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Etiqueta: encadenamientos productivos

Seis candidaturas presidenciales suscriben Pacto por la Producción Agropecuaria

En el Campus Tecnológico del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) se realizó este martes 9 un conversatorio con candidaturas presidenciales, en el que se firmó el Pacto por la Producción Agropecuaria, una iniciativa impulsada por el Grupo Liderazgo del Sector Agropecuario, integrado por la Corporación Hortícola Nacional, UPA Nacional, UNAG y UPIAV.

La actividad inició con la exposición del economista Francisco Esquivel Villegas, quien señaló que el sector agropecuario tiene un potencial estratégico para reactivar la economía nacional. Explicó que, con un apoyo adecuado después del 8 de mayo, el agro puede crecer y, además, arrastrar al resto de la economía mediante encadenamientos productivos, lo que podría llevar a un crecimiento económico del 8% anual, en lugar del 3,5% que actualmente se sostiene sobre el modelo de ensamblaje de zona franca, con baja capacidad de encadenamiento.

Esquivel subrayó que los encadenamientos son “el tren de muchos vagones” que permiten que el dinamismo del agro se traslade a múltiples sectores, generando empleo y fortaleciendo el mercado interno. Planteó que una estrategia productiva alternativa requiere combinar el modelo exportador con un renovado impulso al agro, el turismo y la construcción en infraestructura.

Posteriormente, se procedió a la lectura y firma del pacto.

Pacto por la Producción Agropecuaria

Grupo Liderazgo del Sector Agropecuario

El Grupo Liderazgo del Sector Agropecuario, conformado por la Corporación Hortícola Nacional (CHN), la Unión de Pequeños Productores Agropecuarios Costarricenses (UPANACIONAL), la Unión Nacional de Productores Agropecuarios Costarricense (UNAG) y la Unión de Productores Independientes y Actividades Varias (UPIAV) nace desde la iniciativa de articulación nacional del sector agropecuario, como organizaciones sociales y agropecuarias de todo el país. Su objetivo es el fortalecer el sector agropecuario, sus organizaciones y lograr una plataforma de incidencia desde los agricultores para la construcción de política pública nacional. Nuestras organizaciones han desarrollado una propuesta de política pública, de la cual nace la presente carta de compromiso de apoyo a los 10 puntos que hemos considerado prioritarios e imprescindibles para el desarrollo del sector. En consecuencia, respetuosamente solicitamos a las personas y partidos políticos que aspiran a la presidencia de la República suscribir este Pacto por la Producción Agropecuaria.

Nos comprometemos a desarrollar políticas públicas que incluyan las siguientes propuestas prioritarias:

1. Defender la producción nacional
Temas prioritarios: Suspensión de la participación del país en procesos de apertura comercial, o en bloques económicos, que amenacen la producción nacional y nuestra soberanía alimentaria (defensa de la producción nacional), como por ejemplo Alianza del Pacífico, Acuerdo Transpacífico y otros. Respeto y observación de las condiciones ya pactadas en tratados bilaterales. Defensa diligente del Estado frente a prácticas de fraude comercial y subfacturación. Cumplimiento de las reglas de origen evitando prácticas de triangulación y de violación de la denominación de origen de los productos nacionales.

2. Optimizar los procesos productivos por medio de la innovación
Temas prioritarios: Digitalización rural. Financiamiento preferente a propuestas productivas innovadoras. Desarrollo e innovación de infraestructura y suministros (insumos biológicos, por ejemplo). Encadenamientos productivos y de servicios. Investigación y capacitación.

3. Enfrentar el cambio climático
Temas prioritarios: Investigación en semillas y recuperación de semillas criollas para las comunidades locales. Desarrollo de sistemas de riego sostenible como herramienta de adaptación al cambio climático (sequías e inundaciones). Agricultura protegida. Programas de formación para la adaptación al cambio climático.

4. Potenciar los impactos sociales y los aportes culturales positivos ligados a la actividad agropecuaria
Temas prioritarios: Generación de empleo digno y bien remunerado en el sector rural. Relevo generacional en la producción y la organización agropecuaria. Asociatividad regional y nacional. Salud pública a través de la producción de alimentos saludables. Aseguramiento de las personas trabajadoras del campo. Preservación de las tradiciones culturales asociadas a la actividad agropecuaria. Distribución de la riqueza, mediante políticas públicas económicas sostenibles para el sector agropecuario. Equidad en la tenencia y el acceso equitativo a la tierra.

5. Fortalecer el mercado nacional agropecuario
Temas prioritarios: Comercio justo y transparente para la producción nacional. Mecanismos para acortar la cadena de producción y comercialización entre el consumidor y el productor, como lo han sido las experiencias de la Feria del Agricultor o los programas del Consejo Nacional de Producción, CNP (Programa de Abastecimiento Institucional, PAI). Uso eficiente de la cadena de frío en manos del Estado, cooperativas del sector agrícola y corporaciones agropecuarias. Transparencia de las cadenas de comercialización de productos agropecuarios y el mejoramiento de la redistribución de la riqueza. Fomento a esquemas asociativos en las cadenas de comercialización como alternativa a la concentración de los centros de acopio y comercialización en pocas manos. Establecimiento de un mecanismo de financiamiento del poder de compra de la población que está en condición de pobreza extrema, usando los recursos del Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (FODESAF), para la adquisición de alimentos elaborados por los productores nacionales.

6. Garantizar la salud humana y la inocuidad alimentaria
Temas prioritarios: Promoción de buenas prácticas agrícolas para evitar la contaminación de los alimentos. Fortalecimiento de los controles fitosanitarios y zoosanitarios y de inocuidad para el bienestar de la producción nacional en los diferentes espacios de comercialización agropecuaria. Controles estrictos y en apego a la normativa fitosanitaria y de inocuidad al ingresar productos agrícolas al territorio nacional.

7. Mejorar la accesibilidad del financiamiento para el sector agropecuario
Temas prioritarios: Acceso a los fondos de la Banca para el Desarrollo y otros mecanismos formales de financiamiento. Consolidación de los sistemas de garantías como garantías inmobiliarias, garantías mobiliarias, avales y mecanismos de factoreo, incluyendo los contratos de compra del CNP a los proveedores del PAI. Revisión de las normativas financieras para el fortalecimiento del sector agropecuario. Defensa del consumidor financiero. Mejoramiento en la prestación de los servicios de la banca estatal al productor nacional.

8. Crear una política integral de seguros agropecuarios accesibles
Temas prioritarios: Concientización y educación hacia el sector agropecuario sobre la importancia de los seguros para proteger las cosechas y los animales, de manera que se amplíe su uso y, en consecuencia, baje el monto de la prima. Revisión y mejoramiento de la estructura de seguros, así como la normativa ajustada a los nuevos cambios del entorno nacional e internacional. Creación de un seguro agropecuario como apoyo para la reducción de tasas de interés de los créditos al sector agropecuario (reducción del riesgo). Implementación de seguros agropecuarios indexados a los riesgos meteorológicos y del cambio climático.

9. Promover una actividad agropecuaria en sinergia con el ambiente
Temas prioritarios: Participación de todos los actores sociales y productivos en el diseño e incidencia de la política pública ambiental y agropecuaria, que logre ser sostenida por los grandes acuerdos nacionales. Promoción de la agricultura orgánica y otros sistemas sustentados en prácticas agroecológicas como la agricultura regenerativa, la cual se fundamenta en la protección de la biodiversidad, la salud de los suelos y la conservación y uso racional del recurso hídrico. Promoción de prácticas que reduzcan el uso de agroquímicos en el sector agropecuario. Promoción de una producción agropecuaria baja en emisiones de carbono como herramienta fundamental para la reducción de gases de efecto invernadero y la mitigación del cambio climático.

10. Desarrollar una política y planificación territorial que se diseñe y evalúe con los territorios y las personas
Temas prioritarios: Mejoramiento del uso del territorio, garantizando la participación de las personas involucradas en la producción agropecuaria en los procesos de planificación territorial. Consolidación del rol del Instituto de Desarrollo Rural, INDER, en la planificación de los territorios rurales a nivel nacional. Cumplimiento de la normativa vigente para las zonas protegidas, aprovechando los servicios ambientales a la agricultura.

Firmas del pacto

Las candidaturas que suscribieron el pacto fueron (orden alfabético por el primer apellido):

  • Claudio Alpízar Otoya, Partido Esperanza Nacional

  • Ronny Castillo, Partido Aquí Costa Rica Manda.

  • Claudia Dobles Camargo, Coalición Agenda Ciudadana.

  • Álvaro Ramos Chaves, Partido Liberación Nacional.

  • Ariel Robles Barrantes, Partido Frente Amplio.

  • Fernando Zamora Castellanos, Partido Nueva Generación.

Como testigo de honor firmó la rectora del Instituto Tecnológico de Costa Rica, María Estrada Sánchez.

La candidata Natalia Díaz dijo que no firmó el documento en el acto, al señalar que había puntos con los que no coincidía. Indicó que se comunicaría posteriormente con el Grupo Liderazgo del Sector Agropecuario para detallar su posición.

Francisco Esquivel propone estrategia alternativa de desarrollo basada en mercado interno y sectores olvidados

Francisco Esquivel Villegas, economista, plantea en su más reciente publicación «Estructura productiva y crecimiento de Costa Rica – Hacia una estrategia alternativa» que el modelo económico aperturista aplicado durante las últimas cuatro décadas no ha logrado crear la estructura productiva necesaria para garantizar un crecimiento elevado y sostenido en el país.

Según el análisis de Esquivel Villegas, la estrategia exportadora basada en la apertura económica «ha sido una locomotora insuficiente» que mantiene a la economía nacional rezagada respecto a las economías más avanzadas del mundo. El autor señala que el nuevo sector exportador ha desarrollado una producción de ensamblaje limitada que no genera los encadenamientos apropiados para estimular la expansión del resto de la economía.

Concentración geográfica y social del crecimiento

El economista destaca que la producción exportadora se ha focalizado en algunas zonas de la región central del país y requiere mano de obra especializada que solo se encuentra en el centro de la nación. Esta característica ha impedido que el crecimiento se extienda al resto del territorio nacional.

«El crecimiento de las últimas décadas ha generado opciones de prosperidad a ciertos segmentos jóvenes de la población, con educación profesional o técnica acorde a las necesidades de ese tipo de ensamblaje. Pero, la prosperidad no llega al resto de la población, de ahí que la concentración del ingreso se ha profundizado», señala Esquivel Villegas en su trabajo.

Divorcio entre exportación y mercado interno

El autor identifica un problema central en el modelo actual: el divorcio entre la expansión exportadora y el dinamismo de la producción orientada a las necesidades del consumidor local. Según su análisis, la estructura productiva de la estrategia de apertura se produjo de manera dispersa, «típicamente liberal, sin plan», y sin interés en la producción para el mercado local.

Esquivel Villegas explica que el mercado interno solo interesó como nicho para el comercio importador, por lo que la demanda interna se abrió ampliamente permitiendo que productos del exterior entraran al país con menos aranceles y restricciones aduaneras, además de contar con un tipo de cambio favorable a las importaciones.

Propuesta de estrategia alternativa

Frente a este diagnóstico, el economista propone una estrategia alternativa que aproveche sectores que han sido relegados en las últimas décadas. Su propuesta se centra en el aprovechamiento del potencial de la agricultura, la agroindustria, la ganadería y sus derivados industriales, el turismo y la construcción.

«Si se aprovecha el potencial de estos sectores, la economía puede ampliar los encadenamientos de la estructura productiva y generar altas tasas de crecimiento que reduzcan la brecha del ingreso por habitante respecto a los países más avanzados», plantea el autor.

Recuperación del mercado interno como eje central

Un ingrediente fundamental de la estrategia alternativa propuesta por Esquivel Villegas es la recuperación del mercado interno, lo que fortalecería la capacidad de crecimiento de la economía. El economista sugiere reactivar el consumo privado mediante políticas distributivas y la inversión privada a través de la creación de estímulos apropiados tanto para empresas nacionales como extranjeras.

El autor estructura su propuesta en lo que denomina una «Etapa IV del proceso exportador», orientada hacia el crecimiento con inclusión social, superando las limitaciones del modelo neoliberal aplicado en décadas anteriores.

Contexto histórico del desarrollo económico costarricense

El trabajo de Esquivel Villegas analiza las diferentes etapas del proceso exportador costarricense, desde las primeras etapas de exportación bajo el enfoque conservador sobre el desarrollo económico, pasando por la Etapa III basada en el modelo aperturista, hasta llegar a su propuesta de una Etapa IV que combine crecimiento e inclusión social.

El economista considera que «ya pasó el tiempo del neoliberalismo» y es momento de repensar la inserción al mercado internacional de las economías latinoamericanas, reconociendo que muchos procesos de exportación de las últimas décadas generaron «una expansión incompleta, desequilibrada, sin visión de desarrollo».

La publicación completa está disponible para descarga gratuita en el sitio web de SURCOS Digital, donde las personas interesadas pueden acceder al análisis completo y las propuestas detalladas del autor para una nueva estrategia de desarrollo económico en Costa Rica.

Enlace para descarga: https://surcosdigital.com/wp-content/uploads/2025/08/F-Esquivel-CR_Estructura-Productiva-Y-Crecimiento.pdf

¿Por qué se van empresas de Costa Rica?

Welmer Ramos González

¿Es normal o es anormal que se vayan algunas empresas extranjeras de un país?

Es un asunto que hay que analizarlo en la dimensión correcta del entorno en que se desarrolla y en cada caso particular.

1- La inversión es importante para el crecimiento de la producción de un país. La inversión sin apellidos, si es nacional mejor y aún más, si viene al régimen definitivo.

2- Las empresas transnacionales constantemente están revalorando dónde producir (país) por medio de unos 10 factores, entre ellos: estabilidad política, estabilidad macroeconómica, independencia del aparato jurídico del político, nivel de escolaridad y disponibilidad de personal capacitado, seguridad interna, capacidad adquisitiva de la población, calidad infraestructura existente, acceso a otros mercados mundiales, y también impuestos, aunque en menor medida. Este último no es ni por asomo el más relevante, muchas empresas todos los años llegan a la Unión Europea que tiene altos impuestos pero que cubre todo lo demás factores con creces.

En el caso de Intel y Qorvo que han expresado que cierran parte de la operación en Costa Rica, operan en Zona Franca por lo que están exoneradas de impuestos, por lo que esa no es la causa.

3- Hay factores son determinantes para ubicarse en Costa Rica y que por lo tanto se deben cumplir, como la seguridad de obtener los insumos para producir a tiempo y a un costo razonable. En el caso de CR esto es una falla competitiva enorme y sin perspectiva de resolverse en el mediano plazo. Un barco puede durar un mes esperando campo en el muelle, lo que dispara los costos y puede hacer desaparecer toda rentabilidad de la empresa y, luego hay que añadirle los costos de nacionalización de la mercancía elevados.

Un gerente que debe responder a un proceso productivo mundialmente integrado fallará en cumplir a tiempo una y otra vez, con consecuencias nefastas para la operativa global de una marca y la rentabilidad.

4- El encarecimiento y la vulnerabilidad del sistema de logística mundial (la cadena de suministros) después de COVID-19 ha sido muy importante y obliga a las empresas a integrarse más cercanamente.

5- La inestabilidad política del sistema comercial y político del mundo obliga a las empresas a modificar sus procesos productivos a fin de reducir vulnerabilidades en costos y en seguridad de suministros.

El grado en que un gobierno “débil de carácter” se afilie a un bloque y rechace a otro juega de manera importante en la decisiones empresariales.

6- Que se vayan unas empresas es normal en todo tiempo; lo que importa es que la inversión neta crezca año a año, que el empleo aumente, y que la riqueza llegue a todos: a la gente, al gobierno, y a los encadenamientos productivos.

7- En el 2014, Intel disminuyó su personal en CR en unos 1500 personas y sólo dejó a la mitad en labores de desarrollo y prueba de productos y sistemas, pero con el paso de los años volvió a manufacturar aquí. En ese año, ocurrió que dos meses después del recorte el 98% de los cesados habían encontrado trabajo en otras empresas.

Con lo dicho hasta ahora por la prensa no es posible evaluar con determinación cuáles son las razones para el cierre de una parte de las operaciones de Intel y Qorvo, o tal vez no lo sabremos.

El gobierno deberá actuar con rapidez para apoyar y ayudar a los cesados a reubicarse y seguir aportando riqueza.

27-07-2025

Mercado laboral costarricense se ha vuelto más “selectivo”

Greivin Salazar Álvarez

Greivin Salazar Álvarez, Observatorio Económico y Social,
Escuela de Economía, UNA

La emergencia sanitaria generada por el COVID, así como su respectivo proceso de recuperación y vuelta a una “nueva normalidad”, ha generado una serie de cambios en el mercado laboral costarricense, los que han implicado una serie de retos a nivel país.

Uno de esos cambios apunta hacia una mayor “selectividad del mercado laboral”, en términos de que en la actualidad son más los empleos generados para personas con un nivel educativo relativamente alto que bajo.

A lo largo del 2019 (un año antes del inicio de la pandemia), en promedio, 34 de cada 100 empleos correspondían a personas con un mínimo de educación primaria (incompleta o completa), mientras que para personas con educación universitaria (sin con título), la cifra fue de 26 de cada 100, lo que significó una diferencia a favor del primer grupo de 8 puntos.

Esta situación ha venido cambiando, especialmente desde el 2023, siendo que en la actualidad los datos son completamente opuestos. Es de esta manera, que para el I trimestre del 2024 (último dato disponible) 29 de cada 100 empleos son para personas con un mínimo de educación primaria y 32 de cada 100 para personas con educación universitaria, la diferencia es de 3 puntos, pero ahora a favor del segundo grupo.

Estos resultados se podrían considerar positivos en un escenario de cierta normalidad económica, lo cual no es el caso, por cuanto es preciso recordar que la pandemia generó una importante salida de personas del mercado laboral, especialmente en ocupaciones de baja calificación. De hecho, en términos generales a la fecha existen alrededor de 22 000 puestos de trabajo menos con respecto a inicios del 2020 (considerando únicamente los rangos de edad de 15 a 59 años, para así aislar el efecto jubilación anticipado observado al cierre del 2023).

¿A qué se debe esta situación? Uno de los factores determinantes ha sido el acrecentamiento de la histórica dualidad productiva y su mayor visibilidad en el mercado laboral.

De acuerdo con el índice mensual de actividad económica (IMAE) que publica el Banco Central de Costa Rica (BCCR), entre febrero 2020 y abril 2024, la producción nacional ha tenido un crecimiento acumulado del 13%, para el caso de las empresas del régimen definitivo (más de base local) del 7%, mientras que para aquellas pertenecientes al régimen especial (asociada con la inversión extranjera directa) del 61%.

Sin embargo, la preparación y habilidades que normalmente demandan estas últimas firmas (más orientadas a las ingenierías, manejo de un segundo idioma, capacidad de trabajo en equipo, liderazgo, creatividad y resolución de problemas, entre otras) difieren de las requeridas por las primeras y no todas las personas disponen de las mismas (“núcleo duro” asociado a la llamada economía tradicional).

Lo anterior, se ha visto reflejado en el mercado laboral, por cuanto entre el 2019 y los primeros tres meses del 2024, el empleo formal (asociado a actividades que requieren normalmente más preparación) ha crecido un 14%, mientras que el informal se ha contraído en un 18%.

Ante este panorama, surgen una serie de retos a manera de tareas constantes, a saber:

Fortalecer los encadenamientos productivos entre las empresas nacionales y la inversión extranjera directa, para superar la dualidad productiva; así mismo, desconcentrar el esfuerzo productivo nacional más allá del área central del país (según datos del BCCR, para el 2020 solo los cantones de San José y Alajuela generaron el 35% de la producción nacional, en contraste, 66 cantones aportan a penas el 31%).

En este sentido se requiere extender el esfuerzo productivo y de atracción de la inversión extranjera directa a las llamadas zonas periféricas del país, para lo cual es indispensable mejorar su infraestructura, servicios y calificación del talento humano, identificando desde un inicio las posibles articulaciones con el aparato productivo regional (no al contrario, que primero se atrae la IED y luego se busca como concretar dicha articulación). Para tales efectos, es recomendable valorar las potencialidades que ofrecen las “ciudades intermedias” como articuladoras de la dinámica del centro del país con el resto de las regiones.

Fortalecer las habilidades del núcleo duro, para que las personas que decidan reinsertarse al mercado laboral puedan hacer frente a su creciente “selectividad”, o bien, para aquellas otras que están dentro de este (desempleada u ocupada) puedan en el mediano plazo trasladarse a ocupaciones de mayor productividad y retribución.

Por tanto, se debe fortalecer los vínculos entre las instituciones formadoras del talento humano y el sector productivo, siendo este último un actor interesado, especialmente al considerar la escasez de personal que se ha venido observando (según la firma Man Power, el 70% de los empleadores encuestados en el país expresaron tener dificultades para encontrar el talento que requieren, cifra históricamente alta).

Para el caso de la reinserción laboral femenina, es indispensable implementar el fortalecimiento de las redes de cuido (niños y personas adultas mayores), bajo un enfoque tripartito: sector público, empresa privada y comunidades, dado que la principal razón entre las mujeres para encontrarse fuera del mercado laboral ha sido la atención de obligaciones familiares (un 42% según la última encuesta continua de empleo – I trimestre 2024 – elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos).

En conclusión, esta es apenas una breve propuesta sobre medidas que se deben tomar con el objetivo de que la dinámica del mercado laboral observada en los últimos años no se convierta en factor para una mayor desigualdad socioeconómica en el país.


1.Son aquellas ciudades que tienen una cantidad relativamente importante de relaciones económicas con la médula (centro del país) y con los cantones más alejados, tal es el caso de Pococí, San Carlos, Pérez Zeledón y Liberia (Para más información consultar Informe del Estado de la Nación 2021, pág. 157-174.

El agro y el mercado interno en la estrategia de desarrollo costarricense

A pesar del énfasis dado a la producción de ensamblaje, la vocación agraria del país se mantuvo en la estructura productiva. La producción agrícola, la agroindustria y la ganadería atienden una parte importante de la demanda agregada que se produce en la economía. El 13% de la demanda es generada por el mercado interno y el mercado externo es producido por este segmento productivo. (Esquivel, F.,2021, p.115)

German Masís Morales

El libro recientemente publicado por el economista Francisco Esquivel, denominado “Análisis de la estrategia de desarrollo costarricense: macroeconomía de un modelo desequilibrado”, muestra con claridad el papel del sector agrícola y del mercado interno en las sucesivas etapas del crecimiento económico del país, conocidas como las etapas del proceso exportador.

El libro del investigador Esquivel, revela muy bien la participación o exclusión de la producción agrícola en particular la que era dirigida al mercado interno en las diferentes etapas, su aporte al desarrollo productivo, la relación con las importaciones del país, su importancia en la generación de encadenamientos productivos y su papel en una eventual IV etapa como parte del proceso de gestión de ventajas competitivas hacia un desarrollo más equilibrado.

La controversia y la falsa disyuntiva entre ambos sectores, como lo plantea el autor, inicia en la etapa II, en la que “asumiendo que en esta etapa había sido un período gobernado por la expansión del mercado interno, deprimiendo al sector exportador, se planteaba que debía olvidarse el papel del mercado interno y volver a la esencia de una economía pequeña que debía ser la exportación.

(Por el contrario, afirma), existió un funcionamiento articulado entre lo externo y lo interno, que permitió un mejor desarrollo nacional y una etapa de inclusión social. (Esta etapa dice) generó más desarrollo productivo, superando la obsoleta visión oligárquica de la ventaja exclusiva del proceso exportador.

Lo adecuado era plantearse cómo revitalizar el proceso exportador para mantener y ampliar lo alcanzado en la etapa II, mediante la reconstitución del mercado interno, sobre una base de eficiencia económica y una profundización de los mecanismos de inclusión. Pero se hizo lo contrario, la falacia del dogma liberal-conservador permitía desacreditar el papel del mercado interno, como el causante de la crisis, llamando a maximizar la exportación, (con lo que) se tendrían los ingresos para comprar “lo necesario”, que no debe producirse en el país porque resulta ineficiente”. (Esquivel, F.,2021, p.80)

Ante la crisis de inicios de la década de los 80, fue necesario empezar a definir una nueva estrategia de desarrollo que va a tomar la forma de un desarrollo orientado hacia el exterior; las exportaciones son el centro de la nueva estrategia de desarrollo.

A nivel del sector agropecuario, la transformación se materializa en la llamada “Agricultura de Cambio”, que consiste en la diversificación y complementación de la estructura productiva tradicional, con la incorporación de nuevos cultivos no tradicionales para exportación. (Cambronero y Monge, Universidad Nacional, 1992, p.201)

De esta manera, “se generó la etapa III del proceso exportador, en la que la estructura productiva de esta nueva etapa exportadora basó su dinamismo en una reorganización de la industria y en una nueva participación de la agricultura. El surgimiento de las nuevas áreas de producción se produjo de manera dispersa, atendiendo a las oportunidades de cada momento. (…), la industria y la agricultura se reorganizaron para atender nuevos nichos de mercados que ofrecía el mercado mundial.

Mientras, la parte del sector agrícola que producía para el mercado local fue atacada sistemáticamente, por lo que varios productos experimentaron reducciones significativas. Por esta razón, el sector agrícola continuó perdiendo importancia relativa en el total de la producción.

La estrategia que impulsó la etapa III no tenía interés en la producción para el mercado local. Lo que se buscaba era el crecimiento basado en la exportación, sin importar los efectos desestimulantes sobre amplios sectores productivos nacionales, en particular las pequeñas y medianas empresas. Desde el punto de vista microeconómico, el perdedor fue el empresario que producía para el mercado local, dado que no existió una estrategia de reconversión productiva”. (Esquivel, F.,2021, p.97)

Una de las medidas de política implementadas junto al impulso de la exportación agrícola no tradicional, fue el desestimulo a la producción de granos básicos, expresada en la reducción de los programas de investigación, transferencia y asistencia técnica y la disminución del crédito a esa actividad.

De manera deliberada, se realizó el desmantelamiento paulatino de la infraestructura institucional de los entes que habían apoyado al productor nacional, entre cuyas instituciones estaban el CNP, el MAG y el IDA. (Masís, G., revista Ambientico N°176, 2008).

Durante esta III etapa, la producción exportadora había crecido más rápido que la producción para el mercado local, sin embargo su crecimiento sólo llegó a alcanzar un máximo del 30% en las exportaciones en el período entre 1992 y el 2019, lo que se explica según el texto, “porque el sector agrícola, aunque exportó nunca fue una prioridad de la estrategia de crecimiento, que si lo fue la expansión industrial para exportación desarrollada como un nuevo proceso de ensamblaje, cuyos casos más representativos han sido la producción de componentes para la tecnología de la información, la producción de equipo médico, sectores que generan crecimiento y empleo, pero reducido al ámbito cercano a su producción; no generan encadenamientos relevantes hacia el conjunto de la estructura productiva.

Las actividades de ensamblaje, por la dificultad de lograr en el país un abastecimiento amplio de materias primas e insumos, han producido una dependencia de las materias primas, los insumos y los servicios importados hasta en un 38% (2017); como consecuencia de esta dependencia de las importaciones, las industrias de ensamblaje generan la menor cantidad de encadenamientos siendo uno de los factores más importantes de la aceleración de las importaciones en esta etapa.

En tanto, el segmento más dinámico de la agricultura y la agroindustria es el menos dependiente de las importaciones, ya que solo el 8% de su valor corresponde de insumos traídos del exterior; por eso se convierte en el área productiva que produce más encadenamientos. En este segmento se encuentran la producción de diversos tipos de carne, así como la producción de café y azúcar; se trata de procesos productivos que compran la mayor parte de sus materias primas e insumos adentro de la economía, por lo que necesitan un nivel bajo de importaciones (Esquivel, F., p.88).

De manera similar, el resto de la agricultura y la agroindustria, así como la ganadería, adquieren mucho de sus materias primas a lo interno de la economía, pero necesitan un nivel un tanto más elevado de importaciones, llegando a adquirir el 17% de su valor en importaciones”.

Por su parte, observando la capacidad de generación de encadenamientos de los principales sectores productivos y utilizando un multiplicador (cuantos colones adicionales se generan por cada 100 colones producidos), se confirma que “los mejores encadenamientos se producen en la agricultura y la agroindustria, generando 104 colones adicionales.

Mientras las nuevas actividades impulsadas por la etapa III muestran una capacidad limitada de generación de encadenamientos, con un multiplicador de 20, esto se debe a que se trata de un ensamblaje altamente dependiente de las importaciones de materia prima”. (Esquivel, F, p.120).

Frente a las limitaciones estructurales de la III etapa del proceso exportador, el documento propone una IV Etapa, fundamentada en los siguientes elementos:

  1. “Costa Rica debe superar los problemas de desarticulación de las cadenas productivas con el aparato productivo interno y que disminuyan las importaciones, impulsando una estrategia exportadora basada en áreas productivas con capacidad de generar encadenamientos relevantes.
  2. La optimización del crecimiento necesita combinar los estímulos a la exportación y a la expansión del mercado interno; con esto se producirá un proceso de expansión en donde el mercado externo crezca en armonía con el mercado interno. En ese sentido, la producción local debería ser generada con estándares de eficiencia y de calidad mundial.
  3. En un enfoque alternativo, la necesidad de participar activamente en el comercio internacional, mediante una estrategia de gestión de ventajas competitivas sustentada en el avance tecnológico y en la inclusión social. En esta estrategia se trata de un proceso gradual y selectivo, que posibilite un proceso de preparación de permita el cambio de las empresas y de su entorno sectorial y nacional. (Esquivel, F., p.194).
  4. “Es indispensable que la apertura de la economía se haga de tal modo que no involucre la destrucción de la capacidad instalada existente y que permita una efectiva reconversión de las actividades productivas. En un enfoque de reconversión productiva, la ventaja competitiva se construye mediante un proceso de preparación, con el que se busca resolver los rezagos de una estructura productiva heterogénea y aprovechando las condiciones naturales y la experiencia productiva del país.
  5. La estrategia impulsaría un modelo productivo que incremente la producción exportadora aprovechando el potencial que tiene el país para generar encadenamientos productivos, utilizando los recursos naturales, la biodiversidad, la mano de obra y la experiencia productiva de las diferentes regiones. En ese sentido la prioridad la tendrían sectores como la agroindustria, el turismo que genera encadenamientos y la producción de servicios de alto valor.” (Esquivel, F., p.199)

En la década de los 90, varios economistas centroamericanos prepararon propuestas para impulsar el desarrollo de la región con base en la agroindustria, la actividad pesquera y la producción forestal. La articulación sinérgica entre agricultura e industria se planteaba como el camino idóneo para lograr procesos acumulativos de valorización de la producción que sea crecientemente competitiva en el marco regional e internacional;

La estructura productiva polivalente se componía de cadenas productivas capaces de fabricar bienes diversos de manera simultánea y alterna; una capacidad agroindustrial de múltiples salidas en sus cadenas productivas que formarían una red integrada transversalmente, la abundancia de su fuerza de trabajo y una diversificación productiva de bienes finales e intermedios, fundamentalmente a partir de su estructura productiva agroindustrial. (Esquivel, F., p.204).

En el caso de Costa Rica, la propuesta de desarrollo agroindustrial elaborada tenía como prioridades los productos lácteos, la producción de dulce y otros derivados de la caña de azúcar, el beneficio del café y el cacao en pequeña escala, la elaboración de bocadillos y frutas deshidratadas, desarrollo de productos a base de yuca y el procesamiento de especias, dentro de un proceso de incorporación de tecnología e innovación, dirigido a elevar la calidad y competitividad de los productos agroindustriales en los mercados locales y regionales. (Masís,G.,1993,p.63).

En el planteamiento de Esquivel para la IV Etapa, el sector exportador crecería de manera armónica con la producción para el mercado local; (propone) “se logre una nueva articulación de lo externo con lo interno y pueda generarse un período de crecimiento donde la expansión del mercado externo esté en armonía con la expansión del mercado interno. (Esquivel, F., p.210).

La idea del desarrollo complementario de los sectores externo e interno y del impulso de los “dos motores” de la economía, ha sido mencionada por organizaciones de productores e investigadores de las Universidades, sin embargo, ha tenido poca acogida entre los grupos políticos del país, en su mayoría indiferentes al potencial del agro y la agroindustria, pero matriculados con la atracción de inversión extranjera directa hacia la industria de ensamblaje y de servicios tecnológicos.