la jurisdicción contencioso-administrativa.

El recurso fue tramitado bajo el expediente número 25-006713-0007-CO, y fue presentado por personas defensoras de derechos humanos que denunciaron que las condiciones en que las personas migrantes fueron mantenidas en el CATEM-SUR no respetaban los principios mínimos de dignidad, información y protección jurídica. El ingreso de estas personas al país se dio en el marco de un acuerdo bilateral con el gobierno de Estados Unidos, que permitió su admisión temporal por motivos humanitarios en febrero de 2025.

Cabe destacar que la decisión de la Sala no fue unánime. Las magistraturas Fernando Castillo, Luis Salazar y Anamari Garro emitieron voto salvado, declarando sin lugar el recurso en todos sus extremos. Argumentaron que la permanencia de las personas migrantes en el centro de atención respondía a un contexto migratorio y humanitario excepcional y que las medidas aplicadas no constituían una detención arbitraria. Asimismo, señalaron que no se acreditó que las personas estuvieran privadas de asistencia legal y que muchas de ellas ya habían salido del país conforme al plan original establecido por las autoridades costarricenses.

La sentencia refuerza el principio de que la condición migratoria de una persona no puede ser utilizada como justificación para restringir sus derechos fundamentales sin base legal suficiente, y reitera el deber del Estado costarricense de garantizar el respeto al debido proceso y a las normas de protección internacional aplicables a las personas migrantes, solicitantes de refugio o en situación de vulnerabilidad.

Los de abajo todavía viven

Por Gerardo Castillo Hernández

Vivimos en un mundo donde el ruido del espectáculo tapa el grito de los que sufren. Mientras las pantallas brillan con guerras retransmitidas en alta definición, mientras se lanzan bienes de lujo que cuestan lo mismo que alimentar a una familia durante un año, millones de seres humanos -los de abajo-siguen siendo invisibles. No por falta de existencia, sino por exceso de indiferencia.

Los de abajo no son sólo los pobres en dinero. Son también los despojados de educación, de tiempo, de tierra, de seguridad social, de derechos. Son quienes trabajan sin descanso y aun así no llegan a fin de mes. Quienes apenas pueden leer porque nunca tuvieron un libro. Quienes votan por odio, venganza o resentimiento o del todo no votan porque nadie los representa. Son los empujados al margen por un sistema que sólo mira hacia arriba, donde el brillo del poder enceguece y embrutece.

En este terreno de la política, la pobreza también reina. Pero no es la escasez de partidos o discursos eso no es el problema lo que empobrece la democracia es la banalidad de su contenido. La política se ha transformado en un circo de frases vacías, de insultos convertidos en estrategia de comunicación, de líderes que repiten eslóganes en vez de pensar proyectos. Se castiga la razonabilidad y se premia la vulgaridad. El debate de ideas ha sido sustituido por el espectáculo de confrontación de cantina. La política ya no educa sino polariza: alimenta al confeso para que odie.

Esta miseria política no es casual. Se cultiva a propósito para mantener entretenidas a las mayorías. Cuanto más superficial es la política, más se aleja de los problemas del pueblo. Cuanto más populista es el mensaje, más se oculta la estructura de dominación: “el cambio para no cambiar”. Los de abajo asisten entonces al simulacro democrático donde siempre ganan los de arriba, donde el poder cambia de rostro, pero no de lógica, y donde la esperanza verdadera se vuelve una rareza o una amenaza.

En esta época que idolatra lo superficial, la vida ha perdido profundidad. El éxito se mide por “likes”, la belleza se vende en píxeles, y la verdad es abaratada como una mercancía más. Se ofrece una libertad envasada que solo sirve para elegir entre marcas, no entre proyectos de país con visión de futuro. Se nos invita a consumir para olvidar, a reír para no pensar, a competir en lugar de compartir.

Mientras tanto, los de abajo cargan con el peso del mundo. Y no por destino ni por error: por diseño. Un sistema que produce pobreza como una fábrica produce autos no puede sorprenderse de su resultado. La desigualdad no es una falla: es una estrategia inducida como normalidad de los de arriba y los mismos organismos financieros internacionales encadenan (prestan) para que los países sigan atados a las deudas y hacen recomendaciones para que todo continue igual: sigan pagando los de abajo.

La manipulación de la mayoría es su garantía.

Los de abajo son más, pero compiten, están divididos. Están fragmentados por muros invisibles: miedo, desconfianza, soberbia, personalismo; los que ascienden quitan la escalera para que los demás no suban. Todo es ignorancia sembrada y controlada. Pero el día que se miren a los ojos y se reconozcan como iguales, el mapa del poder temblará.

No es que falten recursos. Es que sobran mezquindades y privilegios. No es que falte comida. Es que sobra especulación y codicia. No es que falte cultura es que se comercializa y se convierte en entretenimiento vacío. No es que falte inteligencia es que los mejores son aislados por la mediocridad, los amigos del narco desprecian la calidad por la lealtad. Se castiga al pensamiento crítico y se premia la sumisión.

Hoy más que nunca, necesitamos recordar lo esencial: que la dignidad no se mide en cifras, que el dolor no debería ser rutina, que el mundo no puede seguir siendo un espectáculo donde la mayoría solo actúa como público, esperando un milagro que no vendrá desde arriba.

La historia no cambia desde el circo ni desde las pantallas. Cambia desde abajo y con los de abajo. Con las manos que siembran, los trabajadores y trabajadoras que levantan con penuria la olla de comida diaria, con las voces que se atreven a rechazar la grosería, arbitrariedad y la prepotencia. Porque lo que está en juego es la democracia, la justicia y el destino de las nuevas generaciones.

Los de abajo no piden caridad. Exigen dignidad, respeto, justicia y oportunidades. No quieren ser espectadores en la democracia. Quieren ser protagonistas. No buscan odio, venganza ni confrontación.

Buscan vivir que quiere decir: seguridad, educación, empleo y no cárceles.

Y ese futuro empieza cuando uno -cualquiera- deja de mirar hacia el cielo esperando respuestas y comienza a mirar a su lado buscando compañeros y compañeras que estrechan manos en convivencia, paz y respeto entre hermanos.

Reflexionar sobre el derecho a una muerte digna: Ley 10.231 de Voluntades Anticipadas

Radio Universidad, a través del programa Desayunos transmitido por la 96.7 FM, Canal 15 UCR y Facebook Live, dedicó una reciente edición a profundizar en los alcances y el impacto de la Ley 10.231 de Voluntades Anticipadas. Esta legislación, vigente desde el 5 marzo de 2022, busca garantizar el derecho de las personas a manifestar de forma anticipada, libre y voluntaria, sus decisiones respecto a tratamientos médicos en situaciones de salud límite.

El espacio contó con la conducción de José Carlos Chinchilla Coto y la participación de dos personas expertas en salud mental y cuidados paliativos: el Máster Celso Cruz, psicólogo del Hospital San Juan de Dios y docente de la Universidad de Costa Rica, y la Magister Maritza Rodríguez, psicóloga clínica y académica jubilada de la Universidad Nacional.

Durante el programa se abordaron aspectos fundamentales de la ley, como la posibilidad de que las personas, en pleno uso de sus facultades, establezcan por escrito qué intervenciones médicas aceptan o rechazan en caso de no poder expresar su voluntad en el futuro. Esta declaración no puede ser interpretada como eutanasia bajo ninguna circunstancia.

Se enfatizó que la ley permite designar representantes sanitarios titular y suplentes quienes hablarán en nombre de la persona en situaciones médicas críticas. La voluntad anticipada se formaliza mediante documento legal ante notario, en un centro de salud o en la Dirección General del Archivo Nacional, con acompañamiento de testigos no familiares.

Según lo discutido en el programa, el documento se incorpora al expediente clínico (EDUS) y se renueva cada cinco años. La legislación tiene como finalidad humanizar la atención médica, reducir el sufrimiento innecesario y evitar conflictos familiares y éticos entre equipos de salud y personas allegadas.

El Máster Cruz destacó que esta herramienta representa un alivio para el personal sanitario en contextos delicados, permitiendo centrar la atención en la calidad de vida. La Magister Rodríguez recalcó la necesidad de generar educación social sobre el proceso de morir como parte de la vida, superar los mitos que lo rodean y fomentar la toma consciente de decisiones desde una perspectiva bioética.

Pese a su importancia, se señaló que la ley ha tenido poca difusión: a la fecha del programa, solo 23 personas habían registrado sus voluntades anticipadas. Las personas participantes insistieron en la urgencia de abrir espacios educativos y de diálogo para informar a la población sobre esta posibilidad legal.

Puede acceder al video completo del programa en el siguiente enlace:
https://www.facebook.com/share/v/1FmTS6FMam/

Desayunos de Radio Universidad: Sobre la Ley 10.231 de Voluntades Anticipadas

El jueves 12 de junio se transmitió en Desayunos, programa radial de Radio Universidad (96.7 FM), un programa sobre la ley N° 10231, Ley de voluntades anticipadas. La discusión al respecto de la ley estuvo a cargo del MSc. Celso Cruz (psicólogo especialista en cuidados paliativos del hospital San Juan de Dios) y Mag. Maritza Rodríguez (psicóloga clínica grupal, y académica retirada), esto bajo la dirección del programa por parte del MSc. José Carlos Chinchilla Coto (sociólogo y académico).

El programa aborda de forma accesible la importancia e implicaciones que tiene la ley, la cual fue aprobada desde mayo de 2022, en temas relacionados con el quehacer médico así como temas de derechos humanos al legislar en favor de la dignidad de cada persona.

Así, en el programa se discute cómo la ley brinda un marco jurídico así como un respaldo para el quehacer de equipos de salud -en especial aquellos de cuidados paliativos- al momento de actuar de una u otra forma ante situaciones de manejo del paciente. De este modo, se tiene seguridad en el actuar del centro de salud al respetar la voluntad expresa del paciente en cuidados paliativos en momentos de alto riesgo para su vida, por ejemplo, por un paro respiratorio. A su vez, la ley declara cómo el actuar del equipo médico ante la voluntad anticipada del paciente no se debe interpretar como algún tipo de eutanasia.

Siendo un avance importante en la materia, también se discute cómo esta ley aún resulta insuficiente al no abordar temas de educación alrededor de la muerte, los cuales resultan un tabú en nuestra sociedad.

Aún así, esta legislación representa un alivio para el equipo de salud debido a que permite les permite actuar de forma clara con base en las intenciones del paciente. Esto resulta importante ya que, actuando estrictamente bajo las preferencias del paciente, no estarían cayendo en encarnizamiento terapéutico; es decir, prolongación innecesaria de la vida induciendo en sufrimiento.

Adicionalmente, en el programa se discute cómo esta ley también pone de manifiesto una responsabilidad del individuo ante decisiones la cuales, similar a otras se les ha tendido a ser socialmente relegadas a otros actores, como puede ser la forma y calidad de la muerte.

Si desea conocer más de este tema, se le invita a ver el programa completo en: https://www.facebook.com/DesayunosUCR/videos/691771476825608

Municipalidad de Montes de Oca iza bandera del arcoíris en celebración del Mes del Orgullo 2025

La Municipalidad de Montes de Oca ha izado nuevamente la bandera arcoíris en conmemoración del Mes del Orgullo LTGBIQ+. Dicha acción es congruente con su “Política cantonal de promoción de derechos de la población LGBTIQ+”, el cual fue aprobado en junio de 2022 y abarca el periodo 2022-2027.

A partir de esta acción simbólica en el Mes del Orgullo LTGBIQ+, las autoridades municipales declararon lo siguiente:

“Hoy, como todos los años, nuestro gobierno local ha izado la bandera del arcoíris en celebración del Mes del Orgullo. Reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad, la inclusión y el respeto a todas las personas”.

Día del Trabajador Bananero – 3 agosto 2025

José Joaquín Meléndez G.

Limón, tierra de historia y lucha, es un enclave donde las compañías extranjeras han sembrado su dominio en vastas plantaciones de banano. Aunque existen empresas nacionales, sus pasos siempre han estado marcados por las imposiciones del capital foráneo. Es un territorio vibrante, un mosaico de culturas donde los ecos de sus pueblos originarios —bribríes, cabécares y Ngäbe-Buglé— se entrelazan con la herencia de migrantes chinos, afrocaribeños, italianos y centroamericanos. Aquí, las lenguas se fusionan en una sinfonía diversa: el bribrí y el cabécar conviven con el inglés caribeño, el mandarín, el italiano y, por supuesto, el español.

Limón es más que un puerto; es una provincia de aromas y colores, de danzas y calypso que retumban en sus calles como un latido ancestral. Sus sabores cuentan la historia de sus pueblos: el rice and beans con coco, la sopa de mondongo, el rondón. Es un rincón donde las tardes de ocio encuentran refugio en partidas de dominó golpeado con fervor sobre la mesa, entre la brisa cálida que acaricia el litoral.

Desde el siglo XIX, Limón ha sido un nodo estratégico con su ferrocarril, sus muelles y el comercio que dinamiza la región, desde la exportación bananera hasta el oleoducto y las grandes zonas de carga. No obstante, la prosperidad no ha alcanzado a sus habitantes. La riqueza quedó atrapada en los márgenes de un desarrollo desigual, y JAPDEVA nació como un intento de cambiar esa realidad. Pero queda la pregunta latente: ¿logró su propósito, o la deuda con el pueblo sigue sin saldarse?

En los campos bananeros, el tiempo parece congelado en una historia que nunca avanza. La injusticia, la marginación y la precariedad persisten, como si aún viviéramos en aquel siglo XIX. A lo largo de los años, el clamor de los trabajadores ha resonado en huelgas que marcaron la historia: 1888, 1919, 1921, 1934, y tantas más en el siglo XX y ahora en el XXI. Todas impulsadas por la misma llama: la lucha por condiciones humanas, por acceso a salud, vivienda digna, salarios justos y el derecho a una jornada sin explotación.

Así nació FETRAL en 1913 y las huelgas bananeras de 1919 y 1921; la UGT del General Volio dio voz a la histórica huelga de 1934. Los obreros bananeros han sido los pilares de esta resistencia, cargando sobre sus hombros no solo racimos de banano, sino el peso de la desigualdad. En cada lucha, han emergido figuras emblemáticas que supieron alzar la voz contra la injusticia: Carlos Luis Fallas, el indomable Calero, Pedro el nicaragüense, Antonio González Espinoza, Isaías Marchena, Freddy Menéndez, José Ángel Marchena, Julio Arroyo Gutiérrez, René García, Ramón Cascante, Carlos Quirós Chavarría, Guillermo Keith, Rodrigo Ureña, Carlos Arguedas Mora, Obed Morales, y tantos más que construyeron una cadena de solidaridad para erguir el pedestal donde deberían permanecer, en lo alto, los obreros bananeros. Limón sigue siendo el corazón de una lucha inquebrantable, un lugar donde el sudor y la dignidad se entrelazan en una historia que aún espera justicia.

En la incansable lucha por la justicia obrera bananera, han emergido abogados con una profunda conciencia sindical, guardianes del derecho convertido en herramienta de dignidad y equidad. Álvaro Monteo Vega, Frank Ulloa Royo, Jorge Regidor Umaña, Mauricio Castro Méndez, Obeth Morales Barquero y Maikol Hernández Arias, Arturo Fournier Facio, Walter Antillón Montealegre quienes han forjado su conocimiento en el derecho individual, colectivo y procesal para proteger a los trabajadores del sector bananero. Su presencia ha sido crucial en la defensa de la estabilidad laboral, el salario justo, la jornada digna, la vivienda y el derecho a la salud, convirtiendo estas exigencias en leyes a través de convenciones colectivas, derribando las estructuras patronales de compañías, testaferros e incluso desafiando al propio solidarismo.

De la épica resistencia de los obreros bananeros brotó una literatura que nos narra su sacrificio, su crudeza y su insaciable sed de justicia. Carlos Luis Fallas Sibaja, con su inmortal Mamita Yunai, nos retrató la explotación sin límites; Carmen Lyra, en Banano Hombre, nos dejó la huella imborrable de Estefanía y su hija enfrentando la brutalidad del sistema. En DONDE NADIE del periodista y filólogo Carlos Villalobos destapó el horror del envenenamiento de trabajadores y sus familias, el daño irreversible en la tierra y el agua. La literatura sigue dando testimonio de esta lucha con LLENA de Gerardo Vargas Varela, las investigaciones de Vladimir de la Cruz L., Marielos Aguilar Hernández y Óscar Aguilar Bulgarelli, y los estudios sobre La United Fruit Company y las huelgas bananeras del Dr. Arturo Fournier Facio.

Hoy, en un presente que todavía enfrenta tempestades de injusticia, un grupo de valientes sindicalistas mantiene viva la llama de la reivindicación obrera. José Luis Castro Vargas (UTRAATLA), Steven Rodríguez Obregón (SINTRAPYBCR), Elvis Rivas Fernández (STAGASH), Carlos Orozco Alvarado (UTRABASI), Didier Leitón Céspedes (SITRAP), Walter Campbell Gómez (STRACHIRI), Donaldo Álvarez Cruz (STRASEICO) y José Agustín Centeno Centeno (SITRACA) han entregado su esfuerzo y convicción a la defensa de los derechos de los trabajadores bananeros. Sus voces resuenan en la misma melodía de las luchas históricas, enfrentando obstáculos que exigen mayor formación sindical, fortalecimiento técnico-profesional, seguridad ocupacional y, sobre todo, la consolidación de una federación que unifique a los sindicatos bananeros.

El sindicalismo sigue enfrentando desafíos gigantescos. La reivindicación de derechos individuales, colectivos y procesales aún es una batalla por ganar, al igual que el mejoramiento de salarios, la estabilidad laboral y la restauración de la solidaridad dentro del movimiento sindical nacional, que muchas veces ha olvidado a los trabajadores bananeros y su causa. Es un reto inmenso, pero un reto que no ha perdido su urgencia ni su relevancia.

Conscientes de la trascendencia de esta lucha, el exdiputado Gerardo Vargas Varela impulsó un llamado a la población y promovió la Ley N° 9393, firmada el 29 de agosto de 2016, durante la presidencia de Luis Guillermo Solís Rivera. Gracias a esta ley, se instauró el 4 de agosto como el Día del Trabajador Bananero, una fecha nacional para rendir homenaje a quienes han construido la historia laboral del país con su sudor y resistencia. En un esfuerzo por arraigar esta memoria en las futuras generaciones, la celebración también se integró al calendario escolar, asegurando que cada centro educativo honre el papel fundamental de estos trabajadores en la cultura, historia, sociedad y economía de Costa Rica.

Que esta conmemoración no sea solo un recuerdo, sino un compromiso de lucha por la dignidad y los derechos de los obreros bananeros. Porque su causa sigue siendo la nuestra.

San José, Costa Rica, 8 junio 2025.