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Etiqueta: esclavitud

¡Ya basta de monarquías!

Mag. José A. Amesty Rivera

Quedamos estupefactos, indignados, alarmados y sin creer, cuando por televisión, era transmitida a nivel mundial, la coronación del rey Carlos III en Londres.

Recordemos que, este increíble acto oficial británico obedece a la llamada Commonwealth, que es la organización, fundada en 1931, y creada por el Reino Unido, para tratar de dar continuidad territorial y política a aquellos territorios y países que habían tenido relación con el Imperio británico, pero sobre los que ya no tenían tanto poder.

Algunos países, conocidos como los reinos de la Commonwealth son actualmente: Antigua y Barbuda, Australia, las Bahamas, Belice, Canadá, Granada, Jamaica, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, las Islas Salomón, Tuvalu, el Reino Unido y, hasta hace poco, Barbados.

A su vez, quien lidera la Commonwealth, es el rey Carlos III del Reino Unido, cabeza de la organización, según los principios de la Mancomunidad, «símbolo de la libre asociación de sus miembros«.

Resulta igualmente asombroso que, según el profesor costarricense Juan Félix Montero Aguilar en su artículo: «Algún día el mundo quedará libre de monarquías«, señala que las «monarquías han dejado una estela de opresión en sus pueblos y súbditos y en particular de explotación, esclavitud, saqueo, masacres, genocidio en sus colonias y excolonias, con lo cual han alimentado su lujo y derroche».

Cuando observamos la coronación, nos indignamos ante tanto lujo y derroche como lo señala el profesor Montero Aguilar, y es lo que pretende este artículo, mostrar tanta riqueza, ante tanta necesidad en el mundo.

En la ceremonia suntuosa, por decir un mínimo adjetivo, por ejemplo, el carruaje donde fue paseado el coronado rey, según la BBC News Mundo, llamada «Carruaje del Jubileo de Diamante, la majestuosa carroza es de apariencia antigua, pero con comodidades modernas como calefacción, aire acondicionado, ventanillas eléctricas, suspensión hidráulica«.  

La Corona de San Eduardo, fue la colocada al rey durante la ceremonia, la estructura es de oro macizo, incrustada de rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y gemas de turmalina.

La Silla de la Coronación es un trono, llamado El Trono de San Eduardo, con decoraciones bañadas en oro.

El primado de la Iglesia de Inglaterra, le puso a la reina Camila (esposa del rey Carlos III), la Corona de la reina María que fue hecha en 1911, para la abuela de la reina Isabel II. La Corona es de plata, cubierta por 2.200 diamantes, tres diamantes de estos, llamados de Cullinan fueron extraídos del diamante más grande del mundo.

Otro Carruaje de Estado de Oro, hecho en madera y bañado en oro.

Para no hacer tan extenso los privilegios, fortuna y otros, de la familia real británica, resumimos según el semanario The Sunday Times, incluyó a la reina Isabel II en su lista de las personas más ricas de Reino Unido con US$430 millones, mientras que la revista Forbes estimó su riqueza en US$500 millones.

También es difícil de calcular cuánto le cuesta la familia real al contribuyente inglés, la seguridad de la familia real, de la que normalmente se encarga la Policía Metropolitana.

David McClure, experto en la realeza y autor del libro «The Queen’s True Worth» (El verdadero valor de la reina), ha estimado que el costo del gobierno para proteger a la familia supera los US$100 millones anuales.

Sin embargo, otras organizaciones como Republic, que aboga por el republicanismo, estima que el costo total de la monarquía, tomando en cuenta los costos de seguridad, es de alrededor de 345 millones de libras esterlinas (casi US$400 millones).

Lo anterior es un derroche y una desfachatez de solo una familia monárquica, que se pavonea a nivel mundial por tv.

Mientras tanto, migrantes de varios países, no importa ahora de que país y de que huyen, con niñas y niños, pululan en las fronteras de varios países de América Latina y el mundo, con hambre, semi desnudos, sucios y sin ninguna garantía de poder salir adelante en otra nación.  

Datos más macroeconómicos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, «entre 702 y 828 millones de personas enfrentaron hambre en 2021«.

Según la Fundación Acción contra el Hambre, cada día 24.000 personas mueren de hambre en el mundo. De ellas, 18.000 son niños y niñas de entre uno y cuatro años. Es decir, ocho de cada diez personas que pierden la vida por culpa del hambre son niños muy pequeños. Esta tragedia afecta especialmente a aquellos lugares que no tienen acceso a alimentos, agua potable, atención sanitaria y todos aquellos servicios básicos para una vida digna.

Así mismo, la escasez de alimentos es una de las principales causas del hambre en el mundo. La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que entre 720 y 811 millones de personas sufrieron hambre en el año 2020.

Además, la ONU ofrece datos de cómo está repartido el hambre y la desnutrición en el mundo. Unos 282 millones de personas viven en África, 418 millones viven en Asia y 60 millones viven en América Latina y el Caribe.

Los datos son abrumadores y extensos, así como los datos del derroche de las monarquias. Por ello es indignante ver como se le da cobertura a nivel mundial a un acto tan cursi, tan vano y tan inverosímil, ante tanta necesidad en el mundo.

Es momento que desaparezca la monarquía, porque es imposible mantener este tipo de gobierno que se caracteriza por: ser un sistema político basado en el gobierno de una sola persona, es decir, que tiene poder absoluto. Tener un rey o reina que solo puede acceder al cargo de manera hereditaria. Tener un monarca que es símbolo de continuidad. Ser una única organización político-administrativa. Estar constituida por normas y mandatos retrógrados. Ser un reinado vitalicio, es decir, que gobierna el mismo linaje real de por vida, excepto que el sistema evolucione o sea derrocado.

Finalmente, se agrega a esta trama perversa, inhumana y sin sentido, lo que acertadamente señala el profesor Montero Aguilar, esta monarquía inglesa y las otras son toleradas por el capitalismo, «con tal que sean monarquías capitalistas«.

Porque el capitalismo, se basa en el máximo beneficio económico sin plantearse ningún límite. Y eso, en un mundo limitado, no es compatible. Cuando el fin es la rentabilidad económica, el bienestar social queda en segundo lugar. No hay capitalismo bueno o malo, siempre es malo en sentido objetivo, no moral, porque genera enfermedad y muerte.

En una sociedad capitalista, como la que vivimos, se centraliza en el desarrollo per se del individuo, defiende la propiedad privada, acumula riqueza y poder, desarrolla la tecnología y explota los recursos naturales. La proposición fundamental del capitalismo es, “vamos a hacer dinero”.

 

Imagen: https://letraslibres.com/

Declaración de Fin de Misión a Costa Rica: Tomoya Obokata, Relator Especial sobre formas contemporáneas de esclavitud

25 noviembre 2022

Relator Especial sobre formas contemporáneas de esclavitud, Tomoya Obokata, presenta Declaración de Fin de Misión a Costa Rica

Declaración de Fin de Misión

Introducción

El Relator Especial sobre formas contemporáneas de esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias, Tomoya Obokata, visitó Costa Rica del 16 al 25 de noviembre del año 2022. Él desea expresar su gratitud al Gobierno de Costa Rica por haberle extendido su invitación y su excelente cooperación, y por entablar un diálogo abierto, franco y constructivo durante su visita.

SURCOS comparte el enlace para leer el informe completo en la página oficial de Naciones Unidas Costa Rica. Esta información fue compartida con SURCOS por Maikol Hernández Arias, secretario general de FENTRAGH.

Declaración de Fin de Misión

Experto sobre las formas contemporáneas de la esclavitud visita Costa Rica

GINEBRA (10 de noviembre de 2022) – El Relator Especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, Tomoya Obokata, realizará una visita a Costa Rica del 16 al 25 de noviembre de 2022.

Durante la visita, el experto examinará casos de explotación laboral que pueden equivaler a trabajo forzoso o en condiciones de servidumbre en diversos sectores de la economía como la agricultura/agroindustria, el turismo, la industria manufacturera y el trabajo doméstico. Obokata también evaluará en qué medida prevalecen las peores formas de trabajo infantil en el país y qué medidas han tomado el Gobierno y las empresas para eliminar estas prácticas.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible exigen a los Estados de «adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a la esclavitud moderna y a la trata de seres humanos y garantizar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y para 2025 poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.»

«Al convertirse en un país «Pathfinder» en el marco de la Alianza 8.7, Costa Rica se comprometió a acelerar la acción en este sentido y deseo evaluar qué progresos se han realizado para poner fin a la esclavitud en el país, cuáles son los desafíos restantes y qué más se necesita para poner fin a las prácticas similares a la esclavitud, incluso en el sector privado», dijo Obokata.

El Relator Especial pasará un tiempo en San José y Los Chiles, y se reunirá con funcionarios del gobierno, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, representantes de la ONU y del sistema interamericano de derechos humanos, organizaciones internacionales y miembros de la comunidad diplomática.

Obokata compartirá sus observaciones preliminares en una conferencia de prensa híbrida el 25 de noviembre en la Casa de la ONU, Oficentro La Virgen No. 2, Zona Industrial, Pavas, San José, a las 10 A.M hora local. El acceso estará estrictamente limitado a los periodistas.

El Relator Especial presentará un informe completo al Consejo de Derechos Humanos en septiembre de 2023.

FIN

El Sr. Tomoya Obokata fue nombrado Relator Especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de la esclavitud en marzo de 2020. El Sr. Obokata es un estudioso japonés del derecho internacional y los derechos humanos, especializado en la delincuencia organizada transnacional, la trata de personas y la esclavitud moderna. Actualmente es profesor de Derecho Internacional de los Derechos Humanos en la Facultad de Derecho de York, y anteriormente enseñó en la Universidad de Keele, en la Universidad de Queen’s Belfast y en la Universidad de Dundee (todas ellas en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte).

Los Relatores Especiales forman parte de lo que se conoce como Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Los Procedimientos Especiales, el mayor órgano de expertos independientes del sistema de derechos humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y supervisión del Consejo que se ocupan de situaciones específicas de países o de cuestiones temáticas en todo el mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y prestan sus servicios a título individual.

 

Fuente: https://www.ohchr.org/es/press-releases/2022/11/un-expert-contemporary-forms-slavery-visit-costa-rica

Esclavitud de Costa Rica: eliminar la jornada de 8 horas – BUSSCO

Un retroceso laboral de 100 años:

La jornada laboral es una de las principales conquistas de la clase trabajadora a través de la historia, que nació como respuesta a las extenuantes jornadas y condiciones de trabajo esclavizantes durante la Revolución Industrial.

La jornada laboral de 8 horas y su consigna “8 horas para trabajar, 8 horas de recreo y 8 horas para dormir”, costó cárcel, sangre y hasta la vida de personas trabajadoras y eliminarla es una afrenta política para la clase trabajadora costarricense.

Abolir la jornada de 8 horas, eliminar los 3 turnos y el pago de tiempo extraordinario: los políticos y empresarios neoliberales nos quieren arrebatar la conquista, imponiendo condiciones de explotación y miseria a todos y todas las trabajadoras.

Mano de obra esclava: este proyecto se enmarca en una política criminal y depredadora de los derechos laborales, el uso intensivo de la fuerza de trabajo y una lógica que busca “abaratar” costos de producción sacrificando los ingresos, la salud ocupacional y el bienestar de las personas trabajadoras y sus familias.

Acepta 12 horas o no tiene trabajo: Con falsas premisas, como si las personas trabajadoras pudieran pactar sus condiciones de trabajo con su patrono en el sector del comercio, las bananeras, las piñeras, las construcciones, entre otros oficios y profesiones, en un país dónde el derecho humano a la organización sindical, único instrumento para superar la desigualdad de la relación laboral, está proscrito en la mayoría de los centros de trabajo.

Demagógicas prohibiciones: las prohibiciones son un artificio, con un Ministerio de Trabajo debilitado políticamente e inoperante, una Inspección del Trabajo sin recursos, instrumentos o potestades reales para tomar acciones contundentes contra las empresas que irrespeten esas prohibiciones.

Feminización de la pobreza: más de un 50% de las mujeres trabajadoras son jefas de hogar, con dobles y triples jornadas, que pretenden “deslumbrar” con 3 días de descanso, que causará un daño irreparable, durante el embarazo, la maternidad, la lactancia, el cuido  de niños, personas con discapacidad y adultos mayores, obligándolas a escoger entre su familia y el trabajo.

Imposible conciliar el trabajo y la vida familiar: muchas personas trabajadoras se movilizan largas distancias desde sus hogares, a veces por horas, con lo cual tendría que desplazarse en la madrugada o a altas horas de la noche (14 o 16 horas) dejando muy pocas horas para labores en el hogar, preparar alimentos, para el descanso y el sueño.

Frustra oportunidades de estudio y movilidad social: de quienes trabajan para poder estudiar, condenando a las personas a estancarse y no mejorar sus condiciones económico-sociales.

Mayor desempleo: en lugar de contratar a 3 trabajadores utilizarían 2 para cubrir las 24 horas. Mientras los países desarrollados promueven la reducción de jornadas, en nuestro país -el tercero con peor equilibrio entre la vida personal y el trabajo de los países del club de la OCDE- pretenden aumentarla.

Proyecto inconstitucional desmantela el Estado de Derecho: este proyecto violenta los artículos 58 y 59 de la Constitución Política, en tema de jornadas y descansos. Luego seguirán con la cesantía, las vacaciones y el aguinaldo.

BUSSCO repudia este proyecto y hace un llamado a las personas trabajadoras y sus organizaciones, para cerrar filas contra este nefasto proyecto. Es hora de organizarnos, confrontar y derrotar estos grupos de poder político empresarial, en defensa de las garantías sociales del pueblo trabajador.

La jornada de 8 horas no se negocia ni concilia con el gobierno ni el patrón ¡El proyecto debe ser rechazado!

San José, 1 de junio 2022

NO SE DEBEN ENTREGAR DERECHOS

Martín Rodríguez E.

La estrategia del Gobierno del sector empresarial es, sentar a la mesa a «todos» los actores sociales para legitimar un atropello más a los derechos de la clase trabajadora y del pueblo.

NADA HA SIDO GRATIS, ningún derecho alcanzado, ni en la seguridad social, laboral o económica, ha sido un regalo, ni del gobierno, ni de los empresarios.

TODO, absolutamente todo, ha sido ganado en las calles, con un pueblo en lucha para mejorar sus condiciones laborales y económicas y las de su familia. Para poder tener casa, educación, alimento y vestido para sus hijos e hijas.

LA CLASE TRABAJADORA de los años 1920´s, 40s, 50´s, 60´s y 70´s, lucharon en las calles, fueron golpeados, encarcelados y asesinados por la policía para poder obtener el derecho a la jornada de 8 horas, las garantías sociales, la salud, la educación, el agua, la electricidad, la vivienda y el Código de Trabajo.

HOY PERDEMOS TODO, hipotecando lo más preciado, el futuro de jóvenes, niños y niñas, que vivirán lo que a inicios del Siglo 19 se vivía, la esclavitud laboral, el hambre y la miseria.

MIENTRAS en muchos países europeos han reducido la jornada laboral de 48 a 35, 32 y hasta 29 horas semanales, en Costa Rica pretenden esclavizarnos.

SI PERMITIMOS este nuevo ataque contra la jornada laboral de 8 horas, preparemos a los jóvenes a vivir en esclavitud.

EN LA ENCRUCIJADA, solo queda un único camino, y estamos legando a ella. Como en una calle ciega, amenazados por delincuentes, solo queda organizarse y luchar.

LAS ORGANIZACIONES SINDICALES, y todo el pueblo costarricense, se enfrenta a la decisión más determinante de la historia de este Siglo, ASUMIR CON VALENTÍA y enfrentar a la narcomafia políticoempresarial que pretende robarse TODO y llevarnos a más desempleo, pobreza y miseria.

DOS COSAS PODEMOS HEREDAR a nuestros hijos e hijas, la actitud valiente en lucha por sus derechos o la claudicación y esclavitud ante un régimen mafioso que opera desde el poder político.

1 de junio de 2022

¿Por qué América va tan rezagada?

Miguel Sobrado

América ha sido un continente poblado inicialmente por los amerindios, que fueron conquistados posteriormente por gente de todo el planeta, especialmente de Europa. La colonización posterior se realizó sobre la base de la servidumbre, la esclavitud e incluso en algunos casos, con el exterminio de la población originaria.

El racismo abierto o subyacente, cimentó las relaciones de dominación, tanto en relación con los indígenas a quienes se sometió en Iberoamérica a la servidumbre a través de las llamadas “Encomiendas”, como de la esclavitud a que se sometió a la población traída de África.

La gran riqueza americana y la base del capitalismo mundial se generaron en este proceso que André de Melo E Castro, Conde de Galveias y Virrey de Brasil definía en 1739: “Sin negros, no puede haber oro, azúcar ni tabaco”.

Hay que recordar que las repúblicas latinoamericanas fueron producto de la sublevación de los criollos descendientes de los conquistadores, cuando se vieron relegados a un segundo plano por los privilegios que la Corona española les daba a los peninsulares, en la gestión y acceso a las riquezas. Los fundadores de estas nuevas repúblicas se habían convertido en dueños de las tierras, de las minas y otros medios de riqueza. No incluían, más que formalmente, a los indígenas y a los esclavos que no tenían peso económico.

Las nacientes repúblicas nacieron “con los dados cargados”. Los criollos ocuparon todo el espectro de poder, frente a las grandes mayorías étnicas incluidas solo como carne de cañón en los combates por la independencia y las múltiples guerras civiles.

Este desequilibrio de pesos e influencias sociales es el que ha pesado en las relaciones de poder en nuestra América y ES UN PROBLEMA SISTÉMICO, QUE NO SE ARREGLÓ NI CON LAS INDEPENDENCIAS NI CON LOS LLAMADOS PROCESOS DE REFORMA AGRARIA.

Los indígenas, los afrodescendientes y los pobres en general, sin facilidades de acceso a la propiedad y a una educación de calidad vieron disminuidas sus posibilidades a los trabajos manuales de menor remuneración. Por otra parte, las elites acostumbradas a vivir de la renta y de las relaciones de poder clientelistas, orientaron sus ingresos hacia el consumo y el comercio. La innovación no encontró un clima favorable, ni estímulos en las políticas públicas, los empresarios creativos no siempre pudieron alcanzar sus metas.

El menosprecio latente del potencial de los nativos y afrodescendientes restringió la inversión en capital humano y esto no fue problema mientras la demanda de trabajo físico era determinante. Al reducirse esta, producto del desarrollo tecnológico, se resquebrajó la estabilidad del tejido social. Carentes de oportunidades los excluidos engrosaron las filas de la marginalidad, la delincuencia y el narcotráfico.

En otros contextos

Las experiencias de reforma agraria después de la II guerra mundial, en Japón, Corea y Taiwán impulsadas por los Estados Unidos en parte por la urgencia política de entonces, pero fundamentalmente para estimular el desarrollo de los mercados internos que estaban cautivos por las estructuras agrarias latifundistas. Estas reformas, apoderaron con medios de producción a amplios sectores campesinos y contribuyeron a generar una clase media que incidiría posteriormente en las transformaciones políticas de esos países.

Otra suerte corrió la reforma agraria impulsada con fondos del Programa Alianza para el Progreso, para contrarrestar la Revolución cubana. Los fondos de este multimillonario programa administrados por los estados latinoamericanos se utilizaron en muchos casos para “colonización”. Esta resulto ser la compra de fincas alejadas a buen precio de los políticos, para realizar asentamientos de campesinos en las remotidades sin vías de comunicación ni servicios básicos.

Contrasta en ambos casos cómo la decisión política de hacer una reforma agraria, hecha desde el poder de militar de la ocupación, funcionó en Asia apoderando a los beneficiarios, pero no así en América Latina, donde la resistencia de las estructuras de poder la transformó en una forma más de hacer negocio para la elite.

En la actualidad, este rezago se MANTIENE Y SE SUSTENTA en el desigual acceso a los medios de producción, acaparados, en gran medida, por los colonizadores y en las limitantes de acceso educativo y de formación profesional de las cuales dependen sus ingresos.

Esto no se puede cambiar solo luchando contra la corrupción, requiere transformaciones en las políticas públicas de inversión, fortaleciéndolas y haciéndolas inclusivas para toda la población, especialmente de oportunidades educativas, de capacitación organizacional y de acceso a la propiedad que generen el capital humano y social del cambio sistémico.

Los esclavos negros de Sevilla

Gabe Abrahams

“Hay infinita multitud de negras y negros de todas las partes de Etiopía y Guinea, de los cuales nos servimos en Sevilla y son traídos por la vía de Portugal”, explicaba el cronista Luiz de Peraza, en el primer tercio del siglo XVI.

En Sevilla, fueron tan numerosos los esclavos negros que un contemporáneo de Luiz de Peraza también escribió que los habitantes de la ciudad “se parecían a los trebejos del ajedrez: había tantos prietos -negros- como blancos”.

Los cronistas de la época dejaron testimonio de que, por Sevilla, uno se encontraba a cada paso con esclavos negros, mulatos, blancos de color loro que recorrían calles, plazas, mercados, fuentes, puertas y las Gradas de la Catedral, entre otros lugares.

Y es que Sevilla, junto a Lisboa, fue la ciudad de Europa con más esclavos negros durante el siglo XVI, porque tuvo el mayor mercado de esclavos de Europa. Las Gradas de la Catedral y la Plaza de San Francisco fueron los principales lugares en los que se desarrolló la actividad esclavista en la capital sevillana.

El negocio de los esclavos negros provocó que estos fueran muy numerosos en Sevilla, alcanzando una cifra altísima. Según un censo realizado por funcionarios eclesiásticos en 1565, había en aquel momento cerca de 7.000 negros esclavos en su censo, sin incluir a los negros que practicaban el Islam, a negros o mulatos libres, etc. Una población que, contando a todos esos grupos, se acercaba al veinte por ciento del total.

En el siglo XV, las rutas esclavistas que nutrían el mercado de Sevilla procedían de Portugal vía el Algarbe, mientras que en el siglo XVI las rutas fueron las africanas, portuguesas y americanas.

El trabajo del esclavo negro sevillano era de diferente signo. La mayoría se dedicaban al servicio doméstico y a tareas propias de los criados. Había porteros, amas de cría, fundidores, curtidores, olleros, albañiles…

No fue el esclavo un “lujo” reservado a la nobleza. Cualquier artesano sevillano, por ejemplo, era dueño de uno o más esclavos negros a los que explotaba en su negocio o por medio del trabajo en su casa.

La Iglesia católica no pidió, en un principio, erradicar la esclavitud, justificando su postura en que esta era aceptada por la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Pablo pidió a los esclavos: “Obedeced en todo a vuestros amos terrenales”. Y exigió a los amos: “Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros esclavos” (Epístola a los Colosenses 3, 22 ss.). Con el pasar del tiempo, la Iglesia católica suavizó su postura y se esforzó en ayudar a los esclavos.

En 1393, el arzobispo sevillano Gonzalo de Mena fundó la Hermandad de los Negritos para auxiliar a los esclavos negros de Sevilla e hizo construir un hospital y una capilla para ellos, junto a la actual calle del Conde Negro. Este clérigo, además, defendió en muchos casos los intereses de los esclavos negros sevillanos contra sus amos.

En los siglos XVI y XVII, la Iglesia católica intentó integrar a los esclavos negros de Sevilla en el resto de la sociedad sevillana, por medio de su participación en las celebraciones religiosas. En la celebración del Corpus, algunas mujeres de color tocaban y bailaban, pagadas por el propio Cabildo de la ciudad. Están documentados al menos 21 grupos de danzas de esta naturaleza en la capital sevillana desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII, con los significativos nombres de Los Negros, Los Negros de Guinea, La cachumba de los negros, Los Reyes Negros, etc.

También se formaron cofradías integradas por negros y mulatos que desfilaron por las calles de Sevilla durante la Semana Santa. Basta enumerar a la Hermandad de los Negros de Triana, la Hermandad de los Mulatos de San Ildefonso y la Hermandad de Nuestra Señora de los Ángeles Coronada, vulgo “Negritos”.

Algunas de las hermandades de negros y mulatos perduraron a través de los siglos. Aún hoy existe en Sevilla una de las hermandades citadas, la famosa Hermandad de los Negritos, que fundó en 1393 Gonzalo de Mena. Hasta mediados del siglo XIX, solo participaron en ella negros y mulatos.

Con el pasar de los siglos, la esclavitud que tantas injusticias y sufrimientos causó a millones de seres humanos en todo el mundo fue abolida y los esclavos negros de Sevilla y sus descendientes, por medio de matrimonios mixtos, se integraron en la sociedad sevillana y en ella se difuminaron.

Los esclavos negros de Sevilla forman parte de la historia de la esclavitud. Representan un pasado incómodo para la ciudad, sobre el que se pasa de puntillas, sobre el que no se quiere profundizar. Hasta la fecha, no ha habido ningún gobierno de la ciudad, de Andalucía o del Estado español que haya querido reconocer este capítulo oscuro de la historia de la capital andaluza.

La historia de los esclavos negros de Sevilla contiene lecciones para el presente. La más importante de todas ellas es la necesidad de respetar la igualdad. Nadie debería ser discriminado por pertenecer a una raza o etnia determinada, y mucho menos ser esclavizado o explotado por ello.

Todos, absolutamente todos, tenemos una deuda pendiente con los esclavos negros de todo el mundo, también con los injustamente olvidados esclavos negros sevillanos.

COLUMNA LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS (2)

Tercera época

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

La proclamación del profesor Pedro Castillo Terrones, como el nuevo presidente del Perú, para el período 2021-2026, ha sido la culminación de tenso proceso que duró más de cinco semanas, durante las que el más que evidente triunfo electoral, obtenido por su partido Perú Libre y su candidato presidencial, en los comicios de la segunda vuelta electoral, efectuados el domingo 6 de junio, recién pasado, estuvo sometido a una tensión constante, y a un intento sostenido de deslegitimar esos comicios por parte de la derecha fujimorista. El próximo miércoles 28 de julio de 2021, cuando se cumplirán doscientos años transcurridos desde la proclamación, en la ciudad de Lima, de la independencia de esa nación sudamericana, el nuevo presidente deberá jurar su cargo, y dará inicio a una difícil gestión gubernamental para lo que cuenta, principalmente con el apoyo de los sectores populares del Perú: el campesinado y artesanado de la Sierra Central, Sur y la Amazonía peruana que votaron de manera abrumadora por un giro histórico en la renovación de las élites del poder, pero también con el valioso concurso de un grupo de profesionales de todo el país. Por primera vez, un presidente serrano, en este caso alguien procedente de Cajamarca, ocupará el sillón presidencial en la vieja capital virreinal, hay grandes expectativas y tensiones por este hecho histórico, que lo es sobre todo por su singularidad y complejidad. Pedro Castillo ha dicho que gobernará para “todas las sangres”, parafraseando el título de la más famosa novela de José María Arguedas (1911-1969), el escritor y antropólogo peruano, nacido en Andahuaylas que encarnó en sí mismo toda la complejidad cultural de ese país, dentro de lo que fue una especie de dualismo entre el mundo andino, quechua y aymarahablante y las gentes de la larga costa del Océano Pacífico.

El elemento central de la geopolítica regional, el desiderátum o vector más importante de ella en estos momentos, es el desesperado y agresivo intento (à quitte ou double, como se dice en francés) de la superpotencia estadounidense por recuperar el control total de los países de la región o subcontinente latinoamericano, cueste lo que cueste, sin importar principios y olvidando hasta el más elemental sentido de humanidad.

El agravado embargo, y las sanciones impuestas desde hace décadas por los EEUU contra Cuba, no sólo constituyen un hecho criminal sino una sofisticada versión de las políticas extorsivas del colonialismo francés en contra de otro pueblo caribeño: el de Haití. Sí, estimados lectores Francia le impuso un bloqueo, y después un embargo al pueblo de Haití, chantajeando a la nación haitiana, con una criminalidad e inhumanidad sin límites, en el lejano año de 1825, como castigo por haberse liberado de las garras del colonialismo y la esclavitud, obligando a uno de los pueblos más pobres del continente, por ese “delito”, por haberse sacudido de esos males entre 1791 y 1804, a pagarle a la potencia colonial europea el equivalente de unos veinte mil millones de dólares, indexados a valores actuales, durante el resto del siglo XIX y hasta el año de 1947, con la amenaza de reocupar la isla y reestablecer la esclavitud, ahora ya sabemos dónde está el origen de la tragedia haitiana del presente, un pueblo cuya suerte a nadie parece importar. ¿cuándo empezará a pagar Francia la inmensa deuda que tiene con el pueblo haitiano? Hélas! nous l`avions déjà oublié, parecen decirnos desde París.

Mientras tanto, el imperialismo estadounidense (o le ponemos un nombre más bonito, para que nadie se enoje) que nunca le perdonó a Cuba el haberse salido de su regazo colonial, a partir de 1959, (el que se había iniciado con la intervencionista Enmienda Platt, establecida al devolverle la “independencia” a Cuba en 1902, después de habérsela arrebatado a España) le impuso un terrible embargo que ha tenido atroces efectos sobre la población, aunque mucha gente del exilio lo niegue, con despiadado y de suyo evidente cinismo.

En medio de todo este panorama sociopolítico latinoamericano, nos encontramos con que un cierto sector de la llamada izquierda regional, a veces estalinista o incluso trotskistizante, ha terminado por adoptar un extraño discurso (en estos tiempos todos parecen serlo) en contra de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, al parecer culpables de todos los males universales, el que presenta distintos grados de intensidad, oportunidad e inoportunidad, en cada caso. Sin importar el grado de acuerdo/desacuerdo que tengamos con esos gobiernos y sus dirigencias políticas, no podemos dejar de reconocer que su sola presencia constituye un obstáculo para la hegemonía imperial en nuestra área continental, razón por la que no logro entender ¿de qué manera se pueden hacer o rehacer “revoluciones” en Nicaragua que recuperen el “sandinismo original” o alguna entelequia así con el “generoso” apoyo en dinero de la USAID, la CIA, la NED y la embajada estadounidense? Todavía no puedo olvidar que durante el golpe de estado, de noviembre de 2019, en Bolivia, contra el presidente Evo Morales, una serie de gentes de los sectores medios paceños, de esos “no me confundas con esos indios” de El Alto y el Altiplano circundante, de presunta filiación marxista, ora estalinista o trotskistizante, hablaban contra el Movimiento al Socialismo (MAS), y de su repudio a lo que llamaban el “castrochavismo” u otras entelequias indescifrables, similares voces se han oído en estas latitudes a raíz de las  recientes manifestaciones que tuvieron lugar en Cuba, de lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso, sobre todo en el caso de las llamadas “izquierdas”, cuya brújula parece andar un poco extraviada.

La sufrida, ocupada y neocolonial: Haití

Por: Lic. José A. Amesty R.

19-julio-2021

La República de Haití, en la parte occidental de una de las grandes islas del Caribe (su vecino oriental es la República Dominicana), es el tercer país más extenso de la subregión (27.750 km2), con una población que ya superó los 11 millones de habitantes (90% de origen africano) y entre la cual más del 80% vive en la absoluta pobreza.

Haití es el primer país latinoamericano que se liberó de la esclavitud. Su realidad económica, social y política, tanto como su historia, son normalmente desconocidas en la misma América Latina, lo que acentúa el aislamiento del que ha sido víctima el país desde la época de la colonia.

Haití es uno de los países menos desarrollados y más pobres del mundo. El 65% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. La miseria económica, unida a la inestabilidad política, tiene una incidencia muy importante en la situación de los niños haitianos, sobre todo en ámbitos como la salud o la educación.

Haití es el primer país negro que tomó su independencia en la sangre de sus combatientes el 1er de enero 1804. Al momento de la independencia su populación era de 500.000 habitantes, su territorio había una cobertura forestal de 80 %. Hoy la populación sobrepasa 12 millones y los bosques originales están alrededor de 1%. Se puede entender que la situación del medio ambiente esta gravísima. Este país, madre de la libertad, cruza uno de los peores momentos de su historia.

Haití no es un país pobre. Haití ha sido empobrecido. Fue instalado, por las ideologías colonialistas, como un territorio habitado por subhumanos. Haití fue la primera nación moderna de América Latina en ser diseccionada del sentido global de humanidad.

Haití, como laboratorio del revanchismo colonial, sufrió la génesis de un proceso de des-reconocimiento de la vida. Haití es la génesis del capitalismo gore en Nuestramérica. Haití fue empujado a un olvido dirigido y coordinado por las potencias del mundo, heridas en su ego colonial.

En este sentido, ahora más que nunca Haití necesita de la solidaridad internacionalista y del rechazo a cualquier injerencia e intervención neo-colonizadora.

Veamos algunos datos de la sufrida Haití, los altos índices de inflación y pobreza, la escasez de alimentos y combustible y un desempleo galopante son la radiografía más precisa de la situación en este pequeño país del Caribe con cerca de 11 millones de habitantes.

Datos preliminares de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) hablan de que la economía haitiana cayó al menos 3% en 2020, aunque ya venía en terreno negativo antes de la pandemia con una contracción del 1,7% en 2019.

Padece así mismo, de una alta inflación del 25% anual y se cree que seis de cada diez personas son pobres, o sea unos 6,3 millones, según un informe del Banco Mundial basado en la encuesta de salud y servicios humanos de 2012, la más reciente disponible. El umbral de pobreza, según Naciones Unidas, es de menos de dos dólares al día.

“El 22% de los niños sufre desnutrición crónica. El hambre en Haití va más allá: de los 2,1 millones de personas afectadas por el huracán Mathew en octubre de 2016, un millón sigue necesitando ayuda humanitaria”, de acuerdo con un informe reciente de la ONG Acción Contra el Hambre.

Por otro lado, hoy y desde hace más de cien años, la ocupación norteamericana en Haití gestiona la muerte, el revanchismo colonial, y por ende también el olvido.

El imperialismo quiere una nueva constitución en el país para permitir a las transnacionales comprar tierras legal y abiertamente en Haití para controlar los recursos naturales del país. Se trata de un proyecto de muerte para el campesinado, un proyecto de saqueo definido en el plan de economía verde.

Y si como dicen, el Estado haitiano es “fallido”, es porque así EEUU, Francia y Canadá, potencias colonizadoras e interventoras, lo quisieron. Esa tesis (hiede a racismo), se vuelve a esgrimir para justificar más tropas invasoras. No debemos olvidar que Haití posee litio, tierras raras y titanio.

Recientemente, el asesinato del presidente Jovenel Moïse en Haití, ocurrido el pasado 7 de julio (2021), nuevamente se une a los episodios de escándalo, entre miseria social e inestabilidad política, que caracteriza a una república sin paz ni desarrollo.

Ante estos hechos, obligada a dar una respuesta más fuerte ante la crisis en Haití, la Casa Blanca insistió en los últimos días que “Estados Unidos continúa atento y envuelto en consultas estrechas” con sus socios “para apoyar al pueblo haitiano después del asesinato del presidente”.

El gobierno también dijo que enviará personal del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional a Puerto Príncipe “tan pronto como sea posible para evaluar la situación”, según informó la secretaria de Prensa, Jen Psaki. “Fortalecer la capacidad de las fuerzas de seguridad de Haití es una prioridad clave de Estados Unidos. Lo era antes del asesinato de hace unos días y continúa siéndolo”, dijo.

La Casa Blanca también adelantó que enviará cinco millones de dólares para “fortalecer la capacidad de la Policía Nacional Haitiana para trabajar con las comunidades para resistir a las pandillas”. El envío de tropas, en un momento en que Biden está más concentrado en retirar las que estuvieron en Afganistán por dos décadas, por ahora no está previsto.

Ante tantos agravios al pueblo haitiano, la campaña internacional Stop silence Haití (Basta de Silencio en Haití), exige entre otros los siguientes puntos:

1). Respetar la soberanía de los haitianos y haitianas y denunciar toda injerencia;

2). Escuchar a los actores de la sociedad civil haitiana, que se han pronunciado pública y repetidamente en contra de la celebración de un referéndum y de unas elecciones que, en las condiciones actuales, no serán ni libres ni democráticas, y sólo podrán ser una trágica farsa, con el riesgo de conducir a la restauración de la dictadura;

3). Denunciar la ilegitimidad del referéndum y del proceso electoral, así como la ausencia de condiciones para la celebración de elecciones libres y democráticas;

4). Apoyar un proceso de transición demandado e implementado por los haitianos y haitianas, basado en la Constitución de 1987”.

Es importante sumarse a la campaña Stop silence Haití, como una forma de solidaridad internacionalista con el pueblo haitiano y por el fin de la injerencia imperialista-neocolonial en dicha nación.

Los sectores de izquierda y revolucionarios de nuestra América y el mundo deben expresar su apoyo internacionalista para que la voluntad del pueblo haitiano se escuche y se respete, como el primer paso, para poner fin a la opresión mayor ejercida por el capitalismo-imperialista y a favor de la liberación real mediante la construcción del socialismo en Latinoamérica y el mundo.

Así mismo, hoy, el pueblo haitiano nuevamente está luchando por sus derechos y en contra de la pretensión de los presidentes títeres colocados por Estados Unidos, de prolongar ilegalmente el ejercicio del poder, sustentado en la fuerza y la represión que llevan a cabo las organizaciones paramilitares creadas para reprimir las insurrecciones rebeldes.

Finalmente, en Nuestra América, las voces de justicia para Haití, deben multiplicarse y extenderse, para el fin de tantos años de opresión y el surgimiento de una nueva realidad para la primera nación latinoamericana revalidada al calor del deseo de independencia y soberanía. La esperanza de Haití es la misma que tienen todos los pueblos en el mundo.

Palabras prohibidas

Rosaura Chinchilla-Calderón

En la vida de los pueblos, como en la de las personas, existen palabras y segmentos de la existencia que no se nombran, de las que no se habla, que se tergiversan y se envuelven con la neblina de lo impronunciable. Sin embargo, aunque no se acepte, son esos temas o momentos los que —como descubrirían hace rato las ciencias del comportamiento humano— marcan improntas o huellas que explican no solo lo que somos sino hasta el rumbo que debemos tomar. Es necesario abordar esos temas y hacer fisuras en los silencios pues, como dijese el poeta, por esas grietas es por donde entra la luz.

La Costa Rica de 2021, como nación, no escapa a esa tendencia. En nuestra patria hay, como decía don Pepe, palabras gastadas de tanto usarlas en las luchas más nobles, pero también hay palabras tergiversadas, palabras acalladas y hasta palabras prohibidas. Si entendemos el Parlamento como el lugar del pueblo desde donde se habla, no puede menos que agradecerse y elogiarse la iniciativa de esta Comisión parlamentaria para que —en el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres (así, en plural)—reflexionemos sobre cuatro de esos términos proscritos de distintas formas.

Esta fecha, como sabemos, es formalizada por las Naciones Unidas en 1975, pero hunde sus raíces en el marco de la Revolución Industrial (1760-1840) y en las transformaciones producidas en la economía y en el trabajo que impactaron predominantemente a las mujeres y a la niñez. Durante dicho proceso se agudizaron las desigualdades entre hombres y mujeres, las cuales distintas pensadoras individuales venían exponiendo y que generaron, en 1848 en Estados Unidos, la “Declaración de Séneca Falls”, donde se denuncia la negación que se hace, a más de la mitad de la población, del reconocimiento de sus derechos y la degradación social a que, por medio de leyes injustas, se les somete, luchándose asimismo por el abolicionismo de la esclavitud en general.

Las condiciones precarias del trabajo de mujeres y niñez y la explotación constante de las personas trabajadoras de la industria textil en Nueva York fueron denunciadas por sucesivos movimientos que, mediante huelgas y manifestaciones masivas de miles de mujeres, exigían aumento de sueldos, menos horas de trabajo, derecho al voto y la prohibición del trabajo infantil. Así ocurrió el 08 de marzo de 1857; en 1908 —en donde intervinieron 15,000 mujeres bajo el lema “Pan y Rosas”3— y el 25 de marzo de 1911. Esos movimientos se desarrollaron por varios días y fueron fuertemente reprimidos por la policía. En la última de esas oportunidades, la fábrica de camisas en Nueva York fue incendiada con sus trabajadoras dentro. Murieron 125 trabajadoras y 23 hombres, en su mayoría, migrantes de Europa del Este de entre 14 y 23 años de edad.

SURCOS le invita a descargar el documento para que pueda leer el estudio completo escrito por Rosaura Chinchilla Calderón, en relación con el sentido y la actualidad del Día Internacional de las Mujeres.