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Etiqueta: estrategias de comunicación

Las estrategias educativas y comunicativas ante el reto democrático

Ítalo Fera Fallas

Ítalo Fera Fallas

Propongo una reflexión en relación con el tema de nuestras actitudes y prácticas que dan contenido real a estrategias educativas y de comunicación en los diferentes espacios y con los sectores sociales de las comunidades, en los medios de comunicación y redes sociales en general.

Es colocar la atención y profundizar en los manejos y formas de nuestros vínculos y relaciones de comunicación, en los respetos y afectos genuinos con las personas sencillas y el común de nuestro pueblo.

Sean vecinos organizados, y no organizados de los barrios y pueblos.

Líderes al final todos/as desde sus propias capacidades y destrezas que hacen grande a nuestro país con su voluntariado comunal y social.

Hago hincapié en el estilo y forma de educarnos recíprocamente, (todos enseñamos y aprendemos como decía P. Freire).

Atendiendo la comunicación empática y asertiva, con escucha activa, guiados por los contenidos y coherencia que sólo nos da la sinceridad y la honestidad de nuestras intenciones y sobre todo al final las acciones y los hechos.

Esos son los valores y principios en creciente extinción, con el otro principio de la coherencia entre lo que digo y hago.

Lo anterior me dará la energía para mis actos y relaciones que nos permitirán recuperar la cooperación y solidaridad que hizo diferente y grande a nuestras comunidades y pueblos.

El sistema social nos socializa desde pequeños invadiéndonos con el individualismo, la competencia y los egos inflados. Si no a todos, a las inmensas mayorías de la población. La educación en el relevo que hacemos con la familia, con las amistades y desde el sistema educativo formal e informal, está direccionada a educar con referencia al exitismo monetario, al apego y a la aspiración a acumulación para poseer bienes materiales y el consumismo. Esa ruta se consolida con la crisis de nuestro sistema educativo y de participación voluntaria, de desarrollo social comunal y colectiva.

A lo anterior le podemos añadir todos los demás factores laborales, de inequidad y pobreza.

Las directrices y acciones de recortes de esa inversión social estatal en educación pública y otros programas sociales para la participación y beneficio inclusivo en el desarrollo socio económico del país.

Esos antivalores se convierten en los valores de un exitismo individualista, resguardados en la burbuja del confort egoísta que practica la mayoría de la población.

Esa socialización por medio de los aparatos ideológicos de la sociedad genera en las bases sociales el apoyo y la efectividad para los logros en liderazgos como tantos otros Chaves Robles. Junto a los diferentes espacios de liderazgo y poder existentes en el Estado y la misma sociedad civil.

Pero, además, Chaves logra aprovechar muy astutamente y de forma sistemática, desde su campaña electoral y de con el actual ejercicio de la presidencia, la otra realidad del funesto y corrupto ejercicio en el poder gubernamental de las administraciones gubernamentales y antecesores en el Estado. Élites del poder público que se enriquecieron y empobrecieron a las mayorías del pueblo con un ejercicio corrupto y de fomento a la inequidad social y exclusión. Así logra capitalizar muy hábilmente un justo descontento convertido en decepción y escepticismo hacia esa clase política sembrado con hechos por décadas de años.

Esa misma clase política que llamó a Chaves al gabinete en el último gobierno y lo colocó «en vitrina» para su ejercicio como ministro de la cartera de Hacienda. Así consolidar una regla fiscal y demás directrices de inequidad y tributación regresiva, así como socavar aún más el debilitado Estado de Bienestar Social que sobrevivía en los años 70s y aún los 80s.

Los líderes del movimiento social debemos leer correctamente esas realidades socio políticas y económicas, junto a la indispensable autocrítica, sincera y proactiva para con nuestras acciones.

Con base a todo ello, poder buscar colectivamente soluciones viables y de forma participativa, con diálogos inclusivos y amplios en la diversidad. Liberarnos del funesto parcelamiento y hasta polaridad competitiva que ha caracterizado a nuestros movimientos sociales. Liberarnos del sectarismo y los dogmatismos que nos invadieron por años.

Por el contrario, con prácticas demostrativas del cambio personal y socio colectivo, con las acciones concretas de gobernanzas justas, solidarias, de bienestar social y distributivo para todos en los diferentes espacios comunales, y en nuestras OS y ONGs, empezando en cada localidad del país, demostraremos que el cambio es posible.

Todavía estamos a tiempo para juntar esas voluntades, propósitos y acciones comunes que todavía prevalecen en todo el país.

El grupo del Foro Agenda por C.R. debe y puede dar su contribución en esa estrategia de articulación de personas, grupos, y sectores organizados de la sociedad civil que compartan esos fines y valores del país que queremos. Para ello es necesaria una sistemática acción de seguimiento y evaluación de todas nuestras acciones.

Debemos avanzar marcando la diferencia, sobre todo en la práctica, por esas metas de bienestar socio económico añorado por décadas. Las palabras convertidas en hechos prácticas. Esa es la consigna de acción.

No podemos ni debemos quedarnos con los saberes en nuestras burbujas de confort.

La Madre Tierra y nuestra gente cercana y lejana, el pueblo en todo el país, nos llaman a participar por ese cambio personal, social, estructural, real y sostenido.

Invito a que tracemos una ruta de acciones organizados y con las metodologías, tácticas y estrategias que exige este momento, para hacer realidad las utopías comunes de siempre y que dieron y dan sentido a nuestras vidas.

La Crisis de las crisis

Esteban Beltrán Ulate

Las crisis implican una comprensión de sociedad en tensión constante, situación que responde a una concepción desde la cual existen puntos de presión y “escenarios en tensión”, bajo una multiplicidad de formas. Pensar la humanidad, implica necesariamente pensar la diversidad, por tal razón, decir humanidad es decir pluralidad. No obstante, debido a la globalización que se ha consolidado en nuestra época, bajo una orientación política que instaura una visión de mono-cultura, mono-lengua, y mono-economía, desencadena una hiper-crisis: la crisis de las crisis.

Dicho de otra manera, las crisis son una condición necesaria de todo grupo social donde nada está totalmente asentado, pues la disposición entre tesis y antítesis son constantes, desde diversas dimensiones. El problema que quiero exponer es que, con la modernidad (colonialista, capitalista, patriarcal) se ha constituido una suerte de Torre de Babel, se ha instalado un sentido común, donde la una subjetividad totalizante extiende un discurso a partir de las diferentes estructuras de dominación.

La crisis de las crisis es aquella que perpetra una parálisis de los sistemas de pluri-pensamiento, a partir de la instauración de un macro orden que bajo el discurso a la carta de las necesidades previamente condicionadas por estrategias de comunicación inducen a las sociedades a un modo de “sub-vida”. La crisis de las crisis es aquella donde ya ni siquiera podemos tensar-nos como parte de nuestra condición diversa como especie humana, sino que nos encontramos bajo una condición de dominación que está avanzando de manera turbulenta sobre nuestras sociedades bajo una forma de un “sentido común”, que desencadena nuevas consecuencias en una subjetividad neoliberal masiva.

Es necesario reflexionar sobre la naturaleza de las crisis y sus condiciones, esto imprime en hombres y mujeres la necesidad de re-elaborar estrategias teórico-práctica para actuar. En este escenario, las izquierdas deben re-inventarse, y sin olvidar la tradición de sus fuentes, asumir nuevos derroteros discursivos que propicien alternativas que no solo procuren dirigir la mirada al «pan con mantequilla» sino a «al trigo y la vaca». Esto implica dejar de dirigir los ataques a las sombras del esbirro y enfrentar al esbirro mismo. Lo que permitirá volver a la vida de las crisis, donde las izquierdas, bajo diferentes formas, incluso bajo la forma de socialismo democrático, pueda coexistir como modelo, que pueda ser asumido y desarrollado, en consonancia con la vida, dentro de un esquema global y plural.